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Yo Soy la Madre de todos los pueblos, de todas las razas, de todas las culturas, de todas las religiones, porque soy la Madre de cada corazón humano y soy el Vientre del cual provienen todas las cosas. Nada está separado de Mí, hijos Míos. Solo se distancia de Mi Corazón aquel que se olvida de su filiación Conmigo y que se olvida de la unidad que debe existir entre cada corazón humano y Dios.
Por eso, vengo al mundo y coloco bajo Mi manto cada nación; por eso hago de aquellos de Mis hijos que están despiertos verdaderos espejos de Mi red de luz, para iluminar los abismos internos y planetarios que todavía oscurecen este mundo, y así liberar el mal y el sufrimiento de las almas.
Hijos, hoy Mi Corazón se regocija en Brasil como en Fátima, y Mi rosario se extiende más allá de los continentes, abrazando con sus cuentas de oración todos los mares y curando así el sufrimiento de los Reinos de la Naturaleza. Es así que uniendo Fátima y Aparecida, Me valgo de las oraciones de Mis hijos para realizar una tarea planetaria más amplia, que abarque todos los Reinos y todos los corazones.
Quisiera que Me acompañaran con sus más sinceras oraciones, intentando comprender la gran necesidad de que este mundo sea bañado por la Luz de Dios Altísimo y que los corazones reciban del Padre el despertar que sus almas tanto esperan.
Hijos amados, el terror aún existe en muchas partes del mundo, material e espiritualmente, sometiendo muchas almas. Por más que ustedes estén siempre bajo Mi manto, deben ser conscientes de que esta protección que Yo les entrego es para que trabajen Conmigo por la Paz y por la redención de este planeta.
Quisiera en este día, que Mis hijos en Fátima, como en Aparecida, sean conscientes de los Espejos de Luz que allí deposité para irradiar sus oraciones al mundo entero; sin embargo, hijos, las verdades de los Cielos fueron dichas para muy pocos, y esos deben representar a toda la humanidad.
Quisiera que Mis santuarios estuvieran repletos de almas conscientes de su misión y que, con el espejo de su corazón encendido, hicieran, de cada uno de esos santuarios, verdaderas usinas de transmutación y de redención para el planeta.
Por eso, en este día, les pido que, los que están más conscientes de Mi llamado, oren Conmigo por la paz mundial. Clamen por el despertar de las almas y, solo hoy, no pidan nada para sí.
Únanse a Mí en un clamor por el planeta, por los mares, por las almas que están en la obscuridad, por los que sufren, por los que duermen, por los que someten a sus hermanos.
Unan, hijos Míos, sus rosarios al Mío, en este día, y uniendo Fátima y Aparecida, vamos a encender esa red luminosa hacia la consciencia planetaria.
Hoy los Espejos de Luz se encienden y emiten un sonido divino que resuena más allá de los universos, en todo el Cosmos, para que Dios escuche la voz orante de Sus hijos.
Les agradezco, hijos amados, por ser conscientes de la necesidad de este mundo y por trabajar Conmigo por la Paz.
Agradezco a todos Mis hijos de San Pablo y de San José de Rio Preto por reflexionar sobre la necesidad del prójimo y por ayudarme a cumplir Mis Planes de Paz. Mi manto aún debe abrazar muchas almas y cuento con sus corazones para que eso sea posible.
Los amo y les dejo Mi Paz.
Su Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Con toda la alegría y la maternidad de Mi Corazón Inmaculado hoy los vuelvo a encontrar en este hospital de almas enfermas para que, bajo la gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, todas esas consciencias, así como las consciencias enfermas de este mundo reciban la Gracia de la liberación.
Quise volver a este lugar de enfermos mentales para enseñarles, queridos hijos, que la humanidad sufre a lo largo de los tiempos esa dolencia a causa de que esas almas no reciben amor, compasión ni cariño de alma a alma.
Hoy día la mayor parte de la humanidad atraviesa graves problemas mentales debido a varios factores espirituales y humanos.
El primer factor que influye mucho en la sanidad mental de las almas es la falta de amor y de oración diaria.
El segundo factor que afecta a la humanidad de este planeta es la destrucción de los Reinos Vegetal y Animal principalmente; esto abre grandes puertas inciertas sobre la consciencia humana, la que día a día y sin detenimiento aniquila a millones de animales en el mundo, generando en esas pequeñas consciencias no solo sufrimiento, sino también un horror indescriptible.
El tercer factor que afecta a la mentalidad humana es la falta de consciencia o de atención en las actitudes diarias, en generar odio, enemistad, en el fracaso material y económico; estos factores abren más puertas, las que hacen de la humanidad una civilización primitiva, capaz de autodestruirse a través de sus acciones.
La cura para todo esto, hijos Míos, es la comunión con la Creación y en especial con la naturaleza.
Su Madre Celeste llega al mundo para ayudarlo en la gran enfermedad espiritual y mental que atraviesa.
Es así, que Mi Corazón de Madre tiene mucha compasión por los que sufren estas dificultades. Esas almas se ofrecieron por muchas más para equilibrar las faltas de la humanidad, pero también las dificultades mentales son producto de la ceguera espiritual humana, de la falta de paz interior y de un profundo desconsuelo.
Como la Madre de todos los enfermos deseo, queridos hijos, que sus consciencias despierten a la realidad y todos los días cambien un poco más, para hacer de sus caminos, caminos victoriosos hacia Cristo y hacia el Padre Dios.
Que todos acepten la equivocación humana y que en sabia penitencia, el mayor número de almas de este planeta pueda reparar, al menos con sus oraciones, lo que la mayoría de las consciencias cometen con acciones sobre los Reinos Menores y con la propia humanidad.
¡En el nombre de la Luz de Dios necesito, queridos hijos, que den ese paso por Mí!
Como soy la Madre Celeste, sé que no toda la humanidad cambiará, y todo lo que hoy vive el planeta y lo que vivirá es por descuido, negligencia y terror.
Les pido, Mis amados peregrinos, que sus grupos de oración se conviertan en células de Mi Consciencia Divina, que realicen sus oraciones diarias y semanales por todo el planeta, para que la mayoría de las almas adquiera la Gracia del despertar y de una consciencia mayor.
Hoy, a pesar de como Yo veo al mundo, Me voy de aquí más tranquila, porque veo una respuesta sincera y ardiente de Mis hijos de San José de Río Preto, algo que todos son invitados a vivir.
Los amo, los amo mucho y con todo el Amor Infinito de Dios, les doy las Gracias de Mi Corazón.
Tengan fe y perseveren, únanse por encima de ustedes mismos, sean portadores de Mi Paz Celestial.
Siempre estaré con ustedes hasta el fin de los días.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los unifica en el Señor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los enfermos
Abriendo la puerta de Mi Corazón, queridos hijos, les entrego Mi Gracia Suprema. Es la Gracia de Mi Corazón que los fortalecerá y que los protegerá en estos tiempos.
Vengo de nuevo a San José para bendecirlos, y los encomiendo a San José Castísimo para que sea vuestro Padre Protector, el Guardián de sus esencias, el Pastor de las almas después de Cristo.
Hoy quisiera tenerlos más cerca de Mi Corazón, porque escuché sus oraciones. Y vengo en este día también, para bendecir a Brasil en esta importante tarea que él tiene para este momento; tarea espiritual muy profunda, donde muchas almas de esta nación están involucradas con ese propósito y no lo saben, que es el propósito, queridos hijos, de mantener viva la fe en todo este pueblo bendito que Yo amo con tanto Amor.
Por eso, hoy vengo vestida con el manto de esta nación, trayendo la cura para las almas, la sabiduría para todos los espíritus, y en el planeta de esta nación traigo la Paz de Dios para el mundo.
Este es el espíritu y la propuesta para esta nación.
Ahora continuaré diciéndoles, queridos hijos, que Mi mensaje para este día es traerles la Gracia de la restauración y de la cura para todos Mis hijos de Brasil, que tanto necesitan de Dios y de Su Infinita Misericordia para poder persistir en estos tiempos.
El planeta ha cambiado mucho, así como ustedes lo saben. Por eso vengo en este día hacia ustedes para mostrarles, nuevamente, el camino hacia Jesús, y el Amor que Él quiere derramar en todos sus corazones y vidas.
Hoy, quisiera pedirles algo especial, queridos hijos presentes aquí en San José, que recen una oración o al menos un Misterio del Rosario, para que Vuestra Madre Celeste pueda cumplir el propósito a través de Sus hijos, de llegar a Centroamérica.
Así como Yo aparecí en esta nación para protegen el Propósito de Dios que ella tiene, de la misma forma aparecí en México como Guadalupe, para unir a las razas y los pueblos en una misma igualdad, en una misma condición de amor y de fraternidad.
Por eso les pido a todos Mis hijos, no solamente a los que están aquí en San José, sino también en el mundo entero, que en este día de vigilia ofrezcan a su Madre Celeste más oraciones, para que Mi Cesta de oro pueda ser depositada a los pies del altar del Creador, y sea el mayor e infinito ofrecimiento de la salvación de todas las almas de Mi amada América.
Estoy aquí entre ustedes, queridos hijos, como la Señora Aparecida del Brasil y la Reina de la Paz, abriéndoles Mi Corazón Inmaculado para que puedan ingresar al Templo, al Sagrado Cenáculo de vuestro Señor Jesús, que los contempla en esta noche con Su Misericordia, borrando sus deudas, disipando los errores, trayendo la esperanza y la renovación a través de Mi Inmaculado Corazón.
Hoy no estoy aquí sola con ustedes; estoy con el alma peregrina del Brasil, con todos los fieles devotos: simples y pobres, ricos y austeros, que siguen el Espíritu de la Paz, el Espíritu de vuestra Señora.
En el Cielo esto se refleja como una gran celebración, cumpliendo nuevamente la profecía de que todas las generaciones a través de todos los tiempos, honrarían y glorificarían a la Coronada de Estrellas, a la Madre de Dios.
Los ángeles ven este acontecimiento en el Brasil, como una nueva puerta que se abre en este día 12 de Octubre, no solo en el Universo sino también en este país que tanto necesita de perdón y de redención.
Pero es la devoción y la fe de Mis hijos que siempre Me permitirá llegar aquí, en cualquier lugar del Brasil, cuando la Voluntad de Dios lo establezca. Cuando sus voces oran a Mi Corazón, independientemente donde se encuentren, sepan que la oración es poderosa cuando se hace con el corazón y con todo el amor de sus vidas. Eso renueva sus familias y toda la vida planetaria, trayendo una Gracia excepcional y extraordinaria para este tiempo final.
Hoy estoy entre ustedes, queridos hijos, contemplando a las naciones del mundo y los invito, nuevamente, a renovarse dentro de la Campaña por la Paz; a ser difusores de Mi mensaje, de Mi llamado celestial, para estos tiempos, de vivir ahora y siempre la oración del corazón, para que la paz se establezca en el corazón humano y en el planeta.
Quiero que hoy vengan aquí todos Mis peregrinos, Mis queridos peregrinos, que Me ayudaron a concretar Mi llegada a esta ciudad.
Acérquense a Mi altar para que Yo los pueda bendecir en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Es una alegría saber que el Brasil aún Me quiere, y que todos los días trabaja su fe para establecer en la consciencia la confianza en Dios y en Su Divino Propósito.
Ustedes, queridos hijos, que hoy se aproximan a Mi altar, a Mi altar guadalupano, representan a toda la consciencia de Brasil.
También pido a todos los brasileños que en este momento Me escuchan en lo profundo de sus corazones, que coloquen su mano izquierda sobre el pecho para que pueda resonar para siempre, la Voz de su Madre Celeste, de la Madre que los quiere y los ama, que desea para todos Sus hijos el camino del bien y de la paz, de la esperanza y de la fe, a pesar de lo que sucede.
Así, Yo los uno a Mi Santo Rosario, y hoy forman parte, queridos hijos del Brasil, de las cuentas de Mi oración que Yo entregaré al Padre Eterno y depositaré en Sus Santas Manos, para que Él vea, queridos hijos, que Su Sierva fiel, la siempre Virgen María, cumple la promesa de la salvación y la redención de los corazones. Señalando con Mi Mano Mi Inmaculado Corazón les pido, queridos hijos, confíen en Mí como deben confiar en Cristo.
Confíen en Mí, porque Yo siempre los llevaré a Dios.
Confíen en Mí, porque Yo los protegeré de todo mal.
Confíen en Mí, porque siempre aliviaré sus corazones, calmaré sus sufrimientos, les traeré la esperanza y la Gracia de Dios de la Fuente purísima de Su Misericordia.
Confíen en Mí, queridos hijos de todas las naciones, para que Mi Inmaculado Corazón triunfe a través de sus vidas en toda la consciencia planetaria.
Confíen en Mí, porque siempre contarán con Mis ángeles de Luz.
Yo les entrego en este día, queridos hijos, la bandera de la Paz, para que ella siempre pueda verse en el brillo de sus oraciones y en la sonrisa de sus corazones, porque todo así se curará.
Ustedes son Hijos de María, algunos ya consagrados, y hoy consagrados por Mí, para que se fortalezca en la consciencia de la humanidad el Plan de Dios para toda la Tierra.
Mañana vestirán Mi Manto Celeste de Luz, sintiendo, en primer lugar, sus almas consagradas a Mí en este nuevo ciclo, en que sus vidas se purificarán, pero contarán con Mi guía para que sus corazones siempre se renueven y prevalezca la fe y todo el Amor de Mi Corazón en sus vidas.
No teman transformarse, teman estar lejos de Dios.
Yo los invito, queridos hijos, en el sagrado Oratorio de Mi Corazón Inmaculado, a que sean testigos de Mi Presencia en este lugar, en América.
Oren a su Madre Celeste para que Su Plan triunfe en la Tierra y en todas las almas que despiertan.
Por la Luz que derramó Tu Inmaculado Corazón,
que convirtió los corazones del mundo,
Divina Señora, ruega por nosotros.
Amén.
Bendita Yo Soy entre todas las mujeres, y benditos son sus corazones ante Dios cuando viven en Mi Corazón.
Bendito es el paso que dan en sus vidas.
Bendita puede ser siempre su oración.
Benditos son sus ángeles de la guarda.
Bendito sea el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Ahora canten la oración que han orado.
Les agradezco por responder a Mi llamado y los invito a difundir el poder de Mi Inmaculado Corazón.
Sonrían a su Madre Celeste. La humanidad está despertando de su profundo sueño.
¡Aleluya, aleluya!
Vengo del Cielo a San José do Rio Preto, para que todos me hagan conocer como la Señora de la Liberación y de la Paz.
Yo tengo el poder, después de Mi Hijo, de purificar todos tus pecados a través de Mi Pureza Virginal. Mi Amor Materno tiene el poder de transformar vidas y de liberar las amarras que aprisionan los corazones. Mi Luz Celestial tiene el poder de curar cualquier mal y de aliviar el sufrimiento.
Yo Soy la Madre y Señora de la Liberación, porque tengo la Divina Autoridad de hacerte resurgir de las tinieblas de la vida y de hacerte volar tan alto como un ave. Tengo el poder de absolver tus errores y de transfigurarlos en amor y verdad.
Yo Soy la Madre Universal, la que tiene el poder de irradiar Su Divino Amor entre los espacios y universos.
Yo Soy el Sol radiante que nació de Dios y Soy la que gestó en la Tierra al Hijo Primogénito. Yo tengo la potestad de hacer nacer la vida en un vientre estéril, porque la vida surge por la acción del amor.
Yo tengo el permiso de Dios para socorrerte y para liberarte.
Por eso, que en este día de Júbilo tú tengas fuerzas suficientes para poder entregarme todo lo que te hace sufrir y te impide caminar hacia Dios.
Dios me dio el poder de transformarte y de redimir tu vida a través de la Luz Suprema de Mi Corazón. Ahora, en consciencia y despertar, ustedes conozcan la presencia de la Señora de la Liberación, pues deseo que todos Mis hijos busquen la ayuda que necesitan.
Queridos hijos, hoy me presento por tercera vez en San José do Rio Preto, porque vuestro pedido de que Yo regresara fue escuchado en lo Alto del Cielo. Yo tengo el poder de responder misericordiosamente a las necesidades de todos Mis hijos.
Quiero que sepan que Cristo, Vuestro Señor, actúa también a través del Amor Inmaculado de Mi Corazón.
Yo espero que cada hijo de Rio Preto, se una al poder Redentor de Jesús a través de la Eucaristía, porque ella tiene el poder de perdonarlos y de redimirlos; por medio de la Confesión, que tiene el poder de absolverlos y mediante la Oración, que tiene el poder de fortalecerlos y de prepararlos para el camino de la consagración a Dios.
Dios espera que despierten al poder liberador que vive el Cielo, al poder del amor que se derrama cada vez que la Señora de la Luz desciende y aparece para ayudarlos.
Queridos hijos Míos, vuestro cautiverio está terminando, aférrense a Mi Sagrado Manto porque así Yo los elevaré hacia el Reino de la Paz.
San José do Rio Preto deberá difundir la devoción a Mi Inmaculado Corazón a través de los grupos de oración, ustedes así podrán ser Legionarios de María para el final de este ciclo.
Les dejo amorosamente una oración de liberación y de redención para vuestras vidas:
Suprema Madre,
Estrella Universal,
que Tu Poderoso Amor
libere las amarras.
Que las luminosas espadas
de Tus santos ángeles,
corten la involución
y cualquier dificultad.
Que el poder de Tu cura,
reconcilie nuestro corazón con Dios
y que unidos a Tu Inmaculado Corazón
podamos vivir la promesa
del regreso victorioso de Cristo,
Nuestro Señor.
Amén.
¡Agradezco a todos Mis hijos de San José de Rio Preto por haber preparado con tanto amor Mi llegada!
Vuestra Madre María, Señora de la Liberación
Hijos Míos:
Vengo hoy a vuestro encuentro como Madre y Virgen del Perpetuo Socorro, porque desde los Cielos contemplé la necesidad de auxilio que existe en el mundo. El Señor escuchó las plegarias de las almas que sufren y padecen en esta humanidad, por eso envió a Su Sierva Salvadora, para auxiliar a los pobres de espíritu y de corazón.
Mis amados, este mundo ya cruza el umbral de un nuevo tiempo y muchos pueden sentir esta mudanza en el propio interior. Al mismo tiempo Gracias Infinitas descienden de los Cielos, el Señor permite que Sus hijos sean probados de todas las maneras y que de lo profundo del interior emerjan todas las miserias.
Pero esto sucede, Mis queridos, porque es en este momento que toda la ayuda que necesitan está disponible. Por eso como la Madre del Perpetuo Socorro, les digo que no teman purificarse, que no se resistan ante las pruebas que llegan a sus vidas, mas sí que clamen por el auxilio Celestial y se aferren a todas las Gracias e Instrucciones Divinas que los Mensajeros celestiales trajeron al mundo en los últimos tiempos.
Este es un momento único para toda la humanidad. La Voz de Dios resuena a través de Sus Mensajeros en todos los rincones del mundo, para que no haya nadie que no tenga la oportunidad de despertar y encontrar la ayuda para vivir esta transición que se inicia primero en el propio mundo interior.
Como Reina de la Paz, los convido a vivir la Paz del Corazón de Dios en sus pequeñas vidas y, llevar esta Paz a los que carecen de este atributo Divino. Llegó el momento de que los pacificadores eleven su voz, así como hacen los Mensajeros de Dios, y anuncien al mundo que es posible vivir una vida de profunda Paz, aun en tiempos de transición.
En cada momento de sus vidas, deben saber elegir entre participar de los conflictos y colaborar con el mal, o vencer las corrientes negativas del mundo y vivir la Paz, disolviendo así los planes del enemigo.
El mundo necesita de Paz, y aquellos que vienen a Mi encuentro y reciben de Mi Corazón la intensa Paz que existe en Mi Reino, deben ser capaces de perseverar en esta Paz y dar ejemplo al mundo de cómo alcanzarla.
Hijos Míos, no son tiempos comunes para este mundo. Cuando Mis ojos se vuelven hacia la Tierra, siento en Mi Corazón el sufrimiento de Mis hijos y encuentro en la necesidad del mundo, la valentía para retornar una y otra vez, e incansable, impulsar a vuestros pequeños corazones. Hoy les pido que vean al mundo a través de Mis ojos y que sientan a través de Mi corazón el dolor en el que viven las almas. Así encontrarán la fuerza que necesitan para levantarse cuantas veces sea necesario e intentar, hasta el final de sus vidas, manifestar en la Tierra los Planes de Dios.
Mis amados, hoy la Reina del Cielo viene a vuestro encuentro y les dice que Dios no contempla la cantidad de caídas de la humanidad, sino la capacidad de levantarse y volver a cumplir con la Voluntad Mayor, independientemente de sus debilidades e imperfecciones.
Como Madre del Perpetuo Socorro, les digo que estoy a vuestro lado y aquí estaré siempre, ayudándolos en lo que necesiten. Solo necesito que Me llamen y clamen por Mi auxilio y en seguida estaré visible a los ojos del corazón que Me busca.
Hoy coloco bajo Mi manto a toda esta ciudad y abrazo con amor cada uno de Mis Hijos, que con su devoción y simplicidad, generan méritos para la Salvación de todas las almas.
Les agradezco, Mis queridos por haber respondido una vez más a Mi Llamado.
Yo estoy siempre en sus pequeñas vidas.
Su Madre, María, Santa y Virgen del Perpetuo Socorro
Como una Estrella de Paz, vengo desde el universo para irradiar al mundo el Gran Amor que Dios tiene por Sus Criaturas.
Queridos hijos Míos:
Por segunda vez regreso a San José de Rio Preto para nuevamente consagrarla como una ciudad espiritual a Mi Inmaculado Corazón.
En esta hora de crisis que viven Mis hijos y el mundo Yo necesito de la oración de todas las almas, las que en simplicidad y amor puedan dedicar tiempo a la oración del corazón. Mi Hijo espera que todas las almas respondan a la necesidad de oración que existe para este tiempo en vuestras familias y seres queridos.
Como Estrella de la Paz resplandece Mi Amor Materno ante vuestros corazones y vidas; en amor profundo les traigo un mensaje de Paz y de Esperanza.
Ustedes, Mis queridos y amados hijos, saben cuán importante será que se formen dentro de Mi Escuela de Oración; como Madre esperaré vuestra respuesta y entrega inmediata a Mi Inmaculado Corazón.
Hoy les recuerdo algo urgente: que no olviden vivir los Sagrados Sacramentos que Mi Hijo les dejó. Busquen la comunión interna con Mi Hijo, así ustedes aliviarán Su Sagrado Corazón del peso que recibe del mundo por las ofensas constantes.
Busquen una vida de constante confesión, que ella sea sincera, reparadora y reconciliadora, pues Mi Hijo espera escuchar el clamor de vuestros corazones día y noche. Recuerden que Él es el Sacerdote Mayor.
Busquen ahora, en este tiempo, el sacramento que el Señor hoy instituye, que es el sacramento de la fraternidad; solamente si las almas son fraternas y unidas el mundo podrá curar muchas cosas y la humanidad podrá alcanzar un nuevo estado de Gracia y Misericordia.
Queridos hijos, estoy a vuestro lado como una Estrella radiante durante la noche, vigilo y acompaño los pasos de los que se abren a escuchar Mi Amorosa Voz.
Y hoy les digo, Mis queridos, es tiempo de vivir en Paz, es tiempo de Perdonar y Amar, es tiempo de construir una nueva esperanza para el mundo a través del corazón orante.
Por este encuentro de hoy con ustedes, les agradezco.
Por vuestra respuesta sincera de fe, los bendigo siempre.
¡Gracias San José de Rio Preto por abrirme las puertas de vuestros corazones!
En la Luz de Cristo,
Vuestra Amadísima Madre María, Señora del Santísimo Rosario de la Paz
Hijos Míos:
Que los ejércitos celestiales, en este día, abran las puertas del Reino de los Cielos ante sus ojos, para que puedan conocer y reconocer la Morada para la cual deben retornar en este tiempo.
Que sus corazones estén dispuestos para recibir las Bendiciones y las Gracias que el Señor está enviando al mundo. Es necesario que cada consciencia dé su consentimiento y envíe al Universo un fuerte y determinado “sí”, para que la Luz de Dios descienda a sus vidas.
Vengo al mundo para sacar de la ignorancia a toda la humanidad que vive en la falsa creencia de que el mundo y la vida están encerrados en la materia, en lo que puede ver y tocar.
Mis amados, llego hoy, para mostrarles que no saben nada sobre la vida de superficie de la Tierra y menos aún sobre la vida Celestial. Hasta hoy vivieron en este mundo como niños que no conocen verdaderamente el valor de la vida y muchos se niegan permanentemente a crecer. Es tiempo de que la humanidad madure y no viva más como una raza de jóvenes y adolescentes que actúan sin percibir las consecuencias de sus propias acciones.
Llegó la hora en que el Señor dará a conocer al hombre el producto de su vida y todos los frutos de los árboles que plantaron a lo largo de la existencia humana, surgirán ahora.
No les digo que teman, porque no es el temor que traigo a sus vidas. Les digo solo que despierten, porque la madurez, para muchos, traerá dolor, mas para otros, traerá la alegría de conocer un Universo que estuvo oculto durante toda la historia de la humanidad.
Mis amados, como Madre del Mundo y Madre Universal, debo alertarlos de que ya llegó el momento de descubrir ante ustedes una vida universal, que siempre estuvo aquí y que nunca pudieron encontrarla.
Mis amados, estén abiertos para dar un gran salto, como consciencias y como humanidad, mas caminen con alegría, con la misma alegría de un niño que ingresa en una escuela nueva, en un nuevo grado de su aprendizaje. Es así como se encuentran hoy, ingresando en un nuevo grado de su evolución, que para muchos será mayor de lo que podrían alcanzar por sí solos. Para esto estoy aquí, para ayudarlos a dar ese salto, para indicarles el camino y sostenerlos durante todo este aprendizaje, que es el primero de muchos otros que vivirán en el Paraíso.
Hijos Míos, comprendan la importancia de estos tiempos, porque el “sí” que dan en el día de hoy, representará la respuesta de toda la consciencia humana y determinará el curso de la evolución de sus almas.
Como Madre de cada uno de ustedes, estoy dispuesta a guiar sus pasos y sostenerlos en cualquier circunstancia. Solo les pido que, si aceptan seguir Conmigo, sean fieles a Mis instrucciones, que no les pedirán nada más que un corazón puro y abierto verdaderamente para la vivencia de lo Sagrado y de lo Superior, a través de la oración, del servicio y del amor para con todos los reinos de la naturaleza.
Les agradezco por aceptar ingresar Conmigo en este camino de Redención.
María Madre y Reina de la Paz
Las raíces de la soberbia y de la imprudencia pueden ser arrancadas del suelo de vuestro interior por la firme determinación de vivir la Ley Mayor.
Quien aspire despojarse de sí para siempre, que Me busque.
Quien quiera volverse desconocido ante los ojos del mundo como un nuevo ser, que Me llame con coraje y valentía.
Todo lo que vives es respuesta a todo lo que haces; si sufres mucho, el universo quiere enseñarte algo, no te resistas más; no demores más la llegada a tus células del conocimiento de la transformación. Todo lo que piensas tendrá una consecuencia y todo lo que sientas recibirá un poder mayor.
Descalza tus pies antes de entrar en Mi Templo, deseo construir Mi Morada en corazones impuros a la Luz Celestial. Si quieres ser diferente a lo que vives, lo puedes hacer; la voluntad, el esmero y el esfuerzo serán las puertas que abrirán espacio para el nuevo destino.
No te desanimes, entrégate a Mí y libérate pronto de lo que hace tanto tiempo cargas en tu corazón. El control te hará sufrir y la resistencia fortalecerá tu parecer; sabes que Yo Soy Divino y Omnipotente, Sabio y Amoroso, deja atrás todo lo que oprime tu interior.
Construye en base al provenir y a la esperanza, no retrases los pasos por nada relacionado a tus expectativas; busca en Mi Corazón el espíritu de la Humildad.
Levántense los que han caído; caminen los que están presos en sí mismos, porque llegó la hora de la liberación de la vida entera.
Vacíate de todo, vacíate. Entrégame todo, entrégate. Ama todo, ámalo de corazón.
El universo quiere ser parte de ti, para que tú te permitas ser parte del universo; necesito que hables Conmigo y Me digas lo que necesitas de corazón, estoy para ayudarte. Mi Misericordia todo lo proveerá.
Bajo la Gloria de Dios, sean bienaventurados.
¡Gracias por buscar la Luz de Mi Corazón!
Cristo Jesús
Déjame conocer tu mundo interior, Yo Soy Tu Piadosa Madre, la que conoce los rincones secretos de tu mente y de tu corazón.
En confianza entrégame lo que eres y lo que has hecho mal; acepta a cambio el manantial de Misericordia que Mi Corazón quiere derramar como luz sobre tu ser; así, unidos como uno solo, Yo podré purificar las manchas que oscurecen tu corazón y le daré el brillo perfecto de un corazón puro.
Busca sin demora la Divina Pureza, comienza día a día a observar tus actos, sentimientos y pensamientos. Permite que la oración del corazón renueve tus células y átomos. Permite que suceda el milagro de la oración, que será transfigurar tus errores por medio de los esfuerzos realizados.
El universo es constante armonía y equilibrio, por eso procura que la oración te sintonice con los principios mayores del Cielo, aquellos principios de hermandad que están más allá de este mundo. Y un medio para poder conseguirlo es el puente de la oración, el que rápidamente te unirá a Mi Corazón, Corazón que espera con alegría que te unas al principio fundamental del amor.
Cuando consigas sentir amor verdadero en tu corazón, ese será el momento en el que podrás comenzar a perdonar los errores cometidos en contra de ti mismo o de tus semejantes. El amor siempre llevará al alma orante a encontrar el camino del perdón. Por eso, el mundo de hoy está en contra del propósito de Dios, por la falta de amor y de perdón.
En este tiempo de crisis para todos Mis hijos, Yo vengo al auxilio de todos los que quieran aceptarme como la Regente de sus corazones y de sus vidas; Yo vengo para los que me quieran adoptar como la Madre Universal.
El mundo necesita urgentemente vivir preciosos actos de perdón y de amor, aquellos que nacen de las almas que oran al Padre Celestial pidiéndole y clamándole por Misericordia.
Ningún hijo Mío podrá dar un importante paso en la consagración y en el vacío de sí, sin antes vivir el camino que Yo propongo, que es el camino de la oración del corazón. La oración les dará la fuerza interior suficiente para amar y perdonar como Dios espera.
Ya no quiero más que vuestros corazones ofendan, sino que ellos amen y perdonen; este será el único medio que les permitirá alcanzar la Gracia y la Misericordia.
La humanidad de hoy está al borde de los abismos y de los graves errores que día a día se acumulan, los que afectan a que la humanidad siga en los planes de Dios. Aquellos que acepten la propuesta de vivir en el Reino Celestial a través de la oración sincera, el perdón y el amor serán mediadores junto Conmigo ante el Padre por el perdón de vuestros errores y por la Misericordia para todos Mis hijos.
La hora indica verdaderamente cambiar algo en lo profundo de la consciencia; a los que han sido más instruidos en los últimos años les corresponderá sacrificarse y esforzarse más, por todos los hermanos que no se esfuerzan y que ni siquiera viven el camino de la oración.
¿Y cómo terminará todo esto?
En la promesa de que Mi Corazón Inmaculado los llevará al Reino Mayor, lugar más allá de este mundo, para que al igual que los Ángeles glorifiquen y sirvan a Dios.
Ahora es el momento del mayor esfuerzo y sacrificio, al punto de que ustedes oferten a Dios vuestros internos sufrimientos por toda la humanidad que no se sacrifica y que solo se acomoda a las modernidades.
Todo deberá ser resuelto desde vuestro corazón espiritual, hasta los graves desastres mundiales. Por eso les digo a los hijos que no saben: ya estamos en el tiempo final, ya estamos en la hora de decidir cuál camino escoger.
Yo estaré ante los dos caminos para ayudarlos, pero la decisión y la respuesta están en vuestros corazones.
Les agradece, los bendice y los ama,
María, Madre Auxiliadora
Abre los ojos y ve cruzar el cielo, al Rayo de la Misericordia que el Señor envía al mundo. Ve abrirse los portales de un Reino Sublime, donde habita lo más puro y bello que existe en la creación. Abre los ojos y ve llegar al mundo las Huestes Celestiales, para auxiliar a los que padecen y rescatar a los que están perdidos.
Abre la puerta del corazón y descubre el misterioso acontecimiento que se acerca a tu vida. Ábrete hijo Mío, en consciencia, para un nuevo despertar, para una nueva vida.
Mis amados, un nuevo amanecer surge en el horizonte del mundo y un nuevo sol despunta para iluminar la vida de todos los seres y para hacerlos ver todo aquello que hasta este momento estaba oculto en sus vidas. Este sol llega al mundo para retirar de la ilusión a las almas perdidas y hacerlas reencontrar el camino del cual se desviaron hace tanto tiempo.
Hoy solo les digo que abran los ojos, el corazón y la consciencia. Esto se hace con la intención y con la oración verdadera. Ábranse para descubrir las nuevas posibilidades de la vida que Dios entrega a la humanidad; ábranse para descubrir una posibilidad de vivir en Paz en un mundo que agoniza; una posibilidad de volverse servidores y pacificadores de este mundo.
Mis amados, los convido hoy a ser curadores de esta Tierra herida, sanadores de almas perdidas y moribundas, que mueren en vida y entregan al enemigo todas sus posibilidades de Redención.
Hoy los llamo urgentemente a despertar hacia una vida de unidad, que supere las fronteras de las religiones, de las razas, de las creencias y de las naciones. Hoy los llamo a la Reconciliación con el prójimo y con Dios, para que no teman aceptar lo Divino que se aproxima a sus vidas y que les ofrece nada más que una vida de entrega permanente, de servicio y de Paz.
Vengo al mundo para que la humanidad despierte del sueño en que vive y para que se manifieste en la Tierra el arquetipo del Amor que Dios pensó para el hombre.
Hijos Míos, sus vidas son preciosas delante de Dios y no importa cuánto le fallaron a lo largo de los siglos, la Grandeza de Dios está en lo imprevisible de sus consciencias y Su Gloria se manifiesta en la conversión de las almas del mundo.
Este es un tiempo de urgente conversión, porque todas las Gracias ya fueron derramadas sobre el mundo y muchos se negaron a percibir. Mi presencia llegó al mundo de diferentes formas y Me hice visible a muchos de Mis hijos, para que todos los seres tuviesen la posibilidad de estar a Mi lado. Dios intentó llegar a todas Sus criaturas, pero ellas están ciegas y sus corazones están tan cerrados, que no quisieron ver y sentir esta presencia.
No nieguen más, hijos Míos, el auxilio que se les está enviando. No ignoren más los tiempos que se aproximan, pues hoy el despertar les llega pleno de Misericordia. Mi Amor toca suavemente sus corazones llamándolos a vivir una vida de Paz y fortaleciéndolos para que alcance esta Paz en cualquier circunstancia. Mañana llegará al mudo la Justicia, que despertará a muchos a través del sufrimiento y del dolor y eso sucederá por la elección que cada alma realizó ante las oportunidades que Dios les ofreció.
No vengo para causarles temor, hijos Míos, solo vengo para advertirlos de que otros tiempos llegarán y las consecuencias de las acciones de la humanidad ya están sobre el mundo.
Elijan la Paz y vivan la oración.
Oren con fervor y pidan Misericordia para los que aún duermen.
Les agradezco por acompañar Mi Misión de Salvación de las almas.
María, Madre y Reina de la Paz
Hoy una Gran Rosa Celestial desciende del Cielo y se posa amorosamente sobre la ciudad de São José do Rio Preto; esta sublime rosa es la expresión del Amor Inmaculado de la Madre Celestial.
Por la Rosa Mística, los hijos irán comprendiendo los misterios y los caminos hacia el Padre Eterno, y esos caminos se reabrirán para aquellos que los tenían cerrados. Busquen en ustedes la rosa mística del corazón; contemplen en vuestros seres la esencia verdadera, aquella que desde el principio proviene de la Fuente de Dios. Así ustedes reconocerán vuestra verdadera identidad espiritual entre el Cielo y la Tierra, porque los Divinos Ángeles del Trono, los ayudarán a encontrar el único camino de regreso, el cual los llevará a la eternidad. Eso será posible a través de vuestras oraciones.
Las tres rosas místicas que Yo llevo sobre Mi Inmaculado Corazón, aspiran a revelar al mundo los tres principios y atributos que ayudarán en la conversión de la humanidad y en su perdón, perdón por todas las faltas cometidas ante el Padre del Amor.
La Verdad Suprema es la Rosa Mística que les revelará el camino a seguir, un camino libre de obstáculos y de interferencias.
La Rosa Mística del Amor Puro es la conductora de vuestros corazones y es la que les permitirá ver, por sobre todas las cosas, el Amor de Dios.
La Rosa Mística de la Oración, es la que construye y restaura lo que ha quedado dañado en el interior de cada ser. La Rosa Mística de la Oración es la que abre las nuevas puertas y en consecuencia cura profundamente la vida de cada alma que se una a este misterio divino.
Las tres rosas místicas de Mi Corazón, se muestran ante vuestros ojos para que ustedes perciban que llegó el momento de cambiar algo de este mundo y especialmente para que todos Mis hijos se tornen colaboradores del Plan Mayor.
Vuestra Señora de la Rosa Mística, hoy se presenta ante el mundo y en especial ante esta bendecida ciudad de São José do Rio Preto, con el fin espiritual y divino de despertar a todos los que duermen, hace tiempo, para la vida de la consciencia y de la Verdad Suprema.
El Señor me ha pedido que los llame a todos porque existe una gran necesidad de oración por el mundo; si todos dieran esta respuesta, la humanidad entera de Norte a Sur y de Este a Oeste alcanzaría un tiempo más de paz.
La Señora de la Rosa Mística quiere llevar a Sus hijos al encuentro precioso con Jesús; si muchos reencendieran el amor que han perdido por Cristo, la Misericordia Infinita disolvería las deudas universales que ha generado la humanidad y una oportunidad de cura interior podría surgir en los corazones y en las mentes más cerradas a la conversión y a la redención.
En toda esta Obra Redentora participan los Santos Ángeles del Cielo y silenciosamente colaboran a través del Amor de Dios, para que el mundo no se sumerja en la oscuridad.
Por eso, queridísimos hijos, es hora de formarse como un soldado victorioso de la luz y de la oración. En vuestras oraciones diarias ustedes encontrarán el consuelo que nadie sobre este mundo les podrá entregar, porque estar en oración es quedarse en la plenitud de la Paz del Señor.
La oración definitivamente será la llave que redimirá la Tierra.
Hijos amados de São José do Rio Preto:
Hoy vengo desde el Cielo para llamarlos a que caminen de manera segura por el sendero de la consagración de todos vuestros corazones a Mi Inmaculado Corazón.
Desde ahora, vuestras vidas y vuestra ciudad cuentan con la amorosa intercesión del Castísimo Corazón de San José, para que así pueda surgir en el fin de los tiempos, la nueva familia de la paz y del bien, la familia que reflejará los mismos principios que la Sagrada Familia de Nazareth.
Queridos hijos: muchas son las aspiraciones de Mi Corazón y de que ustedes puedan dar los pasos. El Señor en este día, por medio de Mi presencia, les envía Su Amor y Su Gracia para todos los presentes.
¡Gracias São José do Rio Preto por abrirme la puerta del corazón confiado!
Les agradece y los bendice,
Santa María, Rosa Mística
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos:
Como Madre, abro los brazos para acoger a Mis hijos y, de esta forma, acojo al mundo entero que está tan necesitado de Paz y de Luz.
Hoy, Mi Inmaculado Corazón se engrandece y entra en un profundo júbilo, porque Mis hijos han escuchado Mi llamado por la Paz.
En esta noche, invito a cada uno de ustedes, Mis pequeños, a ingresar al Reino de Dios. Dios está muy alegre por su respuesta sincera y honesta. Que estas Gracias se multipliquen para aquellos que hoy no están aquí. En verdad, les digo, queridos hijos, que la Reina de la Paz coloca a cada una de sus esencias debajo de Mis Rayos Misericordiosos como respuesta y gratitud a todo lo que Mis hijos han dado desde el principio, desde el primer momento en el que Yo quería llegar aquí para transmitirles un poco más de Mi Paz.
Ustedes saben, Mis pequeños, que, hace mucho tiempo atrás, Yo estuve en Medio Oriente acompañando la Pasión de Mi Hijo Jesús y, desde el momento en el que Él Me entregó a ustedes, Mi Inmaculado Corazón se abrió para acoger a cada uno de Mis hijos.
Quiero, de São José do Rio Preto, un llamado profundo por la paz y por el bien. Necesito, Mis pequeños hijos, que esta ciudad se convierta, al igual que otras, por donde Yo he pasado, en un paraíso de paz, en un gran espejo de oración que comenzará a través de sus oraciones, principalmente en sus familias, para que la cura del Espíritu Santo pueda irradiarse a sus corazones.
Queridos hijos, he recibido en Mi Corazón Materno cada una de sus intenciones y súplicas. Dios Me ha permitido regresar una vez más a esta ciudad.
Por eso, en esta noche, Yo los invito, queridos hijos, a consagrarse al Corazón de Mi Hijo. Él es muy ofendido en estos tiempos y no es escuchado. Yo traigo, a través de Su Corazón Misericordioso, la liberación de sus almas, la cura espiritual que cada hijo necesita para que se abran las nuevas puertas hacia la paz.
Queridos hijos, ustedes saben que Yo estoy en este mundo, a lo largo de los siglos y de los tiempos, para transmitir una Verdad que cada uno debe escuchar. Y Mi principal llamado para América del Sur es invitarlos al camino de la conversión, y eso lo conseguirán, hijos Míos, en la simplicidad de la oración, en los buenos actos de caridad, en la ayuda a los necesitados, en recordar todos los días que ustedes pertenecen al Señor, su único Señor de las Alturas.
Hoy, derramo sobre cada uno de Mis hijos el Amor Inmaculado de Mi Corazón, para que, en estos tiempos, puedan prevalecer firmes y unidos a Mi Corazón, juntos al Propósito Divino; porque es necesario, queridos hijos, que sus corazones se abran, es necesario, queridos hijos, que el mundo cambie en este tiempo. Sus corazones pueden sentir, verdaderamente, que las cosas no están bien en este tiempo.
A través de Mi llamado inmaculado, les traigo la Buena Nueva y la esperanza: que la Gran Estrella de este universo, el Sol y el Corazón de Mi Hijo volverán al mundo en los momentos más difíciles, pero ustedes no deberán temer por esos tiempos. Si sus familias se consagran como templos de oración, todo estará dicho y Yo podré interceder una vez más por esta humanidad.
Los nuevos rebaños de Cristo, los apóstoles del corazón interior, aquellos que darán testimonio de la Venida de Mi Hijo, caminen en la oración, siéntanse seguros en ese camino. En poco tiempo los problemas se resolverán, la Luz descenderá sobre sus familias porque Mi Presencia Eterna estará entre ustedes.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Vengo, en esta noche, a despertar a aquellos de Mis hijos que se comprometieron Conmigo hace mucho tiempo. Por eso, Mi Corazón se alegra por este reencuentro con sus pequeños corazones.
Hoy, les digo, Mis amados, que cada una de sus almas tiene un compromiso con el Corazón de Dios; compromiso que hicieron desde el origen y que deben manifestar en este tiempo.
Vengo, a esta ciudad, a entregar a cada uno de Mis hijos la Gracia que le corresponde, porque, a través de cada uno de ustedes, intercederé por una diferente situación en el mundo.
Solo los que le dijeron sí a este Plan de Amor y de Paz sobre la Tierra se tornarán instrumentos en las Manos de Dios; a través de ellos, cuando estuvieran en oración, el Señor obrará en el mundo y enviará Su cura y Su redención no solo a las consciencias, sino también a todos los Reinos de la Naturaleza.
Hoy, hijos Míos, alegren sus corazones por estar delante de Mi Presencia y coloquen a Mis Pies todas aquellas situaciones que los separan de Mi Corazón. Coloquen entre Mi y Dios todo aquello que necesita de Mi intercesión, porque colocaré en Mis Manos cada una de sus vidas y aquellos que tuvieran valentía de ofertarse al Señor tendrán sus vidas colocadas a los Pies de Dios y estarán bajo Sus Ojos y bajo Su protección en este final de los tiempos.
No les pido nada complejo, no les pido grandes obras; solo les pido que oren, que consagren sus vidas, un instante de su día para dedicárselo a Dios, para recordar que, a pesar de todo lo que hay en el mundo, existe una Luz Mayor que los observa permanentemente y que aguarda con paciencia que Sus hijos se vuelvan a Su Corazón.
Hoy, hijos Míos, vengo a retirar un velo de sus consciencias para que el Universo de Dios despunte en el horizonte de sus vidas. Una realidad mucho mayor los aguarda, una luz mayor espera encenderse en sus vidas para equilibrar aquellas situaciones que necesitan de cura y de redención.
No hay pecado en el mundo que no pueda ser redimido, no hay nada, hijos Míos, que no merezca el Perdón de Dios; es solo necesario que, en humildad, vuelvan sus rostros al Creador y le pidan Misericordia, porque esa Misericordia descenderá y transformará cada una de sus vidas.
Jamás pierdan la fe en sus corazones, fe que Yo vengo a alimentar y a encender cada día. Y si oran con el corazón y de verdad, podré mantenerla viva mientras estuvieran en la Tierra y por toda la eternidad.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Quisiera en esta noche que muchos Me vieran, pero es importante que guarden Mi Presencia en sus corazones. A esta Sagrada Presencia nadie podrá quitárselas, porque Dios es omnipresente, piadoso y bondadoso con cada uno de Sus hijos.
Queridos hijos, antes de despedirme de ustedes, quiero realizar una oración, un pedido, una intercesión por los más enfermos, para que en verdad puedan curar sus espíritus y, nuevamente, a través de la paz se reconcilien con Dios.
Hijos Míos, sepan que no hay nada separado, la unidad se encuentra en su profundo ser. Regresen a ese interior, sientan en sus corazones la Presencia invisible de Dios. Ella no perecerá, cuando tan solo le abran la puerta y le digan: “Señor, acepto la redención”. Desde ese momento, sus vidas cambiarán y se entregarán plenamente al Señor.
También, bendeciré estas sagradas imágenes que son el símbolo de Mi Presencia en las diferentes partes del mundo; pero Mi Presencia verdadera y real se encuentra en la unión con ustedes, por medio de la oración del corazón. La llama de la Pureza, llama sagrada de la Verdad y del Bien, se podrá reencender cuando oren Conmigo todos los días por esa situación.
Yo siempre les agradeceré y los acogeré en Mi Corazón.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
María, Nuestra Señora, pide que se aproximen los más enfermos para que puedan ser ayudados.
Madre María Shimani de Montserrat:
En silencio, mucho silencio.
Vamos a cantar “Inmaculado Corazón de María”.
Con mucho silencio y mucha tranquilidad, nos vamos a ubicar aquí.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
“Bondadoso Padre del Cielo
intercede por estos, Mis hijos amados,
que buscan la cura profunda
del corazón y del alma.
Que los Poderosos Rayos,
que emanan de Tu Corazón Sacratísimo,
lleguen a toda la humanidad para que,
antes del Regreso Victorioso de Cristo
las almas se puedan elevar al Cielo
y glorificar eternamente Tu Nombre.
Que la cura se establezca,
que la redención se concrete
y que la Divina Misericordia restaure
a todos los corazones
por los siglos de los siglos
y por el poder del Espíritu Santo.
Que así sea.
Amén”.
Gracias, hijos de San José, por haberme recibido. Les agradezco. Eleven a Dios sus corazones porque han nacido de nuevo en el Camino espiritual de Cristo.
Los amo, y los bendigo siempre.
María, Reina de la Paz
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Madre María Shimani de Montserrat:
Vamos a cantar ahora, todos juntos, para finalizar: “María de Nazaret”.
Ahora, nosotros vamos a hacer un pequeño relato de lo que sucedió en la Aparición y, si a todos les parece bien, se pueden quedar allí donde están.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Hoy, como todos escucharon, Nuestra Señora llegó como la Reina de la Paz, vistiendo un velo blanco, un Manto celeste, una túnica rosa y un cinturón dorado. Ella estaba descalza. Llegó hacia este lugar como un sol radiante, como el sol que conocemos, pero más brillante, más luminoso, e iba introduciendo Sus rayos dentro de cada uno de nosotros.
Antes de que llegara Nuestra Señora, los ángeles le abrieron la puerta por donde Ella descendió.
Cuando Ella llegó, lo primero que hizo fue sonreírnos, abrir un poco Su Manto y mostrar Su Inmaculado Corazón, un Corazón que latía fuertemente en Luz.
También vimos, en un momento, la Presencia de San José, que estaba en un lugar más alto que Nuestra Señora, y Él bendecía haciendo la Señal de la Cruz. Cerca de Él, había muchas ovejas que lo acompañaban y también los Ángeles de la Guarda de algunos de ustedes.
Antes de la llegada de Nuestra Señora, fueron acompañándonos algunos ángeles que se manifestaron. Eran ángeles fuertes, como si fueran invencibles. Lo que percibíamos, en ese momento, es que esos ángeles, que estaban atrás de ustedes, se estaban activando como si fueran a iniciar una nueva tarea, recibiendo una oportunidad de poder guiarlos.
En el momento en que la Madre hizo la consagración y la cura, Su Faz mudó y apareció como Nuestra Señora de Fátima, Nuestra Señora del Santísimo Rosario. Ella fue aproximándose despacito a ustedes, a los que estaban más próximos del palco. Y, en ese momento, Su Corazón Inmaculado, que tenía espinas, se convirtió en un Corazón con rosas, un Corazón de sangre que latía fuertemente y que salió desde el centro de Su pecho para irradiar a los presentes.
Cuando Nuestra Señora hizo esa invocación, esa oración, pidió la intercesión del Arcángel Rafael, y enseguida Él respondió.
Entre Nuestra Señora y este espacio se abrieron muchas puertas, Cielos, uno dentro de otro, donde fue descendiendo la Luz de Dios que era irradiada a través de Su Corazón Inmaculado.
Durante el trabajo de oración, desde el principio, también tuvimos la compañía del Padre Pío de Pietrelcina, que estaba acompañándonos y bendiciéndonos, orando junto con nosotros por este momento.
Cuando Nuestra Señora anunció que regresaría a São José do Rio Preto; entendimos que nos invitaba, en esta noche, a prepararnos en oración desde este día hasta que Ella regrese, que no sabemos cuándo será, pero según lo que Ella nos dijo, por Su tarea planetaria estará pronto con Sus hijos.
Nos invitó también a guardar Su Presencia en nuestro corazón y a creer en Su Presencia.
Madre María Shimani de Montserrat:
Por eso, vamos a preparar nuestros corazones para el retorno de Nuestra Madre y mientras Nuestra Señora no llega a São José do Rio Preto, vamos a orar y a acompañarla en toda Su tarea de peregrinación por América, que ustedes podrán ver y acompañar a través de internet, como todos ustedes, que hoy están siendo vistos en todo el planeta.
Así, vamos a poder acompañar a Nuestra Señora hasta que Ella regrese a esta ciudad.
Nosotros hicimos un pequeño cántico, un cántico bien alegre para llamar al Espíritu Santo. Hoy, vamos a finalizar todos juntos, entonando este pequeño cántico para que el Espíritu Santo llegue hasta nosotros.
¡Vamos!
Canción: “Invocación al Espíritu Santo”.
¡Gracias, Madre, por cuánto nos das!
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más