- Inicio
- Blog
- Mensajes
- Oración por la Paz en las Naciones
- Calendario
- Oraciones
- Impulsos Diarios
- Libros publicados
- Pinturas e Imágenes
- Objetos Sagrados
- Música
- Galeria de fotos
- ¿Quiénes somos?
- Centros Marianos
- Campaña por la Paz
- Redes Sociales
- Contacto
Queridos hijos Míos:
En esta etapa de la misión humanitaria en Turquía, en donde los dolores internos y los sufrimientos más profundos de las almas son conocidos por ustedes, es momento de llevar toda su experiencia misionera al corazón, y así confirmar dentro de cada uno que es real y verdadera la presencia del Cristo sufriente en los semejantes.
Queridos hijos, Mi Hijo también se muestra en esos rostros hermanos que han vivido barbaridades y pruebas que los llevaron al exilio de sus países de origen.
Hijos Míos, en esta etapa de la misión, en la que los conflictos armados se agudizan, solo les pido que sientan a Dios y que piensen en Dios. El Universo los amparará en esta última parte de la misión, en la que dentro de cada uno se definirá un resultado, una experiencia interior que ayudará a madurar dentro de sí los próximos pasos.
Mi Inmaculado y Materno Corazón acoge a cada uno de sus hermanos refugiados, para que al menos una gota de esperanza se deposite en los espíritus aterrorizados y martirizados por las guerras.
Queridos hijos, todo tendrá un final, pero no podremos decir cuál será. La hora indica una profunda unión con Dios, para que en la vida de cada uno se manifieste la Voluntad Divina. Eso los llevará a vivir el camino que, después de esta misión humanitaria, se le planteará a la vida de cada uno de Mis misioneros.
Con alegría, prontitud y amor los hermanos de la Comunidad Figueira estarán esperándolos para comenzar el ciclo de su recuperación después de esta misión.
En el mes de marzo, queridos hijos, ya ingresarán en el espíritu del Encuentro General en el que nuevas oportunidades se presentarán para todos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice desde el Cielo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Queridos hijos Míos:
A través de la misión humanitaria en Turquía un nuevo reino se está construyendo en el corazón de las personas que amorosamente fueron abrigadas por Mis misioneros de la paz.
Eso significa el triunfo, en este momento, de la vida espiritual y del amor en la existencia de millones de personas. Así, hijos Míos, comprenderán que viviendo plenamente el servicio abnegado siempre se mantendrán abiertas las puertas de los Cielos para los corazones que necesitan de redención.
Ahora, queridos hijos misioneros, que ya aprendieron a percibir la condición humana, que sus brazos estén aún más abiertos para abrigar espiritualmente en el Corazón de los Mensajeros Divinos a cuantos esperan sentirse amados de verdad.
La misión humanitaria en Medio Oriente alcanzó una repercusión espiritual inigualable, porque en toda esta tarea de servicio y de amor crístico, siempre tuvieron que trabajar para superarse a sí mismos por cada consciencia de Medio Oriente, por los que viven en su propia carne la opresión de una guerra armada.
Queridos hijos, Vuestra Madre Celeste los acompaña en esta última etapa espiritual, en la que más códigos de redención, de misericordia y de perdón serán sembrados en más corazones.
Hijos Míos, toda esta tarea no solo ha tenido repercusión en ustedes a través de la misión, sino también en sus hermanos de las comunidades, especialmente del Centro Mariano de Aurora que ha sido el depositario de ciertas corrientes que debían ser liberadas. Esto es una realidad difícil y dura, que muy pocos están dispuestos a vivir sin horario ni limitación de tiempo por la salvación espiritual de la humanidad.
La obra de la Jerarquía Celestial es más amplia de lo que parece y no se restringe a un área del planeta en donde se sirve, sino también a planos de consciencia que durante las misiones humanitarias son apoyados por los Centros Marianos fundados por la Madre del Cielo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los une a la Fuente del Amor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Queridos hijos:
En la etapa más importante de la misión en Turquía y después de haber pasado por experiencias que han dejado fuertes marcas en sus consciencias, los misioneros podrán hacer, desde ahora y hasta el final de la misión en Medio Oriente, una síntesis profunda y una reflexión grupal respecto de todo lo que vieron como resultado de una gran calamidad humana.
Será al final de esta primera misión a Medio Oriente que los misioneros de la paz llevarán en sus corazones una experiencia imborrable que los fortalecerá, para que en el futuro cercano, ellos estén preparados para asistir a situaciones más graves del planeta y que irán más allá de una guerra civil y regional.
Queridos hijos, por eso siempre será imprescindible que los orantes apoyen con devoción todas las misiones humanitarias, porque un grupo en nombre de todos y de toda la humanidad indiferente, está dando un paso hacia la vida del servicio total y de la entrega absoluta a la Voluntad Divina.
Hijos Míos, así como Cristo vivió Su gran misión en la vida pública, ustedes, queridos hijos misioneros, vivirán la entrega hasta en los más pequeños detalles; con eso le demostrarán a Dios, como ya lo han hecho hasta ahora, que en verdad el proyecto de redención de la humanidad podrá cumplirse.
¡Les agradezco por siempre responder a Mi llamado!
Los ama y los protege,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Queridos hijos en misión:
Turquía se ha mostrado ante ustedes como una nación organizada, desde el punto de vista humanitario, para poder socorrer a la gran crisis migratoria que aún no ha terminado.
Mientras los desacuerdos y las migraciones continúen, el mundo no tendrá paz. Por eso, su Madre Celeste implora al Padre Eterno para que establezca Su Justicia ante tanta crueldad y aniquilación de almas buenas.
Hijos Míos, el tiempo indica que debemos seguir orando sin dejar de abrir en los Cielos el potentísimo afluente de la Misericordia Divina que podrá conducir hacia el Cielo a las almas que fueron presas y decapitadas por el adversario.
El tablero del Armagedón aún está en juego para definir quién ganará, en el próximo tiempo, la última batalla.
Mientras el caos se manifiesta en el mundo y sobre todo en las vidas de los refugiados, queridos hijos misioneros, que su principal propósito sea mantener la paz interior adonde vayan y la cálida sonrisa de amor y de fraternidad que Mis hijos de Medio Oriente necesitan. Es de esa forma, hijos Míos, que vuestra Madre Celeste consigue abrazarlos a todos y colocarlos bajo Su Manto protector.
Queridos hijos, la nación turca ha sido una escuela de madurez y de definición interior para cada uno de ustedes, así como lo fue para su Madre Celeste cuando estuvo en esa región para finalizar la síntesis de Su existencia.
Que la síntesis de ustedes sea definirse como un grupo misionero para el fin de los tiempos, disponible para cumplir el llamado de la Jerarquía Celestial, así como lo han hecho hasta ahora.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice y los guía, junto con ustedes en misión,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Mis queridos hijos misioneros:
Después de que sus corazones y consciencias conocieron la grave realidad de los refugiados, de los que huyen en barco hacia Grecia en búsqueda de una vida mejor, ahora, su Madre Celeste los conducirá a que encuentren nuevas y profundas necesidades de servicio espiritual e interno.
Quiero decir con esto, queridos hijos, que todos los refugiados, así como los niños que ustedes encontraron en esta misión, reflejan en sus miradas el resultado de un total abandono espiritual, moral y físico en cada una de sus vidas.
Así, hijos misioneros, ustedes están ante una situación espiritual de los refugiados que no solo se resolverá con servicio y con palabras de afecto, ustedes están ante un mar de complicaciones internas y externas; están ante el resultado visible de lo que el hombre de superficie, sin consciencia y sin amor, puede hacer con la vida de los demás.
Es en este punto y en este escalón no evolutivo en el que se encuentra la humanidad actual, muy insensible a los sufrimientos ajenos y olvidándose rápidamente de las necesidades humanitarias; situación que la humanidad solo ve como una noticia mundial.
En este momento la insensibilidad ante la crisis migratoria de millones de refugiados ya no puede seguir siendo ocultada, es una situación que cada día se vuelve más extrema y que por ser tan grave no se conoce el fin de la misma.
Queridos hijos, es por eso que los he traído hasta Turquía, para que con sus ojos y corazones, vieran y sintieran algo humano, algo de sus semejantes que es inexplicable.
En este momento la misión humanitaria en Turquía vivirá una profundización espiritual, y a pesar de que algunos de Mis misioneros enfrentan, con sus dolores, el dolor de millones de refugiados sirios, Mi mano no dejará de estar sobre ustedes para irradiarlos y ayudarlos hasta el final de la misión.
Queridos hijos misioneros, les suplico que pidan perdón a Dios cada vez que encuentren una situación de sufrimiento, que es el resultado de esta guerra civil.
Pidan por Misericordia y no se cansen de pedir, así Yo también podré aliviar los corazones solitarios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los despierta a la Consciencia Mayor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Queridos hijos:
Su Madre Celeste hoy enfrenta un gran campo de batalla espiritual para poder rescatar a las almas de Medio Oriente, después de que ellas fueron decapitadas por el mal.
Este rescate significa que su Santísima Madre Universal envía a los ángeles para que con lanzas y espadas de Luz, batallen contra los reinos del enemigo, extendidos por toda Siria, y para que las almas sufrientes puedan ser llevadas al Reino de los Cielos.
Queridos hijos, la oración de todos los grupos devotos permitirá que su Madre Celeste ayude a disipar los reinos de oscuridad que someten a millones de almas, hoy encarnadas en la Tierra, y que pasan por todos los efectos de la guerra actual.
Como contraparte, Mis misioneros de la paz trabajan con los refugiados, con todos los corazones que consiguieron, de alguna forma, escapar de la prisión o de la muerte impuesta por Mi adversario. Esas almas que escaparon con la ayuda de sus Ángeles de la Guarda, tuvieron que atravesar inmensas dificultades de vida, de supervivencia, de hambre y de salud.
Es por eso, hijos Míos, que la misión humanitaria, ahora extendida hasta los primeros días del mes de marzo, intentará derramar la mayor cantidad de códigos celestiales de amor, de cura, de confianza y de Misericordia sobre esas consciencias que serán ayudadas por los misioneros en las diferentes regiones de Turquía, en donde se desarrollará.
Quisiera decirles, queridos hijos, que en cada región que visitarán Mis misioneros, encontrarán necesidades espirituales y físicas desconocidas, porque más allá del servicio humanitario, que es quien abre la puerta a la Jerarquía Celeste, existen planos de consciencia que necesitan de mucha oración interior y asistencia.
Queridos hijos, el motivo de extender la estadía de los misioneros de la paz en Turquía tiene el objetivo primordial de poder abarcar más regiones árabes a través de las próximas misiones que llegarán al encuentro de todos; pero también para poder establecer en Medio Oriente el Plan de Paz para que finalmente el Inmaculado Corazón de María sustituya los planes de terror y de muerte que hoy suceden en esa región del planeta.
Es así, queridos hijos, que la obra de esta misión será mas amplia y profunda de lo que parece.
Agradeceré que todos colaboren como puedan, esta misión es parte de Mi campaña por la Paz en el mundo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los une al Propósito Mayor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Queridos hijos:
A las puertas del servicio humanitario en Turquía, los misioneros de la paz seguirán rumbo al encuentro de nuevas necesidades espirituales, sociales y morales; todas ellas serán cubiertas por medio del amor fraterno.
Es así, queridos hijos, que Vuestra Madre Celeste está en este momento trabajando en unión a los misioneros con grupos de almas especiales, las que desde el principio de sus vidas esperaban una ayuda espiritual mayor.
Vean, hijos Míos, cómo el servicio humanitario verdadero, sin lucros ni aprovechamientos de ninguna parte, el servicio de corazón llega hasta lo más profundo del espíritu de cada ser.
La Madre del Mundo motiva a los misioneros de la paz para que ellos alcancen el mismo grado de donación y de entrega, así como lo vivió Mi Amado Hijo. Por ese camino de donación absoluta y abnegada de parte de los hijos de Dios, es que las puertas celestiales se mantienen abiertas y son estas puertas internas las que indican a los servidores el próximo lugar de servicio.
Cuando la plegaria también se colma por el servicio y por la fe, queridos hijos, las puertas de la Ley de la manifestación y de la no carencia se abren, y el espíritu de la providencia transforma la pobreza espiritual y material de las consciencias.
El servicio es un don, pero al mismo tiempo es un misterio que se presenta en la vida de las personas, para que ellas se animen a trascenderse a sí mismas y sobre todo para que en el servicio al prójimo se viva el verdadero amor.
La misión de paz en Medio Oriente, en este momento, está permitiendo que las almas con diferentes credos recuperen por algún camino su filiación íntima con el Padre Celestial. Cuando se recupera esa filiación y ese sentimiento de pertenencia a lo Divino, el alma que sufre y que carece, gana fuerzas internas para continuar adelante y así avanzar en el nombre de Dios.
Las religiones en este momento se volverán un punto de conflicto para la humanidad, porque como ha sido hasta ahora, estará en juego la fe y la confianza de las pobres almas en el Señor. Esa fe y ese testimonio de cada hijo de Medio Oriente han permitido que la Jerarquía Celeste enviara en misión humanitaria a los servidores del Plan desde América.
Ese clamor de parte de los corazones sufridos también permitió, queridos hijos, que las misiones humanitarias se expandieran por todo Medio Oriente, por los países árabes.
A través del servicio, la llama del Amor de Dios nunca se apagará porque el servicio deja viva al alma que se dona sin intereses ni reclamos; es así que por el servicio de Mis hijos Mi Inmaculado Corazón también triunfará.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los motiva a la constante donación de sí,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Mientras el enemigo de Dios siembra la discordia entre las naciones, entre las religiones y las diferentes culturas de este mundo, Yo los llamo a que valoren el amor y la unidad entre los seres.
Hijos:
Los planes del enemigo no se ocultan ante los Ojos del Padre y el Señor no puede hacer nada más que advertir a Sus hijos que en la consciencia humana están siendo sembrados el miedo, la discordia, la ira, la incredulidad, la desesperanza y el desamor.
Todos los días el adversario del Señor trata de destruir el espíritu de la fe en el corazón de los hombres. Él está intentando confrontar las diferentes religiones del mundo, como forma de que todas las vías de unión con Dios sean destruidas por su astucia. Así también hace con las naciones y con las culturas, incentivando las confrontaciones entre los corazones para impedir que los seres humanos puedan desarrollar el principio de la unidad.
Pero lo que el adversario de Dios ignora es que su astucia en nada se asemeja al Amor de Dios y que su fuerza jamás podrá compararse al Poder que proviene del Creador. Esa certeza debe volver a reinar en el corazón humano, la certeza de que Dios tiene el Poder para vencer cualquier mal, cualquier oscuridad, cualquier tiniebla.
Que cada criatura se una al Señor así como lo comprende; que no pierda la fe en Su Misericordia y, aun estando delante de la Justicia, que pueda tener fuerzas para generar méritos para
equilibrar las propias deudas.
Les digo esto porque quiero que comprendan que una misión que une culturas y religiones con el único propósito de fortalecer la fraternidad entre los seres, tiene un valor incalculable
en el Reino de los Cielos. Por eso, les pido a los misioneros de Mi Casto Corazón que con valentía aceptaron las misiones encomendadas por Dios, que sean capaces de trascender sus limitaciones y la propia necesidad de cura, para curar, en la consciencia humana, el mal que se apodera de su corazón.
Les pido que sirvan abnegadamente todo el tiempo, que reconozcan la oportunidad de trascendencia que Dios les propone a cada instante, porque mientras sus brazos trabajan en la materia, los Nuestros trabajan en el espíritu.
Sé que muchos sentirán cansancio, no solo físico, sino también espiritual, porque tanto en Chaco, como en Medio Oriente, Dios aspira a compartir el dolor de Su Corazón con todos los quese dispongan a estar con Él y por Él delante del sufrimiento humano.
Solo les digo que confíen en Nuestra guía, en Nuestra Gracia que los lava y los renueva en cada nuevo día, para que estén delante de esas misiones con amor y gratitud, con humildad y fe.
Cada vez que ustedes trascienden un aspecto de resistencia y que se abren para vivir la Gracia de Dios, Nosotros abrimos un poco más las puertas del Cielo para la salvación y el rescate de las almas, porque, por los méritos generados por el esfuerzo de todos, el Creador Nos concede este acto de Misericordia.
Donen todo de sí por los que se sienten incapaces de dar un paso más en dirección a Dios. Transfórmense por los que ni siquiera tienen la valentía de persistir en una digna supervivencia.
Nunca se olviden de que el mismo Dios que los creó en perfección hoy habita en el interior de los que tienen delante de sí. Será poco todo el esfuerzo y el trabajo que hagan para devolverle al Señor la posibilidad de manifestarse en gloria en los corazones de los hombres. Pues son muchos los que desconocen, y hasta niegan, el Dios que hay en sus esencias.
Valoren la unidad, valoren el amor, valoren que cada uno encuentre la unión con Dios así como lo conoce, y que todos se mantengan en la pureza de su fe, alcanzando la vivencia del amor en donde quiera que estén.
Su padre y amigo,
San José Castísimo
Queridos hijos:
Hoy junto al Casto Corazón de San José, su Madre Celeste trae en Su regazo a muchas almas rescatadas, a consciencias que sufrieron la decapitación y la aniquilación de sus vidas.
Hoy, San José y su Madre Santísima cubren con Sus Mantos a los que por acciones del mundo quedaron desamparados y no recibieron ayuda humanitaria.
Es así, que les pido a Mis misioneros que aún soporten el fuego de este infierno planetario que se abre para sumergir a las pobres almas en la desesperación y el dolor continuo.
Su Madre les muestra esta realidad para que aprendan, queridos misioneros y servidores del Plan, que la Divinidad Celestial ingresa en los abismos más profundos del planeta para cerrarlos y establecer un tiempo más de paz.
La paz será una realidad cuando cada hijo Mío, en cada parte del planeta, trabaje y coopere con las obras de servicio y de ayuda humanitaria; porque será a través del camino de la entrega absoluta que la humanidad que no quiere la guerra ni el conflicto podrá equilibrar el desajuste físico y espiritual que ocasionan los enfrentamientos armados y las acciones mundiales de persecución.
La deuda actual de esta humanidad es impagable; pero, queridos hijos, el servicio humanitario, el olvido de sí por la atención al otro, el abandono de la comodidad de Mis orantes por el sacrificio y la donación por la humanidad harán descender, les aseguro, la Ley de la Misericordia que necesita el mundo entero.
Es por eso, queridos hijos, que la misión en Turquía se prolongó para que la verdadera alianza de amor y de servicio entre las creencias y las culturas de Oriente y de Occidente, ocurriera espontáneamente.
En esta hora, su Madre necesita de la unión continua de los grupos de oración para que, a través de la poderosa fuente de la oración, los misioneros cuenten con el apoyo y la protección necesaria.
Queridos hijos, agradezco a todos los que abrieron sus corazones para ayudar a ambas misiones.
Es urgente que el mundo entero aprenda a servir al otro. Así, las raíces del mal serán quitadas del planeta y los infiernos se cerrarán cuando hayan corazones dispuestos a cumplir los Designios de los Mensajeros Celestiales.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los eleva a la Consciencia de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Queridos hijos:
Con la alegría que hoy siente Mi Inmaculado Corazón después de la respuesta positiva y de la confirmación de una mayor permanencia de los misioneros de la paz en Medio Oriente, es que en este día Mi plan de paz, de rescate y de servicio se expandirá por las regiones árabes.
Es así, queridos hijos, que Vuestra Madre Celeste estará enviando a los servidores para que lleven adelante próximas misiones humanitarias en Irak, Omán, Qatar, Emiratos Árabes Unidos entre otras naciones hermanas que necesitan la presencia de la energía crística a través de la donación del servicio voluntario.
En los planos espirituales Vuestra Madre Celeste ya se encuentra trabajando junto a los ángeles para manifestar ese proyecto, para que el amor y el servicio de los Mensajeros Divinos llegue a través de las misiones humanitarias a muchas almas necesitadas y totalmente olvidadas.
La respuesta positiva de la asociación turca al servicio de los refugiados desde hace ya muchos años, abrió las puertas para que deudas espirituales impagables entre Medio Oriente y América fueran equilibradas a través de la donación abnegada de la Fraternidad - Federación Humanitaria Internacional junto a la asociación turca que cuida de los refugiados.
El intercambio ecuménico que espontáneamente se creó a través del servicio permitirá, en el próximo ciclo y en nuevas misiones, aproximar muchas almas al Espíritu Divino de la Misericordia, de la paz y del amor más allá de las creencias religiosas; el verdadero ecumenismo ocurre a través de la atención que un alma da a otra, cuando esta sufre el dolor y el olvido.
Queridos hijos, Vuestra Madre Celeste y San José ya se encuentran preparando, en los planos internos, las próximas etapas de servicio y de donación abnegada que nuevas consciencias de este trabajo espiritual serán llamadas a vivir directamente por el llamado interno de la Madre Divina.
En esta hora en la que el juicio se lleva adelante en el mundo y para todas las almas de la Tierra, el Universo estará concediendo una Gracia extraordinaria para que a tiempo se deje sembrado en la consciencia de la humanidad las semillas del amor y de la misericordia, que en este caso a través de las misiones humanitarias serán depositadas en las naciones árabes de Medio Oriente.
Este acontecimiento que está sucediendo entre las diferentes misiones de América y de Medio Oriente es extraordinario, ya que está movilizando la acción de Leyes más elevadas de misericordia y de redención para el mundo.
Dejo este mensaje como una oportunidad no solo para los misioneros, sino para todos los servidores, de que aún hay tiempo de cambiar el destino de esta humanidad y de este amado planeta.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice y los eleva siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Fraternidad, Unidad con Dios, Fe y Esperanza son atributos que siempre deben reinar en el corazón humano.
Partiendo del principio de la Unidad de Dios, que en la diversidad de la manifestación de Su Consciencia jamás dejó de ser Único, vivan ustedes también la unidad entre sí como un único cuerpo perteneciente a la Consciencia Divina.
El Creador se multiplicó y se expandió en diferentes formas de vida, de expresión, de manifestación, para que Su Perfección se hiciera vida y materia, para que el Amor que Él expresa en Su Espíritu Divino pudiera tornarse carne, mente, sentimiento, alma, espíritu, vibración y sonido, para que no hubiera límite en la manifestación de Su Amor.
Dios impregna todo lo que fue creado y a todas las criaturas les da la oportunidad de ser semejantes a Él. Conscientes de los Principios del Creador, ustedes deben imitarlo. Que el amor se multiplique en sus corazones, que se exprese de diferentes formas, con palabras, oraciones, silencio, acciones, con comunión interna, espiritual o física, a la hora de recibir la Eucaristía.
Como grupo, exprésense como la Consciencia de Dios: muchas formas de vida, muchas formas de servir, infinitas posibilidades de amar, pero todo eso sin perder nunca la unidad.
Aunque las criaturas existentes sean tan diferentes unas de las otras, eso no hace desaparecer de ninguna de ellas la esencia que las une en la semejanza divina con el Padre Creador.
Les digo todas estas cosas porque es hora de la unidad, de la reconciliación, de la fraternidad como puentes para el amor.
Las diferentes misiones que hoy se están llevando adelante indican el camino que cada uno debe recorrer en su día a día: superar las diferencias entre razas, culturas, idiomas, naciones, religiones, para vivir, como humanidad, la Unidad con Dios.
Sean conscientes de que llegará la hora de unir sus consciencias en un único propósito: ofrecer a la Tierra paz y reconciliación.
El sufrimiento del corazón humano hace que se venzan las barreras para amar, y la necesidad de encontrar la paz los une.
Tanto en Medio Oriente como en Chaco, comprenderán lo que la purificación material, mental y física, causa en la consciencia humana. Deben estar delante de estas situaciones tan extremas no solo para auxiliar, sino también para aprender. Entonces, con ese aprendizaje en la consciencia, deberán preguntarse si realmente es necesario que pasen por semejantes purificaciones para que aprendan a vivir el amor, para que busquen la unidad con el prójimo, para que trasciendan las diferencias y caminen rumbo a la concreción de los Planes de Dios como una única raza.
.
El dolor los hace buscar el amor, aunque la posibilidad de amar existe dentro de sus corazones, latente como una condición natural del ser humano. Solo es necesario que salgan de sí mismos y se entreguen a la búsqueda de ese Amor Crístico, verdadero; amor que une los universos, amor que destraba la evolución, amor que los asemeja a los ángeles y les permite retornar a Dios.
Delante de las situaciones de Medio Oriente y de Chaco, reflexionen profundamente y hagan sus elecciones: esperar los tiempos de caos o aprender a amar desde ya, rindiéndose a la Gracia de la Unidad con Dios.
Su padre y compañero de siempre,
San José Castísimo
Queridos hijos Míos:
Su Madre Celeste, con Su Corazón resplandeciente, se prepara para descender espiritualmente, junto con los misioneros de la paz, en la ciudad de Ankara, Turquía, en donde se les revelarán a Mis hijos misioneros los primeros pasos de la asistencia a los refugiados, a través de esta nueva misión humanitaria.
Turquía es una nación que ha acogido el sufrimiento y el exilio de millones de refugiados. Ankara ha sido una de las ciudades por donde pasan Mis hijos en éxodo.
El miedo a ser extraviados, por la guerra y por la persecución, ha llevado a que los refugiados se exilien en naciones de Europa. Por eso, queridos hijos, esta misión humanitaria intentará ayudar primero llevando paz en medio de la desesperación de los que por temor y por la guerra perdieron todo.
En el plano espiritual, la Jerarquía Celeste trabajará para que en los planos internos las almas recuperen la fe y la confianza en Dios, que son disipadas por la guerra. A pesar de todo lo que está sucediendo, su Madre Celeste guiará a los misioneros para que ellos se encuentren con las almas que tienen verdaderas necesidades físicas, morales y espirituales.
Los misioneros de la paz llevarán en sus corazones el testimonio del Amor de Dios y lo demostrarán a través de las obras de servicio y de caridad a las personas que encontrarán en cada lugar.
El abrigo espiritual y humano será una de las llaves importantes para esta misión humanitaria en Medio Oriente. Por eso, Mis hijos misioneros verán, en todo lo que es indigno y triste, la oportunidad de recuperar la pureza en los corazones exiliados. Será un momento para recapacitar y aprender sobre la unión profunda que debe existir con Dios a pesar de las circunstancias.
Queridos hijos, Turquía es el portal por donde pasan los que escapan de la guerra; el espíritu de la paz deberá recuperarse, pues todo deberá comenzar de nuevo.
Mi guía interna estará en todos los misioneros.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En Misión de Paz,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hermana Lucía de Jesús: Mientras orábamos, vi a San José en Medio Oriente, vestido como musulmán y con un paño que le envolvía la cabeza. Andaba por el desierto, acompañando a diferentes familias que emigraban y colocaba en Sus brazos a los niños más cansados de caminar. Después, lo vi en otras ciudades grandes, ayudando a las personas en las calles o solo acompañándolas como alguien que simplemente pasaba por ahí. Lo vi también en diferentes aldeas indígenas y cuando apareció, estaba rodeado de niños indígenas, que parecían tener entre tres y ocho años de edad. Mientras San José transmitía el mensaje diario, los niños que lo acompañaban irradiaban, espiritualmente, luz para las diferentes tribus indígenas del mundo.
Queridos compañeros en Cristo, misioneros del amor en esta Tierra con tanta necesidad de auxilio y de paz:
Hoy vengo a su encuentro con alegría, aunque también con mucho pesar en lo profundo de Mi Casto Corazón.
Vengo con alegría porque sabía que, al llegar al mundo, encontraría seres dispuestos a estar Conmigo en dondequiera que sea necesario. Y vengo con pesar porque no puedo ser indiferente a todo lo que sucede en el mundo y también en el universo, como repercusión de los acontecimientos en la Tierra.
Hoy, no solo vengo de Medio Oriente. Vengo de muchos lugares de este vasto planeta, en donde puedo caminar más allá de las fronteras, ya que, para Mí, ellas no existen. Vengo principalmente de la región de Chaco, en Argentina, y también de otras aldeas y tribus de pueblos originarios que la humanidad aún desconoce. Y no estoy solo, pues traje al encuentro de ustedes a los pequeños que, desde los Planos del Espíritu, irradian su pureza a los seres humanos que tienen la misión de seguir resguardando la presencia de la consciencia indígena en el planeta para que la pureza y la simplicidad no desaparezcan del corazón humano.
Muchos piensan que no sería necesario realizar dos misiones al mismo tiempo y elucubran, imaginando la razón por la cual pedimos una misión en Chaco, ya que los misioneros están yendo tan lejos, a Medio Oriente.
Sé que la ignorancia propia de la mente humana común muchas veces no les permite pensar ni sentir cómo piensa y siente el Creador de todas las cosas. Por eso, les explicaré algunas verdades, pidiéndoles que las observen y que aprendan de ellas, para cuando llegue el tiempo de que con su propio discernimiento tomen decisiones importantes, tiempo en el cual Nosotros ya no les podremos dictar todos los pasos, como ahora.
La consciencia indígena, de manera general, tiene la importante misión de resguardar la pureza en la humanidad y también la posibilidad de comprender la naturaleza y, por medio de ella, encontrar a Dios. Los indígenas son guardianes de la unidad, de la vida en comunidad, de forma pacífica y amorosa. A lo largo de los tiempos, muchos fueron perdiendo esos atributos, y las costumbres de la humanidad actual fueron influyendo en las diferentes comunidades indígenas del mundo.
En Argentina, la región de Chaco, así como otros lugares, es un espacio de la consciencia de la nación que, a pesar del abandono y del sufrimiento en que vive, no perdió la esencia de lo que es y sigue siendo guardiana de la pureza, principalmentepara esa nación.
Como América del Sur tiene un papel primordial en el final de los tiempos, si la propia Argentina no cuida el tesoro que tiene en Chaco, podrá perder la posibilidad de vivir la simplicidad, la humildad, la paz y la pureza, atributos que son primordiales para el surgimiento de una Nueva Raza.
Esa misión de consagrar América a Dios es responsabilidad de todos aquellos que responden a esta Obra del Señor, los cuales deben tener consciencia de que cada pueblo cumple un papel primordial en la construcción de la Nueva Tierra.
¿Por qué enviamos los misioneros a Chaco y, al mismo tiempo, a Medio Oriente? Porque, mientras que unos intentarán curar el dolor, el sufrimiento y el rencor de seres que salieron de sus tierras, de sus casas, otros irán al encuentro de una situación semejante, de personas que también fueron apartadas de sus tierras y, sin embargo, no perdieron la esperanza.
Que la pureza de sus hermanos indígenas sea irradiada a Medio Oriente y que, gracias a los diferentes misioneros que conformarán esas dos misiones y a todos los grupos orantes que los apoyarán, pueda darse una conexión de amor y de unidad, para que por medio del servicio, el amor fortalezca a la población de Chaco, y que la pureza de ese pueblo, fortalecida por el amor, llegue a Medio Oriente como esperanza de que un día esos hermanos puedan vivir la fraternidad.
Que, en estas dos misiones, ambos pueblos reaviven la esperanza de estar entre hermanos, en un mundo de cooperación, de fraternidad, de unidad de unos con otros y de todos con Dios. Todo esto se alcanza con la pureza de intención y con el corazón unido perfectamente al Corazón de Dios, de donde provienen todos los principios y arquetipos para la humanidad.
¡Adelante, misioneros de Cristo, de María y de Mi Corazón Castísimo! Estaremos en Omnipresencia con todos, velando por el cumplimiento del Propósito Divino.
Su padre y amigo, misionero de todas las horas,
San José Castísimo
Quisiera hablarles de la unidad con Dios y de la fusión absoluta con Su Divino Espíritu; sin embargo, antes deben aprender sobre la unidad, los unos con los otros y con los Reinos de la Naturaleza.
La unidad es un principio divino primordial para la creación humana, que deberá alcanzar el ápice de su evolución por medio de ella.
Así como la máxima expresión del proyecto humano es la unidad perfecta con Dios, la mínima expresión debe también estar basada en la unidad. Para que alcancen mínimamente a expresarse como Creación Divina, la unidad debe ser una meta y una realidad para sus consciencias.
Para que puedan vivir la unidad, deberán desterrar de la consciencia humana lo que los lleva a la desunión, que es la competencia.
Cuando no hay competencia, los corazones pueden unirse en un único propósito y caminar como raza hacia un fin común. Pero cuando quieren ocupar lugares que no les corresponden, cuando quieren sobresalir entre los demás, cuando intentan llamar la atención sobre sí mismos, cuando quieren hacer de la propia presencia algo insustituible, cuando buscan los defectos ajenos y los afirman para que se eleven sus habilidades y destrezas, cuando realizan todos esos movimientos, tan conocidos ya por la conducta humana actual, ustedes se apartan completamente del Propósito de Dios. Con aparentes buenas intenciones de vivir la santidad, al querer ser más santos que otros, están alimentando el reinado de aquel que reina en los abismos del orgullo humano.
Ustedes deben comprender, sentir y vivir que cada pieza que compone la humanidad tiene un papel primordial, una misión única que debe cumplirse para que el Plan de Dios se manifieste.
Antes de juzgar o desvalorizar a alguien e intentar sobresalir, piensen que existen civilizaciones enteras en el universo que dependen de la victoria de Cristo en el interior de la consciencia de ese alguien.
Antes de derribar al prójimo con críticas y juicios, ayúdenlo a dar sus pasos, porque el Plan de Dios, para el que supuestamente todos trabajan, depende del triunfo de Su Corazón en cada una de Sus criaturas.
En estos tiempos definitivos, deben batallar contra todo aquello que trabaja por la desunión, incluso si eso se encuentra dentro de ustedes, pues muchos soldados ya quedaron atrás porque el propio Ejército de Cristo los derribó por la falta de amor y de unidad.
Caminen como un único corazón y, en vez de dejarse envolver por las fuerzas que reinan en el mundo, envuelvan al mundo con el Poder de Dios que habita dentro de ustedes.
Ámense los unos a los otros, siempre. Ayúdense, levántense, caminen juntos. Vivan la fraternidad como una puerta hacia la unidad con Dios.
Si trabajan sobre este punto, muchos caminos internos se abrirán para la propia transformación.
Su padre e instructor,
San José Castísimo
Cuando los Cielos anuncian la última hora de la salvación para un planeta, las almas que habitan en él tienen una opción: entregarse al abismo del mundo y negar la perfección que existe en su interior o vencer definitivamente las dudas y los miedos que les impiden estar plenas en su misión espiritual.
Comprendan que las trompetas que suenan en lo más alto del Cielo anuncian la hora para que dejen de lado la mediocridad y comiencen a ser colmados completamente por el Espíritu de Dios.
En cada instante de sus vidas, deben recordar que ya es el momento de dar un salto en la vida del espíritu.
Vivan cada día como si fuese el último, como si estuviesen delante de la última oportunidad de perdonar, de reconciliarse con el prójimo, de prestar aquel servicio que nunca pudieron ofrecer, de renunciar a los vanos placeres y gustos que siempre estuvieron en sus vidas como pequeños impedimentos y que hoy se volvieron grandes, porque no les permiten llegar a la meta de sus consciencias.
Ha llegado la hora de que asuman la vida universal con la plena consciencia de que están en la escuela de la cristificación para todo el universo, y de que vivan siendo consecuentes con la oportunidad que se les entrega.
Por un instante, piensen que están en el momento culminante de sus vidas. Piensen que, en el cosmos infinito, la Creación espera que retornen con la experiencia del Cristo Vivo en el
propio espíritu.
El universo aguarda que de su Rey Universal provenga una raza que pueda cambiar completamente la Creación de Dios y permita que todas las criaturas que no tuvieron la oportunidad de estar en este mundo vivan los códigos crísticos de amor y unidad.
Ustedes vinieron a este planeta para aprender a no vivir para sí, sino para el prójimo. Esta es la esencia del aprendizaje en la Tierra: entregar todo y padecer todo por la evolución y por el crecimiento de los demás. Y, sin embargo, hasta ahora, solo dejaron crecer el orgullo y el egoísmo que trajeron del universo y que solo les permite actuar nada más que para sí mismos.
Cristo les dejó el ejemplo. Él no vino al mundo para ser un rey. Él se convirtió en Rey porque fue capaz de abandonarse por amor a las criaturas de Su Padre. Cristo vivió en sí el Amor de Dios por Su Creación. Fue por la evolución de toda la Creación Universal que Él entregó Su Vida y sigue entregando todo de sí, aun estando en Espíritu de Divinidad.
Mis queridos y tan amados compañeros, llegó la hora de crecer abandonando el antiguo vivir y abriéndose a lo nuevo, a las virtudes espirituales, al verdadero ser, al amor, a la unidad.
Si son soldados de un ejército de paz, vivan la paz, vivan elamor, vivan la fraternidad.
El Plan de Dios Altísimo se cumplirá, y eso se dará con el esfuerzo de ustedes y con la valentía para que se conviertan en nada, para que sean colmados por Dios.
Les dejo Mi paz y Mi bendición de despertar.
Su compañero de todas las eras,
San José Castísimo
Queridos compañeros y siervos de Cristo:
Hoy los invito a que comprendan la importancia de unirse inmediatamente al Propósito de Dios y, como soldados de Su Ejército de Luz, que estén dispuestos a entregar sus propios planes y aspiraciones para que se cumpla el Plan Único, el Plan de Dios, por el bien y por la salvación de toda la humanidad y de todo el planeta.
En estos tiempos, queridos, el universo entero se congrega a cada instante, por medio de sus representantes, para guiar de la mejor manera a la amada humanidad.
Es de esa forma que descienden al mundo impulsos de luz, de redención y de reconciliación que, muchas veces, los corazones no serían merecedores de recibir; pero la intercesión de los Mensajeros Divinos, junto con los verdaderos soldados orantes de la Tierra, está ofreciendo nuevas posibilidades a los seres de este mundo.
Un tiempo atrás, la probabilidad que Dios tenía para la humanidad era que despertaran unos pocos, que serían las semillas para un nuevo futuro. Ahora, gracias al poder de la oración, esa probabilidad aumenta. Por esto, otros hermanos suyos, que no despertarían a tiempo, están recibiendo la posibilidad de reconocer su origen y, así cumplir, al menos en parte, la propia misión.
En cada vuelta de la espiral de la evolución, los seres humanos sorprenden al universo y, ahora, la tarea de los Mensajeros Divinos encuentra espacio para ampliarse y revelar a los corazones lo que vinieron a hacer en este mundo, despertando así su potencial de amar y perdonando el pasado que los ataba a una cadena involutiva.
Sé que muchos no comprenderán Mis palabras inmediatamente, sin embargo, guárdenlas en el corazón, porque aquellos que hoy no las comprenden verán llegar la hora del propio despertar y, ahí sí, al fin las comprenderán.
Les digo todo esto en este momento para que puedan adherirse a los cambios de los Planes de Dios, que son permanentes, porque la humanidad es imprevisible a los ojos del Creador. En estos tiempos, en el que ningún alma podrá perderse del verdadero camino, el Señor está entregando todo para la manifestación de Su amado proyecto de cura y de redención universal, por medio de los seres humanos.
Yo los amo y nuevamente les pido que guarden Mis palabras solo en el corazón; él, por más que no las comprenda, recibirá los impulsos que provienen de ellas, para algún día poder comprenderlas. Paz y redención para todos.
Su padre e instructor,
San José Castísimo
La paz puede ser una realidad en el mundo, como lo es en el Reino de Dios, en donde Su Consciencia Suprema se expresa plenamente. Sin embargo, para que eso sea posible, es necesario que los seres humanos quieran estar con Dios, así como quieren aquellos que viven en Su Reino.
Cuando un ser aspira a estar todo el tiempo con Dios, lo busca en todas las cosas y espera encontrarlo en todo, con la certeza de que el Creador depositó una parte de Su Consciencia en todo lo que creó.
Por eso, para que la paz se establezca, deben buscar y encontrar a Dios en todo y en todos, trascendiendo las influencias del mundo y todo lo que aparentan ser las personas que transitan por él.
Acuérdense permanentemente de la existencia del espíritu de cada ser y de que, para cada uno, el Creador tiene un plan perfecto, una idea y un pensamiento divino. Acuérdense de que, dentro de cada consciencia, en lo más profundo, están los códigos que ella necesita para cumplir su misión.
Quiero hoy revelarles un misterio del Reino de Dios, de Su Plan para la humanidad. Al crear a los seres humanos, Dios depositó en cada esencia un atributo divino, llamado Rayo Universal, que es una forma de expresión de Su Divino Espíritu, creador de todas las cosas.
Los Rayos del Creador son los responsables de conducir Su Creación a la perfección, pero en el caso de los seres humanos existe un secreto, una particularidad: la vivencia de la perfección en la humanidad depende de la expresión del amor, y esa perfección se activa no solo cuando un ser ama, sino también cuando él es amado.
El Amor del que les hablo no es el amor que ustedes conocen, porque los seres humanos acostumbran a amar lo que les conviene, lo que les agrada o lo que les causa alguna gratificación,
pero ese no es el Amor de Dios.
El Amor de Dios es aquel que mira a un ser y trasciende sus imperfecciones, encontrando así la verdad de la esencia de cada uno, y es eso lo que ama: ama la Voluntad de Dios para con Sus criaturas; ama la Perfección de Dios escondida en los seres; ama al mismo Dios por intermedio de Sus criaturas.
Ese amor no es imposible de ser vivido, pero para encontrar algo que está perdido en el otro, deben encontrar lo que está perdido en ustedes mismos, que es la posibilidad de amar verdaderamente.
Para eso estoy aquí. Para eso desciendo todos los días al mundo, para volver simple la vida espiritual, para volver simple lo que, para los hombres, siempre fue tan complicado. ¿Qué dificultad debería haber en amar de verdad, si fueron creados exclusivamente para eso?
Busquen dentro de sí mismos la verdad sobre lo que son. Cuando den los primeros pasos, Yo los ayudaré.
San José Castísimo, por el despertar del amor en la consciencia humana
Queridos hijos:
Deseo que a través de esta misión a Colombia y Venezuela, se vuelva a abrir en los corazones necesitados, la puerta hacia la Paz.
Esta misión los une a todos a través de Mi Corazón Sacratísimo, y es por eso que necesito, hijos amados, que sean antorchas de paz para todos los que encuentren. Espero que los corazones necesitados de cura, de perdón y de redención recuperen la fe y la misericordia.
Queridos hijos, no teman por lo que encontrarán. Que vuestra llegada siembre la alegría infinita de servir a Dios y a Su Plan de salvación. Finalmente, Vuestra Madre Celeste los congrega a través del espíritu del amor y de la fraternidad, puertas que siempre podrán mantener abiertas entre hermanos de un mismo camino, del camino de Mi Hijo.
Mientras están por llegar a una tierra necesitada de perdón, descubran la fe que existe en muchos corazones colombianos. Únanse en estos días como un solo pueblo de Dios, lleno de la Misericordia de Dios y de la Redención.
Queridos hijos, desearía permanecer más días entre ustedes y Mi Hijo también lo desea, es por eso que los estamos invitando a todos los queridos hijos de Mi Inmaculado Corazón a que reciban también las bendiciones de Cristo.
Es por esta causa especial, que el día 11 de octubre a las 20.00, después de haber rezado y adorado a Cristo, el Maestro, Él vendrá extraordinariamente para dar la unción a los hermanos de los grupos de oración de Colombia.
Queridos hijos, Vuestra Madre Celeste también estará presente para acompañarlos. Este encuentro extraordinario con Mi Hijo después será publicado por Misericordia María TV para que desde Colombia el mundo también escuche la voz del Maestro.
¡Les agradezco por responde a Mi llamado!
Buena llegada a la nación que debe consagrarse a Dios.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos compañeros:
Es muy importante para la manifestación de la Misión en Turquía y en Hungría, y para que dicha Misión tenga la correcta repercusión en la consciencia planetaria, que todos ustedes, siervos de Dios, se adhieran a la Campaña de Mi Casto Corazón. No olviden que esta es una obra que está siendo guiada para que se cumpla un Plan Mayor y, para eso, necesitamos de la acción verdadera de todos.
En los últimos días, la consciencia planetaria recibió un gran impulso gracias a la respuesta de todos al Llamado de Dios, pero ese impulso necesita seguir creciendo y profundizándose dentro de cada uno de ustedes, manifestando así la transformación de sus vidas y, en consecuencia, de toda la humanidad.
Deben confiar en que cada uno de sus actos es valioso delante del universo y que, con uno de sus pasos en dirección a la luz, podemos cambiar el destino de la humanidad.
La Victoria de Dios en un grupo de consciencias dictará el rumbo de la evolución de toda la Creación Divina. Es por eso que, entre tantos mundos y tan vasto universo manifestado, la Consciencia de Dios está tan próxima a sus vidas con todos Sus Aspectos.
El Creador espera enviar grandes impulsos para la consciencia planetaria y entregar lo más precioso que existe en el cosmos, como una manera de llevarlos a expresar su potencial como Creación Divina.
En estos tiempos definitivos, el Creador entregará todo a la humanidad, para que ustedes también entreguen todo a Dios y sean según lo que Él pensó para cada uno. Mis amados, les hablo todos los días a los que, despiertos en el corazón y en el espíritu, seguirán Mis pasos y, en la simplicidad de Mis instrucciones, encontrarán la grandeza y la perfección de Dios.
Para saber y comprender lo que les digo, es necesario que experimenten por sí mismos. Por eso les pido esa Campaña, que es tan simple, aunque tan grandiosa a los ojos de Dios. Si ustedes verdaderamente la siguen y ofrecen sus acciones a Dios, ellas tendrán repercusiones planetarias incalculables.
Yo los amo y los guío hacia una transformación mayor.
San José Castísimo
Cuando un grupo de almas ofrece la vida para equilibrar el sufrimiento de una parte de la humanidad, el Corazón de Dios se vuelve a encender y la fe del universo recibe un impulso de luz.
Mis queridos compañeros:
Para esta próxima Misión a Turquía y a Hungría, les pido que no se muevan basándose en las emociones, sino que se dispongan a ir solo los que verdaderamente aspiran a que el principio del Amor se manifieste en el mundo, más allá de sus propias vidas.
Todos aquellos que acompañen esta Misión con el corazón formarán parte de esta obra, que tiene como finalidad renovar el espíritu del Amor y de la Fraternidad en la consciencia humana y no permitir que el odio y el dolor sean males que se apoderen de todos los corazones del mundo.
Los que vayan en misión, como también los que los acompañen con el corazón, no pueden fijar sus miradas en las injusticias, en el sufrimiento ni en el rencor de los seres. Solo deben ser portadores de un amor que se extingue en el mundo y que la Divinidad depositó en sus corazones.
En esta Misión, Mi Casto Corazón los guiará en una purificación profunda de la propia incapacidad de perdonar y de amar, y esto lo hará con todos aquellos que quieran ser misioneros, no solo físicamente, sino también en espíritu.
Yo los conduciré para que transformen aspectos profundos de la consciencia, enraizados en la competitividad y en el ansia de poder, para que puedan purificarse de todo el mal que genera a las guerras y los conflictos en el mundo.
Más que realizar cualquier entrenamiento, ustedes deben orar mucho a fin de que Yo los auxilie y los coloque en el punto al que necesitan llegar, de manera que sean verdaderos instrumentos de Dios para toda la humanidad y no solo para Medio Oriente.
Sepan que estamos invitando a todos los grupos de oración para que den un nuevo paso y vivan la transformación necesaria para entregar la vida por amor a Dios y a Su Plan.
Nuestra protección y amparo siempre estarán con los que responden a los designios de Dios. No tengan ningún temor, solo amen con la esencia del corazón.
Yo los guío y los fortalezco.
San José Castísimo, padre de todos los misioneros
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más