Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SEGUNDO DÍA DE LA 134.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Y llegará el tiempo del porvenir, en el que las almas no conocerán lo que es el dolor ni la angustia. Llegará el tiempo en el que los Míos conocerán el Reino de los Cielos en la Tierra, porque Yo lo traeré en Mi Retorno.

Así los pies ya no estarán cansados de buscar el camino para encontrar el Propósito; porque los despojados de sí mismos encontrarán el Propósito, ya que habrán cumplido con la Voluntad de Mi Padre, que es también Mi Voluntad y que debe ser también su Voluntad.

Mientras tanto, en este árido escenario planetario, Yo los llamo a la convicción y a la fe, a esa fe tan grande e inamovible que su propio Maestro y Señor vivió durante Su Agonía en el Huerto Getsemaní, en la que, ante todos los errores y horrores del mundo, su Maestro no retrocedió, sino avanzó, aun sintiendo en Su propia Carne el peso de los pecados y de las faltas cometidos desde Adán y Eva hasta el final de los tiempos.

Y hoy estoy aquí, compañeros, para testimoniarles que es posible, porque en el aparente vacío o en el árido desierto está Dios a través de Su solemne silencio para impulsarlos a la constante transformación de la consciencia, de los hábitos y hasta de los placeres; porque en el Reino de los Cielos no entrará nada que no sea de Dios y de Su Voluntad, y para algunos parece estrecharse el camino o aun no encontrar la salida.

He aquí el Corazón del Maestro que hoy se expone ante ustedes, aquel Corazón que fue traspasado en la Cruz para consumar la liberación de los pecados del mundo, para disipar toda oscuridad.

Así, su corazón humano también puede vivirlo y compartirlo Conmigo, porque Mi vara no los castigará ni los condenará. Mi Ley, que es la Ley de Dios, viene a señalarles el camino que gran parte de la humanidad está perdiendo por suplantar a Dios.

Yo deseo que sean libres, así como Mis apóstoles fueron libres, aun en el momento más culminante de sus miedos, cuando no pudieron acompañar al Señor en el Calvario y hasta la muerte en la Cruz.

Así como a Mis apóstoles, Yo vengo a hacerlos pescadores de almas y de corazones, servidores de la paz y del bien, que todos los días buscan comenzar de nuevo, cueste lo que cueste, porque la victoria de su caminata o el triunfo de su transformación no está en la Tierra, sino en el Cielo, cuando les llegue la hora de partir de este mundo hacia las esferas sublimes, con la certeza de haber vivido una experiencia de amor, perdón y redención más allá de su propia condición humana.

Sean libres de ustedes mismos para que el mundo se libere de la opresión y del mal, para que los que claman reciban Gracia y Misericordia, Piedad y Redención.

¡Cuántos, pero cuántos, esperan por esto día y noche! Porque Mi promesa no es solo para ustedes, sino para el mundo entero, para todas las religiones y los pueblos, para todas las naciones.

Cuando el momento más culminante se aproxime, sepan que será la hora de Mi llegada y de Mi Retorno. Algunos Me reconocerán y otros no. Estén vigilantes y en adoración para poder escuchar los pasos del Retorno del Señor a la humanidad.

Yo ya les he enseñado a ustedes el camino, así como lo hice con Mis apóstoles en el pasado. No vengo a darles o a entregarles algo nuevo. Vengo a enseñarles la Verdad que pueden vivir y practicar en la solemnidad del corazón, de la vida y del espíritu, porque la Verdad los hará libres de ustedes mismos y liberará al mundo de tantos errores y maleficios.

En este tercer día, he venido a orar con ustedes por los que viven la pena de muerte y la decapitación. ¡Cuánta angustia vive Mi Corazón por todo esto!

Por eso, la vida que ustedes Me puedan dar y el ofrecimiento que Me puedan hacer es lo que Me impulsa a retornar al mundo y hoy estar aquí, pisando con Mis Pies este suelo sagrado de Aurora, que es testigo desde siempre del toque de la Mano de Dios sobre ustedes, sus hermanos de toda esta Obra y todos los que escuchan con fe a los Sagrados Corazones.

Es hora de trabajar en el final de estos tiempos, es hora de que cada uno definitivamente ofrezca su don y su virtud a Dios; porque vengo a cumplir con lo que he prometido, vengo a buscar los talentos que no se pueden desperdiciar ni perder.

¿Cuál talento Me ofrecerán? ¿Qué virtud Me entregarán? ¿Qué don ejercerán en sus vidas, de verdad?

Es esto que creará las condiciones para el Retorno de su Maestro y Señor al mundo. Ante las puertas de los Cielos, espero y aguardo la respuesta de cada uno, pero principalmente la respuesta interna.

Quiero que Mi silencio los lleve a la reflexión y al entendimiento para que, ante la superficialidad de este mundo, aprendan a tomar buenas decisiones para sus vidas y para el camino del espíritu, camino que es el primero que debe manifestarse en este tiempo.

¿Ustedes saben cómo es su espíritu, qué dimensión abarca o aun de qué parte de Dios es ese espíritu? Porque, así como Su Hijo es parte del Espíritu del Padre, el Padre es parte del Espíritu de Su Divino Hijo.

Es en el espíritu en donde deben aprender a obrar, para que este mundo realmente sea ayudado y aliviado por los portadores de la paz, por los que dicen ejercitar el bien todos los días.

El espíritu es lo más maravilloso que Dios nos concedió en esta Creación. Dejen que sus espíritus se presenten y obren en este tiempo. Abran espacio para esto, ábranle la puerta a sus almas para que el temperamento humano ya no los gobierne ni los dirija, como a muchos les sucede, porque el espíritu en cada ser solo debe aspirar a elevarse a Dios y estar en comunión con las Leyes Superiores para que, a través de sus espíritus, sean espejos del Padre Creador en la Tierra, así como los santos ángeles son espejos de Dios en este universo y en otros universos.

Abandonen la prisión de sus cuerpos. Hoy, Yo les entrego una llave para que la puerta de esa prisión sea abierta y se liberen, pero es necesario de voluntad y de determinación, de fe y de coraje, para que las amarras sean disueltas, para que se rompan las cadenas de sus pies.

El mundo resucitará espiritualmente con almas y corazones decididos y no tibios, con los que aprendan a soportar Mi Fuego, Mi Fuego de Amor transformador y redentor, aquel Fuego que los mismos apóstoles sintieron en el pasado, en cada momento que compartieron Conmigo; así como ustedes estuvieron muchísimas veces delante de Mi Fuego, ¿lo percibieron?, ¿lo reconocieron?, ¿lo adoptaron?

Allí está el poder para transformarlo todo y para elevarlo todo; aunque parezca imposible no desistan, ni ustedes ni sus hermanos, porque la meta está muy cerca, más de lo que imaginan.

Pero deben enmendar los errores del mundo y todos los ultrajes que la humanidad comete en los tiempos de hoy, para que el poder de Mi Divina Misericordia pueda obrar más que la Justicia.

Mi Mano ya separa la paja del trigo, la hierba buena de la hierba mala. Esto es parte de la Ley y es parte de este tiempo, del tiempo final.

Siembren cosas buenas, semillas de amor y de caridad, acciones de bien y de paz.

Así, Yo vengo a hacer una síntesis final en ustedes en este tercer día.

¿Cuál es la enseñanza que retirarán después de estos tres días compartidos Conmigo?

¿Qué fue lo que les intenté decir en cada momento?

Estén despiertos, en Mis Palabras y en cada encuentro está el impulso para el próximo paso. Aprovéchenlo y sírvanse de él, no pierdan la oportunidad. Abracen con amor Mi Mensaje y, sobre todo, Mi Corazón que es suyo y así espero que sus corazones sean Míos. Eso es lo que espero, pacientemente.

Que se cumpla el advenimiento de los embajadores de la paz.

El mundo está en una emergencia. Los soldados son llamados a las filas de Cristo y con los que quieran estar Conmigo, estaré; así como hoy estoy con ustedes en este amado lugar de su Padre Eterno.

Les agradezco por acompañarme y por estar aquí, así como son, sin esconderse, porque de los pobres de corazón haré el Reino de los Cielos. Y quiero de sus corazones hacer el Reino de los Cielos, no lo olviden.

Que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo los bendiga. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL PRIMER DÍA DE LA 134.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Y a través de Mi Luz, vengo a tocar lo más profundo de tu ser para que las miserias más desconocidas sean purificadas y para que el centro de tu ser, que es invencible a los ojos del mundo por ser anónimo y silencioso, forme parte de Mi Proyecto en la Tierra.

A cuántos, a través de los tiempos, he tocado con Mi Divina Luz y, cuando les he hecho sentir su momento de liberación y de purificación, han dudado; pero la Luz que Yo les traigo proviene del Amor, de un Amor aún desconocido e infinito. Esto es lo más Sagrado que Yo tengo para ofrecerles a ustedes y a sus hermanos.

Ante un escenario planetario cruel, injusto e impune, quiero que el centro de sus seres, como una llama viva, esté al servicio de Mi Proyecto; y quiero que todos los que una vez fueron tocados por Mi Divina Luz no lo olviden, porque todo lo que Yo les entrego no es en vano, sino por un fin, por un propósito inmaterial. Abran así espacio dentro de sus consciencias para lo que aún deberá liberarse, trascenderse y transmutarse.

Pero hoy no los invito a mirar la imperfección, sino la perfección interna que, a través de sus esencias y almas, Dios les ha colocado desde el origen. Sin esta vida interna presente en el planeta y en este tiempo, grandes serán las dificultades de su Maestro y Señor para intervenir en la humanidad y en el planeta.

Mis pilares y Mis bases sólidas, en la superficie de la Tierra, solo serán a través de las almas de los que Me corresponden y Me viven. Yo no vengo a pedirles lo que es imposible, Yo vengo a pedirles lo que es verdadero y que yace y vive eternamente en su interior.

Es esta Vida Divina la que, en este tiempo de transición planetaria, deberá descender a través de ustedes por medio de su vida espiritual, pero también de sus obras de caridad, de bien y de paz.

Yo necesito construir en este tiempo los puentes entre el Cielo y la Tierra, entre las almas y Dios; y eso se dará únicamente a través de los que Me siguen y viven Mi Mensaje. Porque fueron muchísimas las Gracias entregadas a través de los años y de todos los tiempos, Gracias que aún muchos de ustedes y de sus hermanos no pueden medir con la mente, sino que solo pueden contemplarlas con el corazón, corazón que es capaz de sentir el Amor de Cristo y de Su omnipotente Misericordia.

Arduo será atravesar este desierto, pero Yo vengo como la Fuente que sacia toda sed y que resuelve cualquier situación cuando las almas confían en Mí y en Mi Palabra, porque Mi Palabra se cumple en aquel que cree en Mí y que Me escucha.

Dios ha sido tan generoso a lo largo de los tiempos que, con Su propia Mano y Su propia Luz, la Luz de Su Amor y de Su Gracia, manifestó y les concedió esta Obra, la Obra de la Jerarquía.

Vean cuán grande es la caridad de los Centros de Amor en la Tierra, que reciben y acogen a las almas, pero que también las despiden sin condiciones ni juicios. Esta es la obra silenciosa del Amor de los Centros de Amor de la Jerarquía, que no condiciona, sino que redime, que les abre las puertas a la verdad para que todos puedan ser portadores de la paz.

He aquí los Centros de Amor de Cristo en la Tierra que, en su soledad y anonimato, a través del Corazón de la Jerarquía contemplan los acontecimientos en el final de estos tiempos y sobre todo los acontecimientos de los que una vez fueron tocados por Mi Luz.

Cada gesto Mío como cada Palabra, cada Gracia impartida como cada Misericordia entregada, están escritos en los Cielos, así como están escritos en sus almas. Deben corresponder a esta Gracia, compañeros, porque Dios los observa en Su silencio sideral, en Su cósmico recogimiento y en Su omnipresente Poder.

Valientes son los que han llegado hasta aquí y los que persistirán porque, así como con doce apóstoles transmuté al mundo y lo redimí; así, con tan pocos en este tiempo, haré persistir Mi Propósito en las almas.

La puerta de la cristificación aún sigue abierta y no se ha cerrado. ¿Quiénes tendrán el coraje de atravesarla para ya no ser nada y para que el Todo sea en ustedes como el Todo es en el Divino Hijo, el Primogénito?

Mientras tanto, en este ciclo de reconstrucción de las bases espirituales de esta Obra, las Leyes vuelven a restablecerse y esto deja a las almas ante su propia realidad, pero también ante su propio compromiso, que no se pueden olvidar de que fue firmado en los Cielos.

Den valor a todo esto antes de que Mi Presencia se recoja, porque cuando llegue ese momento, que no está muy lejos, ustedes y sus hermanos deberán dar testimonio de lo que durante muchos años creyeron y recibieron a través de Mí en confianza, fidelidad y voluntad, porque fue por una Voluntad Mayor desconocida e incomprensible para esta raza.

Así Mi Obra se perpetuará en corazones consolidados y firmes, en almas disponibles y decididas que sepan ser instrumentos en la superficie de la Tierra para reflejar, en simplicidad y humildad, los valores crísticos, todo lo que Yo les he compartido a lo largo de los tiempos, así como lo que he compartido en el pasado con Mis apóstoles.

Por eso, no olviden amarse los unos a los otros como Yo los amo. Así, tendrán ciencia y conocimiento de todo, comprenderán y aceptarán la vida de sus semejantes y de sus hermanos, tendrán el corazón abierto para acoger al que sufre e incluso al que se purifica; pues ante Dios todos son iguales, porque son Sus hijos en la Tierra, en el Edén que Él les ha confiado desde el principio.

Y así, Él Me envía para que, a través de la Luz del Amor que hoy los vuelve a tocar y a contemplar, Aurora ofrezca su brillo y su Luz inconmensurable y anónima, como siempre lo ha hecho. Así, sabrán que están delante de un misterio que sentirán en el corazón por su vibración y Gracia, por esa Gracia que los reúne una y otra vez, y que les recuerda la Hermandad.

En este segundo día, vacíen el corazón y la consciencia para que Yo pueda llegar a lo más profundo, hasta donde ustedes no pueden llegar; porque, en este tiempo de purificación y de desafíos, es Mi Espíritu que los reúne y los ayuda, como siempre lo ha hecho desde el principio, desde el primer día que Me dijeron sí.

No le teman a lo que no consiguen soportar, no sufran con lo que no pueden transformar. Porque si en su imperfección Pedro caminó sobre las aguas y casi se ahogó por dudar de su fe, Yo llegaré como en aquel tiempo en la tempestad de la noche, en la que todo parecerá muy difícil, a traer la Luz al mundo, aquella Luz infinita e invencible que generó y creó al Hijo de Dios y que lo hizo nacer en el Pesebre de Belén.

Es esta Luz la que llegará en la hora correcta y en el momento oportuno para salvarlos y salvar a muchos más que sufren en el mundo el horror de la guerra, la maldad del hambre, el sufrimiento de la enfermedad, la soledad y el abandono.

Dejen venir a Mí a los niños, a los más pequeños de todo el mundo, porque de ellos siempre será el Reino de los Cielos, porque a través de ellos recordarán su propia pureza y esencia original.

Que el estigma del odio, de la venganza y de la maldad sea transmutado por el poder interno que reside en Aurora, para que muchos más tengan la Gracia y la oportunidad de la redención.

Que se cumpla el tiempo de la esperanza.

Que se vea reflejado el tiempo de la renovación en Mis apóstoles, en los que están decididos a reconstruir Mi Obra en la superficie; porque el Señor ve hasta lo más pequeño y silencioso, porque Yo estoy allí en lo más pequeño y en lo más silencioso. Allí siempre Me encontrarán cuando ya no hable más con ustedes públicamente, porque en Mi Palabra está el Agua de Vida que sacia toda sed, que disipa toda oscuridad, que reenciende el corazón que está muerto en vida; porque, así como resucité a Lázaro de la muerte condenatoria, así tengo el poder de resucitar sus espíritus si Me lo permiten.

Que las ovejas se reúnan en Mi redil, el Señor las llama a pastar en el Nuevo Tiempo, a dar los nuevos pasos en su servicio al Plan.

Que la esperanza los ayude a soportar estos tiempos, que sostenga a la humanidad herida y ultrajada.

Que las familias puedan ser el recinto del amor y de la paz en los oratorios del corazón.

Que se cumpla el tiempo esperado, ahora y siempre. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 134.ᵃ MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Aquel que Me vive, nada temerá. Aquel que Me siente, no perecerá; porque la Gracia que Yo les transmito y comparto con los Míos es incalculable, es la Gracia eterna de Dios que siempre desciende y los toca para que en cada paso aprendan a cumplir con Su Voluntad.

En esta noche, las estrellas de Aurora Me reciben, así como sus corazones, abiertos a la Presencia insondable del Señor, que inmutable y recogido está aquí para anunciar la Palabra de los Cielos, para verter sobre las almas entendimiento y sabiduría, compasión y paz.

Es así que, en este primer día, vuelvo a abrir las puertas de Aurora para que ustedes y sus hermanos del mundo estén ante el portal de la Cura Interior, que tanto necesita la humanidad y el planeta en este tiempo de adversidad interior y de conflictos.

Pero hoy, Yo los invito, una vez más, a colocar sus consciencias en lo Alto, en los sentimientos y pensamientos superiores que emanan eternamente de la Fuente y nutren a las almas de luz, fe y esperanza.

Es allí en donde Yo los necesito en este momento y no en otro lugar, para que junto Conmigo reconstruyamos el plano espiritual de esta humanidad y de este planeta que se corroe a sí mismo en su oscuridad y lucha.

Pero Yo vengo aquí como ese Sol de Aurora que nunca se apaga, que nunca se oculta y que está latente ante el corazón que se abre como una flor para recibir los rayos del Amor y del Perdón del Corazón de su Maestro.

¡Oh, noche oscura de este planeta!,
 que confundes y perturbas a las almas,
¡apártate de ellas!,
porque el Sol del Universo, el Príncipe de la Paz,
ilumina con Sus Rayos a toda la Creación
y en especial a este mundo,
para que los mundos internos siempre reconozcan
la Gracia que han recibido directamente de Mí,
en el nombre de Adonai, Nuestro Dios.

¡Oh, noche oscura de las almas!,
no le temas al desierto, a la aridez o a la soledad;
he aquí la Fuente inagotable
que se abre una vez más
para que sacien la sed espiritual e interior.

¡Oh, sed tan grande que siente su Maestro!,
por aquellos que son olvidados y descartados,
por los que son últimos y despreciados,
por los más pequeños entre los más pequeños;
allí Yo estoy para que Me sirvan,
para que Me encuentren y para que Me vivan,
y así alivien el sufrimiento del Corazón del Redentor.

Noche oscura del mundo,
no tienes la última palabra,
porque la poderosa y creadora Palabra de Dios
siempre se cumplirá,
así como es la Ley y es la vida,
así como son los Mandamientos que guían
al pueblo de Dios y a las almas
por el camino de la rectitud y del bien.


He aquí el Sol que ilumina la noche de las tinieblas del mundo.

He aquí el Sol de la esperanza que está latente y vivo en el corazón que lo adora y lo reconoce en su interior.

Ahora que ya crecieron, es tiempo de caminar en el apostolado y en el servicio.

Me afirmo en aquellos que Me viven. Me complazco en aquellos que Me buscan. Me alivio en aquellos que están Conmigo y no dudan, porque es Dios que escribe con Su propia Mano el destino y el final.

Felices serán los que persistan. Agraciados serán los que se abran a este momento y a este ciclo. Porque si en este ciclo suceden muchas cosas, aun siendo dolorosas e incomprensibles, ¿será que Dios lo ha permitido? ¡Sí!

En los Míos debe forjarse el espíritu de la verdad y también el espíritu de la fe que inamovible sostiene el estandarte de Cristo en la Tierra para poder iluminar con Mi Código Crístico al mundo y a los que claman por ayuda.

Mis Palabras se escriben en los corazones que las aceptan, Mi Luz se infunde en los corazones que se abren, porque aquí hay un Plan por cumplirse y realizarse. Y eso así será, porque es Voluntad de Mi Padre.

Que, en la noche oscura, las almas se concentren en la Luz que proviene de Dios y de Su Fuente, para aprender a sostenerse en Mí y por Mí hasta el final.

Hoy, Aurora brilla a través de sus nuevos pasos, que son internos y profundos. Quisiera que pudieran abrirse a esto, porque es una Gracia especial que Yo coloco en los que Me dicen sí.

Aurora es un Espejo que no puede dejar de irradiar y de compartir su Gracia. Este fue y siempre será el lugar escogido por el Padre Eterno, porque Aurora en su misterio se revela a los puros de corazón y a los verdaderos de espíritu.

Aurora es para la humanidad y el planeta, es para los que aprenden a soportar su Fuego, su Fuego de Amor. Si tienen esto presente, conocerán aún más de Aurora, mucho más de lo que creen saber hasta ahora, porque en verdad la esencia de Aurora aún no fue revelada por el Arcángel Rafael.

Pero llegará el tiempo de que esto suceda, y así el Sol de Aurora disipará la noche oscura del planeta, para que los autoconvocados vean venir en el horizonte el Retorno de Cristo.

Los que hoy están y los que hoy no están fueron señalados por Mi Mano. Esto es imborrable, más allá de cualquier consecuencia o situación. Recuerden que es Mi Corazón que lo ha aceptado a cada uno y no solo Mis Palabras; porque en Mi Corazón solo vive el Amor y no la Justicia, el Amor que los lleva a la luz de la Verdad y a la esencia de la Paz.

Muchos de ustedes y de sus hermanos, una y otra vez, fueron bautizados por Mi Espíritu y fueron ungidos por Mi Luz. Den valor y honren a todo esto en el final de los tiempos, porque nada es en vano para su Señor. Y aquellos que permanezcan, que no pierdan la esperanza ni aplaquen tampoco su fe.

Ya estaba anunciado que el mundo viviría esto y también la humanidad. Estaba todo escrito en el Libro Sagrado de Dios para que, en este tiempo, ustedes que fueron llamados a vivirlo y a experimentarlo, sean fuertes en el amor y en la hermandad, en el bien y en la caridad. Así, siempre vivirán Mi simplicidad y Mi silencio.

Que, en esta noche, el Sol del Señor, que a todo ilumina y hace resplandecer, pueda hacerles sentir el brillo espiritual de Aurora, como Centro de una Voluntad desconocida.

Que esta Maratón represente un paso a la madurez y a la confianza absoluta en el Creador para que más almas en el mundo sean rescatadas y ayudadas por Mí.

Que en esta Maratón sus oraciones se eleven, no en palabras repetidas, sino que el fuego de sus oraciones se eleve, como el incienso en el Altar, para ofrecerse a Nuestro Creador en expiación por los pecados del mundo y por los conflictos de la guerra, para que los desprotegidos sean amparados, para que los niños y niñas sean protegidos, para que las naciones no pierdan la paz y los ángeles de las naciones puedan obrar, así como está escrito en el Corazón del Padre.

Permitan que, en esta Maratón de oración, sus ángeles de la guarda trabajen como nunca antes. Únanse a ellos en oración, para que la paz los ayude a ustedes y a sus hermanos a enfrentar la desconocida noche oscura que precede al Retorno de Cristo, su Maestro y Señor.

Que se cumpla, Adonai, Tu Voluntad.

Que las almas no teman vivir su propio Getsemaní.

Que las almas aprendan a vivir sus grandes decisiones,
así como lo hizo Tu Hijo en los cuarenta días del desierto,
para que todos, todos los corazones posibles
puedan ser instrumentos de Tu Paz.

Amén.


Bajo la Luz que proviene del Amor eterno de Aurora, que redime, libera y transmuta toda condición humana, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

El Sagrado Llamado
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SAGRADO LLAMADO DEL DÍA 17

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mi Voz hace eco en el silencio más profundo del universo, en el que los mundos internos Me pueden escuchar y reconocer. Es en ese profundo silencio del universo en el que el Padre busca la respuesta a través de la sabiduría, de la ciencia y del entendimiento.

El silencio permea las capas más profundas de la consciencia, de la vida y de toda vibración, porque en ese silencio más profundo del universo se encuentra la respuesta de Dios, la que muchas veces intentan encontrar o aun poder escuchar.

Para que la sabiduría permee la vida, el silencio es el preámbulo. Esto aparta la consciencia de posibles errores, porque la Sabiduría de Dios es la certeza y la convicción de Su Espíritu, que lo sabe todo, que lo conoce todo y que todo lo impulsa, en esta y en otras dimensiones. Sin esa Sabiduría Divina e Interna, la vida interior no tendría sentido.

¿Qué fue lo primero que el Padre manifestó en esta Creación? Fue la ciencia de Su Vida Interior, que impulsó la Creación y todo lo creado posteriormente. Allí se encuentra esa matriz. Allí se revela ese Propósito para todo lo que existe, para todo lo que vive y vibra en este universo.

Cada elemento como cada partícula, cada átomo como cada célula, dentro de esta ciencia cósmica cumple un propósito y un deber, porque existe para poder reflejar la Voluntad del Padre, así como los santos ángeles lo hacen en el Cielo y en la Tierra.

En este macrouniverso de vida, en este espacio de existencia, de evolución, cada elemento, partícula o vida cumple su Propósito en la manifestación del espíritu, de la mente y de la materia.

Es en esta comunión perfecta, es en este alineamiento con lo superior e interior, en donde la propia consciencia debe estar conectada, unida y hasta fundida con la Creación, para que así el Principio de Dios, que es inmutable, manifieste, revele y construya Su Voluntad en todo lo que fue creado por Él mismo en el principio.

Dentro de esta infinita Creación deben contemplar el Propósito y el Origen para poder trascender los acontecimientos, los hechos o aun las heridas.

Si sus consciencias no viajan en el espacio-tiempo, en donde vibra y existe la Vida Divina, el Gran Propósito que creó a esta existencia, a todos los universos, dimensiones y planos, ¿cómo podrán superar el final de los tiempos?

Es hora de mirar hacia lo que es esencial dentro de sí mismos, porque allí está la respuesta, allí está el próximo paso, apartado de las ideas y de los pensamientos, de todo lo que podrían creer que es mejor.

Dios no se encuentra allí. Él se manifiesta y se presenta a las almas a través de Su Soberano Silencio y de Su infinita Vida Divina e Interna, para ir construyendo a través de ellas Su Voluntad. Hoy es el tiempo de que vivan esto, no solamente que lo reciban o lo escuchen.

Recuerden que Mis Palabras graban un código, registran un impulso en el éter del planeta, para que esta humanidad malherida pueda resucitar espiritualmente y comenzar de nuevo con esperanza, con la llegada del porvenir, el advenimiento de Cristo.

Ustedes deben pensar como los ángeles, ustedes deben sentir como los ángeles, así se darán cuenta cuánto aún es necesario sublimar y trascender.

Pero en el origen de esa existencia, en la que está presente el Todo, y vibra y está presente la vida interior, es en donde se espeja con poder el Amor del Padre, que en este universo coloca todo en su lugar, pero no con Justicia sino con Misericordia, a través de una Sublime Sabiduría para que todo lo creado aprenda a evolucionar y a crecer.

Deben imitar a la naturaleza que Dios les manifestó, sus ciclos de recogimiento, así como sus ciclos de expresión y de expansión; porque, así como brota la semilla para que algún día nazca el fruto, así la vida pierde sus propias hojas y una vez más vuelve a brotar y a resurgir tan fuertemente, a través de la Luz que recibe del Cielo, que fortalece el espíritu y expresa la entrega en los que viven en fidelidad al Señor, Nuestro Dios.

Hoy, quiero dejarlos en ese nivel de consciencia; porque, cuando Yo ya no esté entre ustedes, deberán buscar dentro de ustedes mismos, de forma impersonal y madura, la fuerza del amor y de la fe, ese mismo estado interno que hoy les presento a todos, a pesar de las diferentes escuelas que están viviendo.

Pero no se olviden de lo que Yo les enseñé a Mis apóstoles y al pueblo de Israel: que a los Ojos de Dios todos somos iguales; para Dios no existen mejores ni peores, buenos o malos, despiertos o dormidos. Dios sabe quién es cada ser en su existencia interior.

¿Será que ustedes consiguen valorar esta dádiva, así como Dios la valora con Su amplitud y amor?

Así, aprenderán a ver al otro con los ojos del alma y no de la mente. Así, podrán reconocer entre las miserias al Cristo Interno, esa pequeña chispa de Luz que Dios colocó en cada hijo Suyo para que, en esta vida y en este universo, cada uno pueda dar vida en abundancia.

Creo que ya estamos ante la posibilidad de dar ese paso que hoy les pido, para poder salir de la conflictiva tercera dimensión e ingresar en el tiempo de la Hermandad, en el que todos son considerados, en el que todos son contemplados, en el que todos son escuchados sin ser juzgados; porque si Dios hubiera colocado Su vara sobre ustedes, no estarían aquí.

¿Ahora, comprenden que Su Amor Infinito no se mide por los prejuicios; y que Él, el Todopoderoso, como Padre de Brazos abiertos y de Corazón expandido, quiere tenerlos cerca para que cumplan Su Voluntad?

¡Cuántas, pero cuántas almas necesitan esto y no lo tienen!

Estén atentos para reconocer con gratitud esta Gracia; para que, en ustedes, algún día que no sea muy lejano ni distante, pueda nacer el sabio Cristo Interno, aquel que no mide con una vara, sino que ama a través de sus acciones; el Cristo Interno que acoge a través de su corazón y que es capaz de sentir al miserable como parte de su propia miseria, porque esto fue lo que Yo viví por ustedes.

Abracen con fervor Mi Llamado y recíbanlo también como una bendición, como la oportunidad de abrir una nueva puerta, que con esperanza mire al futuro y con determinación cierre la puerta del pasado para que no se pierdan en las cosas superficiales.

Porque en verdad les digo que sin amor nada es posible. ¿Cómo están los grados de su amor? ¿Dónde el amor actúa en ustedes? No lo olviden.

Que la Sabiduría de Dios los fortalezca. Que el Amor de Dios los levante para que caminen decididos hacia el Propósito, aquel Propósito que está escrito en el Corazón de Dios, porque es a Él al que le debemos honor y gloria.

Les agradezco a los que se empeñan y se esfuerzan en transformarse, a los que todos los días son capaces de mirar la Luz del Rostro de Jesús para ser bendecidos.

Que la paz promueva la paz y que la paz les conceda la unidad y la fortaleza a quienes le dicen sí a Cristo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE EL SEGUNDO DÍA DE LA 133.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Como la lluvia que cae sobre Mi amada Figueira, así sus corazones han sido lavados y purificados a través del Sacramento de la Confesión.

Así, les doy Mi bendición, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Recuerden que siempre podrán ver sus corazones purificados y limpios. No deben temer expresar lo que sienten o lo que padecen.

A través de Mi Sagrada Palabra y de Mi Insondable Presencia, Yo vengo a buscar en ustedes corazones sinceros, aunque imperfectos, corazones que son capaces de decirle sí al camino de la transformación y de la consagración.

Por eso, a través de Mi Gracia, hoy derramo sobre el mundo la Luz más profunda de Mi Corazón, para que esta indulgencia abarque a todo el planeta y a todas las almas posibles, especialmente a Mis más pequeños hermanos de los Reinos de la Naturaleza.

Todo, absolutamente todo, es tocado por esta Gracia de Dios que los vuelve a unir y a reunir en Mi Presencia. Porque, así como les he dicho en estos días, no existe otra razón ni otro motivo en este momento para que su Señor y Maestro se presente aquí, que no sea una causa de Amor y de Paz.

Trabajen a través de este Amor y obren a través del Amor que Yo les entrego.

Ahora que sus caminos se han purificado, no se permitan retroceder, no se permitan volver al pasado; sino decidan, ahora y siempre, cruzar la puerta de la esperanza que es abierta por intermedio de Mi Corazón, para que todos puedan entrar al Reino de los Cielos.

Sé que no saben lo que esto significa.

¿Cuántas veces estuvieron ante el Reino de los Cielos? ¿Cuántas veces sus ángeles de la guarda les permitieron esa oportunidad?

Y esto no significa que no sigan viviendo las aflicciones del mundo. Porque un verdadero Cristo en la Tierra, un discípulo del Maestro, se transforma y se redime a través de sus aflicciones, no para quedar preso en ellas, sino para saber liberarse a sí mismo todos los días. Esto es tan simple, pero a muchos les parece difícil.

Por eso, no se deben olvidar de la Gracia que los congrega y los une, esta Gracia especial que Yo he compartido y he extendido a todos, durante estos días de confesión y de reconciliación.

Ahora es el tiempo de que sus vidas se afirmen a través de Mi Corazón, presente en la Eucaristía, como símbolo y Sacramento que renueva la vida y la consciencia en cada momento y en cada oportunidad que tienen de comulgar.

Con esta actitud de reverencia a lo sagrado, que debe reflejarse en este tiempo en sus vidas, ante la Santa Comunión con el Cuerpo y la Sangre de Cristo, estarán comulgando del mismo código y de la misma esencia que los santos apóstoles vivieron en aquel tiempo; código que los transformó en embajadores de la paz, en anunciadores del Evangelio del Amor, en santos en la Tierra.

Por eso, deben preguntarse, en este tiempo y en esta hora, si verdaderamente están dispuestos a seguir este camino, como muchos en otros tiempos lo siguieron y lo acompañaron, a través del Llamado y de la Voz del Maestro.

Por eso, recuerden cuando Mi Vida y Mi Presencia tocaron sus corazones. Es lo que Mi Corazón quiere sentir de ustedes en este tiempo de tribulación y de oscuridad.

Que su amor transformador, que su vida consagrada, que su reverencia a las Jerarquías pueda tocar una y otra vez Mi Corazón, no solo a través de la vida de los Sacramentos, en el importante momento de la Comunión de ustedes Conmigo, sino también a través de las obras de paz y de caridad.

En esta la hora, esto es lo que Yo espero de cada uno: ver ardiendo sus corazones, sintiendo y viviendo delante de ustedes la llama flameante del Divino Propósito que Yo les traigo y que los renueva.

Porque, ¿cuántas veces he tenido que romper sus propias cadenas?, ¿cuántas veces he tenido que disolver sus propias amarras y también desatar los nudos de la consciencia?

Pero, ¿cuántas veces ustedes y sus hermanos estuvieron delante de lo Mayor, lo Infinito e Inmaterial?

Ese es el camino que deben decidirse a seguir en este tiempo: que su vida material se vuelva una vida inmaterial, en correcta comunión con la Ley y el Propósito. Porque en este tiempo, compañeros, muchas cosas les serán ofrecidas a todos, pero serán cosas huecas y vacías porque no tendrán la esencia del Amor Crístico que Yo les imparto y les entrego.

Por eso, los necesito como embajadores de la paz y no del conflicto. ¿No ven ya bastante conflicto en el mundo para que haya más?

Quiero que sus vidas sean vidas de reconciliación y de paz, de reverencia ante la Sagrada Instrucción recibida, desde los primeros tiempos cuando la pequeña Figueira comenzó a crecer, a madurar y a dar sus primeros frutos.

Yo quiero verlos junto Conmigo ante ese origen de Figueira, ante la solemne energía de la Instrucción y de la Jerarquía. Es tiempo de que cada uno de los setenta y dos atributos(1), que aquí fueron recibidos, sean vividos para que sus vidas vivan ardientemente la consagración de espíritu, mente y corazón.

Así sus consciencias, de una forma simple, pero verdadera, serán merecedoras de los frutos de este Reino de Figueira y permitirán que este legado reverbere y palpite en los corazones, sobre todo en los que son llamados a despertar.

Pero ustedes están despiertos, ustedes están conscientes, ustedes son responsables de este legado espiritual que se ofreció abnegadamente para poder expandirse y ampliarse en el mundo a través de pequeñas Islas de Salvación.

Siempre es bueno, compañeros, volver a la esencia del origen, una y otra vez; porque grandes son las amenazas que hay sobre el mundo y la humanidad, grande es la confusión espiritual, mental y moral.

Dios les ha entregado un instructor, que encarnó en este mundo, al que siempre le deberán agradecer y reconocer como su maestro. Él fue y será siempre un discípulo y amigo especial.

¿Han visto en sus ojos al Reino de Mirna Jad, reflejándose una y otra vez en su faz, en cada palabra e instrucción pronunciada, como también en su corazón que siempre irradiaba paz y solemnidad?

Si Mi amigo José pudo vivirlo y hacerlo, y se ofreció por ustedes para que también lo vivieran, ¿creen verdaderamente que Él les abrió la puerta hacia el mundo de la reverencia y de la paz, hacia el Sagrado Reino de la Jerarquía Mayor? Yo les puedo decir que sí.

Por eso, estoy aquí una vez más para confirmarlo y pronunciarlo; porque mientras hoy los campanarios internos de Mirna Jad resuenan en las almas, puede volver a palpitar, en todos, la llama flameante de lo sagrado y de la reverencia al Divino Propósito.

Reconozcan ahora las Gracias que recibieron desde el principio y la bendición de las insondables e infinitas Jerarquías que hoy están aquí, junto con su Maestro y Señor, para testimoniar y registrar este momento en sus Libros Sagrados.

¿Será que vieron en esos Sagrados Libros sus nombres originales? Esto era lo que hoy Yo estaba contemplando antes de llegar aquí a su encuentro.

Así, como para Nosotros, sus nombres pueden brillar en estos Libros como estrellas en el firmamento, ¿será que ustedes, por Mi Amor, podrán brillar como estrellas en la Tierra y decidirse a vivir las virtudes que Dios les concedió desde el origen?

Todo les fue entregado, todo les fue confiado. Es tiempo de honrar a este legado único, silencioso, anónimo e imperceptible para la mayoría de la humanidad.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Cristo está diciendo si pueden pedirles a los padres de los niños que los lleven a jugar al bosque, donde los ángeles los entretendrán.


Los más pequeños ya están en Mi Reino. ¿Será que ustedes llegarán a ser pequeños como estos niños para ingresar, en inocencia y pureza, al Reino de Dios?

Hoy, vengo a marcarlos y a señalarlos con la Unción de Mi Espíritu. Como consumación de esta indulgencia espiritual, quiero que Me respondan: ¿aceptan consumar esta Gracia espiritual y desconocida a través del Sacramento de la Unción en este día?


Los presentes dicen ¡sí!


Ahora, reciban primero la Unción de Mi Luz, antes de recibir este Sacramento. Coloquen sus manos en señal de recepción.

Adonai, 
Tú que conoces a Tus hijos en el Cielo y en la Tierra,
Tú que habitas en los mundos internos y en cada corazón,
haz revivir y renacer los principios 
que fueron sembrados por amor y servicio,
a través del Sagrado Árbol de Figueira,
nutrido con la experiencia, la entrega y la donación
de los pioneros de este lugar.

Que los tesoros de este Reino Sagrado,
hoy puedan emerger para todas las consciencias,
a fin de que la cura y la paz 
lleguen a cada corazón que las necesite.
Señor, que, a través de Tu Gracia,
Tus hijos puedan ser ungidos con Mi Luz,
que es la Luz de Tu Reino, 
que es la Luz de Tu Gracia y de Tu Misericordia,
que puede regenerar cada célula y cada átomo,
para concederles la paz.

Señor del Universo,
por haber escuchado la Voz de Tu Hijo en la Cruz,
por los méritos alcanzados 
con el sacrificio de Tu Amado Hijo,
concede esta Unción Espiritual a quien lo necesite
y que esta Gracia se multiplique
 en todos los que la esperan,
para que así se cumpla Tu Voluntad 
en cada alma y en cada corazón.


Por los méritos alcanzados por Mi hermano José, reciban el bálsamo de su espíritu en este momento en el que, como un padre e instructor, los anima a seguir adelante para que se cumpla Mi Plan.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

En la Presencia de Cristo, Nuestro Señor, mientras nos preparamos para el Sacramento de la Comunión, vamos a entonar "Sopro do Espírito", colocándonos ante el Reino de Figueira, ante todo ese legado, todo ese tesoro espiritual que nació y brotó como fuente de instrucción para los corazones.

Y a pedido de Cristo, vamos a cantar este cántico, irradiando una profunda gratitud y reverencia a José.


(1) Cristo Jesús se refiere a los principales setenta y dos atributos, de un total de ochenta y cuatro que fueron recibidos.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE EL PRIMER DÍA DE LA 133.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Bienaventurados los que creen sin haber visto, porque verán el Reino de los Cielos.

Bienaventurados serán los que escuchen la Voz del Maestro, porque verán el fin del cautiverio.

Bienaventurados serán los que encarnan en sí mismos el Verbo de Dios, porque se transformarán.

Bienaventurados serán los que se rindan a Mis Pies sin demora, porque conocerán la paz.

Bienaventurados los que confían sin saberlo, porque siempre verán a Dios.

Bienaventurados serán los que cumplan Mis Mandamientos, porque vivirán la Ley Primera que es el Amor.

Bienaventurados los que sean humillados y ofendidos, porque no habrá nada que los derrotará.

Bienaventurados los verdaderos y simples de corazón, porque todo lo entenderán, más allá de toda ciencia y entendimiento.

Si Yo estoy aquí es para que vivan esto, porque será lo único que podrá reverberar y permanecer, aquí o en cualquier otro lugar, cuando su Maestro y Señor se retire.

Será en ese tiempo y en esa hora, en los que se conocerán los corazones verdaderos y los corazones falsos. Porque en esa hora, sabrán quiénes han comprendido verdaderamente la razón de recibir Mi Presencia y Mi Gracia, aun sin tener consciencia de lo que esto significa.

Por eso, les digo a los que verdaderamente Me sirven y Me acompañan, a los que son celadores de Mi Palabra y de Mi Mensaje, a los que creen sin haber visto, que siempre los sostendré en Mí, así como sostuve en Mí la Cruz.

Porque cielo y tierra pasarán, pero la Palabra de Cristo, su Señor, permanecerá en el corazón que haya creído en Mí hasta el final y no se haya dejado arrebatar por la duda o por la falta de fe en Mí. Porque este tiempo ya estaba escrito y previsto; y así es y así será, lo acepten o no lo acepten.

Yo vendré por los que han sido consecuentes Conmigo, no solo aquí, sino principalmente en el mundo entero. ¡Cuántos corazones sirven al Señor y ustedes no lo saben!

En lo más pequeño es en donde Yo Me escondo y en lo más simple es en donde Yo vivo. No estoy en ningún otro lugar sino en esos, en lo simple y en lo pequeño, en lo verdadero, en lo que puede vivir verdaderamente en ustedes.

No tendría sentido estar aquí si no fuera por esto. Pero Mi Padre decidió que Yo estuviera aquí y, a lo largo de los últimos tiempos, más allá de las circunstancias o de las situaciones, nadie puede impedir que el Señor trabaje y obre.

Porque quien está Conmigo, está de verdad. ¿Y es a la verdad que ustedes le temen?

Benditos son los oídos que escuchan abiertamente y que no cuestionan al Señor ni a todo lo que Yo mismo les he confiado y entregado hasta el presente. Porque lo que aquí sucede está siendo escrito, no lo olviden. Así como ustedes son testigos, los ángeles son testigos de Dios y son los que registran este momento y esta coyuntura.

Antes de retirarme de Mi tarea pública, momento que ya no está lejos, quisiera venir un día para poder ver y reconocer que comprendieron y que están viviendo Mis Palabras. Porque el Mensaje de Dios, el Mensaje de Cristo, es lo que debe permanecer en ustedes y nada más.

Aspiro y espero poder colocar Mis Pies en este lugar, como en otros lugares del mundo que esperan el Retorno victorioso del Señor.

Pero, antes de todo esto, quisiera poder permanecer perpetuamente en sus corazones, sin que Me retiren de sus vidas, aunque no lo perciban, porque el Señor reina donde está el amor, la verdad y la justicia. Esto es lo que hace madurar el corazón de Mis apóstoles, para que sean representantes de Cristo en la Tierra.

Si Yo estoy aquí es para reconstruirlos, para volver a elevar sus corazones a Dios, para que se den cuenta de que el Amor de Mi Padre es infinito, inconmensurable y hasta incomprensible.

Si el amor no estuviera aquí en primer lugar, para que se cumpla la Voluntad de Dios, no habría existido motivo ni razón de que los Mensajeros Divinos se hayan dignado a venir a su encuentro, aun a pesar de las circunstancias.

¿Será que esto puede ser valorado por ustedes y por sus hermanos?

Dios escoge a quien necesita servirlo. Él señala con Su Mano a quien necesita transformarse, humillarse y rendirse para crecer en el amor y la verdad, en Su santa y sabia Justicia.

Pero antes de que todo esto termine entre ustedes y su Señor, como les he dicho, vendré a buscar el resultado de lo que les he entregado por Amor, Misericordia y Gracia; y eso no podrá ser en vano.

Cada uno en su interior es responsable de lo que ha recibido en santa confianza y fidelidad, porque llegará la hora de venir a pedirles los talentos, pero antes deben saber cuál es su talento.

¿Qué más le ofrecerán al Señor en esta hora, en la que la mayoría de las almas del planeta se sumerge en la oscuridad por falta de Luz Divina y de Amor?

¿Será que podré hacer de ustedes instrumentos, recipientes vacíos y donados, para que el Señor pueda obrar y hacerlos partícipes de Mis Designios?
 
Pero, Me podrían decir: “Señor, yo Te lo he dado todo”.

¿Es firme esa respuesta?

Si el Señor se los pide, es por alguna razón. No vengo a buscar lo imposible, sino lo verdadero, aunque sea imperfecto.

Cuando se decidan definitivamente a sumergirse en Mi Consciencia, sabrán la verdad que tanto buscan. Pero, quiero decirles algo: todo lo que aquí ha sucedido a través del anuncio del Mensaje de la Jerarquía ha sido por una única causa, por la causa del Amor y de la Verdad.

Solo lo entenderá quien este despojado ante Mí, porque no es algo de esta realidad material, es algo de los Cielos, de la Voluntad del Padre, de Su más elevado Pensamiento.
Espero que Me entreguen agradecimientos y no reacciones. Espero que adoren al Señor en reverencia por hablarle a todas estas almas una y otra vez, por una causa justa, para que se cumpla la Voluntad de Mi Padre que está escrita en el universo y en todas las dimensiones.

Les vuelvo a decir que piensen en lo que les digo. Yo estoy aquí para ayudarlos, para hacerlos caminar a Mi lado a través de la senda del corazón, para que vean que Mi Gracia y Mi Amor no terminan aquí y que son inconmensurables.

Hoy, Me dignaré a consagrar nuevos adoradores, confiando que todos los adoradores están cumpliendo los votos de su consagración. Y eso espero, en fidelidad, amor, gratitud y reverencia, cuando tengan que estar solos y el Maestro ya no se encuentre aquí para recordárselos; porque las Gracias que les entregamos son para que den frutos a través de los votos que hacen las almas.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Los postulantes a adoradores pueden acercarse y colocarse alrededor del Altar, por favor.

Los hermanos pueden hacer su oferta interna ante el Corazón del Maestro, que los escucha y los acompaña en este momento en el que sus almas se elevan junto al Señor para hacer esta oferta honesta, sincera y verdadera, a fin de que se cumpla Su Voluntad en la vida de Sus discípulos.


En el nombre del Padre, de Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 133.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Para seguir Mi camino existe una única senda que es la senda del corazón, una senda segura y protegida de toda interpretación e interferencia.

Si el discípulo no camina a través del corazón, estará perdido, porque su propia persona humana lo confundirá.

¿El discípulo se ha dado cuenta cuando ha caminado por la senda del corazón, pero también cuando no lo ha hecho?

Esa es la tónica de este tiempo, seguir la senda del Corazón del Maestro para que, en este tiempo de tribulación, los guíe el Espíritu Santo a través de Mí, por intermedio de Sus Dones y Gracias.

La senda del corazón es un camino siempre abierto, y diría imborrable, porque la senda del corazón es guiada por el espíritu de cada ser, cuando la persona humana permite que su espíritu actúe y obre.

Imaginen que, si su Maestro y Señor no hubiera dado Su vida a través de la senda del corazón, aun en el Calvario, ¿cómo habría podido consumar Su entrega durante Su Muerte en la Cruz?

El camino y la senda del corazón, tarde o temprano, lleva al discípulo a morir para sí mismo; para que Yo, como Maestro y Señor, pueda renacer en él.

Pero esa senda del corazón debe mostrarse a cada uno, deben buscarla incesantemente a través de sus buenas obras y oraciones; porque la senda del corazón es el camino de los que se humillan ante Cristo, de los que ya no quieren nada más para sí, sino el bien común de la humanidad.

Les parecerá simple lo que hoy les digo a Mis discípulos, pero sé quién vive la senda del corazón y quién no.

Pacientemente, espero que muchos más se animen a caminar por la senda del corazón para poder descubrir su verdadero ser y su verdadera esencia; porque no será en las explicaciones que encontrarán la senda del corazón, sino en la convicción absoluta de aspirar a vivir en Dios, de aspirar a encontrar a Mi Corazón, de que sean uno en Mí, así como Yo Soy Uno en todos para que Mi Padre, que está en los Cielos, pueda ser en ustedes.

Los grandes santos y discípulos de Oriente, los buscadores de la verdad, los que realmente buscan la verdad y no la condicionan, vivieron la senda del corazón. En algún momento de sus caminatas encontraron ese camino.

Y muchos de esos santos y discípulos de Oriente tuvieron que renunciar a sus propias realizaciones o también a sus propias aspiraciones. Porque para llegar al final de ese camino, que es Mi propio Corazón, existe una única condición para que sus vidas y la vida de sus hermanos puedan vivir definitivamente en Mi Corazón: la condición del despojamiento.

Parece una simple palabra, pero no lo es, porque la santidad se alcanza a través de la senda del corazón y nunca se alcanzará a través de la senda de la ilusión.

¿Cuáles son las ilusiones que aún rodean a sus consciencias?

¿Cuáles son los sueños que cohabitan en ustedes y que no son sueños de Dios?

Ante todo esto, ¿cuál es la regla de sus vidas?, ¿cuál es el código de su evolución?

¿Cuál es la causa de hoy estar aquí delante de Mí, respondiendo a Mi Llamado?

Lo mismo, ustedes podrían preguntarme:

¿Cuál es el motivo de que aún estés aquí, Señor?

¿Qué es lo que Te mueve para llegar del Cielo a la Tierra, para vivir este gran encuentro con las almas?

¿Qué es lo que Te hace incansable, Señor, paciente, humilde y amoroso?

¿Qué es lo que Te impulsa a llegar aquí; aunque encuentres a Tu alrededor, Señor, casi todo en ruinas?

¿Cuál es la respuesta?

El Amor, que es lo que Me permitió llegar hasta la Cruz para ser crucificado, muerto y sepultado; porque el propio Dios, en Su persona humana, se dejó morir para que ustedes pudieran resucitar. Y sé que esto todavía es parte de un misterio divino, hoy incomprensible.

Pero es un acto de Amor que su Maestro haya muerto en la Cruz; que hoy esté aquí, esperando que muchos más se decidan, de una vez y para siempre, a seguir el camino, la senda del corazón, para que comprendan la razón de Mi Voluntad y de Mi deseo ardiente por las almas.

Como les dije hace algunos meses, ahora es el tiempo y ahora es el momento de que cada uno camine con sus propios pies, pero sin arrastrarse en sus lamentaciones o en sus incomprensiones, que camine decidido y firme en el amor, en la Sagrada Enseñanza que Yo les he entregado durante tanto tiempo.

Porque ha llegado el tiempo de actuar a través de lo que les fue enseñado e impartido por Mi Corazón. Mientras tanto, el mundo que sufre, las almas que padecen, los corazones que agonizan sin ver el amor, la luz y la verdad, esperan por discípulos y servidores decididos.

Yo los quiero Conmigo enteros, porque una Voluntad tan amplia y desconocida no se puede concretar y realizar en corazones tibios, porque sería insostenible.

Siempre estoy aquí para mostrarles el camino y la salida. Las señales ya fueron claras. Los impulsos ya fueron entregados. La Misericordia fue distribuida y compartida entre todos, así como Mi Gracia, a través de la bendición de los Santos Sacramentos.

Que esta amnistía, que les ha otorgado Mi Madre Celestial en estos días de positiva coyuntura espiritual, sea bien aprovechada y respondida por las almas, porque existe una única razón para todo esto, es que, a través de las almas rendidas a Mis Pies, se pueda cumplir Mi Voluntad.

Por eso, vengo aquí, de tiempo en tiempo, a golpear la puerta de sus corazones, aunque ya Me hayan escuchado. ¿Pero, verdaderamente Me escucharon? ¿Se sumergieron verdaderamente en Mi Mensaje? ¿Dónde están los talentos que vengo a buscar?

No puede quedar solamente en los libros, Mi Palabra es un acto de comunión para que viva ardientemente en los corazones. Mi Palabra es agua viva que retira toda sed, porque no habrá santidad en esta vida sin atravesar el desierto.

Si su Maestro y Señor la vivió, ¿por qué ustedes no podrían vivir la noche oscura? Si Yo Soy para ustedes la Luz del mundo, ¿a qué oscuridad le temen?

Así, Yo vengo a disipar las tinieblas, principalmente en los corazones. Mi Palabra se sembrará una y otra vez en los corazones que confían en Mí.

He aquí la senda del corazón para todos. ¿La atravesarán?

Piensen en lo que les digo. Mediten en lo que les entrego. Abracen lo que les otorgo. Porque Yo ya Me estoy yendo para prepararme para el gran momento.

Y en los momentos más culminantes del mundo y de la humanidad, cuando Yo ya no pueda venir aquí, deberán recordar y revivir estos momentos, las innumerables Gracias que fueron impartidas y derramadas, como tantas estrellas en el universo.

Que esto pueda ser honrado y valorado por la consecuencia de sus actitudes y, sobre todo, de su entrega a Mi Corazón.

Vengo a hablarles a los discípulos que ya caminaron mucho tiempo. Vengo a hablarles a personas adultas, conscientes y despiertas.

Esto es lo que hará que Mi Obra sea posible en la Tierra, sobre todo en estos tiempos, en donde el amor y la paz deberán ser la premisa, la regla primera de la vida, para que todos se consigan sostener, porque eso es hermandad.

En este primer día, antes de celebrar la Santa Comunión, dejen sus corazones vacíos para que Mis Palabras puedan entrar y trabajar en ustedes, como pequeños destellos de Luz que provienen de la fuente de Mi Amor, de Mi insondable Misericordia.

Que Mi Paz permee cada esfera de la Tierra.

Que Mi Paz permee y se profundice en cada corazón.

Que cada célula y átomo reciba Mi Paz, para que se alcance la cura y el perdón.

Por esta Paz que hoy reina y nos colma en el Reino de los Cielos, Yo los bendigo y les agradezco por estar aquí, por buscar a su Señor en la verdad del corazón.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN BUENOS AIRES, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SAGRADO LLAMADO DEL DÍA 20

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Y, después de la noche oscura, retornará la Luz, la Luz interior que fue creada en la Fuente Suprema por el mismísimo Padre Eterno, antes de que todo existiera. Esa Luz interior surgirá de una forma sorprendente en los momentos previos a Mi Retorno al mundo.

Por eso, deben sostenerse en Mí, a pesar de las tribulaciones y del momento actual, porque no hay un corazón como el Mío que los conozca profundamente a cada uno y que los pueda consolar, colmar y sostener en el Amor.

Sé que hoy no comprenden muchas situaciones y lo entiendo. Imaginen cómo Mi Corazón puede comprender todo lo que sucede en el mundo, en este tiempo.

¡Cuánto sufrimiento es causado en muchas naciones, pueblos y familias!

¡Cómo el propio Dios, entregándose en la Cruz a través de Su Hijo, padeciendo y sufriendo por todos ustedes, recibe en primera persona la respuesta que le da el mundo con más indiferencia y dolor!

Pero Yo vengo aquí, compañeros, una vez más, no solo para decirles que están Conmigo, sino también que lo deben estar aún más en este ciclo, porque si Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida, ¿quién irá al Padre sino a través de Mí?

Esa es la promesa que le hice a Dios en el momento culminante de la Cruz, cuando después de haber sido martirizado y crucificado, le dije al Padre: “Perdónalos, porque no saben lo que hacen”.

El valor de Mi Sangre, de la Preciosa Sangre de Jesús, aún es desconocido; pero quien se une a ella en oración y adoración, lo conocerá, porque Yo vine a poner fin a un estado precario de la consciencia humana.

Pero sé que Me podrán preguntar: “Maestro, ¿por qué la precariedad humana continúa aún?, ¿por qué, habiendo entregado todo Tu Ser en el Calvario y en la Cruz, aún la humanidad se sigue perdiendo y distanciando de Dios?”.

Este es el tiempo, compañeros, que fue escrito, el tiempo de la tribulación. Y ustedes mismos, con sus propios seres, podrán atravesarlo de dos formas: de una forma evolutiva y neutra o de una forma apegada y desequilibrada.

No estoy diciendo con esto que lo que se puede ver en este mundo y en esta realidad de superficie no duela, porque el mismo Hijo de Dios sintió en Sus propias entrañas todo el dolor del mundo, los pecados y las indiferencias. Pero, recuerden que el Amor triunfó y que es el Amor que los renueva y que les da vida y esperanza.

Ayer, Mi Madre les habló de los cálices que están sobre el altar servidos para las almas. ¿Quién lo tomará y quién lo beberá?, sabiendo que en este tiempo las grandes víctimas de Mi Amor se encuentran en los que sufren las guerras, el hambre, la prisión, la pena de muerte, el aborto y la enfermedad.

Yo vendré a poner fin a todo esto, porque Soy el mismo de siempre; Aquel que les enseñó en lo alto del Monte de las Bienaventuranzas; Aquel que los llamó a las orillas del Mar de Galilea, así como hoy los llamo a todos por su nombre espiritual e interior, aquel nombre que es conocido en el universo y que vibra en las estrellas, aunque no lo sepan.

Vendré para estar cerca de los que confíen en Mí hasta el final, sabiendo que después de una tempestad vuelve a brillar el sol y que es el Sol de Mi Corazón el que ustedes siempre deberán buscar en este tiempo, para que las penumbras de la Tierra no los confundan ni los perturben; porque la Luna se vestirá de sangre, el sol se opacará, los astros se moverán, los acontecimientos se presentarán y todos ya lo están viviendo.

Este es el preámbulo y es el tiempo que anuncia Mi llegada al mundo, y Argentina tendrá una tarea importantísima para su Señor en el final de los tiempos.

Muchas profecías fueron escritas sobre Argentina y muchas de ellas se cumplirán, principalmente las que fueron reveladas por el propio Dios del Universo. Así, prepárense, no se pierdan en las cosas superficiales y mezquinas.

¿Cuándo decidirán sumergirse en Mi Corazón para que conozcan el gran abismo de Mi Misericordia?

Mi Corazón no se cansa de amarlos y de amar al mundo, a pesar de los errores y del pecado. Pero aquí, en esta Obra y principalmente en ustedes, siempre, siempre deberá cumplirse la Ley para que estén protegidos de las tempestades de estos tiempos, de las interpretaciones y de las confusiones del mundo; porque esa Luz que Dios depositó, gestó y creó en cada uno, en lo más profundo del ser, es la Luz que deberá brillar para que en este tiempo existan Cristos, Cristos del Nuevo Tiempo, así como muchas veces nosotros, por amor, lo hemos anunciado.

Que su Cristo Interior sea el motivo de estar aquí y de responder a la Voluntad de Dios, más allá de lo que cada uno de los Míos deberá vivir en estos tiempos.

Hoy, Mis Manos y, sobre todo, Mi Corazón colocan paz en donde hay dolor y angustia. Mi Mirada se posa donde hay oscuridad y confusión para disiparlas.

Mi abrazo sostiene a los que confían en Mí, más allá de sí mismos, porque el tiempo indica que esta es la hora del apostolado, del apostolado del corazón abnegado y servicial por los que sufren, cerca y lejos de ustedes.

Hoy, Mi Corazón es el Sol que alumbra y brilla en Argentina. Mi Manto Sagrado se extiende sobre esta nación, que fue golpeada por la injusticia y la falta de transparencia.

Pero quien ama de verdad, más allá de todo, no perecerá, nunca perecerá, porque no será un amor propio ni un amor pasajero, será un amor maduro que se forjará en ustedes mismos en cada paso y sobre todo en cada prueba, en cada nuevo desafío.

Que sus corazones hoy se eleven con confianza, fe y esperanza renovadora, así como Mi Corazón se eleva en Argentina. Porque hoy Mi Manto Sagrado es la bandera de esta nación; el blanco, el celeste y el dorado, las expresiones del Universo Celestial y del Manto de la Divina Madre, Patrona de esta nación y Guardiana de la fe.

Quiero que Me sigan con pies descalzos y con manos limpias, purificados de sus propias intenciones, de sus propios pensamientos y de sus propios sentimientos.

Quiero que Me sigan con un corazón vacío, capaz de soportar y de recibir todo lo que llega, pensando en cada paso en la Pasión de Cristo, su Señor; porque el triunfo de su Maestro y Señor no fue en el debate de Su Palabra, cuando fue injustamente condenado, sino que fue en el silencio, el solemne silencio que eleva a la consciencia y la protege con sabiduría.

Que sus corazones sean receptivos a este momento. ¡Hay tanto por hacer en este mundo! Y ustedes lo saben.

Argentina no se puede detener. Argentina debe avanzar y esta nación avanzará a través de los que siguen a Cristo con confianza y fe.

En presencia de los coros celestiales, el Señor los bendice, los congrega y los une en el Amor impersonal y maduro, en el Amor de la Cruz, sin vacilaciones ni desencuentros, en el Amor que le permitió atravesar la Agonía en el Huerto Getsemaní, en el Amor que permitió que su Maestro diera cada paso en el Calvario sin retroceder, para poder avanzar hacia la meta inexplicable que el Padre le había colocado en Su camino.

Que la Poderosa Sangre que brota de Mi Corazón, como rayos de Misericordia, los pueda sanar, curar y renovar.

Ustedes son caminantes del tiempo, caminantes que fueron llamados a cumplir una Voluntad que no se puede borrar ni desaparecer.

Hoy, estoy aquí para impulsarlos, renovarlos y entregarles una vez más Mi Amor para que los ayude a madurar y a crecer interiormente.

En estos dos días, muchos de ustedes han recibido la Gracia de los Sacramentos. ¿Consiguen valorarla y saber que allí, en cada Sacramento, está la expresión viva del Amor de Dios?

Siéntanse agraciados, pero también sientan gratitud por los que no la tienen, por los que la niegan, por los que son indiferentes. En esa gratitud, que los llevará a la reverencia y a la simplicidad de la vida, deben trabajar todos los días; así, mantendrán la puerta abierta para que Yo retorne en confianza, fe y amor.

Por eso, los bendigo, para poder bendecir de norte a sur, de este a oeste, a toda Argentina, recinto sagrado de muchas reliquias internas que, en este tiempo, deben estar al servicio de las almas y de los que buscan la verdadera Luz en sus caminos.

Gracias por sus esfuerzos. Gracias por su adhesión y por su presencia.

A Mi Corazón le agrada poder volver aquí para estar con Mis hermanos y con Mis discípulos de los últimos tiempos; así como muchas veces lo estuve con Mis apóstoles, Pedro, Juan y tantos otros, que Me encontraron en sus caminos.

Recuerden que en Mi Corazón está el camino, la salida y la respuesta que buscan en su interior. Mi Corazón arde en Amor y Luz por los que Me aman, Me adoran y Me esperan, como en este día.

Gracias por las flores que Me han ofrecido, porque no son para Mí, sino para gloria de Mi Padre, que es su Padre que está en los Cielos; porque Su Universo desciende a través de la Divinidad y del Espíritu de Su Amado Hijo, Cristo Jesús.

Mi Corazón lleva el compromiso de sus oraciones diarias. El mundo necesita ser sostenido y esto es urgente. Ustedes ya lo saben.

Que la Luz de la oración guíe sus pasos.

Que el servicio abra las puertas de la Misericordia y de la Piedad.

Que la reverencia y la gratitud mantengan abiertas las puertas de los Cielos para los que buscan paz, consuelo y amor.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL NÚCLEO-LUZ INMACULADA CASA DEL ALIVIO DEL SUFRIMIENTO, SAN CARLOS, SAN PABLO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, CON MOTIVO DE LA INAUGURACIÓN DE LA FUENTE DEL SUPREMO CURADOR

Hoy, en este día solemne, vengo a erguir las bases verdaderas que se pueden consolidar en Mí; para que, a través del ofrecimiento de los corazones honestos, la obra preparatoria de Mi Retorno sea cada día una realidad que primero se pueda espejar en el corazón humano, en el corazón consecuente, en el corazón donado totalmente a Mí; porque quien así lo hace, nada debe temer y nada tendrá que perder, porque su vida está en Mis Manos y sobre todo en Mi Corazón.

Vengo aquí para dar fuerza a lo que se puede sostener espiritualmente, que no es visto por todos los ojos ni es reconocido por todos los corazones; porque ustedes saben cuán grande es la ceguera de estos tiempos en la humanidad y en el planeta, y cuántas almas se siguen perdiendo en este mundo sin poder ver la Luz, esa Luz del Retorno de Cristo que se aproxima, Luz que vendrá a desterrar el mal de este mundo y a rescatar a los que están en los abismos de la ilusión humana y del sufrimiento.

Sin embargo, aún les puedo seguir diciendo que el valor de Mi Preciosísima Sangre derramada no es comprendido por la humanidad, solo es visto como un evento histórico y como un momento importante en la evolución de esta raza de superficie.

Pero los que abrazan con amor y devoción el Poder de Mi Sangre, sí podrán reconocer el valor de este acontecimiento vivido por Mí en aquel tiempo, en el que muchos de ustedes estuvieron presentes para ser testigos de las enseñanzas del Reino de los Cielos que, tanto en las montañas como en los mares y también en los pueblos pobres y humildes, Yo prediqué para todos, sané, curé y resucité a los que lo necesitaban para dar testimonio del Amor de Dios en el mundo. Mas ahora, Yo se los vuelvo a decir para que no lo olviden y lo tengan presente.

El propio milagro deberá ser en sus vidas. Sus vidas deben ser un milagro para Dios, el milagro de ser consecuentes y perseverantes ante el final de estos tiempos. Porque no hay nada más importante en este momento que estar en el lugar correcto y, si fuera posible, en el lugar donde está la Jerarquía; porque sin Nuestro Fuego de Amor no podrán conocer el Propósito en este mundo. Y es este Fuego de Amor que silenciosamente, como parte del Propósito Divino, se estableció en las almas que una vez fundaron este Núcleo en el principio y en todos los que llegaron después.

Existe algo muy oculto que aún no podrán comprender en esta vida y que se guarda en el Corazón de Dios, no como un misterio inalcanzable, sino como algo que se revelará a su debido tiempo y momento, cuando puedan acompañar la obra del Amor a través del cuidado de los que sufren, en Mi amada Casa de San Lázaro.

No podría existir otro nombre para esa casa de servicio. Lázaro, Mi mejor amigo en aquel tiempo, les recuerda que es posible superar la condición humana y toda adversidad; porque Lázaro, cuando murió, murió sintiendo fe en el Señor, creyendo en Su Palabra de que algún día él resucitaría de entre los muertos.

¿Cuántos viven en este tiempo la muerte espiritual sin percibirlo? 

Mi Santa Madre, a través de la Casa de San Lázaro, viene a abrir una fuente de Amor y de Cura interior para que, todos los que pasen al próximo tiempo y a la próxima experiencia, sepan que ya no existirá el sufrimiento ni la agonía.

Pero mientras estén en este mundo, así como lo dije en Mis Enseñanzas, conocerán las aflicciones, así como el Señor, su Maestro, las conoció en el Huerto Getsemaní y en cada paso que Él dio en Tierra Santa.

Por eso, hoy vengo a abrir esta Fuente del Supremo Curador y también abriré una tercera Fuente del Supremo Curador en el Núcleo-Luz de San Pablo, algún día; para que las células principales de esta Obra, que son los Núcleos-Luz, sigan siendo esa usina espiritual que atrae a las almas al servicio y a la caridad por los que sufren, y también por los Reinos de la Naturaleza.

Cada Núcleo siempre deberá ser un espejo que refleje la Voluntad de Dios en la Tierra y Su Propósito, porque aún hay almas que esperan poder llegar a Mi Corazón a través de la Obra en los Núcleos-Luz.

Quiero agradecer el espíritu consecuente de los que sostienen este momento, esta transición, y sobre todo esta obra de manifestación de la Casa de San Lázaro.

Mi Santa Madre será la primera que cruzará la puerta de esa casa para bendecirla, junto con Sus ángeles; para que, en cada espacio, en cada lugar, y sobre todo en los que servirán, las almas necesitadas reencuentren el amor que las preparará para una nueva experiencia de espíritu.

La muerte no es una condena, compañeros, sino la síntesis de toda la experiencia vivida y aprendida a través de la encarnación. Es el momento tan importante en el que el alma se prepara para alcanzar el Reino de los Cielos y para estar al servicio en los planos de consciencia en donde también hay sufrimiento en este mundo, en los llamados infiernos de la Tierra.

La muerte es la liberación de la escuela de la Tierra y es el renacimiento a un nuevo futuro, que está escrito en las estrellas y en el firmamento, para que las almas sigan aprendiendo a través de los grados de amor y de servicio, en este y en otros universos.

Hay almas que formaron parte de esta Obra, que ya no están aquí encarnadas, y que sirven en otros universos. ¿Lo sabían?

Porque es el Soplo del Espíritu que los conduce y los guía hasta vivir el encuentro con el Infinito que habita en cada ser, en cada esencia, en cada espíritu.

Celebremos este momento, compañeros, en el que una fuente de Gracia más se abre en este lugar y en el mundo, sumergido en la oscuridad, en la guerra y en el sufrimiento; y para que, a través de estas almas servidoras que aquí se encuentran, esas Gracias se multipliquen y puedan ser recibidas por todos los que las necesiten, en esta hora difícil del planeta y de la humanidad.

Por eso, iremos ahora hasta la Fuente del Supremo Curador, en solemne procesión y canto, para que sea bendecida en compañía del silencio de Mi Madre Celeste, Madre del Alivio del Sufrimiento.

Vayamos al encuentro de la Gracia que nos purifica, de la Gracia que nos renueva y de la Gracia que nos consagra en esta vida y en la próxima.


Cristo Restaurador,
Jesús de los enfermos,
habita en cada célula de esta humanidad.
Amén.
 (3 veces en portugués)
 

Por la Gracia que brota del Corazón de Dios, en solemnidad y en reverencia, su Maestro y Señor, Rey del Universo y de toda la vida, viene a bendecir esta fuente para que las almas se laven, se purifiquen, se renueven y se curen a través del bálsamo de Mi Amor Redentor y Consolador; para que las almas beban de esta fuente y se nutran de Mi Espíritu de Vida, de Restauración y de Misericordia.

Laven sus rostros, confiando en el poder de la renovación. Bauticen sus seres, confiando en el Espíritu Consolador; porque todo es contemplado por el Padre Eterno, Su Mirada está en todo y en todos. Por eso, Él envía Su propia Gracia a través de la Presencia de Su Hijo y del Amor de la Santísima Madre, la Madre Universal.

Que el agua, que toque sus cuerpos, los libere.

Que el agua de Mi Fuente de Gracia les expanda la consciencia para amar el poder del servicio y de la donación de sí, para que a través de las almas consagradas y servidoras en este tiempo esté presente el Reino de Dios en la Tierra y en todos los lugares posibles en donde la Obra del Amor y de la Paz se cumpla a través de los corazones que dicen sí.

Bajo la autoridad divina que el Padre Me concedió y en el nombre de las huestes del Cielo y de los ángeles de las naciones, en el nombre de los consecuentes servidores y colaboradores de Cristo, en el nombre de los consagrados y de los sacerdotes, y también en el nombre de los más pobres entre los pobres y de los que sufren, para que alcancen liberación y redención, bendigo esta fuente porque, así como es en el Cielo, así hoy es en la Tierra y en cada corazón que participa de este momento.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Mensaje extraordinario
MENSAJE DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, DURANTE EL MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL NÚCLEO-LUZ SAGRADO CIELO, BELO HORIZONTE, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, CON MOTIVO DE LA INAUGURACIÓN DE LA FUENTE DEL SUPREMO CURADOR

La Voz de la Virgen María:

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hijos:

Yo Soy la Luz que anuncia el bello horizonte de Dios. Quien contempla esa Luz no se perderá, porque es una Luz divina e inextinguible.

Es esta Luz del bello horizonte de Dios la que anuncia, en este tiempo final, la llegada de Cristo para poner fin a la crueldad del mundo y al sufrimiento interminable de las almas.

Por esta razón, queridos hijos, en nombre del Señor, hoy Yo estoy aquí para cumplir la promesa que Mi Hijo les hizo de poder bendecir esta Sagrada Fuente del Supremo Curador, para que las almas recuerden que el Corazón de Cristo está abierto a todos, sin importar el pecado o el error.

Yo vengo como su Madre Celestial a volver a conducirlos y guiarlos hacia el Corazón de Cristo, para que puedan encontrar Su infinita e inagotable fuente de Amor que brota como agua, como afluente espiritual en todas las almas.

Por eso, esta fuente, que hoy bendeciremos y consagraremos, adquirirá su poder y ampliación espiritual, interno o material, dependiendo de la fe de cada corazón y de cada alma; porque recuerden, queridos hijos, lo que Mi Hijo le dijo al centurión romano: “Tu fe en el Señor salvó a tu siervo”.

Hoy, vengo a renovar en este lugar, y sobre todo en los corazones, el don de la fe. Un don que está siendo transgredido y violado por las situaciones del mundo, por todo lo que está siendo sustituido y cambiado.

Por eso, los vuelvo a acercar a la fuente del Señor, para que no solo purifiquen sus rostros y sus manos, sino también para que alcancen el camino de la conversión del corazón; lo que significa, queridos hijos, que sus vidas a partir de hoy tienen la puerta abierta para que cambien completamente por dentro y por fuera, para que sean otras personas con nuevos valores y nuevos atributos en la vida, imprescindibles en este tiempo de transición y de caos; porque serán esos mismos valores, que pueden cultivar dentro de ustedes, que les permitirán que sean libres de ustedes mismos y del mundo.

Hoy, la humanidad está ante un escenario complejo. Está delante de dos caminos y deberá escoger uno solo: el camino de la Luz o el camino de la perdición.

Mi Hijo viene a interceder por todos ustedes y el mundo en este día, a través del Inmaculado Corazón de María, para que las almas se acerquen a las Gracias de Cristo, Gracias santificantes y renovadoras para las almas, para que cada corazón reciba internamente lo que tanto necesita.

Hijos amados, dependerá en este tiempo, de cada uno de ustedes, que sus vidas se conviertan en la propia Gracia de Dios manifestada y concretada. Ese debería ser el milagro en cada uno de ustedes.

Ustedes mismos deben escoger qué vida quieren llevar en este tiempo, ante un escenario desafiador para la propia humanidad y el planeta. Por eso, les vuelvo a recordar los valores de la vida, los llamados Atributos de Dios, que les son concedidos a todas las almas a través de los Sacramentos y, sobre todo, a los corazones que oran fielmente a Dios todos los días, porque la humanidad en este tiempo necesita de mucha guía espiritual.

Ustedes saben, hijos Míos, que esto es urgente para el mundo, ante tantas cosas que suceden en la humanidad, porque serán estos mismos valores que cultiven en ustedes los que ayudarán a sus familias y a sus seres queridos.

Y así, el núcleo de la familia humana estará protegido y amparado por Dios de las graves interferencias que el mundo manifiesta e irradia a las almas, porque se quiere sustituir al verdadero y único Dios del Cielo y de la Tierra por un dios artificial.

No se dejen confundir ni engañar, hijos amados. Antes de esto, vuelvan a la oración del corazón, a la adoración al Santísimo, al sagrado momento de la Eucaristía, de la confesión y de la oración fervorosa y suplicante; porque todo sucederá en este tiempo, pero depende de ustedes, hijos amados, cuál será el resultado de sus caminos, de sus propias elecciones, de lo que ustedes puedan escoger, el Dios Vivo o el dios muerto, el dios muerto de los hombres que aparenta tener vida e inteligencia propia.

Por eso, en estos momentos simples y sagrados, a través de la fuente que hoy brota del Corazón de Jesús, por medio de esta agua de la fuente que será santificada y consagrada para cada uno de ustedes y de sus hermanos; así como fue en Massabielle, en Lourdes, Nuestros Sagrados Corazones, en donación y en ofrenda, vuelven a otorgar a las almas las Gracias que necesitan, principalmente la Gracia de la conversión del corazón, del cambio de los hábitos y modos de vida, para que sean merecedores de las Gracias y de los milagros que necesitan.

Porque la Gracia de Dios no se desperdicia en este universo. Es una corriente sagrada y sublime que cuando actúa a través del Espíritu Santo, así como en este momento, transforma a las almas en lo que Dios tanto espera desde el principio.

No quiero solamente que hoy coloquen, a los Pies de Mi Hijo, sus miserias, sino también quiero que coloquen a los Pies del Supremo Curador la ofrenda honesta y sincera de cada corazón, de lo más íntimo de su mundo interior, donde Dios habita, vive y expresa Su Reino en las almas.

Así serán escuchados por el Supremo y Sublime Curador, por el Humilde Pastor de las almas, el Sagrado e Insondable Corazón de Jesús que, desde Sus entrañas más profundas, hace verter las Gracias sobre las almas y revela el ardor de Su Amor por los corazones.

Dios escucha a los corazones que claman, pero sobre todo Dios escucha a los corazones que sufren situaciones desconocidas que nunca vivieron sobre la faz de la Tierra. Por eso, Él abre la fuente de Sus Gracias para santificar a las almas, para poder consagrarlas.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Nuestra Señora dice si alguien puede aproximar un vaso con agua para quien está tosiendo, por favor. Puede traer el vaso con agua aquí, porque lo va a bendecir para quien está tosiendo.



Hay que soltar lo que nos oprime para que nos podamos renovar en la presencia del Amor de Dios.

La purificación en el mundo no es un castigo, es una necesidad para que los corazones se puedan liberar y así se puedan curar de sus más profundas heridas, principalmente de las heridas espirituales.

Jesús siempre nos enseñó, a las santas mujeres y a los apóstoles, que el buen samaritano es aquel que piensa primero en el otro y que es capaz de donarse de corazón por la salvación de su semejante. Y es así como se multiplica la unidad y la fraternidad, a través del servicio y de la caridad entre los corazones.



Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Y ahora, junto con nuestra Madre, todos vamos a acercarnos a la fuente para su bendición y consagración. Vamos a ir cantando todos juntos, con los hermanos del coral del Núcleo, el cántico de apertura que hoy entonaron.

Vamos en procesión, en solemnidad, en reverencia y silencio, a colocarnos a los Pies del Supremo Curador para que nos lave y nos purifique con Su agua, aquella agua que brotó de Su Costado en la Cruz.
Así vamos a bendecir, junto con Nuestra Señora, esta fuente que se ofrecerá como un instrumento de Cura y de Gracia para las almas.

Y luego vamos a retornar aquí para oficiar la Santa Eucaristía, administrar el Cuerpo y la Sangre de Cristo a todos los presentes, y enseguida finalizar con el Sacramento del Bautismo.

Podemos comenzar a cantar con el coral.

 

Canción: “Por la Fuente de Gracia”.

Oración: “Ave María” (tres veces en portugués).



Vengo aquí junto con Mi amado Hijo, así como íbamos a los pozos de Betsaida, para que Nuestro Señor curara y sanara a los leprosos y enfermos, recuperara la vista de los que estaban ciegos y, sobre todo, abriera el corazón de los que lo tenían cerrado a Dios.

Hoy, Mi Hijo viene a bendecirlos a través de Su fuente de Gracia y de Misericordia, de Piedad y de Amor.


La Voz de Cristo:

Por la autoridad que Mi Padre Me concedió, en unión al Cielo y la Tierra, a los ángeles, santos y bienaventurados, vengo a bendecir esta fuente de Gracia para que las almas se purifiquen, se renueven y se consagren al Eterno Corazón de Dios, y se entreguen al Supremo Curador.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

MENSAJE DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO TRANSMITIDO EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SAGRADO LLAMADO DEL DÍA 15

Así como una vez lo revelé en una de Mis Parábolas, cuenta la historia que el gran agricultor le entregó a cada uno de sus obreros una cierta cantidad de monedas para que, posteriormente a través del trabajo y del esfuerzo, multiplicaran todo lo que recibieron; pero que, principalmente, lo supieran guardar en un lugar seguro para que, después de pasado el tiempo, cuando el gran agricultor regresara, junto a sus obreros, le rindieran cuenta y, por bien, le entregaran el fruto de todo lo que trabajaron durante la zafra.

Pero, cuenta la historia que el gran agricultor llamó a su primer obrero para pedirle que le entregara lo que le había confiado con tanto celo. El primer obrero se lo entregó conforme a lo que estaba previsto y guardó el tesoro en el lugar correcto.

Luego, el gran agricultor llamó sucesivamente a los demás para que también le rindieran cuenta de todo lo que les había sido confiado con tanto amor. Solo que, a dos de los doce obreros, el padre les entregó lo que merecían porque no fueron atentos, ya que uno gastó de manera desmedida lo que se le confió, el otro llegó a la quiebra y ambos en vez de guardar con celo lo que el padre agricultor les entregó, sin gratitud desvalorizaron la bondad del padre.

Entonces, cada uno llevó consigo lo que había sembrado con el esfuerzo o con la desatención de los tesoros que fueron amorosamente entregados.

El primer obrador fue bendecido porque fue recto en sus principios y códigos.

El segundo obrador fue agraciado, al igual que el tercero, el cuarto y el quinto obrador, porque recibió lo que por su esfuerzo trabajó.

Pero el sexto y el séptimo obrador salieron con sus manos vacías, porque creyeron que la bondad del padre podría ser subestimada y desagradecida.

Los demás obradores, hasta el decimosegundo, también recibieron lo que dieron durante la zafra.

La esencia de esta historia es la siguiente:

El gran agricultor es el Padre que está en los Cielos, que viene lleno de Gracias y de Virtudes para poder depositarlas en cada uno de Sus hijos.

Los obradores son los aspectos inmaduros del ser humano, desde el aspecto más rendido y resignado hasta el aspecto soberbio, mezquino e ingrato que cree saber más que el universo o aun que la Ley.

Lo que cada uno recibió es la prueba de confianza que el Padre le otorga a cada hijo, sabiendo que tal vez no todos podrán corresponderle como está escrito en Su Corazón. Pero el Padre le confía a cada hijo lo mismo, más allá de la inexperiencia o del entrenamiento de cada uno.

El Padre, en todo lo que entrega, no hace diferencias ni halaga a nadie, porque sabe que Sus hijos, los obreros, necesitan saber donarse, así como el mismísimo Padre Celestial se donó a través de Su Amado Hijo, dejándose morir en la Cruz para liberar al mundo del pecado.

En esta historia se cuenta lo que hoy se ve y se contempla en la Obra de Cristo en la Tierra.

El Padre está delante de cada hijo Suyo, esperando recibir el resultado auténtico y verdadero de lo que Él mismo donó, otorgó, confió, entregó y expresó a través de la Obra fundada por Cristo, por intermedio de Sus servidores, colaboradores y consagrados.

Esta es la hora en la que el Padre observa, sin juicio ni condenación, lo que cada hijo y cada hija hicieron con todo lo que recibieron por amor y en qué convirtieron los tesoros que les fueron confiados para poder erguir y elevar la Obra que es de la Jerarquía.

Por eso, este ciclo, en el que las flores más sensibles se abren para expresar el resultado interior, espiritual y moral de los hijos de Dios, es el espacio y el lugar en donde la Ley, que es límpida, neutra y pura, define con base en el resultado de cada uno cómo será el próximo ciclo.

Por eso, recuerden el símbolo revelado en el mes de agosto, cuando su Maestro y Señor trazó una línea en el suelo con Su donada Mano para poder separar la paja del trigo, desde el último 8 de agosto.

Sé que algunos hoy cuestionan y venden con sus palabras lo que sucede en el presente momento de urgente reconstrucción de todos los planos de consciencia y, principalmente, de las Leyes en la vida de los que siempre dijeron estar Conmigo.

Hoy, por ese motivo, Yo les traigo a ustedes la historia del gran agricultor y sus obreros, sus hijos, que dicen vivir el camino espiritual y el servicio abnegado.

Ante un mundo perturbado, egoísta e indiferente, Yo los llamo a meditar y agradecer este momento para que, de la noche a la mañana, nada los sorprenda, ya que estamos en las últimas y más delicadas instancias en las que la humanidad tendrá la última chance de volverse a conectar con Dios.

¿Se olvidaron de lo que les dije sobre la desconexión de la humanidad?

¿Pensaron en algo? ¿Su actitud es la misma después de eso?

Ustedes saben que la realidad es así. Por eso, no desaprovechen estas últimas instancias, porque ya está llegando el momento final en el que cada uno, sí o sí, deberá caminar con sus propios pies, pero con los pies purificados y despojados de sí mismos, porque solo los despojados de sí mismos entrarán al Reino de los Cielos.

Yo siempre estaré para apoyar incondicionalmente a los que sean incondicionales de verdad y sin apariencias, y principalmente sean incondicionales con sus hermanos.

Les agradezco por meditar y por guardar Mis Palabras en el corazón.

Los bendice,

Vuestro Maestro, Cristo Jesús

Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO TRANSMITIDO EN LA PEDRIZA, MADRID, ESPAÑA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS PARA EL SEGUNDO DÍA DE LA 131.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Hoy, vuelve a mirar Mi Corazón traspasado y herido por los sufrimientos de todas las almas del mundo.

Este es el Corazón paciente y bondadoso de Dios a través de Su Hijo, que en perpetua entrega se ofrece incansablemente por la reparación de los graves pecados del mundo.

Mi Corazón es un bálsamo de esperanza y de sostén para las almas, es el espacio sagrado en donde los hijos de Mi Padre se pueden ver y sentir reflejados, porque Mi Corazón es el receptáculo que amorosamente acoge los ofrecimientos honestos de los que Me dicen sí.

Este es el Corazón que se ofreció por todo el género humano a través de la Eucaristía, que fue instituida y celebrada con Mis apóstoles durante la Última Cena.

Este es el Corazón que por su redención soportó las más terribles ofensas y sufrió los más dolorosos e indescriptibles martirios, para que la humanidad de hoy pudiera estar aquí y el planeta no desapareciera.

¿Pero, quién es capaz de meditar sobre esto a través de la sagrada enseñanza de la Vía Dolorosa de su Maestro y Señor? Porque en cada estación dolorosa encontrarán la enseñanza e instrucción que necesitan en cada etapa de la vida.

Fueron muchas las enseñanzas que Yo les dejé a Mis compañeros. Así como, en este tiempo, Yo les dejo estas enseñanzas principalmente a los que se decidieron a seguirme en fidelidad y consagración, más allá de las circunstancias de la vida.

Porque lo más importante para el Padre es que Sus amados hijos de la Tierra aprendan a crecer en el amor y a retirar de sí mismos toda arrogancia y soberbia, para que la luz de sus corazones no quede opacada por la discordia y los conflictos que tanto vive el mundo y que ya no los soporta.

Imiten a Mi Corazón paciente. Reciban de Mi Espíritu la llama incandescente que los retirará de la noche oscura del alma para que, pudiendo ver Mi Luz en lo más profundo del abismo de la consciencia, ustedes sepan y aprendan a reconocer Mi Santa Faz en el momento del Retorno de Cristo.

Que, en esta hora de apremios e incertidumbres para la mayoría, Mi Corazón sea el esperado refugio del espíritu y del alma que acoge Mis Palabras en el nombre de Adonai.

Que sus pies sigan recorriendo la senda hacia el despojamiento total de ustedes mismos y hacia el desprendimiento del pasado. Así, su mirada podrá estar fija en el horizonte para reconocer las señales del Cielo que anuncian el esperado tiempo del Retorno de Cristo.

Que sus oídos internos, los oídos del corazón, estén siempre abiertos a Mí y al semejante, porque podría estar dándoles una simple instrucción.

Reciban Mi Palabra, que es la Palabra del Padre Celestial, porque el Verbo se hizo carne y una vez habitó entre ustedes para que, por Gracia, conocieran la existencia del Reino de los Cielos.

Les agradezco por guardar y por vivir cada una de Mis Palabras.

Le agradezco a España por su cálida acogida y rezo por los que padecieron la catástrofe total en este país, bendecido por una de las más resignadas y emblemáticas santas de todos los tiempos, Santa Teresa de Jesús.

Bendice a España,

Vuestro Maestro,

Cristo Jesús

Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO TRANSMITIDO EN LA PEDRIZA, MADRID, ESPAÑA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS PARA EL PRIMER DÍA DE LA 131.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Las almas no conocen en profundidad el misterio insondable de Mi Amor, porque esto solo es revelado y conocido cuando el alma se rinde en totalidad y en entrega.

Cuando el alma conoce el misterio insondable de Mi Amor, nunca más puede ser la misma, porque su consciencia, aunque pequeña e imperfecta, comienza a formar parte de Mis más predilectos ayudantes espirituales que colaboran y auxilian a través de la oración, en la trayectoria y el destino que las demás almas deberán recorrer. Las almas ayudantes de Mi Corazón también tienen claro que su servicio es interno y anónimo.

En este tiempo, en el que la atención de muchas almas se coloca lejos de Mi Corazón, Yo las preparo, después de casi doce años de Mensajes e Instrucciones, para que estas almas que son escogidas por Mí se decidan finalmente a no solo ser víctimas de Mi Amor, sino también a ser simples instrumentos en las Manos benditas de Cristo.

Por eso, estén atentos al momento que todos están viviendo, interna y externamente en este ciclo, para que la transparencia de corazón y la pureza de intención sean la estrella-guía que indique los próximos caminos a recorrer y a aprender.

Su Maestro y Señor, en Su silencio, prepara este momento para que todas las almas posibles abandonen la zona de riesgo espiritual imperceptible e ingresen en el estado perpetuo de la Gracia y de la Misericordia, sin perder el sentido de la sabiduría.

Pero, para poder llegar a esto, las almas que se postulen deberán purificar sus más íntimas intenciones; deberán ser honestas consigo mismas; deberán practicar con el ejemplo la verdad, porque no existe absolutamente nada que le pueda ser ocultado a Dios, porque Su Ciencia y Entendimiento conocen a cada uno hasta en lo más profundo y desconocido.

Por eso, para que de verdad sean merecedores de la Gracia, deberían identificar cuántas veces la Ley de la Gracia abrazó sus vidas y consciencias, e inclusive todo lo que está a su alrededor.

Pero el mundo insiste en aprender a través del sufrimiento y de la culpa. Esto paraliza la consciencia y la deja inmóvil sin saber cuál será el próximo paso.

Pero, así como Yo lo hice con Lázaro, uno de Mis mejores amigos, Yo los invito y los llamo a la resurrección para que sus vidas, como también sus pies, estén purificados y limpios del polvo del pasado. Así, aprenderán a renacer por ustedes mismos, en sintonía y unión con las esferas celestiales.

Lo más grandioso que existe para un alma despierta, abnegada y donada, es poder encontrar el camino hacia el Infinito; esa sagrada senda que fue pensada desde el principio por el Padre Eterno para que todos tuvieran, a través de Mí, Vida en abundancia.

Pero es necesario que las almas, en esta vida material, aprendan a amar y a crecer a través de la bondad que el universo les puede enseñar e instruir.

Sepan que en esta vida no existen dos realizaciones, sino solamente una, que para ustedes debería ser poder estar en comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Así, estarán bajo la Gracia y la Voluntad que aún espera poder cumplirse en la mayoría.

Sean valientes y despójense de ustedes mismos. Busquen no ser nada para que, en el final de estos tiempos difíciles, sean guiados hacia la sagrada meta de sus vidas.

Yo estoy aquí, abriendo el Tabernáculo de Mi Corazón para quienes, decididos y sin demora, acepten soportar Conmigo el peso de la cruz del planeta, que es transformado por el Amor Redentor.

Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón.

Los bendice y bendice a toda España,

Vuestro Maestro,

Cristo Jesús

Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO TRANSMITIDO EN LA PEDRIZA, MADRID, ESPAÑA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 131.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Hijo Mío:

Mira cómo el mundo soberbio y mezquino sigue hiriendo a Mi pobre y humilde Corazón.

Esto Me recuerda el momento de la coronación de espinas, después de haber sido severamente flagelado Me llevaron a un recinto y Me siguieron golpeando sin piedad ni compasión.

Cada una de estas espinas, que hoy te presento, simboliza los profundos e inexplicables dolores que las almas ingratas Me causan.

Quiero que no se olviden, ni por un momento, de lo que Yo viví por cada uno de ustedes.

Por eso, ríndanse para siempre al gran océano de Mi Misericordia, para que Yo los pueda transformar y redimir. No se guarden nada para sí mismos, no teman mostrarse como realmente son.

Yo, con esmero y amor, les he enseñado lo maravilloso que es vivir en el Reino de Dios, Reino que, en este día, toca la tierra de España para bendecirla y consagrarla a Mi Sagrado y Eterno Corazón.

Compañeros, en esta hora en la que todo parece precipitarse de adentro hacia afuera de las almas, Yo los llamo a la sobriedad y a la rectitud de sus vidas para que nada, absolutamente nada, los sorprenda.

Por eso, siempre pidan Luz antes de tomar sus decisiones. Mi enemigo, como un feroz dragón, arrastra con su cola a todos los tibios e inseguros de corazón, a los que aún no se decidieron a entregarme sus vidas por entero.

¿Qué esperan?

La noche oscura de las almas está llegando a su momento culminante. No desistan, no se olviden de Mis Palabras, no aparten de ustedes Mi santo y humilde Amor, así como lo hace el mundo entero.

Porque después de esa noche cruda y difícil, después de que el mundo esté sumergido en su más profundo abismo espiritual y humano, será la hora y el momento indicado, para que Yo retorne en Gloria y reaparezca como la Luz del mundo, así como fue con Mis apóstoles.

Antes de esto, con sabiduría y disciplina, sumérjanse en la oración poderosa del corazón. Que sean sus corazones los que oren Conmigo para que, aun en el último tiempo de Mi Misericordia y antes del tiempo de la Justicia, más almas puedan ser rescatadas y contempladas por Mi ardiente y soberano Corazón Misericordioso.

Los animo a que sean valientes en este tiempo de cruz y de calvario planetario para que, por Mí y a través de sus buenas obras, lleven todo el Amor que Yo les enseñé desde el principio.

Todos los Cálices del Señor están sobre la última Mesa Eucarística, prontos para que los que se decidan puedan beber del ofrecimiento final que Yo les hago en este momento.

¿Quién beberá la Sangre del Cordero?

El pequeño Huerto Getsemaní se muestra en sus corazones. Es la hora de vivir lo que está escrito desde el origen en el Corazón de Dios.

Yo estoy aquí para guiarlos por la senda de la realización de la Voluntad de Mi Padre, ¿quién lo aceptará? ¿Quién no retrocederá? ¿Quién será capaz de no abandonar al Señor cuando todo suceda?

Hoy, medito sobre todos los hechos vividos por su Maestro y Señor en cada momento de Su Agonía.

A pesar de tantas espinas que rodean Mi Cabeza, quisiera ver la pequeña flor, el jazmín del ofrecimiento de las almas confirmadas y decididas.

Hoy, Mi Mano servicial y amorosa, se extiende en especial a todos Mis hijos de España, a los que sufrieron trágicamente el final de estos tiempos. Oremos para que los que ya no están puedan llegar al Cielo.

¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!

Los bendice y bendice a España,

Vuestro Maestro y Señor,

Cristo Jesús
 

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SAGRADO LLAMADO DEL DÍA 18

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Yo vengo como la Luz que disipa las tinieblas.

Hoy, vengo a través del símbolo de la Dolorosa Agonía en el Huerto Getsemaní. He aquí este hecho ante sus ojos y en sus corazones.

Del abismo de Luz más profundo de Mi Consciencia emerge la vida interior, camino que Yo construyo en las almas que Me siguen y que Me buscan. Sin esa vida interna, nada es posible.

He aquí lo más profundo de Mi Ser y de Mi Consciencia. Este es el recinto que tengo para todos los que se animen a ingresar en Mí a través de la puerta estrecha de la humildad, para que se separe de ustedes lo que es superficial, lo que es arrogante, lo que se cree superior y que no existe; para que ingrese a Mí su sensata resignación, su verdadera humillación, su esencia de paz.

Sin esta construcción interna, que Yo les ofrezco, no es posible materializar el Plan y el Propósito de Dios en la Tierra. Por eso, en este día, vengo a intentar retirar las vendas de los ojos de los que están ciegos, de los que perdieron el camino del espíritu y también de los que nunca lo encontraron.

Vean ante ustedes cómo está el mundo. ¿No es la señal suficiente de que se ha perdido la vida interior e inclusive en las grandes religiones, en las que es más importante la comunicación de estos tiempos que la comunicación interior entre las almas y todos los espíritus que viven en Dios?

Quiero que recuerden que Yo los llamo a Mi Camino para reconstruir la comunión con la vida interior, sagrado emblema del espíritu que vibra y comulga en las dimensiones superiores, y que en el ejemplo de su vida refleja la Simplicidad de Dios, sin soberbia ni arrogancia. Por eso, este es un tiempo decisivo, es un tiempo crucial y significativo.

Vengo, a través de este impulso de Mi Dolorosa Agonía en el Huerto Getsemaní, para que recuerden que, así como su Maestro y Señor tuvo que cruzar la puerta estrecha de la humildad, de la entrega y de la aceptación de todos los pecados del mundo, así también ustedes son llamados, si lo aceptan, a cargar Conmigo la Cruz de la humanidad, la dolorosa Cruz de esta humanidad. Pero sé que no comprenderán en totalidad este significado, porque es algo espiritual.

En el silencio, los contemplo y contemplo a la humanidad que camina hacia su definitivo estado de desconexión espiritual.

Por eso, Dios envía a Sus Mensajeros y Jerarquías para recordarles, a todos, el camino del espíritu y de la vida interior. Mientras más almas busquen el camino de la vida interior, más comprenderán lo que es desconocido y todo lo que es inmaterial, porque allí está la verdadera vida que debe reflejarse, en armonía y en sintonía con esta superficie, para estar en comunión perfecta con lo Alto.

Hoy, les traigo una parte muy abstracta de Mi Ser que nunca le revelé al mundo, y que sé que no la comprenderán con la mente, sino que solo la podrán sentir con el corazón que se abra para captar Mis impulsos cósmicos y espirituales.

Mi Vida Interior, que es la Vida de Dios, es una Ley. En ella se refleja el Amor absoluto y la ciencia perfecta entre las Leyes del universo y del espíritu.

Entonces, Yo les digo: ¿cuántas veces al día contemplan su mundo interior? ¿Cuántas veces permiten que su propia intuición los guíe y no sus preferencias?

¿Comprenden la diferencia entre estar en comunión con la vida interna y estar relacionados con la vida superficial?

No necesito darles ejemplos de lo que sucede en el mundo, porque ustedes ya los ven con sus propios ojos.

La vida interna necesita restablecerse en muchas más consciencias y corazones para que sus propias encarnaciones no se desperdicien ni se pierdan.

Qué dolor incomprensible siente Mi Padre, que está en los Cielos, cuando las esencias creadas a imagen y semejanza de Dios se pierden en los abismos del mundo o cuando muchas esencias encarnadas son llevadas a los abismos del mundo sin merecerlos.

Este es el tiempo del esfuerzo y del ejercicio de comunión con la vida interior para que inclusive las formas materiales sean impregnadas por las sagradas energías cósmicas que, como corrientes de Luz, Amor y Sabiduría, impregnan todo lo que tocan y por donde circulan, y retiran los excesos de la vida superficial y materialista de la humanidad, incluso de los que dicen ser espirituales.

Porque esta escuela de la Tierra, de este planeta en este universo y dentro de esta Creación, se vive hasta el último momento, hasta la última expiración, así como Yo la viví en la Cruz por todos ustedes, siendo un Hombre que aprendió a amar y a perdonar, a pesar del peso de la Cruz de los errores del mundo y de sus injusticias.

Cuando Yo les hablo de los Nuevos Cristos, no les hablo de algo teórico ni tampoco romántico; ese no es Mi vocabulario. Yo les hablo de una vida crística que exterioriza la Verdad y la aplica en toda su consciencia, en comunión con todas las Leyes del universo, sin saltearse las reglas de los Mandamientos.

Por eso, la humanidad llegó a esta situación y podría ser peor si no se recuperara la comunión con la vida interior que es urgente para su Maestro.

Quiero que sepan y recuerden que esta Obra, de la cual ustedes forman parte por un estado de Gracia inexplicable y un merecimiento desconocido, ha sido agraciada por el espíritu soberano de la Instrucción y del Conocimiento de la Jerarquía. Esto fue lo que, de forma silenciosa, anónima y simple, reabrió las puertas para que las almas recuperaran y recuperen el camino de comunión con la vida interior.

¿Ahora, entienden dónde están y para qué están aquí?

Pregúntense esto sin miedo, pero con honestidad y hasta diría con coraje, para que ya no existan los espejismos de la vida superficial, sino los profundos contactos con el mundo interior, que no debe enriquecer el ego personal ni espiritual, sino que debe permitir que sus almas gobiernen y cumplan esta encarnación que para muchos es la encarnación más significativa, para pasar de un estado a otro internamente, anónimamente.

Por eso, despójense, despójense todos los días, aunque crean que ya lo han hecho; porque la vida interior, que es única e inextinguible para Dios, es sabia, misericordiosa pero justa, solemne, sagrada e inmaculada para quien se abre a comprenderla, a vivirla y a experimentarla; y nutre, a través de su propio corazón, la llama del Propósito Divino que guía a las almas en esta escuela de redención y de perdón.

¡Cuántos más están buscando este camino y aún no encuentran la puerta para poder entrar!

La Jerarquía les confía la reconstrucción de este camino que es puramente espiritual, para reflejarse posteriormente en lo material. Y aquella Ley que una vez se cumplió en el origen de esta Obra, a través del venerable hermano José, se pueda cumplir y aplicar en todas las almas posibles que, independientemente de su escuela o aun de sus errores, reciban una oportunidad de volver a comulgar con su propia vida interior, que en esencia es comulgar con la Vida de Dios.

Hoy, les puedo compartir lo más profundo que tengo y también lo más sagrado que expreso no como algo propio ni personal, sino como algo que es parte de Dios, del Dios Vivo, Resplandeciente y Misericordioso que, en Su llanto silencioso, espera que Sus hijos e hijas, todas Sus criaturas, se vuelvan a levantar de los abismos y a encontrar dentro de sí el camino hacia el origen de la vida interior.

Si la vida interior reinara en el mundo y en muchas más almas, no existirían los conflictos.

Si la vida interior reinara en las almas y en el mundo, ya no existirían divisiones ni incomprensiones; porque el lenguaje de la vida interior es único y proviene del Espíritu Santo que, con Sus Dones y Gracias, transforma a las almas que se abren a reencontrar el sentido de encarnar aquí, en este mundo y en este tiempo final.

No Me alcanzaría un solo Mensaje ni tampoco Mis Palabras para expresar la grandeza de la vida interior que es humilde, austera y pura.

Pero las bases para el reencuentro con la vida interior ya fueron dadas y otorgadas incondicionalmente por la Jerarquía Espiritual desde este Huerto Getsemaní, que fue testigo de los dolores más desconocidos de Cristo por las almas del mundo.

Que, ante las penumbras más oscuras de la humanidad y de muchos corazones, vuelva a brillar la Luz de la vida interior en los abismos de la Tierra para que las estrellas caídas se eleven a los Cielos, en redención y amor; y formen parte, como tantas consciencias del universo, de la gran existencia de la vida interior que Dios nutre con Su Fuego Cósmico y Divino, que lleva a las almas como sagradas flores que buscan los rayos del Sol del Corazón de Dios.


Señor, Dios del Universo, 
que se vuelva a cumplir en Tus hijos 
la presencia de la vida interior, 
para que todo sea renovado en Tu Nombre, Adonai.

 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SEGUNDO DÍA DE LA 130.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Contempla a tu Señor, amarrado de Pies y Manos, en la temible y dolorosa plaza de la flagelación, donde la crueldad de los verdugos los apartaba de toda unión con su propia esencia divina; porque así, de forma semejante, es como algunas situaciones internas de las almas Me dejan sometido en este momento.

A veces, las almas se olvidan de que Yo Soy todo Misericordia y de que sería capaz, en el Nombre Sagrado y Soberano de Mi Padre, de volver a hacer cualquier ofrecimiento por los Míos, así como lo estoy haciendo en este momento.

Mira cómo hoy se encuentra el Cordero de Dios que fue condenado y sacrificado por los pecados del mundo.

He aquí, ante tus ojos, el universo del Amor del Dios Vivo, que retorna en este momento de crisis personal y planetaria para dar vida, luz y esperanza a lo que ya parecería medio muerto.

¡Oh, si las almas se animaran a conocer y sumergirse en el abismo de Luz de Mi insondable e infinita Misericordia, rindiéndose a la humildad de Mi Corazón, muchas, pero muchas situaciones cambiarían de la noche a la mañana!

El Señor viene presentando la plaza de la flagelación para que recuerden que Yo sigo derramando Sangre y Agua por todas las almas del mundo; para que todos los corazones posibles, antes del último tiempo, puedan conocer internamente el océano de Mi Amor consolador, antes de que la puerta predilecta de Mi Misericordia se cierre ante el mundo y se abra de par en par la sabia y sagrada puerta de la Justicia Divina, que representa en este tiempo el principio espiritual fundamental para poder corregir a la humanidad a través de su reingreso y de su sintonía con la Ley Mayor del Amor.

Mira, así como Yo miro, el escenario doloroso del mundo. Los acontecimientos anuncian la llegada y el Retorno de Cristo, cuando la sagrada intervención divina actuará para preparar ese esperado y desconocido momento para todos.

Quiero y deseo, desde lo más profundo de Mis entrañas de Misericordia, que el planeta y la humanidad puedan recuperar la paz, desaparecida de muchas naciones y pueblos.

Este momento de oración, ofrecido por los corazones, otorga la intervención de los ángeles ante el escenario más oscuro e incierto del planeta. Pero la fuerza de la fe de los corazones devotos y de los que ejerciten en este tiempo lo que les enseñé en el primer Mensaje de este actual momento de Maratón de oración, será lo que favorecerá que grandes poblaciones y familias ya no sean abrazadas por los conflictos, por los efectos inesperados de la naturaleza y por lo que nadie en la faz de la Tierra podría imaginar.

Por eso, Yo vengo como un Vigía, como un Guardián y como un Celador de la Voluntad Mayor, que necesita cumplirse y concretarse en las almas, en todos los que, todos los días, confirman sus votos ante el Plan de Dios.

Este es el momento esperado por el Padre Eterno para que cada criatura sobre la superficie de la Tierra sea y represente una extensión de la Misericordia y de la Piedad, tan necesarias para la humanidad.

Recuerden lo que Yo les pedí en el primer Mensaje. Y ahora, más que nunca, sumérjanse en Mis últimas Instrucciones.

Yo les agradezco por guardar cada una de Mis Palabras en el corazón.

Los bendice,

Vuestro Maestro, Cristo Jesús

Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL PRIMER DÍA DE LA 130.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Mira ahora, con atención, cómo está Mi Cuerpo Divino y Glorificado, revelando los novecientos setenta y siete golpes y flagelaciones que Yo recibí por cada uno de los pecados que asumí por Amor en el Huerto Getsemaní.

Mira cada una de las marcas y de los estigmas que hoy Me dejan todas las situaciones adversas del mundo; pero Mi Corazón, que es infinito en Amor y en Misericordia, arde y al mismo tiempo rebasa en Gracias eternas e inextinguibles.

Mira con devoción y reverencia cómo el propio Cuerpo, Alma y Divinidad de Cristo se humillaron para otorgar a los más pecadores todas las Gracias que las almas necesitan.

Contempla ahora, ante el ardor que siente Mi Corazón, cómo las situaciones del mundo, y principalmente de las almas, Me dejan una vez más semidesnudo; así como fue en lo alto del Monte Calvario cuando los soldados, en su ceguera y negación, echaron a suerte cada parte del Manto que cubría el llagado Cuerpo del Señor.

Imagina que Me vuelvan a hacer esto; ya no lo podría soportar, no por los dolores causados, sino por la negación aún provocada por muchos ante el ofrecimiento de Mi Amor Redentor.

Deseo tener odres nuevos en Mis Manos para que los códigos de Mi Sangre y de Mi Agua vuelvan a ser depositados en los corazones que se ofrecen a vivir su tiempo de purificación, así como el pequeño Niño Jesús lo vivió por ustedes en el sagrado ofrecimiento del Templo.

Porque recuerden que, ante todo, incluso ante las tinieblas desconocidas de estos tiempos oscuros, la Ley y la Luz siempre prevalecerán, porque para la Ley de Mi Padre no existe lo imposible o lo inalcanzable, siempre y cuando Su sagrado pueblo y cada una de Sus criaturas sobre la faz de la Tierra cumplan y vivan en la Ley, que vuelve sagrado el espíritu y ennoblece la consciencia que sigue a la Ley como una guía imprescindible para el camino espiritual.

Vigilen pues, en este tiempo crucial, porque el Señor se reaproxima para poder volver a reunir y a unir a Sus ovejas dispersas y a algunas ovejas perdidas en cosas muy superficiales.

Comulguen de este momento Conmigo y recíbanlo como una Gracia y una amnistía extraordinaria por todos los que, en la guerra, en la persecución, en el exilio y en la enfermedad, viven la injusticia.

Yo Soy la Luz y esta Luz, que es Cristo, viene a ustedes en nombre de Mi Padre, para que esta Luz interior y eterna, que es imperecedera, aparte la sombría corteza de las confusiones, de los disgustos y de las diferencias; porque Yo los llamo a ser uno en Mí, para que su Maestro sea Uno en cada discípulo y servidor; como una vez les dije en el Evangelio: “En este mundo no se puede servir a dos señores, porque el Señor único y omnipotente es tu Dios, que está en los Cielos”.

Ahora, ¿comprenden por qué Yo mismo tracé una línea en el suelo? ¿Comprendieron el significado de este símbolo espiritual?

Yo he venido para que tuvieran vida en abundancia y esta vida interna, que Yo les ofrezco, está libre de pretensiones, de libertades propias y de decisiones unilaterales; porque la verdadera libertad les es otorgada en el espíritu, que es quien rendirá su síntesis cuando un día esté delante del Padre Celestial.

Esta Maratón de oración es realmente diferente. Espero que la presencia de los Míos sea profunda y no pasajera, porque Yo retorno aquí no solo porque ustedes lo necesitan, sino también porque la humanidad entera lo necesita, y respondo en gratitud y en obediencia al Gran Eterno.

Que el reencuentro con la vida interior en cada uno sea una realidad que vuelva a emerger, para que la vida del espíritu les dé fuerza y renovación en el final de estos tiempos; momento tan necesario para que cada uno tome sus decisiones con discernimiento y sin precipitarse demasiado, porque en el precipicio está el mundo por haber abandonado la comunión con la Ley y, sobre todo, con el sentimiento elevado de la gratitud, de la reverencia y de la austeridad.

Los animo a ir hacia adentro del mundo interior y a estar en silencio ante Mi Verdad, Verdad que ya les revelé en diciembre pasado.

Les deseo el bien y la paz duradera a todos.

La puerta de la Verdad de Dios está abierta, ¿quién la reconocerá?

Les agradezco por guardar cada una de Mis Palabras en el corazón.

Los bendice,

Vuestro Maestro, Cristo Jesús

Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 130.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Ahora, mira Mi Corazón, una vez más expuesto con Su Llaga marcada y traspasada por los errores del mundo; pero, mira también el gran abismo de Luz de Mi Corazón, ardiendo infinitamente en Compasión y Piedad por las almas.

Deseo con ardor que la devoción al Sagrado Corazón de Jesús sea recordada y renovada por los que Me aman y Me siguen.

Hoy, vengo aquí a pedirles que intensifiquen sus oraciones y, sobre todo, sus ofrecimientos al Padre Celestial para que, a través de los méritos alcanzados por el Sagrado Corazón, los graves ultrajes que se siguen cometiendo en la humanidad, a través de los conflictos y de las guerras, no queden impunes.

Yo vengo, en este día, a pedirles que, por medio de esta próxima Maratón de la Divina Misericordia, cada uno de ustedes, con la mano sobre el corazón y sosteniendo su rosario, se una a Mí en oración suplicante, fervorosa y renovadora, para que las causas urgentes puedan ser atendidas por su Maestro y Señor, conforme la Ley lo dicta.

Yo los llamo en este momento, para que puedan alcanzar piedad y misericordia, a ejercitar espiritualmente los siguientes actos internos y externos, a fin de que el triunfo del Sagrado Corazón alcance a los más desfavorecidos y a todos los que están en peligro, ante la amenaza de una guerra peor que las que ya pasaron.

Estos actos, de parte de cada uno de ustedes, justificarán los errores y las violencias que se siguen cometiendo en el mundo; porque, de no haber actos sinceros y honestos, actos hechos de corazón en nombre de Mi Misericordia, muchos más estarán a la deriva y a la suerte de lo que suceda.

Durante el transcurso de esta próxima Maratón de la Divina Misericordia y por los tiempos que vendrán, en nombre de Mi Obra Misericordiosa, Yo les pido:

1) Ejercitar actos fraternos de misericordia y de donación de ustedes mismos, comenzando por los que tienen más cerca y luego con los más necesitados, porque quien sirva al más pequeño de los Míos es a Mí que Me estará sirviendo.

2) Tener un acto de reverencia y de gratitud, ante todas las Gracias que recibieron a lo largo de los tiempos y por intermedio de Mis Mensajes.

3) Cuidar la forma de tratar y de hablar del semejante, especialmente dentro de la Obra confiada a ustedes por Mi Sagrado Corazón, para que sea un espacio de unidad y de amor que supere las diferencias.

4) Vivir en este ciclo con mayor responsabilidad, empeño y entusiasmo, los momentos de oración y de Sacramentos, con un celo de amparo y de protección espiritual ante el Legado confiado a la humanidad.

5) Ejercitar un examen de consciencia, por los que no lo ejercitan en este momento, para que se pueda contemplar con exactitud el aura de la Jerarquía, de la que muchos forman parte por Gracia.

Estos son los ejercicios fundamentales para Mis discípulos y servidores de estos tiempos, porque Yo aspiro y anhelo a que muchos más sean afluentes de Mi Gracia en la Tierra y ya no sean una decepción para Mi herido y ofendido Corazón.

Que esta próxima Maratón sea la oración del compromiso con los Planes de Cristo y, principalmente, el compromiso con este Llamado.

Una vez más, Yo les agradezco por guardar cada una de Mis Palabras en el corazón.

Los bendice,

Vuestro Maestro, Cristo Jesús

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN LOS PIRINEOS, FRANCIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SAGRADO LLAMADO DEL DÍA 20

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

He aquí el Corazón Insondable y Amoroso que nunca se arrepiente de lo que ha hecho por las almas.

He aquí el Corazón Paciente y Misericordioso que da todo por los Suyos. Este es el Corazón Eterno e Infinito que espera que Sus compañeros den sus pasos.

Valientes son los que han confiado en Mi Llamado. Agraciados son los que han sido fieles a Mis Preceptos y a Mi Voluntad, porque este es el tiempo de la reconstrucción espiritual e interna de las almas.

Grande es la sed que aún siento por los que no Me reconocen ni Me sirven, que no Me encuentran en la mirada del enfermo, del prisionero o del pobre.

¡Cuánta Misericordia se guarda en los corazones simples, en los que son capaces de salir de sí mismos para poder ser bendecidos por la Ley de la Gracia!

Hoy, estoy aquí por una Francia que Me necesita, por un mundo que Me invoca a través de la fuerza de la oración del corazón. Aunque las guerras se agraven y los conflictos se amplíen, Yo estoy aquí como la insondable Luz que viene a disipar las tinieblas, primero de ustedes mismos, para después disipar las tinieblas del mundo.

Renazcan en la vida de este Corazón que se dona y que sirve a Dios, y que lo sigue haciendo incansablemente después de Su Muerte en la Cruz, cuando el Agua y la Sangre brotaron de Mi Costado, como hoy esa Agua y esa Sangre siguen brotando de Mi Costado en rayos de Luz pálidos y rojos para justificar y para salvar a las almas, a las más pecadoras y, especialmente, a las almas que estando en Mi Camino han rechazado Mi Llamado y Me han ofendido.

Ustedes saben que no vengo aquí como un juez, ni tampoco como un verdugo; vengo como ese Corazón que sufre y padece en silencio la ignorancia de las almas y de los corazones y, principalmente, de los que han dudado de Mi Llamado, en estos últimos tiempos. Pero la Verdad, que viene de los Cielos, es más grande que todas las miserias y que todos los errores. La Verdad, que proviene y surge del Amor del Corazón del Padre, es más grande que toda incomprensión e ignorancia.

Yo les demostré cuál era el Camino, a través del Camino del Calvario. Pero no los quiero ver víctimas de este mundo ni de ustedes mismos; sino quiero que, a través de su arrepentimiento, penitencia y oración, puedan ser algún día víctimas de Mi Amor, de un Amor que es capaz de aceptar, de un Amor que es capaz de reconocer y de un Amor que es capaz de vivir lo que Dios establezca.

Por eso, las almas sufren; por eso, las almas padecen y algunas agonizan, porque se resisten a vivir la Voluntad de Dios, que va más allá de toda comprensión humana o mental.

Quiero que recuerden y quiero que sepan que Yo tengo algo especial para cada uno; tengo un tesoro guardado en Mi Corazón Misericordioso, esperando aún para ser entregado a Mis compañeros.

He caminado a su lado en estos últimos once años. Ahora es el tiempo y ahora es el momento de que vivan Mis Palabras y, como les dije una vez, de que puedan ser Mi propio Evangelio, escrito en la Tierra a través de las almas que Me aman y que Me sirven.

Mi Obra, fundada a través de esta Obra, no podía continuar como estaba. Por eso, llegó el tiempo del recogimiento de Nuestros Sagrados Corazones para que, como les dije y hoy les vuelvo a decir, cada uno camine con sus propios pies; porque nada les falta y nada les faltará cuando estén en armonía y en equilibrio con la Ley del Amor.

Toda Nuestra manifestación, a lo largo de los tiempos, ha sido ampliamente misericordiosa y paciente. Ahora es tiempo que ese Plan, que Dios tiene previsto para cada alma y cada corazón, se cumpla.

Este es el tiempo de que ustedes sean el Plan manifestado y concretado en la Tierra, aunque vivan su vida humana, pero sus espíritus y sobre todo sus corazones pueden estar unidos a Dios verdaderamente, recibir de Dios Sus Divinos Impulsos y escuchar en sus propios corazones la Voz del Creador.

¡Ay de aquellos que no comprendieron el cambio de esta Obra, que es la Obra de la Jerarquía! Nada es estático en este universo, ni siquiera en el Universo Espiritual. Cuando vean que esto sucede, sepan que llegará un gran impulso y un gran cambio, como está sucediendo ahora.

Felices serán los que renacerán a través de este momento. Felices serán los que se adhieran sin cuestionamientos. Bienaventurados serán los que abracen este momento sin dejar ninguna puerta abierta a la duda; porque quien ha confiado verdaderamente en Mí, llegará muy lejos. Y todo lo que han vivido Conmigo, a lo largo de los últimos once años, no habrá sido algo solamente emocional o pasajero; porque Yo no vengo a este mundo para esto, vengo a través de una Ley de Gracia desconocida para que sean conscientes de la emergencia del planeta y de la imperiosa necesidad de las almas que sufren en este tiempo crucial, sin ver la luz, sin encontrar la paz, sin poder sentir el Amor de Mi Corazón Misericordioso, como hoy ustedes lo pueden sentir y vivir.

El calvario del planeta está ahí, frente a sus ojos.
 
¿Quién acompañará al Maestro a cargar con la Cruz, sin ser víctima de sí mismo para ser víctima del Amor Mayor?

¿Quién no retrocederá cuando el momento final llegue, cuando en el ocaso se anuncie la Venida de Cristo y las estrellas sean testigos de ese momento?

¿Quién reconocerá, en el final de los tiempos, a su propio Cristo Interior, para no reconocer más a su ego y a su persona humana?

Porque Yo vengo a hacer de los miserables los más perfectos. Yo vengo a hacer de los humildes los más glorificados. Vengo a retirar el poder de los que están ciegos, de los ambiciosos y que no se han arrepentido de corazón.

Quien crea que Yo estoy aquí, que Me siga; pues Mi hora está llegando, así como Mi hora llegó en el Huerto Getsemaní.

¿Quién aceptará el Cáliz, el mismo Cáliz que el Padre Me ofreció en el Huerto Getsemaní?

¿Quién beberá de la Sangre Redentora de Cristo para convertirse en un verdadero apóstol de la Misericordia?

Rezo por los que aún dicen estar confundidos. La Verdad fue revelada y no hay otra, porque la Verdad es única y solemne.

Me alivio al ver a los que contemplan las estrellas del nuevo tiempo, el renacimiento de los principios y de los atributos que fundaron la Obra de la Jerarquía en la superficie.

Bienaventurados serán los que acompañen este momento y ya no hagan ningún juicio de valor ni de crítica, porque el tesoro que les fue confiado es muy grande, es una responsabilidad espiritual y no solo humana.

Dios abrió las entrañas más profundas de Su Corazón para que todos ustedes, almas de la Tierra, pudieran ver en lo más profundo del Creador y pudieran sentir la esencia de Su Amor Mayor.

La Fuente de la Gracia no se desperdicia y nunca se desperdiciará.

Dichosos son los consecuentes y reverentes, que reconocen a Adonai como su único Dios.

Vengo así a renovar los tiempos.

Vengo así a iluminar las moradas internas.

Vengo a dar vida a lo que aparentemente está casi muerto en espíritu, en alma y en corazón; porque el precio de Mi Sangre no puede ser medido ni tampoco calculado.

La Sangre derramada en esta hora por Mi Corazón, flagelado y ultrajado por las guerras del mundo y por el sufrimiento de los inocentes y de los que padecen, es una Sangre de Amor y de Redención que viene a ofrecerse de forma inagotable e inextinguible para salvar a las almas perdidas y que fueron injustamente condenadas en esta Obra y en el mundo.

He aquí, entre Mis Manos, el Libro de sus almas, que hoy el Señor quiere volver a escribir, a pedido de Dios, para que sus vidas sean Mías definitivamente.


Padre, perdona a los que no saben lo que hacen;
así como perdonaste al prisionero
que estaba clavado en la cruz a Mi lado,
en el Monte Calvario,
y lo dejaste entrar en Tu Paraíso.

Recibe el ofrecimiento de Tu Amado Hijo
por los que no son consecuentes para que sean consecuentes,
por los que no creen para que crean,
por los que ya no sienten para que sientan Mi Amor,
Mi Amor consolador.

Resucita de las miserias del mundo
a los que verdaderamente padecen.

Unge, Señor, con Tu Luz
a los que más lo necesitan.

Sangre y Agua de Mi Corazón
son ofrecidos para la conversión
de las almas y de las naciones.

Mi Corazón está vacío
y quiere ser llenado por su amor,
por el amor de los que Me escuchan,
por el amor de los que Me creen,
por el amor de los que Me sirven.

Adonai, escucha Mi oferta,
la oferta de Tu Siervo e Hijo Primogénito.

Que Tus tesoros espirituales
se compartan con las almas;
así como hoy el Reino de los Cielos se comparte
con los que están aquí presentes,
aunque no lo entiendan.

 

Que Mis Palabras se guarden en el corazón y no en la mente; porque la mente puede ser engañosa y confundir, así como ha confundido a muchos que se olvidaron de Mi Amor.

Pero Yo vengo a resucitar espiritualmente a los que más lo necesitan en todas partes del mundo, principalmente las esencias.

Hoy se presenta ante ustedes el misterio de la Cruz, de cada clavo que traspasó Mis Manos y Mis Pies. Entonces, venció el Amor y no el dolor, aunque lo sintiera en Mis más profundas entrañas y en Mi Vida que en cada segundo del Calvario se apagaba para salvar a las almas.

Esto es lo que hoy Me trae aquí para decirles que Mi Amor es inagotable y eterno, porque es el Amor de Dios, vivo a través de Su Hijo y, por intermedio de Su Hijo, a través de las almas.

Vengo a consagrar los votos de los consecuentes, de los fieles y de los adheridos.

Que el Señor, Dios del Universo, Adonai, haga florecer Sus jardines internos con la belleza de las almas que aman y que honran a Dios y a Su Santísima Madre, María, Madre de todos, Madre de Cristo, el Salvador.

Que las miserias sean disueltas para que renazca la vida, la cura y el perdón del Corazón de Jesús.

Que la paz esté en ustedes y en el sufrido mundo.

Que la paz rescate a los que mueren en la violencia y el martirio de las guerras.

Que Dios le conceda al mundo un tiempo de paz, porque la balanza está a punto de romperse y la oración honesta de las almas todo salvará.

He aquí su Amor inagotable, el Amor que no se cansa, el Amor que sostiene y que renueva toda la vida.

Que Francia y el mundo sean bendecidos, para que los que no se arrepintieron se arrepientan.

Hoy, Mi Luz vuelve a brillar en las montañas y, sobre todo, en el templo de los que Me adoran y Me aman.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE EL SAGRADO LLAMADO

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Acércate a Mí, para sentir Mi Paz.

Acércate a Mí, para recibir Mi Amor.

Acércate a Mí, para consolar Mi Corazón.

Acércate a Mí, para que tu alma sea instruida por Mí y Yo te pueda mostrar ampliamente todos los tesoros del Cielo que guarda Mi Padre con Amor para todas las almas y esencias creadas.

Mira ante ti, en lo más invisible de la vida, en lo más profundo de tu consciencia, ese vasto universo al que perteneces, en donde ninguna fuerza contraria a Mí puede prevalecer o reinar porque el Amor de Dios es capaz de disolver cualquier nudo, es capaz de trascender cualquier obstáculo, es capaz de revelar la Verdad.

Mira este universo interior que hoy te presento, del que tú y tus hermanos surgieron, donde está la respuesta que muchos buscan para poder comprender y aceptar que, en este mundo, cada uno debe trascender su propia dualidad.

¿Por qué las almas buscan sufrir para poder aprender?

¿Cuál es ese misterio tan oculto que las almas deben comprender y vivir a través de la infinita e insondable obediencia?

Porque si una vez en el Cielo hubo un ángel creador que cayó al abismo, a partir de ese momento la evolución cambió de escuela y todas las esencias que serían creadas en este Universo Material deberían aprender de la escuela de la dualidad.

Pero, ¿cómo vencer y trascender aquel obstáculo que coloca la propia consciencia? ¿Cómo desatar aquel nudo que amarra la consciencia y que muchas veces le impide dar los pasos hacia la libertad espiritual?

Les vuelvo a repetir, como hoy te repito a ti personalmente, que la regla primera está en la insondable obediencia, en la que tu propio ser y tu propia alma estarán protegidos y resguardados de ti mismo.

Todos los que se decidieron a estar Conmigo, a lo largo de los tiempos y de las generaciones, aceptaron en primer lugar vivir esa insondable obediencia, sabiendo que esto representaría un esfuerzo interior significativo para trascender la propia voluntad humana, para desapegarse de las condiciones viciadas de la personalidad y para poder estar libre de las ideas propias.

Estar bajo esa insondable obediencia a Dios no es imposible ni inalcanzable. Estar bajo esa obediencia a Dios es una de las mayores Gracias que se puede recibir.

Hoy, Yo les abro una puerta que ustedes podrían decir que ya la conocen, pero les aseguro que no la conocen absolutamente; es la puerta de la insondable obediencia, que les presento no como una regla ni tampoco como una imposición, sino como una Sagrada Ley que coloca a la consciencia encarnada en el camino seguro de la rectitud, de lo que es impersonal y libre de cualquier apego. Porque la obediencia, en su misterio oculto y anónimo, es una corriente cósmica de liberación, que ninguna fuerza contraria puede soportar.

Si alguna vez te viste fuera de la Ley de la Obediencia, te preguntaste: ¿para qué lo hice?

¿Cuál es la razón, el motivo espiritual, mental y humano de salir de esa Sagrada Ley, que a muy pocos ampara en este mundo, ante este caótico escenario planetario, en el que la desobediencia es la moda que muchos adoptan en este tiempo?

¿Cómo será posible que más almas, en la superficie de este planeta, comprendan cuál es la razón y la existencia de la propia encarnación?

Existe un solo camino que su Maestro y Señor, su Santísima Madre y el casto padre San José vivieron en este planeta, a través de la sagrada e insondable obediencia.

Obediencia no significa solamente responder, la obediencia es una emanación primera del Amor-Sabiduría, es una ciencia oculta del Espíritu Santo que promueve en las almas y en los mundos internos la expresión de las dádivas y de los dones de Dios en los corazones.

Y esta Obra que, durante treinta y siete años consecutivos, fue concebida por la Voluntad de Dios; nació, surgió y se manifestó a través de la obediencia de algunas almas que dijeron sí al llamado.

Fue así que, hace treinta y siete años, una puerta espiritual y anónima fue abierta en el mundo, porque las propias manos de la Jerarquía sembraron a la pequeña Higuera en el suelo sagrado, para que pudiera crecer a través del sagrado riego de la Instrucción, de la reverencia insondable al conocimiento universal e interno; para que, después de treinta y siete años, esa Sagrada Higuera pudiera dar sus frutos en abundancia y amor por las almas, por la manifestación de la vida interna en todos los corazones que fueron autoconvocados por Mi hermano y amigo José Trigueirinho.

Ustedes, a través de los tiempos, tuvieron la Gracia de tener un humilde ejemplo en vida; un ejemplo de abnegación, de renuncia, de lealtad, de amor y de hermandad para con toda la Consciencia Divina, a través de su hermano José.

Hoy él, Conmigo desde el Cielo, en donde reza e implora por todos sus compañeros, coloca a las puertas de Mi Corazón toda esta experiencia vivida a través de Figueira y, por intermedio de Figueira, en otros Puntos de Luz que surgieron en el mundo por la Gracia de la confianza de los que dijeron sí.

Todo esto nunca desaparecerá porque nunca fue borrado, porque lo que Dios escribe con Su propia Mano, a través de las vidas y de los corazones, nunca se puede borrar ni desaparecer, incluso lo que Él escribió con Su propia Mano a través del humilde ejemplo de vida de José.

Quisiera que hoy ustedes fueran conscientes de que no recibieron a cualquier persona, sino que recibieron a un importante hermano mayor que, con su ejemplo anónimo de vida, su servicio por la ampliación de las consciencias, siempre se mantuvo en la rectitud y en la donación, sabiendo que el gran compromiso de su hermano José era cuidar de lo que era sembrado en cada corazón que fue tocado por su voz, por su mirada o por su simple presencia.

He aquí que ante esa puerta espiritual que fue abierta en Figueira, a través de los tiempos y de las generaciones, las almas fueron tocadas por el impulso del llamado, y esto no se detendrá porque el legado que fue confiado a través de la expresión de las almas en Figueira es algo que siempre se perpetuará en los planos internos y especialmente en todos los que lo preserven, primero de sí mismos y después del mundo, sabiendo que los tesoros de Figueira que fueron confiados por la Jerarquía son los valores de la fraternidad y de la vida grupal evolutiva.

Quiero que, después de este mes de agosto, resuenen en cada mundo interior los campanarios de Figueira, el llamado de la Jerarquía que les trae el porvenir y la esperanza a todos los que algún día fueron llamados a formar parte de esta Obra de Amor. 

Porque esta Obra es una de las que Yo tengo en el mundo, una de las tantas obras en este mundo que, de no existir en obediencia a la Jerarquía, no se podría sostener la transición del planeta y de la humanidad sin el sacrificio, la abnegación y la renuncia; libres de vanagloria, libres de protagonismo, libres de cualquier autoridad o poder; porque, así como Dios les dio todo, Él podría quitarles todo.

Abracen la llama que hoy les ofrezco de la humildad. Que sus vidas se rindan y se rediman para que los sagrados tesoros del Cielo puedan seguir siendo depositados no solo en Figueira, sino también en las almas que dicen sí, porque ya estamos en el tiempo preparatorio de Mi Retorno al mundo y nada puede ser en vano. 

Quisiera agradecer públicamente a todos los que a través de los tiempos se mantuvieron en fidelidad a la Jerarquía, aprendiendo todos los días de la obediencia, de la lealtad, de la verdad y del servicio por amor a Nuestro Creador y por la redención de esta humanidad.

Esto es algo invalorable, porque no se puede medir ni juzgar con la mente, la fidelidad de un corazón unido a la Jerarquía es uno de los mayores alivios que promueven a Mi Corazón. 

Que puedan renacer, en este día, los que por la fe y la fidelidad construyeron con sus manos las bases de esta Obra de la Jerarquía; para que las almas, más allá de sus condiciones, traumas o sufrimientos, tuvieran un espacio seguro, simple e interno para reencontrarse con Dios y con el Corazón de la Jerarquía. 

Hoy, es Mi Mano la que escribe una nueva historia. Dichosos serán los que formen parte de ella, porque Mi promesa se cumplirá en todos los que Me dicen sí.
 

Oh, Sagrada Figueira de Luz, 
que eres anónima, secreta e interna, 
entrégale tus frutos al Señor, 
los frutos de la conversión y del servicio de las almas, 
para que por el esfuerzo de tus hijos, 
discípulos y hermanos de José, 
los frutos de la conversión y del servicio de las almas 
sean amorosamente ofrecidos 
a los Pies de tu Creador. 

Que el poder de Mi Preciosa Sangre te santifique, 
para santificar y liberar a todos los fieles servidores 
que hayan sido heridos o lastimados. 

Hoy, vengo a reparar lo que está roto.
Hoy, vengo a reconstruir con Mis propias Manos
lo que cayó al suelo, 
que es la dignidad de todos los hijos y amigos, 
compañeros y servidores de José.


En la víspera de la divina esperanza, todos los corazones posibles encuentren el portal de Mi Paz. 

Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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