- Inicio
- Blog
- Mensajes
- Oración por la Paz en las Naciones
- Calendario
- Oraciones
- Impulsos Diarios
- Libros publicados
- Pinturas e Imágenes
- Objetos Sagrados
- Música
- Galeria de fotos
- ¿Quiénes somos?
- Centros Marianos
- Campaña por la Paz
- Redes Sociales
- Contacto
Contempla a tu Señor, amarrado de Pies y Manos, en la temible y dolorosa plaza de la flagelación, donde la crueldad de los verdugos los apartaba de toda unión con su propia esencia divina; porque así, de forma semejante, es como algunas situaciones internas de las almas Me dejan sometido en este momento.
A veces, las almas se olvidan de que Yo Soy todo Misericordia y de que sería capaz, en el Nombre Sagrado y Soberano de Mi Padre, de volver a hacer cualquier ofrecimiento por los Míos, así como lo estoy haciendo en este momento.
Mira cómo hoy se encuentra el Cordero de Dios que fue condenado y sacrificado por los pecados del mundo.
He aquí, ante tus ojos, el universo del Amor del Dios Vivo, que retorna en este momento de crisis personal y planetaria para dar vida, luz y esperanza a lo que ya parecería medio muerto.
¡Oh, si las almas se animaran a conocer y sumergirse en el abismo de Luz de Mi insondable e infinita Misericordia, rindiéndose a la humildad de Mi Corazón, muchas, pero muchas situaciones cambiarían de la noche a la mañana!
El Señor viene presentando la plaza de la flagelación para que recuerden que Yo sigo derramando Sangre y Agua por todas las almas del mundo; para que todos los corazones posibles, antes del último tiempo, puedan conocer internamente el océano de Mi Amor consolador, antes de que la puerta predilecta de Mi Misericordia se cierre ante el mundo y se abra de par en par la sabia y sagrada puerta de la Justicia Divina, que representa en este tiempo el principio espiritual fundamental para poder corregir a la humanidad a través de su reingreso y de su sintonía con la Ley Mayor del Amor.
Mira, así como Yo miro, el escenario doloroso del mundo. Los acontecimientos anuncian la llegada y el Retorno de Cristo, cuando la sagrada intervención divina actuará para preparar ese esperado y desconocido momento para todos.
Quiero y deseo, desde lo más profundo de Mis entrañas de Misericordia, que el planeta y la humanidad puedan recuperar la paz, desaparecida de muchas naciones y pueblos.
Este momento de oración, ofrecido por los corazones, otorga la intervención de los ángeles ante el escenario más oscuro e incierto del planeta. Pero la fuerza de la fe de los corazones devotos y de los que ejerciten en este tiempo lo que les enseñé en el primer Mensaje de este actual momento de Maratón de oración, será lo que favorecerá que grandes poblaciones y familias ya no sean abrazadas por los conflictos, por los efectos inesperados de la naturaleza y por lo que nadie en la faz de la Tierra podría imaginar.
Por eso, Yo vengo como un Vigía, como un Guardián y como un Celador de la Voluntad Mayor, que necesita cumplirse y concretarse en las almas, en todos los que, todos los días, confirman sus votos ante el Plan de Dios.
Este es el momento esperado por el Padre Eterno para que cada criatura sobre la superficie de la Tierra sea y represente una extensión de la Misericordia y de la Piedad, tan necesarias para la humanidad.
Recuerden lo que Yo les pedí en el primer Mensaje. Y ahora, más que nunca, sumérjanse en Mis últimas Instrucciones.
Yo les agradezco por guardar cada una de Mis Palabras en el corazón.
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Mira ahora, con atención, cómo está Mi Cuerpo Divino y Glorificado, revelando los novecientos setenta y siete golpes y flagelaciones que Yo recibí por cada uno de los pecados que asumí por Amor en el Huerto Getsemaní.
Mira cada una de las marcas y de los estigmas que hoy Me dejan todas las situaciones adversas del mundo; pero Mi Corazón, que es infinito en Amor y en Misericordia, arde y al mismo tiempo rebasa en Gracias eternas e inextinguibles.
Mira con devoción y reverencia cómo el propio Cuerpo, Alma y Divinidad de Cristo se humillaron para otorgar a los más pecadores todas las Gracias que las almas necesitan.
Contempla ahora, ante el ardor que siente Mi Corazón, cómo las situaciones del mundo, y principalmente de las almas, Me dejan una vez más semidesnudo; así como fue en lo alto del Monte Calvario cuando los soldados, en su ceguera y negación, echaron a suerte cada parte del Manto que cubría el llagado Cuerpo del Señor.
Imagina que Me vuelvan a hacer esto; ya no lo podría soportar, no por los dolores causados, sino por la negación aún provocada por muchos ante el ofrecimiento de Mi Amor Redentor.
Deseo tener odres nuevos en Mis Manos para que los códigos de Mi Sangre y de Mi Agua vuelvan a ser depositados en los corazones que se ofrecen a vivir su tiempo de purificación, así como el pequeño Niño Jesús lo vivió por ustedes en el sagrado ofrecimiento del Templo.
Porque recuerden que, ante todo, incluso ante las tinieblas desconocidas de estos tiempos oscuros, la Ley y la Luz siempre prevalecerán, porque para la Ley de Mi Padre no existe lo imposible o lo inalcanzable, siempre y cuando Su sagrado pueblo y cada una de Sus criaturas sobre la faz de la Tierra cumplan y vivan en la Ley, que vuelve sagrado el espíritu y ennoblece la consciencia que sigue a la Ley como una guía imprescindible para el camino espiritual.
Vigilen pues, en este tiempo crucial, porque el Señor se reaproxima para poder volver a reunir y a unir a Sus ovejas dispersas y a algunas ovejas perdidas en cosas muy superficiales.
Comulguen de este momento Conmigo y recíbanlo como una Gracia y una amnistía extraordinaria por todos los que, en la guerra, en la persecución, en el exilio y en la enfermedad, viven la injusticia.
Yo Soy la Luz y esta Luz, que es Cristo, viene a ustedes en nombre de Mi Padre, para que esta Luz interior y eterna, que es imperecedera, aparte la sombría corteza de las confusiones, de los disgustos y de las diferencias; porque Yo los llamo a ser uno en Mí, para que su Maestro sea Uno en cada discípulo y servidor; como una vez les dije en el Evangelio: “En este mundo no se puede servir a dos señores, porque el Señor único y omnipotente es tu Dios, que está en los Cielos”.
Ahora, ¿comprenden por qué Yo mismo tracé una línea en el suelo? ¿Comprendieron el significado de este símbolo espiritual?
Yo he venido para que tuvieran vida en abundancia y esta vida interna, que Yo les ofrezco, está libre de pretensiones, de libertades propias y de decisiones unilaterales; porque la verdadera libertad les es otorgada en el espíritu, que es quien rendirá su síntesis cuando un día esté delante del Padre Celestial.
Esta Maratón de oración es realmente diferente. Espero que la presencia de los Míos sea profunda y no pasajera, porque Yo retorno aquí no solo porque ustedes lo necesitan, sino también porque la humanidad entera lo necesita, y respondo en gratitud y en obediencia al Gran Eterno.
Que el reencuentro con la vida interior en cada uno sea una realidad que vuelva a emerger, para que la vida del espíritu les dé fuerza y renovación en el final de estos tiempos; momento tan necesario para que cada uno tome sus decisiones con discernimiento y sin precipitarse demasiado, porque en el precipicio está el mundo por haber abandonado la comunión con la Ley y, sobre todo, con el sentimiento elevado de la gratitud, de la reverencia y de la austeridad.
Los animo a ir hacia adentro del mundo interior y a estar en silencio ante Mi Verdad, Verdad que ya les revelé en diciembre pasado.
Les deseo el bien y la paz duradera a todos.
La puerta de la Verdad de Dios está abierta, ¿quién la reconocerá?
Les agradezco por guardar cada una de Mis Palabras en el corazón.
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Ahora, mira Mi Corazón, una vez más expuesto con Su Llaga marcada y traspasada por los errores del mundo; pero, mira también el gran abismo de Luz de Mi Corazón, ardiendo infinitamente en Compasión y Piedad por las almas.
Deseo con ardor que la devoción al Sagrado Corazón de Jesús sea recordada y renovada por los que Me aman y Me siguen.
Hoy, vengo aquí a pedirles que intensifiquen sus oraciones y, sobre todo, sus ofrecimientos al Padre Celestial para que, a través de los méritos alcanzados por el Sagrado Corazón, los graves ultrajes que se siguen cometiendo en la humanidad, a través de los conflictos y de las guerras, no queden impunes.
Yo vengo, en este día, a pedirles que, por medio de esta próxima Maratón de la Divina Misericordia, cada uno de ustedes, con la mano sobre el corazón y sosteniendo su rosario, se una a Mí en oración suplicante, fervorosa y renovadora, para que las causas urgentes puedan ser atendidas por su Maestro y Señor, conforme la Ley lo dicta.
Yo los llamo en este momento, para que puedan alcanzar piedad y misericordia, a ejercitar espiritualmente los siguientes actos internos y externos, a fin de que el triunfo del Sagrado Corazón alcance a los más desfavorecidos y a todos los que están en peligro, ante la amenaza de una guerra peor que las que ya pasaron.
Estos actos, de parte de cada uno de ustedes, justificarán los errores y las violencias que se siguen cometiendo en el mundo; porque, de no haber actos sinceros y honestos, actos hechos de corazón en nombre de Mi Misericordia, muchos más estarán a la deriva y a la suerte de lo que suceda.
Durante el transcurso de esta próxima Maratón de la Divina Misericordia y por los tiempos que vendrán, en nombre de Mi Obra Misericordiosa, Yo les pido:
1) Ejercitar actos fraternos de misericordia y de donación de ustedes mismos, comenzando por los que tienen más cerca y luego con los más necesitados, porque quien sirva al más pequeño de los Míos es a Mí que Me estará sirviendo.
2) Tener un acto de reverencia y de gratitud, ante todas las Gracias que recibieron a lo largo de los tiempos y por intermedio de Mis Mensajes.
3) Cuidar la forma de tratar y de hablar del semejante, especialmente dentro de la Obra confiada a ustedes por Mi Sagrado Corazón, para que sea un espacio de unidad y de amor que supere las diferencias.
4) Vivir en este ciclo con mayor responsabilidad, empeño y entusiasmo, los momentos de oración y de Sacramentos, con un celo de amparo y de protección espiritual ante el Legado confiado a la humanidad.
5) Ejercitar un examen de consciencia, por los que no lo ejercitan en este momento, para que se pueda contemplar con exactitud el aura de la Jerarquía, de la que muchos forman parte por Gracia.
Estos son los ejercicios fundamentales para Mis discípulos y servidores de estos tiempos, porque Yo aspiro y anhelo a que muchos más sean afluentes de Mi Gracia en la Tierra y ya no sean una decepción para Mi herido y ofendido Corazón.
Que esta próxima Maratón sea la oración del compromiso con los Planes de Cristo y, principalmente, el compromiso con este Llamado.
Una vez más, Yo les agradezco por guardar cada una de Mis Palabras en el corazón.
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
He aquí el Corazón Insondable y Amoroso que nunca se arrepiente de lo que ha hecho por las almas.
He aquí el Corazón Paciente y Misericordioso que da todo por los Suyos. Este es el Corazón Eterno e Infinito que espera que Sus compañeros den sus pasos.
Valientes son los que han confiado en Mi Llamado. Agraciados son los que han sido fieles a Mis Preceptos y a Mi Voluntad, porque este es el tiempo de la reconstrucción espiritual e interna de las almas.
Grande es la sed que aún siento por los que no Me reconocen ni Me sirven, que no Me encuentran en la mirada del enfermo, del prisionero o del pobre.
¡Cuánta Misericordia se guarda en los corazones simples, en los que son capaces de salir de sí mismos para poder ser bendecidos por la Ley de la Gracia!
Hoy, estoy aquí por una Francia que Me necesita, por un mundo que Me invoca a través de la fuerza de la oración del corazón. Aunque las guerras se agraven y los conflictos se amplíen, Yo estoy aquí como la insondable Luz que viene a disipar las tinieblas, primero de ustedes mismos, para después disipar las tinieblas del mundo.
Renazcan en la vida de este Corazón que se dona y que sirve a Dios, y que lo sigue haciendo incansablemente después de Su Muerte en la Cruz, cuando el Agua y la Sangre brotaron de Mi Costado, como hoy esa Agua y esa Sangre siguen brotando de Mi Costado en rayos de Luz pálidos y rojos para justificar y para salvar a las almas, a las más pecadoras y, especialmente, a las almas que estando en Mi Camino han rechazado Mi Llamado y Me han ofendido.
Ustedes saben que no vengo aquí como un juez, ni tampoco como un verdugo; vengo como ese Corazón que sufre y padece en silencio la ignorancia de las almas y de los corazones y, principalmente, de los que han dudado de Mi Llamado, en estos últimos tiempos. Pero la Verdad, que viene de los Cielos, es más grande que todas las miserias y que todos los errores. La Verdad, que proviene y surge del Amor del Corazón del Padre, es más grande que toda incomprensión e ignorancia.
Yo les demostré cuál era el Camino, a través del Camino del Calvario. Pero no los quiero ver víctimas de este mundo ni de ustedes mismos; sino quiero que, a través de su arrepentimiento, penitencia y oración, puedan ser algún día víctimas de Mi Amor, de un Amor que es capaz de aceptar, de un Amor que es capaz de reconocer y de un Amor que es capaz de vivir lo que Dios establezca.
Por eso, las almas sufren; por eso, las almas padecen y algunas agonizan, porque se resisten a vivir la Voluntad de Dios, que va más allá de toda comprensión humana o mental.
Quiero que recuerden y quiero que sepan que Yo tengo algo especial para cada uno; tengo un tesoro guardado en Mi Corazón Misericordioso, esperando aún para ser entregado a Mis compañeros.
He caminado a su lado en estos últimos once años. Ahora es el tiempo y ahora es el momento de que vivan Mis Palabras y, como les dije una vez, de que puedan ser Mi propio Evangelio, escrito en la Tierra a través de las almas que Me aman y que Me sirven.
Mi Obra, fundada a través de esta Obra, no podía continuar como estaba. Por eso, llegó el tiempo del recogimiento de Nuestros Sagrados Corazones para que, como les dije y hoy les vuelvo a decir, cada uno camine con sus propios pies; porque nada les falta y nada les faltará cuando estén en armonía y en equilibrio con la Ley del Amor.
Toda Nuestra manifestación, a lo largo de los tiempos, ha sido ampliamente misericordiosa y paciente. Ahora es tiempo que ese Plan, que Dios tiene previsto para cada alma y cada corazón, se cumpla.
Este es el tiempo de que ustedes sean el Plan manifestado y concretado en la Tierra, aunque vivan su vida humana, pero sus espíritus y sobre todo sus corazones pueden estar unidos a Dios verdaderamente, recibir de Dios Sus Divinos Impulsos y escuchar en sus propios corazones la Voz del Creador.
¡Ay de aquellos que no comprendieron el cambio de esta Obra, que es la Obra de la Jerarquía! Nada es estático en este universo, ni siquiera en el Universo Espiritual. Cuando vean que esto sucede, sepan que llegará un gran impulso y un gran cambio, como está sucediendo ahora.
Felices serán los que renacerán a través de este momento. Felices serán los que se adhieran sin cuestionamientos. Bienaventurados serán los que abracen este momento sin dejar ninguna puerta abierta a la duda; porque quien ha confiado verdaderamente en Mí, llegará muy lejos. Y todo lo que han vivido Conmigo, a lo largo de los últimos once años, no habrá sido algo solamente emocional o pasajero; porque Yo no vengo a este mundo para esto, vengo a través de una Ley de Gracia desconocida para que sean conscientes de la emergencia del planeta y de la imperiosa necesidad de las almas que sufren en este tiempo crucial, sin ver la luz, sin encontrar la paz, sin poder sentir el Amor de Mi Corazón Misericordioso, como hoy ustedes lo pueden sentir y vivir.
El calvario del planeta está ahí, frente a sus ojos.
¿Quién acompañará al Maestro a cargar con la Cruz, sin ser víctima de sí mismo para ser víctima del Amor Mayor?
¿Quién no retrocederá cuando el momento final llegue, cuando en el ocaso se anuncie la Venida de Cristo y las estrellas sean testigos de ese momento?
¿Quién reconocerá, en el final de los tiempos, a su propio Cristo Interior, para no reconocer más a su ego y a su persona humana?
Porque Yo vengo a hacer de los miserables los más perfectos. Yo vengo a hacer de los humildes los más glorificados. Vengo a retirar el poder de los que están ciegos, de los ambiciosos y que no se han arrepentido de corazón.
Quien crea que Yo estoy aquí, que Me siga; pues Mi hora está llegando, así como Mi hora llegó en el Huerto Getsemaní.
¿Quién aceptará el Cáliz, el mismo Cáliz que el Padre Me ofreció en el Huerto Getsemaní?
¿Quién beberá de la Sangre Redentora de Cristo para convertirse en un verdadero apóstol de la Misericordia?
Rezo por los que aún dicen estar confundidos. La Verdad fue revelada y no hay otra, porque la Verdad es única y solemne.
Me alivio al ver a los que contemplan las estrellas del nuevo tiempo, el renacimiento de los principios y de los atributos que fundaron la Obra de la Jerarquía en la superficie.
Bienaventurados serán los que acompañen este momento y ya no hagan ningún juicio de valor ni de crítica, porque el tesoro que les fue confiado es muy grande, es una responsabilidad espiritual y no solo humana.
Dios abrió las entrañas más profundas de Su Corazón para que todos ustedes, almas de la Tierra, pudieran ver en lo más profundo del Creador y pudieran sentir la esencia de Su Amor Mayor.
La Fuente de la Gracia no se desperdicia y nunca se desperdiciará.
Dichosos son los consecuentes y reverentes, que reconocen a Adonai como su único Dios.
Vengo así a renovar los tiempos.
Vengo así a iluminar las moradas internas.
Vengo a dar vida a lo que aparentemente está casi muerto en espíritu, en alma y en corazón; porque el precio de Mi Sangre no puede ser medido ni tampoco calculado.
La Sangre derramada en esta hora por Mi Corazón, flagelado y ultrajado por las guerras del mundo y por el sufrimiento de los inocentes y de los que padecen, es una Sangre de Amor y de Redención que viene a ofrecerse de forma inagotable e inextinguible para salvar a las almas perdidas y que fueron injustamente condenadas en esta Obra y en el mundo.
He aquí, entre Mis Manos, el Libro de sus almas, que hoy el Señor quiere volver a escribir, a pedido de Dios, para que sus vidas sean Mías definitivamente.
Padre, perdona a los que no saben lo que hacen;
así como perdonaste al prisionero
que estaba clavado en la cruz a Mi lado,
en el Monte Calvario,
y lo dejaste entrar en Tu Paraíso.
Recibe el ofrecimiento de Tu Amado Hijo
por los que no son consecuentes para que sean consecuentes,
por los que no creen para que crean,
por los que ya no sienten para que sientan Mi Amor,
Mi Amor consolador.
Resucita de las miserias del mundo
a los que verdaderamente padecen.
Unge, Señor, con Tu Luz
a los que más lo necesitan.
Sangre y Agua de Mi Corazón
son ofrecidos para la conversión
de las almas y de las naciones.
Mi Corazón está vacío
y quiere ser llenado por su amor,
por el amor de los que Me escuchan,
por el amor de los que Me creen,
por el amor de los que Me sirven.
Adonai, escucha Mi oferta,
la oferta de Tu Siervo e Hijo Primogénito.
Que Tus tesoros espirituales
se compartan con las almas;
así como hoy el Reino de los Cielos se comparte
con los que están aquí presentes,
aunque no lo entiendan.
Que Mis Palabras se guarden en el corazón y no en la mente; porque la mente puede ser engañosa y confundir, así como ha confundido a muchos que se olvidaron de Mi Amor.
Pero Yo vengo a resucitar espiritualmente a los que más lo necesitan en todas partes del mundo, principalmente las esencias.
Hoy se presenta ante ustedes el misterio de la Cruz, de cada clavo que traspasó Mis Manos y Mis Pies. Entonces, venció el Amor y no el dolor, aunque lo sintiera en Mis más profundas entrañas y en Mi Vida que en cada segundo del Calvario se apagaba para salvar a las almas.
Esto es lo que hoy Me trae aquí para decirles que Mi Amor es inagotable y eterno, porque es el Amor de Dios, vivo a través de Su Hijo y, por intermedio de Su Hijo, a través de las almas.
Vengo a consagrar los votos de los consecuentes, de los fieles y de los adheridos.
Que el Señor, Dios del Universo, Adonai, haga florecer Sus jardines internos con la belleza de las almas que aman y que honran a Dios y a Su Santísima Madre, María, Madre de todos, Madre de Cristo, el Salvador.
Que las miserias sean disueltas para que renazca la vida, la cura y el perdón del Corazón de Jesús.
Que la paz esté en ustedes y en el sufrido mundo.
Que la paz rescate a los que mueren en la violencia y el martirio de las guerras.
Que Dios le conceda al mundo un tiempo de paz, porque la balanza está a punto de romperse y la oración honesta de las almas todo salvará.
He aquí su Amor inagotable, el Amor que no se cansa, el Amor que sostiene y que renueva toda la vida.
Que Francia y el mundo sean bendecidos, para que los que no se arrepintieron se arrepientan.
Hoy, Mi Luz vuelve a brillar en las montañas y, sobre todo, en el templo de los que Me adoran y Me aman.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Acércate a Mí, para sentir Mi Paz.
Acércate a Mí, para recibir Mi Amor.
Acércate a Mí, para consolar Mi Corazón.
Acércate a Mí, para que tu alma sea instruida por Mí y Yo te pueda mostrar ampliamente todos los tesoros del Cielo que guarda Mi Padre con Amor para todas las almas y esencias creadas.
Mira ante ti, en lo más invisible de la vida, en lo más profundo de tu consciencia, ese vasto universo al que perteneces, en donde ninguna fuerza contraria a Mí puede prevalecer o reinar porque el Amor de Dios es capaz de disolver cualquier nudo, es capaz de trascender cualquier obstáculo, es capaz de revelar la Verdad.
Mira este universo interior que hoy te presento, del que tú y tus hermanos surgieron, donde está la respuesta que muchos buscan para poder comprender y aceptar que, en este mundo, cada uno debe trascender su propia dualidad.
¿Por qué las almas buscan sufrir para poder aprender?
¿Cuál es ese misterio tan oculto que las almas deben comprender y vivir a través de la infinita e insondable obediencia?
Porque si una vez en el Cielo hubo un ángel creador que cayó al abismo, a partir de ese momento la evolución cambió de escuela y todas las esencias que serían creadas en este Universo Material deberían aprender de la escuela de la dualidad.
Pero, ¿cómo vencer y trascender aquel obstáculo que coloca la propia consciencia? ¿Cómo desatar aquel nudo que amarra la consciencia y que muchas veces le impide dar los pasos hacia la libertad espiritual?
Les vuelvo a repetir, como hoy te repito a ti personalmente, que la regla primera está en la insondable obediencia, en la que tu propio ser y tu propia alma estarán protegidos y resguardados de ti mismo.
Todos los que se decidieron a estar Conmigo, a lo largo de los tiempos y de las generaciones, aceptaron en primer lugar vivir esa insondable obediencia, sabiendo que esto representaría un esfuerzo interior significativo para trascender la propia voluntad humana, para desapegarse de las condiciones viciadas de la personalidad y para poder estar libre de las ideas propias.
Estar bajo esa insondable obediencia a Dios no es imposible ni inalcanzable. Estar bajo esa obediencia a Dios es una de las mayores Gracias que se puede recibir.
Hoy, Yo les abro una puerta que ustedes podrían decir que ya la conocen, pero les aseguro que no la conocen absolutamente; es la puerta de la insondable obediencia, que les presento no como una regla ni tampoco como una imposición, sino como una Sagrada Ley que coloca a la consciencia encarnada en el camino seguro de la rectitud, de lo que es impersonal y libre de cualquier apego. Porque la obediencia, en su misterio oculto y anónimo, es una corriente cósmica de liberación, que ninguna fuerza contraria puede soportar.
Si alguna vez te viste fuera de la Ley de la Obediencia, te preguntaste: ¿para qué lo hice?
¿Cuál es la razón, el motivo espiritual, mental y humano de salir de esa Sagrada Ley, que a muy pocos ampara en este mundo, ante este caótico escenario planetario, en el que la desobediencia es la moda que muchos adoptan en este tiempo?
¿Cómo será posible que más almas, en la superficie de este planeta, comprendan cuál es la razón y la existencia de la propia encarnación?
Existe un solo camino que su Maestro y Señor, su Santísima Madre y el casto padre San José vivieron en este planeta, a través de la sagrada e insondable obediencia.
Obediencia no significa solamente responder, la obediencia es una emanación primera del Amor-Sabiduría, es una ciencia oculta del Espíritu Santo que promueve en las almas y en los mundos internos la expresión de las dádivas y de los dones de Dios en los corazones.
Y esta Obra que, durante treinta y siete años consecutivos, fue concebida por la Voluntad de Dios; nació, surgió y se manifestó a través de la obediencia de algunas almas que dijeron sí al llamado.
Fue así que, hace treinta y siete años, una puerta espiritual y anónima fue abierta en el mundo, porque las propias manos de la Jerarquía sembraron a la pequeña Higuera en el suelo sagrado, para que pudiera crecer a través del sagrado riego de la Instrucción, de la reverencia insondable al conocimiento universal e interno; para que, después de treinta y siete años, esa Sagrada Higuera pudiera dar sus frutos en abundancia y amor por las almas, por la manifestación de la vida interna en todos los corazones que fueron autoconvocados por Mi hermano y amigo José Trigueirinho.
Ustedes, a través de los tiempos, tuvieron la Gracia de tener un humilde ejemplo en vida; un ejemplo de abnegación, de renuncia, de lealtad, de amor y de hermandad para con toda la Consciencia Divina, a través de su hermano José.
Hoy él, Conmigo desde el Cielo, en donde reza e implora por todos sus compañeros, coloca a las puertas de Mi Corazón toda esta experiencia vivida a través de Figueira y, por intermedio de Figueira, en otros Puntos de Luz que surgieron en el mundo por la Gracia de la confianza de los que dijeron sí.
Todo esto nunca desaparecerá porque nunca fue borrado, porque lo que Dios escribe con Su propia Mano, a través de las vidas y de los corazones, nunca se puede borrar ni desaparecer, incluso lo que Él escribió con Su propia Mano a través del humilde ejemplo de vida de José.
Quisiera que hoy ustedes fueran conscientes de que no recibieron a cualquier persona, sino que recibieron a un importante hermano mayor que, con su ejemplo anónimo de vida, su servicio por la ampliación de las consciencias, siempre se mantuvo en la rectitud y en la donación, sabiendo que el gran compromiso de su hermano José era cuidar de lo que era sembrado en cada corazón que fue tocado por su voz, por su mirada o por su simple presencia.
He aquí que ante esa puerta espiritual que fue abierta en Figueira, a través de los tiempos y de las generaciones, las almas fueron tocadas por el impulso del llamado, y esto no se detendrá porque el legado que fue confiado a través de la expresión de las almas en Figueira es algo que siempre se perpetuará en los planos internos y especialmente en todos los que lo preserven, primero de sí mismos y después del mundo, sabiendo que los tesoros de Figueira que fueron confiados por la Jerarquía son los valores de la fraternidad y de la vida grupal evolutiva.
Quiero que, después de este mes de agosto, resuenen en cada mundo interior los campanarios de Figueira, el llamado de la Jerarquía que les trae el porvenir y la esperanza a todos los que algún día fueron llamados a formar parte de esta Obra de Amor.
Porque esta Obra es una de las que Yo tengo en el mundo, una de las tantas obras en este mundo que, de no existir en obediencia a la Jerarquía, no se podría sostener la transición del planeta y de la humanidad sin el sacrificio, la abnegación y la renuncia; libres de vanagloria, libres de protagonismo, libres de cualquier autoridad o poder; porque, así como Dios les dio todo, Él podría quitarles todo.
Abracen la llama que hoy les ofrezco de la humildad. Que sus vidas se rindan y se rediman para que los sagrados tesoros del Cielo puedan seguir siendo depositados no solo en Figueira, sino también en las almas que dicen sí, porque ya estamos en el tiempo preparatorio de Mi Retorno al mundo y nada puede ser en vano.
Quisiera agradecer públicamente a todos los que a través de los tiempos se mantuvieron en fidelidad a la Jerarquía, aprendiendo todos los días de la obediencia, de la lealtad, de la verdad y del servicio por amor a Nuestro Creador y por la redención de esta humanidad.
Esto es algo invalorable, porque no se puede medir ni juzgar con la mente, la fidelidad de un corazón unido a la Jerarquía es uno de los mayores alivios que promueven a Mi Corazón.
Que puedan renacer, en este día, los que por la fe y la fidelidad construyeron con sus manos las bases de esta Obra de la Jerarquía; para que las almas, más allá de sus condiciones, traumas o sufrimientos, tuvieran un espacio seguro, simple e interno para reencontrarse con Dios y con el Corazón de la Jerarquía.
Hoy, es Mi Mano la que escribe una nueva historia. Dichosos serán los que formen parte de ella, porque Mi promesa se cumplirá en todos los que Me dicen sí.
Oh, Sagrada Figueira de Luz,
que eres anónima, secreta e interna,
entrégale tus frutos al Señor,
los frutos de la conversión y del servicio de las almas,
para que por el esfuerzo de tus hijos,
discípulos y hermanos de José,
los frutos de la conversión y del servicio de las almas
sean amorosamente ofrecidos
a los Pies de tu Creador.
Que el poder de Mi Preciosa Sangre te santifique,
para santificar y liberar a todos los fieles servidores
que hayan sido heridos o lastimados.
Hoy, vengo a reparar lo que está roto.
Hoy, vengo a reconstruir con Mis propias Manos
lo que cayó al suelo,
que es la dignidad de todos los hijos y amigos,
compañeros y servidores de José.
En la víspera de la divina esperanza, todos los corazones posibles encuentren el portal de Mi Paz.
Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy, 6 de agosto, llega el fin de Mi tarea con ustedes, después de haber caminado 11 años a su lado, aprendiendo de los acontecimientos, aprendiendo de las experiencias de la vida, de los errores y de los aciertos.
A pesar de cualquier circunstancia, compañeros, Yo estuve a su lado y siempre lo estaré, cuando tan solo Me busquen en la simplicidad del corazón, libres de cualquier opulencia, libres de cualquier ostentación personal o material.
Ustedes ya saben que el Señor no está presente en las riquezas, sino en la pobreza; que Mi Corazón siente sed a través de los que sufren y de los que padecen en todas las partes del mundo. Esto es lo que Yo le revelé a Madre Teresa de Calcuta, vean en su ejemplo la obra realizada de Mi Misericordia y de Mi Caridad.
Eso es lo que Yo siempre espero de ustedes, como de muchas obras en el mundo que Yo acompaño atentamente, porque son las almas a las que Yo acompaño, las almas de todos Mis compañeros y compañeras, servidores en el mundo. Es allí, en el dolor, en la agonía, en el sufrimiento y en el padecimiento de los más descartados y vulnerables, de los más pobres entre los pobres, en donde ustedes siempre Me encontrarán.
El Señor del Universo, su Señor Jesucristo, no vino para gobernar palacios ni ningún otro poder humano; porque como Yo ya les dije hace poco tiempo, Mi Gobierno siempre fue la Corona de Espinas, asumir lo que no Me corresponde en silencio, en abnegación y en anonimato, así como Yo se los demostré a través de Mi Dolorosa Pasión.
Como ayer les dije, esta es la senda, la única senda que Yo les ofrezco a Mis amigos, a los que se deciden a estar Conmigo. Por eso, no demoren, despójense rápidamente de todo lo que ustedes creen haber alcanzado o conquistado; porque Yo les aseguro, compañeros, que si no fuera por Mi intervención y Gracia no podrían estar aquí, porque por ustedes mismos no lo conseguirían.
Grandes son las fuerzas contrarias que golpean al planeta, pero mayores son las fuerzas contrarias que ustedes mismos deben enfrentar en sus propios corazones; pero, Yo ya les dije también que quien está de verdad Conmigo no perecerá.
El viento querrá derribarlos, el naufragio querrá sumergirlos o aun la oscuridad querrá absorberlos, pero quien se rinde todos los días a Mis Pies no perecerá; porque es importante que recuerden que lo que está previsto para sus vidas ya está escrito y eso que fue escrito por el propio Dios se cumplirá a través de sus propias decisiones.
Muchos fueron los tesoros entregados, incalculables e imperceptibles.
Quiero que hoy mediten Conmigo sobre los pasos que alcanzaron a dar, pequeños y cortos pasos, pero pasos seguros y decididos; porque hoy, deseo que no miren su imperfección o sus miserias.
Quiero que, por primera vez en cada una de sus vidas, contemplando estos once años de camino junto al Maestro y Señor del Universo, puedan contemplar la Obra de Mi Misericordia tímidamente realizada en sus vidas y en la vida de sus hermanos.
¿Será que, en este final de tiempo, mientras el Señor se recoge en el Reino de Dios, viviendo también Su propia síntesis al igual que ustedes, Mis compañeros serán capaces de contemplar internamente los frutos de la redención, los frutos de la conversión, los frutos de la perseverancia y de la fe?
Quiero que ingresen, antes del 8 de agosto, en ese estado de consciencia espiritual e interna.
Recuerden que para Mí solo existen víctimas de Mi Amor, y ser víctimas de Mi Amor significa rendición, obediencia y verdad, transparencia en sus actos, humildad en sus acciones, obediencia ante el llamado de Mi Corazón.
Cada uno sabe lo que le pesa, pero es el tiempo y es el momento de que cada uno sepa lo que Yo conseguí hacer a través de cada corazón y de cada alma.
No se olviden de que son caminantes del espíritu. Por eso, mediten y reflexionen sin vergüenza, sin culpa, sin victimismo. Mediten y reflexionen con adultez espiritual para que, por ustedes mismos, se den cuenta de cuanto le han dado al Señor.
La donación de la vida no tiene límites, no se mide con el pensamiento ni con las acciones. La donación de la vida es una obra de amor y de sabiduría; de saber todos los días que, a pesar de cómo estén o de cómo se encuentren, habrá alguien, habrá un alma y un corazón encarnado que siempre necesitará más, que siempre precisará ser escuchado, que esperará el alivio y el consuelo de sus semejantes.
Por eso, Yo los invito, definitivamente, a retirarse la máscara de la soberbia, de la arrogancia y de la mezquindad; Yo los quiero libres de ustedes mismos. Aunque lo intenten todos los días y aunque todos los días caigan y se tengan que volver a levantar, recuerden esto que hoy Yo les digo; porque la verdadera libertad de las prisiones de la vida, las prisiones del corazón y del alma o de todo ego espiritual, se alcanza con la rendición de sí mismos, con el vacío absoluto de cualquier intención.
Imaginen, compañeros, que si su propio Cristo, el Maestro Jesús, no se hubiera vaciado absolutamente en el Huerto Getsemaní, ¿cómo podría haber llevado sobre Sus Espaldas la propia Cruz?
El despojamiento no es algo pasajero, el despojamiento es algo diario. ¿Acaso esto está mal?
¿Es un castigo despojarse de sí mismo, como los árboles o las flores que pierden su más sagrada belleza durante el invierno para poder renacer en la primavera renovados y volver a dar lo mejor de sí mismos?
¿Si las flores pierden sus pétalos durante el invierno, significa que fueron abandonadas por el Creador?
Todo renace y muere. Esta es una Ley en la Creación.
Si vieran con ojos de alegría lo que esto significa, poder morir a sí mismos para volver a renacer, el mal no existiría en el mundo y ni siquiera el poder que muchos creen tener. Porque la Obra de Mi Misericordia es impersonal, pero es una Obra infinita para las almas, es un magnetismo inexplicable proporcionado por la propia Fuente de la Creación, en donde todas las almas son llamadas a liberarse del pecado; porque el océano de Mi Misericordia, que una vez se abrió en la Cruz a través de Mi Corazón traspasado por la lanza del soldado, es un océano que existe únicamente para las almas.
Mi tarea se ha cumplido con ustedes y espero que en ustedes se cumpla Mi Voluntad.
El camino ya está abierto para que lo recorran. Es tiempo de caminar con sus propios pies, así como lo indicamos. Es en ese momento, de caminar por ustedes mismos, que entenderán todo lo que les dije a lo largo de los tiempos.
Nada ha sido una casualidad, no existe eso para Dios; para Dios existe una Causa y un Propósito que todos son llamados a vivir para poder cumplirlo y realizarlo, conforme fue determinado en el Corazón del Padre.
Hoy, traigo en Mis Manos dos pergaminos, uno representa el Legado escrito en las almas, en todos los que serán capaces en el final de estos tiempos, a pesar de Mi recogimiento y del fin de Mi tarea, de cumplir el Propósito que fue encomendado para sus vidas, almas y esencias.
Desde el Cielo y desde todo el universo, estaré atento al desarrollo de ese Propósito en cada uno, y seguiré ardientemente orando por esta causa para que todos puedan ser consecuentes Conmigo, así como Yo He sido consecuente con ustedes durante estos once años de forma ininterrumpida.
El segundo pergamino que traigo en Mis Manos es el nuevo ciclo de esta Obra fundada por Mí, por determinación de Dios Padre y a través de la consciencia de José Trigueirinho. Este pergamino representa el volver a comenzar, conforme fue en el origen de Figueira, en donde la vida del espíritu palpitaba en el sagrado éter de esa Comunidad.
Y la Ley, que en el comienzo fue respetada, reverenciada y amada, volverá a atraer como un imán a todos los servidores que quedaron en el limbo y que, aun encarnados en este momento, esperan internamente volver a comenzar y a poder retomar la trayectoria que fue interrumpida por diferentes causas que, a través de Mi súplica, Yo estoy reparando una a una.
Por eso, les pido, compañeros, que le den continuidad a Mi Obra, a pesar de que Yo ya no esté entre ustedes en los próximos tiempos, porque Dios estará atento a que puedan ser consecuentes y responsables con esta Obra de Amor que existe por una sola causa: el despertar de la consciencia y de la lealtad, de la simplicidad y de la humildad en la vida sin que les falte nada.
Porque, a pesar de todo, treinta y siete años de camino espiritual y de fundaciones hechas por muchas almas fieles de esta Obra no serán en vano. Yo vengo a reconocer el valor de la donación que fue entregada fielmente por Mis servidores.
La Barca del Señor vuelve a ser guiada por las propias Manos del Pastor, el timón está en Mis Manos y las almas están Conmigo.
No perezcan, renuévense a través de Mi Presencia Espiritual; porque Yo les aseguro que cada una de las lágrimas de los que fueron afectados injustamente, de alguna forma, fue contada por Mí.
Dios renace en los corazones simples, en los que fielmente responden a Su Llamado.
He aquí en este pergamino, compañeros, el tiempo de la esperanza y de la resurrección espiritual de los pilares de la fundación de Figueira.
Que se alegren los que siempre callaron.
Que sientan júbilo los que fueron oprimidos.
Que renazcan los que fueron apartados, porque la Obra es de su Señor y de nadie más.
Felices y dichosos los que comprenden a través de Mis Palabras, porque estarán sentados Conmigo en la última mesa de la Eucaristía y de la Redención, cuando su Maestro y Señor retorne en Gloria como un Humilde Peregrino, para volver a partir el pan y compartir Su Cuerpo con los Suyos, con cada uno de Sus compañeros.
Que el Infinito Creador los bendiga y que, este próximo ocho de agosto, vuelva a escribirse la historia que Dios determinó, sin interferencias, con un corazón honesto, libre de supersticiones, de ambiciones y de expectativas; porque la Mano de Dios escribe como Él lo determina.
¿Quién es capaz de detener el Lápiz de Dios?
Quien lo hizo, que se arrepienta y se enmiende antes de que sea tarde. Mi petición espiritual es un verdadero y profundo arrepentimiento.
Vean al Señor en el océano de Su Misericordia, guiando la Barca hacia el nuevo rumbo, hacia la Tierra del renacimiento y de la esperanza que muchos recuperarán.
Esa es Mi promesa por todos los esfuerzos que han hecho en estos once años, por cada agonía vivida, por cada cuenta rezada, por cada servicio ofrecido, por cada llanto que Yo mismo escuché en su soledad; todo es contado en este universo.
Vengan ahora a Mi Tierra Prometida, sean parte de Mi Reino Celestial.
¡Buen comienzo para los valientes!
Mi Paz para el mundo sufrido.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Reverenciamos a Nuestro Señor, Jesucristo.
Mi camino es para los valientes y decididos, porque es un camino de despojamiento interior. Sentirán en su propio ser y en su propia alma ese despojamiento, hasta el punto de que les duela, porque Yo vengo a depositar Mis tesoros y bendiciones en odres nuevos, en instrumentos vacíos de sí mismos.
Vengo a depositar Mis dones en aquellos que los puedan cumplir, y todos esos tesoros y Gracias ya los recibieron a lo largo de los tiempos; por eso, hoy vengo aquí a recordárselos.
Ha llegado la hora, compañeros, de que su Señor testimonie ante el Creador cada una de las Gracias y virtudes que fueron recibidas.
Por eso, Yo vengo a marcar con Mi propia Mano una línea sobre el suelo que demarca el pasado del futuro. Esa línea que Yo marco sobre el suelo es el presente, es ese momento en el que cada uno de ustedes se encuentra; es el momento, compañeros, de tomar la última decisión.
Por eso, en Mi senda Yo no ofrezco rosas, sino que en Mi senda Yo les confío a los Míos espinas y desiertos muy profundos, porque lo que quiero y deseo ardientemente es ver a los Cristos del Nuevo Tiempo.
Aunque sus miserias aún abunden y estén presentes, aunque el camino de la perfección sea muy largo o aunque cada uno tenga que atravesar su noche oscura, Yo vengo a ofrecerles a los Míos todo lo que ustedes pueden realizar para alcanzar Mis aspiraciones en este mundo, a través de las almas que Me viven y que Me adoran.
Porque, a través de lo que es imperfecto o a través de lo que es impuro, Yo vengo a renovar todas las cosas, y lo que espero todos los días es que ustedes lo vivan por Mí a través de un compromiso maduro, responsable y consciente, que les permita un día ver y comprender todo lo que ve y comprende su Maestro y Señor de todo lo que ve en este mundo y en la humanidad.
Yo espero que cada uno dé el último y gran paso, sabiendo lo que esto significa, aunque parezca desconocido y ustedes no lo sepan todo.
Es que Yo vengo a entregarles Mi Plan, un Plan que aún deberá concretarse a través de la verdadera y sensata decisión de cada uno; sabiendo que no oscilarán, aunque venga la tempestad, aunque se acerque la oscuridad; sabiendo que su verdadera decisión, una decisión madura, definirá el próximo paso y el próximo acontecimiento.
Vengo así a dar comienzo a la última síntesis, la última reflexión que definirá los próximos tiempos a través de las almas que se adhieran a la transformación.
Vengo aquí, compañeros, a dar fin a Mi tarea con ustedes para que, a partir del momento en el que Yo ya no esté entre ustedes, así como no estuve con Mis apóstoles, ustedes puedan ser Mi propio Evangelio vivo, de una forma real y verdadera, haciendo parte de sus seres Mis Palabras, todos Mis impulsos y todas Mis Gracias; porque es esto lo que Dios contemplará en el final de los tiempos.
Es a través de esto que el Creador planificará y proyectará el próximo tiempo, es decir la Nueva Humanidad, de la que muchos son llamados a formar parte, aun en este tiempo de transición y a pesar de lo que es aparentemente incierto; porque lo que se deberá escribir a través de cada una de sus vidas es la Voluntad de Dios, que ya está escrita desde el origen en la Fuente, pero que es una Voluntad que deberá cumplirse en estos tiempos, deberá realizarse a través de ustedes.
En el silencio, oro por aquellos que lo intentarán; pero también, en el silencio, oro por aquellos que lo negarán; porque Mi senda es para los valientes y también es para los imperfectos, para los que no temen ser transformados por Mis propias Manos.
Eso es todo lo que hoy quería decirles.
Estoy comenzando a despedirme de cada uno de los mundos internos; de todos los que fueron dichosos, a lo largo de los tiempos y de los años, por tener la Gracia de estar presente ante el Señor, como hoy lo están.
¿Será que saben comprender lo que esto significa en este tiempo, sabiendo que hay miles de almas que no lo pueden vivir?
¿Qué significa y representa estar ante el Señor?
¿Qué significa estar ante Su Alma y Divinidad que proviene directamente de la Fuente Primordial y que, a través del Divino Verbo, se expresa a ustedes y al mundo entero para que puedan escuchar lo que piensa y siente Dios?
Que el sonido de Mi Voz reverbere. Que el eco de Mis Palabras se perpetúe para que siempre, ustedes y sus hermanos del mundo entero, puedan encontrar la Estrella Guía del Señor, el Gran Lucero en la noche oscura, la Luz de Cristo en las tinieblas, para que una vez más se sientan guiados y acompañados.
He venido a cumplir Mi promesa, a lo largo de estos años. ¿Se han dado cuenta de esto?, de que estaría con todos ustedes y sus hermanos todos los días hasta el final de los tiempos.
Mi Obra, aquí expresada a través de las almas reunidas, comienza el ciclo de su profunda e interna transformación, a la que todos serán llevados.
Mi consejo es que se adhieran y sobre todo que confíen en Mí, en Mis determinaciones y también en Mis decisiones, si en verdad dicen que creen en Mí.
Los ciclos existen para que comiencen, pero también para que terminen. El fin ya llegó en este mes de agosto; así como el comienzo ya estaba escrito, el fin también estaba escrito.
Esto debe ser comprendido con sabiduría y sobre todo con amor, porque las bases de Mi Obra serán reerguidas a través de las almas que desde el principio las fundaron y de todos los que fueron ingresando en Mi Camino, que es el camino de la solemne Jerarquía.
Esto no es solo un cambio, esto es una renovación, porque su Maestro es la renovación misma y ustedes también precisan renovarse, es decir reaprender, así como muchas veces los apóstoles y los discípulos reaprendieron hasta que ellos mismos consiguieron llevar adelante Mi Obra en el mundo entero, siguiendo los lineamientos de la venerable Ley.
Oro por todo esto y por todos los que lo vivirán, por todos los que deberán enfrentarlo por sí mismos; porque es la prueba de la fe, de la confirmación de los que dicen estar Conmigo. Que Mi Amor que no es propio, sino del Padre Eterno, los ayude en este momento.
Les agradezco desde lo más profundo de Mi Misericordioso Corazón a todos los que oraron a lo largo de los tiempos y de los años; a todos los que estuvieron, a pesar de todo, presentes en cada momento de oración misericordiosa.
Quiero que sepan que todo es contado por Dios, hasta el último cabello de sus cabezas.
Que este impulso se multiplique, que este impulso renueve y les traiga esperanza a los que ya no la tienen, porque Yo vengo a hacer nuevas todas las cosas hasta el final de los tiempos.
¡Gracias a los orantes de corazón!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Aunque la oscuridad abrace a gran parte del planeta, Yo ya estoy retornando.
Aunque las tribulaciones agobien y perturben a los corazones, Yo ya estoy retornando.
Aunque intenten derribar a Mis compañeros, Yo ya estoy retornando.
Aunque la noche oscura parezca muy larga, Yo ya estoy retornando.
Aunque la división se vea en las familias, Yo ya estoy retornando.
Aunque muchos ya vivan su propio desierto espiritual, Yo ya estoy retornando; porque no hay nada que pueda detener la Venida del Señor.
He aquí su Maestro y Amigo. He aquí el Señor de la Paz y de la Misericordia que tiene la Gracia, una vez más, de reunirlos en este huerto de Aljustrel; lugar predilecto para Mí y para Mi Santísima Madre, en donde las almas que buscan hace tanto tiempo la paz, aquí la pueden encontrar una y otra vez.
Así como estuve tan cerca de Mis apóstoles, hoy estoy cerca de ustedes para entregarles, una vez más, Mi Vida, la fuerza de Mi Espíritu, el Amor de Mi Corazón que viene a colocar la mansedumbre y la serenidad en donde más se necesita.
Acompañen ahora la senda que el Maestro les está mostrando. Esta es la senda de los próximos pasos en este mes de agosto; porque espero, en este tiempo culminante, que Mis compañeros y compañeras se terminen de preparar para la Venida del Redentor.
Mientras el mundo agoniza, Yo ya estoy retornando.
Mientras mueren inocentes, Yo ya estoy retornando.
Mientras la impunidad es noticia en todas las partes del mundo, Yo ya estoy retornando. El Señor reaparecerá como un Humilde Siervo, así como apareció en las orillas del Mar de Galilea para llamar por su nombre a los discípulos, así como hoy los llamo a ustedes para seguirme y servir al Señor.
Así como lo hicieron las santas mujeres en aquel tiempo, hoy Mis santas mujeres del final de los tiempos son llamadas a acompañar al Señor en esta agonía del planeta, para que cada acto, cada gesto y cada oración sea un ofrecimiento de reparación y de cura de la humanidad, principalmente de los que hoy aún están prisioneros de su propia vida.
Es así que Yo vengo a disolver, con Mis propias Manos, los grilletes de la perdición. Vengo a retirar de los infiernos del planeta a cuantos están sumergidos en ellos, porque Yo ya estoy retornando. Y así, como fue escrito por Nuestro Dios, se cumplirá por intercesión de los santos profetas y patriarcas.
He aquí, una vez más ante ustedes, el Señor de Israel, que no solo ve derramar sangre en Su tierra sagrada, sino que también ve la esclavitud en muchas partes del mundo, la impunidad y la agonía que muchas consciencias hoy viven por estar presas a través de las rejas de la sociedad; pero Yo vengo a liberarlos de las prisiones espirituales y materiales.
No hay oscuridad que se pueda oponer a Mi Amor, no hay miedo que se pueda oponer a Mi Luz, no hay sufrimiento que no pueda ser disuelto por Mi Misericordia; porque Yo les di Mi Vida en la Cruz, así como hoy les doy Mi Vida eternamente para que tengan vida en abundancia a través de Mí.
Compañeros, este es el tiempo del apostolado, como ya fue anunciado muchas veces. Es tiempo de que cada uno asuma su parte junto Conmigo, así como lo hicieron los apóstoles y las santas mujeres en aquel tiempo.
La historia, que ya fue escrita por la Mano de Dios, vuelve a cumplirse. Otro es el momento, pero igual es la coyuntura, porque la Omnipresencia del Señor es ininterrumpida e irrefutable, porque es una Presencia Eterna e Inextinguible que, de tiempo en tiempo y de ciclo en ciclo, viene a dar Su Vida, Su Amor y Su Misericordia por aquellos que le dicen sí y le responden.
Con una mirada de esperanza vean internamente, delante de ustedes y en su camino espiritual, el Propósito cumpliéndose, aquel Propósito que fue pensado desde el origen de sus existencias en los estanques del Amor de Dios del Universo.
Ahora, anímense a caminar con sus propios pies; y ustedes y sus hermanos no tengan miedo, Yo Soy el Señor de la próxima meta, el Señor de la Ardiente Aspiración de Dios para cada una de las almas, para cada uno de los corazones.
Así en esta noche, en la que Me reciben y en la que se preparan para la última Maratón de la Misericordia junto al Redentor, vuelvan a recibir Mi Unción Espiritual a través de la poderosa Señal de la Cruz que libera a las almas, que disuelve el sufrimiento, que libera las prisiones, que cura a los corazones, que hace renacer la vida y la consciencia de cada ser.
Reciban Mi poderosa Señal de la Cruz, Cruz en la que fui erguido en lo alto del Monte Calvario como Árbol de la Vida que entregó Su propia Sangre y Su propia Agua en cada momento del Calvario para la remisión de todos los pecados, para la liberación de la humanidad.
Quiero que sacien Mi sed.
El Señor tiene sed por todos los que sufren en el mundo, principalmente por los que están olvidados y descartados, por los que están prisioneros en las cárceles.
El Señor tiene sed por las mujeres que venden sus cuerpos en las calles, por las madres que abortan a sus hijos en las clínicas, transgrediendo la ley de la vida y el amor maternal.
Tengo sed por los que están perdidos en las guerras, por los soldados que luchan engañados para conquistar una ilusión que no existe y que es irreal.
El Señor tiene sed por los que están enfermos en sus casas y hospitales, por los que están desahuciados.
El Señor tiene sed por los ancianos olvidados, por los discapacitados que son ofendidos y distanciados.
El Señor tiene sed por los pequeños niños huérfanos, por los que han perdido a sus familias, por los que luchan y buscan una oportunidad en otras naciones del mundo, cruzando desiertos, mares y océanos, y muchos de ellos perdiendo su vida.
¿Quién le quitará esa sed del Señor a través de sus buenos actos de misericordia, a través de las obras de caridad y de perdón?
¿Quién se arrepentirá por los que no se arrepienten?
¿Quién se confesará por los que no se confiesan y mienten?
¿Quién será capaz de proteger Mi Obra de sí mismo, a través de la verdad, de la transparencia y de la justicia?
A través de la verdad, de la transparencia y de la justicia, el Señor del Universo lo ve todo, nada está oculto para Dios a través de Su Amadísimo Hijo.
Por eso, están a tiempo de enmendar sus actos, por aquellos que no los enmiendan; están a tiempo de enmendar sus pensamientos, por aquellos que no los enmiendan; están a tiempo de enmendar sus sentimientos y todas sus intenciones, por aquellos que no los enmiendan; porque Mi deseo ardiente y profundo es que todos vuelvan a estar en la Ley.
Por eso, Yo les recuerdo que Soy el Camino, la Verdad y la Vida, y que nadie llega al Padre sino a través de Mí. Esto siempre será así porque es una Ley Divina.
Por eso, en este mes de agosto, que sus corazones y vidas se enmienden ante Dios para que la humanidad pueda ser reparada, curada y redimida algún día.
Dichosos los que son verdaderos consigo mismos y con sus hermanos, porque nunca les faltará la felicidad espiritual.
Dichosos los que reconocen sus propias faltas y no las ocultan, porque serán llamados hijos del Redentor.
Dichosos los que lo intentan todos los días, aunque caigan y se levanten, porque serán llamados siervos del Señor.
Dichosos los que, en esta hora del recogimiento de Cristo y de todas las Jerarquías, reconocen las Gracias y los tesoros espirituales que recibieron a lo largo de los tiempos y los llevan a la práctica a través del ejemplo de una vida digna, porque serán llamados colaboradores del Plan.
Dichosos los que se acercan al Sacramento de la Confesión y no se resisten, porque serán bendecidos por Mi Espíritu y no habrá mancha ni pecado que los agobie o los atormente, porque a través de la autoridad sacerdotal universal sus pecados y faltas serán perdonados, y serán llamados bienaventurados del Señor.
Que esta Maratón de la Misericordia no sea una Maratón de oración más, sino que cada uno de ustedes coloque sobre su propia mesa, así como lo hace la Jerarquía, las difíciles y graves situaciones del planeta para que sean iluminadas y colmadas por la luz de la oración, y así también sus vidas y la vida de sus familias serán colmadas por la luz de la oración.
Estaré atento una vez más a la voz de sus súplicas, porque el mundo las necesita, y todos las necesitan.
Sientan Mi abrazo espiritual. Sientan el latir de Mi Corazón, la Presencia de Mi Alma y Divinidad, y el poder del Amor de Mi Espíritu.
En profundidad les agradezco, y reciban Mi Paz, la Paz del Reino de los Cielos y de los ángeles aquí presentes, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En aquella noche, mientras Me encontraba con Mis apóstoles en el Mar de Galilea, la tempestad llegó, la oscuridad los abrazó, aun estando Yo presente en la barca.
Todo parecía que iba a precipitarse, hasta que llamaron al Señor, porque sus miedos eran muy grandes y su fe fue probada ante la Presencia del Señor.
Y aun después de todo lo que les enseñé, ellos vivieron en aquel momento su prueba espiritual, que es algo que hoy vive el mundo. Esta es la prueba espiritual que cada uno enfrenta para poder comprender, dentro de sí mismo, cuán fuerte está su fe y su confianza en Dios.
La barca parecía que iba a romperse en aquella noche. La desesperación de Mis apóstoles era muy grande, porque tan solo por un momento se olvidaron de que estaban en la barca con el mismo Dios.
¿Dónde está el límite entre la realidad y la apariencia, entre lo que es verdadero o falso?
Por eso, Yo les demostré, en aquella noche, que el Poder anónimo y secreto de Dios era capaz no solamente de detener la tempestad, sino también de demostrarles cómo estaba la fe en cada uno.
Delante de la tempestad que hoy vive el mundo, en la amplitud de su sufrimiento y agonía, de sus traumas y de sus secuelas, ¿cómo es que cada uno de ustedes atravesará, en la barca del Señor, esta tempestad espiritual que se aproxima?
Recuerden que Yo les enseñé, en lo alto del Monte de las Bienaventuranzas, a orarle al Padre Celestial y a entregarle en confianza todo lo que les sucede o todo lo que experimentan. Pero aquí no existe una causa con grandes víctimas, sino una intención de que cada ser de este planeta sea consciente y responsable de todo lo que ha vivido y causado a través de los tiempos.
Hoy, el Rey de África está aquí, con Su soberana y humilde Majestad, para entregarle a cada uno de Sus hijos de África el tesoro del Relicario de Mi Corazón, en su forma espiritual y divina, para que puedan confiar sus seres al Corazón de Jesús y para que sepan que, más allá de todo, no hay nada más grande que Mi Amor; porque Mi Amor venció en la Cruz, venció al pecado y a los errores del mundo.
Y es este Amor el que se perpetúa, porque es un Amor infinito, inalterable e inmutable. Es un Amor universal que viene a fortalecer a las almas que lo buscan, a los corazones que entran en comunión, a través del Santísimo Sacramento del Altar, con Mi Sagrado Corazón.
El tiempo del cautiverio está llegando a su fin, la orden ya fue dada a todo el universo. Y, a través de las huestes de los ángeles y arcángeles, se disolverán los grilletes, se romperán las cadenas y las almas se liberarán para que, renovadas por la fe y la esperanza, preparen con alegría el Retorno de Cristo a la Tierra, el Retorno del Señor, que hoy es anunciado a través de las voces y de las oraciones de los más pobres y simples de toda Mi amada África.
Vengo a abrazar con Mi Luz a todos los que la necesitan, principalmente a los que más agonizan en este país y en este continente, porque Yo estoy aquí con ellos, así como hoy estoy con ustedes, como Jesús, el Nazareno; Aquel que predicó y enseñó a las orillas del Mar de Galilea; Aquel que resucitó, que curó y que liberó a los corazones; Aquel que dio la vida por ustedes y por sus hermanos, para que a través de la Dolorosa Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, todas las almas posibles en este tiempo reciban la Gracia de la vida eterna, el momento más importante para que al fin de sus días puedan entrar al Paraíso; así como aquel que entró al Paraíso, que, estando crucificado a Mi lado en el Calvario, pudo reconocer la Faz del Señor, lo que lo redimió para siempre y lo hizo ingresar al Reino de los Cielos, aun siendo un gran pecador.
Pero aquí, Yo no vengo a señalarles las faltas, sino los dones y las virtudes, el poder del verbo que, a través de la voz y del canto, les puede expresar, a la Tierra y al universo, la sagrada adoración al Señor no solo en la forma luminosa de la Eucaristía, sino también a través de cada mundo interior y de cada corazón que vive en Mí y por Mí.
Yo vengo a hacer de África, a través de la obra de caridad Santa Isabel, Mi nuevo semillero de Luz para el mundo. Porque en donde aparentemente no existe nada material o humano, digno o sublime, el Señor en Su Retorno revelará la riqueza espiritual que les fue entregada a los corazones de África; riqueza espiritual que se intentó sepultar y marginar, o incluso abolir; riqueza espiritual que despuntará como un sol en el horizonte, como una flor que se abre a los rayos del Sol para mostrar su más íntima belleza y devoción.
Estas son las almas humildes de África. ¡Cuántos valores importantes que el mundo desconoce y margina! ¡Cuántas almas que están aquí encarnadas y que han sufrido tanto, tanto, así como sufrió su Maestro y Señor en la Cruz!
Pero de la aparente derrota surge el poder de la victoria, basado en el auténtico Amor que resucita la vida en los corazones que, a pesar de todo e incluso de las consecuencias, confían en el Señor.
Que, en este día, se comiencen a cumplir las promesas de Cristo a África.
La humanidad necesita urgentemente aprender de la dignidad espiritual que habita aquí y de los mundos preciosos, internos y sublimes, que existen en cada alma y en cada corazón.
Que los ojos del mundo se abran para salir de la ceguera y reconocer el universo espiritual que mora y habita en África.
La fe de este pueblo, honrado y amado por Mí, es lo que hoy sostiene al mundo entero e impide que las dolorosas y graves guerras se agraven en la humanidad y en las naciones.
Por eso, Dios se hizo humilde y pobre en un pesebre, y así Él se hará humilde y pobre una vez más, mostrando Su Poder a través de los corazones simples, de los que viven en la fe perpetuamente.
El Llamado de Mi Corazón al mundo entero se refleja en este sagrado espejo de agua, en Mi Galilea africana, terreno fértil para las semillas de Dios, que serán sembradas en el próximo tiempo; porque en África brotará una fuente de Gracias y de milagros inexplicables, así como lo hizo Nuestra Santísima Madre en Kibeho, Ruanda.
Que la voz de los más inocentes sea escuchada, que los corazones más endurecidos se ablanden y se abran para reconocer la necesidad en cada lugar.
Es tiempo de compartir todo lo que se tiene, porque Dios no hizo ricos y pobres; fue el mundo que lo hizo. Porque Dios es pobre en Su Esencia, en Su Espíritu y Divinidad, como también lo es Su Hijo, el Rey del Universo, Portador de la Paz, del Bien y de la Misericordia.
Aunque Nuestra Obra se estará recogiendo en los próximos tiempos, sepan que Yo siempre podré volver aquí, todas las veces que sea necesario y el Padre Celestial Me lo permita. Porque el Señor, Cristo Jesús, también vive y siente en este tiempo la agonía del mundo.
Yo vengo aquí para que sacien Mi sed a través del amor que Me brindan, a través de la adoración que Me ofrecen, en cada nueva Eucaristía, en cada nuevo momento de oración y de sagrada alabanza.
Sientan el abrazo de los Cielos y de todas Sus moradas.
Que se cumpla el tiempo de la redención, que se establezca la paz y que muchos más resuciten como Lázaro.
Les agradezco por su bien y por su caridad, que estos dones se multipliquen para el mundo entero.
Les doy Mi bendición y les recuerdo que el Señor viene a buscar Su morada en los corazones de África para poder reposar y descansar, así como ustedes pueden reposar y descansar en Mí cuando lo necesiten.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Y vendré como la Luz del amanecer para despertar a los últimos, que están dormidos.
Vendré como la Luz del amanecer para anunciar la llegada del Reino de Dios.
Vendré como la Luz del amanecer para disipar las tinieblas del mundo.
Vendré como la Luz del amanecer para abrir los últimos portales de la redención y para que las almas se rindan al Amor de Dios.
Yo vendré como la Luz del amanecer para terminar de purificar al planeta y dar la última oportunidad a los que ya están condenados; para que, por intermedio de Mi Misericordia, todos los corazones posibles alcancen el esperado tiempo de la conversión.
En la Luz del amanecer, Yo traeré la renovación del planeta y de la humanidad y no dejaré a nadie sin recibir lo que necesite; porque este es el motivo de Mi Retorno al mundo y, por esto, todos juntos estamos trabajando, para que todas las almas posibles reciban la Gracia de la Luz del amanecer.
Porque Yo Soy el Sol de la Gracia y Mis Rayos no tienen fin, Mi Gracia es infinita para quien se postra ante ella; así, es bendecido y consagrado porque, cuando Mi Gracia toca su vida, todo se transforma, aunque siga viviendo este tiempo de purificación.
Por eso, deben confiar en la Gracia que se derrama a través de Mi Corazón y de Mi Vida; Gracia que viene a vivificar a los corazones y a las almas para que ya no se sientan solas, sino que las almas se sientan acompañadas por Mi Amor que es el sostén de toda la edificación espiritual, que es la fortaleza de toda prueba; porque Mi Amor es la fuerza de la renovación, Mi Amor es la Luz que disipa la oscuridad, dentro y fuera de los seres.
En este último y tercer día de oraciones y súplicas a la Divina Misericordia, vengo a consumar este momento a través de sus almas, sellando un tiempo y sellando un ciclo, y preparando a sus corazones y a los corazones de sus hermanos para el esperado momento del mes de agosto, en el que, dentro de cada uno de ustedes, deberán contemplar y reconocer los frutos que se manifestaron después de todo lo que hayan podido sembrar a través de sus acciones y obras misericordiosas.
Esto también renovará a la Tierra. Esto también purificará a la humanidad. Si existen almas que vivan en Mi Misericordia, la Misericordia podrá llegar a todos sin excepción.
Sean precursores de esta Obra perpetuamente; aunque su Maestro y Señor comienza a cerrar Su ciclo con ustedes y el mundo, en su propia carne deberán vivir la Instrucción, en sus propias vidas deberán vivir la Palabra de la Jerarquía y ser consecuentes con la Gracia que han recibido a través de los tiempos, aun en un tiempo tan caótico y difícil.
Cuando la Gracia de Mi Corazón toca la Tierra, cuando los Rayos de Mi Corazón tocan a las almas, todo puede ser renovado y, a partir de ese momento, las almas tienen la Gracia de comenzar un nuevo ciclo.
Sientan Mis Palabras como si ya fueran las últimas, reciban Mis vibraciones como parte del fuego del Espíritu Santo y siéntanse ungidos por el Señor bajo la Señal luminosa de la Cruz. Así, Yo espero que puedan seguir siendo valientes, que puedan seguir construyendo el Plan en la Tierra, preparando las bases espirituales y ardientes del Retorno del Señor.
Por eso, Yo los traje hasta aquí, hasta el sagrado y humilde bosque de Aljustrel, para que las almas recuerden que aquí existe la paz que se perpetúa en los mundos internos y en las almas, para que las almas recuerden que aquí existe el portal que los contacta con el universo angélico, en donde sus ángeles de la guarda habitan y participan de la Voluntad del Señor, Voluntad que debe cumplirse en cada una de las almas, Voluntad que debe erguirse a través de cada corazón.
En estos tres últimos días, Yo estuve con ustedes y espero que ustedes estén Conmigo hasta el fin de los tiempos, así como Yo les prometí estar presente todos los días hasta el fin de los tiempos.
Mi Presencia Insondable está en la Eucaristía, está en los corazones que Me adoran y que Me aman a través del Santísimo Sacramento del Altar y, sobre todo, estoy presente en el corazón que se une a Mí y se deja transformar por Mí completamente, entregando su vida, confiando su vida en las Manos de Dios.
Que emerja, a través de este santo lugar, la pureza de Lys, para que más almas en el mundo hoy la reciban y estén protegidas de la tentación y de la perdición.
Y así como se los dije ayer, sus almas puedan ser un templo definitivo para Dios, en donde Sus tesoros más secretos y desconocidos puedan ser guardados a través de una vida de consagración y de santidad, que alcanzarán con el servicio en el día a día y la donación absoluta de sus corazones. No hay otro camino para alcanzar las Aspiraciones de Dios.
El Señor del Universo los reúne, a través de la Presencia de Su Hijo, para animarlos a seguir adelante con la fe y la confianza de que todo lo que viven y todo lo que aprenden tiene una razón desconocida para ustedes: la razón de que aprendan a amar, así como Yo aprendí a amar en este mundo y por toda la humanidad.
Que se cumpla el tiempo del apostolado y que los apóstoles de los últimos tiempos se animen a vivir esta misión, porque el Amor de Mi Corazón, Mi Amor por las almas, debe llegar a todos, a todos.
Que, en la presencia de la pureza y la inocencia del Reino de Lys y de la sagrada fuente de la energía femenina, sean bendecidos ustedes y sus hermanos del mundo para que den pasos firmes y decididos hacia Mí, aun cruzando la puerta estrecha, para que las consciencias sean elevadas a través del impulso mayor del Amor y de la Sabiduría.
Reciban así Mi bendición para que sus vidas sean bendecidas, para que sus familias sean bendecidas, para que la humanidad entera sea bendecida y se decida definitivamente a alcanzar la paz, y para que acabe tanta destrucción, dolor y sufrimiento en el mundo.
Esta civilización de la Tierra fue creada y manifestada por un fin que aún no ha cumplido. Por eso, esta es la razón por la que el Señor encarnó entre ustedes, para mostrarles el camino, el sagrado camino de la consagración y para que Mi Verdad los liberara para siempre.
En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vuelvo a encontrarlos a todos en el huerto de Mi Corazón y les abro las puertas más infinitas de Mi Consciencia para que todos se puedan congregar y unirse a Mí, no solo por ustedes, sino también por el mundo entero.
Les abro las puertas del huerto de Mi Corazón para que todos tengan reposo dentro de Mi Ser y encuentren, a través de Mi Espíritu, la insondable pero simple Presencia de Dios; así como el Padre Eterno se hace presente, en este momento, a través de Su Hijo, para sostener la experiencia que cada Hijo Suyo está viviendo, como también la experiencia dolorosa que el resto de la humanidad está viviendo.
Pero, ¿dónde estará la respuesta al sostén de Dios para cada una de las criaturas que Él expresó y representó en este mundo?
La respuesta está en Su Amor y es algo que no Me cansaré de decir, porque Él murió por ustedes a través de Su Hijo en la Cruz, no solo para poder redimir todos los pecados del mundo, sino también para atraer hacia Sí mismo a todas las almas, principalmente las que más necesitan de Su Misericordia.
Por eso, hoy estoy aquí una vez más. No existe otra explicación ni tampoco existe otra respuesta, sino la revelación de la abundancia del Amor de Dios para con las almas, principalmente las que más necesitan en esta hora crucial del planeta.
Vengo aquí para elevar sus espíritus a Dios, para que todos puedan estar más cerca de Su Reino, aunque aún estén encarnados en este mundo y en esta vida material; porque la Presencia de Dios es insondable, secreta y anónima, especialmente en los corazones que lo reciben a través del testimonio vivo de los Sacramentos, de uno de los legados más importantes que Yo les dejé.
La ciencia que existe en los Sacramentos es algo aún inexplicable para la mente humana. Por eso, quien lo vive debe tener presente que aún no conocerá completamente la Gracia insondable que recibe a través de cada Sacramento; y la vida de Mis Sacramentos, así como la Santa Comunión, existe para sacramentar a todas las almas posibles.
Es esto lo que espera Dios en el Reino de los Cielos, porque el mundo, en esta hora, lo necesita urgentemente. Dios necesita ver almas sacramentadas a través de la ciencia y de los milagros de los Sacramentos. Así, serán templos vivos en la Tierra, aunque carguen con su propia cruz, aunque atraviesen en este tiempo final el ciclo de la llamada purificación.
Pero no quiero que nadie se vuelva víctima de sí mismo, sino que deseo profundamente, a través de Mi Corazón Misericordioso, que sean víctimas verdaderas de Mi Amor.
Y ser víctimas de Mi Amor es rendirse a Mí completamente, sin nada a cambio; es seguir las huellas que Yo les voy marcando en sus caminos; es cumplir y concretar Mi Voluntad, así como está escrita en los Cielos para cada una de sus esencias y de las esencias de cada uno de sus hermanos y seres queridos.
En simples palabras, en esta vida material que aún deben vivir y transitar, Yo los invito a vivir la santidad en espíritu y en alma, en cuerpo y en consciencia; así como su Maestro y Señor la vivió tan simplemente a través de Sus diálogos profundos con Dios, en los momentos más importantes de Sus oraciones.
Yo no les vengo a pedir lo que es imposible; sino vengo a pedirles, como muchas veces ya se los dije, lo que es posible y lo que parte de su honestidad.
Así como el Hijo de Dios muchas veces se reclinó ante el Padre Eterno, así como Él lo hizo en el Huerto Getsemaní, así como también lo hacen los ángeles y los arcángeles, así como lo hicieron los santos pastores de Fátima y tantos bienaventurados y santos a lo largo de los tiempos lo hicieron; así deberán postrarse en tierra por este mundo y esta humanidad, como lo hizo su Maestro y Señor durante Sus cuarenta días en el desierto de Judá, para vencer al mal y a toda tentación a través de la fuerza y del poder del Amor que supera y trasciende todas las dimensiones y planos, que vivifica y renueva a todas las consciencias, desde sus orígenes hasta lo más desconocido de sus existencias.
El poder del Amor de Dios aún sigue siendo desconocido para el mundo. Pero lo único que Yo necesito es que sean en Mí, como se los dije ayer, para que Yo pueda ser en el mundo a través de ustedes y así, el Señor de la Cercanía esté más cerca de todos, de los que más sufren, de los más pobres entre los pobres.
Vengo a recordarles los tesoros que una vez les entregué, las virtudes que una vez les otorgué, los dones que una vez les confié para estos tiempos; para que cada uno de ustedes pueda dar vida en abundancia, así como el Señor da Su Vida en cada Eucaristía, en la transustanciación del pan y del vino.
Es así que se puede erguir en las almas el Templo Sagrado de la Adoración de Dios, y así las almas se pueden liberar de sus propias amarras y sufrimientos cuando confían y entregan sus vidas en las Manos de Dios.
No vengo aquí solo a hablarles y a compartirles Mi Palabra, vengo aquí con ustedes y por ustedes, como por todos sus hermanos del mundo entero, como Señor de la Cercanía, a recogerme en este sagrado lugar de Dios, en donde los ángeles habitan y ayudan a las almas que más necesitan, a todos los que vienen a buscar aquí la fuente espiritual para saciar su propia sed, así como su Maestro tuvo sed en la Cruz y, en vez de beber agua, bebió vinagre, el trago más amargo antes de Su última espiración.
Y todo esto fue vivido para que hoy ustedes estuvieran aquí, para que sus hermanos y hermanas del mundo entero escucharan Mi Mensaje, para que sientan la alegría inexplicable y el júbilo inextinguible que espero que puedan vivir por formar parte de la preparación interior del Retorno de Cristo.
Vuelvo así a repetir lo que una vez hice en este mundo, así como lo hice a las orillas del Mar de Galilea cuando llamé a Mis compañeros, los apóstoles, y también cuando las santas mujeres estuvieron Conmigo en cada paso del Calvario. Así, los invito a renovar sus votos, los votos más internos y anónimos de cada uno de ustedes por Cristo, para que sostengan Conmigo este tiempo crucial del planeta que se sigue oscureciendo sin ver la Luz.
Por eso, Yo vengo como la Luz del mundo, vengo como la Luz en las tinieblas para disipar la oscuridad de todos los corazones perturbados; pero Mi Luz vencerá con el poder del Amor a través de todos los que Me siguen en obediencia y en fidelidad.
He aquí el Señor de la Cercanía, el Señor de la Luz, el Señor de la Paz.
Reciban una vez más esta Paz que les otorgo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En una noche como esta, en la que los árboles los abrazan y las estrellas los bendicen, Yo regresaré al mundo como aquel Hombre, Maestro y Pastor que estuvo muy cerca de cada uno para poder sanarles las heridas, para poder levantarlos del suelo, para poder expresarles la grandeza de Mi Amor por las almas.
Hoy, estoy muy cerca, como nunca antes lo hubieran pensado; porque así Yo estoy cerca de los Míos, de los que intentan todos los días de sus vidas levantarse de sus caídas para poder seguir adelante, para poder reconocer en sus propios caminos las Huellas del Señor, las Huellas del Maestro que vienen en este tiempo a indicarles el próximo camino.
Mientras la noche en Lys se prepara para volver a venerar y a glorificar a la Madre del Señor, su Maestro, el Cristo, se presenta en este lugar, así como lo hizo Su Santísima Madre, para demostrarles en este tiempo la cercanía de Nuestros Corazones, la presencia de Nuestros Espíritus, la grandeza de Nuestra Divinidad que está al servicio de la Creación y de las almas.
Por eso, hoy vengo a este bosque y a este huerto para que ingresen con el Señor en la última etapa de la agonía del planeta, en la que por ustedes mismos, compañeros y compañeras Mías, aprenderán a sostener por Mí esta pesada cruz planetaria, formada por todos los pecados del mundo, por todos los ultrajes y ofensas que aún las almas siguen cometiendo en estos tiempos y principalmente sosteniendo la cruz de la indiferencia y de la omisión de este mundo, que Yo necesito que Mis apóstoles sostengan Conmigo hasta que llegue el tiempo y la hora del Retorno del Señor.
Quiero volver a encontrarlos aquí para que puedan vivir, por ustedes mismos, la misma experiencia que su Maestro y Señor vivió en el Huerto Getsemaní, en donde en la aparente oscuridad y agonía encontró la Fortaleza de Dios, encontró el poder de la Fe de Dios para poder cumplir con lo que estaba preestablecido.
Así, de la misma forma, hay algo preestablecido para cada una de sus vidas, para cada uno de sus caminos; y este es el tiempo de que lo vivan si así lo desean, aceptar vivir lo que el Señor tiene previsto para cada corazón de este planeta.
Y ustedes no están separados de esto, compañeros. Ustedes hoy están dentro de este pedido del Señor, porque están siendo conscientes, mucho más que los que son conscientes en el mundo. Porque esta es la hora y es el momento, tan definitivos y tan culminantes, de comenzar a preparar los caminos del Retorno del Señor a través de la vida consagrada de las almas a Mi Sagrado Corazón y a través de la misión que cada ser vino a vivir y a cumplir al planeta.
Quiero decirles, con esto, que Dios ya escribió el destino de cada uno de ustedes por intermedio de Su Soberana y Altísima Voluntad y, sobre todo, a través de Su Altísimo y Poderoso Amor, antes de que ustedes y sus hermanos fueran esencias en este Universo Creador.
Pero sé que muchas almas hoy no siguen ni viven esta Voluntad de Dios. Por eso, Yo vengo a hacer de los imperfectos, corazones valientes. Yo vengo a hacer de los corazones tibios, corazones fuertes y decididos a vivir la Voluntad del Señor.
Yo los preparo a cada uno de ustedes y de sus hermanos, así como preparé a Mis apóstoles durante Pentecostés para que el Espíritu Santo descendiera y siguiera expresando Mi Obra de Redención a través de los tiempos, y también a preparar a Mis apóstoles para el momento de la despedida del Maestro, que cada uno de Mis apóstoles tuvo que vivir en su propio corazón.
Y ustedes están en un momento semejante, tan semejante que parecería igual, porque después de haber sido instruidos y bendecidos a través de los tiempos y, entre tantas, pero tantas almas, en el mundo, haber tenido la Gracia de escuchar directamente la Palabra del Señor, les puedo decir que, a pesar de cualquier situación, ya están prontos para vivir lo que está previsto por el Padre Eterno.
Cada uno sabe en su corazón lo que Dios le habla, lo que Dios le revela, lo que Dios le hace sentir en su más profundo mundo interior.
Así, Yo conduzco a Mis últimos apóstoles hasta el último tramo del camino del final de los tiempos, en el que todos deberán estar dentro de la Confianza de Dios y en la experiencia viva de Su Amor para ayudar a rescatar lo que la humanidad ha perdido y, sobre todo, para el gran tiempo de la redención que será precedido por el tiempo de la Justicia, así como está escrito en la Sagrada Biblia.
Dios, en esta noche, escucha el clamor y las oraciones de todos Sus Hijos. Él los escucha a través del Corazón de Su Amado Hijo, presente en este sagrado y humilde lugar de Aljustrel, en donde las almas pueden encontrar la verdadera vida, la Vida Divina, en el absoluto vacío de sus propias intenciones y expectativas, porque pueden venir a beber de la fuente de la pureza de Lys para que más almas en el mundo ayuden a recuperar la inocencia que esta raza perdió.
¿Ahora, comprenden cuál es la razón por la cual hoy estoy aquí?
No solo para que a través de Galileum escuchen Mi Llamado, sino también para que puedan ver a sus almas aquí reflejadas en el gran espejo de la pureza de Lys, en donde también los ángeles del Cielo y de la Tierra se sirven de la abundancia espiritual e inagotable de este lugar, en donde la llama de la fe siempre estará encendida y se reencenderá todas las veces que sea necesario a través del alma que se rinda a los pies del Reino de Lys.
En esta nueva Maratón, que anuncia el fin de un tiempo y que antecede al próximo mes de agosto, que los corazones se abran definitivamente, así como lo ha dicho Mi amado padre espiritual San José, padre espiritual de todos ustedes, que puedan realizar una síntesis y darse cuenta, por ustedes mismos, de todo lo que han participado con nosotros a través de los tiempos y cuántas Gracias y tesoros espirituales e internos les fueron otorgados a las almas.
Ahora llegó el tiempo, ahora llegó la hora, como lo fue con su Maestro y Señor, de que cada una de sus vidas y la vida de sus hermanos se conviertan en un templo vivo y resplandeciente que irradie los tesoros de los Sacramentos y de todas las Gracias que fueron concedidas a los que los recibieron por un simple acto de Amor Mayor; así como hoy, este simple acto de Amor Vivo permite este encuentro entre Mi Alma y sus almas, entre Mi Corazón y sus corazones.
Porque Yo Soy el Señor de la Cercanía, Soy la Luz que viene a brillar en esta noche de oscuridad para que los que cayeron se levanten y sigan caminando a través de la Luz que les irradia Mi Corazón Vivo a todos; y, principalmente, a través de la Luz que les irradia Mi Corazón Eucarístico, que pueden recibir una y otra vez como una Gracia inexplicable para que, cada día más, ustedes sean parte de Mí, para que Yo pueda algún día ser parte de ustedes y así ustedes sean parte de Dios, como Dios es parte de Su Hijo Amado en Santa Unidad.
Hoy, vengo también como un peregrino junto a ustedes para que, en el recogimiento del Reino de Lys, el Señor medite con Sus compañeros sobre los próximos pasos que deberán ser dados para seguir materializando y concretando la Obra de la Jerarquía. Y, esta Obra, se concretará únicamente a través de las almas que solo Me dicen sí, todos los días de sus vidas hasta el final de los tiempos.
Yo vengo a cumplir con Mi promesa, así como les dije a Mis apóstoles en el Santo Cenáculo que estaría con los Míos hasta el final de los días, hasta que se cumpla el tiempo y el momento del Gran Retorno de Cristo.
Hoy, estoy aquí orando con ustedes y por ustedes, y en especial por los que deben aún dar pasos en esta trayectoria que se presenta ante cada corazón humano. Una trayectoria infinita y desconocida que hoy Yo les traigo como parte de la Voluntad de Mi Dios, su Padre Adonai.
Mientras las voces de los fieles y devotos peregrinos se elevan como un gran espejo hacia el Reino de los Cielos, a través del Santuario de Fátima, que sea concedido al mundo un tiempo más de paz y principalmente un tiempo mayor de paz interior, para que todo pueda ser curado y reparado de las ofensas que sigue cometiendo el mundo.
Abran espacio para que los ángeles de la guarda intercedan ante Dios por todas las causas urgentes y principalmente por los que más necesitan de ayuda. Este es el gran tiempo del apostolado, no lo olviden.
Les agradezco por estar Conmigo honestamente y de corazón, porque la honestidad siempre los llevará a la verdad y la verdad los hará libres.
Hoy, las estrellas son testigos de este momento, así como el universo es testigo de cada Palabra del Señor.
Que los más sufridos y necesitados sean bendecidos.
Mi Corazón se conmueve porque Dios Me concedió la Gracia de que pueda estar más cerca de Mis hijos de África, para estar con los que más sufren, con los que más claman, pero sobre todo para estar más cerca de los que más aman en el mundo a través de la fuerza auténtica de su fe.
Dios conceda la reconstrucción de África en el próximo tiempo para que, algún día, el mundo entero conozca quiénes son en verdad las almas de África. Se los prometo.
Que la paz sea en todos los que la buscan, que la paz sea en todos los que la claman.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Yo no tengo ojos para ver pecadores, Yo tengo ojos para ver almas, lo que está más allá de lo que ustedes hoy no pueden ver. Por eso en este día de gloria, estoy aquí para reafirmar lo que Mi Padre creó y manifestó a través de ustedes.
Vengo a encender en ustedes los tesoros de Mi Padre, tesoros espirituales y anónimos que se guardan dentro de cada ser. Yo vengo a dar valor a todo lo que es inmaterial y sagrado para que las almas lo encuentren por sí mismas, algún día.
Y esto se manifestará, compañeros, a través de la vida de consagración y de servicio a Dios; porque cuando el Padre Eterno pensó en la Creación, pensó en lo que vendría después de todo lo manifestado y Él, en Su eterno silencio, ya estaba preparado para ver por Sí mismo las consecuencias, no los errores, sino el cumplimiento de Su Divina Voluntad a través de las almas de todos los que, en este universo y en otros, vivirían la experiencia del Amor y de la Unidad; porque allí está el principio de Su Voluntad para todo lo que fue manifestado y creado, allí está el principio del Amor y de la Unidad en las almas, que en este tiempo muchas de ellas no viven por involucrarse en la vida material y por distanciarse de la Verdad.
Pero el Padre Eterno Me envía como parte de Su Manifestación Divina a hacerles recordar a todos este principio, el principio del Amor y de la Unidad en los seres, que es algo que puede renovar la Fuente de la Creación, que es algo que puede renovar la evolución.
Así, vengo a colocarlos en otra dimensión de consciencia ante la situación planetaria de estos tiempos que ustedes ya conocen. Así, vengo a recordarles lo que es esencial, lo que en este tiempo muchas almas pierden de vista por envolverse en lo que es superficial y alejarse de todo lo que es espiritual. Esta es la causa de la realidad y de la condición humana, pero deben saber y deben recordar que la puerta hacia lo Divino y Cósmico siempre está abierta.
Yo vengo a abrirles esa puerta a ustedes y a sus hermanos del mundo, porque aún queda un poco de tiempo para que todos puedan cruzar ese umbral hacia la existencia de lo desconocido, en donde las almas pueden encontrar sentido a sus vidas, en donde los espíritus pueden encontrar sentido al Propósito de la encarnación.
Así, Yo vengo trayéndoles a ustedes la realidad divina e interna, la verdadera riqueza espiritual que vive en cada ser y en cada alma, no para vanagloriarlos, sino para hacerlos cada vez más humildes, resignados al Plan de Dios y disponibles para vivir la Voluntad Superior.
Así, Yo vengo a retirarlos una vez más de lo que es superficial para que, estando en lo que es inmaterial, universal y cósmico, puedan mirar la realidad planetaria con los propios ojos de la Jerarquía en una perspectiva constructiva y evolutiva, en la que todos los seres de este planeta, bajo cualquier condición o situación, tengan la Gracia inmediata de poder encontrar este verdadero camino hacia la verdadera vida espiritual e inmaterial.
Pero tengan cuidado, Yo no vengo a sacarlos de la realidad que deben experimentar, de todo lo que deben aprender y transitar. No vengo a dejarlos en la indiferencia, sino en la disposición incondicional e inmediata para atender a esta realidad mundial; porque muchos son los preciosos servidores que Yo tengo y sé que, a través del Centro Regente de Mi Corazón, las almas en sus diferentes escuelas y aprendizajes se colocan en los diferentes anillos de Mi Obra Redentora.
A algunas almas les corresponde estar en el anillo que Yo necesito, pero a otras almas les corresponde percibir y reconocer si están en el anillo correcto, es decir si están en el lugar correcto. Y esto no significa ni representa alejarse del compromiso que cada corazón de esta Tierra firmó Conmigo, antes de encarnar en el planeta.
¿Ahora comprenden, por intermedio de Mi Sabiduría y Amor, cuál es la diferencia entre estar en la realidad o no estar? Esto no debe generar un sentimiento o un desánimo, debe colocar a cada corazón que se ofrece a Mí en la verdadera dimensión que revela la realidad de estos tiempos.
Digo esto, compañeros, porque aún hay mucho por hacer, aún hay mucho por proyectar y organizar para poder concretarlo en esta materia; porque así la humanidad lo necesita, así las almas lo necesitan, así los corazones lo necesitan, como parte del Plan de Rescate de estos tiempos.
Es por eso, que hoy vengo con Mi aspecto crístico de Sabiduría; aquel aspecto espiritual, divino e interno que en otros tiempos intervino en la humanidad para poder enseñarle y, al mismo tiempo, para poder alertarla del tiempo de la corrección y del alineamiento con el Divino Propósito.
Hoy, lo vuelvo a hacer a pedido de Mi Padre Celestial; porque todos, bajo cualquier condición o situación en este tiempo, están viviendo su propio juicio espiritual, la primera fase de ese Juicio Universal que muchos seres vivirán conscientemente.
Esto no se compara a una condenación ni tampoco a un juicio de valor. El juicio espiritual, en el que la humanidad ya está ingresando, significa un gran momento de revisión y de reflexión para poder reconocer las Gracias y los tesoros espirituales que fueron recibidos.
Para que vean que es posible este momento, el Padre Celestial, a través de Su Amado Hijo, le concede al mundo y a la humanidad esta revelación, que muchos estaban esperando, para que puedan transitar este momento en paz y con consciencia.
Yo vengo a entregarles lo más sagrado que tiene Mi Corazón para que puedan sentir en este tiempo, y también puedan vivir, la valentía de servir a Dios, así como Él lo tiene previsto a través de Su Divino Pensamiento y a través de Su Sagrado Espíritu, Espíritu Sagrado de Dios que hoy desciende al mundo y a la humanidad para bendecirlos, para renovarlos, para despertarlos a la Verdad.
La Jerarquía Espiritual prevé seguir dando pasos en el final de estos tiempos. No es tiempo de detenerse en situaciones que no quieren cambiar, no solo a nivel planetario, sino también a nivel humano.
Es tiempo de transformar todo esto en el Amor, en ese Amor que es capaz de forma incondicional de sostener cualquier situación por más dolorosa o difícil que parezca; porque, al final de todo, el alma de cada ser busca la libertad de las cadenas y de las prisiones de la vida humana. Y esto será posible a través de la Gracia que Yo puedo otorgar misericordiosamente a través de Mi Voluntad y en el momento más oportuno, en el que el alma podrá recibir este impulso espiritual.
La humanidad camina hacia su etapa más difícil y creo, compañeros, que ustedes se dan cuenta de esto, no solo por lo que pasa en ustedes mismos, sino también en el planeta. Por eso, es momento de elevar la consciencia hacia la realidad inmaterial para que puedan vivir los aprendizajes, los últimos aprendizajes que vivirá el mundo, con neutralidad, amor y paciencia.
Yo estoy aquí para sostener a los que quieran caminar a Mi lado, así como Yo lo necesito. Porque no es un querer propio, necesito que entiendan que es parte de un Propósito que va más allá de Mí. Así, podrán comprender que no es nada personal; pero Mi Amor de Maestro y de Guía los quiere conducir como un Buen Pastor que cuida a todas Sus ovejas, principalmente a las ovejas que están perdidas o que no pudieron seguir Mi Camino.
Así, con una percepción honesta como la que Yo les ofrezco en lealtad, podrán observar y contemplar que no existe Justicia sobre toda condición humana, sino que existe un afluente infinito de Mi Amor para transformar a todas las almas posibles.
Hoy, la Jerarquía Espiritual cierra una etapa importante en América del Norte. A través de Estados Unidos y de Canadá, las semillas que era necesario plantar fueron sembradas, ahora es tiempo de regarlas a través de los impulsos que fueron dados y a través de todo lo que precisa ser concretado gradualmente.
Por eso, este es el tiempo de manifestar la concreción del Plan, no solo con la existencia del Núcleo-Luz en Monte Shasta, sino también con la puerta que se pudo abrir en Canadá para manifestar también un Núcleo-Luz. Una vida grupal evolutiva más silenciosa y anónima que ayude en el final de estos tiempos, a través de los Puntos de Luz de la Jerarquía, a sostener el planeta en esta etapa final.
Entonces, vean todo lo que fue posible construir en estos casi cincuenta días, en los que muchos desafíos fueron enfrentados, pero muchos impulsos sagrados fueron recibidos a través de la última Peregrinación por la Paz en Estados Unidos y en Canadá; puerta que se seguirá ampliando conforme lo anunciado por la Jerarquía en la región de Alaska, en donde realidades más internas y espirituales será reveladas algún día, en donde una vez más cada uno de ustedes podrá tener consciencia de los tesoros que se guardan en el planeta, tesoros inmateriales de la Jerarquía.
Quiero agradecerles a los que confían, quiero agradecerles a los que apoyan toda esta misión que ha vivido su cambio en estos últimos dos años.
Ahora sí llegó el momento de sostener diferentes regiones y continentes del planeta. Por eso, a través de sus corazones y, sobre todo, a través de su responsabilidad consciente, deberán abrir las puertas para que se multipliquen los frutos de la Jerarquía en el planeta, como una fuente inagotable de Gracias, para las almas que los necesiten.
Me retiro de aquí, impregnando en sus consciencias un rayo de Mi Sabiduría para que lo invoquen cuando lo necesiten, para que los ilumine y les dé discernimiento, para que fortalezca la fe y la confianza de amar lo desconocido.
Gracias a los que se esfuerzan de verdad en seguir Mis pasos, de pies descalzos y despojados, para que una vez más con todos los que Me siguen y Me acompañan podamos ser nada.
Que la bendición del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, los acompañe ahora y siempre. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Expiraste, Jesús,
pero Tu Muerte hizo brotar
un manantial de Vida para las almas
y el océano de Tu Misericordia
inundó al mundo entero.
Oh, Fuente de Vida,
insondable Misericordia Divina,
inunda al mundo entero,
derramando sobre nosotros
hasta Tu última gota de Sangre.
Amén.
He aquí este océano que muchos desconocen, más amplio que todos los mares y que todos los lagos del mundo. Es tan abundante y desconocida la Fuente de Mi Amor que algunas almas tienen miedo de penetrar Mi misterio.
Por eso, en este tercer y último día de la Presencia de su Maestro y Señor en Canadá para el mundo entero, los invito a volver a subir hacia lo desconocido a través de la escalera espiritual y celestial que les presenté en el primer día y que se animen, pacientemente y con calma, a atravesar la puerta estrecha de Dios que los liberará de cualquier condición humana, puerta estrecha de Dios que los conducirá a la propia libertad espiritual.
Por eso es inevitable, compañeros, que para poder encontrar el océano insondable de Mi Misericordia tengan que sentir y, al mismo tiempo, desprenderse de todo lo que está viejo, de lo que no podrá formar parte de Mi Obra Redentora del Retorno.
Por esta razón, Yo estoy aquí para impulsarlos y para animarlos; para que sepan que en la base espiritual de sus vidas, de sus consciencias y espíritus, está la Fuente y el océano insondable de Mi Misericordia, Fuente de Amor y de Compasión que se generó y se manifestó espiritualmente desde el momento en que su Maestro y Señor bebió del Cáliz en el Huerto Getsemaní hasta el último momento de Su expiración en la Cruz, cuando Yo entregué Mi Espíritu en las Manos de Dios para poder entregarle todos los espíritus que llegarían a Mí a lo largo de los tiempos y de las generaciones, y para poder entregarle a través de Mi oferta, en el dolor más profundo de la Cruz, a todos los grupos de almas que llegarían a Mi Corazón a lo largo de los tiempos y de los acontecimientos del planeta.
Por eso hoy, están delante de esa escalera espiritual y celestial, están prontos para dar los primeros pasos de la ascensión, del desprendimiento total de todo lo que creen, de todo lo que podrían cuestionar o dudar.
Porque dando el primer paso en esta escalera espiritual y celestial del despojamiento, Yo les aseguro que, sí caminan con confianza, ya no recordarán ni tampoco sentirán o pensarán todo lo que los puede apremiar humanamente.
Ustedes ya saben que Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida, y que nadie puede llegar al Padre sino a través de Mí. Si se los recuerdo es porque lo deben tener presente en este momento y en este tiempo, ante los acontecimientos que hoy vive y sufre el planeta a través de las naciones y de los pueblos que están sometidos por la guerra, por el conflicto y el dolor.
Sepan muy bien que ascender a través de esta escalera celestial y espiritual no es algo personal o individual, es elevarse a través de una consciencia madura y responsable no solo por todos sus ancestros, sino también por toda la humanidad. Así, ayudarán a su Maestro y Señor a elevar todo lo que se está corrompiendo y oscureciendo, dentro y fuera de la consciencia humana.
En cada paso que puedan dar, a través de esta escalera espiritual y celestial, también ayudarán a su Maestro a desprender a la humanidad de toda condición humana, de todo lo que obstaculiza la evolución de la consciencia.
Pero es inevitable, compañeros, que cuando llegue el momento de que cada uno cruce la puerta estrecha de Dios deba reclinar su cabeza y columna para atravesar la puerta de la humillación y de la humildad; así como lo hizo la Santa Madre al ingresar en la Gruta de Belén, para que en un espacio humilde y simple naciera el Rey del Universo.
Por eso, aprendan a través de la Humildad de María y de la absoluta confianza de María en el Plan de Dios. Aun hoy, siendo una Consciencia Glorificada, Ella sigue siendo la Esclava de Dios, a fin de que todos Sus hijos en la Tierra alcancen el gran día de la redención y de la conversión, a través de un acto de arrepentimiento por todas las ofensas cometidas contra Dios, a fin de que todo el género humano se reintegre al universo de las Leyes, a la vivencia de los Valores, de los Atributos y de los Principios del Padre, que en este tiempo todos Mis discípulos y discípulas deberán practicar en su día a día, ya que estos Valores, Principios y Atributos del Proyecto de Dios en algunas regiones y naciones del planeta se están disolviendo gradualmente.
Así, podrán comprender con una mirada consciente, predispuesta e íntegra, que subir esta escalera espiritual y celestial no es solo por ustedes, sino también por el mundo, por todos los que en este tiempo y en esta hora crucial de la humanidad, por el sufrimiento generado en la guerra, en la persecución y en la muerte, no pueden ni siquiera levantar su cabeza para implorarle a Dios, por las condiciones tan traumáticas y miserables en las cuales viven.
¿Será que son conscientes de que están trabajando Conmigo por algo mayor?
Es hora, compañeros, de abandonar todo lo que es mezquino y soberbio, es hora de abandonar la acción de la manipulación y el egocentrismo.
Su Maestro y Señor ya les enseñó el camino, pero todos pueden ser Cristos del Nuevo Tiempo si se sumergen en Mi océano de Gracia y de Misericordia.
¿Será que han aprendido a lavar sus rostros, manos y pies en la Fuente de la purificación que Yo les ofrezco?
He aquí, delante de ustedes y físicamente, este misterio que no se esconde para quedar en secreto, sino que se revela a los puros de corazón. Esta es la Fuente de Mi Corazón que nunca se acaba y que pocos, en muchas ocasiones, la visitan o la buscan.
Dios lo pensó todo antes de que ustedes existieran como raza y civilización, aun como almas o esencias.
No piensen que están en el lugar incorrecto, intenten sentir más que pensar: ¿dónde Dios, a través de Mí, los colocó con confianza? Porque si esto no fuera así, aun dentro de su realidad material o concreta, hoy no estarían aquí Conmigo, ante Mí, escuchándome.
No vengo aquí a perder el tiempo de Dios, vengo aquí a buscar la respuesta de los corazones, de los que ya una vez caminaron a Mi lado, de los que fueron curados por Mí, de los que fueron liberados por Mí, de los que muchas veces fueron perdonados por Mí; así como fue liberada María Magdalena del pecado y se convirtió, hasta los días de hoy, en una consciencia santificada.
¿Será que creen en el poder de la conversión que Yo les otorgo como Gracia a las almas?
A todos los que aún no lo consiguen y que esperan entregarme sus corazones, Yo estoy aquí para esto. Es Dios que Me envía como Su Mensajero, como Su Portador de la Paz y del Bien para la humanidad.
En estos tres últimos Mensajes de su Maestro y Señor está la guía y también las claves para vivir esta etapa que hoy les presento, la última etapa preparatoria de Mi Retorno al mundo.
¿Quieren participar de esto? Que su respuesta no sea inmadura, sino consciente.
Yo estoy aquí para ayudarlos y para bendecirlos a través de Mis Sacramentos, Fuente inagotable de renovación para quien cree en ellos; así como las santas mujeres lo creyeron desde el principio, lo profesaron y lo vivieron en sí mismas, siendo posteriormente las testigos del Resucitado.
¿Será que ustedes serán los testigos del Retorno de Cristo; siendo testigos primero en su mundo interior, en su ejemplo de vida y en su coherencia con lo que profesan y con todo lo que creen?
Eso es lo que Yo espero con infinita paciencia y con celo de Amor.
La puerta estrecha de Dios ya se les ha presentado en estos días a las almas. Ahora es momento de que cada uno camine con sus propios pies, porque todo está consumado, así como todo fue consumado en la Cruz.
Que vengan a Mí los que están cansados y oprimidos.
Que vengan a Mí los que dudan y los que están perdidos.
Que vengan a Mí los que buscan la verdad.
Que vengan a Mí los que están angustiados.
Que vengan a Mí los que buscan la paz.
Que vengan a Mí los que aspiran a liberarse.
Que vengan a Mí los que buscan curar sus heridas.
Que vengan a Mí todos, porque aquí está Mi Corazón, puerta segura para su protección espiritual.
Les agradezco a los que hoy caminan Conmigo, a Mi lado; y que, a pesar de todo, siguen adelante y confían en el Señor, en Su Presencia Insondable y también en Su Palabra; y, aun en el momento más difícil u oscuro, siguen caminando confiadamente hasta poder encontrar el abrazo de Jesús.
Que la Paz esté en los oprimidos, afligidos y perdidos para que la Paz, que es presencia viva de Dios, esté en el mundo, así como Mi Paz hoy está en ustedes si creen en ella.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Un Rey es el mayor esclavo de Dios en el universo. No hay corona que lo engrandezca, no hay poder que lo vanaglorie, no hay autoridad que lo sostenga, porque un verdadero Rey es un rey donado de corazón.
¿Ahora, comprenden cuál es Mi Gobierno?
Aunque Yo morí en la Cruz por muchos de ustedes e inclusive morí por los que sabía que no serían consecuentes Conmigo, el Rey en Su gloria celestial no fue coronado por poderes o riquezas, sino fue recibido por los ángeles del Cielo, con la misma humildad humana que su Maestro Jesús pudo vivir aún encarnado en el mundo y entre ustedes.
Es tan humilde el Poder de Dios que envió a Su Hijo a la Tierra para que todas Sus Criaturas en esta superficie del planeta, más allá de cualquier condición o situación, aprendieran sobre el poder de la Humildad de Dios.
Porque Él no podría estar presente en Tres Personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo, si Su Humildad no fuera la premisa de Su Existencia. Y es la propia Humildad de Dios que expresa Su Ley, centro de la vida universal y divina, regido por el Amor y la Unidad, Fuente y manifestación de todo lo creado, Luz infinita que guía a las consciencias más allá de cualquier condición.
Por eso, busquen en este tiempo, a través de Mi ejemplo y el ejemplo vivo de Dios, la humildad de la vida, porque el mundo ha perdido la simplicidad y la inocencia para aprender a amar bajo cualquier condición.
Así, Yo los llevo a través del camino que siempre espero, el camino de los Cristos del Nuevo Tiempo; de los que, a pesar de todo, tienen claro cuál es la propuesta de vida que Yo les ofrezco en este momento planetario, en el que todo está en peligro.
¿Ahora, comprenden la importancia de las almas para Mí?
Cada una trae algo precioso de Dios para aportar en esta experiencia de la Tierra. Y eso precioso que trae cada alma, que es un don y una Gracia, no puede quedar en vano, no se puede desperdiciar o perder.
Por eso, Mi silencio se hace presente cuando Mis escogidos no comprenden Mis Caminos y Mi Voluntad; porque tienen que recordar, todos los días, que Yo les ofrezco el camino de la santidad, no como ustedes tal vez la comprenden o la entienden.
El camino de la santidad es el camino de la simplicidad, de estar libres de cualquier o toda arrogancia, de cualquier o toda soberbia, de cualquier o toda ambición que puedan tener en esta vida.
En el final de esta escalera espiritual y celestial que les presenté, verán mostrarse la puerta estrecha, puerta a la que le ha llegado el tiempo de presentarse espiritualmente a la humanidad para que las almas decidan qué harán de sus vidas.
Mi aspiración es que todos puedan atravesar esa puerta estrecha, la que nada personal podrá atravesar ni tampoco nada espiritual, sino un absoluto y único vacío de ustedes mismos para que, después de atravesar esa puerta estrecha, en el universo de lo desconocido, ustedes puedan recibir lo que Dios tiene guardado para cada uno, que no es nada material, sino profundamente espiritual, anónimo y secreto. Esos tesoros que celan los santos ángeles hasta que las almas encuentren en sus caminos esa sagrada puerta estrecha que los libera de sus propias ambiciones y arrogancias, la puerta estrecha de Dios que los convierte en nada.
A medida en que se acerca el final de los tiempos, la aproximación de la puerta estrecha de Dios será más evidente en la vida de las almas. No pasará mucho tiempo hasta que las almas encuentren, delante de sí mismas, esa puerta estrecha de Dios. En ese momento y en esa hora, cada uno de ustedes ante Dios y el infinito tendrá la chance de dar el paso y de decidir el próximo paso.
¿Será que delante de este momento de la humanidad y de todo lo que el planeta está sufriendo, las almas se dan cuenta que están delante de la puerta estrecha de Dios?
¿Cómo retroceder ante un maravilloso misterio que los espera? Misterio que espera dejar de ser un misterio para ser una revelación a través de la fuerza de la fe que sostiene la vida y la existencia.
Quiero que sepan que su Maestro y Señor, Jesús Cristo, en el Huerto Getsemaní, en la hora de Su más crucial y profunda agonía como un ser humano al igual que ustedes, como un ser de carne y hueso al igual que ustedes, como un alma al igual que ustedes y como un espíritu al igual que ustedes, estuvo delante de la puerta estrecha de Dios.
¿Cómo es que Dios se coloca ante Su propio misterio? ¿El propio Dios Vivo, a través de Su Hijo, delante de Su propia puerta estrecha?
¿Cómo entender esta grandiosidad del Amor de Dios que solo intenta impulsar a las almas y a las consciencias de la Tierra a aumentar los grados de su amor y de su perdón?
¿Dios acaso se miró a Sí mismo, delante de la puerta estrecha en el Huerto Getsemaní?
¿Cómo era que el propio Dios bebiera de un Cáliz que no le correspondía, pero era el propio Dios a través de Sus ángeles que le ofrecía a Su Hijo en la Presencia del Dios Vivo?
¿Cuál es ese misterio de la Eucaristía? ¿Por qué comulgar de un pan y de un vino transustanciados? ¿Por qué es necesario servirse de un sacrificio que ya fue?
¿Por qué Dios se dio a todos ustedes a través del Cuerpo y de la Sangre de Su Hijo?
¿Por qué Dios, a través de Su Hijo, justificó todos los errores del mundo hasta el final de los tiempos?
¿Para qué un Ángel Celador de Su Cuerpo Eucarístico en los niveles eternos de la Vida Divina?
¿Por qué Dios perdonó lo que Él creó a Su imagen y semejanza?
¿Cuál es la esencia de Su misterio eucarístico?
¿Por qué Él vino a enseñarles, a través de Su Hijo, sobre el Amor y el Perdón?
Yo tengo la respuesta, compañeros, el misterio de la Eucaristía, de la Última Cena, pasando por el Huerto Getsemaní, la Vía Dolorosa y la Muerte y agonía en la Cruz, es la gran clave de la donación de las almas por algo que desconocen absolutamente y que, por sí mismas, las almas y las vidas de las personas no pueden controlar.
He aquí el misterio de amar lo absoluto y desconocido. He aquí el misterio que deja de ser misterio para que la vida de las almas sea regida por la Santa Voluntad.
Es así que todas las señales fueron dadas, desde el Nacimiento de Cristo hasta Su Muerte y Resurrección, así como hoy las señales les son dadas a las almas que buscan a Cristo.
En el Cielo no existe lo que para ustedes es ideal; en el Cielo solo existe Amor, Unidad y Sacrificio. Es en donde el Amor del Padre se vivifica, se amplia y se multiplica infinitamente para los que buscan la Verdad.
Por eso, siempre les dije y les vuelvo a decir que la Verdad los hará libres. He aquí la Verdad de Dios viva, materializada en Consciencia Divina y Espiritual a través del Sagrado Corazón del Señor.
Esto es lo que tengo para ofrecerles en este momento, que sus seres, y sobre todo sus almas, sepan beber de esta Fuente y no desperdiciarla; porque, así como la Fuente de la expiación brota de la Tierra como un manantial inagotable, así también se puede secar y desaparecer para que las almas vivan la etapa de su desierto espiritual, así como su Maestro y Señor, el Cristo, lo vivió en cada paso del Calvario.
Canadá debe ser el país del renacimiento, el renacimiento espiritual para la Nueva Humanidad. Sé que esto hoy no lo comprenderán, pero está escrito en el Corazón del Padre, así como está escrito en el Corazón del Hijo y así como fue escrito en el corazón del ángel de este país, el Ángel Sariel, el ángel guardián de los elementos creadores de la vida, el ángel protector de la Creación que rige a Canadá.
Espero que todas Mis Palabras no se disuelvan de sus consciencias y que no escuchen como siempre han escuchado, porque ha llegado el tiempo y la hora de cerrar Mi tarea con todos ustedes.
Y en esa hora y en ese momento será el gran tiempo de los apóstoles, de los que a través de su propio Cristo Interno caminarán para cumplir la Voluntad de Dios, así como Yo les enseñé con paciencia en estos tiempos.
Les agradezco por escuchar atentamente Mis Palabras.
Dios los bendiga en este camino de constante transformación.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
He aquí la escalera inmaterial hacia los Cielos. Este es el camino de ascensión que Yo les ofrezco a las almas que se deciden a estar Conmigo en este tiempo, preámbulo preparatorio del Retorno del Redentor.
¿Será que las almas, que Me siguen, perciben este ofrecimiento espiritual que Yo les hago?
Porque, para subir el primer escalón de esta escalera espiritual y celestial, el primer paso de las almas que Me siguen es el despojamiento de sí mismas, el vacío total de cualquier intención y la humillación absoluta para poder comprender, bajo la Humildad de Dios, lo que su Maestro y Señor les ofrece en este tiempo como pasos espirituales de la ascensión de la consciencia.
Aunque vivan aún en esta superficie, aunque vivan aún experiencias conocidas o desconocidas, Yo les ofrezco esta escalera celestial hacia los Cielos a las almas que han comprendido el Camino del Señor y se han decidido a seguirlo bajo los preceptos de Mi Divina Voluntad; porque esta escalera espiritual y celestial los llevará siempre hacia lo desconocido, a todo lo que no pueden tocar con sus propias manos, a todo lo que no pueden ver con sus propios ojos físicos, pero que sí podrán comprender con el corazón y la esencia de cada ser.
Estos son los misterios abstractos de Dios que se presentan a las almas del mundo. La elección de seguir este camino de ascensión depende de cada corazón y de cada alma; porque lo que los espera después del portal, que los conduce y los guía hacia los Cielos, es algo maravilloso y desconocido.
Por esa razón, compañeros, las almas buscan en este tiempo a través de diferentes caminos una respuesta que no existe en el exterior, sino en el interior, buscan una solución en lo que es material, cuando en verdad la solución está en lo espiritual. Allí está la respuesta que muchas veces buscan y no encuentran.
Pero en verdad les digo que no todo comprenderán, porque no todo lo sabrán hasta que alcancen definitivamente ese despojamiento tan esperado por el Padre Eterno, que los llevará a comprender con otra consciencia y otra perspectiva la misma realidad espiritual y material que ve la Jerarquía.
Es en esa visión universal y única, en la visión de la Jerarquía Espiritual, en la que las almas podrán comprender y aprender hacia dónde está decidida a caminar la Jerarquía y cuál es el camino trazado por la Voluntad de Dios para estos tiempos; pero, infelizmente, en este tiempo final, las almas deciden colocar sus mentes y sus corazones en otros caminos que no son Mis Caminos, sino los caminos del mundo.
Cada alma y cada corazón de esta humanidad tienen su lugar para vivir su experiencia, pero también tienen su camino que ya está escrito por el propio Padre Eterno.
Mientras las almas no se deciden a seguir el Camino del Señor no solo estarán perdiendo tiempo precioso para Dios, sino que perderán la oportunidad de encontrar por sí mismas los tesoros del Cielo, tesoros espirituales e internos que Yo tengo guardados en Mi Sagrado Corazón como una Fuente abundante e inagotable para las almas, una Fuente de Gracias y Misericordias.
¿Ahora, comprenden dónde está la mirada del mundo, hacia dónde observan los ojos de esta humanidad?
Porque mientras los acontecimientos se precipitan en el planeta, los ángeles de la guarda, enviados por los Tronos Celestiales, esperan que las almas se decidan a dar el primer paso y a subir al primer escalón de esta escalera espiritual y celestial.
El cortejo angélico está pronto para este momento; pero el tiempo tiene un fin, así como el tiempo tiene un comienzo. Este es el momento de no demorarse y de no perder las oportunidades del universo; porque estas oportunidades, que son concebidas para las almas, pasan como un sagrado impulso por una única vez, esperando que muchos más alcancen a poder dar una respuesta.
Por eso, Yo vengo como el Señor del Universo y de la Vida porque, a través de la Gracia que Me concedió el Padre Eterno, puedo conocer el Propósito para cada ser.
Mientras tanto, aquí estaré esperando a que los últimos que fueron llamados a ascender a través esta escalera espiritual y celestial, comprendan que estamos en el preámbulo y en el gran momento de preparar el Retorno de Cristo para todos los Cristos Internos de esta humanidad.
Y, esto no acontecerá solo por un milagro; esto sucederá a través de la cooperación y de la colaboración de las almas, de todos los que puedan abrirse a aprender a reconocer la necesidad de servicio y de entrega en cada lugar, principalmente en los lugares en donde ni siquiera lo imaginan o aun en donde menos lo esperaban; porque Dios escribe, así como Él lo determinó.
Nada es casualidad para Dios; para Dios solo hay causas y motivos, hay determinaciones y razones para que Él pueda concretar Su Voluntad a través de las almas de los que se han decidido seguirlo en fidelidad, en amor, sin condiciones.
Hoy, la Jerarquía comienza su segunda y última etapa de peregrinación en América del Norte. Este es el momento en el que se verá el esfuerzo de todos los apóstoles; un esfuerzo que no es medido ni tampoco es regulado, es un esfuerzo maduro de quien entiende estar con Cristo y por Cristo, porque sabe que su vida es un camino de constante donación a fin de unirse y de fundirse en Cristo, en Su Esencia de Amor-Sabiduría.
Esto es lo que Yo necesito de todos Mis discípulos, cada uno sabe el anillo que le corresponde dentro de la Obra de Redención.
Mi Corazón siempre será su centro y su guía, la Fuente de toda inspiración y Gracia, el alivio de todas las necesidades, la Luz en el camino, en el único camino.
Que esta Maratón de la Divina Misericordia pueda elevar a los Cielos todas las intenciones, a través de las oraciones de todos los consecuentes con Cristo, de los que ya no se permiten retroceder, sino avanzar, de los que saben claramente lo que Yo necesito en este tiempo.
Que esta Maratón de la Divina Misericordia contemple, a través de los corazones, las intenciones sagradas de Cristo por los que Él necesita que den sus pasos en esta constante búsqueda de la vida de consagración y de servicio para que, algún día en esta superficie del planeta, los apóstoles y seguidores de Cristo puedan ser embajadores de la paz.
Oremos, en esta Maratón, para que Canadá proteja y resguarde su arquetipo espiritual y su propósito, especialmente a través de los Reinos de la Naturaleza que son la expresión viva y auténtica del Amor Creador del Padre que existe para curarlos y redimirlos, que existe para impulsarlos a la donación de sí mismos, así como los Reinos Menores de la Naturaleza lo hacen desde el origen de este planeta.
Mi bendición de Paz para todos, desde Canadá y para el mundo entero.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Esperé tanto tiempo para poder llegar aquí, a este recinto de la Creación de Dios, en donde las almas que lo encuentran y lo visitan, sin percibirlo o notarlo mucho, retornan al principio de su origen espiritual y cósmico.
A través de los testigos de la Creación de Dios, y por intermedio de estos gigantes del Reino Vegetal, vean cuánta historia se encuentra guardada aquí.
No es necesario que un ser sea tan espiritualizado para poder notarlo. Contemplando con un corazón abierto y en gratitud, las esferas sutiles de la Creación a través del Reino Vegetal pueden revelarle al ser humano de la superficie realidades de cura interna y espiritual que aún este Reino, más allá de su donación, no consiguió expresarle a la humanidad por todo lo que recibe del Reino Humano, como transgresión y maltrato.
En el silencio de lo que aparentemente está inmóvil, en el silencio de lo que aparentemente está quieto, Dios espeja y refleja Su Consciencia a través de la consciencia de los ángeles y de los devas; para que, en este Proyecto Humano de superficie, volviendo algún día hacia su esencia original, volviendo algún día hacia su Propósito Esencial, esta raza pueda recuperar el código de la Creación que perdió a través de los tiempos.
Cuando Yo les hablo que estaba esperando poder volver aquí es porque hay una parte de Mi Consciencia que visita este lugar en los planos internos, por medio de la expresión de Mi Consciencia Eremítica. En este lugar encuentro no solo para Mí, sino también para todos Mis compañeros, una oportunidad de volver hacia el mundo interior y poder salir de esta superficialidad del final de los tiempos que solo confunde y engaña a las almas, llevándolas por un camino incierto.
A través de este lugar de la Creación de Dios, en uno de los extremos de los Estados Unidos y muy cerca del gran Océano Pacífico, una coyuntura espiritual especial se les presenta a las almas y a las consciencias; porque en este lugar, a través del Reino Vegetal, no solo hay una historia que ya fue escrita, sino también hay una oportunidad como una puerta que se les abre a las consciencias para que no solo retornen hacia su origen esencial, sino que retornando hacia él, comiencen nuevamente de cero, evolucionando así como evolucionan los Reinos Menores, evolucionando así como evolucionan los ángeles, devas y elementales; porque ellos no conocen la Ley del Sufrimiento ya que viven completamente la Ley de la Donación y, a pesar de lo que el ser humano de esta humanidad ha hecho a lo largo de los tiempos de los Reinos Menores, la memoria íntegra de su donación no puede ser borrada por nadie.
Porque, así como los ángeles, los gigantes de esta región solo tienen la misión de elevarse hacia lo alto hasta encontrar la Luz, como una flor que se abre a los rayos del Sol así debería ser la apertura de la consciencia del ser humano en estos tiempos críticos; porque es tan maravilloso lo que hay del otro lado del portal, pero aún muchos temen encontrarse con lo desconocido.
Pero, ¿qué hay más allá de lo que ustedes pueden controlar o retener?
¿Cómo es posible que el alma-grupo de los Reinos, a pesar de las transgresiones de todos los tiempos o aun de la contaminación que ellos viven, no deja de donarse por la evolución de este Proyecto Humano?
¿Dónde está la clave de esta donación constante y permanente de los Reinos Menores? ¿Por qué el Reino Humano no consigue vivirla o alcanzarla?
Esta es una de las razones por las cuales retornaré a la humanidad, para que el Proyecto Genético en su origen y en su ADN sea reconfigurado, porque hay un átomo y una célula que se perdieron.
Por eso, el esfuerzo de la humanidad debe ser muy grande para poder vivir una donación que algún día sea incondicional y verdadera, sin esperar nada a cambio, así como los Reinos Menores y estos gigantes no esperan nada a cambio.
Si la humanidad mirara con otros ojos a los Reinos de esta Creación, ¡cuán maravilloso sería para las almas de este mundo recibir los atributos de los Reinos de la Naturaleza: la fortaleza, la donación, la entrega, el silencio, la reverencia, la devoción a lo sagrado y la transmutación silenciosa, así como la liberación!
Frente a sus ojos tienen el Espejo de Dios; lo tienen todo, más que otros planetas y más que otras constelaciones, lo tienen todo más que cientos de soles y estrellas en este universo.
Abran sus consciencias, así como la Jerarquía Espiritual abre estos espacios y dimensiones para que los devas, ángeles y elementales se hagan presentes en este momento y comulguen de la Segunda Persona de Dios, así como ustedes pueden comulgar de Mi Cuerpo y de Mi Sangre.
Esta es la razón de Mi Retorno, este es el motivo de uno de Mis importantes trabajos por la redención de la humanidad y del planeta, en honor al sacrificio de todos los Reinos Menores, silencioso, verdadero e inmutable.
¿Será que ustedes, en esta superficie, también lo alcanzarían?
Si en verdad, supieran lo que el alma de los Reinos Menores ve del Reino Humano, les aseguro que su respuesta sería otra y muchos, pero muchos, se atormentarían por haber agredido y lastimado a los Reinos de la Naturaleza que hoy, a través de esta humanidad, llevan la culpa de las consecuencias climáticas y las catástrofes.
Pero, ¿cuál fue el primer Reino que desequilibró el planeta?
Mis Palabras son claras, compañeros. Asuman el tiempo de la rendición, pero también de la reparación.
Esta humanidad y este planeta ya podrían salir de la tercera dimensión con la ayuda espiritual de los grandes ángeles y devas de todos los Reinos, porque ellos fueron creados para este gran momento de la historia de este planeta y de esta civilización. Ellos esperan, en el final de estos tiempos, no solo que la raza humana ame a los Reinos Menores como si fueran su propia vida, sino también que los Reinos de la Naturaleza, a través de los ángeles, de los devas y de estos gigantes de la Creación, abran la puerta, la última puerta al Tiempo Real.
¿Ahora, comprenden que la consciencia material no termina aquí?
Cuando están delante de estos gigantes o de cualquier espacio y manifestación de la Creación de Dios en este planeta, cuando están delante del Sol, de la luna o las estrellas, ¿no sienten algo?
Hay muchos que están perdiendo esta sensibilidad porque le dan fuerza y poder a los dioses artificiales y modernos. El alma se estremece ante esta situación, porque el alma de cada uno de los Hijos de Dios surgió de Sus Fuentes Cósmicas no solo para evolucionar, aprender y vivir, sino para estar en comunión con toda la Creación; como ustedes hoy, delante de estos gigantes de la Creación de Dios, pueden estar en comunión con un gran misterio que les es develado por las Palabras de Cristo.
Cuando Mi Madre atravesaba los bosques, cuando San José trabajaba con la madera, los Reinos los reverenciaban al estar ante Ellos, por el reflejo de Su Santidad y sobre todo de Su resignación ante las Leyes de Dios y las Leyes de la Naturaleza.
¿Cómo es posible que la humanidad de estos tiempos no pueda vivir lo mismo?
La cura de la humanidad está presente a través de esta Creación. Yo vengo a recordárselos para que no siga siendo destruido el corazón y la esencia de cada Reino. Esto es lo que volverá a erguir al alma de las naciones y de los pueblos: que la humanidad de superficie ame, proteja y respete a lo más sagrado que Dios le concedió.
Pero, quiero decirles que Mi Palabra no es de un ecologista. Yo le traigo el impulso a la humanidad de algo mayor y cósmico, porque aún una pequeña puerta está abierta para retornar al origen, hacia su propia naturaleza interior que no es humana, sino solo espiritual.
Recuerden que, a través de estos espacios, encontrarán a la Jerarquía.
Recuerden que, a través de estos espacios, encontrarán la respuesta interior que tanto buscan, que no está afuera de ustedes, sino en el silencio más profundo de la consciencia, del anonimato y del servicio.
Regeneren, en este momento, sus células y átomos. Liberen sus consciencias de las formas y de los obstáculos. Permitan que, en este momento, a través de los gigantes de la Creación, este Proyecto Humano sea reparado a través del impulso de Amor y de Luz de los Reinos. Ángeles y devas acompañan al Gran Maestro.
Hoy, su Maestro y Señor, y por intermedio de estas Palabras, está ante el origen de esta humanidad, ante el primer Adán y la primera Eva, para que el pecado original comience a ser disuelto de la consciencia humana; y, así, la mayoría de las esencias de este mundo, algún día, alcance lo inmaculado y lo más puro de este Proyecto de Dios.
Cuando esto suceda a través de Mi Retorno, les aseguro, compañeros, que el Proyecto de Dios será retomado como está escrito en los Libros, pero sobre todo en los corazones de los Señores de la Ley del Universo.
Tengan consciencia de que están participando en esto y no lo olviden, porque todos los Reinos serán alabados en el Cielo y en la Tierra, así como Dios los alaba a través de Su Amor y de Su Espíritu.
Recemos no solo por el Reino Humano, sino también por los demás Reinos de la Naturaleza, que sufren y padecen el Apocalipsis de la civilización humana.
Pidamos a todos los Reinos del planeta, a través de estos gigantes de la Creación de Dios, que se pacifiquen y se neutralicen en este momento, que las fuerzas de la discordia y de la desunión se disuelvan, para que los poderes telúricos de este planeta y del universo establezcan el equilibrio interno y externo en todas las formas de la Creación.
Que las Leyes de los Grandes Padres Creadores, Gabriel, Rafael, Miguel y Uriel, puedan establecer un principio de paz y de neutralidad para que las almas y también el alma-grupo de los Reinos Menores reciban el impulso del silencio y de la interiorización, que reflejará la propia condición de cada ser; para que, bajo la llama del amor, de la luz, de la reconciliación y de la cura, se restablezca la unidad.
Mi Espíritu se agrada en el Señor, porque Su Amor se refleja y se expresa en el silencio y en la reverencia de todo lo creado. Esto alimenta la fe de quien lo capta y lo reconoce, de quien percibe las realidades internas como un abundante universo que nunca acaba, que es infinito y que eleva la consciencia hacia el estado que Dios tanto espera, un principio de paz, de amor y de unidad.
Que todos puedan, algún día, encontrar este camino.
Que todos puedan caminar a Mi lado, así como los ángeles y devas de Dios caminan en silencio y en entrega.
Que los corazones ya no retrocedan con sus pasos, sino que los espíritus avancen hacia la meta y el propósito que los espera.
Hoy, en nombre de la humanidad, como parte de esta civilización, como Ser que encarnó en este mundo, para guiarlos y para enseñarles, reparo a la consciencia de los Reinos de la Naturaleza, por los ultrajes, maltratos e indiferencias que ellos reciben en estos tiempos.
Que se vuelva a erguir la esencia del espíritu de la Paz.
Que así sea.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
He aquí un Corazón que fue traspasado, pero un Corazón que aún es desconocido.
¿Quién sería capaz de penetrar este misterio para poder conocerlo?
¿Quién se lanzaría al vacío sin saber dónde podría caer?
Porque en el gran abismo de Mi Misericordia no existe perdición; existe abundancia, realización y méritos. Por eso, les muestro Mi Corazón para que lo vivan.
Vengo a buscar esto de las almas buenas, pero también vengo a buscar esto de las almas imperfectas; porque no tendría un motivo de realizar una obra en este planeta, si no fuera por las almas.
¿Ahora, comprenden el sentido de Mi venida al mundo en este tiempo?
Yo les tengo que hacer muchas preguntas para que se replanteen sus caminos, porque un buen Maestro y un buen Amigo daría Su Vida por Sus compañeros. Y esta Vida que Yo doy por ustedes es abundante e infinita, no terminó con la Muerte en la Cruz.
¿Alguna vez se preguntaron qué fue lo que Yo di más allá de esto, aun después de Mi Ascensión a los Cielos?
¿Qué puerta tan misteriosa existe, que aún nadie la ha abierto para saber qué hay al otro lado de ella? ¿Qué es eso tan desconocido que aún ustedes no saben?
Pero, si el pueblo de Israel lo conoció en profundidad y en espíritu, ¿por qué ustedes no lo pueden conocer?
Yo vengo a retirarlos de la dimensión superficial, en la que muchos se encuentran en este tiempo. Vengo para elevarlos hacia la dimensión de Mi Amor, sobre todo de Mi Amor Cósmico y Divino, para que puedan comprender y especialmente sentir las Esferas Celestiales que descienden y los abrazan.
¿Se han preguntado cómo hago Yo para llegar aquí, sabiendo que el tiempo de la Jerarquía es precioso?
Pero, Yo no vengo aquí solamente por ustedes y su despertar, vengo por una causa mayor y desconocida, una causa que espera darse a conocer a través de los corazones consecuentes y disponibles; porque los proyectos de la Jerarquía no se pueden desperdiciar o perder, ni siquiera Su Palabra puede ser desperdiciada, ya que en la Palabra de la Jerarquía Espiritual y Divina existe un decreto, un propósito, pero también una realización.
Por eso, deben tener presente, cada vez que Me escuchan o también cada vez que Me reciben, que en cada una de Mis Palabras y en las Palabras de las Jerarquías existe un Propósito Mayor para ustedes y sus hermanos del mundo. Así, lo hizo también la Divina Madre a lo largo de los tiempos y por intermedio de Sus Apariciones y Mensajes en el mundo entero.
La Jerarquía necesita de la condición humana para poder acercarse, pero no de la condición mezquina o rebelde, necesita de la predisposición del corazón humano para poder llevar adelante la Misión Espiritual en el mundo.
Es así como la Jerarquía Espiritual puede entregar Sus proyectos y Sus aspiraciones a las criaturas, criaturas preciosamente escogidas por el propio Padre Eterno, como en esta ocasión, aquí en los Estados Unidos.
Por eso, Yo les vuelvo a preguntar: ¿será que están comprendiendo para qué están aquí y por qué sus almas los han traído hasta aquí, para estar ante el Señor del Universo y de la Paz?
¿Qué es lo que tienen que ver con todo esto que hoy está sucediendo?
Cristo no necesita de disculpas porque conoce el error y la miseria humana. Cristo necesita de corazones verdaderos, aunque imperfectos, corazones que sean capaces de dar más y más, hasta sentir en su propio ser la esencia del Proyecto de Dios.
Para este mes de mayo y para este próximo 8 de mayo que se aproxima, el Señor trae hoy entre Sus Manos muchas semillas de Luz, preciosos tesoros incalculables para cada una de las almas del mundo que escuche Mi Mensaje; semillas que esperan germinar en los próximos meses, a través de las decisiones sensatas y equilibradas de las almas, decisiones permeadas por el Discernimiento y la Sabiduría de Dios.
¿Dónde caerán las semillas del Señor? ¿Dónde está la tierra fértil del corazón humano?
Hay algo que aquí debe suceder, espero que lo comprendan y que lo entiendan.
Los ciclos existen en la humanidad para que puedan aprender a dar sus propios pasos.
Es tiempo de los Nuevos Cristos, el mundo ya no puede esperar porque agoniza. Este es el tiempo del surgimiento de los Cristos Internos, de los que puedan suceder al Señor del Universo para que preparen esta Tierra para Su Retorno, para el reaparecimiento de Cristo en la humanidad.
Yo vengo con este Mensaje del Cielo, para que se acuerden del Cielo y ya no se pierdan en lo superficial, sino que se abandonen en el profundo abismo de Mi Amor Misericordioso.
Muchos de ustedes, en este mes de mayo, deberán hacer una síntesis y de esa síntesis obtener una respuesta interior para sus vidas.
Las señales ya fueron dadas, el Mensaje ya fue revelado, el impulso y la corriente cósmica de Mi Amor ya fue entregado. Ya está todo dicho. Ahora, a ustedes les corresponde darle una respuesta al Universo para que puedan darle una respuesta a la Ley.
Por esa razón, estaré orando en los próximos tiempos. Hay mucho por realizar y espero que los corazones sensatos Me acompañen, corazones que ya no esperen solamente recibir, sino también donarse.
Mediten y piensen en lo que les digo. Yo estoy aquí para ayudarlos, para que crezcan en el Amor Mayor y en la Verdad; para que, cada día que pasa y en cada tiempo que se aproxima, ya no se justifiquen, para que ya no se engañen; para que así, asuman los Planes del Señor Redentor.
Mientras tanto, seguiré trabajando junto con los ángeles, que están aquí Conmigo en esta tarea especial en los Estados Unidos; intentando ayudar y auxiliar a los que están perdidos en los vicios, en la indiferencia, en la maldad y aun los que están perdidos en la muerte, en la muerte espiritual.
Yo vengo como un Sol, invisible e inmaterial, para hacer renacer a los corazones que acepten ver Mi Luz en el horizonte, en el universo más profundo de los seres.
Dios espera que todos Sus Hijos puedan ser dignos ante Él.
Para que esto sea una realidad y no sea algo tan lejano o aun imposible, tendremos que atravesar muchos desafíos y, algunos de ellos, desafíos peligrosos; porque la senda es muy larga hasta poder llegar a la meta que Dios espera.
Pero la fortaleza, en los corazones que creen en Cristo y viven en Cristo, puede ser una fortaleza inquebrantable, y diría inamovible, fortaleza sostenida en la fe y en la confianza en Dios.
Así, los preparo para la nueva siembra.
¿Qué le ofrecerán al Plan?
Esperaré pacientemente, pero no se olviden de que estamos en un tiempo de emergencia, la respuesta debe ser ahora; pero no una respuesta superficial, debe ser una respuesta madura, de un ser que comprende qué significa convertirse en un Cristo.
Eso es todo. Atraviesen estos tiempos en Mi Paz.
Les agradezco, una vez más, por estar Conmigo de verdad.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Te damos gracias, Señor, por cuánto nos das.
En este encuentro, Te honramos, Señor.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hay realidades internas que solamente el Señor conoce. Estas realidades no son visibles ni siquiera para los santos ángeles.
Pero Yo, como emanación de la Segunda Persona de Dios, puedo ver más allá de todas las realidades internas y también más allá de todo lo que es invisible, porque la apariencia es lo que ha engañado al mundo a través de los tiempos y las almas se han perdido en todo lo que es superficial y mezquino.
Este será uno de los motivos principales de Mi Retorno al mundo: que las almas, en esta superficie de la Tierra, recuperen su comunión con los mundos internos, recuperen la conexión con su universo interior y espiritual.
Pero mientras esto todavía no suceda, grande será el pesar de los que no se arrepientan de corazón; porque, Yo vengo a entregarle al mundo la Fuente de Mi Insondable Misericordia, una Fuente aún muy poco apreciada por las almas del mundo porque es un océano desconocido de Amor Redentor.
Mientras Yo no retorne al mundo, aunque ya Me esté preparando para ese acontecimiento y momento, a los que sigan al Pastor y Señor del Universo solo les corresponderá hacer el esfuerzo correcto y verdadero.
Ya han aprendido Conmigo, a lo largo de los tiempos y principalmente a través de Mi Palabra, cuál es el camino que Yo les ofrezco a los Míos.
No esperen ninguna otra señal que no sea la que Yo les entregaré, porque aún serán muchas las apariencias en este mundo, muchos seguirán siendo llevados por el camino del engaño y muchos más por el camino de la indiferencia.
Por eso, cuiden su mundo interior, como un templo precioso e inmaculado para Dios, en donde lo esencial está guardado, en donde la existencia habita a los ojos de los que verdaderamente oran de corazón y no se confunden.
Es así que el Señor no solo viene por las almas, sino también por las naciones. El Señor viene a buscar el talento que está en el corazón humano y el don que está por manifestarse en la vida espiritual de cada ser.
Mi puerta hacia las oportunidades está abierta. ¿Cuánto más demorarán las almas para poder cruzarla? Parece que a lo que es desconocido muchos le temen.
Pero, ¿dónde está el verdadero control de la vida, en la voluntad propia e inferior?
Mi Voluntad viene a liberarlos de ustedes mismos y así liberar a los corazones afligidos. Porque aún Mi Poder silencioso es desconocido y esto es lo que deben buscar dentro de ustedes, conocer Mi Voluntad para que puedan conocer el poder incalculable de Mi Amor.
Como un Buen Pastor, vengo a buscar a las ovejas que están perdidas y muchas de ellas se encuentran en esta nación. Por eso, vengo a erguir nuevamente el sentido de la vida de las almas que aquí habitan, para que la vida ya no sea interrumpida. A pesar del mayor sufrimiento que puedan vivir los corazones, a pesar del mayor error o pecado que hayan cometido, la vida no puede ser interrumpida.
La vida es preciosa para Dios, porque Él la creó a Su imagen y semejanza, y los valores de la vida deben estar preservados en todos, valores que los llevarán no solo a la dignidad espiritual, sino también humana; valores que, en este tiempo crucial de la humanidad, ya están perdidos.
Por eso, deben aferrarse a una vida de oración y, sobre todo, de servicio incondicional, para que esos mismos valores, que vivió en su esencia el pueblo de Israel, puedan estar guardados preciosamente en ustedes como un tesoro y puedan ser compartidos con el resto de las almas.
Mientras tanto, Yo estaré aquí, esperándolos, esperando que Mis compañeros y compañeras den el paso; porque aún hay un Plan que concretar y que realizar no solo en Estados Unidos, sino también en el mundo entero.
Este mes de mayo es un mes de definiciones para todos; pero, ¡cuidado!, no lo vean como algo repetitivo, como si ya supieran qué decidir y qué no decidir. Sean humildes y abnegados, así como lo fueron los santos que, aun reconociendo sus propias y profundas miserias, no podían comprender por qué el Señor estaba tan cerca de ellos. Porque la vida podrá ser imperfecta o miserable, pero el alma podría estar en la Gloria de Dios cuando el esfuerzo del corazón humano es verdadero.
Pero si a la altura de los acontecimientos actuales del planeta nos colocan condiciones, no están entendiendo lo que significa el Plan del Retorno de Cristo. Lo comprendo, porque sé que no lo pueden ver, pero el Retorno del Señor es una promesa que se realizará y se concretará.
¿Cuál debería ser su verdadera intención para este tiempo final?
¿Están verdaderamente disponibles para preparar el camino de Mi Retorno a la humanidad?
¿Están preparados para que les golpee la puerta de sus casas y, sobre todo, les entregue el impulso de Mi Corazón a sus consciencias?
Mis Palabras no se desperdician, Mi tiempo no se desperdicia.
Yo vengo a buscar lo que el Padre Me prometió. Vengo a buscar a los pecadores y a los más imperfectos; porque de las cenizas surgirá el espíritu que Yo erguiré a través de Mi Amor y de Mi consolación, pero necesitan tener fe en Mí, antes de tener su consciencia ocupada en otros asuntos.
No es que los esté ausentando de la vida material y de la deuda espiritual de este mundo, solo que ya es tiempo, compañeros, de que estén dentro de la realidad.
¿Ahora, comprenden las realidades internas que puede ver el Señor? Porque mientras el tiempo sigue corriendo, las almas se siguen perdiendo y necesitan de Misericordia.
¿Cuántos corazones hay para curar en este mundo?
¿Quién se hará cargo de los inocentes?
¿Quién se hará cargo de los Reinos sufridos de la Naturaleza?
¿Quién será sensible al sufrimiento ajeno?
¿Quién ya no condenará? ¿Quién ya no criticará?
¿Quién ya no le cerrará la puerta a aquel que está llamando?
Yo vine al mundo a enseñarles esto, para que fueran misericordiosos, así como el Señor es Misericordioso con ustedes.
Hoy, Mis Manos están vacías, pero podrían estar llenas de las ofertas de los corazones.
¿Qué está pasando, compañeros?
El mal no puede ser más grande que el Amor, la oscuridad no puede ser más profunda que la Luz, la indiferencia no puede ser más grande que la caridad, la ignorancia no pude ser más grande que el discernimiento.
Todo les fue dado, aunque no lo crean, y hoy tienen la Gracia inconmensurable y desconocida de estar ante Jesús.
Vengan a Mí, decididos. Vengan a Mí, disponibles. Vengan a Mí, negándose a ustedes mismos. ¿Y esto significa que sufrirán por Mí?
¿Habrá algún otro Cristo que Me supere en el Amor y que sea capaz de ir más allá de sí mismo?
No les pido cosas heroicas, Yo les pido cosas simples y verdaderas, Yo les pido actos hechos con amor para que este mundo y esta humanidad dejen de sufrir.
El tiempo de la esperanza, de la cura, del amor y de la paz está aquí, en el Reino de los Cielos, y descenderá si ustedes crean las condiciones para esto, porque la Ley es sabia y discreta.
Díganle al mundo que no se olvide de los Mandamientos.
El mundo necesita de la paz. La humanidad necesita del bien para poder alcanzar la unidad perdida y para poder alcanzar la esperanza que fue malherida.
Les agradezco a todos los que oran Conmigo para que Estados Unidos pueda cumplir con su Propósito Espiritual y su ángel pueda expandir sus alas y su consciencia para atraer hacia este país los Tesoros Espirituales de Dios.
Yo les agradezco por estar Conmigo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
El tiempo de la Justicia está llegando, pero aún hay tiempo para la Divina e Insondable Misericordia.
Yo vengo aquí como su Intercesor y Mediador entre las almas y Dios, entre el Plan Divino y esta nación tan necesitada de amor. Les agradezco que hayan llegado hasta aquí para vivir este encuentro Conmigo.
La Jerarquía Espiritual, en este momento, contempla todas las necesidades del mundo; especialmente, las necesidades más profundas e internas que este país presenta ante Dios, que Yo contemplo con una mirada de Misericordia y no de Justicia.
Porque recuerden, compañeros Míos, que la causa de lo que Yo viví por ustedes en Mi Dolorosa Pasión también fue por esta nación, sabiendo todo lo que sucedería posteriormente en las siguientes generaciones de la humanidad. Por eso, compañeros, lo que está viviendo la humanidad en este ciclo está escrito en el Libro del Apocalipsis, en el ciclo inminente del Armagedón.
Pero, a través de una Luz de esperanza y de paz que nace de Mi Corazón, Yo vengo como el Señor de todo el Universo y de toda la Tierra, como el Sagrado e Insondable Corazón de Jesús, para ofrecerle al Padre una vez más los méritos de Mi Vida, de Mi Nacimiento, Muerte y Resurrección, para que esta nación y especialmente su alma tenga una oportunidad.
Pero, quiero que sepan, compañeros, que el Señor no deja de contemplar los errores que ha cometido esta nación en el mundo. Por eso, les hablé, en el principio, de que se acerca el tiempo de la Justicia, una Justicia que aún es desconocida por el ser humano.
Pero también les hablé que aún está el tiempo de la Divina e Insondable Misericordia; porque, mientras la puerta de Mi Corazón esté abierta a ustedes y a sus hermanos, los pecadores más empedernidos podrán llegar hasta Mí y colocarse bajo los Rayos de Mi Corazón, bajo los Rayos de la Sangre y del Agua de Cristo, para que lo más oscuro y corrupto sea transformado y redimido.
Si sus ojos no vieran los acontecimientos con una mirada de amor y de misericordia, les aseguro que su propia indignación los ahogaría.
Por eso, Yo los vengo a colocar en otra dimensión y en otro plano de consciencia, en el Plano y en la Dimensión de Dios, en donde a través de una mirada de amor y de misericordia se puede atravesar el final de estos tiempos con compasión y no con una mirada de ira o de indignación.
Sé que esto, tal vez, no supliría lo que sientan sus corazones.
¿Pero, recuerdan qué es lo que pudo haber sentido el Sagrado Corazón de Jesús en lo alto de la Cruz, sabiendo que todos Sus enemigos estaban en contra de Él y lo único que Él tenía era el Padre Eterno y Su soledad espiritual?
¿Dónde está esa clave tan poderosa del misterio del Amor que, a través del ofrecimiento del Divino Hijo, pudo transformar el mundo entero?
¿Acaso, a través del Poder Celestial que el Padre Me dio, ustedes creen que Yo podría transformarlo todo, aun esta nación que ha perdido su Propósito Espiritual?
Pero, una vez más, Yo les digo que la Jerarquía Espiritual trabaja a través de Su silencio y anonimato. Allí está el poder magnífico de la Obra de la Misericordia de Dios, es allí en donde todo comienza a transformarse lentamente.
Por esa razón, Yo estoy aquí una vez más en los Estados Unidos; y, a los pies de esta Sagrada Montaña, Yo intento iluminar a la consciencia de los Estados Unidos para que pueda alcanzar su gran momento de despertar y de arrepentimiento.
Estos próximos días de la Maratón de la Divina Misericordia serán decisivos y aun, antes del próximo 8 de mayo, será un momento decisivo para la propia Jerarquía Espiritual y Divina porque se definirá, compañeros, el próximo ciclo de esta nación, contemplando su deuda espiritual.
¿Y saben cómo esto podrá suceder?
Con la manifestación y la concreción de un Punto de Luz en este lugar, la expresión de una comunidad viva y fraterna, una comunidad que refleje y represente la Presencia de Cristo en la Tierra; comunidad que será formada por la experiencia y la presencia de los autoconvocados, que posteriormente formarán las bases espirituales de esta Comunidad-Luz.
En este día preparatorio y de comienzo de una nueva Maratón de oración, el Sagrado Señor del Universo, a los pies del Monte Shasta, no solo viene una vez más a elevar la consciencia humana, la consciencia del planeta, el alma de este planeta, sino también su Maestro y Señor viene a entregarles Su más ardiente aspiración para los Estados Unidos, a fin de que la cura tan esperada se establezca en las almas de este país.
También, rezaré por esto, así como vengo rezando en el silencio de Mi Corazón y así como cada uno de ustedes, en estos días de Maratón, podrá rezar por esta causa tan importante para Mí; porque en verdad les digo que comprenderán en profundidad esta, Mi causa espiritual por los Estados Unidos y por las almas de este país, cuando esta aspiración se materialice en la superficie y especialmente se manifieste a través de las almas que se congregarán en Mi Nombre.
Un nuevo plan puede ser presentado para esta nación y para este pueblo; para que, saliendo de la ambición y del consumismo, ingresen en la escuela de la donación y del servicio verdadero por los que sufren; por los que sufren aquí, en este país, hace mucho tiempo, por los que sufren el trauma de vivir la guerra, de servir a la guerra como si fuera algo importante o victorioso.
Vean dónde terminó el camino de esta nación; pero los grandes y profundos milagros sucederán en los corazones que escuchen el Llamado del Señor y, sobre todo, en los corazones que sean mediadores del amor y de la cura en este planeta.
Extendiendo Mis Brazos y Mis Manos en señal de cruz, vengo a bendecir a esta nación en el nombre de Dios para que las almas puedan cumplir y vivir el Propósito Espiritual, para que salgan de la cadena interminable del sufrimiento y de la agonía, de la culpa incesante por haber vivido la guerra.
Aspiro, profundamente, a que se establezca aquí la paz y esta paz pueda colmar a los corazones sedientos para que, estos corazones y almas sedientas en estos días de oración suplicante y misericordiosa, puedan ser ungidos por Mi Luz Espiritual.
Recemos por esto de verdad y de corazón. Recemos por todo lo que debe convertirse en los Estados Unidos para que pueda vislumbrar en el horizonte la redención, durante el Retorno Glorioso de Cristo.
Una vez más, les agradezco por estar aquí Conmigo, en este día, y por hacer el esfuerzo verdadero de seguir los pasos de la Jerarquía, porque lo que les espera a todos en el próximo tiempo es maravilloso, algo renovador y curador para las almas.
Reciban Mi bendición en esta larga jornada de peregrinación junto con los Sagrados y Divinos Corazones.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más