Vigilias de Oración
APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Yo vengo del Cielo, a este lugar, para reabrir las puertas de los corazones, de los corazones heridos, abandonados y olvidados.

Por esa razón, Yo estoy aquí, en esta noche, sobre este Centro Mariano y con cada uno de Mis hijos. Más allá de las distancias, Yo estoy con cada uno de ustedes y agradezco este momento en el que ustedes se reúnen Conmigo, uniendo Mi Corazón con sus corazones para que las Gracias del Padre, las promesas del Hijo y los impulsos del Espíritu Santo desciendan sobre la humanidad, sobre este planeta.

Les agradezco también, Mis amados hijos, en esta noche de Gracia y de Misericordia, cada oración que le han ofrecido a Mi Corazón y les prometo que cada una de sus intenciones, cada una de sus súplicas sinceras y honestas será colocada a los Pies del Creador, para que la Madre de Dios, y Madre de todos, pueda interceder por esta humanidad, como lo ha hecho en esta jornada, a través de este encuentro de oración, en los lugares más sufridos, en los espacios más oscuros, donde miles de almas no consiguen ver la Luz de Dios, donde miles de almas ya no creen en el Amor del Padre, porque les han quitado la fe, han borrado la esperanza en muchos corazones que viven los conflictos del mundo, las persecuciones de estos tiempos y las guerras.

Pero Mi esperanza por ustedes está firme, es una esperanza indisoluble, porque su Madre siempre vendrá a su encuentro a pesar de todo lo que suceda; porque cuando vengo a su encuentro, vengo a preparar sus corazones para el Retorno de Mi Hijo, un Retorno que está muy cerca, más cerca de lo que parece o de lo que piensan. 

Por eso, por medio de sus oraciones, a través de su servicio, sigan propagando la fe y no solo fortaleciendo la fe en ustedes, sino también en sus hermanos, en aquellos que han dejado de creer en la Nueva Tierra, porque también la Nueva Tierra está muy cerca, está cerca de poder nacer en el corazón de los hombres y mujeres de la Tierra, en aquellos que siguen en simplicidad los Mandamientos de Dios y que no se olvidan de que a través de los Mandamientos podrán conocer las Leyes de Dios.

Les pido que hagan silencio, para que puedan escuchar la Palabra de Dios, una Palabra que no se desperdicia, un Mensaje que no se desvanece, un impulso que trae Mi Corazón para todas sus moradas, para todas sus esencias, con un propósito mayor de que ustedes sean conscientes y partícipes de la preparación del Retorno de Cristo, porque como Él les dijo, Él necesitará colocar sus Pies en los lugares que sean preparados para recibirlo; porque en esos lugares como este, Él volverá a traerles Su Palabra, no solo Su Palabra de Redención, sino también Su Palabra de Amor; porque cuando tan solo escuchen Su Voz y vean emerger las Palabras a través de Sus Labios, todo será transformado, todo será redimido.

No solo estoy aquí con la esperanza de que cada uno de ustedes Me acompañe en la reapertura de los Centros Marianos, sino también que Me acompañen en la tarea que Su Madre Celeste deberá realizar junto a Su Hijo en el hemisferio norte, incluyendo África.

Por eso, desde ahora, Mi Corazón llama a cada uno de ustedes a postularse para el servicio mayor. Sí, es eso lo que escuchan, postularse al servicio mayor es abrirse profundamente para caminar junto a la Jerarquía en los planes y en las metas que están propuestas para este ciclo.

Un plan que ya está pensado y está previsto, un plan preparatorio también para el Retorno de Mi Amado Hijo. Un plan que beneficiará a muchas consciencias, en especial a los más vulnerables y a los más descartados, no solo de África, sino también del mundo.

Por esa razón, Yo estoy aquí, para impulsarlos al apostolado. Mi Hijo Me lo ha pedido, Mi Hijo Me lo ha suplicado, porque en estos tiempos deben surgir los apóstoles del fin de los tiempos. Esto no es una filosofía ni tampoco es una teoría, debe ser una realidad para cada uno de ustedes: estar abiertos, disponibles e incondicionales para que, a pedido de la Madre de Dios, puedan estar donde sea necesario o donde sea más urgente.

Por esa razón los traje hasta lo alto de esta Colina; por esa razón, les pedí que hicieran un ofrecimiento en el Portal de la Paz, porque las flores que colocaron a Mis pies son Gracias que hoy derramaré sobre el mundo y, en especial, en aquellos lugares donde ya no existe la esperanza, la luz ni el amor.

Sé que no comprenderán todo lo que hoy les digo, pero no se preocupen, Mis hijos, que Mis Palabras resuenen en su mundo interior y que puedan acoger Mis Palabras con gratitud y con mucha alegría por todos aquellos que no pueden vivir la gratitud, por todos aquellos que no conocen la gratitud, por todos aquellos que no viven la alegría porque viven el sufrimiento y el caos.

Pero ustedes, en esta noche, en nombre de toda la humanidad y del planeta, están bajo Mi atmósfera de Gracia, dentro de Mi gran esfera de Luz, en donde existe el Propósito Creador de Dios; impulsos que Yo dejo en sus consciencias y en sus mundos internos con el fin de que se pueda dibujar, a través de sus vidas, la Voluntad del Padre, aquella Voluntad que ya tiene prevista para cada uno de ustedes y de sus hermanos.

Por eso, alégrense y sirvan sin condiciones ni reglas. Dónense al mundo para que el sufrimiento se pueda aliviar en muchos lugares. 

Que sus pies sean pies peregrinos, que sus manos sean manos de servicio, de abnegación y de entrega incondicional, para que el Amor de Dios vuelva al mundo, en especial en aquellos espacios en donde se ha perdido el Amor.

Que ese Amor pueda llegar al principal Proyecto del Creador, que son las familias, porque muchas familias están divididas y separadas.

Todo este momento, es también por las familias del mundo, para que la alianza en las familias pueda existir en estos tiempos, y así se pueda gestar la Nueva Humanidad, que no estará sometida a estas condiciones actuales, sino que será una familia espiritual que podrá conocer la felicidad de Dios, aquella felicidad que Él les prometió desde el principio, desde Adán y Eva; una felicidad que fue sepultada por los pecados del mundo y por el mal.

Pero, ¡alégrense, hijos Míos!, porque la promesa de Mi Hijo está latente, la promesa del fin de su cautiverio, del cautiverio de esta humanidad.

Que, en esta noche, reciban la Gracia de estar en la Misericordia de Dios, para que puedan aprender y saber que la Misericordia de Dios es infinita e invencible, y que aquella alma o aquel corazón, que verdaderamente se arrepienta, conocerá la Misericordia de Dios en su corazón.

Esto era todo lo que hoy les quería decir. Sigan atentamente los pasos de los Sagrados Corazones. Nuestra promesa de volver a África está latente y aspiramos a que pueda suceder pronto, muy pronto; porque cuando eso suceda, Mis amados hijos, la puerta del amor y de la cura se abrirá para África.

Hoy, les agradezco por estar Conmigo y por haber hecho brillar a este Centro Mariano de Figueira. Una vez más, el Árbol Sagrado de Figueira les vuelve a otorgar los frutos de la Gracia de Dios, no solo a sus corazones, sino también a todos los corazones del mundo que, abiertos a Mi Amor, escuchan Mi llamado.

Les agradezco. Dios los bendice y los protege.

Bajo la autoridad que Él Me concedió, bajo la poderosa Luz de la Cruz de Emmanuel, a la cual, los invito a visitar después, para agradecerle a Dios Creador porque Su Misericordia es infinita y Su Amor es invencible.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús: 

A pedido de Nuestra Señora, vamos a cantar, para despedirla: “Bienaventurados los misericordiosos”.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL PRIMER DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

En este día de la entrada triunfante de Jesús en Jerusalén, en solemnidad y reverencia, vamos a prepararnos para recibir a nuestro Rey a través del cántico “Pater Noster”.

 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Ha llegado el día del Juicio Universal y, cada día que pasa, ese momento se aproxima a la humanidad. Pero no piensen que ese momento, ese gran acontecimiento universal, podría ser un castigo para el planeta o para todos sus habitantes.

Este es el tiempo de la corrección para que la energía de la impunidad y de la injusticia mundial sea erradicada de la consciencia humana y, de esa forma, sea liberada de todos los habitantes de la superficie del planeta.

Por eso, ese día se aproxima y, todos ustedes, con sus propios ojos, ven suceder esos acontecimientos, eventos muy dolorosos para el Padre Eterno, situaciones muy inexplicables para millones de almas en el mundo.

Pero en este día, en el que Me reciben y Me glorifican, una vez más vengo a concederles la amnistía espiritual, no solo para los presentes, sino también para todos los que Me escuchan en este momento y que creen en la Palabra del Señor.

Por eso, estamos, no solo como planeta, sino también como universo, en un gran momento de inflexión, en el que las corrientes poderosas del universo, a través de la manifestación de los Ángeles y Jerarquías, se movilizan silenciosamente para auxiliar en este momento a la humanidad.

Y aunque, en este momento, la guerra, la persecución o la muerte, sean noticia en todo el mundo: 

 ¡Levántense, compañeros, porque el día de su redención está próximo!

¡Levántense, compañeros, porque los Cielos se abrirán cuando Yo Retorne al mundo!

¡Levántense, compañeros, y sostengan con fe el estandarte de Mi Paz!

Han venido, en este tiempo y en este momento planetario, a vivir por Mí estos acontecimientos. Por eso, como Mis sagradas ovejas y como Mis amados apóstoles, serán colocados por Mí mismo en donde Yo los necesite; eso permitirá que su Maestro y Señor ingrese en aquellos lugares del mundo en donde más se necesita, no solo de Paz, sino también de Misericordia.

En esta Sagrada Semana, culminante para Mí, pero también definitiva, los invito a ingresar en el mismo Espíritu Crístico del Amor, para que la compasión en sus vidas les muestre y les revele la verdadera necesidad de estos tiempos, que ustedes saben, amados Míos, que no se restringe a sus purificaciones o pruebas, sino a la imperiosa necesidad de servirme, de anunciarme y de testimoniarme en el lugar del mundo que Yo necesite.

Por eso, lo más importante en esta Sagrada Semana es que, además de que sus corazones ya tienen que estar prontos, sus corazones ya deben estar abiertos para escucharme, porque Cielo y Tierra pasarán, pero Mis Palabras permanecerán vivas y latentes en los corazones que confían en Mí.

Ahora, que están a las puertas del Templo de la Iglesia Celestial del Padre, preparemos este momento, bendiciendo este altar que han ofrecido a Mi Corazón, a través de una amorosa pero simple oferta de dos almas que Yo he escogido, para que, en nombre de la humanidad y en nombre de Mi amada África, glorifiquen al Señor a las puertas de la Nueva Jerusalén, en donde todos están siendo contemplados y recibidos por el Padre Celestial, Adonai, a través de la Presencia de su Maestro y Señor.

Los invito a colocarse de pie.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Y vamos a traer en este momento el incienso que será ofrecido a Nuestro Señor, en el comienzo de esta Sagrada Semana, por las hermanas de Etiopía, Marta y Tseguereda. Pueden venir aquí, delante de Nuestro Señor.

Mantengamos la concentración, a pedido de Cristo, para que nuestra consciencia no se desconecte de Él, sino que, a través de Él, sostengamos este momento de intervención planetaria en este primer día de la Sagrada Semana, que Nuestro Señor hoy bendice y abre para todos.

 

Hoy, Mi Corazón reúne aquí la universalidad de todos los pueblos y razas que, a través de los tiempos y de las generaciones, participaron de la sagrada oportunidad del Proyecto de Dios a través de las culturas, de las razas y de los pueblos, así como fue con el pueblo de Israel.

Este incienso, que hoy están ofreciendo a su Maestro y Señor, representa el mayor ofrecimiento para este ciclo preparatorio del Retorno de Cristo, en el que las almas del mundo se unen a Mí, para preparar este sagrado momento de la llegada del Mesías, el Salvador y Señor del mundo.

Por eso, este incienso traído de las tierras de Etiopía, no solo glorifica al Señor como fue en la Gruta de Belén, sino que prepara el gran momento planetario durante el Viernes Santo, en el que su Maestro y Señor volverá a morir por ustedes para que tengan vida en abundancia y vivan a través de Mí.

Yo santifico estos elementos, así como santifico este altar y a todos los que escuchan en este momento.

Que vuelva a despertar en ustedes la esperanza, esperanza que los llevará a la Paz y a la Luz de Dios, porque el fin del calvario está próximo y tendrán parte Conmigo en la Sagrada Mesa del Retorno de Cristo, en donde junto a los ángeles, santos y bienaventurados gozarán eternamente de la Presencia del Señor.  

Que suenen los Campanarios del Cosmos. Que se abran las puertas y las dimensiones en este mismo momento para que, a través de San Miguel Arcángel, San Gabriel Arcángel y San Rafael Arcángel, las almas reciban en lo más profundo de su ser Mis impulsos de cristificación y santidad, por la victoria y el triunfo de Mi Corazón por los siglos de los siglos. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Turíbulo.

Cristo les está pidiendo a las hermanas que oren el Padre Nuestro en amárico, como oferta para la importante tarea que Él tendrá en África, a través de esta Obra, en algunos países de ese continente y para que, muchas más naciones africanas puedan recibir los códigos regeneradores del Amor y del Perdón.


 

A través de estas consciencias, su Maestro y Señor bendice a todos los exiliados y refugiados del mundo, en especial a aquellos que escapan de la guerra, del peligro y de la adversidad para que, en Mi Nombre y por Mi Nombre, reconstruyan sus vidas y sus familias para siempre. Amén.

 

“Adonai, Padre Amado,
que escuchas en Tu silencio
la voz de Tus hijos que Te claman,
santifica este altar y todos los elementos
que serán ofrecidos en estos días
para recordar la Pasión de Su Maestro y Señor,
por la Redención y la Paz de todo el género humano.

Que se cierren las puertas al mal.
Que se abran las puertas de la Luz
para que los ángeles desciendan
y, en este momento, otorguen a todas las consciencias
la Vida Eterna”.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Agua.

 

“Santísimo Padre del Universo, 
Tú que tienes el poder de resucitar toda la vida,
Tú que tienes el poder de curar a todos los corazones,
Tú que tienes el poder de reerguir a todas Tus criaturas,
a través del agua que Tú has creado
a imagen y semejanza de Tus hijos,
bendice al mundo entero,
bendice a todos los que escuchan
y, en especial, bendice, Señor,
a todos los que escapan de la guerra buscando la paz,
para que los que se refugien en Tu Corazón,
los humildes y simples refugiados,
sean reconocidos, honrados, respetados y amados,
como Tú los amas Señor.
Porque Yo Te he prometido, Padre Eterno,
primero retornar por todos ellos,
para que participen Conmigo del júbilo de la Nueva Tierra”.

 

Me recojo en los corazones que Me escuchan.

Me alivio en los corazones que Me abrazan.

Me alegro en los corazones que Me reciben.

Descanso en los corazones que se abren.

Y así, santifico todo lo que toco, para glorificar al Señor, el Dios del Universo.

Es así que Yo los preparo para los próximos tiempos, para que junto a Mí construyamos las bases de la redención por el bien del mundo, por la paz de la humanidad.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús: 

En este momento, vamos a celebrar la Santa Eucaristía en presencia de Nuestro Señor Jesucristo y, en este primer día de la Sagrada Semana, vamos a celebrar este momento a pedido de Cristo por todos los refugiados; para que, a pedido de Nuestro Señor, sean escuchados, acogidos y amados como parte de esta humanidad viva. Y Cristo invita a las hermanas de Etiopía a que nos acompañen en esta celebración. Vamos a prepararnos para ese ejercicio.

 

 “Padre, glorifica todo lo que has creado, 
unifica todo lo que has construido
 y acepta este ofrecimiento del altar, 
para que Tú, Padre, 
seas glorificado, adorado y honrado, 
por los tiempos que vendrán, 
a través de los corazones humildes y simples 
que Te vivifican y Te adoran”.

 

 A las puertas de la Nueva Jerusalén, delante de los Ángeles y de los Arcángeles, de todos los seres de buena voluntad que en este momento están congregados por Mi Amor en esta Sagrada Semana, vuelvo a ofrecer el mismo sacrificio que una vez ofrecí por ustedes.

Como aquel momento que compartí con Mis apóstoles, hoy vuelvo a compartirlo con ustedes, tomando el pan y ofreciéndoselo al Padre para que sea convertido en Mi Cuerpo. Y así, Me vuelvo a partir y a compartir con todos los Míos, diciendoles: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo, que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados”.
 

Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Adoramos el Cuerpo de Cristo, por la redención de todo el género humano, para que se establezcan los Mil Años de Paz.

 

Del mismo modo, antes de terminar esta Cena, vuelvo a tomar el Cáliz entre Mis Manos, ofreciéndoselo al Padre para que sea convertido en Mi Preciosa y Divina Sangre. Es así, que lo vuelvo a ofrecer a Mis compañeros diciéndoles: “Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, la Sangre de la Nueva y Eterna Alianza, que hoy es derramada por su Redentor para la remisión de todas las faltas. Hagan esto en Mi memoria, porque Yo ya estoy retornando”.

 

Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Adoramos la Preciosa Sangre del Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo, nos libera y nos otorga la Paz.

Que la Paz de Cristo descienda a la Tierra, y en un acto de reverencia damos la paz a nuestros hermanos.

 

En esta Sagrada Semana, quiero verlos y sentirlos con la misma fe y convicción del centurión y que, ante Mí, con devoción y fervor, repitan esa simple pero profunda oración:

Señor, 
yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.
Amén.
(tres veces) 

He aquí el Cuerpo y la Sangre de Cristo, que se alegren Mis compañeros porque Yo les prometí la reconciliación y la vida. 

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Así, anunciamos en nombre del Señor la Comunión Espiritual de todos los congregados en el Amor de Jesús, que están presentes en el mundo entero.

Y, a pedido de Nuestro Señor Jesucristo, vamos a acompañar en vivo este momento de Comunión de todos los presentes, para que cada uno de los presentes, a través de este momento de Comunión con Cristo, realice su oferta para esta Sagrada Semana.

Como un solo corazón y una sola voz, mientras los hermanos sacerdotes se preparan para distribuir la Comunión, vamos a cantar una canción que Él nos ha pedido, la canción del centurión: “Señor yo no soy digno”.

 

Quiero convertir sus corazones en sagrarios vivos de Mi Amor, porque Mi fin es que sean instrumentos de Mi Padre, para que Yo pueda curar la Tierra y así renovar al planeta. Esa es Mi aspiración por cada uno de ustedes.

Les agradezco por haberme respondido, y que en esta Semana Santa sus esencias reciban los Códigos de Mi Pasión por la redención de todo el género humano.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Pueden ir en paz.

MENSAJE SEMANAL DE LA LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Mis queridos hijos:

Con alegría, retorno a Mi amada Figueira, para volver a encontrarme con Mis hijos predilectos y para anunciarles que el Padre Eterno Me concedió la Gracia de traer Su Mensaje del Cielo el próximo 25 de marzo; momento en el cual, los Sagrados Corazones de Jesús, de María y de San José completarán esta importante preparación interna y espiritual de todos los seguidores de Cristo para la próxima Sagrada Semana.

Quiero decirles que esta será Mi única oportunidad de que, el próximo 25 de marzo, Yo pueda estar entre ustedes como una Madre que se alegra por el reencuentro con Sus hijos de Sudamérica.

Luego, los Mensajeros Divinos continuarán, desde el hemisferio norte, abriendo los caminos para el importante ciclo humanitario en África, Medio Oriente, Europa del Este y en otros lugares en donde la Jerarquía Divina tendrá la oportunidad de intervenir y de auxiliar.

Después de la próxima Sagrada Semana, se terminará de abrir la puerta del fin de los tiempos. Esto significa que se abrirá la puerta para que los que estén definidos la puedan cruzar junto con Mi Hijo y, así, asumir los preparativos para Su esperado Retorno.

Todo lo que sucedió en Aurora, como en Figueira, a través de los tiempos, los preparó conscientemente para asumir con adultez espiritual este importante ciclo de redención planetaria.

Yo, como Madre de todos, rezo y rezaré por ustedes, Mis hijos predilectos; para que, al lado de Mi Hijo, caminen firmes y fortalecidos en el Amor, porque el mundo necesita de almas misericordiosas y de corazones abnegados que, junto al Arcángel Miguel, sean capaces de disolver el mal, para que vuelva a nacer el Amor de Dios en todos los corazones.

Llegó el tiempo del apostolado, llegó la hora de crecer interiormente.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN MONTSERRAT, BARCELONA, ESPAÑA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 101.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

Mi Dios, 
yo creo en Ti,
yo Te adoro, yo Te espero y yo Te amo;
y Te pido perdón por los que no creen en Ti,
no Te adoran, no Te esperan y no Te aman.

Amén.
(tres veces)

 

Hoy, ante la majestad y la soberanía de estas montañas, Yo los saludo a todos.

He aquí el Resucitado, he aquí a Quién dio la vida por ustedes y la sigue dando en este tiempo, por un solo fin: la redención y la conversión de la humanidad, más allá de las creencias, más allá de las religiones, más allá de los dogmas, de las ideas o del ateísmo.

Yo Soy el Resucitado y Me presento, una vez más ante el mundo, para anunciarle Mi Mensaje de Paz y del fin de la guerra. Para que esto suceda, todas las almas y consciencias se deben rendir a Mí. Eso permitirá, ante el Padre Celestial, que la humanidad se salve completamente y que no se pierdan áreas de este planeta por ignorancia y por maldad.

He aquí el Resucitado, Aquel que resucitó al tercer día de entre los muertos, que subió a los Cielos, que retornará en Gloria con todas las Consciencias y Jerarquías para restablecer en este mundo el Gobierno del planeta, el verdadero Gobierno de la humanidad, un Gobierno Espiritual que nunca se sembró en la consciencia ni en la vida externa. 

Por eso, cuando el Resucitado retorne al mundo, no solo vendrá en Gloria, sino también en esplendor para anunciarles la llegada del Nuevo Tiempo a todos, la llegada de la Nueva Tierra, después de que esta se purifique como se purifica ahora, después de que esta Tierra y esta humanidad comprendan, de una vez y para siempre, que deben volverse hacia Dios, porque sin Dios la humanidad es nada, es una humanidad muerta, frágil y pobre.

A través de Mis Palabras, Yo vengo a traerles las riquezas del universo, el Verbo de Dios que se puede hacer carne en ustedes a través de los ejemplos de la caridad y del bien, que es lo que le falta a toda la humanidad, que es lo que le falta a la raza humana; le falta vivir el bien y la caridad para poder encontrar en sí misma la Misericordia que necesita para poder redimirse y salvarse, para que este planeta como consciencia espiritual se vuelva rescatable.

Yo vengo desde lo alto de estas majestuosas y soberanas montañas de Montserrat para anunciarle al mundo que el tiempo de Mi Retorno está llegando, y que cada día que pasa ese Retorno se vuelve más cerca, más próximo a todos.

Continúen elevando al Cielo sus oraciones y súplicas por aquellos que no lo hacen, por aquellos que no lo viven, por aquellos que niegan a Dios y no cumplen las Leyes Universales. Si esto sigue sucediendo así, el mundo ingresará en un caos mayor.

Sean inteligentes y no permitan que Mi adversario avance sobre esta humanidad, sean pacificadores, sean misericordiosos, sean representantes de Cristo en la Tierra a través de su transformación y de la transformación de sus consciencias. De esa forma, darán un testimonio vivo y no pasajero, darán un testimonio verdadero y no un testimonio pobre.

Por esa razón, Yo estoy aquí para hacerlos valientes y perseverantes; para que, a través de Mi Corazón, el Corazón del Resucitado, ustedes vuelvan a encontrar la vida, y sus hermanos también vuelvan a encontrar la vida que perdieron, la vida que Yo llamo vida espiritual.

Mientras tanto, quisiera decirles que las Jerarquías que hoy Me acompañan, las Sabias Jerarquías del universo, trabajan incansablemente en este momento planetario, especialmente por aquellos que son golpeados por las guerras y por los conflictos, especialmente por aquellos que siguen siendo descartados, esclavizados y martirizados por sus hermanos de la humanidad.

Llegará el momento que, cuando retorne el Hijo de Dios, Él mismo en Su Soberana Presencia enfrentará a aquellas consciencias que lo negaron, especialmente a las que dirigen los gobiernos de este mundo, que estarán cara a cara ante el Rey y el Hijo de Dios.

Pero no vendré a imponer una ley ni tampoco un castigo, vendré a demostrarles aún más el universo infinito de Mi Amor, al cual los invito a seguir conociendo y penetrando a través de la consciencia y de los actos de amor. De esa forma, no solo serán Mis servidores, serán las consciencias misericordiosas de Dios que atraerán hacia la Tierra las Leyes Divinas, que hasta los días de hoy la humanidad no cumple ni vive. 

La ausencia de las Leyes Superiores, en esta humanidad, genera el caos que hoy está viviendo y atrae muchísima desigualdad e indiferencia a través de aquellos que solo se llenan sus bolsillos de riquezas y no las comparten con los más pobres y descartados.

Por eso, Mi Mensaje viene para los más simples de corazón, los más puros de intención, para los más humildes.

Yo no vengo a buscar a los que son perfectos, inteligentes o astutos; vengo a buscar a los que se consideran pecadores, a los que necesitan de la Llama del Amor de Mi Corazón para poder redimirse y para poder seguir adelante en este camino que Yo les ofrezco hacia Mi Padre Celestial.

Mientras tanto, el Padre Eterno tiene Sus Brazos abiertos, pero Su Corazón lleno de flechas, por el odio, por los conflictos, por las guerras, por las indiferencias y, principalmente, por la falta de amor y de fraternidad en la consciencia humana.

Sé que Mi Presencia Espiritual y Divina, en este momento previo a Mi Retorno, despierta y activa a muchos Cristos Internos que no viven ninguna religión, que no viven ningún dogma ni tampoco practican ninguna filosofía, sino que, a través del servicio, sus corazones se llenan de paz, de gozo y de alegría por servir a los demás.

Es allí, en donde también Mi Amor Redentor y Misericordioso actúa profundamente, en los abismos más difíciles del planeta, en los infiernos de las consciencias de las naciones, en donde solo se practica la violencia, el odio y la maldad.

Aunque todo parezca destruido en algunas naciones del mundo, Yo prometo volver a erguirlas, para que sean el verdadero Reino de Dios que vinieron a cumplir en este mundo y que, por diferentes razones y motivos, sus hermanos de la humanidad impidieron este, Mi Proyecto, para las naciones.

Yo haré florecer en los corazones nuevos tesoros. Yo haré florecer en los corazones nuevas experiencias. Y todos, los que hayan creído en Mí, podrán recibir los impulsos de Mi Amor, los que les traerán sabiduría y discernimiento para estos tiempos de transición.

De esa forma, ustedes no solo estarán preparados, sino también, a través de sus ejemplos de servicio y de amor, prepararán a sus hermanos, especialmente a aquellos que no tienen consciencia de la espiritualidad y de la Vida Mayor.

Por esa razón, hoy vengo especialmente a Montserrat, para que la consciencia se eleve hacia Dios, para que la raza humana se vuelva hacia el universo, contemple el firmamento estrellado de esta Creación y recuerde que hay un lugar muy especial para cada consciencia, para cada alma y para cada ser, que es su origen.

Si las almas se vuelven hacia su origen, sus espíritus retornarán hacia sus orígenes primordiales. De esa forma, el espíritu del gobierno de esta humanidad y de este planeta se reconstruirá, cuando todo se haya purificado.

Muchos se preguntan en los planos internos: ¿cuánto tiempo falta para que retorne el Redentor? 

Hoy, les vuelvo a decir que no falta mucho tiempo; pero hasta que Yo no consiga retornar a sus corazones, hasta que ustedes no Me entreguen sus vidas completamente y no resistan ningún aspecto interior, Yo no podré retornar.

Es de esa forma, que necesito justificar ante el Padre Eterno ese gran movimiento universal. Sean conscientes de este momento, porque ya no hay tiempo.

Mis Labios pronuncian las Palabras de la Voluntad de Dios a todas las consciencias.

Mi Corazón irradia los Impulsos de la Fuente Divina en este momento, ante esta situación del planeta y de la humanidad.

Mientras estoy aquí, estabilizo los planos de la consciencia para todos los que necesitan de la paz, para todos los que escapan de la guerra, de la persecución y de la muerte; porque su Maestro y Señor sabe lo que es morir en soledad. Él lo vivió en la Cruz en carne propia, en cada minuto y en cada segundo del Calvario.

Pero, en esa soledad que hoy muchas consciencias viven en el mundo por diferentes motivos, por pobreza, por descarte, por desigualdad, por indiferencia, por miseria, por enfermedad o hasta por maldad, encuentran una fortaleza interior a través de Mi Presencia, cuando tan solo piensan en Mí.

Es así, que Yo los hago caminar más allá de lo que creen poder hacer, superando sus límites, sus desiertos y hasta sus dificultades. El Amor de Dios es capaz de ir más lejos, y les daré un ejemplo para que lo comprendan: en este momento, de sufrimiento y oscuridad para Ucrania, su Maestro y Señor ha propuesto una ayuda especial a todas las esencias que atraviesan ese momento, mediante un servicio humanitario simple, preciso, pero profundo, porque significa llevar la Luz de Cristo hacia esos lugares, donde más se necesita.

De la misma forma, Mi aspiración por África está latente.

No solo Europa, sino también el mundo entero, todos los que escuchan Mi Voz y creen en Mi Mensaje deben tener presente estas dos aspiraciones de su Maestro y Señor, porque de esas tareas, de esos acontecimientos, dependerá o no el mayor alivio de la humanidad.

Quiero que en esta próxima Maratón ya se sientan Mis apóstoles, y no que aspiren a ser Mis apóstoles.

El mundo necesita de apostolado, no un apostolado de evangelización, sino un apostolado de servicio, de amor, de caridad y hasta de redención; de llevar la paz a donde no existe, de transmutar la maldad en donde esté presente por medio del silencio y de la oración, de la elevación de las consciencias. 

Así, aprenderán a hacer lo mismo que Yo hice por ustedes, cuando estuve en la Tierra. De esa forma, Yo contaré con consciencias que amen la Ley de la Transmutación y que no la esquiven, porque este es el tiempo de hacer algo por los demás.

Que esta Maratón ya sea una confirmación de parte de cada servidor para que, en el próximo encuentro Conmigo o hasta la próxima Sagrada Semana, ya pueda designar las necesidades del Plan que tengo previsto para el mundo; es decir, colocar a las consciencias al servicio en África, en Medio Oriente y en Europa, así como también en otros lugares del mundo.

Pero para que esto sea real, ustedes deben amar Mis aspiraciones y deben querer vivirlas, concretarlas y hasta realizarlas; porque ustedes saben que Yo puedo hacer muchas cosas, pero ahora Me resigno delante de ustedes, para que ustedes puedan hacer más de lo que Yo hice tanto tiempo atrás. 

Deben ser generadores de la esperanza para el mundo, de una esperanza que ha sido condicionada, de una esperanza que ha sido mutada por los proyectos contrarios de la humanidad. Deben hacerle recordar al mundo que Dios les ha dado la vida, y que la vida es lo más preciado que el Padre les entregó. 

El mundo ya no quiere respetar la vida. El mundo quiere abortar la vida y no sabe con lo que se vincula cuando hace ese movimiento. Si una vida está por surgir, esa vida debe ser respetada y amada, así como ustedes fueron amados y respetados desde su nacimiento.

Si Yo no hubiera nacido en un pobre pesebre de Belén, el mundo no hubiera comprendido el Propósito de Dios. Si Yo no hubiera predicado, el mundo no hubiera comprendido las Parábolas. Si Yo no hubiera muerto en la Cruz, el mundo no Me hubiera adorado como el Primogénito. 

Porque, recuerden que Yo Soy un Puente hacia Dios. Soy el Gran Espejo de la Misericordia Divina, que cada vez que se presenta se proyecta y se refracta en el mundo entero, en todas las almas, bajo cualquier condición y situación.

Llegó la hora de los apóstoles confirmados. Llegó la hora de dejar de tener el corazón tibio, de tener los pies en dos caminos, en dos senderos; porque les vuelvo a decir, como les dije una vez, que Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida. 

Les agradezco por orar a Mi Madre Celestial, pues como una Gran Operaria de Dios trabaja por la paz en Europa Oriental, junto a todas las consciencias angélicas.

Sigamos creando los puentes hacia el universo, sigamos abriendo las puertas correctas y cerrando las puertas inciertas, porque el mal se vencerá con el Amor. 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN NAZARÉ, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Hijo Mío e hija Mía, Mis queridas almas de la Tierra:

La Madre de Dios se aproxima a ustedes para consolarlos y para fortalecerlos con el fin de que, en este tiempo, los apóstoles de Cristo, que se están purificando y transformando, sigan teniendo el ímpetu de decirle sí a Mi Hijo Jesús, el Cristo.

En este día, estoy sobre los océanos de este amado y agonizante planeta, para decirle a la humanidad:

¡Basta! Ya no lastimen a la naturaleza.

¡Basta! Ya no instrumentalicen a los seres humanos como si fueran armas en las manos de los que hacen las guerras.

¡Basta! Ya no promuevan el aborto y la pérdida de cientos de pequeñas e inocentes vidas.

¡Basta! Ya no descarten a sus hermanos de la humanidad.

¡Basta! Ya no desforesten más, ya no contaminen la Tierra, ya no intoxiquen sus propios alimentos.

¡Basta! Ya no dividan a las familias, ya no disuelvan el amor de sus corazones, ya no practiquen el mal.

¡Basta! Ya no gratifiquen sus gustos, ya no trafiquen a los seres humanos, ya no vendan a los animales, ya no los sacrifiquen.

¡Basta! Ya no generen más caos, ya no sean indiferentes, ya no se aparten más del Amor de Dios.

Les digo ¡basta!, para que Me puedan escuchar, porque aún hay corazones muy cerrados, pero también hay corazones lastimados.

Hijos, rezo por el planeta y rezo por ustedes; parece que ya no es suficiente hablar, pero como una buena Madre no Me cansaré, y con todos Mis ángeles trabajaré para cerrar las puertas al mal.

Mis amados, veo, en este momento, las difíciles pruebas que enfrenta el mundo y especialmente algunos pueblos de África y de Medio Oriente, que están estigmatizados por sus propios hermanos de la humanidad; algo que no les permite salir adelante y reconstruir sus vidas. Pero también veo la violencia y la agresión que hoy se vive en toda la sociedad, actitudes que hicieron perder los valores no solo de la fe, sino también del respeto mutuo.

Todos los días, les pido a los ángeles del Señor que llenen con su Luz los espacios más oscuros de este mundo, para que las almas dispongan de una ayuda interior para poder rehacer sus vidas interna y externa.

En este tiempo, la familia es el foco de la división y del odio, porque al disolverse el amor en muchas familias, Mi adversario las manipula y las hiere de par en par. 

Por eso, Mis amados, debemos aliarnos cada día más a la oración del corazón y orar por aquellos que no tienen la Gracia de percibir la realidad, por haber vendido sus almas al infierno. 

También, rezo por todo esto. Pero también rezo para que la humanidad no continúe condenándose así misma hasta el punto de que la violencia y la muerte parezcan normales.

A través de todos Mis Espejos, todos los días en el Cielo y en la Tierra, transmuto los grandes impactos contrarios a la Ley, los que abrazan abruptamente a cientos de almas en el mundo, no dejándolas escapar del terror espiritual y de la persecución mental.

Pero unidos a Mí, hijos amados, venceremos esta batalla espiritual y física, no con armas, no con agresiones, no con reclamos ni tampoco con conflictos ni alzando la voz. Resolveremos esta situación planetaria con neutralidad, pacificación, amor y fe. Esto, tarde o temprano, desactivará las grandes artimañas de Mi enemigo, porque él no tendrá espacio ni lugar para sembrar la división.

Hijos, sean optimistas, no sean pesimistas, atraigan hacia sus corazones el Amor de Dios, porque Su Reino se aproxima para que las consciencias sean liberadas de la opresión y de la prisión espiritual.

No pierdan la fe, no se mezclen con las críticas, con los comentarios, con el desgaste innecesario del verbo. Sean inteligentes y promuevan la cultura de la inclusión, y no la cultura del descarte.

Es muy necesario que, en este momento, se reconozcan como hermanos, que ya no cierren sus corazones por nada, y que, a pesar de todo, confíen en el Amor de Mi Hijo, porque Su Amor siempre los liberará.

Si la humanidad entera coloca la atención en todo esto que les digo, ya no será necesario sentir el peso de la cruz; pero, sobre todo, no sentir más el peso de los asedios.

Aférrense a Mi Manto, colóquense cerca de Mí, porque Mi Corazón Inmaculado los protegerá. 

Abandónense en el Señor, porque en Él está la salida, la superación de cualquier situación y la respuesta ante cualquier prueba.

Hijos, los vuelvo a bendecir, les vuelvo a confiar Mi Amor de Madre. 

Yo estoy aquí, no se olviden de Mí.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz   

Mensaje extraordinario
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 95.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Con campanadas de alegría, he sido recibido en Europa, pues ha llegado el tiempo de volver a congregar a Mis discípulos. Aquellos que estuvieron Conmigo en el pasado, que formaron parte de Mi trayectoria en la Tierra, que vivieron Mi Palabra, que practicaron Mis Mandamientos, que entregaron sus vidas al servicio de los demás.

Vengo, hoy aquí, a Europa y al mundo entero, para que cada consciencia mire hacia su interior y, a través de su interior y no de su mente, pueda sentir y comprender cómo en verdad está este mundo, un planeta en caos, en confusión y sufrimiento.

Pero no vengo aquí para volverles a repetir todas estas cosas, porque sé que ya las saben. Lo que deben saber, compañeros, es que es el tiempo de buscar una solución.

No será una solución externa, sino una solución interna, una convicción profunda y verdadera de que deben estar definitivamente unidos a Dios.

Así, permitirán que Mi Sacerdocio sideral se realice en este planeta a través de todos los que Me sirven en este linaje, en este oficio, en esta sagrada tarea.

Yo necesito que miren hacia su interior, no para ver la imperfección de las cosas, sino para reconocer la Gracia de Dios, la Gracia que los guía y que los sostiene hasta los tiempos actuales. 

De esa forma, toda adversidad, que está a su alrededor, pasará a ser pequeña; porque un verdadero discípulo se forja a través de los desafíos, de las metas, del cumplimiento del sagrado Propósito. 

Yo necesito que Europa despierte del sueño de su comodidad y que viva la acción inmediata de estos tiempos, el servicio que abarcará y suplirá las necesidades de las naciones, especialmente de las naciones más pobres como son las de África.

De esa forma, con su disposición y entrega, con su donación verdadera, impulsarán a otras almas a que también hagan el mismo ejercicio, para que esta deuda que tiene Europa, especialmente con Sudamérica, se pueda saldar de una vez y para siempre; y ya no existan secuelas, heridas o marcas, que recuerden a sus hermanos todo lo que ustedes hicieron en otros tiempos.

Por medio del Santuario del Reino de Lys, Yo vengo a concederles la oportunidad del perdón para que alcancen la oportunidad de la redención.

Por eso, con valentía y determinación, prepárense. La emergencia solo tenderá a aumentar, la demanda solo tenderá a crecer. Es el tiempo de forjar al verdadero discípulo, al alma donada que se sacrificará por Mí. De esa forma, Yo no tendré impedimentos para poder interceder por ustedes y por sus naciones.

Desde el corazón de Europa deberá surgir el cambio de la consciencia; de una consciencia abnegada, incondicional, disponible, madura, sabia y entregada; de una consciencia que pueda forjar la caridad, el bien, la paz, la fraternidad y la cooperación; y no el sometimiento de los países más pobres.

Todos son responsables de lo hoy sucede en el mundo, cada uno en su grado, cada uno en su escuela. Pero el destino es uno solo, el camino es uno solo, la verdad es un sola y es la que hoy Yo les traigo para abrirles sus ojos, los ojos de la consciencia, para que su corazón sienta todo lo que les digo. De esa forma, Yo podré depositar Mis Planes en ustedes, en confianza y fidelidad, en prontitud y respuesta, algo que deberá nacer de ustedes mismos para que la Jerarquía pueda intervenir y ayudar. 

A través de Mis Manos ilumino los Planes de Mi Padre y se los presento a toda Europa y al mundo entero.

Hemos escogido retornar aquí, aunque en otros lugares del mundo existan mayores necesidades, porque si el cambio no se da desde la raíz de la consciencia en este lugar, no habrá cambio en el resto de la humanidad. Con esto podrán comprender, compañeros, en dónde todo comenzó, en dónde el desvío se originó.

Por medio del Amor, vengo a depositar Mi Luz y Mi Sabiduría, para que los Nuevos Cristos despierten y se dispongan a servir.

La unidad entre los grupos orantes y peregrinos de Europa será siempre muy importante. Ahora, que las consecuencias y el caos los han separado a los unos de los otros, deben estar más unidos que nunca; pero unidos de corazón, de verdad, con un sentimiento profundo de hermandad y de fraternidad para con sus semejantes. Así, mantendrán las puertas abiertas hacia Mi Misericordia y Europa no será tan golpeada por todo lo que no ha hecho bien. 

Saben, compañeros, que la puerta de la Justicia Divina se está abriendo. Quiero, a través de sus sacrificios, entregas y renuncias, sostener esa puerta para que no se pueda abrir y así, el afluente de la Misericordia de Mi Corazón pueda derramarse sobre Europa y el mundo entero, como lo fue una vez en Polonia cuando le revelé al mundo Mi Divina e Insondable Misericordia.

Quiero que sus almas sean víctimas de Mi Amor. Quiero que sus almas justifiquen los errores que comete el mundo, día a día; porque la balanza de este planeta está desajustada, descompensada y desequilibrada.

Ustedes deben ser piezas preciosas en Mis Manos, deben ser instrumentos por medio de los cuales Yo pueda impulsar la paz y la concreción del Plan. De esa forma, compañeros, muchos, pero muchos, dejarán de sufrir y de padecer.

Que sus naciones europeas sean abrigo y acogimiento para los refugiados, porque Yo Soy quien está golpeando la puerta de sus naciones, de sus gobiernos y de sus hogares, para que Me puedan recibir.

Muchas veces, he caminado por los suelos de este continente, Europa. Muchas veces, fui rechazado en el niño, en la madre que sufre, en el anciano enfermo, en los que no son aceptados por ser extranjeros.

Ahora, que tienen mayor consciencia, a través del impulso de Mi Amor, Yo los invito a renovarse con valentía y no con culpa. Los invito a que sientan la alegría de poder hacer las cosas correctas y dejar de hacer las cosas incorrectas; lo que no pertenece a la Ley ni al Plan, lo que no pertenece a la hermandad ni a la fraternidad.

Que sus corazones se sensibilicen, que sus mentes se calmen, que sus espíritus se abran para ser depositarios de Mis Proyectos para este ciclo tan importante en Europa.

De esa forma, muchos centros internos beneficiarán a la consciencia de este continente y del mundo entero, porque con la consecuencia de Mis discípulos la intervención será más profunda e inmediata.

Vengo a traerles un Mensaje de conscientización y no un Mensaje de castigo. Vengo a hablarles a tiempo, antes de que el tiempo termine. La Hermandad de esta región del planeta aguarda por su sí. 

Por eso, es importante que cambien las formas y hasta los procedimientos. Seguir y acompañar a la Jerarquía no es solo estar unido a Ella. Seguir y acompañar a la Jerarquía es vivir a la Jerarquía, es responderle, es obrar.

He traído aquí, a Europa, a una parte del grupo de la Orden Gracia Misericordia que estaba en Sudamérica para que se sientan apoyados; para que sepan que Nuestros Sagrados Corazones, con predilección, estarán en el Reino de Fátima y, estando en el Reino de Fátima, estarán con toda Europa, acompañando a todas las necesidades, situaciones, intenciones y súplicas, hasta en el Lejano Oriente.

Por eso, tienen que preparase para el último ciclo del fin de los tiempos; este es el momento y esta es la hora.

Yo les abro la puerta de Mi Corazón para que puedan entrar al Templo de Mi Espíritu y comulgar de la Fuente de Mi Sabiduría y Amor.

Yo vengo a hacerlos valientes. Yo vengo a impulsarlos a vivir el fuego de la determinación, para que lo que se debe construir se pueda construir de una vez y para siempre.

Vengo a traerle a Europa Mi bendición, porque Mi Corazón ama a este continente, que tiene raíces y tradiciones tan preciosas que se fueron perdiendo por la modernidad.

El europeo es un pueblo trabajador, y eso lo ha compartido y transmitido a sus descendientes, a muchos de sus descendientes que están en Sudamérica y en otras partes del mundo. Que ese espíritu obrero pueda seguir impulsando la concreción del Plan.

Por eso, Yo vengo a dejarles este Mensaje para esta nueva Maratón, para que sepan que Yo estoy aquí, bajo el Espíritu incondicional de Mi Padre, que es su Padre, Nuestro Padre que está en los Cielos.

Llego a este Santuario interior para celebrar esta Comunión renovadora, esta Comunión en la que ustedes podrán confirmar los votos para que se realice Mi Plan de Amor y de Redención.

Celebren este momento por aquellos que no pueden celebrarlo. Alaben este momento por aquellos que no pueden alabarlo por estar en el silencio del sometimiento y de la esclavitud, del exilio y de la guerra, de la aniquilación y del caos.

Reconozcan que no están solos y que, así como Mi Mano se extiende hacia ustedes, Mi Corazón se expande al mundo para que todos puedan estar bajo los Rayos de Mi Paz.

Ofrezcan esta Maratón de la Divina Misericordia por todos los Planes de su Maestro y Señor para Europa, África y Medio Oriente.

Sí o sí, ahora la Obra deberá expandirse, no solo la Obra de Mi Misericordia, sino la Obra de las misiones humanitarias, porque Mi Amor deberá seguir aliviando el sufrimiento de los inocentes.

Les doy Mi Paz y les pido que vayan en Mi Paz, confiando que un nuevo tiempo llegará. Este es el tiempo venidero del Reino de los Cielos, de la Nueva Humanidad, de los mil años de paz.

Los bendigo, bajo Mi Sacerdocio espiritual, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Como Madre y Señora de Garabandal, Me preparo para retornar y ayudar, a través de ustedes, a todo el pueblo de España azotado por la pandemia, golpeado por la falta de fe y de devoción por tantos acontecimientos difíciles.

Una vez, dije en Garabandal que la copa estaba casi llena, ahora la copa ya está rebasando.

Queridos hijos, Mi retorno a Europa es para intentar, una vez más, retirar a muchos hijos Míos de la indiferencia y de la discriminación que viven en este tiempo.

Rezo, día y noche, y estando en vigilia, su Madre Celeste se prepara para comenzar una nueva etapa y un nuevo ciclo con todos Sus hijos de Europa, y desde Europa hacia el mundo entero, incluyendo Asia y Oceanía.

Hijos amados, por eso, les pido que continúen rezando con fervor por cada una de Mis intenciones para que, algún día, se conviertan en una realidad de abundancia y de Misericordia para todos Mis hijos.

También les pido que oren por Mis Planes de salvación y de paz, que la Virgen de Garabandal, la Señora de Fátima, necesitará llevar adelante en África y en Medio Oriente, a través del apoyo y de la colaboración amorosa y fraterna de todos.

El tiempo que permaneceré en Europa, enviando Mis Mensajes al mundo, será largo, porque el hemisferio norte, incluyendo África, necesita de mucha Misericordia.

Desde ahora, les estaré agradecida.

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

 

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hoy estoy aquí por una razón espiritual. Hoy estoy aquí por la humanidad, pero también por la consciencia del planeta, por el alma de esta Tierra para que, algún día, cumpla el Propósito del Padre Celestial.

Pero esta humanidad, a pesar de haberse desviado, no deja de ser colmada por la Gracia de Dios, por lo que proviene de Su Fuente espiritual y divina. De ese lugar proviene la Madre Celeste. De ese lugar proviene el Sagrado Corazón de Jesús, así como todos los ángeles del universo, que custodian y protegen la Creación.

En este vasto universo que ustedes desconocen, llamado Universo Material, existen puntos de inflexión espiritual. Este planeta que fue pensado desde el Génesis para el Proyecto de Dios, a través de los tiempos y por medio de las diferentes razas, que llamamos diferentes humanidades, se ha vuelto un punto de inflexión.

Pero en todo esto parece existir algo controversial; porque este planeta, al cual ustedes pertenecen en esta vida, fue especialmente creado para ustedes, entre tantos planetas del universo que también fueron pensados para desarrollar un Proyecto semejante, proyectos que no resultaron.

Entonces, hijos Míos, piensen cuán importante es trascender la dualidad a través de la transparencia, de la verdad y de la pureza; atributos que provienen de la Fuente del Amor-Sabiduría, Fuente de la cual ustedes también provienen desde que fueron pequeñísimas moléculas de Luz en los Estanques de la Creación Universal.

¿Por qué Dios, nuestro amado Padre del Universo y de la Tierra, necesitaba que, en este universo local, existiera una civilización de Cristos? 

Para que eso fuera posible, pero también para que el proyecto humano no se perdiera, como estuvo a punto de perderse hace más de dos mil años; el propio Padre Eterno se humilló y encarnó a través de Su Hijo en este planeta, trayendo para todos la lección del Amor y del Perdón.   

Yo necesito, hijos Míos, que ustedes tengan presente, en este momento y bajo esta circunstancia planetaria, que aún el Proyecto de Dios para esta humanidad se debe cumplir.

Por esa razón, Mi Hijo Me entregó a cada uno de ustedes a los pies de la Cruz para que, a través de los tiempos y de las generaciones, ustedes fueran partícipes del Plan del Creador, no solo viviéndolo, sino también conociéndolo, amando descubrir el misterio de la Creación, que aún espera poder revelarse en el Retorno de Cristo.

Queridos hijos, a través de todos estos años, hemos intentado amorosamente que las almas comprendieran el sentido del Propósito, la razón y la existencia de estar aquí, en este momento, y de saber, más allá de las circunstancias o de las situaciones, que vinieron a la Tierra por un Propósito Mayor, un Propósito que deben amar para algún día poder comprender.

Dios es tan humilde y simple que Él revela Su Misterio solo a través de los que aman, y no a través de los que quieren o aspiran a poseer alguna cosa. Eso aconteció Conmigo, de amar la Voluntad de Dios, de creer en Su Voluntad, de proteger la Voluntad de Dios de cualquier situación o circunstancia, de cumplir la Voluntad del Padre sabiendo que, más allá de todo, existía una Voluntad profunda por ser realizada y cumplida, a través de la encarnación del Hijo de Dios.

Ustedes, como hijos del Padre Eterno, forman parte de esa Voluntad Divina; cada uno de Mis hijos tiene una pequeña parte de esa Voluntad para poder cumplirla y realizarla.

Cuando esta Voluntad no se cumple ni tampoco se realiza, la humanidad sufre porque se aparta de la verdad, pero también de la simplicidad de la vida; se aparta del amor para poder comprender, en sí mismo y en los demás, las situaciones más desconocidas y hasta las situaciones más inaceptables.

Es el Amor el que permite concretar el Plan del Creador. Es viviendo en ese Amor y bajo ese Amor Divino que sus vidas serán libres para poder concretar lo que el Padre tanto espera desde el origen de sus esencias, en este vasto e infinito universo.

Muchos de Mis hijos habrán podido pensar, en algún momento, que todo lo que decimos es inalcanzable o que nunca se concretará. Pero ¿dónde está el sostén de la fe? ¿En dónde se apoya la fe del creyente? ¿Qué es lo que alimenta la fe de cada ser para que tenga la fuerza suficiente de seguir adelante y de no desistir? Es la Sabiduría que les brinda el entendimiento y el discernimiento; y es el Amor que les refleja la verdad y la pureza que les permitirá estar en Dios, a pesar de lo que suceda.

El mundo ha borrado de su mente y especialmente de su corazón estos atributos. La invasión de las tecnologías, el hipnotismo de las mentes, la ceguera de los corazones que no sienten y que no viven a Dios han establecido la cultura de la indiferencia; y esto ha sido más profundo y más grave, llevando a que muchos pueblos y naciones sean insensibles al sufrimiento de los que padecen en estos tiempos, como inmigrantes o como exiliados.

Esta cultura de la indiferencia ha establecido la cultura del descarte entre hermanos de una misma raza y civilización; y lo oculto en todo esto es Mi adversario, que estimula cada vez más la apropiación de las riquezas y tienta a los que se creen poderosos a que puedan controlar el mundo.   

Pero Dios nunca enfrentará estas situaciones. Sepan contemplar, por medio de la oración, Sus sagradas estrategias y no bajen los brazos, no desistan y no se permitan engañar; porque el triunfo de Mi Corazón y el Retorno de Mi Hijo están aún por cumplirse, y sus vidas deben ser ese camino pero también esa trayectoria en donde el propio Padre Eterno pueda escribir esa victoria espiritual y profundamente interna en los corazones que creen en Su Reino.

Mi Hijo, en la solemnidad del mes del Sagrado Corazón de Jesús, Me envía con este Mensaje al mundo, para que Mis Hijos sepan, comprendan y entiendan que llegará un tiempo de solución y de esperanza. Un corto tiempo que les permitirá a los corazones rehacer sus vidas y sus familias, y prepararse para el último tiempo del Apocalipsis. 

Porque en ese momento y en ese tiempo, es en el que Mi Hijo retornará, un tiempo que no está lejos para ustedes. Por esa razón, tuve que esperar estos doce últimos años de construcción de esta Obra, con ustedes y por ustedes; para poder decirles esto, todo lo que hoy les anuncio a través de Mi Corazón.

Algunos Recintos internos del planeta trabajan incansablemente, por medio de sus Jerarquías, para ayudar en esta transición de la humanidad. Sepan que todos los esfuerzos están siendo realizados, todos los sacrificios están siendo cumplidos, todas las entregas están siendo ofrecidas para que la humanidad se pueda sostener en esta cruel batalla del fin de los tiempos.

Y ustedes, a través del Rosario y de la oración, tienen que vencer esta batalla en su interior; porque en algún momento, como muchos de Mis hijos lo han sentido en estos tiempos y sobre todo en este último año, tuvieron que enfrentar su propia batalla interior, para no salir del camino de Cristo y no dejar a Mi Hijo sin Sus pilares sobre la superficie de la Tierra.

Comprendan en esta simbología, la complejidad de estos tiempos, la verdadera necesidad de la Jerarquía espiritual y universal. Y por encima de todo, comprendan el sentido de lo que verdaderamente sucede en este tiempo y no de todo lo que se dice en el mundo.

Que sus corazones se sensibilicen con Mis Palabras, para no solo escucharlas, sino para interiorizar Mis Palabras en el corazón, morada segura para estar en Dios. Muchas moradas se apagan en este tiempo, como una débil llama que desaparece por sí sola, y en muchos casos una llama debilitada que se apaga con los fuertes vientos de la contrariedad.

Pero Yo les traigo este aceite espiritual de la unción de Mi Hijo, que les hará encender el espíritu y el corazón por medio de la llama de la fe de Mi Corazón Inmaculado, para que se sientan protegidos y amparados por Mí, porque lo que aún espero es solo llevarlos a Dios.

Mi Corazón Inmaculado es su fortaleza y el camino directo hacia Dios. No se olviden, Mis pequeños del mundo entero, de entrar en Mi Corazón para que Yo pueda entrar aún más en sus vidas y consagrarlas a la Voluntad del Padre.

Yo soy esa Madre perpetua que los ama, que los protege y que los acepta. Soy la Esclava del Sacrificio de Dios. Soy la que siempre los llevará a Dios a través de Mi Corazón.

Mediten en Mis Palabras para que Mis Palabras sean pequeñas semillas de Luz en sus consciencias, semillas que en el futuro puedan germinar, para que algún día puedan dar los frutos de redención y de la paz.

Para que todo esto sea posible, vengo a pedirle al mundo que, a través de cada ejercicio de oración, los pueblos y las naciones se reconsagren al Sagrado Corazón de Jesús; Así como lo fue en el mes de mayo en el que muchos de Mis hijos, por medio del Santo Rosario y del Sacramento de la Comunión, ofrecieron reparación a Mi Corazón Inmaculado. Estoy muy agradecida de que Mis hijos hayan hecho el esfuerzo, más allá de la pandemia y del sufrimiento de este tiempo, de reparar el Corazón de la Madre de Dios, para que el Padre le conceda a la Sierva fiel la infinita abundancia de las Gracias y de las Misericordias para los que necesitan salir del sufrimiento y del infierno terrestre.

Por eso, vuelvo a agradecer y de la misma forma los invito, hijos Míos, en este día, por medio del Sacramento de la Eucaristía que ahora celebraremos, a que todos durante este mes de junio que transcurre, y de forma diaria, por muchas, pero por muchas almas en el mundo entero, realicen el ejercicio de una amorosa y verdadera reconsagración al Santísimo Corazón de Mi Hijo; para que Su autoridad y Gobierno Espiritual, finalmente, guíen al planeta y a la humanidad; para que las fuerzas del mal que rige Mi adversario sean retiradas del planeta y las almas respiren la alegría de reencontrar el Reino de Dios dentro de cada corazón.

Yo estoy aquí y soy su Madre. Les extiendo Mi mano para que la tomen fuerte y caminen junto Conmigo en el servicio primordial de la reconstrucción espiritual de este planeta, para que las Sagradas Fuentes del universo colmen a la Tierra de abundancia espiritual, de Gracia, de Perdón, de Amor y de mucha, pero de mucha, Misericordia.

También ofreceremos esta Sagrada Eucaristía, esta importante celebración, ya que la Madre de Dios se prepara para llevar Sus impulsos a Europa en los próximos meses, a fin de que la Luz de Fátima, la Luz que los llevará siempre a la Paz inunde al mundo entero y, especialmente, a África, para que se establezca la cura y el perdón de todas las almas que sufren el exilio, la esclavitud, la muerte, el hambre, la enfermedad y la desolación.

Mi Corazón aún espera pacientemente llegar a África, y de alguna forma lo haré; y ustedes Mis hijos serán Mis ayudantes para que eso suceda, porque hasta antes de que termine Mi tarea con ustedes, debo cumplir la promesa que he realizado ante Dios por África.

Así, cuando eso se cumpla por medio de su ayuda y de su colaboración, Mi tarea estará consumada.

Pidamos al Espíritu Santo, Fuente Suprema de toda la Energía Femenina, Fuente Suprema de toda la Maternidad Universal, que conceda el impulso de la reconsagración de los corazones al Sagrado Corazón de Jesús y también establezca la fuerza espiritual que las madres del mundo necesitan para guiar a sus hijos a Dios, como madres, siervas y servidoras de la Madre Universal.

Celebremos en Cristo y por Cristo. 

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

A los pies del Inmaculado Corazón de María, respondiendo a Su pedido y a Su llamado; nos preparamos, en la simplicidad del corazón, para celebrar este Sacramento de Reconciliación y de Amor que nos ha dejado Cristo, nuestro Redentor.

Pidamos la Gracia, ante la Presencia de la Virgen María, que nos haga humildes y merecedores de este misterio insondable de Amor que Cristo nos ofrece a través del Corazón de Su Madre.

Que nuestras faltas, omisiones, culpas, indiferencias y todas las situaciones que nos han apartado de Dios por alguna razón sean disueltas a través de este Sacramento del Altar que, junto a los ángeles de la Virgen María, ofreceremos como un acto de reparación y de reconciliación ante el Sagrado Corazón de Jesús.

Invitamos a aquellos que puedan a que se arrodillen o se coloquen de pie, en un acto de reverencia, delante de la Presencia del Inmaculado Corazón de María, Madre de los servidores y de los sacerdotes.

Vamos a pedir a la Virgen Santísima que, así como fue en Pentecostés, nos entregue los Dones del Espíritu Santo, a fin de que podamos cumplir las Promesas de Cristo.

Nuestra Señora se ha puesto de rodillas ante el Santísimo Sacramento que ahora celebraremos. Pidamos Su bendición.

En aquel Jueves Santo, momentos antes de que Jesús fuera entregado para vivir ese gran sacrificio de Amor por la humanidad, Nuestro Señor tomó el pan, lo elevó en acción de gracias y solicitó al Padre Eterno que el pan fuera transubstanciado en Su Divino Cuerpo. Enseguida, Jesús lo partió y ofreciéndolo a Sus apóstoles, Él les dijo: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo, que será entregado por ustedes para el perdón de los pecados”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

Del mismo modo, antes de terminar la cena, Jesús tomó el Cáliz entre Sus Manos y lo ofreció al Creador para que el vino fuera convertido en Su preciosa Sangre. Enseguida, Él lo ofreció a Sus compañeros, diciéndoles: “Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, la Sangre de la Nueva y Eterna Alianza que será derramada por su Redentor para la remisión de todas las faltas. Hagan esto en memoria Mía hasta que Yo retorne al mundo”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

He aquí el Cuerpo y la Sangre de Cristo, Aquel que dio la vida por nosotros, que dio la vida por Amor.

Unidos a nuestra Santísima Madre del Cielo y a los ángeles del universo, ofrecemos la oración del Padre Nuestro para consumar esta consagración.

Oración: Padre Nuestro.

Anunciamos la Paz de Nuestro Señor y la Paz de Nuestra Señora.

Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.
Amén.

En unión al Inmaculado Corazón de María y al Sagrado Corazón de Jesús, anunciamos la Comunión Espiritual de todos nuestros hermanos del planeta, en este acto de reconsagración al Sagrado Corazón de Jesús, a través de tres campanadas.

Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente 
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo,

Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la Tierra; 
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que Él es ofendido;

y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.

 

En la alegría de la renovación de la fe, Me elevo al Cielo, con esta oferta concluida por parte de todos los corazones que comulgan con Cristo, para que el Padre de la Misericordia y de la Paz descienda estos atributos sobre la humanidad.

En la Luz espiritual del Sagrado Corazón de Jesús, Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Y como oferta a este mes del Sagrado Corazón de Jesús, nuestros hermanos del coro, a pedido de la Madre Divina, cerrarán este encuentro a través de la canción “Santa Comunión”; para que la Sagrada Eucaristía, como un sol divino y espiritual, siempre brille con su Luz dentro de nosotros.

Mensaje extraordinario
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN MALDONADO, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 87.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hoy, con el viento y las olas del océano, llego hasta aquí, cruzando los portales del universo para que pueda penetrar en la consciencia humana su aspecto espiritual.

Hoy traigo, para todos, el dolor profundo de Mi Corazón ante la situación del planeta y de la humanidad.

Aunque Me encuentre en el universo y la Jerarquía trabaje para aliviar la situación del mundo, Mis Ojos no dejan de mirar lo que sucede, lo que aún nadie puede ver en profundidad para comprender el sentido de por qué sucede. 

En este día, vengo del Cielo para volverles a pedir que oren por los refugiados, especialmente por aquellos que intentan sobrevivir y encontrar un destino, una tierra prometida, cruzando los océanos. Muchos de ellos no llegan al fin de la meta, no llegan a destino, al cual buscan con esperanza, aunque sus rostros reflejen el sufrimiento del abandono y de la no aceptación.

Más allá de todo lo que sucede en la humanidad y por medio de esta Maratón de la Divina Misericordia, en la que sus oraciones se elevan hacia Dios, en sintonía y amor, les comparto este dolor de Su Maestro y Señor; porque todo podría ser diferente, pero no lo es. Y al no ser diferente, al no encontrar una respuesta o un alivio a la situación de hermanos como ustedes, el destino modifica los acontecimientos.

Piensen por un instante qué sería escuchar, en el medio del océano, una barca a la deriva, niños, mujeres, ancianos, hombres, buscando un puerto seguro en medio de una tempestad espiritual y material reflejada en sus naciones de origen. 

El espíritu de acogimiento es algo que la humanidad le debe al universo, el espíritu de receptividad y de solidaridad con el sufrimiento del semejante.

Sé que esto no solo depende de la humanidad, sino de los que crean y generan estas situaciones de inestabilidad en todos los sentidos, en las naciones más pobres entre las más pobres como es en África.

Por eso, aún sigo esperando el momento más propicio para poder llegar a tierras africanas, en donde Mi tarea y la tarea de la Madre del Mundo no solo se centrará en las naciones a las que llegaremos, sino también en todo el continente africano.

Si la respuesta humanitaria no fuera eficiente en las naciones del mundo, ante estos acontecimientos, mayores serán las consecuencias que seguirán viviendo las diferentes poblaciones humanas en sus naciones de origen; porque hoy no solo hablamos de hambre, de guerra o de indiferencia social o política, hablamos de algo que va más allá de lo que es aparente y superficial.

Vean en sus hermanos refugiados al mismo Dios sufriendo Su naufragio, el naufragio que le generan Sus hijos por no cumplir con Su Plan. Coloquen su mirada y su corazón ante este significado que hoy les traigo. 

Intenten ir más allá de las apariencias, de lo superficial, de todo lo que es conocido o material. 

Penetren en el universo del misterio y comprenderán el sentido espiritual de todo lo que les digo.

Solo espero que más sean conscientes de lo que sucede, porque lo que les sucede a algunos seres humanos, como los refugiados, le sucede al mundo entero.

En esta situación no existen fronteras materiales ni tampoco mentales. No puede existir la indiferencia ni tampoco la omisión ante la gran necesidad del fin de estos tiempos. Si hoy se presenta esta situación en el mundo es porque es un espejo de cómo está la humanidad.

No pueden aspirar a las esferas mayores o a los niveles de contacto si esta situación no es colocada en sus corazones, la realidad de los refugiados, de sus hermanos. 

Todos son hermanos más allá de su raza, de su lengua o de su condición. En esencia todos son iguales ante el Padre Celestial y eso no cambiará.

Lo material es pasajero, lo espiritual es eterno. El servicio es la gran llave de este tiempo para poder aliviar a la humanidad de las propias condiciones de caos y de sufrimiento que se genera a sí misma, de tiempo en tiempo.

Pero la Fuente Primordial está allí, al servicio de los Hijos de Dios. Deben llamarla correctamente, deben invocarla correctamente, deben unirse a Ella correctamente, para que la Fuente Primordial los pueda auxiliar.

Y así, sus talentos despertarán, sus virtudes se mostrarán y serán guiados y conducidos a través del camino del servicio y de la oración por las causas urgentes del planeta.

Hoy vengo, con el viento y las olas del océano, para que puedan escuchar dentro de sí y sentir el Sentimiento de Dios, Su silencioso Sentimiento que le habla sobre esta realidad a los mundos internos.

Ya están en el momento de comprender muchas cosas que no son materiales, sino inmateriales.

Si su interior y su mirada están ante el conocimiento con reverencia y humildad, serán conducidos por la Ley, y la Ley actuará a través de ustedes para corregir esta situación planetaria, cada vez más caótica y difícil.

Desde el Huerto Getsemaní sabía que esto llegaría. Esa es la razón del precio de Mi Sangre, de cada gota de Mi Sangre derramada sobre el suelo de este mundo por la humanidad.

Mi Corazón misericordioso necesita llegar a través de ustedes a los que sufren, a los refugiados.

En estos días de oración misericordiosa, oren con fervor y el fervor los renovará, siempre los colocará en la vibración correcta en la emergencia planetaria.

El mundo verá situaciones más indescriptibles que las que nunca vio hasta ahora. Yo los invito a tomar consciencia de esto y a volcar sus vidas a la solidaridad y el bien. 

Construyan Conmigo, en los planos internos, la renovación de las formas, para que aquellas fuerzas retrógradas que oprimen a la consciencia del planeta y someten a la humanidad sean expulsadas y liberadas de la faz de la Tierra, y todo se pueda renovar.

Mientras el interés de la humanidad por la vida espiritual y la oración sea opaco o indiferente, las puertas de Mi Misericordia no se abrirán; la respuesta de esta gran ayuda será proporcional a sus oraciones Conmigo.

La humanidad no está preparada para enfrentar el fin de los tiempos y ver cosas inimaginables no solo de este planeta, sino también del universo. Sería como despertar en la mañana y encontrar al mundo totalmente cambiado, bajo una realidad que nunca conocieron ni vieron.

¿Qué harían? ¿Cuál sería su primer pensamiento y su primera acción?

La humanidad se ha aliado a las fuerzas retrógradas y eso la lleva a un constante sufrimiento.

La oración de los consecuentes sostiene en equilibrio lo que es impensable para ustedes. Eso significa, compañeros, que la oración, en este momento, mantiene en armonía lo que está a punto de romperse.

Sé que muchos no quieren aceptar el fin de los tiempos porque los llevaría a cambiar definitivamente. Pero como Señor y Rey del Universo les digo: "No hay otra salida".

Si están encarnados, en este momento y en este tiempo, es por una razón mayor, es por un deber mayor, es por un compromiso irrefutable.

Mientras las almas y las consciencias fuercen a hacer lo diferente de lo que vinieron a hacer, sufrirán. La resistencia ya no puede estar en su camino espiritual y, sobre todo, en su contacto interno con lo Alto.

No pueden desafiar sus destinos, porque no los conocen.

Sean merecedores, en este tiempo, de la Gracia suprema que desciende en una humanidad transgresora e indiferente, en una humanidad enferma y caótica.

Debajo de sus pies, tienen los lugares más sagrados e irreconocibles por el mundo, los llamados Recintos Sagrados. Ellos están allí para su auxilio y su veneración.

Sírvanse de lo que es real y divino. Dejen lo que es aparente e ilusorio.

El mundo quiere permanecer en la ilusión y la alimenta día a día. Si eso sigue así, ¿cómo encontrará el portal hacia el Real Tiempo?

Todo comienza en su mundo interior, en la práctica viva de su fe, en acciones misericordiosas.

En esa actitud, las naciones comprenderán que los refugiados no son deshechos humanos ni tampoco son una plaga internacional.

Apiádense de los que sufren y verán más allá de lo que está sucediendo.

Alivien el dolor de los que andan por los mares y los océanos del mundo, buscando una tierra segura para poder vivir en familia y en unidad.

Si el mundo y las naciones no hacen algo, vendrá una prueba más dura que la que están viviendo. Dios no castiga a la humanidad, es la humanidad la que se castiga a sí misma a través de sus acciones e ideales.

Los océanos hoy hablan del dolor de los refugiados en los mares y, especialmente, de los que nunca salieron del mar con vida. Por eso, hoy convierto esos océanos en el océano de Mi Misericordia para que todos puedan ser salvados y rescatados.

Apelen a la Misericordia Divina y no permitan que la Justicia actúe en este tiempo, porque el mundo viviría una gran corrección que nunca ha vivido hasta ahora.

Sean consecuentes con Nuestras Palabras. Vivan Mi Mensaje y no solo lo escuchen. Es tiempo del despertar de los Nuevos Cristos.

“Padre Celestial,
que has dado todo de Ti, incansablemente,
para la creación del universo y de la vida,
sostén a Tus servidores decididos a seguir
el Camino de Cristo.

Haz descender Tu Luz y Tu Misericordia
en los espacios oscuros de este mundo.

Acoge en Tus Brazos, Adonai,
a los que no tienen nación ni tierra. 

Que el grito de dolor en los océanos sea aplacado
por el descenso de la poderosa Sangre de Jesús,
y que todo sea convertido
según Tu Voluntad, Adonai,
para que la humanidad sea responsable
y consciente de todo lo que hace.

Envía Tu Luz, Señor, a los mundos internos.
Nutre a las capas más profundas de la ignorancia humana
para que se pueda disipar.

Cura con Tu Amor a todas Tus criaturas,
a fin de que todos tengan la dicha de participar
de Tu Reino Celestial. 

Amén”.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Unidos, en este momento, al Señor de los Océanos, ante Su Presencia misericordiosa y espiritual, nos colocamos ante Él en oración y súplica, ofreciendo la oración del Ángel de la Paz, para que Cristo emerja como un Sagrario Divino en cada corazón humano y todos puedan despertar al llamado de Su Voz y de Su Presencia.

Santísima Trinidad, 
Padre, Hijo y Espíritu Santo, 
os adoro profundamente 
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, 
Alma y Divinidad de Jesucristo, 
presente en todos los sagrarios de la Tierra, 
en reparación por los ultrajes, sacrilegios 
e indiferencias con que Él es ofendido.

Y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón 
y del Inmaculado Corazón de María 
os pido la conversión de los pobres pecadores.

Amén. 
(se repite tres veces)

Agradecemos a Dios por Su inmensa Misericordia y Piedad, y renovamos nuestros votos en Cristo y por Cristo como soldados de Luz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ , EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En Amor y Misericordia hoy los encuentro aquí, así como Me he encontrado con el resto de Mis hijos en Medjugorje, momento en el cual su Madre Celeste celebra junto a Sus hijos, no solo el aniversario de las apariciones, que hace más de treinta y seis años he venido realizando no solo por Bosnia y Herzegovina, sino también por el resto del mundo.

Celebro en esta noche la devoción y el cariño de Mis hijos, el amor que tienen los hijos de Dios por la Reina de la Paz.

Hoy vengo desde Medjugorje y uno los dos hemisferios del planeta bajo el Principio del Amor y de la Sabiduría.

Así como en Medjugorje llevé un mensaje de paz para el mundo, en este lugar Yo pude traer un mensaje de consciencia para el mundo, algo que la mayoría de Mis hijos, y sobre todo de la Iglesia de Cristo, demorará en reconocer.

Pero esa no es Mi preocupación, hijos Míos. Mi preocupación, hijos Míos, es su salvación y redención, que vivan la cristiandad que Mi Hijo les enseñó por medio de Su Amor y de Su Misericordia infinita.

En todas Mis apariciones realizadas en el mundo, a lo largo de los tiempos, he traído el mismo mensaje a la humanidad en diferentes tiempos, momentos y circunstancias que los que la humanidad necesitaba del Llamado de Dios, de la Palabra de Dios, de la advertencia para poder cambiar y transformarse.

Se acerca el tiempo y el momento, hijos Míos, en el que la Reina de la Paz se recogerá, así como la Rosa de la Paz también se recogerá.

En sus memorias y en sus corazones deberá estar Mi Presencia, todo lo que Yo les he enseñado a través de los años. De una forma semejante a San Pablo y a San Pedro, ustedes deberán vivir este tiempo. Nada ni nadie les podrá quitar lo que Yo les he entregado aquí, porque lo que Yo he dejado aquí y dejaré, es un profundo tesoro espiritual e inmaterial, del cual las almas se podrán servir en el fin de estos tiempos, para aprender a atravesar el momento más agudo de la humanidad.

Yo agradezco en esta noche la confianza de los que creen en Mí y, sobre todo, el amor que expresan al Reino de Dios por todo lo que han recibido. Eso es inconmensurable, eso es lo que Me trae aquí en esta noche: la respuesta de los que confían y de los que aman, más allá de sus miserias o imperfecciones, porque la verdadera Iglesia de Mi Hijo está en sus corazones y no en los cimientos.

Las verdaderas bases de la espiritualidad de Mi Hijo son el testimonio verdadero de su conversión y redención, de su oración diaria y servicio por la humanidad y los Reinos de la Naturaleza. Ese es el camino hacia la nueva humanidad, no es el camino hacia la nueva era.

Nunca la mente humana podrá comprender el Misterio de Dios. ¿Hasta cuándo Mis hijos, que no entienden, lo desafiarán?

Yo vine a traer a Medjugorje y a este lugar la Gracia maternal de Mi Corazón y eso es lo que se debe perpetuar en sus corazones y almas, ese será el mayor testimonio de amor de sus vidas por Dios y por todo Su Plan de Amor en la humanidad.

Yo vengo a traer un llamado, como he traído un llamado en cada parte del mundo en la que he aparecido a lo largo de los tiempos.

Y en esta noche, Yo puedo recoger de cada lugar, en donde he aparecido y en donde he establecido un santuario de amor y de oración, el amor y la devoción de Mis hijos. Eso es lo que coloco hoy a los Pies del Creador, de los que persisten en la transformación, de los que viven en comunión con Mi Hijo, de los que practican incesantemente el verbo de la oración. Allí están las bases de su fe y de su reconciliación con el Padre Eterno.

Ahora, hijos Míos, con esta consciencia que hoy les traigo por medio de palabras tan simples pero profundas, podrán sentir y percibir cómo la Madre de Dios está aquí y en Medjugorje reuniendo a la consciencia de todos los pueblos y razas, porque Mi mensaje es para toda la humanidad y no solo para una única religión.

Yo les traigo aquí, hijos Míos, la oportunidad de amar por medio de la reverencia al Verbo de Dios que Yo les he traído a lo largo de los tiempos y, sobre todo, en estos últimos años.

Hoy Mi Corazón Inmaculado no solo recoge las súplicas de los hijos de Dios, sino también recoge el amor de los hijos de Dios. Es ese amor, que ustedes pueden tener y vivir por el Padre y por Mi amado Hijo, el que curará y regenerará la Tierra, y pondrá fin a lo que la humanidad hoy está viviendo y atravesando.

Mientras que las religiones y los pueblos no profundicen en el amor y lo vivan verdaderamente con sus semejantes, la humanidad no se renovará. Este es el importante mensaje que hoy les traigo, porque lo deberán recordar y, sobre todo, practicar en este tiempo.

Hijos, como Reina de la Paz, estoy aquí para ayudarlos, para conducirlos y para guiarlos hacia Mi Hijo. Yo les traigo el mismo mensaje y la misma revelación que Mi Hijo les entregó hace más de dos mil años. En el nombre de Mi Hijo, les vuelvo a decir: ámense los unos a los otros, así como Mi Hijo los amó y los sigue amando eternamente.

Es solo eso lo que les pido, porque lo necesitarán. Será por vuestro bien.

Y ahora dedico Mi mensaje a Mis hijos de África, a Mis queridos y pequeños hijos de la santa y humilde Casa Santa Isabel, en Angola.

Así como Yo visité a Mi prima hace más de dos mil años, aunque Yo deje de venir a este lugar desde 8 de agosto, Yo los visitaré, extraordinariamente y milagrosamente, y tendré la dicha de consagrarlos como Mis hijos definitivamente. Esa será la gran y última peregrinación extraordinaria.

Sigan rezando, amando, sirviendo y suplicando por el mundo. Dios, a pesar de lo que ve de la humanidad, está feliz por la voz de sus súplicas, porque Él, el Todopoderoso y Misericordioso, solo puede vivir y morar en los corazones simples y humildes. Dios no mora en las instituciones, Dios está presente en los más pequeños y lejos de los que se dicen poderosos.

Hoy se vuelve a cumplir, hijos Míos, uno de los pasajes de la Biblia. Dios revela Sus misterios a los humildes y pequeños, y derrota a los poderosos y soberbios.

En los más pequeños, como en Mis hijos de África, está el Amor de Dios. Un Amor que precisa ser curado, redimido y cicatrizado por la Mano bondadosa y misericordiosa del Redentor.

Iré a África, cuando el tiempo y el momento lo permitan, pero no falta mucho tiempo. Vivan en Mi tiempo y no sentirán mucho la espera, sino que el tiempo pasará rápido, y así como hoy Me encuentro aquí con Mis hijos, Me encontraré con ustedes en el Amor, en la Gracia y en la Misericordia.

Quisiera dedicar este momento a Mi amada África, que espera hace más de quinientos años por el alivio de su esclavitud y persecución.

Con toda la gloria y el poder que Me ha dado Mi Hijo, peregrinaré especialmente a Angola, para que juntos celebremos el día de la gran unión entre el Cielo y la Tierra, entre Dios y África.

Mis últimas Palabras ya hacen eco en los corazones que las saben reconocer. Estas últimas Palabras que los Sagrados Corazones anuncian al mundo, son las Palabras más salvíficas y redentoras que las almas necesitan para prepararse para el momento importante del Retorno de Mi Hijo.

Beban de la fuente de las Palabras de los Sagrados Corazones. Revivan todos los días Nuestros Mensajes. Les hemos dejado todo lo que necesitan para el tiempo que llegará, el tiempo definitivo que el mundo ya está viviendo y que muchos no quieren reconocer.

Ingresen dentro de su corazón y sientan lo que les dejamos. Los Cielos están cerrando un ciclo antes de lo esperado; pero Mi Amor no los abandonará, cada vez que oren Conmigo allí estaré, Mi Gracia será su fortaleza cuando Yo ya no esté aquí.

El mes de julio y el mes de agosto son los últimos y grandes momentos para la humanidad, de intercesión de los Sagrados Corazones por todas las almas. No pierdan estos dos últimos meses porque llegó el tiempo de la síntesis en sus vidas, de una síntesis espiritual e interior.

Es necesario que vean y recuerden todo lo que ha sucedido en estos últimos doce años, para que puedan comprender lo que sucederá después, así como Dios lo necesita.

Reciban en sus manos una flor de Luz. La blanca flor de Luz es la primera señal que les dejo para que se preparen para el fin del tiempo. Lleven esa flor de Luz, que es el espejo de Mi Amor, hacia sus corazones y sean bendecidos por Mi maternidad, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Quiero llevar en Mi Corazón, antes de retirarme, una canción importante para Mí, que es parte de esa síntesis espiritual que ustedes tienen que hacer unidos a Mi Corazón.

Esa canción revela una historia, pero también una inspiración, un testimonio verdadero, humilde y simple, que Yo les enseñé en Aurora.

Tendré la Gracia en esta noche, entre ustedes y con ustedes, de escuchar "Revelaciones de Aurora".

Les agradezco.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hoy llego aquí como la Señora de Kibeho. Sientan el frescor de ese continente, el amor que Me entregan los corazones más sufridos de África.

Después de casi un año de trabajo en Mi amada África, la Señora de Kibeho cierra un ciclo para comenzar uno nuevo en los meses que vendrán, porque deseo ardientemente que Mis hijos hoy sepan que no Me he ido de África. Mi Corazón es África, el Corazón de la Madre de los Siete Dolores.

Pero hoy, hijos Míos, quiero que sepan que estoy allí presente y que, así como en Kibeho, cuento los días y los meses en la calma de este momento planetario, para poder llegar allí, así como una vez llegué a Ruanda.

Mis hijos de Angola ya son consagrados a Mi Corazón Inmaculado, así como todos los orantes y peregrinos que han colocado su fe en los Rosarios de Luz.

Cada cuenta colocada por sus manos sobre Mi imagen ha significado para su Madre Celeste, y sobre todo para Dios, una gran liberación en los planos internos del continente africano. Y aunque sé que muchas almas aún sufren en ese lugar y que solo esas almas saben lo que es el sufrimiento y el dolor, hoy a la Señora de los Siete Dolores, la Señora del Verbo, se le retiran las Siete Espadas de la agonía de la humanidad, para recibir en Su Corazón las esferas de luz convertidas en rosas brillantes y luminosas en los corazones orantes de África.

Quiero que sepan, hijos Míos, que Mi Plan para ir a África aún está en pie. Y de alguna forma llegaré y celebraremos ese importante encuentro, ese importante encuentro en el que Sudamérica y África se unirán, como un solo corazón y una sola consciencia, para poder sublimar el pecado de los hombres y el sufrimiento que aún existe en ese lugar.

La puerta de entrada que he escogido para retornar es Angola, porque es allí donde necesito que estén, no solo sirviendo y orando como lo hicieron en estos últimos tiempos, sino para que más consciencias del mundo comprendan lo que allí sucede y lo que significa la vida infrahumana.

Yo les traigo, hijos Míos, la posibilidad y la oportunidad de que, a través de los méritos que alcanzó Mi Hijo, África se vuelva a reconsagrar a Mi Corazón Inmaculado y que lo que no le escucharon a la Señora del Verbo en Ruanda, que fue una advertencia maternal en este ciclo final, lo puedan escuchar en las palabras de la Madre de Dios, para que se puedan cumplir los frutos de su conversión y redención.

Para que todo eso sea posible, hijos Míos, vengo a pedirle al mundo que coloque en su oración ese propósito y su amorosa colaboración, para que los Sagrados Corazones puedan tocar el suelo africano una vez más.

Hoy a Mi derecha y a Mi izquierda, hijos Míos, están las almas inocentes del genocidio de Ruanda. Y quiero, deseo y les pido que, en este momento, en nombre de la humanidad entera, por lo que eso significó y representó para Dios, ofrezcan silenciosamente una penitencia por la reparación de Nuestra Señora de Kibeho.

Los escucho internamente.

Mientras Me hacen esa oferta, hijos Míos, Yo puedo seguir penetrando en los lugares más oscuros del mundo, en donde el sufrimiento aún sigue sucediendo y los corazones no se pueden liberar.

En este momento y en esta hora, en los que su Madre Celeste llega del Cielo como la Señora del Verbo, Nuestra Señora de Kibeho, como la Madre de toda África, es en el que abro aún más Mi Corazón Inmaculado ante el mundo entero y ante todas las almas, para recibir la oferta de reparación y de perdón.

Porque por más que no hayan tenido responsabilidad directa sobre los acontecimientos, la humanidad es única y siempre será única ante los Ojos de Dios. Eso los hará crecer en consciencia y en madurez a fin de que los ultrajes e indiferencias no se repitan.

África aprendió sobre esa lección de vida, pero aún África espera por la llegada de los Mensajeros de Dios, por última vez, como preparación del Retorno de Cristo.

Hoy no estoy solamente con ustedes aquí, sino también en este momento estoy en África derramando sobre esos pueblos el Amor de Dios y la Gracia de la reconciliación y de la cura.

Mi silencio trabaja aún más profundamente en las almas necesitadas. No se olviden que también Soy la Madre del Silencio y que, ante los eventos del mundo en estos tiempos cruciales de la humanidad, Yo regreso aquí para que Mis hijos no se sientan solos ni desamparados, para que sepan que estoy aquí de la misma forma que estuve con Mi Hijo a los pies de la Cruz, hasta el último segundo de Su vida, hasta el último segundo en el que Él expiró, su la última y gran entrega por todo el género humano hasta los tiempos de hoy.

Eso es un gran misterio, el misterio del Amor del Hijo de Dios. Con ese Amor Él Me envía al mundo para anunciar Su petición y el deseo ardiente de la Madre de Dios de regresar a África una vez más, así como Yo fui a Kibeho para llevar consciencia y discernimiento a Mis hijos, para poder salvar a la mayor cantidad de almas posibles, cuya mayoría no fue posible salvar.

Y ese es uno de Mis principales dolores por África, porque no son los pueblos los que se agitan o se enfrentan, son los que están por encima de esos pueblos los que provocan la maldad en el mundo y la desesperanza en muchos corazones.

Pero aunque eso suceda, hijos Míos, la fe de los más inocentes, humildes y simples, nunca se perderá, porque esa fe no solo será una fortaleza para Mis hijos de África, sino también será el puente por el cual Yo descenderé del Cielo para encontrarme con cada una de sus almas.

La tarea realizada a través de esta Obra en Angola fue un primer paso, pero no será el último. Muchos más pasos deberán ser dados y muchos más serán llamados a asumir, en Mi continente amado de África, el alivio del sufrimiento, la cura de la inmoralidad, la esperanza de los que sufren, porque solo el amor puede curar el dolor.

Hoy celebro todo lo que sucedió en Angola a través de esta Obra, porque los verdaderos frutos internos son depositados a los Pies del Creador por la Señora de Kibeho. Y esa oferta, esa profunda ofrenda, fue aceptada por su Padre Celestial, los méritos del esfuerzo, del servicio, de la cura, del amor, de la renuncia, de la fraternidad, de la generosidad, del desapego y, principalmente, de la transmutación.

Por esa razón hoy regreso aquí, para que el mundo sepa y tenga consciencia de cómo, con tan poco, se puede hacer mucho en el mundo; porque las verdaderas herramientas que ustedes necesitan, hijos Míos, son internas, y cuando son bien utilizadas la Providencia Divina llega milagrosamente. Así lo vivió la Sagrada Familia y hoy ustedes lo viven Conmigo.

Por eso, siempre deben agradecer cada día que despiertan, cada día que reposan sobre un lecho limpio y cómodo, cada vez que el agua de las nacientes de la Tierra lava sus cuerpos, cada vez que frente a ustedes hay un alimento para poder nutrir sus células; y principalmente, hijos Míos, tienen que agradecer por el Amor de los Mensajeros Divinos, en este lugar y en todos los corazones que han sido agraciados, bendecidos y colmados por Nuestras Apariciones.

Deseo que lo mismo suceda en África y comience en Angola. Hay mucho por hacer en ese lugar, muchas puertas por abrir en otras partes de África que claman por Mi Presencia y por la Presencia de Mi Hijo. Eso será posible a través de ustedes, hijos Míos, sabiendo que en este tiempo son llamados a vivir el servicio por la humanidad, por el planeta, por el alivio del sufrimiento.

Es tan simple lo que les pido, que se los vuelvo a repetir.

Así como África espera Mi llegada algún día, también Asia espera Mi llegada, al igual que Oceanía. La peregrinación aún está pendiente, aún espera su realización cuando esta pandemia termine. Rezo todos los días por ese fin: por la cura de los que sufren la pandemia y para que esta termine.

En este momento y en esta hora, hijos Míos, dependerá de su respuesta consciente que algún cambio pueda, finalmente, suceder en toda la humanidad y que no vuelvan a la normalidad de los tiempos de la ilusión, sino que ingresen, como en otros tiempos, en el ciclo de la concientización y de la fraternidad.

Les agradezco ahora por su penitencia. También fue acogida por Mi Inmaculado Corazón, así como la de todos los corazones que, en este momento, en diversas partes del mundo, escuchan Mi llamado.

Hoy quiero llevar Mi Paz a África. En este momento no existen distancias en el tiempo ni en el espacio, porque Yo estoy allí con Mis queridos hijos, los que verdaderamente sufren la situación mundial.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

En este momento, Nuestra Divina Señora está mostrando un rosario formado por rosas, y Ella nos dice:

 

Estos son los frutos, las oraciones, las súplicas y el amor de Mis hijos de África. Este es el Rosario que hoy llevaré a Dios para que Él lo reciba. Lo pondré en Sus Manos para que Nuestro Padre Celestial, con inmensa alegría, lo coloque sobre Su Cuerpo como símbolo espiritual de la cura del sufrimiento, del amor por sobre todo mal.

En esta noche, hijos Míos, también acojo la consagración de las familias del mundo a Mi Inmaculado Corazón, por medio de la respuesta que fue dada a Mis pedidos. Hoy estoy con cada uno de esos corazones que atendieron a Mi llamado.

Por último, quiero decirles que, así como es importante la peregrinación en África en los próximos tiempos, también es importante para Mí la peregrinación más osada de todas, en Asia y en Oceanía, en la cual hoy incluyo a Filipinas.

Si ustedes Me dan lo más simple y verdadero, Yo también les entregaré lo más simple y verdadero que tengo, que son Mi Presencia y Mi Corazón.

Hoy, la Señora de Kibeho irradia Su Luz y Su Gracia sobre África, consumando esta importante tarea realizada en los últimos meses en Angola y en toda África no solo en el plano material, sino también en el plano espiritual.

Y es así que ofrecemos al Padre los aprendizajes y experiencias vividas durante estos últimos tiempos en Angola.

Aspiramos y afirmamos en este momento, hijos Míos, la continuidad de esa sagrada tarea, para que, a través del amor, curen todo dolor.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Nuestra Señora se eleva con el rosario en Sus manos. Y en esa elevación y asunción de María, escucharemos, en este momento a Su pedido, la canción “Lady of Kibeho”, como última oferta de nuestros corazones por nuestros hermanos de África.

APARICIÓN DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

El Trono de Dios se ha conmovido por sus oraciones y súplicas. Por eso, invito a los que puedan, a arrodillarse para agradar al Corazón de Dios y para agradecerle profundamente por Su respuesta.

Es así que hoy vengo del Cielo, nuevamente para estar con Mis hijos, porque Mi único motivo son Mis hijos, los hijos que caminan al lado de Cristo, que siguen Sus pasos, que viven Sus enseñanzas y que intentan, todos los días, vivirlas cada día mejor para sentir en su interior Su sagrada enseñanza que trae para el mundo la renovación, la cura y la fe de todos los corazones.

Hoy vengo del Cielo, pero he visitado antes de llegar aquí, otros lugares de la Tierra que también necesitaban de la intercesión de la Madre de Dios.

Por esta consagración que hoy se vivirá de forma especial, no solo el Uruguay se verá beneficiado espiritualmente, sino también otras naciones del mundo muy lejanas a ésta, que también necesitan de la intervención y de la Misericordia de Dios.

Es así que hoy les traigo una Gracia y les declaro esta Gracia que Dios Me concedió para las naciones del mundo que sufren y que padecen los conflictos de estos tiempos y que no consiguen salir de esos conflictos por la propia acción del ser humano.

Y detrás de todo esto está Mi adversario. Por eso llego a esas naciones para bendecirlas, para elevar a las esencias caídas, para llevar a las almas hacia el Corazón de Dios y para que puedan sentir, sobre todas las cosas, el impulso de Su Amor Cósmico que viene a despertarlos y a renovarlos, los viene a fortalecer en el camino de su entrega y de su consagración, de su fe y de su confianza en el Padre Celestial.

Esta Gracia que hoy traigo es inexplicable, es una Gracia que descenderá sobre esas naciones para los próximos tiempos, especialmente, en ocasión de que los Sagrados Corazones pongan Sus pies en África.

Allí todo sucederá, liberaciones acontecerán y las almas se liberarán de muchísimos y constantes sufrimientos. Pero eso no solo beneficiará a algunas naciones de África, sino también a la consciencia de todo el continente.

Por esa razón, hijos Míos, la preparación para esa Peregrinación será importante y desde ahora lo anuncio y lo declaro para que ustedes, que son Mis hijos, Mis ejércitos, Mis hijos orantes que acompañan a su Madre Celeste, generen las condiciones necesarias en la obra de la donación y de la providencia, para que esa Peregrinación se pueda concretar, ya que será una de las últimas.

El 2020 promete muchos cambios para la consciencia humana, pero también grandes acontecimientos que la humanidad no podrá creer que puedan suceder.

Por eso, la Jerarquía espiritual se une y se concentra para los próximos pasos que se darán en la Obra y en el Plan de Rescate de Mi Hijo.

En ese momento, cuando todo se esté desencadenando, las comunidades ya deberán ser ese receptáculo de amor, las Islas de Salvación, para los que serán llamados a vivir en ellas y a sostener, en nombre de todo el género humano, lo que vivirá el planeta en su transición final.

Por eso, hoy les traigo esta Gracia que es interna, profunda y espiritual. Una Gracia que comprenderán en los próximos tiempos, en los próximos años que no serán muchos, en los que vivirán grandes movimientos como parte de esta humanidad y de este planeta. Esta Gracia muchos la quisieran tener y no la pueden tener, pero hoy se la entrego a ustedes, por la respuesta que Me han dado. De la misma forma entrego esta Gracia a sus hermanos, a los que en diferentes partes del mundo sostienen la llama de la fe y el estandarte del Amor de Mi Hijo, preparando Su retorno a la humanidad.

Comprendan con todo esto, hijos Míos, cuán grande es la necesidad planetaria y cuán pequeños quedan sus procesos internos ante tantas emergencias de la humanidad.

Este es el tiempo, es la hora y es el momento de cruzar el portal hacia la vida del apostolado, a la vida del servicio y de la oración permanente. Porque todo lo que han aprendido Conmigo, a través de los años, fue solamente una preparación para que Mis ejércitos de Luz, en el momento más culminante de la Tierra, estén prontos y disponibles de una manera incondicional, para poder ayudar y colaborar en esta gran batalla del fin de los tiempos que se define, el amor o la indiferencia.

Yo misma llamaré a diferentes hijos, en diferentes puntos de la Tierra, de diferentes naciones, regiones y lugares, para que conformen este gran ejército que en representación de la mayoría, de los más ignorantes e inconscientes, sostendrán el retorno de Cristo.

Y ese momento se cumplirá, la Ley se mostrará y todo estará consumado cuando Mi Hijo retorne al mundo. Y aunque muchos, diría millones, no lo podrán reconocer, Él se revelará y se mostrará de una forma tan semejante a como lo hizo con algunos de Sus apóstoles en la transfiguración del Monte Tabor.

Por eso, deben ser conscientes de que ese momento se está aproximando y de que no falta mucho. Pero serán necesarias su adhesión y su apoyo para la próximas misiones que la Jerarquía planteará en el año 2020, como les he mencionado, en el continente africano.

Es un dolor incalculable el que se liberará, como nunca antes sucedió, como ninguna mente lo podría imaginar ni interpretar; porque Yo soy la Reina de África y la Madre de todos los afligidos, de todos los que sufren y padecen el propio caos que genera el mundo. Pero la hora de esa liberación llegará y todos Mis ejércitos, los que están en el Cielo y en la Tierra, ayudarán a Su Madre Divina en ese gran momento.

Hoy realizo esta consagración de nuevos Hijos de María de una forma íntima y simple, dedicando esta consagración y bendición también a Mis hijas de África que hoy están aquí presentes, que representan a una nación dolorida, sufrida, que agoniza al igual que muchas naciones de África, en donde la desigualdad cree ser la tónica y el poder de muy pocos.

Por eso les traigo la energía del equilibrio, de la armonía y de la prosperidad que debe estar latente en el corazón de Mis hijos de África, sabiendo que por encima de todo lo que sucede y cuando Cristo retorne, llegará el momento de la gran liberación, de la libertad espiritual, de la esclavitud que viven desde hace siglos.

Estas campanadas hoy anuncian ante su Madre Celeste el fin de un tiempo, el cumplimiento de las profecías del Libro del Apocalipsis y el momento de la gran redención planetaria, más allá de los pueblos, de las culturas, de las religiones o de las tendencias que vive el ser humano en estos tiempos.

Invito de una forma íntima a los que hoy se consagrarán como Mis hijos, porque en verdad ya son Mis hijos, su Madre los asumió y los aceptó desde los pies de la Cruz hasta el presente y por los tiempos que vendrán.

Vengan aquí para que los pueda consagrar y pido especialmente a las hermanas de Etiopía que se acerquen, porque en esta consagración representarán a todo su pueblo y a todas las culturas de África, de Mi amada y querida África.

Así bendeciré a todas las naciones de los que hoy las representan, en este día de consagración. 

Hay un pequeño Jesús que habla como Mi amado Hijo, cuando dio Sus primeros pasos y asumió la Cruz de la liberación de la humanidad. Los más pequeños siempre tendrán el primer lugar en el Reino de los Cielos, porque su inocencia y pureza libera al mundo.

Y ahora, antes de proclamar esta consagración especial, pido escuchar el instrumental de Nuestra Señora de Kibeho, ya que, la Señora del Verbo Divino, Guardiana de la instrucción y del conocimiento universal para todas las almas del mundo por medio de la Fuente inmaterial de Dios, concederá una Gracia especial para todos ustedes y en consecuencia para las naciones que representan en este momento y en esta vida.

Ante el Poder que Dios le entregó a Su Sierva Fiel, en la expresión de la humildad y de la pobreza de Su Corazón Inmaculado, ante los ángeles, arcángeles, bienaventurados y santos que proclaman la bienaventuranza de su Madre Celeste, ante los coros celestiales, ante el Trono de Dios, en la Presencia de la Santísima Trinidad, por el Poder y la Misericordia que Me concedió Mi Hijo y la Gracia intercesora del Castísimo Corazón de San José, es que hoy traigo para cada uno de sus corazones la Gracia de la liberación, la cura y el perdón del pasado para que sus heridas más profundas y silenciosas sean sanadas por la imposición de Mis manos, de una Madre que los consuela, que los conforta, que los contiene, que los apoya, que los ama y que los acepta así como son.

Por todos estos méritos, concedidos desde el nacimiento de Cristo hasta Su muerte y resurrección; por toda la instrucción concedida a lo largo de los siglos, en las centenas de apariciones acontecidas en la humanidad; por los milagros, las conversiones, las adoraciones, las ofertas, las celebraciones eucarísticas; por todo lo que Me han dado Mis hijos en la pobreza y en la simplicidad de sus espíritus, es que hoy los consagro para que el Cielo descienda sobre ustedes y sobre sus naciones a fin de que el Amor de Cristo cure y sane todo dolor.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Ahora quiero que canten, para que la Madre del Verbo Divino siga teniendo la Gracia de instruir al mundo, aunque deba partir en los próximos tiempos hacia el Reino Celeste, de donde ha venido para anunciarse a Sus hijos en el amor y en la compasión. 

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Y estas rosas y flores que han sido bendecidas y consagradas por Dios a través de Mi Inmaculado Corazón sean la recuperación, la vivencia y la expresión de su pureza esencial que los ha traído aquí para curarlos y regenerarlos.

Les agradezco.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA DURANTE LA VIGILIA DE ORACIÓN DE NOCHEBUENA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Vengo a salvar a aquellos que quieren regresar a Dios. Por esa razón, hoy Me hago presente, en esta fecha tan especial no solo para el Padre Celestial, sino también para los Sagrados Corazones.

Traigo en esta noche la síntesis de la experiencia vivida en Belén, porque muchos misterios sucedieron en aquella noche. Y, a pesar de que se cumplan más de dos mil años de ese acontecimiento, en el Universo Celestial como en el Cosmos sigue reverberando ese acontecimiento.

Hoy los hago partícipes espiritualmente de las revelaciones de Dios, de las revelaciones que Dios entregó para la Sagrada Familia y para todas las almas que fueron llamadas por el Padre en aquel tiempo, para poder vivenciar y participar del Nacimiento de Cristo.

Hoy es una realidad planetaria que muchos no buscan el Cristo interior. Pero la fuerza del Cristo interno de muy pocos concede las gracias que el planeta necesita, que la humanidad necesita, urgentemente, para poder despertar a la realidad en la cual vive.

Mi intervención divina hoy desciende a la Tierra con todos los ángeles del Universo que alaban a Dios, que adoran al Niño Rey. Vienen hoy Conmigo, queridos hijos, para poder ayudar y asistir a las familias del mundo, porque la familia, como ustedes saben, hijos Míos, es el núcleo principal del Proyecto de Dios. Una familia que en este tiempo tan crucial de la humanidad necesita recuperar los valores que Dios le entregó desde el principio de este Proyecto genético.

Y cada vez que se aproxima esta fecha tan especial de fin de año, en la que Mi adversario trabaja incansablemente para distraer a las almas y sacarlas del propósito de su interior, es cuando el Universo Celestial se aproxima a la Tierra y con la fuerza y el poder del Espíritu Santo, por intermedio de su Madre Celeste, las almas tienen la gran oportunidad y la gran chance de poder recuperar el lugar que perdieron antes de cometer sus errores. Porque el acontecimiento que sucedió en la Gruta de Belén fue un gran mérito, fue el primer mérito que Cristo concedió a la humanidad por medio de Su Encarnación en este mundo.

Así, el Dios vivo se hizo presente entre los hombres y las mujeres de la Tierra. Él se anunció al mundo como el Mesías, el Salvador, y lo seguirá haciendo por los tiempos que vendrán, hasta que la última alma tenga la oportunidad de despertar, más allá de los errores cometidos en este ciclo actual.

Es así que en esta noche especial, en la que contemplamos la Natividad de Nuestro Señor y la aproximación de la Gracia Divina a la humanidad, es que Me aproximo a las familias del mundo, ingreso en los hogares del mundo, para que todos puedan comulgar espiritualmente de este Sacramento oculto del Nacimiento de Jesús, en el que las familias pueden volver a beber de la Fuente Divina y las almas se pueden fortalecer en el camino de la fe y de la confianza en Dios.

Hoy tengo a todas las naciones del mundo a Mis Pies, a todas las culturas y a todos los pueblos que dan tributo y memoria al Nacimiento de Jesús. Y desde el Cielo, Él les envía un abrazo fraterno como el Gobernante Mayor que Él es, para que siempre sigan Su Propósito, para que continúen siguiendo Sus pasos, las huellas de luz que Él va dejando en Sus caminos hasta encontrar el gran Portal de la Redención.

Hoy traigo en Mi Corazón maternal ese importante momento de la Gruta de Belén, ese misterio que deja de ser un misterio y que hoy se revela al mundo por medio del conocimiento y la instrucción divina que trae la Jerarquía, sabiendo que no fue un simple nacimiento, sino que fue una gran revelación que Dios trajo para la humanidad.

En el Nacimiento de Mi amado Hijo, Dios le señaló al mundo una oportunidad y Él lo sigue revelando, lo sigue mostrando por medio de la contemplación de ese misterio, en el que muchas Jerarquías participaron y una gran Hermandad Celestial se congregó alrededor del planeta, hace más de dos mil años, para participar en ese momento, porque muchos, pero muchos rayos cósmicos descendieron para concretar la recuperación espiritual de la humanidad y retirar a la raza humana de un proyecto desestimado por el propio Padre Eterno.

¡Cómo será su Amor, tan inconmensurable e infinito, que Él se entregó a cada uno de Sus hijos! Se hizo un Niño tan pequeño y semejante a ustedes, para que ustedes lo pudieran reconocer, lo pudieran sentir y ver con sus propios ojos, porque muchos de los que hoy están aquí fueron partícipes de ese acontecimiento en la Gruta de Belén.

Este es el momento de comprender que esa historia continúa y está siendo escrita, y que esa historia que está siendo escrita no puede ser alterada.

Así pueden comprender, hijos Míos, cómo la Voluntad Divina continúa actuando a través de los tiempos y de las generaciones, y cómo esa Voluntad debe concretarse en ustedes y en sus hermanos, para que lo que Dios pensó y deseó ardientemente, dentro de este ciclo de la batalla final, se pueda cumplir más allá de cualquier acontecimiento o circunstancia.

Entonces, hijos Míos, están ante una nueva oportunidad de asumir conscientemente este compromiso, que Mi Hijo les entrega, no solo la unión interna de ustedes con su Cristo interno, sino la vivencia del Proyecto del Redentor, de todo lo que Él necesita concretar y realizar en este ciclo.

Así, sus purificaciones serán pequeñas, insignificantes, porque la energía de la cura cósmica les concederá la transformación y la conversión de su ser.

Por eso, Yo les traigo esta oportunidad para que vuelvan a ingresar conscientemente en la Fuente Divina, esa Fuente que generó la encarnación del Hijo de Dios por medio de la Gracia del Espíritu Santo, en la concepción de su Madre Divina.

Todo lo que Dios necesita para este tiempo y a través de esta Obra no es pequeño, sino es muy grande. En todo lo que Él necesita realizar en la humanidad, en los pueblos más lejanos de la Tierra como lo es África, Su aspiración está ardiente y viva, palpita en el propio Corazón del Padre hasta que se pueda concretar y realizar lo que Él necesita, porque en las cosas más simples se verán las cosas más maravillosas. Es en ese espacio y en ese lugar en donde la Misericordia actuará y los corazones se redimirán, liberándose para siempre del cautiverio y de la esclavitud que impone Mi enemigo.

Pero ustedes tienen la Gracia de tener a Aurora y a otros Centros Sagrados, en donde no les falta la oportunidad ni tampoco las herramientas para poder vivir esa ascensión y esa transformación, por más dura que parezca.

Mientras cumplan con lo que Dios necesita no sufrirán, porque Dios es amor y es alegría. El sufrimiento es parte de los hombres, de lo que la propia humanidad ha generado por sus deudas.

El Universo espiritual es esperanza, es ascensión y es luz. Y es esa Luz de Cristo que hoy les traigo, hijos Míos, para que pueda penetrar sus corazones y esencias, y recuperando su origen y su existencia, puedan volver a sentirse parte del Proyecto de Dios, de esta gran Misión del fin de los tiempos que cada uno es llamado a vivir en compañía de su Madre Celeste.

Extiendo hoy una bendición sobre los que más necesitan, imponiendo Mis Manos sobre ustedes y sobre el mundo entero, como una madre que acaricia a sus hijos y consuela a sus corazones. Esta Gracia les trae la fortaleza del Espíritu Santo y el don de la ciencia para vivir estos tiempos definitivos.

Que la fortaleza y la ciencia del Espíritu Santo les conceda el poder del discernimiento, la capacidad de comprender más allá de los límites de la mente y de la consciencia, y de poder realizar e impulsar la Voluntad de Dios en la superficie de este planeta.

Si tan simplemente cumplen con eso, estarán viviendo el propósito y la esencia de sus vidas. Y así, Mi Inmaculado Corazón triunfará en muchos lugares más, en muchos corazones más, en muchas más almas perdidas que se volverán rescatables y ya no serán estrellas caídas, sino pequeños soles en el firmamento que también vivirán su misión espiritual.

Hoy les digo estas últimas palabras, en este ciclo les entrego estos últimos mensajes, porque cuando se cumplan los doce años de Mis apariciones, en el próximo 2020, una etapa terminará, finalizará y todo lo que han recibido como conocimiento e instrucción lo deberán vivir.

Mientras estoy aquí ayudo al resto de la humanidad y a todos los llevo hacia el Corazón de Mi Hijo, cumpliendo en esta noche con lo que Él Me ha pedido y restableciendo en este lugar Su Divina Voluntad, para que finalmente sea vivida sin alteraciones.

Yo soy esa nueva Aurora que llega al mundo para iluminar los tiempos de oscuridad. Soy la última Mensajera de Dios y la primera que le abrirá la puerta a Mi Hijo para que Él retorne al mundo. En ese momento sus corazones ya deberán estar definidos, y con valentía y coraje esperar la llegada del Redentor.

Hoy recibiré de sus corazones esta sagrada oferta de la novena y llevaré en Mi Corazón sus oraciones y todas sus intenciones por aquellos que están sufriendo debido a su purificación, para que dejen de sufrir porque Dios los ama, Dios los considera y los contempla así como contempló y consideró a Su Esclava y a Su Sierva fiel, su Madre Celestial.

Quiero que se coloquen a los pies de este pesebre, este pesebre espiritual, esta revelación divina que hoy les he traído, para que este impulso que trae la Jerarquía pueda ser irradiado y expandido al mundo entero a fin de que los Nuevos Cristos despierten y participen de esta sagrada Misión.

Para eso vamos a escuchar, en este momento, el instrumental de "Noche de Paz".

Y a pedido de nuestra Madre Divina, por todas las familias del mundo, por todas las gracias y méritos de esta novena realizada por las familias del mundo, vamos a ofrecer por dos veces el "Acto de consagración a la Sagrada Familia de Nazaret", y colocaremos en el Corazón de la Madre Divina, en Su presencia, estas oraciones.

Inspiramos.

Oración: "Acto de consagración a la Sagrada Familia de Nazaret" (se repite dos veces).

Mis lágrimas caen en esta noche, sintiendo el amor y la fuerza de sus oraciones. Cómo en lo más simple y humilde está lo grandioso y victorioso, lo que proviene de Dios, por toda la eternidad. Amén.

Cantarán “Noche de Paz” para que esta consagración llegue a todas la familias del mundo y a los más pequeños, a los que están solos y son huérfanos.

Les agradezco por responder a Mi llamado, y que la Luz poderosa de la Estrella de Belén guíe los pasos y sus caminos para los próximos tiempos. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN MENDOZA, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Compañeros:

No solo hablo para ustedes sino también para el mundo. 

Esperé que pasara un tiempo y unos días para que llegara este momento de poder encontrarlos verdaderamente en unión a la gratitud, porque la gratitud es una expresión del Amor misericordioso de Dios. Y cuando hoy vi esa gratitud en ustedes, Me pude aproximar con confianza para hablarles.

Ustedes son parte del Plan de su Maestro y Señor, de un Plan que no puede fallar ni fracasar, porque detrás de ustedes hay muchas, muchas almas y consciencias que aún llegarán para beber de Mi Fuente, para nutrirse de Mi Mensaje.

El tiempo se está acabando, por eso las emergencias son muy grandes y los compromisos también son muy grandes.

En la llave de la gratitud y del amor podrán comprender todo lo que les pido y así se unirán a Mi Consciencia. 

Veo a un mundo que sufre por la indiferencia y por el error.

Necesito que sean enmendadores de Mi Misericordia, que puedan compensar y equilibrar lo que la humanidad no hace bien en este tiempo, por los riesgos que corre día a día.

Por eso vengo con la Luz de Mis Llagas, para encomendarles la profundización de esta misión, y de esta tarea que es de la Jerarquía y de ustedes, de sus seres internos con la participación de sus almas.

Por eso es necesario corregir para mejorar y crecer. Todo lo que es dicho por la voz de la Jerarquía es por amor y no por otra causa.

Las almas a veces se resisten a escuchar y comprender porque tienen su corazón cerrado, pero ustedes aprendieron a abrir su corazón hacia Mí. Por eso les hablo tan directamente, porque ya no podemos perder el tiempo en lo que no es necesario, sino debemos invertir el tiempo en lo que es urgente, y ustedes saben, por la gracia que reciben, que las emergencias crecerán y aumentarán.

Yo estoy aquí por la responsabilidad que tengo con ustedes y ustedes Conmigo. Pero no es un compromiso que viene solamente desde la época en que estuve presente en la Tierra. Son compromisos muy remotos y desconocidos para ustedes.

Solo vendré a pedirles lo que necesito que Me den, pero no los obligaré, nunca les exigiré nada.

Mis apóstoles del pasado transitaron por la misma escuela, pero era una escuela más exigida e inmediata. Era una responsabilidad muy grande porque su Maestro y Señor, entre tan pocos, tenía que alcanzar una victoria muy grande y, por la Gracia y la Misericordia Divina, eso sucedió.

Sé que el ser humano es frágil y a veces tibio, pero el Amor que Yo les entrego y les he entregado hace tanto tiempo los debe encender interiormente en el fuego de Mi Amor y de Mi Verdad.

Yo vengo para pedirles que sean conscientes de lo que llegará en el futuro cercano, en el que ya no solo vivirán situaciones personales o realidades de las naciones. Ahora Mi Obra se ampliará para situaciones continentales, como lo es África.

En África están los que más sufren y son los que más Me dan, porque Me ofrecen sus corazones que es lo que Yo necesito de ustedes para que reconozcan la Gracia que han recibido, y aún reciben, y los cuidados que les ha dado la Jerarquía a lo largo de los tiempos sin hacerles faltar nada.

África será para ustedes una escuela de amor al sacrificio y de la posibilidad de reconocer que en la gran y extensa miseria existen almas que aman a Dios sin condiciones. Y es ese amor que las alimenta espiritualmente más que físicamente, que les quita la sed espiritual y así sacian su sed física.

No pido que sean iguales a ellos, porque cada uno tiene su escuela y sus aprendizajes. Necesito que los imiten internamente, que tengan consciencia de la posibilidad y de la oportunidad que reciben en este tiempo. 

Dentro de un proceso de emergencia planetaria, a veces los corazones precisan ser enderezados para no perder el camino hacia Dios, porque uno nunca debe olvidar la humildad, que es la gran llave maestra de su liberación.

Hoy he visto que se aproximaron aún más a la gratitud, a una gratitud espontánea y sincera que tocó Mi Corazón. Por eso he decidido hablarles para traerles consciencia y sabiduría, para que cada uno reconozca en sí mismo el esfuerzo que aún tiene que hacer no solo por Mí, sino por su Padre Celestial que es Quien los colocó en este camino y en esta misión para que Me acompañen.

Por eso, hoy Me entrego nuevamente para acoger sus miserias y saber que la Luz de Mi Misericordia todo lo puede transformar y redimir cuando un corazón se abre sinceramente y suplica sin dejar que sus resistencias lo controlen y lo dominen.

Cuando un corazón se abre espontáneamente, los milagros pueden suceder. La fe es la gran Luz que baña la consciencia y la redime; tiene la Gracia, como consciencia grupal, de poder implorar a Dios para que ayude al mundo y a la humanidad, para que ayude en situaciones muy graves y dolorosas que vive esta raza de hoy.

Nunca pueden olvidar que Nuestra tarea es planetaria y no personal; que es una tarea con la Jerarquía y por la Jerarquía para el advenimiento de la energía de la Gracia y de la compasión en el mundo.

Hoy están ante la oportunidad de reflexionar sobre muchas cosas por amor y con confianza en Mi Corazón, porque vendrán tiempos de mayores desafíos y de proyectos que parecerán imposibles, pero quien esté unido a Mí lo realizará como ha realizado muchas cosas a lo largo de los tiempos por medio de esta misión de llevar el Amor y la Paz a las almas que más lo necesitan y a las naciones que más lo necesitan.

Mientras estoy aquí, atiendo a la humanidad en este momento y los llevo a todos a Mi Corazón, a los más miserables y pecadores que necesitan del alivio y de la cura espiritual.

Todo lo que se hace en este momento y a través de esta Obra es para la cura de la humanidad y para que el amor se establezca en el corazón humano, y que ese amor les permita liberarse y vivir su misión espiritual Conmigo.

Mi Corazón está lleno de gracias y de piedad para todos. Y el sostén que la Adoración les proporciona será la gran arma de defensa para los próximos tiempos y para las próximas misiones.

Agradezco el esfuerzo sincero y amoroso de todos, porque no todo es error ni fracaso. Deben alzar sus ojos hacia el horizonte para contemplar las victorias que Yo le he dado a cada uno, victorias espirituales.

En el fortalecimiento de esa unión y de esa alianza Conmigo, por encima de toda adversidad u oscuridad, nadie podrá quitarles lo que Yo le he entregado a cada uno, y deben defenderlo y protegerlo de ustedes mismos y del mundo.

Es esa misma convicción, certeza y fe que vivieron los apóstoles como, por ejemplo, San Pablo, que hasta el último segundo no dudó de lo que sentía y en lo que confiaba. El amor lo hizo creer en Mí hasta el final y así él se entregó.

Hoy vengo a hacer lectura de los logros y de las Gracias que le he entregado a cada uno y que ustedes siempre deberán contemplar para que de allí saquen fuerzas internas para seguir adelante, porque llegará un momento en que esta misión finalizará, y cuando eso suceda todo se desencadenará. Y en ese momento deberán estar fuertes y firmes en todo lo que Yo les he dado a lo largo de los tiempos, no solo para sostenerse a sí mismos sino a sus hermanos, los que no habrán podido construir, en sí mismos, la misma fortaleza que Yo les di por amor.

Este es Mi Mensaje para ustedes, porque también es un mensaje para el mundo, para los que se adentran en el servicio a Mi Corazón Misericordioso, para los que buscan día a día el camino de la transformación y de la elevación de la consciencia, porque en verdad no Me importa que no lo consigan, sino que lo intenten y que lo intenten todos los días. Y sin percibirlo, algún día llegarán a Mi Gloria y ese día se darán cuenta de que Yo les dije la verdad.

Por eso hoy estoy aquí y por esa causa rezo a los Pies de Mi Padre Celestial, porque sé que muchos más podrán superarme en el Amor. Confío en eso y sé que es posible. 

Les agradezco por escucharme y por recoger hacia su corazón Mis Palabras, que ya son las últimas para el mundo.

Que la Luz que proviene del Amor, los guíe y los bendiga.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mensaje extraordinario
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN MENDOZA, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, CON MOTIVO DEL ENCUENTRO DE MÚSICA PARA LA CURA Y ELEVACIÓN DE LA HUMANIDAD

Cuando Dios pensó en crear al hombre de superficie, Él pensó en un Proyecto, en un Plan perfecto, el que podría despuntar durante el desarrollo de toda la vida del ser humano. 

Ese Plan aún está vigente, a pesar de los errores y de los acontecimientos vividos por el propio ser humano.

Es un Plan basado ampliamente en la experiencia real del amor y del perdón.

El Plan prevé que todos los seres humanos sean perdonados, ya que después de muchas experiencias el ser humano necesita del perdón en sí mismo, dentro del campo de su consciencia, para que pueda sentirse libre de los errores cometidos y libre de toda culpa.

Pero ese hilo conductor que une y que realiza la vida del ser humano es la Consciencia Divina de Cristo, la que llegó a encarnar en esta humanidad para traer un mensaje que debe aplicarse en el día a día. Ese mensaje se profundizó a través de la entrega de Jesús Cristo.

Aún ese Plan deberá expresarse y realizarse en toda la humanidad y aunque en este ciclo parezca inalcanzable, la Jerarquía Espiritual impulsa y concreta ese Plan de Amor a través de los grupos de almas y de consciencias que, de alguna forma, tienen el compromiso de manifestar ese Plan Universal.

Hoy estamos ante un ejemplo de uno de los Planes de Dios, un ejemplo que estará representado por el especial Encuentro de Música de hoy, el que espejará una de las culturas y de las raíces más emblemáticas de los tiempos remotos: la cultura africana, la que siendo parte del Proyecto de Dios, también vivió sus embates y decadencias y que hoy, bajo el espíritu de la fraternidad y de la hermandad establecida, alcanzará esa experiencia interna con el amor y el perdón que todas las criaturas necesitan.

Por esa razón, el Encuentro de Música que hoy será ofrecido abrirá las puertas celestiales para que la amada África recupere los atributos y los valores originales, los que una vez la constituyeron como una raza emblemática y sagrada.

En la entrega amorosa y fiel de cada coralista e instrumentista, la Jerarquía Espiritual traerá hacia la Tierra todos los principios que una vez vivieron Mis hijos de África. 

Esto beneficiará al alma de cada hijo Mío de África, que de alguna forma vive el resultado de traumáticas y dolorosas experiencias, producidas por el tráfico y por la venta de sus personas, para un provecho que está fuera de toda ley y contexto.

Este Encuentro de Música de hoy concederá a África la reintegración de su consciencia espiritual, la matriz que una vez formó el origen de esa raza, que tenía la misión de hacer el puente entre el Universo Material y el Universo Espiritual.

Por medio de la oferta que hoy será realizada, los Universos Divinos intercederán ya que a través del ejercicio espontáneo, de la alegría y de la oferta amorosa del Coro de Angolanos, la Divinidad, por primera vez, encontró un camino para conceder la libertad espiritual milenaria y la cura de los corazones heridos.

Todo eso es posible por la oferta del Encuentro de Música de hoy. 

Que todos puedan sentirse parte de África y que puedan recuperar las raíces, las que una vez el Padre Celestial creó para que, en los valores de la igualdad y de la unidad, todos Sus hijos fueran felices.

Desde lo más profundo del Amor y de la Existencia Divina, agradezco al coro de Mis hijos de Angola por haber respondido ecuménicamente a este llamado de la Creación.

Deseo a todos una bellísima gala de música, para que la cura llegue a toda la humanidad.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice, en el Amor de Cristo,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN BOGOTÁ, COLOMBIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Ahora que Colombia fue colocada ante la oportunidad de reencontrar los principios y los valores de su cultura, es cuando las almas podrán recibir la dignidad y la libertad de sentirse parte de ese legado, el que trajo para Colombia el espíritu de lo inmaculado y de lo sagrado.

A través de la Peregrinación por la Paz, Colombia irá siendo colocada ante los tesoros espirituales que el pueblo de Guatavita conoció en el pasado, y tendrá la Gracia de que, esencialmente, recupere todo lo que le fue retirado y borrado de la memoria ancestral.

Colombia es un gran pueblo originario que ingresó, al igual que otros pueblos, en la rebelión y en la conquista que fue practicada durante el descubrimiento de América. Por eso, Europa le debe mucho a Sudamérica, así como también le debe mucho a África.

Todo lo que sucedió deberá saldarse, y los europeos descendientes de los conquistadores serán los que saldarán las consecuencias generadas a lo largo de los tiempos.

Colombia podrá elevarse cuando ella recuerde los valores de fe y de confianza que vivió en el pasado; lo que colocará a su pueblo delante de la oportunidad de recuperar sus raíces originales.

¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!

Los bendice, 

Su Maestro y Señor, Cristo Jesús 

Mensaje extraordinario
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Relato del mensaje:

Durante la ceremonia de consagración de los Misioneros en el Centro Mariano de Figueira, en el altar había una estatua de San José y, en un determinado momento, ella comenzó a brillar muy intensamente. Observamos este movimiento para comprender lo que estaba sucediendo; en cuanto los sacerdotes se estaban aproximando al altar para consagrar la Eucaristía, sobre ellos comenzaron a abrirse muchos portales, de una forma rápida e intensa. En ese momento, apareció San José, luminoso como un sol.

Detrás de Él, había un camino hacia África; Él estaba rodeado de niños y traía también un niño africano en Sus brazos. Él dijo que vino para que comprendamos la importancia de las misiones humanitarias para la Jerarquía.

Trajo consigo una Gracia para cada misionero que se consagró, algo espiritual e interno, y transmitió un mensaje extraordinario. Fue la primera vez que San José apareció, desde el fin de los ciclos de Sus Apariciones, el último 18 de agosto.

Él nos dijo:

Vengo en el silencio, por Voluntad de Dios y por Su Divino Amor. Vengo porque, para Mí, es tan importante acoger y servir a las almas de África, como acoger a los que se consagran al Plan de Dios y a la misión primera de rescatar el amor en los corazones de todos los seres, en la consciencia de todos los Reinos de la Naturaleza.

Vengo para bendecirlos, no porque todas las bendiciones que ya recibieron no fueran suficientes, sino porque deben comprender cuán importante es para Dios la misión que llevan adelante y que la seguirán llevando por los cuatro puntos del mundo.

El Creador acompaña sus pasos, así como Yo también los acompaño; sea inspirando sus espíritus; sea observando sus caminos, Yo siempre los acompañaré.

Hoy se abren los Cielos como se abren sus corazones, porque a cada oferta que la humanidad realiza, nuevos méritos son generados para la salvación y la redención de la humanidad.

Hoy vengo no solo con una bendición; vengo abriendo el camino de sus espíritus para que lleguen a Mi amada África. Yo estoy ahí. En omnipresencia y amor, les indico la dirección en la cual hay mayor necesidad. Vengan conmigo al encuentro de la transformación de sus vidas.

Las misiones humanitarias, hijos, así como los diferentes encuentros de oración que se realizan en el mundo, son los pilares de la redención para estos tiempos, son los instrumentos de los cuales se vale su Creador para mantener viva Su esperanza de redención y de transformación de la humanidad. Por eso estoy aquí.

Vengo con una Gracia. Vengo con una puerta hacia un nuevo paso. Vengo como una confirmación para sus almas y sus vidas. Vengo, como su Padre y Amigo, a decirles que en silencio los aguardo, que África los aguarda, y más que esto, que la África que hay en el interior de cada ser los espera, para que sirvan al prójimo como si fuera su última oportunidad de servir.

Yo Me alegro con sus pasos, así como Dios se alegra y renueva Su Amor a través de su consagración.

Hoy y siempre, ustedes tienen el Amor de Mi Casto Corazón.

Su Padre y Amigo, 

San José Castísimo

MENSAJE PARA LA VIGILIA DE ORACIÓN POR LA PAZ EN LAS NACIONES RECIBIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, TRANSMITIDO POR MARÍA, ROSA DE LA PAZ AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

A Mi amada África

Queridos hijos:

Hoy dedicaremos este trabajo de oración a las almas inocentes y más pobres de África, para que después de que cada una de ellas haya pasado por el aprendizaje de la miseria, del sufrimiento y del dolor, reciba la gracia de poder estar ante la gloria celestial.

Ahora, con Mi primer e inicial monasterio de consagradas en Angola, toda la Obra es llamada por la Madre de Dios para colaborar, de alguna forma, en esta misión de caridad y de servicio que recién comienza.

Así como Mi amado Hijo le pidió a la Madre Teresa de Calcuta servir y estar entre los pobres más pobres, hoy Yo como la Señora de los Pobres y de los Santos Inocentes le pido a cada hijo Mío, que Me escucha, que pueda estar en África con los más pobres entre pobres, especialmente con los más inocentes, con Mis pequeños hijos, con los niños huérfanos y abandonados por sus propias familias.

Deseo que la Obra entera, así como todos los que están despertando a través de ella, hoy tenga en sus oraciones a Mi amada África para que los bienes celestiales, que se convertirán en ayuda y en servicio humanitario, puedan descender del Cielo para ser ofrecidos en África.

Con todo este pedido, hijos Míos, el deseo ardiente de su Madre Celeste es poder llevar amor a los que no lo tienen y alivio a los que sufren.

Este es el tiempo en el que la injusticia y la desigualdad golpean a los más inocentes y pobres, a los que nada tienen. Pero también, hijos Míos, este es el tiempo de los milagros, milagros que sus propias vidas pueden realizar a través de su donación, de su apoyo y de su servicio a Mis pequeños hijos de África.

Esta Obra, bendecida por el Padre Celestial, tiene la misión de llevar el amor para poder curar el dolor del mundo, no solo con un gesto de cariño para aquel que nunca lo recibió, sino también a través de un gesto de servicio y de amparo a los más pobres entre los pobres.

África fue y es un continente ultrajado y explotado por las grandes naciones, pero eso en poco tiempo terminará, y aquellos que se llevaron todo y dejaron la pobreza y la miseria para los más inocentes, se verán Conmigo y con Mi Hijo el día marcado para el Juicio Universal; porque, como ya lo dijo Mi Hijo, no quedará piedra sobre piedra en aquellos que construyeron sus potencias sobre la superficie de la Tierra. Todo el mundo vivirá su momento de evaluación y de juicio.

Queridos hijos, también les pido colocar en sus oraciones a los Reinos de la Naturaleza de África para que, a pesar de ser extinguidos y comercializados, la consciencia-grupo de cada Reino hoy reciba el amor y el perdón de parte de los orantes.

África es el comienzo de una Obra mayor que colocará a cada uno de los servidores ante la oportunidad de dar el gran paso hacia el olvido de sí mismo para estar, sin condiciones, en servicio y en amor por los demás.

Recuerden que África espera amor, ayuda y redención.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE PARA LA VIGILIA DE ORACIÓN POR LA PAZ EN LAS NACIONES RECIBIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, TRANSMITIDO POR MARÍA, ROSA DE LA PAZ AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Queridos hijos:

Cada uno de los orantes del mundo conoce y sabe sobre la realidad planetaria y sobre la importancia de sostener, en el mundo, una columna de luz de oración que haga despertar, cada día más, el Amor de Dios en los corazones y que disuelva los conflictos en las naciones y en los pueblos.

Por eso, hijos Míos, en la Vigilia de Oración de hoy, los invito a renovar sus esfuerzos y especialmente el compromiso de seguir orando por las naciones para que más milagros espirituales continúen sucediendo en la humanidad y en la vida de las personas.

Deseo, como Madre, que todos los días ustedes puedan penetrar en el misterio que guarda el poder de la oración y en los cambios físicos que el verbo orante genera en la vida planetaria como también en los Reinos de la Naturaleza.

Al día de hoy, el compromiso vivido mediante la Oración por las Naciones ha permitido, milagrosamente, que nuevos puntos de luz sean establecidos en Sudamérica, Norteamérica, África y Europa; y en breve en Centroamérica y Oceanía.

Es así, hijos Míos, que cuando un compromiso orante es vivido y asumido verdaderamente por una consciencia, no solo ella se beneficia espiritualmente al cabo de un tiempo, sino también el planeta que, como un estado vivo de consciencia, recibe una oportunidad, especialmente las naciones que fueron testigos de la depredación del hombre, del conflicto y del caos.

Por ejemplo, con la Oración por la Paz en Medio Oriente, su Madre Celeste alcanzó la aspiración, a través de los misioneros de la Fraternidad, de poder ingresar en el Líbano y así llevar el alivio interno y humano a las almas, porque el próximo Plan de su Santísima Madre es establecer una tarea humanitaria y religiosa en esa región para que África, Medio Oriente y Europa sean contemplados aún más por la Misericordia de Dios.

Todo eso es posible, así como otros acontecimientos, porque el poder de la oración trabaja y actúa diariamente en las almas que participan y acompañan la importante tarea de orar por las naciones.

Cuando una o más almas asumen ese compromiso con la Madre Celeste, lo asumen con el Padre Celestial, y el Universo puede sentir la respuesta amorosa de quien ora y se esfuerza por hacerlo todos los días.

Por eso, los llamo al tiempo de la renovación del compromiso para que aún más, en el mundo, la poderosa e invencible Misericordia de Mi Hijo salve a la humanidad.

¡Les agradezco, ahora y siempre, por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Mi Alma y Corazón ya están en Angola. Estoy preparada para llevar el Amor de Dios a las almas inocentes, almas pobres de espíritu.

Mi Divinidad ya está en Angola, al igual que la Gracia materna de Mi Corazón, porque Mi deseo de Madre es estar con Mis hijos de África, es poder recoger en Mi interior el amor, la pureza y la devoción de ese pueblo por la Madre de Dios.

Ellos son Mis amados y predilectos hijos, a los que quiero mucho y por los que rezo todos los días por sus vidas, así los mantengo bajo Mi divina protección.

Angola fue la nación escogida por su Madre Celeste para poder abrir las puertas al servicio humanitario y al servicio religioso.

Angola es un pueblo que es testigo de los conflictos y heredero de un sufrimiento que nunca debió vivir. Pero el fin de este cautiverio llegará y Mis hijos de Angola, como los de toda África, podrán ser partícipes de Mi Amor maternal.

Por eso en este día especial, la vida consagrada por medio de la Orden fundada por Mi Hijo ingresará en el continente africano para llevar el amor y la cura de los Sagrados Corazones, con la esperanza de que algún día la Peregrinación por la Paz visite a ese querido pueblo a fin de que Mis hijos de África se sientan más abrazados por la Madre de Dios.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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