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Que la llama de la fe se mantenga encendida en el corazón de Mis hijos de Argentina para que sobre esta nación descienda la Gracia infinita del Reino de Dios.
Que la llama de la fe se mantenga encendida en el espíritu de esta patria para que las almas reconozcan su filiación con Dios y vivan en la Ley Divina.
Que la llama de la fe construya los nuevos tiempos y que, a pesar de la purificación de la Tierra, los corazones sientan absoluta confianza en Dios.
Que la llama de la fe, presente en el corazón de Mis hijos de Argentina, establezca la Sagrada Unidad para que más vidas en este país se animen a encontrarse con Dios y, así, sientan Su Amor Paternal.
Que la llama de la fe, presente en el corazón de Mis hijos de Argentina, atraiga sobre la nación la Misericordia de Dios, a fin de que más almas sean rescatadas y despierten al camino de la paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
Hoy nos volvemos a encontrar en esta Peregrinación por la Paz para unirnos y elevar nuestras oraciones a Dios, a fin de que se puedan derramar muchas más gracias sobre la Argentina.
Ayer les revelé Mi apelo por el Brasil, hoy les pido también por la Argentina, para que su patria preserve los valores de la cristiandad, más allá de los dirigentes de la Iglesia y de sus cometidos.
Les pido que coloquen su confianza en Dios para que, guiados por esa Sagrada Unidad que ustedes deberán aprender a vivir, se establezca dentro de cada alma la presencia del Reino de Dios.
Con la presencia de Dios en ustedes por medio de sus oraciones, hijos, permitirán que la Argentina también sea guiada por una verdadera justicia, igualdad y solidaridad, atributos tan necesarios para mantener el orden y la armonía en toda la nación argentina.
Pero, hijos Míos, de ustedes deberá nacer el interés y el impulso interior para que, mediante el servicio, la oración y la unidad, también se mantenga el patronato de la Señora de Luján, patronato que algunos quieren desterrar de la consciencia de los argentinos.
Para eso, hijos, en este ciclo en que son llamados para asumir conscientemente una vida de oración verdadera por la Argentina, les pido que en sus casas y en sus grupos de oración establezcan la sagrada imagen de la Señora de Luján para que no solo sus hogares estén protegidos y amparados por Mí, sino también que en las familias argentinas se proteja la devoción a la Madre de Dios.
De esa forma, hijos, con Mi Presencia en sus hogares y en sus familias, como su Madre, Yo podré interceder ante situaciones de grandes injusticias sociales en toda su nación.
Deseo, hijos, que ese amor que existe y que está guardado en cada corazón argentino ustedes puedan ofrecérselo, en bien y en solidaridad, a la Madre de Luján para que en la Argentina nunca falte la divina gracia y el sagrado discernimiento.
Su país y su gobierno deberán seguir bajo el amparo de la Virgen de Luján.
No permitan, hijos, que destierren a la Madre y Patrona de su nación.
Únanse a Mí en oración y el amor vencerá, así como él venció en la Cruz.
Estoy al lado de cada hijo Mío de la Argentina, a la espera de que despierte en sus consciencias la importancia de mantener el Reino de Dios en todo este pueblo.
Les agradezco, hijos Míos, por todo lo que sucedió en esta Peregrinación por la Paz, porque el espíritu de su patria se está sosteniendo por la consciencia de todos los orantes de la Argentina, eso permite evitar algunos acontecimientos en su nación.
No olviden, hijos amados, de llevar adelante la consagración de la Argentina a Mi Materno e Inmaculado Corazón todos los días 13, durante seis meses, porque en esa alianza entre sus almas y Dios, entre el Cielo y la Tierra, mantendremos el país en el mayor orden posible, a pesar de todo lo que suceda.
Con un infinito amor, hijos Míos, les agradezco a todos por haber concretado esta Peregrinación, les doy las gracias, porque eso es importante para Mí.
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Señora de Luján
Como respuesta del Universo Celestial, hoy llevo entre Mis Manos una Rosa de Luz. Es el tributo del Amor de Mis hijos por la Madre de Dios, de todos los orantes de Argentina que han respondido a Mi llamado de amor delante de estos tiempos críticos.
Esta Rosa de Luz que hoy llevo entre Mis Manos es el testimonio esencial de cada corazón orante; es la respuesta amorosa de Mis hijos de Argentina por la Madre de Dios.
Con toda la dulzura de Mi Corazón y de Mi Alma, llevaré hacia el Reino de Dios este ofrecimiento de las almas.
Podré interceder, no solo por todos los seres del planeta, por los Reinos de la Naturaleza, por los más marginados y pecadores; también podré intervenir por las almas del purgatorio y del infierno que gritan por luz y por paz.
Todo esto es posible, queridos hijos, cuando su respuesta es verdadera, cuando de sus corazones nace la dulzura por Mi Corazón Maternal.
Así el Cielo se comunica con la Tierra, los Espejos del Universo se comunican con los espejos de los corazones, y se establece a través de esta ciencia espiritual la divina energía de la Paz, la que viene a auxiliar del Universo a todos los seres, especialmente a las naciones más necesitadas de Luz y de Redención.
Los invito, queridos hijos de Argentina, a seguir trabajando a través del esfuerzo y del servicio para que en cada corazón humano se pueda constituir el Nuevo Reino de Dios, el que vendrá con la segunda venida de Mi Hijo.
Hoy vengo desde las montañas de los Andes cruzando el lago Nahuel Huapi, porque también soy la Madre de la Divina Naturaleza, y quiero que Mis hijos aprendan, en estos tiempos, la importancia de poder cuidar y proteger la Creación de Dios, todo lo que Él manifestó por Sus criaturas desde el principio, pensando en cada detalle, para que las almas de la Tierra se sintieran acogidas y plenas, y que en cada lugar que observaran o que contemplaran pudieran sentir la Presencia de Dios.
Valorizar a los Reinos de la Naturaleza será un significado importante de la humanidad, y la respuesta de esta protección a los Reinos Menores de parte de esta raza actual, permitirá la continuidad de una nueva raza, con una nueva consciencia y una nueva energía, que partirá con el interés en lo sagrado y en lo reverente, en la preservación y en el cuidado de todo lo manifestado por la Creación de Dios.
Ustedes aquí, queridos hijos, como en toda la Argentina, tienen grandes tesoros espirituales guardados en estas bellezas naturales, que son parte de los Dones de Dios. Por más que no los vean ni los sientan, ellos están allí presentes desde hace mucho tiempo.
Abran su consciencia al interés del Universo y la Vida Mayor descenderá sobre sus vidas, para que reconozcan en estos tiempos que no solo son seres materiales, sino espirituales, que han venido a la Tierra a cumplir con una misión y un propósito, no solo como seres individuales, sino también como nación.
Cada respuesta de Mis hijos a la Madre de Dios, es una nueva oportunidad de intercesión por las almas y por el planeta.
A partir de ahora, queridos hijos, vivan esa nueva cultura interior de preservación de los Reinos de la Naturaleza y sagrados valores de Luz y de Amor despertarán en sus corazones; sentirán la imperiosa necesidad de cuidar a la Creación, para la llegada de las nuevas generaciones.
Por eso hoy vengo de las montañas de los Andes, cruzando el gran Espejo del lago Nahuel Huapi, irradiando desde aquí para toda la Argentina, los Atributos de Dios.
Este fue el lugar escogido por el Padre para que la Madre Celeste en esta nueva etapa de la peregrinación descendiera desde el Universo hacia este sagrado lugar, a fin de volver a establecer en la Argentina los valores necesarios que la protegerán espiritualmente y que permitirán el surgimiento de una nueva consciencia basada en el bien y en la fraternidad, en el amor y en la hermandad entre los seres, hasta en los Reinos Menores de la Naturaleza.
Deseo, queridos hijos, que sientan a Dios en cada espacio aquí presente, que puedan descubrir los prodigios de Su Corazón Eterno, amorosamente manifestado través de los Reinos de la Naturaleza, porque en los Reinos de la Naturaleza, queridos hijos, está la cura de la Humanidad.
Llevaré esta Rosa entre Mis Manos hacia el Reino de Dios, como el ofrecimiento de cada uno de sus corazones para esta nueva etapa que deberá comenzar en Argentina, primero en el plano espiritual, para después suceder en el plano material.
Mi Hijo ya les dio el primer impulso para que esto sucediera. Las bases ya están construidas en sus consciencias. Ahora es hora de erguir el templo interior en cada corazón humano, para que pueda volver a florecer en la Argentina la alegría de vivir a Dios y de sentir Su Reino Celestial en la Tierra.
Entonces, queridos hijos, hoy les traigo lo más sagrado que hay en el Universo de Dios y que también está dentro de ustedes, que es esa Esencia Divina que les hará comprender los Misterios de Dios tan solamente por la oración del corazón.
Así abrirán las puertas para que se develen los secretos que se encuentran en lugares sagrados como este y que vienen a acudir a la humanidad tan necesitada de luz y de amor, de una manera silenciosa e imperceptible.
Los coloco, queridos hijos, ante la Llama sagrada del Amor de Dios, delante del Fuego ardiente de Su Corazón, que impulsó la Creación de los mundos y de las estrellas y de toda la Vida Universal.
Los coloco delante de este Sagrado Fuego Divino para que puedan reconocer su filiación espiritual con el Padre Celestial y descubran dentro de ustedes sus orígenes, lo que les hará renacer y encontrar sentido a sus vidas.
Por eso he venido aquí, queridos hijos, no solo para llevar al Cielo la Rosa de Amor que ustedes Me han donado, sino también para entregarles la Llama de Amor de Dios, aquella Llama que vivifica el espíritu y la consciencia, que trae entendimiento y sabiduría, plenitud y confianza en la Voluntad de Dios,
A partir de ahora, hijos míos, siéntanse diferentes, siéntanse otras personas, almas renovadas por el Amor del Padre, que reencuentran el camino que habían perdido hacia su trayectoria espiritual.
Delante de los Sagrados Reinos invisibles de la Creación, guardados en los paisajes naturales de la Tierra, vengo a testimoniar ante de Mis hijos de Argentina el Amor de Dios por medio de Su Sagrada Llama Divina, para que las almas reencuentren el sentido del propósito y de la vida, sin necesidad de alterar la evolución ni de modificar las Leyes Universales, las cuales forman parte de su planeta y de su humanidad.
Respetando la Ley de la Jerarquía, serán dignos de la Gracia de Dios como consciencias y como pueblo, y podrán abrazar el llamado de Dios como lo han hecho en este momento, por más que no lo comprendan o no lo entiendan, sintiendo la veracidad del Amor de Dios en sus corazones, que viene a guiar al mundo hacia el camino del gran despertar.
Que se cumpla en Argentina el advenimiento del Propósito de Dios; que las almas sean partícipes de ese advenimiento y que refugiadas en el Amor de Dios sean partícipes de la venida de Cristo, siendo merecedores de Su Divina e Insondable Misericordia, para constituir en la Tierra los nuevos cristos.
Hoy, ante Mi Presencia Celestial, se consagran almas tan especiales como tantas otras que han escuchado Mí llamado para seguir viviéndolo y cumplíéndolo en el fin de estos tiempos.
Quiero que vengan aquí los que hoy se consagrarán como Hijos de María, porque en pocas palabras, hijos Míos, Yo les he dicho todo lo que Dios necesitaba que escucharan, para el crecimiento espiritual de sus mundos internos y el despertar de sus consciencias a la Vida Divina.
Pueden arrodillarse.
Este “sí” significa una respuesta importante para el Universo. Esa respuesta la acoge Mi Inmaculado Corazón, no solamente de ustedes, sino de todas las almas que forman parte de Argentina y que algún día recibirán el despertar de la consciencia, para darse cuenta que la vida no termina aquí, sino que ella es eterna.
A través de esta consagración ingresen a las nuevas Leyes del Universo, para que sus vidas sean regidas por nuevos principios y siempre sus espíritus sean encomendados a la magnifica Obra del Espíritu Santo de Dios, para que se cumplan en ustedes sus divinos dones y encuentren el camino de servicio, a fin de concretar en la Tierra la segunda venida del Redentor.
Colocando sus manos en señal de recepción, queridos hijos, reciban esta consagración espiritual por todas las almas del mundo, vivificando a partir de ahora el compromiso sagrado con la oración, para que sus almas sean curadas de todo lo que hayan vivido en el pasado, para que sus consciencias sean abrazadas por el Fuego del Amor de Dios y así se cumplan, en ustedes, las Promesas de Cristo.
Escuchando el Himno de su Consagración, elevando la llama de su corazón al Cielo, reciban esta bendición directamente de Mi Corazón Inmaculado, por ustedes y por la Argentina, por el amor predilecto que le tengo a este pueblo y porque de aquí haya surgido un gran misionero de Dios, el Papa Francisco, embajador de Cristo en la Tierra; un pacificador que aprende a vivir la Palabra de Cristo y hacer sobrevivir su Iglesia en estos tiempos críticos, a fin de que triunfe la Iglesia Celestial de Cristo en la humanidad.
Que no existan diferencias, que no existan barreras, que no exista desunión. Que en la esencia de cada alma todas las consciencias se unan bajo un mismo propósito, sabiendo que siempre deberá prevalecer el Amor de Dios para que triunfe, por todos los siglos, Su divino Reino. Amén.
Los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les agradezco por haber respondido a Mi llamado.
Una nueva luz llegará a la humanidad y ella deberá nacer a través de todos los Hijos de María.
Aunque algunos ya no estén Conmigo, el compromiso con la Madre de Dios es imborrable en el Universo.
Pero Yo volveré a reunir al rebaño de Cristo para que descubran que detrás de todo ese Misterio de Dios existe algo esencial y primordial que es el Amor, que triunfa sobre todo mal.
Los escucho.
Cuando el Padre le reveló la Cruz a Su Hijo por primera vez, Cristo cerró los ojos y dejó que Su Corazón fuera más allá del sufrimiento, del miedo y del dolor; elevó la mirada hacia el Universo, hacia Su Origen, hacia las estrellas que surcaban el Cielo. Cristo se sumergió en el sentido profundo de la Cruz y contempló el Corazón de Dios viviendo una revelación y una renovación del Amor.
Cristo contempló el Universo y vio las puertas que se abrirían, una a una, desde el Reino del Padre hasta los corazones de los hombres, creando un hilo de unidad entre las dimensiones.
Cristo contempló los errores cometidos en el pasado a lo largo de toda la evolución de las criaturas que nacieron del Corazón de Dios y que, durante su desarrollo, se desviaron del camino.
Cristo contempló cómo la Sangre que brotaría de Sus Llagas se derramaba más allá de la Tierra y llegaba a lo profundo de la condición humana, curando, incluso, las raíces de males desconocidos, inconscientes para los hombres.
Cristo vio la Cruz que Su Padre le ofrecía y encontró a Su Madre Divina acompañando cada uno de Sus Pasos en la Tierra, así como en el Infinito, renovando Sus fuerzas humanas e internas y ayudándolo a renovarse en el Amor y en la entrega.
Cristo vio la Cruz que Su Padre le ofrecía y supo que ella perduraría a través de los siglos, impresa en la llaga espiritual que llevaría en Su Corazón hasta el día de Su retorno al mundo.
Cristo se reconocía parte de Dios y, colocando Sus Ojos en la Esencia Divina del Creador que habitaba en Su Pecho, supo que era el propio Dios quien viviría esa oferta de Amor por Sus criaturas.
Hoy, hijo, Dios le ofrece una cruz al planeta, así como a cada criatura. Observa la situación de las naciones y el caos de la Tierra y encuentra allí esa cruz, pero va más allá de ella y sabe que, por encima del sufrimiento, de la entrega, de la confusión interior, está el Amor que nacerá de tu corazón si, como Hijo de Dios, atraviesas esas apariencias y le pronuncias tu "sí" al Corazón del Padre: "sí" al sacrificio vivido por amor, "sí" al perdón que supera todos los errores, "sí" a la esperanza que trasciende el caos y hace de las aparentes derrotas una victoria divina.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Aun sabiendo sobre Su Cruz y Su entrega, tu Señor jamás perdió la alegría y la esperanza.
Aun sabiendo sobre Su Cruz y Su entrega, tu Señor jamás dejó de colocar en los corazones de los Suyos la Paz y el Amor. Él les enseñó a establecer una nueva vida y a atraer el Reino de Dios al mundo, aunque sobrevinieran sobre ellos persecuciones y sombras. Cristo les enseñó que jamás perdieran la esperanza y la alegría que les traía el Reino de Dios que habitaba en su interior.
Hoy, hijo, Dios te anuncia una cruz, una purificación y una entrega absoluta; Él anuncia una Pasión que se extiende más allá de los corazones de los hombres y llega a las consciencias de las naciones, llega a las entrañas más profundas de los pueblos y de las religiones.
Dios te anuncia un ciclo difícil, desconocido, porque es diferente a todo lo que viviste y a todo lo que la humanidad y la Creación Divina vivieron a lo largo de su evolución; es diferente de la Pasión de Cristo que, en verdad, fue una preparación y un anuncio de lo que ustedes vivirán en estos tiempos, tanto como seres como humanidad.
Sin embargo, hijo, Dios también le habla directamente a tu corazón para que no pierdas la esperanza, no pierdas la fe, no pierdas la alegría y el ánimo de anunciar y de proclamar, hasta el fin de tu vida, que un nuevo tiempo y un nuevo hombre están por venir.
Anúnciale al mundo que basta con abrirse al amor y no resistir a la transformación; basta con vivir la obediencia y no rendirse al cansancio y a la soledad; basta con clamarle a Dios y saber encontrarlo en todos y en todas las situaciones de la vida; porque el amor triunfa más allá de los miedos humanos, el amor triunfa más allá de sus orgullos y vanidades, el amor triunfa más allá del sufrimiento y la desesperanza.
El amor hace de la Cruz, una fuente de Misericordia; convierte el sacrificio en la superación del Amor de Dios y hace que, de la entrega del viejo hombre, surja el Nuevo Hombre y la nueva vida, los que finalmente expresarán la semejanza con el Corazón y el Reino de Dios.
Con atención, escucha Mis palabras y no dejes que ellas pasen como el viento, porque, en su simplicidad, con ellas te entrego las llaves para superar todos los males y reencontrar a Dios.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Al fin llegué al lugar donde tanto tiempo esperaba.
Lleven en su pecho la señal de Mi Retorno, porque esa señal vendrá del Universo y nadie podrá decir que no la verá.
Vendré para los justos y para los que han sido injustos, y a partir de allí reconfiguraré la Tierra, repoblaré el planeta de nuevos dones, de algo que aún no ha descendido desde el Universo y que llegará cuando Yo retorne al mundo por segunda vez.
Pero para que Me puedan volver a ver en Gloria, primero deben sentirme en su divinidad.
Debo construir lo nuevo en ustedes, debo sembrar lo nuevo en ustedes, para que así estén preparados para recibirme por segunda vez.
Hoy estoy aquí con la alegría del Espíritu de Dios debido a la receptividad de sus almas y corazones, porque por más que no comprendan Mi Misterio, muchos de ustedes se adhirieron a él y eso es lo que permite ampliar la Obra de Mi Misericordia en el mundo.
Mientras les hablo, los purifico. Mientras sienten, Yo los consagro y elevo sus espíritus hacia el Reino de Dios para poder retirarlos de la superficialidad de estos tiempos e ingresarlos de lleno al Reino de Mi Corazón.
Todo lo que han hecho hoy, compañeros, ha servido para que Yo esté aquí entre ustedes, acompañándolos.
Recuerden lo que les dije la última vez cuando estuve en Mendoza: que la Argentina viviría una gran prueba de fe. Esa prueba ya está sucediendo, pero Yo los invito a no coligarse con la prueba en sí sino con su enseñanza, para que puedan crecer interiormente y demostrar al Padre Celestial que están comprendiendo los tiempos definitivos, más allá de los acontecimientos y de las experiencias.
Yo necesito que cultiven dentro de ustedes, el bálsamo perfecto de Mi Amor, el que los llevará a la Divina Misericordia y a la Paz, para que estén libres de cualquier perturbación y agonía, y aprendan a atravesar los tiempos en esta transición final.
Así podrán ser verdaderos instrumentos de la Jerarquía Espiritual, presente en la Tierra, así podrán ayudar a sus hermanos de camino y a todos los que desconocen, para que aprendan a vivir también esta transición final.
Por eso deben recordar su compromiso Conmigo. Aunque hayan creído que nunca lo tuvieron, sus almas hoy los trajeron aquí para recordarles ese compromiso con Mi Corazón Eterno; para cumplir en esta hora, lo que está escrito en el Corazón del Padre dentro del Universo de Su Divina Voluntad.
Mientras Mi Gracia desciende a la Tierra, sus espíritus son elevados al Reino de Dios para que puedan despertar en ustedes los sagrados talentos que Yo les traje hace más de dos mil años; talentos que necesitaré en estos tiempos para llevar Mi Obra a los cuatro puntos de la Tierra.
Que sus espíritus puedan sentir el gozo de este sagrado reencuentro, de poder estar participando del Cenáculo de Mi Amor, en Comunión con Mi Espíritu y con Mi Esencia; Esencia que disuelve los errores y las culpas, los miedos y los fracasos; Esencia que disuelve las dudas y los malos entendidos.
Siéntanse parte de una nueva familia espiritual, aquella que vive en el Universo celestial, porque a pesar de que estén en la Tierra todavía, podrán formar parte de ella en la comunión de sus almas con el Espíritu de Dios, en donde se construye la Sagrada Unidad.
Argentina deberá ser repoblada de valientes ejércitos de la Luz, incondicionales colaboradores del Plan de evolución, que se animen a despertar en sí mismos la Sagrada Estrella de la Hermandad en su interior, para que toda su consciencia esté presente en estos tiempos y participe junto a los comandos de la Jerarquía espiritual en este plan de rescate del fin de los tiempos, que opera silenciosamente, que trabaja de forma invisible en lo más profundo de los mundos internos de los seres.
Que sus consciencias en esta tarde se sigan elevando.
Asciendan de plano la Consciencia de la Argentina para que el plano espiritual sea purificado, no solo en esta ciudad sino en todo su país, en todos sus hermanos, que también son merecedores de la Divina e Insondable Misericordia, porque ellos sufren al igual que ustedes sufren, porque ellos esperan al igual que ustedes, la esperanza.
Que en esta comunión en donde sus espíritus son elevados de plano y de consciencia, se cree este gran círculo de la fraternidad que une los orígenes y los tiempos, las esencias y las almas con el gran Gobierno sideral, el que ha impulsado la manifestación en este plano material y la vida a través de los tiempos.
Que se vuelva a constituir en el espíritu de la Argentina el amor a la vida, para que los que vayan a nacer en los próximos tiempos tengan un lugar de reposo y de amor, de regocijo y de esperanza, así como ustedes lo han tenido.
Eso permitirá aliviar el sufrimiento de Argentina, la crisis social y las incertidumbres en los corazones.
La nueva Misericordia trae la nueva esperanza.
Las ovejas de Dios son llamadas a seguir al Gran Pastor del fin de los tiempos, El que en Su segunda venida al mundo, revelará Su verdadera Faz, así como fue revelada en lo alto del Monte Tabor, a algunos de Mis apóstoles.
El tiempo de la mayor tribulación pasará, pero persistan, vivan en la fe y practiquen la esperanza, a fin de que todo sea trascendido y los espacios más difíciles del planeta sean colmados por la Luz Crística.
Vengo también por los que realmente más necesitan de Mí, para los que esta es su única y última oportunidad.
Tal vez no comprenderán lo que les digo con esto, pero tengan confianza en Mi Corazón Misericordioso, porque la puerta a Mi Divina Misericordia aún está abierta para los que se han condenado de espíritu y de alma.
Yo no vengo a buscar de ustedes lo que es imperfecto. Vengo a despertar en ustedes las virtudes de Dios, para que sus seres superiores cumplan su misión en la Tierra y aprendan a purificarse y a transformarse día a día, sabiendo que la sublimación y la elevación de la consciencia es un trabajo incansable del verdadero apóstol de Cristo.
Si sus vidas se convierten por medio de Mi Amor, si Argentina acogiera Mi Llamado, más lugares del mundo se transformarán, muchas catástrofes se evitarán y no será necesario que las almas aprendan a través del sufrimiento.
Mi Misericordia es inagotable e inextinguible.
A veces no sé donde colocar tanta Misericordia de Mi Corazón en las almas, porque la mayoría no la clama, ni la vive.
Hoy puedo derramar Mi Divina Misericordia, porque ustedes la han clamado, y eso repercutirá en sus vidas hasta el próximo mundo. Así se manifestará la Divina Voluntad y serán partícipes de la eternidad después de esta experiencia en la Tierra.
Son sus espíritus que deben volar hacia lo alto mientras transforman su materia, purifican su mente y elevan sus sentimientos.
Sigan adelante confiando en el afluente de Mi Misericordia y no se cansen de llamar por Mí; porque por más que no esté en el próximo tiempo con ustedes, Mi Omnipresencia se cumple en donde las almas llaman al Señor.
La Consciencia del Hijo de Dios se elevó a los Cielos para seguir adelante con Su Misión y Tarea, para convocar a todos los que se han autoconvocado para el fin de los tiempos, para llevar adelante la Obra del Retorno de Cristo y el descenso de su Divina e Infinita Misericordia.
Crean que en los planos invisibles suceden muchas cosas. Es hacia allí donde deben colocar su atención.
Deben aprender a percibir, deben aprender a intuir lo que está en los planos superiores de la consciencia y todos los tesoros celestiales, que no solo pueden descender en sus vidas, sino también en el planeta.
Por eso no teman abrazar su cruz y seguirme, porque Yo puedo aliviar su cruz, puedo disolver su sufrimiento, transmutar su agonía cuando sus corazones son sinceros con el Mío y se abren, de verdad, a Mis Leyes Divinas, para que sobre la superficie de este planeta se cumpla la Divina Voluntad.
Ahora los invito, compañeros de Argentina, y colocando su mano sobre el pecho, a que sientan y encuentren en ustedes el Reino de Dios, más allá de lo que han vivido y lo que han sentido, de lo que han sufrido o experimentado.
Confíen en el Reino de Dios que está dentro de ustedes y háganlo parte de sus vidas a cada momento, para que ese Reino interior que está en lo profundo de sus esencias se pueda irradiar al mundo entero, y especialmente a su país, merecedor de una Gracia extraordinaria.
Sientan esa Luz que puede emerger desde dentro de ustedes y sientan el Amor de Dios y Su Confianza.
Fortalezcan este momento como el único momento para sus vidas.
Sírvanse del Espíritu de Dios que desciende a través de la Voz de Su Hijo para fortalecer los corazones, para unir a las almas al poderoso Reino de Dios.
Mientras las puertas del Cielo se siguen abriendo sobre la Argentina, sus espíritus son colmados por Leyes cósmicas.
Sientan el descenso de la Luz Divina y la bendición del Sagrado Espíritu de Dios, tan semejante a su Bautismo o a su Primera Comunión.
Arrodillados delante de los Tronos del Padre clamemos por Piedad, Misericordia y Redención, para que más almas sean llevadas al Cielo; para que más espíritus vivan el gozo de permanecer en el Reino de Dios y en Su Gloria, por los siglos de los siglos.
Y ahora que conocen lo que en verdad está dentro de ustedes y es eterno, recuerden su origen, la Fuente de la cual provienen, la Fuente de la cual surgieron para vivir esta escuela de amor y de perdón en la Tierra.
Y por más que tengan los velos en la consciencia, hoy los retiro, para que puedan recordar y nutrirse del Conocimiento Sagrado de las Estrellas; impulso divino que en el nombre de la Luz viene a reconstruir la consciencia planetaria y a curar a los espíritus heridos por los errores del pasado.
Y ahora que Mi Iglesia Celestial se ha presentado en la Tierra; la verdadera Iglesia de Dios que solo vive en el Universo Celestial delante de las Puertas del Cielo, que sus esencias se entreguen y se donen de una forma tan incondicional, así como Yo Me doné y Me entregué por ustedes en la Cruz, sufriendo Llaga por Llaga, gota de Sangre por gota de Sangre, para que triunfara el Amor de Dios.
En ese Amor los invito a sumergirse. En ese Océano Infinito de Amor los invito a permanecer y a vivir, porque será ese Amor Eterno que proviene de la Fuente de la Creación el que los ayudará a seguir adelante, a pesar de lo que suceda o de lo que vivan.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Iniciando esta ceremonia de consagración ante la Iglesia Celestial de Cristo y de las puertas del Cielo, vamos a entonar los nombres de Dios, para que el Cielo descienda a la Tierra por medio del Amor de Nuestro Maestro.
Nos podemos poner de pie.
Cada uno de nosotros en este momento, a pedido de Cristo, en el silencio de su corazón, realizará su ofertorio a Dios, no solo por sí mismo sino por Argentina, y colocará a los Pies de Cristo su petición para que sea contemplada y escuchada por el Padre Eterno.
Que los elementos que el Padre creó para este Universo material sean bendecidos, y sublimen las energías a fin de que se cumpla el Propósito.
Cantan los Nombres de Dios
Hace dos mil años enseñé algo muy simple: era lavar los pies los unos a los otros, para que no solo fueran purificados de su sufrimiento y dolor, sino para que la humildad encarnara en las almas, a fin de poder reconocer la Faz Sagrada de Dios.
Que hoy, los que lavarán sus pies y también purificarán sus almas, puedan reconocer en sí mismos la Faz Misericordiosa de Dios, la que aplaca toda justicia. Amén.
En el río Jordán, Mi Primo Juan los bendecía con agua, pero Yo los bendigo con el Espíritu de Dios, para que sus consciencias se consagren y se eleven en constante sacrificio y reparación.
Que estos elementos sean impregnados por la Luz del Amor, a fin de que el alma se santifique, reencuentre la paz y el alivio que tanto busca. Que así sea.
Cristo llama a una hermana auxiliadora.
He esperado este momento para que recibieras Mi Bendición, porque para Dios todo tiene Su momento.
Quien confía y persiste, reconoce la Voluntad de Dios, forma parte de Su Divina Gracia.
Hoy Mi Espíritu te bendice junto a los ángeles del cielo por tu incondicional servicio a la humanidad.
Hace más de dos mil años Yo les enseñé a compartir el pan para que tuvieran vida eterna. Les enseñé a compartir de Mi Sangre para que aprendieran a purificar sus vidas.
Hoy el Señor del Universo realiza este ofrecimiento por Argentina, para que su propósito se vuelva a restablecer y encuentre en el fin de los tiempos el gozo de vivir en el sublime Espíritu de Dios.
En aquel tiempo tomé el pan, di gracias a Dios y Él lo bendijo. Enseguida lo entregué a Mis Apóstoles diciéndoles: Tomen y coman todos de él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por ustedes para el perdón de los pecados.
Tomé el Cáliz de la Salvación y en aquel tiempo les dije: Tomen y beban todos de él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre de la Nueva Alianza, que será derramada por los hombres para el perdón de los pecados. Siempre celebren esto en Mi Memoria, hasta que Yo retorne al mundo.
El Cuerpo y la Sangre de Cristo sean motivo de reparación y de cura en las almas, alegría y esperanza para los próximos tiempos.
Nos tomamos de las manos.
Padrenuestro...
Alabado sea Dios, Glorioso Su Reino. ¡Aleluya, aleluya!
Vamos a repetir:
Alabado sea Dios, Glorioso Su Reino. ¡Aleluya, aleluya!
También Yo les enseñé en aquel tiempo a amar a través de un gesto tan simple pero profundo para la vida del Espíritu.
Hoy en Mi Ascenso a los Cielos les pido que fraternalmente se den el saludo de la paz.
¡Les agradezco!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Primer Mensaje
Desde la Gran Estrella del Universo Yo los saludo y envío Mi Mensaje de paz para el mundo.
Hoy Mis Palabras emanan desde el corazón de Andrómeda, lugar desde donde se gobierna a este Universo y a muchos Universos más que son regidos por la Ley de la Jerarquía y que están bajo los cuidados de las grandes Consciencias universales.
He venido a la Argentina para corregirla en su propósito, para llevarla de nuevo hacia el camino de la luz.
Por eso extiendo Mi Mano hacia el Pueblo de Dios, para que se puedan tomar fuerte y seguirme por el sendero de la verdadera fe y de la nueva esperanza.
Desde Andrómeda emito Mi Voz para el mundo y especialmente para Argentina, sabiendo que es un pueblo que necesita enderezar sus caminos para poder cumplir el Propósito de Dios, para poder vivificarlo, para poder realizarlo en estos tiempos críticos en donde todo está en juego.
No es nada nuevo lo que hoy Yo les pido, compañeros, sino solo recordar su compromiso para que puedan recordar su origen, sabiendo que esta vida material no termina aquí y que después de esta vida hay mucho más que aprender.
Los Universos se ofrecen para que puedan aprender en sus sagradas Escuelas, en donde todo está escrito y en donde todo se cumple.
Por eso, los invito en estos días a beber de Mi Misericordia para que puedan beber de la Fuente del Conocimiento, un conocimiento que les revela la Verdad, un conocimiento que les dará la paz y la sabiduría que necesitan para estos tiempos críticos.
Pero Mi venida a la Argentina no evitará muchas cosas más de las que suceden en estos días y en estos tiempos.
La libertad aún está en la mano de los hombres.
La libertad es lo que los puede llevar a Dios o es lo que los puede condenar sin que lo perciban.
Por eso, la elección está en cada corazón humano, la elección de vivir en Dios o de no estar en Dios, de sumergirse en el Amor de Dios o de apartarse del Amor de Dios.
Nadie será forzado a vivir una espiritualidad que aún no ha comprendido ni sentido en su interior.
Pero lo que Yo puedo prometer para la Argentina es solo Mi Amor y Mi Misericordia. Vertientes que los llevarán a encontrar el Propósito Divino, a encontrar la respuesta que tanto buscan desde hace tiempo.
Así Yo voy formando a Mis nuevos soldados, los soldados de los últimos tiempos. Voy construyendo en las moradas de todos los seres el Cristo interior, aquel que vivirá el fin de los tiempos, aquel que dará testimonio, en Mi Nombre, de que Yo estoy aquí entre ustedes y con ustedes.
Por eso hoy Mi Voz se emite desde Andrómeda, lugar en donde el Gobierno Universal mora y cumple las Leyes Divinas para este Universo Material; lugar en donde grandes decisiones se toman para la evolución y el despertar de las consciencias, para la expresión infinita de más grados de amor, de un Amor más grande que aquel que Yo pude concebir cuando estuve en la Tierra entre ustedes, hace tanto tiempo.
En aquella época Yo les dejé una llave que los ayudaría a trascender todos los tiempos y todas las generaciones, todas las experiencias y todos los aprendizajes.
Es el amor a la vida lo que reconstruirá a la Argentina, más allá de los errores y de las faltas.
El amor es lo que curará, es lo que colmará.
El amor les concederá la paz y así vivirán en justicia.
De nada servirá oponerse los unos a los otros, porque por más que hay desigualdades, que son vistas por todos, lo que importa para Dios, compañeros, es el destino de su nación y de su pueblo como una Tierra Prometida que ya no contará con injusticias ni desigualdades, que estará permeada por la Presencia de Dios en la vivencia perfecta de Su Amado Hijo en el corazón de los hombres.
No luchen por lo que es material, aunque sea injusto.
Construyan en ustedes lo que es verdadero y lo que proviene de Dios, aquello que realmente los hará libres, algún día, para alcanzar el Reino de Dios que está dentro de ustedes.
Viviendo en el Reino de Dios estarán en comunión con lo Alto y ya no se tratará más ni de una religión ni una doctrina, porque su religión, compañeros, independientemente de cualquier otra, será el amor.
Es el amor que los llevará a vivir el servicio y la fraternidad para con sus hermanos.
Es el amor que les permitirá construir la hermandad y así poder vivir la nueva vida que repoblará a la Tierra en los próximos tiempos.
Pero, mientras viven su transición interior y exterior, no luchen, ya no se opongan los unos a los otros. Busquen esa justicia en el Don de la Misericordia de Dios y todo pasará.
Así Dios hará justicia, como la Gran Consciencia Divina que Él es, y Sus hijos finalmente lo representarán en la Tierra, como Él tanto lo ha esperado desde el principio.
Sean capaces de vivir Mis Palabras más allá de los sentidos.
Sean capaces de arriesgarse a hacer un poco más de lo que hacen o de lo que han conseguido en sus vidas, porque todo volverá a comenzar en el amor y del amor partirá. Lo demás se hará polvo y al polvo volverá.
En sus espíritus está el Sagrado Relicario de Mi Corazón.
En sus almas puede estar la presencia de Mi Alma, para que estén en comunión con la Justicia Divina y en un perfecto equilibrio.
Por eso, desde Andrómeda se emite una Voz de igualdad y la Gran Estrella de este Universo los llama a la elevación de la consciencia para salir de las formas y de las batallas, para alcanzar el verdadero sentido de su existencia y de su misión en la Tierra, como individuos, como pueblo y como país.
Cierren las puertas al caos. Abran las puertas a Mi Divina Misericordia, porque así Mi Presencia triunfará en ustedes y Mi Energía triunfará en su nación.
Ha llegado la hora de percibir la realidad y no los engaños.
Ha llegado la hora, compañeros de Argentina, de subir un escalón más para aproximarse a Dios y sentir Su Amor que los colma y los colma de tiempo en tiempo.
Sean un pueblo merecedor de la Justicia Divina y no de la justicia humana. Así aprenderán a estar en equilibrio y en armonía con el Universo.
Andrómeda emite su voz, desde el Universo hacia su planeta, para que la puedan escuchar y puedan contar con su gran Gobierno que es celestial y cumple los comandos superiores que dicta el Padre Eterno.
Únanse a esta cadena de oración por la paz y eviten que el caos los sumerja.
Sean inteligentes y activen la oración del corazón para que sus propios Espejos internos disuelvan toda la oscuridad reinante.
Por eso, Andrómeda viene para bendecirlos y para consagrarlos, para que cada corazón humano y cada alma escuche la Voz del Universo y reciba, desde Andrómeda, el espíritu de la paz.
Que su ofertorio para este Maratón sea verdadero, como lo han demostrado en estos últimos días.
Porque el Universo está contemplando todos sus esfuerzos, por más pequeños que parezcan. Todos los esfuerzos suman para el descenso de la Divina Misericordia que permite amar a los enemigos y perdonar a los injustos.
Anímense a superarme en el amor y encontrarán la Verdad.
Anímense a ser Mis testimonios y serán libres, así como tanto lo esperan.
El Reino de Dios está dentro de ustedes y él allí debe permanecer, a través de los tiempos, para que se cumpla la Sagrada Voluntad.
Les agradezco por haberme dicho “sí” para este encuentro, porque eso significa mucho para Mí, como Consciencia Divina y Universal.
Aquí existen almas muy valiosas y espíritus muy importantes para la Creación. Por eso están en la Argentina y no en otro lugar.
Todo en la Creación tiene un sentido divino y un Propósito superior para manifestarse.
Sean parte de esa corriente universal que proviene de Andrómeda y reconozcan en estos tiempos su misión para con la humanidad.
Que en esta Maratón de primavera florezca el amor de sus corazones.
Que sus manos, brazos y pies den los frutos del servicio y caminen al encuentro de los necesitados para que la Misericordia llegue a todos, sin distinción.
Que la Luz del Espíritu de Andrómeda los bendiga en el nombre de la Sagrada Hermandad.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Quédate delante de la escena espiritual del Huerto Getsemaní y presencia, ahora, el Huerto de la Resurrección.
Contempla el momento de la Resurrección del Divino Hijo y confía en que tú también resucitarás en esencia y en espíritu.
Que todo sea transformado y que las cadenas se rompan para darle lugar a la expresión del espíritu.
Contempla el Sagrado Huerto de la Resurrección y elévate como consciencia, así como se elevó Cristo hasta el Reino de Dios.
Vive esa transfiguración interior, paso a paso, muriendo para el mundo y naciendo en la esplendorosa Fuente Primordial.
Que tu sacrificio y que tu esfuerzo sean parte del legado de la transformación de la humanidad.
Que tu corazón palpite en la elevación del espíritu y de la consciencia.
Contempla el Huerto de la Resurrección y afirma que todo será posible, que alcanzarás la meta y que purificarás los sentidos para que todo tu ser contacte y se una a la Consciencia Divina.
Contempla el Huerto de la Resurrección como una oportunidad de renovación y de fe.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En lo profundo de tu cuerpo, en el centro de tus átomos, yace una luz oculta y silenciosa. Es el Espíritu de la Vida, es el Soplo de Dios, que habita en ti y que es la verdadera composición de tu ser.
Eres parte viva del Espíritu de Dios. Así, el Padre, omnipresente, habita en la esencia de tu ser. Así, Su Espíritu que todo lo abarca, habita en todo lo que es vida.
Permite a tu consciencia penetrar los misterios acerca de sí misma y descubrir a través del amor, de la sabiduría y de la humildad, la materia pura y plena de la Gloria de Dios, que se esconde en tu ser.
La glorificación del cuerpo es el despertar de la Verdad en lo más íntimo de la composición de la materia humana. La Gloria de Dios está en Sus hijos desde el principio de la Creación, pero así como Su Presencia se mantiene silenciosa en la esencia de los seres, Su Gloria y Su Espíritu también se silencian en lo más íntimo de la materia humana.
Cuando el ser alcanza la plena unidad con el Padre y le da espacio y permiso para que Él se manifieste en su cuerpo, la Gloria de Dios comienza a despertar en sus átomos físicos y materiales.
Todos los seres, así como toda la vida, son partes de Dios, desmembrados de la Creación y manifestados en criaturas aparentemente individuales.
Hoy te revelo un misterio: todo es parte de Dios. Todo es proyección y partícula divina. Pero el Creador se expresa en los que despiertan. Su Espíritu habla y vive a través de los humildes que reconocen su ignorancia y no limitan la Grandeza de Dios que aún es tan desconocida e incomprensible para la mente humana.
Medita en la vida que está en ti, en la vida que eres, parte de Dios, parte de Su Espíritu y de a poco deja que se manifieste Su Gloria en tu ser para que comprendas que resucitar no es morir en el cuerpo y volver a la vida; resucitar es morir a la ignorancia y a la ilusión y descubrir la Verdad dentro de sí.
Hubo aquellos que murieron en el cuerpo y no encontraron la glorificación en Dios y hubo unos pocos, desconocidos por los hombres, que murieron a su ignorancia y dejaron que Dios les mostrara Su Verdad, viviendo, sin comprender, la gloria y la magnitud del Espíritu del Creador.
Este es el tiempo de que surja no solo un ser glorificado, sino una raza glorificada que, muriendo a la ilusión de un falso tiempo y de una falsa vida, resucite a la Verdad destituyendo la vida retrógrada de la superficie de la Tierra y abriendo el camino para que el Reino de Dios habite aquí.
Vive en Cristo para que Él te conduzca hacia Su Gloria y te glorifique en Él, despertando, en todo lo que eres, la presencia viva del Espíritu Santo de Dios.
Tienes Mi bendición para esto.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Cánticos de Figueira - "El Reino"
En esta canción José Trigueirinho reveló, en simples palabras, el poder de muchos misterios.
El Reino se anuncia en el interior de cada ser. Él es la primera señal de que, en el fin de los tiempos, el contacto con los niveles elevados de la consciencia será la llave maestra para las grandes y venideras revelaciones.
También en esta canción José Trigueirinho, por medio de su alma, revela la llegada del Redentor y Salvador, por segunda vez. Anuncia la venida de Cristo por medio de Apariciones públicas, las que traerán la manifestación del Reino en sus diferentes planos de consciencia.
La canción, en el comienzo, habla de los falsos cristos, de aquellos que prometen cambios, beneficios y avances materiales y no los realizan.
La canción advierte sobre la atención que cada ser espiritual deberá tener para no dejarse confundir; así como también revela la presencia de criaturas de la Tierra que se anunciarán usando el nombre de Jesús para promoverse y beneficiarse.
Por eso, el Hijo de Dios retorna por segunda vez para enseñar las verdades del Reino, basadas en la existencia de una vida universal colmada de todos los principios salvíficos de las Moradas del Padre.
En este sentido, esas verdades que se revelarán desmitificarán a los falsos cristos y colocarán a toda la consciencia de la humanidad delante de lo que es verdadero y proviene de la Jerarquía.
Por esa razón la canción también anuncia que Cielo y Tierra pasarán, pero el Reino permanecerá vivo e inmutable en el corazón de los que creen y aspiran a la realidad de las estrellas.
Según la canción, todos los impulsos que el Hijo de Dios traerá despertarán y se mostrarán en la experiencia de las Comunidades-Luz y de la vida grupal. Y eso irá más allá, llegará a tocar el mundo interno de otros seres, de otras naciones, que se sentirán atraídos para beber de la misma fuente.
Por eso, al final de la canción, se anuncia que el Reino permanecerá, aunque pasen Cielo y Tierra. Eso significa que los tesoros espirituales de la Jerarquía Universal estarán disponibles y latentes en el corazón de cada servidor y seguidor verdadero de Cristo.
Esto renovará los tiempos y unirá aún más a las consciencias que, a pesar de sus naciones o de sus lenguas, se unirán en el mismo propósito para cumplir una única misión. Estos serán los que, como dice la canción, verán venir al Hijo entre las nubes.
Aquí se refiere al ciclo de las Apariciones de Cristo, desde el año 2013 hasta la actualidad. Se refiere a todos los impulsos que llegarán para nutrir las consciencias de vibraciones elevadas y evolutivas. Esto resplandecerá de forma evidente en la mirada y en el corazón de todos los que se adhieran al llamado de la Jerarquía.
La canción “El Reino” es la síntesis de la misión que Cristo, el Hijo Amado, cumpliría en el fin de los tiempos en una región del planeta y con una parte de la humanidad.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Camina descalzo, pensando que conseguirás y que podrás librarte del pasado, aspirando todo el tiempo a poder alcanzar en ti la manifestación interior del Sagrado Reino de Dios.
Camina descalzo, imitándome con determinación y mucha valentía, con la esperanza de ver realizarse la Sagrada Voluntad de Dios en todos los planos y en todas las consciencias adheridas al Plan del Creador.
Camina descalzo, confiando en el porvenir de algo mejor, aunque la humanidad y el planeta se purifiquen intensamente, afirmando en tu interior la victoria del Amor y la concreción del Divino Designio.
Camina descalzo, despojado de tus errores y de la falta de aciertos, libre de las cadenas que pudieron haber mantenido presos a tus pies.
Mantén la visión en el Propósito, abriendo todo el tiempo la puerta de tu corazón para que la Luz del Reino de Dios se pueda establecer.
Camina descalzo, confiando en lo desconocido, en lo venidero y en lo renovador, librándote del cautiverio planetario y de la condición que atan a los seres humanos al pasado.
Descubre, dentro de ti, el eterno presente y únete de esa forma al Universo Mayor, dejando que, en cada nuevo paso, tu puedas realizar lo que el Universo espera que realices.
Mantén tu fe en lo Alto, porque de lo Alto vendrá el auxilio para cada nuevo desafío.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Para ingresar en el Corazón de Dios y estar en Su dimensión de Paz en estos tiempos, tendrán que luchar contra sí mismos, contra la condición humana que parece expandirse y crecer dentro de ustedes, para que, rendidos a Cristo, sean más mansos y humildes.
Cuando Dios Me llamó a Su encuentro, para formar parte de Su Plan de Redención para la Tierra, Él comenzó quebrando en Mi interior lo que de más arraigado había en los hombres de Mi época. Me hizo sumiso a la pureza virginal de Mi Santa Esposa, a quien aprendí a amar, a obedecer y a confiar en Ella; y Me hizo sumiso a Mi pequeño Hijo, nacido del Espíritu Santo, parte de Dios en un pequeño niño.
Con eso, Dios quebraba no solo una condición retrógrada en Mi interior, sino que transformaba las leyes de una humanidad que, en su tiempo, no sabía reconocer lo mejor del otro, sino que solo buscaba someter al prójimo y sobresalir. Sobre todo un hombre dentro de su familia, aunque en su corazón hubiera amor, más grande que él era el falso poder.
El Creador Me enseñó que sin mansedumbre no se alcanza la paz. Es imposible ingresar en Su Reino sin antes rendirse a la humildad, aprendiendo a reconocer Su Presencia en aquellos que, enviados por Su Corazón, vienen al mundo para renovar Su Amor.
Cada hijo de Dios fue enviado a la Tierra para renovar Su Amor, no solo en este mundo, sino en todos los Universos. Mientras la consciencia no se abra a esta verdad y prefiera permanecer en la ilusión de su superioridad y de su arrogancia en relación a los demás, creerá que está en el camino de la Redención, cuando en realidad, en su interior, ni la Gracia ni la Misericordia de Dios encuentran un lugar.
Si quieren comunicarse con el Padre, hijos, tienen el camino abierto para eso. Podrán estar eternamente en las dimensiones de Su Reino, aun estando en vida, pero para eso deberán rendirse, humillarse y aprender, no solo a amar al prójimo, sino a reconocerlo como un tesoro de Dios en el mundo, parte de Su Corazón.
Tienen Mi bendición para eso.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cuando el ocaso esté por desaparecer y llegue la noche, será el momento más culminante de la humanidad y del planeta.
Ya todo se habrá desencadenado dentro y fuera de los seres, y sobre la superficie de la Tierra ya no existirá más nada que aprender ni tampoco que instruir.
Todos conocerán la Verdad.
Todos podrán verlo y participar de ello, porque el fin de los tiempos se habrá consumado y la Nueva Tierra ya dejará de ser una promesa porque la vieja Tierra se purificó.
Pero antes de que se cumpla esa promesa, que Dios tanto espera, la Tierra aún pasará por su transición. La dualidad también vivirá su definición y el destino será cambiado.
Después que lo más difícil que haya sucedido vendrá la Aurora para hacer resplandecer su Luz y su Consciencia. Vendrá el Hijo y después vendrá Su Madre y con Ellos todos los ángeles y arcángeles y los grandes obreros del Plan.
Las trompetas ya habrán sido tocadas y en el corazón de los justos resonará la Verdad.
Los injustos serán apartados y enviados a su nuevo destino. La paja estará separada del trigo, los lobos de las ovejas, lo puro de lo impuro, lo turbio de lo cristalino, la oscuridad de la luz.
Y nadie podrá reclamar, ya nadie podrá justificarse, porque todo lo habrá recibido desde el Cielo y desde el Universo.
Las Palabras de la Jerarquía ya no pasarán más como el viento o la brisa que puede acariciar sus rostros.
La Palabra, que es el Verbo, se cumplirá y ya nadie podrá omitirla, ninguna consciencia, ninguna nación, ningún gobernante o nadie que se oponga, porque ya no existirá oposición ni dualidad, no existirá el pasado ni tampoco existirá el futuro.
El eterno presente descenderá a la Tierra y el planeta ingresará en su nueva dimensión, la dimensión de la cual ha sido apartado para aprendizaje y experiencias.
Ingresará a la verdadera dimensión, al Real Tiempo, en donde solo existe lo eterno, lo visible y lo invisible.
Así, las consciencias que quedarán y permanecerán ya no estarán lejos de la Verdad, porque la Verdad será parte de ellas al haber persistido en sus pruebas y en sus aprendizajes, al haber creído en Cristo, en Su Palabra, viviendo la obediencia y la estricta adhesión a Su llamado.
Después de que Yo ya no esté aquí entre ustedes, ya saben que todo se desencadenará.
Los muros de las resistencias ya no serán fortalezas propias, no habrá divisiones ni barreras, obstáculos o desafíos porque todo caerá por su propio peso.
La Verdad prevalecerá en los corazones limpios y humildes. La mentira se verá en los corazones que se ensuciaron por sus malas palabras.
Los verdaderos rostros se mostrarán, algunos, llenos de gozo y de alegría del Cielo, otros, llenos de espanto al haberse encontrado con la Verdad y por haberse arrepentido demasiado tarde.
Por eso siempre deben tener cuidado con lo que deciden en sus vidas y en sus caminos.
El Plan de Dios no es algo pasajero ni tampoco es algo que se pueda usar en su provecho.
Si el Hijo de Dios descendió a la Tierra fue por una máxima Voluntad.
Si el Hijo de Dios vino a su encuentro fue por una máxima Voluntad.
¿Comprenden?
No se puede desechar el Plan de Dios porque no les convenga o no lo sientan. Asuman la responsabilidad de su purificación y pronto se librarán de ustedes mismos.
No pueden distorsionar la historia que se está escribiendo en sus corazones y vidas.
No pueden desviar el lápiz de Dios con sus cometidos; recapaciten, y crecerán.
No hagan pequeño lo que es verdaderamente grandioso y que viene del Cielo.
No sean como el mundo que ofende el Plan de Dios, día a día, y sin consciencia.
Porque cuando las Leyes sobrevengan al mundo todos aprenderán y quien esté en el centro del Propósito no sufrirá, porque la Ley no será castigo, la acción de los hombres será la propia condena.
Deben reconocer dentro de ustedes el Reino que Dios les ha dado y no contaminarlo con sus formas de vida.
Por eso invoquen, imploren y apelen por un corazón puro, para que sus mentes sean puras, para que sus acciones sean puras, para que sus caminos estén llenos de luz y no de sufrimiento, el sufrimiento que pueden ocasionar y vivir por ustedes mismos.
Dios aspira a que todos puedan vivir en Su Alegría y que ya nadie más se condene en esta humanidad.
Busquen ser lo que verdaderamente Dios necesita y todo se transformará.
Ustedes no pueden dejar de ser parte de Mi Nuevo Evangelio.
Ustedes deben ser parte de lo que está descendiendo desde el Universo.
Por eso, en estos últimos días les he traído tantas llaves y tantos conocimientos, porque es hora de vivir esa madurez espiritual que el Padre del Universo necesita para poder seguir cumpliendo Su Plan y Su Voluntad.
No pueden tomar el Plan de Dios y su misión como algo pasajero, como si ya nada más importara.
El arrepentimiento llegará para mostrarles a algunos el lugar en donde se han colocado y del cual no consiguen salir por sí mismos. Allí no llega Mi Misericordia, allí no llega Mi Gracia ni tampoco Mi Luz. No puedo transgredir su libre albedrío y su voluntad.
Les enseñé a Mis apóstoles a ser verdaderos y también simples; a ser honestos y transparentes en la Verdad, porque eso siempre los protegería.
Ahora es tiempo de tener la consciencia sobre las decisiones de la vida y cómo esto influye en su evolución y principalmente en su vida espiritual.
Todo lo que ha sido entregado en estos últimos tiempos deberá ser testimoniado para todos en el día del Juicio Final y después de esta vida.
Los tesoros del Cielo nunca quedarán perdidos.
Los tesoros del Cielo deberán ser atestiguados por cada discípulo Mío, aunque ya no esté Conmigo.
La firma de su compromiso es su salvación y recordarlo todos los días también es su salvación.
Deben aprender a percibir la realidad más allá de ustedes mismos y nunca permitir lastimar el Plan de parte de ustedes.
No pueden dejar pasar el tiempo como si nada sucediera. Ustedes saben más que Yo que el planeta está sufriendo y está muy herido.
Por eso en el momento más culminante de la tribulación Yo retornaré y nadie podrá escapar a ese acontecimiento, por más que Me haya negado, por más que haya dicho que Yo no estoy aquí.
La verdadera Jerarquía no hace perder el tiempo a los hijos de Dios. Tomen consciencia de esto y recapaciten.
Expreso esto especialmente para los que se han alejado y fueron confundidos por Mi enemigo. Rezo por su arrepentimiento y su humillación.
La soberbia humana puede ser tan grande como un mar y ahogarlos sin que lo perciban.
La ceguera de los injustos será quitada cuando permitan que el Corazón del Maestro los pueda tocar con Su Luz.
Los leprosos de espíritu serán curados cuando se abran de corazón a la cura divina y a la realidad del Universo.
Todos tienen un lugar en Mi Corazón y eso ya lo saben.
Todos tienen un compromiso Conmigo y eso es inolvidable, porque ha llegado el tiempo de asumir la realidad y de no apartarla de sus caminos como si no existiera.
Aprendan de Mi Sacrificio y sobrevivirán.
Sean capaces de amar de verdad y sin tibieza.
Sean verdaderos embajadores de la paz en estos tiempos críticos, porque así alegrarán Mi Corazón de muchísimas angustias y de muchísimas penas que ocasionan los que no Me han comprendido por este medio.
Ahora llegará la Luz para los que la quieran vivir y deseen participar de ella.
Esa Luz que Yo propagaré los protegerá y amarán cada paso de su purificación, por Mí.
Revivan su compromiso, que firmaron una vez en el Cosmos, e ingresen en la verdadera dimensión de la Hermandad.
Los candados de los Libros Sagrados ya fueron abiertos para comenzar a pronunciar la gran revelación de todos los tiempos y de todas las eras.
La Vida Universal se hará presente en los corazones que la clamen, porque así vivificarán el Plan.
No pierdan tiempo en lo que es pasajero.
Asuman cargar en sus espaldas al planeta, porque él grita por alivio.
Lleven estampados en sus pechos la Estrella de la lealtad y de la Confraternidad. Reenciendan ese Sol interior que nunca deberá morir ni apagarse.
Dejen brillar lo que verdaderamente son y podrán salir de las cosas superficiales.
Porque lo mezquino dejará de ser mezquino, lo soberbio se purificará y la arrogancia morirá para que surja la luz del espíritu, la que siempre los colmará y los llevará a la paz.
Les agradezco por cooperar.
Les agradezco por escuchar y por traer alivio al Corazón de Dios.
Que se cumpla en ustedes el Propósito y que él siempre sea recordado, para que en los momentos de mayor tribulación no duden en seguir Mi Camino; así se librarán de la confusión y de las apariencias de los que los rodean.
Abracen esta cruz que Yo les ofrezco y así se sembrará la semilla de una Nueva Humanidad.
No les pido lo imposible. Solo les pido que después de tantas experiencias en el Cielo y en la Tierra aprendan a vivir la Verdad y la simplicidad, afluentes que los hará encontrar con el gran Océano de Mi Amor, de Mi Amor infinito y expansivo.
Revivan todos estos impulsos que les he dado estos días, porque sé que no los consiguen recordar.
Deben estar atentos a lo que les digo, porque Mis Palabras no se volverán a repetir.
Sean buenos estudiantes, aplicados y disciplinados, así vencerán la inercia.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Aunque no quede piedra sobre piedra, confía en el Reino de Dios.
Aunque el viento limpie y arrastre de su lugar todo lo que es impuro, confía en el Reino de Dios.
Aunque los mares suban y abracen a grandes ciudades, confía en el Reino de Dios.
Aunque la tierra se abra y se trague a pueblos enteros, confía en el Reino de Dios.
Aunque el sol, por su calor y por su fuerza, queme e incendie todo lo que irradia, y florestas enteras sean consumidas de la noche a la mañana, confía en el Reino de Dios.
Aunque las naciones se condenen por sus leyes y prácticas libres, confía en el Reino de Dios.
Aunque la Iglesia de Mi Hijo sea llevada a juicio, y los lobos que se vestían de ovejas sean descubiertos y llevados a la cárcel, confía en el Reino de Dios.
Aunque la fe de millones de almas esté en juego para el fin de estos tiempos, confía en el Reino de Dios.
Aunque se destituya a Dios y a Sus Mensajeros de algunas naciones y el poder humano sea el dios de los últimos tiempos, confía en el Reino de Dios.
Porque todo será puesto a prueba, dentro y fuera de los seres. Mi adversario entra en los rincones menos pensados de las consciencias.
Confía en el Reino de Dios, porque todo lo que estarás viendo en muy poco tiempo será la muestra y el resultado de haberse alejado de la Verdad.
Ora y confía en el Reino de Dios, porque en el momento culminante de la purificación de la Tierra los elementos de la naturaleza tomarán el gobierno del mundo y más que cientos de ángeles limpiarán la Tierra de su gran contaminación humana y espiritual.
Confía en el Reino de Dios y protégete.
Ora por los que no lo hacen y por los que se niegan a hacerlo. Ora por las naciones del mundo, para que alguien más se pueda salvar.
Todo está por suceder y ya dejará de ser una anécdota.
Es hora de enfrentar el fin y quien esté a Mi lado, así como están los ángeles, estará en el lugar más seguro que puede estar.
Confía en el Reino de Dios, porque ese Reino triunfará.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Contemplen a la Consciencia de Dios como un gran Reino de infinitas proporciones y belleza, y a cada uno de Sus Aspectos como una puerta a un estado de consciencia de ese Reino Celestial.
Contemplen a los Aspectos de Dios como un gran camino de ascensión construido por el propio Padre para que Sus hijos puedan llegar a Él.
Cada Aspecto de Dios es un puente de elevación hacia una dimensión superior, y el contacto gradual con Ellos los hace retornar a la Fuente de la Unidad, en donde todo se hace Uno nuevamente.
Cada Aspecto de Dios, además de un puente, también es un Reino que se revela cuando el corazón se abre para descubrirlo.
Dentro del corazón humano se encuentra una llave única que abre las puertas a cada una de las dimensiones del Reino de Dios, en la medida en que ese corazón vive mayores y más elevados grados de Amor.
El Reino de Dios en la Tierra, aún desconocido para los hombres, es la manifestación de un Aspecto del Padre que solo se puede revelar a los corazones que aman. Para vivir la Revelación de la Vida en este mundo y conocer lo que está oculto, tanto en el interior de la Tierra como en lo invisible de la superficie que pueden ver con sus ojos materiales, primero ustedes deben aprender a amar aquello que les es accesible, palpable y visible.
Para acceder a un estado superior y vivir una Revelación Divina, primero deben aprender a manifestar el amor en el nivel en que se encuentran.
Manifiesten el amor a la vida, a sus hermanos, a los Reinos de la Naturaleza, a la propia consciencia del planeta y ustedes verán como sus corazones y sus consciencias accederán a dimensiones de la vida que siempre estuvieron aquí, pero que nunca pudieron ver.
Encontrarán, entonces, la verdadera expresión de Dios en la Tierra, la Revelación de Su Reino y de lo Sagrado que Adonai manifestó en la vida material como parte de sí mismo, como una dimensión de lo que Él es y que fue entregado a los hombres para que, en comunión con el Dios que se manifiesta en la materia, pudieran renovar la Consciencia Divina a través del amor.
Mientras el mundo se estremece, Dios los llama para despertar sus consciencias al verdadero sentido de la vida y que, a través del amor que nace de sus corazones, puedan acceder a lo que es real y trasciende a todo el conocimiento e incluso a toda la sabiduría humana.
Solo con el corazón y la consciencia sumergidos en la verdad y en la Revelación del Reino de Dios, Reino que cohabita con la vida en la Tierra en dimensiones que los corazones que no se abren al amor no pueden ver, es que ustedes podrán superar los tiempos que llegarán.
Todas las mentiras saldrán a la luz. Todo lo que parecía perfecto, pero que pertenecía a la ilusión, caerá por tierra y volverá al polvo.
Para los corazones que no sepan amar y que no vivan la Revelación del Reino de Dios, no quedará vida, porque las bases de sus vidas se desmoronarán y no verán más que polvo delante de sus ojos y confusión en su mundo interior.
En contrapartida, los corazones que despierten al amor y a la Verdad y permitan que Dios les revele Su Reino y la vida superior que en Él habita, mirarán el polvo y, detrás del polvo, verán la Verdad manifestada.
Por eso hoy Yo les digo, hijos, que para vivir tendrán que amar, porque solo encontrarán la vida cuando el amor les revele lo que, sin él, no se ve.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
La alegría de Jesús estaba en los milagros internos y espirituales que las almas vivían al salir de la miseria y pasar a estar en la gloria.
La alegría de Jesús también estaba en los más pequeños, en los humildes y en todos los que, en absoluta y plena confianza, acogían el llamado del Reino de Dios.
Su alegría imprimía en Sus semejantes el ánimo verdadero para poder vivir el Reino de Dios y formar parte de él.
Jesús reflejaba Su alegría y también Su gratitud por la Instrucción que hacía surgir y manifestar el sagrado conocimiento a través de las parábolas, las que, a lo largo de Su prédica, formaron lo que conocemos como el Evangelio.
Jesús era el mismo Evangelio hecho persona y espíritu. Su Presencia concedía a las almas que pudieran salir de la ignorancia y pudieran vivir los primeros pasos del despertar.
Toda la obra de alegría de Jesús se fundamentaba en el Amor a Dios y a Su Divina Voluntad.
Ese Amor inmaterial que Jesús expresaba por Su Padre Eterno era visible a través del ímpetu y de la fuerza de cada palabra pronunciada en el Evangelio. Así, como también, por intermedio de los hechos sucedidos en la cura de los enfermos, de los leprosos, de los ciegos y de los paralíticos, al igual que en la conversión y en la redención de los corazones más endurecidos.
Es evidente que los eventos físicos, de los cuales Jesús fue el instrumento intermediario para que las almas se libraran de sus propios males, no tenían la intención de generar fanatismo ni sensacionalismo.
Los llamados milagros sucedían para intentar despertar a la humanidad de su profunda y mezquina ignorancia. Ellos tenían la intención de elevar a las consciencias, para llevarlas de un estado tan terrestre hacia un estado más espiritual.
En este sentido, los milagros enseñaban la actuación verídica de Leyes inmateriales que intercedían, a través de Jesús, en situaciones graves y complejas.
El mensaje fundamental que el Mesías quería dejar es que toda vida material está regida por una vida espiritual, y que nuestros fundamentos, acciones y hechos cometidos primero parten de lo que es absolutamente invisible y que en todo nos conduce la Fuente de la Creación.
Jesús utilizó todos los medios espirituales para que, por intermedio de Su alegría, calidez y Amor, las consciencias más simples y las menos preparadas aprendieran a encontrar el sentido verdadero de estar en la vida encarnada y, así, descubrieran su misión personal.
La alegría de Jesús, Su sonrisa y cariño impersonal por cada ser podía curar el rincón más profundo de cualquier consciencia, allí en donde existiera la herida más oculta.
Con tan solo mirar a los ojos del miserable o del soberbio, Jesús cambiaba su destino y corregía su evolución para siempre.
¡Les agradezco por imitar la alegría de Jesús!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Hijos:
Esperen con amor las Palabras que Dios les pronuncia a sus corazones a través de Sus Mensajeros.
Así como Él les habló a los profetas y a los patriarcas que dejaron para el mundo las bases de la vida espiritual, hoy el Creador renueva Sus enseñanzas y trae nuevas Revelaciones para el mundo; porque, desde los patriarcas hasta ahora, el propio Dios se renovó a sí mismo y vivió Revelaciones que provenían del despertar y de la evolución humana.
Aún con sus imperfecciones y limitaciones, los patriarcas y los profetas de otrora reconocían la Presencia de Dios y respetaban el eco de Su Voz que se pronunciaba a los pueblos y que era seguida por ellos.
Hoy la Voz de Dios hace eco en el desierto de la consciencia humana, porque la indiferencia se apoderó de los corazones y pocos son los que saben reconocer la Voz de Dios y seguirla.
Para escuchar a Dios hoy, deben permitir que el Creador despierte dentro de ustedes los compromisos que quedaron dormidos y las experiencias de unión con el Padre que no provienen de esta vida, pero que están guardadas en lo íntimo de sus seres para servirles de auxilio en estos tiempos.
Denle a Dios el permiso de tocar lo profundo de sus corazones, para que, como seres y como humanidad, aparten sus consciencias de la influencia de la indiferencia e ingresen en las Leyes que los conducen hacia la elevación.
Cuando ustedes unen sus espíritus al Padre pueden trascender las leyes y las influencias materiales para pertenecer a las Leyes del Universo y ser auxiliados por los rayos y por las energías espirituales que descienden al mundo para impulsar a los seres hacia el amor y la evolución.
Para eso, es necesario que exista dentro de ustedes la voluntad para dar ese paso y amar a Dios, a Sus Palabras y a Su Plan, renovando el amor y el respeto vivido por los patriarcas, por los profetas y por el Pueblo de Dios; para que así el Padre encuentre nuevos caminos para cumplir Sus promesas y establecer Su Reino en este mundo, cuando llegue el tiempo.
El Reino de Dios será revelado primero en el espíritu, después en la materia. Estén atentos a la Voz de Sus Mensajeros para que en Sus enseñanzas ustedes reciban las nuevas Revelaciones del Creador.
Dentro de ustedes se revelará Su Reino y, después de encontrar el camino para habitar en ese Reino con sus espíritus, construirán los puentes hacia el Universo para que el Reino de Dios se manifieste en la Tierra.
Su Padre y Compañero de siempre,
San José Castísimo
Mientras tantos hermanos tuyos en el mundo se rinden a las energías capitales, creyendo que el sentido de la vida se guarda en los placeres, en las falsas alegrías y en las comodidades, tú ríndete al Corazón de Cristo.
Mientras tantos hermanos tuyos en el mundo se rinden a la autosuficiencia, creyendo que la libertad está en la voluntad propia y en el cumplimiento desmedido de aquello que los impulsos humanos les dictan todo el tiempo, tú ríndete al Corazón de Cristo.
Mientras tantos hermanos tuyos en el mundo se rinden a las guerras y a los conflictos, creyendo que la plenitud se encuentra imponiendo a los demás sus propios pensamientos, sentimientos y creencias, tú ríndete al Corazón de Cristo.
Mientras tantos hermanos tuyos en el mundo se rinden al miedo, a la depresión, a la tristeza, creyendo que la vida en la Tierra, así como la conocen, es lo único que Dios les ofrece para experimentar, sin encontrar la salida de la oscuridad en la cual se adentraron, tú ríndete al Corazón de Cristo.
Mientras tantos hermanos tuyos en el mundo se rinden a la condición humana, en una lucha constante por el poder y por la supervivencia, ignorando la Verdad y el Reino de Dios dentro de sí mismos, tú ríndete al Corazón de Cristo.
No veas lo que acontece a tu alrededor con ojos de crítica y de superioridad, porque, sin saberlo, estarás dejándote conducir por las mismas fuerzas e impulsos que motivan a los corazones de aquellos que se pierden en su propia oscuridad.
Que, para ti, todo sea un motivo para rendirte más al Corazón de Cristo, tornando cada vez más sincera tu entrega.
Deja que de tu corazón emane la compasión hacia el mundo y aprende a transformar la compasión en Amor verdadero, profundizando, cada día, en tu entrega, rindiendo tu corazón al Corazón de Cristo.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Oren para que el Reino de Dios descienda a la Tierra y Su Iglesia Celestial se plasme y se manifieste sobre todas las iglesias del mundo, revelando la espiritualidad divina y renovando a los espíritus que perseveran en busca de una fe verdadera.
Oren para elevar sus consciencias y sus corazones hacia el Corazón de Dios y encontrar allí las maravillas de Su Reino, para que no pierdan el amor en sus corazones.
Oren por los sacerdotes de este mundo, por aquellos que perdieron la Gracia de Dios y que ya no atraían Su Presencia, sino que se tornaron instrumentos de la oscuridad y de la perdición, destruyendo los tesoros celestiales que el Padre les concedió para su redención y salvación.
Oren por los sacerdotes que se esfuerzan para alcanzar la gracia de mantenerse firmes en su vocación y que día y noche son probados para no servirle a Dios, sino para caer en las tentaciones del mundo.
Oren por los religiosos y las religiosas de esta Tierra, consagrados al Plan del Creador en las diferentes congregaciones y líneas espirituales verdaderas, con la esperanza de ser una luz en la oscuridad del mundo, para que él no se pierda y un día pueda ser digno de la presencia del Reino Celestial.
Oren, hijos Míos, porque hoy ha llegado el tiempo de que salgan a la luz los pecados más arraigados en la consciencia humana, y muchos sucumbirán a la oscuridad dejando de lado las gracias que un día recibieron para manifestar el Reino de Dios.
Ha llegado el momento de lavarse en las aguas puras del final de los tiempos, las que los dejan transparentes delante de Dios y delante del mundo, para que reconociendo sus debilidades y pecados se arrepientan y retomen sus caminos.
Ha llegado el momento de la definición del planeta, porque pronto solo habrá dos leyes actuando en la Tierra: la Justicia y la Misericordia. Recibirán Justicia los que en ella se definan y Misericordia los que a ella se abran, rendidos en la verdad de su corazón.
Oren para que las almas no tengan miedo o vergüenza del arrepentimiento, para que no tengan miedo o vergüenza de pedir o de conceder el perdón.
Oren para que todos tengan el valor de verse transparentes y, aun así, rendirse ante Dios, para que Él los torne nuevos y los renueve en Su Gracia para que sean testimonios de Su Piedad para el mundo y portando en sus corazones la Misericordia Divina, la multipliquen en el servicio abnegado hacia otros.
Oren por las misiones humanitarias y por todos los que se abrirán de corazón al espíritu misionero, para que reciban la oportunidad de despertar y de redimir sus faltas a través del servicio. Y oren por todos los que serán servidos y recibirán el auxilio de Dios a través de sus semejantes, para que vean encenderse nuevamente en sus corazones las llamas del amor, de la esperanza y de la fe que el sufrimiento y la oscuridad hacían desaparecer de sus espíritus.
Oren, hijos Míos, por este planeta, para que a pesar de toda purificación y de toda prueba estos tiempos sean la preparación de un nuevo tiempo.
Así como los hombres se purificarán y se limpiarán para ser otros, rendidos a Dios en Su Gracia, que este planeta también se purifique y se limpie, y cuente siempre con espíritus firmes que en oración lo sustentarán, para que un día se torne digno de ser la cuna de una nueva vida, vida que expresará la verdad y la semejanza con el Reino de Dios.
Después de que todo se cumpla la Tierra será digna de recibir un nuevo nombre, renacida en Cristo y bajo la Gracia del Espíritu de Dios. Todo el planeta ingresará en el tiempo de la eternidad, en el que las horas no serán contadas.
Cuando todo haya pasado, hijos Míos, y el amor triunfe en el corazón de los que perseveraron siendo portadores de la paz, esta paz se expandirá más allá de sus corazones y alcanzará el horizonte de las estrellas, el firmamento en el Universo, restableciéndose en donde ustedes ni siquiera sabían que estaba perdida.
Oren, entonces, para que las almas tengan en sus corazones esta meta y delante de todas las pruebas no la olviden y no la pierdan de vista.
Verán en el mundo hechos y acontecimientos increíbles, pero hoy les digo, hijos Míos, que mayor que todo eso será el triunfo del Plan de Dios que sucederá a estos acontecimientos. Por eso tengan fe, oren y perseveren.
Mientras Mi Voz se pronuncie en el mundo Yo los ayudaré y los acompañaré siempre y, revelándoles los misterios celestiales, les enseñaré a atraer la Verdad hacia la Tierra y a vivirla.
Yo los bendigo y les agradezco por llevar adelante este Plan de Amor y de Paz.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Deja que la Divina Misericordia obre y actúe a través de ti.
Conviértete en una llama de la gran Fuente del Espíritu y sé luz para los tiempos de tinieblas.
Convierte tu alma en un templo consagrado por la oración sincera y por la fe constante.
Permite que cada momento de oración sea una ceremonia amorosamente ofrecida al Creador, Padre del Cielo y de la Tierra.
Que cada momento de ofrecimiento, en unión con lo Alto, sea una oportunidad de confirmar tu alma al Reino de Dios.
Lleva en tu corazón la gran experiencia de la Misericordia y guárdala dentro de tu ser como un tesoro espiritual que siempre podrás encontrar dentro de ti, cada vez que lo necesites.
Por eso, vive en la Misericordia por todos los miserables para que tú seas un puente y un instrumento de luz que sirva de auxilio para los que aún no conocen lo maravilloso de la Misericordia de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más