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Mis amados:
Hoy Mis pies pisan las altas montañas de los Andes. Pero más allá de las distancias, Yo estoy cerca de ustedes, Mis queridos jóvenes de la Paz.
Hoy el Universo reconoce los esfuerzos verdaderos de haber construido, por amor y servicio, esta nueva edición del Festival de la Juventud por la Paz.
Es así, que Dios se sirve de los impulsos que nacen del interior de las almas jóvenes para poder materializar Su Obra de Amor y de Misericordia.
Ahora y más que nunca, Uruguay necesitaba con extrema urgencia una edición del Festival de la Juventud por la Paz, ya que los corazones jóvenes que aquí se encuentran, tienen el compromiso de establecer la Presencia de Dios en la consciencia de este país. Pero no de un Dios institucionalizado, sino de un Dios que vive con todo Su Poder y Su Reino en el interior de cada ser.
El Festival de la Juventud por la Paz llegó a Montevideo, que es el corazón de equivocadas decisiones, para poder dar una chance a la consciencia de los uruguayos que, a pesar de su sueño artificial y de la ilusión inculcada, deberá reconocer algún día que se apartó completamente de la Verdad única y que el país, siendo regido por unos pocos idealistas, camina hacia el carácter de no rescatable.
Por eso, como Madre del Uruguay y Señora de los Treinta y Tres, regreso una vez más al pueblo uruguayo para que escuche la voz de la Sierva fiel, de la Madre de una iglesia uruguaya corrompida por el poder y la indiferencia ante todo lo que el pueblo practica y vive libremente, alejándose de los principios de la dignidad y de la fraternidad humana.
El Festival de la Juventud por la Paz llegó a Montevideo para hacer eco interior a través de la voz de los jóvenes, que son los que deberán vivir y asumir, en el cercano futuro, lo que unos pocos deciden sobre la vida de una nación como Uruguay, la que fue llamada a ser la cuna para el Retorno de Cristo.
Pero Uruguay, como sociedad, desmiente a la Iglesia de Mi Hijo, porque el pueblo uruguayo que antes tenía una devoción cálida y que después se volvió una devoción fría por Dios, perdió la confianza en los que dirigen la institución de Pedro.
Aquí existen muchos responsables de que la fe de los uruguayos esté empobrecida y totalmente apartada de la Verdad. Más aun, de que esa fe esté volcada hacia las sustancias y hacia las plantas que promueven una ficticia libertad espiritual.
¿Comprenden, hijos, la importancia de que sea la juventud la que promueva pacíficamente el cambio?
En pleno siglo XXI, Uruguay cree absolutamente que a través de las prácticas que impuso, alcanzó una forma de evolución.
Todo lo que hoy vive el país como libertad, concedida por las leyes de los hombres, es el resultado de una precariedad en la esencia del sentido y del discernimiento.
Uruguay, a través del Festival, tiene la Gracia de percibir que no solo se alejó de la realidad, sino que también se distanció del amor, porque el Amor verdadero nunca permitirá que pierdan el sentido de lo que es sano y bueno.
¡Uruguay, Uruguay!, despierta del sueño en el cual ingresaste.
¡Uruguay!, no te olvides que tu compromiso está sellado por la Luz de la Nueva Aurora.
¡Uruguay!, reacciona y haz algo por tu pueblo y por tu tierra antes de que sea demasiado tarde.
Uruguay, soy tu Madre y vengo para ayudarte.
Agradezco a la juventud por todos los esfuerzos ofrecidos.
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Yo no Soy solo Jesús sino una Consciencia Divina, que surgió de una altísima Fuente inmaterial y vino al mundo para despertar en la humanidad la redención.
Pero antes de que Yo surgiera de esa Fuente inmaterial, muchas situaciones se dieron en el Universo, muchas fallas y errores se cometieron.
Fue decisión del Gran Padre Celestial que la Segunda Persona de Su Santísima Divinidad descendiera a la Tierra con el Poder del Espíritu y de todo el Amor Creador para poder encarnar en la Tierra y traer la Buena Nueva de la salvación.
El Hijo de Dios, cuando una vez estuvo entre ustedes, realizó muchas tareas espirituales e internas. La humanidad solamente conoció hasta el día de hoy el diez por ciento de esa Misión.
La Misión espiritual que el Padre Me encomendó fue más profunda de lo que parecía.
La Pasión, la Muerte en la Cruz, y luego la Resurrección y la Ascensión, fueron hechos significativos de esa gran Misión espiritual en la Tierra.
En verdad, compañeros, desde antes de que Yo encarnara en la Tierra como un ser humano y para estar entre ustedes, Mi Padre Me encomendó que ayudara a todo el Universo material, a los grandes caídos, para que se pudieran redimir y convertir.
Esa Misión espiritual no fue conocida por la humanidad, porque en aquel tiempo y también en los tiempos posteriores a la gran Presencia de Jesús en la Tierra, el ser humano aún estaba muy inmaduro para poder saberlo y conocerlo.
Todo esto fue posible por la actuación de leyes superiores e inmateriales que no están al alcance de la humanidad.
Vengo a revelarles, compañeros, a toda la humanidad, a los que creen y a los que no creen, que el gran momento del retorno del Señor se está aproximando y aún queda un poco de tiempo para poder arrepentirse y redimirse.
Yo les traigo desde el Universo todas las posibilidades.
Yo presento a sus vidas todos los caminos que llevan hacia Mi Corazón.
Pero siempre deberán reconocer a una sola Consciencia Regente: Aquella que los originó y que los creó, que estando presente en el Universo espiritual y supraespirital, espera que todas Sus criaturas del Universo material puedan dar el gran paso hacia la rendición, reconociendo sus errores, asumiendo sus fallas, transformando sus vidas por la fuerza imperiosa de Mi Misericordia; es esa energía espiritual la que en este tiempo Yo les traigo como la última tabla para su salvación.
Pero hoy no necesito que reconozcan sus pecados o sus fallas, porque Yo ya las conozco todas, profundamente.
Vengo a elevar sus consciencias hacia la verdadera realidad espiritual que aún sus almas andan buscando, a fin de que puedan fundirse en Dios y encontrar en el Camino de Dios, su sagrada tarea para estos tiempos, el cumplimiento de su misión espiritual para este tiempo final.
Yo necesito, compañeros, que abran su consciencia y sus corazones para que Mi Fuego Divino pueda descender sobre ustedes y no solo sean bañados por Mi Espíritu, sino también redimidos por Mi Gracia.
Esa Fuente inmaterial de la cual Yo provengo desde el Universo espiritual, aún está intacta y la pueden reconocer dentro de ustedes porque Dios les ha dado un Universo interior que aún deberán descubrir, que aún deberán profundizar para encontrar en sus caminos el Propósito Divino de la Creación, la meta y el objetivo que los trajo aquí, a esta vida que va más allá de la vida superficial y material.
Es el momento, compañeros, y ante el Universo espiritual que hoy los aguarda, de que puedan reconocer su misión espiritual en esta época, sabiendo que ya no queda mucho tiempo para la gran purificación de la Tierra y de la humanidad.
Pero cuentan con Mi sostén, con Mi Esperanza y con Mi Fe para poder atravesar esta transición del fin de los tiempos; algo que nunca vivieron y que por primera vez atravesarán en estos tiempos críticos.
Pero si sus consciencias y sus corazones están verdaderamente coligados con lo Alto y unidos a Dios, la Fuente inmaterial de la cual provengo los auxiliará y los ayudará, y todas las corrientes sublimes del Universo vendrán en su auxilio.
Aunque se estén purificando de mente y de cuerpo, el espíritu de cada uno de ustedes, si está unido a Mí, no perderá el espíritu del gozo de Dios.
Yo también traigo esta oportunidad para toda la humanidad, porque aún la consciencia humana no se ha elevado para poder percibir, más allá de la vida material, los errores cometidos y así ingresar en la Escuela de la Redención que Yo les ofrezco; lugar en el que podrán percibir y reconocer cuáles atributos de la vida deberán vivir en este tiempo, para alejarse definitivamente de muchas costumbres y hábitos que solo manchan sus almas y los apartan de Dios, alejándolos del Amor y de la Verdad.
Yo les prometí desde el principio decirles la Verdad y eso lo cumpliré hasta que Yo retorne físicamente a la Tierra.
Pero cuando Yo retorne físicamente muchas cosas habrán sucedido, porque en el momento más agudo de la humanidad es cuando Yo ingresaré desde el Universo al planeta, y nadie podrá decir que Yo no Soy el Cristo, el Maestro entre los maestros, que volverá a anunciar la Buena Nueva y reunirá a todos los redimidos para volver a celebrar junto al Padre Celestial la Comunión reparadora y redentora del fin de los tiempos.
Mientras tienen tiempo para poder prepararse para ese acontecimiento, no permitan que sus vidas se distraigan por el mundo y que las distracciones los absorban completamente, hasta poder quitarles la razón o el discernimiento.
Estamos en un tiempo de rescate planetario, pero eso se verá en poco tiempo físicamente. Primero el Universo espiritual intervendrá en la humanidad, porque son sus espíritus que necesitan de esa gran oportunidad en estos tiempos, para que toda su historia guardada en su Universo interior sea redimida.
No pierdan la oportunidad de conocer la Gracia. Esa es la Gracia Divina que hoy Me ha traído aquí, a Camboriú, para irradiar en el Sur del Brasil lo que este pueblo necesita, espiritualmente, para poder corregir sus caminos e ingresar en el Reino de Dios así como lo merecen, por medio de su esfuerzo, de su oración, de su servicio incondicional a los demás, en nombre de la fraternidad y de la solidaridad entre todas las criaturas.
Así estarán dando pasos seguros y cada vez más se aproximarán a Mi Corazón para que Yo los pueda colmar e iluminar a través de Mi Divina Esencia, que tiene el poder de más de cientos de soles para iluminar todos los Universos y todas las consciencias. Esa esencia es un Sol Espiritual e Inmaterial que fue manifestado por la Fuente Inmaterial de la cual surgí, para traer el gran impulso a este Universo local y especialmente a esta humanidad.
Todo el Universo contempla la oportunidad de que ustedes puedan dar ese gran paso. Aún las puertas a la Divina Misericordia de Dios están abiertas. Así podrán erguir sus seres hacia lo Alto e ingresar al Corazón de Dios para poder estar en comunión perpetua con Él y recibir en sus corazones Su Sagrada Presencia.
Tal vez no comprendan todo lo que hoy les digo. A través de las Leyes inmateriales es como puedo derramar Mi Mensaje al mundo, como un afluente de Gracia y de Misericordia para los hombres.
Y así ustedes también son partícipes de todos los códigos de luz que hoy entrega Mi Corazón para los que se redimirán.
Ha llegado la hora de mostrar Mi verdadera Faz. Pero para poder verla, y especialmente reconocerla, deben prepararse como se prepararon los apóstoles, que en oración y en vigilia, y sin saberlo, reconocieron la Faz del Señor en lo Alto del Monte Tabor, lugar en donde Yo les demostré y también les revelé, Mi Faz transfigurada, así como Dios Me manifestó desde Su Fuente con todo el poder de Su Divina Humildad.
El mundo no podrá decir que no sabía cómo cambiar y que el Universo espiritual no llegó para advertirles que era el tiempo del gran cambio de la consciencia, con esfuerzo y determinación, con fe y con ímpetu de espíritu.
Por eso, Yo les traigo las revelaciones superiores, para que sus consciencias se eleven y perciban y vean la realidad, la emergencia de estos tiempos a nivel planetario y a nivel de la humanidad. Es allí donde la indiferencia deberá ser erradicada para que pueda reinar el amor que impulsará la transformación de los seres y la elevación de la consciencia del planeta hacia su verdadero y real tiempo.
El esfuerzo deberá ser muy grande, pero los que se decidan de corazón, contarán con la ayuda y guía de la Jerarquía, porque en la Jerarquía obra el Plan de Dios y todo es posible cuando se sigue ese Plan con obediencia y transparencia.
Fuera de esas reglas el Plan no se cumplirá en ninguna consciencia.
El ser humano en estos tiempos, en los que se ha pervertido y desviado después de muchísimas Gracias, desde la Sangre derramada en la Cruz hasta todos los cristianos mártires y beatos de espíritu, deberá revertir esa situación espiritual con su esfuerzo, para poder ser merecedores de la Gracia, que como un potentísimo caudal de luz, transformará sus vidas de la noche a la mañana.
Pero es necesario que estén decididos y que confirmen sus consciencias a Dios, porque Mis Palabras ya no podrán pasar más. Ellas deberán ser atributos divinos en sus vidas para que se pueda alcanzar y materializar el Plan de Dios sobre la superficie de la Tierra.
Yo estoy aquí para ayudarlos e impulsarlos.
Yo deseo el bien para todos y el fin de la indiferencia en la raza humana.
Necesito que sean pilares de Mi Obra así como el Padre lo necesita, porque Mi Iglesia en el mundo se está derrumbando por tantas blasfemias cometidas y tantas transgresiones realizadas a las consciencias que más Yo adoro, los niños.
Ese calvario debe revertirse, debe triunfar el poder de la Cruz del Redentor.
Pero primero ustedes deben representar Mi Cruz en sus vidas, elevando sus consciencias hacia lo Alto y expandiendo sus brazos en donación, en caridad, en misericordia y en bien por donde vayan y a quien encuentren en sus caminos.
Eso revertirá mucho las deudas de la humanidad y más puntos de luz se podrán seguir abriendo sobre la superficie de la Tierra, porque ustedes demostrarán al Universo y al Creador, principalmente, que hay una parte de sus consciencias que está comprendiendo a la Jerarquía.
Les vuelvo a decir, compañeros, desde el Universo espiritual Yo les traigo las posibilidades para todos, para no solo revertir sus penas y sufrimientos sino para poder confirmarlos en el compromiso con el Creador.
Este sagrado planeta, todos los sagrados Reinos, deben cumplir el propósito para el cual fueron creados en el Génesis. Después de haberse desviado y pervertido, el despertar de la consciencia de la humanidad permitirá que llegue la cura para todo este planeta. Y así se establecerá la igualdad entre los pueblos, entre las razas y ,principalmente, entre las naciones.
Hoy, es todo lo que les puedo decir. Sus consciencias tienen un punto para poder soportar las corrientes poderosas del Universo que decididas y de forma imperiosa, vienen en auxilio de la humanidad.
Hagan fluir esas corrientes en sus vidas por medio de buenos ejemplos, de una vida de oración y donación, de servicio, de consideración al prójimo y a los Reinos de la Naturaleza.
Elevemos a Dios, en este momento, la oferta de cada uno de sus corazones, para que su Universo interior entre en comunión con la Divinidad y el Universo.
Nos ponemos de pie.
Su Maestro y Señor, Hijo del Dios, del Dios vivo, bendecirá y consagrará los elementos ofrecidos en el Altar para que las almas comulguen con la Santísima Trinidad, en perfecta armonía y sintonía y para que los frutos de la Creación despierten en los corazones simples y humildes.
Señor de la Vida que todo lo creaste y lo manifestaste, poderoso Padre Celestial, sublime Consciencia Divina, consagra estos elementos que hoy se ofrecen a las puertas del Universo Celestial como un acto de reparación y de cura para los corazones más necesitados de Tu Luz y de Tu Verdad. Amén.
Padre, bautiza a Tus Hijos con el Agua de Vida, así como Tú bautizaste a Tu Hijo una vez en el Río Jordán con Tu Espíritu de Vida, a fin de que Tus Obras se manifiesten en todos los que son congregados por Tu Amor. Amén.
Momento de ofrecimiento al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, por la intercesión del Sagrado e Insondable Corazón de Jesús.
En aquel tiempo Yo tomé el pan dando gracias a Dios y Él lo bendijo con Su Divino Espíritu. Lo entregué a Mis apóstoles diciéndoles: “Coman todos de él porque este es Mi Cuerpo que es entregado por los hombres para el perdón de los pecados”.
Y así, el Soplo Divino del Espíritu de Dios ingresó en los apóstoles y en todos los que estaban presentes en los planos internos.
Elevando el Cáliz a Dios, agradeciendo por el Sacrificio que sería vivido y experimentado, el Padre lo bendijo y lo pasé a Mis apóstoles diciéndoles: “Tomen y beban todos de él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre que hoy será entregado por todos para el perdón de los pecados. Siempre hagan esto en Mi Memoria hasta que Yo retorne a la Tierra”.
Padre Nuestro…
Coman de este Cuerpo y beban de esta Sangre para que sus espíritus alcancen la Vida eterna.
He recibido en Mi Corazón sus ofertas. Clamaré y pediré por cada una de ellas al Padre Celestial.
Espero que el ejemplo de sus vidas sirva para muchos más, sabiendo que aún es necesario que la corriente poderosa de Mi Divina Misericordia siga auxiliando al mundo.
La Paz de Mi Corazón esté en ustedes y que sus vidas siempre representen la Paz, sabiendo que la Paz de Dios es imprescindible para estos tiempos, para el descenso del Universo espiritual sobre la humanidad.
Como un acto de reparación y de cura, como un acto de júbilo y de alegría, y especialmente, de reconciliación con Dios, en Mi Nombre se darán el saludo de la paz.
Yo les agradezco por haber estado hoy Conmigo, algo que ha sido muy imprescindible para Mí y esencial para sus almas.
Los bendigo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
¡Les agradezco!
Hoy recibo todas sus oraciones en Mi Reino Maternal, y ellas son más que cientos de jardines florecidos.
Eso es obra del alma que ama la oración y a través de la oración perseverante transforma su vida.
Eso es obra del alma que, viviendo en la oración, es la oración viva; del alma que clama, pide y suplica sinceramente por los demás, más allá de sí mismo o de su experiencia de vida.
Eso es obra y manifestación de la oración planetaria, la que disuelve de la consciencia de los hombres cualquier estado de maldad y de destrucción.
Hoy recibo de Mis hijos las oraciones del corazón, oraciones que sostienen la vida, oraciones que alimentan y curan el espíritu de todas sus experiencias vividas; oraciones que renuevan el alma y que atraen hacia el planeta la esencia de Mi Paz.
Todo es obra del amor que puede sembrarse en la consciencia que comprende que solo el amor es el que atraerá hacia las almas la gracia de estar en Dios y de ser colmado por Su Espíritu.
Les agradezco por este gesto de amor orante que hoy le ofrecieron a su Madre Celeste.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
A través de Mis Llagas ilumino los oscuros abismos de la Tierra y cada vez que desciendo hacia aquí libero a los prisioneros caídos, llevando a gran parte de las almas perdidas a los océanos profundos de Mi Misericordia.
A través de Mis Llagas exorcizo la esfera psíquica de la Tierra y los Elohim purifican la corteza del planeta, a fin de desintoxicarla de las perversas corrientes de Mi adversario. Una vez más, San Miguel Arcángel entierra su poderosa Espada de Luz inmaterial y todos los grilletes de la perdición y de la maldición son disueltos al ingresar el potentísimo fuego cósmico transmutador.
A través de Mis Llagas los inocentes son protegidos, siempre que alguien clame por ellos y suplique por Misericordia. Así, todos los que son explotados en algún momento se liberarán de su esclavitud y nuevamente triunfará la Misericordia.
A través de Mis Llagas establezco el principio del Reino de los Cielos y las almas se liberan de los espíritus que vagan por el mundo para condenar a las consciencias. Lo más impuro sobre la Tierra es expulsado y los espíritus en constante pena se consumen en el fuego y en el azufre para que desaparezca cualquier vestigio de maldad.
Vuelve a triunfar la luz del poder de Mis Llagas y la Gloria del Arcángel Miguel para que se establezca la paz.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
A pesar de que los tiempos estén difíciles y muchas almas desesperen por no haber buscado a Dios, confía en Mi Misericordia.
A pesar de que los conflictos aumenten y muchos más sientan hambre, confía en Mi Misericordia.
A pesar de la explotación y el maltrato a los Reinos de la Naturaleza y a los grandes océanos, confía en Mi Misericordia.
A pesar del desequilibrio psíquico de la humanidad y de la falsedad de los que gobiernan este mundo, confía en Mi Misericordia.
A pesar de que se le quite la vida a los no nacidos y los niños en este tiempo sean objeto de la perversión de los adultos, confía en Mi Misericordia.
A pesar de la falta de igualdad, de veracidad y de transparencia, confía en Mi Misericordia.
A pesar de la injusticia, de la enfermedad del mundo y de la falta de discernimiento, confía en Mi Misericordia.
Porque Yo retornaré y asumiré cada una de esas situaciones, pondré fin a lo que es injusto, disolveré el dolor y el sufrimiento.
Cuando Yo retorne, les quitaré el poder a los soberbios y les daré todas las riquezas a los más pobres, les revelaré Mi Reino a los humildes de corazón y Me mostraré a los simples de espíritu.
Cuando Yo retorne, todo, absolutamente todo será transmutado y una Nueva Humanidad comenzará libre de maldades y de adversarios, porque nacerá la nueva luz de la consciencia.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Cánticos de Figueira - “En la Cena”
En este cántico ingresamos al templo del corazón y nos recogemos durante la noche para orar con el Maestro.
El alma deja atrás las miserias y los miedos para acompañar al Maestro en la gran ceremonia de la Comunión.
En este cántico se confirma y se profetiza la expresión y la manifestación de las Comunidades-Luz, las que son guiadas por la Mano del Gran Pastor, quien, reuniendo al Pueblo de Dios, celebra con los autoconvocados.
La preparación comienza con la oración diaria para recibir, en el gran cónclave, al Maestro del Amor. Él demuestra Su Amor por todos los seres y se recoge como Espíritu dentro del alma de cada ser.
Cuando todos son llamados se revela la sala del gran encuentro para que entren en comunión con lo Alto y así las almas permanezcan en el Señor.
Él revela el gran momento de la Comunión, ofreciéndose al Padre, pero también pidiéndole a todos que vigilen y que oren siempre para no perder el rumbo hacia el Corazón de Dios.
El Señor se muestra amoroso y resplandeciente y recibe en Su Reino a todos los que fueron llamados para servirlo, llevándolos ante el Trono de Dios para que reciban las Gracias del Padre Celestial y, así, lo reverencien por los siglos de los siglos.
Este cántico demuestra la fidelidad al Señor, fidelidad que podemos vivir a través de la oración diaria y así encontrar el camino de retorno hacia nuestro origen.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Siente la Presencia de Dios en tu corazón y no salgas de allí.
Fortalécete con el fluido poderoso que proporciona la oración, con el escudo potente que la oración crea.
Mantente dentro de Dios y vive cada momento, a fin de que crezca tu espíritu.
Condúcete a través de las Leyes y de los Rayos sublimes que provienen del Universo, así aprenderás, con esa ayuda, a superar los últimos tiempos.
Anímate a trascender los obstáculos con amor y las pruebas con perdón para que en esta humanidad despierten los Nuevos Cristos.
Así, tú podrás ser un ejemplo para los demás y muchos más aprenderán a trascenderse y a donarse espontáneamente al Plan de Dios.
Vence cualquier contrariedad a través del amor y de la inteligencia.
No dejes que nada opuesto te lleve, así como la corriente del río.
Tómate del Manto del Pastor y Él te librará.
Quédate en Su Paz, porque en Cristo todo es posible.
Sigue adelante con la certeza de pertenecer a Dios y de estar formando parte de Su Reino.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
No solo vengo por el amor de Polonia; vengo por su Iglesia y por la Iglesia de toda Europa Central, también allí muchas cosas más se pueden reparar; por eso también es importante para Mi Hijo, sabiendo que aún hay tiempo para Su Misericordia, para poder ingresar en Su Piedad y en Su Compasión.
Así como ayer Mi Hijo les dio la bendición de Su Reino, hoy Yo les doy la bendición de Mi Gracia, la Gracia que siempre ha permeado, a pesar de los acontecimientos, a todos los corazones de Polonia y de Europa Central.
Es esa Gracia de la Fe la que ha permitido a todo su pueblo y a toda Europa Central poder seguir adelante, bajo el espíritu de la perseverancia y de la constancia.
Es así que hoy me presento ante ustedes como la Virgen de Czestochowa, trayendo entre Mis Brazos al Niño Jesús para que Él, desde el seno de Su Pureza, desde el centro de Su Corazón, pueda impartir Su Misericordia sobre toda la Iglesia del mundo y en especial, sobre todos los creyentes.
Aún es necesaria la cura para este planeta, y mediante sus oraciones y súplicas, esa cura espiritual puede descender a la humanidad. Por eso estoy aquí, queridos hijos, para volver a rememorar el Poder de la Virgen de Czestochowa en toda su Patria y en todo su pueblo, para recordarles la importancia de este ícono espiritual y divino, que une a muchas almas en el mundo, no solo por su color o por su raza, sino también por sus almas; por las almas a las que Dios les ha concedido estar aquí para llevar adelante una parte de Su Divino Plan.
Con ese espíritu, Yo los invito a la renovación de su Iglesia y de su pueblo, a que su cultura sea conservada, a que su fe sea expandida y el mundo reciba así, un poco más de paz. No solo la paz en los corazones, sino también en las naciones que necesitan de la oración de sus seres, para poder establecer la paz.
Los invito a dar ese paso, queridos hijos, a poder concebir en sus corazones la necesidad de toda la humanidad y de todo el planeta, sabiendo que son una sola civilización que necesita renacer no solo en la vida del espíritu, sino también en la vida material, mediante las obras del servicio y de la caridad incondicional.
Quiero que Polonia lleve este espíritu obrero al mundo, que enseñe a los demás pueblos cómo renacer en el espíritu de la fe y de la devoción, porque hay muchas naciones que necesitan de eso para poder seguir adelante espiritualmente, para poder establecer en sus Reinos, en su cultura y en su pueblo, los Designios de Dios.
Con ese amor que hoy les trae Mi Corazón, los invito a la renovación de su compromiso Conmigo, porque Yo siempre seré la Madre de su Patria; siempre seré la Luz para sus corazones; Luz que los llevará a Cristo, Mi amado Hijo, para que entren en comunión con Su Consciencia Divina y siempre reciban la bendición de Su Espíritu sabiendo que es necesario, hijos Míos, despertar los dones y los talentos en el corazón, atributos imprescindibles que Cristo necesitará de ustedes, para preparar, en esta parte del mundo, su segundo retorno a la humanidad.
Por eso Yo los quiero tener siempre en Mis Brazos, Hijos míos, al igual que a Jesús, para que sientan el latir de Mi Corazón Maternal; para que sientan el gozo de Mi Espíritu y la alegría de Mi Alma por estar cerca de Mis Hijos, no solo de Polonia, sino también del mundo entero.
Por medio de la Virgen de Czestochowa Yo vengo a unir a todas las culturas y a todos los pueblos, para que cada nación me siga conociendo como su Madre y su Patrona, porque de esa forma, con la devoción de Mis hijos, Yo podré seguir intercediendo no solo por Polonia, sino también por toda Europa Central.
Los invito a seguir los pasos del Redentor. Eslovaquia es una patria que necesita de una cura milagrosa, especialmente en su espíritu; por eso Yo los invito a seguir a Cristo, para que sus obras se puedan manifestar en el mundo por medio de su colaboración y de su cooperación con esta Obra, que en los planos internos construye Catedrales de Luz en donde las almas se puedan refugiar para volver a encontrarse con el Padre Celestial.
Los quiero llevar de nuevo a Dios, reconciliados por Su Gracia y bendecidos por Su Misericordia, para que esta misma Gracia y Misericordia lleguen a las almas que más necesitan despertar en esta parte de Europa.
Por medio de la Señora de Czestochowa les traigo la Sabiduría de Dios necesaria para estos tiempos críticos, imprescindible en la esencia de todas las almas, para que las naciones del mundo después de todo lo que han vivido, aprendan a tomar decisiones correctas y sabias que contribuyan con la solidaridad y el bien de las almas y no con la explotación, ni la esclavitud.
Esa renovación, por medio de la Sabiduría que la Virgen de Czestochowa hoy les trae, sucederá en los corazones simples, se dará en las almas humildes, reverberará en los corazones mansos.
Esta es la promesa que Yo traigo para su pueblo; y esta promesa, que espera descender al mundo y hacerse viva en los corazones, es motivo de la visita de Mi Amado Hijo a la Patria de Eslovaquia, para que más valores espirituales e internos se puedan recuperar.
De nuevo les vuelvo a decir, hijos míos: sigan los pasos de Cristo para reencontrar el Camino hacia el Padre Celestial.
Que el espíritu de la fe de Polonia siempre se conserve; que el espíritu de la devoción de Polonia algún día se torne eterna, para que las almas sean llevadas a Dios y sientan del Padre Celestial Su Misericordia. Misericordia que repara a las almas, Misericordia que repara a los corazones, Misericordia que sumerge a las naciones en el océano de la Compasión de Dios y en el Espíritu de Su Piedad.
Que estos Dones del Espíritu que deberá seguir cultivando Polonia como pueblo, despierten nuevas vocaciones a la vida de Cristo y especialmente al Espíritu de la Santidad, lo que permitirá cambiar el mundo gracias a las almas que renuncian a sí mismas para vivir en Dios y cumplir Su Voluntad, así como a todos los Santos que la cumplieron a través de los tiempos.
Hoy, a Mi lado me acompaña San Juan Pablo II y como Él siempre lo ha hecho con toda la humanidad, de una manera simple pero verdadera, hoy Él les dará Su Bendición, en el nombre de la Virgen de Czestochowa.
Dice Juan Pablo II :"Que Dios siempre les de el Bien y la Caridad para que conozcan el espíritu imperioso de Su Misericordia y para que la Fuente que derrama del Corazón de Cristo pueda bañar a todas las criaturas de la Tierra, a fin de que alcancen la felicidad Celestial y la Unión Interna con el Divino y Sublime Hijo.
Que los poderes de la Gracia de Cristo, que el manantial inagotable de su Misericordia, desciendan sobre Polonia y toda Europa Central y que así, se establezca la Gracia de la Redención.
Que así sea".
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
¡Les agradezco por responder a Mi Llamado!
Sigamos caminando por la Paz, para que la Paz se establezca en la Tierra y en todos los hombres. Amén.
Vengo en nombre de Mi Hijo para darles las gracias por sus súplicas, por medio de la novena que están realizando al Castísimo Corazón de San José.
He venido desde el Cosmos a decirles esto para que sepan que su Madre Celeste está con ustedes, así como está con el mundo, tan necesitado de Amor y de Luz.
Yo vengo a hacer resplandecer sus vidas por medio de la oración, para que se vuelvan columnas de Luz para este mundo y lleven esa Luz al mundo en donde más se necesita, en donde más claman.
Les agradezco por esta novena, porque las puertas se están abriendo y los corazones están consiguiendo ser sinceros.
Por más que no comprendan en profundidad el Propósito de Dios, su Madre Celeste, por medio de Su Amor, les hará comprender todas las cosas con simplicidad y humildad.
Por eso, sigan orando hasta el término de la Novena de San José, para que también el Castísimo Corazón pueda impartir Sus Gracias sobre Europa y África.
Grandes son las necesidades planetarias, muchísimas son las emergencias en estos tiempos.
Les pido, hijos Míos, que sigan orando por la Paz en las naciones, como vienen haciéndolo: semana tras semana, cuenta por cuenta y corazón con corazón, encendiendo esa Luz de Mi Amor en el mundo por medio del poderoso Rosario.
Con todo esto Yo les pido que continúen adelante, para que puedan seguir renovándose a través de los tiempos, a pesar de que cosas gravísimas suceden en el mundo.
Mi confianza, hijos, está en ustedes, en cada momento de oración que ofrecen a Mi Corazón Inmaculado, para que heridas profundas e internas puedan ser disipadas del Corazón de su Madre, y así, del corazón de Sus hijos, que buscan la paz.
Vengo a su encuentro con todas las estrellas del Cosmos. Vengo a visitarlos con grandes Consciencias angélicas para desatar los nudos de estos tiempos, para que las almas encuentren la paz, vivan el espíritu de la solidaridad y de la cooperación con los semejantes, sabiendo que todo podrá ser superado en el Amor. No hay otro camino.
Mientras el mundo no aprenda a amar, no existirá paz. Mientras más se animen a practicar el ejercicio del amor del corazón, mayores posibilidades existirán para que millones de almas aprendan a vivir el camino del Amor.
Por medio de esta escuela de oración que viven Conmigo todos los días, especialmente en la oración por la Paz en las naciones, todas las cuentas que son realizadas y ofrecidas conceden Gracias inexplicables al mundo entero; cosas que tal vez no verán en este tiempo, pero sí verán suceder en el futuro cercano, cuando su Madre Celeste ya no esté más a su lado para visitarlos y solo esté en el Cielo, deseando ardientemente que vivan Mi instrucción, la instrucción de Mi Hijo y la de San José, para que esta Obra continúe adelante, así como está escrito en el Corazón de Dios.
Mientras tanto, hijos Míos, los invito a seguir amando de verdad, a colocar el amor en práctica en cada detalle, como con cada hermano que se aproxime a sus vidas buscando un poco el amor reparador, buscando un poco el amor curador y consolador, que solo brota de la Fuente del Espíritu Santo y de las almas que se coligan con Él.
La Obra que realizará su Madre Celeste en Europa será importante. Por eso, cada colaboración es imprescindible, por más pequeña que parezca. Pero Yo sé que hay almas que pueden ayudarme más y saben que es verdad lo que les digo.
La Madre de Dios no ostenta riquezas, sino el bien para todos Sus hijos, independientemente de su nación, religión o creencia.
Quiero que aprendan hijos Míos, junto a Mí, que todos pueden ser uno, porque alcanzando esa unidad espiritual, Dios estará en ustedes y ustedes estarán en Dios viviendo en Su Reino; a pesar de los acontecimientos de estos tiempos, de las purificaciones o de las pruebas.
Yo los invito todos los días a ser parte de la Gran Hermandad, la Gran Hermandad que está en el Cielo y también aquellos que están en el interior del planeta y que con su silencio llevan adelante grandes Obras en el mundo por la liberación del planeta y de la humanidad, por la redención de los corazones, por la Paz en todos los pueblos.
Yo los invito todos los días a coligarse a esa gran Hermandad y a seguir encendiendo en sus pechos la Estrella Confederada, la cual los llevará por el camino de la Luz, de la ascensión y del bien.
Leyes muy profundas y desconocidas del Universo podrán transformar sus vidas y las vidas de sus hermanos y ya no será necesario, hijos Míos, sufrir. Quiero que el dolor y el sufrimiento terminen en el mundo. Quiero que las almas conozcan la verdadera alegría de servir a Dios. Lo que Yo llamo “felicidad espiritual”, que no está en este mundo sino en el Universo, en la Vida Universal y en el Conocimiento; en la fe, en el servicio y principalmente, en la gratitud.
Quiero llevarlos, queridos hijos, al Reino de Dios todos los días, para que ustedes se animen a traer el Reino de Dios a la Tierra y muchas, muchas más cosas en el mundo sigan transformándose.
Este es el deseo ardiente de su Madre Celestial, de su Madre humilde y servicial, incansable y eterna, que viene a llamar a Sus hijos a través de los tiempos para que más vidas despierten hacia su verdadera vida espiritual.
Mientras esto no suceda, Yo seguiré viniendo al mundo. Yo seguiré impulsando el despertar de las consciencias, respondiendo al pedido de Cristo y del Padre Celestial; con ustedes y en ustedes. Yo podré, como Madre, hacer muchas cosas más.
Aún hay mucho por hacer, hijos Míos. Hay mucho por materializar y expresar dentro de esta Obra de Amor y de Redención planetaria que recorre el mundo y las naciones, solo para sembrar la Paz y la esperanza.
Hoy traigo el Rayo de la esperanza al mundo, para que las almas lo puedan reconocer y vivir. Sabiendo que cada uno de Mis hijos tiene tantas virtudes y dones para servir a Dios, para poder despertar y reconocer en sí lo que ni siquiera las almas saben completamente.
Por eso, Yo los vengo a impulsar y a motivar, al despertar sus talentos, virtudes y dones. Porque Cristo vendrá a llamarlos y les pedirá sus virtudes y talentos, así como todos sus dones, para que estén al servicio de Él en el momento de Su gran Retorno al mundo.
Ustedes, hijos Míos, son llamados como su Madre Celestial, a ser mediadores del corazón y de la palabra; a buscar en todas las cosas y en todos sus hermanos el espíritu del bien; a ver el bien en sus hermanos y no el mal; lo que es positivo, radiante y elevado en cada consciencia que guarda en sí el Cristo interno.
Promuevan en este tiempo el despertar del Cristo interior y el planeta será repoblado de sublimes energías divinas, que serán atraídas por los hijos de Dios, no solo como columnas de Luz, sino también como espejos de Su Divina Consciencia.
Los invito, hijos Míos, a recrear juntos este planeta y esta humanidad. A re-enseñar el camino del amor y del servicio por medio de las misiones humanitarias, de las peregrinaciones, de las corales, de todo lo que pueda expresar el Amor de Dios en el mundo.
Por eso, esta Obra es para todos y es más amplia de lo que parece y de lo que es. Ustedes, hijos Míos, tienen la llave de Mi confianza para poder hacerlo, siguiendo los pasos de la Jerarquía Espiritual en la obediencia y en el bien, para que todo se mantenga en su camino así como Yo espero ardientemente que se cumpla.
Vengo a agradecerles en esta noche, por su colaboración amorosa, a todos aquellos que están gestando por medio de la oración y de la colaboración, la próxima misión de paz en Europa y África.
Ni siquiera saben, hijos Míos, todo lo que sucederá en ese continente y todo lo que los Mensajeros Divinos harán en cada nación que visitarán, así como en cada lugar al que irán para sembrar la Paz y la Misericordia que ustedes han tenido la Gracia de conocer en los últimos tiempos.
Los invito, por medio de la colaboración y de la construcción de esta próxima misión, a seguir siendo orantes y misericordiosos con los que son más ignorantes, que están distraídos y muy ilusionados con todo lo que les ofrece el mundo.
Todo lo que hagan en la Tierra también lo estarán construyendo en el Cielo. En el último día de sus vidas sabrán y tomarán consciencia de todo lo que hicieron por amor a Dios.
Todo lo que tejen en la Tierra también lo tejerán en el Cielo, y el Universo tendrá memoria de sus acciones y de sus obras de bien por la humanidad.
Hoy Me elevaré al Cielo en profunda tranquilidad, sabiendo que Mis hijos han comprendido, más allá de las palabras, el llamado del Cielo.
Sean propagadores del bien que hoy les traigo, para que el planeta sea colmado de Luz y de Misericordia, hasta que los Mensajeros Divinos terminen de cumplir Su Misión en la humanidad.
En esta noche, quiero que sus corazones, hijos Míos, sean revestidos de esperanza para que la cura se establezca en la humanidad, el bien llegue a muchas más vidas en el mundo y sean tocadas por la Gracia de Dios, por Su Misericordia Infinita.
Vengo a traer la Paz, no solo al Brasil, sino también al mundo. Este encuentro ha ayudado para que eso suceda.
En el Amor y el Bien, Yo los bendigo.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Que este lugar siempre se revista de esperanza, para que la esperanza transforme al mundo y todas las consciencias sean tocadas por el Rayo de la Esperanza de Dios.
¡Les agradezco!
Soplan los vientos para limpiar los corazones de los hombres porque lo necesitan.
Soplan los vientos para purificar la Tierra con el Soplo Divino que proviene del Espíritu de Dios.
Dejen que sople, que limpie, que lleve consigo aquello que ya no les corresponde.
Dejen que sople el viento y les traiga la verdad para que sea depositada en sus corazones.
Los elementos reverencian a Dios, se tornan Sus instrumentos y dejan que el Padre actúe a través de ellos para llegar al corazón humano.
Sientan el viento que sopla y dejen que estos elementos sean, para ustedes, un ejemplo de cómo ser un instrumento de Dios.
Sean como este viento que sopla, que proviene del Padre y llega al mundo.
Dejen que el Corazón de Dios los conduzca a donde sea más necesario.
Dejen que Él lleve sus oraciones a los cuatro puntos de este mundo.
Entreguen a este viento, que hoy sopla, sus dificultades e imperfecciones, sus limitaciones, sus errores y su pasado.
Sé que vinieron hasta aquí con la esperanza de algo nuevo, con la esperanza de encontrar un camino, de recibir una Gracia.
Sé que muchos vinieron hasta aquí sin saber por qué, impulsados por el corazón sin la comprensión de la mente.
Ahora que llegaron, hijos, dejen que el viento sople y los purifique.
Entreguen sus aspiraciones y sus miedos, sus incertidumbres y sus dudas.
Pidan al Padre que este viento sople y cruce fronteras, que no tenga límites, que llegue a los corazones que más lo necesitan y que son muchos, desconocidos y solitarios, en los cuatro puntos de este mundo.
Reciban, con este viento, la Gracia de Dios, la Presencia de Su Santo Espíritu que se prepara para llegar a la Tierra el día de Pentecostés.
Que este Espíritu los prepare para algo mayor.
Sepan, hijos, que sus vidas son preciosas para Dios, que hay un pensamiento perfecto que proviene del Corazón del Padre para cada uno de ustedes.
Y hoy Yo vengo a llamarlos para manifestar ese pensamiento.
Vengo a invitarlos a que hagan de sus vidas, vidas al servicio de Dios.
Que sus oraciones sean para el prójimo, para los Reinos, para el establecimiento de la paz en la nueva humanidad.
Dejen que el Soplo Divino los purifique de sus ansiedades, vanidades y curiosidades.
Que su simple Presencia les revele aquello que deben saber.
El Espíritu Santo no se manifiesta como un concepto en la mente. Su Presencia es inexplicable, solo puede ser vivida y experimentada. Sus Dones se hacen visibles de una forma que la mente no puede comprender o explicar.
El Espíritu de Dios está solo dentro de los hombres, porque así fue en el principio y así deberá ser en el fin. Por eso, este Santo Espíritu se aproxima a la Tierra y hoy golpea a la puerta de sus corazones.
Que Aquello que les es un misterio sea vida.
No piensen en el Espíritu de Dios, vivan en el Espíritu de Dios. Eso se hace abriendo el corazón, rindiendo el propio espíritu, la mente, el cuerpo y el sentimiento para que se tornen algo nuevo, para que se conviertan en aquello, hijos, que ustedes deberían ser desde el principio.
Hoy el Espíritu de Dios colma este lugar.
Sientan Su Presencia invisible y dejen que Él vuelva a tornar Sagrado aquello que se perdió dentro y fuera de ustedes.
No hay como explicar el Espíritu de Dios, Su Espíritu Santo, inmaculado, perfecto, parte de un Dios Único que hoy los llama a despertar.
Hoy Su Presencia se manifiesta como un soplo para que mañana descienda como un fuego y los incendie en una llama de despertar que tornará nuevos a los que abran sus corazones.
Crean en esta Gracia, en esta Presencia Divina.
Hoy Dios les concede algo especial, una oportunidad única, porque lo necesitan.
Ustedes se distrajeron mucho tiempo con las ilusiones de este mundo.
Sus Espíritus están sedientos de cumplir la propia misión y esa misión, hijos, no es para que ustedes sean héroes en un mundo de caos, es para que den lo mejor de sí en un mundo que se pierde, es ser una luz sobre la mesa cuando la casa de esta tierra esté oscura.
Su mayor misión es ser verdaderos, transparentes, amar al prójimo como a sí mismos y a Dios sobre todas las cosas.
Y respetando y viviendo estas Leyes, todos los misterios les serán revelados. Respetando y viviendo esta Ley, serán dignos de conocer las otras que caminan atrás de la Ley Primera que es el Amor.
El Amor es la puerta hacia los mundos superiores, hacia las dimensiones que ustedes desconocen porque están ocultas delante de su ignorancia, pero no siempre será así porque llegará el tiempo, el momento y la hora de despertar.
Conociendo la condición humana, el Espíritu de Dios se hace presente y sopla dentro de los corazones que saben decir "sí" para auxiliarlos, así, en este despertar, en esta vivencia del amor que vinieron a manifestar en el mundo.
A lo largo de los siglos y en toda la evolución humana, el Espíritu de Dios se hizo presente entre los hombres para despertarlos y para recordarles que era el momento de vivir algo nuevo.
El Espíritu de Dios se manifiesta cuando los ciclos deben cambiar, cuando la humanidad necesita de un impulso para renacer, y ese momento llegó.
Por eso, abran sus corazones y sientan al Espíritu de Dios que despierta dentro de ustedes aquello que deberían manifestar desde el principio, porque recibieron del Padre el Don para hacerlo.
Lo que el Espíritu Santo hace con Su Presencia es tocar, dentro de ustedes, aquello que está adormecido para que despierte.
Ustedes viven en este mundo expresando algo que no son y mantienen desconocido aquello que es real.
Por eso, el Espíritu de Dios llega al mundo, sopla el polvo que cubre, dentro de ustedes, la verdad para que la puedan ver.
Soplará el Espíritu de Dios, día y noche, preparando el fuego que proviene de Su Corazón y que enciende a las almas definitivamente.
Den honra y gloria al Espíritu de Dios y a Su Presencia.
Alegren sus corazones delante de Él y no teman ser nuevos, ser otros, ser verdaderos. No teman pedir perdón para liberarse del pasado y perdonarse a sí mismos para que no guarden, dentro de sí, los propios errores.
No teman expresar el Amor y arriesgarse a decir "yo Te amo" al Padre, así como a todas las criaturas.
Amen a Dios, que está presente en todas las cosas y, aunque no conozcan el Amor y no les parezca verdadero cuando digan "yo Te amo", díganlo igual porque esa verdad, poco a poco, despertará en sus corazones.
Yo los llamo "hijos" porque los amo como un padre ama a su hijo.
Yo no soy el Supremo Padre que está en los Cielos, pero Yo los amo en el nombre de Él, así como Él los ama, porque así Él me lo enseñó.
Dejen que ese Amor despierte en sus corazones y amen al prójimo como a sus hijos, amen a los niños de la guerra y a los que padecen con las ilusiones, amen a los jóvenes perdidos y a aquellos que están desamparados en las calles de este mundo.
Amen, como si fueran sus hijos, a aquellos que hoy los ignoran o los odian.
Amen, como si fueran sus hijos, a aquellos con los cuales ustedes no tienen afinidades y en lugar de juzgarlos constantemente, compréndanlos y ámenlos como un padre y una madre aman a sus hijos y comprenden sus caminos y sus elecciones, dándoles siempre el ejemplo, pero rindiéndose cuando no los pueden transformar.
Ustedes, hijos, no transformarán a todas las cosas de este mundo por sí mismos.
Su misión no es obligar a las personas a ser diferentes; pero sí dar el ejemplo, comprender y amar por encima de todas las cosas.
No participen del error ajeno. Siempre estén allí dándoles un ejemplo diferente y cuando erren, alégrense de ver el ejemplo del prójimo que les muestra un camino que no podían ver.
En Mi Presencia, que el Espíritu de Dios despierte, en sus internos, el Don de la humildad para que les abra el camino para aprender sobre el Amor.
Con estas palabras simples, en esta Presencia Grandiosa, Yo los bendigo y les digo que siempre estaré aquí porque los amo como un Padre ama a sus hijos.
En la presencia del Relicario de Mi Casto Corazón, retiro de él un recuerdo que viví en los planos espirituales porque Dios me concedió esa Gracia y en ese instante, por la Potestad de Mi Hijo que era el Hijo de Dios, fui consagrado Padre y Sacerdote para dar a las almas la Gracia que Él me había dado.
Yo elevé, junto con Él, aquella Copa como Él me enseñó, así como lo hago hoy, bendiciéndola, junto con Dios para que se transformara en Su Sangre.
También elevé aquel pan junto con Mi Hijo, el Hijo de Dios, así como lo hago hoy, bendiciéndolo delante del Padre que contempla a todos los Sacerdotes, a todos aquellos elegidos por Él para traer el Cielo a la Tierra, y este pan se convirtió en Su Cuerpo.
Hoy también bendigo esta agua como símbolo de la máxima Misericordia que brotó del Costado de Cristo cuando Él estaba en la Cruz.
Beban de la sangre y del agua para que la Misericordia se haga carne dentro de ustedes y para que, de esta forma, sean misericordiosos.
Este recuerdo, que hoy irradio desde el Relicario de Mi Corazón, ingresa en estos elementos y los transforma, porque esta es la Voluntad de Dios en este momento.
Alégrense y regocijen sus espíritus en el Espíritu de Dios.
Entreguen a Él sus tristezas, enfermedades y dificultades en todos los niveles, para que Él los cure y les enseñe a vivir en paz, a multiplicar la paz y a llevarla al mundo.
Contemplen este humilde Relicario, no para adorarlo, sino solo para encontrar en él un Puente hacia Dios, para entregarle, a Sus Pies, sus imperfecciones humanas y encontrar aquella semilla del nuevo hombre que habita en sus corazones.
Por eso, consagré este Relicario junto con Dios, para que Él los ayude a alcanzar aquellas cosas que les son imposibles, así como Yo las alcancé cuando era imposible para mí trascender la condición humana.
Con esta Gracia, nuevamente los bendigo y les agradezco.
Eternamente les agradeceré porque, en medio de una humanidad ciega, sus corazones están despertando, sus ojos se están abriendo y el Espíritu de Dios podrá vivir dentro de cada uno de ustedes.
Agradezcan, Conmigo, al Padre por todo lo que Él les da.
Les dejo Mi Paz y Mi Gracia, la Gracia que Dios le concedió a Mi Corazón.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Yo les agradezco.
Mientras Yo me elevo a los Cielos, canten la canción del Relicario de Mi Corazón y dejen que Él se irradie, que irradie sus Dones junto a los Dones que provienen del Espíritu del Padre que llega al mundo en esta mañana.
Recuerden a los niños en las guerras, recuerden a las madres que perdieron a sus hijos, recuerden a los hombres y a las mujeres que se rinden a la manifestación del caos y del terror.
Clamen por Misericordia sin importar los errores que la humanidad comete. Lo que más importa en este tiempo es que se arrepientan y que existan siempre aquellos que clamen, en Su Nombre, por una nueva oportunidad.
Que los Dones del Relicario de Mi Corazón traspasen sus corazones y a través de ustedes, que son parte de la humanidad, lleguen a todo este planeta.
Yo les agradezco y les agradeceré siempre.
Si el Padre, que está en los Cielos, se recoge en Su Silencio, también Su Hija y Sierva lo acompañará, así como todos los ángeles de la guarda.
Ese silencio es el único ejercicio de premeditación ante los acontecimientos que se avecinan.
Ese silencio habla en lo profundo de las consciencias, especialmente de aquellos que defraudaron el Plan de Dios y fueron muy injustos.
Ese silencio hará descender una justicia desconocida sobre el mundo y sobre aquellas almas que, con desprecio, tentaron a la ira de Dios.
El motivo de ese silencio hablará en el corazón de los humildes y fortalecerá el espíritu de los pacificadores.
Nada de lo que ha sucedido quedará sin Justicia, por el contrario, ahora, en este momento, los ángeles del Juicio serán los que actuarán según lo indicado por el Padre Eterno, al haber un gran desequilibrio por el fraude de aquellos a los que antes se les había confiado el Reino.
El Padre sabe que el ser humano es débil, pero también sabe que puede ser sincero y justo, a pesar de los pecados, y cuando ambas situaciones se contraponen debido a la voluntad del ser humano, se debe aplicar la Ley de la Justicia Divina y solo nos restará rezar para que sea suave y justa.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María Rosa de la Paz
Coloca tu mirada en Mi Corazón para que encuentres el Universo de Mi Paz.
En este día Yo soy la Señora del Monte Carmelo, la que cuida de la vida religiosa y también de la evolución de las almas.
Por eso hoy he venido con el Reino de Mi Paz, para que tú te animes a ingresar a él y sentir, en confianza, tu verdadero origen.
Esta es la Casa del Padre, en donde todo se crea y se recrea.
Este es el plano y la dimensión en donde todo existe y nunca nada está separado; porque aquí, en este lugar, surge la Fuente Primordial desde donde todo este Universo que fue creado proviene, desde el momento en que el Padre emitió Su Pensamiento y Su Sentimiento de Amor para que todo existiera, así como también Sus criaturas, tan semejantes a Su Consciencia Divina.
Es de este Cielo Superior desde donde hoy provengo como Madre y Señora del Monte Carmelo, para fortalecer la espiritualidad de las almas.
Hoy Me muestro así, ante sus ojos internos y ante sus corazones, para que puedan ver que existe algo mayor y que para muchos es desconocido.
En este lugar también está Cristo, vuestro Señor, vuestro Maestro y Soberano.
Desde allí Él rige con las Leyes del Padre los Universos y los comanda, para que existan la fraternidad, el amor y la unidad.
En este Cielo no todos pueden entrar, pero existen otros Cielos que están abiertos para recibirlos.
Les muestro este Cielo del cual hoy provengo, porque es hacia donde llevaré a los que Me he aparecido a través de esta Obra, para que junto a Mí, y en el próximo mundo que no será material, Me sigan sirviendo y sigan respondiendo al llamado, que no solo es por la humanidad futura, por la próxima humanidad, por la próxima raza, sino por todo lo que vendrá después, para este Universo y más allá de él.
Cada una de las almas tiene un lugar en el Cielo que debe conquistar con su sacrificio, con su entrega, con su renuncia, y sobre todo, con la oración.
Si no existen estas bases en sus vidas, ¿cómo podrán ingresar hacia esos Cielos, donde su vida espiritual e infinita continuará junto a los ángeles bienaventurados, junto a los Sagrados Corazones, que desde ese lugar claman al Padre por una Gracia mayor para la humanidad?
Aunque para muchos parezca que en esta vida material muchas cosas no tienen sentido, o no tienen importancia de ser vividas o experimentadas como sacrificio y entrega, hoy les digo, queridos hijos, que todo eso tiene mucha importancia para Dios; porque es el testimonio y la forma de que paguen sus deudas del pasado, y que a través de la Divina Misericordia que surge de esa Fuente Primordial, pueden ingresar en el próximo mundo a los Universos que hoy les ofrezco con tanta misericordia, gracia y amor.
Hoy, todo lo que rodea Mi aura celestial es sublime e infinito, es cósmico y superior, porque en ese lugar se vive la igualdad, la justicia, la hermandad y el equilibrio.
Todo está en su lugar para que pueda despertar y evolucionar, así como Dios lo piensa y lo siente. Solo que el mundo y la humanidad está con su mirada hacia otras cosas, y el tiempo de la definición se aproxima, y dependerá de cada uno de Mis hijos que puedan dar ese gran paso hacia su misión espiritual y hacia su camino, que continuará en las estrellas.
Mientras tanto, vengo hacia ustedes a llamarlos, para que Me sigan en confianza y fe, porque de esa forma en los planos internos podré llamar a toda la humanidad, y sobre todo, a la que está más dormida y lejos de Dios, sin conocer el verdadero amor, la verdadera existencia, y el verdadero sentido de estar encarnados en este tiempo, y en este ciclo final.
Todas las pruebas que vivan los fortalecerán.
Todas las dificultades que experimenten los harán crecer, para que puedan encontrar el camino y el sentido de estar respondiendo a algo mayor y sublime.
Desde este lugar de donde hoy provengo, desde uno de los siete Cielos del Creador, vengo a llamarlos para que puedan ampliar la consciencia de su caridad y servicio para con los demás, porque es necesario ayudar a un mundo que sufre y que agoniza, día a día.
Vengo a enseñarles a generar, a través de los buenos ejemplos y no de las resistencias, los méritos necesarios para poder ingresar hacia los Universos que Dios tanto espera en el próximo mundo.
Adquieran prontamente un espíritu de caridad y de servicio para con los demás, y aprendan, en estos tiempos, a cuidar de la Obra de Dios en todos los detalles, porque cada cosa que hagan en este tiempo influenciará mucho en el Plan.
Ayuden a que el destino de este Plan se cumpla como está pensado.
Ayúdense a ustedes mismos para que pueda concretarse el Plan.
En este Universo del cual hoy provengo suceden muchas cosas que son desconocidas para la humanidad consciente.
Aquí se guardan proyectos, ideas y tesoros que emana el Creador directamente de Su Fuente, de forma permanente y continua.
De lo que les hablo son los designios que nacen de Su Corazón Eterno, para que en todas las manifestaciones de Su Creación se puedan cumplir, y las almas finalmente conozcan la esencia del Amor, que en este tiempo deben conquistar con esfuerzo y sacrificio.
Eso, al menos, por tan simple que parezca, hará de esta humanidad una humanidad redimible; generará una posibilidad para que nuevas Leyes del Universo puedan actuar en un mundo infernal e indiferente.
Pero a pesar de todo, queridos hijos, Mi Corazón es incansable, Mi paciencia es infinita y Mi propósito por ustedes es aún mayor, y trabajo por ello.
Quisiera que Mis palabras no pasaran, como han pasado otras palabras u otros mensajes.
Necesito que interioricen Mis mensajes y que puedan comprender, a través de sus corazones, todos los símbolos que Yo les revelo, porque de esa forma estarán conscientemente preparados para poder ver las señales que el Universo mostrará en poco tiempo.
Y a pesar de eso, el planeta no dejará de sufrir.
Necesito que Mis siervos y que los apóstoles de Cristo correspondan a cada necesidad que se presenta en estos tiempos, por más simple que parezca. Si no lo hacen, queridos hijos, no estarán creciendo interiormente sino que se estarán estacionando evolutivamente.
Y ustedes deben seguir creciendo para poder abrazar nuevos principios y nuevos propósitos que Dios les mostrará en los próximos años.
Sus vidas, ya no son sus vidas; sus caminos, ya no son sus caminos; sus decisiones, ya no son sus decisiones.
Aprendan a ser en Cristo, para que Él pueda estar en ustedes, y así, actuar. Y tengan consciencia, discernimiento y sabiduría para no equivocarse, ni errar.
Los invito a ser celadores de un Propósito desconocido.
Los invito a ser columnas de una Obra infinita, que no solo comienza y termina en una aparición, en un mensaje, o en una liberación de una región, de un país, de un pueblo, de un sufrimiento, o de una cultura.
Necesito que con las bases de instrucción que han recibido en los últimos treinta años y en los últimos tiempos, puedan actuar así como Dios lo necesita.
La exigencia será mayor, pero el consuelo será muy grande.
Mi Corazón Inmaculado será la fortaleza de los consecuentes, de los que dicen "sí", sin pensarlo tanto, y de los que responden espontáneamente, sin ninguna resistencia a vivir lo nuevo, lo renovador y lo transformador.
Quisiera que acogieran en sus corazones los Designios de Dios, así como Mi Corazón Inmaculado los acoge en esta hora, como la Sagrada Señora del Monte Carmelo, que vuelve a entregarles el símbolo del escapulario de la paz, para que las almas puedan tener sobre sus cuerpos la unión entre el Cielo y la Tierra, entre Dios y las almas, entre este Universo y el Paraíso.
Vengo así, hijos Míos, a prepararlos para un tiempo en el cual solo podré observarlos.
Vengo para que maduren rápidamente, que puedan sentir y comprender lo que vivirán en el futuro y que tengan como fortaleza para las pruebas que llegarán los misterios del Infinito, del Universo que los aguarda y los aguardará siempre, porque ellos son sustentados por la Fe y la Esperanza del mismo Dios, su Padre Creador.
Vengo a prepararlos para un tiempo en el cual Mi voz ya no resonará sobre el mundo, pero el eco de Mis palabras deberá estar dentro de ustedes.
Todo lo que les dije a lo largo de estos años y de los años que vendrán, debe quedar impreso en sus consciencias y reflejarse en sus vidas como acciones puras y simples, de corazones que están despiertos para cumplir el Plan de Dios.
Hoy los coloco delante de un portal que la humanidad desconoce, porque los corazones están mucho más dispuestos hacia las cosas del mundo, que para los Misterios de Dios.
Por eso vengo hasta aquí, para renovar la fe de la humanidad, para renovar su compromiso con el Plan Superior, para renovar la espiritualidad de este mundo, que está tan degenerado, por los pocos Principios Divinos que aún resuenan en los corazones.
Vengo, hijos, para renovar las religiones, para renovar las almas en una unidad con Dios, con Su Plan; para retirar de los templos y de las iglesias la voluntad humana, para que reine, finalmente, la Voluntad Divina, como debería ser desde el principio.
Vengo para ayudar a retirar del templo de sus corazones su propia voluntad, para que reencuentren el propósito que los hizo llegar a este mundo.
Y es con las cosas simples, hijos Míos, aunque puras y verdaderas, que conseguirán cumplir con lo que les pido y vivir lo que les digo.
Muchos quieren encontrar los Misterios Celestiales solo con el rebusque de la mente, pero se olvidan de la simplicidad del corazón, de construir este camino con los escalones de una oración verdadera, del servicio al prójimo, de la comprensión de las miserias de sus hermanos, para curar, en sí, lo que esperan ver curado en el otro.
Este Reino sublime que hoy tienen delante de sus ojos es solo uno de los muchos Reinos que están disponibles para que el corazón humano ingrese.
Pero ese corazón no puede estar impuro, debe curarse, para expresar aquel pensamiento perfecto que Dios emanó al crear Sus criaturas, Sus hijos, que deberían ser la esperanza para la evolución universal.
Este proyecto es un gran desafío para la Consciencia Divina; tanto como lo es para cada uno de ustedes. Pero acuérdense, hijos, que si la Esperanza de Dios aún está sobre la humanidad, y aún en silencio Sus Ojos continúan colocados sobre el mundo, aún está al alcance de cada uno de ustedes vivir esta pureza de la cual les hablo, y esta verdad que les presento.
Hoy vengo a preparar sus espíritus para una misión más amplia, más profunda, en la cual conduciré la consciencia humana a Universos desconocidos.
Pero para eso, hijos Míos, necesito que comprendan y que vivan, definitivamente, los primeros pasos de su consagración al Plan Divino.
Quiero llevarlos a Universos Superiores, a realidades mayores, para que la humanidad ya no esté ignorante de lo que es real.
Por eso preparo hoy sus corazones, por eso les revelo y les anuncio los símbolos que se manifestarán en el futuro, para disipar la incredulidad de los corazones y que puedan guiar a otros en el momento en que todo acontezca.
Confíen en Mis palabras y esfuércense para despertar la fe, la simplicidad y la humildad en sus espíritus.
Si tan solo oraran conmigo, la misma oración de sus corazones, unidos al Mío, los libertará del pasado que aún los oprime y les impide vivir lo que les hablo.
Hoy, hijos Míos, como Nuestra Señora del Carmelo, Nuestra Señora del Monte Carmelo, Señora y Madre de todos los espíritus consagrados, concedo una Gracia especial a todos Mis hijos religiosos de este mundo, para que puedan liberarse de los atavismos del pasado y que su consagración sea verdadera; para que todas las cofradías, monasterios, conventos, templos, de verdadera unión con Dios, se tornen esas columnas de luz que sustentarán el mundo, y que allí se viva la Verdad y no la mediocridad humana.
De esa forma, hijos, hoy les pido que se unan a Mí, en una oración verdadera, por la consagración de la humanidad; para que los corazones estén listos para que, en un futuro próximo, encuentren a Cristo, cara a Cara, sin culpas y sin miedo, por no haber ehcho lo que Él esperaba de Sus compañeros.
Prepárense y esfuércense, para que su Señor los encuentre cristalinos, perseverantes en su meta y dispuestos a despertar el amor que hace valer cada gota de Su Sangre derramada en la Cruz; que hace valer cada Sacrificio Suyo que se hizo eterno, a lo largo de los siglos, en el Universo y que hace valer Su Retorno a la Tierra para enfrentar el mal con la potencia de Su Amor y rescatar los corazones humanos.
Dejo para ustedes este mensaje como una preparación para lo que vendrá, en poco tiempo.
Todos los símbolos posibles son revelados, para que la humanidad tome consciencia y de el paso.
No sientan frustración por lo que no pueden hacer.
Sientan alegría y júbilo por lo que son llamados a vivir en estos tiempos, sabiendo que el beneficio de su sacrificio y entrega, de su renuncia y de su donación, es para los demás; para los que son desgraciados por no tener la Gracia de Dios, como ustedes así la tienen, y deben cuidar, preciosamente, a cada momento y sin abusar de ella, porque todo esto es parte de un misterio del cual ustedes participan, y que proviene de este Cielo Mayor que hoy les traje para que conocieran, en simplicidad y amor.
Que sus ojos se puedan abrir a lo que deben descubrir de ustedes mismos y seguir transformando, con valentía y sin miedos a enfrentarlo, porque la fuerza de Mi Divino Espíritu siempre los ayudará.
Siempre estoy fuera, frente a la puerta de su mundo interno para poder ingresar; solo les pido que la abran para que Mi Luz y Mi Maternidad todo lo pueda transformar.
Que el Señor escuche nuestras súplicas por una humanidad futura.
Que los Reinos de la Naturaleza puedan ser restaurados.
Que el planeta, como consciencia, alcance su evolución y que los mil años de paz finalmente desciendan, para que las almas vivan en el gozo de encontrar a Cristo, en su interior.
Que nadie pierda la oportunidad de vivir este misterio.
Que los no redimidos se puedan redimir pronto, y que los que ya se redimieron puedan avanzar, sin tener miedo de perder el control, el poder o su propia soberanía.
Que las riendas y las amarras del pasado sean liberadas.
Que los apóstoles que son autoconvocados puedan caminar libres hacia el portal del infinito, en donde los espera, en el otro lado, una nueva etapa, que será preparar el Retorno de Cristo.
Que sus labios nunca se cansen de orar.
Que sus mentes nunca se cansen de elevar.
Que sus sentimientos sean cada vez más puros y que permitan que la Luz Divina pueda ingresar, para que cada partícula, cada átomo y cada célula se transfiguren, en Cristo.
Les agradezco por responder a Mi convocatoria y desde las puertas del Castillo Interior en Ávila, los bendigo y les doy la Paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Madre María Shimani de Montserrat:
Vamos a recibir a nuestra Madre, cantando “Virgen Madre”.
Ahora, vamos a escuchar treinta y tres campanadas. A través de ellas, nuestra Madre va a irradiar al planeta y nosotros nos uniremos internamente a Ella con total devoción.
Hoy, he venido en nombre del Espíritu Santo a bendecir la Fuente, pero eso será al final de dar Mi Mensaje.
Queridos hijos, hoy quiero agradecerles por estar un día más en el Reino del Padre. Eso significa, hijos Míos, que muchas almas están siendo ayudadas, no solo a través de la oración del Rosario, sino también de todas las oraciones. Mi último pedido, en este día, es que sigan orando con ese objetivo.
Las almas y todo lo que es vida están siendo tocados por la contemplación de Dios. Muchos nudos ahora ya no están más. Esto significa, queridos hijos, que hay que seguir adelante sin detenerse. Yo necesito de ustedes hasta el último momento.
Queridos hijos, una buena madre no reta, educa.
Sonrían, porque ustedes son como el pequeño Niño Jesús, que caía y lo levantaba del suelo muchas veces. Sepan que Mi educación es eterna para ustedes. Por eso, deben tener paciencia Conmigo. A algunos los deberé tomar de las manos y otros se deberán tomar Mi Manto, porque si no están Conmigo en este tiempo, la Luz no los podrá guiar.
Sepan que Yo los quiero llevar hasta Mi Hijo, verdaderamente. Todo lo que les enseño es importante para sus vidas. Por eso, cada día, deben comenzar de nuevo y no perder la esperanza al caer; sino que deben levantarse.
Necesito de ustedes hasta los últimos momentos, por eso, hoy se lo repito.
Decía que muchas de las almas están siendo ayudadas en diferentes partes de este mundo, eso significa que sus oraciones están siendo tomadas en cuenta por Dios.
Hoy, vengo hasta aquí, como vine ayer, como la Señora de las Gracias. Eso es lo que está necesitando la humanidad para encontrar la paz. Si claman por Mi Gracia encontrarán la paz.
Hoy, quiero decirles que Mi Hijo está alegre por ustedes y por sus pequeños esfuerzos. Necesito que ustedes continúen con esa meta, para seguir en Mi camino.
Hoy, les traigo un pedido especial de oración. Ayer les dije que es importante contemplar los Reinos y hoy, les digo que es importante contemplar las diferentes razas. Todas son una para Dios, solo que aquí en la Tierra, están separadas.
El único color que existe en ustedes es la esencia blanca de su corazón. Mi pedido es orar por todos Mis hijos indígenas. Muchos están perdiendo la esencia con la que han sido creados.
Quiero decirles, queridos hijos, que ellos necesitan reencontrar el camino hacia la naturaleza. Ese ejemplo que fue dado por ellos es un ejemplo para la humanidad. Por eso, como Señora de Guadalupe, llegué hasta allí para hacer ese pedido especial. Todas esas almas son preciosas para Dios, al igual que las suyas. Por eso, en este día, en el que ustedes están más conscientes, necesitan hacer algo por ellas.
Mi Reino de la Paz es una promesa para todos, pero muchos aún no creen que esto es posible; el verdadero corazón, que se introduce en el camino de la oración, lo encontrará. Por eso, deben responder a este pedido que es tan necesario para Mi Corazón.
Coloquen sus manos hacia lo Alto y pidan a Dios por esos hermanos. Oren, oren por ellos para que puedan ser guiados. De esa forma, queridos hijos, Yo podré interceder por ellos. Y sepan, hijos Míos, que ellos le han dado una buena lección a la humanidad: el amor por todo lo que fue creado.
Y ahora, como hijos Míos, ustedes deben ser uno con ellos, y deben ayudarlos. Cada oración que hagan, será importante para el Cielo. De esa forma, Yo podré desatar muchos más nudos y las almas encontrarán la liberación que buscan.
Quiero decirles, queridos hijos, que es importante revertir la situación en el mundo.
Recen, recen todos los días con devoción, porque sus palabras serán escuchadas.
Ahora que han comprendido Mi llamado, quiero hacerles un pedido más. ¿Recuerdan que hace poco tiempo que les hablé de Mis hijos, los indígenas?
Mi Corazón Maternal quiere llegar a una parte de esa nación, a una parte de todos esos pueblos que representan a esa gran consciencia.
¿Ustedes quieren acompañarme a realizar esa tarea?
¡Sí!
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Ella dice que sabe que nunca le vamos a decir que no, que hay una parte de nosotros que confía en lo desconocido y que sabe que lo desconocido es la esencia de la fe.
Queridos hijos, para esa tarea necesito el permiso especial de Mis hijos de Estados Unidos. Ellos, a través de la oración, han abierto una puerta para que esto suceda. Eso significa, queridos hijos, que Mi Corazón, una vez más, está intercediendo.
A todos Mis hijos de Estados Unidos los espero en Venezuela para ayudarme en esa tarea. Si Me dan su sí, Yo podré visitar a todos Mis hijos de Paraguay, el próximo mes.
Pero como ustedes están bajo una ley, que conocen muy bien, necesito de su sí para poder interceder.
Mi Corazón ya está caminando hacia esa nación. Eso quiere decir, queridos hijos, que los encontraré en Paraguay el próximo mes y encontraré a Mis hijos de Estados Unidos en Venezuela en octubre.
Sepan, hijos Míos, que esta es una intercesión especial por todos esos pueblos. Mi Manto se extiende sobre todos y Mi Manto debe llegar a todos. Y si siguen Mis pasos, estarán siempre con la llama interior encendida.
En este día que termina, solo quiero darles las gracias por todo lo que ha acontecido durante estos días.
Quiero, en este momento, hacer una oración especial por una hija que una vez estuvo aquí, en Mis Brazos.
Oremos por ella.
Sangre y Agua,
que brotaste del Corazón de Jesús,
como fuente de Misericordia para nosotros,
yo confío en Ti.
Amén.
(14 veces)
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nuestra Señora dice, en este momento, que va a llamar a una hija que representa a la nación de Brasil, que va a orar con nosotros por la consciencia indígena de ese país.
Deben amar cada Palabra que expreso, porque son Palabras finales.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
La Señora dijo que está en silencio, esperando que nuestros corazones se aquieten.
Ha llegado el momento de que la humanidad crezca de forma consciente y madura. Eso evitará que Mis hijos se desvíen del camino.
Este es Mi último llamado.
Madre María Shimani de Montserrat:
Nuestra Madre pide que la hermana Janete, que frecuentaba Figueira, venga hasta aquí, por favor.
Mantengan la concentración, queridos hijos, porque aún estoy presente.
Es necesario que estén en paz y es necesario que crezcan desde el corazón, porque así estarán en la Sabiduría de Dios.
Vamos a orar por todas esas consciencias, por todos esos hijos que necesitan de Luz.
Ahora, coloquen las manos en señal de oración. Oraremos por esos hijos Míos.
Oración: Ave María (en portugués, 4 veces).
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nuestra Señora dice que vamos a orar cada Ave María y Ella nos va a indicar la intención de cada una.
Queridos hijos, ahora oremos por las comunidades de Amazonas.
Oración: Ave María (en portugués, 1 vez).
Ahora oremos, queridos hijos, por las comunidades del sur de Brasil.
Oración: Ave María (en portugués, 1 vez).
Ahora, queridos hijos, oremos por las comunidades de Chile.
Oración: Ave María (en portugués, 1 vez).
Ahora, queridos hijos, oremos por las comunidades de Argentina.
Oración: Ave María (en portugués, 1 vez).
Ahora, hijos Míos, intercedamos por las comunidades de Paraguay y de Bolivia.
Oración: Ave María (en portugués, 1 vez).
Queridos hijos, pidamos a Dios por las comunidades de Perú y de Ecuador.
Oración: Ave María (en portugués, 1 vez).
Intercedamos ahora, por las comunidades de Colombia y de Venezuela.
Oración: Ave María (en portugués, 1 vez).
Y pidamos, de corazón y de forma especial, por las comunidades de América Central.
Oración: Ave María (en portugués, 4 veces).
Mis queridos hijos, les agradezco y los bendigo.
Ahora, bendeciremos la Fuente, la Fuente de la Paz de Dios. Toda bendición debe ser hecha con alegría, alabando al Creador.
Queridos hijos, cantando, peregrinemos hacia la Fuente. Allí los esperaré.
Madre María Shimani de Montserrat:
Nuestra Señora nos pidió que fuéramos caminando despacio, hacia la Fuente, y que todos nos colocáramos a su alrededor. Vamos a ir cantando, un cántico que entonamos mucho aquí en Aurora, que se llama “La Fuente”.
Todos vamos a escuchar y es fácil de aprender. Vamos a salir primero los que estamos aquí y después ustedes nos van a seguir, cantando y sin conversar.
Canción: “La Fuente”.
Oración: “Ave María” (en español).
Queridos hijos, este momento ya estaba guardado desde hace mucho tiempo en Mi Corazón.
Queridos hijos, hoy bendigo esta Fuente, como bendije tantas otras en el mundo y también bendigo sus fuentes internas.
Les quiero dedicar un pedido especial, una oración a Dios.
Cierren sus ojos.
¡Gracias por responder a Mi llamado!
¡Gracias por estar Conmigo durante estos días!
Canción: “La Patrona”.
Madre María Shimani de Montserrat:
¡Gracias, Madre de Dios, por cuánto nos das!
Nos vamos a acercar hasta el Jardín de María para poder hacer el relato y que todos puedan escuchar; porque, además, vamos a cosechar las naranjas de los árboles del Jardín de la Madre para entregarles a cada uno. Esas naranjas ya están bendecidas por nuestra Madre.
Canción: “Madre Divina”.
Madre María Shimani de Montserrat:
Ahora, vamos a hacer un breve relato de todo lo que ha pasado y a tratar de transmitir con claridad la pauta que la Madre pidió, para que podamos colaborar en trascender esa situación que la consciencia indígena tiene en nuestro planeta. En lo que vamos a estar todos unidos, trabajando en estos próximos meses.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Estamos tratando de recordar el momento, porque fueron muchas cosas las que acontecieron y a veces muchas de ellas no quedan grabadas en la memoria.
Hoy, como la Señora anunció, vino como Nuestra Señora de las Gracias, igual que ayer.
Hoy, Nuestra Señora apareció frente a nosotros y después se colocó sobre los hermanos del monasterio.
Y cuando Ella hizo la tarea por la consciencia indígena aconteció algo importante.
A medida que la Madre iba pronunciando el nombre de cada país, iba llegando a cada nación y, de una manera más amplia, nos mostraba cómo numerosos hermanos de la consciencia indígena estaban necesitando de mucha ayuda.
Ella nos contaba internamente que lo que esos hermanos dejaron en el planeta como legado fue algo muy importante en la historia de la humanidad.
Cuando Ella nos preguntó si aceptábamos la tarea en Paraguay, aconteció otro movimiento.
Ella esperó, silenciosamente y ante el Padre, nuestro sí. Cuando dijimos que sí, el plan se actualizó de forma diferente.
Sinceramente, Ella estaba clamando por Sus hijos de la consciencia indígena.
Entonces, finalmente llegó el momento en el que nos pidió que nos acercáramos a la Fuente, y por un lapso de tiempo Ella desapareció y luego volvió a aparecer sobre la Fuente.
Ahí, Ella nos pidió que oráramos el Ave María y, en ese momento, apareció rodeada de un coro de ángeles más numeroso que las personas presentes, y que cantaban alabando a Dios.
En ese momento, Ella llevaba un velo blanco, una túnica rosa y un manto celeste.
Entonces, abrió Sus Manos hacia abajo, irradiando Luz. En ese momento, Ella comenzó a hablar con el Padre, y lo que repetimos como oración fue lo que Ella le decía.
Durante la bendición aconteció otro hecho importante. Comenzaron a caer del Cielo dos grandes llaves doradas, que eran grandes y estaban cruzadas entre sí.
Esas llaves comenzaron a descender y bajaron sobre los que estábamos presentes. Entonces, durante la oración, Ella hizo otra bendición.
Cuando los ángeles estaban presentes, rodeándola y cantando, Ella hizo otro movimiento. Comenzó a sacar muchas rosas de abajo de Su Manto y, de una forma muy alegre y desconocida, comenzó a derramar esas rosas sobre todos.
Con un gesto muy maternal y alegre, miraba con Su Rostro hacia abajo. Y, de esa forma, estaba dando un agradecimiento por toda la tarea acontecida.
Luego, comenzó a elevarse hacia el universo y, en un punto del horizonte, Ella desapareció.
Madre María Shimani de Montserrat:
A todos, muchas gracias por estar aquí.
Ahora, vamos a repartir las naranjas con la energía de nuestra Mamá. Hay para todos, por lo menos una naranja para cada uno.
Y los vamos a seguir convocando para venir a orar, como vinimos en estos días, porque realmente sucedieron cosas increíbles. Así, vayan en Dios.
Vamos a cantar: “Bendita, Tú eres”.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más