Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS, DURANTE LA 30.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

¿A qué le temen? Cuando Yo estoy presente la Luz reina y la oscuridad se disipa de los espacios más profundos de todos los seres. 

¿Por qué temen? ¿Acaso el Poder que Dios Me ha dado no es más fuerte que mil ejércitos?

El Poder que viene de Dios es invencible pero no puede ser tentado por nadie.

El ángel caído aún no ha salido de su abismo porque todavía falta que Yo retorne para entregarles Mi Victoria y Mi Paz. 

Yo los llevo a todos por un largo desierto y algunos temen morir en el camino por tanta sed.

Yo Soy ese gran Espejo de Agua, Soy ese Oasis que está en la mitad de sus caminos para salvarlos y darles de beber de la última Agua de Vida que todo salva, que todo redime y que todo sana.

Aún están a las puertas de ese gran desierto que Yo los invito a cruzar a través de las experiencias y de las pruebas. ¿Acaso no confían que Yo pueda estar allí para ayudarlos?

Hoy estén postrados como Yo una vez lo hice en el Getsemaní.

La soledad forma parte de la prueba de todos los iniciados. Si Yo, que Soy vuestra Vida, lo padecí, ustedes también, pero no en el mismo grado como Yo lo sufrí por ustedes y por todo el mundo, hasta los tiempos de hoy. 

No hay hacia donde puedan escapar, compañeros. El Armagedón es la puerta de entrada al Apocalipsis, que muchos creen que aún no ha llegado pero que se desenvuelve de una forma arrasadora en esta humanidad. 

Yo Soy ese Sagrado Corazón que los consuela, que los conmueve, que los une con el Padre Celestial.

Las espinas de Mi Corazón son la muestra de la gravedad del mundo y de todos sus moradores.

El yugo es fuerte en estos tiempos pero no hay qué temer, trabajen por Mi Padre y junto a Mí, para servirme en el nombre del Amor, del Amor Infinito. 

Hoy se desata en el mundo la gran y primera batalla espiritual, que no está en la visión,  ni al alcance de todos.

Por eso he venido en esta noche para confortarlos, para darles a beber de Mi Agua, que no los hará morir sino renacer en espíritu, en unión Conmigo. 

Son tiempos difíciles y se volverán cada vez más difíciles, pero necesito que se aferren a Mi Corazón para que puedan estar en el Corazón de Mi Padre.

También sufro por tantas crueldades, por tantos desánimos, por tantos pecados; pero Yo morí por ustedes en la Cruz y Me fue concedida la Misericordia de Dios.

El mismo Dios se hizo clavar en la Cruz por ustedes para que no se perdieran. Pero esta experiencia parece no ser suficiente para esta humanidad de hoy, que en la consciencia profunda cree que el Maestro fracasó.

La victoria está en la fuerza del Amor verdadero e invencible que proviene de la Fuente de Mi Padre y que regenera todas las cosas, las cosas más perdidas. 

Si sus caminos alguna vez se desvían de los Míos, sepan que pueden retornar.

¡Cuánto amor tengo para dar a las almas y pocos lo aprovechan!

¡Cuánto tiempo tengo Mis Brazos abiertos y extendidos hacia ustedes para acogerlos y pocos Me abrazan!

¡Cuánta paz puedo entregarles y pocos la buscan!

Les di los Sacramentos, las señales de la salvación para que pudieran vivirlos una y otra vez; porque el cuerpo puede morir pero el alma vive en la eternidad.

Es a sus almas que no deben fallar, es a sus espíritus que no deben lastimar por sus acciones, por sus dudas, por su poca fe.

Yo sé que muchos no se animan a cruzar este desierto tan extenso y duro.

Quien confía en Mi Misericordia se salvará y no estará perdido. 

Hoy vengo como el Jesús de la Divina Justicia para el mundo.

Mis Manos siguen llagadas por las faltas del mundo, por la soberbia, por la arrogancia, por la falta de penitencia. Pero Yo les doy la fuerza para reconstruirlos, para sanarlos, para renovarlos una y otra vez. 

Estoy a las puertas de ese desierto para acompañarlos, pues muchas almas no sabrán cómo caminarlo porque no tienen la guía interior. Pero Yo Soy ese sendero que los llevará al Padre, a la casa del Padre Celestial en donde no existe el miedo, no existe la oscuridad, solo reina el Amor. 

Me ofrecí al mundo para que llegaran a Mi Padre, para que ascendieran hacia lo más alto. Muchas veces sus cuerpos no lo quieren, pero no se amedrenten, todavía el universo es dual y la experiencia es viva para todos.

Pero si existe el amor entre los Míos, nada pasará, porque donde está el amor verdadero y no orgulloso Yo estoy presente. Tal vez no Me podrán ver ni sentir en los momentos más cruciales, pero cuando la batalla esté en pleno auge, Yo estaré presente para apoyarlos. 

Viví por ustedes la primera guerra de la Redención a través de la Pasión y de la Cruz. Yo les enseñé cómo hacerlo en el silencio, en la entrega y en la confianza en Dios, pero muchos no quieren hacerlo porque temen fracasar.

La no resistencia será su cordial hermana, la que los fortalecerá para vivir las pruebas, así como están escritas. Si no se purifican no pueden llegar al Reino de Dios. 

Adán y Eva salieron de este proyecto durante el Génesis y desde ese momento, el pecado original se cultivó en el corazón de los hombres y de las mujeres de la Tierra.

Llegaron los Patriarcas para enderezar los caminos de la humanidad.

Llegaron los Profetas para anunciar la salvación del mundo a través de Cristo.

Llegó María, vuestra Madre, para acompañarlos en el amor y en la fe; si esa mujer tan simple decidió vivir los poderes del Cielo, abrazándolos con fervor y devoción, aceptando la Voluntad del Padre, ¿por qué ustedes no lo hacen? 

Todo lo que se muestra en sus caminos es parte de una experiencia.

La santidad es la meta de los nuevos cristos, de los nuevos corderos que irán a diferentes mataderos; pero nadie irá al matadero así como Yo fui, por cada una de las esencias a las  que les faltaba la paz y la reconciliación.

Mi Sangre fue vertida sobre el mundo y pocos la adoraron; es la Sangre de Dios hecha carne que se entregó por la Redención.

La luz de los misterios es para todos sin excepción; los misterios de la Sangre vertida, los misterios de la Cruz, de la Pasión, de la Agonía y de la Resurrección, fueron y son para que el mundo pudiera dar sus pasos hacia el Señor. 

Mientras les hablo contemplo el mundo que agoniza y otros festejan su propia realización. ¿Qué es más valioso: Que una humanidad se salve, o que una nación se desarrolle por sus pobres poderes? Las armas fueron creadas para instigar a los corazones, para crear el miedo y la persecución.

Si están unidos a Mí podrán morir, pero sus espíritus siempre resucitarán. La victoria se encuentra en el Amor, en la Unidad que es encomendada por Mi Padre a todo el Universo. 

Mientras les hablo camino en el desierto junto a ustedes, así como lo hice con los doce para mostrarles dónde se encontraba la verdad.

Que sus corazones se pacifiquen, se calmen, que sean mansos y amorosos. Sus semejantes podrán fallar, pero su amor no podrá desaparecer.

¿Cómo estaré Yo presente en ustedes si no está la Fuerza del Amor que todo lo mueve y que todo lo recrea para que las almas crezcan en el Amor de Dios? 

Hoy consuelo a los que han caído, los que no consiguen levantarse del suelo por sus propias experiencias. 

Hoy los bautizo así como Juan Me bautizó en el Jordán y les confío la alegría de vivir esta experiencia que muchos no comprenden porque es desconocida.

No pierdan la esperanza, que su fe no sucumba, pues hoy el Rey de Dios, el Hijo del Hombre, el Siervo del Altísimo pisa con Sus Pies lo que causa el dolor y la amargura en los corazones, liberándolos de los pecados, de las tentaciones, de los desvíos.

Les entrego Mi Fe que es lo que puedo legarles. No dejen de buscarme, pues muchos corazones Me necesitan a través de Mis verdaderos discípulos. 

Hoy traigo la serenidad y la calma, pues las batallas no terminarán, y cada vez muchas más almas deberán sumarse para que ese Ejército de Luz nunca decaiga.

Vuestra Madre corre al desierto para refugiarse, así como lo dijo Juan; ustedes también deberán hacerlo antes de que llegue el mal tiempo. Muchos se sorprenderán por no haberse preparado. 

Los Sacramentos serán las llaves para entrar en ese refugio, así como la oración y la vigilia.

No deben perseguirse, no deben amedrentarse, sino estar al servicio de lo que Dios necesita para la humanidad. Pues en este Libro que hoy llevo entre Mis Manos, son pocos lo que se han comprometido, aunque podrían ser muchos más, si todos caminaran en la fe. 

Yo los amo, los bendigo y los bautizo en la indulgencia concedida por Mi Divina Misericordia. 

Adoren al Señor, adoren a Adonai. 

Padre, que confiaste a Tu Hijo el misterio del sacrificio por el mundo, ayúdalos Señor para que se vuelvan a erguir en Tu Nombre Santo.

Así como enviaste al Huerto Getsemaní a  centenas de ángeles para que Me auxiliaran, así Señor levántalos del suelo cuando caigan.

La carne es débil pero el alma es fuerte, creada a Tu semejanza, creada en el nombre de Tu Amor.

Adonai, nutre los espíritus, eleva a las almas a Tu Reino, a Tu Vida, a Tu Corazón. Disuelve el dolor del mundo, reconstruye Tu Proyecto por aquellos que te escuchan a través de Tu Hijo. Amén. 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. 

Cristo Jesús Glorificado

Mensajes mensuales
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO PARA LA 30.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN  EL CENTRO MARIANO DE AURORA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Cuando estábamos orando la Coronilla de la Divina Misericordia comencé a ver al Maestro muy silencioso, muy introspectivo, caminando por un desierto diferente al de la última vez. En ese momento, el Maestro que era seguido por los apóstoles que estuvieron con Él en el pasado, me mostró que caminaba por regiones de Egipto y que se dirigía hacia un cierto lugar. Hasta ese momento no sabíamos de qué se trataba o lo que Él estaba viendo.

A medida que íbamos orando, Él empezó a subir de a poco una escalera de piedra bien larga que contorneaba una gran montaña. En ese momento Él mostró la imagen de Moisés con los pueblos del desierto de aquél tiempo y en ese mismo lugar. El Maestro estaba haciendo el mismo recorrido, que Moisés había realizado, por esa escalera hasta la cima del Monte Sinaí. Después de un tiempo llegó a la cima y comenzó a mirar hacia el abismo, hacia el horizonte, donde se dibujaban otras montañas y otro desierto alrededor del Monte Sinaí y como por encima, comenzaron a aparecer escenas de varias situaciones del planeta. En una de ellas el Maestro contemplaba en profundo silencio y luego la señaló con Su Mano para que los apóstoles también aprendieran y se instruyeran con lo que Él quería mostrar. En ese momento el Maestro estaba vestido con una túnica de color marrón claro, también tenía como un velo marrón que cubría Su Cabeza y observaba la escena que se desarrollaba: era la situación en Medio Oriente. A partir de esa escena, comenzó a contemplar otras y utilizó la situación que ahora se está viviendo en el planeta para instruirnos un poco sobre eso. En cuanto hablaba, intentaba colocar a través del mensaje a nuestras consciencias en otro punto, como Él decía: “En otro escalón”. Él necesita que todos estemos allí como consciencias, como hermanos para poder ver las cosas con la gravedad como Él las ve.


Lleven Mi Corazón Misericordioso como un emblema para estos tiempos finales.

Desde Egipto, en lo alto del sagrado Monte Sinaí hoy emito para el mundo la sagrada palabra de salvación. He venido a Egipto por segunda vez, después de haberlo visitado cuando era niño con Mi Bendita Madre y con Mi Amado Padre San José. Estoy en el lugar en donde Mi Padre Moisés recibió las primeras instrucciones para el mundo, los Diez Mandamientos. He subido a lo alto del Monte Sinaí con los apóstoles en espíritu de vida para mostrarles lo que en aquél tiempo pasado sucedió.

Vengo en este día de oración para recordarles el legado fundamental al que muchos no quisieron prestar atención por dejarse arrastrar por los pecados del mundo. He subido hasta la cima del Monte Sinaí para reintegrar con Mis propias Manos la restauración de las diez básicas Leyes, las que en estos tiempos de hoy ya no son respetadas.

Cuando Me encontré con Elías y Moisés en el monte de la transfiguración, concluimos una etapa de la enseñanza y esa enseñanza aún está vigente en los tiempos de hoy.

Amarás a Dios por encima de todas las cosas, y Su Pastor complementó en aquél tiempo: amarás a Dios por encima de todas las cosas, y a tu prójimo así como te amas a ti mismo. Esta Ley primera no fue comprendida ni practicada.

Tampoco se vivió el mandamiento: no cometerás adulterio y tampoco el de no matarás. Fue así que el Hijo de Dios se entregó como cordero para ser llevado al matadero y para que todas las Leyes no se precipitaran sobre el mundo. El Cordero fue llevado al más doloroso matadero y en silencio dio la vida por todos.

Por eso hoy, en gloria y espíritu Me encuentro en la cima del Monte Sinaí para recordarle al mundo y a todas las almas que las Leyes básicas no fueron cumplidas por la mayoría, a pesar de que el gran Cordero fue llevado al matadero y entregó Su Sangre por ustedes.

Vengo para darles la señal verdadera de su salvación. Vengo para demostrar que muchos de los que se dicen sabios están equivocados y no han hecho cumplir las Leyes de Mi Dios. Si las Leyes fueron entregadas por Adonai son para ser practicadas en la experiencia de la vida. Aún muchos creen tener victoria por encima de los otros pero están muertos.

Vengo a desvendar a los que se dicen inmortales y están dentro de Mi Iglesia.

Vengo a desmitificar a los que se dicen héroes de Mi Institución Divina, porque en verdad, le pedí a Pedro el Apóstol que solo hiciera fundar la verdadera iglesia del corazón, no la iglesia de la posesión.

Las obras se cumplen espontáneamente. Si las obras no son espontáneas, estas son falsas, no son verdaderas. La cabeza de Mi iglesia espiritual se da a través de los simples, de los verdaderos y de los humildes servidores que no son vistos por las multitudes. En ellos está el Poder multiplicador de Dios, en ellos está la obra única para estos tiempos. Es por eso que he venido a recordarle a los letrados y a los que se dicen sabios que la verdadera iglesia mora en el espíritu de cada corazón entregado a Mis designios. No existen dos iglesias, solo existe una, que es la morada de los puros, de los inocentes.

Por eso, desde lo alto del Monte Sinaí declaro amorosamente que no están cumpliendo con lo que he pedido, dar sus riquezas a los más pobres, dar sus banquetes a los hambrientos. La Iglesia Celestial está apoyada en los olvidados de siempre, en los más simples de corazón. Si los que dicen seguirme no cumplen las Leyes, ¿cómo los demás las cumplirán?

No vengo para acusar a nadie, sino para corregir lo que está torcido desde el principio.

Sepan que Mi nombre santo es de todos, Mi nombre no es posesión de nadie ni de ninguna autonomía. Vine al mundo por los desesperados y no por los fariseos vestidos ahora de tiempo actual.

Mi verdadera morada está en los corazones cristalinos. Está en los que hacen sonreír a un niño con simplicidad. Está en los que extienden sus manos a los enfermos y a los poseídos de espíritu. Mi Presencia está en el espíritu de las personas simples y no en las paredes de los templos. Busquen la iglesia que vive en su interior para que Yo pueda cenar con cada uno de ustedes.

Es de esa forma que desde lo alto del Monte Sinaí Mi mirada ya acompaña los pasos de los que verdaderamente se encaminarán a entregar sus vidas en esta próxima misión a Medio Oriente, así como otros seguidores Míos lo hacen. Porque los que dicen que hablan de Mí en el mundo entero, no están en donde existe el dolor del mundo, el hambre y la desesperación por tan largo exilio.

Un verdadero apóstol de Cristo no trabaja para Mi Padre desde su butaca, un apóstol de Cristo da un poco más de lo que puede dar, hasta que duela. La verdadera paz se alcanza en los desafíos extremos. No basta mirar con consuelo al que sufre, solo basta entregarle un lugar de alivio y de refugio.

Quisiera que en esta Maratón sus consciencias, después de veintinueve encuentros, ya estén en otro escalón de caridad y de servicio. Háganlo no solo por los que padecen el exilio por las guerras, sino también por aquellos que gobiernan y rompen las Leyes de Dios. Enfrenten a través de esta Maratón un Armagedón con fe y esperanza, sin bajar los brazos, sin dejar de sentir en el interior el pedido de misericordia. Este ya es el tiempo de las batallas, pero también el de las últimas Gracias. Declaren a Mi Corazón su confianza en Mi y dónense por entero sin miedos. Así el mundo, al menos una pequeña parte, será digno de estar en el Señor y de retornar a Su Plan infinito. Que esta Maratón los unifique todo el tiempo. Que esta Maratón los haga crecer en madurez asumiendo sus lugares en esta batalla final.

Que Mis soldados sostengan la antorcha de la victoria de Mi Misericordia hasta el final, aunque tengan que dar la vida por Mí para defender Mi Obra redentora.

Es así que desde el corazón del desierto de Egipto, de lo alto del Monte Sinaí, envío un saludo de paz. Que esta paz se haga eco en los corazones abiertos a escucharme.

Bajo la Misericordia de Dios sean bienaventurados y mansos.

Los alienta, los ama, los guía,

Cristo Jesús Glorificado

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADODURANTE EL SAGRADO LLAMADO, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Cuando estábamos por la mitad del trabajo de oración de la Coronilla de la Divina Misericordia, comencé a ver un lugar desértico, un lugar que era desconocido para mí. Al final de la oración y mientras cantábamos "Cristo, Tú el Amor", vi al Maestro caminando en ese lugar. Él dijo que era Medio Oriente, específicamente Siria, en donde estaba recogiendo espiritualmente a aquellos hermanos que murieron intentando cruzar el desierto, buscando una salida, una alternativa. También lo vi dentro de las barcas de los refugiados, rescatando el alma de cada una de esas consciencias.

Durante todo el tiempo en que Él estuvo aquí transmitiendo Su mensaje mensual Él continuaba realizando esa tarea en ese lugar. Era una tarea invisible y profunda, con cada persona que estaba allí necesitando de ayuda.

Él mostró que la demanda era muy grande, y que Su Consciencia conseguía abarcar hasta cierta proporción. En ese momento, le preguntamos por qué, y Él respondió que era lo que el Padre le permitía, lo que la Ley del Universo le permitía, ya que con lo que sucede en Medio Oriente, el conflicto y los refugiados, hay un gran desequilibrio en las Leyes y Él respeta la Ley. Pero de todas formas el Maestro ayudaba a las consciencias.

En otro momento lo vimos con muchos niños en Sus Brazos. Mostró rostros de niños muy necesitados, muchos de ellos desnutridos y casi muertos.

Cuando Él apareció aquí en Aurora, se mostró vestido como un árabe, las ropas cubrían todo Su Cuerpo y se veía solo Su Rostro, llamando especialmente la atención el brillo de Sus Ojos, de color celeste profundo. Mientras transmitía el Mensaje, en la Mano izquierda sostenía Su Corazón. Era un Corazón humano que latía, que tenía vida y por el cual circulaba Sangre vital, viva y luminosa. Él nos extendía Su Mano y ofrecía Su Corazón, a nosotros y a toda la humanidad.

 

Mírame y estaré contigo.

Búscame y me encontrarás.

No te alejes de Mí y quédate a Mi lado.

Aún te ofrezco Mi Corazón como salvación y rescate.

Aún ofrezco Mi Corazón por ustedes, especialmente por aquellos que no Me quieren ni Me viven.

Hoy vine del universo no solo para entregarles Mi Paz y disolver todos los males. Hoy vine en nombre de Mi Padre, para agradarlo y aliviar Su Corazón herido.

Hoy vine de un lugar especial que muchos no conocen, porque solo han estado allí a través de la oración, por medio de sus almas y de sus sinceras ofrendas a Mi Corazón.

Hoy vengo de tierras lejanas en donde los corazones sufren y muchos se desesperan por no encontrar la paz y por vivir el temor a la muerte todo el tiempo.

Hoy vengo con las vestiduras de un gran Maestro árabe que recorre los desiertos porque escucha en todo lugar las voces que claman por auxilio y piedad.

Hoy he tenido en Mis Brazos a los que han muerto, a los que naufragan, a los que se pierden en los mares ante tanta indignidad.

Y hoy están aquí en Mi Regazo, en este pesebre caliente que se prepara para encarnar nuevamente al Hijo de Dios, delante de un gran tiempo de tribulación y de oscuridad. Pero, ¿quién ha derramado una lágrima por aquellos que no conocen y que sufren?

Hoy los vengo a retirar de sus cómodos espacios, para que vean más allá de ustedes la verdadera necesidad del Plan. Es por eso que Mi Padre, a través de Mis oraciones, escuchó las súplicas de Su Hijo, para que consciencias en ofrenda y servicio llevasen Mi Paz, la Paz que aquí les entregué durante tanto tiempo.

Hoy no vengo a reclamarles nada, sino a pedirles que finalmente se decidan a ser aquello que aún no quieren ser, a ser Mis instrumentos, Mis faroles que iluminen el mundo que está a oscuras.

Hoy he venido para demostrarles dónde está la necesidad. Mientras camino por el desierto de la lejana Siria, escucho el llanto de los inocentes. Pero para trascender el dolor que siento ante tanta crueldad e indiferencia, ante tanta falta de amor y de piedad, ofrezco Mi Corazón como refugio.

Hoy estoy plantando en el mundo Mi último rayo de luz, para que aquellos que fueron presos de sus propios hermanos encuentren la salida a la redención, que vean Mi Luz en el horizonte que brilla como la Aurora para traer el rescate a los que verdaderamente lo merecen.

Compañeros, ante lo que sucede en el mundo pueden percibir la pequeñez de sus dificultades. Si dan vuelta el rostro para no hablar con un hermano, ¿qué harían si estuvieran frente a un fusil a punto de matarlos? ¿Entregarían la vida por Mí para dar testimonio al mundo de que Yo estuve entre ustedes y resucité de entre los muertos para entregarles la vida eterna?

No hay tiempo que perder en cosas superficiales. No se deben dar el permiso para perderse en cosas tan insignificantes que no tienen valor ni esencia ante los Ojos de Dios.

Vengo a despertarles la consciencia, que aún está dormida en ustedes, porque ya es hora de que despierte ante el llamado del Plan. Miren a su alrededor y comprendan lo que sucede y así, firmemente, sigan caminando para consolar a aquellos que llaman y claman por Mi Misericordia aunque no Me conozcan. Por eso estoy en el desierto y también en los mares, extendiendo Mi Mano a aquellos que naufragan todo el tiempo sin tener tierra ni lugar dónde vivir.

¡Ay, compañeros!, cuán insignificantes son sus cosas que aún no han visto llorar a cientos de niños por hambre, por pan o por agua.

Los tiempos vistos por Juan se están cumpliendo y nadie podrá escapar. La hora de la maldad ya llegó y no basta, compañeros, que se escondan en sus comodidades o en sus ideales para justificar ante Mi Padre que eso no es real.

Por eso, les ofrezco Mi Corazón como una llama viva y resplandeciente, pues vuestro Maestro que está en los Cielos, y que ahora está en Siria, prepara la importante misión de llevar la paz de un corazón a otro. De llevar amor de un espíritu a otro. Será en esa hora que confirmaré si en verdad comprendieron Mi Ley de amarse los unos a los otros, a pesar de sus errores y de sus faltas.

Mientras las almas conocen los primeros pasos de su purificación que nadie tema, porque quien busca Mi Corazón no se perderá ni estará vacío de sentimiento o de palabra.

Vengo a buscar aquello que aún no Me han dado, vengo a desterrar lo que aún no quiere morir y que tiene raíces cada vez más profundas en la consciencia. No necesito de sus raíces secas y duras. Yo vengo a trasplantarlos para que sean un nuevo ser, una nueva consciencia, en donde Mi Luz pueda actuar en los momentos más difíciles.

Sé que todos Me fallan una y otra vez, pero Mi mirada está en sus talentos que son refugios para Mis Dones, los que deposito en cada corazón humano. Por eso he venido a congregarlos a todos para esta nueva misión en Medio Oriente. Ustedes traerán la realidad para muchos, eso ayudará a que muchos vivan Mi Mensaje y lo hagan parte de su ser.

Recién la humanidad está cruzando su primera parte más oscura, pero la peor no ha comenzado. Es en esa hora que Yo retornaré para revelar al mundo el tiempo de su juicio ante Mi Señor, ante los ángeles del Cielo. Allí la Tierra será colocada en un nuevo estado, en un nuevo comienzo, y los que han rechazado Mi nombre ya no estarán, porque la Tierra será repoblada por aquellos que Yo he llamado a vivir Mi camino. Necesito que esa misión se realice porque la hora más aguda se aproxima.

Que esta Navidad sea la Navidad de la renovación de la consciencia y no de la infantilidad, de la ingenuidad o de la indiferencia. Ya están preparados para dar los frutos que Mi Corazón necesita y no ser feos frutos en cestas limpias con frescas frutas. No destruyan lo que estoy construyendo.

Sé que muchos no creerán lo que digo, porque verdaderamente humilde es aquel que escucha y hace silencio para reconocer la realidad. No necesito de sus barreras, no quiero sus obstáculos, preciso compañeros de corazón puro en donde vive Dios y Su Obra a través de los tiempos. No dejen que su corazón se endurezca como una piedra, sean libres de sí mismos de una vez y para siempre. Busquen todo el tiempo la filiación Conmigo y con Mi Padre que está en los Cielos.

No quiero que se engañen, Yo vengo a traerles Mi Luz y el testimonio de Mi Verdad. Yo vengo a darles lo que no merecen, aunque sé que se han ofrecido por Mí en muchos momentos. Amigos, necesito de su unidad, en donde Mi adversario no pueda entrar. Si en la cesta hay una fruta descompuesta, las demás se perderán y eso no será por falta de Mis cuidados, sino por sus acciones, pues no les importa la gran necesidad de este planeta.

Les doy Mi Amor que es el Amor de Dios Vivo, el Amor de Dios Eterno y Omnipresente, es ese Amor que a través de los siglos cuida a las almas frágiles. Al igual que una planta que muere porque no consigue sobrevivir, Yo les doy de esa agua pero ustedes no la beben. Yo les entrego un poco de Mi Amor que los transforma y se cierran. Yo les doy Mi Palabra y no quieren escucharla. Si yo diera todas estas cosas a Mis hijos de Medio Oriente, la guerra terminaría y los tronos que se construyeron caerían a la derecha y a la izquierda de Dios, porque el Padre que está en los Cielos es Quien tiene el Poder y no ustedes ni ningún ser de la Tierra.

Yo encarné en este mundo para que aprendieran a amar y a vivir a través de Mi Corazón. Yo siempre estoy aquí, pero no Me buscan. Siempre los espero para darles Mi abrazo y Mi consuelo.

Todo lo que debe morir vivirá su sufrimiento, pero no teman, el amor supera todas las barreras.

Sean Mis testigos en este tiempo y caminen a Mi lado para siempre ver la paz. Recuerden que Mi Amor es invencible y que todo penetra.

Rindan sus potestades a Mis Pies y Yo los resucitaré. Es hora de la humildad.

MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO DURANTE LA 29.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN  EL CENTRO MARIANO DE AURORA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Escuchen con atención en esta hora de Misericordia.

Mis caminos son sus caminos y si no están en Mi camino, nada concretarán. Dios desea instituir en el mundo la devoción a Mi Sagrado Corazón. Para que ese deseo se cumpla, necesito de testigos que hayan vivido a través de Mí, la experiencia de la redención y de la rehabilitación.

Desde el Cielo, deseo verlos a todos unidos todo el tiempo para que Mis Planes puedan descender y hacerse carne en la vida de los hombres a través de la experiencia del amor y del perdón.

El mundo está lejos de Dios porque quiso, porque se ha separado del Reino de Dios que una vez Nosotros trajimos para todos con la Buena Nueva. Por eso muchas almas desesperan y enloquecen en estos tiempos por haberse separado de Mi camino, del Camino de Dios, del Camino del Señor; por haber sustituido Mis Planes por los suyos, para cumplir la vaga voluntad humana. Sé que muchos no saben cómo hacer morir esa energía que corroe la esencia de las cosas y que los aparta de Mi Padre. Pero si sus corazones son humildes para pedir Mi ayuda, Yo se las daré, tanto de día como de noche y en los tiempos de tribulación cuando las cosas se volverán intensas dentro y fuera de los seres, así como se los dije en el día de ayer.

Hoy vengo a entregar Mis Palabras de otra forma y con otra energía, pues necesito disipar ciertos obstáculos que impiden que Mis Obras se realicen en este Planeta.

Muchos son parte de Mi iglesia, pero pocos son los verdaderos discípulos que cumplen los mandamientos de Moisés para no pecar. Pero como la esencia de la antigua instrucción se perdió a través de los tiempos, Yo le prometí a Mi Padre, antes del año 2013, que vendría aquí, a este perdido lugar, para dar Mi gran mensaje de salvación al mundo. Así como una vez lo hice en Kibeho, en donde muchos no creyeron y aún no creen, que el Hijo de Dios bendijo al corazón de Ruanda para impedir una catástrofe que fue el resultado de no haber escuchado al Corazón de Dios a través de Su Hijo Amado.

Yo no vengo aquí, en este tiempo, para profetizar esas cosas, pues la gran profecía de Juan, el apóstol, se está cumpliendo al pie de la letra. Dichosos serán aquellos que sepan leer entre líneas los símbolos y el mensaje.

He venido en todo este tiempo para prepararlos para algo desconocido que ni siquiera existe en sus memorias ni células. He venido a congregarlos en el nombre del amor y de la verdad para que, a pesar de las dificultades y de las pruebas no dejen de confiar en Mi Corazón. Conocerán cosas desconocidas dentro de ustedes, pero les vuelvo a decir que no teman. Para que el agua sucia sea pura, cristalina y limpia, ella debe purificarse. Yo les traigo esa Agua de Vida que proviene de Mi insondable Misericordia Espiritual para remediar todos sus males y los males del mundo, que deterioran a toda la humanidad.

He venido a traer esperanza a lo que parece no tenerla. He venido a traer la Paz para aquellos que no la tienen. Sin estos atributos no será posible cruzar el umbral hacia la nueva humanidad.

Las desgracias siguen sucediendo en este mundo y nadie las detiene. ¡Hay de aquellos que tienen el poder para esas cosas y no lo hacen porque están lejos de Dios y de Su Ley! Cuántas almas inocentes mueren día a día en esta balanza de desequilibrio, de injusticia y de falta de fraternidad.

Si Yo vengo aquí, a este país, como una vez fue profetizado en las cartas de madre Esmeralda, es porque Yo le revelé que aquí existía la semilla para dar nuevos frutos en almas congregadas para la redención y la transformación de la humanidad. No crean que viven la transformación por ustedes mismos, sino por este planeta que decae y decae.

Dios necesita nuevamente congregar a Sus antiguos pueblos, como fue en el desierto, para una vez más comenzar a realizar Su Proyecto con otro estado divino, con otra consciencia. Por eso deben estar limpios por dentro y por fuera para que Mis energías sutiles se puedan expresar en las consciencias que dijeron “sí” a la redención y al llamado por la paz.

Hoy no puedo prometer, compañeros, que todo el mundo se salvará, que toda la humanidad será rescatada por las corrientes poderosas de las Jerarquías. Lo intentaremos hasta el final, pero vuestra parte en este planeta, es importante. No solo para aquellos que hoy escuchan o que ya Me han escuchado, sino para aquellos que, aún dormidos, no tienen consciencia de su misión espiritual, la cual descubrirán de la noche a la mañana.

Si Me han ofendido, no se perturben. El Hijo de Dios conoció en este planeta la terrible condición humana, que lleva al deterioro del Propósito Divino, a la marginación de la vida, a la precariedad del espíritu. Por eso los ángeles Me enviaron aquí para encarnar entre ustedes y salvarlos. No por Mis Obras, sino por las Obras de Mi Padre, que descienden como luces sobre el mundo a través de los tiempos. Si el propio Dios, encarnado en Su Hijo, no hubiera sido martirizado, flagelado y crucificado el Proyecto se hubiera perdido. Pero ahora, en estos tiempos, el riesgo es mayor, y muchos no creen que eso sea así.

Cuando la Ley descienda, todos deberán estar seguros de lo que hacen y estar conscientes de sus obras. Porque cuando cese el tiempo de Mi Divina Misericordia, la última trompeta sonará y esparcirá la fuerza del viento sobre los cuatro puntos de la Tierra para que los mares se levanten y la Tierra trague a los injustos. No habrá nadie que lo pueda detener. El pecado es más grande que el propio pecador, y la sangre inocente tiene su valor, al igual que la Sangre del Cordero que murió por ustedes. Los mismos repiten los mismos pecados una y otra vez y aún no se redimen porque no lo aceptan.

Sus mentes no deberán emitir juicios, ni siquiera sentimientos de crítica. Cada cual vivirá su tiempo de purificación, pues así Dios lo necesita para cumplir Sus Obras en este Universo. La humanidad ya podría ser confederada, pero no lo quiso y se desvió de Dios y de Su Corazón.

Dejo para todos Mi sentimiento y un gran cambio en la consciencia antes de que todo suceda. Dejo para todos la bendición de los dones llamados Sacramentos, que infunden en las almas la renovación y la fe, y la unión con el Eterno, con Adonai.

No dejen de remar dentro de Mi barca. No dejen que ninguno de sus hermanos se ahogue por no poder remar. No pierdan de vista a sus semejantes que son parte de Mi Proyecto. Pero no insistan en aquellos que no quieren cambiar por propia voluntad, Yo Me encargaré, pues es parte de Mi responsabilidad que todo sea justo y misericordioso.

En verdad les digo, compañeros, que no todos tienen consciencia de lo que sucede en el planeta, pues no están sufriendo como otros sufren y padecen, día a día. Ofrezcan a Dios lo mejor de ustedes todo el tiempo. Agraden Su Corazón con pequeños esfuerzos para ir conquistando la entrega y así poder ingresar en el camino de la humildad y de la paz.

Vengo en estos tres meses a Aurora para anunciar nuevos tiempos que ya dejarán de ser preparatorios para ser tiempos definitivos. Tiempos de obras decisivas de parte de Mis congregados. Muchos se unirán a este trabajo cuando ustedes cambien de verdad. Al menos, no dejen de intentarlo para que las puertas a la redención estén abiertas para todos los que deban llegar a Mis Núcleos de Amor.

Comprendan, compañeros, que los tiempos ya cambiaron y que es hora de implorar al Creador. No solo sean bienaventurados, sino también constantes, mansos y pacificadores.

Vengo aquí para demostrarles que no los he abandonado. Aunque Mi Obra tiene un tiempo con ustedes, todo deberá continuar hasta que al menos uno alcance Mi Proyecto.

Adonai, Padre Eterno, Te imploro por este mundo extendiendo Mis Brazos sobre todos, entregando Mis Manos para que las tomen fuerte y caminen a Mi lado. No dejes de mirar con misericordia a Tus hijos más pequeños. Observa, Adonai, con esperanza, todo lo que has creado a Tu Santa Imagen y Voluntad.

Llévame, Adonai, hacia aquellos que no Me quieren, que no Me escuchan ni Me aceptan. Llévame, Adonai, a través de Tus hijos, como una chispa de esperanza para los corazones oscurecidos.

Muestra Tu Poder, Adonai, en la belleza de Tus Reinos de la Naturaleza. Haz que Tus almas y Tus criaturas vivan en la unión perfecta con la Creación. Perdónalos, Adonai, por sus pecados. Y resucítalos en espíritu todos los días de Tu Existencia, en el Corazón de Tu Universo y de Tu Paz.

Adonai, cree que es posible en Tu infinito Propósito, que los que Me escuchan lo conseguirán. Al menos para que la Tierra cumpla su promesa de redención.

Te ofrezco, Adonai, las súplicas que llegaron en estos días a Mi Corazón. Te ofrezco, Adonai, las humillaciones, las renuncias y las pruebas, como el testimonio de una gran conversión de la humanidad.

No llores, Padre Mío, por lo que ves de este mundo. Calma Tu Corazón con el Mío, para que brote del Tuyo la Piedad infinita que transforma la vida y las consciencias.

Adonai, nunca dejes de abrir en esta raza, en este planeta, Tu Manantial de Paz. Amén

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Cristo Jesús Glorificado

MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO DURANTE LA 29.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN  EL CENTRO MARIANO DE AURORA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Para que esta obra se cumpla necesito de todos, hasta que Yo retorne a este mundo infiel, para poder reparar los corazones y levantar del suelo a los que han caído a Mi derecha y a Mi izquierda.

Vendré a resucitar espiritualmente a las naciones que han sido aniquiladas por los hombres.

Vendré a resucitar a los que han muerto en vida y perdieron su espíritu de unión con Dios.

Vendré a resucitar lo más puro de ustedes para traerles Mi Paz y la renovación del espíritu para los tiempos que vendrán.

Por eso los necesito a todos en Mi Obra, en esta hora definitiva en que la mayor parte del mundo se condena sin poder volver a ver la luz, la Luz de Mi Corazón, la Luz de Dios.

Mientras todo sucede, mientras la taza de la injusticia se desborda por las ofensas de los hombres, Yo les vengo a entregar nuevamente el espíritu de Mi Misericordia salvadora, aquella que penetra los espacios y genera frutos en los hombres que viven en Mi Solemnidad.

Todos los días los hago enfrentarse a nuevas cosas que tal vez no quieran ver, pero para estar dentro de Mis caminos sus pies deben estar limpios de todo lo que han hecho en otros tiempos y así caminar libres a Mi lado, junto a Mí o en Mi Corazón para alcanzar el Propósito.

Conozco sus dudas, sus incertidumbres, su falta de paz y de sosiego. Conozco sus errores y sus fallas. Todo Yo lo conozco. Pero Mi visión divina no viene a centrarse en esas cosas, aunque sé que las tendrán que purificar ardua y duramente.

Mi mirada penetra sus almas y corazones, allí donde verdaderamente existe la esencia de todo lo creado, lo que fue diseñado por Mi Padre desde el principio de este proyecto para toda la humanidad.

Aun, la parte más aguda en el planeta no ha comenzado, el primer Armagedón será interior para después serlo exteriormente en toda la vida planetaria. ¿Qué harán, compañeros, cuando vean que las cosas se precipitan? ¿Se preocuparán más, perderán el control de sus destrezas, les faltará la paz o entrarán en pánico?

Mi Señor desea que a través de Mi Corazón, sus corazones estén firmes y seguros en el camino que Yo les ofrezco, enfrentando con valentía los cambios y sin temer a lo que encontrarán dentro y fuera de ustedes. Sé que la transformación de la raza humana es muy dura, Yo lo padecí durante la Pasión. Cada minuto que sufrí por ustedes fue por el pecado de algún hombre, fue por alguna falta de la humanidad que era irreversible ante los Ojos de Dios. Antes que su humanidad en aquel tiempo se perdiera Yo encarné, a pedido de Mi Padre que está en los Cielos, para traer ese mensaje de salvación y de redención para los corazones.

Lo que le aflige a Mi Corazón es que los hombres de la Tierra en estos tiempos se han acostumbrado a escuchar Mis palabras pero aún no han cambiado. Para que ingresen cosas nuevas en sus corazones y vidas deben estar transformados y hacer cosas nuevas. Como lo dije una vez, no podré poner vino nuevo en odres viejos; hasta los días de hoy esta Ley se cumple para quien en verdad la reconoce de corazón y de alma.

Llegaron los tiempos de las definiciones para todos, y no habrá nadie que se los pueda decir. Eso será entre ustedes, entre cada uno de ustedes y Dios. Pero Mi Corazón, que es Bondadoso y Compasivo se abre como un cofre de luz para que sus almas se depositen en Él. Allí, en el recinto de Mi Corazón no existirá ningún mal, ninguna tentación, ninguna adversidad.

Vengo para traer al mundo un mensaje de esperanza, de una esperanza que se desvanece poco a poco de la consciencia de la humanidad. Porque ahora lo que abraza es el miedo al fracaso. Muchos pensaron que en aquel tiempo, durante la Pasión Yo fracasé; que fracasé desde la vida pública hasta la muerte. Pero ¿qué es lo que llevó a la persistencia de Mi Corazón ante tantas ofensas e injusticias cometidas por Mis propios hermanos, por los hijos de Dios? El amor fue la fuerza inquebrantable que superó todas las pruebas. El amor que fue siendo generado dentro del amor abrió las puertas a la redención y a la vida de los que estaban muertos. Si en este tiempo no viven de ese mismo amor que Yo les ofrezco a través de Mi Espíritu y de Mi Corazón Sacerdotal, muchos perecerán, y no será por culpa de nadie, ni por la acción de alguien. Vuestros pasos podrán quedar indefinidos si no se arriesgan a vivir ese amor que todo lo transforma y lo redime.

Pero para alcanzar ese amor del cual Yo les hablo compañeros, deben primero morir para sí, para que de esa manera estén vacíos y nazca y brote el amor como una fuente en el mayor desierto de sus vidas. Muchos creen que en estos tiempos de purificación no conseguirán cruzar ese desierto, pero si hoy Yo estoy aquí para animarlos, para bendecirlos, para consolarlos y renovarlos, ¿por qué creen que no lo conseguirán? Si Yo Soy la Fuerza del Amor de Dios que mueve al Universo y a todas las formas ¿por qué temen que puedan temblar sus estructuras o sus seres?

Yo vengo a remover en ustedes lo que ya está viejo, lo que ya no Me sirve porque nunca lo he usado en Mi provecho. Pero ustedes, como humanidad, sacaron provecho de los propios hombres y de las propias voluntades. Será a través de ese amor que Yo promuevo en todo el Cosmos que alcanzarán a vivir mínimamente la Voluntad de Mi Señor. No tengan miedo compañeros, de desgarrarse por dentro y de pedir a los Cielos.

Yo vengo aquí, en este momento y en este tiempo, para esta parte de la raza que debe cumplir con el Proyecto que está escrito en el Corazón de Dios. Si ustedes fracasan muchos fracasarán.

Yo vengo a traerles la Luz que surge dentro de este gran abismo de la Tierra donde todos se han colocado y donde muchos han condenado a millones de almas a través de estos últimos tiempos.

Podrá existir una guerra peor que la que hoy sucede en el mundo, porque la guerra más cruel es la guerra espiritual, que el mundo y los seres humanos están enfrentando sin consciencia y sin perdón.

Nuestros Corazones desbordan de dolor al ver los hechos que cometen todos los hombres en estos tiempos. Así podrán comprender compañeros, que si ante tanta crueldad en aquellos tiempos Mi sacrificio fue grandioso, su transformación es pequeñísima ante tanta adversidad. Yo vengo a colocar sus consciencias en otro estado y en otro plano para que alcancen una visión más profunda y verdadera acerca de lo que está sucediendo.

Nuestro último intento como Sagrados Corazones, como Corazones del Padre Celestial, será que en este mes de diciembre demos el gran y último impulso para toda la humanidad. Será en este momento culminante en el que sus corazones, humillados ante el Creador recibirán nuevamente el Espíritu de Mi Gracia y de Mi Perdón, trayendo a la memoria el recuerdo de Mi sagrado nacimiento en Belén. Que este mes, para todos los hombres y mujeres del Planeta, sea una Buena Nueva proclamada por Vuestro Santísimo Redentor.

No se desesperen, no se desanimen, la barca podrá naufragar, pero ella no se hundirá si Yo estoy en ustedes y ustedes están humildemente en Mí.

Busquen desterrar prontamente todo aquello que los incomoda, pues los necesito como Mis instrumentos vacíos para que Mis Leyes desciendan y se infundan en toda la Tierra no redimida.

Vendrán tiempos mejores después de la purificación. Todo lo que sucede en estos tiempos ya fue profetizado y escrito por Juan el apóstol, Mi amado discípulo. Pero no fue profetizado que los tiempos de hoy serían tan difíciles. Hoy les entrego con Mi Mano la Gracia de poder salir de los abismos que la Tierra ha generado. Sean Mis apóstoles de la Luz en redención y anímense a seguirme hasta el final. Así el Plan podrá cumplirse y los más perdidos recibirán la oportunidad de retornar a la Casa de Mi Padre.

La paja está siendo separada del trigo y con ese trigo, por más imperfecto que sea, Yo haré el nuevo pan de vida que estará en la mesa para el fin de los tiempos, para cuando su Sacerdote llegue para comulgar con Sus redimidos.

Tengan fe y persistan. Mi Misericordia, a través de los tiempos todo lo puede.

Agradezco a aquellos que dicen que Me aman o que lo proclaman, pues en ello no hay vergüenza, sino la renovación del espíritu de los que buscan el Amor del Redentor.

Vayan en paz enfrentando el fin de los tiempos y en espíritu de transformación interior, Yo los ayudaré.

Les agradezco.

Cristo Jesús Glorificado

MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO PARA LA 29.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Cuando estábamos orando las 150 cuentas de la Coronilla de la Divina Misericordia, en el Centro Mariano sucedía la procesión con el Santísimo. Entonces vi entre las personas, mientras los hermanos caminaban siguiendo al Santísimo Sacramento, un ser que era el Maestro, pero con un aspecto diferente a como Él es. Se veía más delgado, con barba y cabello cortos, y estaba caminando y cantando entre las personas. Más tarde, vi a los hermanos ingresando en el Hogar de la Adoración y, cuando pasaban por la puerta, Él tocaba con Su Mano la cabeza de cada uno, realizando una especie de sanación que iba curándolos internamente. A continuación, vi al grupo durante la adoración y a Cristo, en la misma persona que había visto durante la procesión, sentado en el fondo del salón.

Luego Él mostró la imagen de un campo, donde había un grupo de ovejas que caminaban hacia un determinado lugar. Aunque Él no estaba presente en la imagen, nos hacía comprender que Él guiaba a ese rebaño. En cierto momento, el rebaño se deparaba con un gran y oscuro abismo en cuyo fondo se veía bruma.

Cuando el Maestro apareció, tenía una gran estrella dorada de seis puntas en el pecho y en el centro estaba Su Corazón. Él estaba rodeado de muchas ovejas, con una pequeña oveja bebé en Sus Brazos y Él la acariciaba.

En base a esa imagen Cristo nos transmitió Su mensaje:

A la más espiritualmente enferma de Mis ovejas, la tengo entre Mis Brazos para que nunca pierda la confianza de que, a pesar del tiempo y del momento de su purificación, no la abandonaré. Aunque a través de los errores se haya alejado de Mí, Yo la hago regresar a Mis rebaños, porque por encima de toda justa o injusta causa vuestro Pastor sabe cuál es el Propósito divino de ese ser.

Ustedes, como ovejas, están ante el gran abismo de los tiempos y, seguras en Mi Corazón deberán aprender a caminar entre las tinieblas.

Primero, les digo que no teman porque el Señor, vuestro Dios, les mostrará a cada uno de ustedes lo más triste e injusto que guardan. Así serán conscientemente invitados a vivir la Ley de la purificación, aquella que está amparada totalmente por el amor misericordioso de Mi Corazón. Dios no los abandonará porque hayan fallado o se hayan equivocado. Pero vuestro Padre que está en los Cielos, ejercerá la Justicia Divina para que pronto estén libres de toda adversidad.

Segundo, verán en ese gran abismo, en el que se encuentra el mundo, la oportunidad de purificarse conscientemente de toda mancha y que, así como Yo les enseño a Mis discípulos, como hermanos se amen y se unan los unos a los otros. En esta hora en la que cientos de almas se pierden en las tinieblas, deberán estar muy unidos porque será esa unión interna que hará brotar de la nada, la fuente del amor, y será ese amor extraordinario que curará cosas imposibles en la consciencia.

Tercero, verán en ese abismo del mundo que las almas y los corazones se enfrentarán a su verdad, algo que nunca pensaron ni vieron. Las vendas les serán quitadas de los ojos y entonces todo temblará, pero nuevamente les digo que no teman. El Hijo de Dios los socorrerá así como el leñador socorre en un gran incendio. Mi Agua de Vida disolverá, en su perfecto complemento de amor, todas las desgracias.

Cuarto, verán en ese abismo la revelación de la humanidad y el momento que todos están atravesando. Tal como fue escrito, nada quedará oculto. Lo que está dentro del alma y del cuerpo será visible, así como las artimañas de los falsos, las que antes eran invisibles para muchos quedarán tan visibles como el amanecer.

No habrá gobernante, nación ni humanidad que no quede expuesta tal cual es ante el Universo de Dios. Toda mentira, engaño o poder humano quedará revelado, y todos lo sabrán. Será el momento en el que dentro de ustedes florezcan las semillas que Yo les entregué, principalmente la semilla de la compasión y del amor. En verdad les digo que si no ejercitaran desde ahora estos dos atributos, la transición de la Tierra será difícil y dura para muchos.

Ya no habrá resistencia que pueda permanecer, todas desaparecerán. Pero si frente a todo lo que se revele, buscasen la esencia de la transformación y de la honestidad, cosas inimaginables e inesperadas sucederán, algo que irá más allá de lo que ustedes llaman milagros.

En esa hora definitiva, Yo estaré contando con los dedos de Mis Manos todos los actos de Piedad y de Misericordia que sucederán y que animados por Mí deberán realizar superando la vergüenza, la evidencia ante otros o incluso la tristeza.

Dichosos serán aquellos que conscientemente coloquen a Mis Pies sus aberraciones espirituales porque prometo ayudarlos a salir de ese abismo.

Finalmente, Mi Corazón glorioso querrá ver en estos días a los que dicen ser Mis apóstoles preparándose, bajo el poder luminoso de la oración, para atravesar los tiempos con coraje y sin miedo.

Que esta Maratón de omnipresencia, que así hoy llamo porque estaré en varios lugares a la vez, represente para Mis seguidores la oportunidad única de superarse a sí mismos para que todas las crueldades humanas que hoy suceden en este planeta, en todos los Reinos de la Naturaleza y en la propia humanidad, reciban la Gracia y la amnistía de la Divina Misericordia.

Estaré a su lado, junto a sus voces, implorando al Padre Celestial que pronto Yo pueda retornar para volver a guiarlos hacia la Nueva Humanidad.

Agradezco la unión de todos en este momento. El Señor les derrama Su Piedad y Su Paz.

No pierdan fuerzas internas, vivan a través de la fe. Si están en este tiempo de Armagedón y de pruebas es porque están preparados para vivirlo, al menos por Mi glorioso Retorno. Transfórmense en paz, así todo el universo lo espera.

Bajo el Amor infinito de Adonai sean bienaventurados y mansos.

Unido a todos los orantes de la Misericordia,

Cristo Jesús Glorificado

MENSAJE MENSUAL DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Después de veintiséis años de preparación de las bases espirituales de Mi tan esperado Retorno, a través de la obra y la vida de las Comunidades-Luz de Mi Corazón; hoy vengo para anunciar una Gracia especial que en tiempos críticos intentará, por encima de todo, elevar espiritualmente la vida de la humanidad por medio de los valores sagrados que ella debe expresar hacia toda la Creación universal.

Es por esta causa que Mi misericordioso, glorioso y vivo Corazón, concede a la Fraternidad Humanitaria Internacional, en nombre de Mi vivo Corazón, el permiso divino y autónomo para difundir todas las obras de fraternidad, servicio, cura, instrucción y oración que realizan todos Mis abnegados voluntarios.

Eso significará para vuestro Maestro la oportunidad única de que, mediante un espacio dentro del canal de comunicación de Misericordia María TV, ustedes, compañeros, den a conocer al mundo la Obra de redención, de amor y de Misericordia que se realiza desde hace veintiséis años con los Reinos Mineral, Vegetal, Animal y Humano.

En nombre del Creador máximo que todo lo rige, deseo que alivien Mi Corazón ultrajado por los desastres y por los castigos que reciben los Reinos Menores y también el Reino Humano.

Si el mundo conociera la Obra de servicio y de rescate que se lleva adelante por intermedio de la unión de todas las Asociaciones de la Fraternidad, esto ayudaría ampliamente a que todos los seres humanos que no se interesan por los Reinos, descubran el valor, la reverencia y la compasión que los hermanos menores de la naturaleza merecen.

Después de Mi última visita al norte de Brasil para trabajar espiritualmente en la Amazonia, una puerta expiatoria se abrió para esta parte del mundo. Es por eso, que vuestro Maestro uniéndose a ustedes en esta misión de valorar la vida y la Creación, solicita amorosamente que dentro del calendario de encuentros con los Mensajeros Divinos, dentro de la programación de Misericordia María TV, se incluyan, a partir de hoy, varios espacios que estén dedicados a la difusión y al conocimiento de la vida y de la creación en el planeta, manifestadas en todos los Reinos.

Deseo que los hombres conozcan qué es un mineral y cómo vive espiritualmente. Deseo que todo ser humano de superficie sepa qué es una planta y qué misión tan importante ella cumple. Deseo que amen al Reino Animal como a sus propias vidas. Por eso, hay que saber por qué Dios los creó y para qué existen.

También deseo que el mundo sea motivado a servir al prójimo por medio del espíritu de la caridad, para que la mayoría salga de sí y ya no existan fronteras ni lenguas, solo el idioma profundo de sus corazones.

Si en poco tiempo Mi pedido fuera puesto en práctica, el mundo podría sufrir menos la purificación. Si millones de seres humanos colocaran el interés en los Reinos e hicieran obras de restauración de todo el mal que se les causa, no habrá tercera guerra mundial. Daré poderes internos y humildes a todo aquel que quiera ofrecer a Dios una gran reparación.

Compañeros, hoy, delante del Creador y de los coros celestiales, abro esta puerta para ustedes.

Deseo que la Federación Humanitaria Internacional y la vida de las Comunidades-Luz, como también la valoración de los Reinos y de la cura de todo ser, sean conocidas. Esto aplacará las acciones del mal en el mundo y Mi Sagrado Corazón concederá un tiempo más de paz.

Es para este fin que hoy queda instituida la unión espiritual y material entre Misericordia María TV, la Federación Humanitaria Internacional y todos los que amorosamente quieran ser parte de esta difusión de la vida creadora del planeta.

Desde el Cielo esperamos que la humanidad valore y ame profundamente lo que Dios le entregó desde el principio.

Bajo la gloria y la Gracia que conceden todas estas cosas, sean bienaventurados.

Los ama y los ampara siempre,

Vuestro Maestro, Cristo Jesús Glorificado

Aparición de Cristo Jesús Glorificado en el Centro Mariano de Aurora, Paysandú, Uruguay, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón, para el Sagrado Llamado

Hermanos Míos:

Quisiera que hoy, después de lo que escucharán, comprendieran Mi aspiración profunda de que la Obra de Dios se realice en todo este planeta y en toda esta sagrada humanidad.

Por eso, compañeros, dejo Mi más profundo sentir a cada uno de ustedes. Les dejo este mensaje especial como una salida y una posibilidad de retomar el camino que muchas almas perdieron al separarse de la Creación de Dios.

Por eso, hermanos Míos, suceden todas estas cosas en los tiempos de hoy, y esto no permite que los corazones se arrepientan para poder volver a retomar el camino que perdieron de vista completamente.

Hoy ofrezcan a Mi Corazón la más cálida intención de transformar todas las cosas, porque así harán feliz al Corazón de vuestro Padre, ante tantas crueldades que hieren el Corazón de Dios.

Yo les traigo en este tiempo la promesa, la promesa renovadora de Mi Retorno.

Yo les traigo la paz, les traigo el bien, les traigo la Misericordia.

Ahora, ofrezcan, en este altar, el amor a Mi Corazón. Eso es lo que vengo a buscar de cada uno.

Quien no ame verdaderamente, en este tiempo, no se podrá transformar. Amen como nunca han amado, así vuestras mentes se liberarán de todo juicio. Mientras no amen, estarán perturbados. Amen todos los días e inténtenlo, porque así Yo los podré ayudar a conquistar niveles superiores de amor que son desconocidos por el mundo. 

Es ese amor por todas las cosas de Dios que hará libre al mundo de todos sus pecados y las almas podrán volver a conquistar el Reino de Dios que se separó de la Tierra por la injusticia de los hombres, por la falta de amor.

Piensen en lo que les digo. No les pido cosas imposibles, sino todo aquello que está a vuestro alcance.

En la Comunión, Me pueden ofrecer vuestro amor. Pero en vuestro día a día, ofrezcan a vuestro Rey, el amor por vuestros hermanos para que el mal sea extirpado de la célula de la humanidad.

Y ahora, frente a Mis Designios Celestiales, traigan a vuestras memorias el momento anterior a Mi Pasión, en el que Yo Me reuní con cada uno de ustedes en Espíritu de omnipresencia y de verdad, para traer al mundo la resurrección espiritual de todas las almas caídas, a través de la institución gloriosa y positiva de Mi Sangre y de Mi Cuerpo, elementos sagrados que conforman la unión perfecta entre las criaturas y Dios, entre el Cielo y la Tierra, entre las dimensiones y los portales. Recuerden este ministerio y alegren vuestros corazones por estar resucitando a la vida espiritual.

En nombre de la sangre inocente que ha corrido por este planeta en los tiempos de hoy, ofrezcan a Dios la institución de Mi Sangre preciosa como símbolo de reparación y de justicia ante todos los pecados del mundo.

Ofrezcan la institución de Mi Cuerpo, presente en el pan de Vida, como la reparación total y absoluta de todas las causas que han degenerado a la humanidad a través de los tiempos. Ofrezcan a Dios vuestro perdón y reconciliación.

Los escucho.

Nunca olviden, compañeros, que el Amor de Dios triunfará.

Yo los bendigo en nombre del Reino de Dios, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Vayan en paz. Vivan la paz. Sean la paz en estos tiempos de purificación.

Ahora y siempre les agradezco.

Sigan cantando.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

El Maestro, para poder sintetizar un poco lo que Él nos quiso decir, quiere que nosotros difundamos, como una forma de reparación y de equilibrio, aquello que la humanidad no conoce y no valora ampliamente, que son el Reino Mineral, el Reino Vegetal, el Reino Animal y el Reino Humano.

El Maestro hoy nos decía, a través de este mensaje durante la Aparición, que Él encontró, a través de la Federación Humanitaria, de la Red-Luz y de las Comunidades, las condiciones necesarias para que esos valores puedan ser retransmitidos al planeta. 

Si eso fuera así, Él dice que todo aquello que es generado en contra de la Creación se equilibraría, y que la fraternidad, como esencia y como atributo, si fuera transmitida y vivida por todos, impediría muchos acontecimientos futuros.

Era algo que Él aclaraba muy bien, en ese momento de la Aparición. Así es que Él nos llama a todos a trabajar por ese Plan de Dios y por esa Creación y que, a través de este medio de difusión que es Misericordia María TV, puedan ser difundidos esos valores a la Creación, para que la humanidad pueda motivarse a reconstruir el planeta. La base de todo esto, decía Cristo, es el amor.

Agradecemos a todos los presentes y a los que nos acompañaron en este encuentro con Cristo Jesús.

Y por todas estas Gracias: ¡gracias Señor por cuanto nos das!

 

Ese mismo día, antes de la Aparición, Fray Elías del Sagrado Corazón recibió el siguiente mensaje mensual de Cristo Jesús:

https://www.mensajerosdivinos.org/es/mensaje-de-cristo-jesus/viernes-20-de-noviembre-de-2015-0

Maratón de la Divina Misericordia
Aparición de Cristo Jesús durante la 28.ª Maratón de la Divina Misericordia, en la ciudad de Boa Vista, Roraima, Brasil, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón

Por Amazonia, Yo daría Mi Vida nuevamente, pero sé que no puedo. Quisiera hacerlo para que la humanidad comprendiera el valor de la Creación de Dios, que es el verdadero testimonio, que es el fiel ejemplo para todas las criaturas de la Tierra que necesitan de los Reinos Menores para poder evolucionar en espíritu y en alma.

Es tan importante el pulmón de este planeta que las almas ni siquiera perciben qué es lo que está sucediendo en toda esa región. Y ¡cómo el Corazón de Mi Padre, que es bendito, también es transgredido por las manos de los hombres cuando cada uno de ellos destruye la Creación!

¿Cómo el mundo podrá estar en equilibrio y en paz? ¿Cómo el mundo podrá liberarse de las guerras y de las persecuciones, si aún la humanidad no entiende lo que está haciendo? Aunque la mayoría percibe con su corazón que las cosas no están bien en estos tiempos. 

Por eso, Yo vengo a cambiar sus vidas según un modelo perfecto, así como lo hice con los apóstoles en el pasado, que aceptaron que Yo les lavara los pies, que aceptaron cenar Conmigo, comer de Mi Cuerpo y beber de Mi Sangre, para resucitar sus espíritus en la redención. 

El poder desconocido de la redención, que proviene directamente del Corazón de Adonai, es ofertado para todas las almas de la Tierra en esta última hora definitiva, en la que todos los corazones del mundo deberán definir sus caminos por el bien o por el mal. Ya no existirán términos medios, no existirá ilusión. No existirá tampoco la vida material en la que todas las almas se sumergen, día a día, alejándose del Corazón de Mi Padre, de la verdadera Luz y del verdadero Amor que nutre a cada consciencia creada, en éste y en otros universos.

¿Qué más podremos hacer, compañeros, para que el planeta sea transfigurado completamente? Si con doce personas, Yo pude alcanzar la Pasión, realizar prodigios y transmitir el Evangelio de la Paz para los cuatro puntos de la Tierra; con cada uno de ustedes, compañeros, bajo el Espíritu de Mi Consciencia Divina, Yo podría realizar muchas cosas más por esta humanidad. Pero son pocos los que fielmente quieren seguir Mi Corazón con total entrega, con total confianza y con total amor a Mi Corazón misericordioso.

Vengo a mostrarles, compañeros, en esta hora, los tiempos de emergencia que todos están viviendo, la falta de paz que hay en el mundo y la falta de unidad entre los corazones del planeta. 

Yo vine a enseñarles en el pasado, sobre la hermandad.  Vine a enseñarles el camino para curar sus vidas y aún no Me he cansado de venir a buscarlos una y otra vez, golpeando las puertas de sus corazones para llamarlos al apostolado y al servicio por la humanidad. 

Sé que muchos de los presentes hoy, despiertan a este propósito. Pero el que ya está en Mi Propósito, ¿está haciendo todo lo que Yo necesito para estos tiempos? 

Necesito que sean Mis apóstoles de la Verdad y del Amor, que la llama de sus corazones nunca se apague, porque será la llama de sus corazones, compañeros, la que será vista por muchos de Mis hijos.  Yo podré entrar en todas las moradas para que los corazones resuciten y la vida se divinice, según los Principios de Dios.

No dejaré de caminar a su lado. Yo soy incansable, compañeros. Vengo desde el Universo Celestial a visitarlos en Divinidad, en Espíritu para poder entregarles Mi Paz y Mi Amor. La Paz y el Amor de Dios deberán ser sus únicos propósitos. 

No hay nada más que hacer en esta humanidad, en cuanto el Amor, la Paz y la Verdad se pierden a través de la aniquilación y de la mutilación de todos los Reinos y de los propios seres humanos que se olvidan que son hermanos, creados por Dios a Su imagen y semejanza desde el principio del Proyecto del Génesis. 

Pero sé que muchos de los hombres de la Tierra no quieren colocar atención en lo que hoy Yo les digo, porque el interés está en la vida material, en la propia realización, en la conquista de los proyectos falsos que caerán por su propio peso en este último ciclo de la transición.

Disculpen, compañeros, por ser Mis Palabras tan fuertes. Yo vengo a despertarlos a una consciencia mayor, pues la humanidad no pone interés en lo que estamos diciendo. Muy pocos leen los mensajes para poder nutrir sus espíritus y así encontrar las bases de la nueva evolución del alma, que podrá trascender estos tiempos finales, en medio de la tribulación y de la oscuridad. Pues quien está Conmigo, nada temerá. 

Mi Corazón es poderoso e invencible. Yo acojo a todos los corazones en Mi Espíritu divino, para que ellos siempre sepan qué hacer en cada momento de la vida, en cada instante en el que Dios los llama a servir.

Ahora sientan Mi Sagrado Corazón que desciende a este mundo en infinidad de Amor, en poder de Gracia y de Misericordia. 

Tomen Mi Corazón con sus manos y colóquenlo en sus corazones. Sientan el fuego de Mi Corazón que trasciende los tiempos, que es un fuego eterno que todo lo transforma y redime en las almas de la Tierra que se abren para reconocer al Rey, desde el principio hasta el fin. 

Tomen Mi Corazón con  sus  manos y sientan el esplendor de la Luz de Dios que viene a decirles que son dignos hijos de Dios, que recuerden esa filiación con el Altísimo que muchos de ustedes la perdieron por las adversidades de Mi enemigo.

Tomen el Corazón con sus manos y sientan el amor que palpita dentro de cada uno de sus seres. Sientan el fuego de Mi redención, el fuego del Amor y de la unidad que viene a conducirlos por la única senda que los llevará de retorno al Corazón de Dios.

Sientan Mi Corazón, en sus manos, que sufre por el mundo, que sufre por los ignorantes. 

Sientan Mi Corazón que les transmite Su Paz, la Paz del Reino de Dios que está muy olvidada por todos los seres de la Tierra. 

Sientan Mi Corazón orante que reza por ustedes con paciencia, con amor, con compasión.

Éste es el Corazón de Jesús que los salva. 

Éste es el Corazón que se entregó por ustedes y padeció por el mundo hasta la última hora de la muerte. 

Éste es el Corazón que triunfó y venció al mal, por el poder del Amor de Dios. 

Éste es el Corazón que perseveró por cada uno de ustedes. 

Es el Corazón de su Maestro que los viene a llamar al despertar, a la consciencia y a la unidad. 

Éste es el Corazón que vive por ustedes, que tiene sed de sus corazones, de sus almas, de sus consciencias infinitas. 

Éste es el Corazón que todo lo acepta, que todo lo ama, que todo lo comprende. 

Es el Corazón que perdona, que libera, que expulsa el mal, que trae la paz y la serenidad para estos tiempos. 

Éste es el Corazón que viene del Universo para recordarles la vida, la vida preciosa que Dios les dio a cada uno de ustedes.

Que sus vidas sean como Mi Corazón, pues la redención es posible cuando el alma se humilla delante del Redentor.

Éste es el Corazón que los espera. Mi Corazón es la puerta hacia la nueva humanidad.

Este es el Corazón del Hijo de Dios que estuvo entre ustedes y que prometió retornar en Gloria para salvarlos y llevarlos al Reino de Dios.

Acepten Mi Corazón, y nunca lo olviden. Quien está en Mi Corazón, tendrá vida eterna.

Y así, escucho sus súplicas, disuelvo sus dudas, curo sus heridas, colmo a sus corazones de Mi absoluto Amor.

Y así los espero todos los días de sus vidas para que Me tengan presente ahora y siempre, hasta que Yo retorne en Cuerpo, Alma y Divinidad, desde los Cielos. Y, con Mis Ángeles de Luz abramos las puertas al Trono de Dios para que Sus Gracias desciendan sobre los corazones que no las merecen, pues la obra de sus oraciones, en estos dos días, concedió estas Gracias para los más pecadores.

Cada vez que un alma es sacramentada por una enseñanza simple que Yo dejé para el planeta, el espíritu recibe la oportunidad de caminar en Mi confianza y de nunca separarse de Mí. Este es el principio espiritual de la ciencia de Mis Sacramentos.

Yo los bendigo. 

Les agradezco por esta oportunidad de que Mi Divina Misericordia se haya aproximado a esta ciudad y a toda la Amazonia. 

Queda para cada orante la misión de seguir orando por los Reinos Menores de la Creación, por todos los ángeles que trabajan por este proyecto del planeta. 

Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Vayan en paz y sean la paz, ahora y siempre.

Maratón de la Divina Misericordia
Aparición de Cristo Jesús durante la 28ª Maratón de la Divina Misericordia, en en la ciudad de Boa Vista, Brasil, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón

Después de que escuchen Mis Palabras, comprenderán Mis peticiones y la importancia de que ellas sean cumplidas, con la ayuda de todos los orantes del mundo. Así agradarán a Mi Corazón misericordioso y nuevamente, en el nombre del Amor, Yo los podré bendecir, como siempre los bendigo desde Mi Reino.

Si ustedes no acompañaran Mis Pasos en este tiempo, no podría decirles qué sería de toda la humanidad. Por eso, los sacrificios serán mayores para todas las almas. Vivirán cosas extremas y nunca antes vistas. Pero nunca les faltará Mi protección y Mi Amor, Mi Gracia, Mi Misericordia, Mi cura y Mi perdón, atributos que los fortalecerán para alcanzar la meta propuesta por Mi Padre de que lleguen, así como Yo llegué a los pies de la cruz, cargando con sus cruces que serán aliviadas por Mi Espíritu para que puedan ascender al Reino de Mi Padre, después de haber concretado su misión en esta vida.

Ese es el mayor tesoro que Yo les puedo legar. Dichosos de aquellos que creen en Mi Mensaje, porque nunca les faltará Mi Confianza.

Yo bendigo, para ustedes, estos elementos que han colocado a los pies de Mi altar de Luz y que representan, para toda la vida, la esencia de Mi Cuerpo y de Mi Sangre, el Amor perfecto, derramado para todas las criaturas, por la intercesión de vuestro Rey.

Yo les agradezco por escucharme y acompañarme con la esencia de la fe.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Hermanos, queremos compartir con ustedes un pequeño relato sobre la aparición de hoy, antes de compartir el mensaje que Cristo nos pasó en este momento.

Cuando estábamos orando la Coronilla de la Divina Misericordia, vimos ingresando al Maestro en la floresta más profunda de la Amazonia. 

En el momento en que nosotros lo vimos, le preguntamos: ¿a dónde estaba yendo?, y ¿qué estaba haciendo?

Él estaba ingresando en comunidades indígenas bien distantes de toda la humanidad, aquellas comunidades que quedan bien guardadas y escondidas dentro de la  Amazonia.

Y nos preguntamos: ¿qué era lo que el Maestro estaba haciendo con esas comunidades indígenas?

Hasta que fue el momento en que Él llegó aquí y comenzó a relatarnos lo que estaba haciendo en este segundo día de trabajo de oración; porque Él dice que Su tarea comenzó ayer, el día cuatro, cuando Su Consciencia Divina comenzó a trabajar con toda la Amazonia.

 Vamos a compartir con ustedes el Mensaje de Cristo.

 

En este segundo día de trabajo por la paz, Mi Corazón luminoso ya ingresó en las florestas más profundas de la Amazonia para visitar a los pueblos más antiguos y distantes.

Ingresé para bendecir, en el nombre del Espíritu de Mi Padre, a toda la consciencia indígena, así como una vez bendije a los prisioneros de la Siberia, que Me encontraron y creyeron en la ciencia de Mis prodigios.

Los pueblos originarios del Brasil, Me conocen también con otra faz diferente a la que la humanidad cree, pues el Hijo de Dios puede, en Su Gloria, mostrar Sus aspectos más misteriosos y profundos a la humanidad.

El grupo de prisioneros de la Siberia conoció el poder de Mis Rayos inmateriales. Y así, a través de la instrucción se curaron y se sublimaron todas sus consciencias, en medio de la austeridad, del hambre y de la profunda soledad de las cavernas frías.

La consciencia indígena Me conoció como el Gran Sol, como el Hijo bendito y sagrado, que trae los Rayos de la Nueva Humanidad, que trae el soplo del Espíritu Divino para la nueva era.

Estos pueblos sagrados de la Amazonia son muy semejantes a los prisioneros de la Siberia, todos ellos fueron regidos por el mismo Amor y por la misma ciencia. 

Ahora que la humanidad enfrenta los acontecimientos más difíciles de toda la historia de la Tierra, o sea el Apocalipsis, Mi Corazón de Hermano Sol desciende en este segundo día para traer la recuperación espiritual y la esperanza para todos ellos.

La Amazonia guarda uno de los tesoros naturales más apreciados por el planeta. Ella no solo es el pulmón del mundo, también es la vida natural y sagrada del planeta. La Amazonia guarda en sí a los pueblos sagrados, los llamados guardianes de la Creación, los que fueron encomendados para cuidar y proteger a los Reinos de la Naturaleza.

Pero Mi Divina Misericordia viene para recuperar los valores espirituales que fueron diezmados por el hombre blanco, cuando él conquistó América y desterró las Leyes Sagradas que los pueblos habían alcanzado. Por eso, la consciencia indígena de toda la Amazonia existe, en esta actual humanidad, para enseñar sobre el amor perfecto y humilde por toda la Creación.

Así, vuestro Maestro ingresó floresta adentro, para demostrarles que en toda la Creación existen principios que nunca deben desaparecer de la consciencia humana y que permitirán hacer evolucionar a las almas.

A través de vuestras oraciones, Mi Misericordia solo está consiguiendo ayudar a las tres cuartas partes de la Amazonia. Los invito, compañeros, a que llamen a más orantes para esta misión, porque en verdad les digo que después no se repetirá nunca más.

Animados por Mi Espíritu de Hermano y Pastor, continúen obrando amorosamente y en sacrificio en el nombre de la paz. Por el esfuerzo de todos, el planeta no se perderá.

Agradezco por acompañarme, fielmente, en esta misión por la Amazonia.

Quien los ama y los absuelve,

Cristo Jesús Glorificado

 

MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO PARA LA 28.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE BOA VISTA, BRASIL AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Compañeros Míos e hijos predilectos de Mi amado Padre:

Hoy estoy aquí con ustedes por una razón mayor y espiritual que les explicaré. Hoy estoy en esta ciudad y sobre esta región para ayudarla, pero especialmente he venido porque escuché en los Cielos la voz y la petición fiel de Mis hijos.

Queridos hermanos, hijos de Mi Padre, siervos de Mi Misericordia, esta nación perdió la consciencia sobre la verdadera existencia y el propósito de todo el Reino Vegetal.

A pedido de todo el Universo celestial, y por las súplicas de todos los ángeles que cuidan en este planeta de la consciencia del Reino Vegetal, es que decidí, juntamente con la autoridad divina, descender en Gloria y Piedad sobre toda esta región que conforma una de las más importantes creaciones de Mi Padre para el universo material: la Amazonia.

Allí existe, al igual que en otros lugares del mundo, el sustento espiritual para la vida de todos los seres del planeta. La Amazonia es la cuna para la Nueva Humanidad. Es el epicentro sagrado de todo el Reino Vegetal.

Es por el sufrimiento y la aniquilación que allí viven los Reinos Vegetal y Animal, que Mi Padre Me concedió la Gracia de venir a impedir, en toda esta área sagrada, un desastre con consecuencias mundiales, área que es sometida por los hombres de una forma perversa y materialista.

Esta realidad que sufre la Amazonia es un peso para la humanidad; realidad que genera, como consecuencia, las enfermedades, las guerras, la falta de paz y de armonía en los hombres de la Tierra.

Mi Corazón Misericordioso no quiso descender en una ciudad de la Amazonia para no comprometer ni generar opresión en aquellos que realizan tantas obras en contra del equilibrio de la Creación.

Si en verdad el planeta fuera amado y respetado, la humanidad nunca tendría que pasar por una gran purificación. Es por eso que el Hijo de Dios encarnó en la antigua humanidad para evitar la autodestrucción.

Aquí en Boa Vista encontré corazones dispuestos a ayudarme amorosamente y a orar Conmigo por la acción sublime de Mi Divina e Insondable Misericordia.

Es así compañeros que he pedido a la consciencia de todos los miembros de esta nación que vengan aquí, a Boa Vista, a trabajar con Cristo por la redención de la Amazonia. Espero que Me hayan comprendido.

Por eso agradezco la presencia de los que hoy están aquí para orar en unión con el Corazón de Jesús.

El sufrimiento de los Reinos de la Naturaleza es causado por la falta de amor y de cuidados hacia la Creación.

Dios creó los Reinos Menores para ayudar a la evolución del hombre de superficie y, después de tantas eras y siglos, la humanidad ha hecho todo incorrectamente, lo que siempre ha estado fuera de la Santa Ley.

Pero como Mi Misericordia es insondable, he venido a Boa Vista para implorar junto con ustedes que la Misericordia de Dios descienda sobre toda la humanidad.

Por eso esta próxima Maratón estará dedicada a todos los Reinos Menores; todos los orantes y devotos son llamados por Jesucristo para rezar por ellos.

Así permitirán que la humanidad cure y redima su principal enfermedad espiritual: la destrucción de la Creación manifestada en este planeta. Esa es la raíz de todo el caos de la humanidad y de los acontecimientos que cada día se precipitan más sobre el mundo.

Que esta Maratón represente el despertar de la consciencia de cada criatura que ha perdido el amor y la noción de lo que significan los Reinos Menores.

Si la mayoría de la humanidad cuidara y orara para revertir las causas que dañan los mares, los continentes y los Reinos de la Naturaleza, no existiría transición planetaria ni Apocalipsis.

Agradezco el interés de todos los orantes brasileños por la realidad de Mi amada Amazonia.

En el nombre de la Verdad y de la Divina Consciencia, sean bienaventurados.

Gracias por escuchar Mi Corazón,

Cristo Jesús Glorificado

Mensaje extraordinario
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, DURANTE LA CEREMONIA DE COMUNIÓN ECUMÉNICA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Prepara tu corazón para comulgar Conmigo y haz de este momento la oportunidad de una gran liberación planetaria.

Te renuevo ante a Mi Cuerpo y Mi Sangre, pues Mi Corazón, que es el corazón del mundo, necesita ser reparado por la sinceridad de tu alma y por la devoción que emana de tu espíritu.

Vine para abrir las puertas del Cielo y cerrar las puertas del infierno, derramando la Sangre de Mi Sagrado Corazón flagelado en los abismos de este mundo infiel, sobre las almas más perdidas y olvidadas.

Vine para transformar Mis heridas, reparadas por ti, en la Fuente de Misericordia, para todas las almas.

Vine para mostrarte Mi Pecho flagelado y también el sufrimiento del mundo, que es el Mío; y que así sepas que el sufrimiento de las almas y el de Mi Corazón son uno solo. 

Cuando reparas Mi Corazón, reparas el dolor del mundo. Cuando liberas a las almas, liberas a Mi Sagrado Corazón del peso que Me ocasiona el mundo por su ignorancia y por la astucia del enemigo que constantemente somete a las almas con el engaño y con el placer.

Vine para pedirte que, delante de Mí, no te duermas. Que te prepares para comulgar Conmigo antes de llegar a Mi Templo que día a día recibe el Rayo de Mi Transfiguración que alcancé en el Monte Tabor, para transfigurar y transubstanciar los elementos delante de los hombres. Y que, así, no solo para el espíritu, sino también para la carne, para el alma, para la mente y para el corazón, Yo sea una realidad, una Verdad que se funde a la consciencia y la consagra. 

Prepárate para encontrarme, sobre todo los viernes, en los que prometí un día de reparación, para el mundo entero, por medio de Mi Corazón.

No decaigas cada día delante de Mí, sino elévate y haz de cada comunión una unión aún más profunda Conmigo.

Vine para pedirte que Me des todo de ti y que, si vienes a Mi cansado de la vida y cansado de ti mismo, trasciendas en Mi Presencia las ilusiones de tu cansancio y comulgues Conmigo, con lo que verdaderamente eres. 

Soy tu Maestro y tu Rey, porque eres parte de esta Creación bendita que nació para seguir Mis Pasos.

Vine del universo porque te vi, y Mi Corazón no pudo dejar de instruirte.

Vengo a tu encuentro para que aprendas a comulgar Conmigo, porque un último tiempo se aproxima, tiempo en el que carecerás de muchas cosas del mundo que hoy son necesidades para ti. Vine para que aprendas a encontrar en Mí todo lo que necesitas

Yo Soy tu Maestro, Soy tu Rey. Dentro de Mí habita toda la Creación, porque Yo estoy en el Padre, como Él está en Mí. 

No solo los dolores del mundo son Míos, sino también todas las Gracias. No solo lo que eres está en Mí, sino también lo que no eres. Por eso, busca dentro de la Esencia de Mi Ser aquello que más quieres ser, para ofrecerlo a Dios.  Yo te lo daré, porque si te unes a Mí, podrás comulgar de todo lo que Soy, y todo te pertenecerá dentro de Mi Corazón. Y así, comulgando Conmigo, nada te faltará. 

La Sangre que circula en Mi, circulará en ti. La Carne que Me animó en vida y Me sustentó en la flagelación como en la Cruz, te sustentará y no habrá necesidad del mundo que sea mayor que lo que Yo te ofrezco.  

Vine para consagrar esta Comunión para ti, y para que así sepas que, desde el universo, Yo te veo todos los días, y son Mis Manos, dentro de las tuyas, las que irradian los elementos sobre el altar consagrado por Mí y por Mi Padre. 

Renuévate y jamás seas el mismo delante de la Comunión. Que, al entrar en tu cuerpo, Yo entre en cada esencia creada por Dios, porque si estoy en ti, tu corazón también será uno con todos los corazones del mundo y las Gracias que te entrego llegarán a todas las almas y a toda la Creación. 

Yo te bendigo y reconsagro tu alma, hoy y para siempre, para que seas Mi siervo y, aún más, seas Mi fiel y eterno compañero.

Te aguardo en la Comunión Conmigo, como aguardo que llegues al universo para que estés eternamente a Mi lado.

Cristo Jesús, Rey de reyes

Aparición de Cristo Jesús en la Ciudad de Bogotá, Colombia, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón, para el Sagrado LLamado

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Delante de todo el Universo que nos rige, he venido aquí para congregarlos en Mi Amor y mostrarles Mi Sagrado Corazón, que aún es herido por los pecados de los hombres.

Vislumbren Mi Presencia Celestial. Recapaciten en vuestra entrega y ofrezcan a Dios vuestros sacrificios por la conversión de esta humanidad y la glorificación del Nombre de Dios, desde el principio hasta el fin.

Hoy he venido para saciarlos, pues Mi alimento espiritual es importante en estos tiempos, principalmente para aquellos que se inclinan ante Mí y buscan contemplar Mi Corazón misericordioso.

Quise venir aquí por un motivo primordial, en nombre de la necesidad del planeta y de todas las almas que aquí residen: que no deben olvidar Mi Corazón Vivo, el cual los sustentará en los tiempos que vendrán.

Vine aquí para que sientan Mi Amor y renueven vuestros votos Conmigo en esta comunión perfecta con Mi Espíritu Divino, en esta hora de transición, en la que muchas almas se definen por la luz o el abismo.

¿Quién tendrá compasión de Mi Corazón y podrá saciar la falta que siento de las almas? Pues Yo no busco a los perfectos.

Vengo a resucitar vuestras vidas, vuestras almas y espíritus, de los abismos en donde se han colocado.

Yo vengo a tenderles Mi Mano para darles un nuevo camino, a ofrecerles Mi Corazón por todas las almas que Me ofenden y que no aceptan Mis prodigios ni ningún designio celestial.

Yo vengo aquí para hacerles conocer Mi Poder, que es invencible y poderoso, pues es el Poder de Mi Padre que está en los Cielos, sentado en Su Trono de Luz, observando toda la Creación y cada una de vuestras vidas. Este poder es amoroso, fuerte y vivo para quien lo invoque de corazón, pues a través de Mi Corazón Vivo conocerán el Poder de Dios, y en vuestras vidas ya no deberán temer, porque estará la Voluntad de Dios actuando a través de vuestras consciencias.

Así Yo vengo a renovarlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, para que siempre recuerden que los tiempos apremian por nuevos soldados que se quieran consagrar a Mi Sagrado Corazón.

Yo no vengo a pedirles cosas imposibles. Vengo a pedirles lo más simple que existe, así como Yo le pedí a los apóstoles. Pero sé que muy pocos Me quieren escuchar. Por eso Yo no Me puedo mostrar a todos, porque debe existir una recepción interna para escuchar el mensaje que viene del Cielo con el motivo de transformar vuestras vidas y familias en algo sagrado.

Este es Mi último intento antes de Mi Retorno glorioso al mundo. Pero cuando suceda Mi Retorno, Yo ya no podré hablar así con ustedes. Hablaré con ustedes como hablo con la humanidad, porque Yo vendré por la humanidad. Vendré el día del Gran Juicio, cuando Mi Padre separará la paja del trigo y solo podré observar, con Mi mirada de compasión y de bondad, a aquellos que siempre buscaron Mi camino a pesar de las consecuencias y de las pruebas. Porque esos, que son los últimos, serán victoriosos llegando el día del juicio final.

La balanza está sobre la mesa de Mi Padre. El juicio está comenzando y muy pocos lo perciben. Más aquellos que siguen a Mi Corazón Vivo, Mi llama resplandeciente de Amor, se transformarán a pesar de lo que suceda, porque el mérito sagrado, el premio grandioso del Cielo, estará en la próxima Tierra, en la próxima vida que serán invitados a vivir por los Señores de la Ley, aquellos que juzgan al mundo y a otros en estos tiempos de definición.

Por eso vengo a mostrarles Mi Corazón, que es vivo porque palpita en el Espíritu de Dios y aún quiere derramar Su última Misericordia sobre la humanidad.

Vengo a fortalecer la devoción de todos los colombianos porque esa esencia de devoción no se puede perder. Será con vuestro trabajo muy esforzado que, así como en los campos, esa devoción no se perderá y esa llama viva nunca se apagará en vuestras esencias y en todos los corazones que los rodean, todos los días de vuestras vidas.

Así estarán esperándome con otro grado de preparación y de consciencia suprema, para después ver al Hijo de Dios, que ya está llegando en Su Espíritu Divino, para después llegar en carne, manifestarse en Gloria en tiempos que vendrán.

Pero el mundo aún deberá purificarse y vuestras vidas también. No deberán temer por lo que han de purificar, porque si confían en Mi Corazón, que es sagrado y pleno, vuestra purificación pasará y estarán renovados en cuerpo, mente y espíritu; y estarán preparados para recibir Mi energía de Luz que quiere derramarse por última vez sobre el mundo y especialmente en los 144000 que prepararán la venida del Rey Universal.

Mientras eso está por suceder, compañeros, que vuestras vidas sean cada día más cristalinas. Que vuestros actos sean cada vez más misericordiosos para que la soberbia y la arrogancia, que han hecho sucumbir al mundo, puedan desaparecer de vuestras células y así se pueda instituir la energía espiritual de Mi Corazón.

Deben purificar vuestros seres todo el tiempo, así serán merecedores de la Gracia de Dios, pues muchas Gracias fueron derramadas a lo largo de los tiempos y pocos las consideraron como algo sagrado y reverente.

Por eso, ahora que la balanza de la Ley está en otro punto, preparen vuestros corazones a través de la búsqueda incesante de Mi Corazón Sagrado. Nutran vuestros espíritus con Mi Espíritu de Vida todos los días en la Comunión perfecta que es ofrecida en todos los altares de la Tierra.

Así, arrepiéntanse a tiempo y confiésense todas las veces que sea necesario. Lleven una vida digna de ejemplos sagrados, de oración, de caridad, de servicio, y así estarán sirviendo a Mi Corazón misericordioso. Porque Yo no los veré como almas pecadoras, sino los veré como puertas en donde Mi energía podrá entrar para poder obrar en otros corazones. Así estará todo cumplido en los corazones que escuchan Mi Llamado.

Y así como en Jerusalén, cuando estaba reunido con los doce para dar Mi último ofrecimiento al mundo, Yo les dije: “Coman de Mi pan, porque representa Mi Cuerpo, que es divinizado por el Padre a través de Su oferta máxima en la Cruz y beban de Mi Cáliz que representa la Alianza, a lo largo de los tiempos, con todos los corazones del mundo; Sangre que es derramada hasta los días de hoy por vuestro Señor”.

Ofrezcan esta Comunión en reparación y vida, y que vuestros corazones, cada día, sean más puros para recibir la Gracia del Reino de Dios.

Y así bendigo también estos objetos sagrados que trajeron a Mi altar, para que representen las señales de luz para todos aquellos que los lleven con reverencia y amor.

Oremos.

Santísimo Corazón de Cristo 
convierte nuestros corazones
en llamas sagradas
de Tu Divina Misericordia,
para que Tu Faz
se funda sobre el gran corazón humano.
Que el venidero descenso de Tu Gloria Celestial
redima a todas las consciencias,
en honor y en gloria al Padre Celestial.
Amén.

Oración: Padre Nuestro.

Gloria a Dios en las alturas
y paz en la Tierra a todos los seres de buena voluntad.

 

Y así confirman ustedes, compañeros, la promesa de que siempre busquen Mi Corazón en los tiempos de tribulación.

Felices, dichosos aquellos que lo hagan porque serán recompensados en el Reino de Dios.

Y así, Yo los bendigo a ustedes y a vuestra nación para que fortalezcan la consagración a Mi Sagrado Corazón que quiere estar vivo en cada uno de ustedes. Así la Voluntad del Padre se cumplirá.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Y ahora que están limpios, recibirán el Cuerpo y la Sangre que están vivos en los Sacramentos para fortalecer a las almas y sus caminos de vida.

Vayan en paz y en bondad.

Les agradezco.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:  Jesús es una consciencia que tiene muchos grados de amor para ofrecernos y hoy nos  ofreció uno principal, que es el amor profundo de Su Corazón.

Dentro de ese Corazón, que hoy Él nos mostraba, ardía una llama muy fuerte de  amor por nosotros, por el planeta, por la humanidad.

Él vino como el Sagrado Corazón y nos mostró una parte del Reino del Cielo, de  donde Él viene, donde había muchos cristales que brillaban como luz en Sus Pies. Y  esos cristales, esa luz de los cristales, que estaban a los Pies del Maestro, brillaban por toda Bogotá.

Con la ayuda de los ángeles que lo acompañaban, el Maestro nos llevó a todos nosotros hasta el momento del Génesis, en el que Dios comenzó a escribir la historia   para esta humanidad, para esta creación.

Jesús nos llevó hacia ese momento para que recordáramos la importancia de ese  Proyecto de Dios, el cual cada uno de nosotros, según Jesús, como humanidad hemos desviado a lo largo de los tiempos. Él quiere que cada uno de nosotros recupere eso, el Proyecto principal de Dios, el  original,  que nosotros podamos conocer Su Amor, del cual siempre nos hemos separado.

El Sagrado Corazón de Jesús hoy vino a Colombia y para todo el planeta a recordarnos que Él es ese Amor del Dios Vivo, en el que siempre podemos confiar, en  el que podemos penetrar con nuestra consciencia a través de esa unión que podemos  establecer con Él.

Dios dice que nos ama profundamente y Él viene a recordarnos ese compromiso.

Él vino a liberar muchas almas de esta región mientras Él descendía como una esfera  de fuego cruzando el universo, la atmósfera de este planeta, hasta localizar este lugar aquí en donde nos encontramos. 

Allí se abrió un portal de luz y aparecieron los cristales a Sus Pies. Detrás de Él estaba  el Reino de los Cielos, una parte de ese Reino, los ángeles que lo rodeaban y que al mismo tiempo recorrían cada parte de esta ciudad de Bogotá llevándose un alma que  estaba perdida, que estaba buscando la luz y el consuelo.

Él nos dejó un mensaje principal para hoy, que si nosotros penetramos en el Amor de Jesús, no hay nada de lo que tengamos que tener miedo, a pesar de lo que pase a nuestro alrededor. Porque si confiamos en Él, según hoy el Maestro nos decía, Su protección divina siempre prevalecerá.

Gracias Señor por cuanto nos das.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN, EN LA 27.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Santísima Trinidad, 
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre,
Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la Tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios
e indiferencias con que Él es ofendido,
y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.

Miren a Mi Corazón sin miedo para que vuestra vida resplandezca, pues el deseo de Mi Padre es que se cumplan Sus promesas a través de todos Sus hijos en el mundo.

Para que eso sea posible, compañeros, vuestro corazón debe ser confiado, fiel y seguro dentro de Mis caminos de Luz, y no puede existir entre vuestras consciencias ninguna separación, porque así la promesa no se cumplirá.

Que vuestros corazones estén atentos, más allá de vuestras mentes y sentimientos. Que vuestros corazones sientan Mi promesa que se está cumpliendo en este momento, en este retorno que Yo vengo preparando en vuestras vidas, en silencio y oración. 

Así como vuestras oraciones son escuchadas todo el tiempo, Mi Corazón también las responde todo el tiempo.

A veces, compañeros, no vivirán aquello que tanto desean porque no es Voluntad de Mi Señor. Las pruebas llegarán a vuestro encuentro para fortalecer vuestra fe y fidelidad en Dios. 

Por eso, Yo necesito de corazones cristalinos que busquen todo el tiempo Mi Sagrado Corazón, y no se cansen de mirarlo porque de Él brota la fuerza para la transformación de vuestras vidas y de vuestros caminos.

Hoy los invito a que abandonen vuestras resistencias, para que las amarras se puedan desatar. Mi espada ya no podrá cortar vuestras amarras. A través de la Fuente insondable de Mi Misericordia, vuestros corazones ya saben cómo hacerlo, no solamente con la oración del corazón, sino a través del ejemplo de vuestras vidas, de una vida transformada en Cristo y por Cristo.

¿Por qué piensan que Yo no los quiero bautizar? En los planes de Mi Padre todo tiene su tiempo y su hora. Yo vengo a bautizarlos con Mi Espíritu. ¿Acaso tiene más fuerza el agua que Mi Espíritu?

Mi Espíritu está presente en todo y quiere estar dentro de ustedes para que Yo los pueda bautizar en la Gracia y en el Amor. ¿Acaso Mi Presencia en esta tarde ya no es un bautismo para vuestros corazones?

Dichosos aquellos que creen sin haber visto, porque estarán bautizados por segunda vez.

En Mi Reino no existen preferencias ni tampoco en Mis apóstoles. Por eso, Yo los vengo a transformar de a poco, para que vuestras vidas no se sumerjan en la tristeza, en la desesperación o en la perturbación de no creer que puedan conseguirlo. Si miran a Mi Corazón, todo lo podrán.

Yo vengo a ofertarles lo mejor que tengo todo el tiempo y no Me cansaré hasta que lo puedan sentir y comprender, pues Mi Corazón es esa Gracia que todo compenetra, es el bálsamo que les da la Vida, la Vida universal, la Vida inmaterial.

¿Acaso eso no es un bautismo para ustedes? Juan lo profetizó. Yo los bautizo en nombre del Espíritu Santo que es el mayor y máximo Don entre los dones, que proviene del Corazón de Mi Padre para resucitar la vida de la materia y tornarla pura en la Fuente inmaterial.

Quisiera que todos vivieran los Sacramentos de una sola vez, pero Yo vengo a rememorar que los dones de los Sacramentos son sagrados para el Padre y las almas no han sabido aprovecharlos a lo largo de la historia de este mundo.

Por eso, Yo vengo a pedir que se bauticen en nombre de Mi Espíritu; que se purifiquen, lavando vuestros pies en nombre de la redención y que sean ungidos con la Cruz de Mi Corazón en nombre de la cura y de la paz.

Pero, para que los puedan vivir, el Espíritu y los Dones que provienen de Mi Padre no pueden ser deseados. ¿Cómo el Espíritu de Dios los transformará mientras exista vuestra voluntad?

Yo vengo a despojarlos de todo, cada uno en su grado de aprendizaje. Yo vengo a reformarlos en cuerpo, alma y espíritu a través de los Sacramentos. Pero más bautizado estará aquel que lo viva en nombre de sus hermanos que de sí mismo.

Mientras estoy presente, piensen en Mí. Coloquen la atención ardiente en Mi Corazón, para que vuestras vidas participen de esta Comunión Conmigo.

Ayer les vine a dar una lección de humildad que es necesaria para todo el mundo, pues los corazones deben conocer qué es lo que deben cambiar a tiempo para no engañarse a sí mismos.

Yo vengo a traerles la Verdad, pues aunque no la conozcan profundamente porque es una Verdad que proviene del Corazón de Dios, Yo les traigo una parte de esa Verdad para que vuestros corazones, a través de Mi Sabiduría, crezcan en madurez y en consciencia.

En cuanto Mis ángeles trabajan en el mundo, Yo quisiera verlos más disponibles para llevar Mis Obras de Luz adelante. Pues mucho ya recibieron y seguirán recibiendo mucho de Mi Corazón cuando exista el verdadero equilibrio entre el hombre y Dios.

Yo les traigo una ciencia muy desconocida que, a través de Mis simples Palabras, están siendo invitados a conocer, pues Mi Vida en el Cielo es simple. No existe ningún misterio en esta Obra, solo aquel que los hombres colocan, como un sello, en el Corazón de Dios. El Corazón de Dios está abierto para recibirlos. Vuestros corazones son los que se cierran ante la Presencia de Dios y más aún ante Su Hijo.

No vengo a reclamarle nada al mundo, sino que tenga consciencia de lo que hace y de lo que piensa, para no degenerar aún más la perdición. 

Les abro una puerta todos los días para que vuestros corazones se regocijen y amplifiquen vuestro espíritu en la sagrada sintonía con Dios.

A través de este ministerio de los Sacramentos, que Yo pido que vivan en Mi Nombre, vengo a traerles nuevas Gracias, pero grandes Gracias serán llevadas en los corazones que se unan al hermano que viva el Sacramento.

¿Ahora entienden cómo son las cosas? Muchas veces fueron bautizados por Mi Espíritu, pero pocos lo percibieron. Yo vengo a traerles esta Verdad porque son Mis últimos Dones que hoy derramo sobre el mundo y en todas las almas que se fortalecen en Mí para cumplir el Proyecto de Dios.

Que vuestros corazones no se acongojen, mas que vuestros ojos se abran, los ojos del corazón, para sentir Mi Vida, para ver Mis prodigios, para reconocer a Mi Espíritu que amorosamente los visita incansablemente.

Pero hoy no solo estoy aquí, estoy en omnipresencia y en omnipotencia en Aurora y en cada corazón humano que, en esta hora de insondable Misericordia, Me haya abierto la puerta del corazón, rompiendo la barrera de su resistencia interior.

No vengo a forzar nada en ustedes. Vengo a traerles una nueva Gracia que brota de Mi Corazón y de Mis Manos para todas las almas de mundo.

Ustedes son un grupo de almas constituido por Mi Espíritu de Luz. Cuando un alma se apaga, muchas más se apagarán. Es como la manzana descompuesta, en la cesta, junto a las otras manzanas. ¿Quién las salvará a tiempo, antes de que se endurezca su corazón?

Yo vengo a trabajar con vuestros obstáculos, pues algo debe acontecer en este planeta delante de todo lo que sucede. Muchos no tienen consciencia de lo que significa morir por las manos de otro, padecer hambre y no tener consuelo en el corazón, casa en donde vivir ni lecho en donde dormir.

Ustedes tienen todo. Mi Corazón les ha dado todo. ¿Qué más quieren de Mí? En cuanto el mundo sufre y las luces de las almas se apagan, ¿se arriesgarán a trabajar Conmigo y salir de vuestras comodidades?

No vengo a molestarlos. Vengo a darles Mi Mensaje de Paz y de Verdad. Las llamas del infierno arden sobre el planeta, pero aún existen Islas de Salvación. Los corazones enloquecen día a día y las mentes pierden su control. Vengo a entregarles el equilibrio del universo que se llama unidad. Si no hay unidad en ustedes, no hay unidad en el mundo.

Es hora de que salten más allá de los abismos para encontrar el Reino de Dios. Mi Corazón se consuela con los que se sienten seguros de estar en Dios y no en sí mismos. Mi Corazón se alegra por aquellos que oran con sinceridad y que, a pesar de todo lo que hoy les digo, sienten en lo profundo que es verdad, y la semilla de Luz es plantada para la próxima Tierra en los espíritus consecuentes a Mi Llamado.

En cuanto les hablo, están reunidos alrededor de Mi mesa, alrededor de Mi Altar Celestial, lleno de ángeles de Luz que glorifican a Dios todo el tiempo. 

La Fuente Primordial quiere verlos pacíficos para que la Obra se pueda manifestar. ¿Qué esperan? Vengan a Mí sin miedo. Mi Corazón los abrazará. Mi Fuego los transformará. Mi Espíritu los elevará hacia el Corazón del Padre Celestial.

El Padre también necesita ser consolado por los horrores que ve en el mundo, por los horrores que ve en el mundo, lo repito porque el mundo en gran parte es un horror. Pero todo esto puede ser cambiado si ustedes Me siguen en esta hora de Misericordia.

En cuanto les hablo, los observo no solamente a ustedes, compañeros, sino a todos los que Me escuchan en cada parte de este mundo.

Vengo en serenidad a decirles todo esto porque sé que vuestros corazones pueden ser receptivos, y más tarde, cuando todo haya pasado, comprenderán.

Y ahora, por la Gracia que  Me fue concedida en la Cruz, glorifiquemos a Dios, y bendeciré a cada uno de ustedes, en esta unión perfecta Conmigo a través de los Sacramentos de Luz que son el medio para que las almas alcancen la existencia.

Hijos Míos, acérquense aquí para participar de esta consagración, en armonía y en silencio, no olvidando que Mi Espíritu está aquí presente.

En cuanto los bendigo con Mi Espíritu de Vida, pidan perdón a Dios en nombre de la humanidad, por todos los tiempos que vendrán, para que la Obra del Hijo de Dios se cumpla a través de Sus Gracias que son derramadas sobre todos los corazones y almas que sinceramente buscan la redención.

Después de que Mis prodigios fueron derramados en cada uno de estos elementos, los vuelvo a bendecir como parte de esta única humanidad que debe vislumbrar, en el horizonte cercano, la Nueva Tierra.

Dichosos los que lloran, porque serán consolados por Mí. 

Dichosos los que se arrepienten, porque verán nacer su nuevo espíritu.

Dichosos los que perdonan, porque encontrarán la paz. 

Dichosos los que se unen, porque vivirán en Mi hermandad. 

Dichosos los que se alegran, porque vivirán en la felicidad de Mi Corazón. 

Dichosos los que se liberan, porque encontrarán su libertad. 

Dichosos los que son misericordiosos, porque verán la Luz. 

Dichosos los que se reconcilian, porque estarán en la Unidad de Dios. 

Dichosos los que oran, porque serán premiados en el Cielo con las doce Coronas del Rey.

Ahora escucharán una canción que colmó Mi Corazón durante la Sagrada Semana, pues en esas palabras, por más simples que parezcan, se encuentra el sentimiento de amor verdadero por Mi Corazón.

Delante de las aflicciones que Me genera el mundo, Yo les entrego Mi Divina Misericordia para que, en los tiempos que llegarán, sean verdaderos apóstoles de Mi Corazón.

Ahora escuchen y sientan, para comprender lo que les pido.

En cuanto Me elevo a la Casa de Mi Padre, donde les espera un lugar para la próxima vida, Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Deben ser como niños para entender Mi Reino, pues ellos son los primeros que entran en el Paraíso.

Les agradezco y les doy Mi Paz. ¡Aleluya!

Sonrían, compañeros, pues eso forma parte de la cura que les irradia Mi Corazón para estos tiempos de crisis. Quien sonríe de alma, sonríe de espíritu y Dios ve reflejado, en vuestros rostros, Su Proyecto original.

Paz para todos. 

Que así sea.

Canción: “Tu és o Rei”.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN, EN LA 27.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

¿En qué piensan cuando vengo a vuestro encuentro? ¿Dónde está colocado vuestro corazón ante Mi Presencia? Y vuestro espíritu, ¿dónde mora?

¿Dónde reside Dios en estos momentos, cuando Su Hijo Primogénito desciende al mundo para destapar las catacumbas de la Tierra y liberar a las almas que están presas?

Ustedes son portadores de Mi Luz y Mi Misericordia está aquí, pues si Yo estoy dentro de ustedes, ¿porqué estoy afuera de algunos?

Mi Corazón es más fuerte que el pensamiento y permite despertar a todas las almas que no son merecedoras de la Gracia de Dios, mas confío en muchos de ustedes en esta hora sacratísima, en la que Mi Corazón se muestra al mundo para glorificar a Dios y a todas Sus criaturas que corresponden a Su Plan Mayor de Redención.

¿Acaso recuerdan de dónde vienen? ¿Qué fue lo que los motivó a estar aquí, en este momento?

Mi Camino es único, no existen dos caminos. Mi barca es única, no existen dos barcas en Mi Proyecto de redención, ¿a cuál subirán?, ¿a la barca del mundo que se sumerge o a la barca de la Santa Alianza que viene a salvarlos en espíritu y en divinidad?

Yo no vengo a buscar lo que no Me pueden dar, vengo a buscar aquello que Yo les entregué que se llama el don del Corazón; donen el don de vuestro corazón a Dios, así glorificarán al Padre Celestial que es muy ultrajado por este mundo, porque a pesar de que Mi Misericordia es invencible y se presenta ante ustedes para darles la vida, el espíritu y la renovación; en otras partes del mundo, compañeros, el sufrimiento es mayor que la luz y no hay almas en este tiempo que puedan dar alivio a esas cosas.

Eso se llama, compañeros, la gran deuda impagable de la humanidad, pero si vuestros corazones confían en Mi Corazón, algún día podrán ser misericordiosos y plenos, recibirán el Reino de Dios en vuestros corazones y estarán dentro de Su plenitud celestial para mostrar a esta civilización que el cambio profundo es posible.

Yo vengo con la esperanza de que sinteticen en vuestras vidas este encuentro de hoy Conmigo, porque lo repito, compañeros, es hora de la gran definición. Vuestros pies no pueden andar por dos caminos, Yo vengo a ofertarles un único camino de luz que se llama sacrificio por la humanidad, esperanza para las almas caídas, redención para los que están caídos y, principalmente, por aquellos que en su resistencia espiritual no se dejan vencer por Mí.

Ustedes, compañeros, han entregado vuestros corazones a Mi Corazón. Muchas noches pasé por vuestros hogares para visitarlos, compartir Mi alegría, consolar vuestras tristezas, traer un consuelo profundo para vuestros espíritus. Muchas veces, compañeros, los acompañé en vuestros trabajos, guie vuestras familias hacia Mi Corazón Sacratísimo, y esto ha sido posible porque ustedes abrieron la puerta para que sucediera.

Desearía, profundamente, que en esta tarde escucharan otras cosas, cosas que vienen del Universo Celestial, que son emanaciones eternas de todos los Padres Creadores que se congregan en Mi Cenáculo de Luz para dar una solución a este Proyecto de la humanidad.

Ustedes, compañeros, son parte de este Proyecto de redención y de rehabilitación, nunca pierdan la esperanza ni tampoco la fe de que vuestras vidas se realizarán en Mí, porque así Yo estaré presente todo el tiempo acompañando vuestros corazones y vuestras familias.

Quisiera decirles, amados Míos, que a través de los Sacramentos Yo vengo a darles una oportunidad única a las almas. Cuando un Sacramento no se lleva adelante, están interfiriendo en Mi Proyecto de redención, mas ustedes son libres desde su nacimiento en la vida.

Yo vengo a ofertarles una oportunidad y no una opresión, mas las cosas se entenderán después, después que Yo ya no esté aquí y hayan pasado algunos años, en los que verán como testimonio verdadero todo lo que los Mensajeros de Dios realizaron y hacia dónde los condujeron por un Propósito Mayor infinito y divino para esta humanidad, para esta parte de la humanidad aquí en el planeta.

Yo les traigo la confianza en lo que es imposible realizar y creer. Sé que muchos de ustedes sienten Mi Espíritu, pero todavía no Me podré mostrar a todos, algunos Me verán después de esta vida a través de ese Portal de Luz que recorrerán como almas hacia el encuentro de Mi Reino de redención, donde estaré esperándolos para una nueva fusión divina, para una nueva misión en los Planes de Dios.

Todo lo que aquí se realiza en Mi Nombre, como los Sacramentos, tiene un propósito espiritual e interior que no comprenderán en esta vida, mas la experiencia que Yo les aporto a través de los Sacramentos es imborrable y la verán en la próxima Tierra.

Por eso, en estos tiempos, en este día y en este lugar, Yo vengo a reconstruir lo que les entregué en el principio, vengo a renovar las enseñanzas que les di a Mis apóstoles a través de lavarles los pies, de bautizar los espíritus, de exorcizar los cuerpos, de consagrar a las almas que vienen a vivir una experiencia de amor en esta humanidad.

Con esto, les digo que el Sacramento del Matrimonio es un proyecto primordial de Dios. Yo vengo a recuperar el espíritu de la Sagrada Familia en muchos corazones, porque ese espíritu que Nosotros depositamos en el mundo se está borrando de la consciencia de la humanidad a través del sufrimiento, el martirio del castigo, que es generado en estos tiempos.

Ustedes saben más que Yo, compañeros, que las familias se están desuniendo, las almas se están perdiendo porque en ellas ni siquiera reside el espíritu de Mi oración. Por eso, a través del Sacramento del Matrimonio, Yo vengo a recuperar y a renovar vuestras vidas en esa casta unión que Yo les propongo a través de la consagración simple a Mi Corazón Sagrado.

Tan solo por ese movimiento y ese hecho de consagrar vuestros corazones a Dios, reabrirán las puertas para que la bendita y Sagrada Familia del universo descienda con su espíritu de vida a la Tierra, colme los corazones consagrados, se renueven las enseñanzas para que vuestras vidas sean un ejemplo para Dios, para el universo, para la vida universal.

Y así, en Presencia de Mi Corazón, a través de cada Sacramento, estarán testimoniando que el Proyecto de Dios, así como fue con los pueblos del desierto, estará siendo recuperado en vuestras consciencias.

Sé que no lo comprenderán. Sé que no comprenden a veces lo que les pido, porque no tienen la estructura para poder entender, mas el corazón que es confiado nunca fracasará, porque estará en el camino correcto, el camino de Mi Sagrado Corazón.

Mis Palabras hoy serían otras, pero Mi Instrucción debe ser bien escuchada, no por vuestras mentes, sino por el sentimiento verdadero del corazón de luz que mora en cada uno de ustedes, que pertenece a Dios y a Su infinidad universal, por obra de Su Gracia.

Siempre son libres para poder caminar, pero les pido que no se olviden de Mí, porque todo esto tiene un peso en el universo, por la expiación que Yo les entrego y por la Obra de Mi Divina Misericordia.

Los corazones se están separando cada vez más de sí, y esto repercute en las familias. Las familias deben ser la expresión de Mi Amor, de la alegría, de la esperanza y de la renovación. Acaso, compañeros, si la familia no es sagrada ni bendita, ¿cómo el Proyecto continuará en la Nueva Humanidad?

Por eso, Yo vengo a abrirles una puerta para que ustedes, que son los primeros en la lista perfecta de Mi Corazón, puedan reabrir las puertas para aquellos que están perdidos, que odian, que se separan de Dios Padre.

Cada Sacramento es una túnica para vuestras vidas. 

No descansaré hasta alcanzar lo que Mi Padre Me pide. No descansaré hasta que Mi Obra se realice en vuestras vidas completamente.

Deben amar los Planes de Dios para poder entenderlos, hay muchos que quieren conocerlos antes de amarlos. Mi Ciencia no es de este mundo. Yo los aproximo a ella para que puedan crecer en sabiduría.

 

        Fray Elías del Sagrado Corazón:

        Nuestro Señor está llamando a los coordinadores de las áreas de Figueira porque quiere decirles algo.

 

Mientras espero, confíen en Mi Divinidad, eso los aproximará a Dios y no se perderán fácilmente cuando las cosas se agudicen en este mundo.

Escuchen Mi Voz, compañeros, porque cuando Yo ya no esté aquí y tampoco Mi Madre ni San José, vuestros corazones deberán realizarse en la fe, en la confianza, en la credibilidad de que Nosotros siempre estuvimos aquí para guiarlos y consolarlos, pues deberán dar testimonio ante las leyes de la Tierra de todo lo que sucedió aquí, en el próximo tiempo.

Ese será el momento definitivo e importante para cada uno de ustedes, y una confirmación ante Dios y Su Proyecto de Amor. Eso permitirá, o no, que las puertas estén abiertas para aquellos que necesitarán de la consolación de los puntos de luz que fueron fundados en la base perfecta de los Sagrados Corazones.

Esta Obra no terminará cuando Nosotros ya no estemos. Esta es la primera parte de la preparación, la Obra continuará a través de los años, las multitudes crecerán porque la fe estará presente como una llama viva en lo alto de esta Colina. Será la motivación primordial, el espíritu invisible que llamará a los corazones a la redención y a la cura de cada una de sus vidas.

Así se congregarán los 144 000 antes de que Yo retorne en Gloria, en Cuerpo, en Alma y Divinidad. Si así fuera, una parte del Proyecto estará cumplida. Si así no lo fuera, deberemos rezar.

Bendigo para ustedes este importante Sacramento que está en Mi Altar, que no solo une corazones y almas, sino une vidas y familias, a través del espíritu de Mi Misericordia.

Les agradezco por consolar Mi Corazón por los graves pecados del mundo, pues las espinas duelen en Mi Pecho, y ustedes pueden aliviarlo a través del amor y de la oración, así como lo han hecho hasta ahora.

Renuévense todos los días y no se cansen de trabajar a Mi lado por la paz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.

 

 Fray Elías del Sagrado Corazón:

¡Gracias, Señor, por cuanto nos das!

MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO PARA LA 27.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA  AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Compañeros Míos:

Yo Soy el Sagrado y Glorificado Corazón de Jesús. Soy la Fuente Universal de prodigios y de verdad para las almas. En este día santo, de consagración y de gloria, desciendo de la Casa de Mi Padre hasta esta casa, hasta esta Sagrada Ermita de Redención y de mucha Paz para quien Me busque.

Mi primer agradecimiento espiritual y profundo lo envío a todos Mis hijos, a los que fervorosamente hicieron posible la manifestación de esta obra de la Sagrada Ermita de Mi Corazón Glorificado. Quisiera decirles que este lugar será el refugio para el mundo entero y especialmente para aquellos que están cansados de sí mismos y que vendrán en humildad a rendirse a Mis Pies.

Aquí, en este lugar, Yo no solo seré Vuestro Rey, sino que también seré Vuestro Espíritu Consolador, Vuestro Hermano. Aquí, en este Sagrado Cenáculo que hoy bendigo, Yo seré uno con cada uno de ustedes para que en reverencia puedan reencontrar el sentido verdadero de persistir.

Compañeros, pedí la construcción de este lugar sagrado para que cuando lo necesiten sepan que aquí, en el silencio, Yo estaré para escucharlos, orientarlos y guiarlos siempre hacia Mi Sacratísimo Corazón.

Bendigo este lugar para los que Me adoran siempre en el Santísimo y también Yo derramaré Mis Gracias internas sobre aquellos que se decidan a seguirme. Sí, Yo estoy aquí, en esta Sagrada Ermita para encontrarlos todos los días; no tendrán por qué temer, hijos de Mi Padre. Donde reside el Cristo no reside ni una gota del mal. Por eso a esta Sagrada Ermita también vendré en Espíritu Santo, para liberarlos de las amarras y de los obstáculos que impone Mi eterno rival. Sean valientes y siempre vengan aquí. Estaré para escucharlos en el silencio, en la palabra, en la confesión, como en la perpetua oración.

Este lugar es el fruto divino de la obra de Mi Madre Santísima a través de cada uno de ustedes. Mientras los tiempos son difíciles y oscuros, Mi Luz Divina se digna descender y se hace presente para reunirlos a todos en el nombre de la Paz. Aquí estará en Espíritu Mi Sagrado Corazón. Aquí encontrarán la Fuerza Invencible de Mi Corazón cuando lo necesiten.

No olviden que estoy presente aquí, para que en los momentos más cruciales no Me olviden ni duerman delante de Mí.

Compañeros, en esta Maratón les prometo una síntesis interna para sus vidas delante de las Gracias que han recibido, encuentro tras encuentro. Esta Maratón de la Misericordia será la última confirmación de sus caminos en Mis caminos de paz, de sacrificio por la humanidad y de redención.

Quisiera que en verdad pudieran comprender más allá de Mis Palabras. Deseo que todo lo que sucede sobre esta Colina de Luz sea el testimonio de que el Plan se cumplirá. Por eso, no miraré sus ofensas. Hoy espero que Me donen sus talentos por todos los que los pierden ante la crueldad humana.

En Espíritu de Gracia y de eterno regocijo, Yo los reúno y de nuevo los bendigo en el Nombre Santo del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Gracias por ayudar en el Plan final de la redención.

Siempre y para siempre sean bienaventurados.

Cristo Jesús, Vuestro Hermano Mayor

Aparición de Cristo Jesús, en el Centro Mariano de Figueira, Minas Gerais, Brasil, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón, en el Sagrado Llamado

Postraos ante Mi Padre, pues Él os está viendo.

Llego en esta noche para dar la libertad al mundo, pues Mi Corazón no mantendrá a nadie más preso, pues nunca he colocado a nadie en cautiverio, sino les dí la libertad de esta vida material, el poder de reconocer Mi Faz, Mis prodigios y Mis dones, que Yo les doné desde el primer momento en la Cruz.

Vivan Mi Pasión en estos tiempos difíciles. No borren de vuestras memorias, todo lo que ha hecho vuestro Redentor, pues la hora indicada se aproxima. Los relojes internos se activan, para sentir la llegada del Maestro y Redentor. Vendrá en Espíritu de Divinidad y Gloria a buscar a las almas caídas, a rescatar a los inocentes de las injusticias del mal, pues nadie se librará de poder purificarse. Es necesario para estos tiempos difíciles.

La humanidad se apartó de Dios y creó su propia condición, hasta en lo más profundo del espíritu. Pero Yo vengo a recordarles la comunión Conmigo, para que vuestros pecados se puedan perdonar.

Sean puros y cristalinos ante Mis Ojos gloriosos, pues Yo vengo a buscar vuestra humildad y simplicidad. No colocaré Mi Reino en almas vanidosas. Yo colocaré Mi Reino en los corazones que se transforman a través de Mi Corazón.

Vengo a entregarles la última llave, la última señal para la humanidad, pues necesito que todos Me escuchen con atención, porque hoy los hago postrar ante Mi Padre, porque Mi Padre los está viendo a través de Mi Corazón Misericordioso y todas las Jerarquías Angélicas que rodean Mi Gloria y Mi Aura, para dar testimonio de la Presencia de Dios.

Por eso vengo a ser consecuente con cada uno de ustedes. Necesito que vuestras estrellas despierten en lo más interno de vuestros corazones, porque será eso que iluminará la oscuridad de los tiempos cuando verdaderamente estén unidos en Mí a la oración.   

Y ahora mírenme con ojos de desapego y de entrega, porque Yo vengo a rescatar lo que es irrescatable en este mundo.

Vuestros corazones son merecedores de Mi Gloria, por eso grabo en vuestros rostros Mi Faz, para que sean como Yo hasta el final de los tiempos, donde todo estará cumplido en nombre de Adonai. Y así los levanto del suelo todos los días, porque necesito que caminen a Mi lado en este tiempo de tribulación, en donde las almas se juzgan a sí mismas y pierden el camino de la redención.

Por eso, Yo necesito de ustedes todo el tiempo, porque espero que no se pierdan y no dejen de seguir Mis Pasos de Luz, aquello que Yo estoy marcando por última vez en el mundo.

Reconozcan Mis Huellas. Sientan Mis Pasos y escúchenme dentro de vuestros corazones. Yo Soy vuestra Gloria, Soy vuestra Verdad, Soy la manifestación del Amor vivo de Dios, que muchos no están buscando por perderse en las cosas superficiales.

Por eso, Yo los llamo a la oración, porque esa será vuestra antorcha. Ustedes mismos la deberán encender a través del fuego de vuestro corazón. 

Yo ya no podré darles el toque de Mi Luz, la humanidad no se lo merece. Pero si son buscadores de Mi Misericordia siempre estarán en el océano de Mi Corazón, sintiendo Mis consuelos y siendo bañados por Mi Gracia, todos los días hasta el fin de los días.

Con todo esto, Yo les muestro la Verdad, porque muy pocos corazones Me quieren escuchar. No vengo a traer incomodidad a vuestras vidas, sino a recordarles hasta los últimos tiempos, vuestro compromiso con el Creador, con vuestros Ángeles de la Guarda, que serán los testigos delante del Juicio Final, de vuestras vidas y del mundo y de todo lo que han hecho, hasta los últimos momentos de estos tiempos definitivos.

Pero no bastará que me puedan creer, sino que puedan sentir Mis Palabras, que son transmitidas por la Energía Divina de Dios, que todo transmuta y libera en cuanto es pronunciada por la Voz del Hijo de Dios.

Guardarán estos momentos Conmigo en vuestros corazones. Serán los que los fortalecerá delante de todas las cosas que verán. Mas vuestros corazones no deberán sorprenderse. Lo que ha sido escrito para estos tiempos, se ha multiplicado por mil. ¿Saben entonces, compañeros, hacia dónde se encamina la humanidad? Pues Nuestra Voz no dejará de pronunciarse. Sabemos que Nuestra Voz y cada una de Nuestras Palabras, serán Luz para los peregrinos. Seremos fieles a cada uno de ellos, cuando cada uno de ellos sean fieles a Mi Corazón, al Corazón de Mi Madre y de San José y principalmente al Corazón del Padre Eterno, que está muy blasfemado por el mundo.

Yo vengo a hablarles de estas cosas, hijos compañeros, porque el mundo está viviendo estas cosas. La realidad divina no puede descender mientras circule el caos en el mundo. Pero Mi Corazón viene a crear en este lugar, en el corazón de los fieles, las pequeñas Islas de Salvación, donde Mi adversario no podrá entrar, cuando tan solo sean consecuentes Conmigo, en este camino hacia el Infinito. 

Quisiera contarles cosas del universo, pero la humanidad no ha querido escuchar por haberse rodeado de cosas materiales que los distanciaron de la Ley de Dios. Yo vengo a demostrarles el equilibrio del universo, del cual nunca deberán salir, para que sean amparados por Ley de Mi Señor.

Mientras escucho vuestros corazones, ustedes se confiesan ante Mi Corazón, porque así todo se reparará a tiempo y nadie perderá la oportunidad de reencontrarse con Mi Corazón Glorioso.

Yo vengo a traerles la oferta definitiva, la oportunidad incalculable de vivir en Mi Paz y en el Reino de Mi Dios, porque a pesar de todo lo que sucederá, no perderán la calma. Estarán en serenidad y serán pacificadores de Mi Corazón Misericordioso.

Y ahora daré la oferta al Universo de Dios por ustedes, ante los Altares de Cielo y de todos los Arcángeles.

Alabemos a Dios en gratitud, reparación y amor; pues Mi único deseo es que algunos carguen con Mi Corona de espinas sobre sus cabezas para compartir el dolor que Me ocasiona el mundo, por tanta ignorancia y desamor. Esta será la causa, compañeros, de ofertar estos Sacramentos en nombre de la redención y de la paz.

Y cuando ustedes no vean la paz en el mundo, en estos tiempos que llegan, busquen la Paz de Mi Corazón, pues solo Me encontraré en los corazones que quieran recibirme y esa será vuestra paz para estos tiempos. Estar en Mi Paz, vivir en Mi Paz y buscar Mi Paz. Eso les permitirá, compañeros, que nada a vuestro alrededor los sorprenda y los atormente. Porque, les vuelvo a decir, que verán cosas inexplicables dentro y fuera de los seres. Eso es el tiempo del Armagedón.

 

Fray Elías:

Delante de los ángeles de Cristo, a pedido de Nuestro Señor, vamos a entonar el Kodoish melódico, haciendo esta oferta a través del Corazón Sagrado de Cristo.

 Los que puedan, se ponen de pie para hacer la oferta, delante del Sacratísimo Corazón de Jesús.

 

Compañeros, en el Nombre de Nuestro Señor, oraremos a Dios, para que Él interceda por el mundo, a través de Mi Bendito y Sacratísimo Corazón.

Que esta Comunión que hoy realizarán Conmigo, reafirme y confirme vuestros votos con Mi Plan de salvación.

Como en el Monte de las Bienaventuranzas, recordaremos este Misterio que Yo revelé al mundo, a través del Padre Nuestro.

Padre Nuestro (en arameo)

Alabado sea Dios, glorioso Su Reino, Aleluya, Aleluya.

En esa paz Yo los quiero encontrar todos los días, porque muchas almas se servirán de vuestra paz para calmar su desasosiego, delante del fin de los tiempos en el que todo se vuelve tan complejo para los pequeños corazones de la humanidad.

Los espero aquí, en la oración de la Misericordia, pues vendré a verlos aquí los días 5 y 6 de octubre. 

Esa es Mi promesa para ustedes. Depositar Mis códigos en vuestros corazones para que siempre puedan resucitar, en estos tiempos críticos.

Vengan a Mí y abrácenme. Yo siempre los espero en la vigilia del Corazón.

Mientras estoy aquí con ustedes, estoy con el mundo, principalmente con las almas que más necesitan y que en esta hora viven su desesperación.

Los observo y los contemplo siempre, hasta el fin de los días, pues los Nuevos Cristos deben despertar, para concretar el Plan de Salvación.

Yo les agradezco.

Recuerden a los que sufren más que ustedes, así verán vuestros dolores muy pequeños delante del sufrimiento universal que vive este planeta y todos sus Reinos creados. Así encontrarán fuerzas para cuando Yo ya no esté aquí, entre ustedes, y seguir ciegamente Mi camino hasta cruzar el portal de Mi Corazón, donde todo estará consumado. Que así sea.

Gracias Adonai, Emmanuel, Abba, por cuánto nos das.

No se entristezcan. Yo siempre seré vuestra fuerza inquebrantable. Y a pesar de que las montañas se muevan y los mares de agiten en estos tiempos presentes, no pierdan la calma. Dios ya tiene marcada vuestra hora, para cada uno de los seres de la Tierra, que no deberán perder el rumbo hacia el Sacratísimo Corazón de Jesús.

Mi último intento es grabar la historia de Mi Faz en vuestros corazones. Y así serán las reliquias, las reliquias espirituales en el Universo de Dios y así serán testigos de esta Obra de Redención. Y aunque sean muy pocos, la experiencia será grande para aquellos que crean sin haber visto.

Mientras les hablo, Yo los calmo, los sereno, para que puedan sentir Mi Propósito de toda esta existencia, de la cual Yo soy parte desde el principio de la Tierra. Por eso, pueden ser bienaventurados cuando siguen Mi camino todos los días, se levanten de vuestras dificultades y solo ansíen encontrar Mi Corazón en cada acto de la vida que debe ser representado por el buen ejemplo de vuestros corazones. Así los códigos que Yo les entrego no se perderán y habrá valido la pena venir aquí para decirles todas estas cosas.

Y ahora Mis Ojos lloran por el mundo, por el mundo infiel, por el mundo injusto. Dios tiene algo especial para todos, solo que todos siempre han querido hacer su propia voluntad y olvidaron la Voluntad de Dios, eso los apartó del amor y de la esencia de todo lo existente.

Yo vengo a recordarles este Propósito, para que siempre puedan ver las cosas más allá de ustedes. No desearía que vuestros corazones se enfríen y que tampoco sean tibios, pues Mi deseo es que vivan en Mi Fuego, el que promueve la paz, la Misericordia y la redención.

Mientras estoy aquí, estoy en regiones del mundo atormentadas, aliviando el grito de las almas que claman por piedad y Misericordia. Mas ustedes compañeros, están en el gozo de Mi Espíritu, mientras las almas se pierden, sin encontrar la Luz de Mi Corazón.

Esto Yo ya lo había visto en la agonía del Huerto Getsemaní. Esta sería la prueba de la humanidad, superarse a través del amor y no a través del poder. Pero Mi adversario conquistó muchos corazones. Por eso, el tiempo de la Justicia se aproxima. Y ustedes los han visto, lo vieron suceder alrededor de esta humanidad.

Los tiempos marcan nuevas señales para aquellos que, en verdad, quieren ver con los ojos del corazón, sin propiedad ni apego. Así estarán más conscientes de lo que Mi Sagrado Corazón ve de este mundo y de todas las cosas que impiden concretar el proyecto de esta raza humana.

Por eso les repito: sientan las Palabras, la vibración de Mi Corazón Misericordioso. Ellas serán las últimas que cambiarán la historia de vuestras vidas.

Deseo que ya sean otros, para que Yo pueda morar en lo profundo de los seres.

Dios desea construir a través de esta Obra de los Mensajeros Divinos, un espíritu fuerte e invencible en las almas que están siendo convocadas en las diferentes naciones, pues los ejércitos deben estar prontos para poder batallar. La guerra en el mundo ya comenzó y esto no es solo una teoría, lo están viendo con vuestros propios ojos.

Pero hay compañeros Míos que dan vuelta el rostro a todas estas cosas para no sentir vergüenza delante de los Ojos de Dios. Imaginen, compañeros, qué siente Mi Corazón delante del Creador, después de todo lo que hice por ustedes y por vuestros hermanos. ¿Habrá valido la historia de Mi Pasión?

Yo digo sí, porque sé que hay corazones que harán resplandecer la Tierra Prometida y cumplirán la parte que le fue pedida a Moisés, cuando todo pase, las aguas se calmen y el sufrimiento desaparezca en la nueva humanidad.

Mediten en lo que les digo y que Mis Palabras no vuelen como el viento, que permanezcan en vuestros corazones como vida, hasta que Yo retorne en Cuerpo, Alma y Divinidad.

Y así Me despido de los valientes y consecuentes y elevo al Reino de Dios todos los ultrajes y sufrimientos, para que sean transformados a través de vuestra oferta de reparación a Mi Corazón Sagrado.

Paz para todos, hermandad para el fin de los tiempos.

Los bendigo nuevamente con Mi Luz y hoy de una forma especial, en la Presencia de la Santísima Trinidad.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.

¡Gracias, Señor, por cuanto nos das!

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN SAN CARLOS, SAN PABLO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE LA 26.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Purifíquense y no teman, pues la hora de su libertad está cerca.

Yo Soy el Sagrado y Glorificado Corazón de Jesús, la Fuente de Gracia para el mundo, el Manantial de la Verdad para las almas, la Renovación de los espíritus, el Camino de regreso hacia Dios. Vivan en Mi Sagrado y Glorificado Corazón. 

Yo Soy el de ayer, el de hoy y el de siempre. Todo comienza en Mí y todo vuelve a Mí, para quien vive en la ley de Mi Corazón.

Yo vengo a liberarlos de este cautiverio. En esta hora, vengo a desatar vuestras amarras, a retirar las cadenas de sus manos para que puedan caminar hacia Mi Corazón Sagrado.

Mi Espíritu es puro y glorioso. Dichoso de aquel que se digne a recibirme, porque Me conocerá y sabrá Quién Soy esencialmente; pues Yo Soy ese Corazón bondadoso y compasivo que murió en la Cruz por ustedes y los hizo renacer a la vida, a la vida del Espíritu, del Sagrado Espíritu de Mi Padre.

Después de tanto tiempo, retorno para volver a encontrarlos, pues deben entregarme sus talentos. En esta hora crucial del mundo, Yo vengo a despertar los talentos que duermen, para que estén a Mi servicio. 

Yo vengo a anunciarles esta verdad porque necesito que sean buscadores de esa verdad y que su oración los eleve, para que puedan descubrir nuevas cosas que no habitan en la realidad de este mundo. 

Yo los estoy invitando nuevamente al Reino de Dios, esta es Mi invitación directa para todos. Y a pesar de que deben orar por sus pastores, por todos aquellos a los que les confié Mis rebaños, deben orar siempre Conmigo, porque pueden tener la conexión directa con Mi Corazón.

Unidos al Padre Celestial, encontrarán su misión cuando se unan a Mi Corazón Misericordioso y busquen en esta vida la verdad de lo que son, que aún no han descubierto por todo lo que los rodea en el mundo. Deben salir de esa realidad para poder encontrarse Conmigo.

Yo estoy presente en los necesitados y en todos aquellos que necesitan de fuerza para seguir adelante. Yo solo deseo que Me puedan encontrar no solamente en los corazones alegres, sino también en los corazones que sufren en soledad. 

Vengo a curar sus heridas espirituales con el bálsamo perfecto de Mi Corazón Misericordioso y, aunque no entiendan lo que esto significa, Yo les permito que beban de Mi Fuente para que sus  cuerpos sean lavados y purificados, y así reciban el bálsamo de la renovación, un don perfecto del Espíritu Santo que reconstruirá sus vidas para siempre; siempre y cuando no Me olviden en los caminos que ustedes recorren, porque Yo he golpeado sus puertas, la puerta de sus corazones para poder entrar y comulgar con ustedes. 

Por eso hoy, en este día santo, donde la Misericordia permite este encuentro, Yo vengo a recordarles este compromiso Conmigo, de retornar a Mi Corazón, de buscar la morada de Mi Corazón, de encontrar Mi Espíritu Divino y de volver a comulgar con Mi Consciencia que se dona en esta oferta para la salvación del mundo y la liberación del mal, del mal de todo el planeta. 

Mientras ustedes Me sigan, las puertas del infierno se cerrarán. Mientras Me nieguen, las puertas del infierno se mantendrán abiertas. 

Yo vine a morir por ustedes, fui clavado por ustedes en la Cruz, pues son una única humanidad que viene desde el principio aprendiendo. Pero ya no será necesario que vivan en el sufrimiento, y aunque la mayoría de las almas lo ha escogido, Yo vengo a darles una oportunidad para que puedan rehabilitar sus vidas y ellas se tornen redimidas alrededor de Mi Corazón Sacratísimo, para volver a comulgar en esta cena perfecta con la Gran Conciencia de Dios.

Abran sus ojos, compañeros, aquieten sus mentes y vuelvan a sentir Mi Corazón amado, Corazón que es amante de las almas que se esfuerzan por buscar su propia redención, de las almas que son obedientes a las indicaciones que reciben del Cielo, de las almas que despiertan a la vida espiritual porque nunca antes la han encontrado. 

Yo les traigo la consciencia del Universo Celestial a través de Mi Sagrado y Glorificado Corazón.

Por medio de Mi Gracia Sublime, les doy la oportunidad de conocer el Reino de Dios, algo que es inmaterial ante sus ojos, porque es un Reino que vive en el Corazón de Dios, donde todas las almas buenas se congregan para unificar sus aprendizajes, después de esta vida terrenal.

De esta forma, Yo les digo, compañeros, que el Paraíso de Dios existe y no es una ilusión, es una verdad que palpita en el Corazón del Padre Celestial. Yo los invito a retornar a ese Paraíso, antes de Mi Retorno al mundo, porque en la segunda Venida de Cristo, vendré a llevarlos al Paraíso.

Por eso, deben estar preparados, purificados y limpios. Sus sentimientos deben estar puros, sus mentes deben estar quietas para poder escuchar a Dios y no escuchar a Mi adversario; porque quien está en Mi Divina Misericordia, a nada le podrá temer; tendrá la fuerza de Mi Espíritu Crístico para seguir adelante como Mis apóstoles, así como Me siguieron los doce en el pasado, que permitieron, a lo largo de los tiempos, que Mi Palabra de vida se expandiera por el mundo y que, a través de Mi Pasión, por Mi Pasión y todo lo que sucedió en la Pasión, hoy Yo pudiera estar aquí entre ustedes, reuniéndolos en el cenáculo de Mi Corazón. 

Que Mis Palabras sean vibraciones en sus vidas, y sus corazones se colmen y se liberen de todo dolor. 

Yo Soy su Redentor y Salvador. Yo vengo a resucitar sus vidas, que están muertas. Vengo a extenderles Mi Mano Misericordiosa por última vez, para que las almas se levanten del suelo, abandonen los abismos de la vida material y reencuentren el camino a la vida espiritual a través de la oración del corazón, aquel sagrado instrumento que Mi Madre les enseñó.

En esta tarde de Misericordia, en la que muchas almas en el mundo se congregan para escucharme, Mi Espíritu omnipresente lleva la Paz a los cuatro puntos del planeta, retira los espíritus impuros para que las almas puedan aspirar a la vida espiritual, reencender sus corazones en Dios y reencontrar el camino que han perdido.

Una y otra vez, Yo los llamé. Ahora, Yo los llamo a estar Conmigo plenamente, a que sientan Mi Corazón Consolador, Mi Corazón Glorificado y Vivo, que viene en este ciclo final para darles Su último llamado, en el Apocalipsis que ya comenzó.

Imiten a Juan el apóstol, Mi amado hijo. Imiten a todos los santos, hombres y mujeres, que en Mi vida se congregaron en Mi Corazón Sagrado para seguir este camino de conversión hacia la paz.

A través de sus vidas, Yo despierto los instrumentos de Dios y así, puedo realizar Mis obras, tan importantes en estos tiempos. Si sus corazones se abren a Mi Corazón, en verdad les digo, compañeros, que Me podrán ayudar en esta hora definitiva, para que la mayor parte de la humanidad despierte de este letargo que nunca termina.

Cuando sientan pena, busquen Mi Corazón. 

Cuando se sientan atormentados, busquen Mi Corazón. 

Cuando no tengan fuerzas, busquen Mi Corazón. 

Cuando sientan miedo, busquen Mi Corazón. 

Cuando todo parezca perdido, busquen Mi Corazón. 

Cuando no tengan esperanza, busquen Mi Corazón. 

Cuando pierdan la paz, busquen Mi Corazón.

Yo Soy su Corazón, Soy el que Soy desde el principio. 

Confíen en Mi. Reverencien Mi Corazón Sacratísimo, adórenlo. 

Confiésense nuevamente en nombre de Dios, para que sus corazones estén limpios para recibirme. Los escucho en el silencio del corazón. Cuando un corazón se confiesa es como una rosa que se abre. 

Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

Confesados, ahora vivirán los Sacramentos. Es la unión que sus corazones pueden tener con Mi Corazón, es el camino directo hacia Mi Espíritu, en esta hora de redención.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Jesús bendecirá estos elementos para todos nosotros, en unión con Su Espíritu y Su Misericordia.

 

El aceite de geranio es el aceite de la resurrección.

Los jóvenes son el proyecto para la Nueva Tierra, en ellos debemos colocar la protección y la confianza. Hoy, ellos realizarán la oferta de Mi Comunión para agradar a Mi Corazón y pacificarlo en los tiempos que vendrán.

Que los Centros Marianos se preparen para realizar la misma oferta.

Que sacerdotes y hermanas se coloquen cerca de este altar.

 

Oración: Padre Nuestro (2 veces en portugués).

 

En nombre de la juventud del mundo, hacemos la oferta al Corazón de Jesús.

Prepárense para que, a través de esta Comunión, los códigos de Mi Corazón Sacratísimo se irradien a los jóvenes del mundo, que son las bases de la nueva era. Eleven la oferta a Mi Corazón.

 

Dios Santo,
Dios Fuerte,
Dios Inmortal,
ten piedad de nosotros y del mundo entero.
Amén.
(3 veces en portugués)

 

En los jóvenes, se guarda el espíritu de la pacificación que debe ser remediado en muchos corazones. Por eso, la oferta es tan importante en estos tiempos.

Nuevamente, los bendigo en nombre de la Paz y recuerden que pueden ser parte de Mi Sagrada Familia en unión perfecta con Mi Corazón de Amor.

Les agradezco a los orantes del mundo por estar respondiendo al pedido de Mi Madre Celestial.

El Espíritu Santo los guía, en este momento, por el mejor camino posible, el camino hacia la Paz. 

Les agradezco.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Sagrado y Glorificado Corazón de Jesús, Yo confío en Ti.

 

Mientras Me elevo al Reino de Mi Padre, donde se guarda su verdadera morada, los ángeles del Cielo, en nombre del Señor, acompañarán este momento de unión Conmigo a través de los Sacramentos.

Cantemos a Adonai. Cantemos a Dios. 

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Kodoish melódico. 

Repitamos con Jesús, mientras Él se eleva: 

Santo, Santo, Santo es el Señor de las huestes.
Amén.
(4 veces)

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN LA CIUDAD DE SAN CARLOS, SAN PABLO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN, PARA LA 26.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En la Cruz, fui clavado por ustedes, y bajé de la Cruz para darles la vida.

Bienaventurados aquellos que creen en Mi Corazón y no le temen a la tribulación, porque vivirán en Mi Amor y reencontrarán el camino que perdieron.

El silencio le habla al mundo sobre la necesidad de un cambio en toda la humanidad. Pero ¿quién corresponderá a este llamado ante del Hijo de Dios?, Aquel que vivió entre ustedes, predicó para ustedes y murió por ustedes para darles la salvación. Sé que muchos recuerdan estos pasajes, pero no los viven.

Yo les enseñé un camino, el camino de regreso al Corazón del Padre Celestial. Muy pocos consiguieron hacerlo, pero ahora Yo vengo por la mayoría de ustedes , porque entre tantas ovejas, alguien podrá alcanzarlo.

Santifiquen sus vidas. Prediquen y vivan la Palabra de Dios. Recuerden los Mandamientos de Moisés y corrijan sus caminos, pues este es Mi último llamado antes del tiempo de la Justicia Divina; y nadie podrá decir que no sabía que el Cielo les habló y los invitó a cambiar profundamente para alcanzar la paz, paz que ya no existe en el mundo, pero que sí puede existir en sus corazones cuando Yo pueda servir en sus vidas, cuando Yo pueda ser ese gran Camino en sus caminos, cuando Yo pueda cargar con ustedes la cruz; la cruz que Dios les envía para madurar y aprender, para corregir los caminos y alcanzar la santidad.

Mientras sufren, ofrezcan el sufrimiento a Dios; pues Dios no es sufrimiento, es Vida. El sufrimiento fue creado por la humanidad y más allá de esta.

Por eso, Yo vine a su encuentro para despertar sus corazones al Camino de la Verdad, el único que deben buscar en estos tiempos, por encima de las mentiras del mundo, mentiras que ocasionan la perversión de la humanidad y que crean la perdición de las almas.

Pero Yo vengo en Espíritu, en Divinidad, para que sientan el Poder de Mi Palabra; pues Me verán, lo prometo, cuando todo se haya purificado. Si no se purifican, no Me verán.

¿Cómo Mi vino nuevo puede entrar en un jarro viejo?, eso no es la Ley, no es el equilibrio del universo; pero Yo vengo aquí para ayudarlos en la transformación. Si se animan, conocerán lo que no han conocido.

Yo les traigo la Paz, la verdadera Paz que reside en el Corazón de Dios y de los inocentes.

Yo no vengo aquí para que Me crean. Vengo a dejar una semilla para el futuro, pues en el fin de los tiempos recordarán este momento; y al final de su vida recordarán este pasaje, Mi Presencia y Mi Energía sacerdotal y espiritual que los congrega en la Fe y en el Amor de Dios.

Sean Mis apóstoles, pues cuento con muy pocos servidores que siguen con fidelidad Mi camino, en obediencia a la Voluntad de Dios.

Yo no vengo a quitarles nada de sus vidas, sino a entregarles aquello que no tienen. ¿Creen que eso es posible?

Yo Soy el Espíritu de la Glorificación de Dios. Soy la Consciencia omnipotente que ascendió a los Cielos y que está junto a Su Padre Eterno para traerles la Verdad, el camino de la renovación y principalmente el de la Fe.

Por eso, vengo en Gloria ante tantas impurezas y caminos corruptos. Mi Misericordia todo lo transforma y penetra en sus corazones para que renazcan a la vida espiritual y se encuentren con Dios, en estos tiempos definitivos.

Hoy, les vengo a entregar una llave invisible. Hoy, vengo a depositar en sus vidas una semilla espiritual, pues el Agricultor esparce en terrenos infértiles las últimas semillas de la evolución. Riéguenlas con el agua de su fe y de todas sus oraciones, así crecerán firmes y sus caminos no se torcerán, porque nacerán a la verdadera vida y encontrarán el verdadero espíritu, aquel que mora en el Corazón de Dios y que no es conocido por el mundo.

Ese Espíritu de la Verdad encarnó en esta humanidad, como el Hijo primogénito de Dios, para traerle la salvación, la redención y la Misericordia al mundo; abriendo las puertas a la liberación del mal. Pero después de tanto tiempo, después de que Yo estuve entre ustedes, vengo a buscar lo que he dejado en cada corazón: la madurez, la fidelidad, la verdad, la esperanza, la fe, el amor, la fraternidad y principalmente la hermandad que es algo que el mundo no vive.

Sean fraternos y para ser fraternos, sean sinceros. No escondan el mal en sus corazones. Disipen toda oscuridad de sus caminos y que el verdadero resplandor sea la oración del corazón. Así, sus familias no se perderán como tantas familias que se pierden en el mundo, en el mundo de la ilusión y de la crueldad que invade los corazones simples.

Yo vengo a traerles el rescate. Yo vengo a revelarles el Plan de Rescate. ¿Quién se sumará a esta Obra de fin de tiempo? Por eso, necesito soldados verdaderos.

No vengo a ver sus imperfecciones, sino a corregir sus vidas para que sigan un camino correcto, un camino seguro hacia el Corazón de Dios. 

Por eso, deben realizar un voto en sus vidas, un voto que cada uno pueda vivir Conmigo, con Mi Madre y con Dios. Y si viven ese voto, a pesar de las pruebas y de las experiencias de vida, será la verdadera confirmación de su parte ante el Universo Celestial de que habrá valido la pena que, después de veintiséis encuentros Conmigo, algo haya sucedido en sus vidas. Porque cuando Yo ya no esté aquí, haciéndoles sentir Mi Corazón noble, ustedes ya deberán estar prontos para asumir la tarea planetaria de ayudar a muchos rebaños perdidos.

Es hora de despertar. Salgan de ese sueño. No entren en el sueño de este mundo. Vivan la realidad que existe en el universo. Busquen la Fuente de la Verdad que vive en Mi Corazón misericordioso, y así serán testigos de Mi segunda Venida a la humanidad.

Por eso, Yo preparo a los rebaños, siembro la Tierra para que los corazones puedan despertar a los Dones del Espíritu Santo, que todavía no conocen profundamente; pero esos Dones pueden vivir entre ustedes siempre y cuando purifiquen sus vidas de todas las condiciones que ustedes colocaron, para poder evolucionar en la vida del espíritu y de la verdad.

Yo vengo a traerles cosas simples. Vengo a enseñarles las Leyes de la Creación. Pero sé que la mayoría de la humanidad no quiere mirar hacia eso, y Dios ya no puede esperar a una humanidad ingrata e inmadura. Cada uno de ustedes, compañeros, independientemente del grado de su despertar, deberá cumplir una parte en este tiempo final. Eso está escrito en el Libro de Mi Señor, está escrito por los ángeles del Cielo y así lo verán en el fin de los tiempos.

Crezcan de verdad y sin prejuicios. Crezcan en fe y en amor; y no dejen de rezar a Mi Corazón que hoy es consolado por todos, por aquellos que se esfuerzan en buscar Mi Reino, para vivir así en Mi Corazón.

Hoy les traigo, por primera vez, la súplica de Dios a todo el mundo, antes de que todo se desate, porque nadie lo podrá detener. 

Quien construye su templo interno, es sabio. Las paredes temblarán, los suelos se moverán, pero el centro de su corazón no perecerá si hacen lo que les pido en nombre de los ignorantes y de los que deben despertar a la redención de Mi Corazón.

Ahora, compañeros, celebremos, en este sagrado Cenáculo, la institución de Mi Cuerpo y de Mi Sangre para los corazones que deben redimirse y vivir en la Fuente de Mi Misericordia.

Que este acto de consagración sea una renovación para todos. Uno Mi Espíritu sacerdotal a todos los presentes y a todos Mis compañeros que Me acompañan en este momento en cada parte del mundo, buscando sinceramente cumplir el Propósito de Dios.

Cuando todo haya pasado, cuando los Mensajeros Divinos se recojan, verán escritos en los libros la esencia de Nuestro Mensaje y finalmente comprenderán.

Incienso.

Oración: Padre Nuestro (en portugués, tres veces).

Ahora llamen a Mi Padre, compañeros, para que el Espíritu de Su Sabiduría, que es omnipresente, omnipotente y eterno, descienda sobre este mundo y en el corazón de todas las almas que buscan la unión perfecta con el Universo Celestial.

Canción: Adonai, Espíritu Santo.

Bendigo a aquellos que buscan el espíritu de la consagración a Mi Corazón. Así, los bendigo, los perdono y los absuelvo de todo pecado y que, saliendo de este lugar, sus vidas sean otras ante Mis Ojos.

Recordarán este día por siempre, porque está en Mi memoria universal.

Yo les agradezco. 

Sonríanle a la vida, sonríanle a Dios. Es el bálsamo perfecto para el alivio del mundo. Es la expresión noble de un corazón puro y de un alma que se regocija en el Señor.

Yo los amo y los quiero eternamente. Que así sea.

Vayan en paz y en Mi Camino.

Ahora, mientras Me elevo al Cielo en Divinidad y Gloria, confiésense silenciosamente ante Mi Corazón, Yo los escucho.

Que, en el nombre del Arcángel Miguel, las puertas de la perversión sean cerradas. Que la Luz reine por siempre en el corazón de los simples y de los humildes, de los que buscan la unión Conmigo en los tiempos que vendrán.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

¡Gracias, Señor, por cuánto nos das!

Mensaje extraordinario
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN SAN CARLOS, SAN PABLO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Mi Corazón Sacratísimo se acongoja cuando las almas no quieren escuchar a Dios. Pero esto Yo ya lo sabía, sabía que iba a suceder en este siglo y en este tiempo. Me fue revelado durante la Agonía los ciento treinta y tres principales dolores que la humanidad le ocasionaría al Corazón del Creador.

Hoy, les digo, compañeros, que lo que sucede a los ojos de todo el mundo es el dolor más agudo que vive Mi Corazón. Por eso, hoy he venido para mostrarles Mi Agonía espiritual en el Huerto Getsemaní, Agonía que lastima Mi pobre Corazón por los pecados e injusticias del mundo.

Todo lo que hoy sucede es porque la mayoría de las almas, en este tiempo, no reconocieron la oferta de Mi Amor. Esto no es un castigo, es una consecuencia generada por los hombres que se apartan cada vez más de Dios.

Al igual que los inmigrantes en las barcas, Yo estoy en naufragio, pues, como un navegante, Me han perdido en alta mar. No Me han visto en los ojos de los más pequeños ni tampoco en el corazón de las madres que buscan consuelo. Me exiliaron de esta humanidad por ser extranjero.

Sepan que estoy presente en el corazón de los más desprotegidos, pues espero despertarlos algún día para que  den testimonio de vida al mundo.

Así, Yo Me presento a ustedes para que comprendan que todo no es lo que parece. La humanidad tapa sus ojos para no ver el resultado de una decadencia sin límites.

¿Quién consolará Mi Corazón que va rebasando la copa de la injusticia? 

¿Quién vivirá por Mí, para poder salvarse?

Es hora de crecer interiormente y de no dejar que la propia vida los haga perecer.

Síganme en este trayecto y no sigan en el que lleva al mundo a la inconsciencia y a la falta de fe.

Compañeros, sean Mis testigos, Mis verdaderos testimonios ante la crueldad del mundo.

Abran los brazos y sientan en sus corazones el dolor del Redentor.

He venido a San Carlos porque aquí hay ovejas que deben seguirme y, en este tiempo, deben profesar su verdadera fe, fe que ayudará al mundo y a toda la humanidad.

Que esta nueva Maratón sea dedicada a la reparación de las almas inocentes, pues ahora Yo Me encuentro entre esos corazones, sufriendo el horror del mundo. Sean buenos orantes y ayúdenme a seguir derramando Misericordia para el mundo.

Les dejo la sagrada visión de Mi agonía en el Huerto Getsemaní. ¿Quién beberá del amargo Cáliz Conmigo para salvar a la humanidad?

Bajo el Amor de Dios sean bienaventurados.

¡Gracias, hijos de San Carlos, por estar Conmigo!

Cristo Jesús Glorificado

Me voy en silencio, para que sientan Mi Corazón lastimado.

Yo los bendigo ahora y siempre, en nombre del Amor de Dios.

¡Les agradezco!

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Hermanos, hoy el Maestro llegó de una forma especial aquí, a San Carlos, y quisiéramos compartir con ustedes un breve relato para que puedan entender mejor el Mensaje que Él nos trajo hoy, que es diferente a todos los Mensajes que Él ha dado hasta este momento.

Cuando el Maestro llegó aquí, Él vino revelándonos la escena de la agonía en el Huerto Getsemaní.

No vino como ha venido en otros momentos, con toda Su Presencia para hablarnos directamente, sino que Él estaba encima de una piedra, estaba con Su Mirada hacia el Cielo, hacia el universo y hablaba con Adonai. Él estuvo así por mucho, mucho tiempo, durante todo el tiempo que estuvimos aquí, esperando que Él comenzara a hablar.

Nos preguntábamos qué era lo que Él quería decir con eso. Y, entendimos al final que quería compartir un dolor que Él vive, en este momento, con nosotros; y Él necesitaba que nosotros fuéramos conscientes para poder colaborar.

Y después que Él mostró esa escena por un largo tiempo, Él mostró que llevaba una corona de espinas sobre Su Cabeza; y le preguntamos: ¿pero la Corona de espinas no fue después, durante la Pasión?; y Él decía que esta Corona es la que le coloca hoy la humanidad y que Él sufre muchas agonías causadas por este mundo, así como las sufre Su Madre, María.

Entonces, en ese momento, Él giró Su Rostro hacia nosotros, estaba llorando, con Sangre en Su Rostro y Su Corazón desbordaba de un dolor muy grande, que era desconocido. Él decía que era una agonía espiritual que estaba viviendo, algo que sería inexplicable de entender por parte de la humanidad, pero que Él intentaría en este momento explicarnos, a través de las palabras, lo que Él está sintiendo de la humanidad.

Él en este Mensaje puso algunos ejemplos muy simbólicos, que tenemos que prestar atención para entender a través de esos símbolos el Mensaje que Él nos quiere decir.

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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