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Tercera Serie de Poemas
Séptimo poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Eleva, Señor, mi alma al Cielo
para que pueda unirse a la Tuya
y así comulgar de Tu Divinidad.
Hazme simple y verdadero
en los quehaceres del día a día.
Deposita en mi corazón
el poder de Tu Confianza
y haz de esta vida un instrumento
en las Manos de Dios.
Permíteme, Señor,
vivir en el vacío y presenciar
en cada acto de amor,
Tu Paraíso celestial.
Sírvete de mi consciencia
para que el Universo
descienda a la Tierra
y todo, completamente todo,
sea transformado.
Déjame, Señor, que conozca
el sentido profundo de Tu Palabra.
Eleva mi consciencia
cuantas veces sea necesario
para que esté despierto
ante Tu llamado.
Ayúdame a vencer la arrogancia
y el orgullo espiritual para que,
libre de cualquier ceguera,
yo reciba Tu bendición
para tener consciencia y discernimiento.
Déjame a Tu lado,
y podré guardar en mi mundo interior
lo magnífico que significa estar en Ti, Señor.
Haz de mi vida lo que tanto esperas.
Llegó la hora de que cruce
el portal hacia la redención,
así podré acompañarte
como siervo Tuyo
y discípulo de Tu Corazón.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Tercera Serie de Poemas
Sexto poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Que me vuelva, Señor,
como un niño,
para que todo el tiempo
pueda estar en Tu regazo.
Que me vuelva, Señor,
como un niño,
para que crezca
en simplicidad y en humildad.
Que siendo niño de espíritu
reconozca, Señor,
lo maravilloso y sublime
que es permanecer en Ti.
Que, como niño, recupere
los atributos de Tu Corazón
para que pueda representarte
como Tu hijo y como Tu compañero.
Que ahora, pudiendo estar
en Tus humildes Brazos, Señor,
pueda conocer desde cerca
los sagrados misterios
de Tu Corazón y de Tu Palabra.
Que sea invadido,
Señor amado,
por Tu Divino Espíritu
a fin de que pueda cumplir sinceramente,
los atributos de Tu Consciencia.
Renuévame, Señor, todo el tiempo.
Sé que aceptas nuestra oferta.
Recíbeme en Tu Reino
de Amor y de Redención,
para que junto al Padre
celebremos Tu Gloria celestial.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Tercera Serie de Poemas
Quinto poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Señor,
báñame por dentro y por fuera
con el manantial de Tu Gracia.
Purifica cada aspecto de mi ser
para que siempre me pueda renovar
a través de Ti.
Purifícame de mis pensamientos
y de mis sentimientos.
Te pido, Señor nuestro,
que seas parte de mi ser.
Enséñame a ser paciente
y perseverante en todo momento.
Enséñame a ser humilde
y simple ante los demás
para que mi persona
no busque promoverse en nada,
sino que esté dispuesto a servir
cuando me necesiten y me llamen.
Señor de la Verdad,
que mis sentidos se sublimen,
que mi palabra se eleve de vibración
y que cada oración que te ofrezco
pueda ser recibida en el Cielo
como una gota de luz en el vasto Universo
a fin de que las Gracias de Dios
sigan descendiendo.
Enséñame a ofrendar mi vida al servicio.
Enséñame a ofrendar mi corazón
como instrumento de cura.
Enséñame, querido Jesús,
a vaciarme de mí mismo día a día,
para que cada paso que dé
sea bendecido por Tu Amor consolador.
Que mi vida sea guiada
y protegida por Ti, Señor,
y que el Espíritu Santo descienda
para que pueda cumplir,
dentro de Tu Obra majestuosa,
con todos los Designios que has pensado
en Tu humilde Corazón.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Ama a Dios y a Su Plan, y en él aprenderás a amar todas las cosas.
Busca, por encima de todo, el amor al Padre y el Amor del Padre, y puro será el amor que nacerá de tu propio corazón.
Todas las cosas verdaderamente espirituales te parecen distantes porque, en verdad, tu corazón aún está distante de Dios.
Busca, hijo, el Amor verdadero en Dios y descubrirás Su simplicidad y Su pureza. Descubrirás que la vida devela sus misterios cuando tu corazón ama a Dios, porque el propio Amor dentro de ti permite que tus ojos reconozcan al Padre en todas las cosas.
Aspiras a la sabiduría, al conocimiento y al discernimiento. Aspiras a conocer los misterios celestiales y las verdades universales, pero hoy, Yo te digo que, antes de todas las cosas, debes aspirar al Amor y buscar a Dios; debes buscar el Amor al Padre y Su Presencia, y el propio Dios te revelará Sus Misterios.
Sin Amor no hay sabiduría, no hay verdad y no hay paz. Sin Amor no hay misterio que se revele ni madurez espiritual verdadera que nazca del corazón. Sin Amor no hay cómo superar las pruebas ni cómo superar los desafíos.
Busca, ante todo, el Amor de Dios y en él encontrarás todas las cosas.
Tienes Mis bendiciones para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Tercera Serie de Poemas
Primer poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Jesús,
¿qué haré con tantas
Gracias en mi consciencia?
Te pido, amado Señor,
hazme digno de recibirlas,
una a una.
Haz mi corazón pequeño y humilde
para que tenga la dicha
de conocer Tus Prodigios.
Tú sabes, querido Jesús,
que no soy merecedor
de tantas misericordias.
Ayúdame a profundizar en el amor
así como Tú lo hiciste
en cada paso del Calvario.
¿Cómo poder amar, Señor,
lo que sería imperdonable?
Arranca de mi ser
todo el orgullo y toda la soberbia.
Que en cada momento,
querido Maestro,
yo pueda sostenerme en Ti
para que tenga la suficiente valentía,
como para poder traspasar
mis propios sentimientos,
mis más duras resistencias
y todos los obstáculos
que me separan de Ti
y de Tu Verdad.
Que pueda humillarme
cuantas veces sea necesario
para que en la resignación
de mi persona,
amado Señor,
yo pueda transformar
la condición humana
que siempre me ha condenado
y castigado.
Sagrado Libertador de la vida,
¡Bienaventurado Jesús!,
hazme nada en todo momento
y sométeme a Tu inalterable Voluntad,
para que cualquier vestigio
de poder personal se desvanezca
de mi consciencia y así pueda vivir
Tu grandiosa Voluntad.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Segundo Mensaje
Hoy Mis Palabras deben resonar en lo profundo de los seres para que los seres comprendan lo que está sucediendo.
Desde el Gran Consejo de la Jerarquía hoy vengo a visitarlos y a emitir Mi Mensaje para el mundo, para todos los que siguen Mis Pasos y también para los que han dejado de seguirme.
Hoy no vengo a hablar de nadie en particular ni de alguna situación específica que corresponda al planeta o a la humanidad.
Hoy vengo a hablar del Proyecto de Dios que deberá cumplirse por intermedio de todos los que son autoconvocados por la Jerarquía.
Como en otras ocasiones, vengo desde un lugar especial en donde el Gran Consejo de la Jerarquía está reunido en este momento por la evolución de este planeta y de esta humanidad.
Estamos a las puertas de un nuevo ciclo, estamos a las puertas de un próximo 8 de agosto, en el que el Cielo, el Universo, desciende a la Tierra y a la humanidad para volver a hacer su síntesis y para meditar en los próximos pasos.
La humanidad ha cambiado los acontecimientos, por eso hay que meditar para percibir qué es lo que está sucediendo verdaderamente.
Hoy vengo desde un lugar en el Desierto de Chilca, en Perú, en donde los grandes Consejeros del Universo están reunidos, preparándose para ese momento.
Como Maestro entre los maestros, como Guía entre los guías, como Mensajero entre los mensajeros de la Jerarquía vengo a anunciarles ese importante momento para que no solo sean conscientes, sino también responsables ante el Plan.
Cada uno sabe lo que Me puede dar. Cada uno sabe con lo que puede contribuir para que la manifestación se realice.
No busco lo perfecto ni lo imperfecto. No busco lo que es avanzado o moderno.
Busco la verdad de cada corazón humano, de cada servidor de esta Tierra, de cada autoconvocado que fue llamado a lo largo de los tiempos para servir y unirse a la Jerarquía.
Deben mantenerse en el camino para los próximos acontecimientos. No deben permitirse salir de la Jerarquía, porque la Jerarquía necesita estar en esos acontecimientos para poder acompañar a la humanidad y al planeta.
Los tiempos de hoy no son los mismos tiempos que han sucedido en el ayer.
Día a día los acontecimientos cambian, dentro y fuera de los seres.
Día a día son colocados ante una nueva definición, ante un nuevo paso.
La Jerarquía Espiritual no pide lo que es posible. La Jerarquía Espiritual les pide a todos lo que es simple y lo que nace del corazón, que es lo que ayuda a manifestar la Obra; los pilares de esa manifestación deben sostenerse con la colaboración de todos.
Como en el próximo 8 de agosto, tan importante y determinante, los autoconvocados deberán estar donde está la Jerarquía, donde el Universo ha escogido; el lugar para dar los impulsos tan necesarios para la humanidad por medio de la Instrucción y de la Gracia, por medio de la Misericordia y de la cura para todas las almas.
Quisiera saber dónde está la atención de los que dicen estar Conmigo.
Quisiera poder comprender, más allá de todo, el sentimiento de los seres humanos de esta época.
Ustedes saben, compañeros, que Mi Consciencia no tiene límites, pero aún después de todo lo vivido en este planeta y con esta humanidad, estoy aprendiendo con ustedes, de tiempo en tiempo.
Deben abrazar la Verdad que les revela el Plan de Dios, deben sostenerse en esa Verdad para poder seguir adelante.
No deben engañarse a ustedes mismos, no deben crear espejismos con ustedes mismos. Deben saber que cada nuevo ciclo que comienza a partir del 8 de agosto es una oportunidad de renovación y no de inercia.
La inestabilidad de estos tiempos será transmutada por la responsabilidad de todos, por la obediencia y, especialmente, por la adhesión.
Esas son las reflexiones que los Consejeros de la Jerarquía están estudiando y meditando, porque si en la esencia de los seres humanos el conocimiento no está claro, no lo estará en la manifestación.
Deben aprender a vivir como vive la Jerarquía.
Las Gracias del Cielo ya fueron entregadas. Méritos no merecidos fueron concebidos para muchos corazones.
Ahora es tiempo de recapacitar y de saber, verdaderamente, de lo que están participando junto a la Jerarquía.
La purificación no es solo un momento de dolor o de incomodidad. La purificación forja en los seres humanos una definición y una transformación constante.
Recuerden que la balanza de este planeta siempre deberá estar en equilibrio, ¿quién la sustentará?
No solo coloquen el empeño en buscar el bien. No coloquen el empeño en buscar la propia conveniencia o la propia satisfacción.
El apostolado de los Nuevos Cristos deberá ser tan cristalino como el agua y tan puro como la luz del Sol.
Deben construir en ustedes mismos lo que el Universo necesita para poder crear la nueva raza, para poder manifestar la Nueva Humanidad.
La necesidad de que los seres humanos de estos tiempos tomen consciencia es una preocupación de toda la Jerarquía.
El Plan de Dios no es algo que uno pueda usar por conveniencia o por el tiempo que lo necesite. Yo vine a enseñarles eso a Mis Apóstoles y a todos los que Me escucharon alguna vez.
El legado del Proyecto de Dios es inmaculado y sublime, y a él le debemos todo, porque fue el que nos creó y el que nos manifestó para estar presentes en estos tiempos.
Deben forjar en ustedes la determinación de persistir. Muchos seres humanos en estos tiempos están sobreviviendo, pero los que están con la Jerarquía no tienen que sobrevivir, tienen que persistir, tienen que construir y tienen que sostener junto a la Hermandad.
Así, el conocimiento sagrado no faltará y los impulsos divinos no dejarán de descender; porque cada ser recibe lo que necesita, según su momento y su tiempo.
Por esa razón, compañeros, estamos reunidos como Consejeros de la Jerarquía para reflexionar, aprender y meditar.
El Plan deberá seguir manifestándose como está previsto, por la adhesión de todos, por la constancia de todos y, principalmente, por el amor de todos.
El Plan de Dios no puede ser vivido con tibieza o con frialdad.
Deben buscar en ustedes ese fuego que una vez los despertó y los convocó para servir, y en ese fuego se deben renovar todo el tiempo.
Después de todo lo que ha sucedido en Europa, llegó el momento de que escuchen con claridad lo que siempre les he querido decir. Esperé sesenta encuentros para poder decirlo, para que en ustedes pudiera madurar esa semilla que una vez coloqué cuando todo esto comenzó.
Deben colocar su amor en lo que en verdad existe, más allá de todo esto, de todo lo que es físico o material.
El Universo espera que en ustedes se espeje una verdadera respuesta que sea conforme a lo que han recibido y vivido por intervención de la Jerarquía.
Así, el legado no será en vano y habrá receptáculos simples, pero verdaderos, que guardarán en su interior la esencia del Plan.
Sosténganse en las palabras que hoy les dicto, fortalezcan su fe en la vibración que hoy les traigo, y que sus corazones vivan la templanza; así como Yo la viví para llevar adelante lo que Mi Padre necesitaba que sucediera, cuando una vez estuve presente aquí en la Tierra, junto a ustedes y por ustedes.
El Plan de Dios no es una emoción pasajera ni es algo que las almas puedan rechazar por sí mismas. A su alrededor hay ejemplos de eso y vean cuánto están sufriendo, innecesariamente.
Las consciencias de este mundo no tienen noción de lo que es el Plan, no solo por su ignorancia, sino también porque no lo saben, aunque a veces crean que lo saben.
Los Consejos de la Jerarquía necesitan de su madurez y de su adhesión para que muchos más acontecimientos positivos que están previstos puedan suceder y no sean interferidos por nadie.
Mi Corazón Misericordioso esperó hasta este momento para poder decírselos.
Mi Corazón Misericordioso espera de ustedes una reflexión y no un caos.
Ahora llegó el momento de que cada uno asuma su parte con transparencia y madurez, sin culpar a nadie.
Cada uno de ustedes es una pieza preciosa dentro de este Plan y aunque no sepan lo que eso significa crean en lo que les digo, porque tienen ese valor y esa lealtad.
Sepan que todo lo que sucede es para que las consciencias y las almas maduren, para llevarlas algún día a vivir la soberanía que existe en el Universo y en toda la Hermandad. Eso hace recrear a la Creación, eso lleva siempre a tener consciencia y responsabilidad ante los acontecimientos.
Que para esta Maratón todos piensen en el paso que es necesario dar en este tiempo, sin esperar que eso suceda mucho tiempo después, porque ha llegado la hora para dar ese paso.
Los animo a vivir el Plan con mayor consciencia y responsabilidad.
Los animo a ser parte de una Jerarquía Espiritual de la cual la humanidad hasta ahora nunca formó parte, por estar siempre en la inmadurez.
Les vuelvo a decir, no necesito de seres perfectos, necesito de seres conscientes que se animen siempre a transformarlo todo y a vivirlo todo por amor a Dios.
Eso llevará el Plan hacia otra escala y hacia otro nivel; eso hará descender a la Tierra los tesoros que están guardados hace tanto tiempo en el Universo y que esperan para ser revelados por la Jerarquía.
Desde el Gran Consejo de la Jerarquía Espiritual en el Desierto de Chilca los bendecimos y esperamos, como guías y maestros, su correspondencia y lealtad, eso hará que el Universo les confíe nuevas cosas.
Tomen Mis Palabras como una oportunidad de crecimiento interior y no como un reclamo, porque Mi tiempo ya está terminando entre ustedes, así como Mi tiempo terminó con Mis Apóstoles en un momento.
Escuchen Mis Palabras cuantas veces sea necesario y extraigan de ellas todos los impulsos que necesitan para poder cambiar, antes de que todo esté por suceder en la humanidad.
Sean Espejos de la Luz del Plan para estos tiempos.
Sean lo que el Universo necesita que sean en este ciclo, porque así todo cambiará.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Segunda Serie de Poemas
Octavo poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
¡Oh, Señor mío!,
hazme paciente y perseverante
así como Tú lo fuiste
en cada momento de Tu Pasión.
Que en todo pueda ver reflejada
la Divina Voluntad de Dios
y aunque a veces me parezca injusto, Señor,
permíteme todo el tiempo
ver el propósito de la Verdad
que emana en cada hecho.
Pequeño e invisible quiero ser, Señor Jesús,
así como Tú te hiciste pequeño
y simple en la humanidad.
Que mis pasos reflejen
la confianza absoluta
de poder seguirte.
Eleva mi consciencia
de estado y de vibración
para que a partir de ahora,
amado Jesús,
pueda encontrar el sentido
a todo lo que podría llegar a suceder.
Que mis oídos internos
no se cierren; que ellos se abran
así como se abre mi corazón
para reconocer Tu Presencia
en mis hermanos.
Ayúdame, Señor,
a comprender la vida
más allá de lo que ella es.
Ayúdame a vivenciar
cada prueba u obstáculo
con la importancia que tienen,
para alcanzar la trascendencia de mi ser.
Libérame de mí mismo
en todos los sentidos y formas.
Que seas Tú, Jesús mío,
el que actúes, procedas
y manifiestes la Suprema Voluntad
a fin de que algún día
aprenda a morir para mí mismo,
para que Tú, Sagrado Rey,
vivas en mí
para siempre.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Segunda Serie de Poemas
Séptimo poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Delante de Ti, postrado, Señor,
aspiro a alcanzar Tu misma simplicidad para que,
bajo ese espíritu soberano y amoroso
yo lleve adelante Tus Designios
y Voluntades.
Hazme capaz, Señor,
de amarlo todo
así como Tú, Dulce Pastor,
amas a cada una de Tus ovejas.
Entrégame con confianza
la prueba que Tú
has pensado para mí
a fin de que yo pueda crecer en el amor
y desvanecer de mi consciencia
toda soberbia y arrogancia.
Hazme semejante a Tus siervos,
disponibles en el amor,
entregados en el servicio,
abiertos a Tu Misericordia y a Tu Perdón.
Que Tú puedas
curar a este ser profundamente
y que puedas llegar hasta los espacios
en donde ni siquiera logro percibir la realidad.
Sé que Tú, querido Jesús,
lo puedes todo.
Acepta mi pequeñísima oferta,
en comparación con la oferta
de todo el Universo.
Convierte dentro de mí
todo lo que no está bien
y ábreme la puerta segura
para que mi alma se pueda sumergir
en el océano de Tu Divina Consciencia.
Que nunca deje de sonreírle
a la vida que Dios me ha entregado.
Concédeme, Señor mío,
la fuerza de Tu renovación
para que la humanidad sea renovada
en espíritu y esencia,
y así vivamos la redención
tan esperada.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
La Revelación de Dios a los hombres
La Revelación de Dios a los hombres, hijos Míos, es eterna y comienza cuando el corazón humano va madurando y despertando, más que a la sabiduría, a la humildad.
La Revelación de Dios a los hombres sucede cuando el corazón es simple y reconoce la propia pequeñez, sin limitar la sabiduría y la existencia divina a su comprensión y a todo lo que ya fue revelado.
La Revelación de Dios a los hombres no se detiene, sino que, desde los Patriarcas hasta los días actuales, se profundiza y culmina solamente en la unidad plena del ser con Dios, en su retorno al origen.
El hombre en sí es la Revelación de Dios.
El verdadero autoconocimiento, que no es una ciencia humana, sino una ciencia espiritual y divina, es el que los conduce a la revelación del propio Dios.
Los seres humanos son, al mismo tiempo, las criaturas más próximas y más distantes de Dios.
La Presencia Divina en su interior y la unidad que guardan como potencial silencioso en su esencia, los hacen próximos a Dios.
Sin embargo, hijos Míos, la ignorancia y la indiferencia alejan a los hombres de sí mismos, de lo que verdaderamente son y, en consecuencia, los alejan de Dios y de la Verdad.
La Revelación de Dios a los hombres sucede con el despertar de la sed por la vida superior, con el descontento del espíritu con todo lo que la vida en la materia le ofrece, con el descontento del espíritu con su propia expresión de vida.
Cuando el espíritu se ve descontento consigo mismo y con el mundo, se mueve dentro de los seres para que ese descontento espiritual impulse a la consciencia a buscar la vida superior, a profundizar el despertar y el autoconocimiento que, en verdad, es el conocimiento de Dios en sí.
La Revelación de Dios a los hombres se profundiza a medida que la consciencia humana evoluciona y aquello que para los Patriarcas era un sentir inexplicable e incomprensible de Dios, solo una experiencia de Dios sin explicaciones, en este tiempo puede tornarse una revelación profunda y científica de la existencia humana y de la existencia de Dios.
El Padre Creador es simple y en Su Simplicidad guarda Sus misterios. Pero la mente humana coloca barrera tras barrera para conocer a Dios y pocos son los que profundizan en Su Presencia.
Este, hijos Míos, es el tiempo de la Revelación de Dios a los hombres porque está llegando un nuevo ciclo culminante para la consciencia humana.
Ha llegado el tiempo de renovar la historia.
Ha llegado el tiempo de los nuevos profetas, de los nuevos apóstoles, de la renovación de la santidad y de la fe en el corazón humano.
Porque, así como Dios despertó y levantó a los profetas y pueblos en la pura fe en el pasado para preparar el Nacimiento y la llegada de Su Hijo al mundo, también hoy, hijos Míos, levantará pueblos y naciones, corazones y espíritus para que preparen nuevamente la llegada de Cristo al mundo.
El retorno de su Señor será definitivo y marcará el fin de un tiempo, porque las últimas palabras de las Escrituras se cumplirán y el Evangelio que Él dejó en el mundo se renovará por las nuevas revelaciones que el Hijo del Hombre traerá a la Tierra.
Su Palabra será Vida y le revelará al mundo la verdad superior frente a la cual muchos estuvieron ciegos, a pesar de que ella siempre estuvo aquí.
Antes de la llegada de Cristo, así como en el pasado, la Revelación de Dios comenzará para los profetas del nuevo tiempo y el Evangelio Universal de Cristo se comenzará a escribir con la verdad que ya está emergiendo en el corazón de los hombres.
El Nuevo Testamento se está cumpliendo al mismo tiempo que la Revelación de Dios a los hombres se está profundizando, para que puedan escribir las Nuevas Escrituras, las Leyes que dictarán la nueva vida.
Abran sus corazones a la Revelación de Dios porque todo está siendo dicho para despertar y preparar a los corazones y a los espíritus de los hombres para este nuevo y definitivo ciclo.
Yo los amo y los bendigo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Segunda Serie de Poemas
Tercer poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Lo afirmo, Señor:
sé que Tú lo puedes todo en mí,
aunque a veces pueda hacerme caer
la indiferencia o la arrogancia.
Sé que Tú, Señor, lo puedes todo,
y algún día romperás
con Tus propias Manos
esta dura piedra de la condición humana,
y en ese día Tu Gloria, Señor,
me liberará de todo mal.
Mientras tanto, Señor,
Tú que conoces nuestras
más profundas miserias y errores,
te pido, Amado mío,
hazme partícipe de Tu Gracia eterna
a fin de que yo pueda renacer
por la intercesión de Tu Sagrado Corazón.
No dejes de mostrarme la verdad, Jesús.
Por más que me duela, no será semejante
al dolor de los clavos que Tú soportaste
en Tus purísimas Manos.
Hazme pequeño
entre los más pequeños,
hazme invisible, Señor,
para que mi arrogancia
y mi soberbia desaparezcan.
Escóndeme, Señor,
dentro de Tus luminosas Llagas
y redime, por dentro y por fuera,
todo este imperfecto ser.
Porque sé, Jesús mío,
que algún día triunfarás
y me colocarás con toda autoridad
donde más me necesites.
Ha llegado la hora, Señor,
de que ya no sea más yo el que viva,
desee, aspire o espere,
sino, querido Jesús,
ha llegado el momento
de que Tú seas en mí.
Déjame, Señor,
morir por dentro,
así como Tu humilde Madre
murió Contigo en cada momento
a los pies de la Cruz.
Revélame, Señor,
el valor incalculable de Tu Amor
para que, despojado de todo,
siempre te diga “sí”.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Primera Serie de Poemas
Séptimo poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Amado Jesús,
que mi confianza, aunque sea pobre, se una a la Tuya,
para que Tu Presencia fortalezca mi corazón
en las pruebas que pronto viviré.
Amado Hijo de Dios,
Siervo del Padre Inmutable,
hazme pequeño y simple en todo,
déjame conocer los misterios
más profundos de Tu Corazón.
Revélame, Señor,
la intimidad de Tu Alma
y la grandeza de Tu Amor redentor.
¡Oh, Señor del Universo!,
que en el vacío de mi ser
encuentre la entrega absoluta de mi alma,
para que alguna parte de este imperfecto ser
pueda representarte en la Tierra
como un nuevo apóstol de Tu Corazón.
Amado Jesús,
hazme querer y amar a los semejantes
así como Tú me amas de forma incondicional y eterna.
No me dejes estancado en los defectos del prójimo.
Más bien, Señor, muéstrame mis defectos
para que según Tu Palabra y energía
yo los pueda transformar.
Deseo, Señor,
verte reflejado en el corazón que sufre,
en el alma que desespera.
En todo lugar deseo verte
y, así, poder participar de Ti,
para que, hasta el más pequeño gesto de mi caridad,
pueda saciar la sed que Tú sientes
por las almas que no te aceptan.
Dame valentía
y me abandonaré en Tus Brazos.
Hazme el instrumento que Tú necesitas.
Hazme el proyecto que tanto esperas
para que en nada yo interfiera, Señor,
sino que seas Tú, Cristo,
quien obre a través de esta pequeña vida.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Elijo estas fechas especiales para darles a conocer las cosas más simples de la vida espiritual, porque en lo simple todo lo podrán transformar, en lo simple todo lo podrán concebir.
La vida del espíritu es simplicidad pero también es sabiduría.
Deseo que Mis hijos alcancen ese estado de simplicidad y de sabiduría, no solo en las cosas diarias, sino también en los niveles internos, lugar en donde todo comienza y todo termina; porque allí, en ese nivel interno, es donde se guardará la experiencia de su vida en la Tierra y de su pasaje por este Universo.
Cuando no consiguen en sí mismos concebir esa simplicidad y esa sabiduría en la vida del espíritu, es porque no lo están haciendo en la vida material.
La simplicidad de la cual Yo les hablo, no es restricción ni severas medidas.
La simplicidad siempre los llevará a amar al semejante tal cual es, y a no juzgarlo por su forma o apariencia.
Mis hijos del mundo frecuentemente olvidan estas reglas básicas de la vida, porque viviendo estas reglas podrán estar en Dios y Dios estar en ustedes.
En este día especial, en donde celebramos, junto a la Madre Celeste, el aniversario de uno de Mis instrumentos en la Tierra, quiero que puedan ver, hijos Míos, por intermedio de esto, que el llamado de la Madre de Dios para con todos Sus hijos, siempre ha sido y siempre será simple.
En ese camino que Yo los invito a vivir podrán también encontrar la humildad que necesitan para dejar de vanagloriar sus vidas, aunque a veces no se den cuenta.
¿Por qué les digo todo esto, hijos Míos?
Porque la Obra de Dios, desde el principio de toda esta Creación, fue concebida en el espíritu de la simplicidad y de la humildad. Desde allí nacieron y surgieron las cosas más bellas de este Universo y para todo este Universo material; el espíritu de cada criatura encontró morada, hasta lo que es más físico.
Pero sepan, hijos Míos, que todo tiene una correspondencia y una comunión entre el Cielo y la Tierra; dentro de ustedes y fuera de ustedes.
Cuando no son simples no pueden ser verdaderos, así como Yo los necesito día a día.
La simplicidad no solo los llevará a la humildad y a la verdad, sino también a lo más importante: a la gratitud.
Cuando no tienen gratitud en sus corazones no pueden comprender el Plan de Dios cuando él cambia, de tiempo en tiempo y de ciclo en ciclo, o de día a día.
Si están en esa gratitud eterna podrán comprender los Misterios del Padre y ya no tendrán más sus ojos vendados sin saber por donde ir o hacia donde caminar, porque en la vida del espíritu todo es claro, todo es transparente y todo es cristalino.
Necesito hijos, que no olviden eso.
Cuando no pueden salir de ciertos obstáculos es porque no han concebido en ustedes el espíritu de la simplicidad, el que los llevará a la humildad y a la gratitud eterna.
Aunque estas palabras que hoy les digo, ya las hayan escuchado muchas veces de Mi propia boca, o de San José y del propio Jesús, Yo los invito, queridos hijos, a poner atención en las reglas básicas de la vida del espíritu, porque de lo contrario estarían saltándose las Leyes Universales.
Con todo esto les digo, hijos Míos, que no aspiro a su perfección, sino a su transparencia, a su cordialidad, generosidad y colaboración.
Este mensaje sirve para todos Mis hijos, porque cada uno, según su tiempo, atraviesa su purificación y también el momento de su gran entrega.
Quiero, hijos Míos, que aprendan a vivir como Nosotros, los Sagrados Corazones vivimos hace tanto tiempo atrás aquí en la Tierra, no ostentando nada, no queriendo nada; buscando siempre aprender por medio de la igualdad, de la solidaridad, y sobre todo, de la hermandad.
La humanidad, a través de los últimos tiempos, ha perdido estos principios. Por eso las almas se vuelven arcaicas y rígidas y no consiguen dar sus pasos cuando más necesitan dar esos pasos hacia Dios.
Tenemos la autoridad, hijos Míos, como Sagrados Corazones, de poder disolver todos estos obstáculos en las almas.
Pero, hijos, hijos Míos, ya han aprendido a escucharme, a sentirme y a reconocerme. Saben que es verdad lo que les digo. Cada uno de ustedes sabe lo que debe mejorar y perfeccionar como ofrenda perfecta para los Altares de Dios.
Es de algo profundo de lo que les hablo, no de algo superficial. Lo superficial que puede llegar a suceder en sus vidas, es la consecuencia de lo que sucede dentro de ustedes cuando no están en comunión con el espíritu, ni con el Universo.
Sabemos que el conocimiento ennoblece el espíritu, pero eso no es lo que ustedes ahora necesitan, hijos Míos. Necesitan ennoblecer sus espíritus con la transparencia y la colaboración amorosa para con el semejante, para con el Plan Divino y su importante manifestación en este planeta.
Como Señora del Monte Carmelo, Yo los invito, hijos Míos, aunque no lo crean, a vivir el camino de la redención y de su salvación, porque muchos podrían creer que ya están a salvo, y no lo están.
Hijos Míos, sientan el Corazón de la Madre que pide y que ruega a Dios,por el despertar de Sus hijos, hasta en los simples detalles.
Todo eso hará transformar la Tierra y su humanidad; hará triunfar la Palabra de Dios en ustedes, por medio de los ejemplos del bien y de la lealtad.
Los invito, hijos Míos, a ingresar en esa escuela, que hoy, con todo Mi Amor, Yo les estoy ofreciendo.
Necesito que escuchen Mi Voz, no como siempre la escuchan. Necesito que guarden Mis palabras como llaves que podrán abrir las puertas a su transformación consciente y verdadera.
Hijos, hay una parte que les corresponde a ustedes. Todo deberá comenzar primero en ustedes, para que después el Universo pueda obrar e interceder.
Las almas del mundo, en su mayoría, están perdidas; y ustedes lo saben, porque lo han visto por todos los lugares por donde han pasado junto Conmigo, acompañándome en esta trayectoria de poder cumplir el Plan.
Quisiera que en el día de la Señora del Monte Carmelo, pudieran considerar con sinceridad Mis palabras.
Quisiera que Mi Voz pudiera tocar lo profundo, para que se pudieran sembrar los Dones que necesitan para vivir los próximos pasos en esta transición planetaria.
Quisiera, hijos Míos, que cada uno se viera a sí mismo por un momento, no para atormentarse ni amedrentarse; no para juzgarse ni castigarse. Que cada uno pudiera verse a sí mismo, así como lo ve Dios, así como el Padre los contempla en Su Misericordia y Su Paciencia divina.
Aún, hijos amados, hay mucho por hacer. Necesito que comprendan lo que les pido.
Les he dado la Gracia de estar cerca de Mí, porque es lo que necesitan para estar en el camino del espíritu y en la vivencia del Plan, más allá de cualquier experiencia interior con el Universo o con todo lo que es superior y hasta divino.
Primero debemos comenzar en lo que es simple y necesario. No pueden perder las reglas básicas de la lealtad y de la fraternidad ,eso cierra las puertas a la Divina Providencia. El Universo lo tiene todo para ustedes y para la humanidad.
Si cada uno de ustedes supiera, con total consciencia, qué es lo que debo hacer para llegar a estar ante ustedes en cada nuevo encuentro, de verdad considerarían Mis palabras y rezarían de rodillas para expresar su gratitud a Dios.
La Sierva de Dios y la Madre del Universo se ofrece a Sus hijos incondicionalmente, sin nada a cambio.
Quiero, hijos amados, que puedan crecer, así como Yo crecí, siendo María en la Tierra.
Sé que guardan en sus mundos internos experiencias conocidas y desconocidas; traumas espirituales y también internos. Pero todo puede ser disuelto en la Misericordia de Dios y en la acción de Su Divina Gracia.
No quiero, hijos Míos, que dejen Mi camino.
No quiero, hijos Míos, que estén lejos de Mí, sirviéndome en otras obras.
Hijos, Yo los necesito aquí, cerca de Mi Corazón, de una forma verdadera y no aparente.
A veces siento sus corazones fríos. ¿Por qué son así, si todo lo que Yo les doy es por obra de la Gracia?
Yo solo aspiro a que Mis servidores caminen en la lealtad y que nunca, nunca pierdan la hermandad, porque la hermandad los unificará con la Hermandad del Universo y así, las Divinas Consciencias del Cielo se aproximarán.
La Señora del Monte Carmelo les viene a ofrecer la verdadera consagración, para que las próximas puertas hacia el cumplimiento del Plan, en otras partes del mundo, se puedan abrir.
Esperamos pacientemente y en silencio, en oración, por ese momento.
Aún el mundo espera por más Misericordia y por más ayuda.
Yo los invito a seguir acompañándome por este sendero, que los transformará.
Bendigo a esta alma, y en este día especial, a quien se ha ofrecido como instrumento en Mis Manos, para que más instrumentos en este vasto Universo de Dios, se puedan consagrar a su verdadera tarea y a su verdadera misión.
¡Les agradezco por acompañarme en esta trayectoria divina!
Es todo lo que hoy les quiero decir, y he abierto Mi Corazón para que Me escucharan con sinceridad y amor.
Tiempos de Perdón y de Misericordia
Con la Gracia de Dios en Mi Inmaculado Corazón, vengo a revelarles el misterio del Perdón y de la Misericordia Divina, para la cual ningún error es eterno, ninguna condenación es definitiva ni inalterable, si las almas, arrepentidas, se abren de corazón para conocer el poder y la Gracia del Perdón y de la Misericordia.
Hoy, hijos Míos, vengo a invitarlos a curar en sus corazones las heridas que se abrieron por las marcas que dejó el pasado, por los errores cometidos contra la humanidad y contra el propio Dios.
En Su infinita Gracia, el Dios del Amor y del Perdón siempre está dispuesto a perdonar y a derramar Misericordia sobre Sus hijos.
Con la misma simplicidad con la que oran de corazón y claman por la paz, así, hijos Míos, el Creador abre Sus brazos para irradiarlos y borrar de sus espíritus y de sus corazones todas las manchas.
Conocer a Dios es saber el poder de Su Perdón y la grandeza de Su Misericordia, y temer alejarse de ella, no por un castigo eterno, sino por la necesidad infinita que el corazón siente del Amor de Dios, cuando verdaderamente lo conoce.
Ningún error es imperdonable cuando el corazón se dispone al perdón, cuando en humildad se rinde a los Pies de Dios para decirle: "Señor, aquí estoy, colocando a Tus Pies mis errores y mi existencia. Redime mi espíritu, lava mi corazón y conságrame a Ti, para que sea testimonio de Tu Gracia, en este y en todos los tiempos que vendrán".
Clamen por la Misericordia que brota incesantemente del Corazón de Dios y no dejen que este río de eterno Amor pase por sus vidas sin que beban de sus Gracias.
La única condenación eterna, hijos Míos, es aquella que es impuesta por el propio corazón humano que, por su ignorancia, orgullo e indiferencia, prefiere estar preso de sus enfermedades y sufrimientos que lanzarse, rendido, a los Pies de Dios y reconocer que estuvo perdido y que necesita encontrarse nuevamente.
El Creador de todas las cosas, que lanzó semillas de vida en el vasto Universo de Su Creación, aspira a recoger los frutos del crecimiento de Sus hijos, frutos que crecieron superando desafíos y que se harán fuertes, no por su belleza, sino por lo que guardan en su interior.
Los errores los hacen crecer en humildad y en entendimiento; los hacen reconocer que por sí mismos no conseguirán llegar a un propósito verdadero y que estarán prisioneros de sus propias ilusiones hasta que no se rindan al Amor de Dios y a Su eterna e insondable Verdad.
Pierdan, hijos Míos, el miedo a ser amados por un Amor desconocido e inmenso.
El Amor de Dios en nada se compara al amor vivido por los hombres, no porque los seres humanos no puedan amar como Dios, sino simplemente porque aún no se abrieron para amar como Dios.
Ese amor comienza cuando se permiten ser amados, transformados y curados por Su Presencia. Y después de haber sido bendecidos es que podrán multiplicar lo que recibieron.
Escuchen con amor lo que les digo y abran sus corazones a un nuevo tiempo y a un nuevo ciclo, pues ha llegado el momento de recibir Perdón y Misericordia, mientras esas Fuentes aún se vierten sobre la Tierra.
¡Yo los amo, los bendigo y les agradezco por escuchar Mi llamado!
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Adonai, Eli, Olam, intercede por Tus hijos en este momento. Intercede por el mundo y su humanidad. Intercede por los que aún no forman parte de Tu Misericordia. Permíteles conocer los valores sagrados de Tu Espíritu. Por eso vengo aquí para mostrarlo, presentando Tu Segunda Persona ante la humanidad.
Vengo a una tierra en donde muchas heridas fueron ocasionadas, en donde muchos martirios fueron vividos, situaciones más fuertes que Mi Pasión.
Por esa sangre inocente que fue derramada, por aquellos que se apartaron del amor y que ocasionaron muchas secuelas, hoy traigo el Santo Cáliz entre Mis Manos, para que en esta Cena redentora, Alemania reciba la expiación que necesita, a fin de que triunfe el poder de Tu Corazón Creador.
En este Sagrado Cáliz que hoy traigo desde el Sur de América, en donde es preciosamente guardado y protegido, traigo la Sangre espiritual del Cordero, que fue inmolado por la injusticia de los hombres; el Cordero de Dios que se ofreció, para poner fin a la maldad de la humanidad.
Y aunque muchas generaciones no comprendieron este mensaje y la maldad se siguió generando en la humanidad, fue el mismo error de los seres de esta tierra, que ocasionaron grandes ultrajes en la propia civilización de la Tierra.
Pero a través de los códigos y de los méritos de Mi Pasión, tengo la alegría de llegar a Alemania junto con la Madre de Dios, para concederles a las almas y a las esencias la rehabilitación que necesitan a nivel espiritual. Y así, nuevamente, podré renovarlo todo dentro y fuera de los hombres, en la esencia y en la expresión de esta raza.
Con la autoridad que el Padre Me ha concedido desde el principio, vengo a poner fin al pasado, vengo a borrar con Mi Luz el sufrimiento vivido y por medio de Mi Misericordia, vengo a ofrecerles Mi Corazón de Paz, para que los hombres y mujeres de Alemania y del mundo reconozcan el valor del Amor de este Corazón, que de tiempo en tiempo se ofrece al mundo para poder suplirlo con el Amor de Dios y para poder curarlo con la esencia de Su Corazón.
Este es el Corazón de Jesús, el Cristo, que ha sido ofendido por los hombres y que en lo más interno de Él guarda la llama de Su Amor, que viene a derramarse al mundo y a la humanidad, para que sea redimida y perdonada.
Ante los Universos Celestiales, hoy Mi Presencia está sobre Alemania y las Manos del Hijo de Dios escriben en el Libro de Luz del Padre una nueva historia que hoy comenzará a florecer en lo más íntimo de las almas, que por medio de este encuentro han respondido al llamado del Hijo de Dios, de la Segunda Persona de la Santísima Trinidad.
Alemania siempre ha estado en Mi Corazón Sagrado. Alemania debe encontrar su camino espiritual para poder despuntar como una civilización redimida, que despierta a los valores de la fraternidad y del amor, del acogimiento y de la esperanza.
No quiero que recuerden a la Alemania sufrida. Quiero que recuerden a la Alemania renovada que debe cumplir su misión ante el Padre Celestial.
Así como Mi Corazón se ha ofrecido a consagrar muchas naciones del mundo, como lo es Ecuador, hoy ofrezco Mi Corazón para consagrar a Alemania a los divinos Planes de Dios que serán gestados y creados por tan pocos, pero que al igual que hace dos mil años atrás, con tan solo doce personas, este Plan de Dios en Alemania podrá florecer y despertar silenciosamente en muchos corazones.
Hoy les traigo ante Mi Presencia el arquetipo espiritual de esta nación, el que Dios pensó desde el principio, desde su concepción.
Que despierte este principio en los corazones que escuchan y que por medio del Cáliz Sagrado del Señor, los códigos infundidos por la Misericordia de Dios, los códigos infundidos por la Divina Gracia, los códigos infundidos por la sublime cura, borren el sufrimiento que ha sido generado a través de los tiempos y renazca en los corazones la alegría de servir a Dios, de vivirlo plenamente en el Cielo, así como en la Tierra.
Para eso deberán trabajar mucho, pero Mi confianza los fortalecerá, porque lo que Yo espero de Europa es muy grande y todo comenzará en lo pequeño, para que después esto se refleje en lo grande.
Comprométanse a vivir de la Sangre del Cáliz del Cordero de Dios para que sus códigos internos sean renovados por medio del Sacramento de la Comunión que hoy les ofreceré, para que los tiempos sean renovados y para que los espíritus se renueven en Mi Gracia.
Con especial dedicación y con espíritu de consuelo, hoy Mi Corazón refleja sus Rayos sobre Alemania y experiencias bien desconocidas y profundas son disueltas.
Las almas, en su universo espiritual, reciben por intermedio de Mi intercesión, la ayuda que necesitan para liberarse de las cadenas de los errores y para que vivan la Voluntad de Dios, por medio del bálsamo de Amor de Mi Corazón.
He escogido a Colonia porque Me ha abierto la puerta. Y cuando tan solo un alma Me abre la puerta, esa alma abrirá la puerta a muchas almas más.
Vean a su alrededor y comprenderán lo que les digo.
Yo atraigo hacia Mi Misericordia a los que más la necesitan.
Yo atraigo hacia Mi Luz a los que viven en una profunda oscuridad.
Y por medio de las almas más sufridoras, Yo renuevo los tiempos y recreo el Proyecto de Dios en todos los que Me responden.
Para el Señor del Universo ha sido un gran movimiento universal y espiritual poder llegar en este momento, en esta hora y bajo esta circunstancia.
Pero vean que cuando el Amor de Dios está presente, nada es imposible, porque el Amor de Dios es lo que conduce a los corazones y no los separa de Mi, al contrario, los funde con Mi Espíritu, para que Mi Espíritu pueda sentir el gozo eterno de vivir en comunión con las almas.
Por eso, hoy elevaré este Cáliz Espiritual en el nombre de Alemania y del mundo y los llevaré a todos hacia Mi divina Misericordia, para que vivan en Mi divina Misericordia y para que aprendan a encontrarla en cada momento.
En esta hora, en donde Mi Corazón se expande plenamente al mundo y a todas las almas de la Tierra, ofreceré esta plegaria a nuestro Creador, no solo por Alemania sino por todos los que escuchan, para que sean invadidos por el íntimo Espíritu de Dios y la llama profunda del amor rebrote en los corazones simples, en los corazones abiertos a reencontrar en sus vidas la esencia del amor.
Ofrezcamos este momento, por todo lo que conocemos y desconocemos, por los misterios desvelados y aún no desvelados, para que la energía de la Divina Gracia actúe y proceda según la Divina Voluntad.
Que todo este escenario hoy se convierta en un altar, para que más almas ingresen en él y se sumerjan en la fuente de Mi Gracia.
Por eso no les he pedido subir a él, porque ya estará bendecido para cuando venga la Reina del Cielo y la Madre de toda la Tierra.
Quiero que conozcan Mi profunda simplicidad, porque el Señor del Universo es simple y Su simplicidad se encuentra en la esencia del amor, que es lo que todo renueva de tiempo en tiempo.
Y ahora, llegaremos al momento más culminante de este día, en donde las almas y Dios se unirán, en donde el Cielo descenderá a la Tierra por medio de la consagración de este ofertorio.
Hoy este sacrificio, que es renovado por todos los hombres de la Tierra y por intermedio del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, es ofrecido preciosamente por la cura interior y espiritual de toda Alemania.
Hace más de dos mil años les enseñé algo muy simple pero muy grandioso. Y hoy les vuelvo a pedir que Me imiten interiormente y que se unan a Mí por intermedio del Cáliz Espiritual del Señor, que hoy he traído con todo Mi Amor para que ese sagrado terafín los irradie.
Cuando estaba con los Míos en la Última Cena, en la profunda apertura de Mi Corazón que emanaba amor para todos los seres de la Tierra, le pedí al Padre que bendijera el pan y Su Espíritu descendió sobre él, y les dije: Tomen y coman todos de él, porque éste es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados.
Y así, los apóstoles comieron de Mi Cuerpo y la Sabiduría de Dios ingresó en sus almas para llevar el testimonio de Mi Presencia hasta el fin de los tiempos.
Y hoy ofrezco este cáliz material en nombre del Cáliz espiritual, que hoy ha venido especialmente de Sudamérica para hacer flamear entre los continentes la barca de la Esperanza de Dios, la que nadie podrá detener.
El Padre bendijo el Cáliz con Su Espíritu y el vino se convirtió en la Sangre del Cordero y les dije a Mis apóstoles: Tomen y beban todos de él porque éste es el Cáliz de Mi Sangre, que será derramada por los hombres y hoy especialmente sobre Alemania, para la remisión de los pecados y la cicatrización de todas las heridas en los corazones inocentes.
Este es el Hijo de Dios presente en Cuerpo y Sangre que derrama Su Misericordia de tiempo en tiempo, para ofrecerles a los hombres el profundo testimonio de Su Amor.
Al fin, la misión que he venido a cumplir a Alemania se ha consumado y continuará adelante por la respuesta que Me den las almas.
Ahora podré volver al Cielo, para llevar en Mi Corazón este sentimiento de amor que Me han dado los corazones y así mostrarlo al Padre, para que Él alegre Su Corazón ofendido.
Amadísimo Señor de la Creación, Espíritu infinito y sublime, haz brotar en las almas de Alemania Tu Misericordia, para que todos reconozcan su filiación Contigo y así se cumpla Tu divino Proyecto de Amor. Amén.
Antes de partir al Universo desde donde vendré por segunda vez a la Tierra, desearía que Me despidan con una canción que conmueve Mi Corazón, para que sus corazones sean conmovidos de reencontrar el camino de unión profunda con la Fuente Primordial.
Quiero que Alemania escuche esta canción como una sola voz. Y deseo que todos los que la saben, la puedan cantar, para que más almas sean conmovidas por la fuerza de Mi Espíritu, el que los renueva y les da la redención.
La canción se llama: "La razón de mi existir."
Les agradezco.
Vengo en nombre de Mi Hijo para darles las gracias por sus súplicas, por medio de la novena que están realizando al Castísimo Corazón de San José.
He venido desde el Cosmos a decirles esto para que sepan que su Madre Celeste está con ustedes, así como está con el mundo, tan necesitado de Amor y de Luz.
Yo vengo a hacer resplandecer sus vidas por medio de la oración, para que se vuelvan columnas de Luz para este mundo y lleven esa Luz al mundo en donde más se necesita, en donde más claman.
Les agradezco por esta novena, porque las puertas se están abriendo y los corazones están consiguiendo ser sinceros.
Por más que no comprendan en profundidad el Propósito de Dios, su Madre Celeste, por medio de Su Amor, les hará comprender todas las cosas con simplicidad y humildad.
Por eso, sigan orando hasta el término de la Novena de San José, para que también el Castísimo Corazón pueda impartir Sus Gracias sobre Europa y África.
Grandes son las necesidades planetarias, muchísimas son las emergencias en estos tiempos.
Les pido, hijos Míos, que sigan orando por la Paz en las naciones, como vienen haciéndolo: semana tras semana, cuenta por cuenta y corazón con corazón, encendiendo esa Luz de Mi Amor en el mundo por medio del poderoso Rosario.
Con todo esto Yo les pido que continúen adelante, para que puedan seguir renovándose a través de los tiempos, a pesar de que cosas gravísimas suceden en el mundo.
Mi confianza, hijos, está en ustedes, en cada momento de oración que ofrecen a Mi Corazón Inmaculado, para que heridas profundas e internas puedan ser disipadas del Corazón de su Madre, y así, del corazón de Sus hijos, que buscan la paz.
Vengo a su encuentro con todas las estrellas del Cosmos. Vengo a visitarlos con grandes Consciencias angélicas para desatar los nudos de estos tiempos, para que las almas encuentren la paz, vivan el espíritu de la solidaridad y de la cooperación con los semejantes, sabiendo que todo podrá ser superado en el Amor. No hay otro camino.
Mientras el mundo no aprenda a amar, no existirá paz. Mientras más se animen a practicar el ejercicio del amor del corazón, mayores posibilidades existirán para que millones de almas aprendan a vivir el camino del Amor.
Por medio de esta escuela de oración que viven Conmigo todos los días, especialmente en la oración por la Paz en las naciones, todas las cuentas que son realizadas y ofrecidas conceden Gracias inexplicables al mundo entero; cosas que tal vez no verán en este tiempo, pero sí verán suceder en el futuro cercano, cuando su Madre Celeste ya no esté más a su lado para visitarlos y solo esté en el Cielo, deseando ardientemente que vivan Mi instrucción, la instrucción de Mi Hijo y la de San José, para que esta Obra continúe adelante, así como está escrito en el Corazón de Dios.
Mientras tanto, hijos Míos, los invito a seguir amando de verdad, a colocar el amor en práctica en cada detalle, como con cada hermano que se aproxime a sus vidas buscando un poco el amor reparador, buscando un poco el amor curador y consolador, que solo brota de la Fuente del Espíritu Santo y de las almas que se coligan con Él.
La Obra que realizará su Madre Celeste en Europa será importante. Por eso, cada colaboración es imprescindible, por más pequeña que parezca. Pero Yo sé que hay almas que pueden ayudarme más y saben que es verdad lo que les digo.
La Madre de Dios no ostenta riquezas, sino el bien para todos Sus hijos, independientemente de su nación, religión o creencia.
Quiero que aprendan hijos Míos, junto a Mí, que todos pueden ser uno, porque alcanzando esa unidad espiritual, Dios estará en ustedes y ustedes estarán en Dios viviendo en Su Reino; a pesar de los acontecimientos de estos tiempos, de las purificaciones o de las pruebas.
Yo los invito todos los días a ser parte de la Gran Hermandad, la Gran Hermandad que está en el Cielo y también aquellos que están en el interior del planeta y que con su silencio llevan adelante grandes Obras en el mundo por la liberación del planeta y de la humanidad, por la redención de los corazones, por la Paz en todos los pueblos.
Yo los invito todos los días a coligarse a esa gran Hermandad y a seguir encendiendo en sus pechos la Estrella Confederada, la cual los llevará por el camino de la Luz, de la ascensión y del bien.
Leyes muy profundas y desconocidas del Universo podrán transformar sus vidas y las vidas de sus hermanos y ya no será necesario, hijos Míos, sufrir. Quiero que el dolor y el sufrimiento terminen en el mundo. Quiero que las almas conozcan la verdadera alegría de servir a Dios. Lo que Yo llamo “felicidad espiritual”, que no está en este mundo sino en el Universo, en la Vida Universal y en el Conocimiento; en la fe, en el servicio y principalmente, en la gratitud.
Quiero llevarlos, queridos hijos, al Reino de Dios todos los días, para que ustedes se animen a traer el Reino de Dios a la Tierra y muchas, muchas más cosas en el mundo sigan transformándose.
Este es el deseo ardiente de su Madre Celestial, de su Madre humilde y servicial, incansable y eterna, que viene a llamar a Sus hijos a través de los tiempos para que más vidas despierten hacia su verdadera vida espiritual.
Mientras esto no suceda, Yo seguiré viniendo al mundo. Yo seguiré impulsando el despertar de las consciencias, respondiendo al pedido de Cristo y del Padre Celestial; con ustedes y en ustedes. Yo podré, como Madre, hacer muchas cosas más.
Aún hay mucho por hacer, hijos Míos. Hay mucho por materializar y expresar dentro de esta Obra de Amor y de Redención planetaria que recorre el mundo y las naciones, solo para sembrar la Paz y la esperanza.
Hoy traigo el Rayo de la esperanza al mundo, para que las almas lo puedan reconocer y vivir. Sabiendo que cada uno de Mis hijos tiene tantas virtudes y dones para servir a Dios, para poder despertar y reconocer en sí lo que ni siquiera las almas saben completamente.
Por eso, Yo los vengo a impulsar y a motivar, al despertar sus talentos, virtudes y dones. Porque Cristo vendrá a llamarlos y les pedirá sus virtudes y talentos, así como todos sus dones, para que estén al servicio de Él en el momento de Su gran Retorno al mundo.
Ustedes, hijos Míos, son llamados como su Madre Celestial, a ser mediadores del corazón y de la palabra; a buscar en todas las cosas y en todos sus hermanos el espíritu del bien; a ver el bien en sus hermanos y no el mal; lo que es positivo, radiante y elevado en cada consciencia que guarda en sí el Cristo interno.
Promuevan en este tiempo el despertar del Cristo interior y el planeta será repoblado de sublimes energías divinas, que serán atraídas por los hijos de Dios, no solo como columnas de Luz, sino también como espejos de Su Divina Consciencia.
Los invito, hijos Míos, a recrear juntos este planeta y esta humanidad. A re-enseñar el camino del amor y del servicio por medio de las misiones humanitarias, de las peregrinaciones, de las corales, de todo lo que pueda expresar el Amor de Dios en el mundo.
Por eso, esta Obra es para todos y es más amplia de lo que parece y de lo que es. Ustedes, hijos Míos, tienen la llave de Mi confianza para poder hacerlo, siguiendo los pasos de la Jerarquía Espiritual en la obediencia y en el bien, para que todo se mantenga en su camino así como Yo espero ardientemente que se cumpla.
Vengo a agradecerles en esta noche, por su colaboración amorosa, a todos aquellos que están gestando por medio de la oración y de la colaboración, la próxima misión de paz en Europa y África.
Ni siquiera saben, hijos Míos, todo lo que sucederá en ese continente y todo lo que los Mensajeros Divinos harán en cada nación que visitarán, así como en cada lugar al que irán para sembrar la Paz y la Misericordia que ustedes han tenido la Gracia de conocer en los últimos tiempos.
Los invito, por medio de la colaboración y de la construcción de esta próxima misión, a seguir siendo orantes y misericordiosos con los que son más ignorantes, que están distraídos y muy ilusionados con todo lo que les ofrece el mundo.
Todo lo que hagan en la Tierra también lo estarán construyendo en el Cielo. En el último día de sus vidas sabrán y tomarán consciencia de todo lo que hicieron por amor a Dios.
Todo lo que tejen en la Tierra también lo tejerán en el Cielo, y el Universo tendrá memoria de sus acciones y de sus obras de bien por la humanidad.
Hoy Me elevaré al Cielo en profunda tranquilidad, sabiendo que Mis hijos han comprendido, más allá de las palabras, el llamado del Cielo.
Sean propagadores del bien que hoy les traigo, para que el planeta sea colmado de Luz y de Misericordia, hasta que los Mensajeros Divinos terminen de cumplir Su Misión en la humanidad.
En esta noche, quiero que sus corazones, hijos Míos, sean revestidos de esperanza para que la cura se establezca en la humanidad, el bien llegue a muchas más vidas en el mundo y sean tocadas por la Gracia de Dios, por Su Misericordia Infinita.
Vengo a traer la Paz, no solo al Brasil, sino también al mundo. Este encuentro ha ayudado para que eso suceda.
En el Amor y el Bien, Yo los bendigo.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Que este lugar siempre se revista de esperanza, para que la esperanza transforme al mundo y todas las consciencias sean tocadas por el Rayo de la Esperanza de Dios.
¡Les agradezco!
Cuando Yo encuentro sus corazones abiertos y sin resistencias; cuando encuentro sus almas unidas a Mí y sin interferencia de los aspectos humanos; cuando encuentro sus espíritus en comunión Conmigo y sin pareceres, es cuando en verdad Mi Obra de Misericordia se cumple en ustedes.
Por eso, compañeros, que esta Obra infinita de la Misericordia de Dios se propague primero en ustedes, para después propagarse victoriosamente en el mundo.
Sean, para Mí, ese ejemplo que Yo espero ver todos los días de la vida; así como en este día, en el que sus corazones se abrieron a Mí con simplicidad. Porque es en la misma simplicidad de los corazones abiertos en donde Yo puedo llevar adelante la Obra de la Misericordia Divina.
Los invito, compañeros, a ser misericordiosos en todos los detalles como en todos los actos; así atraerán a la Tierra las sagradas Virtudes de Dios que su humanidad necesita para poder vivir el proceso de la redención y del perdón.
Con ímpetu de esfuerzo, de paciencia y de dedicación, compañeros Míos, ingresen en la escuela suprema de la Misericordia Divina, a fin de que los principios del amor y de la unidad no se pierdan en esta humanidad y los corazones menos se olviden de que todo comienza y termina en la expresión mayor del amor del corazón.
Los animo a renovar el apostolado de estos tiempos siendo discípulos en la escuela espiritual de la Misericordia del Señor.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Que tu alma nunca renuncie a encontrar el universo de la Humildad de Dios, porque así adquirirás discernimiento y sabiduría.
Busca unirte a la humildad en cada momento y ante cualquier persona.
Sé parte de esa Sagrada Humildad de Dios, la que hace lo más grande en algo bien pequeño, la que se esconde en lo más simple para tornarse, algún día, poderosa.
En la Humildad de Dios está toda la existencia.
Es así que tú, buscando esa humildad, aprenderás a caminar a través de ella hacia el destino de la entrega total y de la resignación ante las formas.
Busca de la humildad, la sana alegría de servir y de ser algo maravilloso para Dios por medio de ella; y así conquistarás, con libertad, los grados de amor que algún día volverán a esta raza libre de sí y de grandes obstáculos, ya que se habrá alcanzado la paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mientras Mi Hijo se prepara para el trabajo planetario de estos próximos días, su Madre Celeste lo acompaña en silencio, como hace dos mil años.
Se vuelve a repetir el acontecimiento de la Pasión del Hijo por este planeta y la compañía de Su Madre en el silencio interior.
Todo el escenario se está preparando y, de la misma forma, las actuales fuerzas del caos están siendo llamadas a la penitencia y a la rendición, para presenciar el nuevo triunfo de Cristo en los corazones de los simples.
Una vez más, la historia de la redención del mal vuelve a repetirse, pero esta vez las tinieblas más caóticas, los reinos más oscuros son disueltos y, así, presenciarán la gloriosa venida espiritual del Rey.
Aunque todo se agite, el nuevo triunfo del Redentor se aproxima y nada invisible ni aparente podrá evitar ver esa sagrada victoria de Jesús, el que vendrá trayendo en Su Mano derecha el Cetro de Luz de Dios y en la otra, la Espada de San Miguel, la que disolverá todas las tinieblas en la Luz de Emmanuel.
Por eso, acompañen al Hijo Amado en esa misión. Permitan que sus soles internos se enciendan ante el advenimiento de la victoria celestial.
Que todo principio, así como toda criatura visible o invisible, se rinda ante la llegada del Maestro del Amor, porque el Reino de Dios se aproxima y nuevamente el Amor vencerá.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Que la Palabra de Dios sea escuchada por los corazones abiertos y simples, para que se siembren en ellos los atributos del Universo y los Dones del Cielo.
Que la Palabra de Dios enriquezca al espíritu y santifique la consciencia que escucha con atención los Decretos de Dios.
Que la Sagrada Palabra de Dios impregne todos los espacios, todas las formas y todos los principios, para que reine el Don de la Sabiduría y del entendimiento.
Que la Palabra de Dios esté presente en cada labor, en cada trabajo y en cada corazón, para que en todo exista Luz y discernimiento.
Que la Palabra de Dios sea plena en los corazones y viva en las consciencias que escuchan a Dios.
Que la Palabra de Dios sea reconocida y valorada por las naciones del mundo, a fin de que se establezca la paz.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Concentra tu atención en Mi Corazón, que es el predilecto refugio de las almas simples y amorosas.
Unido a cada una de ellas, su Maestro y Señor hace prodigios, porque, así como las almas buenas entran en Mi Corazón, Yo puedo comulgar de las almas humildes.
El primer paso es sentirte dentro de Mi plenitud celestial.
El segundo paso, para estar en Mi Corazón, es reconocer el Océano de Mi Misericordia porque allí todo se lavará y estarás purificado.
El tercer paso es perdonarte a ti mismo o al semejante y establecer, así, un acto de reparación capaz de disolver los sufrimientos humanos para que reine el Amor de Dios.
Entra en Mi Corazón en confianza y, allí, todo se aclarará desde el primer momento.
Siéntete partícipe de la Obra de Mi Misericordia para que, por medio de tu alma, esa Obra de Misericordia y Redención se refleje al mundo.
Decídete, ahora, a permanecer en Mi manso Corazón y Yo te abrigaré y te protegeré de las tempestades del espíritu.
Comulga Conmigo en este día y siéntete renovado por la acción poderosa del Espíritu Santo.
Ten mucha fe.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice y los absuelve,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más