Mensajes mensuales
MENSAJE ESPECIAL DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO PARA LA 42.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE MIAMI, FLORIDA, ESTADOS UNIDOS, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Hoy he venido a un lugar muy necesitado.

Por eso hoy Me encuentro sobre un espacio muy frecuentado por el mundo, por la consciencia humana.

Mi Luz se derrama sobre el Mar Caribe, en donde una historia se guarda. En donde acontecimientos sucedieron, los que aún no fueron curados por nadie.

Es así que nuevamente Mi Voz se pronuncia, ahora en esta parte de Norteamérica, en donde las Leyes no se cumplen ni se viven, en donde el equilibrio y la armonía entre las almas no son lo primordial, sino el beneficio propio y, sobre todo, lo que ustedes conocen como poder.

Quiero que comprendan que el mundo deberá purificarse para poder ingresar en un nuevo ciclo.

Yo vengo por cada uno de los inmigrantes, por los que sobreviven y participan de esta realidad planetaria, la que los lleva a vivir esfuerzos y el sacrificio de sus vidas para poder alcanzar una oportunidad.

Es por eso que Me encuentro sobre el Mar Caribe, a las puertas de la ciudad de Miami, para poder iluminar con Mi Luz, con la Luz de Mi Espíritu y de Mi Consciencia Divina, para poder hacer descender el milagro que toda esta parte del pueblo necesita, para que así reciba la Gracia de Dios y sea colmada por la Misericordia.

Esa es la razón por la cual, compañeros, el ejercicio de oración de la Misericordia se desarrollará aquí.

Quisiera que pudieran ver más allá de las apariencias de la vida material, en la que se acomodan muchas almas y de la cual luego no pueden salir, ni siquiera para dar un paso en la consciencia espiritual.

Vengo a intentar recuperar lo que está perdido y lo que una vez brilló en los universos. Vengo en búsqueda de las esencias que están siendo apartadas de Mí y que tienen miedo de no poder sobrevivir en la vida material, en sus trabajos, en sus familias, sobre todo por estar tan lejos de sus naciones.

No vengo a sembrar aquí ninguna decisión material. No vengo hablar de las leyes de la Tierra, sino a mostrar lo que está torcido y lo que debe enderezarse hacia el camino de la Luz y de la Misericordia.

Es tan urgente el apelo de esas almas que han clamado por Mí, que Yo las he escuchado con atención y estoy atendiendo sus súplicas en beneficio de sus espíritus y de toda la humanidad, almas que de alguna forma reciben las consecuencias de esa vida porque allí se encuentran.

Todos en espíritu son peregrinos, peregrinos que deben ingresar en Mi Camino de Redención y de Amor.

Es el camino que Yo ofrezco a los pobres de espíritu y a los más simples de corazón.

Trayendo esta Gracia para los más marginados hago resplandecer Mi Divina Misericordia, no solo en Miami, sino también en esta parte de Estados Unidos, nación que debe salir de un sueño profundo en el cual vive permanentemente.

Por eso abro Mi Brazos para todos y quiero acoger a cada alma en Mi Corazón misericordioso, con la finalidad de que se sientan amadas, apreciadas y curadas por Mi Amor.

No vengo a imponer un conflicto en la consciencia de esta nación, sino a despertarla a una verdad que todos ven pero no quieren reconocer porque es una falta muy grave.

Quiero así instituir en las almas una oportunidad para que tengan fuerza interior y puedan vivificarme; retirarlos de la esclavitud para que puedan despertar en espíritu de Gracia y de Misericordia.

Por eso estoy sobre este mar, este Mar Caribe tan apreciado y tan tentado, tan explotado.

Aquí, en el principio, existía un Proyecto, el cual muy pocos conocieron porque no era nada material.

El Mar Caribe y sus islas eran islas de salvación para aquellos que debían espejar, como esencias, algo sublime para el planeta.

Y aquí, compañeros, estoy hablando de las almas que son Espejos.

La idea original para el Mar Caribe fue destruida en el momento de la conquista, porque era la Consciencia Indígena la que debía gobernar en esta región, con su humildad y reverencia, para atraer hacia el mundo principios de pureza y de redención.

A lo largo de esta peregrinación, muchas puertas inciertas fueron cerradas y muchas situaciones fueron transmutadas.

Deseo que en esta Maratón la convicción de orar con amor y fervor no se pierda.

Deseo que no sea una Maratón más, sino la oportunidad de traer una Gracia para sus hermanos, para aquellos que están más inconscientes e ignorantes de todo.

Quiero despertar en el Cristo Interior de cada ser.

Quiero hacer de Miami un punto de Luz para el mundo, un portal de rendición y no de beneficio propio.

¡Pensarán, compañeros, que eso es imposible!

Pero si Mi Padre Me lo pide, Yo convocaré a las almas que deberán hacerlo, aquellas que deberán crear las bases de una vida de oración para los no redimidos.

Esperé tanto tiempo para llegar hasta aquí y mostrarle al mundo que debe transformarse, así como también otras ciudades que están bajo la superstición, la perdición y el abandono; que están sumergidas en la vida material y lejos del espíritu, de la esencia.

Para poder hacer esta tarea en Miami, he traído Mi Gobierno, y eso significa a los Padres Creadores, los que intervendrán en muchos asuntos que no son físicos.

Intentaré, compañeros, por medio de esta Maratón y de su ofrecimiento, sembrar nuevos códigos de Luz en lo que está perdido y en todo lo que se ha apartado de Mi Creador.

Les dejo a ustedes la oportunidad de renovar la alianza Conmigo y de hacer de estos momentos, oportunidades para vivir el sacrificio y la entrega; trayendo así la esencia de la trascendencia y de la motivación, para dar nuevos pasos hacia el Camino de la Luz, hacia el Reino de Dios.

Durante esta Maratón, los ángeles trabajarán ayudando a los ángeles de la guarda de aquellos que duermen el sueño de la ilusión planetaria.

Desde estos mares tan buscados por el mundo, elevaré los Espejos de los Centros de Amor para que puedan refractar la Ciencia de la Vida y de la renovación de todas las consciencias.

No dejaré de dar los pasos que Mi Padre Me ha pedido, por eso necesito que Me acompañen y que no Me pierdan de vista.

Desde el comienzo de esta Maratón todo será importante, hasta los más mínimos detalles.

Cada ofrecimiento, cada ceremonia, cada canto, cada oración, como cada actitud, hará la diferencia para que Mi Obra se cumpla en Miami.

Quiero resucitar espejos que están muertos, almas que se han apartado de Mi Corazón.

Quiero entregar Mi Bandera de Paz a los oprimidos, Mi Estandarte de Luz a los caídos, Mi Corazón a los que sufren la esclavitud.

Quiero liberarlos de las cadenas de la inercia planetaria; por eso he decidido comenzar en Miami.

Pero tengan presente, compañeros: después de que Yo haya pasado por allí, todo se desencadenará y no deberán temer.

Las corrientes poderosas de Mi Corazón vienen para liberar al mundo y a la consciencia humana de sus abismos.

Los bendigo y acepto sus oraciones del corazón y no de palabras.

Con amor y perseverancia atenderán a Mis Pedidos.

Quiero de Mis Apóstoles, servidores en máxima operación, luceros para el mundo.

¡Adelante!

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN DEL NIÑO JESÚS, DE LA VIRGEN MARÍA Y DE SAN JOSÉ EN MONTE SHASTA, ESTADOS UNIDOS, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Santa María, San José y el Niño Jesús.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Hoy, estamos colocando al mundo, queridos hijos, ante la Fuente de Dios, desde donde surgieron Nuestros Sagrados Corazones para promover en el mundo la Paz y la Misericordia de Dios. 

Hoy, veo a todos sus corazones y a los corazones de sus hermanos en el mundo como a esos nuevos pastores que, recibiendo el anuncio de la venida del Cristo interior, caminan al lado de los Mensajeros Celestiales para que se pueda cumplir en este planeta la gran promesa de los mil años de paz. 

Es así, queridos hijos, que con el gozo del Espíritu Santo, hoy se presentan Nuestros Tres Sagrados Corazones para que, una vez más, las familias del mundo se puedan unir en el amor y en la fe, y así puedan terminar con la separación y la indiferencia que somete a muchas familias del mundo.

En verdad, les pregunto, queridos hijos, qué es lo que hoy celebra la humanidad, ¿el Nacimiento del Rey o la perdición de las almas?

Quiero que sientan en Mi Corazón la Luz Sacratísima de Mi amado Hijo. Hoy, lo traigo en Mis brazos como el pequeño Niño Jesús para que Él haga humildes sus corazones, para que Él haga pacíficas sus vidas y así se realice el Plan de Amor de Dios.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de San José:

Queridos compañeros, siervos de Mi amado y pequeño Hijo, Mi Casto Corazón hoy resplandece mucho más que mil lirios, porque Mi Corazón Sagrado emana los aromas sutiles del Universo Celestial y, como Padre de las almas pobres y carentes, envío a Mis ángeles servidores para que recorran, en esta hora, los lugares más oscuros del mundo en donde las almas necesitan de la Luz de Dios y de la guía de Mi Casto Corazón para no caer en los errores de siempre.

A ustedes, queridos compañeros, siervos de la Sagrada Familia, les pido que celebren esta noche el Nacimiento de Jesús, recordando este importante acontecimiento en la humanidad, en el que un antes y un después fue vivido por esa raza más primitiva. 

Quiero que, así como Mis ovejas, pastoreen por nuevos universos, en donde sus consciencias se puedan expandir un poco más, y la sagrada promesa de sus corazones de vivir en el Reino de Dios y de traerlo hacia la Tierra se pueda cumplir en la humanidad. 

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras del Niño Jesús:

Estoy en los brazos de Mi Santa Madre porque tengo en Mi Corazón a cada alma de esta humanidad que, por más que sean indiferentes a Mi Nacimiento, Yo conforto a todas las consciencias con los Rayos de Mi Misericordia y de Mi Gracia para que las almas renazcan en la vida espiritual y en la paz, que serán tan necesarias en estos tiempos en los que la humanidad se transformará fuertemente. 

Como el pequeño Rey del Universo, abro Mis Brazos sobre el mundo y marco a esta consciencia del planeta con la señal luminosa de la cruz de Mi Corazón que, desde el principio de Mi Nacimiento en Nazaret y cuando Yo di Mis primeros pasos, Yo ya viví el sacrificio por cada uno de ustedes en Nazaret, aunque tuviera tan solo algunos meses de vida.

Vean así, Mis compañeros, cuán grande es la Misericordia de Dios por el mundo. Necesito que sus corazones, en esta noche en la que el orgullo y la vanidad florecen en el mundo, hagan pequeños sacrificios para que Mi pequeño Corazón de Niño y de Rey pueda ser aliviado por cada uno de ustedes. 

Por eso, hemos venido, en esta noche especial, para anunciarle al mundo la Misericordia de Dios que todavía está disponible para aquellos corazones que la quieran buscar y vivir en estos tiempos.

Hoy, la Sagrada Familia de Nazaret intenta espejar sobre la humanidad el mismo principio de Su Concepción Divina. Es así, que desde lo alto del Monte Shasta, en donde brilla Mi Santo Grial, son irradiados los códigos de la paz para que las almas cumplan la promesa de esperar Mi segunda Venida al mundo.

Ahora, Nuestros Sagrados Corazones, a través de la Hermana Lucía, daremos más Palabras de Luz para el mundo, pero les pedimos que se conecten a este momento, en el que todos los ángeles del Cielo se postran ante la Sagrada Familia que irradia Su espíritu de humildad, de simplicidad, de caridad y de Amor para cada corazón que, no importando cómo esté y cómo sea, quiera recibir Nuestras Sagradas Presencias de Amor y Misericordia.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos, con Nuestra Presencia, aquí en esta noche, vinimos a transformar, en esta humanidad, el sentido de la conmemoración de este día. Vinimos a recordarles a los corazones del mundo que Cristo no solo nació hace más de 2016 años; Él espera nacer, hijos Míos, todos los días y todos los años en el corazón de cada uno que se abre a Su nacimiento. 

Vinimos a traer al mundo los principios de la Vida Crística que se expresaron en cada uno de Nuestros Sagrados Corazones. 

De esa forma, hijos, traemos una última oportunidad a este mundo de expresar la familia universal, de vivir el verdadero Pensamiento Divino para el corazón humano. Eso no es difícil, está al alcance de cada uno de ustedes, porque solo vivimos en simplicidad, en amor y en devoción a Dios Altísimo.

Nuestros Sagrados Corazones, hijos Míos, solo se abrieron desde el principio de su existencia para responder al Llamado Divino; y cada uno de ustedes que escucha Mis Palabras y también los que no Me escuchan se abrieron para vivir este Principio Divino. Por eso, llegaron a este mundo para seguir el ejemplo del Hijo de Dios que se tornó carne en cuerpo, mente y alma para que sintieran la semejanza que hay entre el Creador y Sus criaturas.

Hoy, con Mi pequeño Hijo en los brazos, y contemplando el Santo Grial que contiene los códigos de Su Pasión y también de Su Vida, irradiamos a todo el planeta cada segundo de la existencia de la Sagrada Familia, para que este Espejo de Amor y Unidad con Dios haga despertar a los espejos de sus corazones y crear así, hijos Míos, en esta noche, una gran red de Luz para rescatar a aquellas almas de Mis pequeños hijos que están en el mundo, cegando sus ojos, sofocando sus almas con las ilusiones y distracciones de este mundo.

Les pido, hijos, que abran sus corazones en esta hora para que Mi Inmaculado Corazón, como el Gran Espejo Universal, despierte en sus espíritus el don de espejar la Voluntad Divina, para que en estos tiempos puedan reflejar junto a Mí los principios de una nueva vida. 

Como Sagrada Familia, formamos un Gran Espejo de Luz y nos unimos a todos los espejos del Cosmos para atraer hacia la Tierra la gran oportunidad que los ayudará a superar los tiempos que vendrán y, más que eso, a vivir la Voluntad de Dios. 

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de San José:

Queridos hijos y compañeros de Mi Casto Corazón, más que palabras, en esta noche solo quisiera que sintieran Nuestra Presencia en sus espíritus, en sus corazones; porque de una forma simple, así como somos, quisiéramos despertarlos definitivamente para que aprendan a vivir el amor y la unidad con Dios, sin necesidad de experimentar el sufrimiento. 

No es la Voluntad del Señor que Sus criaturas sufran, porque este planeta es el planeta del amor, pero depende de cada una de Sus criaturas las elecciones que harán de los aprendizajes que vivirán en este mundo. 

Si aprendieran a renunciar, a rendir sus espíritus en los Altares Celestiales, colocando su cabeza en el piso, humildemente, sin necesidad de que las experiencias de la vida los quiebren por dentro; aprenderían, hijos Míos, cómo es simple, en verdad, llegar a Dios.

Deberían vencer sus resistencias, rindiéndose ante Dios, porque Él es el verdadero vencedor de este mundo y de todos los otros.

Dejen que Él los venza, que haga de sus vidas una gran victoria en todo el universo, en toda Creación.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras del Niño Jesús:

Queridos compañeros de Mi Sagrado Corazón, hoy vengo como niño, como un pequeño Hijo de Dios para que, con este ejemplo, comprendan que Dios se manifiesta en los pequeños de corazón, en aquellos que se abren para vivir la pureza y que como niños permiten que el Creador ingrese en lo más profundo de sus seres y los transforme en dignos hijos de Dios, así como Yo Soy.

Yo vengo, en esta noche, como un ejemplo para todos los corazones del mundo. Permitan que Yo nazca dentro de ustedes, porque para eso estoy aquí. Cuando retorne al mundo, quiero mirar a sus ojos y ver un espejo de Mi Presencia Divina. Quiero encontrarme dentro de ustedes y vivir la perfecta unidad que Mi Padre pensó desde el principio.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Hoy, Mi Divino Hijo, en lo alto de este Altar, preciosamente realizado para Nuestros Sagrados Corazones con el esfuerzo de las manos que trabajan para construir el Plan evolutivo, consagrará el pan y el vino, celebrando esta Comunión con cada uno de sus corazones; en unión a los Tres Sagrados Corazones que, como una preciosa triangulación de Luz, se proyecta sobre sus cardíacos con el fin de expandir el Amor del Creador por el mundo. 

Consagremos.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras del Niño Jesús:

Como un Sol que brilla en el universo, compañeros, Mi Corazón desciende a la Tierra en esta noche en la que las tinieblas son disipadas y los infiernos son cerrados por la oración de las almas de este planeta, por la confianza que cada corazón ha emitido en estos últimos nueve años a través de Nuestras Presencias, creyendo en Nuestras Presencias, Nuestra Presencia divina e inmaterial. 

Hoy, poso Mis pequeñas Manos, las Manos del Niño Jesús, sobre estos elementos y, en los brazos de Mi Santa Madre y en la Presencia de San José, la Santísima Familia consagra estos elementos para que se puedan transformar en el Cuerpo de su Señor y en la Sangre de su Rey, dolorosamente derramada para la liberación de los pecados del mundo y de las maldades de la humanidad. 

Bajo la señal de la cruz y la autoridad que el Padre Me concedió, Yo bendigo estos elementos para que las almas gocen en Mi Espíritu y en la Tierra se establezca la santa paz, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Ahora, llevamos al Cielo las súplicas de todos sus corazones, de los corazones del mundo que, a través de esta sagrada Vigilia de Oración, encendieron su Cristo interior para seguir adelante en este Plan de Redención, en este Plan de conversión y de rescate de la humanidad.

Nuestros Sagrados Corazones, bajo la bendición del Santo Espíritu, agradecen a todos por haber permitido que los Sagrados Corazones lleguen a los Estados Unidos, y también para que Ellos prosigan en esta divina misión a Oklahoma, Miami y Orlando. 

Contamos con su colaboración, su colaboración interna, espiritual y material. Esto es muy importante para el Padre, especialmente para toda esta nación que tanto Nos necesita. 

Agradecemos, y una buena Noche de Paz para todos los seres de buena voluntad. 

Agradecemos.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Madre María Shimani de Montserrat:

Queridos hermanos, los que están aquí presentes y los que nos acompañan a través de Misericordia María TV, con estas tan valiosas y simples Palabras de nuestros Mensajeros Divinos que, Noche Buena tras Noche Buena, aspiran a que nosotros encendamos nuestro Cristo interior y ese Cristo interior es el espacio de nuestra consciencia que esta indivisiblemente unido a Cristo Jesús. Es esa parte de nuestra consciencia que siempre aspira a estar en Cristo, y aspira a que Cristo viva dentro de nosotros, que guíe nuestra vida, todos nuestros sentimientos, nuestros pensamientos, para que nuestras vidas puedan ser un instrumento de Su Amor, de Su Sabiduría, de Su Paz; para que, día a día, podamos ir por el mundo, seguros del lugar en el que estamos dentro del Corazón de Dios. Ese es nuestro Cristo interior y eso es lo que Nuestro Señor intenta encender cada día.

Sobre todo, en estas Navidades, en las que muchas veces nos distraemos del verdadero Propósito de Dios. Los Mensajeros Divinos, en cada Navidad, fortalecen nuestra unión con Sus Corazones, intentan ingresar en nuestros hogares para traer esa paz y ese amor que siempre debería guiar nuestras vidas.

Nosotros aspiramos a que un poquito de esa paz y de ese amor haya podido ingresar a sus corazones, que hayan podido encender su Cristo interior y sepan que, viviendo ese Cristo interior encendido, nosotros podemos alcanzar también el Corazón de Dios. 

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE EL SAGRADO LLAMADO, EN LA CIUDAD DE SAN FRANCISCO, ESTADOS UNIDOS, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Yo traigo la Paz hacia un lugar en donde no existe; por eso he venido aquí, buscando de ustedes una respuesta verdadera que pueda abrazar Mi Corazón a partir de todas sus súplicas.

Vengo a retirar de este lugar lo que causa el dolor y todos los errores.

Vengo a apartar con Mi Mano lo que hace perder a los hijos de Dios, el camino de la Luz y del Amor.

Por eso he venido aquí en espíritu, bajo el Espíritu de Mi Padre, para despertar sus consciencias hacia algo que es necesario en estos tiempos, que es ser consecuentes, como nación y como pueblo, con los Planes de Dios, que a pesar de ser desconocidos por todos deben realizarse a partir de la entrega de sus corazones a Mi Propósito Redentor, que debe llegar a muchas más consciencias en el mundo.

Así podrán comprender compañeros, cuán importante es su paso delante de todo lo que sucede en el mundo y de lo que aún sucederá en esta nación.

No puedo prometerles en este lugar cosas grandiosas, solo les puedo prometer Mi Reino que es seguro y eterno para todos los corazones.

Es así, compañeros, que a partir de su paso verdadero Mi Obra se expandirá y llegará a aquellos corazones que aún estando cerrados, no conocen la grandeza de Mi Amor ni tampoco el poder de Mi Misericordia.

Hoy vine a traerles, compañeros, una oportunidad única de confirmar sus almas a la consagración, la consagración que es importante para que muchas Gracias más desciendan sobre aquellos que no las merecen.

Y ¿por qué hoy les digo esto? Porque el poder de Mi Misericordia trasciende todos los límites y las barreras, todos los errores y todos los obstáculos a través de los tiempos y en toda la humanidad.

Si ustedes aceptan esta Fuente de Misericordia que es inmaterial y luminosa, sus espíritus, que así lo esperan, lo agradecerán profundamente desde el momento que abran sus consciencias al llamado de Mis Palabras a la proclamación de Mi Divino Espíritu por cada uno de ustedes y por cada uno de sus hermanos.

Es así que el Padre Eterno en Su infinita Misericordia y por la intercesión de Su Divino Hijo, ha decidido, compañeros, continuar con esta peregrinación que no solo es material, sino profundamente espiritual; guiada por la Fuente Única para que la mayoría de los corazones sean tocados por este Gran Espíritu Redentor.

Porque en verdad les digo, compañeros, esta es la última oportunidad de despertar la consciencia a la verdad que muchos aún no han visto.

Es por eso que hoy vengo de un lejano desierto, que forma parte de su nación Norteamericana, un desierto muy experimentado que también debe consagrarse en su austeridad y soledad a Mi Sagrado Corazón.

Pero como Yo sé, compañeros, que muchos de ustedes no tienen conocimiento sobre la verdadera realidad, que sucede en los desiertos del mundo, es así que vuestro Maestro del Amor, antes de llegar aquí en este día, posó Sus Pies sobre ese lugar para desactivar muchas cosas que no deben suceder en la humanidad.

Es así, que por medio de la renovación que Yo les traigo para cada una de sus vidas y a partir del impulso de sus corazones, de abrazar esta gran propuesta de Mi Eterno Corazón de Amor, Yo los invito a contemplar con sus corazones toda la Creación de Dios que en este Planeta y en esta humanidad, está siendo destruida y olvidada por la mayoría.

Se podrán preguntar, compañeros, ¿por qué hoy los llevo al desierto de Nuevo México? Porque así como los demás desiertos en el mundo que forman parte de una tarea espiritual, de la trascendencia de la humanidad, de su condición humana, por medio del desierto interior, Yo les pido, por medio de este ejemplo, de contemplar los desiertos del mundo, que cada uno de ustedes Me pueda encontrar en ese desierto de Nuevo México, como Me han encontrado en Shambala, en Chilca, como en el desierto de Atacama.

Así como la Madre de Dios, la Reina del Cielo y de la Tierra les revela el poder de Sus Espejos, la comunicación inmaterial entre las almas y Dios, Yo les demuestro a través de los desiertos del mundo, la posibilidad de encontrar dentro de cada uno de ustedes, al Dios del Amor, al Dios del Perdón, al Dios de la Divina Misericordia.

Por ese desierto que Yo, hoy he pasado, intenté renovar muchos principios que en esencia forman parte de la consciencia espiritual de esta humanidad, especialmente de su nación y de su pueblo, que como los antiguos pueblos del desierto, deben recuperar no solamente su pureza original, sino principalmente su sabiduría., para que puedan tomar decisiones bajo el amparo y la guía de la divinas Leyes de Dios, que son alteradas en estos tiempos por las actitudes humanas, por las acciones humanas, por la respuesta que da la humanidad ante la verdadera necesidad de la reconciliación, del perdón y de la redención de toda la consciencia humana ante el Creador.

Vine así a retirar algo que oscurece a las almas, para que pudieran ser iluminadas por Mi Espíritu.

En esta hora definitiva, en donde todos está en juego dentro y fuera de los seres, en donde todos sus caminos están ante una gran definición y la posibilidad de un profundo despertar de la consciencia superior de cada uno de los seres humanos.

Y eso será posible, compañeros, por medio de una Ley que han olvidado, que olvidó toda la consciencia norteamericana, que es la Ley que hoy se manifiesta ante sus ojos y corazones: la Ley del Amor, del Amor-Sabiduría, que los llevará a encontrar el camino que muchos han perdido.

Es así que a Mi derecha les abro una puerta, una nueva puerta, para que junto a Mí y en Mí, comiencen una nueva etapa, un nuevo camino, un nuevo sendero, hacia la eterna redención de todos los aspectos que han llevado al pueblo norteamericano, a los errores y a las guerras, a los conflictos, a la desarmonía de las naciones del mundo.

Los invito a ingresar a la puerta de la humillación porque así el Padre Eterno verá en sus corazones una rendición verdadera y no superficial.

Como Mi Madre lo ha pedido en Fátima en 1917, para que la guerra terminara, y el mal se extirpara del mundo, Ella reveló la Pureza de Su Inmaculado Corazón, que puede ser venerado por todas las almas del mundo independiente de su religión y de su creencia.

Esta puerta a la humillación que hoy les abro es una puerta definitiva que los conducirá a estar más cerca de Dios y dentro de Su Proyecto de Amor, que Él desea realizar en sus vidas y en la vida de sus hermanos.

Dependerá de ese paso, de cruzar ese umbral hacia la verdadera rendición, que ustedes amorosamente y por medio de su verbo orante abrirán las puertas para todos los que las tienen cerradas espiritualmente desde hace siglos.

Vean así, compañeros, hasta dónde puede llegar el poder del Amor de Mi Misericordia.

Es así que Yo estoy retornando, aunque muchos no lo crean.

Dichosos de los que viven cada una de Mis Palabras y las hacen carne de su propia carne.

Porque así estarán Conmigo paso a paso, momento a momento, y podrán ayudar a los que han negado estas revelaciones del fin de los tiempos y podrán ayudar a los que se han burlado de Nuestras Sagradas Presencias.

Dichosos los humildes, bienaventurados los alegres, porque serán merecedores de ver al Redentor en Su máxima Gloria y en Su verdadera faz, la faz de Su Existencia, de Su Unión íntima y eterna con el Creador.

Y ahora que algunos de ustedes se han humillado por muchos más de los que no se humillan ante el Padre Celestial, es que realizaremos esta comunión interna con Mi Sagrado Corazón.

Por medio de la comunión y de la oferta que cada una de sus almas haga al Eterno en este momento, para que se cumpla el Propósito de Dios en esta nación y en esta humanidad, con los ángeles del Universo, que adoran Mi Sagrado Corazón como Fuente de Prodigios y de Gracias, Yo los invito, compañeros, a liberarse de sus pecados, de sus heridas, de todas sus incomprensiones, de sus obstáculos, de todas las amarras y cadenas que a través de los tiempos no han permitido que fueran dignos hijos de Dios.

Recuerden que esta Santa Comunión del día viernes es por toda esta nación, y en acción de gracias por la presencia de su Humilde Maestro del Amor sobre este suelo querido.

Oración del Ángel de la Paz por tres veces, en inglés.

El incienso es la oferta de todos los ángeles del Universo, a todos los santos arcángeles, Padres Creadores del Universo Celestial, que por medio de este sagrado elemento exorcizan las fuerzas del Universo, liberan los espacios y consagran las dimensiones a la Luz del Creador.

Con la autoridad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, todos los males sean liberados y las almas renazcan al poder de Mi Amor Redentor.

Este es el agua que purifica, que santifica, que sacramenta a las almas con los Dones del Espíritu Santo y de Su presencia inmaterial, en todo el Universo.

Este es el Símbolo Vivo de Mi Sangre y de Mi Cuerpo preciosamente derramado para la salvación de las almas del mundo y de todos los planos de consciencia.

Este es el Grial que está llegando para irradiar Sus códigos de despertar y redención en toda la humanidad.

Los invito a revivir Mi Última Cena, especialmente a aquellos que nunca lo hicieron, que abran su corazón y su alma para recibir por medio de esta comunión la unión definitiva con el Todopoderoso.

Cantemos.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 41.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE MONTERREY, MÉXICO, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Y a pesar de que gran parte del mundo está en su muerte espiritual, Yo perseveraré con ustedes y no descansaré hasta conseguir lo que Mi Padre necesita para esta humanidad y para este Universo.

Y a pesar de que el mundo no escuche, no abriendo los oídos del corazón, Yo perseveraré con ustedes y no descansaré hasta conseguir lo que Mi Padre necesita.

Ayer les di a conocer un misterio que muchos no comprendieron, porque todo lo que se guarda en el Cielo no puede ser vivido por la mente.

Solo el corazón, sus corazones, tienen la capacidad de comprender lo que no es visible para todos; lo que vibra existe en todo el Universo.

La humanidad no puede restringirse a la vida material. En verdad les digo, la vida material es algo secundario.

Ustedes no pueden perder la unión con sus espíritus, porque serán sus espíritus, su mundo interior, los que comprenderán todo lo que existe en la Casa de Mi Padre.

Por eso, ha llegado la hora en que la humanidad, despierta y dormida, conozca la verdad que se guarda en el Universo.

Como un impulso espiritual para la redención de los corazones de todos los que están caídos en sus propios abismos, vengo a retirarlos, a cada uno, de su condición humana a través de los impulsos de Luz que viene a entregarles Mi Corazón.

Mi Corazón es el verdadero tesoro para ustedes, porque en Él se guardan todas las virtudes y dones que Dios constituyó desde el principio de la Creación.

Mucho antes de Adán y Eva, Mi Corazón ya pulsaba en el Universo como una realidad inmaterial, que después vino a encarnar entre ustedes para enseñarles a amar y sacarlos del error.

En Mi humildad les digo: están ante un Corazón poderoso, que no solo Me pertenece, sino a Mi Padre, porque Mi Padre es en Mí, así como Yo Soy en Mi Padre; y cada uno de ustedes puede estar en Dios. Cuando crean que eso es posible, así sucederá.

Esa es la razón por la cual las almas sufren mucho: se alejan del Padre, se alejan de Su Reino, de todos Sus tesoros celestiales que se guardan como una sagrada memoria, en Su Corazón Eterno.

Yo vengo a invitarlos, no solo a comulgar con Mi Cuerpo y con Mi Sangre, porque sé que es necesario para sus vidas vivir un ritual material, a una profunda comunión con Mi Corazón, como parte de una ceremonia interior para las almas.

Pero hoy Yo los estoy invitando a que se sirvan de Mi sagrada mesa todos los dones que Dios les está entregando por medio de impulsos espirituales que solo los renovarán, los redimirán y los curarán de todo, cuando se animen a dar ese paso, a abrir cada vez más sus consciencias a todo aquello que es desconocido por su vida material y por sus mentes.

Las Leyes que rige el Padre Celestial son Leyes Superiores y Divinas que la humanidad nunca consiguió seguir.

Una vertiente de esas Leyes, entre todas las que existen, son los Diez Mandamientos, las reglas básicas que se entregaron a la humanidad en el principio, a través de vuestro Patriarca, Moisés.

Si esas reglas hubieran sido vividas y no alteradas por la humanidad, la raza estaría en otro punto de su despertar y de su evolución. El sufrimiento no existiría en la humanidad.

De lo que ustedes llaman “deudas”, los corazones estarían libres si cumplieran las Leyes de los Mandamientos.

Pero como eso no ha sucedido, Yo tuve que encarnar en esta humanidad a través de la Sagrada Faz de Jesús de Nazareth, para enseñarles en las cosas simples los grandes misterios del Corazón de Dios, por medio de las parábolas que se guardan como llaves dentro del Evangelio que una vez Yo prediqué.

Aún así, compañeros, la humanidad no ha correspondido a lo que la Voluntad de Dios le ha colocado. Esa es la razón también, compañeros, por la que a través de los tiempos, nuestros Sagrados Corazones, el de Mi Madre María, el de San José, el del propio Cristo, hayan venido al mundo para poder instruirlo y corregirlo, para que puedan seguir el camino que Dios tiene previsto que puedan vivir.

Y aunque eso todavía no ha sucedido, Mi Sagrado Corazón les trae todas estas revelaciones.

Como fue la de Monte Shasta, así revelé en el Monte de las Bienaventuranzas todos los prodigios y las Gracias que las almas, en aquel tiempo, podían vivir.

Aún todas esas reglas están vigentes, aunque la mayoría de las almas del mundo estén separadas de esa realidad espiritual y solo los espera redimirse y consagrarse a Mi Corazón.

Si ahora, en este tiempo y por medio de este encuentro, tienen miedo a todo lo que Yo les digo, a las Revelaciones de la Consciencia de Dios, directamente de Su Fuente y en todo lo que Él ha creado, como en Monte Shasta, ¿cómo podrán, compañeros, esperarme cuando retorne con Mi verdadera Faz, aquella que Yo mostré en el Monte Tabor, en la Transfiguración?

¿Estarían listos para conocer Mi Ser Superior?

No quiero que se espanten, pues Mi Poder no es conocido por el mundo. Solo el diez por ciento fue el que descendió cuando Yo estaba en la Cruz y expiré.

Los templos se rompieron, las estructuras más rígidas se cayeron, los muertos resucitaron y hablaron y pronunciaron Mi Nombre.

Todos temieron en aquella hora por lo que le habían hecho al Hijo, al Primogénito, y a pesar de que todo eso sucedió y que reverberó en la memoria de muy pocos a través de los tiempos, aún tengo que venir aquí porque los amo y espero el bien para todos.

Pero es hora de que salgan del letargo para despertar a la nueva consciencia que trae Mi Faz de Gloria para los corazones más perdidos en el mundo, para aquellos que destruyen la Creación y los Reinos de la Naturaleza, solo buscando la conquista y el poder de sí.

Ha llegado la hora, compañeros, de preparar el mundo interno de la humanidad para poner fin a muchas cosas y para desenmascarar lo que aún muchos no ven con sus propios ojos.

El poder de la experiencia divina está descendiendo desde el Universo a este mundo, y cada vez que se aproxima, mayor será la purificación de los corazones para que estén libres de sí, limpios de todo y aptos para recibir al Redentor en Su segunda Venida.

Solo deseo que no sean indiferentes, como lo es el resto de la humanidad, que solo mira para sí misma y no para el semejante, para el que sufre, para el pequeño animal que está desprotegido, para el árbol que está lastimado, amarrado por las cadenas del hombre.

¿Ahora entienden que Mi Padre Me ha permitido estar en todo?

No solo estoy en la humanidad, sino en la esencia de los Reinos de la Naturaleza, que son la primera manifestación de la Creación del Padre Celestial.

Si esto se está volviendo corrupto por las manos de los hombres de superficie, ¿cómo la vida espiritual de la humanidad no se corromperá a sí misma por lo que vive y por lo que siente, por lo que hace y practica en contra de las Leyes de Dios?

Perdonen, compañeros, pero vengo a decirles la verdad para que abandonen el sueño mundial que muchas consciencias viven, sin siquiera percibirlo.

Les traigo Mis Gracias, las Gracias de Mi Gloria, para que puedan despertar cada día más y ver que el mundo está sufriendo las consecuencias de sus propios errores; es algo que el Padre no quiere ver más en esta humanidad, en este planeta y en todo el Universo.

Vengo a reactivar en ustedes el espíritu de la capacidad de amar, porque es el Amor que los liberará. Y así sus súplicas serán escuchadas y en el momento cierto, recibirán lo que tanto necesitan.

Sean corazones pacientes en la verdad y en el amor, así ayudarán a las almas que desesperan en el infierno de su propio error.

Les doy la potestad de amar cada vez más, sin límites, sin restricciones y sin fronteras, porque es el Amor, como ustedes lo han visto a través de Mi Pasión, el que todo revertirá.

Esta es una humanidad que ha alcanzado pocos grados de amor, a diferencia de otros Universos, en donde el amor crece, día a día.

Por eso están siendo ayudados por Consciencias que no conocen y que tal vez nunca conocerán. Consciencias al servicio del Amor, así como los santos ángeles y los santos arcángeles, que vienen a su encuentro cada vez que su Maestro desciende a la Tierra; y aunque no los puedan ver, ellos están aquí para colmar los corazones heridos y así, abrir las puertas a la Redención.

Mi esperanza en este día sagrado era decirles muchas cosas más, expandir el Sagrado Conocimiento que Yo les traje desde Monte Shasta, así como de otros lugares benditos en la Tierra, en donde se guardan las llaves para la Nueva Humanidad.

Tan solo cuando las almas se unan en una profunda oración accederán al legado celestial que está guardado en esos lugares para todos los corazones de la Tierra, como el Monte Sinaí, el Monte Tabor, el Desierto de Shamballa, las sagradas montañas de los Andes; lugares que están abiertos para que las almas puedan contemplar todo lo que Dios creó para cada una de Sus criaturas.

¿Ahora comprenden la diferencia compañeros, de poder contemplar y no destruir?

¿Cómo tendrán un mundo nuevo si lo están lastimando?

¿Cómo nacerá una nueva consciencia?

¿Cómo las Leyes de la cura descenderán a la humanidad, si la humanidad está enferma por no vivir la Ley del Creador?

¿Cómo se establecerán los puentes de la hermandad y de la fraternidad si los que oran son tan pocos?

Estoy invitando a los que nunca se animaron a penetrar el misterio de Mi Divina Misericordia, para que así como he hecho con cada uno de ustedes, pueda convertir sus corazones en fuentes de vida y de renovación.

Y ahora Me preparo para algo muy importante, en donde ustedes son partícipes y podrán serlo aún más, si colaboran Conmigo para que esta misión a los Estados Unidos se cumpla, independientemente de quién esté presente allí, en esa nación, o todo lo que haya hecho, a través de los tiempos, a otras naciones del mundo.

Nuevamente, bajo el espíritu de la Fe del Padre , los invito a colocarse por encima de todas esas cosas. Así, estarán dando un paso seguro hacia Mi Corazón, y no hacia otro, en donde todo está vacío.

Hoy, finaliza una etapa en México.

Los Sagrados Corazones en Centroamérica y en México consiguieron abrir las puertas para una sagrada oportunidad que se verá en un futuro cercano.

Las semillas que formarán la Nueva Tierra se siembran de a poco, para que sus frutos nazcan fuertes y den más semillas, para las nuevas almas que encontrarán este camino hacia Mi Corazón.

Que sus corazones busquen todo el tiempo ser sinceros, para que la proclamación guardada en esta canción sea escuchada por todos los que tienen que abrir sus oídos al llamado del Creador.

El corazón sincero es el que vive en Cristo.

El corazón sincero es el que busca a Cristo y a pesar de todo, aspira estar en Él.

El corazón sincero gesta en sí los tesoros de Dios, que formarán parte de la Nueva Humanidad.

El corazón sincero no es indiferente, sino atento, vigilante y solícito ante el llamado que enfrente en su camino. Vive así, como corazón sincero, en un servicio mayor.

El corazón sincero se abre para escuchar las correcciones de la vida, y sin prejuicios, acepta en humildad lo que Dios le envía.

El corazón sincero ama más allá de él y penetra las dimensiones en donde el Gran Amor de Dios se guarda y desde donde parte la Vida Eterna.

El corazón sincero atiende a las necesidades del mundo y no pierde ni un segundo para poder donarse por amor al Creador y a Su Hijo Primogénito.

Un corazón sincero es libre de sí y de todo lo que ha creído de sí mismo, porque su propia sinceridad lo lleva a liberarse de todas las amarras.

Un corazón sincero imita al Señor y sigue Sus caminos hasta poder encontrar su misión en estos tiempos.

El corazón sincero suplica a su Creador teniendo fe de que alcanzará lo mejor para todo este mundo.

Un corazón sincero abre las puertas al Reino de Dios con la expresión de su amor interior por todo lo que fue creado, y así, está en comunión eterna con todo el Universo y con su absoluto Rey, el Redentor.

El corazón sincero transmuta en silencio y no se incomoda por todo lo que vive, porque si en él está la humildad y la capacidad de amar, estará viviendo la Voluntad Divina.

El corazón sincero está disponible a su Maestro del Amor para poder cumplir todo lo que Él pide, confiando profundamente en que eso es verdad.

El corazón sincero muere para sí mismo para poder hacer nacer a las almas al Amor de Dios.

El corazón sincero es un apóstol del nuevo tiempo, es el discípulo de la sagrada renuncia y de la aceptación de todo lo que es divino y sublime en el Reino de su Padre.

El corazón sincero sirve para que se cumpla el Plan de Dios en esta humanidad y en todo el Universo. Así concretará la parte que le cabe y estará en el camino de la Luz siendo permeado por Mis Rayos, por la Luz de Mi Divina Misericordia, hasta que se cumpla Mi esperado Retorno.

El corazón sincero canta para proclamar la venida del Amor a través del Hijo de Dios.

El corazón sincero cree en el Retorno de Cristo y espera que cada minuto pase para que su Maestro llegue a su encuentro.

Sean corazones sinceros y se transformarán en algo que nunca han conocido.

Conocerán la libertad interior y estarán, a pesar de todo, en el Universo del Amor de Dios.

Con estas palabras, bendigo a los que se sacramentarán en nombre de muchos que serán tocados, como en esta nación, por Mi Luz redentora (*)

Cuando todos son sacramentados, puertas inciertas se cierran y nuevas puertas a la luz se abren, con el fin de que los corazones reencuentren su filiación y su profunda comunión con el Padre Celestial.

Después de esta consagración, compañeros, en donde sus almas y estos elementos fueron nuevamente bendecidos, con el fin de que siempre busquen vivir en la Ley, Mi Corazón ya está listo, así como lo estuve en la plaza de la flagelación, para ingresar a los Estados Unidos.

Les agradezco.

Hoy quiero que canten una canción que resuene en el pueblo de Dios, que busca vivir en la esperanza y en la comunión con el Redentor. Como ustedes una vez me dijeron: “Eso que soy, eso te doy”

No importa cómo sea, sino, que sea verdadero. Porque si lo que Me dan es verdadero, Yo siempre les agradeceré porque serán corazones sinceros que darán lo mejor de sí, a pesar de lo que suceda.

Me elevo a la Casa de Mi Padre llevando sus súplicas y las oraciones de todos Mis hijos en estos dos días.

Así, alzando Mi Mano hacia lo Alto, pidiendo la Gracia de Dios, colocando Mi Mano izquierda sobre Mi Corazón, Yo los bendigo bajo el Poder y la autoridad de la Santa Cruz, que redimió a las almas, exorcizó a los demonios, liberó a los corazones, e instituyó la unión del Cielo y de la Tierra a través de los servidores que viven en la buena voluntad, en la esperanza y en la fe, abriendo las puertas para esta próxima misión a los Estados Unidos.

Yo los bendigo y los absuelvo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. (x3)

No olviden que si están en paz, allí Yo estoy.

Les agradezco.

(*) El coral entona “Corazón Sincero”.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 41.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE MONTERREY, MÉXICO, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Hoy estoy sobre un Monte muy especial, llamado Shasta.

Desde él encomiendo a Mi Padre a todas las almas que allí se encuentran, que no Me escuchan, que no Me viven, ni tampoco Me sienten en su interior.

Este es el Monte fundamental que trae revelaciones importantes para el fin de los tiempos, para aquellos que despiertan a su revelación interior.

Por más que muchos no lo conozcan hoy les digo: este Monte es muy especial para Mí, está en Norteamérica, y es desde donde surge la primera Fuente de la Redención para todos aquellos que allí se encuentran y que ni siquiera han percibido qué es lo que guarda en su interior.

Por eso hoy estoy sobre él. Lo traigo para ustedes en su faz espiritual.

Estoy con los brazos abiertos sobre él como el Redentor, como Aquel que vendrá entre las nubes anunciando un Nuevo Tiempo y el fin de un ciclo para la humanidad.

En este Monte existen siete llaves importantes, no solamente para las consciencias norteamericanas, que son las que más lo necesitan en todo el mundo, sino también para todos los corazones que quieran vivir a través de estas llaves una revelación interior para su camino espiritual y su profundo despertar.

El Monte Shasta es como la punta del Nuevo Edén, es la cabeza que comanda a muchas otras consciencias en los planos del espíritu.

En él se vierten muchas Gracias que son para los que menos las esperan.

Estas siete llaves de las cuales Yo les hablo trabajan en el fin de los tiempos con la redención de la humanidad, comenzando por Norteamérica y después con el mundo entero.

Primera Llave: Humillarse ante lo que uno no conoce ni sabe, que es el infinito, lo superior y lo desconocido. Aquello que está por encima de toda la Creación, que ustedes conocen como Fuente Primordial.

Quien no se humilla ante esa Fuente, no será merecedor de tantas Gracias.

El Monte Shasta eleva sus consciencias para que puedan vivir esa humillación y reconocer dentro de sí, un Dios interior que siempre existe.

La segunda Llave que guarda este Monte es la trascendencia de todas las condiciones humanas de la vida, de las perversiones, de los abusos, del falso poder, del control humano, de la devastación, de todo lo que el hombre de superficie ha hecho hacia los Reinos de la Naturaleza.

La trascendencia es la llave principal de este Monte para poder alcanzar los próximos pasos.

Tercera Llave: La renuncia a todo lo que uno ha creído de sí, a todo lo que uno conquistó estando lejos de la Ley Mayor, de la Verdad, del Sagrado Conocimiento y principalmente, de la Unidad.

Si no se renuncia, no se pueden alcanzar los pasos superiores.

La llave de la renuncia del Monte Shasta es fundamental para las consciencias que aún mantienen el control de sí, y la conquista no positiva de otros corazones.

Cuarta Llave: Penitencia. Si no hay un acto de restricción, no habrá liberación. Esto es lo que le falta a la consciencia americana para que se pueda unir definitivamente a la Fuente, de la cual se ha separado hace mucho tiempo.

En la penitencia existe la posibilidad de la liberación interior, de los atavismos, de los abismos de la consciencia humana y de todo el planeta.

En la penitencia pueden reconocer sus errores sin la necesidad de sufrir, ni padecer.

El Monte Shasta les proporciona la expansión de la consciencia cuando el alma es penitente, de una forma verdadera.

Quinta Llave: La Cura. En la cura está todo, el principio y el fin de la vida, la síntesis de la consciencia humana, de todo lo que ha experimentado sobre este planeta, sea positivo o no positivo.

En la cura encuentran la Fuente Mayor que los abraza y los quiere permear con Sus Rayos, para que alcancen la Redención.

Si antes reconocen la penitencia, podrán reconocer la cura, Sagrada Fuente interior que habita en lo más íntimo de cada ser cuando entra en comunión con el Altísimo.

En este Monte existen muchos misterios que no están a la vista de los ojos curiosos, sino de los corazones simples que se abren para conocer dentro de sí este Sagrado Monte interior, que en el principio fue permeado por la Luz del Creador, sobre todo en la Consciencia Indígena.

La siguiente llave es el conocimiento de sí, saber quién uno es verdaderamente, qué vino a cumplir en esta humanidad y para este ciclo final.

La llave del conocimiento de sí es importante porque el Monte Shasta, su esencia interior, les puede dar a conocer sobre su verdadero origen, sobre su verdadera esencia en este Proyecto del Creador y para esta fase de la Redención.

El conocimiento de sí les permite no ser más que los demás, no ostentar de los demás cosas que no les pertenecen.

El conocimiento de sí a través de Monte Shasta, los lleva al desprendimiento espiritual y material de todo lo que los retiene hace mucho tiempo, de todas las deudas cometidas que no permiten dar los pasos hacia la ascensión.

El sexto paso es la ascensión de sus corazones y almas, por medio del fuego interior de Monte Shasta, que activa la devoción interior y la unión de las consciencias con el Principio de la Mente Única.

En síntesis, son los dones y los talentos que la Fuente Primordial, a través de Monte Shasta, puede revelar para las almas que despiertan a la Sagrada Sabiduría y al amplio conocimiento de la Fuente de Dios.

Sobre este Monte, al igual que el Monte de las Bienaventuranzas, descendieron los principios de la Creación, para una humanidad dormida, que aún no ve su propia realidad.

Séptima Llave que completa todos los pasos, es la humildad para alcanzar la iluminación del espíritu y la expansión del alma hacia otros mundos, en donde existe la vida, la fraternidad y la hermandad.

No pueden vivir la llave de la humildad mientras se salteen los pasos anteriores.

Cada consciencia tiene su tiempo para ascender por esta escalera hacia lo alto del Monte Shasta, en donde se realizará completamente la Obra en cada consciencia humana, que en simplicidad y amor haya seguido todos estos pasos, para así vivir, finalmente, la Redención.

¿Ahora ven compañeros lo que está perdiendo Norteamérica por su somnolencia espiritual y su profunda indiferencia?

Aquellos que han despertado a través de Monte Shasta, contemplando su simple naturaleza alrededor de esta sagrada montaña, que coloquen a los pies de ella a todas las consciencias que deben despertar al llamado del Hijo de Dios, para poder seguir el camino de la ascensión y no el camino de la involución.

Vengo así a mostrarles un camino diferente a las puertas del Monte Shasta, donde se guardan muchas más llaves que las que hoy les revelé.

A partir de ahora, invito a Mis compañeros del mundo entero que ejerciten estos siete pasos, porque así Me ayudarán cuando Yo llegue a los Estados Unidos y Mi tarea espiritual y divina sea más profunda y amplia en todas esas consciencias que necesitan de la Misericordia de Dios, de la Fuente de la Compasión y del Amor, así como ustedes la han recibido, encuentro tras encuentro.

Ahora, a todos ustedes les llegó la hora de dar lo mejor por los demás, por los que son más indiferentes y ciegos en su camino espiritual y material.

Vengo así a demostrarles, a través de Monte Shasta, que Mi Corazón pulsa sobre él como un Manantial de Misericordia y se derrama sobre la consciencia humana, que a través de los años, de los siglos y de los tiempos se ha deteriorado mucho, por su propia ignorancia y perdición.

Vengo a pedirles, compañeros, que sean misericordiosos con la obra que debo realizar en los Estados Unidos. Que siguiendo estos pasos de ascensión hacia Monte Shasta, se pongan por encima de todo lo que sienten contra esta nación y pueblo, y hagan como Yo hice: cargar con la Cruz de los pecados del mundo para que los más imperfectos y perdidos reciban la Gracia de la Redención y de la Rehabilitación.

Llegó la hora, compañeros, que den un salto más alto, un paso más amplio en su evolución, y eso comenzará a partir de sus corazones, viviendo cada una de Mis Palabras y llevándolas a la práctica en esta hora crucial, en donde Mi enemigo condena a muchas almas del mundo como las que allí se encuentran, en su propio abismo espiritual y sobre todo, material.

Si ustedes dan ese paso por Mí, sus familias darán un paso muy grande.

No vengo a darles promesas pequeñas, sino triunfos grandes y lo verán a través de Mi Consciencia Divina en los Estados Unidos.

La voz de sus corazones, las súplicas y las oraciones de cada uno de ustedes, que ha sido consecuente con esta peregrinación, abrió las puertas para esta sagrada oportunidad.

Solo la Misericordia de Dios, solamente Ella, ha permitido esta intercesión y esta intervención Divina, ¿comprenden?

Por eso estoy con Mis Brazos extendidos como el Redentor, sobre el Monte Shasta, abriendo Mi Corazón para los que más lo necesitan en su profunda indiferencia.

No vengo a castigar al mundo, vengo a darle la última tabla de la salvación. De ustedes dependerá, compañeros, de su colaboración, que muchas, muchísimas almas no se pierdan en ese país para siempre.

¿Quién testimoniará el Juicio de cada una de ellas? ¿Quién será el mediador para consciencias muy dormidas? ¿Quién se arriesgará a dar un paso mayor al que da Mi Corazón? ¿Serían capaces de eso, al menos hacerlo por Mí y aún más por Mi Padre?

No vengo a pedirles cosas imposibles, sino todo aquello que Me pueden dar. Y ustedes saben, compañeros, que en verdad Me pueden dar mucho, para que cumpla la Obra que Dios Me ha pedido, a través de sus corazones y vidas.

Hoy les traigo la imagen de Monte Shasta y de su Redentor sobre él; vislumbren esta escena, esta montaña iluminada trayendo hacia el planeta y hacia toda la consciencia norteamericana la Fuente de Dios que salvará a los que están más perdidos y olvidados en esta parte del mundo.

La Misericordia es para todos sin excepción, porque de lo contrario, no sería Cristo hablándoles.

Vengo a buscar de ustedes que puedan penetrar aún más el misterio del Amor, a través de Mi Corazón Glorificado, que en esta tarde se muestra al mundo para implorarle por su colaboración.

Los bendeciré, los bendeciré de día y de noche para que puedan ayudarme a cumplir lo que está escrito en algunos libros de los Maestros Sagrados sobre el Re-aparecimiento de Cristo. Eso no es solo una teoría ni una hipótesis, es algo que vengo a cumplir de lo que fue profetizado en esos libros.

Citen esas páginas y verán con más consciencia y sabiduría todo lo que les quise decir hoy. En esos libros de los Maestros Sagrados se guarda el complemento de lo que hoy he esperado decirles después de mucho tiempo, en este lugar, en esta hora, en este tiempo de la humanidad, y a través del alineamiento de todo el Universo, para que Mi Verbo Divino se pudiera expresar para todos ustedes. Lean y comprenderán con el corazón.

Sobre estos dos elementos sagrados, el vino y el pan, que se transforman y se transubstancian en Mi Cuerpo y en Mi Sangre, lleven dentro de sí, en su sangre y en sus células, los códigos del Redentor para que sean repartidos en Amor y Misericordia en todas las almas de Norteamérica.

Que así sea.

Y así, como ya les he pedido, quiero que Me canten para despedirme, pues, muchos más corazones sinceros deben invocar por su propia humanidad y planeta, para que los errores se extirpen, los pecados se liberen y las almas asciendan hacia el Sagrado Monte Shasta, en donde encontrarán la Fuente de Dios para su conversión.

Les agradezco.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

MENSAJE ESPECIAL DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO PARA LA 41.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE MONTERREY, ESTADO DE NUEVO LEÓN, MÉXICO, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Hoy pido que mantengan sus ojos cerrados para que escuchen Mi Voz y entren en Mi Corazón por un momento, en donde todo se revelará para las almas del mundo que Me buscan en esta hora crucial superando los obstáculos, los inconvenientes y todas las pruebas que son parte del Fin de los Tiempos. Lo que definirá a todas las consciencias, si ingresarán o no en el Reino de Dios. Porque ese Reino está próximo, con Mi Segunda Venida al mundo.

Por eso, cierren sus ojos y sientan Mi Corazón pleno, que viene a reconfortarlos en la Luz del Creador y de toda Su Gloria.

Hoy les muestro de nuevo Mi Corazón llagado, herido por los pecados del mundo que crecen día a día, de forma desproporcionada a la Fuente de Mi Misericordia.

Pero Yo estoy por encima de toda esa crueldad, crean que esto es verdadero.

No vengo a juzgarlos, ni a ustedes ni a sus hermanos. Yo vengo a mostrarles la realidad que muchos no ven y que sucede en todas las naciones del mundo.

Por eso he venido a este lugar, tan cerca de Estados Unidos, porque Yo ya Me estoy aproximando, poco a poco, con toda Mi Consciencia y con todo el Poder que Dios Me ha dado para ingresar en esa nación sufrida que solo piensa en lo material y no en el espíritu, que se está apagando en cada uno de Mis hijos.

Por eso Yo vengo a develar los misterios, trayendo Mi verdadera Consciencia al mundo, Mi verdadero Principio y Origen, para que los que nunca Me han conocido, Me puedan conocer en profundidad.

Así, Yo vengo a traer una oportunidad incalculable a cada una de las criaturas de las naciones que, a pesar de sus errores y pecados, deben despertar antes de que Yo retorne al mundo.

Vengo a desterrar lo que no es espiritual, lo que ya no forma parte del Plan del Creador.

Este fue Su principal pedido a Mi Corazón, y Yo vengo a cumplirlo, porque cumplo todas las promesas que he hecho a lo largo de los tiempos.

Desde Nazaret hasta la revelación de Mi Sagrado Corazón a Santa Margarita María Alacoque, pasando por la revelación de Mi Divina Misericordia a Santa Faustina Kowalska, hasta llegar aquí, al presente, para que conozcan Mi Gloria y Mi Gracia como el Sagrado y Glorificado Corazón de Jesús.

A través de estas tres manifestaciones de Mi Consciencia Divina, Yo vengo a dar un ultimátum al mundo.

La Faz de Mi Gloria es la última revelación para la humanidad.

Esa Faz está plena no solo de la Misericordia de Dios, sino que por el Poder de la Gracia Yo podré revertir cosas imposibles en las naciones del mundo que abran sus corazones, principalmente sus almas, para reconocer el Amor del Hijo de Dios, que está por encima de todas las creencias y religiones, porque es el Amor que nace de la Fuente del Padre para todas las criaturas del planeta.

Y por medio de esta Maratón de la Divina Misericordia, Yo invito a todos los orantes del mundo a que con sus oraciones y súplicas, preparen Mi llegada a Estados Unidos; porque a pesar de que será única no dejará de ser contundente, poderosa, directa y sublime. Así se podrá recrear una conexión con la Fuente, en el espíritu de esa nación que ya está perdida.

Delante de esta revelación, compañeros, vengo a abrir sus corazones para sagrados conocimientos, que nacen y brotan de Mi Corazón Misericordioso, porque son Principios, deseos profundos y muy íntimos del Corazón del Padre Celestial.

Como Parte de Su Manifestación, como Miembro de Su Segunda Persona en la Santísima Trinidad, tengo la autoridad, queridos compañeros, de venir a revelarles estas cosas, para que la mayoría de las consciencias de todas las naciones, y si fuera posible del mundo entero, despierten a este Llamado.

Este es un llamado interior y no exterior, que puede tener eco en sus corazones y almas, cuando lo reciben en humildad y simplicidad ante Mi Presencia Celestial y Divina.

Y a pesar de que la guerra espiritual no ha cesado y el Armagedón está a la puerta del mundo, Yo los invito a ser Mis servidores, siguiendo Mis Pasos, proclamando a través del verbo de la oración todos los Poderes Divinos, para que como luces y códigos puedan descender sobre las almas que más lo necesitan.

En verdad les digo, compañeros, que el Poder que Dios Me ha dado para derramarlo en este momento y en este tiempo sobre todas las naciones del mundo, viene a desterrar el poder humano, el poder sobre la vida material y espiritual.

Vengo a desterrar a los últimos que fueron deportados y que aún no se han redimido, en donde no tengo ni un lugar en sus corazones para poder morar ni vivir.

Es así, compañeros, que vengo a sacarlos de la ilusión espiritual.

Cada día, en el que ofrecen sus oraciones a Dios, podrán descubrir dentro de sí cuántos aspectos internos aún hay por redimir.

Pero, les repito, si confían en Mi Corazón todo eso se disipará rápidamente y nadie deberá sufrir las consecuencias de su resistencia.

Por eso Yo los invito, amados Míos, a liberar sus corazones de las cadenas del mal y a conectarlos con la Fuente de Mi Divina Misericordia. Fuente de donde en verdad descienden todas las Gracias y los corazones ingresarán en Mi Plenitud espiritual, la cual fue concedida después de Mi Muerte y enseguida de Mi Ascensión a los Cielos.

Yo les traigo todos los nuevos códigos que vuestro amado Redentor alcanzó después de Su Gran Sacrificio por la humanidad.

Le abro las puertas a cada una de sus consciencias y espíritus para que encuentren, todo el tiempo, la verdad. Porque en la verdad, compañeros, está la fuente de su transformación y redención.

Vengo a retirar de cada uno de ustedes, de cada una de las naciones, las grandes vendas sobre los ojos para que puedan ver, después de haber estado ciegos por mucho tiempo.

Cada uno de ustedes es considerado, por Mi Misericordioso Corazón, un potencial servidor que puede cumplir Mis Designios sobre el planeta.

Crean que es posible, que pueden ser Mis apóstoles del amor, basados en la verdad y en la humildad, en donde en realidad se transforman todas las cosas.

Deposito en sus corazones una llave, la posibilidad de poder amar cada vez más.

Por eso sufre Mi Corazón al ver que las almas del mundo no aman verdaderamente y solo buscan el abuso en la vida material, en el poder, en el control humano, en la propiedad. Pero esto no ingresará en el Reino de Dios cuando sus almas se desprendan de sus cuerpos.

Vengo a entregarles los verdaderos Tesoros del Cielo, por medio de Mis Códigos de Cristificación.

Guárdenlos en su templo interior para que ellos puedan sembrarse, puedan brotar y estar en ofrenda al Creador.

Estos son los Dones que Yo traigo al mundo, los últimos Dones que sustentarán a las consciencias durante el ciclo agudo de la transición que día a día se aproxima a la humanidad, de forma precipitada, y que no todos tienen consciencia de esto.

Ustedes vieron, queridos compañeros, qué quedó de Centroamérica aunque nosotros hayamos pasado por allí.

Evitamos grandes males sobre el mundo, y aun así, la humanidad sigue dormida dentro de la ilusión de la vida material y de la creencia de que tiene su propio camino espiritual.

Como lo hace Mi Madre, todos los días, en Mis Manos hoy sostengo los grandes nudos de la consciencia planetaria.

Hoy vengo a desatar el primero. ¿Qué significará esto, compañeros, para un mundo que ingresa en su plena purificación, en donde la mayoría no sabe cómo vivirla?

Los invito una vez más, para que así como le dije a Santa Faustina, confíen en Mi Corazón Misericordioso, en donde siempre estarán protegidos y a salvo de todo lo que se verá en la humanidad en esta última fase de la Tierra.

También vengo a invitarlos no sólo a que se transformen día a día, sino a que salgan del engaño, que no sufran, que no se perturben ni tampoco se amedrenten.

Yo conozco la esencia de sus corazones, porque es la Potestad que Mi Padre Me concedió. Ustedes aún no conocen el potencial de sus corazones, y la gran capacidad de amar mucho más.

Es eso lo que Yo vengo a buscar de cada uno de ustedes. Es ese amor que nacerá de sus corazones, que aunque no lo parezca, sustentará a la humanidad y al planeta, al menos al eje de la Tierra, que ya comenzó a movilizarse de lugar, después de los últimos acontecimientos en América Latina.

Les vengo a pedir que no vivan en la normalidad, que no crean que todo está bien.

Todo estará bien solo cuando, todos los días, busquen a Dios y crean en el Poder de Su Amor que es infinito e incalculable.

Vengo a abrir las fronteras que se quieren cerrar. Vengo a unir, en esencia, a las naciones del mundo, a las razas y a los pueblos que en otros tiempos se agredieron y lastimaron.

Vengo a instituir, así como lo ha hecho Mi Madre en Guadalupe, una nueva consciencia en la raza humana; que no es conocida por nadie porque es un gran Don, un gran Talento de Dios, que unirá en fraternidad a los corazones, a pesar de sus culturas y pueblos.

Ustedes saben, compañeros, que Mi único propósito es evitar el sufrimiento en la humanidad, creado por el hombre de superficie todos los días.

Quiero que le digan al mundo que Mi Corazón está sufriendo, está llagado, está herido por la corona de espinas que coloca la humanidad, y que cada vez más hace agonizar Mi Corazón; que estando lleno de Misericordia y de Amor, no es aceptado por los hombres de la Tierra.

Siento un gran alivio cuando Me adoran en el Santísimo.

Ni imaginan, compañeros, cuántas heridas se cierran cada vez que Me observan, que Me contemplan y Me adoran en la Santa Eucaristía, en donde Yo siempre estoy presente para todos los pecadores de la Tierra.

No pierdan el coraje de vivirme. No pierdan la alegría de encontrarme. No pierdan la oportunidad de confiar en Mí, porque a pesar de que los errores sean grandes, aún más grande es Mi Divina Misericordia.

Vengo a descalzarlos del pasado. Vengo a hacerles perder su esencia de mortalidad, para que sus consciencias, especialmente sus almas, alcancen la inmortalidad, la Vida Eterna.

Vengo a lavar sus manos, sus rostros y sus cabezas. Vengo a lavar sus pies para que estén purificados en la Fuente de Mi Amor, renaciendo en espíritu, en perfecta comunión con Mi Glorificado Corazón.

Y ahora quiero hacerles un pedido, en verdad dos pedidos.

El primero, que ofrezcan esta Maratón por los que no oran, por los que no aman, por los que no Me esperan ni tampoco Me adoran; por las naciones del mundo, por aquellos que están sufriendo y padeciendo la purificación; por los que no escuchan la Voz de Mi Corazón, ni el Canto de Mi Alma, ni la súplica ni el clamor de Mi Espíritu.

Ofrezcan esta Maratón, cada cuenta de oración, por las naciones, por toda América, para que se consagre a Mi Sagrado Corazón y así sea la cuna de la Nueva Humanidad, que está en redención.

Mi segundo pedido es que canten para Mí cada vez que Yo venga aquí, un canto, un clamor, que es importante en estos tiempos, para esta transición de la Tierra.

Quiero que todos conozcan Mi Corazón sincero, que lo puedan vivir dentro de sí como un llamado interior del Reino de Dios a toda la humanidad y a todas las lenguas.

Deseo, en este momento, que Mis Mensajes y Mis Apariciones lleguen también a Oriente, al Lejano Oriente, en japonés, tailandés e hindi.

Trabajen para Mí, porque así Yo podré llegar a los corazones.

Mi Mensaje debe estar en todas las lenguas del mundo, ya están preparados para eso.

Las almas que más sufren aún Me esperan.

Los escucho.
 

“Ora por el mundo que está agonizando, ora por la Tierra, por la Pachamama, solo deja libre el corazón sincero.

Ora con cualquiera como Cristo lo haría, con el loco, ateo, con el pordiosero, únete a la causa de ser Su mensajero.

Ora sin cesar porque ya estamos llegando a la gran batalla que define esta era, entre el amor y la indiferencia.

Ora sí, porque Cristo Te necesita, ora por dolores en tierras lejanas, deja que Él derrame Su Misericordia.

Ora como si hoy fuera el último día, que cada palabra se convierta en alivio, que el Señor levante a los que están caídos.

Ten Piedad Señor… ten Piedad Señor… ten Piedad Señor… ten Piedad Señor…

Cristo… Cristo… Cristo… Cristo…

Ora corazón sincero, ora por amor...

Ora corazón sincero, ora por amor...”.

 

El sufrimiento humano es la consecuencia de no poder resolver los errores que cargan las almas a lo largo de los tiempos, y por no poder aceptar el Amor que transforma todas esas cosas.

Yo los invito todos los días a ser fuente de amor y de verdad, por más imperfectos que sean.

Porque Yo no veré en sus corazones cuántas faltas cometen, sino el esfuerzo que pueden hacer de vivificarme todos los días para que se establezca en el mundo la redención.

Reverencíenme.

Señor,
       Yo que nada soy,
       me entrego a Ti
       para que hagas de mí,
       Tu morada.
       Amén

Vayan en paz y en mucha calma.

Los espero en la Fuente de Mi Oración, en la Sagrada Vigilia de la Divina Misericordia.

Les doy la Paz para que siempre sean la Paz, por donde vayan.

Sigan cantando para que el Corazón sincero nunca deje de clamar lo que la humanidad no quiere escuchar.

Por esta causa y por las que vendrán, les agradezco.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE EL SAGRADO LLAMADO, EN LA CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Vengo en esta noche a celebrar la Comunión con ustedes, bajo el Espíritu poderoso de Mi Padre, que los reúne en esta fraternidad para que Mi Plan, que es el Plan de Mi Padre, se cumpla en esta humanidad y en este planeta, tan necesitado de amor y de misericordia.

Como han dicho compañeros, abro los Brazos hacia ustedes, para darles Mi Paz y entregarles Mi Corazón como un símbolo de Redención para sus consciencias y las consciencias de todos sus hermanos.

Con todos los ángeles que hoy están Conmigo, hoy vengo a traerles una buena nueva, por haberse cumplido en esta tercera etapa la llegada de la Madre de Dios a México y Centroamérica.

Quiero decirles compañeros, que la sagrada tarea de los Mensajeros de Dios que hoy vienen a su encuentro, se está cumpliendo así como lo escribió Dios en el Libro de Oro de Su Reino Celestial. 

Cada acontecimiento vivido está siendo escrito por el propio Padre Eterno, para que el destino de este planeta pueda cambiar a tiempo y muchas almas se puedan salvar, al solo despertar a Mi Corazón Glorificado, que es el Corazón vivo de Dios, que puede estar presente en cada uno de ustedes, así como lo han hecho en esta oración que han plroclamado a Mi Corazón Misericordioso.

Es una alegría estar en esta tierra después de dos mil dieciséis años. Pero en verdad les digo, compañeros, que Mi Corazón, en lo profundo de Su silencio, sabía que esta humanidad existía aquí .

Por eso, en aquel tiempo, le pedí a la Madre de Dios una Gracia especial para ustedes: Que dejara estampado en esta nación Su Presencia Celestial, para que todas las naciones del mundo la conocieran y tuvieran total conocimiento de la Ciencia Divina estampada en la tilma.

Por eso, compañeros, con todas las estrellas del Cielo y las Divinas Consciencias que hoy se congregan en este lugar para derramar la Misericordia de Dios por medio de la oferta de Mi Glorificado Corazón, Yo les vuelvo a decir, compañeros, que la paz es posible en este tiempo.

No deben temer por lo que vivirán. El hombre de superficie debe redimirse. Debe alcanzar la transformación de su consciencia, para que los nuevos códigos que llegarán del Universo Celestial a través de cada oración ejercitada, puedan estar presentes en esta última fase de la humanidad.

Mi Corazón hoy palpita por México, por cada una de las criaturas de Dios, que debe alcanzar la Luz que hoy les ofrece Mi Corazón Misericordioso.

Reciban desde Mis Manos los Rayos de la Misericordia de Dios que hoy vengo a depositar sobre esta nación amada y muy protegida y cuidada por Mi Madre Celestial.

Queridos compañeros, Yo los invito en esta noche, en la simplicidad del corazón y del alma, a ser los apóstoles de Mi Amor en este último ciclo planetario, en donde será necesario de almas decididas a vivirme y a sentirme. Porque es a través de sus almas y corazones que Yo podré retransmitir los dones celestiales, para todas las criaturas que más lo necesitan.

También vengo hoy, en este día, a aliviar el sufrimiento que fue generado en esta nación desde el principio de la colonización hasta el presente.

Por eso, he abierto las puertas del Universo, las catorce principales, para que el dolor fuera liberado, en obediencia a Mi Padre Celestial y al servicio de todos los ángeles, por las huestes de San Miguel Arcángel que han venido a retirar el sufrimiento del espíritu de la consciencia de muchos seres.

Es en esta hora, compañeros, en donde Yo los invito a vivificarme por medio de la Comunión que hoy consagraré para ustedes.

Porque Yo Soy el mismo Jesús de Nazareth, que viene a reencontrarlos para que recuerden su compromiso Conmigo, el compromiso de ser Mis embajadores de la Paz en esta hora crucial de la humanidad.

Vengo a depositar en ustedes algo que florecerá en el futuro. Por eso deben ser perseverantes, aún más aquellos que se encuentran en Mi camino, porque al final de la meta se encuentra la eternidad, que es hacia donde Yo los quiero llevar después de que Me hayan servido en esta humanidad y por este planeta, que tanto agoniza por la ignorancia de esta raza.

Es así que Yo vengo a abrir los ojos de sus corazones y a expandir la consciencia de sus almas para que puedan estar en Mí.

Es una victoria que Nuestros Sagrados Corazones, el de María Santísima, el de San José y Mi propio Corazón Vivo, estén descendiendo sobre esta nación.

Yo vengo a traerles los códigos de la Rehabilitación, algo que para muchos es un misterio, pero que forma parte de la Ciencia Divina.

Estos códigos descienden a través de sus espíritus y por último se materializarán en sus propias vidas por medio de la transformación y de la redención.

Yo vengo así, compañeros, a curar la gran herida de la consciencia indígena y a recuperar la pureza que ella alcanzó cuando todo este pueblo mejicano, su pueblo originario, vivía en la felicidad de Dios y de los Reinos de la Naturaleza.

Vengo así a hacer un corte en el tiempo y el espacio. Vengo a reconectarlos con lo verdadero que son, con aquello que alcanzaron a través de las generaciones por medio de la devoción viva que emerge de sus corazones para con Mi Corazón, que hoy recibe esta gratitud de cada una de sus almas.

Esto es lo que Me anima a seguir viniendo al mundo por todas aquellas almas perdidas, que día tras día se sumergen en los infiernos de la humanidad. Es que Yo quiero llegar a través de ustedes a cada uno de ellos.

Ábranme las puertas de sus corazones así como lo hicieron hoy, para que Yo les pueda indicar el camino y el servicio que deben cumplir para con Mi Corazón.

Es así que Yo vengo a sembrar semillas de Luz en esta hora sufrida de la humanidad.

Y mientras estoy con ustedes, compañeros, estoy con las naciones del mundo, principalmente con América, que no debe perder la oportunidad de ser la cuna de la nueva humanidad.

No teman por lo que hacen los hombres de superficie. Recuerden en humildad, que el poder lo tiene Dios y que es Él quien permite todas las cosas, incluso que Mi adversario esté presente en la humanidad, los corazones que Me viven no temblarán.

Yo Soy esa Fuente que todo lo renueva cada vez que comulgan Conmigo en amor y gratitud. Es este amor y gratitud de todas las almas que Me siguen, de las naciones de América y del mundo, lo que Me ha permitido llegar aquí, a México.

Es a través de Mis servidores de la paz, de cada grupo orante, de cada alma servidora, que Me permite llegar aquí, porque eso genera, no solamente para México sino también para el mundo, una expiación inexplicable, que hoy se derrama sobre este lugar.

Ustedes Me llamaron una vez y hoy Yo estoy aquí entre ustedes para darles Mi Paz, Mi Consuelo y Mi Gracia, algo que se vive profundamente en el espíritu de cada ser.

Vengo a darles el descanso, la pacificación de la consciencia y la elevación del espíritu hacia el Gran Portal de Dios, a través de Mi Corazón Vivo.

Quiero que sientan en esta hora la oportunidad de amarme así como Yo los amo, más allá de la imperfección y del error.

Vean a vuestro alrededor en los ojos de sus hermanos el brillo de Mi Espíritu, por las almas que se redimieron por solo decirme "sí". Y es así que aquí Yo estoy para bendecirlos.

Recemos al Padre para que México no pierda la paz y no sea conquistado por las ideas de los hombres tenebrosos.

Es así que primero viene Mi Divina Misericordia para impedir el caos y establecer la paz en todos los corazones que se abren para recibir Mi Luz y Mi Amor. Esto impedirá el desajuste del planeta.

Los invito a vivir los cambios en pacificación. Confíen en lo que les decimos y nunca se desviarán de Mi camino.

Los invito a sentir las cosas en el amor, porque así estarán en la Verdad y sus corazones también serán vivos, vivos en la Fuente de Dios por medio de Su Gloria. Y Su Gloria estará en ustedes y en sus hermanos y Mi Reino cada vez más se aproximará para que Yo pueda retornar pronto y poner fin a muchas cosas.

Quiero que sean felices por estar Conmigo y que ofrezcan cada pequeño sacrificio por la humanidad, para que muchos más que ustedes sean beneficiados por Mi última expiación, que preparará a una parte de la humanidad para Mi segunda venida, cumpliendo así las profecías de Juan.

Sabemos que ese momento se acerca inesperadamente. No se olviden de estar en vigilia. Aléjense de la distracción y no perderán la sabiduría. Los tiempos exigen concentración y vigilancia, para que todos puedan estar resguardados en Mi Espíritu, y a pesar de lo que suceda, sepan qué hacer y dónde estar.

Cuando todo suceda no tengan miedo ni piensen en lo que sucederá. Vivan en Mí y podrán estar en el eterno presente y así actuarán según la Voluntad de Dios, que es simple y amorosa.

Ahora quiero ver en sus rostros una sonrisa por volver a encontrarme y persistir; porque en la persistencia encuentra el triunfo el Plan del Amor en cada una de las almas.

Celebremos esta Comunión en unión a todos los hermanos del planeta, a todos los orantes y espejos que reflejan el Amor de Mi Corazón al mundo.

Sonrían, sonrían a Dios. Él también debe ser consolado por Sus hijos, así Él les derramará la Fuente de Su Providencia y de toda Su Gracia, y muchas almas más serán tocadas por este impulso de Luz.

Ahora adoren Mi Corazón cantándome “Vine a adorarte”.

Y como hace dos mil años, vuelvo a repetir:

 

Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán Misericordia.

Bienaventurados los mansos de corazón, porque heredarán la tierra prometida.

Bienaventurados los humildes de corazón, porque siempre encontrarán la paz.

Bienaventurados los simples de espíritu, porque siempre verán a Dios.

Bienaventurados los que Me viven, porque siempre Me encontrarán.

Bienaventurados los que Me adoran en el Santísimo Sacramento,
porque los esperaré en el Reino de Dios para llevarlos Conmigo a la Eternidad.

 

Les agradezco por haberme recibido, por haberme escuchado y por haberme sentido por tan solo un minuto, por haberme alabado, por haberme honrado, porque todo no llegará para Mí sino para el Creador, que es quien los ama desde el principio hasta el fin. Desde lo más pequeño de ustedes hasta lo más grande, Él lo ama todo, porque en Su Amor está la paz y su bendición.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Que la paz esté en ustedes y sean la paz para el mundo.

Sigan cantando.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 40ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE SAN JOSÉ, COSTA RICA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

En donde aparenta no suceder nada, acontecen muchas cosas en aquel que está unido a Mi Espíritu.

Es así que hoy vengo a unir los pueblos y las creencias bajo una misma espiritualidad, aquella que Yo enseñé en el pasado a Mis apóstoles y a Mis seguidores a través del Evangelio, la regla del Amor. Esta es la espiritualidad para estos tiempos.

Muchos podrán proclamar Mi Nombre, pero en verdad, no estaré en ellos.

Muchos realizarán obras a través de Mi Nombre, pero, en verdad, no estaré en ellos.

Es la esencia de Mi Amor que permite todas las cosas en este tiempo.

Por eso hoy les aproximo la Gracia de que ustedes estén en Mí, y Yo en ustedes. Es en esta simplicidad que siempre Yo los quiero ver, y no en la opulencia, ni en el poder.

Yo destierro con Mis Manos a los que dicen gobernar a través de Mi Nombre.

Yo vine a enseñar en el pasado para que aprendieran a amar, a perdonar y a comprender al semejante.

Yo vine a estar con todos, sin excepción. Me senté  a la mesa con los ricos, Me senté en el suelo con los pobres, conversé con prostitutas, convertí a los ateos y rescaté a aquellos que habían hecho adulterio, porque Yo vengo a ver en ustedes la esencia de sus almas, que es lo que no se puede perder y es lo que muchos están perdiendo en este tiempo.

Vengo a reconectarlos con el compromiso que hicieron Conmigo hace mucho tiempo atrás, del cual hoy no son conscientes, solo a través de Mi Gracia que los despierta hacia esa realidad. Por eso no teman, Yo estoy presente en aquellos que Me viven, en aquellos que Me predican de verdad, sin nada a cambio.

Yo vengo aquí, compañeros, para que ustedes recuperen la filiación con Mi Padre y no pierdan tiempo en las cosas falsas que promete el mundo. Mi verdadero Reino se encuentra en sus corazones y Yo podré estar en sus corazones cuando Me abran la puerta de sus almas; así, Yo podré purificar sus vidas y consciencias, y serán uno con Dios, y uno Conmigo para siempre.

Yo vengo a traer para ustedes la tabla de la salvación que muchos hoy no quieren vivir, porque no aceptan el arrepentimiento.

Muchas cosas sucederán en el mundo, aunque ustedes no lo puedan creer. Por eso los vengo a preparar en este ciclo como Mis nuevos apóstoles, para que puedan vivirme, para que puedan dar testimonio de Mí en cada rincón de este mundo.

Vengo así a renovar los Sacramentos, y a dar los sacramentos a aquellos que nunca los recibieron en sus vidas. El Sacramento es una oportunidad de purificación y de renovación, de santidad y de consagración de todos sus espíritus ante el Padre Celestial.

Están delante de un gran misterio a través de los Sacramentos; pero por más que no los comprendan, Yo les enseño a vivirlos en la simplicidad, porque cuando abran sus corazones podrán acontecer muchas cosas, y milagros inexplicables sucederán en cada una de sus vidas.

Después de tantos encuentros Conmigo, compañeros, están listos para poder soportar el fin de los tiempos, y aunque el cansancio sea grande, la victoria de Mi Corazón será más grande; cuando trabaja en las naciones del mundo, él viene a disipar las tinieblas de los corazones y de los pueblos, viene a abrir una puerta de luz donde no existe, una oportunidad única e inexplicable para todos. Por eso, Yo Soy el Sagrado y Bendito Corazón.

Es la esencia de Mi Corazón vivo la que permite todas estas cosas. Así, Yo les traigo la paz y la posibilidad de renovar la esperanza y de confirmar en cada una de sus vidas la vivencia de Mi Corazón en sus seres, porque será ese gran tesoro de Mi Corazón lo que los librará de todo mal y de toda tentación.

A través de Mis Palabras, que hoy les entrego con Amor, voy liberando las amarras de sus consciencias, desato los nudos de sus espíritus para que las puertas de la redención se puedan abrir sobre ustedes; es a través de esta causa que envío a Mis ángeles del Universo Celestial, para que no solamente sus vidas, sino también sus naciones puedan recibir la expiación de Mi Corazón y no pierdan esta oportunidad de poder volver a encontrarme en este tiempo de tribulación. 

Quiero de Costa Rica almas en oración por esta nación y por las naciones hermanas de Centroamérica, para que el equilibrio del Ecuador se mantenga dentro de este planeta en el lugar que le corresponde, y no en otro. 

Así les vengo a hablar de física y de ciencia verdadera, porque en la verdadera ciencia de Dios siempre está lo espiritual y lo inmaterial.

Si oran con devoción a Mi Corazón Sagrado, Costa Rica, a pesar de que vive de forma superficial, no tendrá las puertas cerradas a Mi Gracia y muchos más serán tocados por el impulso de su oración y de su sagrada invocación a Mi Nombre Glorioso.

Es así que los invito, amigos Míos, amigos Míos del pasado, a tener consciencia dentro de la consciencia para disipar la distracción y abrir los ojos hacia la verdad que vive el mundo, la verdad de su sufrimiento y de su dolor.

Quiero que sean almas conscientes, disponibles para Mi Servicio, para que Yo pueda obrar a través de sus vidas y corazones, y que hoy no solamente venga por ustedes, sino por todas las almas de Costa Rica que tanto necesitan de Mi Divina e Insondable Misericordia.

Les vengo a decir, amigos Míos, si en verdad no viven el amor, que Yo Soy esa Fuente de Amor para sus vidas que los puede aproximar a Dios por diferentes caminos;  es por eso, amigos Míos, que estoy uniendo las creencias y los pueblos bajo una misma espiritualidad; esta es la esencia de Mi Mensaje para este día.

Quiero de Centroamérica que no pierda su hermoso Edén. Mi Padre lo ha creado para que ustedes lo pudieran cuidar a través de sus generaciones y de todos sus pueblos. No dejen que esto se destruya, porque no tendrán dónde poder refugiarse cuando el planeta se mueva, así como está previsto, físicamente.

No les vengo a traer presión ni miedo, sino consciencia y verdad.

Yo Soy la Verdad viva para ustedes. Sus vidas pueden ser verdaderas cuando tan solamente Me busquen y estén en Mí.

He podido cumplir parte de Mi Obra en este lugar, con todas las oraciones de sus hermanos que Me acompañaron bajo el espíritu de la Divina Misericordia.

No saben qué alivio siente Mi Corazón por todos los orantes del mundo que oraron esta Maratón de una forma sincera y no mecánica, sintiendo la necesidad de la redención y de la intervención de Mi Fuente de la Misericordia, porque como les dije, la Justicia de Mi Padre llegará.

Solo quiero que todos se salven, así como Yo los salvé en la Cruz, donando cada parte de Mi Cuerpo y de Mi Espíritu, asumiendo los pecados del mundo hasta Mi última expiración. ¿Saben lo que eso significa, compañeros?

Recuérdenme en la Cruz no como un muerto, sino como el Hijo de Dios vivo, Aquel que hizo victoria a través de las vidas del mundo, cerrando las tinieblas y todos los infiernos.

Pero ahora el mundo se encuentra en una gran ignorancia e indiferencia. Muchísimas, pero muchísimas almas se preguntan por qué sufren en este tiempo y si será un castigo de Dios.

El que los ha creado a Su Imagen y Semejanza nunca podría castigarlos, porque no sería el Dios del Amor.

Él solo puede darles Su Justicia, no la justicia que hay en esta Tierra, sino la Justicia que hay en el Reino Celestial, y dentro de esa Justicia compañeros, está Mi Divina Misericordia.

¿Pueden comprender ahora la expansión de Mi Amor que es infinito, sublime e inmaterial? Es eso lo que no pueden perder.

Por eso los llamo a estar Conmigo en este ciclo, porque no podré estar mucho tiempo más con ustedes. Mi ciclo está finalizando y la humanidad deberá escuchar Mi Palabra. Deben ser difusores de este, Mi Mensaje  y de todo lo que he dicho, a través de estos años, para ustedes.

Deseo que cada una de Mis Palabras estén escritas en un libro, pues la humanidad debe recuperar su origen y leer como lee Dios y no con modernidades que afectan la evolución de los espíritus. ¿Ahora comprenden el hipnotismo global?

Vengo a dar para todos Mi Gracia. Por eso, si leen Mis Palabras en los libros, recuperarán su intimidad con Dios, sentirán la vibración de Mis Palabras escritas en el papel, y no en las pantallas.

Por eso uso estos medios de comunicación, cumpliendo la profecía que le di a un gran espíritu, a un gran servidor de Oriente.

Cumpliendo la profecía de ese sabio servidor, estoy cerrando un ciclo antes de que el mundo y la humanidad vivan su Juicio y la última trompeta de los ángeles de Dios resuene en el mundo.

No vengo para ser apocalíptico, sino verdadero en el Amor, y en la esencia del Espíritu.

Dichosos de los que comprenden más allá de lo que digo, porque las palabras habrán entrado en sus corazones y no en sus mentes, y no habré desperdiciado ni un gramo de energía, así como la desperdicia la humanidad todo el tiempo, creando confusión, error y guerras, por su verborragia.

Vivan en el silencio del Universo, miren a las estrellas durante la noche y pregúntenle al Padre: Adonai, ¿quién soy yo? Y así sentirán la paz, saldrán del caos y podrán estar unidos a Mí en oración y en vigilia.

Es así que los necesito para que Yo pueda terminar de realizar Mis Obras en América y más allá de ella.

Vengo a dejar para ustedes Mis más preciados tesoros espirituales, perlas preciosas de la vida inmaterial, de la vida espiritual y del Reino de Dios; aquellas mismas perlas que entregué en el pasado como Jesús de Nazaret.

Por eso, quiero que recuerden en este día de bendiciones un mensaje que se ha vuelto una canción para Mí, de parte de Mis hijas predilectas, que en el mundo hacen resonar Mi Mensaje a través de su voz y de la unión Conmigo.

Es a través de este canto que los bendeciré en este día, y todos estos elementos serán espíritus de Gracia para las almas y para los corazones más necesitados; porque cuando ustedes viven un Sacramento, recuerden que lo estarán haciendo por toda la humanidad que sufre las causas de sus propios males y de su desconexión con Dios.

Es esa Gracia de Dios la que Me permite estar aquí entre ustedes.

Y ahora, bendeciré mientras cantan el relato de Mi Vida.

Los amo y siempre los amaré.

Aunque algún día Me fallen, Mi Amor por ustedes es más grande que todo eso. Yo Amo al planeta, el Proyecto de Dios es esta humanidad que debe ser la nueva Jerusalén que brilla en este Universo, para siempre.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 40ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE SAN JOSÉ, COSTA RICA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Padre Nuestro...

Vean cuántos ejércitos Me siguen y muchos no lo saben.

Esta es la verdadera presencia de Mi Reino en la Tierra; Reino que está unido a cada corazón orante. Y ese Reino se expande por el mundo en su universo invisible para revelarse a los simples de corazón.

Este es el Reino que Yo prometo para todos, el cual prometí una vez cuando estuve entre ustedes en Mi amada Tierra Santa, revelándoles el poder de Mi Evangelio, la Sagrada Palabra de Dios, que viene a redimirlos de tiempo en tiempo.

Hoy estoy con inmensa alegría en Costa Rica, porque los corazones Me escuchan, no por su cantidad sino por su espíritu, su espíritu simple que se une al Mío y trae así al Reino de Dios para un lugar tan necesitado de la presencia de la Santísima Trinidad.

Busquen a Dios en todo lo que existe, en todo lo que Él ha creado a través de la Naturaleza. Allí Yo también Me encuentro en silencio y en lo alto de los volcanes, contemplando a toda la población planetaria, esperando por su despertar, por su gran y último paso al camino de la Luz y del Perdón.

Vean entonces, compañeros, que Yo estoy en todos los lugares. He venido aquí para darles Mi Fuerza interior y Mi Amor, para resucitar a Centroamérica en su propósito y su misión espiritual con el fin de cumplir el Plan de Paz de Dios.

Únanse cada vez más y cumplirán este propósito que hoy les pido. Háganlo por todos sus hermanos, sus hermanos de todas las naciones de Centroamérica, que tanto necesitan de Mi Divina Misericordia para poder continuar adelante en este tiempo final que se aproxima.

La fuerza de su oración ha llegado más allá de Centroamérica, abrazó gran parte del planeta y muchas esencias condenadas se vieron beneficiadas. Y esto fue posible, compañeros, por su unidad con la Unidad de Dios, del Hijo y del Espíritu Santo, con cada uno de sus hermanos de las naciones que abrazaron fervorosamente el fuego de esta oración, cumpliendo así la tarea en este día.

Gran parte de Mis ejércitos está formado por los ángeles del Cielo, ángeles que los acompañan de tiempo en tiempo, de ciclo en ciclo para hacer madurar su evolución y su gran momento de despertar.

Quiero que tengan presente estas palabras, porque sus ángeles de la Guarda los esperan para mostrarles el camino hacia la Verdad, para fortalecer sus espíritus y para que encuentren la paz que debe ser irradiada a todo el planeta.

Hoy vengo aquí con la Gracia de Dios y de Su Santo Espíritu. Por medio de Mi Divina Misericordia traigo para todos la expiación, la santa absolución de cada una de sus vidas en este momento crucial del planeta, en donde muchas consciencias, muchísimas almas necesitan del perdón y de la liberación.

A través de este ejercicio espiritual, compañeros, y después de cuarenta encuentros consecutivos, ya están en otro punto de su despertar. Y a medida que fueron avanzando esos encuentros, muchas almas más fueron despertando a Mi llamado.

Eso significa que aún hay mucho por hacer, mucho por sacrificarse, sobre todo por entregar a Dios, cada uno en el grado de su consciencia y de su disponibilidad interior.

Es así que Yo vengo a darles Mi Mensaje de Paz para que lo hagan llegar a sus hermanos de camino, a sus familiares, a todo el pueblo, el pueblo de Dios, que debe retornar al camino de la esperanza y al camino del perdón, que muchos aún están buscando y no lo encuentran.

Por eso hoy, también de Brazos abiertos, como el Redentor les muestro Mi Sagrado Corazón, Mi Eterno Espíritu, para que lo abracen fuerte, interiormente, lo adopten en sus vidas como la única Llama, como el verdadero camino, como la esperanza para sus vidas y no otros espíritus.

Esos espíritus también deberán redimirse. Libérenlos, déjenlos de lado y sigan Mi Camino, porque Yo los confortaré y los liberaré de todo mal, sin dejar  atrás a ningún discípulo Mío, especialmente a aquellos que deben retornar a Mi Camino y que por un largo tiempo se olvidaron de Mí.

Vengo a recuperar en Centroamérica a Mis viejos amigos, aquellos que se comprometieron Conmigo a vivirme, a adorarme, a honrarme, a amarme, a buscarme por encima de todas las cosas, y, especialmente, a servirme en este tiempo final en esta Obra de Redención y de transformación de la consciencia.

Es así que Yo les abro las puertas para que vuelvan a ver la Luz, la Luz invisible de Dios que proviene de Su Espíritu, de lo más íntimo de su Corazón Sagrado. Les trae Su Misericordia a través de Su Hijo Amado, para que se puedan liberar y caminar libres en la Redención.

Hoy, lanzo las redes de Luz para que muchas más almas puedan retornar a Mi Corazón.

Hoy, vengo como el Pescador de Hombres, una vez más, buscando a los que están perdidos, a los que no encuentran el camino, a los que hasta ahora no han visto la salida ante tanta oscuridad.

Y Yo los bendigo, compañeros. Los impulso a seguirme en la fe y en el amor, confirmando en sus vidas que si Yo estoy en ustedes, ustedes estarán en Mí y todo siempre estará bien y a nada deberán temer, porque estarán Conmigo y Yo estaré con ustedes en vigilia y oración.

Vengo a retirar del sueño a muchas consciencias. Pero eso lo verán de tiempo en tiempo, porque esas almas deben aprender a conocerme, deben aprender a encontrar el camino a través de la semilla de Luz que hoy vuelvo a sembrar en sus corazones, para que alcancen la paz de vivir en Dios y en Su Divino Reino.

No pierdan de vista estos momentos.

Y vuelvo a decirles, compañeros: sientan la fuerza de Mi liberación sustentada por todo el Universo, por sus Leyes Divinas que vienen a intentar reformar sus vidas en espíritus consagrados a Dios y a Su Santo Propósito.

También les traigo Mi alegría, por la alegría que Me han transmitido en este día; la sana alegría del corazón que cura y redime a las almas y a gran parte del planeta, porque la alegría es la flor del Amor, y el Amor los llevará a la Unidad con Dios, con toda Su Consciencia.

Comprendan este misterio de una forma simple. La alegría los llevará a la paz y la paz podrá estar en todos, especialmente en los que más la necesitan.

Guarden la paz como un gran tesoro para estos tiempos. Que nada los inquiete ni los incomode.

Ofrezcan cada desafío como una oportunidad de humillación y de redención, sin perder nada y ni buscar nada a cambio.

Y ahora les muestro las llagas de Mis Manos, cómo por milímetros ellas se cicatrizan al sentir el amor de todos Mis compañeros, de los que buscan la trascendencia, la perseverancia, la fe inquebrantable, la devoción, la paz, la vivencia de Mi Divina Misericordia.

Vean cómo la luz de sus oraciones cicatriza Mis Llagas trayendo el alivio a Mi Corazón al ver los horrores del mundo y los pecados de la humanidad.

Adoren este momento, contemplen Mi Corazón y vívanlo en este último momento, en donde Mi Gracia todo lo permite y Mi Misericordia todo lo impulsa, para que estén en el Reino de Dios.

Cada vez que vivan una prueba o enfrenten una dificultad o enfermedad, recuerden este momento en donde Mis Llagas son cicatrizadas por la luz de sus oraciones y a través de este ejemplo, de este símbolo de santidad, fortalézcanse y no se permitan caer, porque Mi ofrenda siempre será levantarlos del suelo para que Me vivan, para que Me miren a los Ojos sin vergüenza, sin temor, no importando lo que suceda, contemplando el Amor que Mi mirar expresa por todas las almas.

Y así, con Mis ángeles, santos y bienaventurados que hoy ayudan a Costa Rica y Centroamérica, entramos en comunión, en unión de espíritus, de esencias y de almas, con el único y poderoso Dios que les da la vida eterna.

Vengo a consagrar especialmente todo lo que Me han traído al altar, porque he visto en este día los corazones sinceros, orando por la justa causa que Yo les he transmitido en el mensaje para esta Maratón.

Comprendan Mis Palabras con simplicidad y así las podrán vivir, una a una.

Los objetos sagrados son símbolo de redención para las almas y motivo para encender el espíritu en profunda devoción.

Es así que hoy también los sacramentaré a cada uno de ustedes, a través del oficio sagrado del sacerdocio, por medio de los Sacramentos que Yo instituí en el pasado, como el legado interior para las almas y para todas las consciencias que se quieran unir a Mí en los Dones del Espíritu Santo.

Hoy veo que están viviendo el Don del Temor de Dios. Para Mí eso es increíble, sobre todo en este tiempo en donde la humanidad está muy distraída; eso no Me hace bajar los brazos, porque si cargué la Cruz por ustedes, ustedes Conmigo y Yo con ustedes podremos cargar la cruz de este planeta para alcanzar la Redención.

Ofrézcanse a vivir este sacrificio por el triunfo de los Tres Sagrados Corazones en toda América y el mundo.

 

Adonai, Misericordia, Misericordia, Misericordia
Redención, Redención, Redención para este planeta. Amén. (x 6 veces)

 

Y antes de consagrar todos los elementos, quiero que se tomen de las manos para implorar Conmigo a Dios.

Sintiendo sus corazones sinceros, nos unimos en la paz y trabajamos por la paz para los lugares que más la necesitan, en donde el caos reina y hace temblar más corazones.

 

Adonai, Padre-Madre Creador, única existencia entre todo lo creado,
Espíritu Omnipresente y Omnipotente, vivencia de lo Sagrado y de lo Eterno,
desciende con toda Tu Luz Universal y que Tus ángeles abran las puertas
para que desciendan los Padres de la Creación.

Que los doce arcángeles ayuden en la Redención de las consciencias,
en la Liberación de los pecadores.

No te olvides, Santo Padre, de ninguna esencia creada.

Somos semejantes a Tu Faz. Fuimos creados a Tu Imagen.
Estamos fecundados por Tu Divino Espíritu.

Cierra los infiernos que se han abierto y redime
a aquel que se ha caído y que ha creado todo el mal.

Disipa las dudas de todas las mentes.
Que el poder de Tu Amor penetre en lo íntimo de los espíritus,
para que así se establezca el Poder de Tu Unidad y
de Tu infinito Amor, por los siglos que vendrán. Amén.

 

Lleven las manos al corazón y ahora canten al corazón sincero, porque es este corazón que Me acompañará hasta los últimos días de la Tierra y verá en el horizonte la aproximación de Mi Reino y de Mi Gloria estableciendo los mil años de paz.

Les agradezco por acompañarme en este día en cada rincón de este planeta.

Sigamos orando, proclamando el corazón sincero. Es ese corazón que los unirá a todos, los liberará de la indiferencia.

Que así sea.

En nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

MENSAJE ESPECIAL DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO PARA LA 40.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE SAN JOSÉ, COSTA RICA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Abriendo Mis Brazos sobre América muestro a todos Mi Sagrado y eterno Corazón.

Uno a las Américas en un solo fin y propósito, y no dejo a nadie atrás, aun a aquellos que no Me han seguido, y que hace tanto tiempo se olvidaron de Mí, sabiendo que Yo Soy su Rey y Salvador en esta hora definitiva del planeta.

Mi Corazón hoy está aquí con ustedes y con todos los misioneros en Roraima.

Mi Corazón se multiplica en Espíritu y en Omnipresencia, y le trae nuevamente una oportunidad a la humanidad.

Hoy estoy en Costa Rica, como he estado con ustedes en otros lugares; tiempo atrás en un desierto, hoy, en una floresta exuberante, que también sufre la consecuencia del hombre de superficie, sin percibir que los Reinos aman, así como los ama Dios todo el tiempo.

He venido a levantar a los que están caídos en su esencia espiritual.

He venido a traer una Luz que no tienen y que en esta vida no concibieron, ni siquiera por méritos.

Vengo a traerles Mi Divina Misericordia, porque es la tabla de salvación que aún está disponible para todos, en este poco tiempo que les queda.

Hoy les muestro en Mi Pecho Mi Sagrado y eterno Corazón para que lo contemplen, para que lo recuerden y no lo olviden.

Este es el Corazón que es amado por todos en diferentes grados de amor, pero sin importar cuál sea.

Este es el Corazón que se vivifica en ustedes y que les trae la paz, la paz que muchos necesitan.

Los he enviado entre las tinieblas para que proclamen Mi Nombre y le den vida a las almas que ni siquiera piensan en Mí.

Así verán cómo es la Gracia de Dios, que llega hasta este lugar tan distante de Sudamérica, en donde, en verdad, se encuentra Mi Obra, y que hoy extiendo para todos Mis hijos y discípulos.

Quisiera que en esta hora, compañeros, pudieran ver las Obras que realiza Mi Inmaculado Corazón, porque Mi Corazón es puro en Dios, al igual que el Corazón de Mi Madre.

Los dos provenimos de una misma Fuente de Gracia que se multiplica para todo el Universo.

Es ese Espíritu Inmaculado que nos permite estar aquí entre ustedes, e impulsarlos a servir al Creador.

En ustedes, como en sus hermanos, está esa semilla, esa semilla de Luz que Dios les dejó. Esa semilla de Luz Inmaculada que muchos aquí han olvidado, debido a la vida material y sus influencias.

Vengo así a rescatar lo que es esencial. Por eso, Mi Corazón es eterno además de ser Sagrado y al ser eterno Él trae lo Inmaculado y lo más puro para todos, que es el Amor, que redime y vivifica.

Quiero con esta revelación que tomen consciencia de que en verdad la humanidad no puede perder su pureza a pesar de todo lo que vive.

Al menos en pequeños grupos, por medio de la oración y de la Comunión Conmigo, deben preservar ese espíritu, para que no se borre del planeta ni de su consciencia.

Es eso lo que algunas grandes naciones quieren hacer desaparecer con sus acciones.

¿Han comprendido ahora por qué estoy aquí, y por qué ustedes Me han ayudado a llegar?

Extiendo para todos Mi Gratitud y Mi Confianza, por estar cumpliendo esta primera etapa de una gran tarea que recién ha comenzado.

Hoy no sólo vengo como vuestro Jesús, el Nazareno, el Pastor y Maestro del Amor; hoy vengo como la Consciencia que Soy.

Yo Soy el que Soy., y es esa Esencia que se revela, ese Espíritu Inmaculado de Dios, vivo en Su Hijo Primogénito., que impulsa a las consciencias a alcanzar la iluminación y la redención de sus vidas.

Hoy vengo con Mis Brazos abiertos para abrir los caminos de los que los tienen cerrados.

Vengo a retirar lo que no está bien y a colocar lo que es nuevo y lo que renueva, de tiempo en tiempo.

Que esta Maratón sea el fuego que siempre se multiplica, que motiva a las almas a continuar adelante, a pesar de lo que suceda.

Mi Madre les ha dado estas dos misiones, las cuales cumplen una tarea fundamental en el Plan de rescate. Y ustedes, todos ustedes, son parte de esta Misión.

Mientras Mi Madre los guía y también los acompaña en la Misión humanitaria por Venezuela, trayendo alivio al sufrimiento humano y a la decadencia de todas las consciencias que sufren el caos, también Yo, hoy estoy aquí entre ustedes, para renovar esta propuesta de orar e invocar la Divina Misericordia.

Ayer, eran ustedes los que necesitaban de Mis Gracias, hoy, son sus hermanos los que necesitan de Mi Intercesión, de Mi Espíritu Inmaculado, que los renovará y los despertará a lo Nuevo.

Vengo así, a unir a las consciencias con los Reinos de la Naturaleza, con sus orígenes y sus principios.

Vengo a pedir aquí que no se olviden de Dios, y de que Él los está observando, esperando que todos ustedes miren a Su Corazón, para encontrar un refugio de Paz.

Vengo a darles valor a los que son marginados y simples, vengo a quitarles el poder a los que se creen más que los demás y que no son humildes.

Vengo a mostrar Mi Reino a todos, y a dar testimonio de Él entre ustedes.

Vengo a decirle a Centroamérica, y especialmente a los que la colonizan, que no intervengan en este Edén que es de Dios, y es para la Nueva Humanidad, verdadera.

Les pido a todos los que visitan estas naciones, que no cometan los mismos errores que quedaron grabados en la historia, entre la Consciencia Indígena y el hombre blanco. No lo hagan más. No busquen algo que no les pertenece.

Dejen libres a los Reinos y a los que cohabitan con ellos, porque hoy es Mi Misericordia que viene a auxiliarlos, pero mañana Mi Corazón les dará la Justicia.

Ámense los unos a los otros, esa es la primera regla, aun para aquellos que no Me viven, ni Me sienten.

No hemos llegado a Norteamérica, porque aún no está preparada para recibir Nuestras Presencias.

Y aunque ya hemos estado en otros tiempos intentando despertar una consciencia dormida y tan humana, vigilamos a las almas y a los buenos corazones que allí se encuentran, pidiendo una oportunidad para toda esa nación.

Las cosas que hoy se hacen no durarán por mucho tiempo. Y esto no es una advertencia, sino una oportunidad de corrección, de alineamiento y de equilibrio.

Hoy vengo como el Maestro de todo lo creado por Mi Padre, para que no sea más usurpado, lastimado ni flagelado.

Hoy vengo como el Pastor de todos los Reinos, incluido el Reino humano, que tanto necesita para poder continuar adelante.

Que en esta Maratón oremos por los que duermen desde hace mucho tiempo, por los que no esperan a Dios y por los que no lo aman, por los que lo olvidan, por los que se separan de Él, ambiciosamente.

Vean así, cómo Mis Brazos aún están abiertos sobre las Américas, para señalizar la redención.

Que el Amor, la Paz y el Bien, los unifiquen.

Y Me uno a cada corazón orante que, en su hogar, grupo o nación, Me acompañará en esta tarea, para dejar y sembrar semillas de luz que germinarán en un cercano futuro.

Gracias por estar Conmigo, así como lo puedan estar.

Lo importante es que sea verdadero, por el bien del planeta y de la humanidad.

APARICIÓN DE  CRISTO JESÚS DURANTE EL SAGRADO LLAMADO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Mi silencio proclama la victoria y la renovación de las almas.

Es en el triunfo de vuestro Rey en el silencio de Su Corazón Sagrado, en donde se guarda el Misterio de Dios para todas las consciencias de la Tierra.

A través de Mi Corazón encontrarán el Portal que los dirigirá hacia Dios, para que estén en Él y en perfecta reconciliación.

Es el silencio de Mi Corazón que renueva todas las consciencias, que trae la paz, el amor y la luz para todos los seres que se rinden ante Mí.

He venido aquí para pedirles colaboración, siguiendo los pasos de Mi Santa Madre y de Mi Padre San José, en perfecta Trinidad con el Todopoderoso.

Derramamos nuestras Gracias sobre aquellos que no las merecerían, porque son todos mis seguidores que han permitido esta Gracia mayor y extraordinaria sobre este pueblo del Brasil y más allá de él.

Vean entonces, compañeros, cómo es que trabaja la Consciencia divina donde no tiene límites ni fronteras, donde se abren nuevas puertas para todos los corazones que buscan una oportunidad de redención y conversión.

Les pido, compañeros, no endurezcan el corazón, pues Mi Corazón Todopoderoso les viene a traer la transformación y la paz.

Vuestro Maestro del Amor está moliendo el grano duro, los aspectos más difíciles de las consciencias de este planeta. ¿Qué resultará de todo esto? Si ustedes se dejan moldear por Mi Espíritu, nada malo les pasará.

Yo Soy el Sagrado e Invencible Corazón de Jesús, que viene a unir las consciencias y las naciones, en este Espíritu Universal de la Paz, que viene al mundo para poder rescatarlo de su profunda ilusión e indiferencia.

Yo les traigo, compañeros, el último chance, momentos antes de Mi Glorioso Retorno.

Yo les traigo, compañeros, la posibilidad de amar y de perdonarse a sí mismos y a sus semejantes.

Ya no esperen más, compañeros, amen y perdonen, y así alcanzarán la liberación.

Las dudas y todas las confusiones se disiparán de sus corazones y mentes; porque podrá ingresar Mi Divina Misericordia, que viene a desterrar el viejo ser para que nazca el nuevo hombre, la nueva consciencia, al alma que aún está dormida.

A través de Mi Presencia Yo les traigo la Pacificación.

Les pido que crean en Mi Mensaje, en Mi Nuevo Evangelio que vengo a dictar para los corazones simples; porque si sus corazones viven en la simplicidad, no sufrirán, tendrán fuerza, fuerza interior y fe para superar todas las barreras de esta gran inercia planetaria.

Nuevamente, como hace ya dos mil años atrás, vengo a traerles la Palabra de Dios, la salvación de sus consciencias y de todos los Reinos de este Planeta, que también sufren por ustedes  en este tiempo que cambia.

Quiero de sus vidas un ejemplo verdadero de amor.

Moldeen sus corazones en Mi Corazón. Sentirán la verdad y el alivio que tanto buscan.

No vengo a traerles los milagros de hace dos mil años atrás y de todos los tiempos, que fueron realizados por Mi Consciencia Divina para demostrar al mundo que Yo estoy presente en la Eucaristía, en la eterna comunión que pueden vivir las almas Conmigo.

Dichosos son los que comulgan de Mí, a través del Cuerpo Vivo, de la Preciosa Sangre de vuestro Señor. En este Sacramento está su renovación y la justificación ante el Padre, delante de todos los pecados que comete el mundo sin detenerse.

A través de Mis Llagas, las Llagas de Mis Manos, Yo los vengo a bendecir, y así a revelarles que Soy el mismo Jesús de Nazaret, el Hijo del Dios Vivo que viene al mundo para conducirlo hacia la vida eterna,  para sacarlo de la perdición, de la profunda indiferencia y la falta del amor, de la caridad y de la hermandad.

Primero debe comenzar en ustedes esa gran experiencia de amor, que es interno y no humano.

Debe comenzar primero en ustedes la hermandad y la caridad, el servicio que cura y abre las almas para que encuentren la Fuente del Amor de Dios.

En nuestros Sagrados Corazones están las llaves para su liberación y redención.

Hoy vengo en la quietud del Espíritu y no de la batalla. Vengo a pacificar a las consciencias que deben despertar a Mi Amor Misericordioso y aceptarlo  como una tabla de salvación ante  la Justicia de Dios.

No pierdan esta oportunidad de reencontrar todos los días el Amor de Dios. No pierdan esta Gracia de salir renovados y vivificados en la fe, en la fe que les trae Mi Corazón, con toda Su Gloria.

Oren por el mundo que está agonizando.

Oren por la Madre Tierra que está sufriendo las acciones de sus hijos en la superficie.

Oren por las almas que se están perdiendo, por los olvidados, por los que están perdidos sin poder ver la luz.

Oren por los que están enfermos y los que sufren.

Es la oferta de Mi Corazón de que puedan salir de sí, para ver la verdadera necesidad de estos tiempos.

Oren por los Reinos que se están perdiendo por las manos de los hombres de esta humanidad, que destruyen la Creación de Dios si ningún gramo de consciencia.

Oren por los que, verdaderamente, necesitan encontrar la salida hacia Mi Corazón, la cura de sus consciencias y la redención  de sus espíritus.

Oren por los que padecen la guerra, las consecuencias de la tribulación .

Oren por los continentes y las  naciones, que enfrentan el caos de estos tiempos, generado por la propia humanidad que no mira para Dios sino para sí mismo.

Oren por los que claman por Misericordia.

Por los que sufren el hambre y la enfermedad.

Oren por los que mueren solos.

Por los que no tienen padres ni madres.

Oren por los niños que lloran sin consuelo.

Oren por los animales que son sacrificados y por el perdón que necesitan los hombres, al no ver en ellos, el amor semejante de Dios que se vivifica en cada Reino de la Naturaleza.

Oren por los mares que están contaminados y por los grandes Espejos que son afectados, que traen la armonía a este Planeta y la consciencia humana los lastima, sin saber lo que están haciendo.

Oren por el desequilibrio mundial, por la falta de igualdad en todos los pueblos.

Oren por los que tienen mucho y no dan nada.

Oren por los que no tienen nada y reciben poco, porque ellos están sufriendo la consecuencia de estos tiempos.

Oren por las esencias que se están perdiendo.

Oren por los que ignoran la realidad superior y que no tienen interés de conocerla y pierden su filiación con Dios.

Oren por los que se sumergen en la vida material, por los que son vendidos y traficados, como animales del fin de los tiempos.

Oren por los que no viven la paz en su interior y en el planeta.

Oren por los que no conocen Mi Divina Misericordia.

Salgan de sí por un momento y vean todo así como Yo lo veo, con profunda piedad y compasión.

Oren por los ángeles que están caídos y que son llevados a la perdición, por las fuerzas contrarias a Dios.

Oren por los que no oran por sus Ángeles de la Guarda, que no tienen conocimiento ni consciencia de esa Presencia divina.

Oren por los que no creen que Yo estoy aquí presente, pero Mi Verbo es más profundo que toda falta de fe.

Oren por la Justicia que se aproxima y para que el mundo se corrija y vuelva a ser un pueblo sagrado, la esperanza de una Nueva Humanidad, unida al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Únanse a los arcángeles que están trabajando en toda esta consciencia planetaria, únanse a sus ejércitos celestiales para que la paz no se disipe del planeta.

Sientan el sufrimiento de Mi Corazón, que trae el peso de este mundo que está agonizando.

Oren por Mis Llagas que están doliendo, al ver los horrores de este mundo que se aparta del amor y de la verdad, que no ama a su semejante así como Yo los amo a todos, sin mirar sus pecados, sino sus esencias divinas que aún deben descubrir en esta hora difícil del planeta.

Oren para que su Madre Santísima los pueda seguir ayudando y Ella derrame la Gracia de lo profundo de Su Corazón, sobre todo lo que es imposible y aún no se transforma en esta consciencia humana.

Oren por los que están padeciendo las injusticias de este mundo.

Oren por los que son perseguidos por las religiones.

Oren por los que son verdugos de este mundo y que traen el sufrimiento a las consciencias.

Oren a Mi Sagrado Corazón para que siempre los ilumine y encuentren, por encima de todo, Mi Eterna Paz. 

Oren por aquellos que no Me escuchan y que no abren su corazón a Mi Llamado.

Oren por los que ignoran Mi Presencia y que no se sirven de Mis prodigios.

Oren para que el Reino Celestial se aproxime sobre todo esta Tierra sufrida.

Oren para que el mundo no pierda el amor y este proyecto humano se cumpla con todos los que despierten. 

Este es el Llamado del Gran Maestro, que anuncia al mundo Su Segunda Venida.

Es la Segunda Persona de Dios quien les habla, el Hijo Primogénito del Padre, que encarnó en este mundo y vivió entre ustedes, para darles a conocer la Fuente del Amor y la Unidad Suprema.

Pero, hoy vengo a agradecer con Mi Corazón manso, que esta tarea en Centroamérica se cumplirá.

No saben lo que significa para nuestros Sagrados Corazones que las consciencias se abran para algo que es invisible y que es perpetuo en el Corazón de Dios.

Agradezco por aquellos que han colaborado para que los nuevos apóstoles despierten en Centroamérica, así estoy lanzando Mis redes, para atraer hacia Mí todos los corazones.

Esta es la victoria del fin de los tiempos, de todos los que se unen a su Rey, para llevar adelante el Plan de Dios entre todos los autoconvocados.

Quiero escuchar esa canción que resuena en Mi Corazón, pues es la súplica de vuestro Maestro para todos los que aún no Me han conocido en su interior.

Por toda esta causa, Yo los absuelvo, les doy Mi Paz, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

En todo el Planeta, derramo Mis Rayos  de Misericordia y congrego a las nuevas almas para que se sirvan de Mi Corazón en esta Comunión perfecta con Mi Santísimo Cuerpo y Mi Divina Sangre.

Como hace dos mil años atrás, parto el pan para ustedes y les vuelvo a decir:

"Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo, que hoy es entregado por muchos, por el sufrimiento de la consciencia humana".

"Les entrego Mi Cáliz y les doy de beber de Mis Dones espirituales, por todos los que derraman su sangre a través de la injusticia humana y que pierden la oportunidad de poder conocerme".

Los mando de dos en dos, como Mis Apóstoles, para que en estos tiempos prediquen Mi Amor y difundan Mi Paz; esto es obra de Mi Misericordia.

"Con todos los Ángeles reunidos y el Poder Celestial que todo gobierna, Yo transubstancio estos elementos, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén"

Gracias por cantarme y por pedir y orar por el mundo.

Vayan en paz y en confianza.

Maratón de la Divina Misericordia
Aparición de Cristo Jesús durante la 39.ª Maratón de la Divina Misericordia, en la ciudad de San Pablo, Brasil, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón

Yo les doy la paz y la liberación.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Adoren al Sagrado Corazón, Fuente de reparación y de Misericordia para aquellos que se rinden a Mí.

¡Rendición! Rendición es lo que les pido, para que puedan alcanzar la paz y también aquellos que no la merecen, al estar olvidados de Dios y de su despertar.

Hoy vengo con un silencio más profundo y cierro Mis Ojos ante ustedes, para que Mi serenidad pueda disipar el mal. Cerrando Mis Ojos contemplo el silencio del Universo, la Voz profunda de Dios, que los llama para la redención de este planeta.

Y es este Corazón misericordioso, el que aún sufre por el mundo.

Vean Mi Rostro con los ojos cerrados, en vigilia y oración.

El mundo no conoce lo que sucederá. Por eso Yo vengo a prepararlos, para retirarlos de la superficialidad que ciega a muchos.

Este es uno de Mis grandes sufrimientos. Es la indignación que siente el Padre: después de haberles dado todo, ¿qué le darán ustedes para que se cumpla Su Voluntad?

Yo no necesito de grandes cosas, compañeros, sino de sus vidas, para poder servir a Dios a través de cada uno de ustedes.

Contemplen Mi Rostro con sus ojos cerrados, en vigilia y oración, esperando por lo que sucederá en este mundo.

Mientras la puerta de Mi Misericordia está abierta, no demoren para poder entrar. Lleven hacia esa puerta a todos los que lo necesitan, porque ella ya esta cerrándose, para que se abra la puerta de la Justicia; la Justicia que ordenará al mundo de su desorden planetario.

Y eso no será un castigo de Dios, sino el resultado de lo que la humanidad ha sembrado después de tantas Gracias recibidas. Pero Yo tengo la llave de la gran expiación para aquellos que la quieran recibir en Mi Nombre. Es esta la llave que los salvará, ustedes abrirán la puerta correcta y sus caminos dejarán de ser laberintos, para poder ser caminos rectos hacia la Luz.

Yo les traigo el cumplimiento de la promesa que les ofrecí: ya estoy retornando. Dichosos de los que creen en eso, antes que todo se cumpla.

La gran noche se está acercando. El día está terminando y deben estar Conmigo en oración. Recuerden lo que les dije a los apóstoles en el huerto Getsemaní: “No duerman. ¡Despierten, despierten! La hora está llegando.”

Oren de corazón y no solo con palabras, para que estén libres de toda tentación y de toda adversidad. Este es el mensaje del fin de los tiempos, para una humanidad absolutamente dormida e indiferente.

Y si Nosotros no estamos aquí como portavoces del Cielo y de todo el Universo, ¿quién los salvará?

Confíen en Su Padre Celestial y aliviarán Su Corazón de todos los dolores que Él siente en el mundo.

Repito este mensaje porque no lo han escuchado. Es hora de unirse cada día más para soportar las corrientes que vendrán al mundo. Si están solos, no podrán hacer nada.

Por eso los invito a la fraternidad, a la colaboración y a la cooperación con el Plan de Dios. Así estarán libres de las ataduras del mundo y de los lazos con el mal. Sus almas se liberarán cuando se donen a los otros, por una justa causa de bien y de hermandad.

Libérense de la corrupción humana que el hombre de superficie ha creado a través de los tiempos. Crean en sus espíritus, que vinieron a este planeta para redimirse, para aprender a amar cada vez más, en honra al Padre Celestial.

Si no aman, compañeros, no podrán vivir los próximos pasos para ascender al Universo con sus almas y corazones. No podrán saltarse escalones de Luz.

Deben vivir cada etapa con cada nuevo paso que es dado, así estarán haciendo lo correcto y estarán dentro de un perfecto equilibrio.

Las puertas de Mi Reino están abiertas para los que se están redimiendo. Por eso les ofrezco Mi Corazón como la Llama guía para estos tiempos de oscuridad, en donde todo se pierde gradualmente.

Ayer les entregué la Pasión que Yo vivo por el mundo. Hoy les entrego la consciencia de dar un paso más grande hacia la Luz, para que sus vidas no estén estáticas, sino en el perfecto movimiento del Universo, en donde es necesario obrar y servir a Dios.

Vengo a retirarlos de la ilusión. Vengo a abrir sus ojos, porque aún hay mucho por hacer en esta humanidad. Vengo a retirarlos de la comodidad, de la televisión, de la distracción, para que vivan en el Universo de Mi Corazón.

Mi Corazón es la Verdad para el fin de los tiempos, porque así nadie los engañará.

Yo soy el Cristo del nuevo tiempo. El Hombre que predicó en Nazareth y en toda Tierra Santa. Soy el Gran Pescador de las almas, que los quiere llevar al Amor, a la Verdad y a la unión con Dios.

Reciban Mis Palabras con alegría. Mis códigos de Luz los santificarán, así como los santifica el Padre y el Espíritu Santo.

Saben compañeros, que estos encuentros con Mi Corazón Misericordioso y con Mi Sagrada Faz, tienen un tiempo. Y ellos culminarán cuando el Padre Me lo indique. Mientras tanto, no tomen cada encuentro Conmigo como algo normal; porque cuando ellos terminen, cada uno sabrá dónde habrán quedado Mis tesoros para el tiempo del Armagedón final, en donde todo estará permitido.

No pierdan la Gracia de encontrarme a través de cada nuevo encuentro, conscienticen en sus vidas Mi Sagrado Corazón y así no se desviarán del camino. A través de estos encuentros estoy construyendo nuevos templos; estoy manifestando Mi Iglesia celestial, en la morada de los puros y de los simples de corazón. Porque esos templos, que son inmateriales, acogerán a los que sufren y a los que sufrirán la transición planetaria; serán Mis códigos crísticos en ustedes, que Yo proporcionaré para las almas perdidas, para las que viven en el infierno de toda esta humanidad y que no encuentran a Dios, por su gran ignorancia, por no saber amar, porque nadie se los enseña.

Así, Yo los invito a ser Mis apóstoles, no solo en sus hogares, con los grupos de oración, si no que los invito a salir a la calle a buscar a las almas necesitadas de Mi divina e insondable Misericordia.

Ya no es tiempo compañeros, que solo Me miren por televisión. Es tiempo de entregar la vida por el Plan, cueste lo que cueste, para que la máxima Voluntad del Padre se cumpla.

Sé que lo que les estoy diciendo no lo comprenderán, porque son realidades para los próximos tiempos. Aún la escuela de la preparación no terminó. Aprovechen este momento y sírvanse de Mi Luz, en gratitud y amor, expresando desde ustedes, servicio, donación y caridad.

Quiero sacarlos a todos ustedes del plano mental. Vivan en el gran plano del corazón, porque allí se encuentra la Santísima Trinidad, que los aguarda para entregarles Sus Dones y vivificar sus espíritus en Gloria al Creador.

Mis Palabras no pueden quedar escritas solamente en textos. Cada impulso que Yo les entrego es para que lo realicen, es para que lo multipliquen, lo donen y lo entreguen a sus hermanos, a toda la necesidad planetaria, que está muy descompensada.

Así los invito a que no sean eruditos en sus mentes, en sus estructuras. Quiebren y rompan con el Rayo de Mi Misericordia, todo lo que se opone a Mi Plan de Luz dentro de ustedes. Así vencerán al adversario y la distracción que él les genera todo el tiempo.

Abran sus brazos, expandan sus corazones y donen el Amor de Dios.

Sirvan incondicionalmente y estarán en el lugar correcto, cuando todo suceda.

Sepan que en Mi Corazón hay un espacio guardado para ustedes, que siempre contemplo con mucho Amor, cuando se unen a Mí sinceramente y responden a Mi convocatoria, porque saben que es necesario cumplirla por la salvación de las almas y del planeta.

Todos sus hermanos que están allá afuera, también necesitan de la Misericordia, así como ustedes recibieron Mi Divina Misericordia.

Cada encuentro Conmigo es renovador y es una oportunidad única de dar un paso en esa escalera de Luz, que los lleva al Reino del Padre.

Santificados sean los que Me escuchan.

Santificados sean los que Me contemplan.

Santificados sean los que Me adoran.

Santificados sean los que sirven en Mi Nombre.

Santificados sean los que se despojan por Mí.

Santificados sean los que se redimen y los que buscan la paz.

Santificados sean los que despiertan y los que ven a Dios en todas Sus Obras.

Santificados sean los que viven la Unidad y los que se esfuerzan por vivir los Mandamientos.

Santificados sean los que comulgan de Mi Cuerpo y de Mi Sangre y se rinden ante Mi Presencia, para que Yo los pueda transformar.

Santificados sean los que creen cada palabra que Yo dicto, porque santificados serán por el Padre, en el Universo de Su Amor y de Su Gloria, con el fin de expresar la nueva humanidad.

Consagrados: antes de orar Conmigo, vean el Propósito de Dios en Su Fuente Primordial, descendiendo desde el Universo Espiritual hacia este Universo Material, para que ese gran impulso de realización de la Obra de Dios, se cumpla en las almas y en toda la humanidad, con el fin de que triunfe Mi Sagrado Corazón.

Oremos.


Que se cumpla el advenimiento de la nueva raza.
Que la humanidad pueda expresar su arquetipo.
Que la Palabra sea viva y construya Tu Templo.
Que se expanda en nosotros Tu Misterio
y que se revele al mundo la verdadera existencia,
para que podamos reunirnos en Tu Nombre
y glorificar la perfecta Unidad.

Amén.


Hoy les daré la renovación a través de los Sacramentos, para que sus almas cumplan el propósito que vinieron a realizar en este tiempo planetario.

Pidamos a Nuestro Padre, a Adonai, Su Gracia y Su Misericordia para estos tiempos finales.

Les dejo el mayor testimonio, que es Mi Amor.

Les dejo Mi Paz y les doy Mi Paz para que la vivan y la multipliquen por cada lugar donde vayan.

Les agradezco por escucharme con fe y amor, porque después de todo, Dios quiere lo mejor para ustedes. Crean que esto es así, en la Presencia de Su Amado Hijo.

Vayan en paz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén (x3)

Maratón de la Divina Misericordia
Aparición de Cristo Jesús durante la 39a. Maratón de la Divina Misericordia, en la ciudad de San Pablo, Brasil, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón

Mientras el mundo no se detiene, mira Mi Cuerpo llagado, cómo lo lastiman.

Mientras las almas no piensan ni reflexionan, mira Mi Cuerpo llagado, cómo lo lastiman.

Mientras la indiferencia de muchos es muy grande, mira Mi Cuerpo llagado, cómo lo lastiman.

Mientras muchos no escuchan Mi Voz y la rechazan, mira Mi Corazón flagelado, cómo lo lastiman.

Estoy atado a la columna de la flagelación del mundo, y nadie Me puede librar de eso.

Mira a las Santas Mujeres cómo Me contemplan mientras lastiman Mi Cuerpo.

Vean la Sangre que se derrama de Vuestro Preciosísimo Señor y Ella es vertida sobre los Cálices de Dios, mientras lastiman Mi Cuerpo, para ofrecerla al Padre por la salvación de las almas y de los corazones que se pierden.

Mira cómo lastiman Mi Cuerpo con tanta indiferencia, incluso aquellos que Me siguen no todos consiguen ser fieles.

Mira cómo lastiman Mi Cuerpo mientras estoy atado a esta columna de la injusticia humana.

Así como padecí en la plaza Mi flagelación, mira cómo lastiman Mi Cuerpo, en este tiempo final.

Este es el Corazón manso que lo ha dado todo. Esta es la Vida que los retiró de la muerte y los llevó a la inmortalidad.

Mira cómo lastiman Mi Cuerpo y nadie lo percibe.

¿Acaso compartirán Conmigo las ofensas del mundo, mientras el mundo no se detiene y no se da cuenta de su perdición?

Mira Mi Corazón cómo lo lastiman mientras Él les da la Paz.

Contemplen este escenario de sacrificio y entrega, mientras flagelan a Vuestro Rey con las ofensas del mundo de hoy.

Mira cómo lastiman Mi Cuerpo, mientras los oídos de Mis compañeros no Me escuchan.

Necesito de su sacrificio para sobrevivir, pues este es Mi Cuerpo que ya está en la Gloria, pero hoy sufre por ustedes la indiferencia total de la consciencia humana.

No lastimen más Mi Cuerpo porque Él está presente en todo, aun cuando escuchan Nuestros pedidos con la mente y no con el corazón.

Mira cómo lastiman Mi Cuerpo, lleno de Misericordia y de Piedad.

Este fue el Cuerpo que murió por ustedes, el Cuerpo del Hijo de Dios, que se hizo Comunión para ustedes, eternamente.

Comprendan con este símbolo Mi Mensaje y mediten en Él, en esta hora de Misericordia, cuando lastiman Mi Cuerpo con tanta indiferencia y tratan con desigualdad las Obras del Creador.

Cargo sobre Mí el peso de estos tiempos, las almas que se condenan y los corazones que se enceguecen en su vida material y en su soberbia espiritual.

Este es el Cuerpo que padece por ustedes, atado a la columna de la injusticia del mundo.

Vean cuántas llagas ya Me han hecho. Pero Mi Amor es más fuerte, y es el Amor que triunfará en las almas que estén Conmigo incondicionalmente.

Vean cómo lastiman Mi Cuerpo en este momento, con el caos de las ciudades y de los pueblos, de las almas que están lejos de Dios sin poder ver la Luz ni el Amor del Reino de Dios.

Este es el Cuerpo que padece por ustedes y que se presenta en sacrificio ante el Altar por medio del pan y del vino.

Los invito a estar en Mí para que salgan de ustedes y alivien Mi Corazón y todo Mi Cuerpo flagelado.

No conocen la Justicia. Ella es muy fuerte, pero más fuerte es Mi Divina Misericordia.

Les pido que renuncien a algo por Mí, por este Proyecto Humano. Escucho su ofrenda interior ante la Presencia de Dios en Su Hijo.

Sáquenme de esta columna de maldad y de indiferencia. Desaten a Vuestro Soberano Rey y libérenlo de los pecados del mundo, en el ofrecimiento de la Comunión en el Santo Altar.

Las llagas de Mis Manos, de Mi Costado y de Mis Pies aún están abiertas.

Contemplen los Cinco Misterios de la Redención:

El Misterio de la Mano derecha, del Amor Infinito por la salvación de los impuros.

El Misterio de la Mano izquierda, del Amor Infinito por la salvación de los injustos.

El Misterio de Mi Pie izquierdo, de la Redención Mayor de los deportados a la Tierra.

El Misterio de Mi Pie derecho, de la Liberación Mayor de los que han condenado a sus hermanos en la justicia terrenal y en las religiones.

El Misterio de la llaga de Mi Costado, de la Misericordia Infinita por los que se han unido a Mi adversario en este tiempo final.

Contemplen los Cinco Misterios del Rosario de la Redención, ofrézcanlos al Padre en reparación y penitencia para que Yo pueda, de una vez y para siempre, estar entre ustedes.

Ofrezcan este Misterio de la Redención durante este mes de octubre, para que Mi Santa Madre establezca en todo el mundo, y especialmente en Centroamérica, la Paz universal.

Contemplen Mi Cuerpo flagelado en estos días, sin miedo de reconocer en Él la injusticia del mundo, la cual pesa en el Corazón de Vuestro Pastor.

Hoy los santificaré y santificaré estos elementos, que se convertirán en fuente de Mi Misericordia para aquellos que los recibirán en nombre de toda la raza y por los mil Años de Paz.

Santísima agua creada por el Dios Todopoderoso, purifica a las consciencias y disuelve todo mal para que reine la Paz.

Sagrado incienso ofrecido en el altar, exorciza todo lo que toques y libera a la humanidad de la impureza.

Consagraré esta agua como a los pozos de Betsaida, para que lave las heridas espirituales de las almas y renueve el sacramento de su Fe.

En este símbolo del pan y del vino se encuentra la renovación, la oportunidad de alcanzar la Gracia y de poder vivirla.

Y ahora que están bendecidos, para ser sacramentados por cada uno de estos dones, repitamos, confirmando nuestros votos ante el Padre Celestial, la siguiente oración.1

Recuerden que Mi Cuerpo sigue siendo flagelado.

Finalmente, sean esa agua que cicatrice Mis heridas.

Sean esos paños que curan Mis heridas.

Sean para Dios la Gracia y la Misericordia.

Los quiero ver comprometidos Conmigo para que Me ayuden a cumplir los Designios de Dios, esta vez en Centroamérica.

Les agradezco y les dejo el símbolo de Mi flagelación, para que lo adoren, lo interioricen y lo contemplen con amor.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

 

 

1. Todos oran el Padrenuestro en Arameo.

 

MENSAJE ESPECIAL DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO PARA LA 39.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE SAN PABLO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Estamos en adoración al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Estoy orando por ustedes, para que Mis rebaños se fortalezcan y sean semillas de Luz para el nuevo tiempo.

Quiero que estén descalzos de todo para que puedan ver los nuevos tiempos y así los puedan enfrentar como el Universo lo prevé.

Hoy estoy aquí entre ustedes, pero también estoy con Mis compañeros de Centroamérica.

Mi Corazón también se entristece al no haber podido llegar a ese lugar, en donde Mi Misericordia es necesaria. Y esto demuestra, compañeros, que no sólo pienso en ustedes sino en el mundo, en el mundo que sufre y padece.

Recuerdan que meses atrás los llevé a un desierto para que todos pudieran ingresar y aprender a vivir la austeridad del corazón y del alma, soportando las corrientes que vienen al planeta para purificarlo y transformarlo.

En ese desierto Yo les di una llave para que pudieran abrir una nueva puerta, llave que aún no han encontrado, porque no saben dónde la han dejado.

La deposité en sus manos para que pudieran abrir la puerta hacia el sendero del corazón, para que sus corazones pudieran amar, aceptar cada día más y no querer comprender, sino abrazar con fe y fervor lo que el Universo les envía de tiempo en tiempo.

Yo Soy esa Consciencia que todo lo reconstruye, día y noche. Soy ese Espíritu que busca entre ustedes la igualdad y no la abundancia, sino lo justo, el equilibrio.

He decidido estar en esta ciudad de San Pablo para recordarles a Mis compañeros que Mi Proyecto debe cumplirse, al igual que el Proyecto de Mi Madre, porque son ideas profundas e íntimas del Padre Celestial.

Él, que está en los Cielos, a través de Nuestros Sagrados Corazones les proporciona la Verdad y transmite el Llamado.

No permitan que el Llamado no se cumpla. Esfuércense para que pueda cumplirse por encima de todo.

Ustedes deben sentirse parte de una sola hermandad. Y deben permitir que esa hermandad emerja a través de sus corazones y no de los lazos de la mente.

Necesito que sean verdaderos todo el tiempo para poder soportar lo que vendrá a sus vidas y a la humanidad.

No vengo aquí para hacerles perder su tiempo ni tampoco su trabajo. Yo estoy en todos los lugares y en todos los momentos cuando Me lo permiten y Me abren la puerta de sus corazones.

Yo vengo como esa Luz Infinita al mundo, para iluminarlo, para mostrar el camino que muchos no consiguen ver en el horizonte.

Por eso he decidido estar aquí con Mis más antiguos compañeros de esta ciudad de San Pablo, para que acepten vivir el nuevo tiempo y la nueva convocatoria que les trae el Universo a través de nuestras Sagradas Voces.

No duerman como Simón Pedro y los Apóstoles en el Monte Getsemaní.

Abran sus ojos y vean a Su Maestro en vigilia y oración, pues el tiempo más difícil se aproxima, y esto no es motivo para generar miedo, sino para que sean conscientes y puedan desactivar la ilusión que ciega a muchas consciencias, no solo en la vida material sino también en la vida espiritual.

Así vengo a disipar las tinieblas para que sus corazones estén iluminados y puedan sentirme y verme en ustedes todo el tiempo.

Quisiera que el paso que ustedes deben dar, antiguos compañeros de San Pablo, pueda ser el mismo que dieron Mis queridos compañeros de Belo Horizonte cuando ellos, sin pensar nada ni desear nada, Me recibieron en adoración y Gloria en la simplicidad del corazón y de la oración.

Les entregué Mi Corazón para que aprendieran a cuidarlo y a amarlo cada día más en el Santísimo. Les di una Casa para que siempre Me vinieran a adorar y a contemplar, para que encontraran consuelo, regocijo y alivio.

¿Cuántos de ustedes han venido a verme?, y cuánto tiempo Yo los he esperado en el silencio de la Casa de Adoración.

¿Cuándo, alguna vez, sus ojos y sus corazones desearon verme y no mirar otras cosas, las cosas que ofrece este mundo?

El trabajo no sólo se encuentra en la vida material, trabajo que los ocupa para que puedan sobrevivir, como el hombre que ara la tierra para sembrar y tener frutos.

Pero ustedes, compañeros, antiguos compañeros de San Pablo, ¿se han dado cuenta de que se detuvieron en el tiempo y dejaron de seguirme?

No vengo a reclamarles nada, pero sí a mostrarles la Verdad a través de Mi Corazón.

Ese Núcleo sagrado que les ha dado la Divinidad debe estar vivo para este tiempo final no solo en las obras, sino también en lo que el Universo les ofrece como espiritual.

Nuevamente abro Mis Brazos hacia ustedes y les ofrezco el abrazo de Mi Corazón Glorificado para que renueven sus votos en el nombre del amor y de la unidad, para que vivan en Mí y Me encuentren, y ya no pierdan tiempo, porque el tiempo se acaba.

Vengo a confiarles, junto a Mi Madre, el legado y la obra que Nuestros Sagrados Corazones deberán realizar en Centroamérica, y una vez más, les repetimos: abran su corazón y donen, donen con amor y no por obligación, porque el Padre todo lo ve.

Recuerden la parábola de la pobre y humilde mujer que fue al Templo y que no tenía nada, tan solo un centésimo y, con todo su corazón y su fe, lo entregó como ofrenda a Dios, que era más que aquello que los hombres, que se decían sabios y ricos, entregaban en joyas y dinero para vanagloriarse.

Entre estos dos, compañeros, ¿quién ha alcanzado la santidad y la salvación?

Los méritos no están en la vida material, sino en sus corazones. Es el corazón el que dona y se renueva todo el tiempo.

No venimos a pedirles cosas imposibles, mas sí lo que es posible para ustedes. No malinterpreten Nuestras Palabras, pero sí apelamos, compañeros, a que en esta Maratón se unan a Mi Verdad, para que puedan vivir en Ella y la adopten como un emblema de Luz.

Ustedes deben ser Mis columnas de Luz en el mundo, así como tantas otras consciencias.

Al igual que Mi Madre, pero en otro Cielo, Me encuentro orando por esta Sagrada Misión a Centroamérica. Y después de todo lo que les he dado, con tanta Misericordia y Amor sin restricciones, quiero sentir en Mi Corazón que sus vidas internas crecieron y no sus bienes.

Quien está Conmigo debe vivir en la fidelidad todo el tiempo. Cada uno en su grado y en su despertar.

Abracen esta cruz que hoy les traigo y cárguenla con valentía y coraje. Es esa cruz que pesa en el mundo, y la que Yo reparto entre Mis compañeros para que Me ayuden a aliviar a millones de almas, como las de Centroamérica, que necesitan de Mi Paz y de la paz de sus corazones.

Estoy en adoración a Dios, al Supremo, al Infinito y al Máximo. De la Fuente traigo estas Palabras y las transmito con Mi clara Voz para que las comprendan.

La hora indica un gran paso para todos. Conságrense a Mi Corazón misericordioso, y vivirán en Mi Paz.

Dichosos los que adoran y aman al Santísimo del Altar.

Bienaventurados los que viven Mi Misericordia y la difunden en el mundo con obras de paz y de caridad, con obras de bien y de hermandad.

En su donación se encuentra su liberación. En su entrega se encuentra su alivio y la unión Conmigo para siempre.

Les dejo Mi Sagrado Corazón como un símbolo de sacrificio.

Que Mi Corazón sea contemplado en esta Maratón como algo importante, como la Luz que guía las almas y a todas las vidas del planeta, como el escudo contra toda adversidad y prueba.

Este es el Corazón que renueva y trae la fe, la esperanza para todos, en este tiempo final.

No sientan pena por lo que les he dicho, sientan regocijo y gratitud todo el tiempo, porque así estarán creciendo en consciencia verdaderamente.

Alégrense y vívanme en esta Maratón.

Que su fuego interior les permita vivir la trascendencia y el despertar de sus consciencias a Mi Llamado.

Tómense de Mi Mano y síganme, aún hay mucho que hacer por esta humanidad y por este planeta.

Los bendigo y espero su respuesta para con esta Misión por las almas que sufren en Centroamérica.

Sean caritativos y misericordiosos, porque así el Padre Eterno se alegrará al ver a Sus hijos cumpliendo Sus Obras con esfuerzo y en unidad.

En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE EL SAGRADO LLAMADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, TRANSMITIDO AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Arcángel Gabriel:

Yo Soy el Arcángel Gabriel, el Mensajero de Dios.

Vengo antes de Cristo para anunciar una profecía.

Recemos al Hijo Primogénito.

Gracias por escuchar.
 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

En nombre del Cristo de la Luz...

Vamos a volver a cantar "Cristo, Tú el Amor" para esperar al Maestro.
 

Cristo Jesús:

Abracen su cruz y síganme.

Yo vengo del Cielo como un Mensajero de la Paz a traer esperanza a los corazones perdidos, a pacificar a los que Me juzgan, a traer cura a los que más la necesitan.

Yo Soy ese Gran Corazón del Universo que se anuncia a todas las almas, trayéndoles la renovación, la trascendencia y la transfiguración de sus consciencias.

Este es Mi Mensaje para el fin de los tiempos: Que todos Me puedan vivificar, no importando a qué creencia pertenezcan, porque si en ustedes está el Amor de Dios, estará el Amor del Hijo de Dios y Él los colmará, Él los guiará, ese amor los fortalecerá y sabrán cuál camino seguir en estos tiempos.

Yo estoy llamando a todas las almas que siguen diferentes caminos de luz, y más aún, llamo a aquellas almas que están perdidas en los caminos oscuros.

Incluso dentro de Mi Iglesia, Yo vengo a desterrar lo que ya está viejo.

Mi Gobierno es Divino y no es terrestre.

Mi Iglesia es Celestial y Universal y no está hecha de piedra, como está en las mentes de algunos corazones.

Yo vengo a traer para todos el Gran Espíritu de Mi Ascensión, aquel que pulsa en el corazón del Universo y que ha redimido a todos los mundos existentes. Así Yo les traigo también Mi Divina Misericordia para que en lo profundo de sus corazones puedan conocer Mi Paz.

No vengo a crear conflictos entre las naciones, ni tampoco entre las religiones. Mi única religión, queridos compañeros, es el Amor, y sé que desde el principio en que Yo estuve entre ustedes, los primeros no comprendieron Mi Mensaje. Y ese mensaje equivocado ha llegado hasta los tiempos de hoy, por eso la estructura de Mi Iglesia es muy rígida.

De tiempo en tiempo, a través de Mis Divinas Faces, Yo vengo a traer la renovación para poder romper con todas las estructuras que han cristalizado a muchos corazones de la Tierra.

Vivan en Mi Misericordia y profesen Mi Divina Misericordia verdaderamente.

Mi Cetro no está en los impíos, ni tampoco en los que creen gobernar a través de Mí.

Mi Cetro de Luz está en los humildes, porque no es nada material. Mi Gobierno es espiritual e incalculable.

Yo traigo para todos la Divina Misericordia del Universo, algo que atraje a la Tierra cuando morí en la Cruz.

Por eso, sientan estas cosas de verdad, transformen sus corazones a tiempo y no quedarán como sus semejantes, perdidos en sus propias ideas y proyectos.

Que todos puedan escuchar nuevamente, así como escucharon en el Monte de las Bienaventuranzas: Yo Soy el Hijo del hombre, Soy ese puro Corazón de Amor que se representa a través de la Misericordia para que todas las almas puedan alcanzar la redención.

En este ciclo final del planeta, nuestro mensaje no es traer terror a los corazones, sino consciencia y despertar.

Cuando el impulso de nuestros mensajes llegue a todo el mundo, verán cómo se mueven los castillos de arena de aquellos que construyen sus propias estructuras y dicen hacerlo todo en Mi Nombre. Pero esas cosas no son así, compañeros.

Yo los invito a vivir la renuncia de sí, el vacío de sí, para que Mi Iglesia que es celestial y no terrenal pueda despertar en todos los corazones que lo necesitan.

Por eso envío a Mis ángeles y arcángeles, para que den testimonio al mundo de que muchos de Mis apóstoles están equivocados.

Yo vine a traerles el Evangelio y la buena nueva a través de las cosas simples, de la oración, de la caridad y de la pobreza.

En Mi Iglesia Celestial no existe ningún  bien, sino que solo se guardan los tesoros del Corazón de Dios que no son visibles para todos.

Abran los ojos, apóstoles Míos del mundo entero, sacerdotes que predican Mi Palabra.

Mi verdadera Iglesia aún está descendiendo al mundo, y esta es espiritual y sublime.

Dichosos de aquellos que Me adoran en el Santísimo, porque podrán comprender todos los misterios que hoy traigo.

Ya no molesten a sus hermanos, vivan su propia transformación antes que la puerta de la Misericordia se cierre. No habrá lugar o espacio donde podrán llorar.

Arrepiéntanse y hagan penitencia, sacerdotes, antes de que todo sea tarde.

Ya fue dicho y fue escrito: El Hijo de Dios junto a sus ángeles y arcángeles separarán la paja del trigo y vendrá con Su Justicia Divina para corregir a la humanidad y también a toda la iglesia de la Tierra.

Nadie se escapará de Mi Justicia Universal, pero si se arrepienten de corazón y no de apariencia, podrán encontrar Mi Reino Celestial.

Nuevamente, no depositaré Mis perlas preciosas en los cerdos.

Ayuden a las almas a que se puedan rescatar y cumplan la misión que vinieron a cumplir.

No difamen las cosas de Mi Obra y únanse en la caridad y en el ecumenismo, porque será el Amor de Dios que triunfará en todos los corazones de la Tierra.

Será ese Amor infinito e inexplicable lo que unirá a las religiones y a los credos, porque cuando Yo retorne al mundo físicamente, demostraré al mundo y especialmente a todos Mis seguidores, cuánto se han equivocado. Así abrirán sus ojos y podrán reconocer todo lo que hice a través de los tiempos, a través de todas las consciencias que Yo he autoconvocado.

No tienten al mal, porque en verdad no lo conocen. Únanse a MI Corazón y encontrarán la paz.

No sean incrédulos, no desmientan Mi Mensaje.

Mi Corazón viene a los que no han llegado a Mi Iglesia, a todos aquellos que ustedes no consiguieron atraer.

Vivan en el amor y estarán en Mi Divina Misericordia, y no serán tocados por la vara de Mi Justicia.

No desmientan Mi Mensaje.

Yo no vengo por el mundo, vengo por las esencias, por los corazones que necesitan reencontrar el amor y vivir Mi última y Divina Misericordia, porque Yo elevaré hacia el Reino de Mi Padre a los que están caídos y no serán Mis sacerdotes los que entrarán primero al Reino de Dios.

¿Se han preguntado alguna vez, si pudieran ir al purgatorio?

Todo está permitido en estos tiempos.

Vivan el amor, porque la humanidad lo necesita; así atraerán la paz, y así terminará el conflicto en todo el planeta.

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Cristo se fue.

Vamos a entrar un momento en adoración y a pedir perdón, por nosotros y por nuestros hermanos, por el cumplimiento de la Obra del Padre.

Cada uno hará su oferta para Cristo, en gratitud y amor.

El Arcángel Gabriel nos ha pedido el Santísimo. ¿Pueden traerlo aquí?

Vamos a mantener la conexión con los ángeles.

Vamos a mantenernos en oración silenciosa agradeciendo la presencia del Arcángel Gabriel, y lo que esto significa.

Vamos a mantener ese contacto con esa realidad, ese Reino Angélico y Arcangélico que viene a auxiliarnos y a traernos la paz. Y así vamos a prepararnos para adorar al Santísimo por algunos minutos, trayendo la paz para nosotros, para el planeta y para nuestros semejantes, para aquellos de quien Cristo habló.

El Arcángel Gabriel dice que penetremos el Universo del Santísimo con los ojos de nuestro corazón.

Que a través de este símbolo sagrado podamos encontrar el Reino de Dios y todos los ángeles adoradores que traen la Paz y la Misericordia de Dios para todos los Universos.

Vamos a adorar, dice Gabriel Arcángel, por todos aquellos que fueron ultrajados y sacados del camino de la luz.

Vamos a ofrecer esta adoración por esas almas, confiando en la plenitud de la Misericordia de Dios por cada una de ellas.

Unamos nuestras almas al Santísimo del Altar y confiemos en el Señor en este mismo presente, en el Eterno Presente del Creador.

Adoremos por los que son injustos y por los que lastiman el Plan de Dios, porque en su esencia, en verdad no conocen el amor, sino solo el dolor.

Tengamos misericordia, y seamos misericordiosos.

Reverenciemos.

Mi Dios, yo creo en ti...

Vamos a agradecer a Cristo por este momento y a llevar Sus Palabras en el corazón, a mantener esa comunión que hicimos con Él, internamente.

Vamos a cerrar el programa de hoy de esta forma, en silencio, para que podamos mantener lo que el Arcángel Gabriel y Cristo construyeron en nuestro interior.

¡Gracias Señor por cuánto nos das!

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 38ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE BELO HORIZONTE, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

¡Que el mal desaparezca de este lugar, en el nombre del Todopoderoso y de Sus legiones angélicas!

¡Que la Luz descienda a la Tierra y que los corazones reconozcan el Propósito de Dios, pues es el tiempo de autoconvocados, de los 144.000!

Mi Corazón se hace presente nuevamente aquí y toda Mi Consciencia Divina, que es parte de Dios, se manifiesta ante ustedes para darles a conocer la Voluntad del Padre en cada una de sus vidas.

Establezco aquí Mi Reino y en él no podrá habitar ninguna adversidad porque el Plan se cumplirá en todos los corazones internos a través de Mi bendición, por la autoridad que Dios Me concedió, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Alabado sea el Padre, compañeros, que reúne en este momento a sus ovejas más pequeñas para que vuelvan, después de estar perdidas en el mundo sin tener qué beber ni dónde pastar, al establo de Mi Corazón; porque en Mi Reino existe la providencia y las almas no sienten sed eternamente ni hambre de espíritu perpetuamente.

¿Saben lo que eso significa? Que el Padre los vuelve a reunir para que lo recuerden a través de su Hijo, de su Gloria y de su Misericordia, que permiten, en esta hora, esta realidad.

Yo vengo a llamar a los escogidos con el dedo luminoso de Dios, que con Amor infinito y Misericordia viene a rescatar a los caídos y a retirar de los abismos a millones de consciencias.

Es así que Yo les revelo el poder de Mi Divina Misericordia, de Mi Gracia y de Mi plenitud para con todos los Míos.

Ayer, Yo les dije que soy más que el Sol. Hoy les digo, compañeros, que soy más que una divinidad.

Porque si el Hijo de Dios está en el Padre, el Padre Eterno estará en su Hijo amado. Y si ustedes están en el Hijo de Dios, en lo profundo de su Corazón Sacratísimo, estarán también en el Padre y el Padre estará con ustedes, a pesar de lo que suceda.

Fortalezcan su confianza en el Creador y desmientan, compañeros, a las modernidades de estos tiempos. Las almas están hipnotizadas y en profunda ceguera, no consiguen ver Mi Camino de Luz.

Una y otra vez, de tiempo en tiempo, golpeo a la puerta de sus corazones para llamarlos a esta tarea sagrada de compartir Conmigo el tiempo de la Redención.

La Redención es una esencia profunda aún muy desconocida por el mundo. Una pequeña señal de ella ya fue mostrada a través de la Pasión de vuestro Señor, cuando Yo sufrí por ustedes todos los martirios, todos los pecados y toda la inconsciencia de la humanidad, a través de la agonía, del calvario y de la muerte. Así Yo les revelo, compañeros, que la Redención es algo más profundo, porque tiene su base en la esencia del Amor y de la Unidad que todos los seres pueden vivir en estos tiempos finales.

La redención de sus vidas tiene pasos. Son escalones de luz a los que son invitados a ascender, poco a poco, hasta encontrar Mi Reino Glorioso, que no pertenece a este mundo.

Así, Yo elevo sus consciencias hacia otras realidades, retirándolos de la vida material y abriendo sus corazones para lo que es verdadero y profundo.

A través de la oración, compañeros, construyan la primera base de la redención.

Pero existen más bases que deben construir en este camino de oración, en este camino espiritual y de consagración al que son invitados a recorrer para salir de la ilusión del mundo.

Poco a poco sus vidas se transformarán. Cuando acepten Mi Convocatoria estarán aceptando la Voluntad de Dios y Mi Corazón se glorificará en el Padre, porque Sus hijos se glorifican en Mi Corazón.

Y Yo Me encenderé en Dios para que Mi Espíritu Divino descienda a la Tierra, para rescatar a los últimos que quedan en esta transición, que aún no ha terminado; una transición que desconocen llamada purificación. Una transición misteriosa que se descubre, se revela a los corazones simples, sin miedo y sin engaño.

Por eso, compañeros, les ofrecí la Cruz un terafín, un símbolo sagrado, perpetuo y eterno.

Les ofrecí a Mi Madre, para que la pudieran aceptaran como su Guía y Gobernanta. Ella los une a Dios a través de Su Corazón humilde.

Y si sus corazones son humildes, estarán en Mi Madre, Mi Madre estará en Dios y todos estarán en el Padre, en una perfecta unidad.

Es la unidad, compañeros, lo que no pueden perder. La unidad será la llave para cruzar la transición. La humanidad no sabe estar unida, solo sabe estar dividida todo el tiempo y a través de los tiempos.

Yo les enseñé, a través de Mi Evangelio, cómo debían amarse los unos a los otros. Esa regla está vigente, compañeros, porque ese amor los protegerá de ustedes mismos cuando se sacrifiquen por sus semejantes y sus semejantes se sacrificarán por ustedes.

Así crearán una verdadera familia espiritual, sin que importe la unión sanguínea, genética o humana. Porque la verdadera familia es la que vive en el Corazón del Padre, y lo vivifica todo el tiempo, buscando agradarlo con la emanación del amor y de la unidad presente en cada uno de ustedes.

Les vengo a enseñar, a todos los presentes por primera vez, las Leyes básicas de Dios que se guardan en los Mandamientos, los cuales están olvidados completamente por toda la humanidad.

Si los Mandamientos se hubieran cumplido al pie de la letra no sería necesario vivir la transición.

Por eso vine al mundo y encarné entre ustedes, para mostrarles el verdadero Mensaje de Dios; por medio de la encarnación del Hijo Amado se manifestó el Amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, algo que muy pocos aprendieron.

Pero aún están a tiempo, antes de que llegue esta transición al planeta, en donde la paja se separará del trigo y eso será inevitable, compañeros.

Ustedes saben que el mundo está equivocado, está inmerso en su adversidad, en su profunda oscuridad y ceguera. Y mientras las maldades continúen en este mundo, Yo reforzaré a los espíritus misericordiosos para que puedan servir en este Plan de Amor, que debe cumplirse en la consciencia humana y después en la vida material.

Haré todo lo posible, compañeros, para que caminen con firmeza y valentía. Por eso hoy estoy con ustedes y entre ustedes para enseñarles a amar de verdad y de corazón, para que abandonen sus amarras y las faltas del pasado, y para que a través de este encuentro, puedan salir renovados por un compromiso verdadero y sincero de sus corazones Conmigo.

Así Yo les entrego, amados amigos, una sagrada tarea, que no es material sino inmaterial. Sus espíritus saben que esto existe y que no es una analogía.

Mi tarea en el mundo es concreta y visible. Han visto erguirse a Mi Santa Iglesia, Mi Iglesia verdadera y celestial, en los corazones humildes de los fieles y religiosos.

Es esta Iglesia la que Yo elevo a Dios todos los días, para que el Padre la pueda contemplar en plenitud con Sus Ojos de Misericordia y Compasión.

Es esta Iglesia la que el Padre viene a buscar en ustedes con su acción de servicio, de caridad, de amor y oración.

Es esta Iglesia interior la que nunca será derrumbada.

Permanezcan en quietud mientras hablo, pues la Iglesia celestial y universal del Reino Espiritual está visible en este momento para sus almas. Entren en contemplación y no pierdan este momento. Que la inercia no sea más fuerte que la devoción. Que la indiferencia no sea más fuerte que la compasión.

Que en Unidad y Amor estemos siempre, para que pueda seguir descendiendo la Iglesia Celestial.

En el pasado, a Mis apóstoles y a todos ustedes, les di un mensaje que no comprendieron. Cuando les dije que en Pedro fundaría Mi Iglesia, es que en él y en sus hermanos debería fundarse la Iglesia celestial, en cada corazón humano y no en la vida material.

Pero Me sirvo de todos los fieles, porque en ellos puede estar presente Mi Luz.

Yo vengo a hacerles comprender a los mundos internos, algo que nunca ven, porque siempre miran hacia fuera y se olvidan de su universo interior, en donde está la verdadera riqueza, la historia de su origen, de toda su existencia en el centro de sus corazones.

En lo profundo de sus almas está Mi Iglesia Celestial, la que espero que adoren cuando Su Rey ingrese en ella, así como Yo ingreso en este momento en ustedes, cuando se abren a Mí en humildad y devoción.

Que este Fuego divino que han recibido en estos dos días nunca se apague. Sean llamas renovadoras que puedan encender a otras llamas que se están oscureciendo por sí mismas.

Lleven estos impulsos celestiales y divinos para la consciencia precaria del planeta, para cada lugar al que vayan, en donde se necesite la Paz y el Amor de Dios.

Estén unidos entre ustedes y sus familias. Renueven religiosamente los votos de la Sagrada Familia con todos sus seres queridos.

Que las incomprensiones, las indiferencias, los juicios y las maldades desaparezcan del seno de sus familias. Así los invito a ser un poco más misericordiosos.

Ustedes, compañeros, en este día sagrado en donde Mi Misericordia se hace presente, reciben más consciencia de la verdadera realidad.

Su ceguera desaparece, sus corazones se abren y comprenden el Misterio Infinito del Rey Universal; sus iglesias internas emergen, todos los templos de sus corazones se vuelven sagrados al haber pronunciado e invocado a Mi Divina Misericordia en estos días.

Así siempre los espero ver, compañeros, en los próximos encuentros, independientemente de dónde sean y de que Yo no pueda estar con ustedes; porque si están unidos a Mi Corazón, Yo estaré con ustedes. Ustedes saben que eso es verdadero y que no está tan lejano de nadie.

Vivan entonces, compañeros, este ejercicio de unidad con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Así permitirán que la Tierra entera no sufra las consecuencias de sus propias faltas.

Hagan conocer Mi Divina Misericordia en el mundo, así como lo hizo Santa Faustina.

Sean apóstoles, embajadores y servidores de Mi Divina Misericordia. Trasmitan en la simplicidad de sus oraciones y el amor de sus servicios, todos los códigos de Mi Luz.

Lleven a sus semejantes y a los Reinos de la Naturaleza la ayuda que necesitan. Vean con otros ojos, con ojos de Misericordia, la verdadera necesidad planetaria.

Crezcan en amor y en devoción, y alcanzarán siempre los cielos. Los ángeles los elevarán e ingresarán al Reino de Dios en absoluta consciencia, para adorar con ellos este momento celestial.

Las puertas del Universo se abren, los espíritus de todos son convocados para formar las filas del Plan y encender en sus pechos, la Luz Solar de Mi Corazón.

Que los corazones se alegren. Que las almas se pacifiquen. Que los errores se borren. Que la Misericordia de Dios se establezca y que todos sean bienaventurados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Nuevamente vivirán los Sacramentos para renovar sus consciencias con los Dones de Dios que se guardan en ellos. Háganlo por sus semejantes, por todo el planeta y por el Universo, que contempla en omnipresencia este momento.

Que cada Sacramento sea una oportunidad de perdón, para que sus almas no cometan los mismos errores y, con más atención y vigilancia, cumplan Mi Voluntad y protejan sus caminos de Mi adversario.

Aún la última batalla no ha llegado, en donde el Arcángel Gabriel hará Su Juicio definitivo ante el gran ángel caído y todos sus ejércitos, los que no viven en el Amor de Dios.

Esa hora se aproxima. Por eso preparo sus corazones, de tiempo en tiempo, y de encuentro en encuentro, para que en ese momento sepan qué hacer y dónde estar.

No quieran comprender como sucederá. Amen la vida desconocida y divina, y serán verdaderos seres de la Luz, viviendo en la simplicidad del corazón la Voluntad Suprema de Dios.

Así como bendeciré los Sacramentos, los bendeciré a ustedes y a todos los familiares que coloquen a los pies de Mi altar, en el silencio del corazón, en la oración profunda de sus almas.

Sepan que están siendo agraciados por la Luz divina del Padre, que en Su divina Misericordia manifiesta esta Gracia para una humanidad que no la merece pero que la recibe, cuando el Padre observa el esfuerzo de Sus criaturas por querer cambiar.

Cambien un poco todos los días y no perderán la batalla, porque los que están Conmigo viven los caminos más difíciles y por más que no los comprendan, al experimentar el sacrificio y la entrega, después de todo, por Mi Mano Santa, salen victoriosos.

Así se cumple la Ley de Dios y el Plan. Cada uno tiene la oportunidad de consagrarse a Mi Corazón.

Necesito que se coloquen en el lugar en donde, en verdad, todo Me lo puedan dar.

Yo Soy el Sagrado Corazón, la Fuente de los prodigios inexplicables, la que se manifiesta de tiempo en tiempo en los corazones redimidos.

Estoy feliz al ver sus esfuerzos y la concreción de esta sagrada tarea en esta ciudad, con servidores plenos que aún pueden dar un poco más y que han testimoniado a Mi Corazón que aman verdaderamente al Plan, más allá de sí mismos. Esto es muy importante para el Padre, en criaturas tan imperfectas, donde la Obra de Dios se realiza a través de las manos que se donan y de los pies que se animan a caminar hacia la Luz, la Luz infinita y desconocida del Universo. Así se establece, en estas almas servidoras, la posibilidad de adorarme perpetuamente y de reconocerme en el prójimo.

Llamo a Mis ángeles aquí para que transustancien los elementos y sus cuerpos, en honra a Dios y al triunfo de Su Amor en este planeta.

 

Jerarquía Divina de ángeles y arcángeles... (x3)

Fray Elías del Sagrado Corazón:

El Maestro pide trece campanadas.

 

Padres Creadores descienden y seres resplandecientes se aproximan, para venerar al Hijo de Dios y a todas Sus criaturas que le responden, manifestando la Gloria de Dios y de Su Obra en este planeta.

Gloria, Gloria en las Alturas y Paz en la Tierra a todos los seres de buena voluntad.

Mientras estoy presente, compañeros, realicen un ofrecimiento a Dios para que sea depositado en Mi Corazón Misericordioso y se cumpla según la Voluntad de Mi Padre.

Ofrezcan lo que aún no Me han dado y anímense a dar un paso hacia esta convocatoria final.

Que así sea.

Aquí les doy el ejemplo de Mis más amadas y antiguas discípulas, que, en el silencio del corazón y en la obra del servicio permanente, construyen las bases de la fraternidad y de la unidad entre las consciencias.

En las manos de Mis amadas servidoras deposité muchas Gracias que permitieron la manifestación del Plan de Dios en la parte que le cabe a su grupo, en las islas de salvación y en los núcleos de amor.

Establezco así nuevamente estos principios, ahora en un nuevo tiempo, en donde todos Mis servidores Me acompañan para preparar Mi llegada, Mi esperada llegada al mundo.

Es así que nuevamente les doy Mi Cuerpo y Mi Sangre, para que Me recuerden, cuando estuvieron Conmigo en aquel tiempo caminando por las tierras de Tierra Santa, acompañándome en el Evangelio y en la Palabra, sirviendo a Su Rey en la oración y en el silencio, en la contemplación de Mi Corazón, que en aquel tiempo ya era Glorificado.

Así les demuestro, Mis compañeros, la Orden de Mi Servicio Universal, formada por todos Mis apóstoles del nuevo tiempo que llegaron, en este ciclo, para servirme.

Hoy estoy aquí con ustedes, como en Emaús, cuando después de haber resucitado aparecí a pastores semejantes a ustedes, en una noche estrellada y lunar, a los pies del fuego.

Tomé el pan, ya con Mi Cuerpo ya transfigurado y glorificado,lo partí en dos y les dije a los pastores:

Coman, este es Mi Cuerpo que siempre vivió entre ustedes y vivirá para siempre, por toda la eternidad.

Comulguen con el Maestro del Amor y del Perdón, pues sus corazones se alegrarán porque llegó el día de Su Misericordia.

Bendigo estos elementos para la cura profunda de las almas y la redención de los corazones, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Y antes de despedirme, compañeros, con el afecto más profundo de Mi Espíritu por cada uno de ustedes, quiero agradecerles, porque Mi Obra Redentora del fin de los tiempos se cumplió una vez más, a través de las manos y de los brazos que Me sirvieron en profunda donación.

Que la devoción ardiente los compenetre e ilumine el fin de los tiempos y sus caminos para siempre.

Quisiera elevarme al Cielo con Mis ángeles, quienes tocan arpas y violines, anunciando con sus trompetas la llegada del Rey Universal en el día tan esperado por todos.

Quiero escuchar vuestro canto de Aleluya.

Quiero que se pongan de pie para agradecer a Dios por esta Obra que con todas Sus criaturas une el Cielo y la Tierra.

Que esta Maratón quede grabada en sus corazones. Que siempre la puedan recordar como un impulso para salir de las pruebas y de toda adversidad, porque quien está en Mí nada temerá.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 38ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE BELO HORIZONTE, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Ahora enciendan la luz de sus corazones, así como lo hicieron en estas últimas horas, para que Yo pueda entrar y tener Mi morada definitiva.

Yo Soy el Jesús de la Misericordia, la Fuente de todos los prodigios para todo el Universo y toda la Creación.

Saludemos a nuestro Padre que está en los Cielos, pues Su Gracia nos permea, nos compenetra profundamente para poder alcanzar la paz.

Dichosos de aquellos que ahora están Conmigo, en cualquier parte del mundo, porque allí Yo estoy con ellos para derramar Mi Divina Misericordia, así como hoy la derramo sobre ustedes.

Coloquen las manos en recepción para recibir Mi Luz.

Yo Soy aquel Misterio que muchos no comprendieron y que viene del Infinito, del origen de la Creación.

Yo Soy aquel Misterio que aún no fue revelado, porque solamente se mostró una parte cuando estuve en la Tierra, entre ustedes, para predicar la Palabra de Dios y hacerlos revivir en Mi Espíritu.

Yo Soy esa señal visible para todos. Soy ese Amor infinito e invencible, que puede ingresar en cada corazón humano para transformarlo completamente, a imagen y semejanza de Dios.

Yo Soy ese Misterio que se está revelando de a poco, a través de cada encuentro Conmigo. Y en todos los meses que ya han pasado, les dejé una llave para que Me pudieran conocer profundamente.

Así, Yo estoy hoy aquí, en omnipresencia y con cada uno de Mis seguidores que se abre nuevamente para recibir Mi Gracia, la Gracia glorificada del Hijo de Dios que está retornando al mundo nuevamente y preparando a las consciencias para ese gran momento.

Por eso, aún no Me pueden ver, porque soy un Misterio, pero dejo de serlo cuando Mi Amor está en ustedes. Así todo se comprende y todo es revelado.

Yo estoy trayendo nuevas revelaciones para el mundo y para la consciencia de su grupo; porque son un rebaño muy antiguo, que no solo caminaron con los pueblos del desierto, bajo la guía de Moisés, sino también caminaron Conmigo para reencontrar el Camino de la Luz y de la Redención.

Es por eso, compañeros, que no es la primera vez que Me encuentran, ni es la última que Yo los llamo para vivir Mi Plan de Redención.

Aún hay mucho por hacer en este mundo, y despierto espíritus jóvenes para que sean Mis apóstoles, así como lo fueron los doce en el pasado. Pero estos apóstoles del nuevo tiempo vienen a completar Mi Obra Redentora, la Obra de la nueva Era, la Obra de la Misericordia de Dios.

Por eso revelo los Misterios a cada uno de ellos, en el silencio del corazón y de la oración. Los velos caen de la consciencia y las almas conocen su verdadera realidad; dejan de ser ignorantes ante el Plan de Dios y conocen, en su interior, la vida universal.

Por eso hoy no vengo solo en Misericordia, vengo en Luz sideral, como un Sol potente entre todos los soles que existen dentro de este universo material.

Pero Yo no Soy un sol físico. Soy más que un ángel, cuando subí a la Gloria de Dios.

Soy ese Misterio que se muestra mes a mes al corazón que se abre, poco a poco, para reconocerme.

Soy ese Sol espiritual que ilumina las tinieblas y los abismos, que trae la paz a los corazones perdidos y hace resucitar la vida espiritual de las consciencias.

Soy esa Luz solar que emite impulsos permanentemente y que, en el fin de estos tiempos, despierta la consciencia de cada ser al principio de su verdadero origen, de su verdadera esencia, de su verdadera Fuente dentro de la Creación.

Soy esa Vida infinita que vino a estar con ustedes hace dos mil años.

Soy el Principio y Soy el Fin. Pero no un principio, ni tampoco un fin material.

Soy el ciclo que renueva todas las cosas.

Soy ese Propósito de Dios manifestado en el mundo, a través del Corazón del Hijo de Dios que puede pulsar en cada uno de ustedes, para transfigurarlos y transformarlos.

Vengo de un lugar muy lejano, al cual ustedes conocen como Cielo. Es más que eso, compañeros, es la Vida Divina manifestada en la Consciencia de Dios; es ese impulso cósmico que dio origen a la creación de todo el universo, en el plano espiritual, en el plano mental y en el plano material.

Ustedes son parte de ese principio y de ese origen. Ustedes son moléculas de Luz que surgieron de una Fuente Mayor para traer a la Tierra la redención que la humanidad necesita.

Vinieron aquí a aprender sobre el amor y el perdón. Vinieron aquí, compañeros, para aprender a ser verdaderos soles en la Tierra, que puedan iluminar todos los tiempos hasta llegar al Tiempo Real, el tiempo real de sus consciencias, que no está aquí, en esta vida material, sino más allá de sus almas y espíritus.

Pero Yo los aproximo, en esta tarde, a esta realidad, porque sus corazones han implorado para eso. Esta es vuestra verdadera revelación, la más importante de todos los tiempos: que ustedes sepan quiénes son y qué han venido a hacer en este lugar, para este ciclo planetario.

Así, Yo emito Mi Impulso de Luz, para todos, como una usina constante y resplandeciente que renueva a todas las consciencias y a las criaturas que escuchan, de corazón, la Palabra de Dios.

Yo vengo a ampliar sus consciencias todo el tiempo; vengo a traer lo nuevo y lo desconocido, lo que nunca han aprendido en ningún otro tiempo.

Por eso, compañeros, Yo Soy ese Sol que desciende del Universo Mayor en estas fechas sagradas, para que las almas no pierdan la oportunidad de renacer, de despertar y de servir al Plan de Dios.

El mundo debe convertirse y eso comenzará primero en ustedes.

Muchos de ustedes ya son conscientes de que el Infinito, el Principio y el Fin, que lo Único y lo existente más allá de todo, ha venido a visitarlos para despertarlos a la Gran Verdad, en este último tiempo.

Sean testigos de este legado que les entrego, que no es material ni tampoco mental. Es más allá de lo espiritual, de aquello verdadero que ustedes son, donde se guardan las verdaderas cosas de Dios, en el espíritu sublime de cada ser.

Quiero que despierten a esto compañeros, porque Mis soldados deberán estar fortalecidos para los últimos tiempos que llegan al mundo. No podré enseñar estas cosas a toda la humanidad, por su gran indiferencia e ignorancia, pero sí se lo podré enseñar a ustedes, porque serán responsables de volver a retransmitirlo al mundo, con simplicidad y amor, en el idioma que pueda comprender cada corazón.

Y ahora les muestro a todos el Sol que Yo Soy; porque Yo Soy el que Soy y provengo del principio, en donde todo fue creado en la esencia del Amor del Corazón de Dios.

De ahí surgió el Hijo de Dios, el Primogénito, vuestro Gran Patriarca, Profeta y Maestro de la humildad.

Vine a mostrar al mundo, en aquel tiempo, que las cosas no son como las viven y que existe una realidad profunda y verdadera, que va más allá de esta vida material.

Todo el Universo material aprende de esta existencia sagrada, y así, los códigos descienden, de dimensión en dimensión, para renovar todas las cosas y generar la evolución de todas las vidas del Universo.

Vengo a mostrarles Mi patriarcado y también el Gobierno de Dios, que rige a todo el Universo y más allá de este.

¿Ahora comprenden, compañeros, con Quién están? Fui un simple hombre de Nazaret, pero eso solo fue una faz entre todas las que Yo tengo en este Universo espiritual, mental y material.

No soy solo una cosa, o una forma, a Su semejanza. Soy algo más que eso, compañeros. Soy más que el Soplo del Espíritu de Dios.

Soy Su Mensajero y Su Gran Servidor, que se ofreció, en esencia y vida, a morir por ustedes, para que hoy estuvieran aquí, escuchando este gran Misterio de los Libros Sagrados de Dios, de las llaves de Enoc y del rey Salomón.

En toda la historia del planeta se guarda un precioso legado, del cual ustedes, hoy, están participando al conocer la Verdad del Hijo de Dios, en Su profunda esencia de Amor y de Unidad.

Yo traigo el Universo para que lo conozcan, pero, principalmente, para que lo amen; porque el Universo de Dios, que lo es todo, está olvidado por esta humanidad.

Solo bastará para ustedes, compañeros, encontrarse en la noche de un cielo estrellado y mirar hacia arriba para encontrar su origen en toda esta Creación; piezas preciosas de un gran puzle, que comienza a construirse por cada uno de sus corazones en esta obra redentora que hoy viven Conmigo.

Les pedí que fueran semejantes a los ángeles. Hoy les pido, compañeros, que sean semejantes a todos los soles del Universo, porque a pesar de ser millones en toda esta Creación, su Sol interior puede brillar más que ellos, porque tienen guardado, dentro de ustedes, la llave del Amor y de la Unidad; algo de lo que el Universo aprende, de tiempo en tiempo, a través del proyecto de esta humanidad y de la historia de su evolución.

Ustedes están escribiendo una historia en este momento. Y a pedido de Mi Padre eterno, Yo vengo a escribir, compañeros, con la pluma de Dios, lo que ahora está sucediendo dentro y fuera de ustedes, en esta sagrada Unidad.

Así les hago comprender que no solo son materia, cuerpo o mente; que son algo más allá de eso y que ustedes pueden conocer cuando se abren para vivirlo todos los días en una profunda y sagrada oración, para glorificar al Padre que está en los Cielos y ser testigos de Su legado en la Tierra.

Vengo así a aliviar su cruz, para que puedan despertar a lo nuevo, que está escrito en las parábolas del Evangelio como las primeras iniciaciones de Mis discípulos, como las leyes básicas para aprender a amar y saber estar en la unidad con sus semejantes.

Si tan solo viven esas reglas básicas, no tendrán porqué sufrir.

No tendría sentido compañeros, porque quien vive en la Ley del Amor y de la Unidad, siempre podrá estar en paz y sabrá qué hacer en el vasto Universo de la Voluntad Divina.

De nuevo, ahora, les muestro Mi Sol, el Sol que Yo Soy.

Y del centro de Mi Pecho, emito e irradio los Rayos de ese Sol para aquellos que se abren a recibirlos, en profunda humildad, y en reverencia a Dios por esta Gracia y este Misterio que despierta a su gran revelación.

Y así les puedo decir: son parte de la Consciencia Divina; seres en redención y rehabilitación, que deben llevar guardada en sus células, la experiencia del perdón y del amor, para ofrecerla cuando asciendan a los pies del Creador.

Sus almas encuentran reposo, sus pies encuentran descanso, sus cuerpos un refugio de paz, para que Mi Padre sea glorificado por los siglos de los siglos.

Sientan el magnetismo de Mi Consciencia inmaterial y espiritual, que abraza a todo lo que es corrupto para volverlo incorrupto, lumínico a los ojos de Dios y sublime a los ojos de la Creación. Es la materia que se transfigura, así como se transfiguró el Hijo de Dios en el Monte Tabor, preparándose para Su Muerte y Su Resurrección. Yo les vengo a enseñar de esa forma, compañeros, las Leyes eternas.

Demos gracias a Dios por haber manifestado estos principios en los sagrados Sacramentos; que son las raíces más profundas e íntimas para las almas de este gran árbol de Luz y de Sabiduría del Padre.

Les dejé, a través de los Sacramentos, un legado, la Fuente de la Renovación, que es lo que más necesitan en este tiempo para poder acompañar Mi Plan de Paz en el mundo.

Que sus corazones vivan el ardor de Mi Corazón, el Fuego sublime de Mi Espíritu, que trasforma todas las moléculas y vivifica todas las células, para tornarlas imagen y semejanza de Dios, para hacer retornar a toda consciencia de cada ser, a lo que verdaderamente fue en el principio, antes de haberse desviado por Adán y Eva.

Así, Yo vengo a instituir el Proyecto original en una nueva faz, mostrándome como el Ángel más solar y humilde, servicial y simple de todo el Universo.

Mi Reino no es de este mundo, es de otros, es de Dios; de Vuestro Padre Amado, que los contempla a través del Sol de Mi Corazón, estableciendo así la sagrada Unidad.

Ahora lleven sus manos hacia el corazón y sientan la paz de Mi Espíritu, el sosiego de Mi Alma, el Amor de Mi Consciencia, la grandeza de Mi Corazón, en Misericordia y Piedad.

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Vamos, a pedido del Maestro, suavemente a conectarnos con Abba, con la Fuente Primordial del Amor y de la Unidad. Con todo el amor y la gratitud porque Cristo está aquí.

Canción: "Abba, Fuente Primordial".

Quien lava sus pies renueva sus caminos. Ingresen en Mi Camino de Luz para poder renovarse en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo.

Quien come de este Cuerpo y bebe de esta Sangre, les vuelvo a decir, compañeros, tendrá vida eterna. Este es el mayor presente para Dios y para todos los autoconvocados que reafirman sus votos en Cristo para continuar adelante, hasta que Yo retorne al mundo para hacerles conocer Mi Gloria.

Hoy Me elevo de este lugar, más feliz, viendo que los frutos son inmateriales para cada una de las consciencias que se animan a vivir en la Ley de Dios y a conocer el verdadero tesoro, que es el Amor y la Unidad.

Ahora canten para agradecerle a Mi Padre.

Extendiendo Mis Brazos hacia ustedes e imponiendo Mis Manos sobre sus almas, Yo los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Vayan en paz y en alegría, porque un nuevo cristo es alegría y fuente de renovación, hasta que el Plan se cumpla.

Les agradezco.

Ahora quiero que Me canten “Aleluya”, como ya Me han cantado dos veces, porque en esa alabanza pueden nacer sus niños internos. Recuerden que los niños más pequeños son los primeros que ingresan en el Reino de Dios y ustedes pueden ser como niños, para alabar a Dios y traer sus ángeles a la Tierra.

Invito, compañeros, a todos los que escuchan a través de este medio de comunicación que ha bendecido Mi Madre, que canten a Mi Corazón, sin miedo de abrirse a lo verdadero que son: al Origen.

¡Les agradezco!

MENSAJE ESPECIAL DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO PARA LA 38.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE BELO HORIZONTE, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Que la Paz esté en sus corazones para siempre. Adoremos a Dios porque es Él que permite la manifestación de esta Gracia.

Pidan perdón a Dios por sus ofensas para que Su Hijo lleno de Misericordia esté en Gloria entre ustedes.

Oración: Padre Nuestro

Mientras extiendo Mis Brazos hacia ustedes, compañeros, Mi Corazón se expande en sus vidas trayéndoles nuevamente la Ley del Amor, para que la recuerden y la vivan en los tiempos que llegarán.

Me agrada ver a sus corazones abiertos para recibirme. Mi Espíritu se aproxima a todas sus consciencias para bendecirlos nuevamente en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Que esta bendición se multiplique en todos aquellos que la necesitan.

Sean Mis Apóstoles del nuevo tiempo y retransmitan Mis impulsos de Luz al mundo.

En sus almas encuentro la caridad y el servicio, la verdadera plenitud en la que Dios se puede expresar a través de cada pequeña acción de Sus hijos.

Vengo aquí para impulsarlos a seguir adelante, porque en estos tiempos, compañeros, la Gracia de Dios será su fortaleza y la victoria se dará en cada uno de ustedes cuando sus corazones Me vivifiquen aún más de lo que ya Me vivifican.

Me han adorado y Me han contemplado en el Santísimo, y Mi Corazón fue reparado por ustedes y por la Gloria de Dios, del Hijo y del Espíritu Santo.

Yo vengo a traerles aquí, compañeros Míos, lo que Me han dado con tanto amor durante este último tiempo. Los adoradores de Mi Corazón misericordioso, a través de la Santa Eucaristía, son imprescindibles en estos tiempos.

Podrán ser depositarios de Mi Luz, cada vez que Me contemplen en el Santísimo Yo podré depositar en sus corazones todas las Gracias, que no pertenecerán a ustedes sino a los que más las necesitan. Así Yo los invito a ser Mis mediadores entre el Cielo y la Tierra como lo han hecho en estos últimos meses.

Un hilo de Luz se establece entre Dios y la humanidad cuando las almas adoran a Mi Corazón. La reparación se vuelve más profunda en el espíritu y en el alma de cada ser, y cada consciencia puede encontrar su camino a través de cada ejercicio de adoración.

Los adoradores son el epicentro de Mi Energía Crística. En esta humanidad aún existen, compañeros, muchas consciencias, muchas almas devotas que adoran a Mi Corazón de Luz.

Y es esa adoración, perpetua y permanente que Me permite estar presente hoy entre ustedes. Yo vengo a dar oficio a vuestra sagrada tarea para que continúen adelante sustentando este Proyecto de Dios que cada uno es llamado a vivir en este tiempo.

Es por eso que hoy, compañeros, les traigo Mi Corazón misericordioso a través del símbolo del Santísimo Sacramento, Luz poderosa de Dios, solar e infinita, que penetra en todas las almas del mundo y, especialmente, en todos aquellos que contemplan el poder del Corazón del Hijo de Dios. En ellos está Mi Reino, y así Mi Reino está en el mundo, a pesar de toda la adversidad.

Que sus corazones hoy se pacifiquen mucho más, porque Mis códigos de Luz del Universo vienen a depositarse en sus consciencias. Crean en esto porque es verdad y lo verán en poco tiempo.

Si sus almas se animaron a contemplarme en el bendito Santísimo, ¿qué más podrían hacer por esta humanidad tan perdida?

Que sus ojos no dejen de mirar a Mi Corazón a pesar de la adversidad que los rodea, de las prueban que lleguen, de los desafíos que puedan vivir en estos últimos tiempos.

Crean que Yo estoy presente en el Santísimo emitiendo impulsos de Luz para las consciencias, que se retransmiten en consecuencia a toda la humanidad.

Hoy no vengo a batallar con el mal, hoy vengo, queridos compañeros, para que entremos en adoración, en unión al Infinito, al Único, que se hace presente a través de Su Hijo Amado. Vengo a establecer en ustedes un Templo de Luz que se construye en cada nueva adoración.

Tal vez no comprenderán el misterio de observar al Santísimo, pero adoren, adoren Mi Corazón Misericordioso, porque Él está muy lleno de Gracias y muchas almas las rechazan por estar mirando otras cosas, mirando las adversidades del mundo, el descontrol, el pecado capital, que desbordan de los corazones que se pierden en la ilusión de la humanidad.

Busquen la unión con Mi Corazón y Yo les daré siempre la paz, y la paz estará en sus hogares, en sus familiares, en cada lugar donde se encuentren. Porque si sus corazones adoran a Mi Corazón en el Santísimo, serán pacificadores en el Nuevo Tiempo, los apóstoles de la última hora que se postulan para ingresar en las filas de Mis ejércitos que ayudarán en la transición de esta humanidad.

Sé que están sintiendo muchos misterios; ámenlos, adórenlos, vívanlos y después comprenderán.

Adoren a Mi Corazón en el Santísimo para que sus códigos viejos puedan cambiar y Yo pueda verter en cada uno de ustedes los Códigos de Dios, del Reino Celestial que quieren estar cerca de cada una de Sus criaturas.

Adoremos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, porque la Santísima Trinidad está presente en este momento a través del Corazón de Su Amado Hijo. Sientan cómo Mi Corazón puede vivir en ustedes.

En el silencio de la oración pidan por lo que más necesitan, pidan por sus semejantes, pidan por todos los que viven la consagración y están en su transición.

Pidan por los que Yo he llamado para servirme, para que Mi Corazón no sufra la incomprensión de Mis Apóstoles.

Pidan para que Yo esté presente en los que los instruyen, porque es de vital importancia para no salir del camino y quedar ciego por su propia luz.

Pidan para que Yo pueda estar más tiempo. Por eso he venido aquí, compañeros y adoradores, porque sé que lo pueden pedir cuando sus almas se abren para reconocer la Voluntad de Dios a través de Su Hijo.

Pidan que el Cielo descienda a la Tierra para que la oscuridad pueda disiparse y que triunfe Mi misericordioso Corazón en todos los que están caídos y están ciegos de espíritu.

Pidan para que Mi Paz esté entre ustedes y en sus hermanos.

La Justicia que llegará al mundo será muy grande y pocos la soportarán.

Mientras se purifican, amigos Míos, adoren a Mi Corazón y Yo los aliviaré en el Santísimo. Porque en el silencio de una buena adoración se encuentra Mi Madre, se encuentra Dios y los santos ángeles del Cielo que adoran perpetuamente a la Santísima Trinidad.

En estos tiempos, amados Míos, imiten a los ángeles del Universo, sean semejantes a ellos y así atraerán al mundo la paz, porque en él la paz ya se está acabando, debido a que el mundo prefiere vivir su propia voluntad y no la Voluntad de Dios.

Si ustedes Me adoran, Yo podré contemplar a los que más Me necesitan, y seremos una sola Fraternidad, una Sagrada Familia que responde, en el fin de los tiempos, al último llamado de Dios.

Pidan por todos lo que sufren las acciones de Mi adversario.

Pidan por aquellos que están en la oscuridad y que obran a través de ella.

Pidan por las almas, para que puedan despertar antes de Mi retorno al mundo.

Este momento, compañeros, es un tiempo de preparación y aún seguirá por un tiempo más, hasta que llegue el último día, el último día del planeta, antes de la Nueva Humanidad, y eso no está lejos.

Quien vive en Mi Corazón sabe que todo sucederá y que lo que el Hijo de Dios dice es Verdad y es Ley.

Hoy he traído los ángeles del Cielo, una parte de los Elohim, para que reciban de sus corazones y almas todas las súplicas.

Adonai está escuchando. En el silencio del corazón se dictan los verdaderos enunciados, la voz del alma se hace presente en unión al Padre Celestial.

Hoy he venido aquí no solo para estar con ustedes, sino con el mundo y para pedir junto con ustedes al Padre del Universo por este proyecto de la humanidad que aún debe cumplirse en la vida de cada ser.

Mientras Yo les hablo, sus corazones se liberan y sus almas pueden sentir el alivio del Reino de Mi Paz. El Verbo divino se hace presente en los espíritus para encender la llama del corazón que alumbrará el fin de los tiempos como un precioso sol que cada uno de ustedes es.

Entonaremos, a pedido del Maestro, “Adonai, Espíritu Santo” por algunas veces haciéndolo en ofrecimiento a los ángeles, a los Elohim.

Recuerden, qué hice por ustedes hace dos mil años, recuerden que me senté en el suelo y no en una mesa, en un suelo de tierra, en la simplicidad de Dios para celebrar con los Míos la última y sagrada cena. Recuerden ese momento y vívanlo como si fuera hoy.

Agradezco el amor de su devoción, pero ingresen con sus consciencias y aún más con sus corazones a ese bendito momento en el que el Hijo de Dios se entregaba por ustedes para salvarlos en este día.

Cuando los ángeles descendieron al pobre suelo de la última cena, María Santísima con Sus discípulas, como también algunos de ustedes, entraron en adoración y dijeron “sí” para vivirme en este tiempo.

Recuerden la hora en que Yo ofrecí a Dios este mismo pan y este mismo vino que hoy ofrecen al Creador. En este pequeño misterio del pan y del vino santificado se encuentra el amor, en algo tan insignificante pero muy grandioso como la comunión con el Hijo de Dios para reparar todas las faltas y todo lo cometido, todas las ofensas y todos los pecados que las almas viven por su ignorancia al ser perseguidas por Mi adversario.

Adoren el momento en que vuestro Maestro y Pastor de todos los rebaños del mundo, y a través de todos los tiempos se viene ofreciendo en la Sagrada Eucaristía para que las almas, finalmente, encuentren a Dios y vivan en Él.

Tomé el pan y dije, compañeros: “Padre, que este sea Mi Cuerpo para salvar a todas las almas y liberarlas del mal en honor al triunfo del amor y de la sagrada unidad de Tu Corazón Altísimo. Comulguen, apóstoles Míos y vívanme”.

Del mismo modo tomé el cáliz y dije: “Padre, que esta sea Mi Sangre, la Sangre preciosa de la renovación y de la paz en todos aquellos que la beban, en reparación por todos los ultrajes a Tu Sacratísimo Corazón”.

Me ofrezco en esta cena para que las almas sean en Mí, en profunda adoración y reverencia, y así Yo pueda ser en ellas en cada punto del planeta para quien invoque Mi Nombre santo.

Y así, compañeros, sin ustedes percibirlo, en el centro de esta ciudad Mi Corazón triunfó y las puertas al mal se cierran para que las almas Me vivan verdaderamente.

Ustedes pidieron que Yo volviera aquí en su tarea de adoración y en cada momento de oración, y aquí estoy, amigos, para que nunca se olviden de Mí.

Canción: “Alabado sea Dios”.

Que esta Maratón, compañeros, sea dedicada para adorarme por todos los que no Me adoran, por todos los que no Me viven, por todos los que Me rechazan después de haber aparecido en sus caminos.

Reparen Mi Corazón y así Yo podré reparar al mundo, especialmente a los no nacidos que necesitan de muchas oraciones. Que en esta Maratón se enciendan sus espíritus y reine la alegría de estar en Dios, de servir a Dios y de sentirlo en lo profundo de sus corazones.

Les dejo el don de Mi Paz para que lo puedan trabajar todos los días y sus almas se transfiguren en el perfecto modelo que Yo espero para cada uno.

¡Les agradezco, adoradores, por responder a Mi convocatoria!

Su Maestro y su Rey,

Jesucristo

 

APARICI0N DE CRISTO JESÚS, DURANTE EL SAGRADO LLAMADO, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Hoy no vengo del desierto, pero sí de un lugar del Universo, para contemplar a Mis guerreros, a aquellos que dicen vivir en Mi Divina Misericordia.

Finalmente llegué aquí y a esta parte del planeta, para extirpar del seno de esta Humanidad y de algunas almas lo que hace corroer la vida espiritual. 

Ante la potestad del infierno, sus corazones no deben temer. Si Mi Gobierno está presente y vivo en sus corazones, el Plan de Mi Padre triunfará.

Podrá temblar la tierra, abrirse los abismos, emerger las bestias, pero los ángeles del Señor, aquellos que sirven a todas las almas, vendrán a su auxilio para desterrar todo lo que genera la impureza en la humanidad. Traerán del Universo y de los Universos Celestiales, los Dones y las Gracias de Dios para que las almas se conviertan y participen de este Plan definitivo que comienza a pulsar en Mis nuevos apóstoles.

Cuando Yo estoy presente, compañeros, no hay mal que se pueda resistir.

Recuerden que Yo sufrí por ustedes, padecí por ustedes, entregué Mi Vida por ustedes, derramé Mi Sangre por ustedes, para generar a través de los tiempos la Liberación.

A través de los Méritos de Mi Divina Misericordia crean que es posible trascender los abismos de la Tierra, y a través de Mi Presencia Sagrada, por medio de Mi Insondable Corazón de Luz; cerrar las puertas al mal para que las almas resuciten espiritualmente, se liberen de sus ataduras, de las cadenas de la involución, para que pueda emerger la verdadera alma, aquella esencia divina creada por Dios que vino a cumplir una parte del gran Propósito Universal.

Hoy vine aquí con Mi gran Consciencia de Luz.

Después de mucho tiempo, aproximo todo Mi Ser hacia ustedes, para que sus cuerpos no tiemblen, pero sí, sus corazones se puedan calentar en Mi Divino Espíritu.

Todos los ángeles que forman parte Mis legiones de Luz, se congregan cuando estoy presente para transmitirles el mensaje de salvación y redención.

Cuando el Rey del Universo está presente, las puertas al Reino de Dios están abiertas y todas las Jerarquías Celestes se reúnen como una única Hermandad, para impulsar a los autoconvocados a vivir el fin de los tiempos con un espíritu de valentía y de coraje, con el espíritu del verdadero guerrero que no batalla con la espada para lastimar, sino trabaja con su corazón para irradiar Mi Amor al mundo. 

El Amor de Dios que puede vivir en ustedes todo el tiempo los hará invencibles, soportarán las corrientes contrarias que vendrán hacia Mis apóstoles para prepararlos para el gran momento final, donde el gran ángel caído vivirá su juicio ante la Presencia del Hijo de Dios, del Supremo Padre, del Espíritu Santo, del Arcángel Gabriel y de la Santísima Madre del Mundo.

Cada vez que el tiempo pasa, que el final de los tiempos se aproxima y la hora del juicio se acerca, los demonios más impuros se estremecen, al ver resplandecer la Luz de Cristo en todos los hijos de Dios que se definen a dar los pasos en Mi Santo Nombre glorioso, para derrotar las corrientes del mal y hacer concretar el Plan de Dios en la superficie del planeta.

En cada mes, cuando Yo me aproximo a ustedes, sus corazones deben estar más conscientes, sus mentes deben estar unidas a la Mía, para que nada, ni nadie, los pueda separar de Mí.

Yo les ofrezco Mi Corazón poderoso que es el emblema de la verdadera espada de Luz que flamea en el Universo para instituir en toda la Creación, el Amor y la Unidad que nunca separará a las criaturas de Dios, a pesar de cualquier corriente contraria que venga a lastimarlos o a incomodarlos. Sepan, queridos compañeros, que las puertas del Armagedón ya están abiertas. 

Trabajen todos los  días, no solo para elevar sus consciencias sino también para redimir cada aspecto de sus seres y ayudar a sus semejantes para que abandonen las cadenas del mal, se rediman, se trasciendan, alcancen el amor y hagan triunfar Mi Corazón en cada ser de este mundo.

Sean Mis apóstoles del fin de los tiempos, sean ese único espíritu que trabaja por el Plan de Dios en nombre del Hijo Primogénito y de la Santísima Madre Celestial.

No se cansen de trabajar por esta Obra de Dios que desciende sobre la Aurora, y sobre cada corazón humano para que sea participe del venidero Reino de Dios, después de la transición de la tierra.

Crucen el umbral de esta transición sin miedo, a pesar de que los embates sean fuertes, y las batallas cansadoras.

Crean, queridos compañeros, que Mi Corazón Misericordioso y Luminoso los encandilará, será el farol para el mundo, será la llama encendida que alumbrará los caminos de cada uno de ustedes durante los tiempos de la gran tiniebla. 

Y a pesar de que en la superficie del planeta las fuerzas del mal tengan posesión de muchos corazones, Yo tengo muchos, muchas criaturas, que son servidoras Mías, incansables, que están a Mi lado, siguiendo Mis Pasos en nombre del sacrificio y de la humildad, en nombre de la reparación por todos los ultrajes cometidos.

En todos ellos está Mi Templanza, esta Mi Fuego, está Mi Luz, está Mi incansable Amor que puede irradiarse al mundo a través de los espíritus que dicen " sí" a la Voz del Gran Maestro.

Mientras les hablo, compañeros, Mi Voz exorciza todas las cosas, cierra todas las puertas inciertas, y trae el Reino de Dios a la superficie de un planeta enfermo, para que los corazones se puedan coligar todos los días con el Propósito de Dios, que está escrito en sus almas desde el principio de la creación hasta el fin de los tiempos.

Ustedes, junto a Mi, forman parte de una nueva historia que se escribe en el Corazón del Padre, una historia redentora, una historia de paz y de amor que vuelve a conocerse por cada uno de Mis apóstoles.

No intenten modificar los tiempos; todo pasará, mas Mis Palabras permanecerán.

Cuando Yo ya no esté aquí, entregándoles el impulso de Mi Corazón, deberán vivir en sus vidas todos los impulsos que Yo he derramado, a través de los últimos tiempos, en cada maratón de oración, en cada encuentro mensual Conmigo.

El alma que ha sido provechosa de todas las Gracias derramadas desde Mi purísimo Corazón, desde Mi manso Espíritu, estará al resguardo durante el tiempo final y tendrá el escudo, la espada y el casco para prepararse para la batalla.

Así Yo formo a los ejércitos, ejércitos de la humildad, libres de la soberbia, de toda arrogancia; espíritus en libertad que saben encontrar la paz cuando el caos está presente en el mundo. 

No se olviden, compañeros, de las Leyes Universales, las cuales encomiendo que estudien para que nada los sorprenda ante de tiempo, y así sepan preparar a sus semejantes, cuando todo se desate en el mundo.

El gran y último nudo de la consciencia resistente de la humanidad será desatado por vuestro Rey. Y cuando eso suceda, todo se desarrollará, así como fue escrito, por Mi amado apóstol Juan.

Vivan el Apocalipsis en consciencia, develen los misterios a través de las señales que vienen por medio de los Mensajeros Divinos.

Vean a su alrededor cada movimiento del planeta y no sean indiferentes, porque si son indiferentes, estarán aislados de la Verdad y no tendrán conocimiento para poder discernir en las cosas.

Vivan la Sabiduría que es derramada por medio de los instructores que Mi Padre les ha encomendado. Sepan reconocer  en humildad, el Amor qué existe en ellos.

Y sepárense de las apariencias, vivan una sola hermandad, porque esa hermandad, compañeros, construirá el verdadero castillo que soportará toda la batalla. 

Mas si están firmes en el Amor y en la Unidad, no habrá nada que lo derrote, que lo tire abajo, porque sus corazones estarán en la Luz, en la Unidad, en la Misericordia de Dios, códigos que el mal no conoce en estos tiempos y que nunca ha conocido.

Vivan la dualidad, no como un conflicto, sean inteligentes y sepan soportar las corrientes que vienen del Universo.

Nuestras manos están extendidas, no solo para retirarlos del desierto, sino para apartarlos del abismo que se abre sobre la superficie de este mundo, tragándose a muchas almas inocentes.

Sean misericordiosos. En los pequeños detalles de la vida imiten Nuestros Corazones, que ya son sagrados para ustedes, y que vienen a su encuentro para traerles la Luz de Dios, la Esperanza.

Ahora vean, compañeros, con sus consciencias de luz.

Sientan, con sus corazones, como todo se ha pacificado. Porque donde está el Amor de Dios, no existe nada opuesto, solo existe la Verdad, que compenetra los corazones para que vivifiquen, en espíritu, la Presencia del Padre Sublime.

Sientan cómo los ángeles ayudan a restaurar todas las cosas trayendo la Gracia de Dios para los corazones que se abren a recibirla profundamente en sus esencias.

Por último, les pido, carguen con su cruz, no como un castigo, ni tampoco como un martirio. Carguen su cruz por todas las almas del mundo, por los horrores que viven los Reinos de la Naturaleza y nadie, ni siquiera la mayoría, se acuerda de ellos.

Amen como nunca han amado, y sus corazones se redimirán.

Confíen. Porque si aman, Dios estará presente en sus vidas.

Mis Palabras traen el poder de lo nuevo, la renovación, porque Yo renuevo todas las cosas.

Vengo a anunciar para todos que los necesito para llevar Mi Obra adelante. Y mientras se purifican, Yo los ayudaré a poder ver la  meta en su universo interior.

Hoy celebro una cena reparadora con todos. Derramo Mi Gracia sobre el mundo para traer la Paz.

Me han preparado un pan especial, el cual Yo gusto mucho, porque es el pan que simbolizó hace dos mil años la presencia de Mi Cuerpo, en materia divina, para todas las almas del mundo.  Siempre que hagan un pan así, sepan que recordarán  la presencia del Hijo en la Última Cena y su transfiguración en Luz y  en Amor.

Ofreceremos estos dones por todas las almas caídas, por los que han abandonado Mi camino, en estos últimos tiempos, porque volveré a encontrarlos y les diré: “¿Qué has hecho con los talentos que te di?”

Las perlas preciosas que Yo entrego no pueden desecharse. Por eso Yo los transformo rápidamente y los ingreso al circuito de la purificación para que no pierdan los tesoros que Yo he depositado, en confianza, en ustedes.

Por eso, los que hoy están  alrededor de esta Obra, no son los mismos que estuvieron ayer, les enseño a trabajar en la humildad, pero no en la indiferencia de estar descansados, sin hacer nada por el Plan.

Yo los invito a reconocer una vida anónima, un vacío profundo, para que emerja el silencio  que siempre les revelará lo sagrado.

No existen primeros, ni segundos, para Mí. Todos están en las filas del ejército del Redentor.

Los invito a aprovechar las oportunidades que les doy en las últimas filas, pues en ellos está la mayor responsabilidad de animar a los que llegan para que trasciendan sus vidas y cumplan con el Propósito que Dios pensó. 

Celebremos esta Cena por los apóstoles que están llegando a Mi mesa y por los que llegarán para demostrarles a los que son mas viejos en este apostolado del amor, que la humildad siempre los mantendrá unidos a Dios.

Y harán como Yo hice con Mis apóstoles: lavarán los pies de los que son más jóvenes, para que ellos tengan la mayor oportunidad de amar.

Sean humildes como Yo les enseñé, no quieran nada para sí, sino todo para los otros. Esa es un alma que vive en la felicidad celestial.

Fray Elías del Sagrado Corazón:

A pedido de Cristo vamos a cantar "Guerreros de la Misericordia".

Misericordia, Océano de Piedad...

Queridos compañeros, les dejo Mi Cuerpo y Mi Sangre como testimonio de Mi Fe por ustedes, para que el Propósito de Dios se cumpla en cada corazón que es congregado por Mi Espíritu para vivir la Sagrada Palabra y el divino ejemplo de la cristificación.

Les agradezco por soportar Conmigo las corrientes poderosas que vienen a liberar a la humanidad.

Sepan que Mi Corazón se ofrece como refugio para cada alma que aspire a estar en él.

Nos veremos, compañeros,  en la próxima Maratón de la Misericordia, en donde iré a visitar a Mis más queridos apóstoles, aquellos que apoyan incondicionalmente Mi Obra.

Vean en ese sentido, que los planes que Yo tengo para todos son fuente de Gracias para las almas, una oportunidad que no se puede perder.

Sean conscientes de eso y apoyen Mis santas decisiones, porque así no se engañarán.

Los bendigo, en el nombre de la Luz de Dios, bajo el poder del Padre,del Hijo y del Espíritu Santo. 

Sean paz para este planeta y nunca se cansen de serlo.

Mientras me elevo, que canten mis guerreros de la Misericordia, pues la fuerza del guerrero está en el Amor.

Guerreros de la Misericordia...

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Hermanos vamos a agradecer a Cristo la oportunidad de que Él descristalice nuestras consciencias en representación de todas las consciencias del Planeta que viven esa ilusión de estos tiempos, que no conocen el Amor de Dios y que no están despiertos a su verdadera tarea. 

Vamos agradecer porque Cristo, como un Gobernante mayor, venga a traernos esas corrientes para que las podamos conocer y distinguir y no tenerles miedo, sino abrir nuestro corazón y nuestro espíritu para poder acompañar esta Obra del fin de los tiempos a la cual todos estamos siendo convocados, como lo dijo hoy.

Hoy, Él vino con todo su Gobierno Celestial, por decirlo de alguna forma.

Cuando apareció, tenía un báculo en su mano izquierda, que lo hizo golpear en el suelo y una expansión de Luz solar abrazó, en cuestión de segundos, a todo el planeta, lo que se llevó, liberó, expulsó, muchas maldades.

Él mostró ese acto, ese ejercicio, no para que nosotros conozcamos Su Poder, porque mientras hacía ese ejercicio,  al mismo tiempo revelaba Su Corazón manso y humilde.

Sentimos que Cristo vino a enseñarnos a vivir la determinación, a poner fin a una etapa y comenzar un nuevo ciclo, acompañados por Su Presencia.

Así somos invitados, como Él nos dijo hoy,  a seguir sus santas decisiones.

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO Y DE LA VIRGEN MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Los Tres Sagrados Corazones están presentes en este momento.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos:

¡Gracias!, es Mi Mensaje para todos ustedes en este día, porque es a través de Mis amados hijos que Yo puedo cumplir las Obras del Creador en la Tierra.

En esta tarde, especialmente, he venido con San José y Cristo, para demostrarles a todos que Nuestro Amor se derrama sobre el mundo a pesar de todo lo que suceda en este tiempo. Y ese caudal de Amor es más grande cuando ustedes responden a Mi llamado, como lo hicieron en este momento, abriendo sus corazones y consciencias para encontrarme en este lugar una vez más.

Hoy, un ciclo se cierra para todos y una nueva etapa comienza para aquellos apóstoles de Mi Hijo que siguen los pasos de la Sierva fiel de Dios.

Hoy, abro Mis brazos y extiendo Mis manos hacia todos, aspirando a acariciar sus espíritus, tocar sus almas para que sientan la Gloria de Dios.

Vengo con Cristo y con San José para representar a la Santísima Trinidad, aquella Divina Esencia que originó todo lo que existe en este universo.

Hoy, como su Madre Mayor, con todos los Ángeles del Cielo y con los Ángeles de su Guarda, venimos aquí para glorificar a Dios, porque es a Él a Quien deben honrar. Es a Él a Quien le deben todas las cosas, porque Él es Quien permite todas las cosas en el mundo, las acciones de gracia y de caridad, de misericordia y redención para todos los corazones de la Tierra.

Hoy, vengo coronada por las estrellas de Dios, posando Mis pies sobre la nueva Luna y anunciando los nuevos caminos para todos Mis hijos, caminos libres del sufrimiento y del dolor, pero llenos de esperanza y del Amor de Dios.

Vengo a retirar a cada uno de ustedes del sufrimiento, para que ingresen en el nuevo ciclo Conmigo. Yo los invito, junto a Cristo y a San José, a que crucen ese umbral, ese portal a la nueva conciencia de sus espíritus, de sus almas y de sus corazones. Así, queridos hijos, conocerán la Voluntad de Dios, la cual debe realizarse aún en este mundo, a pesar de que sufra la transición.

Hay corazones en esta humanidad que pueden sustentar el Plan de Dios en la humanidad. Por eso, Yo los vengo fortalecer de tiempo en tiempo, a través de Mi Corazón, del Corazón de Mi Hijo y del Casto Corazón de San José.

Aquí, queridos hijos, todos ustedes, están ante tres Rayos diferentes que se unen en un mismo punto, que es el Corazón de Dios, en donde brota la vida, la esperanza y la Misericordia. Esos tres Rayos llegan a ustedes a través de Mi Corazón, del Corazón de Mi Hijo y del Corazón de San José porque Nosotros les ofrecemos el camino de la simplicidad y de la verdad.

Es en esa simplicidad, queridos hijos, que ustedes deben vivir en este nuevo ciclo. Esa simplicidad de sus corazones y almas permitirá que la Tierra se pueda redimir, que el odio se retire de los corazones ingratos y que los espíritus puedan renacer a la redención. Es en esa simplicidad de sus espíritus que las puertas del Cielo se mantendrán abiertas. Esta es la llave segura para este tiempo, unida a la oración del corazón.

Es así que Yo los quiero ver, queridos hijos, a cada uno de ustedes, como verdaderos espejos de Mi Luz, que puedan irradiar al mundo los atributos que tanto necesita esta raza.

La estrella guía de Mi Conciencia Divina, de la Consciencia de Cristo y de la Conciencia de San José no los abandonará en este tiempo tan difícil, en donde el mundo cruza por sus tinieblas.

Yo los invito a generar y a regenerar la alegría, porque el mundo lo necesita, para que el mal pueda ser vencido. En esa alegría no puede faltar el amor de sus corazones, las obras de servicio, del servicio al prójimo para que todas las almas se puedan curar.

Yo los invito, queridos hijos, en este 8 de agosto, a que renueven los votos Conmigo, como hijos de Mi Corazón y de Mi Consciencia.

Están en cada parte de este mundo para encender la Luz en la humanidad, las llamas sagradas de sus corazones que arden en devoción por los Tres Sagrados Corazones. Eso permitirá también, queridos hijos, que muchas, pero muchas consciencias, que no merecen la Gracia de Dios ni tampoco su Misericordia puedan ser aliviadas y apartadas del mal.

Hoy quiero decirles, queridos hijos, que después de nueve años Conmigo, Mi Corazón está triunfando, pero no como los hombres creen. El verdadero triunfo de Mi Consciencia se da con la transformación de sus corazones. Y hoy estoy ante corazones transformados que caminan por escuelas diferentes, pero que siguen el mismo propósito de Mi llamado. Eso es lo importante, hijos amados, que vean la realización del Plan de Dios en sus vidas, que miren hacia atrás no para recordar el pasado, sino para ver lo que se han transformado, todo lo que se han convertido, de tiempo en tiempo.

Yo necesito, queridos hijos, que sus ojos puedan ver Mis planes concretados en este mundo, en cada uno de ustedes, en cada parte de esta humanidad. Vean como Mi Consciencia trabaja a través de ustedes de una forma simple pero verdadera.

Necesito, queridos hijos, que en este nuevo ciclo sus corazones alcancen el espíritu de la humildad.

Hoy, vengo a traerles este Mensaje, porque sé que lo pueden vivir y lograr.

Queridos hijos, estoy muy agradecida por cada paso que han dado con confianza hacia Mi Corazón. Esto tiene un valor incalculable para el Padre Celestial. Ese valor lo comprenderán en poco tiempo.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Porque cuando llegué a sus vidas, hace algunos años, la humanidad buscaba develar grandes ciencias, porque creía que el camino para la evolución se encontraba solo en el conocimiento, en la inteligencia; una inteligencia que se alejaba de Dios, que alimentaba la soberbia y el orgullo de los corazones.

La humanidad, hijos Míos, no estaba aprendiendo verdaderamente el conocimiento, no estaba asimilando la sabiduría que se guardaba en la instrucción. El camino de la instrucción debería conducirlos al amor, pero no supieron aprender y no crecieron en el espíritu; no descubrieron, hijos Míos, que la mayor ciencia es la ciencia de la simplicidad que los lleva al vacío de sí y al encuentro con Dios.

Hoy, ante los Tres Sagrados Corazones, les traemos el ejemplo de Nuestras vidas en la Tierra, cuando Nuestra Consciencia Divina animó un cuerpo tan semejante a los suyos.

En aquella época, la entrega de Jesús lo llevó al aprendizaje del Amor; el silencio de María la llevó al aprendizaje del Amor y la humildad de San José lo divinizó y abrió las puertas del Cielo, porque Él aprendió a amar.

Fue así, hijos, que el Plan de Dios se cumplió en la Sagrada Familia. Todas las ciencias se revelaron en la simplicidad de los Tres Sagrados Corazones, y las puertas del Cielo se abrieron, porque Ellos supieron amar.

En esta noche, muchos esperaban palabras llenas de rebuscamiento, pero con poca simplicidad. Todos esperaban un gran milagro, el develar de un gran misterio; pero pocos, hijos, percibieron que dentro de sí mismos se revela el gran misterio de la Creación.

Sean simples de corazón y permitan que la luz de sus esencias ilumine sus ojos y les muestre que no hay otro misterio para revelarles, sino el misterio del amor que nació en sus corazones. Es ese amor que crece cada día y que los hace olvidarse de sí mismos, para amar cada vez más y comprender al prójimo, lo que simboliza la manifestación de los Planes de Dios en sus vidas.

No esperen grandes misiones, heroicos acontecimientos; no esperen fenómenos porque el mayor milagro, hijos, ya está aconteciendo en sus vidas, y eso es lo que quiero que comprendan en esta noche. 

Quiero que, a partir de ustedes, la humanidad aprenda a ser simple, descubra que la sabiduría se revela en el amor y  todo el conocimiento se encuentra. En el amor, pueden comprender aquello que nunca comprendieron y, más que eso, pueden vivir aquello que siempre creyeron que sabían.

En esta noche, hijos, ante los Tres Sagrados Corazones, reconozcan este ejemplo y acepten la Gracia de poder imitarlos en este tiempo; porque, después de tantos encuentros Conmigo, el Santo Espíritu de Dios ya colmó sus almas y sus vidas, depositó en sus consciencias muchos dones que florecerán en la hora correcta, cuando la humildad pueda ocupar el espacio de la soberbia y del orgullo y ustedes puedan ser libres para expresar la Voluntad de Dios, donde quieran que estén.

No tengan prisa, tengan precisión para dar los pasos correctos y saber en dónde estar y cómo actuar. Siempre escuchen la voz de sus corazones, que les habla en la oración y que los lleva al camino de la simplicidad y del amor, y nunca al engrandecimiento.

Recuerden, hijos, que fue en el silencio de María que Ella descubrió la grandeza de Su Hijo. Fue en la humildad de San José, en una pequeña carpintería, distante del mundo y de sí mismo, que Él descubrió los verdaderos misterios celestiales. Fue amando al prójimo y olvidándose de Sí, entregando el reinado que el mundo esperaba de Él, para morir en la cruz, despojado de Sus vestiduras, que Nuestro Señor, Mi Amado Hijo, les entregó este camino de redención y de Misericordia y expresó plenamente el arquetipo de Dios para la humanidad, que no se guardaba en el sufrimiento de la cruz, sino en el pleno Amor y la Divina Misericordia que de aquella Cruz emanaban.

Sigan el ejemplo de los Sagrados Corazones y descubran, Mis amados, que poco a poco el Plan de Dios se manifiesta en sus vidas, y este horizonte para la nueva raza ya comienza a surgir delante de sus ojos, en lo profundo de sus consciencias.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Y ahora, queridos hijos, daré la palabra a Cristo, porque es a Él que le debemos todo lo que se nos ha sido dado. Porque Él permite esta Gracia, esta redención, esta sagrada oportunidad de que los corazones conozcan sus espíritus y tomen conciencia de su origen, aceptando definitivamente lo que han venido a cumplir sobre este planeta.

Coloquen sus manos en señal de recepción.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de Cristo Jesús:

Nuestro Reinado es en el Universo y a ese Universo ustedes pertenecen, así como toda la Creación pertenece al Universo de Dios. De ese Universo, Yo provengo, así como provienen sus esencias y viven a través de los tiempos todas las oportunidades de redención.

A ese Universo, quiero que miren siempre, a pesar de lo que suceda. Recuerden que la vida superior siempre los ayudará a dar el gran y último paso, el definitivo paso hacia Dios, en unión perfecta con Su Corazón.

Es por eso, compañeros, que en la devoción ardiente de Mi Madre y en la simplicidad de San José, hemos venido a este Centro de Amor, para bendecir al mundo y prepararlo para lo que sucederá en poco tiempo.

Ahora veo sus corazones fortalecidos, después de haber cruzado el desierto Conmigo. Aún existen almas que necesitan de mucha ayuda para poder soportar las grandes corrientes cósmicas de la transformación. Pero si sus manos están unidas a la Mía y sus cuerpos se aferran a Mi túnica, la Luz de Mi Sagrado Corazón siempre los iluminará y no tendrán por qué temer, porque la purificación es la primera escuela de Mis apóstoles.

Así, queridos y amados compañeros, los invito a la trascendencia interior, una trascendencia que alcanzarán en la perfecta unidad con sus hermanos, abandonando la indiferencia humana, la omisión y el juicio de los errores que otros cometen.

Yo los invito a ser verdaderamente parte de Mi Divina Misericordia, así como Mi Divina Misericordia desciende al mundo para ayudar a esta humanidad perdida.

A través de estos últimos días, compañeros, recorrieron un largo camino interior junto a Mí, que al cabo de los tiempos descubrirán por sí solos. No será para ustedes una gran revelación, pero será la señal que tanto necesitan, la enseñanza que tanto esperaban recibir, para poder dar ese gran paso del cual Yo les hablo.

Hoy, Mi Corazón se glorifica, porque Mis compañeros glorifican el Corazón de Dios. Hoy Mi Corazón se alegra un poco más, porque los hijos de Mi Madre honran y glorifican a la Reina del Cielo.

Así, queridos compañeros, el Plan está muy próximo de sus vidas, dejará de ser tan inmaterial para estar visible en sus consciencias y corazones.

En este nuevo ciclo que comenzamos juntos, a partir de este día 8 de agosto, defínanse, compañeros. Cierren las puertas al mal y ayuden a cerrar las puertas que el mal les abre a todos sus hermanos.

Los invito, compañeros, a ser cooperadores de Mi Obra redentora, a realizar en estos tiempos el gran servicio planetario por esta raza. Los invito, en simplicidad y verdad, a que se constituyan como soles resplandecientes sobre el planeta, estrellas fugaces que se han convertido en luz, en redención y en amor.

Por esta máxima Obra, creadora e infinita, que pertenece al universo y la cual se debe concretar en esta humanidad, en esta misma hora, unimos nuestras manos, entre María y San José, formando esa sagrada triangulación que impulse a las almas a dar el gran paso, bendecidos por el Espíritu de Dios, por la Gracia, por la Misericordia infinita, para que todos Mis discípulos y apóstoles, para los principiantes como para los que están hace tiempo en Mi camino, en la hora justa y cierta, juntos como una sola unidad, puedan cruzar el umbral hacia la Nueva Humanidad.

Recuerden, compañeros, que toda esta Obra del final de tiempo gestará lo nuevo, lo que verán venir desde el horizonte, el nuevo ciclo de la humanidad, libre de los errores, de los pecados, de las maldades y de las indiferencias, llenos del Amor de Dios, de la Gracia, de la Misericordia y de la Compasión.

Al fin, queridos compañeros, aún hay mucho esfuerzo por hacer. Que sus corazones no se cansen de expandirse para que puedan abrazar cada vez más esta Obra, que debe llegar a los cinco continentes. Esta Obra es complementaria de la obra de Mi Santa Iglesia. Esta Obra, queridos compañeros, se expresa en esta humanidad dando oportunidades para todas las consciencias, para que todos puedan conocer el Amor de Dios de alguna forma.

A través de ustedes, Yo deposito una misión importante, una misión que están conociendo de a poco, que deben amar principalmente para que ella se pueda fortalecer en ustedes, y así expresarse y realizarse en esta humanidad.

En este 8 de agosto, el Universo, el Universo Celestial, el Universo Mental y el Universo Material, se detienen por un instante para observar el último ciclo que ahora ha comenzado.

Unan sus manos en oración.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos Míos, Mi Hijo les habla de una última chance. Es esa última chance que muchos recibirán para que puedan cruzar el portal hacia la redención y conversión. Mi Hijo los invita a ser precursores de este tiempo definitivo, que convoca a todas las ovejas perdidas para que puedan entrar en el establo de su Corazón.

Oremos en este momento, porque el último ciclo está descendiendo sobre este universo como una corriente poderosa de Dios que viene a corregir al mundo, que viene a equilibrar a las consciencias, que viene a traer lo nuevo, lo que aún nadie ha conocido, y sobre lo que nadie puede comentar de qué se trata, porque es un ciclo que llega en esta hora, en este preciso momento, para todos sus seres superiores y los seres superiores de toda la humanidad, no importando si están en la luz o en la oscuridad.

El Gobierno del Universo proclama Su Sagrada Palabra, para anunciar al mundo que es momento de que los últimos soles despierten a su verdadera tarea.

Recemos unidos a los Tres Sagrados Corazones, queridos hijos, porque en Nuestros Corazones ustedes siempre podrán estar, para que los podamos guiar hacia el Propósito infinito.

Unifíquense y vivan cada día más la unidad. La unidad los protegerá para que no salgan del camino. Y aquellos que aún no pueden vivir la unidad, que se rindan ante Mi Hijo para que Él los pueda ayudar a ser mansos, pacíficos y buenos con sus semejantes.

Recuerden, queridos hijos, las dádivas que les ha dado el Cielo en estos últimos nueve años.

Recemos.

 

Oración: Padre Nuestro (en arameo).

 

Y ahora el nuevo ciclo ya ha ingresado en la consciencia espiritual del planeta. Consciencia poderosa que proviene de Dios, descendiendo sobre el mundo para redimir a los corazones y fortalecer a los apóstoles que sustentarán a este planeta, cuando nosotros ya no estemos presentes, pero sí vivos en sus corazones para siempre.

Agradezcamos a Dios por esta oportunidad. Invoquemos sus Nombres Sagrados. Mientras nos elevamos al Cielo, eleven al Cielo sus intenciones, sus oraciones y súplicas.

¡Feliz 8 de agosto! Han nacido a Mi Paz.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de Cristo Jesús:

Compañeros Míos, Mi Corazón es su fortaleza.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Canción: “Los Nombres de Dios”.

 

Madre María Shimani de Montserrat:

Cuando la Divinidad hace un anuncio como éste, una gran emoción, un gran movimiento interior se produce en cada uno. Algo que emiten nuestras almas, que nosotros no comprendemos bien, porque además de la emoción, también nos causa un poco de temor, porque es algo desconocido. Es allí en donde el amor y la fe superan ese sentir y nos podemos aferrar al Manto de Nuestra Señora y a la Túnica de Nuestro Señor, sabiendo que ese paso, guiado por Ellos, será lo mejor para todos.

Hoy, en nuestro corazón, nuestra alma habló y dijo sí, seguimos adelante, a pesar de ese sentir que nos invadió; porque sabe que, en ese sentir, la fe y el amor van a fortalecerse y la confianza total en Dios nos convertirá en otros seres.

Esos fueron los pasos que nosotros dimos hace nueve años y aquí estamos, a punto de dar otros pasos, tal vez mucho más grandes, pero que nos van a llevar a otro punto. Y quién sabe, dentro de algún tiempo, en vez de haber 800 personas aquí, habrán algún día 80 000, para alabar a Nuestro Señor y a Nuestra Señora.

Siempre imaginamos cómo será cantar el Kodoish con 100 000 personas y atraer a los ángeles del Cielo. Quién sabe, de repente no es solo un sueño, liberar finalmente a este mundo de la ignorancia, de la perdición y de la falta de unión con Dios.

Nosotros, desde aquí, saludamos a todos en este día memorable, en el que al fin este mundo da su nuevo paso en la evolución. Y cada uno de nosotros que afirme su corazón en Dios, verá la Nueva Raza.

Y ahora, vamos a cantar para terminar, y vamos a repartir nuestras amadas naranjas. Esas amadas naranjas que fueron el principio de todo esto, y vamos a recordar una profecía que una hija de Dios, aquí en Uruguay, hace mucho tiempo transmitió y que dijo que Cristo cuando retornara, iba a caminar entre los naranjos, y nosotros nos estamos preparando.

Así que ahora vamos a cantar "Únete al Corazón de María", mientras repartimos nuestras naranjas y mientras nos despedimos de todo este planeta, de todos los que nos están acompañando a través de Misericordia María TV.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Las naranjas fueron bendecidas por los Tres Sagrados Corazones. Llevan tres bendiciones en una.

¡Gracias, Madre, por cuánto nos das!

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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