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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
A través de los océanos, Mi Consciencia se espeja en la humanidad y puede reflejar en los seres humanos el gran estado de la Consciencia Crística. Es ese estado espiritual e interior que Yo busco implantar en toda la raza humana a través de los tiempos y por medio de los impulsos que Yo les traigo para este ciclo.
Hoy, Mi Corazón y todo Mi Ser ya están en África, al igual que sus mundos internos y sus oraciones también lo pueden estar para acompañarme en esta osada tarea de redimir el continente africano y de generar, en todos los pueblos de África, el alivio del sufrimiento y la recuperación de la paz.
Por esa razón, hoy estoy aquí, pero en Espíritu y en Omnipresencia también estoy en África, tratando con asuntos muy importantes y espirituales que hasta los días de hoy sus consciencias desconocen.
Una vez más, Yo los invito a amar el misterio a través del Amor que les ofrezco. Así, podrán sentir, en su mundo interior y en su consciencia, los impulsos que Yo les traigo para que aprendan a reconocer Mi Voluntad; la Voluntad que ya está escrita en la Consciencia del Padre Eterno y en todos Sus Ángeles y Arcángeles; esa Voluntad que intenta implantarse desde los orígenes del planeta, desde el comienzo de la humanidad.
Por esa razón, Mi Consciencia Divina trabaja, desde los orígenes de la Tierra, por este Proyecto Humano que fue pensado amorosamente por el Creador.
Pero deben saber algo importante: este es el tiempo de poder corregir a la humanidad, no con Justicia, sino con Misericordia, para que ella reencuentre el camino que perdió hacia su evolución y despertar.
El continente africano guarda tesoros muy importantes, tesoros preciosos y desconocidos hasta los tiempos de hoy.
Es Mi tarea, y también es Mi deber revelarles esos tesoros a través de la riqueza espiritual que guardan muchos corazones de África. Una riqueza espiritual que no solo fue explotada y retirada de forma injusta e impune, sino una riqueza espiritual que también fue sepultada, fue silenciada y fue esclavizada por los países y por las consciencias que rigen infelizmente a esas naciones de África.
En Mi Retorno, Yo vendré con un Gran Proyecto para poder realizar y concretar. Uno de esos Proyectos, que guardo en Mi Corazón, es el resurgimiento de la consciencia espiritual de África, lo que ella representa para el Padre Eterno desde el principio y todo el legado que aún nadie conoce.
Esos tesoros, de los cuales les hablo, no son materiales, sino profundamente espirituales y, hasta diría, suprafísicos.
Esos tesoros permitirán que el planeta, como alma y como consciencia interna, pueda regenerarse y así permitan que surja la Nueva Humanidad; que no es la humanidad de este tiempo, porque esta es una humanidad en transición, en prueba, es una humanidad en sufrimiento y en agonía.
A través de Mi Divina e Insondable Misericordia, vengo a abrir las puertas en aquellos lugares que están cerradas: las puertas de la luz, las puertas de la consciencia, las puertas de la Gracia y de la cura para aquellas consciencias, almas y corazones que verdaderamente lo necesitan, como son Mis hijos predilectos de África.
Por eso, el comienzo de esta misión en Angola, en esta etapa, será muy significativa y no será igual a las experiencias anteriores que fortalecieron el espíritu del servicio misionero.
Ahora, es un tiempo de hacer despuntar y también de hacer concretar lo que el Padre necesita materializar en la superficie, lo que ustedes ya conocen como Sagrados Puntos de Luz, que no solo beneficiarán a África, sino también al mundo entero. Y esto le demostrará a toda la humanidad, una vez más, el sacrificio de las consciencias de África que no pierden la fe y la esperanza en Mi Corazón, que solo tienen a Mi Corazón para poder sobrevivir.
Por eso, Mi Corazón se dona una vez más, así como lo hizo una vez en Ruanda. Ahora, vengo por toda África, por todas las naciones de África, por todos los pueblos y por todas las culturas.
Ha llegado el tiempo de que la humanidad reconozca los errores que cometió con África y los pueda corregir y enmendar, no solo de forma material, sino también de manera espiritual.
Para eso, Yo estoy aquí como el Abogado de Dios, como el Mediador y el Intercesor entre las almas justas y las almas injustas. Yo estoy aquí a través de Mi Divina e Insondable Misericordia y por medio de la Luz de Mi Gracia para hacer resurgir la esperanza en aquellos que la perdieron y que hoy no tienen nada.
Por eso, los pasos que se darán en este ciclo serán importantes, serán pasos que determinaran los próximos tiempos, determinarán los próximos ciclos y, diría, los próximos acontecimientos.
Por eso, deberán estar atentos y vigilantes. Y como Mis apóstoles, servidores y misioneros llamados a vivir el Plan de Dios, deben llevar adelante el Propósito de su Maestro y Señor de sembrar en los corazones y en las almas el Amor Crístico y, a través de ese Amor Crístico, insondable, infinito e inextinguible, permitir que las almas sufridas reencuentren la esperanza, la fe y la alegría de vivir en este mundo, y que al mismo tiempo puedan reencontrar las virtudes y los dones que hoy desconocen.
Por eso, a través de la fundación de Mi Obra en Sudamérica, hoy se crea un puente de luz, de unidad y de hermandad entre Sudamérica y África para que Europa también se pueda unir a este propósito y el continente africano ya no sea usado como desecho, como basurero de las consciencias que más sufren, sino que toda Europa y el hemisferio norte finalmente den el paso para cerrar la deuda espiritual que aún tienen pendiente con toda África.
Yo les dije, desde el año 2017, de la importancia de llegar a África. Sucedieron algunos movimientos, pero no fueron suficientes; se vivieron algunas experiencias, pero no fueron suficientes. Es hora de que cada consciencia europea, de que cada miembro del hemisferio norte coloque su corazón y, sobre todo, su vida incondicionalmente al servicio de los que más lo necesitan. Eso le demostrará a su Maestro y Señor que están comprendiendo Mi Mensaje y que Mi Mensaje no se pierde con el tiempo o no queda solo guardado en la memoria.
Es hora de actuar con prontitud y determinación. Ustedes, soles en la Tierra que ya están despiertos, saben lo que deben hacer y dónde deben estar. No se resistan, que los europeos no se resistan, que abran sus corazones y puedan saldar las deudas que tienen con África.
Alguien debe dar el paso, y son ustedes que lo deben hacer por aquellos que nunca darán los pasos, por aquellos que nunca mirarán con misericordia y ni siquiera con compasión a los hermanos sufridos de África.
Yo los invito a repensar sus actitudes y sus intenciones. Yo los invito a colocarse definitivamente en el camino de la concreción del Plan.
Ahora, los tiempos apremian. Por eso, deben estar atentos para no perder los impulsos, para no perder todo lo que Yo les traigo en este tiempo. África espera, hace mucho tiempo, este momento y no podrá esperar más. Por esa razón, Yo estoy aquí para recordárselos, para hacerles saber que este es el tiempo de la acción.
Que esta Maratón de la Divina Misericordia prepare este momento inmediato que tanto espero ver concretado a través de ustedes. Un momento de servir sin condiciones, de donarse sin condiciones, de hacer algo sin condiciones por aquellos que sufren, por los hermanos de África.
Ya no puedo escuchar ni tampoco ver a los niños de África que esperan manos y brazos que los acojan, que se aproximen, que los contengan y, sobre todo, que los amen y los sirvan. Ellos esperan amor y no solo pan.
Por eso, es importante que cambien sus conceptos sobre lo que es la vida de la sobrevivencia. Es importante que entiendan que en los corazones de África existen tesoros desconocidos e importantes.
Si ese movimiento de servicio permanente al continente africano sucede en estos tiempos, por la colaboración y la donación de todos, permitirá que la deuda espiritual de Europa y también de otras regiones del planeta sean aliviadas, permitiendo que la consciencia africana sea reparada y reconstruida espiritualmente.
No solo deben tener un gesto de buena voluntad, eso no es suficiente para Mí; deben tener un gesto de concreción, de prontitud y no de resistencia. Tienen Mis tesoros y Mis Gracias sobre ustedes, en sus corazones y almas.
Por eso, les digo a Mis apóstoles: este es el tiempo de actuar y de no permitir que Mi enemigo avance en este mundo y, sobre todo, en aquellos pueblos y naciones condicionados por los sistemas corruptos de este mundo.
No les pido que hagan grandes cosas, les pido que hagan movimientos y acciones con amor. Allí está la llave de la redención.
Después de aquí, después de este Mensaje y a través de sus oraciones a la Divina e Insondable Misericordia de Mi Corazón, retornaré a África para seguir trabajando, así como lo vengo haciendo en estos días, preparando el continente para una nueva etapa. Pero esa nueva etapa se dará y se concretará a través de la colaboración y, diría, del entusiasmo de aquellos que comprenden Mi Mensaje y no solo lo escuchan.
A través de esta Maratón de la Divina e Insondable Misericordia, les puedo decir, compañeros Míos, que el mundo vivirá un Juicio ante lo que hoy vive y padece África. No esperen que los que se dicen poderosos, o aun los que explotan a toda África, puedan cambiar; el cambio, compañeros, comienza en ustedes, en el anónimo servicio a los demás.
Eso concederá al mundo una amnistía espiritual desconocida e inexplicable, y África se podrá levantar y reerguir como el pueblo y la cultura que representa para Dios.
Yo rezaré para que ustedes, Mis compañeros, den los pasos, en especial todos los miembros de esta Obra que pertenecen a Europa. No es suficiente que uno, dos o tres consciencias hagan un movimiento por África, todos son responsables de la deuda espiritual.
Yo los invito a asumir la cruz, así como Yo la asumí por ustedes. Pero les aseguro que no vivirán el peso ni el calvario que Yo viví por ustedes. Siempre estaré allí, a su lado, para sostenerlos, para impulsarlos, para transformarlos, para convertirlos en Mis apóstoles de los últimos tiempos.
Sean valientes y no retrocedan.
No le teman a la cruz ni tampoco al sufrimiento, teman estar lejos de Dios y absorbidos por la ilusión del mundo.
Ustedes tienen los tesoros del Padre, a través de Nuestras Palabras y de Nuestras Apariciones han recibido esos tesoros; ahora hay que colocarlos al servicio de los demás, de los que más los necesitan, de los que más los esperan desde hace tanto tiempo.
Yo estaré allí, esperando sus pasos definitivos.
Ahora sí, retorno a África como Consciencia Espiritual y Divina, esperando que más consciencias asuman un servicio maduro y no pasajero. Recuerden que África tiene una gran herida espiritual y física que aún no fue cicatrizada. La presencia de Mis apóstoles, de Mis servidores y misioneros generará la cura de esa situación inexplicable para todos.
Solo el Amor sanará el dolor.
Los animo a seguir adelante.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Con campanadas de alegría, he sido recibido en Europa, pues ha llegado el tiempo de volver a congregar a Mis discípulos. Aquellos que estuvieron Conmigo en el pasado, que formaron parte de Mi trayectoria en la Tierra, que vivieron Mi Palabra, que practicaron Mis Mandamientos, que entregaron sus vidas al servicio de los demás.
Vengo, hoy aquí, a Europa y al mundo entero, para que cada consciencia mire hacia su interior y, a través de su interior y no de su mente, pueda sentir y comprender cómo en verdad está este mundo, un planeta en caos, en confusión y sufrimiento.
Pero no vengo aquí para volverles a repetir todas estas cosas, porque sé que ya las saben. Lo que deben saber, compañeros, es que es el tiempo de buscar una solución.
No será una solución externa, sino una solución interna, una convicción profunda y verdadera de que deben estar definitivamente unidos a Dios.
Así, permitirán que Mi Sacerdocio sideral se realice en este planeta a través de todos los que Me sirven en este linaje, en este oficio, en esta sagrada tarea.
Yo necesito que miren hacia su interior, no para ver la imperfección de las cosas, sino para reconocer la Gracia de Dios, la Gracia que los guía y que los sostiene hasta los tiempos actuales.
De esa forma, toda adversidad, que está a su alrededor, pasará a ser pequeña; porque un verdadero discípulo se forja a través de los desafíos, de las metas, del cumplimiento del sagrado Propósito.
Yo necesito que Europa despierte del sueño de su comodidad y que viva la acción inmediata de estos tiempos, el servicio que abarcará y suplirá las necesidades de las naciones, especialmente de las naciones más pobres como son las de África.
De esa forma, con su disposición y entrega, con su donación verdadera, impulsarán a otras almas a que también hagan el mismo ejercicio, para que esta deuda que tiene Europa, especialmente con Sudamérica, se pueda saldar de una vez y para siempre; y ya no existan secuelas, heridas o marcas, que recuerden a sus hermanos todo lo que ustedes hicieron en otros tiempos.
Por medio del Santuario del Reino de Lys, Yo vengo a concederles la oportunidad del perdón para que alcancen la oportunidad de la redención.
Por eso, con valentía y determinación, prepárense. La emergencia solo tenderá a aumentar, la demanda solo tenderá a crecer. Es el tiempo de forjar al verdadero discípulo, al alma donada que se sacrificará por Mí. De esa forma, Yo no tendré impedimentos para poder interceder por ustedes y por sus naciones.
Desde el corazón de Europa deberá surgir el cambio de la consciencia; de una consciencia abnegada, incondicional, disponible, madura, sabia y entregada; de una consciencia que pueda forjar la caridad, el bien, la paz, la fraternidad y la cooperación; y no el sometimiento de los países más pobres.
Todos son responsables de lo hoy sucede en el mundo, cada uno en su grado, cada uno en su escuela. Pero el destino es uno solo, el camino es uno solo, la verdad es un sola y es la que hoy Yo les traigo para abrirles sus ojos, los ojos de la consciencia, para que su corazón sienta todo lo que les digo. De esa forma, Yo podré depositar Mis Planes en ustedes, en confianza y fidelidad, en prontitud y respuesta, algo que deberá nacer de ustedes mismos para que la Jerarquía pueda intervenir y ayudar.
A través de Mis Manos ilumino los Planes de Mi Padre y se los presento a toda Europa y al mundo entero.
Hemos escogido retornar aquí, aunque en otros lugares del mundo existan mayores necesidades, porque si el cambio no se da desde la raíz de la consciencia en este lugar, no habrá cambio en el resto de la humanidad. Con esto podrán comprender, compañeros, en dónde todo comenzó, en dónde el desvío se originó.
Por medio del Amor, vengo a depositar Mi Luz y Mi Sabiduría, para que los Nuevos Cristos despierten y se dispongan a servir.
La unidad entre los grupos orantes y peregrinos de Europa será siempre muy importante. Ahora, que las consecuencias y el caos los han separado a los unos de los otros, deben estar más unidos que nunca; pero unidos de corazón, de verdad, con un sentimiento profundo de hermandad y de fraternidad para con sus semejantes. Así, mantendrán las puertas abiertas hacia Mi Misericordia y Europa no será tan golpeada por todo lo que no ha hecho bien.
Saben, compañeros, que la puerta de la Justicia Divina se está abriendo. Quiero, a través de sus sacrificios, entregas y renuncias, sostener esa puerta para que no se pueda abrir y así, el afluente de la Misericordia de Mi Corazón pueda derramarse sobre Europa y el mundo entero, como lo fue una vez en Polonia cuando le revelé al mundo Mi Divina e Insondable Misericordia.
Quiero que sus almas sean víctimas de Mi Amor. Quiero que sus almas justifiquen los errores que comete el mundo, día a día; porque la balanza de este planeta está desajustada, descompensada y desequilibrada.
Ustedes deben ser piezas preciosas en Mis Manos, deben ser instrumentos por medio de los cuales Yo pueda impulsar la paz y la concreción del Plan. De esa forma, compañeros, muchos, pero muchos, dejarán de sufrir y de padecer.
Que sus naciones europeas sean abrigo y acogimiento para los refugiados, porque Yo Soy quien está golpeando la puerta de sus naciones, de sus gobiernos y de sus hogares, para que Me puedan recibir.
Muchas veces, he caminado por los suelos de este continente, Europa. Muchas veces, fui rechazado en el niño, en la madre que sufre, en el anciano enfermo, en los que no son aceptados por ser extranjeros.
Ahora, que tienen mayor consciencia, a través del impulso de Mi Amor, Yo los invito a renovarse con valentía y no con culpa. Los invito a que sientan la alegría de poder hacer las cosas correctas y dejar de hacer las cosas incorrectas; lo que no pertenece a la Ley ni al Plan, lo que no pertenece a la hermandad ni a la fraternidad.
Que sus corazones se sensibilicen, que sus mentes se calmen, que sus espíritus se abran para ser depositarios de Mis Proyectos para este ciclo tan importante en Europa.
De esa forma, muchos centros internos beneficiarán a la consciencia de este continente y del mundo entero, porque con la consecuencia de Mis discípulos la intervención será más profunda e inmediata.
Vengo a traerles un Mensaje de conscientización y no un Mensaje de castigo. Vengo a hablarles a tiempo, antes de que el tiempo termine. La Hermandad de esta región del planeta aguarda por su sí.
Por eso, es importante que cambien las formas y hasta los procedimientos. Seguir y acompañar a la Jerarquía no es solo estar unido a Ella. Seguir y acompañar a la Jerarquía es vivir a la Jerarquía, es responderle, es obrar.
He traído aquí, a Europa, a una parte del grupo de la Orden Gracia Misericordia que estaba en Sudamérica para que se sientan apoyados; para que sepan que Nuestros Sagrados Corazones, con predilección, estarán en el Reino de Fátima y, estando en el Reino de Fátima, estarán con toda Europa, acompañando a todas las necesidades, situaciones, intenciones y súplicas, hasta en el Lejano Oriente.
Por eso, tienen que preparase para el último ciclo del fin de los tiempos; este es el momento y esta es la hora.
Yo les abro la puerta de Mi Corazón para que puedan entrar al Templo de Mi Espíritu y comulgar de la Fuente de Mi Sabiduría y Amor.
Yo vengo a hacerlos valientes. Yo vengo a impulsarlos a vivir el fuego de la determinación, para que lo que se debe construir se pueda construir de una vez y para siempre.
Vengo a traerle a Europa Mi bendición, porque Mi Corazón ama a este continente, que tiene raíces y tradiciones tan preciosas que se fueron perdiendo por la modernidad.
El europeo es un pueblo trabajador, y eso lo ha compartido y transmitido a sus descendientes, a muchos de sus descendientes que están en Sudamérica y en otras partes del mundo. Que ese espíritu obrero pueda seguir impulsando la concreción del Plan.
Por eso, Yo vengo a dejarles este Mensaje para esta nueva Maratón, para que sepan que Yo estoy aquí, bajo el Espíritu incondicional de Mi Padre, que es su Padre, Nuestro Padre que está en los Cielos.
Llego a este Santuario interior para celebrar esta Comunión renovadora, esta Comunión en la que ustedes podrán confirmar los votos para que se realice Mi Plan de Amor y de Redención.
Celebren este momento por aquellos que no pueden celebrarlo. Alaben este momento por aquellos que no pueden alabarlo por estar en el silencio del sometimiento y de la esclavitud, del exilio y de la guerra, de la aniquilación y del caos.
Reconozcan que no están solos y que, así como Mi Mano se extiende hacia ustedes, Mi Corazón se expande al mundo para que todos puedan estar bajo los Rayos de Mi Paz.
Ofrezcan esta Maratón de la Divina Misericordia por todos los Planes de su Maestro y Señor para Europa, África y Medio Oriente.
Sí o sí, ahora la Obra deberá expandirse, no solo la Obra de Mi Misericordia, sino la Obra de las misiones humanitarias, porque Mi Amor deberá seguir aliviando el sufrimiento de los inocentes.
Les doy Mi Paz y les pido que vayan en Mi Paz, confiando que un nuevo tiempo llegará. Este es el tiempo venidero del Reino de los Cielos, de la Nueva Humanidad, de los mil años de paz.
Los bendigo, bajo Mi Sacerdocio espiritual, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy, con el viento y las olas del océano, llego hasta aquí, cruzando los portales del universo para que pueda penetrar en la consciencia humana su aspecto espiritual.
Hoy traigo, para todos, el dolor profundo de Mi Corazón ante la situación del planeta y de la humanidad.
Aunque Me encuentre en el universo y la Jerarquía trabaje para aliviar la situación del mundo, Mis Ojos no dejan de mirar lo que sucede, lo que aún nadie puede ver en profundidad para comprender el sentido de por qué sucede.
En este día, vengo del Cielo para volverles a pedir que oren por los refugiados, especialmente por aquellos que intentan sobrevivir y encontrar un destino, una tierra prometida, cruzando los océanos. Muchos de ellos no llegan al fin de la meta, no llegan a destino, al cual buscan con esperanza, aunque sus rostros reflejen el sufrimiento del abandono y de la no aceptación.
Más allá de todo lo que sucede en la humanidad y por medio de esta Maratón de la Divina Misericordia, en la que sus oraciones se elevan hacia Dios, en sintonía y amor, les comparto este dolor de Su Maestro y Señor; porque todo podría ser diferente, pero no lo es. Y al no ser diferente, al no encontrar una respuesta o un alivio a la situación de hermanos como ustedes, el destino modifica los acontecimientos.
Piensen por un instante qué sería escuchar, en el medio del océano, una barca a la deriva, niños, mujeres, ancianos, hombres, buscando un puerto seguro en medio de una tempestad espiritual y material reflejada en sus naciones de origen.
El espíritu de acogimiento es algo que la humanidad le debe al universo, el espíritu de receptividad y de solidaridad con el sufrimiento del semejante.
Sé que esto no solo depende de la humanidad, sino de los que crean y generan estas situaciones de inestabilidad en todos los sentidos, en las naciones más pobres entre las más pobres como es en África.
Por eso, aún sigo esperando el momento más propicio para poder llegar a tierras africanas, en donde Mi tarea y la tarea de la Madre del Mundo no solo se centrará en las naciones a las que llegaremos, sino también en todo el continente africano.
Si la respuesta humanitaria no fuera eficiente en las naciones del mundo, ante estos acontecimientos, mayores serán las consecuencias que seguirán viviendo las diferentes poblaciones humanas en sus naciones de origen; porque hoy no solo hablamos de hambre, de guerra o de indiferencia social o política, hablamos de algo que va más allá de lo que es aparente y superficial.
Vean en sus hermanos refugiados al mismo Dios sufriendo Su naufragio, el naufragio que le generan Sus hijos por no cumplir con Su Plan. Coloquen su mirada y su corazón ante este significado que hoy les traigo.
Intenten ir más allá de las apariencias, de lo superficial, de todo lo que es conocido o material.
Penetren en el universo del misterio y comprenderán el sentido espiritual de todo lo que les digo.
Solo espero que más sean conscientes de lo que sucede, porque lo que les sucede a algunos seres humanos, como los refugiados, le sucede al mundo entero.
En esta situación no existen fronteras materiales ni tampoco mentales. No puede existir la indiferencia ni tampoco la omisión ante la gran necesidad del fin de estos tiempos. Si hoy se presenta esta situación en el mundo es porque es un espejo de cómo está la humanidad.
No pueden aspirar a las esferas mayores o a los niveles de contacto si esta situación no es colocada en sus corazones, la realidad de los refugiados, de sus hermanos.
Todos son hermanos más allá de su raza, de su lengua o de su condición. En esencia todos son iguales ante el Padre Celestial y eso no cambiará.
Lo material es pasajero, lo espiritual es eterno. El servicio es la gran llave de este tiempo para poder aliviar a la humanidad de las propias condiciones de caos y de sufrimiento que se genera a sí misma, de tiempo en tiempo.
Pero la Fuente Primordial está allí, al servicio de los Hijos de Dios. Deben llamarla correctamente, deben invocarla correctamente, deben unirse a Ella correctamente, para que la Fuente Primordial los pueda auxiliar.
Y así, sus talentos despertarán, sus virtudes se mostrarán y serán guiados y conducidos a través del camino del servicio y de la oración por las causas urgentes del planeta.
Hoy vengo, con el viento y las olas del océano, para que puedan escuchar dentro de sí y sentir el Sentimiento de Dios, Su silencioso Sentimiento que le habla sobre esta realidad a los mundos internos.
Ya están en el momento de comprender muchas cosas que no son materiales, sino inmateriales.
Si su interior y su mirada están ante el conocimiento con reverencia y humildad, serán conducidos por la Ley, y la Ley actuará a través de ustedes para corregir esta situación planetaria, cada vez más caótica y difícil.
Desde el Huerto Getsemaní sabía que esto llegaría. Esa es la razón del precio de Mi Sangre, de cada gota de Mi Sangre derramada sobre el suelo de este mundo por la humanidad.
Mi Corazón misericordioso necesita llegar a través de ustedes a los que sufren, a los refugiados.
En estos días de oración misericordiosa, oren con fervor y el fervor los renovará, siempre los colocará en la vibración correcta en la emergencia planetaria.
El mundo verá situaciones más indescriptibles que las que nunca vio hasta ahora. Yo los invito a tomar consciencia de esto y a volcar sus vidas a la solidaridad y el bien.
Construyan Conmigo, en los planos internos, la renovación de las formas, para que aquellas fuerzas retrógradas que oprimen a la consciencia del planeta y someten a la humanidad sean expulsadas y liberadas de la faz de la Tierra, y todo se pueda renovar.
Mientras el interés de la humanidad por la vida espiritual y la oración sea opaco o indiferente, las puertas de Mi Misericordia no se abrirán; la respuesta de esta gran ayuda será proporcional a sus oraciones Conmigo.
La humanidad no está preparada para enfrentar el fin de los tiempos y ver cosas inimaginables no solo de este planeta, sino también del universo. Sería como despertar en la mañana y encontrar al mundo totalmente cambiado, bajo una realidad que nunca conocieron ni vieron.
¿Qué harían? ¿Cuál sería su primer pensamiento y su primera acción?
La humanidad se ha aliado a las fuerzas retrógradas y eso la lleva a un constante sufrimiento.
La oración de los consecuentes sostiene en equilibrio lo que es impensable para ustedes. Eso significa, compañeros, que la oración, en este momento, mantiene en armonía lo que está a punto de romperse.
Sé que muchos no quieren aceptar el fin de los tiempos porque los llevaría a cambiar definitivamente. Pero como Señor y Rey del Universo les digo: "No hay otra salida".
Si están encarnados, en este momento y en este tiempo, es por una razón mayor, es por un deber mayor, es por un compromiso irrefutable.
Mientras las almas y las consciencias fuercen a hacer lo diferente de lo que vinieron a hacer, sufrirán. La resistencia ya no puede estar en su camino espiritual y, sobre todo, en su contacto interno con lo Alto.
No pueden desafiar sus destinos, porque no los conocen.
Sean merecedores, en este tiempo, de la Gracia suprema que desciende en una humanidad transgresora e indiferente, en una humanidad enferma y caótica.
Debajo de sus pies, tienen los lugares más sagrados e irreconocibles por el mundo, los llamados Recintos Sagrados. Ellos están allí para su auxilio y su veneración.
Sírvanse de lo que es real y divino. Dejen lo que es aparente e ilusorio.
El mundo quiere permanecer en la ilusión y la alimenta día a día. Si eso sigue así, ¿cómo encontrará el portal hacia el Real Tiempo?
Todo comienza en su mundo interior, en la práctica viva de su fe, en acciones misericordiosas.
En esa actitud, las naciones comprenderán que los refugiados no son deshechos humanos ni tampoco son una plaga internacional.
Apiádense de los que sufren y verán más allá de lo que está sucediendo.
Alivien el dolor de los que andan por los mares y los océanos del mundo, buscando una tierra segura para poder vivir en familia y en unidad.
Si el mundo y las naciones no hacen algo, vendrá una prueba más dura que la que están viviendo. Dios no castiga a la humanidad, es la humanidad la que se castiga a sí misma a través de sus acciones e ideales.
Los océanos hoy hablan del dolor de los refugiados en los mares y, especialmente, de los que nunca salieron del mar con vida. Por eso, hoy convierto esos océanos en el océano de Mi Misericordia para que todos puedan ser salvados y rescatados.
Apelen a la Misericordia Divina y no permitan que la Justicia actúe en este tiempo, porque el mundo viviría una gran corrección que nunca ha vivido hasta ahora.
Sean consecuentes con Nuestras Palabras. Vivan Mi Mensaje y no solo lo escuchen. Es tiempo del despertar de los Nuevos Cristos.
“Padre Celestial,
que has dado todo de Ti, incansablemente,
para la creación del universo y de la vida,
sostén a Tus servidores decididos a seguir
el Camino de Cristo.
Haz descender Tu Luz y Tu Misericordia
en los espacios oscuros de este mundo.
Acoge en Tus Brazos, Adonai,
a los que no tienen nación ni tierra.
Que el grito de dolor en los océanos sea aplacado
por el descenso de la poderosa Sangre de Jesús,
y que todo sea convertido
según Tu Voluntad, Adonai,
para que la humanidad sea responsable
y consciente de todo lo que hace.
Envía Tu Luz, Señor, a los mundos internos.
Nutre a las capas más profundas de la ignorancia humana
para que se pueda disipar.
Cura con Tu Amor a todas Tus criaturas,
a fin de que todos tengan la dicha de participar
de Tu Reino Celestial.
Amén”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Unidos, en este momento, al Señor de los Océanos, ante Su Presencia misericordiosa y espiritual, nos colocamos ante Él en oración y súplica, ofreciendo la oración del Ángel de la Paz, para que Cristo emerja como un Sagrario Divino en cada corazón humano y todos puedan despertar al llamado de Su Voz y de Su Presencia.
Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre,
Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la Tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios
e indiferencias con que Él es ofendido.
Y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.
(se repite tres veces)
Agradecemos a Dios por Su inmensa Misericordia y Piedad, y renovamos nuestros votos en Cristo y por Cristo como soldados de Luz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Compañeros:
No solo hablo para ustedes sino también para el mundo.
Esperé que pasara un tiempo y unos días para que llegara este momento de poder encontrarlos verdaderamente en unión a la gratitud, porque la gratitud es una expresión del Amor misericordioso de Dios. Y cuando hoy vi esa gratitud en ustedes, Me pude aproximar con confianza para hablarles.
Ustedes son parte del Plan de su Maestro y Señor, de un Plan que no puede fallar ni fracasar, porque detrás de ustedes hay muchas, muchas almas y consciencias que aún llegarán para beber de Mi Fuente, para nutrirse de Mi Mensaje.
El tiempo se está acabando, por eso las emergencias son muy grandes y los compromisos también son muy grandes.
En la llave de la gratitud y del amor podrán comprender todo lo que les pido y así se unirán a Mi Consciencia.
Veo a un mundo que sufre por la indiferencia y por el error.
Necesito que sean enmendadores de Mi Misericordia, que puedan compensar y equilibrar lo que la humanidad no hace bien en este tiempo, por los riesgos que corre día a día.
Por eso vengo con la Luz de Mis Llagas, para encomendarles la profundización de esta misión, y de esta tarea que es de la Jerarquía y de ustedes, de sus seres internos con la participación de sus almas.
Por eso es necesario corregir para mejorar y crecer. Todo lo que es dicho por la voz de la Jerarquía es por amor y no por otra causa.
Las almas a veces se resisten a escuchar y comprender porque tienen su corazón cerrado, pero ustedes aprendieron a abrir su corazón hacia Mí. Por eso les hablo tan directamente, porque ya no podemos perder el tiempo en lo que no es necesario, sino debemos invertir el tiempo en lo que es urgente, y ustedes saben, por la gracia que reciben, que las emergencias crecerán y aumentarán.
Yo estoy aquí por la responsabilidad que tengo con ustedes y ustedes Conmigo. Pero no es un compromiso que viene solamente desde la época en que estuve presente en la Tierra. Son compromisos muy remotos y desconocidos para ustedes.
Solo vendré a pedirles lo que necesito que Me den, pero no los obligaré, nunca les exigiré nada.
Mis apóstoles del pasado transitaron por la misma escuela, pero era una escuela más exigida e inmediata. Era una responsabilidad muy grande porque su Maestro y Señor, entre tan pocos, tenía que alcanzar una victoria muy grande y, por la Gracia y la Misericordia Divina, eso sucedió.
Sé que el ser humano es frágil y a veces tibio, pero el Amor que Yo les entrego y les he entregado hace tanto tiempo los debe encender interiormente en el fuego de Mi Amor y de Mi Verdad.
Yo vengo para pedirles que sean conscientes de lo que llegará en el futuro cercano, en el que ya no solo vivirán situaciones personales o realidades de las naciones. Ahora Mi Obra se ampliará para situaciones continentales, como lo es África.
En África están los que más sufren y son los que más Me dan, porque Me ofrecen sus corazones que es lo que Yo necesito de ustedes para que reconozcan la Gracia que han recibido, y aún reciben, y los cuidados que les ha dado la Jerarquía a lo largo de los tiempos sin hacerles faltar nada.
África será para ustedes una escuela de amor al sacrificio y de la posibilidad de reconocer que en la gran y extensa miseria existen almas que aman a Dios sin condiciones. Y es ese amor que las alimenta espiritualmente más que físicamente, que les quita la sed espiritual y así sacian su sed física.
No pido que sean iguales a ellos, porque cada uno tiene su escuela y sus aprendizajes. Necesito que los imiten internamente, que tengan consciencia de la posibilidad y de la oportunidad que reciben en este tiempo.
Dentro de un proceso de emergencia planetaria, a veces los corazones precisan ser enderezados para no perder el camino hacia Dios, porque uno nunca debe olvidar la humildad, que es la gran llave maestra de su liberación.
Hoy he visto que se aproximaron aún más a la gratitud, a una gratitud espontánea y sincera que tocó Mi Corazón. Por eso he decidido hablarles para traerles consciencia y sabiduría, para que cada uno reconozca en sí mismo el esfuerzo que aún tiene que hacer no solo por Mí, sino por su Padre Celestial que es Quien los colocó en este camino y en esta misión para que Me acompañen.
Por eso, hoy Me entrego nuevamente para acoger sus miserias y saber que la Luz de Mi Misericordia todo lo puede transformar y redimir cuando un corazón se abre sinceramente y suplica sin dejar que sus resistencias lo controlen y lo dominen.
Cuando un corazón se abre espontáneamente, los milagros pueden suceder. La fe es la gran Luz que baña la consciencia y la redime; tiene la Gracia, como consciencia grupal, de poder implorar a Dios para que ayude al mundo y a la humanidad, para que ayude en situaciones muy graves y dolorosas que vive esta raza de hoy.
Nunca pueden olvidar que Nuestra tarea es planetaria y no personal; que es una tarea con la Jerarquía y por la Jerarquía para el advenimiento de la energía de la Gracia y de la compasión en el mundo.
Hoy están ante la oportunidad de reflexionar sobre muchas cosas por amor y con confianza en Mi Corazón, porque vendrán tiempos de mayores desafíos y de proyectos que parecerán imposibles, pero quien esté unido a Mí lo realizará como ha realizado muchas cosas a lo largo de los tiempos por medio de esta misión de llevar el Amor y la Paz a las almas que más lo necesitan y a las naciones que más lo necesitan.
Mientras estoy aquí, atiendo a la humanidad en este momento y los llevo a todos a Mi Corazón, a los más miserables y pecadores que necesitan del alivio y de la cura espiritual.
Todo lo que se hace en este momento y a través de esta Obra es para la cura de la humanidad y para que el amor se establezca en el corazón humano, y que ese amor les permita liberarse y vivir su misión espiritual Conmigo.
Mi Corazón está lleno de gracias y de piedad para todos. Y el sostén que la Adoración les proporciona será la gran arma de defensa para los próximos tiempos y para las próximas misiones.
Agradezco el esfuerzo sincero y amoroso de todos, porque no todo es error ni fracaso. Deben alzar sus ojos hacia el horizonte para contemplar las victorias que Yo le he dado a cada uno, victorias espirituales.
En el fortalecimiento de esa unión y de esa alianza Conmigo, por encima de toda adversidad u oscuridad, nadie podrá quitarles lo que Yo le he entregado a cada uno, y deben defenderlo y protegerlo de ustedes mismos y del mundo.
Es esa misma convicción, certeza y fe que vivieron los apóstoles como, por ejemplo, San Pablo, que hasta el último segundo no dudó de lo que sentía y en lo que confiaba. El amor lo hizo creer en Mí hasta el final y así él se entregó.
Hoy vengo a hacer lectura de los logros y de las Gracias que le he entregado a cada uno y que ustedes siempre deberán contemplar para que de allí saquen fuerzas internas para seguir adelante, porque llegará un momento en que esta misión finalizará, y cuando eso suceda todo se desencadenará. Y en ese momento deberán estar fuertes y firmes en todo lo que Yo les he dado a lo largo de los tiempos, no solo para sostenerse a sí mismos sino a sus hermanos, los que no habrán podido construir, en sí mismos, la misma fortaleza que Yo les di por amor.
Este es Mi Mensaje para ustedes, porque también es un mensaje para el mundo, para los que se adentran en el servicio a Mi Corazón Misericordioso, para los que buscan día a día el camino de la transformación y de la elevación de la consciencia, porque en verdad no Me importa que no lo consigan, sino que lo intenten y que lo intenten todos los días. Y sin percibirlo, algún día llegarán a Mi Gloria y ese día se darán cuenta de que Yo les dije la verdad.
Por eso hoy estoy aquí y por esa causa rezo a los Pies de Mi Padre Celestial, porque sé que muchos más podrán superarme en el Amor. Confío en eso y sé que es posible.
Les agradezco por escucharme y por recoger hacia su corazón Mis Palabras, que ya son las últimas para el mundo.
Que la Luz que proviene del Amor, los guíe y los bendiga.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ahora que Colombia fue colocada ante la oportunidad de reencontrar los principios y los valores de su cultura, es cuando las almas podrán recibir la dignidad y la libertad de sentirse parte de ese legado, el que trajo para Colombia el espíritu de lo inmaculado y de lo sagrado.
A través de la Peregrinación por la Paz, Colombia irá siendo colocada ante los tesoros espirituales que el pueblo de Guatavita conoció en el pasado, y tendrá la Gracia de que, esencialmente, recupere todo lo que le fue retirado y borrado de la memoria ancestral.
Colombia es un gran pueblo originario que ingresó, al igual que otros pueblos, en la rebelión y en la conquista que fue practicada durante el descubrimiento de América. Por eso, Europa le debe mucho a Sudamérica, así como también le debe mucho a África.
Todo lo que sucedió deberá saldarse, y los europeos descendientes de los conquistadores serán los que saldarán las consecuencias generadas a lo largo de los tiempos.
Colombia podrá elevarse cuando ella recuerde los valores de fe y de confianza que vivió en el pasado; lo que colocará a su pueblo delante de la oportunidad de recuperar sus raíces originales.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Y ahora que todas las etapas más importantes de la Peregrinación por la Paz en Europa se cumplieron, conforme a la Voluntad de lo Alto y por la adhesión interior de todos los que colaboraron en dicha manifestación, este es el momento de la pausa, de la quietud y de vivir una importante síntesis espiritual para poder ver, en los acontecimientos de la última peregrinación, las señales evidentes que la Jerarquía dejó para que los próximos pasos se puedan cumplir.
Esta peregrinación se caracterizó por todo lo que transmutó al pasar por diferentes ciudades, culturas y pueblos; como también se destacó por todo lo que ella, a través de la Jerarquía y del Universo Angélico, consiguió desactivar de negativo en la consciencia de un pueblo y de una nación.
En este sentido, la última Peregrinación por la Paz en Europa parecía que no iba a completarse hasta que, la unidad grupal y la unidad de espíritu interior permitieron, bajo la colaboración sincera de todos, llevar el destino de diferentes pueblos y naciones hacia el umbral de una nueva oportunidad a través de la Misericordia Divina.
Para eso, los días interminables de transmutación, de viajes, de ir de país en país, generaron de forma evidente la posibilidad de que la Jerarquía pudiera abrazar, cada vez más, situaciones complejas y graves que estaban comprometiendo la continuidad de ciertas naciones y pueblos en la superficie.
Fue así que, durante esta última peregrinación, la Jerarquía utilizó ciertos instrumentos divinos y cósmicos como son los Grandes Espejos o las Puertas Celestiales, para que grandes Consciencias de Luz, en absoluto silencio y meditación, ayudaran en el proceso de liberación de las naciones, lo que sucedió a través de cada canto ofrecido.
El esfuerzo mental, emocional y psicológico de parte del grupo peregrino, en la meta de abrazar y de aprender la lengua nativa de cada pueblo, significó para la Divinidad la posibilidad de que el Mensaje de Dios y de Sus Mensajeros Celestiales hoy pueda llegar al mundo entero por medio de una devoción ardiente y de un amor a la Divina Jerarquía.
El compromiso asumido conscientemente de orar, por nuevas naciones y pueblos tan diferentes, también generó una apertura mayor para que, con el tiempo, el campo de trabajo se pueda ampliar a través de nuevas semillas de Luz que serán sembradas en Europa, África y Rusia.
En síntesis, la victoria del Amor Crístico fue grande ante un tiempo planetario en el que el odio, la venganza y el conflicto golpean la puerta de millones de hogares en el mundo.
Es así que las naciones que son liberadas se convierten en potenciales consciencias espejo para que no solo los pueblos reciban nuevos atributos de vida, sino también el mundo sea sostenido en este ciclo por una fe inquebrantable y por un amor inextinguible que nace de cada corazón redimido y tocado por la Gracia de Dios.
¡Gratitud infinita a todos los servidores de Cristo en la Tierra!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Hoy quisiera que, al menos por una vez, salieran de ustedes mismos, de sus pequeñas miserias y vieran junto Conmigo, las grandes miserias de la humanidad.
Por eso, Yo los hago apóstoles en la palabra, en la verdad, en la fidelidad y en el servicio; y por más que muchas veces no alcancen estos atributos, Yo sé que todos los días los intentan vivir.
Es por esa razón que aproximando sus vidas a estos atributos, serán parte del afluente de Mi Misericordia como servidores en todos los rincones de la Tierra.
Hoy he venido con toda la esperanza y la Misericordia en Mi Corazón, para hacer un pedido especial a los misioneros que en pocos meses vivirán la misión humanitaria en Líbano.
Mi pedido es que como Mis servidores no solo expandan la Misericordia por ese lugar, sino que también por primera vez, esa Misericordia llegue piadosamente al continente africano, especialmente a Luanda, Angola.
Quisiera que el sufrimiento y el dolor extremo, que allí se viven y que se reflejan en los rostros de Mis pobres ovejas, puedan ser aliviados.
De verdad, vengo para pedirle al grupo de los misioneros que después de visitar Líbano, se dirijan hacia Angola para llevar todo el amor y la Misericordia posible a los corazones sufridos y muy marginados.
Este día lo considero especial para Mí, porque el Padre de la insondable Misericordia concedió esta importantísima Gracia para Mis rebaños de Angola.
Deseo que por medio del servicio, la piedad, el amor, la cura y la Misericordia lleguen a todos, porque a través de ustedes podré llevar alivio y luz a las almas olvidadas.
¡Les agradezco por considerar mi apelación!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
“Colombia Humanitaria” es una misión que promueve la paz y el servicio humanitario por los más necesitados. En esta instancia, por todos los que están exiliados de su nación y se refugian en otros países en búsqueda de una nueva vida, lejos del horror y de los conflictos que ciertas naciones viven.
“Colombia Humanitaria” es una mano más que se tiende hacia la humanidad de la Tierra, a fin de que, como puente de servicio y de fraternidad, las almas reencuentren el sentido y la esperanza de ser parte de una nueva raza.
Esta misión constituye la síntesis de todas las misiones humanitarias realizadas en los últimos tiempos.
Dada la importante intervención de servicio y de ayuda social que realiza la Fraternidade, a través de su cuerpo de misioneros matrices y de misioneros en formación, esta nueva misión atenderá la otra parte de uno de los tantos desequilibrios sociales y humanitarios existentes.
La Fraternidade, como esencia misionera de servicio de amor incondicional por el que sufre, es llamada por la Consciencia de la Jerarquía Espiritual e Instructora para reunir sus esfuerzos humanitarios y espirituales con el fin de aliviar el sufrimiento humano e interno.
Las bases fraternas que ya manifestó la Fraternidade, atendiendo la crisis migratoria en Roraima, Brasil, abrieron las puertas de la consciencia para que el verdadero espíritu misionero y abnegado llegara esta vez a Colombia, para que esa red de luz, de servicio y, especialmente, de amor entre hermanos llegue a los que lo esperan y claman por él.
Para la nueva misión “Colombia Humanitaria” la Jerarquía ampliará la acción de su trabajo planetario y la Fraternidade, que estará unida a la ONU a través de ACNUR y de UNICEF, intentará reconstruir el espíritu humano y voluntario por medio de las obras de servicio y de asistencia social.
Con la presencia de la Orden monástica Gracia Misericordia, la vida misionera contará con el brazo de asistencia espiritual de unión y de contacto con la Jerarquía, para que todo lo que será removido y trabajado de la psiquis y del mundo interno de las consciencias encuentre un camino en donde pueda ser conducido y liberado.
La Fraternidade, asumiendo los dos frentes de trabajo planetario a través de la misión “Roraima Humanitaria” y ahora por medio de “Colombia Humanitaria”, a partir del próximo ciclo y en el transcurso del año 2019 comenzará a abrazar, con la vida misionera y junto a la Jerarquía, otros trabajos humanitarios en África, Asia y Oceanía.
La formación, la actualización y el adiestramiento para casos de emergencia de nuevos misioneros voluntarios ayudará en el porvenir de una nueva consciencia basada en la protección y el resguardo del semejante y del que más sufre.
Para esta misión inicial de “Colombia Humanitaria” la Campaña de la Juventud por la Paz y algunos de sus miembros serán convocados para participar y fundar las primeras bases, a fin de aliviar el dolor a través del amor.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Vengo para repetirles el Mensaje que no fue escuchado en Ruanda.
¡Arrepiéntanse!, están a tiempo y en la hora de hacerlo, antes de que sea demasiado tarde. Ofrezcan al Eterno la oportunidad y el momento de vuestro sincero arrepentimiento.
Día y noche, desde lo alto de las montañas y sierras de África, escucho el pedido de auxilio y de alivio de los que les ha tocado ser mutilados. Ofrezcan al Eterno y Supremo vuestro arrepentimiento por todos aquellos que no buscan Mi insondable Misericordia y que en esta hora sangrienta solo buscan generar temor y dolor en el mundo.
Desde el último día en el que Yo estuve con ustedes, les prometí retornar en el momento de mayor tribulación. Hoy les digo, como le dije a toda Ruanda, ¡arrepiéntanse y no solo pidan perdón!, eso ya no bastará para la Ley de Dios, busquen comprender y saber en qué está fallando toda la humanidad.
Pero hoy no vengo para ser vuestro juez, sino vuestro amado intercesor que llora y ve la sangre correr como el agua entre las calles de este mundo. Solo existirá una solución para todo lo que sucede, que clamen todo el tiempo por Mi infinita Misericordia. Así, amigos Míos, serán merecedores, al igual que muchos, de recibir en este tiempo la última tabla de salvación y de piedad.
Mientras Mi Sagrado Corazón recoge el llanto de los inocentes y de todos los fieles cristianos, les pido que aparten de vuestras vidas toda normalidad y que, a partir de hoy, comiencen a penetrar cada vez más en el misterio de Mi Corazón flagelado por el mundo.
Los animo a caminar entre las tinieblas y a no tener miedo, miedo alguno a lo que vendrá, pues si Yo Soy vuestro Maestro, que camina delante de vuestras vidas, ¿por qué dejarán de confiar en Mí?
Acepten Mi última convocatoria. El universo ya está generando el resultado por todas las graves faltas que se cometen y que nuevamente ofenden grandiosamente a vuestro Dios.
Por eso, sean dichosos de escuchar Mi Llamado, él precisa ser eco en lo profundo de vuestros pequeños corazones.
Y les repito: ¡arrepiéntanse!
Es urgente e imprescindible que todos abran las puertas y los caminos para esa importante misión humanitaria y espiritual por la paz en esa región sufrida del mundo.
Hoy les dejo lo único que Yo les puedo legar y entregar, que es Mi Amor misericordioso, aquel que no está siendo bien aprovechado por Mis almas buenas.
Curen Mi Corazón, así Yo siempre podré consolarlos hasta los últimos días de vuestras vidas.
Bajo la suprema Misericordia de Dios, que los inocentes sean elevados al Cielo.
¡Gracias por volver a escuchar Mi Sagrado Llamado!
Cristo Jesús, el flagelado Corazón del Amor
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más