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Tiempos de Perdón y de Misericordia
Con la Gracia de Dios en Mi Inmaculado Corazón, vengo a revelarles el misterio del Perdón y de la Misericordia Divina, para la cual ningún error es eterno, ninguna condenación es definitiva ni inalterable, si las almas, arrepentidas, se abren de corazón para conocer el poder y la Gracia del Perdón y de la Misericordia.
Hoy, hijos Míos, vengo a invitarlos a curar en sus corazones las heridas que se abrieron por las marcas que dejó el pasado, por los errores cometidos contra la humanidad y contra el propio Dios.
En Su infinita Gracia, el Dios del Amor y del Perdón siempre está dispuesto a perdonar y a derramar Misericordia sobre Sus hijos.
Con la misma simplicidad con la que oran de corazón y claman por la paz, así, hijos Míos, el Creador abre Sus brazos para irradiarlos y borrar de sus espíritus y de sus corazones todas las manchas.
Conocer a Dios es saber el poder de Su Perdón y la grandeza de Su Misericordia, y temer alejarse de ella, no por un castigo eterno, sino por la necesidad infinita que el corazón siente del Amor de Dios, cuando verdaderamente lo conoce.
Ningún error es imperdonable cuando el corazón se dispone al perdón, cuando en humildad se rinde a los Pies de Dios para decirle: "Señor, aquí estoy, colocando a Tus Pies mis errores y mi existencia. Redime mi espíritu, lava mi corazón y conságrame a Ti, para que sea testimonio de Tu Gracia, en este y en todos los tiempos que vendrán".
Clamen por la Misericordia que brota incesantemente del Corazón de Dios y no dejen que este río de eterno Amor pase por sus vidas sin que beban de sus Gracias.
La única condenación eterna, hijos Míos, es aquella que es impuesta por el propio corazón humano que, por su ignorancia, orgullo e indiferencia, prefiere estar preso de sus enfermedades y sufrimientos que lanzarse, rendido, a los Pies de Dios y reconocer que estuvo perdido y que necesita encontrarse nuevamente.
El Creador de todas las cosas, que lanzó semillas de vida en el vasto Universo de Su Creación, aspira a recoger los frutos del crecimiento de Sus hijos, frutos que crecieron superando desafíos y que se harán fuertes, no por su belleza, sino por lo que guardan en su interior.
Los errores los hacen crecer en humildad y en entendimiento; los hacen reconocer que por sí mismos no conseguirán llegar a un propósito verdadero y que estarán prisioneros de sus propias ilusiones hasta que no se rindan al Amor de Dios y a Su eterna e insondable Verdad.
Pierdan, hijos Míos, el miedo a ser amados por un Amor desconocido e inmenso.
El Amor de Dios en nada se compara al amor vivido por los hombres, no porque los seres humanos no puedan amar como Dios, sino simplemente porque aún no se abrieron para amar como Dios.
Ese amor comienza cuando se permiten ser amados, transformados y curados por Su Presencia. Y después de haber sido bendecidos es que podrán multiplicar lo que recibieron.
Escuchen con amor lo que les digo y abran sus corazones a un nuevo tiempo y a un nuevo ciclo, pues ha llegado el momento de recibir Perdón y Misericordia, mientras esas Fuentes aún se vierten sobre la Tierra.
¡Yo los amo, los bendigo y les agradezco por escuchar Mi llamado!
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Compañeros:
En esta noche de encuentro con Mi Corazón quiero revelarles algo importante, algo que motivará la vida de vuestros espíritus, los que siempre deberán decidirse a seguir Mi Camino.
A través de esta misión especial en África, ustedes, en los planos internos, están ante los Señores y los Ángeles del Juicio Final, rindiendo ante la Mesa Sagrada de Dios, todas las deudas cometidas y reflexionando desde vuestras almas sobre estos asuntos espirituales.
Son estos catorce Señores del Juicio Final, quienes también guiaron a los profetas y santos que, junto a los Ángeles de la Guarda, enseñaron en otros tiempos sobre la Misericordia de Dios y sobre el Don del Temor de Dios.
Hoy, vuestros espíritus, que viven el tiempo de la redención de las deudas, están recibiendo la Gracia universal de saldar los débitos ocasionados hasta los días de hoy. Y, a través del servicio amorosamente ofertado en las naciones de África a las almas que están presas hace centenas de años, el universo de los Señores del Juicio Final, en honor a Adonai, se dispuso a borrar y a hacer desaparecer de los Libros Sagrados del Cielo una parte del gran pecado de la humanidad.
Vuestras almas se encuentran en profunda meditación y tal vez muchos de ustedes hoy no lo perciban, pero quiero decirles que, por haber concretado esta misión humanitaria por la paz y la redención espiritual de África, un mar de Gracias y un universo de oportunidades están siendo generadas para consciencias que, dentro de los atributos de la Ley de Dios, no los merecerían.
Compañeros, a través de la intercesión de los Sagrados Corazones, una especie de congelamiento de la Ley está sucediendo, y los efectos que ella genera debido a las graves faltas de la humanidad, están siendo evitados.
De no haberse realizado la misión a África y la misión al norte del Brasil, ciertas consecuencias no hubieran tenido retorno. También, durante la Sagrada Semana de este mes, una forma de expiación interna fue depositada en todos los que, sin arrogancia pero con fe, participaron de los encuentros con Jesús.
Y una vez más, Cristo tuvo una victoria en los corazones más condenados. Así muchos, ante de los Señores del Juicio Final, se hicieron responsables y se comprometieron de por vida, hasta los últimos momentos de la transición de la Tierra, para responder a los designios finales que Mi Corazón revelará durante los días de tribulación a un cierto grupo de almas que servirán de protección y de amparo espiritual para todas las almas que sigan confiando en Jesús.
Cuando llegue la hora crucial de vuestra purificación será el gran momento de vuestra confirmación ante el Padre Celestial y recibirán la oportunidad de no desviarse del camino y de seguir ciegamente todas las instrucciones de vuestro Señor.
En esos momentos cruciales, Yo ya Me encontraré retirado en oración y vigila, preparándome para retornar como nadie imagina en su mente y en su corazón, pero muchos Me reconocerán cuando llegue, y los códigos de Mi victoria en ustedes deberán ser el escudo contra todo mal, quien ore no los perderá.
Bajo la Gracia que proviene de Emmanuel, sean bienaventurados.
¡Gracias por donarse de corazón para concretar Mis Obras de redención!
Cristo Jesús Glorificado
Queridos hijos:
Como niños recién nacidos, todos son llevados a Mi regazo de Madre para que reciban el calor del Corazón de Dios y así puedan ser colmados por los dones de Su Santo Espíritu.
En este ciclo, en donde la humanidad ha perdido la inocencia, Yo vengo en nombre del Espíritu Santo para instaurar la devoción a los Dones Santos de Dios. Para que la devoción a los Dones de Dios se pueda establecer, Yo les daré a conocer las grandes virtudes de Dios, virtudes que ayudarán a recuperar la espiritualidad santa que muchos hijos han perdido en los tiempos de hoy.
Como Madre del Infinito, Yo les traigo desde el Universo Celestial la posibilidad de que cada uno de ustedes retome el camino de la consagración a Dios, para después poder vivir el Sagrado Apostolado de Cristo.
Hijos amados, la finalidad espiritual de Mi presencia maternal entre ustedes para este día extraordinario, tiene la misión de aproximar a vuestras almas hacia la esencia de los Dones del Espíritu de Dios. Ustedes, como frutos del origen, guardan en vuestras esencias la unión perfecta con cada uno de los dones del Espíritu Santo y en verdad, el que más la humanidad necesita conocer es el Don del Temor a Dios.
Este don, les revela la oportunidad interna de reconocer al Creador como vuestro Único y Verdadero Padre Espiritual y Divino, sin dejar de observar y de aprender que solo a través del Altísimo, ustedes alcanzarán la Misericordia y el Perdón.
El Don del Temor a Dios, es uno de los menos practicados y vividos por las almas de este mundo; muchos pierden la filiación primordial con Dios por estar influenciados en este ciclo por las cosas del mundo y al no vivir el Don del Temor a Dios, este don divino se vuelve Fuente y acción de la Justicia Divina, la que los corregirá y les mostrará el verdadero camino.
Por eso, como vuestra Madre del Espíritu Santo de Dios, vengo en este tiempo definitivo para advertirles y anunciarles que están a tiempo de corregir vuestras vidas y de dirigirse al Universo de Dios, el que es altamente sustituido por las modernidades y por las vanguardias del mundo.
Si esto no cambiara a tiempo, muchas almas padecerán el resultado de sus propias elecciones de vida. Me corresponde guiarlos de la mano como vuestra Madre y de llevarlos al encuentro con el Creador.
Si ustedes vieran que hermanos e hijos próximos a vuestras vidas están distantes de escuchar Mi llamado, ¡recen por ellos, ayunen por ellos y adoren a Cristo por ellos!, así serán ayudados y rescatados a tiempo.
El Cielo les anuncia el ciclo de poder encontrar la Verdad Divina. Ustedes, Mis queridos hijos, están cruzando como humanidad el portal de un nuevo ciclo y de una nueva era. Les pido que busquen vivir los Dones de Dios a través del corazón y de la oración, porque así estarán ayudando a toda la humanidad que está sorda y ciega.
En este día, Mi Corazón se ennoblece por poder reencontrarlos maduros y en otro punto dentro de la escuela del perdón y de la redención.
Recuerden, que Yo Soy vuestra Madre de la Paz y que hoy derramo sobre ustedes la bendición del Santo Espíritu de Dios.
¡Agradezco a todos Mis hijos por haber respondido a Mi llamado!
Los cura y los consagra,
Vuestra Madre María, Reina y Señora del Espíritu Santo
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más