Viernes, 6 de febrero de 2015

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN SAN PABLO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN, DURANTE LA 19.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Mi primo Juan los bautizó con agua, pero Yo los bautizo con el Espíritu de Dios.

Dichosos aquellos que se congregan para recordar Mi pasaje por la Tierra.

Hoy vengo en la santa compañía de Isabel, de Juan y de vuestra Madre María, congregados por el Amor de Dios, participantes de este encuentro infinito entre las almas y el Cielo, entre los corazones y Dios.

Dichosos aquellos que se animaron a ser bautizados, como aquellos que pidieron lavar sus pies para borrar el pasado y el dolor de sus vidas.

De esa forma, Mis compañeros, no vengo a instituir una nueva Iglesia, sino a renovar los Sacramentos de una forma simple y pura, así como Yo les enseñé a los apóstoles en el pasado.

Los Sacramentos servirán de salvación para las almas, pero también la oración servirá para vuestra conversión.

Ante Mi Corazón Eucarístico, contemplen Mi Faz gloriosa, misericordiosa y redentora, la cual traigo desde el universo para todos.

Isabel los acompaña en el espíritu del Amor. Juan los acompaña en la consagración de vuestros corazones. Mi Madre los congrega para que se unan a Mí, porque en este lugar, Mi Madre Santísima instituyó la Adoración, un compromiso que es parte de todos para que esta humanidad y esta ciudad puedan ser liberadas por Mi Misericordia y no por Mi Justicia.

Mientras ustedes hoy son conscientes, gran parte de la humanidad duerme en la ilusión porque muchos pierden la fe por no encontrarme en los antiguos sacerdotes. Pero Yo estoy presente en los Sacramentos, que son la Fuente de Vida y de renovación para todos. 

En cada Sacramento encuentran una llave para acceder a Mi Corazón, porque Mis Rayos permean cada uno de los Sacramentos. Yo les proporciono la renovación y la cura, la trasmutación y la liberación de vuestras vidas.

Por eso, cada vez que pidan un nuevo Sacramento, mediten por un solo instante en lo que recibirán, porque es algo sagrado y bendito que Yo les ofrezco a los Míos.

Por eso, celebren y alégrense cuando cada nuevo hermano sea bautizado y bendecido por los Sacramentos de Dios, porque él lo estará recibiendo en nombre de toda la humanidad.

Vuestros corazones y esencias son únicas ante los Ojos de Dios. 

Mis compañeros, en el Cielo y en el universo no existe la separación entre las almas. Yo los vengo a unir en este tiempo. Vengo a unirlos a través del Amor y de la Verdad, porque el enemigo se ha encargado, en estos momentos, de apartar de Mis caminos a los buenos corazones que deben alcanzar la redención.

Hoy piensen en Santa Isabel y en San Juan, el Bautista, dos grandes Misioneros del Universo Celestial, guardianes de los santos Sacramentos de Dios desde el momento de Mi Ascensión a los Cielos.

Por eso, compañeros Míos, que vuestra sed por buscarme nunca se acabe. No solamente estoy presente en los Sacramentos, sino también en los corazones que buscan la unidad con Dios todo el tiempo. También estoy entre los pequeños, entre aquellos que claman por la redención y por la paz.

Este mundo debe liberarse, amigos Míos, y a través de vuestra consagración sincera eso sucederá.

También estoy presente en estos tiempos, en las pruebas que cada hijo Mío vive, porque a través del sufrimiento y de las pruebas Yo los vengo a fortalecer en el amor al sacrificio, a la entrega, a la liberación. 

Les dejo en esta tarde de Misericordia Mis Gracias, en la Presencia Santísima de María, de Juan y de Santa Isabel, que han sido congregados en este universo, en este espacio y en este lugar, para que vuestros corazones resplandezcan en la fusión perfecta con el Espíritu de Dios.

Sigan orando todos los días. No se cansen de pedir por Misericordia. Recuerden que lo estarán haciendo por aquellos que no oran ni aman a Dios. Por eso, Yo los necesito en este tiempo, firmes y dispuestos.

Vendré a vuestro encuentro cuando ustedes Me lo permitan, porque vivo en cada uno de vuestros corazones. Debo tener un lugar en vuestras esencias para que el mal que los perturba se pueda liberar y así pueda reinar la Gracia de Dios en muchos corazones que la necesitan.

Hoy expongo ante vuestros corazones y espíritus Mi Santísimo Corazón Eucarístico, que es el verdadero Sol del Universo Celestial, el verdadero motivo de vuestras vidas y caminos.

Por eso, hoy los reúno bajo el espíritu de la renovación y de la fe, para que prevalezca en vuestras consciencias la esperanza de proseguir y no se pierda, en ustedes, Mi Misericordia.

He dejado una semilla en este lugar que deberá sembrarse cuidadosamente, porque de ella nacerán nuevos frutos y nuevos corazones se aproximarán, en búsqueda constante de la redención y de la liberación.

Agradezco por vuestro esfuerzo de adorarme todos los días. Este es el mayor sacrificio que Yo adoro, cuando las almas Me contemplan con sinceridad y penetran en la Esencia de Mi Corazón luminoso, a través del Santísimo que expongo al mundo y a la humanidad en todos los sagrarios de la Tierra. Recuerden Mi Presencia en los sagrarios. Recuerden Mi Presencia en vuestros sagrarios internos. Allí, Yo siempre estoy presente, cuando Me llamen, les responderé.

Abro Mis Brazos y extiendo Mis Manos sobre ustedes.

Coloquen vuestras palmas de las manos hacia arriba para que Yo los pueda bendecir y, en este magnetismo divino y espiritual, sus esencias se puedan unir a Mi Corazón.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Él dice que está orando por nosotros, que solo escuchemos.

 

Poderoso Señor del Universo 
que congregas a todas las almas,
que das la vida y la eternidad,
Te pido, Padre amado,
que cuides estos discípulos Míos,
para que siendo caminantes y servidores,
siempre encuentren el camino de retorno,
retorno a Tu Casa Celestial, 
 a Tu infinita Morada de Vida,
principio de Amor y de Unidad.

 

Contemplen a Jesús Glorificado, Él está presente en los corazones simples. Pues aún espero que todos los seres conozcan Mi nueva Faz, para que todos Me tengan presente en sus hogares y siempre recuerden que soy el Pastor de las almas.

Desearía estar más tiempo con ustedes, pero debo ayudar al mundo entero y a la humanidad que está caída en los abismos infernales de este mundo.

Pero a través de vuestra oración misericordiosa en estos días, vuestro esmero y vuestro amor por Mí, muchas almas han sido elevadas al Cielo y muchas penetraron en el océano de Mi infinita Misericordia.

Graben en vuestras consciencias y corazones Mi Sacratísimo Corazón Eucarístico, el Sol de vuestra salvación.

Silenciosamente, realicen una petición a Mi Corazón, un pedido o una súplica que Yo elevaré al Cielo hasta los Pies del Padre Celestial.

Les agradezco por compartir Conmigo este tiempo de Adoración.

Mientras Me elevo, escucharé vuestros cantos. Cuando ellos son verdaderos y amorosos, alivian el Corazón de Dios y las faltas graves se disuelven, la Misericordia se instala y los corazones pobres resucitan.

Queridos compañeros, después de haber sido bendecidos por el Agua de Vida, reciban en reparación y perdón a Mi Cuerpo Glorificado, a través de la Comunión con Mi Sangre y con Mi Cuerpo. 

Recuerden que Yo siempre los esperaré. Mi océano de Misericordia está disponible para todos. Solo busquen a Dios y a Su Amor. Así alegrarán a Mi Corazón.

Vayan en paz y agradezcan al Padre Eterno.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.