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Cánticos de Figueira - “Aleluya”
En este cántico la invocación interna se centra en la receptividad de la consciencia delante de la enseñanza y el conocimiento dados por su Maestro, es decir, el Instructor; y en la apertura para escuchar la Verdad, a fin de aprender a seguir la Ley y a cumplirla.
Ese amor por la Ley permitirá que el alma despierte aún más hacia el servicio, porque la llevará a buscar el bien en todo lugar y la impulsará hacia la ardiente aspiración de alcanzar, por medio de la devoción, la unión con la vida universal.
El cántico también revela que el discípulo no tiene incertidumbres al respecto de la gran Jerarquía. Eso es porque la fe del discípulo está concentrada en aprender a vivir y a amar la Ley de la Jerarquía.
Esto trae seguridad interior en los pasos que se deberán dar para concretar, algún día, la experiencia de la misión a realizar en este mundo.
Para llevar adelante esa experiencia, que cambiará la vida del discípulo, el cántico indica el camino, diciendo que los hábitos deberán cambiar para que esa experiencia de vivir la misión sobre la Tierra sea verdadera y no tenga oscilaciones.
Toda esa entrega que se realizará será en el nombre del Señor y por Su Gloria. Esto llevará al discípulo a desprenderse de las riquezas a través de la vivencia de la Ley.
Para que esa experiencia total se refleje en la vida del discípulo, él debe medir sus fuerzas durante su purificación y no desafiar al mal.
Así, en esa resignación y entrega, él surgirá como electo, entre tantos, para reflejar solamente gratitud delante de los Mensajeros que llenan el Cielo de señales determinantes para el espíritu y profundas para la transformación del alma.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Hijo Mío:
Cuanto más busques a Dios, más ingresarás en el Conocimiento de Dios y más amarás a Aquel que está en todo y que abarca toda la vida.
Deja que tu corazón se adentre en el Conocimiento de Dios cuando oras; cuando lees las Palabras que Él te envía por medio de Sus Mensajeros; cuando te adentras en el misterio de los Libros Sagrados y dejas que la inspiración de Dios, a través de la palabra y de la vida de los profetas, te inspire; cuando entras en una verdadera comunión con la Naturaleza, con los Reinos, con la vida.
No te lamentes por no amar a Dios como quisieras o como sentirías correcto amarlo.
No te lamentes por no tener las circunstancias que crees necesarias para buscar a Dios, porque la búsqueda de Dios está en tu corazón y tu corazón está contigo dondequiera que estés.
Por más que estés en una situación de caos, Dios sigue estando dentro de ti.
Por más que estés en un desierto interior, Dios sigue estando dentro de ti.
Por más que estés sumergido en las distracciones y en los quehaceres del vivir común humano, Dios sigue estando dentro de ti.
Y hoy te digo que es con muy poco que Dios se hace sentir en tu corazón. No necesitas ser conocedor de grandes ciencias ni de filosofías trascendentales, porque la Verdad de Dios se revela en ti, en lo que tú verdaderamente eres.
Todo lo que existe son caminos que te ayudan a llegar; son manos que se tienden a través de las Palabras sagradas que Dios le entrega al mundo por medio de las ciencias espirituales, de Sus Mensajeros, de Sus profetas.
Busca a Dios y acepta la Mano que se tiende hacia tu corazón a través de Sus Palabras.
Busca a Dios en una oración sincera y deja que Él te revele la inmensidad de Su Presencia, de Su Existencia; y que también te muestre la pequeñez de tu vida, de tus problemas, de tus lamentos.
Eleva tu consciencia en oración para que Dios te revele Su Simplicidad.
Rinde tu mente a Su Divino Corazón y deja que Su Grandeza disuelva tus mezquindades.
Ya es tiempo, hijo Mío, de elevarte verdaderamente, de elevarte al Corazón de Dios.
Eres llamado a amarlo por encima de todas las cosas y a expresar ese amor a través de tu vida, y para eso debes darle lugar para que Dios se exprese en ti.
Muchos caminos ya te fueron presentados, muchas manos vinieron en tu auxilio. Sintetiza todo eso en tu mundo interior y encuentra en ti la Presencia de Dios.
Silénciate para sentirlo; silénciate para escucharlo; silénciate para expresar a Dios, que está vivo en tu corazón.
Tienes Mi bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Clamen por la misericordia y vivan la paz. No dejen que el terror que se expande por el mundo tome sus corazones y los lleve a la desesperanza. Los soldados de Dios deben estar con la antorcha de la fe siempre elevada hacia lo alto, dando a conocer la luz para los que caminan en la oscuridad.
Mientras el Corazón de Dios padece por las acciones de la mayoría de la humanidad, que se está distanciando de Su Amor y de Su Paz, los Mensajeros Divinos solo les piden que sean un aliento y una esperanza para el Reino de los Cielos, que aguarda la concreción de los Planes del Altísimo.
No se dejen llevar por las corrientes del mundo. Recuerden que son una barca de salvación para los incrédulos y los desesperanzados, para los solitarios y abandonados, tanto en la vida como en el espíritu. Nutran sus consciencias con el bálsamo de luz que traemos del Cielo y remen contra esa corriente de oscuridad con actos de paz, con la oración, con el perdón y con el amor.
No alimenten los juicios que el mundo realiza sobre una realidad que desconoce, ni tampoco permitan que sus consciencias ayuden a la humanidad a sumergirse en lamentaciones. Sean un motivo de elevación para el mundo.
Sepan que todo debe ser equilibrado, todo debe ser corregido y elevado por el corazón humano. Si existen muchos seres que caminan en contra de la Voluntad de Dios, aquellos pocos que escuchan Su Llamado deben multiplicar los esfuerzos y no ceder frente a los estímulos involutivos.
Mis amados, sean fuertes y valientes, perseverantes en Dios, porque esta prueba recién está comenzando, y la humanidad aún deberá escoger el amor frente a muchas atrocidades que el enemigo generará.
Sepan que jamás deben desistir del Plan de Dios y, aun delante de los peores acontecimientos del mundo, perciban que Dios no los desamparó. Él está dentro de ustedes, llamándolos a perseverar en el amor y, así como Su Hijo, a vencer el sufrimiento de la cruz y resurgir en espíritu, mediante el poder de la Misericordia.
Escuchen con atención Nuestras palabras, porque son pronunciadas para ayudarlos a superar las pruebas de estos tiempos y a perseverar en Dios para siempre. De la misma forma hicieron los patriarcas, los ángeles y los arcángeles que guiaban a Jesús y lo alentaban para que permaneciese en Su Propósito de Amor a pesar de la negación de los hombres.
Yo los amo y los invito a orar sin cesar, porque la prueba definitiva ya está comenzando para la humanidad. Dejen de lado las mezquindades de sus vidas y dedíquense sin límites a Dios. Así lo indica la necesidad del mundo.
Su amado padre y compañero,
San José Castísimo, que ora por la humanidad y por el planeta, permanentemente.
La presencia de los Mensajeros Divinos en los Centros Marianos colma el espíritu de cada uno de ellos y mantiene vivo y fluido el manantial de paz y de misericordia para el mundo.
Sin embargo, en estos tiempos ustedes deben comenzar a ser portadores de esta Presencia Divina en su propio interior.
Así como Nosotros abrimos las puertas que los conducen al Reino de los Cielos y retiramos del abismo del planeta a las almas que están clamando por liberación, ustedes también deben abrir esas puertas con la pureza del corazón.
Se aproxima el día en que los Mensajeros Divinos no estarán más tan cerca del mundo como ahora, pero eso no significa que los Centros Marianos perderán la vida y el fervor.
Comprendan, queridos, que Nuestra presencia celestial fue construyendo, a lo largo de los últimos años, una fortaleza en su interior, pues les enseñamos a todos a que sean mediadores entre el Cielo y la Tierra, por medio de oraciones y de acciones unidas a Dios.
Les pido que jamás pierdan la alegría de servir a Dios y que siempre entren en esta casa con la misma alegría con la cual llegan para recibir a los Siervos de Dios que los vienen a instruir.
Ustedes deberán ser el alma de los Centros Marianos, la vida que anima y da sentido a la existencia de estos puntos de oración.
Las almas que están perdidas deben encontrarse a sí mismas al llegar a esos puntos de luz para el mundo y, estando delante de ustedes, deben encontrar la Presencia de Dios y un ejemplo para seguir. Esto será así, porque Dios ya depositó Sus Gracias dentro de sus corazones y las fortalece siempre que ustedes oran con sinceridad.
Si a diario renuncian un poco más a sí mismos y a sus propias aspiraciones para servir a Dios y para ser un instrumento Suyo en el mundo, el Plan Sagrado del Altísimo podrá cumplirse.
Estén siempre unidos, guarden en el corazón estos momentos en los cuales estuvimos entre los hombres y, de esta forma, su fortaleza interior jamás se desmoronará.
Yo los amo y, por eso, los llamo para que sean pequeños mensajeros de Dios, aquellos que abren las puertas del Cielo y liberan al mundo de la oscuridad que en él habita.
Sean humildes y simples de corazón y estarán en el camino correcto. No aspiren a nada más que no sea cumplir con el Plan de Dios y así será.
Sean sinceros en su entrega y verdaderos en su camino. Arrepiéntanse de corazón cuando se equivoquen y no vuelvan a cometer los mismos errores.
Sigan Nuestras palabras, porque para eso fueron pronunciadas. Estudien los mensajes que les entregamos y den más importancia a las cosas de Dios que a las propias tareas y ocupaciones; así, ustedes enviarán al universo una señal de que están intentando amar el Plan de Dios, y el Señor los ayudará.
Paz para el planeta y para sus vidas.
San José Castísimo
Queridos compañeros:
Quisiera recordarles que el mundo aún agoniza y padece por las acciones de la humanidad. Sin embargo, no les digo esto para martirizar sus consciencias y hacerlas sufrir un mal que no conocen. Les digo todas estas cosas porque, con todo lo que reciben a diario, deben ser un poco más consecuentes con sus acciones, aspiraciones, pensamientos y sentimientos.
Muchos se olvidan, frecuentemente, de lo que sucede en el mundo y dejan que la consciencia se pierda en las distracciones del día a día y en los pequeños problemas internos, que se vuelven grandes, dada la enorme atención que colocan en ellos.
Los seres, en su mayoría, no reconocen verdaderamente que estamos en tiempos apocalípticos. Hasta los que se consideran más conscientes necesitarán de un gran impacto en la consciencia para que sepan que, en realidad, llegó el final de los tiempos para la humanidad actual.
Dios espera que aquellos que creen en Sus Mensajeros y que siguen Sus instrucciones estén más vigilantes que nunca y traten, por sobre todas las cosas, de manifestar en sí mismos el Propósito de Dios en el cual confían.
Yo siempre les dije que necesitan ser valientes, pero muchos toman esas palabras con un entusiasmo meramente emocional y creen que serán valientes cuando estuvieren delante del caos que se propaga por el mundo con violencia. Pero lo que vengo a mostrarles es que ese mismo caos habita dentro de las criaturas del mundo en sus debidas proporciones, y que debe ser purificado y elevado por la transformación de la consciencia.
Poco valdrá que Mi Casto Corazón descienda todos los días al mundo y deposite en los seres una parte de los códigos que alcancé como José de Nazaret, si sus corazones no hicieren nada o casi nada para desarrollar esos códigos dentro de sí.
No quiero desalentarlos ni desmerecer sus esfuerzos, pero deben reconocer que su distracción es muy grande y que aún se permiten, muchas veces, vivir los viejos patrones humanos, aun con todo el conocimiento que tienen de la actual situación planetaria.
Hoy Mi Corazón paterno les habla a los que aspiran a vivir la transformación y a los que no se sentirán heridos con lo que digo, pero sí impulsados a la madurez, porque vengo en este tiempo definitivo para entregar lo mejor que hay en Dios para aquellos que seguirán adelante.
No tendrán treinta años más para seguir con un cambio lento y precario, pues lo que construyen dentro de ustedes, hoy, es lo que resultará en los años que llegarán y es lo que dictará los pasos que darán como consciencias en el futuro del planeta.
Yo les aseguro que nada quedará como está y que, con los que acepten seguir adelante, el Plan de Dios se cumplirá.
Yo los amo y les advierto. Yo los guío y los protejo siempre, sobre todo de sí mismos.
Su amado padre e instructor,
San José Castísimo
A lo largo de la historia de la humanidad, pocos fueron los corazones que se abrieron para descubrir la verdad de la vida superior, porque la humildad siempre fue un atributo raras veces encontrado en el corazón humano.
Por eso, muchos prefirieron creer que no existía nada más allá de la propia existencia, e incluso que Dios era un mito para los corazones, tan grande era su ignorancia, su orgullo y su arrogancia. Muchas veces, aquellos pocos que pudieron encontrar un rayo de luz de este gran Sol, que es Dios, cayeron en el orgullo y en la ignorancia de creerse conocedores de todas las verdades. Tan grande fue el orgullo de esos seres, que se separaron de Dios, creyendo que vivían plenamente dentro de Su Corazón.
Es por este motivo que hoy los Mensajeros Divinos vienen a hablar a los humildes, a los mansos y a los simples. Es por ese motivo que nos acercamos a ustedes, hablándoles como si habláramos a niños pequeños, porque así deberían ser para estar ante la Enseñanza que traeríamos en el final de los tiempos.
Los arrogantes creyeron que ya sabían todo lo que les decíamos y no percibieron que podrían saber el camino, pero, al llegar a las puertas del Cielo, no tendrían las llaves para abrirlas, porque la humildad es la llave maestra que une los corazones a Dios.
Comprendan que sin humildad ustedes jamás podrán seguir los Planes de Dios, porque solo un corazón humilde puede seguir indicaciones que él no comprende, no acepta y que, a veces, van en contra de todo lo que siempre creyó.
Ahora que muchos ya fueron fieles a las indicaciones celestiales, podrán comenzar a comprender algunas verdades y el rompecabezas se irá armando delante de sus ojos, para que así fortalezcan la confianza en Dios. Pruebas mayores de fe llegarán a sus vidas y los pequeños test que experimentaron hasta hoy los prepararán para los días que vendrán.
Nunca se olviden de que deben ser como niños, que jamás pueden perder el espíritu de humildad, pues así podremos revelarles grandes misterios de esta Creación Divina.
Yo los amo y los bendigo siempre,
San José Castísimo
Para que consigan transitar en un período de caos planetario y ser una fuente de paz para los seres, y no colaboradores de lagran red de disociación del planeta, ustedes deben comenzar a fortalecer el espíritu con el conocimiento de una vida superior y con la vivencia y experiencia propia de que esa vida superior existe y de que las dimensiones materiales de consciencia solo un reflejo de todo lo que se manifiesta en el universo.
La diferencia entre un grupo consciente de la realidad planetaria y otros grupos orantes que existen en el mundo, sustentados solo en lo invisible de su fe, son las herramientas que cada uno tendrá al final de los tiempos, cuando podrán colaborar con la humanidad en el momento en que comiencen a emerger las verdades que siempre estuvieron ocultas.
Durante mucho tiempo, Nuestro Espíritu Divino fue sumamente silencioso y entregó a la humanidad pequeños impulsos y señales que demostraban Nuestra Divinidad, pero que no revelaban a los ojos humanos lo que existe entre la materia y el Espíritu de Dios, que es la vida manifestada en las diferentes dimensiones existentes entre la tercera y la décimosegunda dimensión.
Hoy, Nuestra Voz comienza a entregar nuevas señales y a develar nuevos secretos para toda la humanidad, porque en estos tiempos el adversario de Dios intentará confundir a muchos espíritus que están buscando la verdadera Luz y, así, muchos seres tendrán visiones que no son verdaderas o recibirán instrucciones que, más que aclarar, confunden el corazón. Es por esta razón que comenzamos a revelar lo que la humanidad deberá reconocer para dar su salto evolutivo.
Quiero que sepan que una instrucción que proviene de Dios es aquella que los conduce hacia el espíritu de la humildad y de la fe; es aquella que contiene, en su interior, la pureza que el corazón puede sentir al tomar contacto con ella.
Por eso les pido que no escuchen todo lo que dicen en el mundo, tanto fuera como dentro de ustedes mismos; no se dejen perder por las confusiones o por la propia necesidad de cumplir
determinadas funciones dentro del Plan de Dios, porque para cada uno el Creador tiene una idea perfecta y un plan único. Además de eso, muchos de los que están en el mundo queriendo ser alguna cosa vinieron para aprender a ser nada.
Tengan confianza en que los Mensajeros de Dios les dirán todo lo que ustedes necesitan escuchar y sigan con atención Nuestras palabras.
Si pudiesen vivir al menos un mensaje de los miles que transmitimos en los últimos años, ya estarían mucho más próximos a la existencia de la Nueva Humanidad y ya podrían, incluso, saber quiénes son o, por lo menos, lo que no son y, así, ser guiados por el espíritu de la Divina Humildad de Dios.
Para que Mi Corazón siga revelándoles los secretos celestiales y que muchas consciencias despierten del sueño, necesito que sean consecuentes con todo lo que les estamos entregando.
Yo los amo y espero poder conducirlos cada vez más profundamente hacia el cumplimiento de los Planes de Dios.
San José Castísimo
Queridos compañeros de Mi Casto Corazón:
No cabe más repetir que son tiempos de emergencia en el mundo.
Nuestras Palabras necesitan llegar a todo el planeta. No podrá haber una sola alma que no conozca la Presencia de los Mensajeros de Dios en este lugar (1). Por eso, hoy les pido que difundan Nuestro llamado sin medo, sin tener vergüenza de proclamar la propia fe, sin temor a no ser aceptados o reconocidos por aquellos a quienes respetan y aman.
Solo coloquen en sus consciencias que todos necesitan despertar, que no habrá más tiempo para las ilusiones de la vida, porque la oración será la única salida para la situación planetaria.
No piensen en lo que sentirán los seres, no se preocupen con lo que manifestarán las mentes de las personas en el mundo; solo vislumbren la necesidad de las almas de reconciliarse con Dios, de orar y de unirse al Plan del Creador.
No importa la respuesta inmediata de las consciencias al entrar en contacto con Nuestras Palabras. Lo que verdaderamente importa es que la semilla de Luz estará plantada dentro de los seres y cuando les llegue el momento de la real necesidad, tendrán a qué recurrir: recordarán aquellos valles del Brasil (1) y también aquel refugio de paz entre los naranjales (2), recordarán las montañas que guardan al Espíritu Santo de Dios (3) y también aquellas que amparan el futuro de la humanidad con códigos del Niño Jesús (4) para que sean depositados en los pequeños de este mundo.
Anuncien a sus familias que sus vidas no son más las mismas. Anúncienlo a sus conocidos, anúncienlo a los desconocidos que necesitan paz. Anúncienlo a los ricos, anúncienlo a los pobres. Anúncienlo a los sanos y a los enfermos, a los jóvenes y a los ancianos.
Que el futuro del planeta encuentre la esencia de la paz en los corazones de los más jóvenes y que, aquellos que partan de este mundo, los más ancianos, puedan llevar el descubrimiento del amor a donde vayan después de esta vida.
Les hago este pedido porque las almas no pueden perder la oportunidad de vivenciar el amor, ya que para eso vinieron al mundo.
Que se cierren las puertas de los infiernos ante la respuesta orante de todos los corazones que despiertan a tiempo.
Que la Perfección de Dios, existente en el interior de todas las criaturas, no sea sustituida por las innumerables miserias capitales que el enemigo sembró en la consciencia humana.
Hoy, Yo los llamo a ser verdaderos apóstoles de Cristo, sin temor ni vergüenza, aunque parezcan locos, que la locura santa sea expresada en sus corazones.
Que sus acciones de amor y de fraternidad sean el testimonio de Nuestra Presencia en el mundo. Que su capacidad de perdonar y de reconciliarse con el prójimo sea la prueba para los ojos humanos de que Dios está entre los hombres, por medio de Sus Mensajeros.
Por eso, hoy y todos los días de sus vidas, vayan, sirvan, reconcíliense con el prójimo, pidan perdón, sirvan a los que los odian, amen a los que los persiguen, oren como la prioridad de sus vidas, como si la oración fuera el agua sin la cual no pueden vivir.
Difundan, anuncien al mundo el Mensaje de Dios, de paz y transformación, el llamado al despertar y a la redención, por medio de Sus Mensajeros. Algo repercutirá en la consciencia humana, siempre y cuando sean verdaderos en todo lo que hagan.
Antes de proclamar con sus bocas, vivan con los sentidos, con las intenciones y con el corazón todo lo que aspiran a que los seres conozcan. Sean portadores de la paz y de la esperanza para este mundo que se pierde en la ilusión.
No dejemos que se apague una parte del Corazón de Dios.
Yo los amo y los bendigo siempre, para que esta bendición ser torne vida en todos los espacios de la consciencia humana.
San José Castísimo
2. Se refiere al Centro Mariano de Aurora, Paysandú, Uruguay.
3. Se refiere al Centro Mariano del Espíritu Santo, Córdoba, Argentina.
4. Se refiere al Centro Mariano del Niño Rey, Teresópolis, Rio de Janeiro, Brasil.
Hijos Míos:
Vengo hoy a vuestro encuentro como Madre y Virgen del Perpetuo Socorro, porque desde los Cielos contemplé la necesidad de auxilio que existe en el mundo. El Señor escuchó las plegarias de las almas que sufren y padecen en esta humanidad, por eso envió a Su Sierva Salvadora, para auxiliar a los pobres de espíritu y de corazón.
Mis amados, este mundo ya cruza el umbral de un nuevo tiempo y muchos pueden sentir esta mudanza en el propio interior. Al mismo tiempo Gracias Infinitas descienden de los Cielos, el Señor permite que Sus hijos sean probados de todas las maneras y que de lo profundo del interior emerjan todas las miserias.
Pero esto sucede, Mis queridos, porque es en este momento que toda la ayuda que necesitan está disponible. Por eso como la Madre del Perpetuo Socorro, les digo que no teman purificarse, que no se resistan ante las pruebas que llegan a sus vidas, mas sí que clamen por el auxilio Celestial y se aferren a todas las Gracias e Instrucciones Divinas que los Mensajeros celestiales trajeron al mundo en los últimos tiempos.
Este es un momento único para toda la humanidad. La Voz de Dios resuena a través de Sus Mensajeros en todos los rincones del mundo, para que no haya nadie que no tenga la oportunidad de despertar y encontrar la ayuda para vivir esta transición que se inicia primero en el propio mundo interior.
Como Reina de la Paz, los convido a vivir la Paz del Corazón de Dios en sus pequeñas vidas y, llevar esta Paz a los que carecen de este atributo Divino. Llegó el momento de que los pacificadores eleven su voz, así como hacen los Mensajeros de Dios, y anuncien al mundo que es posible vivir una vida de profunda Paz, aun en tiempos de transición.
En cada momento de sus vidas, deben saber elegir entre participar de los conflictos y colaborar con el mal, o vencer las corrientes negativas del mundo y vivir la Paz, disolviendo así los planes del enemigo.
El mundo necesita de Paz, y aquellos que vienen a Mi encuentro y reciben de Mi Corazón la intensa Paz que existe en Mi Reino, deben ser capaces de perseverar en esta Paz y dar ejemplo al mundo de cómo alcanzarla.
Hijos Míos, no son tiempos comunes para este mundo. Cuando Mis ojos se vuelven hacia la Tierra, siento en Mi Corazón el sufrimiento de Mis hijos y encuentro en la necesidad del mundo, la valentía para retornar una y otra vez, e incansable, impulsar a vuestros pequeños corazones. Hoy les pido que vean al mundo a través de Mis ojos y que sientan a través de Mi corazón el dolor en el que viven las almas. Así encontrarán la fuerza que necesitan para levantarse cuantas veces sea necesario e intentar, hasta el final de sus vidas, manifestar en la Tierra los Planes de Dios.
Mis amados, hoy la Reina del Cielo viene a vuestro encuentro y les dice que Dios no contempla la cantidad de caídas de la humanidad, sino la capacidad de levantarse y volver a cumplir con la Voluntad Mayor, independientemente de sus debilidades e imperfecciones.
Como Madre del Perpetuo Socorro, les digo que estoy a vuestro lado y aquí estaré siempre, ayudándolos en lo que necesiten. Solo necesito que Me llamen y clamen por Mi auxilio y en seguida estaré visible a los ojos del corazón que Me busca.
Hoy coloco bajo Mi manto a toda esta ciudad y abrazo con amor cada uno de Mis Hijos, que con su devoción y simplicidad, generan méritos para la Salvación de todas las almas.
Les agradezco, Mis queridos por haber respondido una vez más a Mi Llamado.
Yo estoy siempre en sus pequeñas vidas.
Su Madre, María, Santa y Virgen del Perpetuo Socorro
Queridos servidores:
Cuiden de Mis mensajeros, porque sin mensajeros mediadores no será posible dar Mi Mensaje, Mi Instrucción, y sin instrucción no ocurrirá el despertar y la salvación.
Reconozcan en humildad a quien tienen al lado, amen la tarea que Dios les concedió porque si no se ama la tarea, queridos, el Plan estará incompleto.
Estas son Mis últimas intercesiones antes del Juicio Universal, por eso cuiden de los instrumentos que Mi Corazón escogió para dar a todos Mi Buena Nueva. Vean esto más allá de la vida material, vean Mis Palabras desde la Consciencia Espiritual.
Bajo la Misericordia de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por guardar Mis Lecciones en el corazón.
Cristo Jesús de Nazaret
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más