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Queridos hijos:
Inesperadamente, Me encuentro con ustedes en Alemania después de que, en estos días, Me visitaron en Medjugorje. La Madre de Dios les devuelve la visita en un momento crucial de la humanidad, en el que la desinformación, el caos y el miedo agobian a millones de hijos Míos.
Por eso, Yo vengo del Cielo, no solo por una Alemania que amo con todo Mi Corazón y por la que rezo para que recupere el Propósito de Dios, sino también vengo por toda Europa y por toda Asia, por las almas sometidas y perseguidas en la guerra y por los conflictos inventados por el hombre de superficie.
Quiero decirles a todos Mis hijos que Yo Soy la Reina de la Paz, que busquen Mi Corazón, porque Mi Corazón es para ustedes.
Alemania, a través de los últimos años, fue un país de acogimiento de los más desamparados, pero esto no es suficiente, hijos Míos; es necesario que las demás naciones de Europa y del mundo sean países de acogimiento, para que todos puedan vivir como una humanidad más inclusiva, fraterna y caritativa.
Rezo, todos los días, para que los corazones más endurecidos se puedan abrir, para que sientan a los más desamparados y pobres, así como su Madre Celeste los siente.
Si este paso de fraternidad es dado por las grandes naciones del mundo, la humanidad no vivirá más pandemias, no conocerá el dolor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Como el canto de las aves y de los pájaros que alaban al Altísimo, queridos hijos, hoy proclamo las Sagradas Palabras de Dios para que todos los mundos internos las escuchen.
Es así que desde el Cielo desciendo a la Tierra para estar entre Mis hijos y traer a cada uno de ellos lo que necesita como auxilio y alivio en este intenso momento de purificación.
Por ese motivo desciendo, una vez más, sobre Alemania y este descenso de su Madre Celeste también repercute en las demás naciones hermanas de Europa, las que son tocadas por la Misericordia de Dios a fin de que las almas despierten al encuentro de su realidad divina y espiritual.
Este es el tiempo en el que Dios concede al mundo no solo el afluente de Su Paz, sino también la Obra de Su Misericordia para que, de verdad, exista un cambio en la consciencia humana. Un cambio que ayude a aliviar al planeta y a todo lo que los Reinos de la Naturaleza reciben de parte del hombre de superficie.
Queridos hijos, es así que, por primera vez, su Madre Celeste llega a la ciudad de Frankfurt al encuentro de almas buenas, almas que deben borrar para siempre su pasado, su historia y su sufrimiento para que vuelva a nacer la flor de Dios y vuelva a iluminarse la esencia de cada hijo Mío que, en servicio y caridad a Dios, podrá ayudar a cambiar el mundo por medio de la fraternidad, podrá concebir en sí mismo esa consciencia que necesita tener la humanidad en este tiempo para aprender a escuchar a Dios y para cumplir Su propósito en este Universo.
Hijos Míos, vengo decidida a que Europa pueda abrir, aún más, las puertas a la Jerarquía así como Alemania lo ha hecho al recibir y acoger con amor a los Sagrados Corazones. Eso también elevará el espíritu de la Iglesia y hará, por medio de su cuerpo místico, que los frutos de la conversión de los hombres concedan al mundo un mayor tiempo de paz.
Es así, que hoy su Madre Celeste está presente en Frankfurt porque es uno de los lugares de Alemania que fue contemplado por la Divinidad para poder llevar adelante las Obras de Dios que beneficiarán, espiritualmente, a Alemania y al resto de Europa.
Por eso, a través de la luz del Espejo de Mi Corazón vengo a encender, por medio de la oración, la luz del espejo de cada corazón para que en este ciclo se establezca, en los planos espirituales, una importante red de comunicación divina entre las esencias y Mi materno Corazón.
Todo esto será posible por la fe y la oración continua de todos, efectos que repercutirán en el planeta y en su humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mi Corazón, hoy, ilumina de manera especial a Alemania y a sus naciones hermanas para que las almas reciban el consuelo y la cura espiritual que necesitan para llevar adelante una nueva etapa, un nuevo tiempo que estará lleno de aprendizajes y de momentos de amor.
Como Señora de Schoenstatt, Me presento nuevamente a ustedes para que, dentro de cada hijo Mío, se vuelva a confirmar la filiación espiritual con su Madre Celeste.
Con alegría, su Madre y Reina de Schoenstatt retorna a Alemania, pero esta vez su Madre Divina irá abriendo las puertas celestiales para que el amado Hijo pueda trabajar y obrar espiritualmente en un área de Alemania en donde aún no llegó la Misericordia de Dios y que el Divino Hijo traerá consigo para liberar a los corazones y curar a las almas enfermas de espíritu.
Es así, Mis hijos de Alemania, que la Jerarquía Espiritual, al poder trabajar con tres ciudades de Alemania: Múnich, Frankfurt y Berlín, podrá ampliar el efecto positivo de su propósito en los planos internos, y todo esto es posible por la adhesión de algunos de Mis hijos de Alemania, Suiza y Austria, que en los últimos tiempos y después de Mi última visita respondieron a Mi llamado.
Por esa razón, hoy no solo los invito a que se renueven en la presencia del Amor de su Madre Celeste, sino también a que abran más sus corazones a todos los que a partir de este ciclo deberán llegar para formar parte de los ejércitos de la oración.
Este es un día especial porque, nuevamente, el Amor de Mi materno Corazón triunfará en Alemania, y hasta el próximo año nuevos frutos se manifestarán a fin de seguir profundizando en la Obra Redentora de Mi Hijo.
Agradezco profundamente la respuesta, la adhesión y el acogimiento de cada hijo Mío que hoy se congrega aquí para estar ante la Madre de Dios para orar y compartir un momento de elevación de la consciencia, a fin de que la consciencia de la humanidad sea elevada y sostenida por la oración devota de todos.
Les dejo Mi bendición de Madre y les declaro Mi Amor por su país.
Que la Señora de Schoenstatt siga siendo para ustedes la fuente de reverencia, de devoción y de admiración.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Señora de Schoenstatt
He aquí a la Señora de todos los pueblos y de todas las razas que viene a su encuentro con la potestad del Cetro de Dios en Sus manos, con el amor de las estrellas del cielo en Su Corazón.
He aquí a la Madre y Señora de todos los pueblos del Cielo y de la Tierra, Madre de los hombres, de los ángeles y del Hijo de Dios que viene a su encuentro, trayendo la paz en Su Corazón, derramando Gracias de Sus manos.
Mi Corona de Estrellas derrama Misericordia sobre el mundo. El Cetro de Dios, en Mis manos, detiene a la Justicia que desciende sobre las almas; porque, a pesar de la indiferencia y de la ignorancia de los hombres ante las cosas celestiales, el Amor de Dios por Sus hijos no tiene fin.
Hoy vengo, hijos, por un pueblo que debe recobrar su fe en Dios y su espiritualidad, arrancando de la consciencia las raíces del mal, de la separatividad, de la injusticia y del desamor.
Vengo a mostrarles las puertas de la Iglesia Celestial de su Padre Creador y el camino a través del cual llegarán a ella, independientemente de su cultura, raza o credo en esta Tierra.
Vengo a conducirlos a la conversión del corazón, de la consciencia y de la vida; no para mostrarles una nueva religión, sino para llevarlos a un nuevo patrón de vida, en el que sus corazones se unen a Dios a través de la transparencia, de la verdad y del amor y expresan esta unidad con sus hermanos a través del servicio, de la fraternidad y del amor al prójimo.
Vengo unir el Cielo y la Tierra, en un sacerdocio de perdón y de cura que Mi Hijo Me concedió en la Cruz.
Vengo a guiar a los apóstoles de los últimos tiempos y a los santos de los últimos días; despertándolos y congregándolos, dentro y fuera de la Iglesia, porque no es solo en las Iglesias de la Tierra en donde están los hijos de Dios y los compañeros de Cristo. Yo vengo a buscarlos en los cuatro puntos del mundo porque llegó la hora de despertar.
Mi Corazón prepara la llegada del Mesías al mundo y, así como una vez lo gesté en Mi Vientre y abrí las puertas para que Su Espíritu, Su Alma, Su Cuerpo y Su Divinidad estuvieran en la Tierra entre los suyos; hoy, hijos, vengo a preparar Su Retorno junto a ustedes. Vengo a anunciar la buena nueva de Su llegada al mundo y a preparar a los rebaños que acompañarán al Pastor en la institución de una Nueva Vida.
Él vendrá más brillante que mil soles, con el resplandor de Dios en Su Corazón. Su Faz se mostrará a todos con verdad y poder, más transparente que lo que Él se mostró a Sus apóstoles en Su Transfiguración. Su Presencia hará visible las miserias y las virtudes de los hombres y, con una simple mirada, derribará las estructuras de las falsas espiritualidades de la Tierra. Y los que no supieron amar comprenderán sus errores y se arrepentirán, pero para algunos ya será tarde.
Por eso, hijos Míos, el Redentor envía al mundo a Su Sierva, no para amedrentar a los corazones, sino para despertarlos, para mostrarles el camino de la Misericordia y de la Gracia de Dios.
Vengo para que sus corazones reconozcan los desvíos de sus vidas y se reconcilien con Dios, mientras hay tiempo.
Vengo para que haya amor en los corazones de los hombres y para que este mismo amor pueda curar las manchas y las heridas más profundas de la consciencia de las naciones.
Vengo a decirles y a mostrarles que, a través de la oración, curarán a sus corazones y a sus naciones de todos los errores del pasado.
Vengo para que se arrepientan, hijos, en nombre de la humanidad y que clamen a Dios, de corazón, por una Gracia mayor, porque ella ya está en Sus Manos, pronta para derramarse sobre el mundo, solo basta que le digan "sí".
Hoy reciban con amor Mis palabras y oren Conmigo por un bien mayor. Sientan Mi Presencia en sus corazones. Que Mi Amor les revele un hombre nuevo en su interior para que, a partir de hoy y para siempre, no sean los mismos, sino que estén perpetuamente unidos en amor a su Padre Celestial.
¡Yo los bendigo y les agradezco por responder a Mi llamado!
Su Madre María, Rosa de la Paz
Atraigo a las almas del mundo hacia Mi Corazón para que, sin importar su raza, religión o nación, sientan la confianza de ingresar en el universo espiritual de Mi Corazón.
Esa es la razón por la cual su Madre Celeste y Virgen de Schoenstatt, hoy descenderá en Colonia y, en consecuencia, sobre toda Alemania, para que, después de la profunda tarea espiritual y redentora realizada en el día de ayer por Mi Hijo, Mis hijos de Alemania reciban un nuevo impulso espiritual, a fin de prepararlos para una próxima etapa.
Hijos, los encuentros aquí, en Alemania, no estaban previstos, surgieron de manera inesperada y eso atrajo hacia esta sufrida nación la Gracia expiatoria de poder recibir los verdaderos Atributos del Padre Celestial, los que reconfigurarán la esencia de la raza que aquí se encuentra, así como a su propósito original.
Todo esto es posible, tan simplemente, cuando las almas abren su corazón para acoger de inmediato la Divina Voluntad del Padre Eterno. Y cuando esa Divina Voluntad es realizada y manifestada en la superficie de la Tierra, muchas más almas se ven beneficiadas por una Gracia que no esperaban y que no merecerían recibir.
Responder al llamado de amor y de redención anunciado por los Sagrados Corazones genera grandes y victoriosas oportunidades para aquellos que, en este tiempo crítico que atraviesa la raza, deberán despertar a la Verdad que desde hace tanto tiempo buscan dentro de sí y no encuentran.
Esa es la razón espiritual y divina por la cual los Mensajeros de Dios descienden con la Luz del Reino de los Cielos a la Tierra, para que cada alma, independientemente de su creencia, raza o nación, tenga la Gracia de saber en su interior qué es lo que vino a hacer a este mundo, para que finalmente lo pueda cumplir.
Alemania necesita decididos grupos de oración para que las almas puedan abandonar el hipnotismo de estos tiempos, un camino que las lleva a la perdición y a sumergirse en las ilusiones.
Por ese motivo, la Madre del Redentor y Señor del Universo, hoy llega a la ciudad de Colonia para darles y entregarles el primer impulso que podrá abrir nuevos caminos de redención y de luz para las almas de Alemania y de Europa.
Hoy los impulso, por medio de Mi Presencia, a asumir una nueva etapa, para que esta nueva experiencia repercuta en toda Europa.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Hoy, de forma especial y extraordinaria, dos importantes encuentros se llevarán adelante: el encuentro especial con Cristo y la Vigilia de Oración por la Paz en las Naciones.
Esto les demuestra a sus corazones que no existen fronteras ni distancias y que, cuando las almas están unidas en Cristo, todo es posible.
Estas dos celebraciones no solo repercutirán en Europa, sino también en el mundo entero.
Dos epicentros de luz y de oración hoy estarán actuando en el planeta: desde la ciudad de Colonia, en Alemania, y desde el Centro Mariano de Figueira, en Brasil.
Será de esa forma y por esos medios que la Jerarquía Espiritual podrá trabajar en un ámbito más profundo de la consciencia de la nación de Alemania y de su ángel regente.
A través del Centro Mariano de Figueira, la Jerarquía Divina se servirá del impulso de la oración por las naciones del mundo para que una poderosa corriente de amor pueda permear y abrazar a los corazones que más necesitan.
Los encuentros del día de hoy promoverán una coyuntura poco común en estos tiempos; es así que el Universo Celestial descenderá nuevamente para trabajar con la humanidad y, por medio de los dos epicentros de luz que se abrirán en Alemania y en Brasil, la Divinidad podrá volver a interceder por este planeta.
Todos los que en este día estén verdaderamente coligados con el desarrollo de ambos encuentros recibirán el impulso espiritual necesario que los preparará para la próxima etapa.
Estaré muy atenta a las ofrendas de corazón que hoy realicen Mis hijos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice a todos,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Como Madre de Austria y de Alemania, en este día, también peregrino por estas tierras a fin de disolver las gravísimas y tristes decisiones que fueron tomadas en el siglo pasado, que afectaron y trasgredieron a millones de almas en el mundo.
Es por esa razón, hijos, que hoy Mi aspiración, por medio de esta peregrinación a Eslovaquia y Austria, es poder ingresar en el corazón de cada eslovaco y de cada austríaco, para que Mi Amor maternal y divino pueda reparar, en niveles profundos, lo que ha quedado guardado en la consciencia de Mis hijos y que ha generado un terrible dolor humano.
Así como Mi Hijo visitará Eslovaquia para volver a concederle la Paz, su Madre Celeste, Virgen de Schoenstatt, Patrona de esta peregrinación, estará presente desde los planos internos, trabajando y obrando para disolver las raíces de la maldad, del poder y de la perversión, para que estas acciones humanas sean revertidas por la Misericordia, el Amor y el Perdón.
Por eso, hijos, a todos los que Me acompañan sinceramente en esta misión, aquí o desde cualquier lugar del mundo, Yo los llamo, hijos, a seguir los pasos internos de la Madre de Dios, que se sirve de esta actual coyuntura de trabajo para poder ayudar a la nación de Austria y especialmente a su Ángel Regente.
Con el rosario en Mi mano, hijos Míos, los invito a seguir penetrando el misterio poderoso de la oración del corazón, para que no solo las almas que más sufren sean ayudadas, sino también las naciones sean permeadas de nuevos valores y principios de Amor que Mi Corazón Inmaculado espera derramar.
¡Yo les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice con la Luz del Cielo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más