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Serie: Los árboles secuoyas – Parte IV
Los grandes del Reino Vegetal guardan en su composición y genética algo que es de vital importancia para el resto de los Reinos, inclusive para el Reino Humano.
Los árboles secuoyas están formados y creados por la matriz de la Vida. Esto significa que, dentro de todos los Reinos existentes, los árboles secuoyas fueron los que más pudieron expresar ese código que proviene de la ciencia de crecer, de expresarse y de servir.
En este sentido, esto es lo que el ser humano tiene que recordar cada vez que esté ante un elemento del Reino Vegetal. Saber que el mismo Reino fue capaz de demostrar que el código genético de la Vida Creadora tiene la posibilidad de autoregenerarse y de autocurarse a través de todo el conocimiento científico y alquímico que expresa el Reino Vegetal.
Por eso, es el Reino más sutil entre todos los Reinos y, al mismo tiempo, el más donado a los demás Reinos, revelando el potencial de sus propiedades curativas a nivel cósmico, espiritual, mental y material.
En el Reino Vegetal se encuentra una ciencia, aún no conocida por el hombre, que sería capaz de resolver y de atender a todas las dolencias humanas.
La ausencia de cuidado, de protección y de respeto, por parte del propio ser humano, hace que el Reino Vegetal no pueda revelar sus propiedades curativas.
¡Les agradezco por guardar Mis palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Serie: Los árboles secuoyas - parte III
Estos gigantes de la naturaleza guardan un misterio en su interior que aún la humanidad no ha conocido, pero que sí lo sabían los pueblos originarios de Norteamérica que conocían la ciencia y la filosofía de los árboles secuoyas.
Ese misterio es que el Reino Vegetal, así como los demás Reinos, son testigos de todo lo que vivió el planeta, y también son el receptáculo vivo de muchos conocimientos y leyendas que los propios pueblos originarios contactaron.
Los árboles secuoyas elevan la consciencia mental tridimensional. Es decir, su presencia en los Estados Unidos y en el resto de América del Norte, como grandes coronarios del planeta, transmuta el pensamiento primitivo de la actual humanidad.
Ellos se comportan así, como captadores de importantes energías cósmicas, como el equilibrio, la armonía y la paz universal.
Son fuentes de impulsos que generan y atraen la cura y la redención al psíquico planetario y, en consecuencia, a los individuos de estos tiempos, los que deben pasar del plano mental arcaico al plano mental cósmico evolutivo.
Los árboles secuoyas ayudan en esa transición. Por eso, sus características y dimensiones son tan amplias.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Serie: Los árboles secuoyas - parte II
Estos grandiosos y bellos árboles son testigos de las diferentes etapas que vivió la raza humana, no hay nadie más que haya registrado lo que verdaderamente sucedió en este mundo.
De la misma forma, los árboles secuoyas son testigos de lo que los pueblos originarios atravesaron y padecieron durante su pasaje por Norteamérica.
La unión interna entre los pueblos originarios y los árboles secuoyas era algo más que sentimental. El propio gesto de amor del indígena norteamericano, lo hacía comprender la ciencia y la espiritualidad de cada una de las especies del Reino Vegetal.
Es así que la consciencia indígena experimentó un grado de contacto muy profundo que le hacía comprender el sentido y, al mismo tiempo, la existencia de lo que realmente significaba cada elemento vivo en este planeta.
Los árboles secuoyas fueron el gran terafín natural de los pueblos originarios, porque ellos en su corazón sabían que la presencia de gigantes como los árboles tenían una razón y al mismo tiempo se cumplía un principio que venía directamente del Cosmos.
Es así que la consciencia indígena de Norteamérica sabía, en su interior, que los árboles secuoyas atraían ciertos principios del Universo que beneficiaban en el sostén del equilibrio del planeta y sobre todo de la humanidad.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Serie – Manifestación de Aurora – Parte IV
En las tierras concedidas al Centro de Aurora en la superficie, en las áreas de Redención 1 y de Redención 2 deberá ampliarse el sistema de las plantaciones.
Primero se deberá generar, en los espacios que serán dedicados a ese fin, un proceso de preparación de la tierra a través de un plan de agroforestería, un método de recuperación y de concientización sobre el cuidado del suelo para que, dentro de un verdadero ecosistema, el agua encuentre un cauce y un camino para poder nutrir la tierra.
Ya es momento de que los miembros de la Comunidad-Luz y de los Monasterios; así como también los colaboradores, aprendan sobre el cuidado del suelo y la preparación de la tierra para un futuro cultivo.
En este sentido, trayendo nuevos conocimientos y aplicándolos para la concientización de la vida grupal, el rol de la Comunidad-Luz, en su misión y propósito de autosustentabilidad, se ampliará y se fortalecerá.
Las plantaciones naturales y orgánicas dentro de las Comunidades-Luz serán la base principal para la sobrevivencia durante el ciclo más agudo del planeta, ya que el 90% de la humanidad usufructúa y digiere alimentos vegetales tóxicos que en los tiempos actuales representan la causa del 80% de la insalubridad y de una baja calidad de vida.
En Aurora se necesitará organizar un espacio y una infraestructura para contar con un banco de semillas que pueda proveer el 95% de los alimentos vivos provenientes de las hortalizas y de los árboles fructíferos.
Para que esa aspiración de la Jerarquía sea una realidad deberá crearse, entre los residentes, los consagrados y los colaboradores, un grupo de sustentación y de trabajo para ir concretando, plazo a plazo, esa aspiración.
Es importante que todos los miembros de la Comunidad-Luz y de la vida consagrada de Aurora aprendan sobre el sistema agroforestal y de las plantaciones ya que en el fin de los tiempos será imprescindible que cualquier hermano sepa identificar las condiciones del suelo para poder sembrar y más tarde cosechar.
La alimentación orgánica y no transgénica es una misión de las Comunidades-Luz a fin de preservar no solo la calidad de vida, sino también el principio natural por el cual los alimentos fueron creados.
Cada región donde se encuentra una Comunidad-Luz deberá desarrollar el sistema de plantaciones y del cuidado de la tierra conforme a los factores ambientales y ecológicos.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Los árboles y la vida - Parte I
El Reino Vegetal absorbe, del interior de la Tierra, la sabiduría y la historia de la evolución humana, guardando ese legado en su interior y se lo ofrece constantemente a Dios a través de su elevación, de su crecimiento físico y espiritual.
Los grandes bosques son grandes receptáculos de sabiduría, grandes espejos que le devuelven al Corazón de Dios todo lo que Él envía hacia la Tierra como rayos y vibraciones divinas que auxilian en la evolución de toda la vida. De esa forma, la vida en la Tierra siempre se renueva a través de la emanación de los grandes árboles. El Señor recibe las experiencias humanas en Sus Fuentes Creadoras y las renueva, enviando nuevos rayos e impulsos hacia la Tierra según aquello que la humanidad necesita para evolucionar y retornar a Dios.
Si los corazones tan solo contemplaran a los bosques con gratitud, podrían sentir y percibir estos y otros misterios de la ciencia de la vida.
Los árboles son comunicadores, espejos de Dios que reciben todo lo que Él envía hacia la Tierra y también le comunican al Padre sobre el desarrollo de la vida.
Contempla a los Reinos con reverencia y, en silencio, busca el misterio que en ellos se guarda. Así, hijo, tal vez un día te sea revelado el misterio sobre ti mismo.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Queridos hijos:
Con toda la alegría y la maternidad de Mi Corazón Inmaculado hoy los vuelvo a encontrar en este hospital de almas enfermas para que, bajo la gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, todas esas consciencias, así como las consciencias enfermas de este mundo reciban la Gracia de la liberación.
Quise volver a este lugar de enfermos mentales para enseñarles, queridos hijos, que la humanidad sufre a lo largo de los tiempos esa dolencia a causa de que esas almas no reciben amor, compasión ni cariño de alma a alma.
Hoy día la mayor parte de la humanidad atraviesa graves problemas mentales debido a varios factores espirituales y humanos.
El primer factor que influye mucho en la sanidad mental de las almas es la falta de amor y de oración diaria.
El segundo factor que afecta a la humanidad de este planeta es la destrucción de los Reinos Vegetal y Animal principalmente; esto abre grandes puertas inciertas sobre la consciencia humana, la que día a día y sin detenimiento aniquila a millones de animales en el mundo, generando en esas pequeñas consciencias no solo sufrimiento, sino también un horror indescriptible.
El tercer factor que afecta a la mentalidad humana es la falta de consciencia o de atención en las actitudes diarias, en generar odio, enemistad, en el fracaso material y económico; estos factores abren más puertas, las que hacen de la humanidad una civilización primitiva, capaz de autodestruirse a través de sus acciones.
La cura para todo esto, hijos Míos, es la comunión con la Creación y en especial con la naturaleza.
Su Madre Celeste llega al mundo para ayudarlo en la gran enfermedad espiritual y mental que atraviesa.
Es así, que Mi Corazón de Madre tiene mucha compasión por los que sufren estas dificultades. Esas almas se ofrecieron por muchas más para equilibrar las faltas de la humanidad, pero también las dificultades mentales son producto de la ceguera espiritual humana, de la falta de paz interior y de un profundo desconsuelo.
Como la Madre de todos los enfermos deseo, queridos hijos, que sus consciencias despierten a la realidad y todos los días cambien un poco más, para hacer de sus caminos, caminos victoriosos hacia Cristo y hacia el Padre Dios.
Que todos acepten la equivocación humana y que en sabia penitencia, el mayor número de almas de este planeta pueda reparar, al menos con sus oraciones, lo que la mayoría de las consciencias cometen con acciones sobre los Reinos Menores y con la propia humanidad.
¡En el nombre de la Luz de Dios necesito, queridos hijos, que den ese paso por Mí!
Como soy la Madre Celeste, sé que no toda la humanidad cambiará, y todo lo que hoy vive el planeta y lo que vivirá es por descuido, negligencia y terror.
Les pido, Mis amados peregrinos, que sus grupos de oración se conviertan en células de Mi Consciencia Divina, que realicen sus oraciones diarias y semanales por todo el planeta, para que la mayoría de las almas adquiera la Gracia del despertar y de una consciencia mayor.
Hoy, a pesar de como Yo veo al mundo, Me voy de aquí más tranquila, porque veo una respuesta sincera y ardiente de Mis hijos de San José de Río Preto, algo que todos son invitados a vivir.
Los amo, los amo mucho y con todo el Amor Infinito de Dios, les doy las Gracias de Mi Corazón.
Tengan fe y perseveren, únanse por encima de ustedes mismos, sean portadores de Mi Paz Celestial.
Siempre estaré con ustedes hasta el fin de los días.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los unifica en el Señor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los enfermos
Queridos hijos:
Yo también soy la Señora del Huerto, quien entre las flores, las hierbas y las plantas medita sobre la sagrada Pasión del Señor.
Soy la Madre del Huerto, quien después de la Pasión de Cristo recorrió los lugares por donde Su Hijo pasó y padeció.
Soy la Señora del Huerto, y con Mis manos recojo los frutos maduros que están prontos para ser ofrecidos a Dios y vigilo y cuido de los frutos que aún están madurando.
En el huerto de Mi Corazón se guardan todas las variedades de flores, de hierbas y de plantas creadas para mostrarle al mundo la belleza de Dios.
Soy la Señora del Huerto, quien contempla con dulce mirada todo lo creado y su grandiosa belleza.
Soy la Señora del Huerto, soy quien riega con la Gracia a todas las flores, hierbas y plantas, para que nutridas por Mi Amor crezcan fuertes y cumplan con su misión.
Soy la Señora del Huerto y también soy la Madre del Sol, quien ilumina con los rayos de la Misericordia a todos Sus hijos.
Soy la Señora del Huerto, la que ora en silencio para que las semillas broten y florezcan en la belleza de los jardines de Dios.
Soy la Señora y Guardiana de todos los huertos y pido a Mis ángeles del Cielo que protejan con sus alas a todas las pequeñas flores que en este tiempo están creciendo; también pido que ellos poden y restauren a los árboles más antiguos, para que puedan ser purificados y den nuevos frutos en alabanza al Dios Creador.
Soy la Señora del Huerto, y por Mi oración humilde hago florecer lo que estaba muerto.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Quien guardiana el huerto de las almas que se unen a Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Señora del Huerto
Queridos compañeros:
Se aproxima a la Tierra la llegada de un nuevo ciclo para la consciencia humana y, sobre todo para la consciencia del planeta, el espíritu de la Tierra que los ampara, los acoge y, con tanto amor y donación, los sustenta.
Ese ciclo que llegará impulsará a los hombres a que ofrezcan al Proyecto Divino de la Tierra su verdadero potencial y, para eso, los ayudará a expurgar de su interior, de los mundos consciente e inconsciente de cada ser, aquellos códigos que generaron como humanidad y que, poco a poco, fueron degradando lo que deberían expresar como consciencia humana.
El nuevo ciclo intentará ayudar a este proyecto de la Tierra, para que no sean solo los Reinos de la Naturaleza los que sustentan la consciencia del planeta, sino que existan seres humanos conscientes ofreciendo el máximo de sí para que el planeta cumpla su función dentro del Plan de Dios.
En el Proyecto del Señor al crear este mundo, repleto de manifestaciones de Su perfección por medio de los diferentes Reinos de la Naturaleza que lo cohabitan, Dios pensaba en una expresión viva de la fraternidad y de la unidad entre Sus criaturas, por más diversas que fuesen.
El Creador intentó hacer de la Tierra una escuela de amor y de cooperación evolutiva, para que cada Reino proporcionara al otro algo vital para su existencia. Es por eso, que la Tierra necesita de equilibrio para existir, equilibrio que se genera en los diferentes Reinos, incluyendo el Reino Humano.
Sobre todo el Reino Humano debería generar una especial armonía y amor dentro del Reino que le corresponde, como humanidad, para inspirar así la evolución de los demás Reinos de la Naturaleza.
Todos los Reinos, en cierta forma, cumplieron su parte, excepto el Reino Humano, que es el gran pilar del proyecto terrestre. El Reino Vegetal es la expresión de la donación, de la elevación y de la belleza, como le correspondía. El Reino Mineral es la expresión de la purificación, de la transmutación y de la sustentación, como le correspondía. El Reino Animal es la expresión de la fidelidad y del amor, es el guardián del espíritu de la cooperación y de la fraternidad evolutiva en cada especie, como le correspondía. El Reino Dévico sigue creando belleza y loas al Creador y, junto al Reino Elemental, sustenta y anima a los demás Reinos de la Naturaleza, como le correspondía.
Al Reino Humano le correspondería ser un puente de comunión entre todos los Reinos; aquel que cuida, ampara y protege, ama y auxilia para que cada Reino pueda expresarse. El Reino Humano debería crear condiciones para que los devas y los vegetales expresaran su belleza; para que los animales pudieran aportar a la consciencia planetaria el atributo único que cada especie posee en su esencia; para que los minerales pudieran nutrir y auxiliar a los demás Reinos y con libertad actuar en el mundo.
El Reino Humano debería ser el puente con la Consciencia Divina, que proporcionara el espíritu de la constante evolución y del crecimiento, para que la Creación jamás se estancara y los Reinos prosiguieran dando pasos evolutivos y cambiando su escuela espiritual. Que, de esa forma, nuevas esencias fueran surgiendo y renovando permanentemente la Creación de Dios y que, a partir del laboratorio de la Tierra, todo el universo se pudiera renovar.
Esa es una parte de lo que representa el Proyecto de Dios.
El nuevo ciclo del cual les hablo va a acelerar la purificación humana de una forma más o menos armoniosa, dependiendo de la colaboración consciente de cada ser. Esto será así para que la idea de vida fraterna pueda ir manifestándose al máximo posible, aunque sea en unos pocos individuos y en islas de salvación y de expresión del Proyecto de Dios, y este Plan también se pueda manifestar.
Después de eones de experiencias que no tuvieron el resultado esperado, la Creación dará un impulso solar a la humanidad y a los Reinos de la Naturaleza, como última oportunidad de concreción del Plan Divino.
Es importante que ustedes estén conscientes de todo esto y colaboren, cumpliendo con su parte en este Plan de Amor. Por eso les digo todas estas cosas.
Su amado instructor y compañero,
San José Castísimo
Entra en comunión con los Reinos de la Naturaleza y aprende a amar la esencia de la Creación. Observa los Reinos y aprende cómo vivir permanentemente bajo las Leyes Sublimes de Dios,
en perfecta armonía con el Creador.
En Su Plan Divino, el Creador concedió a cada expresión de Su Divina Faz, los Reinos del planeta, un atributo para manifestar.
Comulga de la paz, de la armonía y de la belleza de las aguas. Comulga de la cura y de la liberación de los minerales.
Comulga de la elevación de los árboles y del constante espíritu de donación del Reino Vegetal que, en su humildad, entrega siempre lo mejor a Dios, sin importar cómo será tratado, cuidado o amado por los demás. El Reino Vegetal sabe de la Ley Divina de la donación de sí a Dios y a Su Plan Superior. Contempla a ese Reino y descubre, por medio de él, el secreto del vacío de sí.
Contempla al Reino Animal y aprende del amor a la vida. Aprende a defender las Leyes de Dios, a cuidar del prójimo y a ser siempre fiel a Aquel que amas plenamente. Aprende de la plenitud del Reino Animal y, con la misma naturalidad del corazón, sé guardián de la Vida y de la Perfección de Dios.
Contempla en tu mundo interior a los ángeles y devas que, en lo invisible, crean y recrean la belleza de este mundo manifestado. Aprende con ellos a manifestar la belleza en silencio, a trabajar en secreto y a entregar lo mejor, sin necesidad de que nadie sepa de su existencia. Vive el sublime atributo de la humildad que ángeles y devas expresan en el mundo.
Contempla los elementos y cómo se complementan entre sí. Descubre, entonces, cómo se comparte aquello que el otro necesita para expresarse. Sé como el viento, que permite la existencia del fuego, y da al prójimo todas las posibilidades de ser aquello, perfecto, que está latente en su interior.
Y aprendiendo de los Reinos de la Naturaleza, expresa lo que el ser humano tiene de más sublime: su posibilidad de aprenderlo más bello de toda la existencia y de vivirlo en sí, en la esencia del amor a la Creación.
Yo los amo y los aguardo, simples de corazón y mansos de espíritu, siempre dispuestos a observar la Creación y a aprender; siempre dispuestos a amar y a donar de sí lo que le falta al otro para alcanzar la perfección.
Su amado padre e instructor,
San José, aprendiz y siervo de los Reinos de la Creación
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más