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Vengo en esta noche a celebrar la Comunión con ustedes, bajo el Espíritu poderoso de Mi Padre, que los reúne en esta fraternidad para que Mi Plan, que es el Plan de Mi Padre, se cumpla en esta humanidad y en este planeta, tan necesitado de amor y de misericordia.
Como han dicho compañeros, abro los Brazos hacia ustedes, para darles Mi Paz y entregarles Mi Corazón como un símbolo de Redención para sus consciencias y las consciencias de todos sus hermanos.
Con todos los ángeles que hoy están Conmigo, hoy vengo a traerles una buena nueva, por haberse cumplido en esta tercera etapa la llegada de la Madre de Dios a México y Centroamérica.
Quiero decirles compañeros, que la sagrada tarea de los Mensajeros de Dios que hoy vienen a su encuentro, se está cumpliendo así como lo escribió Dios en el Libro de Oro de Su Reino Celestial.
Cada acontecimiento vivido está siendo escrito por el propio Padre Eterno, para que el destino de este planeta pueda cambiar a tiempo y muchas almas se puedan salvar, al solo despertar a Mi Corazón Glorificado, que es el Corazón vivo de Dios, que puede estar presente en cada uno de ustedes, así como lo han hecho en esta oración que han plroclamado a Mi Corazón Misericordioso.
Es una alegría estar en esta tierra después de dos mil dieciséis años. Pero en verdad les digo, compañeros, que Mi Corazón, en lo profundo de Su silencio, sabía que esta humanidad existía aquí .
Por eso, en aquel tiempo, le pedí a la Madre de Dios una Gracia especial para ustedes: Que dejara estampado en esta nación Su Presencia Celestial, para que todas las naciones del mundo la conocieran y tuvieran total conocimiento de la Ciencia Divina estampada en la tilma.
Por eso, compañeros, con todas las estrellas del Cielo y las Divinas Consciencias que hoy se congregan en este lugar para derramar la Misericordia de Dios por medio de la oferta de Mi Glorificado Corazón, Yo les vuelvo a decir, compañeros, que la paz es posible en este tiempo.
No deben temer por lo que vivirán. El hombre de superficie debe redimirse. Debe alcanzar la transformación de su consciencia, para que los nuevos códigos que llegarán del Universo Celestial a través de cada oración ejercitada, puedan estar presentes en esta última fase de la humanidad.
Mi Corazón hoy palpita por México, por cada una de las criaturas de Dios, que debe alcanzar la Luz que hoy les ofrece Mi Corazón Misericordioso.
Reciban desde Mis Manos los Rayos de la Misericordia de Dios que hoy vengo a depositar sobre esta nación amada y muy protegida y cuidada por Mi Madre Celestial.
Queridos compañeros, Yo los invito en esta noche, en la simplicidad del corazón y del alma, a ser los apóstoles de Mi Amor en este último ciclo planetario, en donde será necesario de almas decididas a vivirme y a sentirme. Porque es a través de sus almas y corazones que Yo podré retransmitir los dones celestiales, para todas las criaturas que más lo necesitan.
También vengo hoy, en este día, a aliviar el sufrimiento que fue generado en esta nación desde el principio de la colonización hasta el presente.
Por eso, he abierto las puertas del Universo, las catorce principales, para que el dolor fuera liberado, en obediencia a Mi Padre Celestial y al servicio de todos los ángeles, por las huestes de San Miguel Arcángel que han venido a retirar el sufrimiento del espíritu de la consciencia de muchos seres.
Es en esta hora, compañeros, en donde Yo los invito a vivificarme por medio de la Comunión que hoy consagraré para ustedes.
Porque Yo Soy el mismo Jesús de Nazareth, que viene a reencontrarlos para que recuerden su compromiso Conmigo, el compromiso de ser Mis embajadores de la Paz en esta hora crucial de la humanidad.
Vengo a depositar en ustedes algo que florecerá en el futuro. Por eso deben ser perseverantes, aún más aquellos que se encuentran en Mi camino, porque al final de la meta se encuentra la eternidad, que es hacia donde Yo los quiero llevar después de que Me hayan servido en esta humanidad y por este planeta, que tanto agoniza por la ignorancia de esta raza.
Es así que Yo vengo a abrir los ojos de sus corazones y a expandir la consciencia de sus almas para que puedan estar en Mí.
Es una victoria que Nuestros Sagrados Corazones, el de María Santísima, el de San José y Mi propio Corazón Vivo, estén descendiendo sobre esta nación.
Yo vengo a traerles los códigos de la Rehabilitación, algo que para muchos es un misterio, pero que forma parte de la Ciencia Divina.
Estos códigos descienden a través de sus espíritus y por último se materializarán en sus propias vidas por medio de la transformación y de la redención.
Yo vengo así, compañeros, a curar la gran herida de la consciencia indígena y a recuperar la pureza que ella alcanzó cuando todo este pueblo mejicano, su pueblo originario, vivía en la felicidad de Dios y de los Reinos de la Naturaleza.
Vengo así a hacer un corte en el tiempo y el espacio. Vengo a reconectarlos con lo verdadero que son, con aquello que alcanzaron a través de las generaciones por medio de la devoción viva que emerge de sus corazones para con Mi Corazón, que hoy recibe esta gratitud de cada una de sus almas.
Esto es lo que Me anima a seguir viniendo al mundo por todas aquellas almas perdidas, que día tras día se sumergen en los infiernos de la humanidad. Es que Yo quiero llegar a través de ustedes a cada uno de ellos.
Ábranme las puertas de sus corazones así como lo hicieron hoy, para que Yo les pueda indicar el camino y el servicio que deben cumplir para con Mi Corazón.
Es así que Yo vengo a sembrar semillas de Luz en esta hora sufrida de la humanidad.
Y mientras estoy con ustedes, compañeros, estoy con las naciones del mundo, principalmente con América, que no debe perder la oportunidad de ser la cuna de la nueva humanidad.
No teman por lo que hacen los hombres de superficie. Recuerden en humildad, que el poder lo tiene Dios y que es Él quien permite todas las cosas, incluso que Mi adversario esté presente en la humanidad, los corazones que Me viven no temblarán.
Yo Soy esa Fuente que todo lo renueva cada vez que comulgan Conmigo en amor y gratitud. Es este amor y gratitud de todas las almas que Me siguen, de las naciones de América y del mundo, lo que Me ha permitido llegar aquí, a México.
Es a través de Mis servidores de la paz, de cada grupo orante, de cada alma servidora, que Me permite llegar aquí, porque eso genera, no solamente para México sino también para el mundo, una expiación inexplicable, que hoy se derrama sobre este lugar.
Ustedes Me llamaron una vez y hoy Yo estoy aquí entre ustedes para darles Mi Paz, Mi Consuelo y Mi Gracia, algo que se vive profundamente en el espíritu de cada ser.
Vengo a darles el descanso, la pacificación de la consciencia y la elevación del espíritu hacia el Gran Portal de Dios, a través de Mi Corazón Vivo.
Quiero que sientan en esta hora la oportunidad de amarme así como Yo los amo, más allá de la imperfección y del error.
Vean a vuestro alrededor en los ojos de sus hermanos el brillo de Mi Espíritu, por las almas que se redimieron por solo decirme "sí". Y es así que aquí Yo estoy para bendecirlos.
Recemos al Padre para que México no pierda la paz y no sea conquistado por las ideas de los hombres tenebrosos.
Es así que primero viene Mi Divina Misericordia para impedir el caos y establecer la paz en todos los corazones que se abren para recibir Mi Luz y Mi Amor. Esto impedirá el desajuste del planeta.
Los invito a vivir los cambios en pacificación. Confíen en lo que les decimos y nunca se desviarán de Mi camino.
Los invito a sentir las cosas en el amor, porque así estarán en la Verdad y sus corazones también serán vivos, vivos en la Fuente de Dios por medio de Su Gloria. Y Su Gloria estará en ustedes y en sus hermanos y Mi Reino cada vez más se aproximará para que Yo pueda retornar pronto y poner fin a muchas cosas.
Quiero que sean felices por estar Conmigo y que ofrezcan cada pequeño sacrificio por la humanidad, para que muchos más que ustedes sean beneficiados por Mi última expiación, que preparará a una parte de la humanidad para Mi segunda venida, cumpliendo así las profecías de Juan.
Sabemos que ese momento se acerca inesperadamente. No se olviden de estar en vigilia. Aléjense de la distracción y no perderán la sabiduría. Los tiempos exigen concentración y vigilancia, para que todos puedan estar resguardados en Mi Espíritu, y a pesar de lo que suceda, sepan qué hacer y dónde estar.
Cuando todo suceda no tengan miedo ni piensen en lo que sucederá. Vivan en Mí y podrán estar en el eterno presente y así actuarán según la Voluntad de Dios, que es simple y amorosa.
Ahora quiero ver en sus rostros una sonrisa por volver a encontrarme y persistir; porque en la persistencia encuentra el triunfo el Plan del Amor en cada una de las almas.
Celebremos esta Comunión en unión a todos los hermanos del planeta, a todos los orantes y espejos que reflejan el Amor de Mi Corazón al mundo.
Sonrían, sonrían a Dios. Él también debe ser consolado por Sus hijos, así Él les derramará la Fuente de Su Providencia y de toda Su Gracia, y muchas almas más serán tocadas por este impulso de Luz.
Ahora adoren Mi Corazón cantándome “Vine a adorarte”.
Y como hace dos mil años, vuelvo a repetir:
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán Misericordia.
Bienaventurados los mansos de corazón, porque heredarán la tierra prometida.
Bienaventurados los humildes de corazón, porque siempre encontrarán la paz.
Bienaventurados los simples de espíritu, porque siempre verán a Dios.
Bienaventurados los que Me viven, porque siempre Me encontrarán.
Bienaventurados los que Me adoran en el Santísimo Sacramento,
porque los esperaré en el Reino de Dios para llevarlos Conmigo a la Eternidad.
Les agradezco por haberme recibido, por haberme escuchado y por haberme sentido por tan solo un minuto, por haberme alabado, por haberme honrado, porque todo no llegará para Mí sino para el Creador, que es quien los ama desde el principio hasta el fin. Desde lo más pequeño de ustedes hasta lo más grande, Él lo ama todo, porque en Su Amor está la paz y su bendición.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Que la paz esté en ustedes y sean la paz para el mundo.
Sigan cantando.
En donde aparenta no suceder nada, acontecen muchas cosas en aquel que está unido a Mi Espíritu.
Es así que hoy vengo a unir los pueblos y las creencias bajo una misma espiritualidad, aquella que Yo enseñé en el pasado a Mis apóstoles y a Mis seguidores a través del Evangelio, la regla del Amor. Esta es la espiritualidad para estos tiempos.
Muchos podrán proclamar Mi Nombre, pero en verdad, no estaré en ellos.
Muchos realizarán obras a través de Mi Nombre, pero, en verdad, no estaré en ellos.
Es la esencia de Mi Amor que permite todas las cosas en este tiempo.
Por eso hoy les aproximo la Gracia de que ustedes estén en Mí, y Yo en ustedes. Es en esta simplicidad que siempre Yo los quiero ver, y no en la opulencia, ni en el poder.
Yo destierro con Mis Manos a los que dicen gobernar a través de Mi Nombre.
Yo vine a enseñar en el pasado para que aprendieran a amar, a perdonar y a comprender al semejante.
Yo vine a estar con todos, sin excepción. Me senté a la mesa con los ricos, Me senté en el suelo con los pobres, conversé con prostitutas, convertí a los ateos y rescaté a aquellos que habían hecho adulterio, porque Yo vengo a ver en ustedes la esencia de sus almas, que es lo que no se puede perder y es lo que muchos están perdiendo en este tiempo.
Vengo a reconectarlos con el compromiso que hicieron Conmigo hace mucho tiempo atrás, del cual hoy no son conscientes, solo a través de Mi Gracia que los despierta hacia esa realidad. Por eso no teman, Yo estoy presente en aquellos que Me viven, en aquellos que Me predican de verdad, sin nada a cambio.
Yo vengo aquí, compañeros, para que ustedes recuperen la filiación con Mi Padre y no pierdan tiempo en las cosas falsas que promete el mundo. Mi verdadero Reino se encuentra en sus corazones y Yo podré estar en sus corazones cuando Me abran la puerta de sus almas; así, Yo podré purificar sus vidas y consciencias, y serán uno con Dios, y uno Conmigo para siempre.
Yo vengo a traer para ustedes la tabla de la salvación que muchos hoy no quieren vivir, porque no aceptan el arrepentimiento.
Muchas cosas sucederán en el mundo, aunque ustedes no lo puedan creer. Por eso los vengo a preparar en este ciclo como Mis nuevos apóstoles, para que puedan vivirme, para que puedan dar testimonio de Mí en cada rincón de este mundo.
Vengo así a renovar los Sacramentos, y a dar los sacramentos a aquellos que nunca los recibieron en sus vidas. El Sacramento es una oportunidad de purificación y de renovación, de santidad y de consagración de todos sus espíritus ante el Padre Celestial.
Están delante de un gran misterio a través de los Sacramentos; pero por más que no los comprendan, Yo les enseño a vivirlos en la simplicidad, porque cuando abran sus corazones podrán acontecer muchas cosas, y milagros inexplicables sucederán en cada una de sus vidas.
Después de tantos encuentros Conmigo, compañeros, están listos para poder soportar el fin de los tiempos, y aunque el cansancio sea grande, la victoria de Mi Corazón será más grande; cuando trabaja en las naciones del mundo, él viene a disipar las tinieblas de los corazones y de los pueblos, viene a abrir una puerta de luz donde no existe, una oportunidad única e inexplicable para todos. Por eso, Yo Soy el Sagrado y Bendito Corazón.
Es la esencia de Mi Corazón vivo la que permite todas estas cosas. Así, Yo les traigo la paz y la posibilidad de renovar la esperanza y de confirmar en cada una de sus vidas la vivencia de Mi Corazón en sus seres, porque será ese gran tesoro de Mi Corazón lo que los librará de todo mal y de toda tentación.
A través de Mis Palabras, que hoy les entrego con Amor, voy liberando las amarras de sus consciencias, desato los nudos de sus espíritus para que las puertas de la redención se puedan abrir sobre ustedes; es a través de esta causa que envío a Mis ángeles del Universo Celestial, para que no solamente sus vidas, sino también sus naciones puedan recibir la expiación de Mi Corazón y no pierdan esta oportunidad de poder volver a encontrarme en este tiempo de tribulación.
Quiero de Costa Rica almas en oración por esta nación y por las naciones hermanas de Centroamérica, para que el equilibrio del Ecuador se mantenga dentro de este planeta en el lugar que le corresponde, y no en otro.
Así les vengo a hablar de física y de ciencia verdadera, porque en la verdadera ciencia de Dios siempre está lo espiritual y lo inmaterial.
Si oran con devoción a Mi Corazón Sagrado, Costa Rica, a pesar de que vive de forma superficial, no tendrá las puertas cerradas a Mi Gracia y muchos más serán tocados por el impulso de su oración y de su sagrada invocación a Mi Nombre Glorioso.
Es así que los invito, amigos Míos, amigos Míos del pasado, a tener consciencia dentro de la consciencia para disipar la distracción y abrir los ojos hacia la verdad que vive el mundo, la verdad de su sufrimiento y de su dolor.
Quiero que sean almas conscientes, disponibles para Mi Servicio, para que Yo pueda obrar a través de sus vidas y corazones, y que hoy no solamente venga por ustedes, sino por todas las almas de Costa Rica que tanto necesitan de Mi Divina e Insondable Misericordia.
Les vengo a decir, amigos Míos, si en verdad no viven el amor, que Yo Soy esa Fuente de Amor para sus vidas que los puede aproximar a Dios por diferentes caminos; es por eso, amigos Míos, que estoy uniendo las creencias y los pueblos bajo una misma espiritualidad; esta es la esencia de Mi Mensaje para este día.
Quiero de Centroamérica que no pierda su hermoso Edén. Mi Padre lo ha creado para que ustedes lo pudieran cuidar a través de sus generaciones y de todos sus pueblos. No dejen que esto se destruya, porque no tendrán dónde poder refugiarse cuando el planeta se mueva, así como está previsto, físicamente.
No les vengo a traer presión ni miedo, sino consciencia y verdad.
Yo Soy la Verdad viva para ustedes. Sus vidas pueden ser verdaderas cuando tan solamente Me busquen y estén en Mí.
He podido cumplir parte de Mi Obra en este lugar, con todas las oraciones de sus hermanos que Me acompañaron bajo el espíritu de la Divina Misericordia.
No saben qué alivio siente Mi Corazón por todos los orantes del mundo que oraron esta Maratón de una forma sincera y no mecánica, sintiendo la necesidad de la redención y de la intervención de Mi Fuente de la Misericordia, porque como les dije, la Justicia de Mi Padre llegará.
Solo quiero que todos se salven, así como Yo los salvé en la Cruz, donando cada parte de Mi Cuerpo y de Mi Espíritu, asumiendo los pecados del mundo hasta Mi última expiración. ¿Saben lo que eso significa, compañeros?
Recuérdenme en la Cruz no como un muerto, sino como el Hijo de Dios vivo, Aquel que hizo victoria a través de las vidas del mundo, cerrando las tinieblas y todos los infiernos.
Pero ahora el mundo se encuentra en una gran ignorancia e indiferencia. Muchísimas, pero muchísimas almas se preguntan por qué sufren en este tiempo y si será un castigo de Dios.
El que los ha creado a Su Imagen y Semejanza nunca podría castigarlos, porque no sería el Dios del Amor.
Él solo puede darles Su Justicia, no la justicia que hay en esta Tierra, sino la Justicia que hay en el Reino Celestial, y dentro de esa Justicia compañeros, está Mi Divina Misericordia.
¿Pueden comprender ahora la expansión de Mi Amor que es infinito, sublime e inmaterial? Es eso lo que no pueden perder.
Por eso los llamo a estar Conmigo en este ciclo, porque no podré estar mucho tiempo más con ustedes. Mi ciclo está finalizando y la humanidad deberá escuchar Mi Palabra. Deben ser difusores de este, Mi Mensaje y de todo lo que he dicho, a través de estos años, para ustedes.
Deseo que cada una de Mis Palabras estén escritas en un libro, pues la humanidad debe recuperar su origen y leer como lee Dios y no con modernidades que afectan la evolución de los espíritus. ¿Ahora comprenden el hipnotismo global?
Vengo a dar para todos Mi Gracia. Por eso, si leen Mis Palabras en los libros, recuperarán su intimidad con Dios, sentirán la vibración de Mis Palabras escritas en el papel, y no en las pantallas.
Por eso uso estos medios de comunicación, cumpliendo la profecía que le di a un gran espíritu, a un gran servidor de Oriente.
Cumpliendo la profecía de ese sabio servidor, estoy cerrando un ciclo antes de que el mundo y la humanidad vivan su Juicio y la última trompeta de los ángeles de Dios resuene en el mundo.
No vengo para ser apocalíptico, sino verdadero en el Amor, y en la esencia del Espíritu.
Dichosos de los que comprenden más allá de lo que digo, porque las palabras habrán entrado en sus corazones y no en sus mentes, y no habré desperdiciado ni un gramo de energía, así como la desperdicia la humanidad todo el tiempo, creando confusión, error y guerras, por su verborragia.
Vivan en el silencio del Universo, miren a las estrellas durante la noche y pregúntenle al Padre: Adonai, ¿quién soy yo? Y así sentirán la paz, saldrán del caos y podrán estar unidos a Mí en oración y en vigilia.
Es así que los necesito para que Yo pueda terminar de realizar Mis Obras en América y más allá de ella.
Vengo a dejar para ustedes Mis más preciados tesoros espirituales, perlas preciosas de la vida inmaterial, de la vida espiritual y del Reino de Dios; aquellas mismas perlas que entregué en el pasado como Jesús de Nazaret.
Por eso, quiero que recuerden en este día de bendiciones un mensaje que se ha vuelto una canción para Mí, de parte de Mis hijas predilectas, que en el mundo hacen resonar Mi Mensaje a través de su voz y de la unión Conmigo.
Es a través de este canto que los bendeciré en este día, y todos estos elementos serán espíritus de Gracia para las almas y para los corazones más necesitados; porque cuando ustedes viven un Sacramento, recuerden que lo estarán haciendo por toda la humanidad que sufre las causas de sus propios males y de su desconexión con Dios.
Es esa Gracia de Dios la que Me permite estar aquí entre ustedes.
Y ahora, bendeciré mientras cantan el relato de Mi Vida.
Los amo y siempre los amaré.
Aunque algún día Me fallen, Mi Amor por ustedes es más grande que todo eso. Yo Amo al planeta, el Proyecto de Dios es esta humanidad que debe ser la nueva Jerusalén que brilla en este Universo, para siempre.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Padre Nuestro...
Vean cuántos ejércitos Me siguen y muchos no lo saben.
Esta es la verdadera presencia de Mi Reino en la Tierra; Reino que está unido a cada corazón orante. Y ese Reino se expande por el mundo en su universo invisible para revelarse a los simples de corazón.
Este es el Reino que Yo prometo para todos, el cual prometí una vez cuando estuve entre ustedes en Mi amada Tierra Santa, revelándoles el poder de Mi Evangelio, la Sagrada Palabra de Dios, que viene a redimirlos de tiempo en tiempo.
Hoy estoy con inmensa alegría en Costa Rica, porque los corazones Me escuchan, no por su cantidad sino por su espíritu, su espíritu simple que se une al Mío y trae así al Reino de Dios para un lugar tan necesitado de la presencia de la Santísima Trinidad.
Busquen a Dios en todo lo que existe, en todo lo que Él ha creado a través de la Naturaleza. Allí Yo también Me encuentro en silencio y en lo alto de los volcanes, contemplando a toda la población planetaria, esperando por su despertar, por su gran y último paso al camino de la Luz y del Perdón.
Vean entonces, compañeros, que Yo estoy en todos los lugares. He venido aquí para darles Mi Fuerza interior y Mi Amor, para resucitar a Centroamérica en su propósito y su misión espiritual con el fin de cumplir el Plan de Paz de Dios.
Únanse cada vez más y cumplirán este propósito que hoy les pido. Háganlo por todos sus hermanos, sus hermanos de todas las naciones de Centroamérica, que tanto necesitan de Mi Divina Misericordia para poder continuar adelante en este tiempo final que se aproxima.
La fuerza de su oración ha llegado más allá de Centroamérica, abrazó gran parte del planeta y muchas esencias condenadas se vieron beneficiadas. Y esto fue posible, compañeros, por su unidad con la Unidad de Dios, del Hijo y del Espíritu Santo, con cada uno de sus hermanos de las naciones que abrazaron fervorosamente el fuego de esta oración, cumpliendo así la tarea en este día.
Gran parte de Mis ejércitos está formado por los ángeles del Cielo, ángeles que los acompañan de tiempo en tiempo, de ciclo en ciclo para hacer madurar su evolución y su gran momento de despertar.
Quiero que tengan presente estas palabras, porque sus ángeles de la Guarda los esperan para mostrarles el camino hacia la Verdad, para fortalecer sus espíritus y para que encuentren la paz que debe ser irradiada a todo el planeta.
Hoy vengo aquí con la Gracia de Dios y de Su Santo Espíritu. Por medio de Mi Divina Misericordia traigo para todos la expiación, la santa absolución de cada una de sus vidas en este momento crucial del planeta, en donde muchas consciencias, muchísimas almas necesitan del perdón y de la liberación.
A través de este ejercicio espiritual, compañeros, y después de cuarenta encuentros consecutivos, ya están en otro punto de su despertar. Y a medida que fueron avanzando esos encuentros, muchas almas más fueron despertando a Mi llamado.
Eso significa que aún hay mucho por hacer, mucho por sacrificarse, sobre todo por entregar a Dios, cada uno en el grado de su consciencia y de su disponibilidad interior.
Es así que Yo vengo a darles Mi Mensaje de Paz para que lo hagan llegar a sus hermanos de camino, a sus familiares, a todo el pueblo, el pueblo de Dios, que debe retornar al camino de la esperanza y al camino del perdón, que muchos aún están buscando y no lo encuentran.
Por eso hoy, también de Brazos abiertos, como el Redentor les muestro Mi Sagrado Corazón, Mi Eterno Espíritu, para que lo abracen fuerte, interiormente, lo adopten en sus vidas como la única Llama, como el verdadero camino, como la esperanza para sus vidas y no otros espíritus.
Esos espíritus también deberán redimirse. Libérenlos, déjenlos de lado y sigan Mi Camino, porque Yo los confortaré y los liberaré de todo mal, sin dejar atrás a ningún discípulo Mío, especialmente a aquellos que deben retornar a Mi Camino y que por un largo tiempo se olvidaron de Mí.
Vengo a recuperar en Centroamérica a Mis viejos amigos, aquellos que se comprometieron Conmigo a vivirme, a adorarme, a honrarme, a amarme, a buscarme por encima de todas las cosas, y, especialmente, a servirme en este tiempo final en esta Obra de Redención y de transformación de la consciencia.
Es así que Yo les abro las puertas para que vuelvan a ver la Luz, la Luz invisible de Dios que proviene de Su Espíritu, de lo más íntimo de su Corazón Sagrado. Les trae Su Misericordia a través de Su Hijo Amado, para que se puedan liberar y caminar libres en la Redención.
Hoy, lanzo las redes de Luz para que muchas más almas puedan retornar a Mi Corazón.
Hoy, vengo como el Pescador de Hombres, una vez más, buscando a los que están perdidos, a los que no encuentran el camino, a los que hasta ahora no han visto la salida ante tanta oscuridad.
Y Yo los bendigo, compañeros. Los impulso a seguirme en la fe y en el amor, confirmando en sus vidas que si Yo estoy en ustedes, ustedes estarán en Mí y todo siempre estará bien y a nada deberán temer, porque estarán Conmigo y Yo estaré con ustedes en vigilia y oración.
Vengo a retirar del sueño a muchas consciencias. Pero eso lo verán de tiempo en tiempo, porque esas almas deben aprender a conocerme, deben aprender a encontrar el camino a través de la semilla de Luz que hoy vuelvo a sembrar en sus corazones, para que alcancen la paz de vivir en Dios y en Su Divino Reino.
No pierdan de vista estos momentos.
Y vuelvo a decirles, compañeros: sientan la fuerza de Mi liberación sustentada por todo el Universo, por sus Leyes Divinas que vienen a intentar reformar sus vidas en espíritus consagrados a Dios y a Su Santo Propósito.
También les traigo Mi alegría, por la alegría que Me han transmitido en este día; la sana alegría del corazón que cura y redime a las almas y a gran parte del planeta, porque la alegría es la flor del Amor, y el Amor los llevará a la Unidad con Dios, con toda Su Consciencia.
Comprendan este misterio de una forma simple. La alegría los llevará a la paz y la paz podrá estar en todos, especialmente en los que más la necesitan.
Guarden la paz como un gran tesoro para estos tiempos. Que nada los inquiete ni los incomode.
Ofrezcan cada desafío como una oportunidad de humillación y de redención, sin perder nada y ni buscar nada a cambio.
Y ahora les muestro las llagas de Mis Manos, cómo por milímetros ellas se cicatrizan al sentir el amor de todos Mis compañeros, de los que buscan la trascendencia, la perseverancia, la fe inquebrantable, la devoción, la paz, la vivencia de Mi Divina Misericordia.
Vean cómo la luz de sus oraciones cicatriza Mis Llagas trayendo el alivio a Mi Corazón al ver los horrores del mundo y los pecados de la humanidad.
Adoren este momento, contemplen Mi Corazón y vívanlo en este último momento, en donde Mi Gracia todo lo permite y Mi Misericordia todo lo impulsa, para que estén en el Reino de Dios.
Cada vez que vivan una prueba o enfrenten una dificultad o enfermedad, recuerden este momento en donde Mis Llagas son cicatrizadas por la luz de sus oraciones y a través de este ejemplo, de este símbolo de santidad, fortalézcanse y no se permitan caer, porque Mi ofrenda siempre será levantarlos del suelo para que Me vivan, para que Me miren a los Ojos sin vergüenza, sin temor, no importando lo que suceda, contemplando el Amor que Mi mirar expresa por todas las almas.
Y así, con Mis ángeles, santos y bienaventurados que hoy ayudan a Costa Rica y Centroamérica, entramos en comunión, en unión de espíritus, de esencias y de almas, con el único y poderoso Dios que les da la vida eterna.
Vengo a consagrar especialmente todo lo que Me han traído al altar, porque he visto en este día los corazones sinceros, orando por la justa causa que Yo les he transmitido en el mensaje para esta Maratón.
Comprendan Mis Palabras con simplicidad y así las podrán vivir, una a una.
Los objetos sagrados son símbolo de redención para las almas y motivo para encender el espíritu en profunda devoción.
Es así que hoy también los sacramentaré a cada uno de ustedes, a través del oficio sagrado del sacerdocio, por medio de los Sacramentos que Yo instituí en el pasado, como el legado interior para las almas y para todas las consciencias que se quieran unir a Mí en los Dones del Espíritu Santo.
Hoy veo que están viviendo el Don del Temor de Dios. Para Mí eso es increíble, sobre todo en este tiempo en donde la humanidad está muy distraída; eso no Me hace bajar los brazos, porque si cargué la Cruz por ustedes, ustedes Conmigo y Yo con ustedes podremos cargar la cruz de este planeta para alcanzar la Redención.
Ofrézcanse a vivir este sacrificio por el triunfo de los Tres Sagrados Corazones en toda América y el mundo.
Adonai, Misericordia, Misericordia, Misericordia
Redención, Redención, Redención para este planeta. Amén. (x 6 veces)
Y antes de consagrar todos los elementos, quiero que se tomen de las manos para implorar Conmigo a Dios.
Sintiendo sus corazones sinceros, nos unimos en la paz y trabajamos por la paz para los lugares que más la necesitan, en donde el caos reina y hace temblar más corazones.
Adonai, Padre-Madre Creador, única existencia entre todo lo creado,
Espíritu Omnipresente y Omnipotente, vivencia de lo Sagrado y de lo Eterno,
desciende con toda Tu Luz Universal y que Tus ángeles abran las puertas
para que desciendan los Padres de la Creación.
Que los doce arcángeles ayuden en la Redención de las consciencias,
en la Liberación de los pecadores.
No te olvides, Santo Padre, de ninguna esencia creada.
Somos semejantes a Tu Faz. Fuimos creados a Tu Imagen.
Estamos fecundados por Tu Divino Espíritu.
Cierra los infiernos que se han abierto y redime
a aquel que se ha caído y que ha creado todo el mal.
Disipa las dudas de todas las mentes.
Que el poder de Tu Amor penetre en lo íntimo de los espíritus,
para que así se establezca el Poder de Tu Unidad y
de Tu infinito Amor, por los siglos que vendrán. Amén.
Lleven las manos al corazón y ahora canten al corazón sincero, porque es este corazón que Me acompañará hasta los últimos días de la Tierra y verá en el horizonte la aproximación de Mi Reino y de Mi Gloria estableciendo los mil años de paz.
Les agradezco por acompañarme en este día en cada rincón de este planeta.
Sigamos orando, proclamando el corazón sincero. Es ese corazón que los unirá a todos, los liberará de la indiferencia.
Que así sea.
En nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Abriendo Mis Brazos sobre América muestro a todos Mi Sagrado y eterno Corazón.
Uno a las Américas en un solo fin y propósito, y no dejo a nadie atrás, aun a aquellos que no Me han seguido, y que hace tanto tiempo se olvidaron de Mí, sabiendo que Yo Soy su Rey y Salvador en esta hora definitiva del planeta.
Mi Corazón hoy está aquí con ustedes y con todos los misioneros en Roraima.
Mi Corazón se multiplica en Espíritu y en Omnipresencia, y le trae nuevamente una oportunidad a la humanidad.
Hoy estoy en Costa Rica, como he estado con ustedes en otros lugares; tiempo atrás en un desierto, hoy, en una floresta exuberante, que también sufre la consecuencia del hombre de superficie, sin percibir que los Reinos aman, así como los ama Dios todo el tiempo.
He venido a levantar a los que están caídos en su esencia espiritual.
He venido a traer una Luz que no tienen y que en esta vida no concibieron, ni siquiera por méritos.
Vengo a traerles Mi Divina Misericordia, porque es la tabla de salvación que aún está disponible para todos, en este poco tiempo que les queda.
Hoy les muestro en Mi Pecho Mi Sagrado y eterno Corazón para que lo contemplen, para que lo recuerden y no lo olviden.
Este es el Corazón que es amado por todos en diferentes grados de amor, pero sin importar cuál sea.
Este es el Corazón que se vivifica en ustedes y que les trae la paz, la paz que muchos necesitan.
Los he enviado entre las tinieblas para que proclamen Mi Nombre y le den vida a las almas que ni siquiera piensan en Mí.
Así verán cómo es la Gracia de Dios, que llega hasta este lugar tan distante de Sudamérica, en donde, en verdad, se encuentra Mi Obra, y que hoy extiendo para todos Mis hijos y discípulos.
Quisiera que en esta hora, compañeros, pudieran ver las Obras que realiza Mi Inmaculado Corazón, porque Mi Corazón es puro en Dios, al igual que el Corazón de Mi Madre.
Los dos provenimos de una misma Fuente de Gracia que se multiplica para todo el Universo.
Es ese Espíritu Inmaculado que nos permite estar aquí entre ustedes, e impulsarlos a servir al Creador.
En ustedes, como en sus hermanos, está esa semilla, esa semilla de Luz que Dios les dejó. Esa semilla de Luz Inmaculada que muchos aquí han olvidado, debido a la vida material y sus influencias.
Vengo así a rescatar lo que es esencial. Por eso, Mi Corazón es eterno además de ser Sagrado y al ser eterno Él trae lo Inmaculado y lo más puro para todos, que es el Amor, que redime y vivifica.
Quiero con esta revelación que tomen consciencia de que en verdad la humanidad no puede perder su pureza a pesar de todo lo que vive.
Al menos en pequeños grupos, por medio de la oración y de la Comunión Conmigo, deben preservar ese espíritu, para que no se borre del planeta ni de su consciencia.
Es eso lo que algunas grandes naciones quieren hacer desaparecer con sus acciones.
¿Han comprendido ahora por qué estoy aquí, y por qué ustedes Me han ayudado a llegar?
Extiendo para todos Mi Gratitud y Mi Confianza, por estar cumpliendo esta primera etapa de una gran tarea que recién ha comenzado.
Hoy no sólo vengo como vuestro Jesús, el Nazareno, el Pastor y Maestro del Amor; hoy vengo como la Consciencia que Soy.
Yo Soy el que Soy., y es esa Esencia que se revela, ese Espíritu Inmaculado de Dios, vivo en Su Hijo Primogénito., que impulsa a las consciencias a alcanzar la iluminación y la redención de sus vidas.
Hoy vengo con Mis Brazos abiertos para abrir los caminos de los que los tienen cerrados.
Vengo a retirar lo que no está bien y a colocar lo que es nuevo y lo que renueva, de tiempo en tiempo.
Que esta Maratón sea el fuego que siempre se multiplica, que motiva a las almas a continuar adelante, a pesar de lo que suceda.
Mi Madre les ha dado estas dos misiones, las cuales cumplen una tarea fundamental en el Plan de rescate. Y ustedes, todos ustedes, son parte de esta Misión.
Mientras Mi Madre los guía y también los acompaña en la Misión humanitaria por Venezuela, trayendo alivio al sufrimiento humano y a la decadencia de todas las consciencias que sufren el caos, también Yo, hoy estoy aquí entre ustedes, para renovar esta propuesta de orar e invocar la Divina Misericordia.
Ayer, eran ustedes los que necesitaban de Mis Gracias, hoy, son sus hermanos los que necesitan de Mi Intercesión, de Mi Espíritu Inmaculado, que los renovará y los despertará a lo Nuevo.
Vengo así, a unir a las consciencias con los Reinos de la Naturaleza, con sus orígenes y sus principios.
Vengo a pedir aquí que no se olviden de Dios, y de que Él los está observando, esperando que todos ustedes miren a Su Corazón, para encontrar un refugio de Paz.
Vengo a darles valor a los que son marginados y simples, vengo a quitarles el poder a los que se creen más que los demás y que no son humildes.
Vengo a mostrar Mi Reino a todos, y a dar testimonio de Él entre ustedes.
Vengo a decirle a Centroamérica, y especialmente a los que la colonizan, que no intervengan en este Edén que es de Dios, y es para la Nueva Humanidad, verdadera.
Les pido a todos los que visitan estas naciones, que no cometan los mismos errores que quedaron grabados en la historia, entre la Consciencia Indígena y el hombre blanco. No lo hagan más. No busquen algo que no les pertenece.
Dejen libres a los Reinos y a los que cohabitan con ellos, porque hoy es Mi Misericordia que viene a auxiliarlos, pero mañana Mi Corazón les dará la Justicia.
Ámense los unos a los otros, esa es la primera regla, aun para aquellos que no Me viven, ni Me sienten.
No hemos llegado a Norteamérica, porque aún no está preparada para recibir Nuestras Presencias.
Y aunque ya hemos estado en otros tiempos intentando despertar una consciencia dormida y tan humana, vigilamos a las almas y a los buenos corazones que allí se encuentran, pidiendo una oportunidad para toda esa nación.
Las cosas que hoy se hacen no durarán por mucho tiempo. Y esto no es una advertencia, sino una oportunidad de corrección, de alineamiento y de equilibrio.
Hoy vengo como el Maestro de todo lo creado por Mi Padre, para que no sea más usurpado, lastimado ni flagelado.
Hoy vengo como el Pastor de todos los Reinos, incluido el Reino humano, que tanto necesita para poder continuar adelante.
Que en esta Maratón oremos por los que duermen desde hace mucho tiempo, por los que no esperan a Dios y por los que no lo aman, por los que lo olvidan, por los que se separan de Él, ambiciosamente.
Vean así, cómo Mis Brazos aún están abiertos sobre las Américas, para señalizar la redención.
Que el Amor, la Paz y el Bien, los unifiquen.
Y Me uno a cada corazón orante que, en su hogar, grupo o nación, Me acompañará en esta tarea, para dejar y sembrar semillas de luz que germinarán en un cercano futuro.
Gracias por estar Conmigo, así como lo puedan estar.
Lo importante es que sea verdadero, por el bien del planeta y de la humanidad.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más