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Como Señora de la Luz, hoy les traigo desde el Cielo el Amor redentor de Mi Hijo.
Queridos hijos:
Que en este día puedan estar en Jesús, el Salvador; que vuestra oración sea socorro para muchos corazones que necesitan de Mi auxilio maternal.
Por eso, queridos hijos, hoy los invito a formarse conscientemente en Mi escuela de oración y de devoción, para que en la fe, la confianza absoluta en la Voluntad de Dios se revele en vuestras vidas.
Queridos hijos, en el día de ayer los llamé a orar por todos los pequeños niños del mundo; hoy los llamo a orar por toda la humanidad. Sepan, hijos Míos, que vuestra oración puede interceder amorosamente en los Cielos y Mi Corazón Materno recoge cada una de las oraciones para ofrecerlas al Creador como el amor del corazón de cada uno de Sus hijos.
Queridos hijos, en tiempos de emergencia, los llamo a formarse diariamente en la oración del corazón para que, mediante ella, ustedes puedan estar bajo la guía misericordiosa de Mi Hijo.
Hoy el mundo sigue necesitando de mucha oración, de la participación activa de cada grupo orante, para que de esa manera, Mi Luz Celestial pueda colmar a cada uno de Mis hijos.
Como Madre Divina e Inmaculada, nuevamente les digo que ustedes tienen, mediante la oración del corazón, la decisión definitiva en vuestras manos. Corran sin demora hacia los brazos de Mi Hijo; Él, como Buen Pastor de todos los rebaños, los quiere conducir hacia la conversión y el perdón. Él aguarda vuestro permiso.
Les agradezco por acompañarme en esta misión de paz por Río de Janeiro.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Mientras Dios lo permita y, por amor, intercederé y estaré con ustedes todo el tiempo que sea necesario. Mi última presencia en el mundo acontecerá antes del retorno de Mi Hijo como una señal para las almas.
Hoy quiero invitarlos a interiorizar la lectura del Evangelio de Mi Hijo escrito por Sus fieles seguidores. Por detrás de los Hechos que Jesús vivió, existió una Consciencia Mayor, que es la Consciencia Única de Dios, que guió y acompañó todos los pasos de la resurrección de Mi Hijo.
Queridos hijos, para que vuestra vida crezca en dirección a Dios, el Altísimo, los invito a guardar en sus corazones las enseñanzas que Cristo manifestó al mundo con tanto amor.
Los misterios de Cristo fueron llaves de expansión del corazón para muchas almas, y, así, se manifestaba la cura en los hijos de Dios. Por eso, hijos Míos, las llaves que Él dejó a través de ejemplos, enseñanzas y parábolas, los llevarán a consagrarse cada vez más en el camino de Mi Hijo, un camino hacia la fraternidad.
Cristo, El que ha resucitado frente a los ojos del mundo, es Quien retornará como Buena Nueva para el tiempo presente. Es importante, pequeños Míos, que ustedes preparen desde ahora sus corazones porque cada momento de unión con Mi Hijo los fortalecerá. En cada nuevo encuentro con Él, ustedes estarán recordando la importancia de vigilar en la oración del corazón.
Sepan, hijos queridos y amados, que Él Me envía a ustedes para que, como una bondadosa Madre, los instruya y los guíe por el verdadero camino que Jesús recorrió cuando estuvo en este mundo. El camino de las almas es un camino celestial que deben recorrer en esta Tierra sin pertenecer a ella.
Ahora ha llegado el momento de la rehabilitación de todos los caídos, y Mi Inmaculado Corazón los invita a orar misericordiosamente por todos estos hijos que sin saberlo buscan a Dios.
Como soy la Madre de las Gracias, los llamo a colaborar con los Infinitos Planes de Dios.
¡Les agradezco!
Gracias por contestar a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Vengo hacia ustedes a entregar Mi mensaje de paz a los que sufren y tienen falta de Jesús Consolador. Mi Hijo es eterna consolación porque Su Espíritu cura a las almas para redimirlas y liberarlas de toda falta delante de Dios.
Por eso, queridos hijos, hoy busquen a Jesús Consolador en la oración para que sus almas sean partícipes de la Divina Misericordia. Reconozcan, hijos Míos, que sin Jesús nada serán; Él es el poder que los vitaliza y que los conduce a encontrar el manantial del amor, fuente del perdón insondable que muchos de Mis hijos necesitan.
En esa aspiración, eleven al Cielo todas las plegarias para que Mi Corazón Maternal las pueda recoger y guardar como un presente en el Eterno Corazón de Dios.
Muchos de Mis hijos esperan buenos tiempos para la vida. Ellos son los que aún no cambian desde el corazón. Por eso, Yo los invito a la oración para elevar el pensamiento hacia Dios y, así, permitir que Su Ley Única, la Ley del Amor, actúe sobre la realidad de sus vidas.
Hijos Míos, para que el nuevo Espíritu Santo de la Paz colme sus corazones, primeramente debe borrarse de ellos todo el dolor o la separación que existe entre las criaturas. Ustedes, como orantes, ya saben que la humanidad está muy dividida delante de Dios por la falta de verdadera caridad hacia el prójimo, caridad que comienza con la emanación del amor del corazón.
Nunca olviden, Mis pequeños niños, que el Amor de Mi Hijo, el cual debe residir en sus corazones, es el Amor que les permitirá curar todo el pasado. Sigan los pasos de Mi Inmaculado Corazón.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Un siervo de Mi Hijo Jesús siempre deberá trascender los caminos de la vida para que finalmente vea en su propio horizonte la Luz de Cristo que lo guía. Por este motivo, queridos hijos, hoy los invito a la persistencia del corazón, para que así sus corazones solo busquen estar en Jesús, estar en lo Alto, en la Casa del Padre.
Por eso, queridos Míos, les recuerdo la importancia de despertar el verdadero espíritu de la oración del corazón para que todos los grupos de oración que se han consagrado a Mi Inmaculado Corazón puedan tener como aspiración a Jesús y como guía al Espíritu Santo.
Cada uno de ustedes debe ayudarme, en el final de este año, a que los planes de conversión y de salvación puedan llegar al mayor número de almas. Por eso, hijitos Míos, llévenme en sus corazones para que Mi Luz Maternal los acompañe.
Sepan que Yo estoy con ustedes, caminando a vuestro lado, vigilándolos con Mi Amor Maternal.
Nunca olviden que sus corazones, día a día, deben encender el fuego mariano que Mi Corazón les irradia a través de los mensajes diarios.
De esa manera, participando sus corazones de Mi misión celestial, permitirán que la Gracia del Padre pueda tocar a muchas almas que necesitan de conversión y de perdón.
Sepan, queridos hijos, que Dios Me envía a cada una de sus vidas para que reconozcan que Mi Corazón viene antes de Mi Hijo para rescatarlos y salvarlos de la perdición que muchos viven.
Que Mi Amor Maternal los colme para que en confianza caminen hacia Mi Hijo.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más