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Levántate de donde hayas caído y tómate de Mis sagradas manos, porque Yo te liberaré del dolor y del error.
Sumerge tu espíritu en la Fuente de la pureza y de la renovación para que las piedras, con las que has tropezado, sean retiradas de tu camino.
Querido hijo de Dios, Yo te llamo a la reconciliación. Une tus lazos internos a Mi Inmaculado Corazón y camina en silencio hacia el Reino del Redentor.
Observa con atención el descenso de Mis Gracias, Yo soy la Estrella Madre, soy la que alumbra los espacios y los universos de todas las consciencias. Yo soy la Reina de la Paz, soy la que por amor al mundo socorre a Sus pequeños hijos.
Querido hijo, querida hija, Dios Padre te ha dado el ánimo para crecer de corazón, te ha dado la esperanza para vivir el renacimiento en Cristo, te ha dado la paz para calmar tus inquietudes, te ha dado la Misericordia para lavar del pasado, en la Fuente, a tu rostro y a tus manos.
Todo soldado que sirve a la Madre Santísima enfrentará, en oración, a las grandes crueldades y guerras humanas que apagan el amor en el corazón de los hombres.
Mis soldados son como las perlas de Mi eterna oración, Mis soldados son los instrumentos en donde Mi Luz se derrama para disolver el mal del mundo.
Aquiétate en Mi materno Corazón y ofrece a Dios tus pequeños sacrificios. Confiesa ante Dios tus errores, pero ya no te culpes, pues el Océano infinito de la Misericordia de Cristo golpea en la margen de tu vida para anunciarte el camino que te llevará a la redención.
Trabajar para Dios es estar en el constante vacío de sí. Trabajar por amor a Dios es vivir en la humildad permanente. Servir a Dios es despojarse, en cuestión de segundos, de lo que pudo haber sucedido.
Pero todo es perfecto para Dios. Él ama a los que se esfuerzan, ama profundamente a los que descansan y ama a los que en este tiempo se sumergen en la oscuridad y en los aspectos modernos del mundo.
Pero la oración del Santo Rosario intercede ante Dios. El Santo Rosario repara por entero a una consciencia herida en el espíritu. El Santo Rosario une y fortalece el amor al Plan de Dios. El Santo Rosario libera, purifica, ordena, armoniza y cultiva la esperanza de vivir la santidad. La santidad, para las almas humanas, es un desafío que pocos se animan vivir, porque la santidad primero despoja los velos de la consciencia y después impulsa a los corazones para que vivan la consagración interior.
Y en todo este camino de constante purificación de las almas, está la regencia y la observación del Cielo; porque Dios Altísimo y Jesucristo acompañan, paso a paso, los avances o los retrasos de los hijos.
El Cielo aguarda por el nacimiento de nuevos y humildes santos, como los que había en el pasado, para que a través de la simplicidad y de la entrega se oferten para transformar el caos del mundo y la gran escala de perdición que viven las preciosas almas.
Por eso, como fue en otros tiempos, los menores en el mundo harán cosas mayores y el Universo Celestial acompañará desde cerca el desafío que vivirán los nuevos apóstoles. Al fin, todos los buenos y fieles servidores se congregarán en el Cielo para compartir la Gloria y la Gracia de Dios por haber sido convertidos en ejemplo de servicio y de entrega a Dios.
La Reina del Cielo siempre socorrerá a Sus hijos, pues Su Madre Divina esperará que muchos más se animen a servir a la humanidad en este tiempo, para que así descienda la Misericordia y el Perdón de Dios, en vez de que descienda la Justicia.
Pero el camino por recorrer será infinito. Mis servidores cruzarán puentes casi quebrados, praderas y desiertos del mundo que han perdido el brillo original de la Creación; y todo será realizado a través del esfuerzo y del amor por cambiar la consciencia de los que aún duermen en el propio sueño del mundo.
Su Madre viene, Aparición tras Aparición, para despertar a todos Sus hijos a la Verdad suprema, a la consciencia de que es urgente rezar para ayudar al mundo entero a salir de la superficialidad en la cual vive.
Si surgieran nuevos discípulos marianos, Mi Corazón Inmaculado triunfará en América y en el mundo entero.
El tiempo, que hoy ustedes viven, es un tiempo de grandes cambios, solo les pido que despierten a lo que muchos de Mis hijos no quieren ver, que es la necesidad de purificarse y de consagrarse a la Voluntad suprema del Padre.
Siempre los guiaré, mientras recen el Santo Rosario por la salvación de la humanidad.
Los bendigo y les agradezco a los grupos de Campinas por permitir que la Misericordia de Dios sea derramada.
María, Reina y Estrella de la Paz
Por las causas injustas y las blasfemias del mundo entero, Yo tengo misericordia de todos ustedes.
Por la falta de amor, de perdón y de reconciliación en el mundo, Yo tengo misericordia de todos ustedes.
Por la ausencia de caridad, de entrega y de firmeza, Yo tengo misericordia de todos ustedes.
Por la vida que es negada a quienes deberían nacer ante Dios, Yo tengo misericordia de todos ustedes.
Por las guerras y los conflictos humanos, Yo tengo misericordia de todos ustedes.
Por la ignorancia y la falta de reparación del Corazón de Dios, Yo tengo misericordia de todos ustedes.
Por la tristeza y el dolor de los corazones del mundo, Yo tengo misericordia de todos ustedes.
Por el hambre y la falta de cura en las almas, Yo tengo misericordia de todos ustedes.
Por todas las causas que impiden la evolución y el despertar de las almas, Yo tengo misericordia de todos ustedes.
Por los errores que comete el mundo contra la Creación, Yo tengo misericordia de todos ustedes.
Queridos compañeros, la oración misericordiosa los acompañará y les dará la fuerza necesaria para que sean dignos de recibir Mi Misericordia.
Unidos ahora y siempre, vivamos en la Misericordia. Solo eso bastará.
Bajo el Bien del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por escuchar Mis Palabras con el corazón.
Cristo Jesús
Queridos hijos:
Como Madre de la Iglesia de Mi Hijo, Madre de aquella sagrada doctrina espiritual que Jesús estableció antes de Su Ascensión, hoy vengo a comunicarles que como su Madre del Cielo, estoy reuniendo a todos los soldados del mundo entero, principalmente a aquellos que provienen de diferentes caminos espirituales, con el fin de cumplir con las profecías de Mi hijo San Juan Apóstol, de poder unir en un solo rebaño espiritual la Nueva Humanidad, una humanidad de servicio, una humanidad orante y perdonada que en estos tiempos, bajo la intercesión de Mi Gracia, deberá responder al gran Llamado del Altísimo.
Por eso, por aquellos que aún duermen, ¡oren! Por aquellos que se separaron de Mi bendito Corazón materno, ¡oren! Por aquellos que sufren física y moralmente, ¡oren! Por aquellos que no viven en Dios, ¡oren! Oren por todos y por todas las causas.
Les pido, Mis queridos, que hoy ofrenden a Dios la oración del Santo Rosario para que Mi Corazón Inmaculado pueda implorar ante Él. Se aproxima un gran momento para todos Mis hijos de la humanidad, un momento al que ustedes llaman purificación.
A aquellos hijos que sostengan Conmigo la bandera de la paz y de la Divina Misericordia, Yo les prometo, como su Santísima Madre del Cielo, que podré mudar los acontecimientos, ofreciendo a Dios Padre Mi Corazón por todos ustedes.
Queridos hijos, hoy no vengo a traerles inquietud ni preocupación, hoy vengo a traerles consciencia planetaria de las cosas que aún la humanidad hace y repite sin prestar atención a la gravedad de su destino.
Por eso, fortalezcan sus grupos de oración, fortalezcan sus redes de fraternidad, preparen desde ahora el camino para lo que llegará. Ya no pierdan tiempo en ustedes mismos, sino dediquen su tiempo a estar unidos a los Cielos para que, durante este ciclo, ustedes estén dentro del Reino de Mi eterna Gracia.
Como Yo lo hice en el pasado, lo volveré a hacer en el presente, pisaré con Mis pies el mal del mundo y liberaré con Mis poderes a los corazones que solo me digan sí.
Súbanse a la barca salvadora que les está enviando Mi Hijo y, con atención, lean las señales de los acontecimientos.
Queridos hijos, antes de la venida gloriosa de Mi Hijo Jesús, el mundo deberá estar en otro punto; para eso, a los pocos rebaños con que cuento, Yo les daré las orientaciones sobre por dónde caminar hasta que puedan alcanzar el Cielo y el Paraíso.
Hijos, la humanidad necesita de mucha ayuda. Por eso, en todo el tiempo que dispongan, ofrezcan a Dios sus oraciones y sus sacrificios, ofrezcan al Padre su transformación y sus dolores internos; porque el mundo como un todo se está ahogando y necesita respirar con libertad y en su naturaleza, como lo fue en el principio del Génesis.
Queridos amados, su planeta es parte del gran Proyecto redentor de Dios, el universo está atento a la disposición de todos los servidores que, con amor, acepten sustentarlo y apoyarlo en el fin de los tiempos.
Sépanlo y recuérdenlo siempre, Yo estoy con ustedes y en ustedes. Mi Manto protege a los que se esfuerzan por estar en Dios Todopoderoso.
Estamos en el tiempo de la reparación del espíritu y del alma. Estamos en el tiempo de la liberación y de la cura para todas las consciencias.
Oremos con el corazón.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice en Gracia y Amor,
María, Señora de las Gracias
Fray Elías:
Cuando la Virgen María apareció para transmitirnos el Mensaje para la Aparición, en la madrugada del 25 de julio, nuestra Madre se manifestó como siempre, pero esta vez trajo Consigo el símbolo de aparecer al lado de un gran árbol, con una gran copa verde. Era un árbol robusto, fuerte y lleno de frutos maduros. En ese momento, Ella nos dijo que era la Madre del Árbol de la Vida.
Queridos hijos:
Yo soy la fértil Semilla que se siembra en los corazones que se abren para escucharme. Cuando la Semilla de Mi Corazón se siembra, nace la nueva flor que da aromas sutiles a Dios; y el fruto crece y madura lentamente, dando así nuevas semillas de amor y de redención.
Yo soy el gran Árbol de la Vida. Yo soy la Madre que gesta a la Nueva Humanidad, porque a través de Mi Corazón ustedes llegarán a Dios y en consecuencia encontrarán en sus caminos la Presencia de Mi Hijo.
Algunas de las semillas que derramó Mi Árbol de la Vida eran para que nacieran otros nuevos frutos, pero estas se secaron. Por eso, Mis raíces se nutren y se alimentan de los frutos que nacieron, para fortalecer la gran copa que dará después nuevos frutos.
Si el Árbol de la Sabiduría no hubiera nacido, no podría haber nacido el Árbol de la Vida. Yo fui antes Semilla sagrada para después poder ser Flor y luego ser Fruto fecundado en el Corazón amoroso de Dios.
Dios después Me envío por el universo para sembrar las nuevas semillas de luz y, en esta trayectoria, Me envió en una gran misión a la Tierra, para que fuera sembrada en Mi interior la Segunda Persona de Dios, el Hijo Primogénito que era y es el gran Fruto de su salvación, porque es a través de Él que se encuentra la salida en este tiempo, solo en Él se encuentra la salida y la dirección para poder cumplir en vida con la Voluntad de Dios.
Ustedes, Mis queridos, son estos nuevos frutos que ya están por madurar en Mi Árbol de la Vida, porque los frutos nunca pueden estar separados de Su Árbol y el Árbol nunca podrá estar en esplendor si le faltan sus frutos.
Hoy los invito a descubrir los frutos de su conversión y de su redención. Aún el tiempo de que surjan las nuevas semillas está esperando despertar y esto será posible si sus frutos están bien maduros, para que den buenas semillas.
En todo este ciclo planetario, el poder de Mi Gracia y de Mi Misericordia está pasando ante sus vidas, para que antes de todo lo puedan percibir.
Dios espera que Sus hijos puedan ser árboles fuertes y maduros, que puedan dar frutos para que los más humildes se puedan servir de este sagrado alimento y así sus almas estén unidas a Mí por medio de la gran semilla del servicio y de la oración. Si esto no existiera, las semillas se secarían pronto.
Por eso, Mis queridos, en este Mensaje quiero hacerles comprender que ustedes están unidos al gran Árbol de la Vida, el Árbol de Dios que guarda la memoria de sus orígenes, un espacio interior al cual deberán retornar después de todo.
Es el gran Árbol de Mi Consciencia, el que se donó al Padre para dar semillas de luz y sembrarlas en los corazones que se unen en eterna oración. Ahora, el nuevo árbol de los frutos maduros deberá surgir en la próxima humanidad.
Ahora, ustedes son sagradas semillas en las Manos de Dios que, con tanto amor, espera sembrarlas en el nuevo mundo. Por eso, queridos hijos, comprendan que cada acto de amor, servicio y oración es un nuevo fruto para su redención y para la redención de la humanidad.
Sus pasos deberán dirigirse a Dios a través del corazón puro, la pureza hará madurar los frutos correctamente y así en sus seres reposará el Espíritu y la Sabiduría de Dios.
Gracias a todos los hijos que con amor, durante esta madrugada, han vigilado Conmigo en oración por el cumplimiento de Mis Planes de paz y de redención.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado, en fe y devoción!
María, Madre y Reina de la Paz
Los días 5 y 6 de agosto de 2013, días especiales de Misericordia, Mi Faz estará presente para acompañar a todos los peregrinos por el camino y ejercicio espiritual de la Maratón de la Divina Misericordia.
Ese ejercicio, que podrá ser realizado por todos los que sientan colaborar con los Planes Redentores de Mi Corazón, significará una gran ayuda para toda la consciencia planetaria de la humanidad. Es decir, Mis Misericordias Celestiales podrán derramarse inclusive en los pecadores más empedernidos, y así sucederá una gran ola de conversión entre todos los que se sintonicen con Mi Océano de Gracias.
De esta manera, durante el 5 y el 6 de agosto, Mi Consciencia traerá consigo los Poderes Redentores del Padre Celestial, y aquella alma que se disponga a liberarse de sí misma, lo logrará si sigue los pasos y los requisitos de la Maratón orante.
Como Yo he pedido realizar esta Maratón orante aquí, también pediré que este mismo ejercicio sea realizado en otros lugares del mundo junto a Mis videntes, escogidos con la finalidad de que más almas conozcan el amor y el poder de Mi Misericordia.
Todos los que se unan a los días de profunda Misericordia podrán recibir la ayuda espiritual que necesiten para dar los pasos que Mi Padre espera que den en este tiempo. A los peregrinos Yo les daré especial atención, cuando lleguen al Centro Mariano de Aurora para compartir los dos días de oración continua.
Agradeceré que todos respondan a este importante impulso espiritual para este tiempo, en el que deberán reinar la paz y la misericordia.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por recibir Mis Palabras en el corazón.
Cristo Jesús
Queridos hijos:
A través de la paz, Yo los encamino hacia la redención, y a partir de la redención los encamino hacia la fe eterna. Los tiempos ya están distintos y es necesario orar con todo el fervor del corazón para que Mi Obra se cumpla en toda la Tierra.
Queridos hijos, Jesús los espera en la Eucaristía para que así reparen el Corazón de Dios de las ofensas que aún se cometen en estos tiempos.
Queridos hijos, oren por los bienaventurados que donan su vida a Dios, aquellos que dan su vida por el prójimo y por la Voluntad de Dios, cumpliendo así sin demora Mis pedidos.
Hoy, Mi Mensaje es decirles todas estas cosas aunque les parezcan las mismas; ellas son, para Mí, las más importantes, porque la fe debe sembrarse en todos Mis hijos.
Hoy les revelo que muchos de Mis servidores sufrirán por la humanidad y por amor a Dios, para liberar el gran pecado que lleva a la perdición a muchas almas, camino al infierno de este mundo.
Hijos Míos, los invito de esta forma a la persistencia en la oración, a la esperanza y a la Misericordia; porque algunos de Mis hijos fueron escogidos por Jesús para poder revertir el mal del mundo. Oremos para que los Planes de Dios se cumplan.
¡Les agradezco a todos, los presentes, en sus hogares y en sus ciudades por contestar a Mi llamado!
Que la Gracia de Dios permanezca en sus corazones.
María, Reina de la Paz
¡Siempre sea alabado Jesucristo en ustedes y en todo el mundo!
Después de la venida del Hijo de Dios, viene hoy a vuestro encuentro interno Mi Casto y Humilde Corazón para anunciar Mi fraterna y amorosa compañía espiritual a todos los misioneros, que a causa de las leyes terrestres no han podido embarcar en la misión importantísima que la Virgen María les encomendó.
Por eso, hoy más que nunca, pequeños hermanos Míos, Yo les pido a todos los grupos orantes que oren para que los planes celestiales de paz y redención que imparten los Tres Sagrados Corazones de Jesús, María y San José puedan sembrarse en todos los necesitados corazones del mundo.
Hoy me anuncio a ustedes para instruirlos al respecto de que, si dicha misión a India demorara más allá de lo previsto, es decir, más allá del próximo mes de agosto, les anuncio que existirán también otras misiones que estaban esperando madurar en vuestras consciencias, misiones hacia naciones como Tailandia, Sri Lanka, Nueva Zelanda y los países asiáticos, que en este tiempo son los que más necesitan de piedad, de amor, de servicio abnegado y de Misericordia.
Sepan, Mis misioneros, que cuando una puerta del mundo se cierra, otra puerta divina se abre para el mundo entero trayendo Gracias y bendiciones para todos.
Desde el Cielo, en lo profundo de Mi Casto Corazón, Yo los bendigo, animándolos a vivir en la fe y en la esperanza de que los planes de Dios son perfectos y precisos para estos tiempos. Sigan Mis pasos humildes en silencio y en oración.
Les agradece por vuestra oferta y dedicación,
Vuestro Padre Misionero,
San José Castísimo
Al término del mensaje, San José nos envió el siguiente impulso orante, especialmente para todos Sus hijos misioneros:
Oración de protección y luz para los misioneros de Dios
Dios Padre,
que por medio de San José Castísimo
tocaste nuestro simple corazón,
y nosotros en humildad y fe
respondimos a Tu misión celestial.
Te pedimos, en reverencia y amor,
amado San José, misionero fiel,
cúbrenos con Tu manto violeta de protección,
para que nuestros pasos sean invisibles.
Entréganos Tu santo Cetro,
para que podamos corresponder a la misión de amor y de paz.
Entréganos Tus poderosos siete lirios del Cielo,
para que bajo esta Gracia,
que proviene de Tu santo Corazón
nosotros podamos vivir ahora y siempre:
la pureza de alma,
el amor a la donación,
el servicio sin demora y sin tiempo,
la humildad como fuente de fe absoluta,
la entrega total a la Voluntad del Padre,
el rescate de los más necesitados,
la unión perfecta con todos los Reinos Creados.
¡Oh Humilde y Casto Corazón!,
que bajo Tu poder de amor y humildad,
se cumpla la gran misión de paz
en toda la humanidad.
Amén.
Queridos Míos:
Un importante movimiento universal y celestial está sucediendo hoy porque se cumplen seis meses de que Mi Consciencia Sacerdotal ha descendido, desde el Cielo de Mi Padre, para encontrarse día a día con ustedes, Mi pequeño y amado rebaño en redención. Por este motivo, hoy estoy misericordiosamente presente junto a Mi primer representante en la Tierra y embajador de la Paz: el Apóstol San Pedro.
Hoy quiero que, después de estos seis meses de infinitas misericordias, cada uno de Mis compañeros medite, reflexione desde la consciencia, los pasos maduros de entrega y fe que han dado en dirección a Mi Sagrado Corazón; quiero que mediten respecto de su amoroso interés por Mis Instrucciones diarias.
Al cabo de los próximos seis meses, durante los que continuarán viendo Mi Presencia Amorosa, se cumplirá un último ciclo de Apariciones diarias.
Después de su estudio interno de consciencia, quiero que perciban y comprendan qué es lo que ha sucedido con cada uno de ustedes, y cuáles fueron los verdaderos frutos que nacieron en sus corazones.
Hoy no les llamo la atención, sino que los llamo a despertar a la madurez espiritual.
Ustedes saben, Mis amigos, que el mundo está transitando por una grave crisis espiritual, que cada día que pasa repercute en todos los seres y en las decisiones definitivas de sus vidas. Es el camino al Gran Juicio Universal que llegará para toda la humanidad. Este Juicio es Misericordia y Gracia, porque a través de la piedad y el servicio, causas por las que ustedes trabajan, muchos alcanzarán misericordia.
De esta manera, hoy les revelo Mi Corazón dolorido por los grandes pecados del mundo, los que crecen más rápido que la cantidad de oraciones que se ofrecen.
Después de estos seis meses de mensajes diarios, estoy retirando del jardín de infantes a Mis niños y los estoy llevando a los primeros pasos de la madurez y de la verdadera sabiduría para sus espíritus.
En este día, que la consciencia se detenga para meditar sobre este importante llamado crístico a cruzar el portal, con madurez, rumbo a Mi Sagrado Corazón.
Dios espera que Sus hijos crezcan en la fe y en la esperanza para que despierte la reverencia en sus seres cada vez que oren Conmigo a las tres de la tarde.
Es momento de alcanzar la misericordia y dejar de aspirar a ella, es momento de avanzar como un maduro discípulo. Esmomento de estar despiertos en vida y en consciencia, para que puedan reconocer la diferencia entre Mi venida y la de aquel que usará Mi vestimenta para convencer a Mis rebaños.
Estamos en un tiempo de batalla espiritual, y es desde espíritus maduros que se definirá la victoria del Reino de los Cielos sobre toda la faz de la Tierra.
Ahora llegó el momento interior; Yo los contengo por sobre todas las cosas, porque en pocos nacerán los Nuevos Cristos y muchos se perderán en el camino por sus propias ideas. Solo se deberá obedecer a la Gran Luz Interior del Señor.
Bajo la Misericordia del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por persistir y vivir Mis Instrucciones desde el corazón.
Cristo Jesús, el Salvador
Entra en Mi Corazón de Luz y, en el silencio, te mostraré las respuestas que tanto buscas.
Únete a Mi Corazón Inmaculado y te llevaré a un estado de paz que aún desconoces.
Ven a Mí, en oración, y te daré a conocer los poderes de un Verbo que redime a las almas y restaura el mundo.
Permite que, a través de la comunión con Mi Hijo Jesús, el sagrado Cuerpo de Cristo transforme tu ser y tu existencia, transforme el curso de tu vida y reescriba tu historia en la Tierra y en el Universo de Dios.
Deja, hijo Mío, que la confesión con Cristo limpie tu corazón, atraiga al mundo el perdón y deposite en tu ser la infinita Misericordia que el Sagrado Corazón trae a la Tierra.
Encuentra en los Sacramentos la fuerza de tu vida, vive en los Sacramentos y por los Sacramentos. Transforma tu día a día en una comunión con lo Divino, para que lo Sagrado retorne a este mundo.
Hijos Míos, les quiero enseñar a estar siempre en el Corazón de Dios, quiero mostrarles el camino hacia la transformación, quiero conducirlos a lo Sagrado, a lo Divino y a lo verdadero, pero necesito que todos escuchen Mi llamado y practiquen Mis Palabras.
¿De qué les servirá solo oír Mi Voz, si no siguen las Instrucciones que les traigo?
Hace mucho tiempo que le hablo al mundo, le traigo de los Cielos las llaves para la salvación y para el encuentro eterno con Cristo; pero Mis hijos no Me escuchan, no profundizan en Mi llamado y no encuentran fuerzas en Mi Corazón para responder a la sagrada Voluntad de Dios.
Busquen las Palabras que les pronuncié a lo largo de los años, de los siglos; y podrán percibir en el corazón que se cumplieran lo que les pido, sus vidas no serían las mismas, y las dificultades y miserias del mundo tampoco serían las mismas.
Es tiempo, Mis queridos, de que cada uno cumpla verdaderamente su parte; que dé su respuesta a lo Alto, consciente de que eres parte de una humanidad que se pierde en las ilusiones del mundo.
Eleven los brazos hacia lo alto y pidan el auxilio de Dios para transformar aquello que no alcanzan por sí solos, pero no esperen que Dios los transforme por Sí mismo, sino den los pasos en dirección a la transformación.
Ya no digan, hijos Míos, que no saben cómo hacerlo, porque durante un año Mi Corazón les dictó diariamente los pasos que deberían dar. Y ahora, en infinita Misericordia, Mi Hijo desciende sobre la Tierra a dictarles, día a día, preciosas Instrucciones sobre cómo alcanzar el Reino de los Cielos.
Necesito contar con Mis soldados, necesito sus pasos en el camino de Mi Hijo; porque, hijos Míos, el mundo entero necesita esta transformación y aquellos que digan sí y que caminen, lo harán por todos.
Les agradezco por estar siempre Conmigo.
Yo los amo,
María, Madre y Reina de la Paz
Los que están más cansados de sí son los que, con humildad, deben venir hacia Mí. Pues aunque parezca que todo está igual, todo cambia en el interior del corazón que afirma día a día su compromiso eterno Conmigo. Y en el espíritu, todo cambia rápido cuando el corazón confía en Mi Misericordia todos los días a las tres de la tarde, porque es allí y en ese horario que Mi Consciencia hace milagros de liberación y de transfiguración en sus pequeñas células.
Comprendan ese misterio del poder infinito de Mi Perdón porque cada día que Yo desciendo desde el Cielo para entregarles Mis Pobres Palabras, Mi Luz Misericordiosa los absuelve antes de que cometan nuevamente un error.
Mi Corazón no se acongoja ni sufre por la cantidad de faltas que cometen las almas, en cambio Mi Corazón queda solitario en un desierto y con sed porque las almas no dirigen sus problemas mundanos hacia Mi Corazón, que todo lo puede y todo lo transforma.
A Mis compañeros les digo que hasta el fin de la vida sobre este mundo, encontrarán una prueba y un desafío para superar, en honra al Proyecto Redentor de Mi Sagrado Corazón. Y por más que la misma prueba se repita en sus vidas, nunca dejen de pedir auxilio y de humillarse ante Dios reconociendo su estado de imperfección. Porque así Mi Corazón siempre los reparará y los salvará mediante la Gracia que Yo he obtenido por los méritos de Mi Pasión en la Cruz.
Sean transparentes como el agua y puros como las flores para reconocer que nada podrán cambiar por sí mismos sin antes clamar por Mi Divina Misericordia.
Aquellos que aún naufragan en las pruebas, como dentro de una barca sin rumbo ni dirección, mediten si en verdad están clamando por Mi misericordioso auxilio de amor. Si así lo hicieran no permitirían que su arrogancia los ahogue como en el océano y, en la superficie de ese mar de oscuridad y de desafíos, podrían ver la Luz de la salvación que proviene de Mi Eterno Corazón.
Amo a aquellas almas que con simple valentía Me dicen todos los días cuánto Me quieren tener presente en sus vidas, porque a todas esas almas las recompensaré con Mi Perdón Sideral.
Bajo la Gracia del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por meditar en paz sobre Mis Palabras con el corazón.
Cristo Jesús, vuestro Salvador
Mis amados hijos del mundo:
¡Glorificado y alabado sea Cristo Jesús entre ustedes!
Hoy los vengo a visitar como su amorosa Reina del Cielo y de la Tierra, para traerles la buena nueva de que Mis hijos del mundo han comenzado a colmar sus almas a través del Portal* que con tanto amor, ustedes, Mis hijos, colaboran diariamente.
Por ese medio, muchas almas solitarias y en sufrimiento Me han encontrado y, así, esa Voz y Eco de Mi Corazón ha llegado a lugares en donde Mi Amor maternal ha podido ingresar en corazones que estaban distantes de Dios.
Por eso quiero, hijos amados, que con el mismo amor que hasta hoy han colocado en este instrumento de paz y redención, comiencen a cultivar la idea de ampliar esta tarea; porque en ese instrumento iré volcando más instrucciones para el próximo tiempo que vendrá.
Será necesario, como ya habían intuido, que las amorosas instrucciones de Mi Hijo, Cristo Jesús, tengan un espacio especial, como también las de José Castísimo, que instruirá a esta humanidad sobre cómo recuperar el proyecto original que Dios Padre diseñó para la raza humana.
A través de este instrumento, renovado en luz y amor, los Mensajeros Divinos que hoy están llegando al mundo para traer paz y esperanza, podremos estar más próximos a esta humanidad que necesita, en este tiempo, que la acompañen muy de cerca en los pasos definitivos hacia la salvación.
Este instrumento que tanto daño puede hacer a las consciencias cuando es utilizado con intenciones banales y destructivas, ha podido aportar una luz a todo el mundo, en medio de tanta oscuridad, a través de la tarea que realiza para la Madre Universal y el Redentor.
Hijos Míos, pronto iremos trabajando juntos para concretar los pasos, para que la nueva Faz de Mi Hijo que retorna al mundo sea conocida por todos y para que Su Misericordia ingrese a los corazones más duros, hasta que no quede ninguna esencia sin conocer el Amor infinito que Dios, Nuestro Señor, tiene por Sus criaturas.
Descansen hoy en Mi Paz, porque, a partir de mañana, mucho habrá por hacer.
Los guardo dentro de Mi Corazón Inmaculado. Los amo y bendigo sus voluntades, que se han entregado por amor y en amor a la tarea redentora de Mi Hijo, Cristo Jesús.
Gracias por estar hoy Conmigo.
María, Madre de Dios y de ustedes, Mis pequeños hijos
(*) La Madre Divina se refiere a la página web Voz y Eco de los Mensajeros Divinos.
Día a día veo con amor, en Mi Fuente de Misericordia, las rosas de la oración que sus esencias Me donan en humildad y fe.
Ese es el verdadero milagro de amor para estos tiempos: que Mi Insondable Misericordia se vea reflejada en los corazones de todos los seres que, con ardiente deseo, buscan una oportunidad. Por eso les digo, Mis compañeros, que no teman ver reflejado sus rostros del pasado en Mi Fuente, porque Yo estoy aquí para derramar la Gracia de la liberación y de la consagración sobre sus corazones.
Mi Corazón los conduce en estos tiempos por un camino desconocido para su intelecto.
Mi Camino se dirige hacia la Eternidad de Mi Padre. Por eso cultiven un corazón paciente, lleno de amor, esperanza y misericordia, porque en este tiempo de grandes definiciones las almas del mundo entero se podrán sostener por la pureza de la fe que siembren en la consciencia.
Mis Rayos, que penetran la corteza de la Tierra, llegan desde el Universo para despertar a los que duermen el sueño de la constante ilusión y están atrapados en ese juego. Por eso Me sirvo de pastores simples y de discípulos humildes, dispuestos a ser apóstoles de Mi Mensaje Salvador viviendo la caridad y Mi Ejemplo de vida.
En estos tiempos de falta de paz en el mundo, Mi Consciencia llega directamente desde el Reino de Dios para, una vez más, formar y ordenar la vida de todos los rebaños; Mi Luz remueve las impurezas y las imperfecciones para que, transfigurados por Mi Amor, ellos estén al servicio de la Voluntad Suprema del Plan de Mi Padre.
Por eso les pido que no teman; ustedes ya sabían que el tiempo de la purificación llegaría en el final de un ciclo para así dar comienzo a un ciclo venidero de paz para el mundo.
Por sobre todas las cosas, Yo los sostengo en Mis Brazos, principalmente a aquellos que Me lo permiten y que confían en Mi Llamado Redentor.
Al final, todo será comprendido.
Bajo la Luz Victoriosa del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por reflejar Mis Palabras en la esencia de sus corazones.
Cristo Jesús
Queridos:
Desde las tres de la tarde Mi sed poco a poco se sacia ante la inmensidad de almas que reposan en Mis Brazos de Piedad y Redención.
A las tres de la tarde traigo los Rayos Misericordiosos de Dios para animar a las almas a que Me sigan en los pasos del apostolado y de las misiones por todos aquellos que han dado vuelta el rostro a la Luz de Dios.
La amargura y el sufrimiento del mundo son liberados durante la Hora de la Misericordia, pero aún es necesario y urgente que aquellos, que no han llegado a Mi Fuente y que se pierden en el gran desierto interior, puedan alcanzar piedad y misericordia delante de Dios Padre.
Por eso, Mi Corazón forma nuevos apóstoles para que puedan encender nuevamente Mi Llama Crística en los corazones que están vacíos, solos y abandonados, en los corazones que están sin fe y desesperan día a día.
Hoy todos los que escuchan Mi Palabra tienen la Gracia de recibir la Misericordia de Mi Corazón.
Les pido a todos Mis compañeros que durante la Hora de la Misericordia estén bien despiertos ante Mi Presencia, que esfuercen sus seres para buscarme y sentirme, porque llegará el día en el que la llama de la oración será su única guía hacia Dios.
Hoy están Conmigo, como todos los santos días, pero no pierdan de vista la inercia que puede invadir sus espíritus y hacerles creer que están todo el tiempo unidos a Mi Corazón. No lo estarán hasta que por amor y sacrificio alcen su voz pidiendo y clamando por Misericordia.
Quiero encontrar a Mis discípulos atentos a los acontecimientos del mundo, no quiero ver a Mis amigos durmiendo por segunda vez, como los vi en el amado Monte de los Olivos.
Les pido persistencia, fe y voluntad para soportar las corrientes que vendrán en auxilio de la humanidad, la que cada día se separa de la Suprema Voluntad de Dios.
Les pido que tomen consciencia ante la tarea misericordiosa que cada uno de ustedes vive Conmigo, como miembro de esta humanidad.
Les pido sacrificio a los que han hecho votos de vida a Mi Corazón Redentor.
Les pido más oración y amor.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por recibir en humildad Mis Palabras con el corazón.
Cristo Jesús
Descansa en Mis Brazos de Amor, porque te restauraré y te haré conocer Mi Amor Misericordioso.
Guarda en tu corazón el camino de regreso que estás recorriendo hacia Mí, en honra a Mi Corazón Glorificado.
Deja que las huellas del ayer se borren con el agua de lluvia y de Gracia que derrama Mi Corazón.
En la quietud de la oración estoy presente para revelarte Mi Camino de redención y salvación.
Déjate guiar por el brillo de Mi Estrella, ella te llevará a encontrarte con Dios, el Padre del Amor.
Los océanos de misericordia están abiertos para recibirte, ya es tiempo de que llegues a Mi Corazón.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por guardar Mis Palabras en el corazón.
Cristo Jesús, es quien te agradece.
Confía en Mi Palabra, porque ella te dará la vida y te librará de todos los males que hoy puedas sentir.
Ábreme día a día el camino, para que Mi Corazón Pastoral te guíe paso a paso y nunca pierdas la oportunidad de aprender a crecer en la humildad.
Sé valiente ante las situaciones de la vida, ten esperanza en Mi reencuentro, porque espero que solo Me abras la puerta para que Mi Luz pueda reinar en ti y seamos uno solo en el Señor.
Abandona tus necesidades en Mi Corazón y, en la oración, ilumina cada una de ellas, porque así Yo te ayudaré a unirte a Dios con fervor y devoción.
Camina a Mi lado, no demores; construye Conmigo la Nueva Tierra Prometida.
Es tiempo de Misericordia.
Es tiempo de Piedad.
Es tiempo de Redención.
Sobre todas las cosas, sepan que los aguardo en el silencio.
Bajo la Luz del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por guardar Mis Palabras en el corazón.
Cristo Jesús, el Salvador
Aquel que cae y viene hacia Mi Corazón y se confiesa, Yo algún día lo liberaré porque a Mi Padre le importa más cuánto el alma haya aprendido de la misma lección que las veces que haya caído.
Así es la Misericordia de Mi Señor y de Su Primogénito Hijo que está en los Cielos y que vendrá a liberar del Infierno a cuantos padecieron en la ignorancia del corazón. Por eso, aquellos que caminan todos los días hacia Mí y con plena confianza en Mí encontrarán el consuelo supremo que Yo prometo para todos los que, en la fe, persistan en el camino de la consagración.
A cada alma de Dios le tocará aprender una parte del Gran Proyecto que fue diseñado en los orígenes de los orígenes y que, en el fin de este ciclo, la humanidad deberá aprender por la oración, el servicio y el amor.
Que nadie se canse de caminar porque la travesía hacia el Infinito es continua. Sus seres deberán seguir siendo purificados por Mi Fuego Redentor, siempre que Me lo permitan y, así, encontrarán el camino de regreso a las Moradas de Mi Padre en el Universo.
Acepten que ya viven en otro tiempo y que este es irradiado día a día por Mi Luz hasta en los lugares en donde existen el dolor y el sufrimiento. Caminen hacia Mí y que sus pies no se cansen de hacerlo por otros hermanos, para que se pueda cumplir Mi Proyecto Salvador.
Dejen atrás sus sentimientos, dónense completamente a la vertiente de Mi Espíritu, porque así todo estará cumplido. Cultiven un espíritu de humildad y de pacificación para que nada los inquiete y sientan en sus corazones la necesidad de entregarse al prójimo cada día más, como Mi Consciencia Universal se entregó a cada uno de ustedes.
Les agradezco por presenciar Mi Espíritu de Amor en este santo día. Que la absolución del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo los libere de todo mal y alcancen la Vida Eterna.
Estoy con sus corazones siempre.
Bajo la Misericordia del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por guardar Mis Palabras en el corazón.
Cristo Jesús
Intento día a día con Mi Poder Misericordioso permanecer vivo en los corazones imperfectos.
Mi Espíritu Redentor está presente en los verdaderos submundos de las almas con el fin de salvarlas como una vez lo hice cuando estuve entre ustedes en el mundo. Por eso Mi Esperanza por la salvación del mundo, por la salvación de la humanidad más dormida y pecadora, aún no termina.
Mi Océano es insondable y aún tengo mucha sed por aquellos que, habiéndome mostrado para ellos, Me dieron la espalda y esto es porque aún no conocen Mi Misericordioso Amor.
Parece que para muchos no alcanzó que el Hijo del Hombre diera Su Agua en la Cruz y derramara Su Sangre por todos. Mi Tarea Redentora no tendrá fin hasta que los infiernos que muchos viven y los sueños que muchos construyen acaben, mientras esperan el glorioso momento de Mi Retorno al mundo.
Preparo a aquellos que quieran despertar a una vida desconocida, que quieran despertar a lo que existe más allá de lo cotidiano y de lo normal. Mi Universo, el que he alcanzado, que no es de este mundo, se aproxima, y así se aproxima el Espíritu de Mi Padre para revelar al mundo la Faz que no conocen, que ignoran por colocar sus ojos en otros caminos que no son celestiales.
Mi Luz se vuelve a presentar en Espíritu para aquellos que Me quieren ver y para los que están muy distantes de Dios. Miren a su lado y observen con atención, porque el Hijo de Dios está volviendo en Gloria, y esa Gloria estará próxima de aquellos que se abran para reconocerla.
Por eso no estaré distante de ninguna oveja; Yo volveré para dar de comer de Mi Cuerpo y dar de beber de Mi Sangre en la Nueva Alianza constituida entre el Universo y la Tierra, la Alianza del Hijo de Dios que les dará la Vida Eterna.
Sean consecuentes y vigilantes en el fin de estos tiempos; estoy dando Mis Perlas a los que aún no saben administrar Mis Bienes Celestiales, estoy dando del fruto del Árbol de la Sabiduría a aquellos que más necesitan de Mí.
Los reúno nuevamente en Mi Cena Redentora para desenmascarar a los lobos y así redimirlos, porque quiero que todos estén en Mi Reino de Luz.
Bajo el Amor del Padre, sean misericordiosos.
Gracias por meditar sobre Mis Palabras con el corazón.
Cristo Jesús, el Redentor
Queridos compañeros Míos:
Hoy los llevo a todos hacia lo profundo de Mi Corazón y por esta emblemática unión Conmigo los reúno en torno de Mi Presencia para que puedan cumplir con los Mandamientos de Mi Padre.
Queridos amigos, sé que muchos de ustedes están a punto de cruzar el gran umbral del desierto interior para así vivir la transformación que el Padre necesita en sus vidas. Él Me envía hoy por amor a ustedes, por amor a toda la humanidad. Mi Misericordia hoy es el bálsamo esperado por sus corazones el que, mediante la Gracia vertida por Mí, les dará fuerzas para caminar, amor para poder vivir y fe para creer en Mi poderosa Palabra Redentora.
Hoy no solo estoy aquí con ustedes sino también con sus hermanos que están unidos a Mi Espíritu Sacerdotal en este horario de infinita misericordia.
Queridos Míos, veo también en ustedes un intenso agotamiento interior; les pido que concentren su fe en Mi Eterna Fe, su desesperación en Mi Consuelo, su dolor en Mi Compasión. Los amo, los amo tanto que di la vida por ustedes para que las generaciones pudieran estar presentes en vida en estos tiempos. Solo abandónense en Mis Brazos porque Mi Corazón ya ha recibido la preciosa consagración de sus almas.
Sepan, Mis compañeros, que el verdadero soldado de la Luz se forma empeñándose en servir y amar a Dios sobre todas las cosas. Adoro a aquellos que dan todo por sus amigos porque ellos se convertirán en servidores eternos de Mi Reino.
Mientras Mi Espíritu circula por el mundo derramando Gracias y Perdón, les pido que sean valientes todos los días y que no bajen el estandarte de la paz y de la redención.
Queridos, estoy retornando en Espíritu Omnipresente a fin de darles a conocer la Vida Eterna para sus consciencias. Encuentro en ustedes un luminoso camino lleno de bendiciones.
¿Qué más quieren para sus vidas si, desde la Cruz, les entregué por entero a Mi Santa Madre?
Mis amigos, afiancen su fe en el Inmaculado Corazón, porque él será para ustedes el camino de regreso a Mis Moradas.
Les agradezco por recibirme amorosamente.
Bajo el Amor Eterno del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por recibir Mis Instrucciones en el corazón.
Cristo Jesús, el Redentor del Mundo
Hijos Míos:
La llave para la conversión es el sacrificio verdadero que pueden vivir en sus corazones; sacrificio realizado con amor, con el esfuerzo impulsado por el alma y manifestado en la vida.
Hijos queridos, en el Cielo, medimos el grado de fidelidad por el grado de amor y de sinceridad. Cada acción debe ser verdadera. Aunque sus corazones no sientan la alegría del sacrificio, si es realizado con sinceridad y con amor, es aceptado en los Cielos como una fuente de conversión para las almas.
Veo un alma que Me acompaña cuando veo un corazón dispuesto a abandonarse a sí mismo ante Cristo.
En la alegría de los corazones valientes, hijos Míos, encuentro un refugio de paz. En los pasos dados a partir del corazón, encuentro el impulso para estar día a día ante Dios, para intervenir por el mundo. Solo busco encontrar en sus corazones un aliento para entregarle a las almas que sufren permanentemente. Cada vez que son capaces de superar las dificultades de la vida, una pequeña luz es generada y conducida a Mi Corazón.
No vengo a buscar la perfección, pero sí el esfuerzo constante, la voluntad sincera alimentada por el amor a los Planes de Dios.
Queridos hijos, ya les hablé mucho sobre el tiempo en el que viven. Ahora, Mis Palabras deben tornarse vida, acción y paz en cada uno de sus seres. Deberán ser verdaderos obreros de la Misericordia, y eso se alcanza con la voluntad del corazón.
Veo a muchos de Mis hijos que ya bajaron los brazos, aun antes de que se inicie la batalla. Veo a muchos de Mis soldados soltar el escudo de la persistencia para dejarse alcanzar por el enemigo.
Resistan, hijos Míos, resistan. Alimenten el corazón y el espíritu con la paz de Mi Presencia y reenciendan la alegría de vivir en donación al Santísimo Dios.
Mi Corazón llega para tomar de las manos a cada uno de Mis hijos y decirles, como Madre y Compañera, que aquí estoy, siempre y cuando Me quieran ver.
Soy su Madre. Soy la que trae el Espíritu de Dios grabado en el pecho para entregarlo a la humanidad. Soy la que ora constantemente por su despertar y su conversión definitiva. Soy la que sustenta a los que ya dijeron sí, para que se levanten en cada caída. Soy la que siempre está aquí, junto a sus corazones, para ayudarlos a crecer y a madurar bajo la guía de Dios Padre y en dirección a Su Hijo.
No teman escucharme ni tampoco responder a Mi llamado. Solo les pido que no pierdan el amor y la alegría que una vez deposité en sus corazones. No se alejen de Dios.
Vengo siempre a guiarlos y a conducirlos.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Mi mirada no deja de irradiar misericordia ni hacia el pecador más empedernido. Por eso, queridos, que las faltas no sean su objetivo ni limiten su existencia; que sus corazones se liberen de ellas por medio del amor y de la constancia que ustedes tengan en vivir en Mi Sagrado Corazón.
Si claman por misericordia, en el día del juicio espiritual e interior ante Dios Yo no seré un juez, sino que seré el Intercesor Misericordioso por toda la historia de ustedes. Mis Ojos observan hoy los grandes y graves pecados en el mundo, ofensas que hieren y flagelan Mi Corazón; eso ocurre por la falta de oración y de acciones de misericordia por parte de todos los seres.
Si ustedes Me fallan, no piensen en el castigo porque Dios es la presencia viva del Amor y de la Compasión, y Su Hijo Primogénito es el Manantial que les lavará las heridas y les purificará las manchas. Si caen, levántense y caminen cargando con valentía la cruz que el Universo les confió.
Recuerden que ustedes, a través de Mí, se estarán redimiendo, y el camino de la redención comienza reconociendo la imperfección de la vida terrenal. Mi Alma observa la belleza que Dios creó en sus almas y, por eso, estoy con cada uno de Mis rebaños, para recordarles lo que Dios les manifestó como vida y amor.
Si dejan caer los velos de la consciencia no se sorprendan por lo que verán y vigilen que el camino de su transformación esté guiado por el ritmo poderoso de la oración. Recuerden que los amo y que Mi Amor es más grande que la gravedad de sus faltas. En Mi Amor Paternal los libero y los purifico, en Mi Amor los guardo y los conduzco, porque en Mi Amor los consagro.
Carguen la cruz con alegría, vean el lado hermoso de su purificación y permitan que Mi Corazón los acompañe dentro de sus moradas. Los aliento a seguir adelante sin demora, el momento lo amerita.
Bajo la Gracia y la Misericordia del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por contemplar Mis Palabras con el corazón.
Cristo Jesús, el Redentor de Almas
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más