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Ora por las almas que están dormidas y que, en su trayectoria por la Tierra, olvidaron el verdadero propósito de la vida.
Ora por los espíritus que deben aprender a dejarse amar por Dios para que, así, curen sus más profundas heridas.
Ora por los corazones que se deben renovar delante del Padre para que puedan estar abiertos a Sus Leyes, a Su Tiempo y a Su Verdad, cuando estos comiencen a mostrarse en la Tierra.
Ora por todos los seres que hoy viven en el mundo para que despierten a su misión mientras hay tiempo.
Ora por lo que ya despertaron pero que, ante los asedios y las ilusiones del mundo, necesitan protección y amparo espiritual para no perderse.
Ora, hijo, por todas las almas creadas por el Padre Celestial porque para cada una de ellas hay una Voluntad perfecta. En el interior de todos los seres habita el Propósito Divino que debe manifestarse a su tiempo.
Que todos los seres reciban una oportunidad de amar, de conocer el verdadero Amor y de renovarlo en su interior.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Contempla la vida a tu alrededor y agradece. Agradece porque tienes en todo una oportunidad de amar y, así, de cumplir con el Propósito de Dios para ti.
En la Tierra, hijo, el Propósito para los seres humanos es único: renovar el Amor de Dios y permitir que el Creador recree y renueve Su Creación a través de este Amor. No viniste a la Tierra solo para vivir las cosas del mundo; tu misión no es hacer esta o aquella cosa, tener este o aquel servicio, profundizar por este o aquel camino. Tu misión es amar, y todo llega a tu vida para darte esa posibilidad de vivir el amor.
Es el mismo amor que te mostrará el camino de retorno al Corazón de Dios. Es el mismo amor que te revelará todas las ciencias y sabidurías. Es el mismo amor que te conducirá a ser un digno hijo de Dios.
El amor es tu misión en este mundo, y en todo, tu puedes encontrar una posibilidad de amar. Por eso, cada nuevo día agradece a Dios por estar donde estás y por cumplir con Su Plan como te corresponde. Y solo ama, ama todos los desafíos, ama todas las imperfecciones, ama todas las dificultades, ama lo que no comprendes porque al ser amado eso te será revelado.
El secreto de esta vida es el esfuerzo constante por vivir el amor entre los seres, con los Reinos de la Naturaleza y, por encima de todo, con el Corazón de Dios.
Por eso, ve, hijo, y a través de la gratitud abre las puertas de tu pecho para que aprendas a amar cada día más.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Mientras el tiempo alcance, su Maestro y Señor intentará ayudar a toda la situación planetaria, intentará abarcar a la mayor cantidad de consciencias y de naciones posibles para liberarlas del error.
Para que esto sea posible, Mis apóstoles deberán tener claro el camino que escogieron seguir y no titubear porque, de lo contrario, darán mucho trabajo a la Jerarquía, principalmente, en el momento de llevar adelante las operaciones divinas en la Tierra.
Antes de que esta misión suceda, deben preguntarse qué es lo que harán en este tiempo ante el compromiso irrefutable Conmigo.
Intento, por todos los medios posibles, que comprendan y vivan la amplitud de esta misión de rescate en el fin de estos tiempos.
Necesito que, desde ahora, exista en ustedes la claridad suficiente para poder discernir y tomar decisiones.
No necesito que retrocedan, como en otros tiempos. Necesito que avancen junto Conmigo en esta misión, por la Misericordia y por la paz en la humanidad, porque en poco tiempo Yo deberé legar Mis Tesoros a la Tierra para que Mis apóstoles trabajen con ellos, a fin de preparar el retorno definitivo de su Señor a la humanidad.
Con Amor Mayor en el Corazón espero que comprendan lo que les digo.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Los corazones sufren porque, presos de sí mismos, no consiguen salir de sus voluntades, aspiraciones, realizaciones y metas, aunque sean internas y espirituales. Sufren porque construyen dentro de sí mismos un plan perfecto, una humanidad perfecta y un planeta perfecto, pero no encuentran en el propio interior el camino hacia la perfección, que solo se alcanza en la unidad con Dios.
Los corazones sufren porque quieren saber, vivir y ser cosas que no son reales. Y como la vida no se adecúa a sus ilusiones, sufren y perecen sin percibir que la raíz de su padecimiento está en el propio interior.
El Plan de Dios, hijo, es perfecto, pero muchas veces es incomprensible porque la Mente Divina no es como la mente humana; la semejanza entre Dios y los hombres se encuentra en la esencia y en el corazón, y no en el pensamiento humano.
El Creador trazó un camino único para cada ser, un camino que es perfecto, porque en su trayecto existen los obstáculos y las pruebas perfectas para romper estructuras y resistencias, haciendo que las consciencias maduren y se confirmen, haciendo que los espíritus se consoliden en su unión con el Padre y estén vacíos de sí.
Para que encuentres la plenitud debes seguir con alegría los caminos de Dios, aceptar con paz el servicio que Él te entrega, las pruebas que coloca en tu camino a través de las dificultades de la vida. Ya no estés en el mundo buscando tu misión o intentando descubrir el Propósito de Dios para ti, porque él ya está escrito en las Palabras de Sus Mensajeros que te son entregadas todos los días, basta que lo puedas ver.
Tu misión en el mundo es vivir el Amor y la transformación, cruzar los umbrales entre el viejo y el nuevo hombre, sustentar con gratitud la transición de los tiempos y expresar con humildad la nueva vida.
La misión de Dios para ti no se construyó con destrezas, sino con virtudes; no se expresa con títulos, sino con humildad; no se muestra en los reconocimientos, sino en el silencio de la unidad que se construye entre tu corazón y el Corazón de Padre.
Ora y medita en lo que te digo, porque pasan los años y los ciclos y tú sigues buscando tu misión, cuando, en realidad, tú eres la propia misión. Tu vida debe ser la expresión de la Voluntad de Dios dondequiera que estés.
Ve y sé una semilla de lo nuevo en el silencio de tu espíritu, en la verdad de tu servicio, en la humildad de tu vida, en la sinceridad de tus oraciones.
Tienes Mi bendición para esto.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Jesús se sumergía todo el tiempo en la gratitud del corazón.
Para Jesús la gratitud era la regla primera que le permitía reflejar los destellos de un Amor vivo y verdadero.
Sin la gratitud que Jesús sintió todo el tiempo por Su Padre, Él no hubiera podido llevar adelante Su Divina Voluntad.
Porque la gratitud, en Jesús, le permitía, como hombre y como Mesías, confiar plenamente en los Misterios del Padre, aunque el mismo Jesús supiera parte de esos Misterios.
La Gratitud de Jesús traía para la humanidad la revelación declarada de Su ardiente Fe, una Fe que imprimía determinación y soberana autoridad al momento de proclamar el Evangelio.
El sentimiento permanente e inmutable de la Gratitud de Jesús, lo llevaba a conocer ampliamente los sentimientos más profundos y ocultos de Sus hermanos, si estos eran puros o impuros.
Este don del conocimiento profundo del ser humano que vivió Jesús, no era con el fin de juzgar, sino con el propósito de corregir las costumbres humanas, las que en tiempos pasados llevaron a la condenación espiritual de toda la humanidad.
La vivencia de la gratitud en Jesús lo llevaba, todo el tiempo, al camino del servicio por los demás y a la donación constante de Su Divino Ser, incluso por aquellos que lo repudiaban y lo negaban.
Jesús quiso demostrar que una de las principales bases del amor es la gratitud, hermanada con la unidad. Y que estos dos atributos, en la práctica sincera de la vida de los seres humanos, llevarán, sí o sí, a encontrar un sentido más elevado y superior sobre la misión personal del individuo y de los grupos de almas.
Jesús dejó la enseñanza de la gratitud como un mensaje constante para la transformación de la condición humana.
Tener gratitud significa comprender, más allá de uno mismo, que el propósito que Dios deposita en nuestras manos tiene un sentido mayor que aquello que podemos comprender y experimentar.
La gratitud nos lleva por el camino de la donación abnegada y espontánea; nos ayuda, como seres humanos, a vivir y a entender la vida desde otra óptica y desde otra escala.
La gratitud nos revela la bondad y la misericordia en todo, nos hace menos mezquinos y nos vuelve más considerados, atentos y disponibles con el semejante.
La gratitud le cierra la puerta a la soberbia, al reconocimiento de los espacios o de las tareas que creemos tener bajo nuestro poder.
La gratitud desmiente nuestras apariencias y nos conduce, dulcemente, por la senda de la Verdad.
Por esa razón, la gratitud que vivía y emanaba de Jesús era muy grande, al punto de que eran pocas las consciencias que podían alcanzar la verdadera y divina Persona de Jesús.
La gratitud lleva al rompimiento de las cadenas y de los atavismos; ella es el portal hacia nuestra verdadera libertad.
La gratitud nos recuerda la humildad.
¡Les agradezco por imitar la Gratitud de Jesús!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Hoy Me despido de una tierra y de un pueblo marginado y explotado, pero profundamente bendecido por Dios y por todo Su Reino.
Hoy Me despido de corazones simples, pero fuertes, de almas que quieren proteger sus raíces y enseñanzas para que estas sirvan de apoyo espiritual para la Nueva Humanidad.
Hoy Me despido de un pueblo devoto, pero pobre, caritativo, pero rechazado en el mundo por su condición.
Hoy Me voy feliz, porque nuevos Soles despertaron al conocimiento sagrado de su misión y de la oración.
Llevo en Mi Corazón la expresión cálida de Mis hijos por medio de los cantos y de las oraciones; eso Me hará retornar algún día para dar continuidad a la Obra de Amor y de Redención de Mi Amado Hijo.
Hoy Me despido de un pueblo que fue bendecido por la Gracia y reparado por la Misericordia de Dios.
Hoy Me despido de las esencias que despertaron y de los corazones que, en profunda humildad, respondieron al llamado de la Madre Celeste.
Los bendigo a todos y los animo al apostolado de la oración y al camino del servicio reparador.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Respira, ¡oh alma!, los aires de una nueva vida, de un nuevo mundo, de un nuevo ser. No detengas tus pies en los escalones de las dificultades humanas; no detengas tu corazón en las cosas del mundo.
Respira, ¡oh alma!, los aires de una nueva vida. De vez en cuando, contempla el Infinito y no te olvides de donde verdaderamente proviene tu corazón. No dejes que el Padre, tu Creador, observe al mundo sin encontrar una sola mirada que corresponda a la Suya. Mira hacia el Cielo, mira en los Ojos de Dios y deja que Su Silencio disuelva la pequeñez de tus conflictos y de tus dificultades.
Fuiste llamada para una misión mayor, por menor que seas, alma amada. Eres una parte pequeña de un Corazón Infinito y ese Corazón necesita del tuyo para estar completo y pleno nuevamente.
Respira, alma pequeña, los aires de la nueva vida. No dejes enredada a tu pobre mente apenas en las cosas de la Tierra, sino que ella también encuentre las Verdades del Cielo.
No necesitas mucho para encontrar a Dios. Cierra tus ojos y contémplalo dentro de ti, en lo profundo de esa esencia que te hace semejante a tu Dios y Señor, al Creador de todas las cosas. Busca, más que a las cosas del mundo, el misterio de tu propia esencia y encuentra, allí, la Mirada de Dios.
El mundo ya está distraído lo suficiente. No seas un alma más en las distracciones de la Tierra. Sé, alma amada, un puente hacia Dios, con el simple hecho de tener fe en que Él está en tu interior y que con solo mirar hacia adentro encontrarás la Mirada Divina y Celestial de tu Padre Santísimo.
No quieras recorrer largos e interminables caminos. No imagines aventuras ficticias, llenas de vanas diversiones y de curiosidades humanas. El mayor misterio de toda la Existencia se guarda dentro de ti y basta estar sola, mirar hacia adentro y decir: "Aquí estoy, Señor".
Conversa, entonces, sinceramente con tu Padre y Dios, o solo deja que tu mirada encuentre a Sus Divinos Ojos y quédate allí compartiendo el Silencio Divino por un instante; porque Yo te digo, alma Mía: forjarán espadas, escudos y grandes armaduras, desarrollarán armas y bombas, emprenderán batallas y guerras, incentivarán el miedo y amenazarán la Vida; pero Ella, que habita en tu esencia, jamás se extinguirá.
Únete al Padre en tu interior y nada te derribará, pues aunque tu cuerpo caiga por tierra, tu corazón será eterno como Aquel que te creó, y se elevará a lo más alto de los Cielos anunciándole a la Creación la eternidad y el triunfo del Amor que nació en ti, tan solo por ser verdadera y por unirte al Padre en tu corazón, alma pequeña.
Te dejo Mi bendición y Mi paz.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Queridos hijos:
Con todos los coros del Cielo, su Madre Celeste llega a su encuentro para colmarlos, espiritualmente, de impulsos de luz y de amor, a fin de que cada canción que será ofrecida sea un elemento de cura y de redención para la humanidad.
Desde el Cielo, he venido llena del gozo del Espíritu Santo para derramarlo sobre todos Mis hijos, para que en ellos despierte el mismo gozo y la misma alegría que Yo tengo por estar sirviendo al Plan del Creador.
Queridos hijos, que hoy sus voces resuenen con la melodía del amor, con la melodía de la cura, con la alegría de estar comprendiendo en sus vidas el verdadero significado de sus existencias dentro de este Universo Creador.
Que hoy, no solo la música cure a los corazones, sino también que las almas se abran para poder reconocer dentro de sí la ardiente aspiración de vivir el Plan de Dios como la principal misión de amor para sus vidas.
Que sus voces hoy se eleven en gloria junto a las voces de los ángeles del Universo para que, en esta sagrada ofrenda, la humanidad reciba nuevamente, a través del impulso de la música, la expiación divina que necesita para poder curar su corazón y su vida.
Queridos hijos, hoy y en este ciclo, reúno a almas preciosas, almas cantoras que Me ayudarán a que el Principio de la Cura, de la Reparación y del Perdón se establezcan en la raza humana.
Necesito, hijos, que sigan caminando a Mi lado con el fuerte impulso de estar, día a día, más cerca del Creador; porque su Padre, que está en los Cielos, siempre los colmará, les traerá la fuerza interior para tener firmeza y determinación para poder dar los pasos hacia el perdón y la redención.
Hijos amados, hoy, con ojos de bondad y con una sonrisa de luz, contemplo a los que se aproximan por primera vez para formar parte de esta sagrada tarea de ayudar a elevar el estado de consciencia de la sufrida humanidad.
Hoy, de forma especial, bendigo a las almas que dan los primeros pasos en la consagración de sus vidas al Plan de Nuestro Señor Jesucristo.
Que en esta noche no solo brille la Aurora, sino que también brillen los soles internos de los que despiertan.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Guadalupe, Madre de las Américas
En este día especial, queridos hijos, en el que celebramos las Apariciones de la Virgencita de Guadalupe con gozo y alegría, su Madre Celeste retorna a la Argentina y esta vez a Mar del Plata para llevar adelante, por medio de este encuentro de oración, una misión planetaria y al mismo tiempo regional.
En primer lugar, deseo enviar Mis más cálidos saludos maternales a Mis hijos de México, porque hoy se cumple un año de que la Virgencita de Guadalupe volvió a tocar suelo mexicano.
En segundo lugar, quisiera dirigir Mis Palabras de Amor a todos los hijos de Argentina y de la región del Cono Sur, por haberse adherido y unido al importante llamado de oración por los desaparecidos en el Océano Atlántico.
Es de esa forma, hijos Míos, que hoy su Madre y Reina de Guadalupe vuelve después de tan poco tiempo a la Argentina para poder ayudar a la nación espiritualmente y, de manera especial, a todos los que aquí viven.
Quisiera, queridos hijos, que esta Vigilia de Oración fuera dedicada en este día, no solamente a la realidad que vive la Argentina, tanto en la sociedad como en el pueblo, sino que también fuera dedicada a todas las demás naciones del mundo, especialmente a las naciones de América Latina que están enfrentando las grandes pruebas del fin de los tiempos.
Hoy también envío Mis ayudas maternales y espirituales a Honduras, para que vuelva a encontrar la Paz y la verdadera Justicia en este tiempo de crisis en la humanidad.
Que cada oración, que hoy será ofrecida por cada corazón humano, sea sincera y verdadera para que todas las súplicas toquen el amoroso Corazón de Dios y Él, en Su Infinita Gloria, derrame Gracia y Misericordia sobre las naciones del mundo.
Vuelvo a decirles, Mis amados hijos, que la Vigilia de Oración por la Paz en las Naciones ahora es el deber fundamental y el compromiso de todos los orantes, sabiendo que, en estos tiempos en que se desencadenan conflictos y luchas sociales, es urgente la intervención celestial sobre ciertas naciones del mundo; eso reconstruirá la consciencia humana y su propósito cósmico a nivel espiritual.
Que cada nueva Vigilia de Oración sea dedicada con un fervoroso amor del corazón para que las puertas a la Compasión Divina sean abiertas y para que, en estos tiempos, todo sea curado y reparado.
Agradeceré a los grupos de la Red-Luz planetaria que continúen visitando los Centros Marianos como también que se aproximen a las Comunidades-Luz para ayudar y servir en cada tarea.
Será imprescindible, en este ciclo, trabajar para proteger las bases fundacionales de la Obra de los Mensajeros Divinos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Vengo a esta parte de Argentina para volver a instituir los Principios de Dios que las almas de este lugar de la nación deben vivir.
Vengo para desterrar ciertos poderes capitales que han hecho de muchas consciencias objetos del mal.
Por eso, como Corredentora vengo a esta parte de Argentina y retorno a Mi amado Centro Mariano del Espíritu Santo para estar cerca de Mis hijos y para entregarles lo que ellos necesitan para poder seguir dando los pasos de fe hacia Cristo.
Deseo por todos los medios, espirituales y divinos, que Mis hijos de esta región de Argentina salgan del misticismo espiritual, abran sus ojos y sientan en sus corazones la verdadera y única Hermandad, la que proviene del Universo y permea con Su Luz a esta parte de Argentina.
Vengo para reunir a los perdidos, a los buscadores de algo mayor, a los que se olvidaron de Dios dentro de su interior.
Con todos ellos haré un nuevo rebaño para que, reconociendo en sus caminos las huellas de Cristo, se reconsagren al Plan del Creador.
Esta misión que Dios Me ha encomendado recién comienza.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
A través de la visita a las diferentes naciones del mundo, su Madre Celeste en Su peregrinación va borrando el pasado y abriendo las puertas a un nuevo futuro.
Cuando cruza las fronteras entre las naciones, su Madre Celeste va cerrando un ciclo y abriendo un camino de nuevas oportunidades internas para todos Sus hijos.
Poco a poco, a través de cada peregrinación que se concreta, establezco el Plan del Creador en la humanidad. De esta forma, en los planos internos aproximo a las almas a la esencia del Divino Propósito, para que más corazones se animen a dar el paso hacia una vida de servicio mayor e incondicional.
A través de cada peregrinación, su Madre Celeste consigue cumplir, con mucho esfuerzo, los pasos de la Voluntad Divina y así, no solo las naciones se ven beneficiadas espiritualmente, sino también las almas que habitan en ellas.
En esta última peregrinación, su Madre Celestial concretó todas las etapas que el Eterno Padre le había anunciado y, de esta forma, muchas situaciones fueron evitadas.
Todo esto se ha dado por la ayuda amorosa de los que oran y colaboran en esta Sagrada Misión.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Si todos supieran lo que estas sagradas montañas de los Pirineos guardan, la humanidad ya podría ser otra en conocimiento, en ciencia divina y en cura interior.
Es por esa razón, que su Madre Celeste los ha llamado a peregrinar y a terminar esta jornada de largo trabajo a los pies de los Pirineos, para que una pronta regeneración se establezca y que favorezca la unión de sus esencias con la sagrada Misión de Nuestro Señor.
También les he pedido que vinieran aquí, para ayudarme a generar una importante corriente de regeneración espiritual en las almas que más la necesitan; porque de no recibir esa ayuda divina, esas consciencias no tendrían condiciones internas para enfrentar el tiempo final.
Por eso, su Madre Celeste los hace llegar a los Pirineos para que esa fuente de regeneración y de cura para la humanidad pueda volver a emerger, como fue hace mucho tiempo atrás, en la gruta de Lourdes.
Así, su Madre Universal intentará reactivar, en esta región, una tarea monástica de oración y de espiritualidad que ayude a la consciencia francesa a recuperar, interiormente, ciertos códigos que perdió. Sepan que todo este trabajo será preventivo y que ayudará a muchas consciencias en los planos internos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hoy, Mi Corazón pulsa de amor, el amor recibido de Sus hijos. Por eso Él pulsa intensamente para traer al mundo la Paz.
Es este Corazón humilde que refugia a todas las almas, el que trae, para estos tiempos, el camino, el puente hacia la salvación, en Cristo Redentor.
Este Corazón siempre les trae lo nuevo, porque es un Corazón que vive el Plan de Dios y que invita a los corazones de todo el mundo a unirse a esta propuesta de luz y de hermandad.
Hoy traigo la Luz que sus corazones concibieron en el Mío. Para ustedes, esto les parecerá un misterio, pero en verdad es posible cuando sus voces se unen a la Mía en oración. Así se cumple este misterio que aún puede ser más profundo, cuando la oración es hecha con amor y de corazón.
Con esto les muestro, queridos hijos, cómo en estos tiempos de crisis planetaria, sus almas y espíritus se pueden expandir en la Consciencia de Dios a través de Mi Corazón, que hoy pulsa por el mundo. Y habiendo sentido la respuesta de sus corazones a la súplica de la Madre de Dios, es este Corazón humilde y pacífico el que les abre las puertas hacia realidades sutiles, en donde pueden vivir las consciencias, que sólo buscan estar en Dios todo el tiempo.
Con esto quiero decirles, queridos hijos, que la Madre de Dios hoy les concede la aproximación hacia Universos Mayores, en donde la Vida divina, el Amor supremo y la Unidad fraterna habitan, y son como una fuente inagotable que renueva a las almas y consciencias que allí existen para solo servir a Dios y aspirar cumplir con Su Voluntad.
Hoy a través de Mi Consciencia Maternal, elevo sus almas hacia las estrellas, en donde habitan millones de soles y muchas consciencias, que viven esa confraternidad con el Padre, con el Hijo y el Espíritu Santo.
Ingresen a través de Mi Corazón hacia esa realidad y vean delante de ustedes, en los planos internos, un luminoso camino guiado por los ángeles, que los conduce hacia esas realidades sutiles, en donde están la Unidad y el Amor, como atributos principales de la Creación.
Sigan ese camino, queridos hijos, con sus mentes y corazones. Coloquen la atención en Mi Inmaculado Corazón y vean como Él abre las puertas entre las dimensiones e ingresa a sus espíritus en el Tiempo Real. Sientan cómo todo es Uno; cómo sus almas y consciencias pueden estar unidos a Dios en una perfecta armonía y silencio.
Ahora, teniendo como referencia la Luz de Mi Inmaculado Corazón que ilumina ese camino hacia los mundos sutiles, sigan a su Madre Celeste por esa senda, en compañía de sus ángeles de la guarda.
Sientan en sus pechos una gran estrella de luz, dorada y brillante, de seis puntas. Dentro de esa estrella sientan ahora, su esencia interior, su verdadero origen y existencia, lo que siempre han querido saber de ustedes mismos, en este planeta y dentro de esta humanidad.
Siéntanse limpios y puros, conducidos por la mano de su Madre Celestial, camino hacia la Fuente Primordial. Sientan cómo se elevan sus seres; cómo todo queda liviano, porque existe la vibración de la Paz, lo que siempre han buscado y tanto les ha costado encontrar.
Pero ahora que están a Mi lado, como Mis hijos, Mis orantes y Mis siervos, tómense fuerte de Mi mano maternal. Tómense de Mi manto; colóquense debajo de él, así Yo los abrazaré y los conduciré sin miedo hacia su verdadera consciencia, hacia su verdadera realidad, que habita en lo profundo de cada alma.
Sigan caminando en confianza. Vean al lado de ese camino, las rosas de luz, que se abren y despuntan a los rayos del sol. Vean cómo esas rosas son las oraciones de todos Mis hijos que crean ese puente y ese camino hacia la Fuente Primordial, en donde existe el verdadero origen y la sublime alianza entre las consciencias y Dios.
Sigan a su Madre Celeste y vean en el final de ese camino, un gran portal que se abre en su universo interior. Véanlo como un gran horizonte, como un precioso atardecer que los ilumina y los nutre completamente. Vean cómo los ángeles abren ese portal para que las almas y espíritus ingresen en la morada de los simples, de los humildes, de los que pueden ser puros en Dios.
Crucen con su Madre Celeste ese gran portal para encontrar la vivencia del amor y de la fraternidad. Háganlo, queridos hijos, por todos los que niegan a Dios, por los que están olvidados y los que están perdidos de su camino espiritual y de su origen.
Vean, a través de este portal, una gran escalera de luz al Cielo. Vean, en lo más alto de esa Escalera, en su infinito y en su horizonte, la Consciencia de Dios, nuestro amado Adonai, irradiando Su Luz y Sus códigos a toda la Creación. Elevémonos a través de esa escalera de luz.
Sigamos en confianza adelante, porque sólo los quiero llevar a la Paz, al encuentro con su verdadero ser, con su verdadera existencia, que espera emerger en estos tiempos para gobernar sus vidas y sus esencias.
Siéntanse libres, a través de Mi intercesión, de todas las energías capitales, de todos los estímulos externos, de toda la vida superficial y material. Ahora son sus almas que están a las puertas de la Casa de Dios. No teman subir esa escalera. Den los pasos porque Yo los ayudaré. Soy su Madre Celestial y sólo quiero el bien para Mis hijos, que todos puedan vivir a Dios como Yo lo vivo.
Ya estamos en lo alto de esa escalera, próximos al horizonte de Dios. Veamos delante nuestro, un gran lago de luz, en profunda quietud y silencio. Veamos ese lago de color dorado, que brilla e irradia las leyes creadoras de Dios para todas las esencias que existen más allá de este Universo.
Ahora, miren a su Madre Celestial, frente a ese lago dorado de luz y permanezcan delante de él, así como permanece su Madre Celeste, en una perfecta sintonía y unión.
Vean ahora, emerger de ese lago una gran Esfera de Luz, más brillante que el Sol. Vean cómo esa Esfera de Luz se eleva por encima de ese lago de luz y cómo los ángeles a su alrededor, entonan alabanzas y cánticos de alegría al Todopoderoso:
¡Elohim, Elohim, Elah!, ¡Padre, Padre, aquí estoy!
Y ahora, ante esa Esfera de Luz y para que Ella se aproxime a sus consciencias, alabaremos al Todopoderoso, junto a Sus ángeles y arcángeles, decretando Su Nombre a través del Kodoish melódico. Nos mantenemos en quietud.
Y vamos a recibir ahora, queridos hijos, en nuestras manos, esa parte de Dios que cada alma necesita en este planeta y en esta humanidad, para poder vivirlo, para poder sentirlo y para poder cumplir con Su divina Voluntad.
Y ahora, queridos hijos, lleven sus manos hacia el corazón. Repitamos:
Sagrada unidad de Dios,
unifica nuestras vidas,
unifica nuestro ser,
unificanos en profunda fraternidad.
Amén.
Veamos cómo esta gran Esfera de Luz, la Consciencia de Adonai, se recoge dentro de ese lago. Los ángeles se postran con sus cabezas al suelo para reverenciarlo, para adorarlo, para glorificarlo, al igual que su Madre Celeste, que se postra al suelo para agradecerle infinitamente.
Reverenciemos a Dios.
Y ahora queridos hijos, así como hemos llegado hacia ese lugar, así retornaremos, hacia este lugar, en donde Yo Me encuentro con ustedes, para entregarles y donarles la instrucción de la Luz.
Bajemos por esa Escalera; veamos a su derecha y a su izquierda a los ángeles del amor; sintamos su presencia mientras Yo los conduzco, en dirección hacia ese portal, por donde hemos ingresado con el alma, a través del corazón, del espíritu de cada ser.
Veamos ese portal cerca de nosotros, así como la estrella de Luz en sus pechos, más brillante que el sol, en confraternidad y devoción.
Crucemos ese portal y veamos el camino que nos conducirá hacia este lugar, en la perfecta Unidad de Dios. Sintamos a nuestro lado al ángel de la guarda, tomándolos de la mano para conducirlos hasta aquí. Veamos cómo sus almas ingresan de nuevo a sus consciencias materiales. Sientan la vibración del Creador. Ya no pueden ser los mismos, al haberlo recibido en su universo interior.
Hoy les dejo este mensaje, esta experiencia de amor por todos los que no la tienen y que no la pueden vivir en estos tiempos. Sean bienvenidos ahora, al Universo de la confraternidad.
Me he tomado este tiempo hoy, con ustedes, por todas las almas del mundo. Deseo ardientemente que sigan acompañando a su Madre Celeste, en esta Sagrada Misión de Amor y de Liberación de la humanidad.
Con la autoridad celestial del Universo y del Todopoderoso, Yo los bendigo, y consagro también a los nuevos Hijos de María, por todos los hijos que vendrán. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Damos gracias a Dios por haber permitido a su Madre Celestial visitar nuevamente Portugal para derramar Sus Gracias, el Amor y la Cura en este lugar y para todo el planeta.
Cantemos “Maravillas”, porque esto es una maravilla de Dios, en todas las almas, para estos tiempos de transición; esto es obra de la Gracia y de la Misericordia de Dios, a través de los Sagrados Corazones.
Les agradezco infinitamente. Amén.
Hoy he venido como la Señora de Kibeho, como la Madre del Verbo Divino, para poder curar a la raza africana de todo lo que ella ha padecido a través de los tiempos, de todos los siglos. Es por esta causa, queridos hijos, que hoy Mi Piel es morena, para demostrar al mundo que la Santa Madre de Dios, la siempre Virgen María, está con los más marginados, con todos aquellos que sufren el terror y el dolor de estos tiempos.
Vengo a extender Mi Manto sobre África y Portugal, a fin de que las puertas inciertas se cierren y se abran en los corazones las puertas del Cielo.
Deseo, queridos hijos, que en esta hora crucial del planeta, acompañen a su Señora de Kibeho para su próxima peregrinación por el continente africano. Pues Europa, a través de su aceptación y de vivir el Plan de Dios en estos tiempos y en la representación de todos los hermanos que están aquí, ha abierto las puertas para que esto pudiera suceder.
Eso significa, Mis amados hijos, que aún están a tiempo de poder vivir la Misericordia de Dios y de generar todas las condiciones espirituales e internas, para que el continente africano reciba la cura espiritual que tanto necesita. Será una visita extraordinaria y única, pues Mi Obra aún debe desarrollarse en Sudamérica. Yo cerraré esta obra en Sudamérica después de que los Sagrados Corazones también visiten a Asia.
Cuando llegue ese tiempo y ese momento, queridos hijos, ya podrá decirles y profesarles que sus corazones estarán prontos para poder vivir el fin de los tiempos, el fin de un ciclo en esta humanidad y en esta raza, en donde todo se pondrá en juego, en donde las almas definirán sus vidas y caminos entre el Paraíso y el infierno.
Es de esa forma, queridos hijos, que con anticipación, anunciando Mi llamado para África y Asia en esta Peregrinación por la Paz en Europa, vengo en este día a pedirles que Me acompañen, que sigan los pasos de su Madre Celeste, con el fin de que se cumplan todos los designios del Cielo.
Necesito, que como hoy, puedan dar nuevos pasos hacia un servicio incondicional y permanente, así Dios podrá derramar Sus Gracias a través de Mi Corazón Inmaculado y Yo podré compartirlas y entregarlas con todos Mis hijos del mundo, especialmente con aquellos que más las necesitan.
También iré a África, queridos hijos, como su Señora de Kibeho, para poder trabajar con los Reinos de la Naturaleza. Cuántos clanes animales sufren en este lugar y cuántos necesitan de esa ayuda incondicional de sus corazones.
Queridos hijos, aún están a tiempo de poder revertir lo que aún hoy hace la humanidad. De esta forma, Yo les muestro, cómo la tarea de los Mensajeros Divinos es más amplia de lo que parece. Cuando su sí y su adhesión es verdadero, Yo puedo trabajar en este mundo y más allá de él.
Hoy vengo con Mi Piel morena, porque Yo también formo parte de esa raza africana, la cual, en tiempos anteriores visité con San José y el Niño Jesús, para poder contemplarla y ayudarla misericordiosamente, con el fin de que ella pudiera vivir el Amor crístico.
Es esa alegría incondicional de los africanos lo que también Me está llevando a ir a África. Es esa devoción ardiente y verdadera que hace encender Mi Corazón en Amor y Luz, cuando las almas más marginadas, las almas que más sufren en ese lugar, imploran a Mi Corazón Inmaculado por su intercesión.
Así como ayer les ha dicho Mi amado Hijo, su Madre y Señora del Cielo les abre las puertas para esta nueva tarea, para esta Sagrada Misión, que es parte de todos los que se unen a ella.
Ahora, queridos hijos, en estos tiempos en donde existen muchas necesidades planetarias y en donde esas necesidades se agudizan, Yo invito a todos Mis hijos orantes del mundo a orar de corazón, a formar parte de esta misión planetaria de rescate, como buenos apóstoles, siervos y servidores, de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo.
Hoy vengo a extenderles Mis Brazos, y a entregarles la donación de Mis Manos para que se tomen fuerte, queridos hijos y acompañen a su Madre Celestial por este camino, de que en tiempos críticos, expande Su Obra de una forma extraordinaria y urgente.
Hoy también vengo con Mi Piel morena, recordando a todos los pueblos originarios. A ese caluroso amor que brota del corazón de los africanos, así como también ha brotado de los corazones mejicanos, con Nuestra Señora de Guadalupe.
Como Madre y Señora de Kibeho, Reina del Verbo Divino, vengo a traer para todos la importancia de la Sagrada Palabra y a transmitir, a través de ella los códigos de Luz y de Amor, que en esta hora definitiva, prepararán sus corazones para poder responder una vez más a este llamado.
Así como han cumplido con Mis pedidos desde los Estados Unidos, y a través de todos los grupos de oración, de que Mi llegada a Europa hoy se concretara, es así como Yo los invito en esta tarde, a que concreten este llamado de su Madre Celestial. También quisiera ver a Mis hijos del Brasil presentes en África, porque así podré realizar esa sagrada tarea de cura espiritual entre los pueblos y las etnias y en todo lo que ha sucedido en las últimas décadas.
He escogido una nación de África para poder visitar que será el centro de Mi Gracia para el continente africano. A partir de allí, Yo irradiaré todos los códigos posibles en todas esas esencias, para que finalmente se concrete la redención prometida.
Hace algún tiempo vengo tejiendo un manto de perdón y de redención entre las naciones. Comprendan así, hijos Míos, que cada uno de Mis pasos de Peregrina no son solo para estar con Mis hijos y para curar aquello que aflige sus pequeños corazones.
Vengo a curar un pasado milenario que aflige no solo al corazón de los hombres, sino, sobre todo, al Corazón de Dios.
Vengo peregrinando de Occidente a Oriente, del Sur al Norte, para curar ese pasado, porque si no es liberado en este tiempo, la humanidad no podrá encontrar la paz.
Y será a través de ustedes, hijos Míos, que Mi Plan se cumplirá, porque sus corazones, en algún tiempo también formaron parte de este sufrimiento y vivieron este dolor que hasta hoy vive el Corazón de Dios. Estarán curando junto Conmigo, el espíritu herido del planeta.
Esta Tierra debe volver a ser sagrada, porque la Nueva Jerusalén deberá encontrar espacio en cada corazón de este mundo.
Las almas necesitan definirse, y para que vivan esta definición necesitan conocer no solo el camino de la oscuridad y de las ilusiones que ofrece este mundo. Necesitan conocer el camino de la Verdad y de la Vida que Dios les trae a través de Sus Mensajeros y que, a pesar de no ser el único, es una de Sus más importantes obras en este tiempo.
Comprendan esto, hijos Míos, para que me acompañen con el corazón y con la consciencia; para que, junto Conmigo, podamos liberar este mundo de toda la oscuridad que en él habita; para que, aunque sea en el último tiempo, el Espíritu de la Tierra pueda respirar aliviado por encontrar el amparo y la Gracia de Dios. Y que de esta forma, el planeta se prepare para un nuevo ciclo, en el cual la Voluntad del Padre será la Ley Primera que reine en la Tierra y Su Amor, presente en el corazón de los hombres, los restaurará y les ayudará a reconstruir el planeta.
Hijos, quiero liberar los infiernos de este mundo y aquellas almas que desde hace tanto tiempo padecen, aprisionadas por las cadenas del mal. Todos Mis hijos merecen una oportunidad y no les pido mucho, solo que Me acompañen con el corazón, que oren Conmigo, que Me ayuden a llegar a cada nación, que no juzguen Mis pedidos, aunque no sean comprensibles para sus mentes en algún momento.
Hoy comprenden lo que Yo comencé a construir hace algunos años a través de imágenes peregrinas, a través de peregrinaciones entre naciones; y en algún tiempo verán manifestado el Plan de Dios que estoy diseñando hoy. Recogerán los frutos de una nueva vida; frutos que hoy solo llevan las semillas y las depositan en el suelo de este mundo, aunque esté tantas veces seco, sin perder la esperanza de ver esas semillas germinar y crecer. Los niños que hoy habitan en la humanidad descansarán bajo el árbol de la nueva vida.
Escuchen lo que les digo y síganme, hijos, porque el Plan de Dios triunfará a través de Mi Inmaculado Corazón. Yo traigo del Universo la cura y la redención para las almas, preparando un camino para Mi Hijo, para que Él los encuentre dispuestos a establecer la nueva vida en este mundo.
Cuando su Madre Celeste ingrese en el continente africano, los Adoradores de esta Obra deberán ingresar en contemplación todos los días y todas las horas, a fin de que su Madre Universal concrete Su Sagrada Misión en ese lugar.
Ahora, queridos hijos, en representación de esa energía de cura divina, hoy llamaré a los hijos que hoy se consagrarán, como parte de esta humanidad y de esta raza, que debe alcanzar la trascendencia de la inercia, la transformación de sus corazones y vidas por muchos, muchos más, que necesitarán de esa energía de cura espiritual.
Es de esta forma que su Señora de Kibeho, Madre y Reina de África, trae a través de Su Corazón Inmaculado, la Luz de la Nueva Aurora para que ella se expanda en los lugares que más necesitan de liberación y redención. Que así sea.
Hijos amados que hoy se consagran, coloquen su mano izquierda sobre el pecho y sientan la Voz de su Madre Celeste; la caricia que reciben sus almas al tener en sí, el bálsamo de la consagración espiritual.
Vean cómo en sus corazones se abren las flores de Mi Jardín, nuevos caminos, nuevas posibilidades, infinitas Gracias, descienden sobre sus espíritus, que hoy representan, no solo a Portugal sino también a toda Europa, para que se genere en la consciencia de estas naciones, la reconciliación y la restauración entre los pueblos y las culturas por todo lo sucedido a través de los siglos.
Vengo a entregar esta Gracia a cada uno de sus corazones, como una gran flor de luz, como una esfera de paz, como un núcleo divino de vida, para que él se encienda a cada momento que ustedes ingresen en oración y adoración. Así estarán con Mi Hijo en Su camino y Él estará con ustedes en sus caminos y vidas, irradiando Su Misericordia para sus familias y sus seres más queridos.
Construyan en estos tiempos, hoy como hijos consagrados, los puentes hacia los Universos mayores, así podrán llegar a su origen, conocerán su verdadera existencia y ya no tendrán velos en sus consciencias, porque verán la Luz de Dios en el horizonte como un gran arco iris de Luz, que desciende sobre sus seres, para bendecirlos eternamente.
Como su Señora de Kibeho, les entrego la oración todos los días, por África, y ofrezcan un Misterio del Santo Rosario con todo el amor y el poder de sus corazones, para que su Madre Celeste llegue a muchas más almas y debajo de Su Manto de Luz coloque a todos los Reinos de la Naturaleza.
Yo los bendigo y Yo los consagro bajo la autoridad que Mi Hijo Me concedió, por todos los corazones de África que claman por cura, paz y redención.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Y hoy por todos los portugueses y por todos los africanos, ofrecerán a su Madre Celeste el canto de Kibeho, para que las puertas de la Misericordia se sigan abriendo, más allá de Europa, en toda África.
Que así sea. Amén.
Les agradezco.
Yo traigo un mensaje de paz para el mundo, con el fin de que las almas de la Tierra no olviden a Dios.
Por eso de tiempo en tiempo vengo para ayudar a la humanidad a crecer desde la consciencia y para despertar en las criaturas la Misericordia de Dios.
A través de Mis hijos, Yo realizo Mi obra, y a cada alma le entrego una sagrada misión para que a lo largo de su vida la manifieste y la cumpla, la realice mediante el esfuerzo y la dedicación diaria.
Así Yo voy formando nuevos instrumentos para que Mi Hijo y Su Padre cuenten con las almas conscientes del servicio al Propósito mayor.
Cada etapa del Plan Divino que se cumple en este planeta con la ayuda de todos, permite mantener las puertas abiertas hacia la Gracia.
Por medio del servicio que cada instrumento de Dios realiza, Yo ayudo a las almas para que sepan purificarse, trascenderse y redimirse a través de las pruebas y de las confirmaciones que el Universo les envía.
Por eso cada paso que se da para la concreción de ese Plan Divino en la humanidad, beneficiará no solo al planeta, sino también a las almas que en algún momento del camino despertarán del sueño de este mundo. Cada alma de la Tierra tiene a su cargo una parte del Plan de Dios.
Por eso es hora de que la humanidad esté consciente de ello.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los bendice en el Amor de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
El motivo de expandir esta sagrada misión en el mundo es abrazar y atender las necesidades espirituales que algunas naciones atraviesan en estos tiempos, situaciones humanitarias y sociales que deben mantener un equilibrio para que no se pierda la paz.
Es así que Mi intención de llegar a Estados Unidos, al menos a un Estado, es una aspiración ardiente y divina, pues allí muchos hijos viven la somnolencia de estos tiempos y sobre todo no encuentran al verdadero Dios, sino al dios de la vida material y de la modernidad.
A través de esta peregrinación que hemos llevado adelante hasta ahora, queridos hijos, deseo de todo Corazón y Alma que Estados Unidos no pierdan la poca espiritualidad que le queda.
Es por ese fin que a través de la Señora de Guadalupe, Yo entraré con todas Mis legiones de ángeles a Estados Unidos para que la parte espiritual más importante de ese país, que es la región de Monte Shasta, no sea borrada de la consciencia mental ni espiritual de los norteamericanos.
En una ocasión y a través de otras apariciones, Yo Me anuncié en Nueva York para advertirle al pueblo norteamericano que de no cambiar, su destino sería de infelicidad.
Hoy con todos los frutos alcanzados a través del amor de los centroamericanos, su Madre Celeste, en esta inexplicable tregua espiritual, ingresará al Estado de California, específicamente a la ciudad de San Francisco para que desde allí sea evitado un colapso social y humano.
Será desde San Francisco que Nuestros Sagrados Corazones cerrarán esta sagrada misión y en donde todo se habrá cumplido.
Desde ahora y en confianza, agradeceré a todos los peregrinos del mundo que Me permitan llegar a los Estados Unidos por medio de sus oraciones y donaciones.
Así, las fronteras entre las naciones y los pueblos no se cerrarán y al menos entre los más simples hijos de Norteamérica existirán los puentes que unirán lo que el hombre de superficie quiere separar.
Desde ahora les agradezco por acompañarme.
Los bendice en esta misión,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Con ambas cruces en Mis manos1, queridos hijos, hoy vengo para testimoniar la Presencia de Mi Hijo en los corazones que aún no lo viven.
Estas cruces representan la liberación de la ilusión humana y materialista, ellas son para cada uno el escudo protector contra toda adversidad y engaño.
Quiero y deseo que este símbolo de la cruz redentora de Cristo sea honrado y venerado en Centroamérica, para que esté más amparada y protegida de las tentaciones de Mi adversario.
Impongo sobre este lugar el símbolo espiritual de las cruces, para que la humanidad de esta parte del planeta no sea llevada a cometer grandes errores así como otras naciones hermanas hoy lo están viviendo.
Necesito que esa cruz luminosa sea el mayor tesoro para cada orante, que sea el imán celestial que atraiga los principios de la redención y de la liberación, para una humanidad corrompida y muy distanciada de la verdad.
Yo quiero Conmigo a cada uno de Mis hijos perdidos, para que en este ciclo la mayoría tenga la oportunidad de arrepentirse y de perdonar.
No saben, hijos Míos, cuánto sufre Mi Corazón al ver preciosas almas lejos de Dios.
Es hora de que hagamos algo por ellas, es por esa razón que Yo vengo a Centroamérica, para que Mis hijos Me puedan reencontrar a través de Mis queridos y devotos corazones simples.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Unida a esta Sagrada Misión,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
(1) “María Santísima en este día vino con una cruz en cada mano”.
Queridos hijos:
En esta sagrada misión por la paz en Uruguay, el domingo, el Señor me ha encomendado encender todos los espejos de oración del Uruguay para que triunfe, por encima de todo, Su Plan de redención en Uruguay y el mundo.
Será a través de la oración de todos los autoconvocados que vuestra Madre Celeste podrá crear nuevas bases de fe, de devoción y de cooperación en una nación muy alejada de eso.
Por eso, queridos hijos, unidos a Mí, unámonos al Corazón del Padre Celestial, porque en verdad es Su Corazón que está cuidando de todo, hasta de los más pequeños detalles.
Pido, hijos Míos, que todos los grupos orantes del mundo que estarán apoyando amorosamente esta misión de paz en Uruguay, se coliguen internamente con la majestad de los Espejos de luz de Aurora; porque será a través de Mi Centro Mariano de Aurora y de la oración en los diecinueve departamentos, al mismo tiempo y a la misma hora, que el universo celestial de la Hermandad podrá llevar adelante una importante tarea de rescate y de liberación del pueblo uruguayo indiferente.
Esta obra, que está formada por cada uno de ustedes, es posible cuando existe la correspondencia y la prontitud, porque en este tiempo, hijos, la Jerarquía convoca a todos los orantes para que en consciencia y amor ayuden a trascender y liberar las deudas de las naciones y de todo su pueblo como es el caso de Uruguay.
Estaré desde ahora muy agradecida por la adhesión de todos.
Unidos por la misión de paz,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Señora de los Treinta y Tres
Yo siempre estaré al lado de los que clamen por Mi presencia. Siempre acompañaré a los que trabajan día y noche para que Mi Obra Mariana sea una realidad en este mundo.
Mis sagrados ojos están siempre fijos en los que Me permiten llegar a los más olvidados y permiten que Mi llamado se difunda en este mundo. Mi manto siempre estará sobre los que permiten que Mi presencia sea una realidad en la vida de todos los seres, porque a través de sus vidas, dan testimonio de la presencia divina en el mundo.
Mis amados, siempre estoy presente en vuestras vidas, a pesar que pocos Me pueden ver. Siempre acompaño vuestras oraciones porque cada una de ellas son preciosas delante de Dios. Yo estoy en cada letra que escriben, mientras trabajan; en cada palabra que pronuncian cuando buscan soluciones ante las dificultades de la vida y de esta sagrada misión.
Quiero estar en vuestros corazones, diciéndoles como seguir adelante. Quiero que oigan Mi voz y no desconfíen de que Soy Yo la que habla, aun cuando Mi presencia se esté recogiendo de a poco. Quiero recogerme en vuestros corazones y aunque Mis videntes un día no repitan más Mis palabras sagradas, quiero que en este tiempo, este verbo divino este latiendo en vuestros seres y se renueve cada día en vuestros corazones.
Yo vine al mundo y estuve tan cerca de todos ustedes, para que Me reconocieran y aprendieran a sentir Mi Corazón y saber cuando Yo estoy presente.
Mis amados, Yo jamás los abandonaré, porque Mi Inmaculado Corazón es omnipresente y desea vivir dentro de cada uno de vuestros corazones, así como Mi Hijo. Quiero hacer de vuestros corazones la simple y sagrada morada de Nazaret; morada que fue el refugio de la Sagrada Familia, que vio al Niño Jesús crecer y transformarse en el Cristo Vivo; morada donde la Sagrada Familia vivió la perfecta comunión con Dios y consiguió vivir el arquetipo divino, aún estando sobre la Tierra.
Mis queridos, alégrense pues hoy un nuevo ciclo se inicia y cada vez que Yo Me recojo un poco más de este mundo, tanto más presente debo estar en vuestros corazones. Cada vez que dejan de escuchar Mi voz resonando en la voz de Mis vidente, tanto más esa voz deberá resonar en vuestro interior.
Mis amados, cuanto más se aproximan los tiempos finales, tanto más deben estar preparados y fortalecidos para vivir lo que deben vivir como humanidad y, siempre que vean que uno de ustedes bajó los brazos, mayor debe ser vuestro esfuerzo y la esperanza de que un día este hermano pueda retornar a su misión original.
Por cada uno que deje de trabajar en este Plan, ustedes deben multiplicar los esfuerzos y no dejar que se apague el amor en vuestros corazones, mas sí, crecer en el amor y en la comprensión que disuelven la oscuridad y protegen de las dificultades.
En este tiempo, Mis amados, Yo les digo, sino existe amor en vuestros corazones no habrá paz. Amen para ser pacificadores y comprendan para saber amar.
Yo les agradezco por abrirme la puerta de esta sagrada casa, a la cual llego todos los días, pero donde muchos aún no Me percibieron.
Sepan que estoy aquí todo el tiempo y quiero encontrarlos en oración y fe. Conversen Conmigo y pídanme consejos delante de las dificultades, Yo les hablaré al corazón.
Los amo y los bendigo.
María, Señora de la Sagrada Figueira
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más