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Te abro una vez más la Fuente Espiritual de Massabielle para que te laves y te purifiques.
Te abro una vez más la Fuente Espiritual de Massabielle para que la humanidad pueda ser curada de su enfermedad mental y espiritual.
Ven hacia la Fuente de Massabielle y bebe de esta agua curadora que tu Madre Celeste abrió para lavar a las almas del pecado y de la perdición.
En esta agua de Massabielle está el renacimiento del espíritu y de la consciencia que, más allá de todo, aman a Dios, el Creador.
Esta Fuente vuelve a ser ofrecida por la Madre Celeste, la Inmaculada Concepción, para que la cura espiritual, mental y física llegue a las almas.
Así como esta Fuente de Gracias fue abierta físicamente a las almas; así también, a través del llamado de la Inmaculada Concepción, los corazones son convocados a vivir su acto de penitencia y arrepentimiento, a fin de que el principio de la cura pueda llegar como una Gracia abundante a las almas.
Hijo e hija, que tus pies descalzos, así como los Pies descalzos de la Inmaculada Concepción, estén libres del pasado para que, caminando por la senda de Cristo, todo pueda ser renovado.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Cuando cometas un pecado, hijo, no le escondas tu rostro a Dios, evitando Su Presencia y Su Faz por la vergüenza que eso te trae.
Cuando peques, sabe que mayor que el pecado debe ser el arrepentimiento del alma; y que, en la balanza de la Justicia Divina, la vergüenza pesa menos que el arrepentimiento y este le abre la puerta a la Divina Misericordia, que equilibra todos los pecados del mundo.
Cuando cometas un pecado, que tu alma sea como un niño que se rinde a los pies de sus padres para confesarles sus errores, y en diálogo con Dios, confiésale tus miserias más profundas.
Dios es un Dios de Justicia, pero ante una alma arrepentida, le revela Su Corazón Misericordioso y Compasivo, capaz de traer nuevamente hacia Sí mismo al más pecador de Sus Hijos, si este llama a Su puerta.
Por eso, mantén una confesión constante, un diálogo sincero con Dios y el corazón dispuesto a recibir la Misericordia Divina. Así, estarás en el camino correcto y, mucho más allá de la dualidad humana o de la batalla interna que los seres viven en sus definiciones de cada día, siempre encontrarás paz porque tu alma reencontrará el vínculo y la alianza con su Creador, recordará Su Promesa Divina y renovará su esperanza en seguir Sus Pasos.
Tienes Mi bendición para esto.
Tu padre y amigo,
San José Castísimo
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
He aquí el universo, el cual les pertenece y aún desconocen.
Del universo he venido para traerles Mi Mensaje de despertar, ante un escenario planetario que solo provoca caos, conflicto y confusión; en el que la consciencia humana, en este tiempo, debe hacer un gran esfuerzo para poder elevarse y trascenderse; en el que los abismos de la consciencia terrestre absorben a las almas y les hacen perder el Camino Crístico.
Una y otra vez, Me aproximo a la órbita de la Tierra para contemplar al mundo y a la humanidad, sabiendo que este momento llegaría, porque ya lo sabía desde el Huerto Getsemaní.
Hoy vengo vestido con Mi atuendo violeta, con la llama del fuego violeta del universo, para que las ondas de la adversidad sean transmutadas y liberadas de la consciencia terrestre, para que Mis apóstoles y discípulos no sean absorbidos por el mal.
Desde siempre, Yo les hablé de la importancia de entrar en Mi Corazón. Este es el tiempo, este es el momento; pero para atravesar la puerta de Mi Corazón y estar protegidos, deben entregarse, deben rendirse, deben humillarse.
La puerta de Mi Corazón es tan pequeña, que no la pueden imaginar. Es por la puerta de la humildad que podrán entrar a Mi Corazón y allí estar a salvo de los asedios.
Aunque la consciencia humana se comprometa, día a día, con lo que no es evolutivo ni espiritual, Yo vengo nuevamente al mundo para hacerle recordar lo que les dejé aquí hace más de dos mil años.
La Sangre del Cordero fue derramada en la superficie de este planeta y eso tiene un valor incalculable para ustedes.
Invoquen el poder de Mi Sangre y sean bañados por ella, reciban los Códigos Crísticos de Luz que fueron alcanzados por el sacrificio de su Señor. Así, desde la consciencia consagrada hasta la consciencia de la humanidad, todos serán colmados por esos Códigos y podrán enderezar sus caminos hasta poder encontrarse Conmigo en los planos internos.
Sé que no es fácil liberarse de las cadenas de la opresión, del asedio y de la oscuridad, pero tienen las herramientas para poder hacerlo.
El poder del verbo de la oración los llevará a estar en otro punto y en otro estado de consciencia.
El compromiso con la vida de los Sacramentos los llevará a estar protegidos y bendecidos por Mis Dones.
Amar el poder de la Cruz de Emmanuel y de la Cruz de su Maestro y Señor, los librará del pecado.
Tener una vida de caridad, de entrega y de servicio los retirará de ustedes mismos para que aprendan a amar de verdad.
Así, con estas simples herramientas que ya les hemos enseñado, podrán sobrevivir en esta cruda batalla que se está desarrollando en el planeta, que muchos no ven, y que la mayoría no quiere aceptar.
Este es el tiempo del Armagedón, es el primer tiempo del libro del Apocalipsis.
Ya no dejen que sus ojos sean tapados por las vendas de la ilusión. Rasguen esas vendas y libérense para siempre de lo que es superficial.
Que sus corazones no se vuelvan puntos de indiferencia, de insensibilidad o de desprecio.
Les he dado todo lo que necesitan y un poco más para que lleguen a este momento. No tengan temor de conocerse a ustedes mismos tal cual son y no lo que aparentan.
A través del espíritu de Mi Verdad libérense de ustedes mismos y así liberarán del sufrimiento al mundo.
Muchos de los Míos, en el mundo entero, fueron señalados para vivir este tiempo, fueron ungidos por Mi propia Mano de Luz, bajo el impulso de Mi Divinidad, para que nunca se olvidaran del compromiso.
Ahora no es tiempo de ocuparse de ustedes mismos, sino de Mi Plan. Es tiempo de amar la propuesta que les entregué hace siete años.
Aún espero que puedan ser Mi Palabra, Mi Mensaje. Aún espero que puedan ser Mis apóstoles como muchos lo fueron a través de los tiempos. Pero eso, compañeros, tiene un precio; no es un obsequio ni tampoco es una emoción.
Estar bajo Mi Gobierno significa responsabilidad y discernimiento. Estar bajo Mi Gobierno significa amor y unidad, transparencia y verdad, porque esos atributos no los conoce el mal.
Si sus vidas son esos atributos, por más que sean imperfectas, estarán protegidos y no sufrirán. Por un instante vean a su alrededor y se darán cuenta de lo que les digo, no es necesario que vayan tan lejos para percibirlo.
Cada uno de ustedes debe purificar su vida en esta Cuaresma, pero que sea una purificación verdadera y no mental.
Deben sentir en su propia carne la necesidad de ser otros, la aspiración de cumplir Mis designios y de reflejar en la Tierra, por lo menos, un poco de amor, un poco de luz; porque al mundo le falta esa luz y le falta ese amor, y ustedes lo saben.
Que esta Maratón número noventa represente el discernimiento para todos, la acción del amor en todas las cosas y necesidades, la responsabilidad de vivir el compromiso y no de escapar del compromiso; la afirmación de ser Mis apóstoles, para algún día ser los Nuevos Cristos, los Cristos del Nuevo Tiempo.
Sé que muchos de ustedes alguna vez pensaron que no llegarían a este momento ni a tener tanta consciencia de la responsabilidad de estar Conmigo, de estar a Mi lado, pero es lo que Dios necesita.
Sus tesoros celestiales no pueden estar guardados en cualquier lugar ni en cualquier consciencia. Sus tesoros celestiales deben estar guardados en los corazones más humildes, más simples, pero más verdaderos.
Si la humanidad pudiera comprender la necesidad de vivir el cambio, lo que hoy sucede en el mundo no sucedería.
Muchos piensan que el Padre Celestial no está queriendo disolver todo lo que sucede en el mundo, pero eso no es verdad, compañeros.
La humanidad genera sus propios sufrimientos, y esos sufrimientos caen en los más inocentes y en los más pobres de entre los pobres.
Un verdadero rey nunca nacería en un palacio. Yo necesito que sean humildes, así como Yo lo tuve que ser en el Pesebre de Belén.
Dios no se esconde en las riquezas materiales. Dios está presente en los tesoros espirituales que pueden ser el propio ejemplo de las almas que se convierten y que se redimen.
Que las sagradas vestimentas violetas de Cristo les hagan comprender, en esta Cuaresma, que ya están en el tiempo de una gran transición, de una transición más definitiva y profunda de lo que parece.
Abran sus sentidos internos para comprender todo lo que les digo. No intenten comprender con la mente ni con los sentidos externos.
En esta Cuaresma, ábranse para ser transfigurados por Mi Luz.
Que Mis apóstoles escuchen el llamado del Señor de Israel y que preparen los espacios para Su llegada.
Este es el tiempo marcado de Mi Retorno. Es el tiempo en el que muchos de los Míos tendrán la oportunidad de aprender y de crecer, si así lo aceptan.
Ya no los forzaré para que Me sigan. Sus pies deben caminar solos, así como Yo les he dicho, que por la fe deben caminar sobre las aguas, así como lo hizo el apóstol Pedro.
Que esta Maratón invoque el Don del Discernimiento del Espíritu Santo, para que las consciencias, desde las consagradas hasta toda la humanidad, no pierdan la oportunidad que el Padre les ha entregado, por irresponsabilidad, por indiferencia o por falta de sentido común.
A las puertas de esta Sagrada Semana, y después de tantas Sagradas Semanas, llegó el momento de que carguen con su propia cruz y de que sean valientes, que aprendan a soportar el fuego de la purificación y que aprendan a trascenderse, a liberarse de ustedes mismos para siempre.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Cuadragesimocuarto poema
Madre de la Misericordia,
ayúdame a superar los miedos de mi consciencia
y que por Tu Gracia los pueda disolver
en el Amor y en la Paz.
Madre de la Misericordia,
que después de tantas pruebas y caídas,
mi alma se encuentre fortalecida para seguir adelante
pudiendo ver las Huellas de Cristo.
Madre de la Misericordia,
libérame del pecado, de las faltas constantes,
retírame las cadenas de la perdición y de la ilusión,
para que yo pueda volar libre como un ave
hasta que pueda encontrar
el camino de retorno al Corazón de Dios.
Madre de la Misericordia,
derrama sobre mi vida los méritos y las victorias
que Cristo alcanzó durante Su Pasión.
Que, por la Luz de Su precioso Cuerpo,
yo pueda elevar la consciencia
para poder estar más unido a Dios.
Que, por el Poder de Su Sangre,
mi alma reciba los impulsos que necesita
para terminar de cursar esta escuela de redención.
Madre de la Misericordia,
escucha mis plegarias todos los días.
Llega a mi vida
para que alcance la liberación de la esclavitud espiritual,
porque así podré ser un discípulo de Cristo,
dispuesto a entregar mi vida
como testimonio de Amor
y como obra de la Misericordia.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Vigesimoprimer poema
Inmaculada Concepción,
abrigo de los que no tienen nada,
aliento de los que no tienen fuerza,
amor de los que lo perdieron,
guía nuestros caminos
a fin de que se cumpla nuestra misión espiritual,
para que estemos muy cerca de Cristo
y podamos participar del advenimiento
de Su esperado Retorno.
Madre Celestial,
destierra de nuestro interior
todo indicio de pecado y de perversión.
Que seamos lavados
por el agua de Tu purísima Fuente,
porque necesitamos estar purificados
por Tus Rayos de Amor
antes de entrar en el Templo inmaterial de la Creación.
Ayúdanos y enséñanos a reconstruir nuestras vidas.
Deseamos, dulcísima Señora,
estar ante la verdad de nuestro ser,
para que caigan más velos de nuestras consciencias.
Haznos merecedores de las promesas de Cristo.
Que, con entusiasmo y adhesión,
respondamos a cada convocatoria.
Aspiramos a alcanzar la madurez de la consciencia,
porque precisamos crecer
para mejorar y colaborar con el Plan de Dios.
Te pedimos, Divina Señora,
que nos impulses a estar en el vacío de sí,
para que seamos colmados
de un Amor impersonal, crístico y mayor.
Así, seremos apóstoles de la Verdad,
sin temor de entregar, cada día,
un poco más de nuestro ser.
Amén
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Busca la Fuente de la Pureza de Dios a través de la oración y vence los asedios más internos a través del silencio y de la oferta constante de tus batallas a Dios.
La mente siempre caerá en el pecado y los sentimientos humanos siempre serán frágiles, pero tu alma, hijo, debe ganar espacio en tu consciencia para calmar las fragilidades humanas de tus cuerpos más materiales.
No entristezcas tu corazón por los asedios que vives. No permitas que el enemigo te venza al fortalecer tu sentimiento de flaqueza. Encuentra refugio en el Corazón de Dios, deja que Él lave tu vergüenza y tus miedos con Su propia Sangre, para que te sientas puro y limpio en el Corazón de tu Señor.
No temas contemplar Su Cuerpo en la Eucaristía. No temas colocar tu corazón en Su Cruz, porque es allí en donde tus miserias más humanas se rinden, es allí en donde tu alma se apodera de la flaqueza de tus cuerpos, para recordarles que la entrega del Señor por ti es perpetua, y que en ella siempre habrá Misericordia y pureza para limpiar tu corazón.
No te dejes vencer, sino por Aquel que ya conquistó tu vida en una Cruz.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Cuando las naciones sufren, esconden su sufrimiento en el caos, en las distracciones, en las modernidades y en los placeres que apartan a los sentimientos de dolor y de soledad que, espiritualmente, habitan en su consciencia.
Cuando una nación está vacía de Dios, a pesar de su aparente religiosidad, la oscuridad se oculta en las apariencias y domina a los corazones que viven de la mentira, del pecado y del engaño.
El Creador llega a este lugar, hijos, para conceder una oportunidad de Misericordia a las almas que se autocondenaron al sufrimiento eterno. Viene para liberar de la mentira a aquellos que creen que conocen a Dios y que, mientras tanto, viven engañándose a sí mismos y al prójimo, pero no al Creador de todas las cosas.
Tan infinito es el Amor de su Padre Celestial que envía Su Luz a los abismos del planeta y, en donde parece que las tinieblas reinarán para siempre y someterán a las almas a sus ilusiones, allí llegan las Manos Divinas ofreciendo el perdón, la redención y la cura.
Aquellos que sepan abrazar el camino de la oración y reparar sus faltas y pecados, por medio del servicio y del despertar, generarán méritos para que muchos otros, que quedaron adormecidos en el último instante de sus vidas, reciban el perdón y la Misericordia.
Vinimos hasta aquí por una nación que se está muriendo espiritualmente por el peso de sus faltas, por el gran vacío de su espíritu. Tan grande es el abismo de sus pecados que su espíritu no consigue erguirse, por sí mismo, para clamar a Dios.
Por eso, hijos vengo a llamarlos para que oren, oren por este pueblo, por esta nación y por todos los seres que en ella necesitan de una Gracia Mayor para liberarse de las cadenas del pecado. Clamen por Misericordia y por perdón, clamen por redención.
Si algunos pocos fueran capaces de abrir su corazón a Dios, ya sería suficiente para que otros no se pierdan y para que esta nación no deje de existir y pueda recuperar su filiación con Dios.
Clamen y pidan al Padre para que envíe Su Espíritu y Su Luz al mundo. Así todo estará cumplido.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Mantén tu corazón en paz a través de la Fuente de la Divina Misericordia y tórnate un instrumento para que Dios pueda verter Sus Gracias sobre el mundo.
Contempla la gran necesidad del planeta, de las almas y de la Creación; y fortalece tu fe en la Divina Misericordia, en la certeza de que con ella los corazones encuentren la esperanza de poder recomenzar.
Que ningún pecado sea eterno delante de la Fuente de la Divina Misericordia. Que ninguna llaga permanezca abierta, más allá de aquella de la cual fluye la Gracia del perdón y de la redención para el mundo.
En este tiempo, Dios te entrega todo para que no solo vivas la redención, sino para que conduzcas a la humanidad por ese camino. Sé agradecido todos los días porque Él te colocó en el camino de la oración y de la elección del amor, y vive sin temor los aprendizajes que te conducen a eso.
Que cada experiencia vivida te fortalezca en este tiempo. Que cada instante te lleve a la vivencia del amor.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Para acompañar los Planes de Dios, permanece en oración y deja que tu espíritu esté bebiendo constantemente de la Fuente de la Paz del Universo.
Vive cada momento como único, permitiendo que tu corazón se renueve en la fe y en la unión con Dios.
Cada día que pasa, se aproxima la prueba espiritual que el planeta vivirá, y cada paso dado por los seres, en el camino evolutivo o en el contrario a la evolución, es lo que marca el destino del planeta y la gravedad de las pruebas que él vivirá.
Por eso, hijo, cada vez que percibas que el mundo se desestabiliza y que las naciones se pierden espiritualmente, haz el esfuerzo correcto para profundizar en tu vida espiritual y mantenerte siempre en oración.
Durante todo el camino, con la cruz de estos tiempos, habrá pruebas que superar, tentaciones que vencer, dudas que disipar. Y cada vez que los corazones se confirmen en la fe y en el amor al prójimo y a Dios, transmutarán alguna parte del pecado y de la perdición humana y generarán méritos para que este planeta permanezca en paz.
La respuesta de los corazones, en cada nuevo día, es imprescindible. La renovación en el interior de los seres es lo que renueva el Amor en el Corazón de Dios.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
A cada uno de los Míos los conozco por dentro y por fuera.
Ese conocimiento que tengo de cada uno de Mis discípulos, más allá de los defectos o de las imperfecciones, es lo que Me permite ayudarlos para que, día a día, se animen a seguir transformándose hasta que alcancen el plan de amor que tengo diseñado para cada uno.
Cada vez que rezan la Coronilla a la Divina Misericordia, y lo hacen de verdad, Yo puedo ayudarlos hasta poder borrar cualquier señal de pecado o de ofensa; porque nadie más que Yo sabe lo que es el ser humano, todo lo que puede acertar o errar.
Lo más importante es la sinceridad y la honestidad en la oración, eso permite que la divina gracia descienda para seguir bendiciendo a los corazones y para sostenerlos durante los diferentes ciclos de la purificación.
Reciban hoy este mensaje con mucha esperanza, sabiendo que ya llegará el día de su redención.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Padre, en el desierto de los corazones de los hombres, construye Tu Templo. Encuentra, entre las arenas frágiles y susceptibles al viento, la roca de la consolidación de la unión entre Tu Amor y la consciencia humana.
En medio de las distracciones del mundo y del ruido sin fin que causan los hombres para no escuchar Tus advertencias, recibe, ¡Oh, Señor!, el grito que se emite en el silencio de un corazón sincero.
Tus hijos muchas veces no tienen fuerzas para elevar su verbo y alzar su voz, pero en lo profundo de su interior, en donde Tu Cosmos encuentra al microcosmos del corazón humano, allí se eleva, en el silencio, el clamor de las almas que Te buscan.
Tú, que escuchas al que grita en el silencio, recibe las plegarias de los que están débiles y hazlos fuertes en Ti, para que puedan erguirse en Tu Nombre.
A los que reconozcan su nada y se encuentren postrados en su pequeñez, Tú, Señor, los erguirás, porque Te dieron espacio y permiso para que en ellos no habite ningún poder humano, solo el Poder que viene de Ti.
Arranca, de las entrañas de los que Te claman, su condición humana más retrógrada y convierte el pecado que vive en sus células en Pureza Original.
Demuestra Tu Gracia a través de los humildes y que, en ellos, los soberbios encuentren inspiración y se rindan a Ti.
Que aprendan a quebrarse los que están llenos de sí. Que aprendan a entregarse al Señor y verán surgir del polvo el Espíritu, y del Espíritu, la Nueva Vida.
Que así sea.
San José Castísimo
Tercera Serie de Poemas
Cuarto poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Señor,
que mi alma sea capaz
de alcanzar la transparencia
en la consagración.
Que no me canse
de dar los pasos hacia Ti, Señor mío,
a fin de que vaya abandonando
todo aquello que una y otra vez
me separa de Ti.
Hazme, Señor,
despojado de mí mismo.
Que Tu sentimiento de Amor
y de Misericordia por el prójimo
sea mi sentimiento de amor
y de misericordia por los demás.
Libérame de las pesadas cadenas
que me hacen retroceder
y no me permiten avanzar.
Libera, Señor, mi corazón
de toda maldad, traición y desprecio.
Que aprenda a sostenerme en Ti,
para que consiga representarte
sobre la superficie de la Tierra.
Querido Jesús,
hazme ver todo más allá,
así como en verdad es.
Hazme comprender al semejante
así como Tú comprendiste y aceptaste
al que te rechazó, te martirizó y te humilló
a los pies de la Cruz.
Ayúdame, Señor,
a vivir el amor incondicional
y crístico.
Ayúdame a traspasar
las capas de las apariencias
y que pueda verte a Ti
en cada corazón humano.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
En la hora de la Misericordia las faltas más empedernidas son perdonadas, porque cuando un alma orante sobre la superficie de la Tierra invoca la Divina Misericordia, se concede a sí misma el perdón que necesita para poder ingresar en una nueva etapa, así como le concede Misericordia a los que están más apartados de Dios.
En la hora de la Misericordia no hay justicia que actúe o poder superior que intervenga porque la autoridad es concedida, absolutamente, a la Divina Misericordia. Entonces las almas pueden sumergirse en esa Fuente para que sus pecados sean disueltos y sean lavadas por el Océano reparador del Corazón del Señor.
Por eso, quien invoca la Misericordia, a pesar de la condición espiritual en la que se encuentre, debe saber que primero recibirá expiación y perdón, cuantas veces lo necesite, hasta conseguir generar méritos para su alma y para su espíritu.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Si el Padre, que está en los Cielos, se recoge en Su Silencio, también Su Hija y Sierva lo acompañará, así como todos los ángeles de la guarda.
Ese silencio es el único ejercicio de premeditación ante los acontecimientos que se avecinan.
Ese silencio habla en lo profundo de las consciencias, especialmente de aquellos que defraudaron el Plan de Dios y fueron muy injustos.
Ese silencio hará descender una justicia desconocida sobre el mundo y sobre aquellas almas que, con desprecio, tentaron a la ira de Dios.
El motivo de ese silencio hablará en el corazón de los humildes y fortalecerá el espíritu de los pacificadores.
Nada de lo que ha sucedido quedará sin Justicia, por el contrario, ahora, en este momento, los ángeles del Juicio serán los que actuarán según lo indicado por el Padre Eterno, al haber un gran desequilibrio por el fraude de aquellos a los que antes se les había confiado el Reino.
El Padre sabe que el ser humano es débil, pero también sabe que puede ser sincero y justo, a pesar de los pecados, y cuando ambas situaciones se contraponen debido a la voluntad del ser humano, se debe aplicar la Ley de la Justicia Divina y solo nos restará rezar para que sea suave y justa.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María Rosa de la Paz
Contemplen, queridos hijos, Mi Materno Corazón flagelado por todos los errores del mundo y por todos los pecados de indiferencia y omisión.
Contemplen, queridos hijos, Mi Materno Corazón flagelado y vean cuánto peso carga para ayudar a transmutar a la humanidad.
Contemplen Mi Materno Corazón flagelado y alívienlo de todas las ofensas que cometen las almas del mundo para con Dios.
Contemplen Mi Materno Corazón flagelado al ver a los sacerdotes de Mi Hijo en una profunda indiferencia y soberbia.
¿Quiénes guiarán a los rebaños de Mi Hijo?
Contemplen Mi Materno Corazón flagelado por todos los malos pensamientos emanados por aquellos que cerraron su corazón al Amor de Dios.
Contemplen Mi Materno Corazón flagelado lleno de espinas de ingratitud y de maldad generadas por las almas que se comprometen día a día con Mi adversario.
Contemplen, Mis hijos, Mi Materno Corazón flagelado por las acciones de poder sobre la vida, realizadas injustamente por la humanidad y por los más conscientes.
Contemplen Mi Materno Corazón flagelado, cargando con el peso del error de todos los que en su ilusión espiritual creen estar haciendo lo correcto y se olvidan de lo imprescindible, de Cristo.
Contemplen con amor Mi Materno Corazón flagelado y repárenlo en esta hora en donde será necesaria mucha misericordia para no despertar la Ira de Dios sobre las consciencias. En esa hora, queridos hijos, entremos en oración para que todo sea aliviado.
Contemplen Mi Materno Corazón flagelado y compartan Mi dolor, para que Mi llanto se detenga y Mis lágrimas puedan ser el más puro ofrecimiento de reparación por todas las malas acciones cometidas.
Contemplen Mi Materno Corazón flagelado y no se olviden de estar en Mí.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los ama,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La bestia de los últimos tiempos y la Mujer de todos los tiempos
Una señal inminente se precipitará sobre el mundo y revelará claramente a todos que los últimos tiempos han llegado.
Esa señal, que llegará al mundo, abrirá el último y gran abismo; y la bestia furiosa, que estaba presa en sus infiernos, saldrá a la superficie. El mundo no verá una bestia material, pues ella con su astucia ya está conquistando a muchos e inocentes corazones.
Esa señal, que llegará al mundo desde el universo, le revelará a los orantes cuánto la bestia ha reinado en las consciencias principales de este planeta. Su gran ostentación es llevar a los corazones al constante pecado; por eso, la bestia, que está aún en su abismo, se fortalece con los deseos que viven todos los hombres en esta vida material.
A la bestia no le apetecen las almas que son más conscientes, sino que ella siembra con su astucia la indiferencia y la omisión.
Ella no desiste de buscar a los más valientes; sus garras están sobre los grandes gobiernos del mundo, los que en consecuencia someten la dignidad de las almas y su evolución.
Cuando la bestia salga de su abismo, todos los pecados capitales estarán en una gran y decadente exacerbación; como muchos están pensando, todo estará permitido, aun el libertinaje y la superstición.
La bestia se alimenta del fracaso de sus semejantes; pero no sabe que la oración vuelve invisible a las almas y las aparta de sus garras. La bestia desenvuelve su furia a través de los conflictos y todos los que viven en conflicto atraen hacia sí la furia de la propia bestia.
En cambio, el alma que ora construye y se eleva, sabe sustentarse a sí misma y al planeta, y está más libre de la decadencia. Pero la bestia ya sabe que deberá ir en búsqueda de los hijos del Sol.
Por eso en esta hora, la Mujer Vestida de Sol está corriendo al desierto y les está señalando a Sus amados hijos que es hora de trabajar inteligentemente.
La bestia no solo intentará que no nazca ningún Cristo, sino que con su falso poder intentará destruir todo lo que una consciencia de la Luz haya construido internamente. Para estar protegidos de esos embates de la bestia, deberán estar atentos y vigilantes a todos los estímulos externos que les harán perder los verdaderos códigos crísticos.
La bestia, desde su reinado, manipula a las naciones y al mismo tiempo a sus gobernantes. Quien en verdad no está en Dios, no conseguirá escapar de esas filosas garras, porque la bestia se crea y se recrea en los pecados capitales que, en verdad, son las raíces de la maldad y de la perdición de millones de almas en el mundo.
Cada vez que una consciencia abre la puerta de su ser a esas tentaciones, aunque sea esporádicamente, la bestia se satisface con esas energías y dicha consciencia ingresa conscientemente en el reino de la bestia.
La bestia que somete al mundo es generada, de tiempo en tiempo, por los hombres; y los propios hombres reciben de la bestia todo el castigo. Pero una Luz esperanzadora desciende del universo y la Madre de Dios, la Mujer de todos los tiempos, batalla con la bestia de otra forma, para poder disiparla cada vez más de la consciencia del planeta.
La bestia sabe que le queda poco tiempo; pero en ese tiempo que le resta, querrá llevarse a su abismo a la mayor cantidad de estrellas caídas y no caídas. Por eso, los hijos de la bendita Mujer no podrán dormirse, porque ante cualquier movimiento astuto de la bestia, la batalla podría perderse.
Que la inteligencia de los soldados esté en la vigilancia de sus deseos y expectativas, la bestia se revuelca como un cerdo en las cosas superficiales y mediocres.
Para debilitar a la bestia, que la propia humanidad ha creado y que ahora es incontrolable, será necesario amar el Plan de Dios y vivirlo como si fuera lo primero en sus vidas, porque la bestia no conoce el amor interior de las criaturas, no conoce el amor que enseña Cristo; ese amor que la hace débil y la enferma al punto de dejarla inmóvil muchas veces.
Si ese amor siempre fuera lo suficientemente grande y verdadero, la bestia ya no tendría su reinado en Medio Oriente.
Que la escuela del Amor de Cristo motive a las consciencias para que abandonen la ilusión; porque mientras sus consciencias estén en dos caminos, estarán abriendo la puerta para que la bestia entre. Sean inteligentes y que, por su oración, la bestia sea desactivada.
La Mujer de todos los tiempos les vuelve a indicar y a marcar el camino, para que la mayoría de las almas no se desvíe del camino de la Luz.
Pero para vencer a la bestia, la Mujer deberá contar con soldados consagrados física y espiritualmente para que, a nivel universal, ese acto de consagración testimonie y confirme que la bestia será expulsada del planeta.
La propia humanidad deberá generar las condiciones para que todo pueda revertirse. Mientras el deseo desenfrenado y los pecados capitales sigan alimentando a la bestia, el planeta no tendrá paz.
Por eso, con más consciencia e inteligencia que la propia bestia, ayúdenme a vencerla a través del amor y de la unidad que aún no vive la humanidad.
Todos los días, refúgiense en el desierto de la Santa Mujer para estar protegidos, porque la bestia no conoce el vacío de sí, no sabe de qué se trata.
Por eso, sin motivaciones externas, que son las cosas que atraen a la bestia hacia la superficie de este planeta, trabajen en este tiempo para crear condiciones evolutivas opuestas a las condiciones que desde siempre han vivido en esta humanidad.
Que en esta hora, Mis hijos perciban que ya estamos en otro tiempo y que es urgente cambiar de actitud verdaderamente, porque así la máscara de la ilusión y de la ceguera caerá de muchos rostros que aún están dormidos y no consiguen ver la Luz de la Divina Misericordia.
Quisiera ver a Mis soldados bien despiertos y no inertes, porque la bestia se alimenta y se estaciona también en la comodidad y en el mínimo esfuerzo; ella es repelida por el sacrificio.
La bestia le teme a los Nuevos Cristos.
¡Les agradezco por acompañar en consciencia los últimos y esperados tiempos!
Los guía siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Ni aun el yugo más pesado podrá hacerlos desistir de este camino. Todo sacrificio cuando se lo vive con amor se torna leve y simple.
El peso de la Cruz de Cristo no estaba en la madera que Él cargaba. Su sacrificio no se encontraba en el dolor de Sus Llagas. Él cargaba los pecados del mundo cometidos hasta aquel momento y también perdonaba allí a todos los que serían cometidos a lo largo de los tiempos.
Incomprensible para la mente humana era el peso de aquella Cruz, así como hoy es incomprensible para muchos el peso que algunos compañeros de Cristo cargan para preparar Su retorno. Porque tanto la Cruz de Cristo, como la cruz de estos tiempos, llevan en sí un fardo invisible a los ojos humanos, sin embargo casi palpable para aquellos que lo cargan. Ese fardo, que existe en la consciencia, es cargado para transformar aquello que debe ser curado en la misma consciencia humana.
De la misma forma que los méritos alcanzados en la Cruz de Cristo solo se vieron después de la Resurrección de Jesús, los méritos de lo fardos cargados en estos tiempos, para muchos, solo lo verán después del retorno de Cristo y del establecimiento de la nueva vida en la Tierra.
Aquellos que comprenden la vida del espíritu no se confundirán con las apariencias de la materia y vivirán el amor y la unidad necesarios para atravesar los obstáculos que vendrán; sin embargo, muchos otros caerán por la incomprensión y por la incapacidad de vivir la realidad superior y de trascender los acontecimientos materiales, como sucedió con tantos en la época de Cristo.
De forma espiritualmente semejante, los acontecimientos se repiten para establecer el Plan de Dios, porque la ciencia que los lleva a manifestar ese Plan es siempre la misma. Por eso, ustedes deben observar la vida de Cristo y llegar a la esencia de la Enseñanza que Él les dejó y no solo a los hechos. Los hechos podrán cambiar, pero la esencia de la experiencia que deben vivir es la misma.
Los acontecimientos, por sí solos, los están llevando a esa experiencia: las mismas pruebas, las mismas tentaciones y las mismas cargas. Ahora, bastará que surja de ustedes la misma perseverancia, la misma unidad con Dios, la misma entrega y el mismo amor de Cristo.
El camino para la Cristificación ya se anuncia y sus pies ya son llamados a ingresar en esta senda. Le corresponderá a cada uno la forma como vivirá la Pasión de estos tiempos, cargando con amor la propia cruz o siendo un fardo cargado por otros.
Su padre y amigo,
San José Castísimo
Hijo:
Cuando el universo te da Gracias, distribúyelas sobre el mundo por medio de actos misericordiosos, oraciones, silencio, alegría y vivencia de las virtudes.
Cuando el Cielo se abre ante tus ojos, aunque muchas veces la limitación de los ojos humanos no lo vean, contempla con la mirada interior esa insondable Gracia de la Presencia Divina y clama por el planeta, por los ignorantes, por los adormecidos.
Ofrece al Padre una transformación verdadera, un verdadero milagro para Su Creación. Que, al contemplar el mundo, Su Corazón herido encuentre un aliento en tu esfuerzo permanente.
No te pediré, hijo Mío, que no caigas más ni que no peques más, porque este mundo siempre te llevará a caer y, aunque no quieras, una parte de ti siempre peca, porque de alguna forma colabora con la degradación humana.
Lo que te pediré hoy es que, si caes, te levantes; si pecas, que limpies tus manchas con el Perdón y la Misericordia divina, con el arrepentimiento verdadero, el que te ayudará a no cometer siempre los mismos errores.
Tus debilidades son las mismas de muchos de tus hermanos del mundo; por eso, encuentra fuerza para superarlas en el ofrecimiento permanente de hacerlo por los demás, por aquellos que están ciegos de espíritu.
Hoy, hijo, te ofreceré un camino de reparación, camino en el cual tu vida se torna un servicio planetario, en el que todos tus actos, pensamientos y sentimientos son ofrecidos a Dios para reparar algo. Si así lo hicieras, cometerás menos errores y meditarás antes de actuar, porque tu consciencia te recordará que todo lo que haces es para Dios.
Ofrece al Padre tu tentativa diaria de superarte y, si no consigues hacerlo, ofrécele tu intención y persistencia. No desistas nunca, hijo, porque los méritos se encuentran en el corazón y en la consciencia de los que tienen intenciones puras.
Muchas veces, vale más una intención sincera de superar alguna cosa y la eterna tentativa de hacerlo que el acto de aquel que fácilmente se supera cada día. Más vale el pecador que se esfuerza por salir del pecado que el santo que así lo es por naturaleza.
Haz de tu vida una reparación permanente de las Llagas de Dios y que Él encuentre en ti un aliento verdadero.
Te dejo Mi bendición y Mis gracias, para que des pasos fecundos.
Tu padre y compañero,
San José Castísimo
Queridos hijos Míos:
Agradezco la pronta respuesta de todos a Mi llamado maternal. Ustedes ya saben que, como la Madre de la humanidad, ansío lo mejor para cada uno de Mis hijos, pues Mi deseo ardiente es que ninguno pierda la oportunidad de reencontrarse con Dios y de conocer Su verdadero Amor.
En los próximos seis meses de oración ustedes podrán, sí lo asumieran en la consciencia, encontrar un camino que Yo les haré conocer, el camino para estar en Cristo permanentemente y no salir de él.
Queridos hijos, este ciclo de oración continua que Yo los estoy llamando a vivir es para desterrar la inercia planetaria y todo lo que lleva constantemente a la perdición de las almas.
Quisiera, hijos Míos, que sus corazones encontraran en este ciclo la llama de la fe que los ayudará a vivir las pruebas y a enfrentar los desafíos por el Plan de Dios.
Hijos Míos, en los próximos seis meses estaré con ustedes orando diariamente en cada lugar que se encuentren, sin dejar ni un momento de llevarlos hacia Mi Corazón para que sientan la paz. Si el mundo respondiera con prontitud así como ustedes responden a Mi llamado, muchas situaciones planetarias y humanas serían evitadas por los ángeles del Universo.
Queridos hijos, cuando un corazón o más de uno responde a Mi convocatoria Yo puedo obrar a través de él, no solo en la oración sino también en la caridad, en la humildad y en la Misericordia Divina.
Despierten en esta hora a los que aún duermen, y díganles que existe una grandiosa Madre Celestial que los ama y que espera tenerlos entre Sus brazos para derramarles todo el amor del Universo.
Díganles que tengan determinación y valentía para abandonar el pecado, la indiferencia humana y la omisión.
Díganles a los que duermen, que se animen a escuchar a Cristo en su interior y que permitan que la oración los cure y los redima.
Díganles, hijos Míos, que aún la Divina Misericordia está disponible para todos aquellos que quieran buscarla y descubrirla en la fuente del Corazón de Jesús.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado por la paz mundial!
Los ama y los acompaña siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando sus vidas forman otra vida, queridos hijos, como lo dice la canción del “Ave María”, es verdad que sus consciencias son llevadas por Mi divina Luz a desprenderse del pasado, del error y del pecado. Por eso Mi tarea maternal con ustedes es formar, a partir de sus vidas presentes, futuras vidas en redención y en paz.
Hijos Míos, ustedes irán conociendo la llamada condición humana, que en verdad es lo que ha llevado a las almas a ingresar en el camino de la perdición y a alejarse del Amor de Dios, al perder de vista la Voluntad Divina.
En este tiempo de purificación para todos, verán cosas de ustedes mismos que antes no conocían o no querían ver, lo que llamo actitudes humanas, que en ciertos casos o en ciertas almas hacen retroceder su proceso de evolución y de mayor despertar.
Vivir para Dios no significa solamente estar en Él y recordarlo todo el tiempo, sino que requiere en este momento de una verdadera definición interior de qué camino escoger. Por eso Mi Inmaculado Corazón se ofrece como mediador e intercesor entre sus almas y Dios, para que Mi Amor materno actúe y abra las puertas hacia nuevas y renovadas oportunidades.
Todo es concedido, queridos hijos, por el estado perpetuo de Mi Gracia para con la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Quien los guía siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más