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Cura tu espíritu en la unión con Dios y descubre, finalmente, el sentido de tu vida en esa divina unión.
Hijo:
Solo hay plenitud en la unión con el Creador. No hay un sentido verdadero para la existencia humana si los corazones de los hombres no se convierten en un puente entre la vida material y la vida divina, cruzando así todas las dimensiones de la existencia y abriendo un camino para que todas las criaturas vivan esa unión.
Hoy, hijo, ves que muchos hermanos tuyos pierden la esperanza en la vida sobre la Tierra; otros caminan como si estuviesen perdidos y ciegos, sin saber hacia dónde ir ni qué buscar; y otros, por no encontrar motivos para vivir, buscan un sentido para la vida en las distracciones, en los placeres, en las drogas y en las ilusiones. Pero estas últimas almas son muy infelices y enseguida sentirán el vacío que esa vida les produce.
Si el alma no encuentra a Dios, no sabrá para qué está en este mundo, porque no hay otra razón para la existencia humana que no sea la unión con Dios, a través del olvido de sí y del amor absoluto.
Te digo eso, hijo, porque en estos días y en los que vendrán, tú podrás ser un faro que brilla en la oscuridad del mundo, señalando el camino para los que están perdidos.
Por medio de la unión con Dios y con Su Plan de Amor, nunca perderás la alegría y el estímulo espiritual para seguir viviendo, superando obstáculos dentro y fuera de ti y descubriendo un poder que no proviene de tu corazón, para que te mantengas de pie durante los tiempos de mayor caos planetario. Ese ejemplo servirá para que tus hermanos busquen la fuente que te nutre y encuentren, en la última hora, el camino verdadero.
Comprende, entonces, hijo Mío, la importancia de que te unas verdaderamente a Dios, al prójimo y a los Reinos de la Naturaleza; la importancia de que vivas estas palabras y te conviertas en un libro vivo de las instrucciones que traemos al mundo.
Porque llegará la hora en la que ya no podrán estudiar, investigar ni buscar el camino así como lo hacen hoy. Será viendo el ejemplo vivo del prójimo e imitándolo que las almas llegarán a donde deben llegar: a la paz, a la redención y a la unidad con Dios.
Te dejo, hijo, Mis últimas instrucciones de estos tiempos y no te diré otra cosa sino cómo vivirlas, porque eso ahora es lo más importante.
Tu padre e instructor,
San José Castísimo
Reverencia a los Reinos de la Naturaleza y encuentra en ellos la sabiduría y el conocimiento de toda la historia de la Creación. Los Reinos de la Naturaleza guardan en sí los principios más puros del Creador, aquella idea perfecta que fue la base de toda la vida manifestada.
Hijos:
Así como la Tierra en la cual habitan es viva y espiritualmente también sigue su evolución, de la misma forma, los Reinos de la Naturaleza también evolucionan, también guardan en sí un espíritu en evolución. Cada especie tiene una consciencia única que debería interactuar con la vida humana en colaboración mutua.
Si ustedes solo observaran el desarrollo de un árbol, por ejemplo, y dejaran que ese crecimiento se reflejara en su interior, podrían aprender y comprender mucho acerca de sí mismos y de los misterios celestiales.
Los Reinos de la Naturaleza guardan en sí el arquetipo evolutivo de toda la vida manifestada y reflejan ese arquetipo en su vida, en su forma de crecer, de buscar la luz, de donar flores, frutos, nuevas semillas, en la capacidad de renovarse y seguir donándose.
Si observan a los Reinos de la Naturaleza, hijos, percibirán que el principio de la unidad está vivo entre ellos, pues un reino depende de la existencia de otro y ellos son conscientes de eso. Ustedes percibirán que el principio de la donación de sí está vivo en ellos, pues los Reinos donan su existencia, permanentemente, en un acto de constante servicio.
La humanidad oscureció en sí el arquetipo espiritual dejado por Dios y, así, nacieron los constantes desequilibrios que ustedes viven hoy. Ahora, es el momento de reencontrar en el propio interior ese arquetipo.
No les digo que, con esto, cambiarán inmediatamente el destino físico de la Tierra, pero sí podrán aportar el equilibrio espiritual que ella necesita para comenzar a plasmar en la materia los principios divinos.
Si ustedes, poco a poco, se reintegran a la unidad con los Reinos de la Naturaleza y desenvuelven el principio de la donación de sí, de la colaboración mutua, de la armonía entre toda la vida manifestada, al menos espiritualmente, el equilibrio podrá recuperarse en la consciencia planetaria* y, de manera gradual, ese equilibrio podrá manifestarse en la materia.
Por eso, hijos, hoy les pediré que observen un poco más a los Reinos de la Naturaleza y dejen que ellos les muestren cómo retomar en sí la vivencia del equilibrio y del arquetipo divino, cómo reencontrar el pensamiento perfecto de Dios, el que quedó perdido en el interior de ustedes, esperando una oportunidad para manifestarse.
Sientan la paz irradiada por los Reinos y vivan en armonía. La vivencia de lo que les digo y sus ejemplos serán grandes herramientas de transformación del actual caos en el cual se encuentra la Tierra.
Hijos, esta no es solo una instrucción, es un llamado de aquel que sabe acerca de la necesidad de que comulguen con los Reinos de la Naturaleza para reencontrar a Dios y cumplir con Su Plan.
Su padre y compañero,
San José Castísimo
Queridos compañeros, hijos y amigos en Cristo:
Quisiera hacerles comprender que, cuando verdaderamente abren las puertas de los corazones, esas puertas se expanden hacia el Reino Celestial y no solamente sus corazones se abren en esa hora, sino también todas las puertas del Cielo, para que la Luz de Dios descienda hacia los que más la necesitan.
Cuando oren y sientan que sus corazones se expanden, entonces, hijos, en ese momento no piensen en sí mismos; piensen en el planeta y profundicen su unión con Dios. No limiten sus oraciones a las necesidades personales, tampoco permitan que esa oración les dé a conocer solo el recinto de su corazón; porque ya llegó el tiempo de que sus almas conozcan los mundos sublimes y de que sus corazones se unan al Corazón Sacratísimo del Padre, para crear un puente de salvación para la humanidad.
Durante las oraciones, no piensen más en sí mismos, en la propia cura o en la propia redención, porque cuando le pidan a Dios por la cura del planeta y por la redención del prójimo, ya estarán viviendo la cura en sí y ya estarán en el camino de la redención.
Cuando oren solos y en primera persona, oren como si toda la humanidad se encontrara dentro de sus corazones orantes. Y cuando digan: “yo”, que en ese “yo” viva el principio de la unidad; que el “yo” sea también “tú”; que el “yo” sea colmado por Aquel que Es.
Llegó la hora de que todas sus oraciones sean en pro del planeta. Llegó la hora de concretar la oración planetaria y hacer de ella su obra permanente.
Hijos, ustedes fueron llamados para ser instrumentos de Dios y ahora el Creador viene a concederles la Gracia de la unidad con Él, para que se tornen dignos y aptos para cumplir esa misión.
Las puertas del Reino de Dios se abrirán delante de sus ojos y de sus corazones, pero al entrar, manténganlas abiertas, indicando el camino para aquellos que nunca supieron cómo llegar.
Cuando todos hayan entrado y llegue su hora de entrar y de que se cierren las puertas, verán que detrás de ustedes, esperando que entren, estaba el Hijo del Hombre, el Rey Universal, Aquel que les enseña que para ser los primeros habrán de ser los últimos.
Su padre y amigo, el que los ama y les enseña a ser verdaderos instrumentos de Dios,
San José Castísimo
Hijos:
Guarden en el corazón los momentos más simples de sus vidas. Guarden en el corazón cada instante en el que Dios se hace presente y los colma. Esos recuerdos serán como bálsamos para sus consciencias y, en los momentos de mayor desierto interior, hallarán en ellos el puente para volver a encontrar a Dios.
Es por ese motivo que siempre los animo a cultivar la alegría y la simplicidad como forma de encontrar un refugio para el alma en estos tiempos.
No tengan miedo de abrir el corazón para que sean como niños, porque en estos tiempos la tensión diaria y la situación planetaria requerirán de ustedes, cada vez más, una madurez y una seriedad que muchas veces pueden endurecer el corazón.
Muchos de Mis hijos en el mundo ya no encuentran un motivo para sonreír e incluso los niños están perdiendo la alegría. Por eso les digo que den testimonio de una vida pacífica y simple, de una vida de unión con Dios.
Esos momentos de simplicidad y alegría liberarán sus corazones del peso que cargan por la actual situación planetaria y, si los viven con pureza de intención, ellos podrán ayudarlos a servir mejor y a estar aún más enteros, dispuestos al servicio con alegría.
Hoy, Mis palabras serán simples y pocas, para que el espíritu de simplicidad los impregne y nunca se olviden de que, a pesar de toda la tensión del mundo y de la misión que deben cumplir como humanidad, nunca deben perder la sencillez.
Les dejo Mi paz y Mi paternidad.
Su padre y amigo,
San José Castísimo
Hijo:
Entra en contacto con lo más íntimo y verdadero de tu ser, con tu esencia divina, ese núcleo de luz que habita en tu interior.
La esencia es lo que primero surge en la creación de los hombres.En ella está el principio de la renovación permanente. Si las almas mantienen el vínculo con el Creador, la esencia nunca perece y no se apaga.
La esencia representa la filiación con Dios. En ella se guarda lo que el Padre pensó para ti. Por eso, hijo, no te contentes con la vida en este mundo ni con lo que ella ofrece. No limites tu existencia a la experiencia que vives sobre la Tierra. Si buscas tu esencia, allí encontrarás todo lo que necesitas para descubrir la vida superior y para saber lo que el Creador de todas las cosas espera de ti, con lo que deberás contribuir con el Plan Divino.
La esencia es la puerta al Cosmos; es donde la realidad individual de cada ser se une a la realidad del Infinito y, a partir de esa unión, descubres que la unidad siempre existió y que es un principio inalterable del Creador. La diversidad es solo el vehículo para la manifestación de la grandeza de Dios, en Sus innumerables faces. De la misma forma que un Único Dios se expresa en Tres, Su Creación es infinita y, al mismo tiempo, única. Este misterio, como tantos otros, lo develarás conociendo la propia esencia.
Hijo, te digo esto porque la esencia es la puerta para las Leyes superiores; es la posibilidad que tienes de recibir de lo Alto las fuentes de energía que provienen del Padre Creador y que te colocan en una vivencia que trasciende las leyes comunes de este mundo.
En un tiempo de pruebas totalmente desconocidas para la humanidad, como también para todo el universo, tu ser deberá reconocer y acceder a formas, hasta ahora desconocidas, de mantener su equilibrio y, así, el equilibrio interior de muchos.
El primer paso para experimentar otras leyes es conocer tu esencia y reconocer que eres mucho más que un cuerpo tridimensional con emanaciones mentales y sentimentales.
Vendrán pruebas desconocidas que requerirán de todos herramientas que hasta hoy desconocen, para que puedan superarlas. Trata de profundizar en lo que te digo, ingresando en tu esencia.
Aquel simple acto de orar que te enseñamos en el comienzo de todo, cuando se profundiza y se perfecciona te llevará a descubrir esos misterios.
Comprende ahora, poco a poco, hijo, cómo se construye el Plan Divino, cómo y para qué se forman las almas.
Tu padre, instructor y guía,
San José Castísimo
Clama por misericordia para este mundo, porque si tus pequeños ojos pudiesen ver la realidad de las almas y de los Reinos de la Naturaleza, tu clamor sería como el aire, sin el cual no puedes estar vivo.
Hijo:
Clama por la consciencia del planeta y siente en tu corazón que este mundo en el cual vives no es solo una esfera de tierra y de agua, suspendida en el universo. Este planeta posee un espíritu, una consciencia que lo sustenta y que renunció a estar en otras evoluciones en el cosmos infinito para sustentar a la Tierra en la cual colocas los pies.
El planeta vive y siente en sí mismo, en su espíritu, lo que sucede en todos los niveles de la vida sobre la Tierra. El espíritu del planeta sufre con las almas y con los Reinos de la Naturaleza; sufre por la ignorancia y por la maldad; sufre por la indiferencia de los corazones para con su misión de hacer evolucionar la vida que en él habita.
Lo que te digo, hijo, no es una fantasía; te revelo un misterio que la humanidad jamás quiso aceptar ni comprender, porque si ella supiera que el planeta tiene una vida espiritual propia y que padece por todo lo que se vive en su superficie, la vida humana sería otra.
Ese amado espíritu del planeta, hijo, es silencioso y hablará al mundo a través de los movimientos de la Naturaleza, movimientos que le demostrarán al hombre que las acciones humanas tienen consecuencias no solo físicas, sino también, sobre todo, espirituales. Y es por medio de esos movimientos, queerán intensos y dolorosos para muchos, que algunos despertarán y cuestionarán el sentido de su vida.
Tú, que lees este mensaje y eres consciente de lo que te digo, ora por la consciencia del planeta; únete a ese misterio de la vida superior y descubre en tu corazón, que una parte de ti vive dentro de ese espíritu que sustenta a la Tierra. Y así como ese espíritu siente y vive las consecuencias de todas las acciones, de todos los sentimientos y pensamientos humanos, también tú puedes sentirlo y, con ese acto espiritual de unidad con la Creación, darle una señal de esperanza al Padre, quien te creó para que vivas la unidad perfecta con todo lo que es Vida, en todas las dimensiones.
Te dejo este impulso para que, por ti mismo, te sumerjas en este misterio y lo develes. Si al menos intentaras hacerlo de corazón, comprenderías muchas cosas y, por tu acto de amor y de unidad con la consciencia del planeta, se evitarían muchos desequilibrios. Porque, a pesar de todo, hijo, todavía es posible vivir un aprendizaje basado en el amor y en el despertar de la consciencia a la vida superior; basta abrir el corazón.
Tu padre y compañero, el que te enseña a vivir la unidad con la consciencia viva de este amado planeta,
San José Castísimo
Hijo:
Encuentra en todo la Presencia de Dios. Siente en toda la Creación a Su Espíritu Santo.
Respira la Presencia Divina en cada instante de tu vida y permite, así, que el Creador te inunde y tome para Él aquellos espacios de tu consciencia que aún te pertenecen.
Sé agradecido y busca la simplicidad del corazón. Sé agradecido por todas las situaciones. Sé agradecido por el aprendizaje que puedes vivir con todo lo que el Creador te envía como prueba.
Si en todo ves la Presencia de Dios y comprendes que Él está en todas las cosas, permitirás que las Leyes divinas se hagan presentes en este mundo y conduzcan los acontecimientos según la Voluntad del Creador. Y, de esa forma, hijo, mucho crecerás en espíritu, porque no te preocuparás más para que las cosas sucedan según tu voluntad, sino que te abrirás para vivir de acuerdo con lo que el Creador disponga de tu destino.
Aquellos que son agradecidos de corazón por lo que viven alcanzarán más rápidamente la unión con Dios y enseguida serán dignos de representarlo en este mundo, porque comprenderán y sabrán actuar como Él lo hace. Sabrán que no siempre el Señor envía Gracias y júbilos para hacer crecer a un alma, sin embargo jamás la desamparará y siempre la acompañará en sus pruebas.
Deja, hijo, que el Señor, tu Dios, te hable por medio de las situaciones de la vida, te enseñe a amar las imperfecciones que existen en ti y en tus hermanos; te enseñe a alegrarte con las conquistas del prójimo; te enseñe a crecer con aquellos que tienes al lado. Deja que el Creador te abra el corazón a las cosas que la humanidad nunca supo amar.
Por eso te digo: percibe al Creador en todas las cosas, en todos los que están a tu alrededor, en todos los acontecimientos. Comprende los hechos de tu vida como Voluntad de Dios para tu crecimiento y sé agradecido, sé agradecido de corazón, siempre.
Tu padre y amigo, aquel que vive en la plenitud de la eterna gratitud,
San José Castísimo
Ora por la paz en el planeta y contempla, en esta etapa, las necesidades del mundo.
Los momentos en los que te reúnes para orar con tus hermanos siempre deberían ser oportunidades para que cada uno sienta en su corazón el dolor de Dios y alivie ese dolor por medio de cada cuenta y de cada canto.
El dolor de Dios es fruto del sufrimiento de las almas y, cuando oras de corazón, la oración, que es un instrumento divino, puede llevar la Gracia del perdón y de la misericordia a los que sufren injustamente o por acción de la Justicia. Por eso, entra en el Corazón del Padre mientras oras y lleva contigo a todos tus hermanos, porque las puertas se abren para todos los que oran con sinceridad.
Siente, entonces, en tu pecho el dolor de Dios, contempla y ve con los ojos del espíritu, por qué padece tanto Aquel que te creó. Y ora, hijo, ora sintiendo que el Padre, que es pura Misericordia, hace de ti un instrumento para actuar en este mundo. Confía en la intercesión planetaria de la oración verdadera y deja que tu ser crezca y madure en la espiritualidad.
No hay nada que te haga crecer tanto como conocer la verdad sobre este mundo y sentir, aunque sea un poco, el pesar del Creador.
Aquel que ora contigo y te acompaña siempre,
San José Castísimo
Es tiempo de vivir una mayor neutralidad a fin de atravesar los obstáculos, para crecer y superar las pruebas que vendrán.
Sin neutralidad en un tiempo como este, en el cual el plano mental necesita solo de un estímulo mínimo para desestabilizarse, y que las emociones son como una hoguera con combustible esperando un pequeño fósforo para incendiarse, el enemigo no necesitará hacer grandes cosas para retirar a muchos del verdadero camino que los lleva a la Luz.
Hijos, ¿cómo crecer, madurar y dar pasos sin que se desestabilice el propio mundo interior? A pesar de que eso dependerá en gran parte de lo que cada ser trae consigo como carga para purificar; dependerá aún más de la voluntad y de la determinación de todos.
Por más que una consciencia tenga muchas deudas con Dios y cargue en su camino una mochila repleta de errores para equilibrar y purificar, si ella está decidida, es paciente e intenta vivir en humildad, alcanzará del Padre la Gracia del Perdón.
Al mismo tiempo, pueden existir quienes no tienen muchas deudas con Dios y que vinieron listos para dar un gran salto; sin embargo, por estar tan libres de cargas para purificar se acomodaron en el estado en el que se encontraban y jamás se tornaron en lo que Dios esperaba de ellos.
¿Perciben, hijos, que la principal condición para alcanzar la meta es el esfuerzo y la dedicación consciente de cada uno?
Para dar un salto hacia la madurez espiritual, deben comenzar a experimentar esa madurez desde ahora; eso significa reconocer, por sí mismos, los propios errores y dificultades y, con neutralidad, paciencia y determinación, trabajar sobre ellos, siempre sustituyendo un error por el perfeccionamiento de una virtud.
Ustedes no deben trabajar los errores pensando en ellos, sino dedicándose a una virtud que los equilibre. Por ejemplo: si son perezosos, deberán empeñarse en trabajar la caridad y el olvido de sí, y todos los días intentarán dejar de lado la pereza para ayudar al prójimo. Si no consiguen vivir la humildad y están todo el tiempo pensando en ustedes mismos, intenten orar más internamente y permanecer en un estado orante que los vuelva más observadores. De esta forma, trabajarán el silencio y estarán más atentos a las necesidades del planeta y no tanto en destacarse sobre los demás.
Así, hijos, usen la creatividad espiritual para transformarse bajo el espíritu de la paz, de la neutralidad y, hasta les digo, de la alegría, pero una alegría interior que se exprese desde el corazón hacia el espíritu, y no del corazón hacia fuera.
Estén atentos a eso, porque para muchos la propia carga bastará para desestabilizarlos. El correcto equilibrio no viene de su fuerza, pero sí del Poder de Dios y, para unirse al Padre, no usarán la tensión ni la rigidez, sino el amor, la unidad y la paz.
Sean más estratégicos en el camino de la luz y verán cuántas posibilidades encontrarán para alcanzar, en paz, las metas del Creador para sus vidas.
Aquel que les enseña a llegar a Dios,
San José Castísimo
1.° Encuentro de la Red Misionera Planetaria, Centro Mariano de Figueira, Minas Gerais, Brasil
Del 28 de abril al 1.° de mayo, se realizó en el Centro Mariano de Figueira el primer encuentro de la Red Misionera Planetaria. Hoy, último día del encuentro, San José pidió que nos reuniéramos con todos los presentes en la comunidad para que Él transmitiera Su mensaje diario.
Hijos:
Hoy los reúno aquí para que comprendan, con esta señal, que un misionero, antes de servir, debe beber de la fuente de la cura espiritual, debe buscar en los mundos sublimes el aliento que llevará a los más necesitados.
Un misionero que representa en el mundo a los Mensajeros Divinos, y que por intermedio de su servicio da testimonio de la Presencia de Dios en la Tierra, debe encontrar, ante todo, la unión con el Único.
Cuando les pedimos que, antes de servir y de formar parte de esta Red Misionera Planetaria, vengan hasta los puntos de luz que Mi Casto Corazón instituyó en estos tiempos, es para que nutran sus espíritus con el verdadero bálsamo que llevarán para las almas, desde aquellas que ustedes sirven de forma más simple y a diario hasta las que verdaderamente carecen del Amor de Dios.
Vengo a pedirles, hijos, que no hagan de la Red Misionera un motivo de separación de las diferentes vertientes de cura y de caridad que esta Obra manifiesta en el planeta.
La Red Misionera Planetaria debe ser el brazo activo de todas las expresiones de servicio que ya tenemos como Obra Divina instituida en la Tierra.
La Red Misionera Planetaria beberá de la fuente de la instrucción y la practicará; beberá de la fuente de la oración y dará sentido a su servicio; aprenderá de la caridad y de la misericordia que la Casa Luz de la Colina ofrece a las almas como experiencia de cura y de servicio; aprenderá del amor a los Reinos lo que enseña el Parque Francisco de Asís. De esta forma descubrirán que un servicio que no incluye a los Reinos de la Naturaleza está incompleto y que un alma que no aprende del amor incondicional de los Reinos está incompleta. Ustedes aprenderán del amor fraterno y compasivo del Núcleo de Servicio Crer-Sendo y así, hijos, descubrirán que la esencia divina está en el interior de las criaturas independientemente de su apariencia y que, cuando a un alma se le da lo que necesita para crecer, aunque sea una corrección realizada con amor, ella desarrolla su potencial y recibe una posibilidad de curar el pasado. Y con los misioneros matrices, en la Casa de San José y en la Casa del Inmaculado Corazón de María, aprenderán a servir donde sea necesario, aprenderán a no tener expectativas, aprenderán a ser verdaderos misioneros; porque allí Yo los pondré ante todas las pruebas que necesitan para que venzan sus resistencias y aprendan a ser nada, para que entonces sean instrumentos de Dios.
Con todas esas experiencias, aprenderán que el Creador no ve las obras, sino el amor con que ustedes las manifiestan. Después de eso podrán servir incluso dentro de sus casas y ser curadores de sus propias familias, por medio del amor y del cuidado, y permitirán que muchas familias del mundo reciban una oportunidad.
Hijos, quiero que comprendan que la Red Misionera Planetaria no viene para separar lo que estaba unido; viene para perfeccionar y entrenar al espíritu de aquellos que, en nombre de todos, se dedicarán de una forma más específica al rescate interno y externo de este mundo.
La Red Misionera Planetaria viene para colocar en la consciencia de todos la necesidad de una preparación más intensa para estos tiempos y para retirar a muchos del adormecimiento en el que se encuentran, esperando para el siglo venidero una transición que, mientras tanto, ya está en curso en el planeta.
La Red Misionera Planetaria se está instituyendo para decirles que ya es hora de despertar y actuar, de estar preparados para lo que sea, en todos los niveles, porque no es solo rescate físico lo que necesitará este mundo. Ustedes deben estar preparados no solo para auxiliar a las almas físicamente, sino también para hacerlo con tanto amor que las despierte a la redención, aunque sea en la última hora.
Su padre y amigo, siervo de Dios,
San José Castísimo
Sirve a Dios, orando de corazón.
Sirve a Dios, adorando de corazón.
Sirve a Dios, clamando de corazón.
Sirve a Dios, comprendiendo al prójimo.
Sirve a Dios, observándote para no juzgar, no condenar ni criticar.
Sirve a Dios por medio de los Reinos de la Naturaleza.
Sirve a Dios por medio del silencio.
Para servir a Dios solo necesitas abrir tu corazón. Todo lo que haces con el corazón es un servicio a Dios. Todo lo que te impulsa a amar es un servicio a Dios. Todo lo que te acerca al Padre es un servicio, porque tú, hijo, no estás separado de la consciencia humana y, si todo lo que haces no fuera solo para ti, será un gran servicio a Dios, porque toda la Creación se beneficiará con tus pequeñas o grandes obras.
¿Percibes, entonces, que ser misionero de Dios es para todos?
Sé un misionero de Dios. Haz de tu vida la misión que debes cumplir.
Sirve a Dios en todas las cosas.
Aquel que te llama a servir,
San José Castísimo
Para cada alma existe una misión única.
Para cada espíritu existe un don único.
El Creador, que es infinito, pensó para cada una de Sus criaturas algo puro, perfecto, que solo esa esencia puede manifestar.
Les digo eso, hijos, porque no todos deben ser misioneros, ni todos deben ser monjes, ni todos deben formar una familia, ni todos deben ser eremitas. Cada uno tiene una función en la vida, cada experiencia contiene un aprendizaje que el alma necesita para crecer.
En verdad, les digo, que muchos de los que deberían tener una familia están solos, y muchos de los que deberían estar consagrados totalmente a Dios formaron una familia.
La angustia de muchos servidores es saber cuál es la propia misión, y la angustia de otros es no poder comprender que una misión no es vivir como un héroe.
Muchas veces, hijos, es la experiencia oculta y verdadera de unos pocos lo que hace que la humanidad dé un salto en su evolución.
Algunos tienen la misión de aprender a amar, entregando todo y consagrando su vida a Dios y al servicio al prójimo. Una madre puede amar tanto a su hijo que llega a descubrir la esencia del verdadero amor y lo expande a todas las criaturas de la Tierra.
La misión de cada uno es única, y deben buscarla en lo profundo de sus corazones y en ningún otro lugar. No pregunten fuera de ustedes lo que deben hacer y dónde deben estar; pregunten dentro, porque muchas veces ya saben la respuesta, pero no tienen el coraje suficiente para aceptarla.
La verdadera misión, hijos, es espiritual y adquiere sentido cuando ustedes están enteros en lo que hacen, sinceros y ofrecidos a Dios. Esa es la esencia de la misión espiritual. No importa que la acción sea simple o que la vida externa sea oculta; lo que sí importa es que estén en Dios a cada instante.
En este mundo, la verdadera misión es retornar al Creador y recordar los tiempos en que estaban con Él. Para eso, cada uno recorrerá el camino que le corresponde, aquel que necesita recorrer.
Digo estas cosas porque muchos se entristecen por no poder ser esto o aquello cuando, en verdad, no deben serlo. Comprendan que es en el espíritu de la humildad que se encuentra la morada para el Creador. Es en la fortaleza interna que habitará el Señor.
Aquellos que necesitan estas palabras Mías las comprenderán.
Su padre y amigo,
San José Castísimo
Hijos:
La Red Misionera Planetaria surge como forma de despertar un poco más a la humanidad para el equilibrio activo de los males que impregnan al mundo. Esta Red fue creada para unir la enseñanza y el espíritu orante en la práctica diaria de todo lo que ustedes aprendieron.
Los misioneros regionales, poco a poco, adquirirán la experiencia que necesitan para realizar acciones más amplias.
Como primer paso deben disponer la consciencia y el corazón al servicio y, a partir de ahí, buscar las necesidades del prójimo, comenzando por los que tienen al lado, desde las más simples y pequeñas hasta aquellas que requieren de un mayor esfuerzo.
Después, profundizarán el proprio entrenamiento con las experiencias de servicio en la Casa de San José, que serán complementadas con los servicios que realizan la Casa Luz de la Colina, el Parque Francisco de Asís y el Núcleo de Servicio Crer-Sendo. Esas cuatro vertientes de servicio se complementarán, dando a la consciencia que se dispone a servir las herramientas que necesita en todos los ámbitos de su ser, desde el entrenamiento básico hasta la apertura espiritual, para que sea portadora del amor y de la misericordia en sus actos de servicio.
Los grupos que no tuvieron contacto con los misioneros matrices o secundarios durante las misiones oficiales, antes de formar parte de la Red Misionera Planetaria, deben pasar por una mínima experiencia en los lugares citados por Mi Casto Corazón, ya que esos lugares no son solo asociaciones de servicio altruista, sino lugares en los cuales la Jerarquía Divina depositó Su confianza y Su Gracia para despertar el amor y la caridad crística en los corazones de los hombres.
Después de vivir esas experiencias, los grupos de la Red Misionera Planetaria que se vayan formando bajo la guía de la Fraternidade – Federación Humanitaria Internacional darán inicio a sus actividades, que serán coordinadas de acuerdo con la disponibilidad de cada grupo.
Como parte de su aprendizaje y de su formación, los grupos más expertos y pioneros podrán unirse fraternalmente, en servicio, a los grupos que de ahí en adelante se formarán.
Cuando haya más de un grupo en determinada región, podrán realizar trabajos grupales de servicio, bajo la guía de la Fraternidade – Federación Humanitaria Internacional, uniendo los diferentes grupos de la región. También podrán unirse para hacer juntos un determinado curso, profundizando el entrenamiento.
Los servicios serán de acuerdo con la región, según la necesidad de cada una. El universo dispondrá de la apertura y de la preparación de todos para colocarlos delante de las pruebas que necesitan vivir para su crecimiento.
A medida que vayan creciendo en fraternidad y amor, su servicio irradiará a otras consciencias y despertará en los corazones un interés por conocer más a fondo las raíces que los mueven a servir con tanto amor. Ese ejemplo de verdadero servicio será la mayor cura para las almas y lo que verdaderamente auxiliará a la humanidad.
Por eso, hijos, no importa si hacen grandes o pequeñas obras, pues la repercusión de cada acción es medida por el grado de amor que colocan en lo que hacen. Aunque hagan muy poco, que eso sea verdadero y de corazón, estén enteros y dispuestos a ser portadores de la Presencia Divina. De esa forma, será grande el mérito generado en el Cielo.
De pequeñas acciones sinceras y plenas de Dios se construirá la gran fortaleza que sustentará al mundo.
Les dejo Mi bendición y Mis votos para despertar el espíritu misionero en todos los soles de la Tierra.
Su padre y compañero,
San José Castísimo
A todos Mis hijos que se dispusieron a vivir en el espíritu misionero
Hijos:
El espíritu misionero es aquel que los lleva a la prontitud, al servicio, a la acción caritativa y abnegada y que también los lleva a la transformación, a la superación de sí y al amor absoluto y verdadero.
Para ser misioneros, deben primero querer transformarse a sí mismos y aceptar vivir los nuevos patrones de vida sobre la Tierra, que se basan en el amor al prójimo y a los Reinos de la Naturaleza, así como a sí mismos y a Dios, por sobre todas las cosas.
Cuando se decidan a ser misioneros todos los días de su vida, y lo coloquen en práctica, descubrirán cuánto pensaban en sí mismos y cuán distraídos estaban de la necesidade del prójimo.
Un verdadero misionero hace de la propria vida su misión principal y en ella profundiza, se forma y madura, para cumplir con otras misiones entre los más necesitados y olvidados.
Si ustedes no hacen de su vida una misión para cumplir el Propósito Divino, su servicio será muy limitado y pobre cuando lo presten a los demás, porque cuanto más vivan en el espíritu misionero y cuanto más impregnados estén de caridad y de amor, más posibilidades tendrán de ser verdaderos instrumentos de Dios en estos tiempos y en los tiempos que vendrán.
Es por este motivo que, antes de convocarlos para una misión oficial, fundé la Red Misionera Planetaria, porque así irán consolidando, en la propia consciencia, las bases del espíritu misionero e, incluso en sus casas y en el día a día de sus vidas, permitirán que el Creador haga de ustedes Sus instrumentos en el mundo.
Si todo el tiempo están atentos a las necesidades del prójimo, desarrollarán la intuición y estarán más próximos al Pensamiento Divino.
Cuando vivan el amor que trasciende la personalidad y este surja del alma y del espíritu, estarán ingresando en el Amor de Dios y podrán experimentar cómo el Creador ama a Sus criaturas. De esa forma, hijos, estarán aptos para representarlo cuando Su Voz no se pronuncie más en el mundo, como hoy, y cuando les corresponda a los seres humanos conducir su destino según su actuar frente a las pruebas que vivirán.
Acuérdense: la base de la Red Misionera Planetaria es ser misionero todos los días y, así, prepararse para suplir las necesidades del planeta donde quiera que ellas se presenten.
Yo los bendigo en este nuevo ciclo y les dejo Mi impulso de caridad y de amor para que den pasos fecundos en la misión de la propia vida.
Su amigo y compañero en las misiones,
San José Castísimo
Cuando la incomprensión supera a la fe que estaba despuntando en el corazón y la consciencia vuelve a verse en la oscuridad de la duda, es necesario que se viva un extremo dolor o un extremo amor, amor verdadero, amor que proviene de Dios y que se imprime en los corazones de los hombres.
Hijos:
En estos tiempos, el enemigo está atento a todos sus movimientos, palabras y acciones. Por eso, deben ser cuidadosos al hablar, ejemplares al actuar y orantes en todo lo que hagan, porque, mientras él imprime con mucha facilidad una duda o una incomprensión en los corazones, ustedes con mucha dificultad se abrirán nuevamente para sentir a Dios y acercarse a Su Amor, a Su Corazón. Y cuando necesiten vivir una experiencia extrema de dolor para volver a sentir a Dios, también con mucha dificultad curarán la herida que quedará en sus corazones.
Es por ese motivo que les pido que estén atentos y vigilantes como un soldado en plena batalla. Y si el enemigo ya tocó sus corazones, solo les digo que se dejen amar por Dios y por sus hermanos, pues así volverán a reconocer la potencia del amor y a vivenciarlo.
No hay mal que no pueda vencerse con la Gracia de sentir el Amor de Dios; pero ese Amor se hace sentir en los corazones que se abren, por mínimo que sea, para recibirlo.
Así, hijos, les digo que aunque la tristeza sea grande y la incomprensión o la duda sean infinitas, traten de disponer sus corazones para recibir de Dios lo que Él, ardientemente, aspira a depositar en ustedes.
Tan inmensa es la bondad del Creador que Él no les pide nada, solo que se dispongan, de modo verdadero y por mínimo que sea, a estar con Él, a estar en Él.
Aquel que los guía a la reconciliación con Dios,
San José Castísimo
La paz se establecerá en el mundo a su tiempo y hora. El destino de este planeta es trazado cada segundo, de acuerdo con las acciones de los hombres. Cuanto más clamen, vivan y manifiesten la paz, más cerca estará ella de toda la humanidad y de toda la vida en el planeta.
Hijos:
Muchos aún se resisten a percibir la urgencia de estos tiempos, y la mayor parte de la sustentación de este mundo está a cargo de la Jerarquía* y de unos pocos, que se desestabilizan muchas veces porque cargan con un peso que no les corresponde.
Quisiera tornarlos a todos más conscientes, y que pudieran ver con los mismos Ojos de Dios la verdadera situación de este mundo, pero no puedo hacerlo porque sus almas no lo soportarían. Para ver con los Ojos de Dios necesitan estar en Él y, perfectamente unidos a Él, podrán valerse de todo lo que Él es. Pero lo que sí puedo decirles, una vez más, es que estén atentos a las señales de la vida, a los acontecimientos del planeta. Esta Tierra sagrada ya se está estremeciendo, y en poco tiempo no tendrán cómo recomenzar y reconstruir la vida material de la misma forma como la viven hoy.
No quiero causarles temor, solo les hago una advertencia, porque cuánto más el corazón esté en Dios, más podrá comprender lo que vive y menos importancia le dará a las pérdidas materiales, porque sabrá del colapso espiritual que vive este mundo.
Cuando les digo, hijos, que algunas naciones deben ser la cuna de la Nueva Raza, les hablo de una cuna espiritual y de seres conscientes de la Verdad, porque la materia necesita de purificación ya que, para ser una raza nueva, no puede partir de viejas bases.
El mundo material que hoy ven en la superficie del planeta se desmoronará y se purificará, sin embargo, aquellos que estén fortalecidos de corazón y de espíritu perseverarán para ver emerger, de los mundos sublimes, las bases de una nueva vida. Esas bases emergerán, sobre todo en América, y hoy estamos aquí, sustentando esta parte del mundo, para que las almas no se pierdan y sí se abren a la Verdad, para que haya muchos seres que generen méritos para vivir un aprendizaje basado en el amor y no en el dolor. Estamos aquí, hijos, porque esta nación no puede perder la fe como consecuencia de las acciones equivocadas de unos pocos.
El enemigo está intentando confundir los corazones para establecer el caos, pero los que se mantengan firmes en Dios, independientemente de las resoluciones que se tomen en la materia, no se corromperán y serán ejemplo y guía para muchos.
Oren por esta nación, así como por toda América y por el mundo entero. Pero no oren por un determinado resultado material, oren para que la paz y la unión con Dios estén en el mundo interior de todo ser viviente. Oren para que aquellos que vean al mundo desmoronarse se mantengan firmes para también verlo renacer.
Acuérdense cuántas veces cada uno de ustedes se desmoronó y renació. Acuérdense de la Gracia que es superar una incomprensión y encontrar la paz, y sean firmes y valientes para permanecer en paz, siempre.
Yo los bendigo y oraré con ustedes día y noche para interceder por sus almas y por todos los Reinos de la Naturaleza.
Su padre y compañero,
San José Castísimo
El falso poder que se difunde en el planeta solo es desenmascarado cuando la consciencia encuentra el Poder de Dios, aquel que se manifiesta por la Gracia y por lo que se conoce como milagros; que se manifiesta por el despertar de los seres y que también se manifiesta por medio de los elementos de la naturaleza y de los diferentes movimientos climáticos que ella expresa.
Muchos eligen conocer el Poder del Creador por lo que se llama “ira de Dios”. Esa es una expresión usada por la mente humana, por su ignorancia, para denominar la acción de la Justicia. La forma con la cual los seres humanos comprenden la amplitud de la Justicia y sus consecuencias es llamándola “ira de Dios”.
Otros podrán abandonar el falso poder por el despertar del propio corazón y, por la potencia del Amor de Dios, sentirán que no existe poder verdadero sino el que proviene del Padre.
Hijos, mientras la mayoría de los seres humanos abusa del uso de la fuerza y la confunde con el poder, abandonen todo aquello que los hace sentirse superiores a alguna cosa o persona. Dejen que el espíritu de la humildad impregne sus consciencias, porque el falso poder será arrancado de las manos de los hombres, que se verán impotentes y pequeños, así como son cuando están distantes de Dios.
El falso poder será el primero en ser purificado, porque es lo que más daño causa a la consciencia planetaria. Los seres humanos que abusan del falso poder y someten a sus semejantes no percibieron que ellos mismos están sometidos por fuerzas de la oscuridad.
Estamos en los tiempos previos a la Aurora espiritual del planeta y, por más que la oscuridad inunde hoy la Tierra, ella será disipada del aura planetaria por la intensidad de la Luz y, junto con las tinieblas, serán expulsados los falsos poderes.
Les digo esas cosas porque urge el tiempo del desarrollo de la humildad como camino único para encontrar a Dios y para vivir la paz.
Si quieren conocer el Poder del Creador por medio de Su Gracia, entreguen todos los días a Sus Pies lo que aún los prende al ansia de poder y descubran la libertad de vivir bajo el Poder del Creador. En ese Poder Divino es que, a pesar de ser nada, poseerán todas las cosas, pues serán todas las cosas y no estarán separados de ninguna partícula de vida.
Aquel que los despierta a la vivencia de la humildad y a la entrega del falso poder,
San José Castísimo
No existe transformación espiritual que no provenga de la adhesión de la consciencia al Plan de Dios. Por eso, antes de cualquier cambio, de cualquier resultado visible de la acción de la Luz, primero está el despertar de cada ser, la adhesión de cada uno al misterio que es, para la mente humana, el Propósito Divino.
Por el momento, deben adherir sin conocer, actuar sin saber cómo, comprender sin entender, porque les hablo de la comprensión del corazón, que no necesita de conceptos ni de ideas.
Es por este motivo que primero los despertamos, colocamos en su interior el potencial del amor al Plan de Dios y, después, poco a poco, podrán actuar en él más conscientes o menos.
Para ser más conscientes del Plan de Dios, más deben amarlo.El grado de comprensión camina junto a los grados de amor y
de entrega de las consciencias.
Les digo estas cosas porque el Creador necesita de seres despiertos y conscientes de las sus acciones y de la manifestación de la Obra que realizan, pero para eso necesitan amar el Plan de Dios por sobre todas las cosas y dar muestras de eso.
Mientras las incomprensiones, las dudas, el amor a las aspiraciones y a los planes materiales personales sean mayores que su adhesión al Plan de Dios, mucho de lo que el Creador tiene para esta humanidad quedará suspendido en los planes sublimes de la consciencia a la espera de una puerta para ingresar en el planeta.
Hijos, el Señor Altísimo tiene, en Su Plan, el equilibrio correcto para todos los males que la humanidad generó a lo largo de su existencia y, con Su Poder, puede convertir la oscuridad en luz.
Pero es necesario que hagan un esfuerzo mayor del que hacen hoy y que se consideren verdaderos soldados y misioneros de Dios, cuya misión es la manifestación de Su Voluntad en este mundo.
Yo los guiaré y los instruiré siempre, pero si quieren ser más conscientes y verdaderos instrumentos de Dios, deben profundizar la propia entrega.
Les dejo esta reflexión como su padre e instructor.
San José Castísimo
Los convoqué hasta aquí para que oraran Conmigo por esta nación y para que la oscuridad que hoy ciega los ojos de muchos pudiera dar cabida a la Luz de Dios.
No vengo para imponer un cambio, vengo para ofrecer una oportunidad de conversión del destino de esta nación, ofrecer un despertar para las almas por la potestad que Dios Me entregó.
Así como Mi Casto Corazón representó para la humanidad el despertar de la fe y de la fidelidad absoluta a Dios, así también quiero ofrecerle a cada corazón humano la posibilidad de representar, como orante, el despertar de un don que convierta y equilibre algún mal de este mundo.
Hijos, estoy aquí porque la confusión está cegando los corazones de los hombres y, en este momento, nadie tiene plena certeza del propósito de su vida.
Incluso aquellos que originaron el caos, por las influencias de la oscuridad, hoy están confusos, porque quien sirve a las fuerzas del caos vive en el caos y es engañado por el propio veneno que bebe cada día.
Vengo a retirar la neblina que ciega el corazón de los seres con la indignación. Vengo porque el enemigo los distrae con la confusión de la lucha por el poder y los absorbe en la búsqueda de una solución para un asunto cuyas raíces están perdidas y escondidas para el corazón humano, porque no se encuentran en la materia, sino en el espíritu.
El enemigo los confunde de tal forma que ustedes se enredan en sus engaños y ya no saben cómo pensar ni discernir y, poco a poco, le dan más importancia a la razón que a la fe, intentando encontrar una respuesta.
En verdad, hijos, ahora deben buscar más que nunca el camino espiritual, porque es solo allí que las raíces del caos serán arrancadas. La luz es la que debe equilibrar la oscuridad en su origen.
Por eso estoy aquí, para despertarlos y decirles que ya no intenten comprender en la materia una situación que está siendo degradada en el espíritu.
No se dejen confundir y no pierdan tiempo buscando soluciones materiales. Antes, sumérjanse en los planos espirituales sin intención de conducir nada y dejen que la luz, por si sola, atraída por sus oraciones, disuelva los nudos que confunden a los hombres.
Oren Conmigo en los próximos días para que la Luz de Dios descienda y les traiga la claridad que equilibrará la oscuridad.
Su padre y compañero,
San José Castísimo
Ama a Dios en todas Sus manifestaciones. Ama Su Plan y Su Voluntad, mucho más allá de tu pequeña vida.
Ama al Padre así como lo amó Su Hijo, que no se regocijaba solo cuando el Poder de Dios era Suyo y podía operar milagros delante de los ojos de los hombres. El Señor también amó a Dios, más que nunca, cuando estuvo en la Cruz.
Aquel que vino al mundo para mostrar el camino a todo ser viviente sufrió como ningún otro ser humano de este planeta, y Él lo hizo para demostrarle a todos que el amor, cuando es verdadero, es incondicional, y que la Voluntad de Dios puede estar tanto en la alegría como en el sufrimiento; depende solo
de cómo cada uno vive los acontecimientos de la propia vida.
Hijo, si tu vida está difícil y vives pruebas que a veces parece que no puedes soportar, antes de perder la fe, reavívala. Recuerda el sacrificio de Cristo y agradece por poder retribuir, de alguna forma, Su sufrimiento.
Quiero que aprendas a estar a Mi lado no solo cuando te concedo Gracias, sino también cuando te concedo dolores, para que así Yo pueda aliviar por tu intermedio el dolor de otros.
Si te pesa el sufrimiento de tus semejantes, entonces equilibra ese dolor con el amor de tu corazón. Dona tu fe a los demás para que superen el miedo. Y recuerda que, si creas un camino de amor para los que están sufriendo a tu lado, cuando llegue para ellos la hora de partir de este mundo, caminarán con los pies en la senda que construiste y encontrarán la luz y la paz que necesitan.
Haz de tu vida un acto de servicio y comprende que también conviertes los corazones de los hombres cuando das un ejemplo de superación de ti mismo.
El Señor quiere hacer de ti un servidor completo, porque muchos lo aman en la Gracia, pero pocos le ofrecen el sacrificio.
Confía en que toda prueba llega para tu crecimiento.
Tu padre y amigo,
San José Castísimo
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más