APARICIÓN ANUAL DE SAN JOSÉ EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

La consagración de las almas es como un bálsamo para el Corazón de Dios, es como un rayo de sol en medio de una gran tempestad, es como una brisa suave en un lugar cerrado.

La consagración de las almas le genera alivio al Corazón del Padre. Las almas consagradas son como pétalos de rosas sobre las heridas de Dios que, con su amor y su aroma, van reparando cada pequeño espacio y aliviando el dolor del Padre.

Dios cultiva almas consagradas como un Jardinero Celestial y cuida con cuidado, con amor, a cada una de ellas. Las almas que se consagran son para Dios una esperanza de que Su Proyecto Humano y Divino, poco a poco, se va concretando, de adentro hacia afuera, en sus pequeñas almas.

Cuando Dios contempla el mundo y observa cada ultraje vivido en la humanidad, cada transgresión que el corazón humano le causa, tanto al prójimo como a sí mismo; el Creador busca entonces a las almas consagradas para encontrar en ellas el equilibrio, la razón para interceder por el mundo y concederles una nueva oportunidad a Sus hijos. Por eso, hijos, nunca dejen de vivir con verdad y sinceridad la consagración de sus almas.

Hoy, Mi Casto Corazón viene a interceder con ustedes por el mundo, para rogar ante el Padre por las almas que sufren y necesitan de auxílio; por las almas que claman y no son escuchadas; por las que padecen, pero que no son encontradas, para que su sufrimiento sea aliviado.

Hoy, vengo por las almas de las guerras para que encuentren la paz aun en el profundo caos, para que no pierdan la esperanza de reencontrar a Dios, para que no dejen de creer en el corazón humano y para que no piensen, hijos, que los seres humanos son hechos de maldad y de rencor.

Hoy, vengo como su Padre, como Padre de las almas, para que, junto a cada uno de Mis hijos, podamos orar por el planeta. Escuchen el grito de la Tierra, un grito silencioso que, para ser escuchado, los corazones necesitan estar en oración, necesitan ir más allá de sí mismos, de sus necesidades y pruebas, de sus dificultades y desafíos, para clamar por algo superior a sí mismos, que es el Propósito Divino para este mundo.

Esta Cuaresma, hijos, marca para ustedes y para toda la humanidad el inicio de un nuevo ciclo, que no será como los ciclos anteriores; marca el inicio de una gran prueba, en la que sus pies tocarán por primera vez el calvario de estos tiempos.

Por eso, Nuestro Señor viene al encuentro de las almas todos los días, para acompañar paso a paso su trayectoria por esta Cuaresma. Escuchen Sus Palabras y no dejen que ellas pasen, porque entre cada una de ellas habita un impulso celestial, que emergerá de sus corazones en cada paso del calvario.

Así como vivieron 40 días en la Cuaresma, vivirán 40 ciclos de este calvario, 40 pruebas y, para cada una de ellas, el Señor les entregó una llave que los ayudará a trascenderlas sin dejar este camino, sin desistir ante las dificultades, las caídas, las miserias y la condición humana que emergerá con intensidad desde adentro de ustedes para ser transmutada.

Cada vez que se vean ante una dificultad que no puedan superar, tomen los impulsos cuaresmales y en ellos encontrarán una llave para ir más allá.

Cuando esta Cuaresma termine y el desierto llegue a su fin, los ciclos de la Tierra exigirán de ustedes corazones maduros. Por eso, la consagración los ayudará y los protegerá de ustedes mismos, siempre y cuando sean guardianes de los votos que hicieron, de los pilares que se dispusieron a vivir, de los principios que se abrieron a descubrir.

Es por eso, hijos, que los Mensajeros Divinos les conceden consagraciones a todas las almas para que, según su escuela, según su ciclo evolutivo, según el impulso de sus corazones, puedan encontrar aquella consagración que les sea verdadera y, a través de ella, estarán protegidos.

Hoy, vengo como su Padre y Amigo, en medio de este desierto, así como un día también estuve en espíritu con Jesús.

Cuando el Señor pasaba los 40 días en el desierto, el Creador Me permitió que lo visitara en espíritu para que, como Su padre y amigo, le ofreciera un hombro en donde Él pudiera reposar en medio de todas las tentaciones y le ofreciera agua de la Fuente Divina para que Él pudiera beber y renovar Su oferta.

Junto con los ángeles y arcángeles, Me aproximé al Señor con humildad y Su Corazón Humano y Divino se conmovió al encontrarme.

Así como un hijo encuentra a su padre para encontrar alivio en su abrazo, así fui al encuentro de Jesús, para que Yo pudiera aprender de la condición humana y divina, y para que Cristo también pudiera descubrir la potencia de la paternidad, del amor que existe entre las familias. Y fue así, hijos, que en ese día todas las familias fueron reparadas y el amor de los padres por sus hijos y de los hijos por sus padres fue renovado, a través del Corazón de Cristo, en toda la humanidad.

Hoy, vengo a su encuentro con esta misma esperanza de ofrecerles un hombro y un abrazo, de renovar su esfuerzo y su consagración para que reencuentren el propósito de servir y de donarse para que reencuentren el propósito de vivir sus votos, los pilares y los principios que se dispusieron a vivir; y que así, estén preparados y fortalecidos para comenzar a cruzar los portales que los llevan al calvario, los portales de la entrega, de la rendición y de la renuncia, los portales del vacío, de la trascendencia y del amor extremo que transforma todas las cosas.

Hoy, a pedido del Padre, traigo al mundo los principios que fundaron la Orden Gracia Misericordia, que es una Orden que aún no fue comprendida por sus consagrados ni por el mundo.

La Orden Gracia Misericordia, hijos, nació de lo profundo de la Voluntad Divina; una Orden pedida por el Creador que no forma parte de ninguna religión instituida, para que de esa forma pueda interceder por todas las creencias y todas las razas, para que pueda interceder por todas las almas, independientemente de sus diferencias.

La Orden Gracia Misericordia nació como una Aspiración profunda de Dios para reparar la vida consagrada en el planeta, y este propósito solo podrá cumplirse si la consagración de sus almas fuera renovada todos los días.

Caminen hacia ese Propósito, encuentren esa Voluntad Divina, acojan en sus corazones esta misión para que, como monjes y monjas, como sacerdotes, padres y madres, como adoradores y auxiliadoras, todos los corazones reencuentren el Corazón de Dios y, en Él, Su Propósito para esta Orden.

Que esta sea una Orden intercesora, por todas las religiones y por todos los pueblos, por toda la vida sacerdotal del planeta, por lo sagrado que debe habitar en la Tierra.

Que cada adoración de los adoradores sea reparadora.

Que cada altar de las auxiliadoras sea sagrado.

Que cada oración de las almas consagradas sea verdadera.

Que cada pequeño esfuerzo por vivir sus votos, todos los días, sea sincero.

Que, en cada amanecer, exista la aspiración de trascenderse. Que, en cada instante, exista la aspiración de ir más allá. Que no coloquen limitaciones en sus vidas y en sus pasos. Que crean en la trascendencia de la condición humana. Que aspiren a la santidad, porque ser santos es cumplir la Voluntad Divina, es vivenciar el Propósito de Dios, y esta es una oferta que el Padre realiza para todos Sus Hijos: que aspiren a ser Cristos, a vivir en Cristo y como Él, para que así, hijos, se cumpla el Propósito para esta humanidad.

Que los Hijos de María y los Hijos de San José sean los brazos de la Orden Gracia Misericordia en el mundo, sean la luz que llega a todas las almas en las diferentes ciudades y países, en los lugares más olvidados. Que ellos sean un ejército de oración y de acciones reparadoras. Que, como la Sagrada Familia, puedan obrar en silencio, pero verdaderamente, para transformar la condición humana.

Para que vivan todas estas cosas, hoy Yo les traigo esta Gracia, la Gracia de renovar la consagración, la Gracia de reencontrar el Propósito Divino, la Gracia de encontrar el Abrazo Celestial que los renueva y los fortalece, para que encaren de frente el calvario de estos tiempos, con sus cabezas erguidas y sus corazones abiertos, con sus pasos firmes, sin embargo humildes, con sus corazones orantes y sus consciencias despiertas.

Que se levanten aquellos que se consagrarán como Hijos y Amigos de San José. Traigan aquí agua bendita e incienso.

A los sacerdotes y padres de esta Orden les concedo la Gracia de ser padres, como Yo soy, para que acojan a los corazones, para que consagren a las almas. Que en sus espíritus reine la humildad que les permitirá ser siempre instrumentos de la Mano Divina para bendecir y sacramentar, para traer a las almas el Propósito de Dios.

Por eso hoy, les doy la potestad de consagrar y acompañar a los Hijos y Amigos de San José, así como Yo mismo aspiro a consagrar y a acompañar a las almas. Que sus corazones siempre se oferten, antes de cada consagración, para ser instrumentos de Dios, para ser intercesores ante las almas, que recuerden la Gracia que Yo les entregué y que la hagan revivir dentro de ustedes para que la multipliquen ante las almas.

Con esta agua, los lavo de los pecados y de las transgresiones.

Con este incienso, los libero de las amarras y de las maldiciones para que sus almas sean renovadas.

Que no haya oscuridad que les impida consagrarse. Que no haya miseria que les impida recibir Misericordia. Que el camino esté abierto a la Gracia que desciende de Dios, que los consagra y los renueva en Mi Nombre y por Mi intercesión, como Hijos y Amigos de San José, para que lleven el Amor de la Sagrada Familia a todos los corazones, para que sean ejemplos de transformación y de esfuerzo; porque no les pediré que sean perfectos, pero sí les pediré que venzan las inercias de cada día y que se esfuercen para ir más allá. Mi Gracia siempre los renovará.

Hoy, hijos, la vida consagrada fue renovada en todas las religiones, en todas las creencias, en todas las almas que se ofertaron a Dios con sinceridad. Hoy, el Corazón de Dios fue aliviado, y solo les pido que sean guardianes de este tesoro que recibieron, que sean dignos Hijos de Dios, dignos Hijos y Amigos de Mi Casto Corazón.

Yo los bendigo y los consagro, por la potestad que el Creador Me entregó de interceder por las almas y por las causas imposibles; porque nada es imposible a los Ojos de Dios, pero es necesario esforzarse para encontrar el Propósito Divino.

Yo los bendigo y los consagro, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Vayan en paz y continúen reparando el Corazón de Dios.

Tienen Mi bendición para esto.


Hermana Lucía de Jesús:
A pedido de San José, vamos a cantar todos juntos “Gratitud, San José”

MENSAJE DIARIO DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO DURANTE EL VIAJE DE SÃO JOSÉ DO RIO PRETO HACIA SAN PABLO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

A través de Mi Inmaculado Corazón, Corazón del Dios Vivo, tengo la autoridad y la plena Gracia de poder liberarlos de cualquier dolor o error.

Es a través de Mi Corazón confiante que Yo les doy la posibilidad de hacer de sus caminos, preciosos senderos de luz y de amor.

Quien se une a Mi Corazón, debe saber que compartirá Conmigo la alegría que Yo siento, como también la angustia que Yo veo en todos Mis hijos del mundo.

Quien vive en Mi Corazón, sufrirá Conmigo y todo lo soportará por el bien de este planeta enfermo y por la redención de los que todavía no se postularon como servidores de Cristo.

En Mi Inmaculado Corazón, Yo les revelo la Divina Voluntad de Dios y el fiel propósito de cumplirla por encima de todo.

Día y noche, momento tras momento, los invito a reencontrar Mi Inmaculado Corazón, para que en sus vidas pueda despertar el sentimiento de silencio y de paternidad con sus semejantes.

En Divina Fraternidad, Yo los invito a vivir, para que de a poco la historia de esta humanidad vaya cambiando de rumbo y se vuelva a reescribir un destino de luz y de redención.

Es así que todos los días los invito a vivir en Mí, para que Yo pueda obrar en cada uno de ustedes, así sus dudas se disiparán y reinará la Paz y la Sagrada Confianza de Dios.

Yo los invito permanentemente a ser Mis instrumentos de Paz en el mundo.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los reúne en Jesucristo,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO DURANTE EL VIAJE DESDE EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, HACIA LA CIUDAD DE CÓRDOBA, ARGENTINA, AL VIDENTE FREY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Mis queridos hijos:

¡Despierten! Vean a vuestra Madre Celeste en una gran misión planetaria junto a los misioneros de la paz, los que junto a Mí se preparan para atender a las más grandes necesidades de amor y de servicio en Turquía. 

Es por eso, que vuestra Madre Celeste, junto con los misioneros de la paz, se dirige hacia uno de los lugares más lejanos de Medio Oriente, para llevar adelante un importante rescate esencial de las almas que necesitan conocer Mi Paz.

De esa forma, hijos Míos, los misioneros de la paz deberán irradiar, hacia los más pequeños y olvidados, el espíritu de paternidad y de maternidad.

En esta próxima segunda etapa de la misión humanitaria, Mis misioneros comenzarán a ingresar al verdadero campo de refugiados, aquel que se proyecta en la consciencia planetaria de los desamparados y de los marginados, porque en verdad, queridos hijos, el total abandono y el exilio se vive en el espíritu de cada ser. 

Esta próxima etapa demandará que los misioneros de la paz estén ante los resultados internos de la crueldad humana, algo que irán descubriendo bajo Mi santa guía a medida que transcurra la misión en las diferentes regiones de Turquía.

Estambul será la etapa final más dura, porque Mis misioneros verán el ápice de un gran exilio humano. 

El servicio a los niños requerirá de la atención espiritual, moral y física a los más pequeños, los que a través de las guerras o de la pérdida de sus familiares, perdieron la alegría de vivir o el por qué estar en este mundo.

El amor paterno y materno de cada misionero será imprescindible, por eso, queridos hijos, Yo los invito a que todos consideren esta parte de la misión como importante, porque los misioneros deberán unirse a los cristos internos de cada pequeño hijo Mío, así Yo les estaré mostrando, a Mis hijas misioneras de la paz, dónde está la necesidad del mayor amor maternal.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, EN PRESENCIA DEL CASTÍSIMO CORAZÓN DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL,  AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Hijos Míos:

Todos los días 19, Mi Casto Esposo abre una puerta universal y celestial para que las almas perdidas reencuentren el camino hacia Dios, el Creador.

Para que esta Gracia sea concedida en el corazón del simple y del buen servidor, para que cada uno de ustedes sea los 19 de cada mes un puente al Universo de Dios, vuestro Amado San José necesita que amen buscar la esencia de la humildad del corazón para que de vuestras mentes sean desterrados los códigos de la autodestrucción y del poder ilegítimo, códigos contrarios a Mi Amado Hijo.

Los 19 de cada mes, los altares de San José reciben, a través de vuestras oraciones, lirios de luz que son almas redimidas y convertidas por la amorosa acción de vuestra sagrada oferta.

Cada lirio de luz que es colocado a los pies del altar del Patriarca San José, es después ofertado como símbolo de restauración y de paz entre la humanidad y Dios, así el Plan vuelve a manifestarse mes a mes en la vida de cada alma.

Queridos hijos, todas estas almas redimidas se funden en el gran Corazón de Dios y un nuevo Propósito desciende sobre un mundo que ya estaría al borde de un colapso universal.

Hijos, no pierdan tiempo con vuestras realidades internas, sean consecuentes con la Gracia de la Humildad que San José les derrama todos los meses, así beberán de la Fuente de la Humildad de San José y vuestras vidas alcanzarán, como resultado, una buena redención.

Todos los días 19, Mi Corazón Inmaculado es el portal purísimo y castísimo para que millones de esencias de este mundo alcancen la paternidad de Dios y la filiación con Dios a través del Casto Corazón.

Cada novena que se realiza al Santo de la Humildad y al pobre Obrero de Dios, es recibida en el Reino de los Cielos como una oportunidad de transformar vuestras vidas. No se engañen, hijos Míos, tomen la mano de la simplicidad y de la castidad que Mi Santo Esposo les extiende, con la esperanza de que algún día alcancen el camino de la renuncia y de la humildad.

Sean puros de corazón y no perderán la Gracia infinita de seguir siendo instruidos por San José. Él es vuestro Padre y Guardián, Él es quien después de Mi Ascensión, desde el universo asumió vuestra conversión a Dios.

Busquen lo más simple que hay en ustedes y entréguense al Casto Instructor del Amor, así podrán conocer todas las humildes cosas que permitieron la glorificación de los Sagrados Corazones. Hoy vuestra Madre Celeste está aquí para consolarlos y espera que ya puedan crecer en la madurez de una vida evolutiva, simple pero llena de la humildad que los hará semejantes a Mi Hijo Amado.

Saludos a todos los misioneros de la paz y espero que ese mismo grupo de almas tenga la Gracia de seguir respondiendo a los designios de los Mensajeros Celestiales. Pues Nuestra eterna aspiración es vuestra humilde santidad, santidad que despertará a la nueva humanidad.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los lleva a los brazos de San José,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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