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Calma tu corazón en la Fuente de Paz que proviene del Corazón de Dios y, ante todo, recuerda clamar al Padre para que Su Paz, Su Gracia y Su Misericordia desciendan sobre el mundo.
Recuerda colocar tu pequeño corazón en el Corazón de Dios, para que el Creador lo engrandezca con Su Presencia dentro de ti y así, hijo, consigas realizar todo lo que Él te pide en este tiempo.
Recuerda que eres un instrumento de Dios, llamado a ser un prolongamiento Suyo en el mundo, para que el Padre se renueve a sí mismo dentro de ti, así como lo hizo con Su Hijo, desde Su Nacimiento hasta el Calvario y la muerte en Cruz.
Jamás olvides el propósito de tu vida, ese que es más amplio que aquello que concibes para ti mismo. Recuerda que la vida no comienza ni termina en este mundo, sino que tiene aquí solo un pasaje, una escuela, un aprendizaje para acrecentar para que esta vida se enriquezca y se renueve.
Recuerda, entonces, que no solo tú, sino cada uno de tus hermanos tiene un propósito superior para manifestar y que tu ejemplo siempre será importante para recordarle al prójimo, y al mundo, que hay mucho más por vivir y aprender, hay mucho más por amar, hay mucho más por servir.
Así como Mis Palabras te recuerdan el propósito de tu existencia y con el Amor de Mi Corazón Yo vuelvo a colocarte en el punto de fe en el que necesitas estar, sé tú también, hijo, un recordatorio vivo para tus hermanos, no con palabras, sino con acciones, con transparencia, con verdad, con amor.
Que el mundo te vea y vea a Dios intentando superarse a sí mismo desde el interior de la condición humana.
Sé más que una referencia de alegría o de consagración. Sé un elemento que eleva el mundo hacia algo superior. Sé aquel que con su simple presencia recuerda que algo superior existe.
Tu ser está imantado por todas las Gracias que ya recibiste, porque si hoy escuchas estas palabras, es porque la Gracia de Dios actuó sobre ti y permitió que tus oídos y tu corazón fuesen dignos de escuchar Sus Designios.
Sé consciente de todo lo que ya recibiste y, por encima de todo, sé agradecido, con la certeza de que todo tiene que ser multiplicado, sumado y repartido entre todos los seres.
Sé, hijo, un multiplicador de las Gracias que recibiste y, así, deja que Dios haga de ti una fuente viva de Gracias y de paz, al saber que tu corazón reparte y deja fluir esa Gracia como un río que no detiene el agua para sí, sino que la da de beber a todos aquellos que le permiten fluir.
La grandeza de estos tiempos aún es desconocida para ti, y esa ignorancia es parte de tu condición humana, pero trascenderla es parte de tu misión.
Entonces, ábrete a comprender, a vivir, a sentir y a ser, cada día más, la Voluntad de Dios. No la detengas en tu pensamiento, deja que ella abarque tu corazón, tu intuición, tu alma y tu espíritu.
Que ella sea en ti mismo incomprensible; que ella sea viva, aun siendo imperceptible.
Que el Amor de Dios, hijo Mío, viva en tu corazón.
Tienes Mi bendición para eso.
Tu Padre y eterno Compañero,
San José Castísimo
La Universidad de los Cielos – Parte 2
Es en la Universidad de los Cielos en donde las almas, después de haber aprendido todo en la Tierra, son reconocidas como hijas de Dios y son exaltadas de manera semejante a su Divina Señora.
En la Universidad de los Cielos se aprende a profundizar en los grados de amor y en los grados de entrega; a fin de que las almas se preparen para vivir, algún día, el servicio eterno, así como lo viven los Divinos Mensajeros y todos los santos.
Es así que, en otro sector espiritual de la Universidad de los Cielos, los santos, que antes realizaron sus experiencias en este planeta, enseñan e instruyen a las almas para que aprendan interiormente y reciban los impulsos que necesitan para seguir dando los pasos en el despertar de la consciencia en esos niveles superiores.
Esa es la razón por la cual los grandes santos, dentro de la Universidad de los Cielos, son reconocidos como los sabios Maestros de la Ascensión, ya que, al igual que las almas, ellos alcanzaron altos grados de amor crístico, expresándolo en sus pasajes por la Tierra, así como dentro del sistema del Universo mental y espiritual.
En la Universidad de los Cielos se aprende a contactar interiormente con la virtud espiritual de cada ser; para que esa virtud o ese don, constituido en la esencia original de cada ser, ayude a la expansión del servicio en las consciencias y así se siga recreando la Creación, no solo en el plano espiritual, sino también en el plano material.
En estos tiempos la Universidad de los Cielos se está ofreciendo, con sus diferentes escuelas de despertar, para que sus discípulos y aprendices dediquen cada instrucción recibida, así como cada impulso, por el rescate de la pureza esencial de la humanidad.
Por otra parte, dentro de la Universidad de los Cielos, los grandes Arcángeles, con el permiso del Padre Eterno, están penetrando en los planos internos de la materia para poder intervenir en las diferentes situaciones planetarias.
Así como lo fue en el pasado, los Arcángeles de la Luz vuelven a contactar a algunos representantes de la humanidad para que, mediante el impulso que están emanando desde sus Resplandecientes Consciencias, ciertos valores espirituales e internos permanezcan intactos ante cualquier circunstancia o riesgo que se presente.
En la Universidad de los Cielos las almas se congregan en círculos de oración y de vigilia, a fin de detener las causas que condenan a la actual humanidad y para implorarle al Padre Celestial la recuperación de Su Proyecto original para la humanidad.
Dentro de la Universidad de los Cielos, los diferentes fuegos del Espíritu Santo renuevan a las consciencias y las impulsan a vivir el servicio en todos los planos, a fin de mantener dentro de la consciencia espiritual de la humanidad los patrones de conducta que, a partir de una minoría, ayudarán en la elevación de esta civilización actual.
En la Universidad de los Cielos el Fuego del Espíritu Santo transfigura a las almas y las despierta aún más a sus verdaderas virtudes, para que los Dones estén al servicio del Plan Mayor.
Todo lo que sucede dentro de la Universidad de los Cielos es para generar la ascensión de la consciencia, hasta que cada alma, por sus propios medios, y después de todo lo que aprendió, se una definitivamente a la Fuente Primordial.
Que, en este segundo día de instrucción, los corazones del mundo, a través del Sagrado Santuario de Fátima, encuentren el camino de ascensión y de pureza, a fin de que algún día, dentro de la trayectoria universal, también puedan ser partícipes de las enseñanzas de la Universidad de los Cielos, de la Universidad de Dios.
Los bendice desde el corazón del Santuario interior de Fátima,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La Universidad de los Cielos
Queridos hijos:
Así como en la Tierra existen escuelas de aprendizaje y de formación, también en los Cielos existen universidades espirituales de aprendizaje y de formación.
La Universidad de los Cielos es un lugar que está presente a partir del séptimo Cielo hasta el décimo primer Cielo universal.
Allí, hijos, ella recibe y acoge amorosamente a las almas que pasaron por una reciente experiencia en la Tierra y que en sus últimos aprendizajes vivieron en este planeta la escuela del amor y del perdón, del servicio y de la abnegación.
A la Universidad de los Cielos llegan las almas que siempre, o de alguna forma, han buscado la unión con Dios de una manera verdadera; ya sea por algún camino espiritual o por medio del servicio a los demás.
A esa Universidad de los Cielos ingresan las consciencias que ya no necesitan regresar a la Tierra para seguir aprendiendo lo básico de la vida espiritual y de la vida humana.
Existen requisitos simples provenientes de Leyes divinas que son aplicadas en esos altos niveles de conciencia y que son los que permiten el ingreso de las almas a los diferentes Cielos, según los grados de despertar que las consciencias adquirieron en la Tierra, así como en los diferentes momentos de la vida.
A la Universidad de los Cielos las almas llegan para profundizar en las enseñanzas del amor, de la luz y del servicio.
Por eso, la oferta que cada alma efectúa en la Universidad de los Cielos es importante y, según el grado de amor y de esfuerzo colocado, ese acto de oferta podría permitir, en otros niveles, el rescate de alguna consciencia que no ha alcanzado el ingreso a la Universidad de los Cielos y se ha estacionado en espacios más bajos de la consciencia, debido a que sus experiencias de amor y de redención fueron muy prematuras o deficientes.
Es así que los ejércitos angélicos que moran en la Universidad de los Cielos intervienen, y por la oferta sincera de esfuerzo y de amor de parte de esa alma que ingresó a la Universidad de los Cielos, se genera, por Ley de Correspondencia, la salvación de otra alma que es retirada por los propios ángeles y es llevada hacia un reservorio en donde comenzará a sentir y a tomar contacto con Principios sublimes de la Creación del Padre, lugar en el que recibirá los afluentes de la Gracia y de la Misericordia Divina.
Dentro de la Universidad de los Cielos las almas viven y transitan por diferentes estados y escuelas de amor.
En la Universidad de los Cielos se presenta la oportunidad espiritual de vivir las divinas Virtudes y de desarrollar los sublimes Dones; los que se amplían aún más después de haberlos vivido en la Tierra.
La Universidad de los Cielos también reúne y congrega una agrupación de Rayos divinos que provienen de la Fuente Mayor del Padre, en donde se expresan y se muestran según los diferentes niveles de consciencia en los diferentes Cielos.
Estos Rayos de Dios, proyectados directamente por la Fuente y conducidos por los grandes Arcángeles, ayudan a profundizar la virtud o el don que cada consciencia desarrolla según su escuela y según su grado de despertar.
En la Universidad de los Cielos no se dan reconocimientos ni honores porque el amor interior en los seres es lo que hace evolucionar a las consciencias y las hace ir ingresando, según sus aprendizajes, en nuevos Cielos, en donde encontrarán nuevas experiencias creadoras y vivirán nuevos estados de consciencia, a fin de ir perfeccionando la Creación y así recrear el Universo por medio del servicio incondicional y de la entrega de las almas.
En la Universidad de los Cielos se vive la realidad de la consciencia, y la presencia de la paz eterna es lo que reina en esos niveles de consciencia; paz que muchas veces se aproxima a la humanidad cuando los Divinos Mensajeros descienden a la Tierra.
La Consciencia de la Madre de Dios, por medio de la ofrenda sincera y amorosa de las almas, dentro de la Universidad de los Cielos ha abierto un sector para la experiencia divina de la consagración eterna que alguna vez las almas consagradas vivieron en la Tierra.
En ese lugar, en un recinto especial de la Universidad de los Cielos, las almas pueden vivenciar esa unión con la Fuente Divina de una manera más profunda y consciente, experimentando el Sacramento de la Fe y de la Comunión con los niveles del Sagrado Espíritu.
Que la Universidad de los Cielos sea la aspiración de los servidores de Cristo y de todos los que despiertan al llamado de vivir y de expresar el amor y la paz en el planeta.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Perdona la Traición, Ama a tus enemigos
Queridos hijos:
Que, en esta Navidad, habiendo ya nacido la Luz de Jesús en sus corazones, sus vidas y consciencias puedan dar un nuevo paso, para concluir así una etapa más en este aprendizaje del amor y del perdón que les ofrece el planeta.
Ama a tus enemigos para que algún día puedas perdonar sus traiciones.
Hijos, que se construya en ustedes esa misma fortaleza interior de amor que Mi Hijo vivió y experimentó sobre este planeta, sabiendo que nació en esta humanidad para redimirla y salvarla de todos sus males.
Por eso, ama a tus enemigos y podrás perdonar sus traiciones.
Jesús, sabiendo que Él encarnó para morir por todos sus hermanos que lo traicionarían una y otra vez, no dejó de amar a Sus enemigos, así como el Padre se lo había pedido.
Ama a tus enemigos y podrás, algún día, perdonar todas sus traiciones.
Es un paso grande, durante esta Navidad, trascender el dolor por haber sido traicionado o sometido por alguna causa.
Es un paso crístico y consciente, vivir el Amor Mayor por encima de todo lo sucedido.
Ama a tus enemigos y podrás perdonar todas sus traiciones.
Cada alma de esta Tierra es llamada a sumergirse en el Océano del Amor de Dios para desterrar, dentro de sí, al propio Judas que intenta comprometer la vida espiritual de los discípulos de Cristo.
El paso seguro y pleno es entregarse al amor, a la confianza y dejarse guiar por la Luz de los Mensajeros Divinos, a cada nuevo paso.
Así, cada alma sobre esta Tierra, a su debido tiempo, aprenderá a amar más y podrá perdonar todas las traiciones que el propio Judas interior haya podido incitar o cometer.
Ama a tus enemigos y, algún día, conseguirás perdonar todas sus traiciones.
Vivimos esta Natividad del Señor para confirmarle al Universo nuestros próximos pasos en esta caminata de aprender a amar lo que nunca podríamos amar y de aprender a perdonar lo que nunca podríamos perdonar.
Es un paso importante y crístico, en la vida espiritual, amar a nuestros enemigos para que algún día aprendan a perdonarlos como Cristo los perdonó después de todo lo vivido hasta la Cruz.
Es así que los tiempos cambiaron y las puertas del Universo del Amor de Dios se abrirán para ofrecerles a los discípulos de Cristo amar más a sus enemigos para poder perdonar todas sus traiciones y faltas cometidas.
Que, en esta Natividad del Señor, la humanidad pueda crecer en la experiencia viva de la Escuela de Amor, pero ahora, trascendiendo todas las ofensas, traiciones y decepciones que el semejante o el hermano nos pueda haber ocasionado para que, en confianza y fe, los discípulos de Cristo ingresen por la puerta mayor a la escuela de aprender a amar a sus enemigos para que el Padre, que es misericordioso, los perdone de todas las traiciones.
Ha llegado la hora de vivir la Parábola del Hijo Pródigo, imitando al Padre de la Justicia Divina y de la Misericordia, animándose a atravesar nuevas experiencias crísticas en el camino del amor y del espíritu incondicional.
Que esta Sagrada Natividad del Señor inspire e impulse a los Cristos internos que nacieron, a vivir el Amor Mayor por los enemigos para que, como ustedes, sean perdonados de todas las traiciones.
Estos son los patrones de vida para una nueva humanidad que primero deberá constituirse y formarse espiritualmente.
Los animo, como a Jesús, a amar a los enemigos para que algún día reciban una oportunidad, como ustedes la recibieron directamente de Cristo.
Anímense a dar pasos en la vida crística del Amor y de la Sabiduría.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La responsabilidad de amar
Ama, querido hijo, así como el Padre Celestial te ama y pronto te liberarás de las cadenas de la separación y de la división.
Ama, así como Mi Hijo te ama por encima de todo error, de toda prueba o de toda hostilidad; porque el amor siempre te salvará, cuando de tu pequeñísimo corazón emerja un sincero acto de unión con el prójimo, una incondicional aceptación de los nuevos tiempos, una irrefutable acción de bien y de caridad.
Por eso, practica en este tiempo la escuela del amor para que, en cada nuevo paso, encuentres el sendero de la unidad y de la fraternidad con tus semejantes.
Cuando eso suceda, te aseguro, hijo Mío, que ya no existirá, entre tu consciencia y la de tus hermanos, ninguna diferencia porque estará reinando el amor y la verdad que los tornará libres de las prisiones de la vida.
Mientras tanto, sigue buscando todos los días amar con locura santa, vivir cada experiencia como una oportunidad de redención.
Que tu corazón sienta que sin el amor puro no podrá vivir.
Que tu consciencia reconozca, en este ciclo, que sin el amor no sería nada y que la vida no tendría sentido.
Ama un poco más de lo que amas, porque si amas de verdad nunca te pasará nada en aquello que te pidan hacer, y recibirás cada nueva misión con inmensa alegría.
Que tus pequeños pies no se cansen de caminar en dirección al sendero del Amor.
Ya es tu responsabilidad vivir en el Amor y estar todo el tiempo en el Amor: porque de esa forma aprenderás a ser más considerado, bueno y misericordioso con los errores del semejante.
Que tu consciencia se eleve al Plano del Amor.
Que tu corazón de carne, a veces duro o rígido, se abra para que, en sus más profundas entrañas del latir de la vida, se depositen los Códigos del Amor de Dios y de Nuestro Señor.
Participa, entonces, de la corriente arrebatadora del Amor.
Presencia los milagros victoriosos de amor y de redención que tus hermanos alcanzan.
Ya no seas más miserable, ahora defínete por ser un ser misericordioso, considerado en la piedad, humilde en la resignación y servicial ante cualquier llamado.
Estás a tiempo de tornar tu vida un gran instrumento de Dios.
Estás a tiempo de vivir lo que es verdadero y que proviene directamente del Universo del Creador.
Antes de que la puerta a la Misericordia se cierre completamente y se abra la puerta a la Divina Justicia, decídete ingresar en la escuela del amor del corazón para que, a pesar de tus vacíos, de tus abismos o de tus errores humanos, ayudes a tu Madre Celestial a hacer triunfar el amor en este planeta y en esta humanidad.
Deja que el amor te rasgue por dentro.
Déjate amar por los demás, de verdad y ya no coloques mil escudos para defender tus aspectos.
Sé libre de ti mismo, de una vez y para siempre, y alcanzarás el Reino de Dios.
Este mensaje, su Madre lo envía a todos los religiosos de esta Orden y a todos los que buscan, por encima de sí, vivir la consagración al Plan de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando abres tu corazón a Mi Hijo; Él, con Su autoridad, puede obrar con Misericordia a través de ti.
Cuando encuentras en el camino a Mi Hijo, a pesar de lo que haya sucedido antes; Él, con Su autoridad, puede obrar con Misericordia a través de ti.
Cuando buscas por encima de todo estar en Mi Hijo; Él, con Su autoridad, puede obrar con Misericordia a través de ti.
Cuando sientas que nada tiene sentido y todo parezca perdido, si buscas encontrar a Mi Hijo; Él, con Su autoridad celestial, puede obrar con Misericordia a través de ti.
Cuando sientas que siempre caes en lo mismo y que nunca consigues salir, pero te abandonas todo el tiempo en Mi Hijo; Él, con Su autoridad, puede obrar con Misericordia a través de ti.
Cuando veas que nada tiene sentido y que no encuentras la salida hacia ningún lugar, pero dejas que Su Amor te venza; Él, con Su autoridad, puede obrar con Misericordia a través de ti.
La perfección espiritual solo existe en el Cielo. Mientras estés en esta escuela del planeta, aprendiendo a desterrar lo que hay dentro de ti y muriendo a ti mismo todos los días; Cristo, con Su autoridad, puede obrar con Misericordia a través de ti.
Por eso, levántate de donde has caído; pues Yo, que soy tu dulce Madre, vengo a levantarte y a colocarte en Mis brazos para que sientas Mi refugio maternal.
Cuando caigas de nuevo, en otro momento y lugar, recuerda este mensaje; Cristo puede obrar con Misericordia a través de ti, siempre que le digas sí.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
El hombre de superficie, que fue creado a imagen y semejanza de Dios, existe en este mundo y dentro de este Proyecto del Creador para aprender a amar, a perdonar y a trascender.
Este planeta es una escuela infinita de oportunidades para poder dar los pasos hacia la consagración total de la consciencia.
Cada experiencia vivida, a través de los tiempos, significa para las almas la oportunidad de encontrar la unión interior con el infinito.
Las deudas que cada consciencia carga también son parte de esa experiencia de amor y de perdón; es la posibilidad de encontrar, cada vez, más elevados grados de amor y de redención en la consciencia.
Es en esta hora del planeta, en la que los corazones pueden aprender más rápido y aproximarse a los atributos de la paciencia y de la mansedumbre para saber atravesar los tiempos que llegarán.
Todos son invitados a encontrar, en cada etapa de la vida, la oportunidad de expandir un poco más la consciencia.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Yo soy la Madre de las Américas y la intercesora ante Dios de todos los corazones perdidos y distraídos.
Soy la Gobernanta y Señora de la majestad celestial.
Soy la que permite generar la liberación de todo mal a través de los ángeles del universo.
Mi Corazón pulsa en toda América y se hace sentir en el interior de los que invocan la Presencia de la Madre Universal.
Que. en este día, todas las puertas inciertas se cierren y que las almas aún no definidas den el paso hacia la ascensión interior.
Hoy, que todo lo que impide el despertar de los corazones sea liberado y retirado del universo. Para eso, hijos, que las condiciones internas sean creadas por medio de la oración, de la fe y del amor de todas las consciencias.
Soy la Madre de las Américas y no habrá gobierno ni gobernador mayor que Nuestro Padre Celestial.
Que los temerosos, los injustos y los falsos se exilien lejos de esta humanidad, para que los pueblos sean libres y gesten la nueva humanidad.
Aún hay tiempo para que los corazones se arrepientan y para que los gobiernos de la Tierra cambien de actitud y, de esa manera, la verdad emerja y nadie más sea condenado.
Yo soy la Madre de las Américas y entrego a Mis hijos el afluente de la paz.
Que nadie tema en este tiempo, porque Yo estaré al lado de quien confíe en Mí; pues nada los separará de Dios, ni gobierno ni nación ni estado, todo está bajo la Mirada de Dios.
¡Levántense, americanos, y decreten el triunfo de la Misericordia de Cristo!
Amen para aprender a perdonar. Perdonen para aprender a reconciliarse, y así se curarán de una vez y para siempre.
Yo soy la Madre de las Américas y protejo a todos los rebaños de Mi Hijo. Mi Estrella universal los guía hacia el Propósito. Mi Amor los conduce hacia los portales de la Paz.
No teman por los que imparten el falso poder. Oren por sus enemigos para que, en el día del Juicio Final, no sean sacados de este universo.
Este planeta y este universo son la escuela perfecta del amor y del perdón. Quien no pasa por esta academia de redención, mucho demorará para aprender a servir y amar. Por eso, los Sagrados Corazones vinieron al mundo para confirmar que este universo es de redención y de perdón. Aquí aún se vive la experiencia de la reconciliación y de la paz.
Este mundo sobrevive, en este tiempo, porque debe cumplir el Proyecto Creador, a través de todos los que se autoconvoquen. Toda la humanidad ya cruzó el portal hacia su purificación, las estructuras internas y externas tiemblan; pero quien se redima, ame y se dignifique ante Dios, no perecerá.
Abran aún más las puertas de sus corazones, para que el manantial de la Gracia infinita, en el tiempo que resta, pueda derramarse sobre ustedes y el mundo.
Que los ejércitos marianos de la oración se posicionen en el campo de la batalla final, que tomen sus escudos de fe y sus espadas de amor, y hagan triunfar el Plan de la redención.
Yo estoy con ustedes y lo estaré mientras ustedes Me lo permitan.
Soy la Madre de las Américas, y aquí nacerá el nuevo Edén para el mundo.
Que así sea. Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Quien los convoca al Plan del despertar,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Querido hijo:
Confía en todo lo que has alcanzado a través del servicio a Dios y aférrate a ese Propósito. Mira con atención los tesoros que el Padre te ha dado y contémplalos en unión y gratitud.
Levántate de donde siempre has caído y busca la luz de Mi Corazón. Hoy ven hacia Mí y quédate en Mis brazos así como se quedó Jesús, para que Yo te haga dormir en la paz de Mi regazo. Ten paciencia para aprender a soportar lo que el corazón de los hombres no quiere transformar.
Siente la caricia de Mis manos de luz, las que borran la memoria del sufrimiento y de las pruebas que viven Mis hijos de hoy. Quédate inmóvil en Mis brazos y entrégate con confianza a lo que Yo espero realizar en tu vida.
Pide perdón y, en verdadero arrepentimiento, siente cómo el Amor del infinito te reabre las puertas. Ya no importa cuánto has caído en el suelo de la condición humana, ahora importa que mires al Cielo y digas: “Ayúdame, Señor”, y la ayuda te será dada.
Dios te ama desde el momento en que pensó crearte y también ama más allá de las miserias de los hombres, porque quien triunfará en esta vida mortal es el alma, que se volverá eterna, pura y libre de todo error.
El camino de la transformación es doloroso cuando el alma camina hacia el desprendimiento de sus actos, hábitos y costumbres. Cuando la vida terrestre atraviesa la tempestad espiritual el socorro, el auxilio y la Gracia llegarán al corazón que se arrepiente y pide intercesión. ¿Cómo crees que los más santos se libraron de sí mismos para siempre?
La escuela del amor en este mundo es para los valientes y los decididos a conocer el Amor de Dios, cueste lo que cueste. Por eso, llegar al principio del verdadero amor requiere conocerse tal cual uno es y trabajar todos los días para conquistar la santidad del espíritu.
Mi Corazón es el ofertorio para el sacrificio y las pruebas. A través de Mi Corazón todo se cura, se redime y se eleva al Reino Celestial.
Mi Corazón, que se dona todo el tiempo, comprende y ama a todas las almas; los que luchan por transformarse en un modelo espiritual de conversión para el mundo conocerán Mi Misericordia.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los motiva a la santidad,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Quédate en Mis brazos, porque así Yo te ayudaré.
Quédate en Mis brazos, porque así Yo te consolaré.
Quédate en Mis brazos, para que sientas a todo el Universo.
Quédate en Mis brazos, para que veas la Gracia de Mi Corazón.
Ya no te canses, querido peregrino, sigue buscando lo más alto de la montaña para que veas, en el horizonte, la llegada del Gran Pastor.
Sigue adelante, caminando entre piedras y espinas, en esta senda tus pies se lastimarán para que puedas aprender.
Tal vez caigas al suelo para aprender a levantarte; pero recuerda, Mi querido peregrino, que una Mano de Luz siempre será tendida en tu camino para que puedas levantarte con firmeza y devoción. Por eso, quédate en Mis brazos, así como se quedó Jesús cuando nació.
Quédate en Mis brazos, para que reconozcas que no estás solo en este universo. Sabe que hay muchos hermanos del universo que te aman y desde sus Cielos más sutiles acompañan la trayectoria de tu espíritu.
Sabe que podrás escapar del error, esta escuela es para los que se animan a autoconocerse y transformarse.
Si doce hombres al lado de Jesús se convirtieron en Sus seguidores y apóstoles de la Sagrada Palabra, ¿por qué tú, querido peregrino, dejarás de convertirte en algo tan bello y esperado por Mi Hijo?
Es hora de que, día a día, aprendas a crecer y a amar la transformación.
El universo de esta humanidad está lleno de dádivas pero también está lleno de deudas, algunas impagables. Pero si tu fe te lleva a encontrar el punto más alto de la montaña, nunca dejes de aspirar a redimir completamente tu vida.
Querido y amado peregrino, viniste al mundo para purificar lo más viejo, lo que ya no puede morar en tu sagrada consciencia.
Querido peregrino, llegaste al mundo con un velo en los ojos de la consciencia para que aprendieras a caminar a través de la fe absoluta, sin conocer antes tu pasado en las estrellas y en el cosmos. Ahora y aquí, aprendes a superarte todos los días, sin dejar de participar de los verdaderos milagros que el Cielo ha hecho en tu vida y en la vida de tus hermanos.
Sé que tú, amado peregrino, has caminado y has cruzado muchos desiertos y, tal vez ahora, estás en las puertas de un nuevo desierto interior. Alégrate porque podrás estar vacío de ti mismo y libre de cualquier influencia.
Siéntete digno de recibir cualquier aprendizaje o cualquier prueba para que puedas superarla dentro o fuera de ti.
Quédate en Mis brazos de Madre, Mis ojos posan sobre ti, Mi mirada de Luz acompaña silenciosamente la cruz que estás cargando.
Sé que Dios te ama así como Él te creó en el principio. Recuerda todas las veces que Yo te contemplé y cuánto Amor Divino te expresé.
Querido peregrino, únete a tus hermanos y forma parte del ejército celeste de Luz que ayudará a vencer al adversario en la última hora.
Sonríele a la vida y siéntete en paz, no solo veas tus propios errores, ve más allá de tu alrededor, observa al mundo agonizando día y noche. Mira cuántos pierden la vida y no lo perciben. Mira cuántas almas inocentes son prisioneras del poder humano y de la guerra. Mira, contempla, aprende y reza Conmigo para que esto termine pronto.
Quédate en Mis brazos, pequeño peregrino, al igual que Jesús cuando expiró y al ser bajado de la Cruz quedó un tiempo en Mis brazos.
Querido peregrino, entrégame todo lo que acongoja a tu corazón y a tu vida, destierra el miedo creado por la mente. Instituye en tu espíritu la Divina Presencia del Sagrado Corazón de Jesús.
Aprende a amar lo que parece imposible de amar. Aprende, así como Nosotros, Tus Guías Celestiales, hemos aprendido en este mundo.
Dios tiene piedad de todos Sus hijos, desde el más pecador hasta el más santificado; todos son iguales ante los Ojos del Padre, porque son amados por el único y máximo amor del universo.
Ofrece tu vida todos los días en las Manos del Padre, ofrece al universo lo mejor que puedas hacer por los otros. Allí, en esa completa y abnegada donación, estarás libre de muchos errores y miedos.
Todo el universo espera que algún día des tu gran paso hacia la confianza en Dios, para poder ingresar en consciencia al Paraíso.
Al menos, ama todo lo que vives, y hazlo por aquellos hijos Míos que mueren en los desiertos de este mundo, enterrados vivos o decapitados.
¿Quién Me ayudará a soportar un dolor tan grande?
Solo el Amor te hará humilde, simple y verdadero. Todo lo que hagas en nombre del Amor de Dios, es como si lo hicieras mil veces, tiene un mérito incalculable.
Querido peregrino, las almas sufren porque no hacen las cosas por amor o porque no aman a sus semejantes con amor verdadero. Yo les enseño a todos Mis hijos lo que Mi Hijo Jesús le enseñó al mundo entero: “Ámense los unos a los otros”, así como Mi Hijo los amó desde el principio.
El Amor te volverá sagrado, bendito y puro. El Amor de Dios en el corazón peregrino es invencible. Necesito que Mis hijos amen de verdad y no en apariencia, para que ayuden en la reconstrucción de este mundo.
Camina, querido peregrino y quédate en Mis brazos, hoy la Misericordia infinita de Dios tocó tu corazón.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Les enseña a amar, en la escuela del amor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
En el principio de todo, solo existía el Amor y la Unidad como una Consciencia Única. Era natural de esa Consciencia expresar Su Amor creando y, misteriosamente, expresaba a Su Unidad multiplicándose a Sí misma.
Esa gran Consciencia era como un sol, era la propia vida. En ella no se veían formas, no se distinguían colores, no se distinguían sonidos y, al mismo tiempo, Ella contenía en Su creatividad todas las formas, todos los colores y todos los sonidos.
En la expresión del Amor de Dios, Él se dividió en tres. Tres aspectos de Su Faz Única, tres formas de manifestar Su Divino Amor: Dios Padre, el que une; Dios Hijo, el que crea; Dios Espíritu Santo, el que gesta y ampara la creación, el que manifiesta y diviniza todas las formas.
Fue en la manifestación de Su Amor Infinito que Dios creó las diferentes razas y civilizaciones del universo y la diversidad no impedía que se sintieran una con Dios. El Padre concedió a Sus criaturas no solo la Gracia de retornar a Él en espíritu. También les concedió que, trascendiendo las formas y las densidades, en la sublimación de la materia, en la ascensión de la evolución, aquellos que vivieran tan profundamente el amor, se tornarían el propio Amor y volverían, poco a poco, a ser uno con Dios, por entero.
Una experiencia de amor conduce a otra, aún más profunda, y es así que las criaturas ascienden en los escalones de la evolución divina.
Para demostrar al cosmos la perfección de Su Pensamiento, Dios creó a los hombres y creó a la Tierra. En un tiempo paralelo al tiempo del Universo, comenzaron a desarrollarse, desde el principio de la escala evolutiva material, criaturas que nada sabían sobre la vida universal, que no tenían acceso a los conocimientos del cosmos y que ni siquiera reconocían la existencia de otras vidas, separadas de su propio planeta.
A ese pequeño proyecto, delante de Sus vastos universos, Dios envío a Su Hijo desde el principio. Era parte de Su Parte, esencia y espíritu divinizado por Su Origen, aunque sin saberlo.
Para descubrir la existencia de Dios, era necesario experimentar el amor. Y fue así que la consciencia humana fue impulsada a evolucionar, no por sus destrezas o por las tecnologías, pero sí por el amor vivido por unos pocos y que los llevó a trascender las barreras de la mente y llegar a la sabiduría del espíritu, para descubrir y vivenciar nuevas leyes.
Los grandes descubrimientos de la humanidad, fueron proporcionados por consciencias que, en algún grado, vivieron el amor; el amor a lo desconocido, a lo superior, a algo que muchas veces ignoraban, pues no sabían cuál era el objeto de su amor, solo amaban. Mas, también aquellos que no sabían amar tuvieron acceso a esos descubrimientos e hicieron de ellas grandes males para la materia y para el espíritu.
Así fue que, a lo largo del desarrollo humano, el contraste permanente entre el amor y el mal siempre existieron, porque en parte esa es la escuela humana: la trascendencia de mal y de todas sus influencias, para llegar al amor.
Hijos, ¿porqué les cuento esta historia y los llevo a universos tan distantes de la realidad que viven? Porque el Señor permitió que el mal se expresara en la Terra con todo su potencial, para que así, en el limite de su consciencia, la humanidad también pudiera expresar el amor.
Están en un tiempo donde la manifestación y la expresión del caos y del mal son abominables y antes nunca visto y eso significa que llegó la hora de vivir un grado de amor tampoco nunca antes visto.
Llegó la hora de entregar nuevamente la vida por amor; así Lo hizo Mi Hijo. Llegó la hora de renovar el sacrificio de Cristo y, como Él les dijo, hacer cosas más grandes de las que Él hizo cuando estuvo sobre la Tierra.
No dejen que las expresiones del mal causen en sus corazones terror, pero si, delante de la actual situación planetaria, permitan que sus almas sientan la imperiosa necesidad de equilibrar lo que vive el mundo, de servir y amar como pudieren, de superar los límites de la propia entrega, de abandonarse a sí mismos para dejarse colmar por el Amor de Dios.
El colapso de la Tierra, causado por las acciones del caos, marca el tiempo urgente de vivir el amor y no más de aprender a amar. No son más tiempos de contemplar la cruz, sino de abrazarla.
Es tiempo de orar y servir; es tiempo de saber y de ser; es tiempo de conocer y vivir las Leyes de Dios.
Que el aprendizaje de sus hermanos en misión en Turquía les revele la gran necesidad de vivir el amor en todos los rincones del mundo.
Los amo y los bendigo
Vuestra Madre, María Rosa de la Paz
Para ser un compañero de Cristo, intentarás trascender las leyes y tendencias de la Tierra, porque no puedes seguir con pensamientos humanos los pasos de Aquel cuyo Espíritu y Divinidad no provienen de este mundo.
Deja el pensamiento planetario para los que solo buscan las riquezas de la Tierra, la gloria y la honra pasajeras que aquí se alcanzan. Busca para ti la gloria de Dios y, en vez de buscar ser honrado, rinde honras a Aquel que es digno de recibirlas.
Busca para ti la recompensa de los mansos, que es el corazón humilde. Sé más ambicioso que los homFbres de la Tierra y busca para ti un lugar en el Reino del Universo. Aunque seas eternamente siervo, no habrá mejor Rey al cual servir sino a Aquel que es Uno con todo lo que fue creado y cuya misericordia no se mide con los patrones existentes, ni en este mundo ni en ningún otro.
No te desanimes, hijo querido, con las derrotas que vives en la Tierra; glorifica a tu Padre y Dios, cada vez que eres humillado,porque estarás aprendiendo así, cómo se alcanzan mayores Gracias, Gracias verdaderas, Gracias Divinas.
Ríndete como siervo, como nada; sé la alfombra en la cual pisan los que buscan la gloria del mundo. Deja que los otros sean mejores y victoriosos en todo.
Piérdete, incluso de ti mismo, y harás de ti una victoria para Aquel que es el único vencedor de toda la Creación, porque se perdió de sí mismo y, así, volvió a la Esencia Divina.
¿Por qué temes tanto salir de las leyes de la Tierra?
¿Por qué temes tanto perder los tesoros del mundo?
¡Oh, hijo querido!, descubre la Gracia de ser pobre de ti y de todo y jamás querrás otra cosa sino la nada.
¿Por qué te aferras tanto a este mundo y a su forma de vida, si tú no provienes de él ni permanecerás en él para siempre?
Vive en este mundo como debes vivir; haz de él lo que él es: una escuela de trascendencia, de redención, de amor. Estás aquí para ser lo que no eres, para renunciar a lo que ves, para redimirte y para amar todo lo que existe, bueno o malo, como forma de dejar que el amor todo lo transforme.
Escoge la simplicidad, la alegría, la libertad del espíritu. Regocíjate en la humillación, tórnate pleno en la obediencia, resígnate a ser nada y verás que todo te será dado. Regocíjate en la humillación, tórnate pleno en la obediencia, resígnate a ser nada y verás que todo te será dado.
Sé libre, libre del mundo y de ti mismo. No le des al mundo un peso mayor del que ya tiene.Tórnalo leve, vaciándote de ti. Vacíate del amor propio, de quereres y pareceres, de aspiraciones. Fluye en la Voluntad Divina, fluye en lo que Dios envía para tu vida y nada, hijo, ni en el espíritu ni en la materia, te faltará.
No temas parecer débil y renunciar a vencer en las competencias impuestas por los hombres. Da un paso atrás cuando veas que la competencia viene a tu encuentro y ríndete a la humildad. Ya verás cuán inquebrantable fortaleza se construirá en tu interior, pues es en tu humildad y pequeñez que habitará el Rey del Universo, que no busca para sí grandes castillos, pero sí, simples pesebres para nacer.
Confía en lo que digo y recuerda Mis palabras. Sigue Mis pasos, pues Yo te conduzco a Cristo, y Él te llevará a Dios.
San José Castísimo
Cuando del propio interior comience a emerger todo aquello que por eones estuvo oculto en la consciencia humana como códigos que degradan el Proyecto de Dios, muchos podrán desestabilizarse interna, emocional y psíquicamente, dependiendo del vínculo de cada consciencia con esas informaciones y de la forma como ella fue equilibrando, a lo largo de su existencia, los códigos negativos con experiencias positivas.
Cuando llegue ese momento, queridos, solo les restará abrir el corazón y confiar en aquellos, más equilibrados, que ustedes tendrán al lado para auxiliarlos. Deberán aferrarse fuertemente a la humildad para pedir ayuda y dejarse guiar. Deberán también aferrarse a la fraternidad, en caso de que tengan que ayudar a otros.
El desarrollo del amor será una oportunidad entregada por Dios en cada instante de sus vidas, sobre todo en los momentos de la transición interior de cada ser y de la transición del planeta en su totalidad.
Deben acordarse de lo que les digo, porque muchos confían en que estarán en pleno equilibrio y que siempre serán los que ayudarán a otros y no los que serán ayudados. Pero no será así, porque el noventa y nueve por ciento de los seres humanos desconoce las raíces de todo lo que viven en la Tierra e ignoran que vinieron al mundo para equilibrar los códigos de sus consciencias, las que necesitaban de tal grado de amor para ser convertidas y que solo en la Tierra lo alcanzarían, en este pequeño planeta, donde se gestó el gran Proyecto de Dios que tuvo su triunfo en Cristo.
Sin contar con esa realidad y plenamente envuelta por la ignorancia y por la ilusión, a la mayoría le cabrá abrirse a la humildad; pero esto no será fácil en una raza que, por siglos, fue el resultado de muchos códigos de orgullo, vanidad y egoísmo, que llegaron para ser convertidos por el Amor de Cristo, por la vida crística.
Sin embargo, queridos compañeros, todos tendrán una oportunidad nadie quedará sin ser contemplado en esta escuela de amor. A cada uno le cabrá abrirse para la elección de la vida superior, de la fraternidad, de la unidad, y permitirse ser guiado por Dios, confiando en el amor, más que en sí mismo.
Cuando les digo “confiar en el amor”, es también confiar en la unidad entre hermanos congregados por un mismo propósito y saber que, si ustedes están unidos de corazón, siempre se sostendrán en el camino correcto. No obstante, si no creen en el amor ni en la unidad y quieren seguir sus caminos con base en su propia voluntad, negarán el Plan de Dios, que tiene como pilar el Amor y la Unidad entre todos los seres, sin importar las diferencias ni los errores cometidos a lo largo de la existencia, porque el amor cura todas las cosas y, en el espíritu de la unidad, el amor de uno suplirá y equilibrará el error de otro. Esa es la Ley de Dios.
Yo los amo y, por eso, vengo al mundo, así como vienen los Sagrados Corazones de Jesús y de María para que, en unidad con los seres humanos, Nuestro infinito Amor por todos equilibre los errores del pasado y les conceda una oportunidad de recomenzar en una raza redimida.
San José Castísimo
Queridos compañeros:
Se aproxima a la Tierra la llegada de un nuevo ciclo para la consciencia humana y, sobre todo para la consciencia del planeta, el espíritu de la Tierra que los ampara, los acoge y, con tanto amor y donación, los sustenta.
Ese ciclo que llegará impulsará a los hombres a que ofrezcan al Proyecto Divino de la Tierra su verdadero potencial y, para eso, los ayudará a expurgar de su interior, de los mundos consciente e inconsciente de cada ser, aquellos códigos que generaron como humanidad y que, poco a poco, fueron degradando lo que deberían expresar como consciencia humana.
El nuevo ciclo intentará ayudar a este proyecto de la Tierra, para que no sean solo los Reinos de la Naturaleza los que sustentan la consciencia del planeta, sino que existan seres humanos conscientes ofreciendo el máximo de sí para que el planeta cumpla su función dentro del Plan de Dios.
En el Proyecto del Señor al crear este mundo, repleto de manifestaciones de Su perfección por medio de los diferentes Reinos de la Naturaleza que lo cohabitan, Dios pensaba en una expresión viva de la fraternidad y de la unidad entre Sus criaturas, por más diversas que fuesen.
El Creador intentó hacer de la Tierra una escuela de amor y de cooperación evolutiva, para que cada Reino proporcionara al otro algo vital para su existencia. Es por eso, que la Tierra necesita de equilibrio para existir, equilibrio que se genera en los diferentes Reinos, incluyendo el Reino Humano.
Sobre todo el Reino Humano debería generar una especial armonía y amor dentro del Reino que le corresponde, como humanidad, para inspirar así la evolución de los demás Reinos de la Naturaleza.
Todos los Reinos, en cierta forma, cumplieron su parte, excepto el Reino Humano, que es el gran pilar del proyecto terrestre. El Reino Vegetal es la expresión de la donación, de la elevación y de la belleza, como le correspondía. El Reino Mineral es la expresión de la purificación, de la transmutación y de la sustentación, como le correspondía. El Reino Animal es la expresión de la fidelidad y del amor, es el guardián del espíritu de la cooperación y de la fraternidad evolutiva en cada especie, como le correspondía. El Reino Dévico sigue creando belleza y loas al Creador y, junto al Reino Elemental, sustenta y anima a los demás Reinos de la Naturaleza, como le correspondía.
Al Reino Humano le correspondería ser un puente de comunión entre todos los Reinos; aquel que cuida, ampara y protege, ama y auxilia para que cada Reino pueda expresarse. El Reino Humano debería crear condiciones para que los devas y los vegetales expresaran su belleza; para que los animales pudieran aportar a la consciencia planetaria el atributo único que cada especie posee en su esencia; para que los minerales pudieran nutrir y auxiliar a los demás Reinos y con libertad actuar en el mundo.
El Reino Humano debería ser el puente con la Consciencia Divina, que proporcionara el espíritu de la constante evolución y del crecimiento, para que la Creación jamás se estancara y los Reinos prosiguieran dando pasos evolutivos y cambiando su escuela espiritual. Que, de esa forma, nuevas esencias fueran surgiendo y renovando permanentemente la Creación de Dios y que, a partir del laboratorio de la Tierra, todo el universo se pudiera renovar.
Esa es una parte de lo que representa el Proyecto de Dios.
El nuevo ciclo del cual les hablo va a acelerar la purificación humana de una forma más o menos armoniosa, dependiendo de la colaboración consciente de cada ser. Esto será así para que la idea de vida fraterna pueda ir manifestándose al máximo posible, aunque sea en unos pocos individuos y en islas de salvación y de expresión del Proyecto de Dios, y este Plan también se pueda manifestar.
Después de eones de experiencias que no tuvieron el resultado esperado, la Creación dará un impulso solar a la humanidad y a los Reinos de la Naturaleza, como última oportunidad de concreción del Plan Divino.
Es importante que ustedes estén conscientes de todo esto y colaboren, cumpliendo con su parte en este Plan de Amor. Por eso les digo todas estas cosas.
Su amado instructor y compañero,
San José Castísimo
Sean como la naturaleza que, delante de un pequeño suspiro de amor enviado por Dios, resplandece y restaura su espíritu. La naturaleza vive del amor que recibe del Cielo. Sus elementos buscan, en el Principio fecundo de Dios, el poder para manifestarse.
Los Reinos solo seguirán existiendo si pueden cumplir con su función de aprender también a amar y a perdonar.
Observen a los animales: con qué facilidad perdonan los errores de aquellos que aman, con qué alegría soportan sus males, solo por la fidelidad que viven en sus corazones para con aquellos que los cuidan.
Los seres humanos comparten su existencia con los Reinos de la Naturaleza para que se eleven los unos a los otros, por medio de la comunión con la vida en sus diferentes formas.
Para que se establezca la paz y para que el Reino de Dios sea uno con el reino de este mundo, ustedes deben descubrir lo que cada Reino y cada elemento contiene como vivencia para enriquecer el aprendizaje humano. Porque si no aprenden a amar a los Reinos de la Naturaleza, que constantemente se donan a los seres humanos y de todas formas intentan auxiliarlos en su aprendizaje del amor, será difícil que puedan amar de verdad al prójimo como él es.
Si sienten que no saben amar o que no pueden hacerlo, traten de cuidar de los Reinos de la Naturaleza, sobre todo del Reino Animal, que vierte su amor sobre los seres humanos aun siendo tan ultrajado por ellos.
Perciban, observando a los Reinos, que la escuela del amor está en todas las cosas. En especial los Reinos de la Naturaleza les demuestran permanentemente cómo se vive el amor que trasciende las imperfecciones e, incluso, las cura.
Yo los amo y, clamando a los corazones que ingresen en el camino del aprendizaje del amor y del perdón, les pido que comulguen en unidad con los Reinos de la Naturaleza.
Su padre y compañero,
San José Castísimo
Cuando los Cielos anuncian la última hora de la salvación para un planeta, las almas que habitan en él tienen una opción: entregarse al abismo del mundo y negar la perfección que existe en su interior o vencer definitivamente las dudas y los miedos que les impiden estar plenas en su misión espiritual.
Comprendan que las trompetas que suenan en lo más alto del Cielo anuncian la hora para que dejen de lado la mediocridad y comiencen a ser colmados completamente por el Espíritu de Dios.
En cada instante de sus vidas, deben recordar que ya es el momento de dar un salto en la vida del espíritu.
Vivan cada día como si fuese el último, como si estuviesen delante de la última oportunidad de perdonar, de reconciliarse con el prójimo, de prestar aquel servicio que nunca pudieron ofrecer, de renunciar a los vanos placeres y gustos que siempre estuvieron en sus vidas como pequeños impedimentos y que hoy se volvieron grandes, porque no les permiten llegar a la meta de sus consciencias.
Ha llegado la hora de que asuman la vida universal con la plena consciencia de que están en la escuela de la cristificación para todo el universo, y de que vivan siendo consecuentes con la oportunidad que se les entrega.
Por un instante, piensen que están en el momento culminante de sus vidas. Piensen que, en el cosmos infinito, la Creación espera que retornen con la experiencia del Cristo Vivo en el
propio espíritu.
El universo aguarda que de su Rey Universal provenga una raza que pueda cambiar completamente la Creación de Dios y permita que todas las criaturas que no tuvieron la oportunidad de estar en este mundo vivan los códigos crísticos de amor y unidad.
Ustedes vinieron a este planeta para aprender a no vivir para sí, sino para el prójimo. Esta es la esencia del aprendizaje en la Tierra: entregar todo y padecer todo por la evolución y por el crecimiento de los demás. Y, sin embargo, hasta ahora, solo dejaron crecer el orgullo y el egoísmo que trajeron del universo y que solo les permite actuar nada más que para sí mismos.
Cristo les dejó el ejemplo. Él no vino al mundo para ser un rey. Él se convirtió en Rey porque fue capaz de abandonarse por amor a las criaturas de Su Padre. Cristo vivió en sí el Amor de Dios por Su Creación. Fue por la evolución de toda la Creación Universal que Él entregó Su Vida y sigue entregando todo de sí, aun estando en Espíritu de Divinidad.
Mis queridos y tan amados compañeros, llegó la hora de crecer abandonando el antiguo vivir y abriéndose a lo nuevo, a las virtudes espirituales, al verdadero ser, al amor, a la unidad.
Si son soldados de un ejército de paz, vivan la paz, vivan elamor, vivan la fraternidad.
El Plan de Dios Altísimo se cumplirá, y eso se dará con el esfuerzo de ustedes y con la valentía para que se conviertan en nada, para que sean colmados por Dios.
Les dejo Mi paz y Mi bendición de despertar.
Su compañero de todas las eras,
San José Castísimo
Antes de que la vida se manifestase en este mundo, ella ya se desarrollaba en muchos otros, en este y en otros universos. Era la vida que expresaba la Consciencia de Dios en criaturas que evolucionaban para alcanzar un día el propósito de retornar a la semejanza perfecta con el Creador. Pero como ustedes pueden comprender, las criaturas en el universo también están aprendiendo y cometieron muchos errores en las escuelas por las cuales pasaron para alcanzar su objetivo, sobre todo, en la gran escuela de la vida.
El mundo, en el cual viven hoy, es un reflejo de lo que ya existe en el universo desde hace eones, una existencia que no se midecon el tiempo de este mundo.
Podrán preguntarse por qué desconocen esa vida o por qué la sienten tan distante de la realidad en que viven. Yo vengo para explicarles que, en el principio, la idea de Dios era que ustedes no la recordasen, a no ser con la esencia del corazón.
Aquellos seres humanos que comenzasen a ingresar en el recinto de su corazón y se abriesen a la unidad con Dios, poco a poco recordarían la existencia del universo y del gran Plan del Creador.
¿Por qué no lo recordaron antes? Porque, hasta entonces, no habrían desarrollado en el corazón el suficiente grado de amor ni la capacidad de perdonar, necesarios para curar todo lo que vivieron en el universo.
Ahora, más de dos mil años después de que el mundo viviera el ápice de la manifestación del amor, por medio de Cristo, de Su Familia, de Sus apóstoles y discípulos, la humanidad fue desarrollando silenciosamente ese potencial para amar y, por lo tanto, llegó el momento correcto de comenzar a despertar.
Sé que muchos sienten que no pueden perdonar ni siquiera las cosas del mundo y que tampoco viven el amor verdadero en su interior, pero Yo les digo que ese amor ya está en la consciencia humana, disponible para todos aquellos que lo busquen.Dentro de ustedes ese amor es una semilla ya germinada, que encontrará suelo fértil por todo lo que recibieron en los últimos tiempos y que podrán colocar en práctica en los tiempos que vendrán.
Cristo sabía de la existencia de la vida más allá de este mundo, reconocía Su Misión y el Plan de Su Padre, porque era pleno el Amor de Su Corazón y la unidad con Dios era Su estado natural de consciencia.
Si quieren experimentar por sí mismos que no es una gran fantasía lo que les estoy diciendo, abran el corazón para aprender a amar y verán que desaparecen los límites de la mente y las fronteras que separan este mundo de la infinita Creación de Dios, que hace tanto tiempo los aguarda.
Como semillas de luz en sus consciencias, Yo les revelaré las verdades de Dios poco a poco y, si se abren para amar, podrá comprender y vivir lo que les digo.
Yo los amo y los conduzco al Nuevo Hombre, que en realidades el Hombre Original, ese que siempre debería haber existido en el mundo.
San José Castísimo
El principio de todo aprendizaje en este mundo debe ser el amor, la vivencia del amor, de la unidad y de la fraternidad, y dentro de esos tres atributos encontrarán todas las demás virtudes
que componen el Sacratísimo Espíritu de Dios.
Del universo, sus espíritus los observan permanentemente. Algunos aprenden con el amor que se desarrolla en aquellos de ustedes que cumplen con la Voluntad de Dios; otros aprenden con el amor que reciben del prójimo, y otros aprenden observando los registros generados por los errores del pasado y que se reflejan en la materia. Pero todos aquellos que llegaron a este mundo algo tendrán que aprender.
Cuando un niño va a la escuela, puede aprender muchas cosas. Algunos aprenden todo lo que la escuela tiene para ofrecer; otros solo aprenden con la consciencia grupal y muy poco de lo que la escuela les ofrece; y otros no se abren para aprender nada, e incluso, dificultan mucho el aprendizaje de los demás. Sin embargo, estos últimos crecerán y, desde una mirada más madura, podrán observar la oportunidad que tuvieron. A partir de ese momento se dará su aprendizaje y, por haber participado de esa escuela, algo llevarán en sus consciencias.
Ustedes están en la escuela más amplia y profunda de toda la Creación de Dios. Aquí se sintetizan todas las enseñanzas del universo. De la postura de cada uno delante de los Maestros y Guías de esta escuela resultará el desarrollo de la humanidad.
Mientras ustedes tengan la gracia de permanecer aún en este mundo, intenten sin demora aprender en él todo lo que aún no pudieron conocer. Den de sí a los demás, dónense lo más que puedan, no solo a los pobres, sino a todos y a todo.Traten de descubrir el poder del amor y pidan a Dios que conduzca sus pasos, pues Él los escuchará.
Yo los bendigo y les agradezco por abrirme las puertas de esta gran escuela del corazón, para enseñarles la esencia del Proyecto de Dios para la humanidad.
San José Castísimo
Yo soy ese océano infinito de Gracia que se muestra al mundo para que las almas más pecadoras puedan ingresar en él y convertir sus vidas para siempre.
Yo soy ese océano infinito de Gracia que se muestra al universo para que todo lo que fue creado por Dios sea consagrado al Amor de Mi Corazón.
Yo soy ese océano infinito de Gracia que se muestra a las almas para que sacien su sed de amor, de cura y de perdón; porque a través del océano infinito de Mi Gracia los corazones del mundo pueden revertir todos sus males, y así alcanzar el estado del perdón, tan necesario en estos tiempos.
Soy ese océano infinito de Gracia que se muestra a los corazones para que recuerden el compromiso de retornar a Dios y encuentren en sus caminos la Faz Gloriosa de Cristo.
Soy ese océano infinito de Gracia para que la humanidad recapacite a través del Don de la Sabiduría, y así corrija el desvío de sus caminos sin Dios.
Soy ese océano infinito de Gracia para que los más simples enseñen a los más soberbios sobre la esencia de la humildad; es por medio del espíritu de la simplicidad que Mi Corazón transforma el corazón más endurecido.
Yo soy ese océano infinito de Gracia para que recuerden que su Madre del Sol es el fuego divino que despertará el origen de su existencia, para que caminen con confianza esta trayectoria interna que es la escuela de la Tierra.
Soy ese océano infinito de Gracia para que aprendan a amar de verdad y sin prejuicios; pues Mi Gracia todo lo permite.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los conduce al océano infinito de la Gracia de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Desde el Cielo y desde todo el Universo Mayor, vengo para despertar vuestras almas y consciencias a la vida infinita del cosmos. En esos espacios y moradas divinas vuestros seres internos tienen un lugar predilecto ante el Reino de Dios. Es así, hijos, que en todo el cosmos, en donde gobiernan soles, estrellas y galaxias desconocidas por la humanidad, la vida evolutiva forma parte de una gran experiencia de amor, de perdón y de redención.
Otras humanidades se expresan en el Universo, así como los rayos tienen sus propios colores y formas. En los espacios del Universo, la vida evolutiva es la tónica de toda una experiencia milenaria y esto trasciende la historia de vuestra humanidad. Ustedes, hijos, proceden de diferentes partes del Cielo Universal y desde allí vinieron a la Tierra para aprender sobre la rehabilitación y el amor en esta escuela terrestre, en la cual los Sagrados Corazones se dignaron vivir por un tiempo.
En las esferas celestiales del Universo, los atributos son aplicados en la vida y cada atributo es una experiencia divina que permite despertar aún más a la consciencia que los pone en práctica, liberándola de cualquier error. Hijos, en el Universo, el que es vasto e infinito, las leyes se manifiestan como principio de educación y de consciencia para todo lo que es vida; es así que la armonía, el orden y la paz se expanden entre los soles, las estrellas y las grandes galaxias. Se vive una comunión con la Consciencia de Dios y siempre se busca aprender a través del amor.
Adonai es el principio y el motivo para todo lo que existe en los diferentes gobiernos estelares. La vida es impregnada por la Consciencia del Padre y la Presencia de Dios es la guía espiritual en todos los caminos. Es la Fuente Única de Adonai, la que brota y rebrota en las galaxias y en las estrellas, y toda la vida es partícipe de un manantial divino que es capaz de restaurar y de curar a toda criatura.
En el Universo, hijos Míos, vuestro planeta representa un Proyecto inicial de Dios, una experiencia de amor que una vez tuvo un propósito y que desde el génesis todo cambió. Por eso, después de haber vivido la humanidad muchos aprendizajes y errores, vuestro Padre Eterno buscó, contempló y meditó cómo haría para que la Tierra fuera nuevamente un planeta rescatable.
Así, las Jerarquías Arcangélicas comenzaron a trabajar para que el mejor proyecto de redención, de perdón y de liberación pudierase manifestar, y también para evitar el desvío y la decadencia de la humanidad. Fue así que en los espacios infinitos del Universo, en donde la Fuente Espiritual de Abba se expresa, los Padres Creadores, los Arcángeles, trabajaron para manifestar el principio del amor divino que daría la redención a este mundo material. Fue en ese momento universal que Dios quiso hacerse hombre y consciencia viva en este planeta, a través de la segunda persona de la Santísima Trinidad, a través del Hijo Primogénito.
Para eso, en el Universo Celestial y en los demás universos, los gobiernos pensaron en manifestar esa preciosa vida a través de una Santa Mujer. Allí, en esa instancia, Dios escogió a la Consciencia de María para ser la Madre del Redentor. El Espíritu de los Sagrados Corazones que es divino y puro, se donó para que ese proyecto se llevara adelante.
Y así como nació Jesús de un vientre tocado por el Espíritu Santo, también nació María de una generación que seguía la Voluntad de Dios. Y Mi Espíritu Materno proviene de la Fuente Creadora Universal, en donde la concepción de la vida es el mayor presente de la belleza de Dios. María y Jesús eran uno ante el proyecto, vivieron la experiencia de salvación, y la Misericordia venció a la Justicia antes de que el mundo se perdiera.
Hoy, queridos hijos, quisiera llevarlos a comprender con el corazón la verdadera historia de esta Creación, que sigue aprendiendo y madurando a través de la vida universal, de la cual el mundo forma parte, por más ignorante que sea de ello. Por eso vengo para despertar vuestro interés por la vida divina, para que al menos dejen la vida terrestre y crean en algo mayor que los espera.
En este día, hijos, por medio de la oración, reflejen vuestro verdadero espejo de amor para el mundo y ayúdenme a disipar los horrores que éste mundo ciego realiza ante el Padre Celestial.
Incansablemente vengo para guiar a la humanidad hacia el camino de la redención.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los despierta hacia la verdadera vida universal,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más