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Desde la selva más húmeda hasta los picos más altos y fríos del país, Colombia guarda, en sus recintos internos, reliquias memorables de antiguos pueblos del pasado que, estando libres de las agresiones y de las conquistas de estos tiempos, vivían naturalmente el contacto con el Universo. No había ningún esfuerzo mayor para que eso se diera.
Tan importante fue el legado de los pueblos originarios de Colombia, que esa tradición del contacto con el Universo se transmitió a lo largo de los tiempos a otros pueblos remotos como los de la selva de la Mosquitia en Honduras, o los mismísimos aztecas de la baja llanura de México y del área de Yucatán.
Todos esos pueblos, pero especialmente los de Colombia, tenían consciencia y sabían respecto de lo que estaba más allá de ellos y que los guiaba para proteger la esencia de lo que habían alcanzado por medio de su unión con la naturaleza.
Ese pasado, rico en conocimiento y evolución, se guarda como un tesoro único dentro de las áreas de mayor biodiversidad de Colombia para que, en la etapa futura, sea aplicado como código de civilización en la nueva humanidad.
Colombia es la tierra de las revelaciones de los más antiguos secretos que saldrán a la luz en los que amen la vida universal y la comunión con todo lo creado.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor Cristo Jesús
Guadalupe, Madre de las Américas
En este día especial, queridos hijos, en el que celebramos las Apariciones de la Virgencita de Guadalupe con gozo y alegría, su Madre Celeste retorna a la Argentina y esta vez a Mar del Plata para llevar adelante, por medio de este encuentro de oración, una misión planetaria y al mismo tiempo regional.
En primer lugar, deseo enviar Mis más cálidos saludos maternales a Mis hijos de México, porque hoy se cumple un año de que la Virgencita de Guadalupe volvió a tocar suelo mexicano.
En segundo lugar, quisiera dirigir Mis Palabras de Amor a todos los hijos de Argentina y de la región del Cono Sur, por haberse adherido y unido al importante llamado de oración por los desaparecidos en el Océano Atlántico.
Es de esa forma, hijos Míos, que hoy su Madre y Reina de Guadalupe vuelve después de tan poco tiempo a la Argentina para poder ayudar a la nación espiritualmente y, de manera especial, a todos los que aquí viven.
Quisiera, queridos hijos, que esta Vigilia de Oración fuera dedicada en este día, no solamente a la realidad que vive la Argentina, tanto en la sociedad como en el pueblo, sino que también fuera dedicada a todas las demás naciones del mundo, especialmente a las naciones de América Latina que están enfrentando las grandes pruebas del fin de los tiempos.
Hoy también envío Mis ayudas maternales y espirituales a Honduras, para que vuelva a encontrar la Paz y la verdadera Justicia en este tiempo de crisis en la humanidad.
Que cada oración, que hoy será ofrecida por cada corazón humano, sea sincera y verdadera para que todas las súplicas toquen el amoroso Corazón de Dios y Él, en Su Infinita Gloria, derrame Gracia y Misericordia sobre las naciones del mundo.
Vuelvo a decirles, Mis amados hijos, que la Vigilia de Oración por la Paz en las Naciones ahora es el deber fundamental y el compromiso de todos los orantes, sabiendo que, en estos tiempos en que se desencadenan conflictos y luchas sociales, es urgente la intervención celestial sobre ciertas naciones del mundo; eso reconstruirá la consciencia humana y su propósito cósmico a nivel espiritual.
Que cada nueva Vigilia de Oración sea dedicada con un fervoroso amor del corazón para que las puertas a la Compasión Divina sean abiertas y para que, en estos tiempos, todo sea curado y reparado.
Agradeceré a los grupos de la Red-Luz planetaria que continúen visitando los Centros Marianos como también que se aproximen a las Comunidades-Luz para ayudar y servir en cada tarea.
Será imprescindible, en este ciclo, trabajar para proteger las bases fundacionales de la Obra de los Mensajeros Divinos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Hoy Mi primer agradecimiento, queridos hijos, es para Mis hijos de la Red-Luz planetaria que, en estos dos meses, unidos a Mi Corazón Inmaculado, han sustentado esta corriente de amor y de purificación planetaria; porque Me han acompañado, paso a paso, por cada nación que Yo he visitado.
Mi segundo agradecimiento, queridos hijos, que Yo les traigo desde el Cielo, es para todas las almas orantes que, desde diferentes partes del mundo, con amor, esfuerzo y dedicación, ayudaron para que esta misión se cumpliera.
He venido aquí, a Orlando, para poder rescatar a las almas sumergidas en la ilusión de la vida material, para lavar con el agua bendita de Mi Hijo los ojos de todos los que duermen, para que puedan ver la Luz del Reino de Dios y construir en sus vidas un verdadero templo de consagración al Padre, un templo en donde pueda estar presente Mi amado Hijo para poder irradiar Sus Códigos de Luz y de Redención al mundo.
Hoy Me aparezco ante ustedes, queridos hijos, para confirmar Mi Presencia en la humanidad por un tiempo indeterminado; para unirme a cada corazón, a cada hijo Mío que acompaña esta sagrada misión, que va más allá de la consciencia mental humana y de la vida superficial.
Vengo así a traerles, queridos hijos, vengo así a mostrarles a cada uno de ustedes la Balanza de Luz de la Justicia de Dios que amorosamente hoy está equilibrada, sobre todo para los Estados Unidos, en correspondencia con las naciones más necesitadas.
He traído esta Balanza de Luz desde el Reino del Padre, porque ella ha estado a los pies del Creador siendo trabajada en estos dos últimos meses, primero por las naciones de Centroamérica, después por México y por último aquí, en los Estados Unidos. Esta es la balanza que porta y que lleva la Madre de Dios, la balanza que intercede por cada uno de los hijos, que porta en su interior y en toda su energía la Consciencia de la Madre Divina.
Es esa energía de intercesión, esa energía de Gracia, que viene al mundo para poder auxiliarlo. Y es con la ayuda y por la ayuda de los Arcángeles, que esta Gracia es posible para el mundo.
Es por eso que hoy Me muestro ante ustedes, queridos hijos, arrodillada ante la humanidad, mostrando el poder de Mi Corazón Inmaculado para pedirle a Dios una oportunidad para cada uno de los hijos de la Tierra.
Deseo en ese sentido, queridos hijos, que Me puedan seguir acompañando en esta Obra planetaria, con la ardiente aspiración de que Me puedan seguir ayudando, queridos hijos, para que Nuestros Sagrados Corazones puedan llegar a muchos más lugares del mundo, en donde también se necesita la Misericordia del Padre y de la Gracia.
Es por eso que hoy Mi Corazón emite este agradecimiento profundo y eterno a todos los que hicieron posible verdaderamente esta peregrinación. Quiero así transmitir, a cada uno de Mis hijos, Mi confianza maternal que es la que ha permitido que todas estas cosas sucedieran en este tiempo.
Deseo, queridos hijos, que las semillas que he sembrado en Centroamérica, México y Estados Unidos puedan brotar verdaderamente en este tiempo final, para que sus almas estén al servicio del Padre Eterno por todas las almas que necesitarán ayuda para vivir la transición de estos tiempos.
Por eso vengo a dejar en ustedes, por medio de las semillas de Luz que he sembrado, nuevos Códigos de Luz. Son estos mismos Códigos que he dejado en las naciones que he visitado. Son los que hoy les traigo a ustedes, queridos hijos, como la mayor Gracia para sus corazones y vidas, para que estén preparados y prontos para poder esperar a Mi Hijo con alegría y regocijo, construyendo en ustedes una fortaleza interior capaz de recibir todos los impulsos espirituales del Cielo.
Quiero así, queridos hijos, que puedan escuchar la voz de Mi Corazón. La voz que viene de Dios, con inmensa alegría y regocijo, porque toda esta etapa anterior sucedió según la Voluntad Suprema y concedió a los corazones más simples una oportunidad de curar sus vidas internas, de poder ser reinsertados en el camino evolutivo y de poder integrar la Hermandad Celestial para que más soles estén disponibles, brillando sobre el planeta, trayendo el Amor y la Gracia de Dios.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Con estas palabras, les enseño, hijos, cómo en verdad es simple transformar el destino de este planeta y también de cada una de sus vidas.
Les enseño, con el ejemplo de estos meses, cómo con el esfuerzo de cada uno y la unidad entre los servidores del Plan, la Voluntad de Dios se puede cumplir y expandir cada día más, en aquellos hijos Suyos que se olvidaron del compromiso que hicieron con Cristo.
A partir de estos meses, nuevas luces brillarán en la Tierra; nuevas consciencias despertaron y seguirán despertando, porque Mi Luz se expandirá más allá de los continentes, uniendo las fronteras y las naciones a Mi Inmaculado Corazón, y al Corazón de Mi Hijo.
Quisiera decirles, hijos Míos, que Mi Obra Divina no termina aquí, sino que comienza aquí para aquellos que no Me conocían, que no respondían a Mi llamado. Yo los llamo a la oración, los llamo a expresar la propia alma, la unidad con Dios, sin temer los juicios de este mundo. Yo los llamo, hijos amados, a transformarse en verdaderas luces que guiarán a aquellos que viven en la oscuridad cuando ya no encuentren salida en este mundo.
Yo los llamo a tornarse un ejemplo para las almas que están perdidas, expandiendo así Mi Manto en aquellos lugares donde no puedo llegar, porque las almas no Me abrieron el corazón.
Deseo que anuncien Mi llamado en los cuatro puntos del mundo; y que todas las lenguas y todas las razas puedan conocer la posibilidad de encontrar el Reino de los Cielos en el propio corazón a través de este puente que Yo construí en Mis hijos para que, dónde estén, Me puedan encontrar.
Quiero que sepan, hijos Míos, que construí en sus corazones la unión perfecta Conmigo. Esa unión debe ser fortalecida todos los días a través de la oración verdadera, a través de una plegaria de las almas que se rinden a Dios, que reconocen la propia pequeñez y la grandeza celestial para que, de esa forma, puedan ser parte de la Unidad Divina.
Vengo a este país a transformar, hijos, en sus consciencias y en la consciencia de esta nación, su forma de vivir, porque están perdidos por metas que no caminan hacia la Voluntad Celestial. Vengo a que encuentren una verdadera razón para su vida; a que descubran, en el Amor que Yo les entrego, la fuerza para trascender los obstáculos, la incomprensión de sus hermanos por ustedes haber elegido un camino evolutivo.
En esta noche, hijos Míos, les pido que coloquen a Mis pies aquello que les causa dolor, angustias y miedo; porque deseo verlos en profunda alegría y gratitud, como lo está Mi Inmaculado Corazón por haber concretado Mi Plan, esta misión divina que Dios Me encomendó.
Coloquen a Mis pies, como rosas de luz, todo sufrimiento. Deseo convertir su dolor en una dulce entrega a Dios; así como lo hizo Mi Hijo cuando estuvo en la Cruz.
De esa forma les digo que, cuando permitimos que vivan alguna prueba o algún tipo de sufrimiento, no los estamos castigando, hijos. El Creador solo les ofrece la oportunidad de entregarle una renuncia verdadera, de seguir el ejemplo de Cristo por aquellos que no quieren sufrir con nada y que solo buscan los placeres de este mundo.
Ofrezcan las propias dificultades en reparación del Corazón de Aquel que vivió el mayor sufrimiento de este mundo, para que hoy ustedes conocieran la alegría celestial.
Hoy, hijos, elevo a los Cielos sus plegarias, el clamor más profundo de sus corazones y les pido que entreguen en Mis manos aquellas peticiones que desean hacerle a Dios; porque Yo las elevaré al Cielo para que, a partir de hoy, sus vidas ya no sean las mismas y puedan caminar renovados por Mí y por la Gracia de Mi Hijo para que, a partir de ustedes, se establezca en este mundo y sobre todo en esta nación, un tiempo mayor de paz.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Amados niños, hijos de Mi Corazón Inmaculado, para terminar quiero decirles, con esta gratitud eterna que traigo por cada oración pronunciada, por cada canto entonado, por cada colaboración realizada, por cada sacrificio ofrecido a Dios, por cada detalle que le han ofrecido a Mi Corazón que, a partir de este día, los prepararé para una gran tarea, la más importante del fin de los tiempos y que se llevará a cabo en mayo en Europa, en donde el Reino de Lys-Fátima, en el aniversario de Mis Apariciones, realizará su expansión de consciencia a nivel universal. Sus corazones están llamados a estar presentes y a prepararse, a partir de estos días, para ese acontecimiento.
Lo anuncio porque sé que es importante para la humanidad. Porque aún muchos no saben lo que es Fátima, lo que fue, lo que es y lo que será a partir de ese acontecimiento, en el que muchas esencias dormidas serán beneficiadas.
Quiero así finalizar este encuentro, convirtiendo el sufrimiento de la humanidad por medio de Mis Gracias a través de la bendición a los Hijos de María que hoy se consagrarán a Mi Corazón Inmaculado como un ofrecimiento perfecto de unión al Padre Celestial y a Su Divina Voluntad.
Para esta consagración de hoy, quiero que canten algo especial para Mí. Algo que ha rescatado la esencia y la pureza de los pueblos originarios norteamericanos. Este canto bendecirá, como Gracia, a los Hijos de María.
Vengan aquí, a Mis pies, para que los pueda bendecir y entregarles Mi Amor maternal.
Canción: “Amazing Grace”, en cherokee.
Manténganse unidos a Mí, porque aún estoy presente trabajando con la consciencia de los Estados Unidos, para que hasta en los últimos momentos de Mi Presencia, pueda recibir la Gracia de Dios.
Hoy estoy ante corazones bien diferentes, corazones amables que agradan a Mi Corazón. Por eso es que Yo los invito, queridos hijos, en esta bendición, a confirmar sus almas a la cura, a la reconciliación y al perdón que Mi Corazón les trae por medio de la intercesión de Mi amado Hijo Jesús.
Ya no quiero que lloren, sino que abran sus corazones a la Misericordia de Dios que traigo del Cielo. Reciban Mi Luz con humildad y simplicidad. Esta Luz de Mi Corazón que viene de la Fuente de Dios para nutrir la consciencia, para iluminar el alma, para glorificar el espíritu.
Con esta Gracia que les traigo, queridos hijos, Yo los bendigo, por la autoridad que Dios Me concedió como Madre de la humanidad y de todas las criaturas, y les entrego el perdón de la consciencia cherokee y de todas las tribus que fueron diezmadas por el hombre blanco. Así como en México, establezco la reconciliación interior entre las razas para que vivan, de una vez y para siempre, en el Amor de Dios.
Los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Les agradezco por haberme acompañado en esta sagrada misión. Que su voz y su canto pronuncien la paz para el mundo.
Que así sea.
Canción: “Amazing Grace”, en cherokee.
He venido del Universo para volver a darles la paz, porque en la paz todo se alcanzará, sobre todo para aquellos que nunca la han tenido. Es esta paz la que los conforta, la que los anima a seguir adelante a pesar de los tiempos que viven y de todo lo que sucede en el mundo.
Hoy vengo como una Consciencia Mayor, mayor a vuestro entendimiento y a toda la comprensión que han adquirido sobre Mí.
Yo Soy más que Jesús, más que el Rey de reyes, más que el Pastor de las almas y de Aquél que gobierna este Universo y otros.
Es con este humilde poder que Me presento ante ustedes, para decirle a la humanidad que no está sola en la transición que hoy está viviendo y que aún no ha aprendido a cruzar.
Todas sus consciencias vivirán una transición. Cada alma tendrá su tiempo para poder vivirla.
Es por eso que Yo muestro Mi Corazón para el mundo; un Corazón humilde y paciente que se ofrece en comunión para todas las almas, especialmente para aquellas que necesitan de paz y que aún no conocen el verdadero Amor que surge de la Fuente de Mis Gracias, de la misma Fuente de la cual se sirve Mi amada Madre para poder derramarla sobre esta raza.
Hoy vengo a traerles un mensaje para sus consciencias, un mensaje para despertar la consciencia de la humanidad, porque es allí donde se vivirán los grandes cambios que después se reflejarán en todas las actitudes y las acciones de los seres humanos.
Es lo que vengo a trabajar aquí, en Miami: primero el plano espiritual de esta parte de la humanidad, para que después esto se pueda reflejar en la materia, porque la vida material será lo último que se transformará durante esta transición planetaria.
Es así que hoy Mi Corazón les muestra Su mansedumbre y serenidad, atributos que les ayudarán a todos a saber cómo cruzar el fin de los tiempos, preparando la consciencia para lo que llegará y se mostrará a toda la humanidad, independientemente de su creencia o religión.
Así es que se revelará el Hijo de Dios al mundo, trayendo el gobierno de Su Gracia y de Su Misericordia para aplicarlo sobre los gobiernos que hoy no funcionan en el mundo.
Intentaré, por encima de todo, mostrar la soberanía de Mi Padre a la humanidad por medio del reconocimiento de las Leyes que harán de esta raza una posible Nueva Humanidad, que no deberá cometer los mismos errores que en el pasado, sino que deberá tener nuevas actitudes que puedan imprimir en la consciencia planetaria nuevos atributos de luz y de hermandad.
Hoy vengo a ustedes, compañeros, con Mi Corazón manso y humilde para que lo puedan adoptar en sus vidas y que sea este manso Corazón el que los anime siempre a buscar la paz, por encima de todo lo que suceda en sus vidas y en el mundo.
Muestro esta gran y última oportunidad para todos de adoptar Mi Corazón Glorificado como el Terafín de cada alma, como el símbolo de la reconciliación y de la redención de los corazones, como el símbolo de unidad entre las consciencias del planeta y el Padre Celestial.
Con esto Yo les demuestro que todavía queda un tiempo de Misericordia para el mundo.
No teman quebrar sus resistencias para que pueda surgir el verdadero y único Espíritu, Aquel que vino desde el Cosmos para aportar algo a este proyecto de la humanidad, y principalmente para servir a este Planeta-Escuela, en donde en verdad, se puede aprender sobre el amor, el perdón y la redención; algo que Yo les enseñé en el pasado cuando estuve entre ustedes como el Maestro Jesús, revelándoles la importancia del Mensaje de Dios por medio del Evangelio, de la Divina Palabra.
Quiero construir en ustedes compañeros, puentes que se unan con el Universo, con todos los Dones que Él guarda, y de los cuales la humanidad debe conocer en este tiempo.
Deseo que sus consciencias se eleven día a día, para que encuentren un sentido para sus vidas, una dirección para sus espíritus, un propósito para sus corazones. Y eso comenzará, compañeros, cuando adopten Mi Corazón manso y humilde, que es el mayor símbolo del Amor para todos los Universos, especialmente para el planeta.
Una vez encarné aquí, entre ustedes, para enseñarles sobre el Amor y la Verdad, sobre la posibilidad de renovación que sus consciencias superiores pueden vivir cuando se unen a Mí, de corazón y de alma.
Vine a Miami para llegar a los abismos más profundos, en donde las almas no son atendidas ni siquiera por las oraciones de los que viven aquí.
Esto no es un juicio, compañeros, es una realidad que les presento delante del gran desequilibrio que vive esta raza. Ustedes deben ser el otro plato de la balanza, para equilibrar el que está lleno de muchas deudas.
Yo los invito a encontrar un equilibrio en todo lo que existe; por eso les hablo con palabras espirituales, para que por intermedio de ellas se puedan elevar a la verdadera vibración que hoy les presento. Porque cada encuentro Conmigo es diferente y único, es una oportunidad de cerrar puertas hacia el pasado, de curar la consciencia profunda y de renovar sus espíritus ante Mi Presencia Divina y Celestial.
Quiero que le ofrezcan a todos este manso y humilde Corazón, este Corazón que ha vivido el sufrimientos por ustedes y que ha padecido la Cruz para derramar de Él Su Divina e Infinita Misericordia.
Quiero de ustedes, compañeros, corazones confiados, serenos y pacíficos. Que delante de los errores y de los movimientos de esta humanidad, siempre pueda prevalecer la verdad y el amor que hará fuertes los corazones para llevar adelante Mi Obra planetaria en la humanidad.
Después de esta larga peregrinación, Orlando cerrará una etapa dentro del Plan Divino de Dios. Y a partir de allí, compañeros, la síntesis esperada se completará para la Consciencia de sus Mensajeros Divinos, que han llevado adelante estos impulsos para todas las naciones de América.
Es este mismo impulso de Luz y de Amor, el que después de Orlando, preparará todas sus consciencias, independientemente que peregrinen o no Conmigo, para poder atender a la otra parte del planeta que necesita de la Divina Misericordia de Mi Corazón.
Hablo de Asia y del lejano Oriente, en donde una vez ustedes llegaron para encontrar en su interior la esencia de Shambala.
Fue ese recinto sagrado en Mongolia, al igual que los monjes que allí habitan en sus monasterios de silencio, el que los preparó para este ciclo, en donde se cumple una síntesis de transmutación y de purificación que los llevará a poder cumplir con Mi Propósito.
En verdad, es Mi más ardiente deseo el llegar a los países de Asia, en donde debe completarse el Plan del Redentor y de Su Divina Madre.
Cuando eso suceda, tiempo que no está muy lejos, el planeta ingresará en su fase final.
Es la razón por la cual, compañeros, nuevamente les ofrezco de forma verdadera y consciente, Mi Corazón humilde y manso; para que por Mí, puedan llevar adelante esas grandes tareas, así como las que han cumplido en estos últimos meses en unión a todos sus hermanos de camino, que han generado las condiciones para que la Divinidad pudiera obrar en Costa Rica, Nicaragua, México y Estados Unidos.
Quisiera escuchar de los países de Asia el pedido de Misericordia, el pedido de la Misericordia de Mi Corazón.
En esta tarde, en donde un poco de gloria desciende sobre Miami para curar a las esencias heridas, deseo que las almas de los países de Asia que buscan la Fuente de Mi Misericordia, declaren a su Maestro del Amor dónde quieren que Me aproxime, a qué nación quieren que Yo visite para llevar adelante una expansión de redención en los países asiáticos, en donde aún falta la Gracia que les concederá la redención y la paz delante de todo lo que allí ha sucedido a través de los tiempos.
En esos lugares, en esa parte del mundo, se guarda una consciencia indígena sagrada, que en su espíritu guarda los valores de la hermandad y del amor, tan semejantes al de los pueblos de Norteamérica, que con nuestro pasaje por Norteamérica, recuperaron un poco de lo que perdieron.
Eso significa, compañeros, el triunfo de Mi Corazón, del Corazón de Mi Madre y de Mi Padre, San José.
Quiero mostrar para el mundo que Mi Mensaje se multiplica en todas las consciencias, independiente de su raza, de su pueblo o de su creencia, o aún de su condición social.
Yo vengo a tratar asuntos que están por encima de esas situaciones. Es por eso que en este día declaro este mensaje:
Desde el primer día en que llegué a Aurora para pisar con Mis Pies ese suelo sagrado, donde aún brilla la Luz de Mi Padre, la Luz curadora para las almas en redención, Aurora está abierta para todos. Ella aún vive allí.
Es ese eterno amanecer que sus almas pueden vivir en los suelos de Aurora, y hay un alma a la cual Yo le he confiado ese lugar, mientras peregrinamos por el mundo.
¿Por qué digo esto?
Porque hoy intento unir a todos a la esencia de la cura y de la redención de Aurora, en donde el Santo Arcángel Rafael tocó con Su mano ese lugar para abrir la Fuente de la Restauración de la consciencia y de la Redención de todos los errores, desde el origen, hasta el planeta.
Yo adoro mucho a la consciencia a la cual he confiado la tarea, porque ha sido fiel a Mí, hasta los límites; los límites extremos y podría decir, muy agudos.
Hablo de un alma que siempre Me ha servido a través de los tiempos y de todo lo que le he pedido a su interior.
Hoy quiero dar gloria a esa alma en nombre de este aniversario que hoy viven Conmigo, desde el momento en que dieron el “sí” a Mi Madre para asumir esta tarea planetaria, que es de todos.
Así los llevo al encuentro de la fraternidad, independientemente de sus temperamentos y aprendizajes; porque en Aurora siempre ha triunfado el amor y es ese amor que hay en los corazones que están sobre Aurora el que ha permitido que Yo llegara aquí, ¿comprenden?
Todo lo que construye la Jerarquía Espiritual tiene un sentido.
Aunque a veces no se comprenda, las almas deben confiar en ese propósito que la Divinidad presenta al mundo como un objetivo para alcanzar grandes esferas de consciencia, en donde todos los corazones puedan estar incluidos en ese Reino de Luz y de Amor, que es Aurora.
Pero volveré a estar allí en algún momento, para que vivan Conmigo una Maratón de oración.
Aurora salió al mundo para liberarlo del error, para llamar a los corazones, a las vidas que se autoconvocaron a ingresar en Aurora como un acto de redención y de perdón.
Es así, que Mi Corazón Glorificado y vivo retornará a Aurora para proclamar el Gobierno Celestial del Padre, sobre una consciencia, sobre la nación de Uruguay, que aún deberá re-erguirse para encontrarle un sentido a su propósito espiritual y a su camino de redención.
Dejo Mi gratitud a los hermanos de Aurora por su perseverancia y constancia, porque a pesar de que estemos lejos, aparentemente lejos para muchos, Mi Corazón Misericordioso nunca se ha separado de ellos.
Aurora vive en el corazón que cree en Ella. Tan simplemente eso. Hace curar la vida de todo ser y lo reintegra al Plan de Mi Padre.
Hoy Mi Corazón manso y humilde les trae a Aurora, porque Yo Soy el Alfa y el Omega. Aurora es el principio de un todo y es el fin de un todo.
Espero que reciban la Luz de Aurora con gratitud y amor, porque sé que muchos la necesitan para continuar adelante.
En honor a ese Centro de Oración que brilla en las tinieblas de la humanidad, quiero que le dediquen un canto que es muy especial para Mí, que siempre Me aproxima a sus consciencias y Me hace unir a todos los hermanos de Sudamérica.
Es así que con ese cántico bendeciré los elementos que se convertirán en Fuente de Gracia para las almas que los recibirán en este día como una oportunidad de renovación.
Preparémonos para la bendición.
Incienso.
Hoy les pido a los hermanos de Aurora que celebran Conmigo este día, que pidan desde su interior por un continente de este planeta, para que el Padre conceda la Gracia que Yo lo pueda visitar, así como los he visitado a ustedes en todos estos años.
¡Salve Aurora!
Y hoy, compañeros, los hago comulgar con el Don de la Cura de Dios, a través de Aurora.
En este símbolo se encuentra la Vida, la Vida que se entregó por ustedes y que padeció por ustedes todos los pecados, para que las almas se pudieran salvar y así, ser renovadas por el gran Espíritu del Redentor.
En aquel tiempo, momentos antes de la Pasión, sentado a la mesa, tomé el pan frente a Mis apóstoles y todos los que Me seguían en esencia y alma. Di gracias a Dios por haber llegado al planeta y por poder estar entre los más necesitados.
Partí el pan, así como se repartieron los Centros de Amor en toda América, para encender a las almas con los Dones de Mi Resurrección.
Fué así que en aquel tiempo les dije: “Tomen y coman todos de él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por todos para el perdón de los pecados”.
Comulguen de este Cuerpo, compañeros, que les trae la sanación y la luz para sus células.
Del mismo modo tomé el Cáliz, aquel que hoy brilla en espíritu sobre Monte Shasta. Di gracias a Dios y les dije, como hoy les digo: “Tomen y beban todos de Él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Alianza Nueva, y de la renovación para todos los espíritus de la Tierra”.
Dichosos de los que beben de este Cáliz porque serán curados en espíritu y en alma por todo lo que han hecho en contra de Mi Creador.
Este es el Cáliz que brilla en los Centros de Amor que guardan la esencia de Mi Vida Crística.
Que se alegren todos los corazones del mundo, porque hoy han reencontrado la Luz, la Luz salvadora, la Luz redentora, la Luz curadora de Aurora.
Hoy estoy aquí, en Miami, con todos los que Me llamaron, con Mis queridos compañeros, pero también estoy en Aurora, como lo estuve hace cuatro años para anunciarles Mi tarea planetaria y la preparación espiritual de Mi Retorno al mundo.
Hoy todos ustedes son conscientes que están preparando Mi Retorno a la humanidad.
Este es el testimonio que les traigo, es una confirmación que les proclamo como el momento de dar el paso hacia el Universo de Mi Amor.
Que los Padres Creadores se sirvan de estos elementos para derramar los Dones sobre las almas del mundo.
Que el Santo Arcángel Miguel coloque Su Espada de Amor sobre los espíritus caídos, para que Miami vuelva a re-erguirse como una civilización bendecida por el Amor de Dios.
Que el Santo Arcángel Metatrón expanda la llama de fuego del Espíritu Santo, para que las consciencias sean tocadas en el profundo despertar del Amor.
Que el Santo Arcángel Rafael cure las heridas de los hombres y las mujeres de la Tierra, para que las almas resuciten al sentido de sus caminos.
Que el Santo Arcángel Uriel despierte los mundos internos a las realidades sublimes del Universo Celestial.
De esa forma, y en conmemoración de este encuentro por todos estos años compartidos, Yo bendigo estos elementos que se convierten en Mi Cuerpo y en Mi Sangre.
Por la autoridad concedida por Adonai, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy todos fueron sacramentados por Mi Divinidad.
Sé que no comprenderán lo que eso significa, pero solo les pido que lo recuerden y lo vivan hasta los últimos días de su vida.
Alabado sea Dios.
Glorioso Su Reino.
Aleluya, Aleluya.
Entonemos.
Les agradezco por acompañarme y por intentar vivirme todos los días. Así Yo estoy Presente en los corazones que se determinan a vivirme y en todos los que se esfuerzan para que Yo sea una verdad en cada interior.
Paz para todos. Gracia y Misericordia para las almas.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Soy el Cáliz Virginal
Yo soy el Sagrado Cáliz Virginal que guarda dentro de sí los códigos redentores y divinos del Preciosísimo Hijo.
Soy el Cáliz que derrama todas las Gracias en las almas que se abren para recibir en su interior los Misterios de Dios.
Soy el Cáliz que guarda dentro de sí la esencia de la Divina Vida de Cristo.
Soy ese Sagrado Cáliz que atrae con su Inmaculado Espíritu todas las Leyes de la Misericordia de Dios, para que las almas encuentren su liberación y su paz en estos tiempos.
Soy el Sagrado Cáliz que transporta en el Universo los principios de la nueva vida y de la redención.
Soy quien trae en su Cáliz Virginal el Amor Purísimo de Dios para que las almas lo reconozcan por medio de Mi presencia en el mundo.
Soy el Sagrado Cáliz de la humildad que viaja por las naciones llevando a todos los espíritus la preciosísima experiencia de Cristo en la Tierra.
Les doy de beber a cuantos claman por piedad, y vierto en las almas los dones de la rehabilitación.
Desde el principio de todo soy ese Sagrado Cáliz que gesta la vida espiritual e inmaterial.
A través de Mi vientre puro creo el espíritu redentor en cada corazón que se abre todos los días para conocer Mi amor maternal.
Soy el Sagrado Cáliz del Arca de la Santa Alianza.
Soy el instrumento que reviste al Precioso Hijo con toda gloria, amor y divinidad.
Soy el Cáliz que protege y guarda los preciosos códigos alcanzados por Cristo, y soy el Cáliz que los derrama sobre la consciencia planetaria.
En ese Sagrado Cáliz se guardan las más importantes memorias de la redención vivida por la humanidad.
Soy el Cáliz Divino que por medio de la Sangre Divina de Cristo refracta el Espejo sutil de la Redención para el mundo, con el fin de que las almas despierten a su momento de redención.
Soy el Sagrado Cáliz que gesta en la consciencia la rehabilitación, abriendo las puertas a la Compasión del Padre.
Soy ese sagrado instrumento de Dios que día a día vierte las Gracias del Universo en todos los corazones de la Tierra.
Soy ese Sagrado Cáliz que guarda la esencia del perdón para las criaturas que necesitan vivir la paz interior.
Hoy su Madre Celeste se presenta como el Sagrado Cáliz Virginal, para que las almas beban de la Fuente de Mis Gracias con el fin de aliviar los corazones y de hacer resucitar la vida espiritual de las consciencias.
Es así, queridos hijos, que la Madre del Todopoderoso hoy los acompañará desde el Centro Mariano de Figueira, para que las almas sientan que soy Omnipresente y Omnisciente en todo el planeta, que solo busco la unidad entre los pueblos y las naciones para que triunfe el amor, y el mal sea vencido por la paz.
Queridos hijos, en este día de la Virgen de Guadalupe, su Madre bendice a todo México y a todo su pueblo, con la misión de que los corazones sinceros abracen la Gracia que hoy recibirán.
El Santuario de Guadalupe hoy se reviste por la presencia del Cielo, y deja en la esencia de cada alma la vivencia de la comunión divina con Cristo, su Señor.
Que hoy se refleje en los rostros la sonrisa humilde de la Madre de Dios y de la siempre Virgen María, Madre de Guadalupe y Señora de los pueblos.
Que hoy todas las naciones de América se sientan unidas bajo la luz de la sierva y esclava de Dios.
Que la paz se establezca en cada corazón humano ahora y siempre. Amén
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los unifica y los consagra,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Y a pesar de que gran parte del mundo está en su muerte espiritual, Yo perseveraré con ustedes y no descansaré hasta conseguir lo que Mi Padre necesita para esta humanidad y para este Universo.
Y a pesar de que el mundo no escuche, no abriendo los oídos del corazón, Yo perseveraré con ustedes y no descansaré hasta conseguir lo que Mi Padre necesita.
Ayer les di a conocer un misterio que muchos no comprendieron, porque todo lo que se guarda en el Cielo no puede ser vivido por la mente.
Solo el corazón, sus corazones, tienen la capacidad de comprender lo que no es visible para todos; lo que vibra existe en todo el Universo.
La humanidad no puede restringirse a la vida material. En verdad les digo, la vida material es algo secundario.
Ustedes no pueden perder la unión con sus espíritus, porque serán sus espíritus, su mundo interior, los que comprenderán todo lo que existe en la Casa de Mi Padre.
Por eso, ha llegado la hora en que la humanidad, despierta y dormida, conozca la verdad que se guarda en el Universo.
Como un impulso espiritual para la redención de los corazones de todos los que están caídos en sus propios abismos, vengo a retirarlos, a cada uno, de su condición humana a través de los impulsos de Luz que viene a entregarles Mi Corazón.
Mi Corazón es el verdadero tesoro para ustedes, porque en Él se guardan todas las virtudes y dones que Dios constituyó desde el principio de la Creación.
Mucho antes de Adán y Eva, Mi Corazón ya pulsaba en el Universo como una realidad inmaterial, que después vino a encarnar entre ustedes para enseñarles a amar y sacarlos del error.
En Mi humildad les digo: están ante un Corazón poderoso, que no solo Me pertenece, sino a Mi Padre, porque Mi Padre es en Mí, así como Yo Soy en Mi Padre; y cada uno de ustedes puede estar en Dios. Cuando crean que eso es posible, así sucederá.
Esa es la razón por la cual las almas sufren mucho: se alejan del Padre, se alejan de Su Reino, de todos Sus tesoros celestiales que se guardan como una sagrada memoria, en Su Corazón Eterno.
Yo vengo a invitarlos, no solo a comulgar con Mi Cuerpo y con Mi Sangre, porque sé que es necesario para sus vidas vivir un ritual material, a una profunda comunión con Mi Corazón, como parte de una ceremonia interior para las almas.
Pero hoy Yo los estoy invitando a que se sirvan de Mi sagrada mesa todos los dones que Dios les está entregando por medio de impulsos espirituales que solo los renovarán, los redimirán y los curarán de todo, cuando se animen a dar ese paso, a abrir cada vez más sus consciencias a todo aquello que es desconocido por su vida material y por sus mentes.
Las Leyes que rige el Padre Celestial son Leyes Superiores y Divinas que la humanidad nunca consiguió seguir.
Una vertiente de esas Leyes, entre todas las que existen, son los Diez Mandamientos, las reglas básicas que se entregaron a la humanidad en el principio, a través de vuestro Patriarca, Moisés.
Si esas reglas hubieran sido vividas y no alteradas por la humanidad, la raza estaría en otro punto de su despertar y de su evolución. El sufrimiento no existiría en la humanidad.
De lo que ustedes llaman “deudas”, los corazones estarían libres si cumplieran las Leyes de los Mandamientos.
Pero como eso no ha sucedido, Yo tuve que encarnar en esta humanidad a través de la Sagrada Faz de Jesús de Nazareth, para enseñarles en las cosas simples los grandes misterios del Corazón de Dios, por medio de las parábolas que se guardan como llaves dentro del Evangelio que una vez Yo prediqué.
Aún así, compañeros, la humanidad no ha correspondido a lo que la Voluntad de Dios le ha colocado. Esa es la razón también, compañeros, por la que a través de los tiempos, nuestros Sagrados Corazones, el de Mi Madre María, el de San José, el del propio Cristo, hayan venido al mundo para poder instruirlo y corregirlo, para que puedan seguir el camino que Dios tiene previsto que puedan vivir.
Y aunque eso todavía no ha sucedido, Mi Sagrado Corazón les trae todas estas revelaciones.
Como fue la de Monte Shasta, así revelé en el Monte de las Bienaventuranzas todos los prodigios y las Gracias que las almas, en aquel tiempo, podían vivir.
Aún todas esas reglas están vigentes, aunque la mayoría de las almas del mundo estén separadas de esa realidad espiritual y solo los espera redimirse y consagrarse a Mi Corazón.
Si ahora, en este tiempo y por medio de este encuentro, tienen miedo a todo lo que Yo les digo, a las Revelaciones de la Consciencia de Dios, directamente de Su Fuente y en todo lo que Él ha creado, como en Monte Shasta, ¿cómo podrán, compañeros, esperarme cuando retorne con Mi verdadera Faz, aquella que Yo mostré en el Monte Tabor, en la Transfiguración?
¿Estarían listos para conocer Mi Ser Superior?
No quiero que se espanten, pues Mi Poder no es conocido por el mundo. Solo el diez por ciento fue el que descendió cuando Yo estaba en la Cruz y expiré.
Los templos se rompieron, las estructuras más rígidas se cayeron, los muertos resucitaron y hablaron y pronunciaron Mi Nombre.
Todos temieron en aquella hora por lo que le habían hecho al Hijo, al Primogénito, y a pesar de que todo eso sucedió y que reverberó en la memoria de muy pocos a través de los tiempos, aún tengo que venir aquí porque los amo y espero el bien para todos.
Pero es hora de que salgan del letargo para despertar a la nueva consciencia que trae Mi Faz de Gloria para los corazones más perdidos en el mundo, para aquellos que destruyen la Creación y los Reinos de la Naturaleza, solo buscando la conquista y el poder de sí.
Ha llegado la hora, compañeros, de preparar el mundo interno de la humanidad para poner fin a muchas cosas y para desenmascarar lo que aún muchos no ven con sus propios ojos.
El poder de la experiencia divina está descendiendo desde el Universo a este mundo, y cada vez que se aproxima, mayor será la purificación de los corazones para que estén libres de sí, limpios de todo y aptos para recibir al Redentor en Su segunda Venida.
Solo deseo que no sean indiferentes, como lo es el resto de la humanidad, que solo mira para sí misma y no para el semejante, para el que sufre, para el pequeño animal que está desprotegido, para el árbol que está lastimado, amarrado por las cadenas del hombre.
¿Ahora entienden que Mi Padre Me ha permitido estar en todo?
No solo estoy en la humanidad, sino en la esencia de los Reinos de la Naturaleza, que son la primera manifestación de la Creación del Padre Celestial.
Si esto se está volviendo corrupto por las manos de los hombres de superficie, ¿cómo la vida espiritual de la humanidad no se corromperá a sí misma por lo que vive y por lo que siente, por lo que hace y practica en contra de las Leyes de Dios?
Perdonen, compañeros, pero vengo a decirles la verdad para que abandonen el sueño mundial que muchas consciencias viven, sin siquiera percibirlo.
Les traigo Mis Gracias, las Gracias de Mi Gloria, para que puedan despertar cada día más y ver que el mundo está sufriendo las consecuencias de sus propios errores; es algo que el Padre no quiere ver más en esta humanidad, en este planeta y en todo el Universo.
Vengo a reactivar en ustedes el espíritu de la capacidad de amar, porque es el Amor que los liberará. Y así sus súplicas serán escuchadas y en el momento cierto, recibirán lo que tanto necesitan.
Sean corazones pacientes en la verdad y en el amor, así ayudarán a las almas que desesperan en el infierno de su propio error.
Les doy la potestad de amar cada vez más, sin límites, sin restricciones y sin fronteras, porque es el Amor, como ustedes lo han visto a través de Mi Pasión, el que todo revertirá.
Esta es una humanidad que ha alcanzado pocos grados de amor, a diferencia de otros Universos, en donde el amor crece, día a día.
Por eso están siendo ayudados por Consciencias que no conocen y que tal vez nunca conocerán. Consciencias al servicio del Amor, así como los santos ángeles y los santos arcángeles, que vienen a su encuentro cada vez que su Maestro desciende a la Tierra; y aunque no los puedan ver, ellos están aquí para colmar los corazones heridos y así, abrir las puertas a la Redención.
Mi esperanza en este día sagrado era decirles muchas cosas más, expandir el Sagrado Conocimiento que Yo les traje desde Monte Shasta, así como de otros lugares benditos en la Tierra, en donde se guardan las llaves para la Nueva Humanidad.
Tan solo cuando las almas se unan en una profunda oración accederán al legado celestial que está guardado en esos lugares para todos los corazones de la Tierra, como el Monte Sinaí, el Monte Tabor, el Desierto de Shamballa, las sagradas montañas de los Andes; lugares que están abiertos para que las almas puedan contemplar todo lo que Dios creó para cada una de Sus criaturas.
¿Ahora comprenden la diferencia compañeros, de poder contemplar y no destruir?
¿Cómo tendrán un mundo nuevo si lo están lastimando?
¿Cómo nacerá una nueva consciencia?
¿Cómo las Leyes de la cura descenderán a la humanidad, si la humanidad está enferma por no vivir la Ley del Creador?
¿Cómo se establecerán los puentes de la hermandad y de la fraternidad si los que oran son tan pocos?
Estoy invitando a los que nunca se animaron a penetrar el misterio de Mi Divina Misericordia, para que así como he hecho con cada uno de ustedes, pueda convertir sus corazones en fuentes de vida y de renovación.
Y ahora Me preparo para algo muy importante, en donde ustedes son partícipes y podrán serlo aún más, si colaboran Conmigo para que esta misión a los Estados Unidos se cumpla, independientemente de quién esté presente allí, en esa nación, o todo lo que haya hecho, a través de los tiempos, a otras naciones del mundo.
Nuevamente, bajo el espíritu de la Fe del Padre , los invito a colocarse por encima de todas esas cosas. Así, estarán dando un paso seguro hacia Mi Corazón, y no hacia otro, en donde todo está vacío.
Hoy, finaliza una etapa en México.
Los Sagrados Corazones en Centroamérica y en México consiguieron abrir las puertas para una sagrada oportunidad que se verá en un futuro cercano.
Las semillas que formarán la Nueva Tierra se siembran de a poco, para que sus frutos nazcan fuertes y den más semillas, para las nuevas almas que encontrarán este camino hacia Mi Corazón.
Que sus corazones busquen todo el tiempo ser sinceros, para que la proclamación guardada en esta canción sea escuchada por todos los que tienen que abrir sus oídos al llamado del Creador.
El corazón sincero es el que vive en Cristo.
El corazón sincero es el que busca a Cristo y a pesar de todo, aspira estar en Él.
El corazón sincero gesta en sí los tesoros de Dios, que formarán parte de la Nueva Humanidad.
El corazón sincero no es indiferente, sino atento, vigilante y solícito ante el llamado que enfrente en su camino. Vive así, como corazón sincero, en un servicio mayor.
El corazón sincero se abre para escuchar las correcciones de la vida, y sin prejuicios, acepta en humildad lo que Dios le envía.
El corazón sincero ama más allá de él y penetra las dimensiones en donde el Gran Amor de Dios se guarda y desde donde parte la Vida Eterna.
El corazón sincero atiende a las necesidades del mundo y no pierde ni un segundo para poder donarse por amor al Creador y a Su Hijo Primogénito.
Un corazón sincero es libre de sí y de todo lo que ha creído de sí mismo, porque su propia sinceridad lo lleva a liberarse de todas las amarras.
Un corazón sincero imita al Señor y sigue Sus caminos hasta poder encontrar su misión en estos tiempos.
El corazón sincero suplica a su Creador teniendo fe de que alcanzará lo mejor para todo este mundo.
Un corazón sincero abre las puertas al Reino de Dios con la expresión de su amor interior por todo lo que fue creado, y así, está en comunión eterna con todo el Universo y con su absoluto Rey, el Redentor.
El corazón sincero transmuta en silencio y no se incomoda por todo lo que vive, porque si en él está la humildad y la capacidad de amar, estará viviendo la Voluntad Divina.
El corazón sincero está disponible a su Maestro del Amor para poder cumplir todo lo que Él pide, confiando profundamente en que eso es verdad.
El corazón sincero muere para sí mismo para poder hacer nacer a las almas al Amor de Dios.
El corazón sincero es un apóstol del nuevo tiempo, es el discípulo de la sagrada renuncia y de la aceptación de todo lo que es divino y sublime en el Reino de su Padre.
El corazón sincero sirve para que se cumpla el Plan de Dios en esta humanidad y en todo el Universo. Así concretará la parte que le cabe y estará en el camino de la Luz siendo permeado por Mis Rayos, por la Luz de Mi Divina Misericordia, hasta que se cumpla Mi esperado Retorno.
El corazón sincero canta para proclamar la venida del Amor a través del Hijo de Dios.
El corazón sincero cree en el Retorno de Cristo y espera que cada minuto pase para que su Maestro llegue a su encuentro.
Sean corazones sinceros y se transformarán en algo que nunca han conocido.
Conocerán la libertad interior y estarán, a pesar de todo, en el Universo del Amor de Dios.
Con estas palabras, bendigo a los que se sacramentarán en nombre de muchos que serán tocados, como en esta nación, por Mi Luz redentora (*)
Cuando todos son sacramentados, puertas inciertas se cierran y nuevas puertas a la luz se abren, con el fin de que los corazones reencuentren su filiación y su profunda comunión con el Padre Celestial.
Después de esta consagración, compañeros, en donde sus almas y estos elementos fueron nuevamente bendecidos, con el fin de que siempre busquen vivir en la Ley, Mi Corazón ya está listo, así como lo estuve en la plaza de la flagelación, para ingresar a los Estados Unidos.
Les agradezco.
Hoy quiero que canten una canción que resuene en el pueblo de Dios, que busca vivir en la esperanza y en la comunión con el Redentor. Como ustedes una vez me dijeron: “Eso que soy, eso te doy”
No importa cómo sea, sino, que sea verdadero. Porque si lo que Me dan es verdadero, Yo siempre les agradeceré porque serán corazones sinceros que darán lo mejor de sí, a pesar de lo que suceda.
Me elevo a la Casa de Mi Padre llevando sus súplicas y las oraciones de todos Mis hijos en estos dos días.
Así, alzando Mi Mano hacia lo Alto, pidiendo la Gracia de Dios, colocando Mi Mano izquierda sobre Mi Corazón, Yo los bendigo bajo el Poder y la autoridad de la Santa Cruz, que redimió a las almas, exorcizó a los demonios, liberó a los corazones, e instituyó la unión del Cielo y de la Tierra a través de los servidores que viven en la buena voluntad, en la esperanza y en la fe, abriendo las puertas para esta próxima misión a los Estados Unidos.
Yo los bendigo y los absuelvo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. (x3)
No olviden que si están en paz, allí Yo estoy.
Les agradezco.
(*) El coral entona “Corazón Sincero”.
Apocalipsis: Tiempo de adaptación
Queridos hijos:
En el Corazón del Padre Celestial, desde el principio estaban escritos los últimos días del planeta, en donde todo sería permitido para que la humanidad diera el salto a la trascendencia de la consciencia y de la vida planetaria.
Es en esta hora en donde el Universo se prepara para atravesar, junto a la humanidad, este momento.
El Apocalipsis significa espiritualmente el cambio de un ciclo para otro, a través de acontecimientos puntuales, que darán a la humanidad la oportunidad de cambiar completamente el estado primitivo de su consciencia.
Para eso llegó Jesús en los tiempos pasados, con la finalidad no solo de liberar a la humanidad de sus errores, sino también con la meta espiritual de prepararla conscientemente para su esperado retorno.
Después de más de dos mil años de historia terrestre, en donde la humanidad vivió y experimentó la indiferencia y la maldad humana, ese momento de Apocalipsis se aproxima a nivel universal y cósmico, para poder corregir y alinear lo que la humanidad por sí misma no ha conseguido vivir ni corregir.
Es así que en la consciencia de los seres humanos el término “Apocalipsis” fue inculcado como una expresión e información equivocada, enseñado por las grandes religiones de este mundo como el “fin del mundo” o el “fin de la Tierra”.
Es así que ese término “Apocalipsis” aún no ha sido vivido ni comprendido, por la mayor parte de la humanidad, como el momento más importante del planeta; momento donde las verdaderas Leyes Universales podrán ser conocidas y aplicadas para corregir lo que está torcido en los seres humanos.
El Apocalipsis existe en este momento en la humanidad y en todo el planeta, por no haberse cumplido ni vivido las leyes básicas de los mandamientos, con las cuales hace mucho más de dos mil años, a través de Moisés, se intentaba enseñar a la consciencia humana primitiva cómo ella debía vivir en Dios y dentro de las Leyes Universales, con el fin de permanecer como raza dentro del Propósito Divino y Cósmico.
Fue así que una vez que Moisés entregó las revelaciones de las reglas contenidas en los mandamientos, la raza humana, después de los hechos vividos por la primera población de los Adanes y de las Evas, desvió totalmente su propósito de estar en Dios, en Su Fuente Primordial de Amor y de Unidad.
Antes de que la humanidad se perdiera completamente, por sus acciones y sus conductas, el Padre Eterno envió a Su Hijo Primogénito con el fin de romper espiritualmente la cadena del ADN primitivo, para que despertara el código crístico evolutivo a través de las más altas expresiones de amor que alcanzó Jesús.
Aun habiendo Jesús sufrido y padecido todos los martirios y pecados de la humanidad a través de Su Pasión y de Su Muerte, con la misión de retirar al espíritu humano del abismo de la consciencia, la raza prosiguió cometiendo errores más graves que llevaron, a lo largo de los tiempos, a que los propios elementos del planeta, que también eran transgredidos, comenzaran a movilizarse y a hacerse sentir por medio de los diferentes efectos climáticos y físicos.
La consciencia del planeta, que es un ser vivo y activo, está en el momento de mayor sufrimiento al ser sometida y violada permanentemente por la humanidad.
Esa transgresión que ya se volvió más que centenaria, ha llevado a que las propias Leyes que rigen al planeta, Leyes naturales y telúricas, comiencen a activarse en este tiempo de una forma precipitada, al encontrar en la superficie de sí mismo, un efecto nocivo de parte del hombre de superficie.
Esta actividad de las Leyes de la Tierra, que forman parte del Apocalipsis y del cambio de los tiempos, se activará, como es el caso de Centroamérica, con el fin de corregir a la humanidad y de colocarla en un punto diferente, más consciente y menos destructivo.
Es así que el Apocalipsis prepara a la humanidad para que en un tiempo futuro ella encarne el verdadero amor y la verdadera unidad con las Leyes del Universo.
Mientras el ser humano continúe explotando al planeta para su propio y maléfico beneficio, en muchas partes del mundo sucederán cosas increíbles.
Por eso, mientras el Apocalipsis llama a la humanidad al arrepentimiento y no a la indiferencia, llegó la hora de que la humanidad dé el paso hacia el camino correcto, porque si esto se hiciera con amor y perdón, muchísimas consciencias humanas serían aliviadas del actual proceso planetario.
La herramienta fundamental que ayudará a mantener las cosas en su debido orden universal y planetario será el verbo constructivo de la oración, poderosa energía de la Fuente Divina Creadora que ayudará a equilibrar todo lo que intentará moverse físicamente en este amado planeta.
El Apocalipsis es el momento en que el planeta como consciencia madre, después de haber sufrido tanto, estará en la hora de su gran parto; ese nacimiento del nuevo hombre y de la nueva consciencia terrestre llevará a purificar y a vivir grandes cambios que solo prometen mejorar y ampliar la evolución de la humanidad, para que ella deje de ser primitiva y se torne evolucionada.
Mientras esta raza no acepte el tiempo y el momento del Apocalipsis que está viviendo, el retorno de Cristo se demorará, porque la Fuente Primordial, el Dios Vivo en Su Infinita Gracia, esperará que las almas se definan y dejen de vivir superficialmente.
Saliendo de ese punto de ignorancia y de indiferencia, el planeta entero podría ingresar en otra escala.
El Apocalipsis es un momento en donde todo será visto y reconocido por los hombres. Nada quedará oculto; el Apocalipsis es la oportunidad de autotrascenderse para así alcanzar la perfecta unión con el amor y la paz.
Estos son los tiempos que el planeta y la raza humana estarán enfrentando. La oración siempre los colocará, a pesar de todo, en el lugar seguro que es el recinto sagrado del Corazón Supremo de Dios.
Agradezco a todo México por haberme recibido.
Los ama y los guía en Cristo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Aunque no lo parezca, vengo rodeada por las estrellas de la bandera de los Estados Unidos para convertirlas en estrellas de Mi Manto universal. Eso significa, queridos hijos, que aún la tarea no ha finalizado, que forma parte de sus corazones el cumplimiento de esta tarea que vengo llevando adelante, junto a Mi Hijo y a San José.
Si su Madre del Cielo puede convertir las cosas imposibles, ustedes podrán ayudarme, queridos hijos, aunque parezca imposible, a que esta Sagrada Misión se lleve adelante, así como Dios Me lo ha pedido, desde lo profundo de sus corazones.
Comprenderán, queridos hijos, después que pase todo, las cosas que Yo intentaré evitar.
Hoy, les traigo, queridos hijos, la consciencia de la confraternidad y del Amor que los hace partícipes a todos en comunión perfecta con Mi amado Hijo.
Vengo rodeada por las estrellas de la bandera de los Estados Unidos, así como vine rodeada por las estrellas a Guadalupe para demostrar al mundo que en la vida superior se encuentra la puerta de la liberación y la paz.
Sé que hay muchos de ustedes, queridos hijos, que aún no comprenden este misterio celestial, pero cuando sus corazones se abran para ser espejos de Mi oración, podrán penetrar este misterio simplemente; y así, concretarán todo lo que Yo les pido de una forma humilde y servicial.
Hoy, estoy entre los Estados Unidos y México, colocando Mis Rayos sobre cada nación, uniendo las consciencias de las naciones para que ellas no se separen del Propósito de Dios, porque fue así como Yo le anuncié a Juan Diego en Guadalupe que la humanidad debería unirse a pesar de sus culturas y razas para alcanzar la paz.
En este tiempo definitivo, queridos hijos, en el que el planeta se moviliza y sufre las consecuencias de la superficie, Yo los invito a vivir la cooperación, la hermandad y el amor por encima de todo lo que saben y han aprendido.
Así también, penetrarán Mi Inmaculado Corazón no solo con sus oraciones y voces, sino con la intención de servir a un Plan Mayor que aún es desconocido por la humanidad entera.
Es así, queridos hijos, amados hijos Míos, que Yo les traigo la consciencia del verdadero propósito para estos tiempos, unirse como una sola hermandad, para que los acontecimientos de la transición planetaria sean vividos en la mayor paz posible.
Quisiera, queridos hijos, que transmitieran este impulso que hoy les traigo a todos sus hermanos, aun a aquellos que no quieren escuchar a Dios ni a Mi Corazón. Confíen en que, a través del poder de sus simples palabras, podrán sembrar las semillas de Luz en todos aquellos que más lo necesitan.
Les vuelvo a decir, queridos hijos, que, en esta noche especial, en la que Mi Corazón es venerado y amado por todos ustedes con una alegría íntima y espiritual, Yo estoy sobre los Estados Unidos y México para curar las heridas que viven entre esos pueblos; para hacer renacer el verdadero principio de cada nación de servir a Dios en estos tiempos por medio de sus Ángeles de la Guarda y de los Ángeles de las Naciones que esperan ardientemente unirse a cada uno de ustedes.
Es así que, desde lo alto del Tepeyac, como también desde lo alto de Monte Shasta, su Madre Celeste anunciará la palabra de salvación y traerá a toda California y Estados Unidos la esperanza que ha perdido, por todo lo que está viviendo en este último tiempo.
Iré con toda la fuerza de Mi Amor a retirar el miedo de los corazones latinoamericanos, de los que han sido inmigrantes, buscando una esperanza de vida y una oportunidad.
Solo deseo, queridos hijos, que entre Estados Unidos y México se establezca una profunda fraternidad para que los muros, que piensan construir entre las naciones, ya no sean ideas en el pensamiento humano ni tampoco en el plano espiritual. Si eso llega a suceder, queridos hijos de México, no rechacen la prueba que vivirán.
Amen cada vez más la Voluntad que Dios deposita en sus naciones y corazones, porque así estarán en el camino correcto y cualquier guerra social se evitará.
No quisiera volver a México en un momento tan crucial, como fue con la civilización azteca y la comunidad europea, en el que vine a anunciar el profundo acto de reconciliación y de paz entre los pueblos.
Su Madre Celeste no quiere ver correr la sangre en las calles y tampoco quiere ver a los corazones sufriendo las incomprensiones de las decisiones que los gobernantes toman en este mundo, y que afectan a toda la humanidad, a todo el planeta.
No vengo a ponerlos en contra de nadie, vengo a pedirles, queridos hijos, que amen profundamente a sus enemigos, porque ellos necesitan de la Gracia de Dios, que debe nacer de sus corazones, para que tengan una oportunidad, así como ustedes la han tenido en estos tiempos.
Vuelvo a decirles, queridos hijos, que estoy rodeada con las estrellas de la bandera de los Estados Unidos, para poder convertir a las almas que no escuchan a Dios y que, en una profunda somnolencia, se sumergen día a día en la vida material, sin buscar la esencia del espíritu, la esencia que los une a Dios todo el tiempo.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Quisiera, en esta noche, que comprendan Mis Palabras con el corazón; que no vean a una nación por su cultura o por su pasado; sino que vean, hijos, a cada alma que allí habita, que tanto necesita de Mi Presencia maternal, porque Me ignora, no conoce Mi Divinidad, no reconoce Mi Amor. Y, en este tiempo, será primordial que las almas puedan encontrar en Mi Corazón Inmaculado el refugio y la esperanza de ver nacer la paz en este mundo.
Hoy, vengo rodeada por las estrellas de la bandera de los Estados Unidos, no para ser consecuente con lo que allí sucede, sino para decirles, hijos, que en este momento esa nación necesita mucho Mi ayuda. Necesita de la liberación que Dios le concede a Su Sierva para realizarla en el mundo; así como la vengo realizando, todos los días que estuve aquí, junto con Cristo y con San José; porque sus corazones Me abrieron la puerta, y muchos de sus hermanos que no los conocen, que nunca oyeron hablar de ustedes, Me ayudaron a que hoy llegara hasta aquí; retiraron bienes que les pertenecían, de sus casas, generando méritos para la salvación de sus almas.
Ese fue un aprendizaje, hijos, que necesito extender a muchas naciones, porque por más que no comprendan, cuando se esfuerzan de corazón para generar méritos para la liberación de otros, están comenzando a ingresar en el Principio de Dios para la humanidad; están permitiendo que la vida crística descienda a la consciencia humana, porque Mi Hijo no medía esfuerzos para rescatar a aquellos que no conocía, sin importarle su religión, su nación, el pueblo al que pertenecían ni tampoco las costumbres que vivían, fueran santos o mundanos.
Porque toda la humanidad, hijos, necesita de la Presencia de Dios; necesita descubrir al Dios oculto que existe dentro de sí; porque llegó el momento de que el Creador pueda expresarse en Sus criaturas. Y es en las pequeñas cosas de sus vidas, en los pequeños actos que realizan por amor, que ese Dios se manifiesta.
Hoy, sientan Mi Paz, Mi maternidad y cómo Yo los acojo en Mis brazos.
Sientan que sus súplicas se realizaron, que su canto se tornó vida, porque Mis labios se abren para pronunciarles Palabras Divinas, porque Mis brazos se extienden para acogerlos y traerlos a Mi Corazón.
Hoy, no solo les doy un beso, también los llevo al Cielo, para que aspiren ardientemente a que toda la humanidad pueda vivir esta instancia divina.
Hoy, los invito, hijos, a ser pacificadores de Mi Hijo amado, a imitar Su ejemplo, que cuando fue rechazado, humillado, flagelado, jamás Su Corazón se cerró. Al contrario, Su Misericordia se derramó en la última gota de Su Sangre. Él entregó todo por amor al Plan de Dios, y eso es lo que vengo a pedirles a cada uno de ustedes, que comiencen poco a poco, mas que un día, hijos, entreguen todo lo que son al Padre. No les pediré que mueran en la cruz, sino que entreguen sus vidas por amor, que sean cada día más sinceros en el amor al prójimo, a los Reinos de la Naturaleza y a Dios.
Hoy, hijos, el Creador hace temblar el suelo de este mundo para advertirles a las almas que es tiempo de mirar hacia el Cielo y no más hacia las cosas de la Tierra. Pero, aun así, muchos no escuchan y necesitarán sufrir mucho para darse cuenta que es tiempo de volverse hacia Dios.
Por eso, así como hoy Yo les abro Mis brazos, les pediré que ustedes les abran los brazos a aquellos que estarán ciegos hasta en la última hora y que necesitarán de su amor y de su comprensión para poder recomenzar la propia vida.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Es a través de este acto de amor profundo, en este escenario que Me han ofrendado, en honra a Mi Inmaculado Corazón y al triunfo del Plan del Padre Celestial, que Yo vengo a consagrarlos como lo esperé desde hace tanto tiempo, escuchando una a una sus oraciones, viendo pasar las cuentas de cada oración entre sus manos y las horas del reloj para que Yo pudiera retornar a Mi amado México.
Aquí estoy, queridos hijos, para bendecirlos en honor al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, que a través de esta Santísima Trinidad se permitan todas estas cosas, que Yo derrame Mis Gracias sobre Mis hijos para que, en el tiempo que vendrá, sean frutos en los corazones y en la vida de todos los seres.
Quiero que Me donen, queridos hijos, la canción que Me han hecho, ahora en el final, porque así Yo los consagraré.
Vengo a cumplir lo que está escrito en esas letras, en cada párrafo del cántico.
Vengo a mirarlos, a abrirles Mis brazos a ustedes, para que se establezca la paz.
Vengan aquí, queridos hijos, aquellos que hoy se consagrarán en nombre de todos los mejicanos que viven en el amor a la amada Guadalupana que nunca los abandona, que siempre los guía, que siempre los protegerá en el amor y en el bien.
Que esta consagración de hoy sea significativa en sus vidas. Este es el momento, queridos hijos, del perdón y de la reconciliación con la consciencia europea. Del otro lado del mundo, en Europa, les pido a Mis hijos que se postren en el suelo para establecer esta reconciliación entre México y Europa, entre los pueblos originarios y la consciencia europea, para que se establezca la cura definitiva de la gran herida causada a través de los tiempos y de los siglos.
Que se pueda establecer aquí, queridos hijos, bajo Mi Presencia maternal, la unidad entre las consciencias y los corazones.
Hoy, vuelvo a unir lo que el hombre de superficie ha separado. Vengo a unirlos como una sola consciencia, como una sola raza, que vive del Amor de Dios y profesa su fe ante el Altísimo.
Los escucho en esa hermosa canción, que es una canción de amor a Dios, a través de Su Santa Madre Celestial, la Virgen de Guadalupe.
Yo los consagro, los vivifico en Mi Hijo, los sano en espíritu, en alma y en divinidad, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Y ahora, que son Mis hijos consagrados a Mi Inmaculado Corazón, ofrezcan el perdón y la reconciliación entre los pueblos y entre las naciones. Que así sea.
Vamos a orar todos juntos antes del cántico, un Ave María.
Escucho su dulce voz.
Oración: Ave María y Gloria.
Queridos hijos:
Hoy Me presento ante sus corazones como la Madre de Guadalupe y Madre de todos sus espíritus aztecas.
Vengo en este día a México para bendecirlo nuevamente y para recordarle sobre su pureza esencial, porque a pesar de todo lo que han vivido a lo largo de los siglos, esa pureza aún no fue disipada por Mi enemigo.
Quisiera que ustedes, hijos Míos, abriendo sus corazones al Mío, pudieran sentir que en este momento su nación debe estar protegida de las influencias de otras naciones.
Con esto quiero decirles que, para que sus corazones y vidas estén protegidas de todo, deben mantener viva la devoción y el amor que los caracteriza como nación y como pueblo.
Quisiera que todos ustedes en la simplicidad del corazón, recuperen los valores de la fe y de la pureza, para que todos los descendientes de los aztecas, que hoy viven en México, puedan expresar el amor interno que alcanzaron en los tiempos pasados.
Es a través de la unión espiritual que sus pueblos originarios tenían con el Universo, donde se encuentra la llave que abrirá las nuevas puertas hacia el futuro y en donde todas sus almas recuperarán el sentido de estar presentes y colaborando en este ciclo planetario.
He venido como Guadalupe para unir lo que el hombre blanco estaba diezmando en la consciencia indígena.
Por eso, hijos, hoy es el día en que sus consciencias aztecas, en nombre de ese amor incalculable que ustedes construyeron dentro de sí como pueblo, deberán perdonar a la consciencia de los europeos por haber destruido toda una cultura milenaria.
En ustedes, hijos Míos de México, está el potencial de poder vivir y expresar la Misericordia de Dios.
Es así, que su Madre de Guadalupe rodeada por todas las estrellas del Universo, retorna a su nación para establecer ese acto de perdón y de reconciliación definitiva, como un importante momento de liberar todo el pasado.
Su devoción a la Santa Virgen de Guadalupe ha generado en la nación mexicana una íntima y hermosa filiación de todo su pueblo con la Madre de Dios.
Por eso, hijos Míos, gracias al Padre Celestial y a todos Mis hijos que colaboraron para que esta sagrada misión se cumpliera, es que Yo he podido retornar a su tierra para volver a colmarla con los códigos del amor y de la piedad.
Que a través de esta especial Vigilia de Oración por la Paz en las naciones que más sufren el caos, sus corazones se exalten de alegría y de regocijo al estar participando del triunfo espiritual de Mi Inmaculado Corazón.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los bendice desde el Monte Tepeyac,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de México
A todos los corales presentes en el Encuentro de Música para la Cura y Elevación de la Humanidad
Mis queridos hijos presentes en el Centro Mariano de Figueira:
Hoy con toda la luz y el amor que brota de sus corazones por el canto quiero pedirles que, bajo el espíritu de la humildad y de la simplicidad, ofrezcan este encuentro por la divina causa de hacer triunfar el Amor de Dios en la humanidad.
Para eso, hijos Míos, su Madre Celeste hoy los acompañará desde México en la sagrada faz de la Virgen de Guadalupe, y con todos Mis ángeles, desde este lado del planeta, esperaré ese momento en donde sus voces comenzarán a cantar y a proclamar la paz para el mundo y la cura de los corazones.
En ese ofrecimiento de hoy, queridos cantores de Mi Corazón, quisiera que dedicaran amorosamente este encuentro por la grave situación que enfrenta su planeta, especialmente por lo que enfrentan Mis hijos de Centroamérica, quienes sufren los efectos climáticos y el intenso movimiento de los elementos de la naturaleza.
Por esta sagrada misión que viene llevando adelante su Madre Celeste les pido, queridos cantores de Dios, que se mantengan unidos a los grandes ángeles de las diferentes regiones del planeta, especialmente a los ángeles de Centroamérica, para que ellos a través de las súplicas de sus voces puedan calmar el furor de la naturaleza.
Es así, queridos hijos, que la humanidad entera y su parte más dormida enfrentan los primeros y agudos pasos de la purificación del planeta.
Por medio de su ofrenda artística a Dios podremos, hijos amados, abrir las puertas a la Gracia, para que ella nuevamente sea derramada a través de Mi Inmaculado Corazón en todos los espacios y en las consciencias del planeta que aún no están preparadas para vivir el último ciclo de transición.
Desde el Santuario de Guadalupe en México, en lo alto del monte Tepeyac, su Madre Celeste esperará las piezas musicales e instrumentales que hoy serán ofrecidas de corazón por cada uno de ustedes, para que así se establezca un poco más de paz en la consciencia de la humanidad que nunca vivió una transición final.
Desde ahora, agradezco a todos los orantes por estar acompañando a su Madre Divina en esta misión por Centroamérica y México.
Es así que todavía los invito a seguir colaborando en la obra que los Mensajeros Divinos seguirán expandiendo por otros lugares del mundo.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Canta con la voz del Corazón,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos Míos:
Después de que su Madre Celeste haya ingresado en Estados Unidos, Mi Amadísimo Hijo finalizará y cerrará la sagrada misión llevada a cabo en Centroamérica, México y Estados Unidos.
Su Madre del Cielo descenderá antes para preparar la llegada de Su Hijo a Estados Unidos, en esta ocasión, a la ciudad de San Francisco en California.
Nuestra divina misión será ayudar a la consciencia espiritual de los norteamericanos por medio de las oraciones que cada uno de los latinoamericanos pronunciará en esos encuentros. En ellos estará Mi fuerza motriz y espiritual para llevar adelante la obra corredentora junto a Mi Amado Hijo Jesús.
En Estados Unidos existen almas valiosas que también cayeron en la trampa de la modernidad y de la indiferencia diseñada por Mi adversario.
Para eso Mis pies pisarán la serpiente que ocasiona las revoluciones sociales, para que ella, debajo de Mi poder de amor desaparezca de la consciencia de muchos.
Necesitaré de las oraciones de todos para que su Madre Celeste pueda hacer pasar hacia los mundos superiores a cuantos están en cautiverio espiritual.
Por eso desde ahora, su Madre Santísima está convocando a Sus hijos consagrados como Hijos de María para que la acompañen amorosa y fervorosamente en los encuentros de paz que se realizarán en San Francisco.
Así, cuando Mi Amado Hijo haya llegado a Estados Unidos por una única vez, el día viernes 16 de diciembre de 2016 a las tres de la tarde, el Centro de Amor de Monte Shasta participará y ayudará en la sagrada tarea que Jesús llevará adelante en toda Norteamérica.
Para eso Yo los invito nuevamente a colaborar con todos los esfuerzos extremos para que, así como fue con Costa Rica, Nicaragua y México, Estados Unidos no pierda la Gracia de redimirse en los últimos días de la Tierra.
Desde ahora agradezco a todos Mis hijos orantes por estar concretando Mi llamado en Estados Unidos.
Mi Amor de Madre con todos ustedes.
Les agradezco por ayudarme.
Los ama en Cristo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Como la Madre de todos los pueblos y de todas las razas aún permaneceré peregrinando en México, para poder curar a la mayoría posible del dolor que Mis hijos viven en este tiempo.
Es así que desde el Cielo enciendo los Espejos de oración, para que ellos irradien potentísimos caudales de amor, de cura y de liberación.
De esa forma, hijos, su Madre Celeste consigue penetrar con Su Consciencia Divina los espacios más sufridos de México y del mundo, y con la fuerza interior de todos Sus hijos orantes puede llevar adelante la obra corredentora junto a Su Amado Hijo.
Por eso, amados hijos, la humanidad se ve liberada de los errores milenarios por medio de los Espejos de oración que enciende cada alma en el momento de ofrecerme simplemente su oración de corazón.
Es en este último ciclo, que la Divinidad del Hijo de Dios concederá que muchas consciencias ingresen en los planos internos, a los recintos de amor, en donde los ángeles del Cielo podrán cuidar espiritualmente de ellos; esto en verdad es un estado de Gracia generado por el sí de todos los servidores.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los une a Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos y amados hijos de México, Centroamérica, Caribe y Estados Unidos:
En el nombre de la Paz, hoy descienden Nuestros Sagrados Corazones, abriendo las puertas de los corazones que antes estaban cerrados a Nuestro puro Amor.
Es así, queridos hijos, que su Madre Celeste, la Guadalupana, se presenta nuevamente en México para recordarles su filiación espiritual con Dios y, especialmente, con toda la Obra redentora de Mi Hijo.
Hoy, deseo que sus corazones resplandezcan ante Mi Luz maternal, que en silencio los guía todos los días hacia el Propósito de Dios.
Es por eso que, finalmente, hijos Míos, estoy entre ustedes para traerle a esta nación la luz de Mi Gracia y de Mi Amor.
Queridos hijos, hoy su Madre Celeste descendió desde el Tepeyac para traer a la humanidad el recuerdo de que debe reencarnar la pureza de corazón, para que las “poderosas” naciones del mundo no provoquen la Ira de Dios.
Queriendo traer la Paz al mundo, Yo los invito, Mis amados hijos, a ser perseverantes en Cristo; así colaborarán para que nada se pierda, ni siquiera las naciones enteras que se comprometen día a día con las fuerzas del mal y del caos.
Pero antes de que se cumpla el tiempo de la gran purificación, venimos a abrir las puertas de sus corazones, con el fin de que muchas más almas puedan penetrar el misterio del Amor de Dios a través de la pureza, del servicio y de la caridad para con el planeta dolorido.
Queridos hijos, su Madre Celeste se aproxima a su realidad humana, para que ustedes en la fe reencuentren la pureza que en otros tiempos vivieron e irradiaron a los Reinos de la Naturaleza y a todo el universo.
Es así, hijos Míos, que a través de la vivencia de su pureza original, el Padre Eterno y todos Sus ángeles tendrán el permiso de que muchas cosas, que ya están perdidas en los abismos de la humanidad y de la consciencia, puedan ser rescatadas.
Vengo nuevamente a México para consagrarlo una vez más a Mi materno e Inmaculado Corazón; pues así, Yo podré, a través de sus corazones, llegar a las situaciones más caóticas que vive este amado planeta.
Hoy, le traigo un impulso a la consciencia para que acepten el Llamado de Dios, que resuena por última vez en toda la humanidad.
Difundan, más allá de ustedes, la Palabra santa de la Jerarquía, para que los más dormidos y distraídos sean tocados por Mi Amor maternal.
Les agradezco por ser difusores del Mensaje del Cielo.
Les agradezco, hijos de México, porque abrieron los brazos para recibirnos en la simplicidad y en el amor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los ama eternamente,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Vengo en esta noche a celebrar la Comunión con ustedes, bajo el Espíritu poderoso de Mi Padre, que los reúne en esta fraternidad para que Mi Plan, que es el Plan de Mi Padre, se cumpla en esta humanidad y en este planeta, tan necesitado de amor y de misericordia.
Como han dicho compañeros, abro los Brazos hacia ustedes, para darles Mi Paz y entregarles Mi Corazón como un símbolo de Redención para sus consciencias y las consciencias de todos sus hermanos.
Con todos los ángeles que hoy están Conmigo, hoy vengo a traerles una buena nueva, por haberse cumplido en esta tercera etapa la llegada de la Madre de Dios a México y Centroamérica.
Quiero decirles compañeros, que la sagrada tarea de los Mensajeros de Dios que hoy vienen a su encuentro, se está cumpliendo así como lo escribió Dios en el Libro de Oro de Su Reino Celestial.
Cada acontecimiento vivido está siendo escrito por el propio Padre Eterno, para que el destino de este planeta pueda cambiar a tiempo y muchas almas se puedan salvar, al solo despertar a Mi Corazón Glorificado, que es el Corazón vivo de Dios, que puede estar presente en cada uno de ustedes, así como lo han hecho en esta oración que han plroclamado a Mi Corazón Misericordioso.
Es una alegría estar en esta tierra después de dos mil dieciséis años. Pero en verdad les digo, compañeros, que Mi Corazón, en lo profundo de Su silencio, sabía que esta humanidad existía aquí .
Por eso, en aquel tiempo, le pedí a la Madre de Dios una Gracia especial para ustedes: Que dejara estampado en esta nación Su Presencia Celestial, para que todas las naciones del mundo la conocieran y tuvieran total conocimiento de la Ciencia Divina estampada en la tilma.
Por eso, compañeros, con todas las estrellas del Cielo y las Divinas Consciencias que hoy se congregan en este lugar para derramar la Misericordia de Dios por medio de la oferta de Mi Glorificado Corazón, Yo les vuelvo a decir, compañeros, que la paz es posible en este tiempo.
No deben temer por lo que vivirán. El hombre de superficie debe redimirse. Debe alcanzar la transformación de su consciencia, para que los nuevos códigos que llegarán del Universo Celestial a través de cada oración ejercitada, puedan estar presentes en esta última fase de la humanidad.
Mi Corazón hoy palpita por México, por cada una de las criaturas de Dios, que debe alcanzar la Luz que hoy les ofrece Mi Corazón Misericordioso.
Reciban desde Mis Manos los Rayos de la Misericordia de Dios que hoy vengo a depositar sobre esta nación amada y muy protegida y cuidada por Mi Madre Celestial.
Queridos compañeros, Yo los invito en esta noche, en la simplicidad del corazón y del alma, a ser los apóstoles de Mi Amor en este último ciclo planetario, en donde será necesario de almas decididas a vivirme y a sentirme. Porque es a través de sus almas y corazones que Yo podré retransmitir los dones celestiales, para todas las criaturas que más lo necesitan.
También vengo hoy, en este día, a aliviar el sufrimiento que fue generado en esta nación desde el principio de la colonización hasta el presente.
Por eso, he abierto las puertas del Universo, las catorce principales, para que el dolor fuera liberado, en obediencia a Mi Padre Celestial y al servicio de todos los ángeles, por las huestes de San Miguel Arcángel que han venido a retirar el sufrimiento del espíritu de la consciencia de muchos seres.
Es en esta hora, compañeros, en donde Yo los invito a vivificarme por medio de la Comunión que hoy consagraré para ustedes.
Porque Yo Soy el mismo Jesús de Nazareth, que viene a reencontrarlos para que recuerden su compromiso Conmigo, el compromiso de ser Mis embajadores de la Paz en esta hora crucial de la humanidad.
Vengo a depositar en ustedes algo que florecerá en el futuro. Por eso deben ser perseverantes, aún más aquellos que se encuentran en Mi camino, porque al final de la meta se encuentra la eternidad, que es hacia donde Yo los quiero llevar después de que Me hayan servido en esta humanidad y por este planeta, que tanto agoniza por la ignorancia de esta raza.
Es así que Yo vengo a abrir los ojos de sus corazones y a expandir la consciencia de sus almas para que puedan estar en Mí.
Es una victoria que Nuestros Sagrados Corazones, el de María Santísima, el de San José y Mi propio Corazón Vivo, estén descendiendo sobre esta nación.
Yo vengo a traerles los códigos de la Rehabilitación, algo que para muchos es un misterio, pero que forma parte de la Ciencia Divina.
Estos códigos descienden a través de sus espíritus y por último se materializarán en sus propias vidas por medio de la transformación y de la redención.
Yo vengo así, compañeros, a curar la gran herida de la consciencia indígena y a recuperar la pureza que ella alcanzó cuando todo este pueblo mejicano, su pueblo originario, vivía en la felicidad de Dios y de los Reinos de la Naturaleza.
Vengo así a hacer un corte en el tiempo y el espacio. Vengo a reconectarlos con lo verdadero que son, con aquello que alcanzaron a través de las generaciones por medio de la devoción viva que emerge de sus corazones para con Mi Corazón, que hoy recibe esta gratitud de cada una de sus almas.
Esto es lo que Me anima a seguir viniendo al mundo por todas aquellas almas perdidas, que día tras día se sumergen en los infiernos de la humanidad. Es que Yo quiero llegar a través de ustedes a cada uno de ellos.
Ábranme las puertas de sus corazones así como lo hicieron hoy, para que Yo les pueda indicar el camino y el servicio que deben cumplir para con Mi Corazón.
Es así que Yo vengo a sembrar semillas de Luz en esta hora sufrida de la humanidad.
Y mientras estoy con ustedes, compañeros, estoy con las naciones del mundo, principalmente con América, que no debe perder la oportunidad de ser la cuna de la nueva humanidad.
No teman por lo que hacen los hombres de superficie. Recuerden en humildad, que el poder lo tiene Dios y que es Él quien permite todas las cosas, incluso que Mi adversario esté presente en la humanidad, los corazones que Me viven no temblarán.
Yo Soy esa Fuente que todo lo renueva cada vez que comulgan Conmigo en amor y gratitud. Es este amor y gratitud de todas las almas que Me siguen, de las naciones de América y del mundo, lo que Me ha permitido llegar aquí, a México.
Es a través de Mis servidores de la paz, de cada grupo orante, de cada alma servidora, que Me permite llegar aquí, porque eso genera, no solamente para México sino también para el mundo, una expiación inexplicable, que hoy se derrama sobre este lugar.
Ustedes Me llamaron una vez y hoy Yo estoy aquí entre ustedes para darles Mi Paz, Mi Consuelo y Mi Gracia, algo que se vive profundamente en el espíritu de cada ser.
Vengo a darles el descanso, la pacificación de la consciencia y la elevación del espíritu hacia el Gran Portal de Dios, a través de Mi Corazón Vivo.
Quiero que sientan en esta hora la oportunidad de amarme así como Yo los amo, más allá de la imperfección y del error.
Vean a vuestro alrededor en los ojos de sus hermanos el brillo de Mi Espíritu, por las almas que se redimieron por solo decirme "sí". Y es así que aquí Yo estoy para bendecirlos.
Recemos al Padre para que México no pierda la paz y no sea conquistado por las ideas de los hombres tenebrosos.
Es así que primero viene Mi Divina Misericordia para impedir el caos y establecer la paz en todos los corazones que se abren para recibir Mi Luz y Mi Amor. Esto impedirá el desajuste del planeta.
Los invito a vivir los cambios en pacificación. Confíen en lo que les decimos y nunca se desviarán de Mi camino.
Los invito a sentir las cosas en el amor, porque así estarán en la Verdad y sus corazones también serán vivos, vivos en la Fuente de Dios por medio de Su Gloria. Y Su Gloria estará en ustedes y en sus hermanos y Mi Reino cada vez más se aproximará para que Yo pueda retornar pronto y poner fin a muchas cosas.
Quiero que sean felices por estar Conmigo y que ofrezcan cada pequeño sacrificio por la humanidad, para que muchos más que ustedes sean beneficiados por Mi última expiación, que preparará a una parte de la humanidad para Mi segunda venida, cumpliendo así las profecías de Juan.
Sabemos que ese momento se acerca inesperadamente. No se olviden de estar en vigilia. Aléjense de la distracción y no perderán la sabiduría. Los tiempos exigen concentración y vigilancia, para que todos puedan estar resguardados en Mi Espíritu, y a pesar de lo que suceda, sepan qué hacer y dónde estar.
Cuando todo suceda no tengan miedo ni piensen en lo que sucederá. Vivan en Mí y podrán estar en el eterno presente y así actuarán según la Voluntad de Dios, que es simple y amorosa.
Ahora quiero ver en sus rostros una sonrisa por volver a encontrarme y persistir; porque en la persistencia encuentra el triunfo el Plan del Amor en cada una de las almas.
Celebremos esta Comunión en unión a todos los hermanos del planeta, a todos los orantes y espejos que reflejan el Amor de Mi Corazón al mundo.
Sonrían, sonrían a Dios. Él también debe ser consolado por Sus hijos, así Él les derramará la Fuente de Su Providencia y de toda Su Gracia, y muchas almas más serán tocadas por este impulso de Luz.
Ahora adoren Mi Corazón cantándome “Vine a adorarte”.
Y como hace dos mil años, vuelvo a repetir:
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán Misericordia.
Bienaventurados los mansos de corazón, porque heredarán la tierra prometida.
Bienaventurados los humildes de corazón, porque siempre encontrarán la paz.
Bienaventurados los simples de espíritu, porque siempre verán a Dios.
Bienaventurados los que Me viven, porque siempre Me encontrarán.
Bienaventurados los que Me adoran en el Santísimo Sacramento,
porque los esperaré en el Reino de Dios para llevarlos Conmigo a la Eternidad.
Les agradezco por haberme recibido, por haberme escuchado y por haberme sentido por tan solo un minuto, por haberme alabado, por haberme honrado, porque todo no llegará para Mí sino para el Creador, que es quien los ama desde el principio hasta el fin. Desde lo más pequeño de ustedes hasta lo más grande, Él lo ama todo, porque en Su Amor está la paz y su bendición.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Que la paz esté en ustedes y sean la paz para el mundo.
Sigan cantando.
Con la confianza que Dios merece, queridos hijos, hoy les traigo hasta México la Divina Compasión para que Ella toque los corazones que más necesitan de cura interior y de paz.
Abriendo las puertas al Amor de Dios, coloco a cada uno de sus pequeños corazones en la Fuente de la Unidad para que ustedes y el mundo se fortalezcan en ella, y así se acabe pronto la indiferencia mundial.
Es por eso que como su Madre de Guadalupe hoy les traigo la Fuente Primordial para que la reconozcan como filiación dentro de ustedes.
Queridos hijos, con la alegría que hoy Me trae aquí, hasta la Ciudad de México, les muestro cómo es posible a pesar de todo cumplir la Voluntad de Dios, y así poder establecer el principio de la paz inexistente en muchos corazones.
Mostrándoles a todos Mi Corazón Inmaculado hoy les dejo la posibilidad de renacer todos los días en Dios, y así vivir en Su Amor para que su fe sea inquebrantable.
Hijos Míos, les doy las gracias por todos los esfuerzos realizados y les pido que confíen en Mi Espíritu Santo, porque Él siempre será para ustedes la fuente de la manifestación de la Obra del Altísimo.
Les agradezco a todos por acompañarme en esta sagrada misión.
Los bendice bajo el Espíritu de la Paz,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Siente la confianza, pues en Mi Corazón siempre estará todo bien, porque es la Voluntad del Padre Eterno.
En este día, Mi Consciencia Divina se coloca sobre México para que nuevamente sea bendecido por Mi Gracia y por Mi Amor, al encontrar corazones devotos y abiertos para alabarme en amor y en simplicidad.
Es así que su Madre Celeste los prepara para esta tercera parte de la misión, con el fin de ofrecer a México y al mundo el alivio interior que tanto necesitan.
Yo los llamaré uno a uno para que ustedes, misioneros Míos, estén delante de la Faz sagrada de su Madre de Guadalupe. Este gesto de gratitud y de agradecimiento de su parte, por todo lo que ha sido posible en esta peregrinación mariana, permitirá espiritualmente, queridos hijos, que sus corazones y los de sus hermanos reciban Mis Gracias cuando se cumpla la última parte de la peregrinación a Honduras, cerrando así un ciclo de gran equilibrio espiritual y planetario para Centroamérica.
Con Mis brazos abiertos los recibo, queridos hijos, y les agradezco por responder una vez más a Mi llamado.
Los protege siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Con toda la dulzura de Mi Corazón, llego a su encuentro para traerles nuevamente la paz, la paz que es perpetua en el Corazón de Dios y de todo Su Reino universal.
Abriendo las puertas hacia ese Reino, hoy los coloco a todos en Mis brazos, así como coloqué al Niño Jesús y a cada uno de los apóstoles cuando ellos dudaron de la verdadera existencia de Cristo en la Tierra.
Queridos hijos, así Yo fortalezco su apostolado, su misión personal y grupal en el fin de los tiempos, ante el Corazón del Padre Celestial. De esta forma, Yo les traigo Mis códigos de Luz, para que sus corazones los puedan recibir, los puedan guardar en su interior, y ellos sean llamas que puedan perpetuarse en el mundo, en este tiempo de transición.
Con la alegría de sus corazones Yo puedo realizar Mis obras en el mundo y traer a Mis hijos el Espíritu Santo de Dios que los motivará a la transformación y a la redención de sus vidas.
Es por eso, queridos hijos, que hoy he venido aquí no solo para bendecirlos, para consagrarlos, sino también para agradecerles a todos ustedes y a todos sus hermanos, por estar cumpliendo esta segunda etapa de la sagrada Misión con los Mensajeros Divinos.
Ustedes no saben, queridos hijos, lo que significa para el Corazón del Padre guardar en Su interior el sentimiento de amor de todas Sus criaturas, sobre todo la perfecta adhesión a este propósito de traer la paz y el amor al mundo, para que estos atributos no se borren de los corazones inocentes y simples.
Es a través de vuestra respuesta interior, queridos hijos, que Yo puedo concretar Mi Obra en Centroamérica y México y, en el futuro, en otros lugares en donde la necesidad planetaria es muy grave y muchas, muchísimas almas, así como los Reinos de la Naturaleza, necesitan de Mi intercesión celestial para estar preparados y prontos para el fin de los tiempos.
Es así que hoy uno Mi Rosario de Luz con sus rosarios, creando este puente de Luz hacia el Reino Celestial, haciéndoles vivificar los Códigos de Dios en lo profundo de sus almas para que, en este tiempo final, queridos hijos, ustedes puedan realizar su propósito que es el Santo Propósito de Dios en sus vidas, Su magnífica Voluntad de traer al planeta la infinita Fuente de Su Misericordia y hacerlos seres redimidos ante los Ojos de Mi amado Hijo Jesús.
Esto confirma aquí, en Nicaragua, queridos hijos, que esta tarea no es una emoción, sino una profunda devoción Conmigo, estableciendo así la comunión con Mi Corazón Inmaculado.
Así es que Yo les pido, queridos hijos, que sigan adelante; que profundicen en sus vidas el ejercicio de la oración del corazón para que muchas más almas puedan ser beneficiadas por esta Gracia que hoy les traigo para todos, una Gracia reparadora, curadora y redentora, en cada parte de sus seres y de sus moléculas. Es así que Yo enciendo en ustedes las células de Luz, las mismas células que Yo encendí en los apóstoles, preparándolos para predicar y vivir la Palabra de Dios.
Ustedes, Mis amados hijos de Nicaragua y del mundo, son los apóstoles del fin de los tiempos, los apóstoles de Cristo, el Redentor, que deben dar el ejemplo de la paz y del bien a todas las criaturas. Sírvanse del servicio que sus hermanos están realizando por Venezuela. Encuentren a través de ellos, el verdadero testimonio de la caridad.
Por eso quiero decir, queridos hijos, que hoy también estoy con todos ellos en esa sagrada misión. Y a través de sus corazones misioneros, Yo estoy aliviando a los corazones más sufridos, cerrando las heridas más grandes de la consciencia de la humanidad.
Esta obra del servicio por la paz, especialmente por Mi amada Venezuela, está abriendo las puertas para una inexplicable reconciliación. Esto significa, queridos hijos, que el santo Trono de Dios y todo Su poder celestial reabre las puertas a Venezuela, trayendo a través de Sus ángeles, de todos Sus santos y bienaventurados, la oportunidad única de la rehabilitación, liberando a las prisiones del caos y del sufrimiento, simplemente, queridos hijos, por servir, amar y dar caridad a los que más lo necesitan.
Es así que Yo los invito, hijos Míos, a abrazar este misterio de la caridad y del bien. Ustedes no saben, queridos hijos, cómo los Reinos de la Naturaleza también se benefician con estas cosas. Es así que hoy también los invito a ser guardianes y protectores de los Reinos de la Naturaleza, a cuidar de sus mares, florestas, de todo Reino vivo en cada nación, en cada pueblo y en cada ciudad.
Quiero que le den valor a estas cosas que son parte, desde el principio, de la Creación de Dios. Es de esa forma, queridos hijos, que hoy ustedes estando aquí, de corazón, Conmigo y con un profundo amor a Mi Corazón Inmaculado, que Yo puedo derramar Mis Gracias, que serán frutos en el futuro de las almas, en las naciones que más las necesitan.
Centroamérica, a través de esta peregrinación y de la adhesión de todos Mis hijos en el mundo, especialmente por todas sus oraciones y súplicas, está recibiendo una inexplicable expiación que se produce, que se genera y que se realiza a través de Mi Inmaculado Corazón, trayéndoles a todos, la llama de la fe y de la esperanza.
Quiero, queridos hijos, estar más cerca de ustedes todos los días y que, desde Nicaragua, surjan fortalecidos grupos de oración, así como les pedí a los hermanos de Costa Rica que formaran grupos de oración, inspirados por Mis Mensajes de paz, por las Palabras redentoras de Cristo y de San José.
Quiero que vivan definitivamente en Nuestros Sagrados Corazones, que den el paso por toda la consciencia planetaria, que no se cansen de ser misioneros de la paz y de propagar esa paz hacia el mundo entero.
Es a través de esta obra y especialmente, a través de las misiones, que la balanza del desequilibrio de la humanidad, milagrosamente se está equilibrando. ¿Ustedes saben lo que eso significa, Mis amados?
Muchas oraciones debieron ser escuchadas por el Propio Dios, para que Él pudiera permitir esta Gracia inexplicable para el mundo y para Centroamérica.
Es que hoy, queridos hijos, por esta Gracia y este amor que nos reúne en Cristo, invito a que los Hijos de María que se consagrarán, se aproximen para que Yo pueda seguir compartiendo con ustedes Mi Amor y Mi Luz, a través de las palabras del Verbo Divino que hoy proclamo.
Yo le traigo al mundo, queridos hijos, la oportunidad de volver a amar, de perdonar, de reconciliarse con Dios y de formar parte definitivamente de Su Plan de Amor y de Redención.
Y antes de seguir hablando con ustedes, Mis amados hijos de Nicaragua, quisiera que le ofrecieran a Mi Corazón un cántico que une a todo lo que está separado. Que honraran, en devoción y en amor, a la Virgen de Guadalupe.
Los escucho.
Canción: “Madre y Reina de Guadalupe”.
Es así, queridos hijos, que Yo establezco en la Tierra el sagrado Universo de Dios, abriendo las puertas a la reconciliación entre los pueblos y entre las naciones del mundo; confiando absolutamente en que, en cada uno de ustedes, Mi Plan es el Plan de Mi Hijo, el Plan de Dios, vuestro Eterno Padre, que se podrá realizar en los más simples y puros, en los inocentes y libres de corazón.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
De esa forma les enseño a cómo liberar el pasado con la alegría del corazón, cómo liberar el dolor que permea la consciencia, de cada pueblo y de cada nación, con el simple amor de sus corazones.
Hoy, los congregué aquí no solo para trasformar sus vidas, no solo para redimir sus corazones, sino para que ustedes, hijos Míos, representando a toda la humanidad, representando a la consciencia de este planeta, puedan cambiar el destino incierto que esta Tierra viviría al no haber paz ni amor en el mundo.
Pedí que elevaran sus voces, para que elevaran también sus corazones, porque de esta forma abro los abismos, libero a las almas, inclusive a las más pecadoras que, al encontrar la Luz de Mi Inmaculado Corazón, se arrepienten del pasado. Y que, por la potestad de Dios, que Él concedió a Su Santa Sierva, Yo los redimo y los libero de la perdición para que, prestando un servicio Conmigo, equilibren sus deudas y vivan la redención.
De esa forma, hijos, hoy les pido que se confiesen Conmigo y, a través de Mí, que se confiesen con Dios; porque hoy les abro los portales hacia el Reino de los Cielos, les muestro los Altares celestiales para que coloquen allí sus faltas y pecados.
Arrepiéntanse, porque Yo los perdonaré. Arrepiéntanse, porque Yo los renovaré y los liberaré, para que puedan construir, en este país como en este planeta, una tierra redimida que viva la paz y la unión con Dios.
Les pido a todos los que Me escuchan que, con sus corazones rendidos ante el Padre Celestial, le pidan perdón en nombre de la humanidad, con la alegría de este pueblo tan simple.
Hijos Míos, vine a realizar esta redención de América, esta liberación que hace tanto tiempo este pueblo espera y que, por la apertura de sus corazones, hoy Yo comenzaré a concretar. Hoy, verán, en los ojos y en los corazones de Mis hijos, la concreción de sus esfuerzos, los méritos que generaron por cada ayuda que Me dieron para que Yo pudiera llegar aquí.
Hoy, vean Mi Luz, la Gracia y la Redención que hago descender de los Cielos; y agradezcan a Dios, hijos Míos, por ser participantes de Su Plan.
La redención de este planeta es posible, la redención de sus almas ya está en acción. Multipliquen esta redención en los que no Me escuchan, vayan en auxilio de los que no Me siguen, oren por los que les cerrarán las puertas en sus rostros, oren por los que escupirán en el piso delante de ustedes por no creer en Dios, oren por los que los maldicen, clamen con la cabeza en el piso por sus enemigos, clamen por la redención de este planeta; porque de esta forma, hijos amados, Mi Plan triunfará.
Liberen de sus vidas el rencor, liberen de sus vidas el odio y la ira, vivan y establezcan la paz, reconcíliense en sus familias, reconcíliense con sus amigos, pidan perdón y perdonen a sus hermanos.
Y, de esta forma, hijos amados, anunciarán al mundo que es posible vivir el arquetipo divino expresado hace tanto tiempo por Mi amado Hijo Jesús.
Es hora de que despierten los Cristos del nuevo tiempo. Es hora de que sus almas despierten al compromiso que vinieron a cumplir con Dios. Por eso, están aquí; porque fueron llamados por Mí para que puedan decir sí al Corazón de Dios.
Por eso, Yo los consagro y los bendigo no solo para transformarlos completamente, sino para que ustedes, hijos Míos, transformen a este mundo, transformen a esta nación, transformen a cada hogar de los que hoy Me escuchan; porque hoy Mi Gracia y Mi Divina Presencia llegan a todos sus hogares. Ábranme la puerta de sus casas, de sus corazones, porque Yo entraré todos los días a orar con ustedes por los Reinos y por las almas para que, un día, Mis amados, este planeta se pueda tornar sagrado, a lo que el Creador siempre aspiró.
Y que, en el universo como en la Tierra, sus almas den testimonio de que el sacrificio de Cristo no fue en vano; y de que el sacrificio que cada uno de ustedes vivirá tampoco será en vano; porque de ellos, hijos Míos, nacerá la trascendencia de todo dolor, la liberación del cansancio de sus cuerpos, la transformación del sufrimiento en regocijo espiritual, la transformación de la tristeza y del padecimiento en la eterna alegría de ver triunfar el Plan Divino.
Vean hoy, Mis amados, en el Amor de Mis Palabras, en Mi Corazón expuesto ante sus corazones, que la Gracia de Dios es infinita y Su Amor es inconmensurable. Y que, con este mismo Amor, deben colmar sus espíritus para que, cada uno que se aproxima a ustedes, sienta la Presencia Divina y crea que es posible transformar la decadencia de este mundo y tornarlo sagrado frente a los Ojos de Dios.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Queridos hijos, Yo los consagro, los bendigo y los amo, como la Paloma Blanca de la Paz.
Quiero, antes de irme de aquí, que Me canten como hicieron al principio, para que Yo pueda recoger el amor de sus corazones y derramarlo en donde más lo necesiten.
Es así, queridos hijos, que, por medio de su consagración a Mi Inmaculado Corazón, vuelvo a consagrar a Nicaragua a la Madre de Dios, la Reina de la Paz, a la Paloma Blanca que les trae el Mensaje de reconciliación y de redención.
Coloquen su mano izquierda sobre el corazón para confirmar esta consagración ante Mi Presencia, y alzando sus voces a través del canto, Yo los bendigo, queridos hijos, y les agradezco a todos por haber respondido una vez más a Mi llamado.
Ustedes no saben, queridos hijos, cuánto hoy los océanos se han aliviado y todo lo que está dentro de ellos.
Les agradezco en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Ahora, canten para que Me eleve al Cielo, con la alegría de sus corazones por Centroamérica.
Paz, solo paz, así la paz se establecerá entre las naciones.
Por eso, hijos Míos, Yo visito a las naciones para derramarles Mi santa Paz, la Paz que brota de Mi Corazón y de Mi Alma, la que deseo que vivan a través de Mi Divina Consciencia.
Hoy les recuerdo esa divina Paz, porque Mis hijos de Centroamérica y de México la buscarán y también la proclamarán.
Sientan paz y serán instrumentos de paz en el mundo, eso traerá al mundo entero la armonía interior que tanto necesita.
Hoy observo su esfuerzo por estar siempre en Dios y ese esfuerzo es reconocido por Mi Inmaculado Corazón, porque a través del esfuerzo muchas almas, especialmente las que en este momento los rodean, son tocadas por Mi Gracia espiritual y por Mi Amor Maternal.
Queridos hijos, cuando toquen el suelo de cada nación, recuerden confirmar Mi Paz, porque así Yo podré dejar en cada alma Mi Luz Maternal.
Estoy feliz y rezo por esta peregrinación, que ya comenzó a obrar en los planos internos y espirituales; eso ayuda mucho a la consciencia de las naciones, en especial a las naciones que Yo visitaré.
Queridos hijos, nuevamente les dejo Mi Paz para que la vivan.
¡Adelante Mis pequeños!
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los acompaña siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
A las puertas de una Gran Misión...
Queridos hijos:
Con el gozo de Mi Espíritu hoy les derramo Mi Paz, para que se establezca en ustedes la perfecta e invencible comunión con Mi Hijo.
Será en el sagrado cenáculo del Corazón de Cristo desde donde se indicarán, misericordiosamente, los primeros pasos sobre la redención y la rehabilitación de las almas.
Esto, hijos, es el comienzo de una nueva etapa en donde muchísimas almas se verán beneficiadas por la próxima peregrinación a Centroamérica y México.
Vuestro Padre Celestial los congrega en oración y en cooperación, para que los planes de su Santísima Madre se cumplan en esa querida región del planeta, amenazada por la explotación de los seres humanos, de los Reinos de la Naturaleza y de la inocente sociedad.
Es así que su Madre Celeste se prepara, en oración, adoración y silencio, para cruzar los abismos de todos esos lugares y así reencender las estrellas caídas, las que se perdieron por diferentes motivos y las que deberán recordar su filiación con Dios.
En este día, en donde ustedes, hijos Míos, especialmente aquellos hijos que abrieron sus corazones para ayudarme en este plan de redención y de paz, generaron una respuesta positiva y agradable al Corazón del Padre Celestial.
La misión a Centroamérica y México abrazará varios campos de consciencia y su Madre Celeste podrá ingresar con Su Reino de Luz y con todos Sus ángeles en las naciones que más lo necesitan.
Es de esa forma, Mis queridos hijos, que el Universo de Dios a través de Mis simples manos desatará los nudos que son milenarios en la consciencia de la humanidad.
Cada uno de sus corazones es llamado para acompañar a su Santa Madre en este peregrinar, sea con sus oraciones, con sus ofrendas o con su presencia en alguna parte de la peregrinación por las naciones de Centroamérica.
Es así que, a través del apoyo y de la amorosa compañía de ustedes, su Madre Celeste podrá contar con Sus soldados para llevar adelante esta obra de misericordia y de perdón para con sus semejantes.
La primera parte de la misión a Centroamérica trabajará para desactivar el sufrimiento, la indignación y principalmente el maltrato existente con el Reino humano y con los Reinos menores de la Naturaleza.
Esta tarea será posible desde el momento en que cada hijo Mío participe de esta peregrinación desde su nación, desde su grupo de oración, desde los Centros Marianos o incluso dentro de la tarea operativa de la peregrinación, como hijo de María.
La segunda parte de la misión en México intentará equilibrar el dolor generado, desde la conquista, a los pueblos originarios. A través de la advocación de la Señora de Guadalupe, se podrá realizar durante los días de la peregrinación la desactivación del sufrimiento de dichos pueblos originarios mediante un acto de perdón y de piedad, para que así se establezca la Divina Misericordia.
La totalidad del recorrido de la peregrinación a Centroamérica y México, podrá ser apoyado interna y espiritualmente por todos los hijos de María y por los grupos de oración en las diferentes naciones.
Para que Mis hijos puedan estar presentes durante la peregrinación completa acompañando a su Madre Celeste, los invito a confraternizarse con Mis hijos de Centroamérica y de México, enviando a la dirección de Misericordia María TV un saludo de paz, el que será exhibido durante los eventos públicos.
Esta sección que será presentada durante los eventos públicos de los Mensajeros Divinos en Costa Rica, Nicaragua y México, intentará crear fuertes lazos de amor y de fraternidad entre los pueblos y sus lenguas.
Es así, hijos Míos, que cada grupo de oración como cada peregrino al momento de dar su saludo de paz, deberá tener consigo la imagen de la Virgen de Guadalupe, como el símbolo de unión y de amor entre las naciones del mundo: Uniendo todo lo que está separado.
Esta sección será denominada “Nos unimos a María, en Su Sagrada Misión”.
Agradezco, hijos, el gesto de hermandad interior que cada consciencia podrá expresar a través de este saludo de paz y esa será la forma en que los peregrinos y orantes del mundo acompañarán cada parte de la peregrinación.
Por último, hijos Míos, con la inmensa alegría del Cielo, agradezco una vez más a todos Mis hijos por haber concretado la misión a Centroamérica y por haber respondido a Mi llamado.
Unida a cada corazón orante,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Todas las obras que están dentro de la Campaña por la Paz deberán difundirse en los medios de comunicación utilizados para dicho fin, así la totalidad de las almas tendrán la oportunidad de conocer esta misión mariana por la paz en el mundo.
Mi deseo, en este momento, es que la nueva Campaña por la Paz, que está amparada por la Virgen de Guadalupe, sea conocida; en especial la misión en Centroamérica y México.
Quisiera pedirles a todos los orantes que nuevamente hicieran conocer al mundo las diferentes campañas que se realizan, con el propósito de que los Sagrados Corazones puedan derramar todas Sus Gracias sobre Centroamérica y México.
Hijos Míos, quiero que otras almas se motiven y se entusiasmen para formar parte de esta misión mariana.
Es así que de inmediato, Asociación María, como ente organizador de esta actividad, deberá publicar las distintas campañas que los grupos de oración están realizando en sus diferentes naciones.
Quiero que esta Campaña por la Paz sea registrada y documentada en el portal de Divina Madre y que cualquier consciencia, en cualquier lugar del mundo, conozca esta causa divina.
Acompaño a cada hijo Mío que, en su nación, se inspirará y se esforzará para ayudar en los planes de su Madre Celeste.
Estoy muy agradecida.
¡Les agradezco por colaborar con Mi Campaña por la Paz!
Los ama,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más