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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cuando el ocaso esté por desaparecer y llegue la noche, será el momento más culminante de la humanidad y del planeta.
Ya todo se habrá desencadenado dentro y fuera de los seres, y sobre la superficie de la Tierra ya no existirá más nada que aprender ni tampoco que instruir.
Todos conocerán la Verdad.
Todos podrán verlo y participar de ello, porque el fin de los tiempos se habrá consumado y la Nueva Tierra ya dejará de ser una promesa porque la vieja Tierra se purificó.
Pero antes de que se cumpla esa promesa, que Dios tanto espera, la Tierra aún pasará por su transición. La dualidad también vivirá su definición y el destino será cambiado.
Después que lo más difícil que haya sucedido vendrá la Aurora para hacer resplandecer su Luz y su Consciencia. Vendrá el Hijo y después vendrá Su Madre y con Ellos todos los ángeles y arcángeles y los grandes obreros del Plan.
Las trompetas ya habrán sido tocadas y en el corazón de los justos resonará la Verdad.
Los injustos serán apartados y enviados a su nuevo destino. La paja estará separada del trigo, los lobos de las ovejas, lo puro de lo impuro, lo turbio de lo cristalino, la oscuridad de la luz.
Y nadie podrá reclamar, ya nadie podrá justificarse, porque todo lo habrá recibido desde el Cielo y desde el Universo.
Las Palabras de la Jerarquía ya no pasarán más como el viento o la brisa que puede acariciar sus rostros.
La Palabra, que es el Verbo, se cumplirá y ya nadie podrá omitirla, ninguna consciencia, ninguna nación, ningún gobernante o nadie que se oponga, porque ya no existirá oposición ni dualidad, no existirá el pasado ni tampoco existirá el futuro.
El eterno presente descenderá a la Tierra y el planeta ingresará en su nueva dimensión, la dimensión de la cual ha sido apartado para aprendizaje y experiencias.
Ingresará a la verdadera dimensión, al Real Tiempo, en donde solo existe lo eterno, lo visible y lo invisible.
Así, las consciencias que quedarán y permanecerán ya no estarán lejos de la Verdad, porque la Verdad será parte de ellas al haber persistido en sus pruebas y en sus aprendizajes, al haber creído en Cristo, en Su Palabra, viviendo la obediencia y la estricta adhesión a Su llamado.
Después de que Yo ya no esté aquí entre ustedes, ya saben que todo se desencadenará.
Los muros de las resistencias ya no serán fortalezas propias, no habrá divisiones ni barreras, obstáculos o desafíos porque todo caerá por su propio peso.
La Verdad prevalecerá en los corazones limpios y humildes. La mentira se verá en los corazones que se ensuciaron por sus malas palabras.
Los verdaderos rostros se mostrarán, algunos, llenos de gozo y de alegría del Cielo, otros, llenos de espanto al haberse encontrado con la Verdad y por haberse arrepentido demasiado tarde.
Por eso siempre deben tener cuidado con lo que deciden en sus vidas y en sus caminos.
El Plan de Dios no es algo pasajero ni tampoco es algo que se pueda usar en su provecho.
Si el Hijo de Dios descendió a la Tierra fue por una máxima Voluntad.
Si el Hijo de Dios vino a su encuentro fue por una máxima Voluntad.
¿Comprenden?
No se puede desechar el Plan de Dios porque no les convenga o no lo sientan. Asuman la responsabilidad de su purificación y pronto se librarán de ustedes mismos.
No pueden distorsionar la historia que se está escribiendo en sus corazones y vidas.
No pueden desviar el lápiz de Dios con sus cometidos; recapaciten, y crecerán.
No hagan pequeño lo que es verdaderamente grandioso y que viene del Cielo.
No sean como el mundo que ofende el Plan de Dios, día a día, y sin consciencia.
Porque cuando las Leyes sobrevengan al mundo todos aprenderán y quien esté en el centro del Propósito no sufrirá, porque la Ley no será castigo, la acción de los hombres será la propia condena.
Deben reconocer dentro de ustedes el Reino que Dios les ha dado y no contaminarlo con sus formas de vida.
Por eso invoquen, imploren y apelen por un corazón puro, para que sus mentes sean puras, para que sus acciones sean puras, para que sus caminos estén llenos de luz y no de sufrimiento, el sufrimiento que pueden ocasionar y vivir por ustedes mismos.
Dios aspira a que todos puedan vivir en Su Alegría y que ya nadie más se condene en esta humanidad.
Busquen ser lo que verdaderamente Dios necesita y todo se transformará.
Ustedes no pueden dejar de ser parte de Mi Nuevo Evangelio.
Ustedes deben ser parte de lo que está descendiendo desde el Universo.
Por eso, en estos últimos días les he traído tantas llaves y tantos conocimientos, porque es hora de vivir esa madurez espiritual que el Padre del Universo necesita para poder seguir cumpliendo Su Plan y Su Voluntad.
No pueden tomar el Plan de Dios y su misión como algo pasajero, como si ya nada más importara.
El arrepentimiento llegará para mostrarles a algunos el lugar en donde se han colocado y del cual no consiguen salir por sí mismos. Allí no llega Mi Misericordia, allí no llega Mi Gracia ni tampoco Mi Luz. No puedo transgredir su libre albedrío y su voluntad.
Les enseñé a Mis apóstoles a ser verdaderos y también simples; a ser honestos y transparentes en la Verdad, porque eso siempre los protegería.
Ahora es tiempo de tener la consciencia sobre las decisiones de la vida y cómo esto influye en su evolución y principalmente en su vida espiritual.
Todo lo que ha sido entregado en estos últimos tiempos deberá ser testimoniado para todos en el día del Juicio Final y después de esta vida.
Los tesoros del Cielo nunca quedarán perdidos.
Los tesoros del Cielo deberán ser atestiguados por cada discípulo Mío, aunque ya no esté Conmigo.
La firma de su compromiso es su salvación y recordarlo todos los días también es su salvación.
Deben aprender a percibir la realidad más allá de ustedes mismos y nunca permitir lastimar el Plan de parte de ustedes.
No pueden dejar pasar el tiempo como si nada sucediera. Ustedes saben más que Yo que el planeta está sufriendo y está muy herido.
Por eso en el momento más culminante de la tribulación Yo retornaré y nadie podrá escapar a ese acontecimiento, por más que Me haya negado, por más que haya dicho que Yo no estoy aquí.
La verdadera Jerarquía no hace perder el tiempo a los hijos de Dios. Tomen consciencia de esto y recapaciten.
Expreso esto especialmente para los que se han alejado y fueron confundidos por Mi enemigo. Rezo por su arrepentimiento y su humillación.
La soberbia humana puede ser tan grande como un mar y ahogarlos sin que lo perciban.
La ceguera de los injustos será quitada cuando permitan que el Corazón del Maestro los pueda tocar con Su Luz.
Los leprosos de espíritu serán curados cuando se abran de corazón a la cura divina y a la realidad del Universo.
Todos tienen un lugar en Mi Corazón y eso ya lo saben.
Todos tienen un compromiso Conmigo y eso es inolvidable, porque ha llegado el tiempo de asumir la realidad y de no apartarla de sus caminos como si no existiera.
Aprendan de Mi Sacrificio y sobrevivirán.
Sean capaces de amar de verdad y sin tibieza.
Sean verdaderos embajadores de la paz en estos tiempos críticos, porque así alegrarán Mi Corazón de muchísimas angustias y de muchísimas penas que ocasionan los que no Me han comprendido por este medio.
Ahora llegará la Luz para los que la quieran vivir y deseen participar de ella.
Esa Luz que Yo propagaré los protegerá y amarán cada paso de su purificación, por Mí.
Revivan su compromiso, que firmaron una vez en el Cosmos, e ingresen en la verdadera dimensión de la Hermandad.
Los candados de los Libros Sagrados ya fueron abiertos para comenzar a pronunciar la gran revelación de todos los tiempos y de todas las eras.
La Vida Universal se hará presente en los corazones que la clamen, porque así vivificarán el Plan.
No pierdan tiempo en lo que es pasajero.
Asuman cargar en sus espaldas al planeta, porque él grita por alivio.
Lleven estampados en sus pechos la Estrella de la lealtad y de la Confraternidad. Reenciendan ese Sol interior que nunca deberá morir ni apagarse.
Dejen brillar lo que verdaderamente son y podrán salir de las cosas superficiales.
Porque lo mezquino dejará de ser mezquino, lo soberbio se purificará y la arrogancia morirá para que surja la luz del espíritu, la que siempre los colmará y los llevará a la paz.
Les agradezco por cooperar.
Les agradezco por escuchar y por traer alivio al Corazón de Dios.
Que se cumpla en ustedes el Propósito y que él siempre sea recordado, para que en los momentos de mayor tribulación no duden en seguir Mi Camino; así se librarán de la confusión y de las apariencias de los que los rodean.
Abracen esta cruz que Yo les ofrezco y así se sembrará la semilla de una Nueva Humanidad.
No les pido lo imposible. Solo les pido que después de tantas experiencias en el Cielo y en la Tierra aprendan a vivir la Verdad y la simplicidad, afluentes que los hará encontrar con el gran Océano de Mi Amor, de Mi Amor infinito y expansivo.
Revivan todos estos impulsos que les he dado estos días, porque sé que no los consiguen recordar.
Deben estar atentos a lo que les digo, porque Mis Palabras no se volverán a repetir.
Sean buenos estudiantes, aplicados y disciplinados, así vencerán la inercia.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Lleva guardado en tu corazón el Amor de Dios; y para que ese Amor sea perpetuo debes sembrarlo a través de la caridad y del bien.
Será el Amor de Dios el que les traerá consciencia sobre las diferentes realidades.
Por esa razón, para que el Amor de Dios perdure y sea partícipe de la vida planetaria es necesario estar en comunión con él, porque en esa comunión todo se podrá renovar.
Esa renovación constará de la fidelidad que le profesen al Amor de Dios, así estarán en Su plenitud y la bendición del Padre concederá méritos a quién lo necesite.
Estar en el Amor de Dios es permanecer en Su Voluntad y así todo estará protegido, porque el Amor de Dios interviene y actúa en todos los ámbitos de la vida.
El Amor de Dios atrae para el ser humano la posibilidad de rehacer su vida, todos los días, siguiendo los Principios de la Creación, los que están basados en la unidad, en la obediencia y en la hermandad.
Estas vertientes del Amor llevarán a la consciencia a que permanezca en el camino correcto, aunque en muchos casos la Voluntad Divina, que es infinita e intangible, no sea totalmente comprendida.
El Amor de Dios siempre les traerá sabiduría y claridad en todas las formas.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Prólogo del Libro de Poemas de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Que algún día, seguidores Míos, puedan animarse plenamente a imitar a esa alma, no solo en la dulzura de sus palabras, sino también en el modo de vivirlas, una a una.
Quisiera que ustedes fuesen tan semejantes a esa alma, en devoción, pureza y sinceridad, porque, más allá de las imperfecciones de la vida y de las apariencias humanas, en lo profundo de cada ser existe un Cristo interno capaz de conducir sus vidas y sus almas hacia Mi Iglesia Celestial.
Espero escuchar poemas muy semejantes y, a su vez, simples y verdaderos, que broten de sus corazones para que, un día, Yo pueda rescatar lo que interiormente sus almas podrían darme al orar y hablarme con la transparencia del corazón.
Los animo a formar parte de ese legado de los redimidos que, habiendo pasado por grandes confirmaciones, inesperados desafíos y amplias pruebas, se confirmaron día a día a Mi Sagrado Corazón.
Necesito que, finalmente, el nuevo legado crístico de cada corazón en transformación esté disponible para su Maestro y Señor.
Que cada corazón, que se anime a hablarme como esta preciosa alma, pueda expresar el amor y la reverencia interior que siente por Mí. Así, yo podré ir manifestando sobre la superficie de la Tierra la nueva hermandad de Cristos.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Elijo estas fechas especiales para darles a conocer las cosas más simples de la vida espiritual, porque en lo simple todo lo podrán transformar, en lo simple todo lo podrán concebir.
La vida del espíritu es simplicidad pero también es sabiduría.
Deseo que Mis hijos alcancen ese estado de simplicidad y de sabiduría, no solo en las cosas diarias, sino también en los niveles internos, lugar en donde todo comienza y todo termina; porque allí, en ese nivel interno, es donde se guardará la experiencia de su vida en la Tierra y de su pasaje por este Universo.
Cuando no consiguen en sí mismos concebir esa simplicidad y esa sabiduría en la vida del espíritu, es porque no lo están haciendo en la vida material.
La simplicidad de la cual Yo les hablo, no es restricción ni severas medidas.
La simplicidad siempre los llevará a amar al semejante tal cual es, y a no juzgarlo por su forma o apariencia.
Mis hijos del mundo frecuentemente olvidan estas reglas básicas de la vida, porque viviendo estas reglas podrán estar en Dios y Dios estar en ustedes.
En este día especial, en donde celebramos, junto a la Madre Celeste, el aniversario de uno de Mis instrumentos en la Tierra, quiero que puedan ver, hijos Míos, por intermedio de esto, que el llamado de la Madre de Dios para con todos Sus hijos, siempre ha sido y siempre será simple.
En ese camino que Yo los invito a vivir podrán también encontrar la humildad que necesitan para dejar de vanagloriar sus vidas, aunque a veces no se den cuenta.
¿Por qué les digo todo esto, hijos Míos?
Porque la Obra de Dios, desde el principio de toda esta Creación, fue concebida en el espíritu de la simplicidad y de la humildad. Desde allí nacieron y surgieron las cosas más bellas de este Universo y para todo este Universo material; el espíritu de cada criatura encontró morada, hasta lo que es más físico.
Pero sepan, hijos Míos, que todo tiene una correspondencia y una comunión entre el Cielo y la Tierra; dentro de ustedes y fuera de ustedes.
Cuando no son simples no pueden ser verdaderos, así como Yo los necesito día a día.
La simplicidad no solo los llevará a la humildad y a la verdad, sino también a lo más importante: a la gratitud.
Cuando no tienen gratitud en sus corazones no pueden comprender el Plan de Dios cuando él cambia, de tiempo en tiempo y de ciclo en ciclo, o de día a día.
Si están en esa gratitud eterna podrán comprender los Misterios del Padre y ya no tendrán más sus ojos vendados sin saber por donde ir o hacia donde caminar, porque en la vida del espíritu todo es claro, todo es transparente y todo es cristalino.
Necesito hijos, que no olviden eso.
Cuando no pueden salir de ciertos obstáculos es porque no han concebido en ustedes el espíritu de la simplicidad, el que los llevará a la humildad y a la gratitud eterna.
Aunque estas palabras que hoy les digo, ya las hayan escuchado muchas veces de Mi propia boca, o de San José y del propio Jesús, Yo los invito, queridos hijos, a poner atención en las reglas básicas de la vida del espíritu, porque de lo contrario estarían saltándose las Leyes Universales.
Con todo esto les digo, hijos Míos, que no aspiro a su perfección, sino a su transparencia, a su cordialidad, generosidad y colaboración.
Este mensaje sirve para todos Mis hijos, porque cada uno, según su tiempo, atraviesa su purificación y también el momento de su gran entrega.
Quiero, hijos Míos, que aprendan a vivir como Nosotros, los Sagrados Corazones vivimos hace tanto tiempo atrás aquí en la Tierra, no ostentando nada, no queriendo nada; buscando siempre aprender por medio de la igualdad, de la solidaridad, y sobre todo, de la hermandad.
La humanidad, a través de los últimos tiempos, ha perdido estos principios. Por eso las almas se vuelven arcaicas y rígidas y no consiguen dar sus pasos cuando más necesitan dar esos pasos hacia Dios.
Tenemos la autoridad, hijos Míos, como Sagrados Corazones, de poder disolver todos estos obstáculos en las almas.
Pero, hijos, hijos Míos, ya han aprendido a escucharme, a sentirme y a reconocerme. Saben que es verdad lo que les digo. Cada uno de ustedes sabe lo que debe mejorar y perfeccionar como ofrenda perfecta para los Altares de Dios.
Es de algo profundo de lo que les hablo, no de algo superficial. Lo superficial que puede llegar a suceder en sus vidas, es la consecuencia de lo que sucede dentro de ustedes cuando no están en comunión con el espíritu, ni con el Universo.
Sabemos que el conocimiento ennoblece el espíritu, pero eso no es lo que ustedes ahora necesitan, hijos Míos. Necesitan ennoblecer sus espíritus con la transparencia y la colaboración amorosa para con el semejante, para con el Plan Divino y su importante manifestación en este planeta.
Como Señora del Monte Carmelo, Yo los invito, hijos Míos, aunque no lo crean, a vivir el camino de la redención y de su salvación, porque muchos podrían creer que ya están a salvo, y no lo están.
Hijos Míos, sientan el Corazón de la Madre que pide y que ruega a Dios,por el despertar de Sus hijos, hasta en los simples detalles.
Todo eso hará transformar la Tierra y su humanidad; hará triunfar la Palabra de Dios en ustedes, por medio de los ejemplos del bien y de la lealtad.
Los invito, hijos Míos, a ingresar en esa escuela, que hoy, con todo Mi Amor, Yo les estoy ofreciendo.
Necesito que escuchen Mi Voz, no como siempre la escuchan. Necesito que guarden Mis palabras como llaves que podrán abrir las puertas a su transformación consciente y verdadera.
Hijos, hay una parte que les corresponde a ustedes. Todo deberá comenzar primero en ustedes, para que después el Universo pueda obrar e interceder.
Las almas del mundo, en su mayoría, están perdidas; y ustedes lo saben, porque lo han visto por todos los lugares por donde han pasado junto Conmigo, acompañándome en esta trayectoria de poder cumplir el Plan.
Quisiera que en el día de la Señora del Monte Carmelo, pudieran considerar con sinceridad Mis palabras.
Quisiera que Mi Voz pudiera tocar lo profundo, para que se pudieran sembrar los Dones que necesitan para vivir los próximos pasos en esta transición planetaria.
Quisiera, hijos Míos, que cada uno se viera a sí mismo por un momento, no para atormentarse ni amedrentarse; no para juzgarse ni castigarse. Que cada uno pudiera verse a sí mismo, así como lo ve Dios, así como el Padre los contempla en Su Misericordia y Su Paciencia divina.
Aún, hijos amados, hay mucho por hacer. Necesito que comprendan lo que les pido.
Les he dado la Gracia de estar cerca de Mí, porque es lo que necesitan para estar en el camino del espíritu y en la vivencia del Plan, más allá de cualquier experiencia interior con el Universo o con todo lo que es superior y hasta divino.
Primero debemos comenzar en lo que es simple y necesario. No pueden perder las reglas básicas de la lealtad y de la fraternidad ,eso cierra las puertas a la Divina Providencia. El Universo lo tiene todo para ustedes y para la humanidad.
Si cada uno de ustedes supiera, con total consciencia, qué es lo que debo hacer para llegar a estar ante ustedes en cada nuevo encuentro, de verdad considerarían Mis palabras y rezarían de rodillas para expresar su gratitud a Dios.
La Sierva de Dios y la Madre del Universo se ofrece a Sus hijos incondicionalmente, sin nada a cambio.
Quiero, hijos amados, que puedan crecer, así como Yo crecí, siendo María en la Tierra.
Sé que guardan en sus mundos internos experiencias conocidas y desconocidas; traumas espirituales y también internos. Pero todo puede ser disuelto en la Misericordia de Dios y en la acción de Su Divina Gracia.
No quiero, hijos Míos, que dejen Mi camino.
No quiero, hijos Míos, que estén lejos de Mí, sirviéndome en otras obras.
Hijos, Yo los necesito aquí, cerca de Mi Corazón, de una forma verdadera y no aparente.
A veces siento sus corazones fríos. ¿Por qué son así, si todo lo que Yo les doy es por obra de la Gracia?
Yo solo aspiro a que Mis servidores caminen en la lealtad y que nunca, nunca pierdan la hermandad, porque la hermandad los unificará con la Hermandad del Universo y así, las Divinas Consciencias del Cielo se aproximarán.
La Señora del Monte Carmelo les viene a ofrecer la verdadera consagración, para que las próximas puertas hacia el cumplimiento del Plan, en otras partes del mundo, se puedan abrir.
Esperamos pacientemente y en silencio, en oración, por ese momento.
Aún el mundo espera por más Misericordia y por más ayuda.
Yo los invito a seguir acompañándome por este sendero, que los transformará.
Bendigo a esta alma, y en este día especial, a quien se ha ofrecido como instrumento en Mis Manos, para que más instrumentos en este vasto Universo de Dios, se puedan consagrar a su verdadera tarea y a su verdadera misión.
¡Les agradezco por acompañarme en esta trayectoria divina!
Es todo lo que hoy les quiero decir, y he abierto Mi Corazón para que Me escucharan con sinceridad y amor.
Atraigo a las almas del mundo hacia Mi Corazón para que, sin importar su raza, religión o nación, sientan la confianza de ingresar en el universo espiritual de Mi Corazón.
Esa es la razón por la cual su Madre Celeste y Virgen de Schoenstatt, hoy descenderá en Colonia y, en consecuencia, sobre toda Alemania, para que, después de la profunda tarea espiritual y redentora realizada en el día de ayer por Mi Hijo, Mis hijos de Alemania reciban un nuevo impulso espiritual, a fin de prepararlos para una próxima etapa.
Hijos, los encuentros aquí, en Alemania, no estaban previstos, surgieron de manera inesperada y eso atrajo hacia esta sufrida nación la Gracia expiatoria de poder recibir los verdaderos Atributos del Padre Celestial, los que reconfigurarán la esencia de la raza que aquí se encuentra, así como a su propósito original.
Todo esto es posible, tan simplemente, cuando las almas abren su corazón para acoger de inmediato la Divina Voluntad del Padre Eterno. Y cuando esa Divina Voluntad es realizada y manifestada en la superficie de la Tierra, muchas más almas se ven beneficiadas por una Gracia que no esperaban y que no merecerían recibir.
Responder al llamado de amor y de redención anunciado por los Sagrados Corazones genera grandes y victoriosas oportunidades para aquellos que, en este tiempo crítico que atraviesa la raza, deberán despertar a la Verdad que desde hace tanto tiempo buscan dentro de sí y no encuentran.
Esa es la razón espiritual y divina por la cual los Mensajeros de Dios descienden con la Luz del Reino de los Cielos a la Tierra, para que cada alma, independientemente de su creencia, raza o nación, tenga la Gracia de saber en su interior qué es lo que vino a hacer a este mundo, para que finalmente lo pueda cumplir.
Alemania necesita decididos grupos de oración para que las almas puedan abandonar el hipnotismo de estos tiempos, un camino que las lleva a la perdición y a sumergirse en las ilusiones.
Por ese motivo, la Madre del Redentor y Señor del Universo, hoy llega a la ciudad de Colonia para darles y entregarles el primer impulso que podrá abrir nuevos caminos de redención y de luz para las almas de Alemania y de Europa.
Hoy los impulso, por medio de Mi Presencia, a asumir una nueva etapa, para que esta nueva experiencia repercuta en toda Europa.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Primera Serie de Poemas
Primer poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Amado y bondadoso Corazón de Jesús,
Señor de la Misericordia y de la Paz,
atrae mi corazón hacia el Tuyo.
Que pueda ser uno en Ti
para ser uno con mis hermanos.
Manso Corazón de Jesús,
hazte parte de mí sin condiciones ni formas.
Rompe, dentro de mí,
las murallas que me separan de la luz de la verdad.
Cura mi ceguera, la que me ha llevado al orgullo.
Sana mi corazón, que ha sido llevado al constante sufrimiento.
Amantísimo y purísimo Corazón de Jesús,
que Tu Llama de Amor disuelva todas las dudas.
Que la Llama de Amor que brota del centro de Tu Corazón humilde
sea la luz que disipe las tinieblas de mi frágil corazón.
¡Oh, amadísimo Pastor y Guía de los corazones!
que los Rayos que brotan de las Llagas de Tus Manos
iluminen el sendero que me llevará a la redención.
Que siempre pueda encontrar refugio en Tu Corazón
y que este refugio también lo encuentre, con confianza,
en mis hermanos,
porque solo aspiro y anhelo el bien,
en mí y en todos los seres.
Pacífico Corazón de Jesús,
Tú que gestas dentro de los hombres las cosas nuevas,
Tú que renuevas y vivificas todo lo que tocas con Tus santas Manos,
que me invada el Rayo de Tu estricta obediencia
y de Tu divina pureza.
Enséñame, Jesús, a amar como Tú nos amas y nos has amado.
Ayúdame, Jesús mío, a ser solo un instrumento en Tus Manos,
para que al menos una pequeña chispa de mi consciencia
sirva a Tu grandiosa Obra de Amor y de Perdón.
Enséñame, Jesús mío, a ser justo y a no ser indiferente.
Enséñame a imitarte y representarte
así como Tú, humilde Maestro,
has representado al Padre Celestial en la Tierra.
Manso Corazón de Jesús, pacifícame.
Dulce Corazón de Jesús, amánsame.
Eterno Corazón de Jesús, consuélame
y dame la fuerza de Tu Divino Espíritu
en las horas de mayor prueba,
porque todo deberá retornar a Ti, Señor.
Todo a Ti pertenece para siempre.
Amén.
¡Les agradezco por guardar esas palabras de una dulce alma en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Hijos Míos:
En el día de San Pedro y de San Pablo, festividad de los primeros misioneros de Cristo, he venido a Ginebra en nombre de la paz y de la unidad para confirmar la alianza ecuménica entre todos los cristianos.
Esa es la razón por la cual la siempre Virgen María y Madre de la Iglesia ha pedido en este día, 29 de junio, un encuentro especial en Ginebra, sede de muchos órganos estatales, para poder unir en los planos internos a todos los creyentes de Cristo, por medio del ecumenismo hermanado entre Sus servidores.
La misión de cada cristiano es amar el Propósito de Dios y llevarlo adelante mediante la igualdad de condiciones y bajo el espíritu sagrado de la comprensión de las diferentes manifestaciones cristianas de la fe.
En este siglo XXI, en el que el mundo enfrenta desafíos grandes y también desigualdades sociales y globales, que la Llama del Amor de Cristo sea el punto de unión entre todos los cristianos, basados en el principio de la fe y en el Sagrado Evangelio de Cristo.
Como Madre de la Iglesia y de la humanidad, Mi Hijo Me envía para conceder la Gracia profunda del entendimiento, del conocimiento y de la sabiduría para que todos los que abran su corazón al llamado del ecumenismo puedan, juntos y en unidad, solventar y responder a las urgentes necesidades de la humanidad, de todo el Pueblo de Dios.
Este ecumenismo interreligioso permitirá que todos los cristianos, bajo un mismo fin y amparados por la Gracia Divina, puedan alcanzar la visión total de las diferentes carencias y necesidades de la humanidad, sabiendo que es urgente e inmediato disolver juntos la maldad, las guerras y los conflictos que abrazan a muchos pueblos en el mundo y rescatar de esos durísimos abismos a los que más sufren: a los inocentes.
Mediante la unidad ecuménica y cristiana, Cristo obrará más ampliamente, porque en todo lugar Sus discípulos de estos tiempos deberán ser testigos del Evangelio, para poder sembrar las semillas de la fe, del amor y de la unidad en los suelos más áridos de este mundo.
Y Cristo, el Agua Viva, será el que regará y cultivará lo que Sus allegados realizarán en el mundo.
La unión ecuménica y cristiana generará el espíritu del respeto y, sobre todo, una verdadera solidaridad entre los cristianos que acompañan, con su sentimiento y a través de su fe y de su confianza en las enseñanzas del Evangelio, al mismo Dios, Único y Omnipresente.
En el día de los Apóstoles Pedro y Pablo, que vuelva a surgir en todas las Iglesias cristianas el espíritu misionero, el que impulsará la revelación de la vida del apostolado en Cristo, tan necesario para aliviar el sufrimiento y llevar la cura y el amor a los corazones marginados.
Cristo es para todos.
Él vino por todos y para todos.
El esfuerzo de los testigos de Cristo será, mediante la unión ecuménica, llevar adelante la preparación de Su gloriosa segunda venida, preparando en las almas las bases de su unión con Dios y con todos los atributos que despierta la fe.
Al fin despuntará el ardiente deseo del Señor de que Sus seguidores y compañeros de camino misionero y apostólico se unan para atender la actual crisis mundial.
Por eso vengo a Ginebra para darles la bendición a todos y para estimularlos a llevar adelante la anunciación de la Palabra y del Amor de Cristo, por medio de las obras y de la unidad ecuménica.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Virgen de La Salette
Cuando la Gracia y la Misericordia de Dios descienden al mundo
Cuando la Gracia de Dios desciende al mundo, hijos Míos, abran sus brazos y sus corazones y no la ignoren.
Reciban con gratitud las misericordias del Señor, porque en este tiempo Él envía a Sus Mensajeros para pacificar a los corazones y transformarlos, rompiendo las barreras de la indiferencia y de la ignorancia.
La Misericordia del Señor viene antes del tiempo de la Justicia, para que los corazones se preparen para un nuevo ciclo y un nuevo tiempo, y sepan mantener la propia fe viva e independiente de los acontecimientos que sucedan en esta Tierra.
La Misericordia de Dios desciende sobre Sus hijos para enseñarles a perdonar, a unir los corazones en un propósito de Paz, a servir a los que más necesitan para que haya equilibrio en este mundo, para que haya amor.
La Misericordia de Dios desciende sobre la Tierra con la Presencia de Sus Mensajeros, para ayudar en la definición de Sus hijos, para apartarlos del engaño y para despertar en sus corazones la Gracia de la Sabiduría en tiempos de profunda ignorancia.
Para recibir la Gracia y la Misericordia de Dios, hijos Míos, deben estar con el corazón simple delante de lo que Él les ofrece, sin conceptos, sin elucubraciones, con la mente quieta por un instante, dándole lugar al corazón para que él sepa sentir y recibir lo que su Creador le entrega.
La Misericordia de Dios desciende sobre el mundo y se derrama, no solo sobre los hombres, sino también sobre todos los Reinos de la Naturaleza.
Y para perpetuar esta Misericordia, permitiendo que todas las criaturas sedientas puedan vivir de esa Fuente insondable e infinita, deben orar, deben clamar, deben rendir sus corazones delante de Dios, pidiendo por una nueva oportunidad para la vida sobre la Tierra.
La Misericordia de Dios desciende sobre el mundo y les enseña a los corazones a reconocerse unos a otros, les enseña a los hermanos, hijos de un Único Padre, a servir a su Señor y Dios, en unidad, sin importar su religión, su raza o su cultura.
La Misericordia de Dios los torna verdaderos y en esa verdad pueden estar unidos, a pesar de las aparentes diferencias que sus corazones expresan en la Tierra.
La Misericordia de Dios desciende sobre los seres para despertar en su interior el propósito de la paz, para que instituyan la paz en la Tierra, a través del respeto, de la comprensión, de la donación de sí y del servicio abnegado a todo tipo de vida.
La Misericordia de Dios desciende sobre cada ser, como también sobre sus almas, espíritus y corazones, enseñándoles a estar en el nuevo y eterno Corazón de Dios, rindiendo al viejo hombre, al viejo ser, para que él sea transformado en una unidad con Cristo, y en Cristo, esté en Dios.
Para recibir esta Misericordia infinita, que desciende al mundo antes del Tiempo de la Justicia, hijos Míos, oren y clamen al Padre por Misericordia. Sirvan y lleven la misericordia en sus actos, perdonen los errores de sus semejantes, los de sus corazones, y aquellos errores que fueron cometidos en el pasado, para que este mundo sea digno de recibir Misericordia.
Todo está disponible para los corazones de los hombres.
Las Gracias no paran de descender sobre la Tierra, la Misericordia se derrama desde el Corazón de Dios.
Sepan ver, sepan clamar, sepan recibir y sepan donar Misericordia. Así todo se cumplirá según los Designios de Dios y el mundo alcanzará un tiempo mayor de paz.
¡Yo los bendigo y les agradezco por orar Conmigo para que este mundo reciba Misericordia!
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Frutos de la Cristificación – Parte 2
Los Nuevos Cristos, habiendo congregado a multitudes un tiempo antes del Retorno de Cristo, darán a conocer al mundo el importantísimo valor que tiene la vida esencial de los seres y su profunda relación con el universo. Ellos incentivarán el despertar de la consciencia en relación al Conocimiento Divino que la propia Fuente de la Creación emanará.
Por medio de esos impulsos, los Nuevos Cristos harán que las almas descubran la libertad interior y cuánto cada una de ellas puede unirse a Dios de una forma verdadera y, al mismo tiempo, simple.
Los Nuevos Cristos recuperarán el sentido del Nuevo Testamento y, a pedido de Cristo, revelarán el sentido oculto de cada parte del Evangelio, sobre todo, las enseñanzas internas y universales que el propio Maestro Jesús le concedió a la humanidad.
Es así que el Nuevo Testamento será renovado y complementado; a partir de las enseñanzas que Cristo le está transmitiendo a la humanidad en este tiempo; sabiendo que toda instrucción que emana de la Palabra de Cristo es Sabiduría, Gracia y Misericordia que se propaga rápidamente en el mundo.
Por eso, los Nuevos Cristos llegarán para renovar la actual Iglesia y sacarla de su decadencia sacerdotal y religiosa.
Los Nuevos Cristos serán enviados ante importantes consejos mundiales, no para predicar ni con la intención de convertir, sino para revelar la esencia del verdadero Propósito a los diferentes pueblos, así como a las diferentes naciones.
Será un momento importante, porque las naciones del mundo tendrán la última oportunidad de alinearse con lo Divino y de corregir sus superfluas acciones.
Los Nuevos Cristos traerán dentro de sí la Presencia Crística, un Fuego espiritual y divino muy semejante al Espíritu Santo y con un poder de transformación desconocido por todos.
Será este Fuego Crístico del Maestro del Amor que removerá todos los hechos sucedidos y dejará en evidencia lo que permaneció oculto durante décadas.
En ese momento, la fe deberá estar fortalecida en los corazones, para no involucrarse ni envolverse con los desencuentros de las naciones, de los pueblos y hasta de la propia Iglesia.
Los Nuevos Cristos serán la base interior y silenciosa para que el último representante del apóstol Pedro, que estará presente en los días finales, defina el curso de la última parte de la Iglesia y así, se definan todos los que en ella habitan.
En los próximos tiempos, los Nuevos Cristos irán apareciendo y habrá algo inquebrantable que los unirá y que nadie podrá destruir, que es la hermandad, una hermandad que no es de este planeta y que impulsará los cambios de la vida y de la Tierra, en todos los sentidos.
A través de los Nuevos Cristos actuarán Leyes espirituales y divinas que, por intermedio del Cosmos, descenderán como una potente Luz sobre el mundo y su humanidad para iluminar lo que está oscuro.
Por eso, todo se purificará. Sus vidas deberán estar purificadas por la Gracia Divina para que ustedes, junto a los Nuevos Cristos, aprendan a vivir la Ley y a no salir más de ella, haciéndola parte de la vida y del camino espiritual.
Todo eso ayudará muchísimo a la actual humanidad para que, finalmente, abandone el camino de la perdición e ingrese en el camino del Amor y de la Luz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Vengo en nombre de Mi Hijo para darles las gracias por sus súplicas, por medio de la novena que están realizando al Castísimo Corazón de San José.
He venido desde el Cosmos a decirles esto para que sepan que su Madre Celeste está con ustedes, así como está con el mundo, tan necesitado de Amor y de Luz.
Yo vengo a hacer resplandecer sus vidas por medio de la oración, para que se vuelvan columnas de Luz para este mundo y lleven esa Luz al mundo en donde más se necesita, en donde más claman.
Les agradezco por esta novena, porque las puertas se están abriendo y los corazones están consiguiendo ser sinceros.
Por más que no comprendan en profundidad el Propósito de Dios, su Madre Celeste, por medio de Su Amor, les hará comprender todas las cosas con simplicidad y humildad.
Por eso, sigan orando hasta el término de la Novena de San José, para que también el Castísimo Corazón pueda impartir Sus Gracias sobre Europa y África.
Grandes son las necesidades planetarias, muchísimas son las emergencias en estos tiempos.
Les pido, hijos Míos, que sigan orando por la Paz en las naciones, como vienen haciéndolo: semana tras semana, cuenta por cuenta y corazón con corazón, encendiendo esa Luz de Mi Amor en el mundo por medio del poderoso Rosario.
Con todo esto Yo les pido que continúen adelante, para que puedan seguir renovándose a través de los tiempos, a pesar de que cosas gravísimas suceden en el mundo.
Mi confianza, hijos, está en ustedes, en cada momento de oración que ofrecen a Mi Corazón Inmaculado, para que heridas profundas e internas puedan ser disipadas del Corazón de su Madre, y así, del corazón de Sus hijos, que buscan la paz.
Vengo a su encuentro con todas las estrellas del Cosmos. Vengo a visitarlos con grandes Consciencias angélicas para desatar los nudos de estos tiempos, para que las almas encuentren la paz, vivan el espíritu de la solidaridad y de la cooperación con los semejantes, sabiendo que todo podrá ser superado en el Amor. No hay otro camino.
Mientras el mundo no aprenda a amar, no existirá paz. Mientras más se animen a practicar el ejercicio del amor del corazón, mayores posibilidades existirán para que millones de almas aprendan a vivir el camino del Amor.
Por medio de esta escuela de oración que viven Conmigo todos los días, especialmente en la oración por la Paz en las naciones, todas las cuentas que son realizadas y ofrecidas conceden Gracias inexplicables al mundo entero; cosas que tal vez no verán en este tiempo, pero sí verán suceder en el futuro cercano, cuando su Madre Celeste ya no esté más a su lado para visitarlos y solo esté en el Cielo, deseando ardientemente que vivan Mi instrucción, la instrucción de Mi Hijo y la de San José, para que esta Obra continúe adelante, así como está escrito en el Corazón de Dios.
Mientras tanto, hijos Míos, los invito a seguir amando de verdad, a colocar el amor en práctica en cada detalle, como con cada hermano que se aproxime a sus vidas buscando un poco el amor reparador, buscando un poco el amor curador y consolador, que solo brota de la Fuente del Espíritu Santo y de las almas que se coligan con Él.
La Obra que realizará su Madre Celeste en Europa será importante. Por eso, cada colaboración es imprescindible, por más pequeña que parezca. Pero Yo sé que hay almas que pueden ayudarme más y saben que es verdad lo que les digo.
La Madre de Dios no ostenta riquezas, sino el bien para todos Sus hijos, independientemente de su nación, religión o creencia.
Quiero que aprendan hijos Míos, junto a Mí, que todos pueden ser uno, porque alcanzando esa unidad espiritual, Dios estará en ustedes y ustedes estarán en Dios viviendo en Su Reino; a pesar de los acontecimientos de estos tiempos, de las purificaciones o de las pruebas.
Yo los invito todos los días a ser parte de la Gran Hermandad, la Gran Hermandad que está en el Cielo y también aquellos que están en el interior del planeta y que con su silencio llevan adelante grandes Obras en el mundo por la liberación del planeta y de la humanidad, por la redención de los corazones, por la Paz en todos los pueblos.
Yo los invito todos los días a coligarse a esa gran Hermandad y a seguir encendiendo en sus pechos la Estrella Confederada, la cual los llevará por el camino de la Luz, de la ascensión y del bien.
Leyes muy profundas y desconocidas del Universo podrán transformar sus vidas y las vidas de sus hermanos y ya no será necesario, hijos Míos, sufrir. Quiero que el dolor y el sufrimiento terminen en el mundo. Quiero que las almas conozcan la verdadera alegría de servir a Dios. Lo que Yo llamo “felicidad espiritual”, que no está en este mundo sino en el Universo, en la Vida Universal y en el Conocimiento; en la fe, en el servicio y principalmente, en la gratitud.
Quiero llevarlos, queridos hijos, al Reino de Dios todos los días, para que ustedes se animen a traer el Reino de Dios a la Tierra y muchas, muchas más cosas en el mundo sigan transformándose.
Este es el deseo ardiente de su Madre Celestial, de su Madre humilde y servicial, incansable y eterna, que viene a llamar a Sus hijos a través de los tiempos para que más vidas despierten hacia su verdadera vida espiritual.
Mientras esto no suceda, Yo seguiré viniendo al mundo. Yo seguiré impulsando el despertar de las consciencias, respondiendo al pedido de Cristo y del Padre Celestial; con ustedes y en ustedes. Yo podré, como Madre, hacer muchas cosas más.
Aún hay mucho por hacer, hijos Míos. Hay mucho por materializar y expresar dentro de esta Obra de Amor y de Redención planetaria que recorre el mundo y las naciones, solo para sembrar la Paz y la esperanza.
Hoy traigo el Rayo de la esperanza al mundo, para que las almas lo puedan reconocer y vivir. Sabiendo que cada uno de Mis hijos tiene tantas virtudes y dones para servir a Dios, para poder despertar y reconocer en sí lo que ni siquiera las almas saben completamente.
Por eso, Yo los vengo a impulsar y a motivar, al despertar sus talentos, virtudes y dones. Porque Cristo vendrá a llamarlos y les pedirá sus virtudes y talentos, así como todos sus dones, para que estén al servicio de Él en el momento de Su gran Retorno al mundo.
Ustedes, hijos Míos, son llamados como su Madre Celestial, a ser mediadores del corazón y de la palabra; a buscar en todas las cosas y en todos sus hermanos el espíritu del bien; a ver el bien en sus hermanos y no el mal; lo que es positivo, radiante y elevado en cada consciencia que guarda en sí el Cristo interno.
Promuevan en este tiempo el despertar del Cristo interior y el planeta será repoblado de sublimes energías divinas, que serán atraídas por los hijos de Dios, no solo como columnas de Luz, sino también como espejos de Su Divina Consciencia.
Los invito, hijos Míos, a recrear juntos este planeta y esta humanidad. A re-enseñar el camino del amor y del servicio por medio de las misiones humanitarias, de las peregrinaciones, de las corales, de todo lo que pueda expresar el Amor de Dios en el mundo.
Por eso, esta Obra es para todos y es más amplia de lo que parece y de lo que es. Ustedes, hijos Míos, tienen la llave de Mi confianza para poder hacerlo, siguiendo los pasos de la Jerarquía Espiritual en la obediencia y en el bien, para que todo se mantenga en su camino así como Yo espero ardientemente que se cumpla.
Vengo a agradecerles en esta noche, por su colaboración amorosa, a todos aquellos que están gestando por medio de la oración y de la colaboración, la próxima misión de paz en Europa y África.
Ni siquiera saben, hijos Míos, todo lo que sucederá en ese continente y todo lo que los Mensajeros Divinos harán en cada nación que visitarán, así como en cada lugar al que irán para sembrar la Paz y la Misericordia que ustedes han tenido la Gracia de conocer en los últimos tiempos.
Los invito, por medio de la colaboración y de la construcción de esta próxima misión, a seguir siendo orantes y misericordiosos con los que son más ignorantes, que están distraídos y muy ilusionados con todo lo que les ofrece el mundo.
Todo lo que hagan en la Tierra también lo estarán construyendo en el Cielo. En el último día de sus vidas sabrán y tomarán consciencia de todo lo que hicieron por amor a Dios.
Todo lo que tejen en la Tierra también lo tejerán en el Cielo, y el Universo tendrá memoria de sus acciones y de sus obras de bien por la humanidad.
Hoy Me elevaré al Cielo en profunda tranquilidad, sabiendo que Mis hijos han comprendido, más allá de las palabras, el llamado del Cielo.
Sean propagadores del bien que hoy les traigo, para que el planeta sea colmado de Luz y de Misericordia, hasta que los Mensajeros Divinos terminen de cumplir Su Misión en la humanidad.
En esta noche, quiero que sus corazones, hijos Míos, sean revestidos de esperanza para que la cura se establezca en la humanidad, el bien llegue a muchas más vidas en el mundo y sean tocadas por la Gracia de Dios, por Su Misericordia Infinita.
Vengo a traer la Paz, no solo al Brasil, sino también al mundo. Este encuentro ha ayudado para que eso suceda.
En el Amor y el Bien, Yo los bendigo.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Que este lugar siempre se revista de esperanza, para que la esperanza transforme al mundo y todas las consciencias sean tocadas por el Rayo de la Esperanza de Dios.
¡Les agradezco!
Hoy, vengo como el Señor de Israel para que, por medio de Mi Misericordia, las fuerzas materiales del caos se calmen y reine la Paz, la Paz que Yo traigo del Cielo y del Universo.
No crean que todo está perdido, sino que el triunfo de Mi Corazón está próximo.
Que el estandarte de Mi Misericordia sea colocado en los cuatro puntos de la Tierra y que las almas beban de esa Fuente que brotará del suelo, porque será el propio manantial de Mi renovación el que Yo les daré para que aprendan a superar los tiempos y las dificultades.
Con este anuncio, vengo como el Señor de Israel para traer Paz al lugar donde una vez nací; para reactivar, en los que aún están despiertos, los códigos de la cristiandad.
Pero el Señor de Israel no luchará contra las fuerzas materialistas ni tampoco se sumergirá en los conflictos. La estrategia del Padre Eterno es otra. Por eso, quien vigila siempre sabrá qué hacer y dónde estar, y qué actitud tomar en el momento cierto para que no sean sorprendidos por nada.
Mi primera aspiración era llegar a Medio Oriente de una forma directa, llevando este ejercicio de paz que Yo les enseño y que los animo a vivir diariamente; sabiendo que, a pesar de los conflictos, la paz no se puede disipar del planeta ni de su humanidad.
Mi Espada no luchará contra otra espada. El Señor de Israel siempre triunfó a través de Su silencio y de Su amorosa entrega. En el recogimiento está la victoria. En el callar está el triunfo y en la entrega está la derrota del enemigo, porque él no conoce el sacrificio, solo la destrucción.
De todas formas, Mi Consciencia aún abarcará muchas más cosas de las que estaban previstas. Esta vez no podré arribar a Mis orígenes o a los lugares en donde una vez pasé. Mi Consciencia abarcará otras esferas para que, de alguna forma, el Plan se pueda cumplir.
En esta batalla, debemos actuar con inteligencia y, sobre todo, con sabiduría; sin perder la visión del Propósito, la esencia, aunque los acontecimientos cambien de un día para otro. Es de esa forma, que los animo a vivir las estrategias del Plan, que la humanidad no tiene interés de conocer en esta vida.
Estas estrategias son operaciones para el triunfo del Plan y para el desarrollo del mismo sobre la superficie de la Tierra. Por eso, la adhesión es la llave que protege el cumplimiento del Plan, aunque él cambie constantemente.
Lo que siempre deben aprender a resguardar es la aspiración de la Jerarquía que, por más que no se cumpla en la materia, sí se cumple en el espíritu, uniendo el espíritu a la Fuente.
El Señor de Israel deberá ampliar Su Consciencia para que el planeta esté contenido y, sobre todo, su humanidad.
Lo importante es que la misión se lleve adelante. Lo importante es que las almas oren con el corazón y que pidan a lo Alto por perdón y Misericordia. Eso es suficiente para Mí, porque así podré seguir obrando, porque así podré seguir reconstruyendo y llevando adelante los Designios de Dios que, por más que no son totalmente comprendidos, pueden ser amados, que es lo que el Padre necesita para que Su Plan se construya en las almas, más que en la materia o en lo concreto.
De esa forma, vengo a introducirlos en la escuela de las operaciones de rescate que lleva adelante la Jerarquía y que siempre debe vigilar por el establecimiento y la permanencia de la paz, a pesar de los conflictos y de las confrontaciones.
La hermandad es paz, y esa hermandad no se puede alterar, porque es la hermandad que protege a la esencia del Propósito para este planeta; y es la hermandad la que se adapta a los cambios, a los diferentes momentos y a los presentes acontecimientos.
En esa hermandad siempre encontrarán la sabiduría, encontrarán una respuesta clara y precisa. Pero si esa hermandad no se mantiene, no existirá discernimiento y así, podrían entrar en la coordenada del caos.
En el momento más decisivo, deben estar en esa hermandad para que todo pueda continuar adelante. Los cambios que hoy se presentan son parte de la protección de ese propósito de la hermandad, pues aún es necesario que los designios se cumplan.
Desde otra parte del planeta, llevaré un impulso mayor. Daré ese impulso con precisión. Será un impulso de Luz medido para que se cumpla en el lugar que tocará, que es el Medio Oriente.
No colocaré Mis Pies sobre el Medio Oriente, pero sí Mi Misericordia. Y esa Misericordia la haré emanar desde la Fuente que Yo he abierto en Polonia, por medio de la consciencia que Yo he escogido para que la revelara al mundo.
La Fuente llegará a Medio Oriente porque ustedes deberán ir a beber de la Fuente. Irán al origen y al principio para que Mi impulso de Luz aun tenga más fuerza y determinación en donde será proyectado y colocado.
Pero no dejaré de aspirar a llegar a Egipto o a Israel algún día, porque eso aún está pendiente para Mis compañeros, para todos los que siguen Mi Obra y Me ayudan a cumplirla con sus donaciones y contribuciones, con sus oraciones y súplicas.
El Señor de Israel se mostrará como el Señor de la Misericordia, Aquel que emana los Rayos desde Su Corazón al mundo entero y a las almas.
Se mostrará como Aquel Señor que una vez murió en la Cruz por ustedes y que, a través de la perforación de la lanza, derramó Agua y Sangre, elementos divinos que podrán justificar los errores de la humanidad en este tiempo y ante todo el universo. Serán la tabla de salvación en esta última parte de la emanación de Mi Divina Misericordia al mundo entero.
Reabriré esa Fuente en Polonia y la expandiré, no solo en Europa, sino también en el Medio Oriente; y desde allí, podré obrar con mayor seguridad y protección.
Mis apóstoles de estos tiempos no tocan con sus manos las llagas de los conflictos; al contrario, intentan curarlas con sus oraciones y su recogimiento. En esta estrategia de guerra, todo debe ser pensado milimétricamente para que no existan fallas, frustraciones ni miedos.
Aunque sé que la sensibilidad de los Míos es muy grande, por más que Me digan sí, debo proteger lo que estoy construyendo, no solo en sus personas, sino también en sus almas; lo que, finalmente, en el último día de sus vidas deberán entregarme completamente.
El mundo debe conocer que aún es posible amar de verdad.
Y a pesar de que Mi Iglesia romana y apostólica esté decayendo por sus propios miembros, no dejaré que Mi Iglesia Celestial se disipe en aquellos que buscan encontrarla algún día, con su más ardiente aspiración de ser parte de Mi Reino.
Con este testimonio, los invito a seguir trabajando por el Plan, a seguir apoyándolo y a seguir construyéndolo, donde sea y cuando sea.
Les agradezco por acompañarme en estos momentos decisivos y con sinceridad; sabiendo que, por encima de todo, Dios debe reinar en este planeta.
Les doy la Paz para que la Paz esté en el mundo, y esa Paz se multiplique.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mi llanto le demuestra al mundo el dolor que le provocan las guerras a Mi Corazón; especialmente las que se generan en Medio Oriente.
Así se pierde el amor entre hermanos y la hermandad entre los seres, por prevalecer ciertos ideales de conquista y de ostentación.
Hoy Mi llanto es por todo lo que veo que, allí, en Medio Oriente sucede y lo que ese duro enfrentamiento entre las naciones y sus pueblos está provocando.
La paz ya se disipó y esa es Mi principal agonía de Madre.
Las armas ganaron más poder y reino que los propios corazones, y algo peor se podría desatar en semanas.
Por eso vengo para pedirles a Mis hijos orantes que intercedan ante el Padre, junto Conmigo, y que cada oración sea una chispa de luz que se enciende dentro de una oscura realidad planetaria. Que esa luz, que proviene de la oración, ilumine los espacios internos de la consciencia para que se pueda recuperar la dignidad de ser hijos de Dios y hermanos entre las naciones.
Deseo que Mi llanto sea sentido y escuchado.
En verdad, hijos, algo peor se ha desatado en Medio Oriente y debemos rogarle a Dios para que Él, con Su Poder infinito de Amor, lo detenga.
Les estaré agradecida por su unión interior.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Sigo camino hacia el encuentro de las necesidades planetarias, hacia el encuentro de las almas que más necesitan de Mi Corazón en este tiempo.
Compañeros, acompañen a su Maestro por esta nueva senda de Luz que los ayudará, como hermanos, a disolver las apariencias, las diferencias y los conflictos.
Caminen a Mi lado con la linda sonrisa del espíritu, para que todo en su interior sea curado y redimido.
Anímense a trascenderse a sí mismos y a ingresar en esta escuela del amor curador para que sus corazones sean aliviados.
Los animo al cambio de la consciencia para que sus corazones sirvan al Creador de todo lo que existe.
Les dejo Mi Paz y Mi Amor renovador.
Sigan adelante y en estos días esperen la llegada del Rey Universal.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
La Hora de confirmar el Compromiso – Parte II
Es hora de confirmar el compromiso por el planeta, por la civilización y por el futuro de la Nueva Humanidad.
En estos tiempos críticos la confirmación del compromiso con el Plan de Dios será la llave maestra que abrirá otras puertas para que oportunidades inexplicables se presenten, y también será la llave maestra para que otros acontecimientos no se desencadenen.
La hora de la confirmación del compromiso llegó para todos, porque la humanidad se encuentra en esa etapa en la que todo está permitido a fin de que las almas se definan y escojan, desde de su íntima libertad, el Reino de Dios u otros caminos.
La hora de la confirmación del compromiso llegó, porque dicha confirmación les traerá más consciencia y, desde ahora, las almas sabrán la repercusión de las consecuencias de cada decisión en la vida de cada ser. Ya nada más se mantendrá oculto.
La elección será determinante porque la propia consciencia delineará su próximo paso, dependiendo de la confirmación de su compromiso ante el Plan del Creador.
En esta etapa del planeta la confirmación del compromiso traerá consigo muchos más acontecimientos, y la humanidad estará inmersa dentro de dos realidades, primero, la realidad de los que se confirmarán y seguirán adelante, y segundo, la realidad de los que se condenarán a sí mismos y no se darán cuenta porque no habrán colocado interés y amor en la Palabra de la Jerarquía.
Por eso, la hora de la confirmación marcará un antes y un después en la vida de cada ser. Esto generará grandes movimientos en la consciencia interna de las criaturas.
La hora de la confirmación generará una respuesta y, al mismo tiempo, una señal que quedará grabada en la consciencia.
La hora de la confirmación delimitará los ciclos, los tiempos y los acontecimientos en el planeta; por eso, es importante que en la hora de vivir la confirmación ante Dios exista discernimiento y no se tomen decisiones precipitadas, decisiones vacías de sabiduría.
Esa hora de la confirmación prometerá cambios importantes en la consciencia planetaria, por eso es tan importante a nivel espiritual, ya que esa hora de la confirmación definirá los próximos pasos de la actual humanidad.
Esa hora de la confirmación reunirá a los autoconvocados, fortalecerá a los servidores y podrá construir en las consciencias el verdadero espíritu de la unidad para poder dejar hacia atrás la división y la competencia mezquina de siglos.
En verdad, la hora de la confirmación desarrollará nuevos principios, concebirá nuevas comprensiones y los que se confirmarán al Plan de Dios de por vida tendrán la Gracia interior de algún día comprenderlo todo.
Por eso, cuando llegue la hora de la confirmación interior ante el Plan de Dios deberán estar atentos y no distraídos, para recibir la ayuda del Don de la Sabiduría ya que estarán definiendo sus vidas para las próximas etapas de la futura vida espiritual, la que no será igual al actual momento de la raza humana, sino que estará impregnada por códigos crísticos y se expresará por nuevos grados de amor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Yo vengo de un lugar del Universo en donde reina la paz, existe el amor y el bien, en donde todos se entienden, en donde todo se comprende, en donde no existe obstáculo ni incomprensión.
Yo provengo desde ese lugar y traigo para el mundo el Reino de Dios, para que más hijos ingresen en Él y se sientan partícipes de la Comunión con Cristo.
Yo vengo de ese lugar para demostrar al mundo que es posible vivir en un nuevo estado, vivir dentro de una consciencia verdadera que todo incluye, que todo comprende y que todo pacifica.
Vengo a traer al mundo la realidad espiritual que aún muchos no quieren ver y que a través de Mi Corazón, Yo la muestro todos los días para que puedan estar en la verdad, para que puedan estar sumergidos en el amor y sobre todo, en hermandad.
En ese lugar existe la sabiduría y el entendimiento, la ciencia y todo lo creado.
Yo vengo a traerles, desde ese lugar, lo que necesitan ver y comprender, no con la mente, sino con el sentimiento del corazón profundo, del corazón que palpita en Dios y que todo lo sabe.
Necesito, queridos hijos, que sepan que es necesario entrar en ese estado para estos tiempos que llegarán. Aún hay mucho por hacer y aún se debe seguir trabajando la unidad inquebrantable entre los seres. Eso permitirá que la Obra se realice. Eso permitirá que todo se lleve adelante y que los pasos de los discípulos sean dados en dirección al Camino del Propósito.
No necesito que comprendan las cosas desde una forma material, sino que necesito que comprendan lo que Dios quiere de una forma espiritual. Eso, cada día más, los hará verdaderos y por medio de la Gracia podrán recibir la sabiduría para comprenderlo todo.
Los tiempos que llegan exigirán muchos cambios y las almas aún no saben vivir los cambios, porque nunca estuvieron en este tiempo.
Esta es la primera escuela que están viviendo. Esta es la primera realidad que están atravesando en este ciclo. Por eso, los necesito dentro de ese estado de unidad para que todo lo puedan comprender y no existan obstáculos.
Abran las puertas para los nuevos tiempos, porque ellos llegarán con mucha fuerza y poder.
Los nuevos tiempos vendrán a cambiarlo todo, dentro y fuera de los seres.
Los nuevos tiempos vendrán a modificarlo todo, dentro y fuera de los seres y nada quedará sin ser removido. Por eso, vivan con valentía los tiempos que llegarán y estarán dentro del Propósito de la parte que les corresponde realizar en ese ciclo, en esta humanidad y en este planeta.
Yo vengo a reforzar en ustedes la Sagrada Unidad, el Principio verdadero que nunca debe faltar en sus corazones, ni tampoco en sus vidas. Eso, algún día los hará libres, podrán caminar libres, no sentirán resistencias ni ataduras; porque la propia Unidad Divina los librará, la propia Unidad Divina los conducirá al camino de la realización del Plan.
Reciban entonces, queridos hijos, esta llave fundamental para estos tiempos; aunque ya la hayamos repetido muchas veces, deben recordarla. El Señor necesita que eso nunca se borre dentro de ustedes y entre sus hermanos de camino.
La Sagrada Unidad de Dios permitirá vencer al mal. Permitirá desterrar los infiernos de la Tierra, sobre todo aquellos que viven dentro de algunas consciencias de forma permanente.
La Sagrada Unidad de Dios les traerá la cura, la comprensión y sobre todo, la reconciliación entre sus seres.
Abracen esta unidad, porque ella los fortalecerá. Vivan la unidad todo el tiempo y así todo se cumplirá como está escrito. Nada será alterado por nadie.
Abran sus ojos y observen hacia el firmamento, el nuevo tiempo está llegando antes del Retorno de Mi Hijo.
Lo que Yo les entrego en este tiempo son las bases para ese esperado retorno. Son los requisitos fundamentales y espirituales para que estén preparados y no estén ausentes cuando Mi Hijo retorne.Necesitan recibir estos impulsos con la verdadera transparencia del corazón, sabiendo que aún están viviendo la transformación y el cambio en estos tiempos difíciles, sabiendo que aún están enfrentando verdades de ustedes mismos que aún desconocen profundamente.
Pero Yo vengo a traerles la cura maternal para todas esas cosas, para que puedan sumergirse en la Divina Unidad de Dios. Eso los llevará a estar a la altura de los acontecimientos. Eso los llevará a estar al alcance del Propósito Divino y todo dejará de ser un misterio, porque todo será develado.
Los Tesoros de Dios estarán al alcance de las almas. Las Sagradas Herramientas del Padre estarán al alcance de las almas y todos las conocerán para poder proteger este planeta, para saber salvaguardarlo de todos los asedios que vivirá en el próximo ciclo, como los vive hoy.
Por eso, la formación de sus espíritus es importante. La purificación de sus almas es importante. La transparencia entre sus corazones y vidas es muy importante.
No pueden dejar nada para atrás sin resolver.
No hay tiempo que perder, queridos hijos. Es hora de que abran su corazón al cambio. Es hora de que sientan en su interno el Llamado de Dios.
Cada uno debe cumplir su virtud, su don, su talento y su linaje.
Cada uno de ustedes debe ser el espejo de Dios sobre la Tierra, que pueda reflejar lo que Dios necesita para estos tiempos.
Vivan la base de la oración todos los días como algo imprescindible. Nunca se olviden de orar, porque si dejan de orar les faltará entendimiento, les faltará sabiduría y no tendrán dirección ni guía interior cuando nosotros ya no estemos entre ustedes.
Deben representar sobre la Tierra las chispas sagradas de los Mensajeros Divinos. Deben ser esos espejos internos sobre los Centros Marianos, para que muchos más puedan sentir en su interior lo que ustedes una vez sintieron cuando despertaron a nuestra convocatoria.
Es hora de asumir este Plan de una forma definitiva. Es hora de estar entero para todo lo que hay que hacer. Es hora de salir de sí. Es hora de dejar de estar en sí mismo´porque ya es hora, hijos, de estar en los otros, en los que más necesitan, en los que más buscan a Dios y no saben encontrarlo.
Yo necesito que sean extensiones de Mi Rosario en la Tierra. Que no solo sean flores en Mi Jardín Celestial, sino también que sean esa cuenta de luz, esa gota de luz, ese espejo que todo ilumina.
Siéntanse hermanados. Siéntanse unificados, como nuestros sagrados corazones se sienten todo el tiempo.
Venimos a traerles una realidad celestial que aún no podrán comprender en esta vida, sino en la próxima.
Venimos a traerles un estado divino de consciencia que aún no alcanzarán sino en el próximo tiempo. Mientras tanto, queridos hijos, es posible contactarlo por medio de la oración y de la unión con nuestros Sagrados Corazones.
Ya estamos llegando en la etapa final de este trabajo. Ya estamos concluyendo con ustedes todo lo que deberíamos hacer.
Estamos en los últimos tiempos de la Obra, antes de que la Obra pueda despuntar a un estado más grande de consciencia.
No necesito, queridos hijos, que comprendan todo lo que les digo, porque es parte de una Sabiduría Divina e interna que viene gestándose desde los planos superiores.
Aún el ser humano no podrá comprenderlo todo. La vida y el Universo inmaterial aún es muy desconocido. Pero ustedes tienen la posibilidad de aproximarse a Él, de estar en comunión con la verdadera existencia, con la Consciencia Única, con Dios.
En este último tiempo, todo se desencadenará. No deben temer por lo que sucederá, sino por lo que aún no están haciendo.
Trabajen incansablemente esa unidad interior entre sus hermanos y así darán paso a que todo pueda suceder como está escrito.
No quisiera que sus corazones estuvieran desorientados.
No quisiera que sus pies estuvieran fuera del Camino de Cristo, sino que aún estuvieran más adentro, dentro de Su Corazón de Amor y de Luz, recibiendo Su Sabiduría, recibiendo Su Misericordia, recibiendo Su Entendimiento y Su Comprensión.
Ahora sí les pido, hijos, dejen para atrás la indiferencia y ábranse a la unificación de sus seres y de sus consciencias.
El Señor necesita que este camino termine de ser construido por ustedes mismos, por su donación, por su ofrenda.
Es hora de que encuentren el camino de la Verdad dentro de ustedes, y así, dentro de ustedes encontrarán el Reino de Dios.
He esperado que pasara esta peregrinación por Perú y Ecuador para que estuvieran más fortalecidos para poder escuchar Mis Palabras, que ya son las últimas para estos tiempos: la última parte del Verbo Divino que se expresa en la Tierra para todas las almas.
Es la Fuente del Amor que llega a todos los corazones para que despierten y sientan a Dios en su interior.
Yo necesito que estén Conmigo incondicionalmente. Y ese es el testimonio más simple y verdadero para demostrar a Dios que es posible la concreción de Su Plan Divino en esta humanidad.
Llegará un momento en que podrán tener dudas o incomprensiones, pero no se dejen atormentar.
Mi enemigo no descansa ni un segundo. Sean inteligentes queridos hijos, vénzanlo con la oración del corazón, con la Adoración ardiente al Corazón Eucarístico de Mi Hijo y sobre todo, con la unidad entre sus consciencias.
Yo deseo que el mundo aprenda de su ejemplo de fraternidad y de hermandad.
Lo que aquí sucede, queridos hijos, no sucede en ningún lugar del mundo, con ningún otro grupo de almas.
Necesito que comprendan que lo que viven es único e irrepetible.
Es hora de dar un paso en la madurez del corazón y de la consciencia, no buscando respuestas en donde no existen.
Aspiren ardientemente a unificarlo todo, porque así Mi Hijo se unificará en ustedes y se cumplirá la Voluntad.
Yo los bendigo para el encuentro que vivirán en estos días, en donde este Proyecto ya deberá estar realizado; primero, en sus consciencias para después ser realizado en el mundo.
La Gracia de Dios debe llegar a todos y primero debe ser concebida en ustedes, para que después sea concebida en el mundo que sufre y que padece todos los días.
Yo Soy la Madre de la Gracia, la Madre de la Reconciliación, la Madre de la Sagrada Unidad.
Les agradezco por responder a Mi Llamado, ahora y siempre, y por los días que vendrán.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
La Hora de confirmar el Compromiso
Queridos hijos:
Llegó la hora de confirmar ante el Padre, su compromiso incondicional al servicio, a la donación, a la disponibilidad y al mayor tiempo de servir a Dios.
Llegó la hora, después de estos últimos diez años de Gracias y de bendiciones, de que los Hijos de María se confirmen ante el Plan de Dios que espera realizarse a través de sus vidas.
Hijos, llegó la hora para los viejos servidores de la Obra de confirmarse ante el Plan de Dios y de donar aún más su tiempo como solo algunos ya lo donan integralmente, sin horas, sin sueño y sin condiciones.
Queridos hijos, llegó la hora de confirmar su compromiso con las diferentes fases de la Obra y, sobre todo, con las bases espirituales, las que se encuentran expresadas por medio de las Comunidades-Luz y de su vida grupal.
Hijos, llegó la hora de confirmar y de asumir su compromiso ante el Padre dentro de esta Obra que fue concebida hace años y no estar más en medios caminos, sino de decidirse por el despertar definitivo y por la evolución.
Queridos hijos, llegó la hora de vivir la espiritualidad y el Propósito enteramente, y no solo los fines de semana o en las horas libres del día.
Llegó la hora, hijos, de asumir lo que en verdad vinieron a asumir en esta vida, de asumir un servicio integral y definitivo por un planeta y por una humanidad enferma y dormida.
Queridos hijos, llegó la hora de que vivan lo que dicen que deben vivir, de que no estén en términos medios o estén buscando saciar sus carencias o incomprensiones en otros lugares.
Esta Obra de amor y de redención incondicional es la que les ofrece Mi Hijo por millones de almas más, las que algún día deberán despertar, así como ustedes despertaron.
Hijos Míos, llegó la hora de que den el paso y no lo piensen más, el Padre espera por ustedes para poder manifestar Su Plan de Rescate y, sobre todo, espera su integral adhesión a todos Sus pedidos dentro de esta Obra de amor que ustedes viven.
Llegó la hora, hijos, de que por ustedes mismos perciban y se den cuenta lo que no están haciendo, lo que no están sacrificando u ofreciendo por un objetivo mayor.
Hijos Míos, llegó la hora de que coloquen sus pies en un solo camino, en una sola senda.
Les digo esto, hijos, porque el tiempo pasa y no podrán esperar treinta años más para poder definir sus caminos.
Ya no pueden buscar solamente los beneficios personales dentro de la Obra, ya no pueden solo aspirar a las Gracias del Cielo y no hacer sacrificios ni esfuerzos que deben ser inmediatos.
Ya no pueden, hijos, solo estar presentes cuando todo está por comenzar en los encuentros de oración o de instrucción.
¿Dónde está ese fuego que antes los encendía de amor por las Comunidades?
¿Dónde está ese fuego interior que antes los llevaba a darlo todo por amor, a preparar cada espacio, a estar presente con anticipación para celebrar con los hermanos?
Hijos, ya no hay tiempo, esa es la verdad.
Ya no son niños mimados por su Madre Celeste, ya son siervos y discípulos consagrados por Mi Hijo. ¿Qué esperan para dar el paso?
Les pido, hijos, que estos próximos encuentros que llegarán les ayuden a confirmarse y a no refugiarse en sus casas y modos de vida, ya que hay mucho por hacer y las naciones día a día se desestabilizan.
Hijos, Soy su Madre Celestial y los necesito a Mi lado de una forma incondicional.
Me entristecen las conveniencias personales o los gustos. Yo los quiero disponibles, inmediatos, vigilantes y guardianes de Mi Obra, eso permitirá ante el Universo que Yo pueda estar más tiempo entre ustedes.
Mis soldados de siempre ya están cansados de luchar solos y llegará un día en que no podrán levantarse del suelo por estar exhaustos de tanto trabajar.
Ofrézcanse al Plan, de verdad. No asuman tareas livianas, la Obra exige más manos, pero sobre todo más corazones incondicionales.
¡Les agradezco por escucharme de corazón y sin resistencias!
Los bendice para su pronta definición,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La vida de los Misioneros de Cristo está bajo los cuidados de su Madre Celeste, quien protege y resguarda cada paso que ellos dan.
En obediencia, los Misioneros de Cristo siguen los principios de la Hermandad y gestan en su interior el despertar del sagrado sol que enciende el universo interior.
Los Misioneros de Cristo caminan en la fe y no se separan de los Mandamientos de Dios.
Ellos ayudan a renovar la Tierra y a su humanidad con la ofrenda diaria y el sacrificio permanente al Propósito Mayor.
La estrella guía de los Misioneros de Cristo es vislumbrar siempre el Divino Propósito, el que los llevará todo el tiempo a conocerse a sí mismos para poder vivir la sagrada transformación de sus pequeños corazones.
Los Misioneros de Cristo colaboran con la manifestación del Plan, como guardianes y vigías de la noche para que se cumplan los designios.
Ellos hacen una promesa ante Nuestro Señor Jesucristo y, a partir de allí, la flameante llama del espíritu los ilumina para que den también los sagrados pasos en el Plan Mayor.
Los Misioneros de Cristo no tienen nada que ganar ni que perder. Ellos tienen mucho para dar a la humanidad por medio de su consagración a Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice, en esta misión,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Yo Soy la Madre y Misionera Confederada. Soy la Señora de los Treinta y Tres.
Hoy vengo a su encuentro para anunciar a este pueblo Mi más especial petición, de que algún día se cumpla la Voluntad de Dios en toda esta nación y en todos los que la representen en el mundo, los que algún día espero que sean embajadores de la paz.
Uruguay tiene una misión importante que no puede omitir y es responsabilidad de todos Mis hijos, sobre todo de los dirigentes de esta nación, que ese propósito se cumpla.
Como sabemos hijos Míos, ese propósito fue alterado por la mano del hombre, pero no descansaré, porque de a poco y silenciosamente, su Madre Celeste y Señora de los Treinta y tres, hará consagrar esta nación a Su Propósito espiritual y divino.
El Cono Sur fue escogido para una gran misión y a Uruguay le corresponde una gran parte.
No es por acaso, queridos hijos, que Aurora se guarda aquí y desde aquí revela sus misterios.
Necesito que comprendan, hijos míos, cuán importante es ese propósito para Dios en este tiempo.
Por eso Soy su Madre Misionera y Confederada, porque en el Uruguay se debe alcanzar la confraternidad y esa confraternidad les hará libres de todos sus errores cometidos, de todos los débitos ocasionados, en este país y en este pueblo.
Vengo aquí para traerles un mensaje renovador, un nuevo Principio que debe ser gestado en la consciencia humana de los uruguayos. Eso les permitirá comprender con profundidad la Voluntad de Dios y a medida que sus pasos sean dados en dirección al Propósito, el país será más consciente de lo que debe curar, de lo que debe redimir, en lo que debe hacer penitencia y sobre todo, reparar ante nuestro Creador.
Ya que el propósito de Uruguay fue alterado, aún hay tiempo, querido hijos, por medio de su consagración a la Señora de los Treinta y tres; existe una chance definitiva que lleve a todo su pueblo a un gran despertar y a una gran redención.
Deseo, como Señora de este pueblo, retirar a este pueblo de su profunda somnolencia, de su profunda ilusión e indiferencia. En verdad les digo, queridos hijos, dependerá del esfuerzo de muy pocos, para que la gran misión se cumpla en este país.
No dejen de gestar en este pueblo los grupos de oración, los verdaderos grupos de oración que su Madre Celeste necesita para este tiempo. Que su compromiso no sea tibio sino verdadero, determinado y firme, para que Yo les pueda encomendar nuevos designios que el Padre Me ha dictado en Mi Corazón. Eso hará de Uruguay un país verdadero y consciente de sus responsabilidades y cometidos, buscando por encima de todo la igualdad espiritual y la comprensión entre las religiones .
Cuando digo que los grupos de oración deben ser verdaderos, es porque el compromiso debe ser más firme y verdadero y no casual. Eso hará del Uruguay un verdadero espejo de luz, que pueda reflejar lo que tanto Dios espera derramar sobre este país.
Este mismo Principio del cual hoy les hablo, queridos hijos, es el mismo diseño y es el mismo Propósito para otras naciones del mundo, que también deben redimir sus errores y abrir las puertas para el Sagrado Conocimiento Divino, que no vendrá de la mente de los hombres sino de los corazones puros, que por medio de la oración y de la comunión con Cristo, recibirán del Cielo los impulsos de luz que harán de esta tierra libre, finalmente libre.
Quiero retirar de la consciencia de los uruguayos la esclavitud espiritual permanente, un estado de consciencia en la cual se encuentra que es casi imperceptible, que la hipnotiza, que la hace inerte y que no le permite dar los pasos verdaderos hacia la Luz .
Hasta que la Aurora de Mi Corazón no sea reconocida, el pueblo permanecerá en sus errores y será el sacrificio de muy pocos, la transmutación de los mismos.
Necesito, hijos Míos, que con la apertura de nuevos grupos de oración en el Uruguay, una nueva consciencia se geste en el corazón de Mis hijos, para que más consciencias de este país reconozcan definitivamente la Voluntad de Dios; que hagan de este pueblo, el verdadero pueblo que fue en sus orígenes, desde la consciencia indígena hasta los primeros pobladores que vivían la Voluntad de Dios y la advocación a la Señora de los Treinta y Tres.
Si Yo fui la Patrona que independizó a su pueblo. ¿Qué podría hacer ahora, queridos hijos, si los corazones de los uruguayos Me recibieran en sus hogares y en sus familias y vivieran con devoción, con mucha fe, la consagración a la Señora de los Treinta yTres, la Santa Faz que los llevará a comprender Mi presencia en Aurora?
Aquí hay muchos misioneros que están dormidos. Por eso, Soy la Misionera Confederada que viene a despertar a los que están en la somnolencia, a los que aún no han encontrado el camino de la Luz y de la Verdad.
Dios ha entregado esa Faz de la Señora de los Treinta y Tres para este pueblo, por Su gran e importante misión para el fin de estos tiempos, así como también el Padre ha revelado otras faces de Mi Corazón para otros pueblos, que es lo que necesitan para vivir su misión espiritual como nación y como pueblo. En verdad les digo que todo tiene un sentido espiritual.
La Señora de los Treinta y Tres desea que cumplan las promesas que una vez les dicté, hace algunos años, y que también cumplan los pedidos que Yo les he dictado, también hace algún tiempo. Aún estoy esperando por ello.
Cuando esos pedidos se cumplan, con todo el esfuerzo del corazón y de la vida, Uruguay tendrá nuevas oportunidades de poder despertar a todo lo que ha hecho, a los cometidos realizados, que han interferido en la evolución de esta parte de la humanidad .
Mientras eso no suceda, el sueño aún será muy profundo y difícil será el despertar y la inercia de este pueblo. Por eso entre los pocos que he llamado realizaré las grandes obras, así como Jesús llamó a los apóstoles para dar a conocer Su Evangelio al mundo entero, con muy pocos.
Necesito, queridos hijos, que no se aflijan por todo lo que hoy les digo. Soy la Señora de los Treinta y Tres y si hoy estoy aquí, es por una misión y un objetivo.
Vivan los tiempos de madurez como así Dios lo necesita y podrán apartarse definitivamente de la tibieza. Sus corazones estarán firmes y podrán cruzar las puertas que la Señora de los Treinta yTres abrirá, como última instancia para el Uruguay.
Por eso, Mi Obra primero se fortalecerá en el mundo entero antes que en el Uruguay, porque en verdad les digo, queridos hijos, que gran parte de los uruguayos se darán cuenta tarde de todo lo que han perdido.
Necesito que sean Mis embajadores de la paz por todos los rincones de este país y que se unan en un mismo propósito, en una misma sintonía, haciendo los esfuerzos necesarios para hacer triunfar Mi Inmaculado Corazón en el Uruguay.
Aún espero seguir siendo la Patrona de su país, porque Yo no espero, queridos hijos, aunque muchos lo piensen, ser sustituida por otros ídolos que el propio país ha concebido como verdaderos, como parte de su irreal libertad.
Con ojos de misericordia miro este país, porque Dios Me ha enviado desde el Universo para descender sobre estas tierras, en este lugar lejano, en donde aparentemente nada sucede y nadie escucha Mi Voz. Pero en verdad es todo lo contrario. La Señora de los Treinta y Tres, la Madre y Señora Confederada, trabaja silenciosamente para que los corazones de este país sean arrebatados por el Amor de Mi Corazón, por la Gracia de Mi Espíritu, por la Santidad de Mi Alma.
El Uruguay deberá ser reconstruido muchas veces, hasta que las consciencias definan su camino.
Nadie estará libre del Juicio universal. Sabemos que ese tiempo se aproxima y que esa hora se acerca. Hagan oración y penitencia por los que no lo hacen en el Uruguay, por aquellos que transgreden la vida con los abortos y no saben lo que están haciendo, cuánto están hiriendo a la Creación con esa actitud y perversión humana.
Oren y hagan penitencia por los que aceptaron los ídolos de este mundo y de los que fragilizan a las almas y que hacen perder a los corazones el camino de la Luz.
Pero al fin de todo Mi Inmaculado Corazón triunfará y los que no pueden estar en la Nueva Tierra, estarán en otro lugar, viviendo desde el principio todos estos códigos que Yo les derramo, encuentro tras encuentro. Esas almas deberán aprender a ser merecedoras de la Misericordia de Dios, pero no descansaré. Su Madre y Misionera Confederada irá hasta el final para poder salvar la mayor cantidad de almas del Uruguay, antes de que todo se sumerja.
Pero si en verdad existiera un cambio radical, aceptando la Voluntad de Dios y viviendo un verdadero arrepentimiento, la mayoría no sufrirá las propias consecuencias de sus acciones y así, Mi Inmaculado Corazón intercederá, como intercedió una vez en Fátima por toda Europa, para que ella alcanzara un tiempo inexplicable de paz, aunque no la mereciera.
Cuando Yo ya no esté aquí entre ustedes, hijos Míos, deberán tener todas estas cosas presentes y claras, para que Mis Palabras no se las lleve el viento, sino que se siembren en sus corazones como códigos de vida, mostrando a Dios verdaderas acciones que quieran reconstruir su pueblo y su nación.
No teman decir al mundo que Yo estoy aquí. Imiten a los santos en ese camino de apostolado y de evangelización.
También estoy rezando, hijos Míos, por los obispos y los sacerdotes de su pueblo, para que algún día también alcancen el arrepentimiento y tomen consciencia de que aquí no he venido en vano.
Para testimoniar al mundo esta Obra de Misericordia, hoy consagraré nuevos Hijos de María, que representan a muchas naciones más en el mundo, que también serán precursores de la Obra de la Misericordia de Dios, por medio de su fidelidad, oración y fe.
Que vengan aquí.
Mientras los instrumentos tocan la melodía de su consagración, su Madre Celeste los bendecirá en esta noche y bendiciéndolos a todos ustedes, también bendecirá a este pueblo, para que viva el arquetipo de Dios; el Propósito Divino que algún día debe vivirse en los corazones de todos los uruguayos.
Hoy, la Madre y Señora de esta nación, la Señora de los Treinta y Tres, la Madre y Misionera Confederada, bendice sus espíritus, los espíritus de todos sus hermanos que alcancen el Propósito de Dios de forma verdadera y simple, viviendo acciones de caridad y de misericordia para con el mundo, actos de reconciliación y de paz entre todos los seres de la Tierra.
Hoy sus ángeles de la Guarda celebran este momento, y sus ángeles de la Guarda reciben en sus manos sus sagrados y verdaderos nombres para que su misión espiritual, hijos míos, se pueda concretar y realizar dentro de esta confraternidad, que Mi Corazón gesta entre todos los misioneros del mundo.
Que el espíritu de la hermandad los compenetre, los colme y les traiga a sus corazones el símbolo de la Unidad, para que la reconciliación en sus mundos internos se establezca, las faltas sean perdonadas, las heridas sean cicatrizadas y en sus corazones se encienda la Estrella de la Hermandad, aquella Estrella que repoblará la Tierra de seres de bondad y de luz, viviendo en unión con todo el Universo.
Los bendigo y los consagro como hijos y siervos de Mi Inmaculado Corazón. Que este paso que hoy dan sus vidas, sea el impulso para dar muchos pasos más en esta caminata al encuentro de Nuestro Señor Jesucristo, Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Me elevo al Cielo implorando por el Uruguay, para que despierte a la Verdad.
Que el Soplo del Espíritu de Dios los invada completamente para que él guíe sus pasos hacia la meta de la concreción del Plan.
Que el Soplo del Espíritu de Dios los colme para que en los nuevos tiempos que llegan se abran las puertas a la Misericordia redentora de Dios.
Que el Soplo de Dios entre en sus vidas y haga de cada ser el modelo espiritual que el Padre ha pensado.
Que, en cada etapa que llegue, todo sea transformado hasta que finalmente se cumpla el Plan en la humanidad.
Que despierten los soles que duermen y que con el despertar de los soldados de Cristo se establezca la gran y única Hermandad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Que la luz del corazón unifique a los servidores de Cristo para que se cumpla Su Divina Voluntad.
Que la luz del corazón pacifique las vidas para que ellas sean conducidas por el espíritu del Amor.
Que la luz del corazón reúna a las consciencias, para que cada una de ellas revele su sagrada virtud.
Que la luz del corazón disuelva las heridas para que en nadie se instale o exista la maldad.
Que la luz del corazón despierte la consciencia en todos los seres de seguir cumpliendo el Sagrado Plan de Dios.
Que la luz del corazón construya en los corazones la unidad y el principio del Amor Superior.
Que la luz del corazón neutralice las corrientes contrarias.
Que la luz del corazón eleve a las consciencias hacia el estado permanente de la hermandad.
Que la luz del corazón le otorgue a cada ser la libertad espiritual.
Que la luz del corazón pueda mantener las puertas abiertas a la solidaridad.
Que la luz del corazón le entregue a cada ser un Rayo de Misericordia.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más