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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Descubre, dentro de ti, la riqueza espiritual que Dios te ha entregado. Una riqueza que despierta en este tiempo a los apóstoles de Cristo, para que este mundo se convierta y se redima a través de todos los que se autoconvocan para seguir Mis Pasos desconocidos, Mis Huellas que los guiarán hacia el Propósito de la existencia de cada ser.
Nunca debes olvidarte de la riqueza del universo espiritual que en ti habita, una riqueza espiritual que Dios te entregó en el origen y que, en este ciclo, si estás abierto la encontrarás, la conocerás y la sabrás, porque ese es Mi ardiente deseo. Esto es lo que permitirá vencer al mal. Cuando las consciencias despierten profundamente y conozcan su universo interior, toda su riqueza inextinguible y eterna; ya no habrá motivo para que el mal y el sufrimiento existan en este mundo.
Hace más de dos mil años, Yo les enseñé a través de las Parábolas sobre la riqueza de su universo interior, pero también les enseñé a permanecer en la Ley y a respetarla.
Después de tanto tiempo y ante un mundo en sufrimiento y en agonía, hoy les traigo, Mis compañeros, la riqueza de su universo interior, una riqueza que no tiene mancha ni pecado, porque es una riqueza inmaculada que proviene de la Fuente de la Creación.
Por eso, en este momento, les pido que den el paso e ingresen en el Vacío de Dios, en donde la Ley de la Impermanencia habita, en donde todo se renueva constantemente por las corrientes que proporciona el Universo Mayor. Esto despierta en las almas los dones y las virtudes que deben vivir.
Pero para que los talentos, que Yo necesito, estén presentes en este tiempo, ustedes deben dar el paso. Porque la Ley del Universo es perfecta, la Ley de Universo es correcta y abundante, y nada les faltará cuando se animen a dar el paso hacia su universo interior. Porque así, recordarán que no solo tienen un origen y un principio, sino también conocerán la razón por la cual fueron creados desde el principio, en el Génesis, y más aún, ustedes sabrán su trayectoria cósmica.
Hoy, les pido que contemplen los aciertos y no los errores, aunque sean desconocidos para sus mentes y consciencias. Esto es posible a través del impulso del Fuego de Mi Corazón, porque necesito en este tiempo, compañeros, que todos conozcan la historia de Cristo después de Su Ascensión, que no solo se remite al Libro Sagrado.
¿Alguien en este mundo se ha preguntado qué sucedió Conmigo después de Mi Ascensión?
Yo no solo subí al Padre que está en los Cielos, Yo subí también al Universo en donde se encuentra la Hermandad, para fundirme en espíritu con Mis compañeros, con todas las Sagradas Jerarquías que cuidan este Plan desde el principio.
Fue allí en donde todo se renovó, porque no solo los ángeles reconocieron Mi llegada a los Cielos, sino toda la Confraternidad reconoció la llegada del Rey; Quien, a partir de ese momento, recibió el Cetro del Gobierno de Dios, que sostengo en humildad y en servicio por las almas, así como por toda la Creación.
Por eso, ingresen a ese estado de consciencia en este momento, a través de Mi Corazón y a través de Mi Portal Espiritual que en este momento está abierto en abundancia para todos.
Unan sus esencias al Origen, unan sus consciencias a su universo interior y ya no solo se sientan personas humanas, seres mentales o emocionales; eleven a través de Mi Presencia un poco más sus consciencias y comulguen con el principio de sus orígenes en esta Creación, porque en el centro de sus corazones brilla la Estrella de la Hermandad, que los impulsa a seguir adelante a pesar de los tiempos difíciles. Esa Estrella los anima a vivir los aprendizajes con amor y perdón y, a pesar de los errores que puede cometer el mundo en este tiempo, todos los que estuvieron una vez allá arriba en el Universo …
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
El Señor señala, en este momento, los Cielos.
… volverán a recordar quiénes verdaderamente son. Así, comprenderán que no son solo materia, que son espíritu, alma y divinidad unidos a la Fuente que siempre se recrea y se recrea. Y, en este tiempo, se recrea a través de los aprendizajes del amor y de la redención.
Esto es lo que les ofrezco hoy, para que lo recuerden y lo sepan, para que tengan presente que los espero en esta próxima trayectoria del Plan, que deberá escribirse en sus corazones, que deberá expresarse a través de sus vidas, de su entrega incondicional.
La Obra de la Redención, la Obra de Mi Retorno, la Obra de Mi Divina e Insondable Misericordia, se cumplirá a través de los corazones adheridos y unidos. Esta es la regla y el pedido que Yo He recibido de Mi propio Padre Celestial para que, a través de las almas adheridas y unidas al Sagrado e Insondable Corazón del Redentor, el mundo siga recibiendo Misericordia y no Justicia; porque la balanza está desequilibrada, la desigualdad pesa en este mundo por la acción de la impunidad y del poder.
Pero no olviden, compañeros, que Yo estoy en los Cielos, así como hoy estoy con cada uno de sus corazones, venciendo al mal y haciendo triunfar Mi Amor en las esencias que se postulan a cristificarse en este tiempo.
Por eso, no les teman a Mis desafíos, no les teman a Mis pedidos, no le teman a nada, porque quien vive en Mi Verdad vive en la Luz y quien vive en Mi Luz vive en Mi Amor, trabaja y se esfuerza por esa causa, y no teme despojarse poco a poco, hasta que algún día ustedes mismos puedan hacer lo que Yo hice en la Cruz: tener Mi Corazón absolutamente vacío para rendirme ante Mi Dios y beber del Cáliz del Sacrificio.
Aún Mis Altares están llenos de Cálices de Luz. Mi Altar espera que las almas se presenten para beber del sacrificio, no del sacrificio que les ha enseñado el mundo incorrectamente, sino que sus vidas se vuelvan completamente sagradas para que Yo, algún día, pueda habitar en ustedes y ustedes puedan habitar en Mí.
¿Será que aspiran a dar ese gran paso?
Mi Corazón se abre en Misericordia y Piedad para todos y, en solemnidad y en júbilo, Me ofrezco una vez más a las almas y al mundo para redimirlo.
En estos últimos tiempos, a través de todas las Sagradas Semanas, Yo les He dicho muchas cosas, ¿las recuerdan?, ¿las han hecho carne en ustedes?, para que Yo justifique ante el Padre Eterno la imperiosa necesidad de estar aquí, entre ustedes y sus hermanos.
Es hora de que los Cristos del Nuevo Tiempo sean una realidad y ya no sean una aspiración de Mi Corazón. Por eso, todo el tiempo posible, en todas las oportunidades posibles, Yo les doy Mi Vida a través de los Sacramentos para que no solo se puedan purificar y purificar, sino también para que se puedan cristificar ante Mí, a través de cada sacerdote que se ofrece a los Sacramentos, a sacramentar a las almas, como un tesoro espiritual incalculable, tesoro que Yo llevaré en Mi Corazón Eterno para siempre.
¿Acaso creen que es posible que sus almas se sacramenten y que, en este tiempo en donde falta la paz y el amor, existan almas en la superficie de la Tierra que puedan expresar el tesoro espiritual de la Creación de Dios?
Esto es lo que necesito en este tiempo, porque ante la Ley el mundo ha decidido no ser merecedor de la Misericordia; pero Mi Insondable e Infinita Misericordia, que brota de las profundas Entrañas de su Maestro y Señor, sigue descendiendo al mundo a través de las almas que la invocan, concede milagros en donde es imposible realizarlos, atrae muchas Gracias para aquellos que no las merecerían y sostiene el Propósito Espiritual de las naciones del mundo, aunque no lo parezca.
Por eso, les digo, compañeros, que sean los Cristos del Nuevo Tiempo, los Cristos que su Cristo espera.
Como un ejemplo de Mi Amor y de Mi Misericordia por todas las almas, les daré una Gracia y, al mismo tiempo, una expiación para que los corazones se fortalezcan y en esta unidad interna, que pueden vivir Conmigo, se animen a dar el paso hacia la consagración total de sus vidas, en los diferentes grados de consagración que en este tiempo pueden vivir.
Porque los grados de consagración de las almas son los grados de amor que pueden alcanzar en este tiempo, para convertirse en tabernáculos perfectos del Señor, en donde los méritos de Su Pasión, Muerte y Resurrección sean depositados en los corazones para que crean, algún día, que podrán ser templos sagrados de Mi Corazón, en este mundo necesitado de amor y de perdón.
Recuerden que todos tienen parte Conmigo en este tiempo y que espero que ese lugar, que ustedes tienen en Mi Corazón, siempre esté protegido de ustedes mismos y del mundo; porque Mi Presencia, en este lugar y a través de los tiempos, es una Gracia extraordinaria del Padre que las almas reciben sin percibirlo.
Antes de que puedan vivir la unión Conmigo, a través de Mi Cuerpo y Mi Sangre presentes en el Sacramento de la Comunión, en el que el Cordero de Dios volverá a entregarse por el mundo entero y en especial por Brasil, a través del sagrado ejemplo de la consagración, daré fuerza a los corazones que lo necesitan.
Por eso, solicito en este momento que, a los pies de Mi Sagrado Altar, se presenten quienes se han postulado a auxiliadoras de Mi Misericordia y que cada una lleve el velo que Me ofrecerá en este momento y que colocará sobre sus manos en ofrenda.
Les pido que apoyen este momento, compañeros.
Mi Madre Santísima Me ha pedido darles esta Gracia por todas las almas que están detrás de ustedes en este momento y que también necesitarán esa Gracia Espiritual en este ciclo.
Yo las conozco profundamente desde hace tiempo. Por eso, estoy haciendo esto para que, en confianza, en amor y en alegría, sientan la plenitud de Mi Corazón, que vuelve a confiar en ustedes, así como Mi Corazón confía en todas las auxiliadoras que se han consagrado a Mí para servirme.
Espero que este momento de consagración sea una renovación de esta Rama de la Orden Gracia Misericordia, porque Yo también espero que sean Nuevos Cristos que respondan a Mi llamado y Me sirvan donde Yo lo necesite, en cualquier parte del mundo.
Por eso, a través de ustedes, vuelvo a renovar los votos espirituales e internos de la Rama de las Auxiliadoras de la Divina Misericordia; porque aún necesito, hijas Mías, que Mi Misericordia siga descendiendo al mundo a través de la ofrenda de su consagración a Mi Corazón.
Pueden elevar sus velos hacia los Cielos para que Yo los consagre en este momento, lo mismo les pido a las demás auxiliadoras ya consagradas, eleven los velos hacia los Cielos, hacia el Señor.
Santísima Madre Universal,
Tú que has ofrecido incansablemente
Tu Vientre Purísimo, Inmaculado y Eterno,
para traer a la Tierra al Redentor;
Te ofrezco, en este momento,
la sagrada ofrenda de Tus hijas
y servidoras de los Altares de Dios,
para que Tú, Bendita y Purísima Madre,
que gestas en Tu Vientre a la Nueva Humanidad,
hagas descender Tus Gracias y Tus Misericordias
sobre esta Rama Espiritual que Yo He consagrado en esta Orden,
para que en ella siempre exista la alegría de servirme incansablemente;
y así, las almas comprendan que servirme no es solo un compromiso,
sino un deber con Mi Insondable y Sagrado Corazón.
Coloca este velo sobre sus cabezas, Madre Santísima.
Consagra a las que hoy se han postulado a Mis Pies,
y reconsagra a aquellas hijas que ya Me sirven en este momento,
a fin de que la Misericordia y la Paz
sean una Gracia merecida para todos.
Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
He aquí el Corazón que fue traspasado por Amor a los hombres y mujeres de la Tierra, y que se ofrece a las almas como una Llama Flameante de Amor para que siempre aprendan a vivir en Cristo.
He aquí la alianza de las mujeres de Jerusalén, aquella alianza espiritual que recibieron de Mi Corazón y que sostuvo los pasos del Calvario hasta la Cruz, en fidelidad y obediencia.
Hoy, tu nombre será Maria Izrə'el.
Tu nombre será Luz del Renacimiento.
Hoy, tu nombre será Hildegard de Jesús.
Hoy, tu nombre será Fidelidad.
Hoy, tu nombre será María Betania.
Sí, siéntanse parte Conmigo por todas las almas que están detrás de ustedes, para que también sus caminos sean guiados y amparados por Mi Amor.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Pueden ir en paz.
Antes de despedirme, quiero agradecer y bendecir a un alma que se ha ofrecido a Mí para traer a la Tierra los Códigos de Mi Pasión, de una forma viva y nunca antes vista en la historia del planeta.
Puede venir aquí, Gabriel, el pintor, y su compañera.
Así, como Yo He sido ungido a través de tu arte, expresado por el alma y el corazón, representando Mi Dolorosa Pasión para el mundo entero; así, hoy Yo te unjo con Mi Luz y Mi Amor para agradecer tu ofrecimiento y decirte que sigas cumpliendo tu misión y tu tarea.
Siente Mi abrazo en este momento y abrazo también a tu compañera, perlas preciosas de Mi Corazón.
Te agradezco lo que has hecho en Mi Nombre.
Unjo tus manos para que, a través de tu pintura y tu arte, traigas el Cielo a la Tierra.
Unjo tu espíritu para que siempre estés unido a Mí. Recuerda que siempre has estado unido a Mí.
Que Mi Padre siempre los guarde en Su Reino para que vivan en el gozo de estar en Su Paraíso, por los siglos de los siglos. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Yo les agradezco por haber estado Conmigo hasta este momento. Que algún día, puedan comprender lo que esto significa, cuando Mi Corazón atiende a las almas más simples, las almas que creen en Mí.
Les doy Mi Paz a todos, que la Paz esté en el mundo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Trigesimotercer poema
Estrella de la Mañana,
que traes la Luz del Amor y de la Verdad,
condúcenos por el sendero de la redención.
Que nuestros ojos estén fijos en Cristo,
para que podamos renacer
y curarnos internamente de todo lo que sea necesario.
Señora y Madre del Consuelo,
abrázanos y colócanos bajo Tu Manto protector.
Que Tu maternidad despierte en nosotros
la unidad con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Madre Celestial,
aspiramos a ser las estrellas redimidas
de Tu Corona de Luz.
Ayúdanos a vivir los atributos de Tu Corazón.
Enséñanos a ejercitar, en el día a día,
las Instrucciones de Tu Hijo,
porque así seremos los apóstoles del Señor,
servidores y colaboradores
de Su Obra redentora.
Madre,
danos fuerza y coraje
en los momentos en que más los necesitemos,
para que vivamos la perseverancia y la fe
en cada instante.
Haznos cristianos verdaderos,
discípulos del Amor de Tu Hijo,
porque esperamos servirlo y encontrarlo
en cada paso de la vida,
para que en Cristo podamos cumplir
la Voluntad de Dios.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Que el Espíritu Santo resida en sus mentes y corazones.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy bajo del Cielo para estar en este encuentro, para decirle al mundo que en este ciclo todo está permitido, Mi Padre así lo decidió. La humanidad necesita crecer interiormente para poder expresar lo que vino a hacer a este mundo.
Yo necesito que estén aquí Conmigo, en vigilancia, porque en esa vigilancia siempre encontrarán la paz y tendrán sabiduría para saber tomar buenas decisiones.
El planeta es como un frágil cristal que está a punto de romperse, así como todo lo que está dentro de él.
Pero ustedes, por medio de la oración misericordiosa y de su fe, aprendieron a fortalecerse, y esa fortaleza no puede ser tibia, sino que tiene que ser firme, basada en lo que creen y viven, en lo que ejercitan y ofrecen como servicio al mundo, como también a sus hermanos.
Por eso, todo está permitido para que la humanidad pueda aprender lo que aún no aprendió. Eso no significa que sigan sufriendo, porque aún los rige una ley fundamental que es el libre albedrío. En esa elección que hace la humanidad está la condenación, la perdición y la oscuridad.
Pero hoy los invito a colocarse por encima de esa ley y a unirse a Mi Conocimiento Divino, a Mi Palabra, para que por medio del amor y de la verdad aprendan a decidir con sabiduría y discernimiento, sin tener que ser tocados por la acción de esa ley.
Sé que no todos conseguirán hacerlo, porque aún están en el tiempo de vencer la dualidad. Hasta que Yo retorne eso no sucederá y los corazones deberán vivir lo que necesitan vivir para poder formarse como verdaderos servidores, siempre y cuando decidan seguir el camino que Yo les ofrezco no solo a ustedes, sino también al mundo entero, a todos los pueblos y a todas las religiones, porque Yo no solo soy el Cristo de los cristianos, soy el Maestro y Señor de todas las almas.
En las almas no hay religión, no hay doctrina; hay fe, confianza y unidad en el Padre Eterno, es ahí en donde Yo estoy. Y es así que Yo busco estar siempre en sus corazones y vidas, para que puedan reflejar los dones que les vengo entregando hace ya un tiempo.
Mis tesoros, que son internos, profundos e inmateriales, nunca se perderán. Cuando las almas no viven los talentos que Yo les entrego, retiro los dones y las virtudes de los corazones que no cumplen con Mi Propósito, y eso no significa que Yo los abandone.
En la soledad y el silencio Me detengo para observarlos, hasta el momento en el que ustedes aprendan a dar los pasos, así como Yo les enseñé desde el Huerto Getsemaní hasta la Cruz.
En cada instante de sus vidas se puede vivir la redención.
En cada paso de sus vidas está la oportunidad de la liberación cuando están bajo la Ley del Amor y de la Verdad.
Este mundo sufre y está dolorido, con penas no solo en su consciencia, sino también en su alma, porque el planeta es parte de todos y ustedes forman esa gran consciencia del planeta, la cual está enferma y necesita de cura.
En el sostén de su fe y de su confianza en Mí, siempre existirán los puentes por los que Yo podré descender para socorrerlos y auxiliarlos, aunque no me sientan, aunque no me perciban, aunque Yo esté en silencio.
Por eso, este es un momento definitivo, en el que el planeta está ante un acontecimiento impredecible, ante un destino incierto, sin saber cómo continuará el próximo tiempo.
Pero ustedes, que han crecido con el amor de Mis Palabras y de Mi Sabiduría, no deben colocar sus mentes en lo que sucederá, sino en lo que está sucediendo. Allí, está la enseñanza que necesitan para poder crecer y aprender y, nuevamente, poder superar los obstáculos y las pruebas en la confianza infinita que les ofrece Mi Corazón.
Tal vez, lo que hoy les digo, compañeros, lo pudieron haber escuchado en otros momentos, a través de otras Palabras que ya he pronunciado. Pero sepan que en todo lo que hoy les digo está la respuesta que cada ser necesita según su escuela y su momento de purificación.
No crean que no veo lo que les sucede, lo que sienten interiormente, lo que sucede en sus mentes, lo que viven sus almas, a lo que aspiran sus espíritus para poder encontrar la verdad.
Por eso la Jerarquía, en una única sintonía y vibración, se une en este momento, bajo Mi consenso y autoridad, para poder llevar al mundo entero los últimos impulsos que necesita a fin de que la humanidad despierte aún más su consciencia y perciba que no está bajo la Ley y que deberá retornar a ella.
Así, los tiempos y los momentos de incertidumbre, de sufrimiento, de pandemia y de inseguridad terminarán. Así estarán abiertos para poder recibirme en ese gran momento de Mi Retorno, que no está lejos, que cada día está más cerca y que deben tener presente, porque no le avisaré al mundo ni tampoco a ustedes. Llegaré en el momento más necesario y urgente, aunque todo se muestre tranquilo.
En ese momento, Yo podré volver para corregir a este mundo como nunca fue corregido. Y así, el juicio del Amor llegará y todos tomarán consciencia de eso, no importará que crean o que no crean, que sepan o que no sepan nada. Todos serán iguales ante la Mirada del Padre.
Yo nunca les traeré un castigo, les traeré la Verdad a través del Amor que los liberará para siempre.
Y serán lo que Yo necesito, lo que Yo tanto espero, lo que tanto anhelo desde hace más de 2000 años, porque si hoy estoy aquí es porque Mi Padre Me lo pidió, y Él Me lo mostró claramente en el Huerto Getsemaní, antes de entregarme en la Cruz.
Aún tengo Cálices llenos de Misericordia para que las almas los puedan beber.
Es tanto el Amor que he colocado en cada uno de los Cálices que ellos desbordan por el poder de la Luz de Mi Sangre. Esos Cálices, al no ser bebidos ni considerados por las almas, derraman los Códigos de Mi Pasión y de Mi dolor en el mundo.
Este es el sacrificio que Yo quiero que puedan vivir Conmigo; algo que va más allá de ustedes y de sus consciencias, de sus conocimientos o de sus intenciones.
Los Cálices del sacrificio serán los que salvarán al mundo y le concederán una amnistía espiritual y extraordinaria a gran parte de la humanidad, por medio de la vida consagrada, sacerdotal y misionera.
Por eso, cuanto más difícil es el momento, más duras son las pruebas y más doloroso para ustedes es saber la verdad tal cual es.
Este es el tiempo y la gran oportunidad de darlo todo por el todo, así como Yo lo di por ustedes, sin pensar ni un segundo en retroceder ni en desistir. Porque Yo sabía, compañeros, lo que vendría después. No hubo dolor humano, sentimiento o pensamiento que haya impedido realizar Mi tarea por el mundo, así como hoy realizo esta tarea por ustedes y con ustedes.
Mis Palabras terminan de ser escritas en el Libro de Dios, y ustedes deben ser parte de esa historia que está siendo escrita a través de Mi Obra.
En esta Maratón de la Divina Misericordia clamemos por el discernimiento divino, por la sabiduría universal, para que todos tomen buenas decisiones en este tiempo crucial, en el que la oración y el servicio serán el escudo que los protegerá y el impulso que los llevará a estar a Mi lado, incondicionalmente.
Hoy no vengo a ver sus errores, sus traumas o sus desiertos, porque ya los conozco.
Yo vengo a dar valor y poder a cada Código de Luz, de Amor y de Palabra que he depositado en sus corazones, porque creo que ustedes los harán valer y se responsabilizarán de ello, sabiendo que Yo necesito de espejos en la Tierra, de servidores y misioneros en la superficie, para curar el dolor a través del Amor que Yo les entregué y el que siempre podrán dar sin miedo.
Arriésguense a amar, más de lo que Yo los amo.
Arriésguense a entregarse, más de lo que Yo Me entregué.
Aún nadie Me ha superado en el Amor, y espero que eso se cumpla algún día.
Hoy Me llevo del mundo el sufrimiento que vive, para que sea curado y liberado, transmutado y sublimado y para que, en esta Maratón, Mis discípulos, amigos y compañeros, renueven sus votos internos Conmigo.
Que en este mes de junio, mes del Sagrado Corazón de Jesús, las almas recuerden que en Mi Corazón hay un lugar para cada una, un lugar que espera ser ocupado por ustedes.
Les agradezco por orar Conmigo, por orar por el mundo, para que el Proyecto de Su Redentor se cumpla en la humanidad. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Un alma que había cometido muchos errores se sentía impura e indigna ante Dios y, frente a todos los pecados vividos, le cuestionaba al Señor, diciéndole: “Señor, pequé una y muchas veces; caí y, en vez de levantarme, me sumergí más profundamente en los abismos de la vida. Hoy, estoy ante Ti, me llamaste a sentarme a la mesa de la redención. Dime, Señor, ¿es posible que un pecador, como yo, sea llamado por Ti? ¿Cómo podré dar los pasos que Tú necesitas? ¿Cómo curaré las infidelidades y los pecados más profundos de mi ser?”.
Y, con Ojos de Misericordia, el Señor le respondió también con una pregunta: “¿Qué hizo el leproso para ser curado por Mi Hijo, cuando lo vio aproximarse entre la multitud? ¿Qué hizo la mujer del flujo de sangre para liberarse del peso de sus impurezas cuando, en su desesperación, vio a Mi Hijo pasar? ¿Qué hizo Zaqueo para ser notado y, a pesar de todos sus errores, ser digno de una sola mirada del Hijo de Dios?
El leproso, alma pequeña, se expuso y se humilló delante de la multitud. Con su mal olor, con sus heridas, con su corazón quebrado y ya sin esperanzas, en un mundo en donde no había salvación para él, la única solución fue recurrir a Cristo, aun sucio, impuro, enfermo, rechazado.
La mujer del flujo de sangre también se arriesgó entre la multitud. Ella no quería ser humillada, pero sabía que la única forma de curarse era recurrir a Cristo. Esa vez, fue el propio Señor que hizo que ella fuera notada, no para humillarla, sino para darle a conocer al mundo que, para curarse y tornarse limpio, el pecador tendrá que exponer sus pecados y heridas ante Dios. Es por la puerta de la humildad que se llega a los Pies del Creador.
Zaqueo sabía de su mala conducta, sabía de sus pecados e imperfecciones; pero, dentro de su alma, hablaba más alto la necesidad de perdón. Por eso, se expuso y, delante de la multitud, se humilló, subió a un árbol en el que todos podían notar que, a pesar de todos sus errores, él estaba allí, enfrentando todos los juicios y críticas, simplemente por la necesidad de estar ante Cristo.
Y el Señor, cuando ve que los pecadores van más allá de sus pecados, Él también va más allá en Su Amor, en Su Misericordia y en Su Gracia. Por eso, alma pequeña, nada es imposible. Toda enfermedad tiene cura, todo pecado tiene perdón, pero para eso precisas dejar de lado tu orgullo y vanidad, y humillarte ante Dios. Sé transparente y sincera, muéstrale al Señor tus heridas y permite que, con una única mirada compasiva, Él te cure”.
Que este diálogo, hijos, los inspire a no tener miedo de estar expuestos, de ser humillados y, así, ser curados, perdonados y redimidos por Cristo.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Decimoséptimo poema
Señora del Amor y de la Luz,
Venerable Reina del Universo,
ayúdanos a confiar,
así como Tú confiaste enteramente
en nuestro Padre Dios.
Que en obediencia,
podamos reconocer la Voluntad Divina,
y así, podamos seguirla
hasta cumplir cada designio del Creador.
Que en el vacío absoluto
de nuestra persona, querida Madre,
recibamos, en humildad y en confianza,
las Palabras de Tu Hijo,
para que llevemos adelante
la esperada Obra de la Misericordia y de la Redención.
Que en determinación,
nos animemos a comprometernos más
con el Plan Divino del Redentor.
Que, con tu maternal ayuda,
asumamos el apostolado,
guiando nuestros pasos
por las imborrables huellas de Cristo.
Que no perdamos la oportunidad
de servir conscientemente.
Que nuestro corazón no sea tibio
ante la convocatoria.
Que nuestro interés por colaborar
no sea frío, sino que,
movidos por el fuego de Tu Amor materno,
seamos llevados a concretar
las aspiraciones de Cristo.
Que estemos enteros y disponibles
en cada nuevo trabajo,
para que, como soldados de la Luz,
estemos incondicionales y abiertos
ante cualquier llamado.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Un 19 de marzo como hoy, hace 11 años atrás, en un humilde campo de Aurora, en Uruguay, los primeros ofertados a vivir la consagración se postraron, en el suelo húmedo del campo sagrado, para dar un sí por muchas almas más.
Las almas fueron atraídas, como las mariposas, hacia el Gran Sol de la Consciencia de Cristo para que vivieran la experiencia de la religiosidad, de la oración y del servicio.
Así, se fundó la Orden Gracia Misericordia que, en aquellos tiempos, comenzó a despuntar como un sol en el horizonte. Era el nacimiento de la Nueva Aurora.
Ese momento quedó registrado en el Corazón de su Maestro hasta el presente. Los que comprendieron la esencia de este encuentro de almas consagradas aún están presentes acompañando a la Obra Redentora de Cristo, más allá de sus defectos, desiertos o pruebas.
Los que Yo llamé y Me respondieron de corazón son los que hoy están aquí, siguiendo aún las Huellas del Mesías. Ese recuerdo es el que, por un instante, Me hace borrar de Mi memoria a los que fueron infieles Conmigo y Me abandonaron.
Yo Me sirvo de ese momento especial del 19 de marzo, porque fue algo que nunca más se repitió y que representó a todas las posibilidades de lo que sucede en la actualidad.
Queda en Mi memoria ese día, de primera y austera consagración, momento que permitió que Yo hablara, hasta los días de hoy, para el mundo entero.
Eso es lo que Me motiva e impulsa a regresar al mundo para llamarlos, una y otra vez, para que Me sigan.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el Corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Queridos compañeros:
La misión realizada, hasta hoy, en Argentina significó para el Padre Eterno un importante paso espiritual e interior que los corazones dieron en la búsqueda incesante de la fe y del amor a Dios.
Hoy, el Castísimo Corazón de San José cerró una etapa especial y única en la obra de amor y de redención de los Mensajeros Divinos; y San José mismo abrió un nuevo ciclo que irá despuntando como un sol para todos los servidores de Cristo.
Es así que, como hace más de dos mil años, San José cumplió hoy con una etapa en el propósito de la instrucción palpable para las almas, lo que permitió preparar el suelo fértil de cada corazón para poder atravesar el fin de los tiempos.
En este sentido, la instrucción del Castísimo Corazón de San José abrió una puerta, en este siglo XXI, para que la humanidad entera nunca se olvide de aprender a ser muy humilde y austera en la vida sobre la superficie de la Tierra.
Argentina fue el escenario escogido por el propio Padre Celestial para que en el mes de agosto fuese colmada de las gracias y de las bendiciones de los Sagrados Corazones.
Después llegará el momento, en que su Maestro y Señor se retire también, y por último, se vuelva a elevar para la gloria de Dios, nuestra Santísima Madre.
Así, cuando esto suceda, se desencadenarán los últimos tiempos y todo lo que está en el Cielo como lo que está en la Tierra se mostrará, y será en esa hora que los soldados de Cristo deberán sostener sin vacilar la antorcha del triunfo de la Luz.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Cuando invocan Mi Divina Misericordia y se vuelven hacia Mí, Yo no contemplo sus miserias, sino el potencial de sus virtudes guardadas en lo profundo de la consciencia.
Por esa razón, remuevo sus estructuras antes de que ellas se endurezcan y nada pueda hacerlos mover del lugar en donde están.
Es así que Mi Divino Plan, que es dinámico y constante, les trae la consciencia del Propósito, del dinamismo constante que deben alcanzar para proseguir la Obra de Redención de su Señor.
Por ese motivo, también los envío a diferentes pueblos, para que las naciones vengan a Mí y Me encuentren en todos los que esperan, sinceramente, el camino de la reconciliación.
Este es el tiempo de que Yo no solo esté en ustedes a través de los Sacramentos, sino de que también esté entre ustedes por medio de Mi Palabra de Amor.
Este es el momento para hacer crecer en ustedes las Virtudes de Dios, así conocerán más conscientemente los Misterios del Cielo.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Hijos Míos:
Que la Luz de Mi Corazón ilumine el camino para la redención de Europa y del mundo.
Europa necesita, en este tiempo, reconocer la Luz de Dios y Su Misericordia y, más que eso, comprender su historia para redimirla y abrazar la Voluntad Divina para su futuro y, así, vivirlo.
Así como el sol nace todos los días para todos los seres de la Tierra, así también las Gracias de Dios descienden de los Cielos sobre todas Sus criaturas y Su Misericordia se derrama sobre los hombres y sobre los Reinos de la Naturaleza, concediéndoles el perdón, la cura y la redención para que alcancen la paz.
En Europa se vivieron errores milenarios y una gran ilusión se instituyó por el sufrimiento vivido en los corazones. Muchos se cerraron a Dios y a Su Gracia por no percibir que la Presencia Divina está más allá de las acciones realizadas por el libre albedrío de los hombres.
Pero el Creador, que no desiste jamás de Sus hijos, envía repetidamente a Su Sierva fiel a este mundo y, a través de los corazones simples, busca despertar en los seres la piedad y el perdón.
Con esto les quiero decir, hijos míos, que Europa debe ser el testimonio de la Misericordia Divina. El testimonio de que, cuando los seres bajan la cabeza en humildad para servir y recibir la Gracia de Dios, es posible transformar hasta la más arraigada de las condiciones humanas.
Estamos en un tiempo de milagros, milagros de redención, de cura y de Misericordia, milagros de conversión, pero no de la conversión a una religión, sino de la conversión de la condición humana.
Europa debe hablar al mundo y al Universo a través de la transformación de su historia. Así como en la Tierra, muchos errores fueron vividos en el Cosmos, y la cura y el amor que aquí despierten serán los bálsamos para redimir y transformar las raíces, de las equivocaciones de los hombres, en los corazones de los ángeles que cayeron por su ignorancia.
¿Comprenden entonces, hijos Míos, cuán importante es para Dios la redención de Europa?
Que se abran los corazones a este milagro de redención y que todos Mis hijos acompañen con fe cada uno de los pasos de Dios. No hay nada que no pueda ser redimido. No hay corazón endurecido que no pueda abrirse a la Misericordia Divina. A los que despertaron, Yo les pido que sean vehículos del Amor y de la Gracia de Dios a través de la pureza de sus corazones, comprendiendo que sus seres son instrumentos del Padre para la redención planetaria.
Que así, las raíces de la perversión y de la indiferencia humana sean arrancadas de la Tierra por el "sí" verdadero de los corazones que aman a Dios y que reconocen, en la Sangre derramada de Mi Hijo Jesús, la puerta hacia su redención.
Hoy, hijos Míos, Yo los bendigo y les dejo Mi Paz para que aprendan a llevarla a este mundo y, así, proclamen la redención de la Tierra.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
No importa cuán imperfecto o defectuoso seas. Eso no tiene ningún valor para Mí, lo que tiene importancia es que mejores todos los días un poco más para que, así, Mi Obra de Redención y de Misericordia se realice en tu vida y en el mundo.
Lo que verdaderamente importa es que lo intentes todos los días, que te esfuerces de verdad por agradar a Mi Corazón ofendido. Eso Me bastará para contarte como parte de Mi rebaño apostólico en el fin de los tiempos.
Nunca dejes de abrir el corazón para la transformación de la vida y de la consciencia, porque en esa simple apertura permitirás que los milagros de conversión y de transformación sucedan, de etapa en etapa.
No busco tu santidad ni tu realización inmediata. Busco lo más verdadero que guarda tu corazón y lo que aún no le has mostrado a nadie.
Ábrete a amar tus imperfecciones para que ellas se transformen. Nunca entres en conflicto ni en batalla. Nunca te dejes vencer por la soberbia ni por la arrogancia.
Ríndete a Mis Pies todo el tiempo y sobre ti construiré Mi Templo Espiritual.
Adelante.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Inspiramos.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén (en latín).
Saludamos al Rey del Universo.
Ardientemente deseaba que llegara este día porque el triunfo y la victoria de Mi Corazón están próximos y nada lo impedirá.
Felices los que confían en Mi Palabra. Dichosos los que la siguen. Bienaventurados los que la cumplen, porque Cielo y Tierra pasarán pero Mi Palabra quedará en la memoria de Mis elegidos.
Este es el tiempo de darlo todo por Mí. Es como dije en el pasado: los quiero fríos o calientes. Lejos de Mí los tibios de corazón porque en los tibios no se construye Mi Obra.
En los tibios Mi Obra no evoluciona. Es en los guerreros que construyo Mi Verdad y es en ellos en los que dejo Mi Mensaje, en quienes Mi Llama se expresa, en los que Mi Amor penetra y transforma todo lo corrupto. Por eso, deseé que este día llegara y que estuvieran exhaustos y cansados para poder representar y vivir lo que Yo viví por ustedes en el momento culminante de Mi Agonía, en la que la soledad abundaba y la fortaleza, a pesar de la oscuridad, estaba en Dios.
Sé que no es fácil vivir lo que Yo les pido, por eso respeto cada uno de sus tiempos. Pero me corresponde, como su Maestro y Señor observarlos y contemplarlos para que aprendan a seguir Mi Camino, para que no pierdan de vista Mi Propósito, que va más allá de lo material y de lo espiritual. Propósito del cual todos ustedes forman parte. Propósito en el que todos fueron congregados para cumplirlo y para vivirlo en estos tiempos por una meta mayor y ampliamente desconocida.
Lo que Yo necesito de ustedes es algo más que material y podría decir, algo más que espiritual. Necesito que profundicen en esta existencia que está dentro de ustedes para que el mundo, día a día, siga aprendiendo a salir de la mediocridad, de la indiferencia, y de todo lo que omite la Verdad de Mi Corazón. Esa omisión que viene de los hombres por estar ciegos en la ilusión y por no haber escuchado, ni siquiera una vez, todo lo que Yo dije en los últimos tiempos.
Aún espero la redención de estos hombres y la colaboración de las almas que más allá de sus posibilidades, de su sacrificio o de su entrega estén dispuestos a sufrir por Mí.
Pero Yo no les traigo el sufrimiento de la Cruz, ni la más pequeña de las células de su cuerpo lo soportaría. Porque lo que Yo viví por ustedes fue muy grande y aún no fue relatado en ningún libro sagrado. Llegará ese tiempo en el que diré toda la verdad.
Deseaba que, en esta noche, los abiertos de corazón fueran preparados para el próximo encuentro Conmigo, que será una Sagrada Semana determinante, en la que muchas definiciones se darán, pasos se concretarán y muchos determinarán lo que harán de sus vidas a partir de esos impulsos de luz que vendrán de Mi Corazón.
Todo lo que hoy les digo, compañeros, es para animarlos a seguir adelante, es para animarlos a arder en el amor por Mí, en un amor que es capaz de hacer cualquier cosa, bajo cualquier circunstancia o situación, en un amor que vive en el silencio la aspiración de encontrarme día a día, y de algún día ver Mi Sagrada Faz.
Si hoy ese amor no los compenetra por lo que viven o por aquello que están aprendiendo o sufriendo, ¿qué están haciendo aquí?
Necesito de una verdad real y sincera, necesito que sus corazones se rasguen por Mí y que sus almas se entreguen por Mí, día a día.
Mi Cruz tuvo un peso incalculable, un valor aún no valorado, una entrega aún no conocida. Que sea Mi Cruz su aliento, su fortaleza y su aspiración. Y cuando sientan el peso de su cruz, sientan que estarán en Mi Verdad, y Mi Espíritu soplará en ustedes y los inspiraré en la Sagrada Palabra, les daré la respuesta y alcanzarán la meta.
No todos están preparados para vivir lo que Yo necesito. Pero si lo pido, compañeros, es porque es posible y solo algo dentro de ustedes lo podría impedir. Pero quien se entrega a Mis Pies se entrega a Dios, a Su Voluntad y a Su Propósito. Y esa entrega no tiene precio, no tiene medida ni tampoco condición porque es una entrega que dona el corazón de cada ser que se aferra a Cristo.
Hoy es un día especial, pero también decisivo porque todas las almas que escuchan Mi llamado, después de estos últimos tiempos, es la primera vez que están ante dos caminos para poder escoger y esa respuesta surgirá desde adentro de ustedes.
Por eso los contemplo. Por eso rezo. Por eso adoro a Mi Padre celestial para que Su profunda e infinita Sabiduría esté en ustedes, en su interior y en sus esencias al momento de decidir, de confirmarse o de definir otro camino.
En este momento, ante su decisión espiritual y universal, Yo no puedo intervenir. Mi Padre y Mi Madre los hizo libres de espíritu, de acción y de palabra.
Como antes de entregarme a la Cruz, de ser martirizado y humillado por los que fueron curados y sanados por Mí antes de que Mi Sangre fuera derramada, y aunque hasta los tiempos de hoy no es reconocida, fue en ese tiempo y en esa hora en los que también los apóstoles vivieron su gran definición para su próxima etapa.
Mis discípulos deben cruzar ese umbral y aprender a atravesarlo, así como Yo lo atravesé por ustedes cuando el Padre me presentó el Cáliz y Yo le dije: “Hágase Tu Voluntad”.
Este es el Cáliz que hoy Yo les estoy ofreciendo. Más allá de sus posibilidades, de sus limitaciones o de sus pruebas.
Este es el Cáliz que testimonió por ustedes el Amor derramado en cada gota de Sangre, como en el Agua preciosa que brotó de Mi Costado.
Este es el Cáliz que testimonió el descenso de la Misericordia, de la piedad, de la compasión y de la redención en la humanidad.
Este es el Cáliz que Yo les ofrezco para que el mundo no se destruya, para que los continentes no sufran, para que las guerras acaben, y para que los enemigos y los anticristos sean derrotados por Mi Luz, la Luz que proviene del Amor de Mi Corazón.
Les advierto y los llamo a la conscientización. Todo lo que Me ofrecen de verdad Yo lo reconozco, por más simple y pequeño que parezca, por más silencioso que sea, aunque sea entre ustedes y Yo y nadie más; todo es reconocido, contemplado y aceptado por Mi Corazón.
Es allí, en esta pequeña oferta, en la que encontrarán fuerza, ímpetu y determinación. Es allí, en lo pequeño y en lo simple, pero verdadero que encontrarán la llave del amor que transformará su ser y toda su consciencia en lo que aún tanto espero, según Mis Proyectos.
Guarden estas Palabras como algo que no se repetirá jamás. El Señor del Universo también tiene su tiempo para decir las cosas porque eso los prepara y los desvía del peligro, de la perdición, del engaño que pueda propagar Mi adversario.
Pero, Yo pisaré su cabeza y colocaré Mi Espada. Transfiguraré su esencia y todas las esencias del mal. Y Mi Reino Celestial descenderá en los cuatro puntos de la Tierra, la gran Estrella Madre llegará y los Maestros descenderán para regenerar y curar a la Tierra, y así surgirá la Nueva Humanidad.
Ofrezcan este momento de decisión a los Altares de Dios. Él está atento a la voz de sus súplicas, así como Él estuvo atento en Fátima por medio del corazón de Mi Madre Celestial. Estamos en un momento semejante a ese, más allá de su materia o de sus cuerpos, de su mente o de su intelecto, más allá del espíritu, del alma o de la esencia.
Ofrezcan a Dios este momento de decisión. Esto permitirá que Mi Obra se expanda en el mundo y siga triunfando Mi Amor por encima de la adversidad en los corazones que se congregan para vivir Mi Hermandad.
Nos ponemos de pie.
"Señor del Universo, Padre-Madre Creador participa de la Comunión con Tus hijos en este sagrado momento de definición en donde Tus Puertas se abren y las almas claman por Tu Amor. Enciende en ellas Tu Confianza, el don de Tu Sabiduría, la infinita Compasión de Tu Corazón, para que todos los Cristos del Nuevo Tiempo despierten y participen de la victoria de Mi Reino en la humanidad. Amén".
Incienso.
Invocaremos ahora al Padre Celestial, a Su Nombre Sagrado Adonai, para que Su Sabiduría descienda al planeta y a todos los que participan de la Comunión con Su Espíritu.
Canción: Adonai.
Inspiramos.
Padre, convierte este elemento en Mi Cuerpo para que las almas se alimenten de la esencia de Tu Espíritu y del Universo, de Tu Verdad.
En aquel tiempo elevé el pan para que el Padre lo bendijera y Él entregándome Su Gracia, Yo se lo entregué a los apóstoles diciéndoles: “Tomen y coman todos de él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por ustedes para el perdón de los pecados”.
Padre, convierte este elemento en Mi Divina Sangre, para que las almas beban de la esencia de la redención por medio del Poder infinito del Amor.
En aquel tiempo también elevé el Cáliz; el Padre lo bendijo y Me entregó Su Misericordia para que fuera derramada en toda la Tierra por medio de Mi Sangre hasta lo más alto de la Cruz.
En aquel tiempo se lo entregué a los apóstoles diciéndoles: “Tomen y beban todos de él, porque esta es Mi Sangre de la Nueva Alianza, que será derramada por todos los hombres para el perdón de los pecados”.
Este es el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Bienaventurados los misericordiosos porque vivirán en la Misericordia de Dios. Amén.
Oración: Padre Nuestro (en portugués).
Quien viva en Mi Palabra, vive en Mi Amor. Yo les enseñé a amarse, los unos a los otros, más allá de los defectos o de las diferencias. Que este Amor se difunda en el mundo, el Amor Crístico de Mi Corazón, en todos los pacificadores, en todos los misioneros y colaboradores de la Obra de Dios.
Que la Paz de Dios esté en sus corazones y que Él siempre los haga partícipes de Su Paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
En fraternidad y amor, agradecimiento y júbilo, se darán el saludo de la paz.
¡Les agradezco!
Muchos son los servidores que trabajan en Mi Nombre y que promueven obras de paz y de bien en el mundo. Eso va más allá de la religión o de la fe, porque a través de ellos llevo adelante la obra máxima de Mi Divina Misericordia.
En esas almas Yo hago descender el poder y la esencia de Mis Obras para que, por medio de esa cadena de amor y de fraternidad, el resto de la humanidad pueda sentir la presencia invisible y silenciosa de Mi Amor reparador y curador.
Ese servicio, que es ofrecido por todos Mis servidores del mundo, los hace encontrarse con otros servidores Míos y así se establece el espíritu de la hermandad y de la paz; allí se manifiesta la Iglesia Celestial que une, con amor y luz, a todos los servidores.
A través de Mis servidores Yo puedo suplir las carencias espirituales de la humanidad. Y gestando, por medio de ellos, el Amor Crístico, se evitan más conflictos y enfrentamientos en el mundo por el simple hecho de que existen almas donadas, en servicio, a Mi Corazón.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Nunca temas asumir grandes responsabilidades, porque, por más que te equivoques y que no estés preparado, si colocas el corazón y el amor, más allá de los defectos, eso tendrá más valor que hacer las cosas perfectas para Mí.
Me gustan las almas decididas, dispuestas y obedientes; las que son capaces de superarse un poco más todos los días, sin salirse del equilibrio ni tampoco irse hacia el otro extremo.
En este tiempo, la disposición y el sacrificio harán la diferencia entre que Mi Plan se cumpla o que Mi Plan no se pueda llevar adelante.
Pero, dentro de todo el espíritu de la entrega, la determinación no puede ser desmedida ni fanática. Ustedes deben estar en equilibrio con el día y la noche, con el ritmo ecológico y biológico, porque de esa forma estarán cumpliendo las Leyes básicas de la evolución.
Todo tiene su lugar y su tiempo, por eso, el equilibrio interior y exterior ayudarán a realizar Mi Plan conforme a lo que fue pensado.
La apertura interior a Mis Comandos permitirá la manifestación de Mis Obras.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Serie – Manifestación de Aurora – Parte II
Compañeros:
La manifestación fundamental de Aurora en la superficie está basada en el amor entre hermanos, en un amor honesto y verdadero que se construye en la fraternidad de Cristo, para que, enseguida, los Principios del Padre Celestial, aquellos principios que inspiran el Proyecto de Dios, puedan estar presentes en la humanidad.
Para que todo esto sea posible, en este nuevo año, es necesario contemplar las necesidades de Aurora, las que cumpliéndose, etapa por etapa, con la colaboración de los celadores de la Obra, permitirán que el propio Centro de Aurora reciba, en los planos internos, los tesoros celestiales; sagradas herramientas que harán posible acelerar el proceso de la redención de la humanidad.
Por ese motivo tan importante, Aurora necesita de la colaboración de todos para hacer posible la manifestación de su Centro Sagrado, así como de la vida grupal, la que debe tener las estructuras necesarias para que una Nueva Humanidad pueda contar con esta Isla de Salvación.
Cuando ayer les dije que Aurora aún no terminó su manifestación, era para hacerles comprender que todavía la Jerarquía Espiritual tiene planes y proyectos aquí, los que deben materializarse en la vida sobre la Tierra para que los espacios físicos con los que cuenta Aurora también sean contemplados para la realización del Propósito y del Plan de la Jerarquía.
El Reino de Aurora no solo es un espacio para el conocimiento interno de los seres.
El Reino de Aurora debe ser un espacio completamente manifestado para que la tarea de Aurora pueda suceder en la superficie.
Llegó el momento de poder abrazar el Proyecto de la Jerarquía para que, en la Tierra y en el fin de estos tiempos, la vida universal sea una realidad vivida y sentida por cada corazón servidor.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras y aspiraciones en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Cuando Mis apóstoles no se comprendían o, por alguna razón, no se unían, Yo les pedía que no se olvidaran de la paz, porque la paz es un medio que lleva a las almas hacia el amor.
Hacer todo en paz es aproximarse al amor y el amor nos lleva al entendimiento y a la sabiduría.
Jamás ninguno de Mis apóstoles tuvo la razón de su lado, porque, siendo imperfectos, unos y otros, nadie era portador de mayor sabiduría, porque la sabiduría nos la da Dios.
En este tiempo, esa separación, inducida por el adversario, ha sucedido entre Mis servidores porque algunos no creyeron en los otros o no se adhirieron a alguna causa, lo que ha debilitado el campo de acción de Mi Obra de Redención.
Si la Jerarquía no interviniera todos los días en las diferentes situaciones que viven Mis apóstoles del fin de los tiempos, no existiría la posibilidad de concretar el Plan.
El crecimiento de la consciencia universalmente se mide en los grados de amor; pero si ese amor aún no está maduro en los corazones o en la vida grupal comunitaria, hay que buscar alcanzar la paz entre los seres para que ese amor tan esencial e importante se manifieste.
Se deberá tener mucho discernimiento al momento de actuar o de hablar para no provocar brechas y, así, cerrar las puertas a posibles embates.
El amor también es decir “no”, así como decir “sí”, porque el amor solo debe expandir la consciencia a través de las experiencias que harán que el ser se redima.
Busquen primero esa paz para encontrar enseguida el amor que les concederá el entendimiento.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Segundo Mensaje
Si las almas creyeran que Yo ya estoy aquí y entre ustedes, el mundo cambiaría.
Si las almas creyeran que Yo ya estoy retornando y que vengo del Universo con todo el poder de Mi Gracia, el mundo ya cambiaría.
Por eso, la confianza de los corazones en Mi Presencia será imprescindible para poder llevar adelante la Obra de la Redención.
Hoy vengo por un mundo que está sufriendo y que, día a día, abre nuevas llagas en los Reinos de la Naturaleza, en la humanidad y en la consciencia del planeta.
Muchas de esas llagas la humanidad no las puede ver ni sentir, porque son internas. En eso trabaja la Jerarquía, incansablemente, para que el caos no se reproduzca ni tampoco se regenere por la acción de los hombres.
Vengo por un Brasil que necesita mucho de Mí, así como de Mi Madre y de San José, y porque, a pesar del caos reinante, la presencia interna y espiritual de Nuestros Corazones permite sostener a las almas que tienen fe en Mí.
Por medio de los Sacramentos que impartiremos en estos días las almas podrán ser renovadas y curadas espiritualmente; pero hay una parte que le corresponde a cada ser, hay una parte que la consciencia deberá asumir para su transformación y redención.
La Gracia de Dios, a través de los Sacramentos, viene a auxiliarlos, como una base espiritual, para generar y conceder esa transformación tan esperada por el Padre Eterno en cada uno de Sus hijos.
De la misma forma, por medio de los Sacramentos que impartiremos en estos días, el legado que Yo le dejé a la humanidad será nuevamente renovado.
Y no solo las almas se verán beneficiadas, sino también Mi Iglesia Celestial descenderá a la Tierra para unir a las almas con Dios, en esencia y en espíritu.
Los Sacramentos que Yo puedo impartirles a las almas que los solicitan, son medios para llegar a Mi Iglesia Celestial, son caminos para llegar al Centro de Mi Ser, al Templo de Mi Espíritu; de este Espíritu Divino, Puro e Inmaculado, creado por Dios, que descendió a la Tierra para traerle al mundo una oportunidad de amor, una oportunidad de luz y una oportunidad de esperanza.
A pesar de que Mi Iglesia en la Tierra esté muy disminuida, revivo el legado espiritual, entregado una vez a los Apóstoles, a través de los Nuevos Cristos, de los últimos apóstoles de los últimos días que Yo estoy llamando para servirme.
Porque Mi Mirada no está colocada en las miserias, en las imperfecciones o en las faltas.
Mi Mirada está colocada en la transparencia que Me puede dar cada corazón servidor.
Esa transparencia que ustedes Me pueden dar y esa confianza que ustedes Me pueden entregar, son las que harán realizar la Obra de la Misericordia y de la Redención en el Brasil y en la humanidad.
Ya no existe lugar en la Tierra que esté libre del mal o del pecado; ustedes eso lo saben, porque lo pueden ver.
Solo en ciertos espacios sagrados, en donde se concentra la Jerarquía Espiritual en su profundo silencio y contemplación, es que encontrarán las puertas para poder cruzar hacia la consciencia del gran Universo y comulgar de la Fuente Suprema.
En estos espacios de Sudamérica existen recintos sagrados en donde la humanidad, silenciosamente y en oración, puede volver a encontrarse consigo misma, con su esencia, con su origen, con su estado de luz y de trascendencia.
Pero si esos espacios sagrados, que no son visibles a los ojos físicos, no son protegidos ni respetados, esa Fuente se cerrará.
De ese alimento espiritual necesitan todas las almas del mundo, aunque no conozcan esos recintos sagrados.
Ustedes que son conscientes de esa realidad, promuevan, a través de la Misericordia, esa aproximación de las almas hacia ese estado de consciencia que es algo interno y sublime, en donde podrán estar en comunión con la Jerarquía y reencontrar ese camino que la humanidad ha perdido hacia la Verdad.
Por eso, Mi Corazón Misericordioso no deja de derramar gracias, bondad y luz, a pesar de que él esté en silencio y en reflexión, así como lo está el Padre Eterno en este momento.
El Universo contempla este momento en el que Dios se recoge en la Creación.
Un nuevo tiempo llega, una nueva revelación se manifestará.
Todos los Universos están concentrados en ese estado en el que Dios ha entrado desde hace algunos días.
Ustedes, por medio de la oración y de la misericordia, deben formar parte de ese movimiento para que puedan percibir lo que el Universo hará descender en el próximo ciclo, cuando las Jerarquías de la Luz estén en un mayor silencio, en un silencio más profundo y más interno.
Como ustedes saben, compañeros, no realizaré Mi Obra de redención con multitudes, sino con pocos discípulos, así como fue en el pasado.
Si tan solo once consciencias, a pesar de sus imperfecciones, consiguieron llevar adelante Mi Plan y testimoniar Mi Presencia como Hijo de Dios, en el mundo y en los cuatro puntos de la Tierra, ¿qué es lo que podrían hacer más de once consciencias en este tiempo final?
Toda la vida espiritual se está congregando y uniendo.
Toda la fuerza del Universo Inmaterial y Divino se está uniendo para impulsar en los espíritus la concreción del Plan, para que al menos una parte de la Tierra se torne rescatable y se convierta en una Isla de Salvación.
Podría decir en esta tarde muchas más cosas para sus corazones, pero sé que aún el ser humano necesita un tiempo para comprender a la Jerarquía.
Sepan que Nuestra confianza, como Hermandad Celestial, está colocada en todo lo que hacemos, porque Nuestra misión, en el nombre del Padre Celestial, va más allá de las formas y de la humanidad, abraza infinidad de espacios y de consciencias universales, porque existe un Proyecto por cumplirse y manifestarse.
Tengo la esperanza de que con la consciencia y el discernimiento del Brasil, que algún día podrían despertar, esta tierra vuelva a ser parte del Edén de Dios, y así la nueva raza se pueda expresar como Dios tanto lo ha querido.
Los invito a vivir esta Maratón como un paso de sus consciencias, sin dejar atrás ninguna Palabra de la Jerarquía, sabiendo que todo lo que decimos tiene un objetivo, un principio y una misión, sabiendo que es hora de comprender a la Creación, así como Dios lo necesita y no como los hombres lo creen.
Si la humanidad comenzara a respetar las Leyes de la Creación, muchas situaciones no sucederían.
Las transgresiones y las fallas son muy grandes delante de la Ley de la Divina Justicia, pero Yo vengo a colocar Mi Corazón como intercesor y no como un juez, como mediador y como abogado de todas las almas que en verdad se quieran arrepentir y transformar.
Porque lo más bello que puede sucederle a sus vidas es vivir en Dios, es sentir a Dios y es comulgar de Dios, todo el tiempo.
Que Mi Pasión vivida una vez en la Cruz, en el Calvario, en cada momento que sufrió su Maestro y Señor, sea revivida como un medio para la salvación y la redención de la humanidad.
Hemos venido al sur del Brasil porque Brasil lo necesita mucho. Es el país, es la nación, es el pueblo que deberá mantener su corazón abierto para que siempre sepan escuchar a Dios.
Yo los bendigo y los invito a la reconsagración de su patria a Mi Sagrado Corazón, los días 5 y 6, durante seis meses.
Si esa consagración fuera verdadera, en respuesta y adhesión, Me darán la autoridad de poder interceder en situaciones gravísimas de su pueblo.
Los amo y los bendigo con la Luz de Mi Espíritu, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En la Hora de Mi Misericordia tengo mucho para darle a las almas, pero la mayoría no se anima a beber de Mis prodigios, de la Fuente de Agua Viva, porque en muchos casos ellas colocan su atención en otro lugar y no en Mí.
Las almas del mundo a veces se preguntan la razón y el motivo de su sufrimiento, y lo primero que hacen es culpar a Dios por las consecuencias que viven, cuando, en realidad, son el resultado de sus propios actos.
Pero en la Hora de la Misericordia Mi Corazón prodigioso tiene el poder para revertir muchos males y desencuentros, siempre que las almas se confíen a Mi Corazón Misericordioso.
Animo a Mis verdaderos seguidores a difundir la Obra redentora de Mi Misericordia, para que las almas aprendan a no tomar decisiones precipitadas que afecten a la humanidad.
Yo los invito a buscar la humildad dentro de sus seres para que la Verdad, algún día, los pueda liberar.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
La voz interna de Mi Corazón hoy habla con ustedes para que puedan sentir la profundidad de Mis Palabras y la importancia de Mi Mensaje.
Lo que hoy quiero decirles es algo simple, pero lleno de amor, especialmente a los que, por diferentes circunstancias y motivos, abandonaron la participación en la Obra redentora de Mi Hijo.
Quiero decirles a todas esas almas que todavía les queda un tiempo para poder arrepentirse y para corregir sus caminos, les queda un tiempo para percibir lo opuesto que han generado para sí mismos con sus acciones y emociones.
Antes de que el planeta siga purificándose violentamente, quiero decirles a esos hijos que recapaciten, que no desafíen la Voluntad de Dios y menos que modifiquen los Proyectos de Mi Hijo, porque lo que antes era plena Misericordia sobre ustedes podría convertirse en un afluente inagotable de Justicia.
Quiero decirles, a esos hijos rebeldes, que no ostenten algo que no les pertenece y que tampoco busquen aliados en este momento planetario en el que la realidad de las naciones es más grave. Les pido que salgan de lo mezquino, que no sigan condenando a sus almas a los abismos terrestres ni tampoco comprometan la mente y la vida espiritual de sus hermanos por medio de sus comentarios, acciones y desacuerdos.
Como Madre, les pido a todos los hijos rebeldes que se detengan, están provocando la ira de Dios. Ustedes no la conocen ni tampoco la saben. Arrepiéntanse de corazón y abandonen esa rebeldía e indiferencia que los ha consumido como el fuego.
No sigan ensuciando los caminos ni las almas de sus hermanos. No se dejen engañar por Mi adversario. Si hoy están en esta situación, hijos, no es por causa de nadie, la responsabilidad es de ustedes mismos. Ustedes se apartaron del Amor de Dios y no lo quieren reconocer. Sostienen más a sus sentimientos que al propio Plan de Dios.
Ya no lastimen más el Corazón de Mi Hijo. Él está en silencio, así como Dios está en silencio, pero el Padre Celestial, en algún momento, les responderá de la forma que menos esperan. Por eso, no ultrajen más el Plan de Salvación. Dejen en paz a sus hermanos, a todos los que sí escogieron por sabiduría seguir a Cristo y no a las resistencias de los que se rebelaron.
Les pido que no culpen más a nadie. Reconozcan sus errores y arrepiéntanse. No quiero verlos en el purgatorio.
No busquen más justificaciones. No abusen del poder que creen tener en manos. Sé que pensarán que la Santísima Virgen nunca les diría todo esto, pero aquí estoy como su Abogada, porque ya no tienen más méritos para poder salvarse.
Por esa razón, también vengo por los miserables de espíritu, por los que creen saber la Verdad y no la tienen, porque sus corazones están vacíos de Amor Divino.
Retrocedan, retrocedan a tiempo. Humíllense y pidan perdón, aún la Misericordia de Mi Hijo los puede amparar. Sean humildes para poder escuchar.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Siente Mi Corazón en tu corazón y mira interiormente cómo todo se pacifica.
No existe mal en el mundo que pueda ir más allá de la esencia.
Siente Mi Corazón obrando en tu corazón, llevando adelante la Obra de la redención del planeta.
En Mi Corazón guardo los Designios de Dios, y esos Designios los deposito en los corazones que se abren para recibirlos por más que no los conozcan profundamente.
Siente Mi Corazón en tu corazón y observa cómo todo cambia y todo se renueva, pues Mi ardiente deseo es darte a conocer el Reino de Mi Amor perpetuo, aquel Reino que quiero que las almas del mundo conozcan para que, finalmente, se entreguen a Mí.
Siente Mi Corazón manso dentro de tu corazón humano, llevando adelante los prodigios y las transformaciones necesarias.
Mi Corazón de Pastor aspira a realizar en cada ser el Proyecto de Dios. Por eso, todavía estoy a la espera de la entrega mayor de los corazones que me necesitarán en este tiempo final.
Siente Mi Corazón dentro de tu corazón y te aseguro que encontrarás siempre la paz.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Que la Luz de la Misericordia de Cristo guíe el camino de las almas que se entregan, con confianza, a los Brazos del Redentor.
Que esa entrega incondicional pueda abrir la puerta para la cura de los corazones y de las vidas de las personas que confían plenamente en la Misericordia Divina de Jesús; que así se establezca una alianza espiritual entre los redimidos y nuestro Señor, y que esa unión de almas con Cristo fortalezca el desarrollo de la Obra de la Redención y de la Misericordia en la humanidad.
Dejando atrás el pasado, que las almas reencuentren el sentido del Propósito y que siempre lo puedan ver y sentir en su interior como la llama que todo lo guía y que todo lo resguarda.
Abriéndose las puertas a la Misericordia de Jesús, que los corazones se renueven, que pierdan el miedo al fracaso y que se establezca una alianza inquebrantable entre las almas y el Creador.
Que todo sea renovado, que la vida sea permeada por el espíritu de la paz y que, finalmente, todo sea curado.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más