MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hijos:

Que este nuevo ciclo sea de nacimiento de nuevos frutos en la consciencia de todos, para después ver crecer y madurar esos frutos, y que de ellos surjan nuevas semillas.

Los frutos que nacieron en las consciencias son la representación del resultado de la acción de la Gracia en sus vidas. Hasta hoy ustedes recibieron muchos impulsos, instrucciones, gracias y bendiciones, a fin de que estén preparados para cruzar con perseverancia y paz interior los tiempos que ya llegaron.

Este nuevo ciclo estará marcado por el nacimiento y maduración de esos frutos, de los que cada uno deberá hacerse 11 agosto responsable. Esto significa, hijos, que ustedes deberán cuidar del jardín de la consciencia con sus manos y preparar, para el nuevo tiempo, las semillas que plantarán en el suelo de la Tierra.

Este ciclo requerirá de más esfuerzo y dedicación de cada uno de ustedes para su madurez. Será el momento en que la consciencia deberá confirmarse en este camino y hacer sus propios esfuerzos para mantenerse en él.

Hasta ahora, venimos sustentando e impulsando a muchos de los que se comprometieron con Cristo, pero que aún no había madurado, dentro de sí, su potencial de dar pasos en la evolución y sustentarse sobre sus pies, en su propia fortaleza interior.

Ahora, llegó el momento de que los discípulos reconozcan la verdad sobre sí mismos en todos los sentidos; que enfrenten lo que debe ser transformado y que se sustenten en el propio potencial de maduración interior. Será la transición entre la adolescencia espiritual y la vida adulta, cuando la consciencia se hace responsable de sí misma.

Los que despertarán en la última hora serán llevados por la Gracia a dar sus pasos e ingresar en los mismos ciclos de aquellos que hace tanto tiempo recorren el camino evolutivo. Les hablo de una madurez interior, en la consciencia, y no en los cuerpos materiales, porque la materia siempre necesitará ser educada para que expresar su mundo interno.

Hijos, cuiden este ciclo como si fuera el último, aprovechando cada día y cada instante para encontrar la Verdad y expresarla. Que el esfuerzo consciente de todos para estar cada día más en el Propósito divino sea permanente.

Después de este ciclo, en los ciclos que vendrán, será la hora de colocar en práctica lo que aprendieron, pues las corrientes que descenderán al planeta ya no esperarán a que ustedes estén listos para que ellas puedan actuar en la consciencia planetaria. Esas corrientes arrastrarán consigo a los que estuvieron tibios de corazón, indefinidos y fuera del Propósito superior.

Que este ciclo sea marcado por el esfuerzo de cada ser. Que todos asuman sus puestos y, así como un joven que sale de casa y asume su vida, que cada uno asuma su transformación, la propia entrega, la construcción de aquello que verdaderamente espera poder ofrecer un día a Cristo.

Su padre y amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Queridos siervos de Cristo:

Hoy vengo para rogar al mundo que auxilie a las almas de los más pequeños, de los niños que están sobre la Tierra y que no encuentran una razón para su vida.

Les pido que sirvan a los niños, no solamente con un plato de comida, sino que también, en unión con sus almas, los ayuden a encontrar el camino evolutivo. 

La degradación de la consciencia humana actual está construyendo una juventud vacía de Dios y, como consecuencia, los niños están recorriendo el mismo camino.

Por ese motivo, les ruego a los más conscientes en este ciclo planetario que se preocupen menos con los propios procesos internos, y que ayuden más para que el Plan de Dios se cumpla y, así, encuentren en los niños una cuna para las semillas de la Nueva Humanidad.

Hoy les pediré que den un paso más y que no solamente eduquen con amor a sus hijos y familiares, sino que posibiliten que otros niños, olvidados y solitarios, también puedan ser educados para la construcción del nuevo futuro.

Enseñen a los pequeños a amar los Reinos de la Naturaleza, cuidarlos, como también la importancia de ayudarlos en su evolución. Enséñenles la importancia de compartir con el prójimo aquello que él necesita, sea algo material o un atributo interno de la consciencia, como la mansedumbre, la caridad, la inteligencia, la alegría. Que los niños sepan ayudarse unos a otros y disipen de su consciencia la competencia y el orgullo.

Queridos, enseñen a los pequeños a orar; enséñenles el poder de la oración y la gracia que concede a los más necesitados en los cuatro rincones del mundo.

Concienticen a los niños, desde pequeños, sobre la realidad planetaria, no para atemorizarlos, sino para que sepan que la oración, el servicio, el amor y la unidad entre todas las criaturas son remedios infalibles para los males del mundo.

La purificación planetaria  se acelera y dentro de los niños deberá estar plantada la semilla correcta, para que florezca un mundo redimido. 

Yo los amo y los conduzco a la reeducación planetaria.

San José Castísimo, padre de todos los niños del mundo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Bienaventurados los que guarden en sí el Reino de Dios y hagan de la propia consciencia el tabernáculo para las nuevas semillas de la sagrada humanidad.

Mis queridos:

Una vez más les pido que, en la unidad de la consciencia humana, ofrezcan sus esfuerzos y sacrificios, sus conquistas y transformaciones a todo el planeta.

Hoy su Madre, María, toca el suelo de una nación muy lastimada y herida por el ansia del poder humano. En los planos espirituales, Colombia aún padece los errores cometidos en el pasado y muchas almas viven sin paz por las consecuencias de todo el mal que causaron los primeros colonizadores a los pueblos originarios.

Esta, Mis amados, es la realidad de la gran mayoría de las naciones del mundo que, por falta de luz y de perdón, siguen padeciendo las acciones maléficas que someten a las almas durante siglos, sin que puedan comprender lo que viven. Por eso es tan importante que los Mensajeros Divinos puedan llegar al mayor número posible de naciones, principalmente de América, que necesita ser liberada del pasado para que viva el nuevo futuro.

Hoy les digo esto porque, como compañeros y siervos de Dios en este mundo, ustedes deben conocer esas realidades y saber que no sólo Medio Oriente padece por la astucia del adversario, sino que muchas otras naciones viven situaciones de una oscuridad deplorable, sin que los ojos humanos perciban la gravedad de la situación en que se encuentran las almas.

Sepan que el mundo sufre mucho más que crisis sociales. Ustedes están transitando por una crisis espiritual definitiva, en la cual tienen toda la ayuda de Dios para que la Luz se establezca en el mundo y sea vencido el terror del caos. Solo deben ser más conscientes y saber que lo más importante, hoy, es orar y trabajar para que el Plan de Dios se manifieste. Trabajar para eso, Mis queridos, es transformarse constantemente, dejando al viejo hombre para descubrir el verdadero arquetipo humano y, así, ser lo que Dios espera de Su Creación en este mundo.

Yo los amo y los concientizo de la realidad planetaria para que sirvan más y mejor todos los días de sus vidas.

Su padre y compañero,

San José Castísimo

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

Contacto