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Mis queridos hijos del Árbol Sagrado de Figueira:
En este tiempo de duros enfrentamientos y conflictos entre naciones y pueblos, en este tiempo en el que la sangre inocente que es derramada no tiene importancia, en este tiempo en el que la impunidad ganó el asiento principal en la vida de muchas personas; que ustedes, Mis hijos, puedan contemplar ahora los sagrados frutos de la conversión y de la fe renovada para que, en este ciclo en el que se aproxima el Juicio Final, sus vidas sean el fiel ejemplo de una redención alcanzada por la intervención de la Santa Gracia de Dios.
Cada vez que su Madre Celeste llega a Figueira es una oportunidad de reparación de los ultrajados Corazones de Cristo, de María y de San José, es una oportunidad de que, en Mi Corazón Materno a través de la fe y de la esperanza de Mis hijos de Figueira, Yo pueda sentir amor, gozo y alivio al reencontrarme con los Míos.
Por eso, Mis amados hijos, recuerden y revivan, en cada momento, el poder estar ante su Madre Celeste. Sientan esto por aquellos que, en este tiempo de incertidumbres, no tienen la Gracia de sentir ni escuchar a la Madre de Dios.
Les pido que mantengan ese espíritu de fe inquebrantable, una fe que ayude a la consciencia y al alma de Brasil, para que esta tierra no solo sea redimida junto con los Reinos de la Naturaleza, sino también las almas reencuentren la alegría y la razón de pertenecer a este amado y bendecido país.
Unidos, en oración continua Conmigo, Yo los invito a reforzar el espíritu de los ejércitos de oración, para que la antorcha de la Luz victoriosa de San Miguel Arcángel se mantenga encendida en el corazón de cada hijo brasilero.
Desde el Reino de Dios, desciendan todas las Gracias necesarias para esta querida nación de Brasil.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Señora de Figueira
Mientras que decisiones muy importantes son tomadas después del último 8 de agosto, situaciones inesperadas se definen dentro de esta consciencia planetaria, y las naciones del mundo, poco a poco, son colocadas ante el Juicio Universal.
Eso significa que dependiendo de lo que escojan las consciencias en el próximo tiempo, será cómo se mostrará el fin de los tiempos, y nadie podrá detener el resultado proveniente de esa elección.
Por eso las almas deben orar para que los acontecimientos no los sorprendan de la noche a la mañana y para que todo lo que verán y presenciarán no sea demasiado fuerte para ustedes.
Con sus oraciones, coloquen a las naciones dentro de Mi Misericordia, aunque algunas naciones le hayan cerrado las puertas a Dios por su ignorancia e indiferencia.
Que todo y todos puedan ingresar en Mi Misericordia para que, en algún nivel de la consciencia, algo reciba la oportunidad y la Gracia que tanto necesita.
Solo les pido que sean fuertes en la oración y pacíficos en el servicio, así ayudarán también a otros hermanos durante el tiempo de los grandes y definitivos acontecimientos.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy vengo a un lugar, a una ciudad, a un país que está viviendo los primeros momentos agudos de la humanidad. Por esa razón, Yo estoy aquí entre Mis compañeros, amigos y servidores.
Vengo para consolar al corazón afligido. Vengo para traer cura al corazón enfermo. Vengo para traer alegría al corazón que perdió la esperanza. Porque estos son tiempos cruciales para la humanidad, resultado de sus elecciones y decisiones de vida. Con nada de esto tiene que ver vuestro Dios, Nuestro Padre Celestial. Él envía a Su Hijo para auxiliarlos y socorrerlos porque ustedes, compañeros y servidores Míos, han dado testimonio de Mi Presencia en sus corazones y en las acciones de la vida. Por esa razón, también estoy aquí para que, unidos en la fe, aprendan a trascender el fin de los tiempos, primero dentro de ustedes, y para después ayudar a la humanidad, a todos sus hermanos y conocidos.
Estos son tiempos inexplicables, en los que las naciones están definiendo su destino y en ese destino hay millones de almas, muchas pero muchas almas inocentes, especialmente almas que deberían estar en este tiempo y en esta humanidad, y que no las quieren dejar estar debido a la libertad que hoy asume la mujer en la humanidad. Esto también es una aflicción para Dios, porque los hombres y mujeres de la Tierra no quieren vivir Sus Leyes, sino alterarlas. Es no tener consciencia de la Verdad y del resultado de lo que esto significa para la vida en la superficie de la Tierra.
Por eso, también son tiempos de Misericordia, porque la Misericordia concederá milagros, llevará a las almas hacia Dios y permitirá que los corazones se reconcilien, unos con otros, sabiendo que es necesario aún curar muchas heridas en los corazones y también en las naciones. Por eso, Nuestro peregrinar por las naciones del mundo se volverá, cada día más exigente, desafiante y diría, de una gran osadía, porque son tiempos en los que las fuerzas retrógradas del planeta quieren mantenerse en la humanidad para tenerla presa y oprimida. Pero la Luz y el Poder del Cetro de Dios llegará, de la Mano del Hijo del Hombre, para liberar a los corazones y a las almas de la Tierra que viven las prisiones de la vida, que viven la opresión, que viven la perdición.
No puedo prometerles, compañeros, tiempos de alegría porque lo que hoy vive la humanidad es por su propia elección. Pero si están Conmigo, Yo les puedo prometer tiempos de júbilo, de milagros, de conquistas internas y espirituales, tiempos de trascendencia y de cura, momentos de perdón, de reconciliación y de paz, aunque el mundo en su superficie esté en constante batalla.
Toda la Creación está llegando al momento de su Juicio Universal y, cada día que pasa, ese momento se aproxima a la consciencia humana. Nadie estará excluido de ese acontecimiento. No será un Juicio para castigar, sino que será un Juicio para rever, para reflexionar y madurar y, especialmente un Juicio para corregir.
El Padre Celestial Me ha enviado a la Argentina, en esta situación y circunstancia, y también Me envía por el mundo entero, por todas las almas, por todos los pueblos y todas las culturas, por todas las religiones, para que Yo les anuncie la Buena Nueva que debe despertar en sus corazones la oportunidad de volver a Dios y de estar ante Su Presencia; sabiendo que el Padre Celestial espera entregarles Su Amor y Su Bondad, Su Misericordia y Su Perdón para que, verdaderamente, compañeros Míos, aprendan a ser felices en la vida espiritual y material, uniéndose todos los días a la Fuente de Dios, sabiendo mantener, dentro de sí, el contacto interior.
Mas, lo que Me mueve a venir a las naciones del mundo es la adhesión de Mis compañeros, servidores y colaboradores, de los peregrinos, de los que intentan seguir fielmente el Camino de Cristo. Esto es lo que Me motiva a venir aquí, especialmente a la Argentina, porque sé que existe el potencial para gestar, dentro de cada corazón argentino, su proceso de redención y de perdón, para que vuelvan a ser como en los tiempos pasados, los apóstoles de Cristo.
Dentro de cada uno de ustedes, dentro de cada uno de Mis hijos de Argentina, existe una luz desconocida que aún no han descubierto. Argentina tiene una tarea importante como país y como pueblo, como una parte de la humanidad que preparará, por su compromiso, el Retorno de Cristo. Y esto ayudará, beneficiará y favorecerá a las demás naciones del mundo, como por ejemplo a Uruguay que no se está abriendo para escuchar la Voz del Padre Eterno.
Este es el tiempo, compañeros, de saber luchar por medio del amor y sin espadas, porque el triunfo de Mi corazón se dará en la concreción del Plan Divino en sus vidas, con sus ejemplos, en su fidelidad Conmigo. Esto es lo que Yo necesito, algo tan simple pero profundo, algo que nace del corazón de aquel que comprende, más allá de Mis Palabras, el Propósito de su Maestro y Señor.
Vengo a colocar en Argentina un bálsamo de paz y de reconciliación, sabiendo que Dios, su Padre Celestial, no puede estar ausente de la consciencia de Argentina y no puede ser sustituido por las formas de vida y por las elecciones, tan inconscientes, de los hombres y mujeres de este país.
No pueden entrar, compañeros, en la misma corriente de conflicto, de adversidad o de caos. Por medio de la oración, activen el Rayo de la inteligencia, del discernimiento y de la ciencia; y tendrán fe y conocimiento para poder superar el fin de los tiempos y así poder ayudar a sus hermanos, a los más ignorantes, a los más perdidos, a los que no tienen a Dios y a los que lo niegan completamente.
Pero los tiempos más difíciles llegarán y no será necesario que los vivan. Aún tienen tiempo para poder recapacitar y reconciliarse con Dios, así como Mi Madre lo pidió una vez en Fátima a toda Europa, después de que Europa fue completamente destruida por la adversidad y el caos. Pero, en la Argentina, a pesar de sus tiempos difíciles, existe una pureza que aún es desconocida, una pureza especial que les ha dado Dios para que por medio de su Rayo de Voluntad-Poder aprendan a alinearse con el Propósito y a manifestar Su Voluntad. Sé que aún no alcanzaron esto, pero mantengan firmes sus aspiraciones para poder gestar, sobre la superficie de la Tierra, una verdadera familia espiritual que es parte de la Hermandad Divina de Nuestros Corazones y que, más allá de todo y de cualquier acontecimiento, se une a Dios de corazón y en fidelidad.
Hablo tanto de fidelidad, compañeros, porque es lo que los protegerá de ustedes mismos, no solo a Mis compañeros de Argentina, sino a todos Mis seguidores, servidores, colaboradores y consagrados. El mal no conoce la fidelidad, la fidelidad a Dios, a Su Propósito, a Su infinita Voluntad y Sabiduría. Si ustedes conocen la fidelidad, se volverán verdaderamente libres de las cadenas, de las amarras, de las opresiones de la vida y del caos planetario; porque la fidelidad siempre los podrá llevar a la paz, a la confianza y a la certeza absoluta de que Dios está en ustedes y en todo.
Argentina es el preámbulo de grandes acontecimientos que se avecinan y que se aproximan. La adhesión de los corazones, por poco que parezca, representa mucho para Dios. Por eso, Su aproximación a la consciencia de los argentinos se dará en estos meses de agosto y de septiembre de una forma especial, porque será la preparación para una nueva etapa de desafíos, de exigencias y de entregas cada vez más profundas y definitivas.
Sé que muchos podrían no sentirse preparados, aptos ni disponibles para lo que les estoy diciendo y pidiendo, pero crean y confíen que si siempre están Conmigo y Me llaman, lo podrán lograr porque conozco a sus personas, a sus almas, a sus espíritus y a toda su vida interna. No pediría algo que nunca pudieran alcanzar, pero hay una parte que ahora le corresponde a cada uno de Mis compañeros, servidores, colaboradores y consagrados.
Cada uno tendrá su momento de entrega y de profunda definición, que será entre el alma y Dios, para que la Gracia Divina siga descendiendo al planeta y a la humanidad. Y, a pesar de que en la superficie de la Tierra ya nada tenga sentido ni motivo, habrá una razón de seguir estando aquí, en este planeta azul, por esta creación y por esta sagrada naturaleza que les ha dado el Padre Celestial para que aprendan a contemplarlo, a adorarlo y a amarlo en todo lo que vive y vibra.
Sé que quisieran escuchar palabras preciosas, agradables y que consuelen a sus corazones, pero yo nací en la superficie de este planeta no solo para anunciarles la Buena Nueva, sino también para decirles siempre la Verdad que los hará madurar y crecer interiormente.
Que esta Maratón, tan importante para Mí, sea una Maratón de madurez y de crecimiento en la consciencia y en las acciones, para que nuevas responsabilidades puedan ser entregadas en sus manos y puedan seguir representándome en este tiempo crítico, en el que la mayoría de las almas no quiere ver a Dios.
Le pido al mundo entero que ya no culpe más al Padre Celestial por lo que le sucede, que asuman la responsabilidad de lo que hacen, día a día, sabiendo que el Universo les dió leyes y mandamientos para estar alineados con el Propósito y para saber seguirlo sin necesidad de perderse ni confundirse.
Coloquen sus consciencias en lo que es vertical, en lo que va hacia lo Alto, en lo que los une al Universo y así encontrarán la paz y la fuerza interior para seguir adelante, para seguir Mis pasos, de pies descalzos y humildes que los llevarán al encuentro de la Vida Crística.
Que esta Maratón sea un motivo de renovación, de conmemoración, porque se cumplen más de seis años desde que Yo les pedí, compañeros, ofrecer la Maratón de la Divina Misericordia en estos tiempos difíciles, para sostener el Plan de Dios en la humanidad y soportar las corrientes de la adversidad y del caos, aprendiendo a transmutarlas y a liberarlas con la fuerza y el poder que tiene el verbo en la oración.
En la confianza de Dios, Yo les doy la paz y la gratitud infinita por haber preparado cada detalle con amor, consciencia y entrega para su Señor, su Maestro y Redentor.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
A Mi amada África
Queridos hijos:
Hoy dedicaremos este trabajo de oración a las almas inocentes y más pobres de África, para que después de que cada una de ellas haya pasado por el aprendizaje de la miseria, del sufrimiento y del dolor, reciba la gracia de poder estar ante la gloria celestial.
Ahora, con Mi primer e inicial monasterio de consagradas en Angola, toda la Obra es llamada por la Madre de Dios para colaborar, de alguna forma, en esta misión de caridad y de servicio que recién comienza.
Así como Mi amado Hijo le pidió a la Madre Teresa de Calcuta servir y estar entre los pobres más pobres, hoy Yo como la Señora de los Pobres y de los Santos Inocentes le pido a cada hijo Mío, que Me escucha, que pueda estar en África con los más pobres entre pobres, especialmente con los más inocentes, con Mis pequeños hijos, con los niños huérfanos y abandonados por sus propias familias.
Deseo que la Obra entera, así como todos los que están despertando a través de ella, hoy tenga en sus oraciones a Mi amada África para que los bienes celestiales, que se convertirán en ayuda y en servicio humanitario, puedan descender del Cielo para ser ofrecidos en África.
Con todo este pedido, hijos Míos, el deseo ardiente de su Madre Celeste es poder llevar amor a los que no lo tienen y alivio a los que sufren.
Este es el tiempo en el que la injusticia y la desigualdad golpean a los más inocentes y pobres, a los que nada tienen. Pero también, hijos Míos, este es el tiempo de los milagros, milagros que sus propias vidas pueden realizar a través de su donación, de su apoyo y de su servicio a Mis pequeños hijos de África.
Esta Obra, bendecida por el Padre Celestial, tiene la misión de llevar el amor para poder curar el dolor del mundo, no solo con un gesto de cariño para aquel que nunca lo recibió, sino también a través de un gesto de servicio y de amparo a los más pobres entre los pobres.
África fue y es un continente ultrajado y explotado por las grandes naciones, pero eso en poco tiempo terminará, y aquellos que se llevaron todo y dejaron la pobreza y la miseria para los más inocentes, se verán Conmigo y con Mi Hijo el día marcado para el Juicio Universal; porque, como ya lo dijo Mi Hijo, no quedará piedra sobre piedra en aquellos que construyeron sus potencias sobre la superficie de la Tierra. Todo el mundo vivirá su momento de evaluación y de juicio.
Queridos hijos, también les pido colocar en sus oraciones a los Reinos de la Naturaleza de África para que, a pesar de ser extinguidos y comercializados, la consciencia-grupo de cada Reino hoy reciba el amor y el perdón de parte de los orantes.
África es el comienzo de una Obra mayor que colocará a cada uno de los servidores ante la oportunidad de dar el gran paso hacia el olvido de sí mismo para estar, sin condiciones, en servicio y en amor por los demás.
Recuerden que África espera amor, ayuda y redención.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mis amados hijos:
Otra vez en Mi amada casa, en Fátima, donde derramé tantos códigos de amor, conversión y protección para Mis hijos del mundo.
Otra vez en Fátima, para renovar a sus almas con Mi Maternidad y Mi Amor Universal.
Otra vez en Fátima, para que este Reino Celestial, que acoge a todos Mis hijos del mundo, reciba la luz y el amor de la Fuente del Corazón de Dios y se prepare para lo que ya está llegando.
Hoy observo, con gratitud y amor, a algunos corazones que se han ofrecido para sustentar el final de los tiempos y que, verdaderamente, están decididos a seguir fielmente a Mi Hijo y a servirlo más allá de lo que comprenden y de lo que creen que pueden hacer.
A estos hijos Míos los tengo en Mi Corazón.
También observo a aquellos que todavía necesitan de muchas pruebas para rendirse al Amor de Cristo, de muchas explicaciones para aceptar este nuevo ciclo, de muchas seguridades para poder confiar.
A estos hijos Míos los tengo en Mi Corazón.
Observo también a los que son indiferentes, a los que solo piensan en sí mismos, a los que no soportan la fe de los otros e intentan destruirla, a los que tienen tanto miedo de que el mundo deje de ser ese lugar que creen controlar.
Observo a los que no comprenden que transgredir la Ley de la Creación es algo que de forma inminente los colocará frente al Juicio Universal.
A estos hijos Míos los tengo en Mi Corazón.
Observo a los que se burlan de la Gracia y de la Misericordia, a los que levantan su voz y su mano en contra de sus hermanos, creyéndose impunes y dueños de los demás.
Todos están en Mi Corazón.
Traigo para Europa una buena nueva, la última oportunidad para vivir el perdón, la reconciliación, la expiación de los errores.
Como Abogada de todas las criaturas de este mundo estaré en breve, en un próximo ciclo y durante un tiempo aquí con ustedes, recorriendo esta tierra europea que clama por perdón y cura, recorriendo sus naciones, llegando a sus pueblos para que la Luz y el Amor de Dios lleguen a cada rincón.
El Reino de Fátima y la presencia de los Mensajeros Divinos traerán la Gracia de la Renovación, a esta parte del mundo, para que sus corazones puedan recibir los códigos crísticos que prepararán a sus seres para dar la bienvenida a los talentos que Mi Hijo les entregará y que deberán estar disponibles dentro de sus esencias para acompañarlo y servirlo en Su Retorno al mundo, en este próximo tiempo.
Pero hoy también vengo con una advertencia.
La humanidad se enfrentará a sí misma y comprobará que fue indiferente, que se dejó atrapar por la ilusión y perdió el bienestar que le ofrecía el planeta, un planeta al que está perdiendo porque lo maltrató hasta dejarlo agonizante.
Así la humanidad llorará lágrimas de sangre por su necedad, por su soberbia y por su falta de inteligencia. Esta humanidad que hoy está, conscientemente, desintegrando y aniquilando aquel lugar sagrado que le da cobijo, que la alimenta, que la cura y que le ofrece un lugar majestuoso y seguro para las generaciones futuras, para la evolución de la raza.
¿A dónde irán a vivir sus hijos, sus nietos y los hijos de sus nietos? ¿Alguna vez se lo preguntaron?
A lo que ustedes llaman espacios protegidos o búnkeres, ¿cuántos podrán entrar a esos ilusorios lugares?
¿Buscarán otros planetas? ¿Cuáles? ¿Cuántos de ustedes irán a esos ilusorios lugares?
Mi Corazón se llena de dolor, de pena y de agonía al verlos tan ignorantes.
¡Hijos, despierten!
Todavía hay tiempo de equilibrar la balanza, ¡pero tiene que ser ya!
Despierten de este letargo, de este sueño que solo los conducirá a un estado interno y externo lleno de desequilibrio y sufrimiento. Escuchen la Voz y el Corazón de su Madre Celestial que les trae esta advertencia. ¡Ya no hay más tiempo!
¡Salven al planeta! Protéjanlo de ustedes mismos, porque si no reaccionan pronto no tendrán ningún lugar en donde puedan estar en paz.
Únanse a Mi Voz y a la voz de los más jóvenes, la que ya se hace sentir. Ellos están intentando defender su casa para poder tener un destino.
Únanse a Mi Corazón que les ruega, que les suplica que sean responsables por esta Gran Casa, este Edén que Dios les entregó para que vivieran la más grande experiencia de amor universal.
¡Despierten hijos! Por última vez, ¡despierten!
Yo los amo y no los abandonaré nunca, pero Mi Ser sufre porque un día solo podré observar su padecimiento, fruto de su indiferencia y de su falta de responsabilidad.
Recuerden siempre que solo deben mirar hacia lo Alto, en humildad y en gratitud. Todo podría revertirse para bien, en un instante, si tuvieran el coraje de cambiar.
Los amo, los protejo y firmemente los llamo a la última reflexión.
Gracias por estar hoy Conmigo.
Su Madre María, Rosa de la Paz
Hoy, vengo al mundo por los seres humanos de superficie que padecen el genocidio, la aniquilación y el exilio.
Vengo, en este ciclo, a rezar e interceder con toda la fuerza de Mi Corazón por todos los que, en estos tiempos modernistas, sufren las consecuencias de otros seres humanos.
Si en estos tiempos y en este ciclo se está dando en el mundo este tipo de masacres, así como la que vive diariamente el Reino Animal, la deuda de la humanidad y de las naciones que promueven ese tipo de acciones crecerá desproporcionadamente y esa deuda se tornará impagable. Es decir, que nadie podrá hacerse cargo de esta situación.
Si entre hermanos suceden esos acontecimientos en estos tiempos, significa que la humanidad ha retrocedido en el espacio-tiempo y ha generado un estado de involución espiritual, nunca antes visto.
Lo mismo sucede con el Reino Animal que, desde tiempos remotos, es el principal objeto mundial de masacres nunca antes vistas y de las formas menos pensadas. Esa es la razón por la cual la humanidad paga el precio de sus actos con su propia sangre, aumentando la acción de la Justicia Universal en este dolorido planeta azul.
Por otra parte, este mundo continúa en este Sistema Solar por una Gracia inexplicable que nunca podría ser comprendida y que permite que esta raza sobreviva a sí misma.
La presencia de ciertas almas destacadas en esta humanidad, en este tiempo, permite crear un vórtice planetario que sustenta, alivia y trasmuta la realidad planetaria, al punto de disolver situaciones espirituales y físicas irreversibles.
Pero, cuando llegue el día del Juicio Universal, este vórtice de Luz, que es sostenido por diversas almas en el mundo, se desactivará y la humanidad se tornará despierta y consciente de sus más graves errores.
En ese momento, deberemos rezar, porque esas almas que están presentes en esta época del planeta realizarán su gran y última tarea por la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más