MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Mientras el tiempo alcance, su Maestro y Señor intentará ayudar a toda la situación planetaria, intentará abarcar a la mayor cantidad de consciencias y de naciones posibles para liberarlas del error.

Para que esto sea posible, Mis apóstoles deberán tener claro el camino que escogieron seguir y no titubear porque, de lo contrario, darán mucho trabajo a la Jerarquía, principalmente, en el momento de llevar adelante las operaciones divinas en la Tierra.

Antes de que esta misión suceda, deben preguntarse qué es lo que harán en este tiempo ante el compromiso irrefutable Conmigo.

Intento, por todos los medios posibles, que comprendan y vivan la amplitud de esta misión de rescate en el fin de estos tiempos.

Necesito que, desde ahora, exista en ustedes la claridad suficiente para poder discernir y tomar decisiones.

No necesito que retrocedan, como en otros tiempos. Necesito que avancen junto Conmigo en esta misión, por la Misericordia y por la paz en la humanidad, porque en poco tiempo Yo deberé legar Mis Tesoros a la Tierra para que Mis apóstoles trabajen con ellos, a fin de preparar el retorno definitivo de su Señor a la humanidad.

Con Amor Mayor en el Corazón espero que comprendan lo que les digo.

¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!

Los bendice,

Vuestro Maestro, Cristo Jesús

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Jesús se sumergía todo el tiempo en la gratitud del corazón.

Para Jesús la gratitud era la regla primera que le permitía reflejar los destellos de un Amor vivo y verdadero.

Sin la gratitud que Jesús sintió todo el tiempo por Su Padre, Él no hubiera podido llevar adelante Su Divina Voluntad.

Porque la gratitud, en Jesús, le permitía, como hombre y como Mesías, confiar plenamente en los Misterios del Padre, aunque el mismo Jesús supiera parte de esos Misterios.

La Gratitud de Jesús traía para la humanidad la revelación declarada de Su ardiente Fe, una Fe que imprimía determinación y soberana autoridad al momento de proclamar el Evangelio.

El sentimiento permanente e inmutable de la Gratitud de Jesús, lo llevaba a conocer ampliamente los sentimientos más profundos y ocultos de Sus hermanos, si estos eran puros o impuros.

Este don del conocimiento profundo del ser humano que vivió Jesús, no era con el fin de juzgar, sino con el propósito de corregir las costumbres humanas, las que en tiempos pasados llevaron a la condenación espiritual de toda la humanidad.

La vivencia de la gratitud en Jesús lo llevaba, todo el tiempo, al camino del servicio por los demás y a la donación constante de Su Divino Ser, incluso por aquellos que lo repudiaban y lo negaban.

Jesús quiso demostrar que una de las principales bases del amor es la gratitud, hermanada con la unidad. Y que estos dos atributos, en la práctica sincera de la vida de los seres humanos, llevarán, sí o sí, a encontrar un sentido más elevado y superior sobre la misión personal del individuo y de los grupos de almas.

Jesús dejó la enseñanza de la gratitud como un mensaje constante para la transformación de la condición humana.

Tener gratitud significa comprender, más allá de uno mismo, que el propósito que Dios deposita en nuestras manos tiene un sentido mayor que aquello que podemos comprender y experimentar.

La gratitud nos lleva por el camino de la donación abnegada y espontánea; nos ayuda, como seres humanos, a vivir y a entender la vida desde otra óptica y desde otra escala.

La gratitud nos revela la bondad y la misericordia en todo, nos hace menos mezquinos y nos vuelve más considerados, atentos y disponibles con el semejante.

La gratitud le cierra la puerta a la soberbia, al reconocimiento de los espacios o de las tareas que creemos tener bajo nuestro poder.

La gratitud desmiente nuestras apariencias y nos conduce, dulcemente, por la senda de la Verdad.

Por esa razón, la gratitud que vivía y emanaba de Jesús era muy grande, al punto de que eran pocas las consciencias que podían alcanzar la verdadera y divina Persona de Jesús.

La gratitud lleva al rompimiento de las cadenas y de los atavismos; ella es el portal hacia nuestra verdadera libertad.

La gratitud nos recuerda la humildad.

¡Les agradezco por imitar la Gratitud de Jesús!

Los bendice,

Vuestro Maestro, Cristo Jesús

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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