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Muchas Gracias de Mi Corazón fueron derramadas en vuestras vidas en estos últimos tiempos.
Fueron dignos de Mi Amor y de Mi Gracia porque el gozo de Mi Espíritu los colmó de dones, sembrando en las esencias las semillas de Mi Hijo. Ahora esos frutos deberán ser ofertados a los Pies del Creador para que Su Obra máxima se cumpla en los corazones redimidos.
Vieron en el Cielo el Propósito manifestado y fueron partícipes del Plan Celestial de Dios; así fueron conducidos hacia la meta para que muchas almas despertaran al camino de la redención.
El Padre les ha dado todo y nunca dejará de darles lo que necesiten para poder cumplir la obra de Su Voluntad.
Fueron puestos en libertad y muchas situaciones internas fueron liberadas del eterno cautiverio. Conocieron la paz y la sintieron, llevaron el Mensaje del Cielo a los que nada escuchaban, ayudaron a abrir los corazones cerrados y recuperaron la fe en quienes la habían perdido.
A través de la obra de vuestra Madre Celeste fueron llevados a comprender el motivo del llamado, fueron consecuentes con el Universo y él nunca los desamparó, ni siquiera en los momentos más importantes de la vida. Aprendieron a cruzar los abismos y a superar las pruebas mediante el Amor de Cristo, conocieron la verdad y fueron partícipes de ella en el final de los tiempos.
Recibieron los tesoros más grandiosos que guardaba el Universo y fueron llamados para ser celadores de ese legado. La Palabra de la Divinidad siempre los guio, nunca dejó que ninguna puerta se cerrara a pesar de las circunstancias.
Los más simples alcanzaron la meta y siguieron el camino del espíritu y de la simplicidad. Otros se perdieron por querer buscar su propia respuesta a todo lo que sucedía, pero al final del último día Mi Hijo los llamará para presenciar el juicio del mundo entero.
Por eso, todos son preparados y nadie podrá decir que la Gracia no tocó su corazón. El Plan debe realizarse, la hora indica una sincera decisión; el Universo siempre los esperará. Los apóstoles deben despertar y trabajar.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los une al Propósito de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En el futuro crecerán las semillas generadas por el esfuerzo y el sacrificio. Pero vuestros internos, que son como niños, serán los primeros en entrar en el Reino de los Cielos.
Como en aquellos tiempos pasados, hoy, en este tiempo actual, Yo les vengo a enseñar sobre el Amor, algo que todos desconocen profundamente.
Ayer les hablé sobre la esencia de Adonai y hoy les hablaré sobre el Corazón de Dios, que es la principal Fuente de emanación del Amor universal, de donde muchas almas y Jerarquías se sirven para concretar, en los planos internos, la evolución.
En estos tiempos críticos que vive la humanidad, en los que las mayores atrocidades son vistas por vuestro propio Dios, Yo vengo a invitarlos, compañeros Míos, a buscar el Amor, la esencia del Amor de Dios, que en su primera emanación está presente a través de Cristo.
Ese Amor poderoso y prodigioso es el que libera las amarras y cura las heridas.
Ese Amor poderoso de Dios es el que sustenta la Creación y el universo, es el que permite la sustentación del Plan original en esta galaxia y en otras.
Son llamados a buscar la esencia del Amor universal; porque en verdad les digo, compañeros, que no habrá otra cosa a la que podrán aferrarse. El Amor universal de Dios siempre los colmará, les quitará la sed y el vacío, y se sentirán en plenitud para poder servir al Plan del Creador.
Yo los invito, compañeros, a que mediten en los caminos que están eligiendo seguir. Yo los invito a elegir un solo camino, que es el camino de Mi Corazón misericordioso, en el que nunca se perderán y tampoco caerán en ningún abismo.
Muchos falsos caminos se presentarán en vuestras vidas. Llegará el momento de que cada uno de los seres de la Tierra deberá confirmarse ante el Creador y elegir cuál camino escoger, porque después ya no habrá más tiempo para otras cosas.
Es ese Amor y esa emanación las que que Me han permitido llegar hoy aquí, a Brasilia, y compartir Mi Comunión espiritual con Mis hermanos de Maceió y con cada una de las consciencias que siguen Mis caminos.
El verdadero cenáculo, que ustedes hoy deben construir, se encuentra en la fortaleza del corazón, en donde no existirá inquietud ni perturbación para poder realizar las Obras de Dios.
Los suelos temblarán. Vuestros corazones deberán estar preparados para eso, porque así como una vez Yo lo dije, no quedará piedra sobre piedra. Las estructuras se moverán para que pueda surgir el verdadero corazón templado que será cristalino y puro ante los Ojos de Dios.
Por eso vivan vuestra purificación con tranquilidad. Aférrense cada día más al Universo del Creador. Vivan en la confianza que Yo les prometo, así no se perderán y encontrarán siempre el verdadero camino.
Hoy vengo a mostrarles, compañeros, una parte del Plan de Dios, y dibujo sobre estos cielos de Brasilia el verdadero Propósito de Dios que es desconocido, que es lejano, que está muy lejos del verdadero propósito que las almas viven en esta Tierra.
Hoy vengo a dibujar, sobre estos cielos, el gran Pensamiento omnipotente de Dios. Aquello que está escrito en Su Corazón Inmaculado, el que ustedes deben conocer a través del sentimiento de vuestra oración, preguntando a vuestros seres internos: ¿Dónde deberé estar en estos tiempos? ¿Qué es lo que deberé hacer para concretar el Plan de Dios? ¿El tiempo de mi vida se está perdiendo? ¿Dónde está mi consciencia en este momento? ¿Qué es lo que hago para hacer cumplir el Plan de Dios? ¿En verdad soy un servidor del plan evolutivo? ¿Cuánto he hecho para poder conseguirlo y qué es lo que no hice bien?
Queridos compañeros, mediten en lo que Yo les digo. Aún tienen tiempo para poder hacerlo, pero el gran reloj está marcando la hora y allí todo sucederá.
La oración que ha profetizado Mi Corazón ha hecho prodigios. Y es por eso que, en esta tarde de Gracias, estoy con ustedes para que vuestros corazones sean merecedores de Mi Misericordia.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Jesús pide que oremos a Abba, Nuestro Padre. Vamos a repetir esta oración, frase por frase y a pensar, a pedido de Jesús, en Abba.
Dice Cristo que va a rezar con nosotros. Prepárense.
Y así, como lo hice en el Sermón de la Montaña, elevé las Manos al cielo después de la sagrada prédica; y Adonai hizo descender, a través de Mi Ser, la omnipotencia de Su Consciencia Suprema.
Elevé las Manos hacia el pueblo, los corazones se curaron, los paralíticos caminaron y las almas resucitaron a la vida espiritual.
De esa forma, compañeros, hoy coloco las Manos sobre ustedes, con la bendición de Mi paternidad. Que las bendiciones del Padre Eterno desciendan ahora, en este momento, desde el Universo Celestial.
Repitan, como una oración, el Nombre de Abba, de Emmanuel y de Adonai (se repiten varias veces por separado).
Fuente primordial de la Unidad,
fortalécenos en estos tiempos
para que a través del Amor de Tu Reino
cumplamos con Tu Sagrada Voluntad.
Amén.
(se repite tres veces)
Han ingresado en espíritu a las tres dimensiones de Dios, pero dentro de esas dimensiones se encuentran otros universos. Recuerden lo que han sentido, en este momento, a través de cada Nombre de Dios, así sabrán cómo encontrar la salida.
En nombre de los Tronos del Padre y de los Arcángeles de Dios, bendeciremos, después de estas plegarias, los Sacramentos.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
A pedido de Jesús, escucharemos Pater Noster.
Oración: Padre Nuestro (en arameo y en portugués).
Bajo la bendición y la potestad misericordiosa, Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Gracias, queridos hijos de Brasilia, por haber respondido a este Sagrado Llamado. Vigilen Conmigo, en oración. Vayan en paz.
Canción: Abba, Fuente Primordial.
Amados hijos:
Hoy Mi Corazón Luminoso desciende en Gloria y Amor sobre las almas que tienen sed de Dios. A través de la misión de paz, las puertas del mal y de la perdición fueron cerradas durante tres semanas de misión y de oración por parte de todos Mis grupos de oración.
Deseo queridos hijos, que tengan presente la necesidad de continuar trabajando a través del espíritu de la oración, porque en el Verbo Divino se encuentra la salida y el camino para la salvación de las almas.
Hoy recorro las calles de Congo y veo los rostros del olvido, de la soledad y del dolor. Los ojos de Mis pequeños reflejan la ausencia de la paternidad y de la dignidad. Por eso hijos, que cada momento de servicio sea una verdadera y profunda expresión del amor, que vuestras manos y abrazos paternales puedan aliviar el peso de la negación de todos los niños del Congo. A través de vuestra caridad, la Misericordia de Mi Hijo promete obrar hasta los últimos momentos de vuestra presencia en Congo.
Ahora Mi Corazón les indica ofrecer la oración por la reparación de todas las almas inocentes, las que esperan en la soledad una ayuda mayor.
Vuestra Señora de Kibeho abre los brazos para recibir y proteger la niñez de todo el Congo. Por eso, que vuestro espíritu de fraternidad exprese la cura y la gracia de recibir la Luz del Reino de Dios.
En estos últimos días de misión por la paz interior planetaria, vuestra Madre Celeste derrama los códigos de la rehabilitación y de la misericordia.
Hijos Míos, llegó la hora de ayudar a todos Mis hijos de Congo para que abandonen ese eterno cautiverio. Y eso comenzará a suceder cuando permitan que se abran las puertas del Reino de la Paz.
Una misión importante está terminando, un ciclo se estará cumpliendo en la vida y en la existencia de todos Mis hijos de Ruanda, de Uganda y de Congo.
La semilla de la paz fue sembrada en los corazones empobrecidos de espíritu. La misión pasará a formar parte de la memoria del Cielo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice bajo el Espíritu de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En la historia de la humanidad, se escribirá cada detalle de los días en que la Reina del Cielo extendió Su reinado sobre el mundo y, por medio de Su infinito Amor, conquistó uno a uno los corazones de Sus hijos; los despertó a su verdadero origen celestial y los condujo al cumplimiento de los Planes de Dios para cada una de Sus criaturas.
En los días 31 de diciembre de todos los años de este mundo, el Amor de Dios descenderá una vez más sobre el mundo y sobre las consciencias de las criaturas. Despertará los códigos depositados por la Madre del Cielo, los que permanecieron latentes en lo profundo de muchos seres.
Hijos Míos, todos esos años en los que estuve entre vuestras pequeñas almas, la luz del universo se expandió, no solo en vuestras vidas, sino sobre todas las almas del mundo, entregando a cada una de ellas la oportunidad de un día ser partícipes de los Planes del Señor y poder tener consciencia de su misión y de la misión que este planeta deberá cumplir con todo el universo.
Mis amados, ahora que Mi Corazón comienza a recogerse hacia lo profundo de vuestros seres, quiero que el mundo comprenda el verdadero motivo de Mi Presencia aquí en esta Tierra, que no es solo entregar un tiempo de mayor paz para la humanidad. La paz que vivirá el mundo será la consecuencia de la conversión de las almas y de su despertar.
Yo no llegué al mundo solo para enseñarles a orar, aunque la oración es el principio básico que abrió las puertas del universo interior de vuestros seres, sino para que en este tiempo pudiesen expresar la verdad de vuestras consciencias.
Todo este tiempo, como en todos los siglos en que Mi Presencia impregnó el mundo, estuve preparando los corazones y tornándolos fieles a Dios, para que en los tiempos finales no tuvieran temor de comprender una verdad superior, que tan distante está de todo lo que la humanidad comprende como vida superior.
Quiero que los que se sientan preparados, den un nuevo paso en la consciencia y permitan que el despertar verdadero sea una realidad para vuestras vidas.
Ya llegó el tiempo de olvidar el pasado y soltar todas las raíces que los atan a los errores cometidos, por ustedes mismos y por otros, para que desaten los nudos que no les permiten salir de esta realidad puramente material y que tan distante se encuentra de lo que verdaderamente son y lo que verdaderamente deberán manifestar.
Cada día 31 de diciembre se abrirá un nuevo ciclo para la humanidad, a través de los impulsos que enviará Mi Inmaculado Corazón.
Descubrirán año a año, lo que realmente sucedió en vuestras vidas y en la vida planetaria, cuando Yo estuve aquí en este mundo.
Descubrirán quien verdaderamente Soy y la grandeza de los momentos en que Yo los reuní alrededor de Mi manto universal de luz.
Descubrirán que en Mis palabras existieron verdades que nunca pudieron comprender, hasta que abrieran el corazón y la consciencia para hacerlo.
Descubrirán que creían saber lo que Yo hacía en el mundo, porque algunos ya tenían un poco más de conocimiento sobre la vida superior, pero que solo la vivencia de los principios superiores y de todo lo aprendido les permitirían ser verdaderos conocedores de Mis palabras y de las palabras de los Mensajeros Divinos.
Descubrirán que Yo Soy más que la presencia de la Virgen María de Nazaret y que, a pesar de haber sido la misma, comprenderán que Dios estaba en Mí, como en Su Hijo y, con una misión diferente, se expresaba en Su Sierva.
Descubrirán que este mundo es sagrado a los ojos de Dios y que todo el universo aguarda que aquí se manifieste la vida pensada por el Creador y que, hoy, está muy distante de la realidad humana.
Descubrirán que las semillas crecieron y dieron sus frutos y, entonces comprenderán lo que son, de donde provienen, lo que deberán manifestar y para donde retornarán cuando llegue la hora.
Yo los amo y les pido que, a pesar de ustedes mismos, persistan y coloquen todo el amor en el cumplimiento de lo que les digo, porque Dios habla en el Verbo de Su Sierva y revela al mundo Su Voluntad.
Los bendigo.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Madre María Shimani:
Buenas tardes a todos, estamos ahora sí, en las últimas 150 cuentas de la Maratón de la Divina Misericordia. Y nosotros aquí, en el Centro Mariano del Espíritu Santo vivimos un día muy especial. Lo único que faltó es que descendiera la Paloma del Espíritu Santo y nos llevara a todos al Cielo. El fervor, la intensidad, la devoción y el amor fueron la pauta de las oraciones de hoy y el escenario se prestó para acogernos, para que este descenso del Espíritu Santo se pudiera manifestar.
Hoy aprendimos que podemos conversar con Dios, cara a cara, cuando oramos la Coronilla a la Divina Misericordia y que, palabra por palabra, colocamos en el Corazón de Dios nuestra súplica por este mundo y por esta humanidad. Y cuando Sus hijos claman de esa forma por Misericordia, Nuestro Padre, que tiene un Corazón grande y bondadoso, no espera ni un segundo para derramar Su Misericordia en este mundo.
Así que hoy aprendimos a conversar, cara a cara, con Dios y nuestra oración cambió por completo. Por lo tanto, a partir de hoy ya sabemos como conversar con Dios todos los días a las tres de la tarde.
Reciban la bendición eterna para que esta bendición, en los días que vendrán, los santifiquen.
Recen Conmigo por Mis peticiones, por Mis preceptos, por Mis designios, por Mi gran Voluntad, que es la Voluntad de Dios Altísimo que viene en este día a auxiliarlos.
Para rezar Conmigo, concentren vuestro corazón en la fuente que corre, en el agua de Vida, el agua de redención y de paz que, desde el Cielo y el Infinito, viene para lavarlos y purificarlos.
Recen de corazón Conmigo como lo han hecho hoy, en oferta y donación a Dios.
Oración: Padre Nuestro (en arameo).
Para honrar a Mi Corazón y para que vuestros pecados y faltas sean perdonadas, en nombre de toda esta humanidad y de aquellos que se pierden y no escuchan a Dios, de aquellos que no beben de la fuente de Mi Corazón, por este fin, por este objetivo divino, recemos juntos por tres veces cada señal de Mi Pasión y de Mi Transfiguración. Los escucho. Eleven vuestras ofertas a Mi Sacratísimo Corazón.
A continuación, se oran las decenas del Orandio de la Pasión y de la Transfiguración de Jesús, repitiendo solo tres veces cada oración.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén.
Cuando oro con ustedes, oro por el mundo y Mis códigos de luz y de cristificación ingresan en vuestras células y átomos para modificar vuestras faltas y deudas y convertir a todos vuestros seres en la Luz y en el Espíritu de Dios, para que algún día Mis queridos, santifiquen el gran Nombre de Dios, Iod-He-Vaud-He.
Hoy traigo entre Mis Manos el Rosario de la Paz. Benditos aquellos que imitan Mi ejemplo y que en las noches oran Conmigo en el susurro del corazón, en el silencio del espíritu, el alma que ora y habla a Dios.
Benditos aquellos que duermen con el Santo Rosario en sus camas. Estarán unidos, fusionados y ampliados por el gran Espíritu de Dios. Sus cuerpos se elevarán al Reino de Dios en cada nueva súplica, porque Mi Corazón escucha a las almas que oran pacientemente y que encienden en el corazón su fervor.
Hoy les revelaré, Mis compañeros, Mis discípulos del ayer y del futuro, hoy les diré, Mis compañeros, que he hecho con vuestras oraciones y con todos aquellos que estuvieron unidos a Mi Corazón en lo profundo del Amor, de la Verdad y de la Justicia. Muchas almas fueron aliviadas. Situaciones irreparables fueron transformadas. Muchas almas fueron rescatadas. Espíritus que estaban apagados se reencendieron. Muchas naciones recibieron un tiempo más de paz. Porque Mis Rayos de Misericordia Divina descendieron a través de vuestro verbo, de cada nueva palabra que pronunciaron con el corazón. Y aunque que ustedes estén cansados por luchar tanto tiempo en esta vida, Mi Corazón contempla vuestros esfuerzos y sacrificios.
Así como les ha dicho la Santa Virgen María, Yo vengo a pedirles también cosas simples y verdaderas. Necesito que permanezcan en este mundo sin pertenecer a él. Que todos los días de vuestras vidas, en cada nuevo despertar como en cada nuevo amanecer, vuestros ojos despierten recordándome, sintiéndome en el corazón, para que vuestro día sea bendito y alabado por Dios, el Todopoderoso. De esa forma, ustedes Me permitirán que Yo descienda a vuestras vidas.
A través de esta Santa Maratón muchas semillas fueron depositadas en vuestras esencias, las que deberán brotar en el próximo tiempo. Ahora, Mis compañeros, dependerá de vuestra convicción y oración que estas semillas puedan dar sus frutos y que, en los tiempos de mayor caos, de mayor tribulación y oscuridad, Yo pueda servirme de vuestras semillas como nuevos dones entre Mis Manos, que serán irradiados para el mundo entero por el fruto de vuestros esfuerzos, de vuestra dedicación y entrega a Mi Corazón.
Así como hoy Yo les hablo, Mi Voz hace eco en las almas de todo el mundo, pues no Me podré ir de aquí hasta que un alma alcance la cristificación. Eso será un gran evento para el Universo y también lo será más profundo y verdadero cuando todos, como grupo de almas, alcancen el gran paso a la cristificación.
En este ciclo, Mi Corazón los viene a purificar, a derramar Sus gracias y bendiciones, a separar el trigo de la paja, lo viejo y duro de lo sano y bueno que guarda vuestros corazones. Por eso sacrifíquense todos los días.
Yo estoy también en las cosas tan simples, en cada quehacer de la vida, en todas las tareas del día a día. Ustedes Me encontrarán en cada lugar y Me podrán escuchar cuando tan solo pongan atención en las cosas simples. Porque cuando Yo ya no pueda estar aquí, entre ustedes, anunciando Mi Palabra de Vida y de Resurrección, ustedes Me encontrarán a través de las señales, señales que serán puras y verdaderas, que serán una luz en vuestros caminos, una bendición para vuestras almas, un amor profundo para vuestras familias.
El gran momento para la humanidad se acerca. Muchos se están acercando al umbral definitivo del tiempo. La fusión del universo se aproxima. Todo el sistema solar se está congregando y preparando a través de las Leyes y de los Rayos, para dar el último impulso a la raza de esta humanidad. Ese será el gran momento para todos, antes del avistamiento de la luna roja, cuando ustedes podrán dar ese paso, recogerse en Mi Corazón Sagrado, orar profundamente en vuestros hogares sin mirar hacia afuera, sin poner atención en lo que suceda, solo en el templo interior, el que será vuestra verdadera protección.
Yo no vengo a anunciarles miedos, sino un tiempo de consciencia, de despertar, de evolución, de un gran paso hacia el Reino de Dios.
La humanidad ha sido muy ayudada por Nosotros. Nosotros somos parte de ustedes. Nuestros Corazones fueron humanos y ahora son Corazones glorificados. Vuestros corazones pueden ser glorificados solo cuando sigan el camino y la guía que Yo les entrego. Así estarán unidos a Mí.
Y a pesar de los desafíos y las pruebas y de todo aquello que caiga sobre ustedes, por más pesado que parezca o por la gran deuda que represente, Yo no los dejaré solos ni un momento. Necesito que se fusionen con Mi Espíritu, que eleven vuestras consciencias hacia Mi Reino Mayor, porque solamente la oración y la unidad de todos los grupos, orantes, devotos y fieles, será la posibilidad para todos de cruzar el umbral hacia el océano de Mi Misericordia que los aguarda todo el tiempo, cuando tan solamente lo busquen a través de la humildad del corazón.
Cuando llegue el tiempo del gran paso de la humanidad, verán surgir en el Cielo el advenimiento de nuevas señales, las que indicarán Mi llegada a la humanidad.
Por eso, les oferto Mi Corazón como único camino para vuestra conversión y redención. Yo les entrego los Dones y los Sacramentos, porque todas las almas que se han separado del Propósito de Dios, deben vivir los Sacramentos de forma simple, comulgar Conmigo, ser bautizados por Mi Espíritu, por el Espíritu de Mi Padre, por el Espíritu Santo de Dios, confesarse con Mi Corazón, trabajar y dar caridad a todos y ofertarse al servicio abnegado. Eso les permitirá dar el gran paso en nombre de todos aquellos que no lo darán.
Los 144 000 seres, que serán los soles del Nuevo Tiempo, deberán ayudar a la humanidad a que se vuelva a erguir, a mirar hacia Dios y pedir perdón por sus faltas.
Hoy les entrego las llaves del gran cambio.
Vengan a Mí. Acérquense para una bendición. Sigan, orando con el corazón, coligados con Mi Espíritu, con Mi Fuente de Vida.
Oración: Padre Nuestro (en arameo).
Así como Yo vertí, en la Cruz, el Agua y la Sangre de Vida que permitió la redención de la humanidad, desearía que en este momento espiritual vuestros seres y vuestras almas reciban el Agua y la Sangre de Vida, glorificadas y santificadas en el momento de Mi Resurrección.
Canten “Agua y Sangre de Cristo”, así uniré Mi Corazón con ustedes y con vuestras familias.
Pido a todos los Centros Marianos que oferten su entrega por la humanidad y por los Reinos de la Naturaleza que son altamente ultrajados por el hombre y eso ha hecho perder su inocencia. Por eso, el Agua y la Sangre de Vida les permite reencontrar la inocencia para vivir en la pureza y en la santa humildad.
Canción: Agua y Sangre de Cristo.
Gracias por haber respondido al Llamado de Mi Voz.
Gracias a todos aquellos que trabajan por el Plan de Dios, independientemente de sus ideas y sentires.
Gracias a todos los que alcanzaron la unidad predilecta con Dios, la fusión con Su Santo Espíritu a través del verbo de la oración y del canto.
Hoy les dejo el Santo Espíritu de Dios, el Don de la Sabiduría para que guíe vuestros caminos cuando solamente lo invoquen de corazón y de alma. La sabiduría les dará la respuesta en el fin de los tiempos.
Les agradezco.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
A pedido de Nuestro Señor, en presencia del Espíritu de la Sabiduría, vamos a cantar “Espíritu Santo, ven” en agradecimiento al Sagrado Corazón de Jesús.
Canción: Espíritu Santo, ven.
Nos resta agradecer a todos por esta oportunidad recibida, y creemos verdaderamente que todos fuimos lavados, bautizados, ungidos de alguna forma.
¿Qué habrá de tan fuerte detrás de estos Sacramentos que Cristo nos oferta en este tiempo?
Estamos imitando Su ejemplo y todo lo que Él nos pidió realizar en este momento.
Como Madre de la Divina Misericordia, llego al mundo para curar y redimir, con la Luz de Mi Hijo, a todos aquellos que tanto necesitan de perdón, de redención y de paz; y que están sobre la Tierra, perdidos de Dios y desamparados de corazón.
Yo soy la Santa Madre de todos los pueblos, de todas las razas.
Yo soy la misma que se esconde en las montañas, Caacupé, como la que se encontró en las aguas, Aparecida.
Yo soy la que entrega la libertad a los 33, soy la que viene al encuentro de los que necesitan dar un nuevo paso, y entrego al mundo los frutos de una Higuera de amor.
Yo soy la que trae a las almas el Espíritu de Dios y concibe la Divina Trinidad en los corazones.
Yo soy la Reina de la Paz, Yo soy la Madre del Verbo Divino.
Yo soy la Madre del mundo, del universo y de todos ustedes.
Aquel que decide estar bajo Mi Manto, reconoce Mi Faz en todas las manifestaciones del mundo y sabe que Yo soy la misma en el Cielo como en la Tierra, y que vengo a enseñarles que nada debe estar separado en este mundo ni en los otros.
Mis amados, recorro las naciones para unir los pueblos, aunque sea a través de sus representantes. Vengo a construir esa red de luz que deberá encender el planeta, a través de la oración, cuando el sol ya no brille en el cielo de este mundo.
Quiero ver, en Mis hijos, la luz que ilumina los caminos de los que andan en la oscuridad. Quiero formarlos, para que el Espíritu Santo encuentre morada en sus consciencias, y otros que no tuvieron la Gracia de estar delante de Mi Presencia, Me puedan encontrar en sus corazones.
Mis queridos hijos, benditos sean los que se arriesgan a responder al llamado de Dios. Ahora, les pido que permitan que este llamado se vuelva semilla fecunda en sus esencias y, poco a poco, sea la vida que da testimonio de conversión y fe para los que están olvidados de Dios.
Que, en la simplicidad de sus seres se encuentre la puerta por la que Mi Hijo retornará al mundo. Que sus corazones sean humildes, para que se tornen la cuna de la pobre, pero sin embargo bendecida Belén interior que recibirá al Nuevo Niño, para que retire, por segunda y última vez, el mal que atormenta al corazón de los hombres y a los Reinos de la Naturaleza.
Amados de Mi Corazón, comiencen hoy a preparar el camino del Señor en sus pequeñas vidas. Retiren de sus vidas, de una vez para siempre, todo aquello que no corresponde a este humilde Pesebre de Belén.
Una vez más, el Nacimiento de Cristo se anuncia al mundo y ahora nacerá en muchos corazones, y a otros los hará renacer en vida, para la redención y la institución de la Paz.
Yo soy la portadora de la Misericordia, la que les pide que sean misericordiosos, para que el Reino de Dios descienda al mundo.
Yo los bendigo y les agradezco, porque la Gracia Divina descendió sobre este lugar, y sus vidas fueron colmadas por la Presencia Divina.
Yo los amo,
María, Reina de la Paz y Madre de la Divina Misericordia
En esta noche, deseo consagrar estas sagradas imágenes, especialmente aquella que será la peregrina para muchos corazones y que representa a Mi Gloriosa Faz en Fátima.
En esta noche, Yo colocaré Mis Manos sobre ella, para que los códigos de Fátima puedan estar en los corazones que invoquen, a través de ella y por medio del poder de la oración, Mi preciosa intercesión.
Irradiaré a través de ella el universo de Fátima, los códigos de Luz que Yo dejé impresos hace mucho tiempo en Europa. A todos los que se unan a esta sagrada imagen de Fátima y permitan que recorra cada hogar, Yo les prometo derramar las Gracias sobre sus familias.
Todos son Mis queridos hijos, no tengo predilección por uno ni por otro. Mi tarea maternal llama a todas las consciencias para una misión mayor.
Mi Consciencia Maternal trabaja con los espíritus de cada uno de ustedes y, a través de Mi oración perpetua, a través del Santo Rosario y de cada nueva oración que Yo pronuncio por el mundo, Yo elevo a cada uno de Mis hijos hacia el Reino de Dios, para que cada uno cumpla con la misión que vino a realizar.
Todos son hijos de María sin distinción, todos son preciosos rostros ante el Trono del Padre, almas puras que nacieron de la Fuente Mayor. Busquen la unidad que existe entre sus corazones, no permitan que el enemigo los engañe.
Yo vengo a abrirles sus ojos y a enseñarles el camino de la cristificación. Necesito de los apóstoles de Cristo para preparar la tierra fértil y sembrar las nuevas semillas en sus corazones; porque el Pastor está llegando al mundo y buscará sus frutos internos, los talentos que Él les dejó hace tanto tiempo.
Un verdadero ser fraterno es aquel que ama sin separaciones, vive lo que proclama, es un ejemplo de caridad y de humildad para todos.
Queridos Hijos, nuevamente los invito a la santidad del corazón. Tengo preciosas promesas para sus almas, deseo que Mis rayos de Gracias estén entre todos ustedes. Por eso, en esta sagrada noche, bendigo esta imagen peregrina que les abrirá las puertas a nuevos corazones, y todos encontrarán la paz, la paz que falta en el interior de muchos.
Yo los necesito firmes y valientes, que puedan ser un solo corazón y una sola alma.
Vengo a anunciarles Mi misión a todos Mis hijos; pero sepan, Mis pequeños, que aquel que Me dice sí se compromete un tiempo Conmigo; por eso, piensen en lo que deciden. Ustedes tienen la gran libertad interior de elegir; Dios los hizo libres y puros, son tan puros como las grandes praderas de estas tierras, sus esencias son tan puras como el agua cristalina.
Quiero que ustedes sean flores en el Reino del Creador y que muchos dejen de ser espinas en el Corazón de Dios. Él necesita derramar Su Misericordia sobre todos. Sean honestos y caritativos. Únanse a esta propuesta evolutiva. Únanse a Mi llamado mariano. Yo necesito de ustedes, como ustedes necesitan también de Mi Corazón.
Les abro las puertas a los que las tienen cerradas. Llegó el momento, queridos hijos, de ofertarse de corazón y de alma a Dios. Existen muchos caminos de servicio en la Tierra, Dios los ama a todos por igual. Dios nos enseñó, a Mi Hijo y a Mi Inmaculado Corazón, a amar a todos ustedes.
En este tiempo, queremos proclamarles, a todos, la grandeza del Reino del Padre. Que sus corazones se abran al Gran Llamado. Todo está donde debe estar.
Queridos hijos, mediten sobre lo que les digo. Necesito que amen más de corazón, hasta que este amor sea una locura santa, desborde de sus almas y se derrame sobre sus hermanos; así el Plan estará concretado.
Ahora, bendeciré la imagen para ustedes, para todos los grupos de oración que la recibirán con amor y también para los hogares que se abran a recibir Mi sagrada imagen.
Yo Soy para todos. Mi Amor es de todos, porque Yo los amo profundamente.
Que Mi esperanza los ilumine y que se abran las puertas a la redención.
Acepten Mi Mano, Yo los sustentaré fuertemente. Una Buena Madre no los dejará caer. Los llevaré, entre los ángeles y arcángeles, hacia el Reino verdadero de la Paz; promesa infinita para sus corazones, después de este mundo.
Gracias, queridos hijos, por compartir este momento con el Cielo.
Y antes de despedirse de Mi hasta el día de mañana, cuando liberaré a muchas consciencias, Yo los invito a que, antes de retirarse de este salón, toquen esta imagen para recibir los códigos de Fátima y lleven en sus corazones Mi Presencia Santísima, que promete curarlos todos los días cuando se abran a la Fuente Mayor con absoluta confianza y fe, porque todo siempre estará bien.
Dios protege a los siervos que lo sirven y ama a todas las criaturas, por encima de todas las cosas.
El Universo los llama a servir, el Universo se derrama sobre sus consciencias.
Mi Corazón Inmaculado se oferta a ustedes para ayudarlos.
¡Les agradezco!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Bienaventurados serán llamados, en el Reino de los Cielos, aquellos que en la Tierra hacen florecer las semillas de la vida que recibieron.
Bienaventurados serán proclamados, en el Reino de los Cielos, aquellos que en vida sufrieron las dificultades del mundo y, con alegría, supieron superar los obstáculos para cruzar el umbral de una nueva raza.
Bienaventurados serán conocidos, en el Reino de los Cielos, los que se esforzaron hasta el fin de los días, para superar los códigos materiales e instaurar los códigos divinos en su ser.
Bienaventurados serán los que hoy se autoconvocaron para servir en un ejército de paz e, incansablemente, confiar en la Mujer Vestida de Sol, que los tiene en Sus brazos y bajo Su Manto de Luz.
Bienaventurados serán, en Mi Reino, los que ya son bienaventurados en la Tierra, porque conocieron la Palabra de Vida, la amaron, la expandieron y la pronunciaron para que hiciera eco en todos los corazones del mundo.
Bienaventurados serán los que hoy están delante de Mis ojos, los que reconocen Mi Presencia y la Divina Presencia de Mi Hijo, sin temer los juicios de esta Tierra.
Bienaventurados se tornarán ante Dios Padre los que hoy maduran en el silencio los frutos de la salvación y, con valentía, crecen en la fe y en el amor al Plan de Dios.
Hijos Míos, los imperfectos de hoy, si persisten en el Propósito Divino, serán Mis bienaventurados de mañana. Porque cumplirán, sin percibir, con el Plan de Dios y, aunque muchas veces sea en el secreto del propio mundo interior, harán florecer una nueva raza a imagen y semejanza de Dios, de Su Divino Amor y de Su Unidad.
Todos los esfuerzos de hoy culminarán con la gloriosa victoria del mañana. Por eso, no miren hacia el pasado ni detengan la atención en lo que son hoy, sino coloquen toda la fe y la confianza en las promesas de Aquel que es perfecto y que prometió que, en los que se entregan de corazón, operará milagros de transformación y de conversión eterna.
Permítanse ver a través de Mis ojos y sentir a través de Mi Corazón; así, encontrarán la perfección que duerme en el interior de cada ser y podrán ver Conmigo el nacimiento de nuevos soles que brillarán más allá de esta Tierra.
Mis pequeños, vengo al mundo para hacerlos despertar y para darles a todos la oportunidad de convertir y redimir el pasado, transformándolo en un presente de Gloria de servicio al Altísimo. Por eso, solo abran sus corazones y sus consciencias y, así, los Mensajeros que descienden de los Cielos, a pedido del Gran Señor, obrarán en todos los espacios de la materia y de la vida sobre la Tierra.
Pueden no confiar en lo que conocen de sí mismos y serles costoso creer en la transformación de una materia tan corrupta, pero su confianza no debe estar en sí mismos, sino en Dios y en Aquellos que están delante de ustedes y que descienden del Trono del Creador con un Propósito enviado por Él para Sus criaturas.
Dios los conoce con perfección a cada uno de ustedes y sabe del potencial oculto que deben desarrollar. Por eso, solo digan sí diariamente y, como buenos niños, déjense conducir por su amada Madre Celestial.
Que el Niño Rey, nacido en sus esencias, ahora crezca sin detenerse y madure la vida divina que nace sobre la Tierra.
Yo los amo y los conduzco, haciendo crecer en sus corazones el Poder del Espíritu de Dios.
¡Les agradezco!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Que Mi Paz permanezca en sus corazones.
Hoy, a través de Mi Paz y de Mi Amor Misericordioso por ustedes, se abrió una nueva flor; flor de la que emanó un aroma semejante al de un fruto hermoso creado por Dios. Y este aroma de piedad y amor se extendió al mundo entero por medio de todos los que dijeron sí a los grandes desafíos que Mi Padre les colocó por amor a su conversión.
Y esta flor que hoy se abrió es la flor del Inmaculado Corazón, la que fue gestada en la esencia de cada uno de los hijos de Dios.
Sembrar esta nueva semilla significó varios desafíos para las consciencias. Al fin, después de las pruebas, de la trascendencia y, lo más importante, después de la donación de ustedes, una parte del Plan de Dios se ha cumplido.
Y esta flor dio buenas semillas que germinaron en varios corazones que estaban cerrados a Dios, en corazones distantes de Dios y en corazones que no estaban redimidos por el Amor de Dios.
Por la perseverancia, por el amor, por la fe y por el servicio entregado por hijos de Mi Santa Madre, nació una nueva luz para el mundo: nació, después de tantos meses, el portal salvador de Cristo y del Inmaculado Corazón de María. ²
Entre confirmaciones, decisiones y superaciones por parte de los soldados de la Virgen María, algo muy importante se construyó en las consciencias: el amor al Propósito de Dios.
Ese amor ofrecido por cada uno de los hijos fue verdadero y simple. Ese amor tocó lo profundo del Corazón de Dios y Él, una vez más, virtió Su Gracia y Su Piedad por intermedio de la sagrada presencia de la Madre Universal, la Reina del Mundo.
Ella, en Su dulzura maternal y en silencio, caminó al lado de Sus hijos quienes, sin saber el porqué, le dijeron sí a Su bendito e importante llamado. Y por estos frutos de esfuerzos y amor que ofrecieron los soldados de la Virgen Santísima, ahora brillan en el firmamento universal otros soles y otras estrellas; nuevas almas que estaban a oscuras se volvieron a encender con solo observar la luz del gran portal inmaculado.
En toda esa obra que tejió su Bendita Madre, se reveló ante sus ojos un gran misterio, el misterio del amor donado y entregado, el mismo que Yo viví por ustedes en la Cruz.
Por eso, que hoy sus corazones se alegren por haber cumplido fielmente con el Propósito de Dios. Su Madre Inmaculada los acompañó y los seguirá acompañando para que los frutos de la redención puedan despertar en todo el mundo.
Vean qué importante es transmitir un mensaje de paz a través de un portal consagrado a la Voluntad del Altísimo, donde un alma que siente las palabras abre su corazón, su consciencia se transforma y su corazón se redime. Luego esa alma se dona, despertando al servicio y a la caridad y esa pequeña acción redime a toda la humanidad. Así, los ángeles escuchan el ofrecimiento de esa alma y ellos, por amor y misericordia, abren los Cielos, y la Piedad universal desciende sobre el mundo. Esta sublime energía activa el mismo impulso en otros corazones, el mundo vive un tiempo más de paz y las almas viven su propia conversión a través de la oración.
Comprendan así, Mis amigos, cuán grande es el Amor de Dios por ustedes; entiendan desde el corazón el resultado de la presencia de este simple pero amoroso portal consagrado a los tres Benditos Corazones de María, Jesús y José Castísimo.
Que en sus consciencias hoy reverberen Mi Profunda Gratitud y Amor, porque Mis ovejas están escuchando la Voz del Gran Pastor.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por cumplir Mis Pedidos en humildad y donación.
Cristo Jesús, vuestro Rey
2. Cristo se refiere al relanzamiento de la página web www.divinamadre.org.
Desde el Corazón del Universo vengo hoy a vuestro encuentro. En el nombre de Jesús, Mi Alma Maternal viene a curar y restaurar corazones.
Queridos hijos:
Hoy los invito nuevamente a que ingresen dentro de Mi Inmaculado Corazón para que vuestras moradas, a pesar de todo, puedan encontrar, ver y sentir la Presencia Omnipotente de Dios. Si ustedes tan solo ingresaran a Mi Inmaculado y Materno Corazón, vuestras pequeñas vidas estarían saciando la gran sed que Mi Hijo tiene por todas las almas.
Hijos Míos, que hoy vuestros corazones sean manantiales que emanen amor y devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Queridos hijos, que vuestras esencias sean como aguas inagotables que, convertidas en ríos de Misericordia, sacien la sed de amor y de paz de todas las almas del mundo mediante el servicio.
Como Madre del Universo y de la Tierra, hoy llego para manifestarles Mi Amor en un tiempo de fuertes cambios en la consciencia y en la vida de todos Mis hijos.
Pequeños hijos, ante las faltas graves que comete la humanidad día a día, hoy los invito a considerar vuestra vida de oración un ejercicio que repare el Reino de los Cielos. Por eso, que vuestras vidas nunca olviden encontrar al niño interior porque así Mi Hijo derramará sobre ustedes los Dones y las Gracias de Redención y de Misericordia.
Si el mundo solo orara un poco más, la Luz del Altísimo sería otro manantial que calmaría la sed de todos Sus hijos. Pero mientras existan corazones cerrados a Mi Llamado Maternal, a Mis hijos solo les bastará crecer como crece una semilla desde el interior de la tierra. Pero a esa semilla no le podrá faltar el Agua de Vida, el manantial inagotable que hace emerger los verdaderos corazones en las criaturas.
Venerables hijos Míos, estoy aquí para enseñarles a caminar bajo el Amor de Dios y para que vuestros ojos no pierdan de vista la Misericordia en el horizonte.
Queridos hijos, hoy los invito a amar la Creación como Dios la ha manifestado para todos, y eso comenzará a través de vuestro amor a la magnificencia de los Reinos del Señor.
Orando con fervor por este mundo, Yo los llamo para que, durante este día, permanezcan en Mi Reino Maternal de Amor porque ustedes lo necesitan y también la humanidad. Por eso hoy, inundemos de amor a los corazones vacíos y sin Dios.
¡Están a tiempo de cambiar desde el corazón! Para eso ¡Yo estoy con ustedes!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
¡Persistan! ¡Persistan! ¡Persistan en responder a Mi llamado! Así Yo los ampararé en todo. Sigan el camino de fe que Mi Hijo les está revelando. El mundo necesita de instrumentos que puedan donar Mi Inmaculada Paz.
No teman por las pruebas de la vida; que vuestros corazones sean fuertes en la oración para que puedan ver la Luz de Dios.
Con absoluta confianza aproxímense a Mi Hijo para que Él les pueda transmitir la compasión de Su Corazón.
Queridos hijos, como ya les he dicho, los invito a persistir en la fe, en estos tiempos de cambios, a través de la oración del corazón.
Todo podrá ser aliviado en sus corazones y en el mundo cuando grupos mayores de almas vivan la oración en devoción, reverencia y fe.
Hijos Míos, vengan hoy a Mis brazos porque quiero socorrerlos y resguardarlos de todo. Por eso, oren Conmigo para que Dios los pueda escuchar y, como criaturas de Su Reino, la humanidad pueda alcanzar más paz y más perdón.
Sean amorosos y valientes en esta vida, porque un verdadero discípulo de Mi Hijo camina por los que no caminan hacia Dios y sirve por los que no sirven a sus semejantes.
Que vuestros corazones sean semillas para lo nuevo, que en ustedes resplandezca Mi Amor Maternal.
Ahora, hijos Míos, es hora de crecer y de madurar para estar delante del nuevo tiempo de Redención, Redención que Mi Hijo dará a todos aquellos que aspiren a ser Su nuevo rebaño en el mundo.
¡Les agradezco!
Gracias por contestar a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más