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Mis queridísimos hijos:
Debido a la delicada y crucial situación planetaria, debido a la creciente situación de los inmigrantes y de los refugiados, por motivos evidentes de la grave situación del efecto del clima y de las poblaciones y naciones en caos y en desorden espiritual, así como por muchos más motivos que no se podrían relatar en un solo Mensaje; el Sacratísimo Corazón de Jesús, a través del Materno Corazón de María, hoy viene a anunciarles que:
A partir del primer viernes del mes de enero de 2023 y durante todos los días viernes del año 2023, el Castísimo y Humilde Corazón de San José entregará Sus últimas Instrucciones semanales para que las almas no solo sientan la cercanía del Casto Corazón Paternal de San José, sino también que el corazón humano se prepare para enfrentar, con coraje y bajo el espíritu de filiación con San José, el fin de estos tiempos.
A través de la serie final de los Mensajes semanales de San José, que concluirá el último viernes de diciembre de 2023; la Jerarquía Divina, unida a la Suprema Voluntad del Padre, intentará socorrer y auxiliar espiritualmente a los que más necesitan.
Es así que, a través de esta Gracia ofrecida por el mismísimo San José y otorgada por el Padre Eterno, todas las semanas las almas devotas de San José recibirán las últimas Instrucciones que necesitan en esta etapa final.
De esa forma, se concluirá, a través de los últimos Mensajes de San José, el Legado de los Mensajeros Divinos, ya que el 2023 indicará el comienzo del fin del ciclo de los últimos 15 años de Apariciones.
Por eso, Mis hijos, los invitamos a servirse de estos últimos impulsos para que la mayor cantidad de almas posibles lleguen a Dios, al Padre Eterno.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Como en el Mensaje del sábado pasado, les dije claramente que no se cumplió Mi llamado maternal en Garabandal ni en La Salette; hoy, su Madre Celeste, como la Señora de Guadalupe y la Reina de la Paz, viene para extender Su Sagrado Manto sobre todos Sus hijos, para que la mayoría de Mis hijos estén protegidos de las adversidades de la guerra, de la persecución entre cristianos y de las catástrofes de la naturaleza.
Yo vengo, como la Madre del Mundo, para hacerles escuchar el grito de la Madre Tierra y de los Reinos Menores. Y como esto no es tomado en consideración, Mi llamado maternal se vuelve a repetir y a reforzar para que no se siga concretando, de forma tan temida, el Tercer Secreto de Fátima.
Hijos Míos, es necesario hacer algo. Como Madre Dolorosa, a los pies de la cruz del calvario del planeta, vengo a pedirles que ya no sean indiferentes ni insensibles.
Vengo, como su Madre Celestial, a abrirles los ojos de la consciencia para que puedan despertar a través del sentimiento verdadero del corazón.
Queridos hijos, hoy, el grito del planeta, de los volcanes, del clima, de toda la miseria y de la guerra de la humanidad, es también Mi grito, es Mi clamor, es Mi Voz de un ¡basta!
Ya no sean parte de un dolor y de un sufrimiento desgastado; sean parte de la Nueva Tierra, del surgimiento de la Nueva Humanidad, libre de tantos errores y penas.
Hoy, Yo estoy aquí con Mi Corazón marcado por las señales de Mis hijos y de un planeta sufrido.
Estoy aquí como la Portadora de la Paz para el mundo, como la Señora de la Esperanza.
Que la Tierra sea bendecida y sea consagrada a Dios, a través del sí de los apóstoles de Cristo.
A pesar de la actual crisis mundial, les vuelvo a decir que, al fin de todo, Mi Inmaculado Corazón triunfará.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Después de 1961, su Madre Celeste, a través de la Virgen del Carmen de Garabandal, llegó al mundo, especialmente con Su Mensaje a la Iglesia, para que todos los que la integran tuvieran tiempo de enmendarse y de corregirse.
Pero, aunque su Madre Celeste, a través de las videntes de Garabandal, haya sido muy clara y directa, con la ayuda de San Miguel Arcángel, el Mensaje de Garabandal no fue acogido ni respetado; lo mismo sucedió en La Salette.
Ahora, cuando la humanidad se encuentra dividida por las guerras, por los desastres de la naturaleza; cuando la humanidad está indiferente y en algunos casos insensible; cuando la humanidad enfrenta el desafío de un planeta colapsado y traumatizado; aun así, el Mensaje de Garabandal ni siquiera fue reconocido.
Por eso, vengo a pedirle al mundo y también a la Iglesia que ya no intenten hacer callar al Verbo de Dios.
Vengo a pedirles que los santos lugares, bendecidos por la verídica Presencia de los Sagrados Corazones, sean reconocidos y aceptados; porque mientras todo sea negado, todo aquello que viene de Dios, ni la Iglesia ni ningún lugar de este herido planeta podrán ayudar ante todo lo que ya está sucediendo.
Los invito a reconocer la Presencia del Altísimo a través de Nuestra Presencia. Mientras ese gesto honesto y sincero no exista, Mi Corazón repleto y lleno de Gracia sentirá dolor por no encontrar espacios ni corazones en donde poder derramar Mis Gracias.
Invito a la Iglesia ultrajada por la difamación, por la falta de transparencia y de castidad, a que se rinda y pida perdón para que siga siendo un pilar de santidad y de caridad, y ya no sea una triste noticia que compromete la espiritualidad de millones de personas en el mundo.
Es tiempo de que cada sector de esta afectada superficie reconozca sus errores y los enmiende, antes de que Mi Hijo venga a separar la paja del trigo. Aún queda poquísimo tiempo.
Agradezco a los que oran, sin esperar nada a cambio.
Les agradezco por responder y por escuchar abiertamente Mi llamado maternal.
Siempre los bendice y ora por ustedes,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis amados hijos:
Mientras las más dolorosas llagas de Ucrania siguen abiertas por el terror de la destrucción y de la guerra; les agradezco que hoy estén aquí, Conmigo, en simplicidad y amor, para que su Dolorosa Madre de Lourdes interceda por las familias, los hogares y las ciudades destruidas de Ucrania, a fin de que los que perdieron la consciencia recapaciten y detengan las armas.
Queridos hijos, estoy aquí para decirles que, una vez más, la Dolorosa Madre de Lourdes se unirá a todos Sus hijos en oración especial mañana, domingo 27 de noviembre, sagrado día de las 1 000 Ave Marías.
En esta ocasión, les pido que rueguen a Dios porque la inocencia de los niños en la guerra está en juego, y los traumas que generan las armas de la guerra están aplacando el amor y la unidad de las familias que viven en la guerra de Ucrania como también en otras guerras.
Mi Corazón vendrá, el próximo 13 de diciembre, a pedirle al mundo, y en especial a Europa, la reconsagración al Inmaculado Corazón de María para que no se cumpla el Tercer Secreto de Fátima.
Queridos hijos, que sus oraciones en las próximas 1 000 Ave Marías, alivien el llanto de los niños en la guerra, el llanto que su Madre Celeste escucha todos los días.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice y los convoca,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
Hoy, estoy aquí, en la Casa de Cristo. Puedo estar más cerca, espiritualmente, de la traumatizada Ucrania. Puedo recoger las oraciones de todos los que oran por la sagrada causa de la Paz.
Por eso, hijos Míos, estoy agradecida porque, en esta hora del planeta, muchas situaciones necesitan ser atendidas, y es urgente para Dios que haya una intercesión celestial.
Por eso, cuando las voces se unen en oración, Yo como Madre del Mundo puedo interceder y abrir, una vez más, las puertas de los Cielos para que los Ángeles de la Paz y de la Reconciliación ayuden a las almas más perdidas, especialmente a las almas que están en los conflictos y en las guerras.
Queridos hijos, por ese motivo, Yo estoy aquí, para irradiar Mi Amor y Mi Luz al mundo; para decirle a los mundos internos de las Criaturas de Dios, Mis Hijos, que se detengan y escuchen el grito del planeta y de las familias desplazadas por la guerra, por el hambre y por la migración.
¿Hasta cuándo sucederá esto?
Por eso, Mi Mensaje llega para sensibilizar, aun dentro de la Iglesia de Cristo, a los que no piensan en los refugiados ni en los pobres.
Espero, queridos hijos, que antes de que todo suceda, más almas buenas sean capaces, Conmigo, de ayudar a equilibrar la balanza de la Ley; porque, de lo contrario, será la propia humanidad, como lo viene haciendo hasta ahora, que se lastimará a sí misma.
Rezo para que no existan ideas autodestructivas en la superficie de la Tierra, para que ninguna bomba más sea lanzada sobre las naciones como si fueran desperdicios. ¡No, hijos, no hagan eso!
Sean capaces de percibir hasta donde llega el mal. Arrepiéntanse y pidan perdón, porque queda poco tiempo.
Recemos para que la poca paz que hay en este planeta no desaparezca.
¡Les agradezco por estar unidos a Mí en oración!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
Hoy, vengo al mundo como el Gran Espejo Mayor de Dios.
Vengo como Instrumento simple del Padre Eterno para que en Brasil y en el mundo, a través del Espejo Interior de Mi Corazón, se reflejen y se depositen, una vez más, los méritos victoriosos alcanzados por Mi Hijo Jesús, méritos guardados preciosamente en el Arca de la Santa Alianza.
Será de esta forma, hijos Míos, que Brasil y el mundo serán aliviados de las invasivas informaciones y estímulos que el ser humano recibe en estos tiempos, volviendo su vida insensible, autónoma de Dios e indiferente ante las graves situaciones dolorosas que atraviesa la actual humanidad.
Como ese Gran Espejo Mayor de Dios, hoy, llega su Madre Celeste para que el mayor número de almas tome contacto, en los planos internos, con los Atributos de la Fuente Suprema. Esto es urgente, porque a medida que el tiempo corre, en esta caótica superficie, muchas almas son desconectadas de lo que es verdadero y de lo que es esencial.
Por ese motivo, una vez más, el Padre Celestial Me envía al mundo, al mundo sufrido; para recordarles, a los creyentes y a los no creyentes, que muchos se están dejando arrastrar hacia el abismo de la bestia; y ella, por medio de su astucia, de su soberbia y de su arrogancia, engaña y retiene con sus garras a muchos sacerdotes de la Iglesia, a muchos pueblos y naciones que ya se están convirtiendo en el territorio de la extensa oscuridad espiritual.
Con ruegos y más consciencia, vengo una vez más para pedirles que sigan orando por Brasil y por Sudamérica, porque está en sus manos el destino del Brasil y del mundo entero.
Mientras tanto, la Madre de los Espejos de Dios reúne, en este tiempo, a todo Su ejército sobre la superficie de la Tierra, para despertarlos y para llamarlos a la realidad, de la cual muchos se quieren esconder, por temer enfrentar esa realidad.
Pero Mi Hijo les dio Su Palabra, les entregó Su Mensaje a través de los últimos años y les otorgó el camino de su conversión y de su perdón a través de la ciencia espiritual de los Sacramentos.
Recuerden, entonces, todas las Gracias recibidas y actúen conforme a la Voluntad de Dios, porque llegarán momentos de mayor vigilancia y de discernimiento.
Confíen en el Espíritu Santo y no dejen de dar los pasos hacia el Corazón de Dios.
No se olviden de los actos de Misericordia. No se cristalicen en el camino espiritual y orante.
Sean guerreros disponibles en el amor, en la tolerancia y en la paz.
Cultiven el diálogo, manifiesten coherencia en sus elecciones, pero sigan fielmente los Atributos de Dios. Así, harán un planeta más libre de la oscuridad, de la violencia y de la impunidad.
Amen la vida y respétenla. No permitan que la Creación siga siendo ultrajada.
Rezo por Brasil, por su destino, por todo su querido pueblo de Dios.
Sean pacificadores de Mi Hijo. Les pedimos, una vez más, que no se involucren con las mentiras y con los comentarios, que amen el Silencio de Dios.
Les agradezco por responder, en consciencia, a Mi llamado.
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Que la Paz de Cristo sea en ustedes y, en este momento, en todo Brasil.
Con especial predilección, estoy al lado de cada hijo orante que, en estos días, se ofrece a dar continuidad a la Oración por la Paz en Brasil.
Para Dios, los últimos acontecimientos en Brasil, demuestran la falta de unidad y de paz entre hermanos de un mismo pueblo. Por eso, continúen elevando sus oraciones a Mi Corazón de Madre para que la Señora Aparecida pise con Sus Pies la cabeza de la astuta serpiente que quiere colocarlos los unos contra los otros.
Mis queridos hijos de Brasil, no se olviden de sus raíces originales y de su cultura. Su pueblo, que siempre fue bendecido por Dios, proviene de tradiciones y de enseñanzas sagradas.
Vuelvan, ahora, hacia sus orígenes. Permitan que, entre ustedes, se puedan reconocer como una única familia brasilera, cálida, alegre, servicial, amorosa y disponible para ayudar.
Ya no se pierdan en lo que es superficial y mentiroso. Crean en la fe que siempre los caracterizó, y entreguen su pueblo y nación a los Pies de la Señora Aparecida.
No dejen de orar por Brasil. Deseo que sea Mi Corazón el que triunfe en este pueblo amado; así, Mis hijos alcanzarán la paz.
Con Mis Manos unidas en oración por este momento; les pido, Mis hijos, que sean pacificadores del Señor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
Que esta noche y el día de mañana, a través de las 1.000 Ave Marías, sean dedicados a un estado interno de vigilia y de oración, para que las almas de Brasil y sobre todo sus Ángeles de la Guarda guíen a las consciencias a través del camino del discernimiento y de la Sabiduría Divina.
Mientras tanto, hijos Míos, su Madre Celeste junto con el Cristo Redentor estarán acompañando el día de mañana, implorándole a Dios, a través de las oraciones de todos los Ángeles del Cielo, que el Ángel del Brasil y todo su pueblo estén amparados, siguiendo el camino de la fe, de la esperanza y de la justicia.
Por eso, queridos hijos, el día dedicado a las 1.000 Ave Marías será culminante para Brasil.
A pesar de lo que suceda, hijos Míos, no se olviden de que Yo siempre seré su Madre, la Señora del Brasil y Guardiana de los corazones.
Mantengamos encendida la llama de la fe.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
Hoy, con inmensa e indescriptible alegría, por estar aquí presente con ustedes, vengo a cerrar esta sagrada etapa de la Peregrinación por la Paz. Y, con júbilo, vengo a establecer, bendecir y abrir el nuevo Centro Mariano Sagrada Arca de Dios; para que, a través de la Comunión con el Padre Celestial y con los Reinos de la Creación, los mismos Códigos que recibió Noé se depositen espiritualmente en este lugar y desde aquí en todo el Brasil.
El Centro Mariano Sagrada Arca de Dios tendrá la misión de orar para que el verdadero Gobierno Interno del planeta, que es el Gobierno de la Jerarquía, se cumpla espiritualmente en este país y, a través de este país, en el mundo entero.
La tarea de Mis hijos de Brasilia será expresar este Sagrado Centro Mariano, al que bendeciré en un próximo tiempo, cuando parte de él ya esté manifestado.
Que este lugar sea un espacio para la cura interna y para la reconciliación de los corazones.
Aquí deberá manifestarse la Fuente de la Señora de las Gracias, para que Mis hijos de Brasilia, de la región y del mundo entero puedan llegar hasta aquí para recibir Mis Gracias.
Así también, aquí se expresará la Via Sacra y la pequeña Capilla del Castísimo Corazón de San José, además de una pequeña plaza con el Sagrado Corazón de Jesús.
Queridos hijos, los invito a estar en júbilo y alegría en este día, junto con su Madre Celeste, agradeciendo a Mi Hijo, porque finalmente se instituye un punto de Luz en la superficie de esta región de Brasil.
El Sagrado Nombre que rige a este Centro Mariano es Elohim.
Les agradezco por cumplir las aspiraciones de Mi Amado Hijo.
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis amados hijos:
Hoy, vengo aquí, trayendo en Mis Manos el Ensangrentado Corazón de Jesús, porque Mi Hijo clama por reparación ante las guerras, los conflictos y los ultrajes que aún se viven en este mundo y en las religiones.
Vengo con el Corazón Ensangrentado de Mi Hijo a pedirles que, en honor a Su Divino y Santo Nombre, Me acompañen, en sacrificio, en una especial tarea espiritual no pública, en el Núcleo-Luz de Figueira en San Carlos, el Núcleo de la Madre del Alivio del Sufrimiento.
Necesito llegar allí para dar a conocer la importancia de la concreción de Mi pedido de la Casa de San Lázaro; porque a través de esa Casa, su Madre Celeste y Sus Ángeles Curadores le traerán al ser humano de estos tiempos el alivio espiritual que todos necesitan en este ciclo.
Iré, extraordinariamente en peregrinación, hacia Mi Casa en San Carlos, para fortalecer en estos tiempos de emergencia el proyecto de manifestación de dicha Casa, como también iré a bendecir a las familias y a los niños que son parte del Proyecto Fraterno Servir.
Mi urgencia es que, al menos, en algunas regiones del planeta exista la presencia del Amor de Dios, del Amor que cura, que sana y que redime el sufrimiento de estos tiempos.
Queridos hijos, de esa forma, en sacrificio, su Madre Santísima peregrinará en compañía de un pequeño grupo para que el 25 de octubre se lleve adelante esta sagrada tarea, a través de una Aparición Extraordinaria de la Virgen María.
Mi Hijo Me entregó Su Ensangrentado Corazón, pidiéndole a la Madre del Alivio del Sufrimiento que intercediera por las almas que, en este tiempo, ya se condenaron. Por eso, el dolor de Mi Hijo es indescriptible.
Desde ahora, les agradezco a todos los que puedan colaborar de todas las formas posibles para que este reservado y extraordinario encuentro se cumpla.
Quisiera terminar, Mis amados, diciéndoles que el mismo día 25 de octubre será compartida una trasmisión en vivo, extraordinaria, para transmitir lo que sucedió en San Carlos.
¡Les agradezco por seguir Mis Pasos!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
Hoy, su Madre Celeste ya peregrina, en los Planos Celestiales, hacia Brasilia, para acompañar la Sagrada Tarea que llevará adelante el Casto Corazón de San José y también para poder estar muy unida a Mi Hijo por la importantísima ayuda espiritual e interna que Él ofrecerá, a través de las almas de Brasilia, a todo el Brasil.
Queridos hijos, de la misma forma, su Madre Celeste los llama para que, desde donde ustedes estén y a través de la Oración por la Paz en Brasil, también peregrinen internamente acompañando a toda la Divinidad en esta próxima etapa de peregrinación.
Queridos hijos, también los invito a difundir Nuestro amoroso llamado en todos los lugares posibles; para que más almas, necesitadas de luz, de amor y sobre todo de esperanza, puedan llegar, aproximándose a los cálidos y devotos Encuentros de Oración que serán ofrecidos en Brasilia.
Desde ahora, su Santísima Madre los acompaña y, desde ya, les agradezco por todo lo que será construido.
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
Que, en estos días de oración especial, sus pedidos y plegarias por Brasil lleguen a Mí con el más cálido amor de Mis hijos, como rosas a los Pies de la Madre Celestial.
Queridos hijos, unámonos, en este momento, al Corazón de Mi Hijo para que el Sublime Gobierno Espiritual colme a las almas de esta nación de Brasil y así, el Propósito de este país esté protegido y amparado bajo las luminosas alas del Ángel Guardián de Brasil.
De esa forma, queridos hijos, que a través de la poderosa oración del corazón también el Espíritu Santo guíe e inspire al corazón de Mis hijos para que siempre prevalezca el discernimiento y la paz que este querido pueblo de Brasil necesita.
Como su Madre, como la Señora Aparecida, estoy rezando todos los días, junto con ustedes, y uno Mi Voz de Sierva y de Esclava de Dios para que en Brasil y en el mundo entero se cumpla la Voluntad del Padre Eterno.
El sentido de Mi deseo de Madre es que Brasil no se convierta en un escenario de incongruencias y falta de sentido espiritual.
Ustedes, Mis hijos, deberán seguir permitiendo que la Señora Aparecida continúe siendo la Gobernanta de esta nación, destinada a ser la cuna de una Nueva Humanidad.
Sigan rezando con fervor, dejando que la Llama Sagrada de la Sabiduría dé entendimiento y razón a los corazones humildes.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Me alegra reencontrarme con Mis fieles y amados hijos, en este Sagrado Cielo azul, en donde muchas experiencias fueron vividas por ustedes, Mis hijos. Noches oscuras fueron atravesadas, momentos de alegría fueron vividos y compartidos y, hoy, están aquí Conmigo, en fidelidad y en amor.
Quisiera que sepan que los tiempos que llegarán no serán buenos, pero si las almas se arrepienten de corazón y se entregan con fe al Inmaculado Corazón, todo se podría evitar.
Ahora, que sus pies están cansados de esta trayectoria y de este camino, renuévense.
Yo estoy aquí y Soy su Madre, la Madre que nunca los abandonará, la Madre que siempre los recibirá y les entregará la Paz que tanto necesita el mundo entero.
Alégrense, porque estoy aquí para concederles una vez más Mis Gracias, para otorgarles el Perdón de Dios y la renovación de sus vidas en este ciclo definitivo, en el que el esfuerzo será la gran llave maestra entre todas las llaves; la llave que abrirá la puerta para el descenso de la Misericordia de Dios.
Por eso, hijos Míos, que sus mentes se expandan, que sus corazones se abran mucho más de lo que están abiertos, para que las consciencias que se han autoconvocado puedan llegar aquí, como está previsto en la Aspiración del Padre Eterno.
Todo lo que aprendieron, a través de los tiempos, ha sido para este momento, hijos Míos, para esta hora definitiva, en la que deben aprender a caminar en el sacrificio por amor a Dios y por amor a Mi Hijo; porque Él nunca les entregará una cruz tan pesada que no la puedan llevar por sí mismos.
Él les entregará la cruz de la liberación y de la redención, así como la cargó de forma valiente hace mucho tiempo, por cada uno de ustedes. Por eso, sigan participando en esa fidelidad a Dios y a Mi Corazón Inmaculado.
Agradezco desde siempre, el canal ofrecido en este lugar, para la Vigilia y la Adoración.
Hijos Míos, es hora de reconstruir las bases espirituales de esta humanidad, a través de ese importante ejercicio de Adoración al Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo, porque mientras eso no sucede ustedes saben que las almas se pierden y se pierden; y Mi deseo es llevar a todos hacia Dios, no solo a los que ustedes desconocen, sino también a sus familias, a sus seres queridos, a todos los que están próximos a sus vidas.
Todos necesitan conocer la Misericordia de Dios. Y ese Misterio se reveló y fue entregado en la Cruz a través de la Sangre derramada de Mi Hijo, en cada gota que Él derramó por el mundo.
Hoy, para esta renovación, Mis Gracias les traen los Códigos de la Sangre de Cristo para que, después de lo vivido en estos últimos años, sus consciencias se puedan sentir curadas y renovadas, puedan asumir con madurez y entusiasmo la cruz que Mi Hijo les entrega, por amor a la humanidad y al planeta.
Y desde ahora, hijos Míos, su Madre Celeste ya sabe, todo los que ustedes harán para poder recibirme el próximo 13 de octubre, porque ustedes ya aprendieron a servir y a donarse.
Quiero que, a los pies de Mi Altar que elevarán en ofrenda a Mi Inmaculado Corazón, no solo estén las flores que siempre Me colocan a los pies, sino que sus vidas, en estos próximos días y en los tiempos que vendrán, sean esas bellas flores de la conversión, del perdón, del amor y de la redención, que Yo podré recoger con Mis propias Manos para entregárselas a Dios y confirmar que el Plan de Mi Hijo en este mundo es posible.
Hoy, abrazo con Mi Manto a todos los que lo necesitan. Hoy, coloco sobre Mi Pecho a todos los que necesitan sentir el latir de Mi Corazón, para que recuerden que la Madre Consoladora y Corredentora está siempre aquí presente, en Espíritu y en Divinidad.
Alégrense, porque el fin del cautiverio llegará no solo para ustedes, sino también para el mundo entero; porque cuando Mi Hijo retorne, Él todo lo renovará y lo transformará por los méritos alcanzados en Su Pasión, Muerte y Resurrección.
Que este día, sus almas resuciten en espíritu bajo el Amor de Dios, bajo la Presencia de la Madre del Espíritu Santo y ofrézcanle a Dios lo mejor que puedan darle, por más pequeño que parezca que sea verdadero y sincero; porque es en lo pequeño y no en lo grande, en donde Dios obra, a través de las almas y de los corazones abiertos a Su Amor Consolador.
Y así, como he hecho en estos últimos días, en estas últimas semanas, en esta especial Peregrinación de reencuentro con Mis queridos hijos, volveré a ofrecerles el Sacramento de la Unción, para que la señal de la Cruz de Emmanuel los santifique, los proteja, los sane y los acompañe en esta nueva etapa de renovación y de refundación de las bases del Propósito de este Núcleo y de este punto de Luz Espiritual en esta parte del planeta.
Hijos, no le tengan miedo a la cruz, Yo estoy aquí y Soy su Madre, la Madre de toda la humanidad y del planeta. Recuerden que aquí Yo encuentro la fuerza interior en los que adoran, oran, vigilan y sirven a Dios.
No solo Mi Hijo busca un lugar donde reposar y repararse, su Madre Celeste también busca ese lugar en los corazones que sirven a la Obra de Dios en este planeta.
Coloquen a Mis Pies sus intenciones en el silencio del corazón, que Yo se las llevaré a Dios.
Oren y no dejen de hacerlo, por su protección y por la protección de sus familias. Únanse a Dios a través de la oración.
Hagamos la oferta a Dios, desde lo más profundo de Mi Corazón, en este momento.
Padre Celestial,
que a todos conduces,
acepta nuestra oferta de entrega a Ti.
Guíanos, por el Camino del Amor,
para que Tu Voluntad sea hecha.
Amén.
Yo les agradezco por haber respondido a Mi llamado, de forma tan inmediata, porque cuando eso sucede, hijos Míos, la humanidad deja de sufrir.
Y ahora, vayamos a los pies del Altar de Cristo, ustedes como Sus compañeros y apóstoles, y ofrezcamos no solo el pan y el vino para que se conviertan en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo, sino también ofrezcan sus corazones, para que esta renovación llegue a sus vidas y a sus familias, a través de la bendición del Espíritu Santo.
Estén en paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos:
Antes de retomar el camino peregrino que nos llevará a Brasil, su Madre Celeste se detiene en los planos internos del Reino de Aurora para reposar, en el silencio y en la paz de todos los Reinos de la Naturaleza.
Así como lo hice el último sábado con Mis hijos de la Comunidad de la Hermandad; hoy, vengo a comunicarles que su Madre Celeste visitará la Comunidad Fraternidad, a través de una Aparición extraordinaria y reservada en la sala de oración del área de Redención 2.
Mañana, quisiera que Me esperen con sus cantos y oraciones y que Me ofrezcan un simple altar, en honor a la Santísima Virgen de Fátima para que, en esta etapa de reposo, su Madre Celestial no solo pueda bendecir el nuevo ciclo comunitario en Aurora, sino también desde Aurora, Yo pueda volver a bendecir a Uruguay y a Sudamérica.
Ese momento que compartirán Conmigo, después será transmitido a través de un audio, el mismo 25 de septiembre, para que Mis demás hijos acompañen, de corazón, las Palabras maternales que Yo dirigiré a Mis hijos de la Comunidad Fraternidad.
Cumpliendo este pedido, Yo le volveré a pedir a Uruguay la consagración a Mi Materno e Inmaculado Corazón, a fin de que este bendito país esté protegido y resguardado de las malas intenciones que hoy, infelizmente, también se promueven en otros países de América.
En Brasil, Mi Hijo retornará con todo el poder del Verbo Divino para advertir y aclarar las ideas y las mentes de las personas, para que Brasil siga sosteniendo internamente el destino de convertirse en el Nuevo Edén de Dios para el mundo entero.
Mis hijos, recemos; y les pido, una vez más, que se comprometan de corazón y de palabra con las diferentes Oraciones por la Paz en las Naciones. De la participación y de la presencia de cada Hijo de María dependerá que algunas tristes situaciones no se plasmen ni se concreten en la materia.
Desde ya, estoy agradecida por los que, hasta los días de hoy, sostienen las Oraciones por la Paz en las Naciones, respondiendo con fidelidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
A los soldados y guerreros de la Misericordia de la Comunidad de la Hermandad
Mis amados hijos:
A pesar de la soledad, del abandono o de la duda que, en estos dos últimos años, pudieron sentir, hoy son colmados por Mi más profundo y cálido Amor Maternal.
Queridos hijos, todos los días recé por su persistencia y entusiasmo; a pesar de que vivieron, en carne propia, la dolorosa agonía de Mi Hijo, a través de la pandemia en esta perdida humanidad.
Pero ahora, miren, hijos, estoy aquí y Soy su Madre del Espíritu Santo; Soy la Guardiana de su caminar hacia Dios.
Hijos amados, hoy les puedo decir que sobrevivieron y que están prontos, a pesar de sus purificaciones, para seguir sobrellevando el fin de estos tiempos; un tiempo aún desconocido e impredecible para toda la humanidad.
Pero ustedes, a pesar de todo, supieron ser guerreros de la Misericordia; y lo más importante, Mis amados hijos, aprendieron a colocar el Plan de Mi Hijo en primer lugar, a pesar del momento incierto y oscuro que vivió la humanidad.
Mi Hijo, como un Buen Pastor, estuvo allí presente en cada acierto como en cada prueba. El poderoso Amor de Cristo los sostuvo a cada uno y así, ustedes, más allá de todo, aprendieron a sostener este Sagrado Centro Mariano.
Por eso, hoy estoy aquí para agradecerles, para entregarles Mi Gratitud y Amor Consolador.
Hijos, cada esfuerzo sincero, que fue vivido por ustedes, es valorado y reconocido por el Padre Eterno, y es guardado en lo más íntimo de Su Corazón Silencioso.
Por eso, en este día, siéntanse renovados, siéntanse fortalecidos por su Bendita y Humilde Madre Celeste.
Todos los que, en estos dos últimos años, pasaron y compartieron en esta querida Comunidad, le dejaron al Sagrado Corazón de Mi Hijo una marca de amor y de sacrificio.
Ahora, levántense y sigan caminando.
Soy la Madre del Calvario, la Madre que llega hasta cada uno para escuchar de cada Cristo Interno: “Madre, Yo renuevo todas las cosas”.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
Mientras en el mundo los elementos de la naturaleza demuestran la trágica realidad del fin de los tiempos, la Divinidad interviene en todas las situaciones posibles para que la Ley de la Justicia Divina no se concrete en el espacio material de este planeta.
Por eso, en emergencia y prontitud, la Jerarquía trabaja sin demora para intentar aliviar las diferentes realidades que, movidas por la actuación de silenciosas puertas inciertas, se unen al desequilibrado plano mental planetario, agravando el estado de la consciencia del planeta.
En este sentido, queridos hijos, la oración, en este momento, debe ser la prioridad de todos, porque mientras no estén bajo el espíritu de la oración, muchas más consciencias serán arrastradas por esas puertas inciertas hasta que las almas se pierdan completamente.
Es realmente necesario y urgente que Mis hijos puedan reconocer y percibir cómo está la situación del mundo para que, decididos y como apóstoles maduros, caminen por el mundo junto a la Jerarquía Espiritual para detener lo que, en este momento, se está convirtiendo en irreversible.
Estén atentos y no se distraigan, cada minuto de sus vidas deberán ofrecerlo en un estado de perpetua oración y elevación, para que también los legionarios de Cristo estén invisibles pero activos a través del servicio por la redención y la cura de esta humanidad.
Por ese motivo, no se sorprendan cuando la Jerarquía cambie el destino de su peregrinación. Cuando esto suceda, como lo fue hace pocos días, deberán darse cuanta por ustedes mismos que hay algo que no está bien en la región o en el país por donde la Jerarquía peregrina junto a ustedes.
Siempre, hijos Míos, de alguna forma, la Divinidad decidida y atenta hará todo lo posible, y lo que esté al alcance de cada realidad, para cumplir y concretar la asistencia espiritual e interna que cada espacio del planeta necesita.
Con este preámbulo, ahora nos prepararemos para la siguiente etapa, que es la más importante, ya que los Tres Sagrados Corazones intervendrán, una vez más, por Argentina y Sudamérica.
Desde ahora, les agradezco la estricta obediencia de todos, en este momento tan definitivo para el próximo destino de la nación argentina.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos de Argentina:
Heme aquí, Soy su Madre Celestial, la Madre de Luján, la Virgen Santa del Rosario de San Nicolás.
Vengan a Mí, Mis amados y heridos hijos de Argentina. Yo estoy aquí y He regresado para consolarlos, para decirles que, como su Madre, He acompañado cada momento de sus vidas, como también cada situación del país.
Hijos, tómense de Mi Mano, los quiero llevar a Jesús, en este nuevo encuentro con Su Insondable Corazón Misericordioso.
Hijos, ábranme sus brazos. Quiero tomarlos fuerte, quiero que puedan volver a sentir el calor maternal de Mi Corazón.
Mis hijos, ya no se indignen. Que el aborrecimiento se convierta en esperanza, que la injusticia que sus ojos puedan ver se convierta en compasión.
Mis hijos, no hay otra salida que volverse hacia Dios y confiar, porque en esta herida y maltratada superficie del planeta no encontrarán perfección ni transparencia.
Queridos hijos, no se permitan sucumbir, eleven sus voces hacia Mi Amado Hijo para que Él, lleno de Misericordia, los guíe y los conduzca hacia el Reino de Su Paz y Quietud.
He venido a recordarles que los amo.
He venido a pedirles que recen de verdad, porque su pueblo necesita muchas oraciones, ya que el discernimiento y la transparencia han desaparecido.
Estoy aquí para apoyarlos en este decisivo y tenso momento de su nación, que necesita, a través de la fe y de la confianza en el Padre, poder recuperar los principios originales de su propósito.
No se olviden, Mis hijos, de todas las Sagradas Reliquias que guarda la Argentina en lo más profundo del interior del planeta.
Vuélvanse hacia lo que es verdadero y esencial, y aquí retornará la paz.
Como Madre de la Misericordia, les doy Mi Paz, que es la eterna e inmutable Paz de Cristo.
Les agradezco a todos los que hicieron posible este nuevo y esperado reencuentro con Mi Amado Hijo. Él también les agradece.
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
Que la Paz de Jesús esté en ustedes.
Queridos hijos, Me entristece saber que algunos de Mis hijos interpretan Mis Mensajes y no consiguen llegar a la esencia de lo que les digo.
Me entristece saber cómo Hijos de María consagrados se involucran y subestiman la Palabra de la Jerarquía, en vez de agradecer y considerarla como una estrella guía.
Queridos hijos, no hagan eso. No permitan que el adversario los domine por completo y los coloque en juicios mentales, divididos los unos de los otros.
Hijos, ¿se olvidaron de que todos son hermanos, hijos de un mismo Padre, del Padre Celestial?
Por eso, los llamo a recordar su compromiso Conmigo. Los invito a ser pacificadores de Mi Hijo, no lo olviden.
Este es el tiempo de que, por ustedes mismos, tomen consciencia de la situación planetaria; de que puedan comprender y aceptar que es necesario un cambio en la actitud y en la forma de pensar.
Si este cambio no sucede, se arrepentirán de no haberlo hecho, porque el planeta es la casa de todos. Es el único lugar donde podrá desarrollarse el Proyecto de Dios.
Les pido que no se opongan a lo que les decimos.
Les pido que sean agradecidos por la Gracia que reciben, porque en el mundo hay muchos hijos que viven prisioneros del mal y no tienen lo que ustedes reciben.
No se acostumbren a Nosotros. Sean consecuentes y tendrán la respuesta que necesitan para seguir adelante.
Les agradezco la unión de los que sinceramente siguen Nuestros Pasos.
Los amo y los bendigo a todos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis amados hijos:
Con alegría, esperanza y regocijo, su Madre Celeste retorna al Brasil para poder bendecir a todo el pueblo fiel de Dios, a través del próximo Encuentro de Oración en Camboriú.
Dios escogió comenzar este ciclo, después del 8 de agosto, a través de la nación brasileña, para que las almas y sobre todo los mundos internos, en este crucial momento de América Latina, tengan presente, en el corazón y en la memoria, los Mandamientos; a fin de que, aprendiendo a vivir en las leyes de la vida, los corazones no tengan que seguir atravesando el camino del sufrimiento y de la ignorancia.
Por ese motivo, Mi Amado Hijo, Me envía como Su Fiel Mensajera y como Señora Aparecida, para pedirle a Mis hijos brasileños, profunda toma de consciencia, que tengan mucho cuidado para saber qué escogerán.
Brasil, como corazón verde de América, no puede perder su equilibrio, un equilibrio que aún no ha recuperado después de la tragedia de la pandemia.
Sean firmes, y como apóstoles de Mi Amado Hijo, oren y pidan discernimiento, a fin de que sus corazones sean los que decidan el destino de la nación, aquella que ustedes aspiran, y no sean sus mentes influenciadas por las mentiras y las falsas verdades de estos tiempos de Armagedón.
Brasil es uno de los únicos países que, por ahora, está sobreviviendo al comunismo, aquel revestido de trabajos ocultos y falsas promesas.
La Divinidad los llama a rezar antes de decidir. En sus manos está la decisión. Recen y, por amor, ayuden al Ángel del Brasil, para que no sea objeto de discordia, de división y de corrupción; así como otros Ángeles de otras naciones están bajo el mismo yugo.
Queridos hijos, por eso estamos regresando por las Américas, porque pertenecen al Sagrado Proyecto en donde la humanidad podrá volver a comenzar en una Nueva Tierra, dentro de un nuevo Edén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Que, en este día de Misericordia, sus oraciones más profundas sigan elevándose al Cielo, para que el mundo y sobre todo las naciones que son más oprimidas y castigadas por la guerra y por los conflictos, recuperen la paz; porque ningún ser humano es capaz de vivir sin paz, ya que la paz es estar en contacto con Dios y el universo.
Hijos Míos, en este día de oración misericordiosa, Yo los llamo a orar por aquellos lugares en el mundo en donde falta la paz y en donde reina el caos. Porque, como Reina de la Paz, necesito llegar a través de sus oraciones a los espacios de este mundo en donde cientos de hijos Míos sufren la desesperanza y la falta de amor.
Así, como en este mes de agosto podrán sentir el Corazón de Mi Hijo, quisiera que muchos más hijos sintieran Mi Corazón, y sus oraciones verdaderas son el puente que permitirá que Yo encuentre a Mis hijos más sufridos y desesperados.
Por eso, Mis amados, reconozcan los Rayos de Mi Gracia; de esa Gracia que, siendo inagotable y justificable ante Dios, los colma hace más de quince años.
Quisiera que Mis Gracias, las Gracias concedidas a Mi Materno Corazón, llegaran a todos, especialmente a los que se condenaron al infierno.
Desde ahora, les estoy agradecida por el valor y el esfuerzo que puedan brindarme a través de la oración del corazón; porque la oración debe permear al mundo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más