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En los Centros Marianos del mundo consagrados por Vuestra Madre Celeste, por Cristo y por San José, se guardan espiritualmente perlas preciosas de Luz que, encendidas en las esencias de las almas, despiertan la conversión.
Son esos tesoros del Cielo que Mi Divina Alma viene a derramar cada vez que estoy presente entre Mis queridos hijos; es así que Mi Espíritu Maternal instituye en cada Centro Mariano un Don de Dios que permite despertar la redención de los corazones y de toda consciencia que pase por ellos en oración.
La Sagrada Familia se sirvió de esos tesoros de los cuales Yo les hablo, para poder llevar adelante la obra redentora de la humanidad. Es así que esas reliquias espirituales se encuentran depositadas, por ejemplo, en este Sagrado Centro Mariano en donde la Jerarquía Celestial aún desenvuelve una tarea planetaria en unión con todas las consciencias que aquí se encuentran para sustentar el vórtice de luz que se abre sobre cada Centro Mariano.
En estos tiempos finales en donde la humanidad definirá su próximo destino, Yo les pido, queridos hijos, que nunca se cansen de ser guardianes de todos los tesoros y de todas las Gracias que los Mensajeros Celestiales han derramado con mucho amor.
En esta hora en donde la redención y la cura planetaria son imprescindibles, que sus corazones siempre se renueven y sean guardianes del divino legado que tendrá sus frutos y su victoria en la próxima humanidad.
Así como una vez les dije, queridos hijos, ustedes son guardianes y sucesores de un divino conocimiento que está guardado en todos los Centros Marianos.
En oración, trabajen todos los días para que cada vez más ese conocimiento y esos códigos divinos se expandan en el mundo y en las consciencias que más lo necesitan.
Que el recuerdo vivo de los tesoros de la instrucción siempre los motive a dar sus pasos en dirección a Mi Hijo y por el cumplimiento del sagrado Plan de Amor.
Que la llama de sus corazones nunca se apague y que siempre esté unida a la llama de Vuestra Madre Celeste, así reconstruiremos esta humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los impulsa a seguir adelante,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
He venido del Cielo para traerles Mi Paz y Mi Esperanza.
Esto es motivo de Mi Alegría al ver tantos hijos que hoy se consagran ante Mi Corazón, para hacer triunfar Mi plan en el mundo, que son los Planes de Dios, en esta humanidad y en este planeta.
Hoy abro las puertas de los Cielos para cada uno de ustedes, hijos Míos, para que puedan ingresar, en consciencia y en devoción, al Gran Reino de Fátima que espera despertar en ustedes la pureza original.
Ustedes saben, hijos Míos, que Europa necesita de esa pureza. Esa pureza debe estar en todos los corazones que aquí viven, para que la Obra de Mi Hijo pueda seguir adelante.
No se cansen, queridos hijos, de escuchar Mis palabras, pues hoy Yo les traigo el signo de Mi estrella de Luz, aquella estrella que indica el nuevo tiempo en la humanidad y que Yo, una vez, hice aparecer en Fátima, a los pies de Mi Manto.
Esa estrella indica que el tiempo de la purificación de los corazones está llegando, para que limpios de toda mancha, puedan ingresar en el Reino de Dios y nunca más estar separados de la verdad que habita en los mundos superiores.
Queridos hijos, hoy finalizo Mi peregrinación por Europa. Y a partir de este momento, estaré sembrando un nuevo ciclo cuando retorne una vez más aquí, para abrazarlos y consolarlos, para que sus corazones se curen definitivamente y ellos se postulen para esta Obra Redentora que ofrece Mi Hijo para cada corazón humano.
De la misma forma, queridos hijos, que hoy estoy unida a cada uno de ustedes y a través de Mis palabras, preparando vuestra verdadera consagración, estoy unida a cada uno de Mis hijos en el mundo, a cada luz que surge de cada Centro Mariano y que se une a Mi Corazón en este momento, para que Mi Obra se pueda expandir en el mundo espiritualmente y así, en todas las almas que más lo necesitan.
Es de esa forma, queridos hijos, que a través de sus almas y corazones Yo estoy tejiendo esa Red de Luz que se expande por todos los continentes de este planeta, para reforzar la alianza de los corazones con Dios y así con su Propósito Divino, que hoy vengo a ofrecer amorosamente para cada uno de ustedes.
Extendiendo Mis Manos hacia ustedes, nuevamente derramo Mis Gracias, así como las derramé en la Argentina, una Gracia para cada uno de ustedes; lo que más necesitan en esta vida y para este camino espiritual, que Yo los invito a vivir Conmigo, por medio de la oración y de la fe que hoy deben profesar sus corazones, como el mayor testimonio de amor del triunfo de Mi Corazón Inmaculado aquí, en Portugal y en Europa.
Vine a esta ciudad, una vez más, para decirles a Mis corazones, a Mis pequeños hijos, que ya se iniciaron en esta tarea espiritual hace tantos años, que deben renovarse, que deben dar el paso, para que muchas más almas se puedan aproximar aquí y no solamente Portugal reciba la Gracia de Mi Corazón, sino todas las almas que están en Europa, esperando por ese despertar, por ese paso definitivo, que en esta encarnación vinieron a vivir.
Es de esa forma, queridos hijos Míos, que Mi estrella de Luz se posa a los pies de Mi Manto y revela ese signo para todos.
Los nuevos cristos deben despertar, ser los nuevos legionarios del Señor, que vivan Su Palabra, Su Testimonio de Amor, Su Propósito en cada uno de ustedes. Es así que transmitirán a todo el planeta ese impulso espiritual que hoy les traigo a través del Sagrado Corazón de Jesús.
Queridos hijos, llegó esa hora de que firmen ese documento espiritual en el libro sagrado de Mi Corazón, donde sus nombres están escritos desde hace mucho tiempo, para que junto a Mí, unidos a Cristo vuestro Señor, cumplamos esta Obra Redentora del fin de los tiempos.
Necesito que salgan de sus casas a buscar a los corazones que más necesitan de Luz, necesito que sean Mis brazos y Mis manos en esta hora, para llevar adelante esta Obra de la Redención de las almas.
Sus corazones están llenos de instrucciones, pues las han recibido a lo largo de los años, a través de Mi Hijo fiel, que Yo traje para ustedes, para que pudieran crecer interiormente y aprender a vivir en la hermandad.
Queridos hijos, hagan lo que les pido, y no se arrepentirán. Las almas deben aproximarse aún mas a Mi Corazón, ser la luz en estos tiempos de tinieblas. Por eso Yo les traigo y les presento este propósito, propósito divino a los Ojos de Dios, que debe ser cumplido por cada uno de ustedes.
Es así, queridos hijos, que Mi Obra no solo estará en América, sino también más allá de Europa, porque deseo llegar a los corazones de Asia, del Lejano Oriente, que necesitan de Mi Voz, del Abrazo, de Mi Consuelo, de Mi Corazón, de Mi Luz, para poder seguir caminando en esta hora crucial del planeta.
Ustedes tienen ese compromiso, queridos hijos, como consciencias europeas, de abrir las puertas para esos corazones que están tan lejos.
Será el idioma de sus corazones, el amor de sus espíritus y almas que abrirá las puertas para todos esos corazones, pues aún, queridos hijos, hay muchas almas que deben conocerme profundamente.
Yo no solo soy la Virgen María, soy la Madre del mundo, soy la Gobernante Mayor, soy la que rige sus vidas y almas, soy la pastora que conduce a los rebaños de Mi Hijo hacia el Templo del Corazón.
Por eso hoy estoy aquí, renovando sus votos antes de partir para América, para encontrarme con todos Mis hijos y unir a todos los corazones de Sudamérica y del mundo en el Centro Mariano de Aurora, donde el noveno año será vivido con todos, el aniversario en que Mi Consciencia llegó definitivamente a sus vidas.
Nueve ciclos se cumplirán y nuevas puertas se abrirán para que los corazones sean conducidos hacia su propósito.
Deseo, queridos hijos, que Me acompañen en esa gran convocatoria que hoy les hago de estar Conmigo en el Centro Mariano de Aurora, recibiendo un poco más de cura interior para sus espíritus, para todos sus semejantes, para toda la consciencia del planeta, que tanto necesita de servidores de la paz, de guerreros de Mi Corazón, que en su templanza, alcancen la redención.
Abriendo las puertas del Reino de Fátima, congrego a los corazones en el Amor de Dios y a todos aquellos que se unan a este momento, para que en esta amada Europa se pueda vivir y profesar la paz, como el propósito para estos tiempos.
Hoy vengo como la Señora de la Gran Estrella, para mostrarles Mi Signo de Luz que aún debe revelarse en los corazones simples que amorosamente siguen Mis pasos, con la vivencia de la oración, de la Paz, del Servicio y del Amor. Amor absoluto que los colma, que los renueva, que los redime, que los eleva al Corazón del Padre Celestial.
Yo soy esa Señora de la Gran Estrella, que trae para todos la revelación del Universo, de la verdadera Consciencia, la Consciencia Única de vuestro Padre que aún no es conocida por el mundo.
Fátima es una preparación para ese momento. Es así como doy continuidad a Mi Obra en este tiempo.
Después de haber abierto las puertas en Medjugorge, aquí, queridos hijos, doy continuidad a Mi Obra espiritual para que las almas sean consecuentes con Dios y así como lo he pedido a lo largo de los tiempos, por medio de diversos videntes, la humanidad pueda cumplir lo que en verdad vino a realizar, para que pueda nacer la Nueva Humanidad.
Es a través de los hijos que se consagran hoy, como los que ya se han consagrado a través de las apariciones, mes a mes, de tiempo en tiempo y de ciclo en ciclo; es así que Yo instituyo, queridos hijos, las semillas de la Nueva Humanidad que brotará en el próximo tiempo. Esta es la señal que trae Mi gran estrella, la promesa que al fin se cumplirá en cada uno de Mis hijos, siempre y cuando sean consecuentes con todo lo que Yo les pido.
Ustedes, queridos hijos, son partes de Mi Obra celestial y mundial. Son piezas de este gran puzle que Yo vengo a reconstruir en el mundo, después de que Mi adversario lo destruyó.
Yo vengo a concretar en sus vidas el verdadero propósito para sus almas, la tarea que deben realizar Conmigo en esta convocatoria universal que hoy hago para todos.
Y este momento que comparten con Mi Corazón Inmaculado, también servirá para aquellos que se consagrarán en el futuro, asumiendo su compromiso fiel Conmigo de hacer todos los esfuerzos, de cumplir Mis designios, de cumplir la Voluntad de nuestro Dios, del Altísimo Padre.
Sobre este árbol, dejo la presencia de Mi Amor por todos los Reinos de la Naturaleza. Aquí dejo la señal, en este pequeño árbol, de que los Reinos deben ser reverenciados y que también ellos necesitan de sus oraciones.
Ustedes, queridos hijos, como una única raza, están aquí y han estado aquí hasta este tiempo, dentro de este planeta tan amado por nosotros, porque los Reinos Menores han generado esa Gracia para todos.
Ustedes saben que ellos sufren mucho la consecuencia de la acción humana, la destrucción, la blasfemia, todo lo que el hombre realiza en contra de su evolución. Y aún así, queridos hijos, ellos siguen donándose por ustedes y para ustedes hasta el fin de los tiempos, hasta que retorne Mi Hijo.
Díganle a los hombres injustos que no destruyan la Naturaleza, que cuiden de los Reinos, que no asesinen a las ballenas.
Están destruyendo, queridos hijos, la evolución de la Creación de Dios y ese es uno de Mis profundos dolores por la falta de consciencia, sobre todo por la falta de amor.
Díganle a toda Europa, y mas allá de ella, que cuiden de los Reinos Menores, que siembren códigos de luz, a través del servicio a cada uno de ellos. Así, en el día del Juicio final no serán juzgados porque habrá actuado la Misericordia de Mi Corazón.
Alguna vez se han preguntado, queridos hijos, ¿por qué Yo anhelo tanto estar sobre los árboles? Les dejo este símbolo para que lo mediten.
El árbol representa la Sabiduría de Dios y ustedes, como seres humanos, inconscientes, destruyen esa sabiduría espiritual que el Reino Vegetal revela al mundo.
Muchos de los que no están hoy aquí, que fueron precursores de esa destrucción a través de los tiempos, tomaron consciencia de todo esto, después de haber partido de la Tierra.
Rezo por ellos, por las almas del purgatorio, para que puedan alcanzar la Luz del Reino Celestial.
Que ustedes, queridos hijos, no sigan los mismos caminos. Adviertan a todos los corazones, principalmente a los más injustos, que están a tiempo de cambiar su actitud.
Las ballenas lloran por las consecuencias de los hombres. Recuerden que Soy la Madre del mundo, la Madre Naturaleza.
Y cuando la Naturaleza es destruida por el hombre, están destruyendo Mi Consciencia. Pero Mi Amor, que es más infinito, poderoso que todos los errores del mundo, trae la Gracia de despertar sus consciencias y las consciencias de sus hermanos, para esta magnífica Obra de la Redención de los corazones de todos los seres de la tierra.
Recemos:
Madre del Cielo, Madre Tierra
intercede por nosotros y por los Reinos.
Una más:
Madre del Cielo, Madre Tierra
intercede por nosotros y por los Reinos.
Amén
Recuerden que las ballenas son la consciencia madre para el planeta. Ellas acogen, en su pureza original y en su inocencia, a todos los seres de la Tierra; porque ellas equilibran los océanos, y también a todas las consciencias mentales. Recuerden esta instrucción.
Y ahora, queridos hijos, junto a Mis ángeles, celebraremos este momento de consagración de asumir este compromiso Conmigo, de ser portadores de Mi Paz y de Mi Gracia para toda la humanidad que tanto lo necesita.
Y así, bendeciré los objetos sagrados que han traído a Mi Altar para que sean entregados a los que más lo necesitan. Así trabajarán su desapego, porque Mi Gracia los colmará más allá que los objetos.
Sean misericordiosos como el Padre es Misericordioso con ustedes.
Lleven la paz a todos los que la necesitan y no se olviden que el prójimo debe estar primero en sus vidas.
Que vengan aquí los que hoy se consagrarán como "Hijos de María".
Mientras las puertas aún se abren, que canten el himno de su consagración.
Flores de luz son derramadas...
Ave María... (x3)
Mis muy queridos hijos, hoy dejo la Gracia de Mi Corazón para que ella se plasme en sus vidas como el mayor testimonio de su conversión y como respuesta de sus corazones al llamado de Mi Hijo, Jesucristo.
Ante la autoridad que el Padre me concedió y desde todos los coros de Lys con todos los ángeles del cielo, bendigo a cada uno de sus corazones y familias, instaurando la paz y el bien en cada uno de Mis hijos, la renovación y la esperanza de todos los corazones de Europa para que cumplan el propósito de seguir el camino hacia su liberación y redención en el momento en que retorne Mi Hijo, glorioso y victorioso entre las nubes.
Coloco Mi mano sobre sus cabezas, rezando a Mi Hijo.
Yo les agradezco por responder a Mi convocatoria y por ser portadores de la paz celestial que es posible vivir en estos tiempos.
Los amo, los bendigo y los abrazo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Y ahora estando consagrados, proclamen este himno en unión a todos los "Hijos de María" en los cuatro puntos de este mundo.
Vayan en paz.
Les agradezco por haberme ayudado a cumplir con esta peregrinación y recuerden que prometo retornar, cuando así Dios lo decida.
¡Les agradezco!
Acta espiritual y fundacional de la Comunidad-Luz “Flor de Lys”
Queridos hijos:
A los diecinueve días del mes de julio de 2016, en el año del Señor de la Misericordia, Vuestra Madre y Abogada hace la primera fundación espiritual e institucional de la esperada Comunidad-Luz de Lys, “Flor de Lys”.
En este sagrado día, Dios Todopoderoso deposita Su Amor, Su Piedad y Misericordia para que este sagrado proyecto, que trabajará a través de la oración por las almas de toda Europa, pueda tener su esperado despertar.
En este camino que está siendo construido a partir de este día, la Divinidad derrama Sus Dones para que en la consciencia de los que integran este proyecto florezcan los principios del Centro Sagrado de Lys en la superficie.
Es así, que Vuestra Madre Santísima declara, que, en este lugar, en donde hoy nos reunimos, se encuentra la primera semilla para esta Comunidad-Luz. También queda fundado oficialmente el Centro Mariano de la Purísima Virgen Madre, centro que así mismo nacerá de la mano de la Comunidad, y que tendrá su casa materna en el futuro, al igual que la Comunidad, en la villa de Dornes, a orillas de los lagos del Centro Sagrado de Lys.
Para ese momento, los siete primeros residentes de esta Comunidad-Luz ya estarán impulsando para toda Europa una convocatoria para la formación y la expansión de las bases de este trabajo espiritual y mariano.
Dejando por escrito la institución de esta quinta Comunidad-Luz sobre un Centro[ST1] Planetario, invito a todos los presentes y miembros de la Red-Luz de Europa a que firmen esta acta, con la razón de dejar registrada su adhesión a este llamado y como testigos oficiales de que una sagrada semilla de luz volvió a brotar desde Lys para toda Europa.
Enriqueciendo sus pequeños espíritus, queridos hijos, dejo también por escrito la consagración de la primera residente, de los primeros guardianes y celadores de este inicial proyecto de amor, de paz y de redención, agradeciendo al Padre que está en los Cielos, porque todas Sus Obras son simples pero verdaderas, llenas de Amor y de Misericordia para el mundo.
Es por esta razón que, con el nacimiento de esta Comunidad-Luz, a los diecinueve días del mes de julio de 2016, dejo el testimonio por escrito de que este proyecto del Núcleo Corazón Sagrado en la ciudad de Fátima, desde hoy será considerado una Comunidad-Luz, formando parte oficial de la quinta mano de trabajo de la Fraternidad Federación Humanitaria Internacional, ubicada sobre los Centros Planetarios.
Con cantos de alegría, queridos hijos, Yo instauro aquí dos importantes espacios para desarrollar en poco tiempo: la Comunidad-Luz Flor de Lys y el Centro Mariano de la Purísima Virgen Madre para Portugal, España y el resto de Europa.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice bajo la señal luminosa de la Santa Cruz, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El triunfo de Mi Corazón está próximo
Queridos hijos:
No teman ni se desesperen, porque el triunfo de Mi Inmaculado Corazón está próximo y el infierno de la Tierra se cerrará.
El triunfo de Mi Corazón está próximo y las grandes potestades temerán; el suelo que está bajo sus pies será removido y no quedará piedra sobre piedra.
Queridos hijos, el triunfo de Mi Corazón está próximo y nadie se opondrá, el Reino de Dios se aproxima y todas las almas lo verán en la segunda Venida del Redentor.
El triunfo de Mi Corazón está próximo y los falsos reinos del mundo perecerán porque una vez más triunfará el Amor de Mi Hijo, que es el Amor del Dios Vivo.
Queridos hijos, el triunfo de Mi Corazón está próximo y Yo reencenderé a las estrellas caídas, las volveré tan semejantes a Mi Amor que nadie lo podrá creer.
El triunfo de Mi Corazón está próximo y la Corona de Luz de Mi cabeza brillará en los abismos para retirar de la ilusión a los que duermen y están engañados por la humanidad.
El triunfo de Mi Amor está próximo y las bestias le temen a ese momento, porque estará cerca su gran y esperada derrota, y los ángeles caídos se rehabilitarán.
Tengan fe y confianza, porque el triunfo de Mi Plan está próximo y evitaré, por encima de todo, que una nación se oponga a otra nación.
El triunfo de Mi Corazón Divino está próximo, primero en los que se autoconvocaron para esta misión de paz en el mundo.
Hijos Míos, vean ya concretado el gran triunfo de Mi Corazón, por la conversión de sus vidas y almas, en el momento en que cada uno debe pedir perdón a Dios.
El triunfo de Mi Corazón está próximo y las fuerzas del mal perderán la batalla después de que Yo haya protegido, en Mi desierto, a cada uno de Mis hijos. Allí, los ejércitos y las potestades celestiales descenderán al planeta para hacer triunfar el poder del Amor de Mi Inmaculado Corazón en el gran abismo de la Tierra.
Mi Gracia hasta ahora los sustenta y los calma; el triunfo de Mi Corazón está próximo y nadie quedará sin ser tenido en cuenta, porque todos serán avisados antes del tiempo final que llegará.
Queridos hijos, a pesar de todo, sepan que el triunfo de Mi Corazón está próximo y que nadie quedará desprotegido si en simple humildad Me lo pide. Allí, Yo estaré para abrazarlo y guardarlo de toda adversidad bajo Mi Manto.
Ahora, hijos amados, mientras está todo por suceder, les pido amorosamente que hagan triunfar Mi Plan de Amor maternal en cada Centro Mariano, así como en cada Comunidad-Luz, que Yo con tanto amor protejo.
Hagan triunfar, en cada Comunidad-Luz, el servicio, la caridad y el bien. Hagan triunfar las Islas de Salvación, que serán refugios para gran parte de la humanidad. Abran sus corazones a lo que Yo les digo hoy.
Triunfen y únanse todos los días a través del amor. Mi tiempo entre ustedes ya está terminando y, desde el Cielo, querré ver los frutos de esta Obra planetaria. Las Comunidades son sus refugios internos y externos, son el espacio en donde sus cuerpos podrán descansar protegidos cuando el caos se instale en la humanidad.
Valoren la herencia divina que el universo les ha dejado, porque en poco tiempo comprenderán lo que hoy les digo.
Queridos hijos, el triunfo de Mi Inmaculado Corazón también se dará por su entrega y donación a todas las Comunidades, que son las bases de los Centros Marianos.
Queridos hijos, con sus corazones bien abiertos después de haber recibido tantas dádivas e instrucciones, al menos díganle a su Madre Celeste: ¡Sí, Madre Divina, yo responderé por esta Obra y haré hasta el final lo que sea necesario para que triunfe el Plan Celestial de Tu Inmaculado Corazón!
Queridos hijos, agradeceré que todos los santos días del Señor, ustedes vivan y trabajen esta afirmación para que más almas reciban, a través de su servicio, lo que tanto esperan.
El triunfo de Mi Corazón se dará en toda la humanidad por su respuesta interior a Mi Plan.
Que no deje de brillar Medjugorje en sus corazones, así como cada Centro Mariano que Yo he consagrado para la salvación de la humanidad.
¡Les agradezco por comprenderme y por vivir Mi llamado!
Los ama y los eleva al Reino de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Yo soy Aquella que, en lo alto de la colina, abrió los Cielos y los ojos de siete niños, para así despertar a la humanidad.
Yo soy Aquella cuyo amor es infinito y que, por Su maternidad celestial, retorna al mundo todos los días desde hace treinta y cinco años.
Yo soy Aquella cuya humildad no pertenece a este mundo; Aquella, que siendo Madre y Reina de la Creación, se vuelve la menor de todas las siervas y que, estando en todas las cosas, se expresa en un cuerpo humano para hablar a la humanidad.
Mi humanidad ya fue trascendida en divinidad en el momento de la Asunción, pero Mi Amor por ustedes, hijos, es tan inmenso, que el Creador Me permitió seguir con este aspecto y apariencia humana, en Mi divina Consciencia, para hablarles al corazón y para despertarlos.
Hijos amados, quisiera construir, en los Centros Marianos, una imitación de Mi Reino que es invisible a los ojos del cuerpo, no obstante palpable para el corazón.
En los niveles sutiles de cada Centro Mariano está la esencia y el arquetipo de ese Centro; aquello en lo que él debe convertirse, para cumplir realmente su misión en la superficie de la Tierra e, incluso, más allá de ella.
Hijos, los Centros Marianos que Yo fundé, sobre el suelo que escogí, no fueron levantados por casualidad. Mi casa de paz y de redención primero se construye en los niveles del espíritu y después en la materia, para que la materia imite la construcción espiritual no solo en su apariencia, sino en sus principios y expresiones divinas.
Cada Centro Mariano representa una usina de transmutación, de salvación, de despertar, de redención y de paz para las almas, para los Reinos de la Naturaleza y para el Universo.
Un verdadero Centro Mariano, erguido y sustentado por Vuestra Madre Celeste, no comienza ni termina en este mundo. Aquello que ven en el plano material es solo una puerta para algo más sublime; es el inicio de un camino de despertar y de redención.
Quienes se aproximan a un Centro Mariano, con reverencia y con el corazón abierto, sentirán que lo sagrado habita allí y que Leyes divinas y seres sublimes comparten la Morada de Vuestra Madre Celestial.
Para disipar las tinieblas de la ignorancia de la propia consciencia y saber estar correctamente en un Centro Mariano, reconociendo la verdad sobre él, es necesario, hijos Míos, que se dispongan a eso de corazón.
Vayan a los Centros Marianos, no solo para orar y encontrar la paz, sino también para prestar un servicio planetario, para profundizar en el propio despertar espiritual y, en consecuencia, en el despertar y en la evolución humana.
No limiten, Mis amados, la actuación de Vuestra Madre Celestial. Sepan que Yo estoy en Omnipresencia, en cada Centro Mariano, esperando que se acerquen a Mi Corazón y develen por sí mismos los misterios que les corresponden reconocer en este tiempo.
Hijos, Mi presencia en los Centros Marianos es permanente e inmutable; no solo cuando vengo para hablarles es que estoy presente. Los Centros Marianos son Mis casas en la Tierra; son los epicentros de paz que Me permiten estar en el mundo.
Es desde los Centros Marianos que cuido y protejo a las almas, que las amparo y las conduzco al Reino de los Cielos. Los Centros Marianos son las puertas de ingreso de los ángeles y arcángeles en el mundo. Es a través de esos Centros de amor, que el Creador puede liberar y transmutar el sufrimiento de la Tierra.
Por eso, hijos, es importante que comprendan que la vida de los Centros Marianos debe ser permanente; no hay una fecha fija para liberar el caos y el mal del planeta. Porque el mal no tiene una hora para actuar. Mientras los orantes trabajan en una hora específica del día y donan a los Centros Marianos, muchas veces, solo algunos días del mes, el enemigo no duerme y trabaja sin cesar.
¿Comprenden la angustia de Vuestra Madre Celeste?
Mientras el enemigo ultraja a las almas y a los Reinos de la Naturaleza, sin pedir permiso, hijos, Yo dependo de la adhesión de sus espíritus y de sus corazones para actuar. Mis ojos tampoco se cierran para dormir y Mis brazos no buscan reposo o descanso, pero Yo los necesito, hijos Míos, despiertos y activos, construyendo y renovando Mis Centros de amor y redención, para que Yo pueda rescatar a las almas de la oscuridad del planeta.
Hoy les agradeceré por escuchar Mi llamado desde hace treinta y cinco años y les pediré, hijos Míos, que no se vuelvan cómodos con el paso de los años y que pongan manos a la obra para la redención planetaria, porque cuanto más tiempo pasa, mientras los seres humanos se acostumbran con la presencia de Dios y se acomodan en sus casas, sin ir a los Centros Marianos para trabajar activamente por la paz, el adversario del Creador multiplica sus ejércitos.
¡Despierten Mis amados! Salgan de sus confortables casas y descubran la gracia que es volverse un servidor consagrado al Plan Divino. Cuando den un paso verdadero en su despertar, no se arrepentirán y no mirarán para atrás, porque la meta de una nueva raza y de una nueva Tierra iluminará los ojos de sus corazones y los impulsará a seguir adelante.
Los amo y les doy Mi Paz,
Vuestra Madre María, Rosa y Reina de la Paz
Mensaje por el aniversario de Mis Apariciones en Medjugorje
Queridos y amados hijos Míos:
Hoy desde Europa espero que Mi voz celestial sea escuchada.
Las campanas del cosmos tocan sin cesar la melodía de celebración y de paz, porque el Plan de su Madre Celeste, de la Reina de la Paz, aún está vigente en los corazones del mundo.
Deseo que hoy se abra la puerta a la consciencia y a la sabiduría. Por eso, en este día, en el que el Centro Mariano de Medjugorje resplandece de paz, quisiera que todos Mis hijos del mundo valoraran de corazón la magnitud de la Obra celestial de su Santa Madre.
Hijos Míos, ustedes al despertar a la realidad y a la verdad de estos tiempos, tendrán más posibilidades de acompañar la mudanza de los tiempos que ya está a las puertas de sus vidas.
Queridos hijos, hoy espero que un pedacito de Medjugorje, del Santuario de la Paz para el mundo, que está vivo desde hace ya treinta y cinco años, pueda tener un lugar primordial en sus corazones; porque de esa forma permitirán que Dios y Su Reino entren en ustedes y el Plan Divino pueda triunfar.
Queridos hijos, hoy Vuestra Madre contempla con ojos de Misericordia a toda la humanidad, porque llegó la hora de que los corazones despierten a la misión que vinieron a cumplir.
En cada lugar que Yo aparezco, establezco un portal hacia el universo, un camino que las almas pueden recorrer para reencontrarse con Dios, el Padre Celestial.
Esa manifestación divina del Portal de la Paz, que Yo establezco en cada Centro Mariano, debe ser apoyada y sustentada por cada corazón orante.
Es la oración y la devoción de los corazones verdaderos lo que permite, como en Medjugorje, mantener viva la Presencia de Mi amado Hijo.
Es misión de cada grupo de oración, y especialmente de la Red-Luz orante, sustentar los epicentros de las Comunidades y de los Centros Marianos.
Es responsabilidad espiritual de todo su grupo de trabajo proteger, ayudar, colaborar, servir y donar para la evolución de las Islas de Salvación de los Centros Marianos y de las Comunidades-Luz, porque llegará el tiempo, tiempo que no está tan lejos, en el que esos lugares serán refugios para ustedes de toda adversidad espiritual y del caos material.
Es el compromiso y la misión de todos los uruguayos, como también la responsabilidad de todos los hermanos del cono sur la continuidad del Centro Mariano de Aurora.
Es el compromiso y la misión de los brasileros, la continuidad del Centro Mariano de Figueira y del Centro Mariano del Niño Rey, como también es el compromiso de toda Argentina la existencia del Centro Mariano del Espíritu Santo y de su Comunidad, porque Mi compromiso con ustedes en el transcurso de los últimos años nunca ha sido alterado.
Por eso, en constancia, caridad y amor, su Madre Celeste los encuentra en oración y devoción todos los 13 y 25 de cada mes, así como hace ya treinta y cinco años, Mi Presencia ha sido continua en Medjugorje.
Pido amorosamente, queridos hijos, que en estos tiempos críticos, en los que se necesitan servidores de Cristo, ustedes puedan esforzarse un poco más y salir de la comodidad que fue instalada en la consciencia, y los ha llevado a dejar de colaborar activamente con los Centros de Oración, centros consagrados por el Universo Celestial.
Queridos hijos, Mi propósito es decirles la verdad, porque los amo y ya no hay tiempo que perder en las superficialidades de la vida espiritual.
El triunfo de sus vidas estará en el sacrificio y en el amor a este sufrido planeta en redención.
Imiten a Mi Hijo y síganlo, para que así Yo pueda rezar por ustedes.
Los Centros Marianos no son solo fuentes de Gracias que todos van a buscar mes a mes, los Centros Marianos deben ser la esencia de su transformación y rescate.
Hijos, es tiempo de dar y de soltar los bolsillos que están llenos, es tiempo de vivir la fraternidad y la caridad para con el prójimo, así estarán forjando la nueva sagrada familia de la humanidad.
Los amo y los quiero ver verdaderos, para que el Plan finalmente deje de ser una fantasía en segundo plano. Los tiempos son de emergencia, dichoso y santo será quien así lo crea.
Desde Medjugorje, hoy les doy Mi santa bendición maternal, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
¡Les agradezco por responder y por acompañar Mi convocatoria!
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Y aún cuando el mundo no escucha a Dios, Su Amor se hace visible en los corazones humildes.
El poder de Su Simplicidad es grandioso, por eso hay muchos que no lo conocen. Mas aquellos corazones que son simples siempre lo conocerán, a pesar de que no tengan nada en su vida material.
El contacto con Dios se crea a través del amor, de la unión perfecta con Él, en la búsqueda incesante de Su Universo, para concretar Su Voluntad sobre la Tierra.
Hoy vengo como la Madre del Uruguay, porque aún tengo esperanza.
No demoraré en trabajar para que Mis hijos despierten; así como deben despertar, queridos hijos, todas las criaturas de este mundo, antes de que la purificación se acreciente en cada una de sus vidas.
Pero Dios no imparte castigo para nadie, Él solo desea que lo amen y que lo busquen todo el tiempo.
El Amor de Dios es lo que construye todas las cosas y es lo que permite manifestar las ideas divinas en todos los planos.
Si en sus corazones no está el Amor de Dios, el Amor del Único, ¿cómo lo conocerán?
El Padre no está lejos de nadie, solo que está muy olvidado y las almas sustituyen su despertar por las modernidades, por la búsqueda vanidosa de la espiritualidad, por la búsqueda de la energía que solo pertenece al Creador.
Por eso, queridos hijos, Yo les enseñé a orar. Con algo tan simple y profundo, he visto que sus vidas se han transformado con mucho esfuerzo.
Pero aún hay mucho por hacer. Tendré que cumplir con Mis Obras, las Obras que Yo he prometido al Padre, junto a sus corazones, y esas Obras no pueden finalizar sin que el mundo las conozca antes, así como Yo las he revelado en otros tiempos y en otras apariciones.
Hoy vengo bajo el esplendor del Amor, para que lo puedan reconocer en su interior. El Señor necesita que se unan a ese Amor para que aparten sus consciencias de la ilusión que promueve el mundo, una ilusión que promueve el aborto, la drogadicción, el fanatismo, la superstición, la soledad, el abandono, la falta de luz en el alma.
Pero es el Amor infinito de Dios lo que hoy Me ha traído aquí, queridos hijos, para compartir con ustedes lo que es la Verdad; la Verdad que no es profundamente conocida, pero que debe ser amada por ustedes para que estén dentro de la Verdad de Dios.
El Señor, que está en el Universo y rige en todos los cielos, no quiere el castigo de nadie; pero las decisiones del mundo, las actitudes de las almas llevan a que Sus Leyes se manifiesten en este tiempo con severidad.
Dios no podría ser Dios si no fuera el Dios del Amor.
El Amor fue lo que creó todos los universos, las estrellas, los planetas y la vida en todos los planos; pero si el Amor de Dios no está presente en sus corazones, nada de eso podrán conocer.
La vanidad espiritual es un arma muy peligrosa para este tiempo. Sé que existen almas, queridos hijos, que buscan la vida espiritual con arrogancia, con propiedad y control.
Las criaturas de la Tierra nunca tendrán nada para sí. Por eso les hemos enseñado, queridos hijos, a través de nuestra Presencia en el mundo, por medio de los Sagrados Corazones, que la humildad es la primera tabla de su salvación.
Sin humildad, nada conseguirán.
Sin humildad no podrán conocerse a ustedes mismos y desterrar lo que no es verdadero, lo que Yo llamo de falso.
Así el mundo, a través de los tiempos, de la guerra, de la aniquilación y del falso poder, creyó conquistar el planeta.
No será necesario, queridos hijos, que observen lo que sucede en el mundo. Miren a su lado y verán la verdadera necesidad.
Jesús también está dentro de los corazones que sufren y Él espera que lo puedan servir a través de sus hermanos.
El servicio en este tiempo es lo que promoverá la salvación de la humanidad; el servicio a los Reinos de la Naturaleza, a todo lo que encuentren en sus caminos como necesidad.
Hay mucho por hacer, queridos hijos, y son pocos los corazones y brazos que se disponen a hacerlo.
Uruguay tiene esa gran oportunidad.
El servicio en Uruguay no es la prioridad de las almas para su camino espiritual, porque significa rebajarse ante el prójimo.
¿Acaso Jesús, Vuestro Señor, no lavó sus pies por medio de los apóstoles?
Él se humilló ante ustedes para que Dios pudiera derramar la Misericordia sobre el mundo; Él se dejó morir en la Cruz, para que ustedes se pudieran salvar.
Él es la Verdad. No hay otra, queridos hijos, en este tiempo.
Los espíritus impuros podrán revelarles muchos secretos, o las energías que creen conocer podrán satisfacerlos; pero si no hay oración, no hay Amor de Dios, no hay servicio, no hay ascensión de la consciencia.
Estas bases que Yo les dicto los harán dignos ante el Señor.
Y creerán que orar será algo rutinario, pero en este tiempo es el portal que se abre para la liberación del mundo, en todos los Centros Marianos que Yo he consagrado a la devoción de Mi Inmaculado Corazón.
Aurora es ese Centro que Yo consagré desde el principio, cuando Mi Luz, la Luz del Amor de Dios, posó Sus Pies sobre este lugar.
Muchos creen que esto todo fue una locura y que aún lo sigue siendo. Miren el interior de sus hermanos y verán los frutos que Yo he conseguido realizar, de forma simple pero verdadera.
El mundo busca lo que satisface sus deseos y se aparta de Dios. Por eso sufre y no encuentra la Luz, se pierde en las tinieblas y sucumbe en los infiernos de la consciencia; cuando están sumergidos en el error, en la perdición, en el engaño y el sufrimiento, ¡ahí recuerdan a Dios!
Pero como Él sabe que la humanidad es muy frágil y débil, Él envía a Su Sierva para que sus ojos del corazón se abran a reconocer la Luz que viene del Cielo y de todo el Universo.
Queridos hijos, trabajaré con los que estén Conmigo hasta el final. No necesito que Me prometan nada, solo que hagan lo que les pido de la mejor forma posible.
Agraden al Corazón de vuestro Dios ofendido y mediten en Su Presencia a través de la Eucaristía; y que la oración siempre los eleve a lo Alto, así como Yo los elevo en Mis brazos a la Casa del Padre Celestial.
Hoy vengo a traer la quietud para sus espíritus, la serenidad para sus almas y la restauración para sus cuerpos.
No podré prometer, queridos hijos, que las batallas espirituales en este mundo cesarán. Mientras haya guerra y matanza de animales en la humanidad, el sufrimiento existirá.
Por eso, Yo los llamo a la oración; para que sus cuerpos, células y átomos se puedan elevar y perciban, finalmente, que no es necesario comerse a otro, a otro Reino semejante, tan amoroso e insignificante a sus ojos.
El Amor de Dios es lo que permite mantenerlos en la unidad.
Por más que lo que hoy les digo, queridos hijos, sean siempre las mismas palabras, es porque hoy todavía no han elevado sus corazones hacia Mis pedidos.
No cierren sus corazones por nada. Yo siempre los mantengo en Mis brazos para que puedan ver a Jesús y Su Corazón, que resplandece en este Universo.
Él es el Sol que los guía.
Yo Soy la Estrella que les indica el camino para poder encontrar su verdadero amanecer en la presencia de Aurora.
No se desesperen, pero no sean ingenuos. Acepten vivir la reconciliación, para que en el mundo se establezca la paz.
Estoy unida a cada corazón que hoy ha orado Conmigo sinceramente; porque Dios reconoce las ofrendas de todos Sus hijos y agradece su esfuerzo.
Ahora, queridos hijos, ante los Tronos del Padre, de los arcángeles, de los elohim, de los coros y ejércitos celestiales y de los ángeles de la guarda, que han sigo desterrados por las criaturas de este mundo que no aceptan el Amor de Dios, junto a ustedes y a cada peregrino oraré por el mundo con una simple proclamación.
Coloquen sus manos en recepción para que reciban el mayor regalo del Universo: el Amor de Dios que se fundirá en sus corazones y en el Corazón de Dios.
Padre del Universo, escucha la Voz de Tu Servidora
y enciende en los corazones la Llama de Tu Sagrada Presencia.
Perdona a la humanidad por su continuo sueño y despierta,
a través de Mi Aurora, a todos los que duermen.
Líbéralos de la ingenuidad. Llévalos hacia el servicio
para que encuentren Tu Paz y Tu Amor.
Derrama, a través de Mi Corazón bondadoso y servicial, todos Tus Dones
y concreta Tus Obras en todos los corazones del mundo.
Envía a Adonai, ¡Oh Padre Amado!, a Tus ángeles de Luz, para que derramen
Tu Misericordia sobre aquellos que Te niegan y no Te escuchan.
Ten Piedad, Señor, por los que son ignorantes y cierran su corazón a Tu Llamado.
Que en la última hora de este mundo las almas encuentren Tu Camino
para llegar a Jesús, y que Jesús los lleve a todos hacia Tu Reino de Poder Celestial.
Hoy dejo a Tus Pies, Padre Universal, a cada una de Tus criaturas,
para que no hagas temblar en ellos Tu Justicia,
sino que enciendas en sus corazones la Compasión infinita de Tu Espíritu.
¡Oh, Señor del Universo!, cierra las puertas inciertas en este mundo.
Perdona a los que no hacen bien las cosas y se olvidan de Ti.
Compadécete de los que destierran, de los que sufren el exilio.
Y muéstrate con Tu Faz, con Tu Gloria y con Tu Amor
a cada ser de este planeta, para que por Mi imploración y Mi alabanza a Ti,
Emmanuel, el Plan pensado por Tu Mente Única se cumpla hasta la Nueva Humanidad.
Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Cantemos Ave María, en la Presencia de nuestra Madre.
Los encontraré siempre en la oración del corazón, sagrado refugio de las almas que esperan el retorno de Cristo.
Les agradezco por responder a Mi llamado y por orar por la consagración de las Américas a Mi Inmaculado Corazón.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Hermanos, siempre es muy bueno que intentemos guardar en nuestro corazón ese Amor que nos trae María, este Amor que todo lo comprende, que todo lo alcanza, que todo lo puede, y que Ella sabe, por encima de todo, que está dentro de nosotros: el Amor de Dios.
Ella vino con ese Amor de Dios, con esa Fuente del Amor y de la Unidad del Padre, a ofrecerlo no solo a nosotros, sino también a todos aquellos que no lo quieren aceptar.
Y María, pacientemente, a través de cada encuentro, nos decía que va intentando reconstruir, trabajar en cada uno de nuestros seres, esa conquista, ese triunfo del Amor de Dios en nuestros corazones, en nuestras vidas.
Que es ese Amor de Dios, según María, lo que nos va a ayudar a enfrentar estos tiempos, estos momentos difíciles que está viviendo la humanidad y que Dios se servirá del amor que nosotros le ofrezcamos para que también Su Obra se pueda cumplir.
Queríamos, sintéticamente, simplemente relatar cómo fue la Aparición de hoy, pues es importante, para que todos puedan llevar esa imagen, esa misión que María trajo a través de Su Presencia.
Cuando llegó aquí, Ella se mostró, como siempre se muestra, como la Virgen María. Hoy, su Manto, el Manto que la cubría, era la Bandera del Uruguay.
Y en un momento, cuando comenzó a dirigir Sus palabras, se aproximó más hacia nosotros para irradiar ese Amor de Dios, el Manto que caía por detrás de Ella, que formaba ese Velo que iba hasta los Pies, tenía las banderas de todas las Américas, de todas las naciones de América.
Y mientras hablaba, a pesar de que hablaba, Ella iba orando por cada una de las naciones, por cada uno de los miembros que forman las naciones y por cada uno de los presentes que estaban coligados con Ella en este momento.
Y cuando comenzó a aproximarse aquí, a aparecer como siempre lo hace a través de una esfera dorada de luz que viene del Universo Celestial, que comienza a dirigirse hacia el planeta hasta localizar este lugar espiritualmente, Ella comenzó a descender y a abrir varios Cielos a través de una columna de luz.
Y mientras esa columna de luz descendía con cantos de los ángeles, las almas perdidas, las almas que estaban presas en los infiernos de este mundo, comenzaban a elevarse a medida que Ella descendía.
Y allí fue cuando Ella apareció, y se mostró esa Madre que estaba con el Manto del Uruguay.
Así que, solamente queríamos relatarles eso para ustedes, para que realmente confiemos que todo lo que está sucediendo es lo que tiene que suceder y que tenemos que, como Ella decía hoy, amar esa Voluntad del Padre.
¡Gracias Madre por cuanto nos das!
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Hoy, vengo no solo por ustedes, sino por el mundo, implorando junto con Jesús y con San José por la Nueva Humanidad, por la Nueva Tierra.
Hoy, vengo con alegría, pero también con compasión, por las almas que más sufren y que por sus oraciones fueron ayudadas ante el Padre Celestial.
Hoy, vengo a reestablecer entre ustedes y Yo la confianza infinita, la Gracia perpetua de unir corazones y almas en esta sagrada tarea por la Paz.
Pero aún debo ser más conocida en África y en el Lejano Oriente, donde Mi devoción también es intensa y fiel entre tantos corazones hermanos.
Mi Campaña por la Paz no solo debe recorrer América, sino el mundo; y ustedes son los portavoces de Mi Mensaje materno para estos tiempos finales. Cuento con cada uno de ustedes, hijos Míos, hasta el fin de los tiempos, en el que todo se desarrollará y un nuevo Plan aparecerá para los que perseveren de corazón y en oración Conmigo.
Hoy, no estoy sola aquí. Estoy con Mis hijos, con los que Me aman, con los que Me invocan, con los que son pacientes y escuchan Mis Palabras de corazón. Pero hoy, también estoy con los ángeles y los arcángeles, ayudando a esta parte de la humanidad dormida que vive su profunda ilusión; y rezo aún, hijos Míos, al igual que ustedes, por el despertar de todas las criaturas.
Hoy, quisiera dar Mi agradecimiento materno por cuanto han hecho por Mí, en el nombre de la Obra de Dios y también Mi agradecimiento por aquellos que hoy no están aquí y que también cumplieron con Mis Designios, porque Mi mirada, hijos Míos, Mi mirada de Madre, está en todas las criaturas, en aquellos que se hacen ver, en aquellos que se esconden en el Corazón de Mi Hijo para contemplarlo.
Hoy, el mundo vive su primera fase, más difícil y dura. Pero los Centros Marianos, hijos Míos, constituyen esa oportunidad de salvación y de Gracia para el mundo entero.
En Oriente y en Occidente, Mi Presencia está presente en aquellos que perseveran en la fe y en la consciencia absoluta en Mi Inmaculado Corazón.
Hoy, no vengo a traerles el horror del mundo, aunque esté presente en muchas almas pecadoras, en aquellas que se condenan por sus acciones, dentro y fuera de la Iglesia de Mi Hijo.
Hoy, vengo a buscar a aquellos que confiaron en Mi Propósito desde los primeros días en los que Yo estuve presente entre ustedes, aquí, en la Sagrada Figueira como en Aurora.
Yo Soy el Árbol y doy los frutos para todos Mis hijos. Yo Soy el Sol que nace en el amanecer de cada ser y que brilla, buscando establecer la redención y la paz en el fin de los tiempos.
Hijos Míos, Yo sé que necesitan de mucha ayuda. No se cansen de pedir Mi intercesión; pero confíen, todo tiene un tiempo para el universo y para el Señor.
Hoy, acojo en Mi Corazón sus súplicas y las súplicas de aquellos que, detrás de las pantallas, Me están escuchando; porque, queridos hijos, Yo no solo estoy aquí, sino también estoy con los corazones que se abren para recibirme en sus espíritus y almas.
Yo Soy la Madre del mundo. Soy la Gobernanta Mayor. Soy la Estrella que los guía. Soy la Luz para sus caminos, después de Mi Hijo. Soy Quién ha recibido la confianza de guiarlos, paso a paso, en obediencia y en lealtad, en amor y en unidad.
Busquen en estos tiempos, no solo la unificación externa, sino también la unificación interior. Mi Hijo necesita establecer Sus dones en el mundo y en todos los corazones, antes de que Él retorne para establecer el Juicio Universal.
Queridos hijos, hoy Me han abierto sus corazones con sinceridad y sin apariencias. Han hecho lo que Yo les pedí desde el principio de este encuentro. Han cumplido con lo que Yo he deseado profundamente, que es espejar esta paz al mundo entero, esta paz que Yo les concedo en medio de la tribulación y del caos, en medio de la persecución y de la muerte de tantas almas inocentes.
No Me cansaré de venir al mundo para implorarles por oración. Ustedes saben que eso es poderoso e invencible; y más aún, se vuelve invencible cuando sus corazones oran unidos al Mío, en perpetua consagración de sus vidas, en todo lo que puedan dar a Dios, porque Él acepta todas las ofertas, no importando cuál sea.
Hoy, estoy dejando aquí, estoy instituyendo Mi confianza en los más jóvenes, en los nuevos rebaños de Cristo que serán los sucesores de la Palabra Sagrada del Redentor para todos los jóvenes del mundo, por todos los niños que claman en su llanto por Mi Voz, por Mi Presencia, por Mi Corazón.
Hijos amados, celebremos esta profunda comunión con Dios, con Su Hijo predilecto y ante la Presencia del Espíritu Santo que, como Luz los congrega en esta Santísima Trinidad para establecer el Proyecto de la Creación en los corazones humanos.
Hijos Míos, he escuchado la renovación de sus votos. Que esos votos no se vuelvan débiles; y cuando sientan que sus votos se debiliten, llamen por Mi Presencia en la noche como en el día, en la alegría como en la tristeza, en la oración como en los desafíos. Mi Hijo Me ha concedido la autoridad de estar presente en todas partes cuando un alma se coloca en oración ante Mi Corazón Inmaculado.
Hoy, Mi alegría se refleja en sus espíritus. Extendiendo Mis brazos hacia ustedes, abriendo Mis manos, irradio Mi Luz hacia el mundo; irradio el Espíritu de Mi Santidad y de Mi Pureza para que confíen, hijos Míos, que lo alcanzarán; así como Yo lo alcancé en constante ofrenda a Dios Todopoderoso.
Hoy, ofrezcan este momento, hijos Míos, por los que no están aquí, por los que ya no están aquí y por los que aún no han llegado aquí, para encontrarme.
Establezcan, en Mi Nombre Inmaculado, el perdón, la reconciliación, ante un mundo que sufre el propio caos en estos tiempos.
Sean semillas en Mi jardín de Luz. Sean rosas que se abren en este encuentro para emanar el amor al universo, a través de su Madre Celeste, que recoge sus ofertas en sinceridad y en verdad.
Anímense, hijos Míos, a ser aquello que nunca fueron, a ser apóstoles de Cristo en la simplicidad de la oración. Necesito que estos ejércitos de Luz y de oración no decaigan, aunque Mi adversario lo intente, sus templos no temblarán.
Vengo a darles, hijos Míos, lo que nunca nadie ha recibido, esta Gracia expiatoria que los liberará de ustedes mismos y del pasado, como tantas veces lo he intentado incansablemente.
Crean en Dios; crean en Su Reino que desciende, por segunda vez, a través de Su Hijo amado; en la preparación de este importante Retorno al mundo, en Gloria y Luz.
Crean en los ángeles y sientan su guía, su presencia y su servicio eterno.
Crean en el Espíritu Santo que los une, de corazón y de alma Conmigo, en este sagrado oratorio espiritual de su Santísima Madre Universal.
Crean en la fe que Yo les derramo, en la fuerza imperiosa de la oración que abre las puertas a la paz y a la Misericordia.
Crean en Mi Campaña por la Paz porque, así como Yo guie a los apóstoles hasta la Ascención de Jesús, hijos amados, Yo los guío para el cumplimiento del Plan de Dios en estos tiempos críticos. Ustedes, hijos Míos, deben ser la propia Campaña de Paz manifestada sobre la superficie de la Tierra. Si ustedes, hijos Míos, no viven la paz, ¿cómo la paz se establecerá delante de tanta adversidad y errores?
Queridos hijos, proclamen la paz a través de las campañas, para que Mis peticiones se cumplan en esta última hora que llega al mundo, antes de que todo suceda.
Mi última aspiración es llegar a Nicaragua, a México, a los Estados Unidos y a Australia. Oceanía debe consagrarse a Mi Inmaculado Corazón y ustedes, hijos Míos, lo pueden conceder.
Hijos Míos, Yo estoy aquí para demostrarles, a todos, la confirmación de Mi Amor por cada uno.
Ahora, hijos Míos, en la Presencia Sagrada de la Trinidad, escúchenme a través de Mi hija Lucía de Jesús, pues Mi Voz también se graba en los corazones.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Podrán preguntarse por qué, hijos Míos, deseo transmitir Mi Mensaje a través de tantos videntes de este mundo; si no sería suficiente que un solo corazón se consagrara al Mío, ya que Mi Voz es una sola.
Necesito que muchas voces sean el eco de la Voz de Mi Corazón en muchos idiomas, transformando el destino de las naciones, borrando el pasado que la humanidad imprimió en la consciencia de este mundo.
Necesito, hijos Míos, que Mi Paz sea proclamada en muchas vidas, en todos los Reinos y es por eso que reconfirmo Mi Presencia a través de tantos instrumentos que utilizo en este mundo. Por medio de cada uno de ellos, Mi Maternidad se expresa y Mi Corazón se manifiesta en la Tierra.
Pero hoy, los congregué aquí no solo para perdonarlos y para curarlos como individuos o como humanidad; los congregué en este lugar para reconsagrar sus vidas y, a través de ustedes, al mundo entero.
Como este planeta, que coloqué en Mi Altar, hoy está envuelto por Mi Manto Celeste, así también, hijos Míos, toda la consciencia planetaria hoy está amparada por Mi Inmaculado Corazón, y eso es posible porque ustedes oran Conmigo todos los días.
Hoy, vengo a instituir en sus vidas Mi Reinado de Paz, para que proclamen esta Paz y la lleven a los cuatro puntos del mundo. Yo los enviaré, hijos Míos, así vestidos con Mi Manto, a muchas naciones para que anuncien Mi Presencia no solo en las Américas, sino en todos los corazones que se abran para responder a Mi llamado.
A través de ustedes y de todos los que responden a Mi Voz Celestial, demostraré a la humanidad que Mi Presencia es verdadera en todos los Centros Marianos, como en la esencia de cada ser.
Yo estoy, hijos Míos, dentro de cada uno de ustedes, dentro de todos los que escuchan Mi Voz, aquí como en cada Centro Mariano en donde es proclamada.
Mi Corazón es único y se expande al mundo, todos los días, a través de cada ser orante que se vence a sí mismo; que vence, en cada segundo de sus vidas, todas las influencias de este mundo, de sus modernidades, de las energías capitales, para vivir un poco inmerso en Mi Reino, en la Paz que les traigo y que intentan mantener en sus vidas todos los días.
Hijos, les pido que frecuenten los Centros Marianos, para que fortalezcan sus corazones, para que descubran por sí mismos que estas son islas de salvación y de paz para todos los Reinos, todos los Reinos de la Naturaleza, que son Mis hijos. Y que, a partir del alimento de la fe que cada Centro Mariano le trae a sus vidas, puedan irradiar esa fe a todos Mis hijos que están en los abismos de este mundo, en los abismos de la ignorancia, de las ilusiones, de los placeres mundanos; porque no conocen, hijos Míos, la grandeza de Mi Reino, no conocen Mi Paz y viven en el caos, en la desilusión y en la desesperanza, cada segundo de sus vidas.
Deseo que, a través de cada Hijo de María, se irradie Mi Amor a Mis hijos más perdidos.
Quiero llegar, hijos Míos, a través de ustedes, a todas las naciones de este mundo, no solo de las Américas; porque si bien Mi Reino se establecerá en América, para que aquí pueda surgir una Nueva Humanidad, quiero que todos Mis hijos de este mundo lo sepan y vivan en esa Nueva Humanidad, o que por lo menos la preparen con sus oraciones y con sus corazones.
Eso no significa que abandonaré a los demás continentes de este mundo. Por eso, quiero consagrar a la Tierra, para que muchos que tienen deudas impagables puedan alcanzar el perdón y la redención mientras aún hay tiempo.
Quiero salvar a Mis hijos de las demás naciones de este mundo; quiero llevar Mi Perdón y Mi Paz a aquellos que nunca la conocieron, porque desde su infancia nacieron en las guerras, en la persecución y en el dolor, en el desamparo que el enemigo causa cada día en sus pequeñas vidas.
Quiero demostrarles a Mis hijos, a los más pequeñitos, que Mi Amor se expande al mundo y que puede llegar a sus pequeños corazones.
Quiero amparar a aquellos que viven en las guerras y que no conocen el amor, aquellos que solo conocen las bombas, el terror de las armas, del desamor, para que sepan, hijos Míos, que una Madre Celestial los aguarda, que necesita que establezcan la paz aun en medio del caos. Porque este caos, hijos, se podrá expandir por el mundo para probar a los corazones, para que se confirmen ante Dios; que confirmen que, a pesar de todas las influencias del enemigo, aceptan Mi Amor, aceptan vivir los Planes de Dios, así como Mi Hijo confirmó en la Cruz que, a pesar de todo el martirio, de toda la negación, de toda la humillación que le causaron a Su Corazón Sacratísimo; Él aceptaba amar a Sus enemigos, aceptaba establecer el Plan de Su Padre y vivir el Perdón, independiente del terror y de las humillaciones que le causaron a Su Corazón.
Quiero enseñar a todos los Hijos de María, los que se consagraron y los que se consagrarán; que, a pesar de la negación, hijos Míos, y a pesar de todo el mal que este mundo les ofrece, venzan ese mal, venzan la negación y vivan el amor, como les enseñó Mi Hijo y como les enseña Mi Inmaculado Corazón, que en esta noche les sonríe, a pesar de todo el temor que viven tantos de Mis hijos en el mundo.
Hoy, les sonrío a cada uno de ustedes, porque Me alegro ante la esperanza que irradian al mundo. Recibo esa esperanza en Mis brazos y la llevo a Mis hijos más perdidos.
Quiero sonreírles a sus corazones, hijos Míos, para que también ustedes puedan irradiar una sonrisa a aquellos que no conocen la alegría y puedan demostrar al mundo que son capaces de vencer la tristeza, la desilusión y el desamor, porque conocen Mi Corazón, porque son participantes de Mi Reino y de Mi Paz en estos tiempos.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Extendiendo Mis brazos hacia ustedes y en consecuencia hacia el mundo, también estoy con aquellos que salieron del camino y que, por Mi Gracia eterna, retornarán.
Quisiera, hijos Míos, decirles algo importante: cuando el Libro del Cristo y de San José estén prontos, la mitad de la Obra que Yo he venido a hacer aquí con ustedes, desde hace tantos años, estará cumplida; y aún más se cumplirá cuando Norteamérica, América, África, Europa y Oceanía conozcan los libros de los Sagrados Corazones.
Ustedes, hijos Míos, serán los mediadores para eso, así como han sido los mediadores para llevar el conocimiento y la instrucción a través de los años.
Esta es una oferta que Yo les hago a la Asociación María, a la Irdin y a la Federación, que son los pilares, en este momento, de Mi Obra corredentora con Mi Amado Hijo Jesús y con todas sus almas.
Ahora, hijos Míos, preparé sus corazones para lo que Yo diré mañana. Mi última petición es que recen la oración “Acto de Consagración al Divino Corazón de la Madre Celestial” ante Mi altar; y llamaré a los jóvenes que han venido aquí, a este encuentro, para cantarme en el día de mañana.
Quisiera que vinieran aquí a orar Conmigo esa oración también por todos los jóvenes del mundo.
Les agradezco, por responder a Mi llamado.
Elevándome al Cielo, los escucho llevando las súplicas al Padre Celestial por todos los que deberán ser Mis hijos consagrados, en un futuro próximo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a orar dos veces más, a pedido de Nuestra Señora, cerrando y sellando esa unión con la Santísima Trinidad:
En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Podemos ponernos de pie para orar, los jóvenes pueden aproximarse alrededor del altar, como lo pidió Nuestra Señora.
Vamos a ofrecer esta oración como María lo pidió, no solo renovando en este día nuestros votos de Hijos de María ante el Inmaculado Corazón de María, sino también por todos los jóvenes que siguen el Camino de Cristo y por los que lo deben seguir y que deben despertar como Sus apóstoles.
Acto de consagración al Divino Corazón de la Madre Celestial
Querida Madre Celestial,
hoy me consagro a Tu Divino Corazón
y te entrego mi pequeño corazón
y mi paciente alma,
para que, en Tu Glorioso Reino de la Paz,
yo pueda encontrar fortalezas para caminar en la vida,
amor para mi consciencia,
entrega para mi donación,
perdón para el pasado,
redención para lo que aún debo trascender
y misericordia para este mundo.
Estoy unido a Ti,
Misericordiosa Madre,
en esta misión de Paz para con mis almas hermanas.
Estoy cerca de Tu Corazón,
Divina Concepción de la Trinidad.
Que Tu Voluntad invada mi alma,
para que reconozca el Llamado Divino.
Convierte mi corazón
en Tu Llama Sagrada de Paz,
para que en esta consagración
eleve al Cielo mis plegarias.
En humildad y reverencia
te pido que me escuches,
Madre de la Paz,
para que Tú,
que nos haces volver a nacer como el mañana,
Tú, que eres el Ave Mensajera,
Tú, que invades nuestros corazones con Tu Inmaculado Amor;
nos enseñes a vivir en la pureza, en la compasión
y en el amor absoluto,
que Tu Hijo, el Redentor,
nos irradia por entero.
Bendita Tú eres, Ave del Sol;
siembra en cada alma
la semilla del perdón,
para que envueltos por Tu manto de maternidad,
Tus sublimes ojos de Paz y de Amor,
iluminen el camino de renuncia
que debemos recorrer.
En Tu ejemplo
amoroso y prodigioso,
vemos surgir la humildad.
En Tu Gracia y en Tu Misericordia,
vemos la manifestación del Amor de Dios.
Guarda en Tu Corazón,
Sagrada Madre del Amor,
todas nuestras fallas,
para que en el Retorno de Tu Hijo,
podamos ver nacer al nuevo mundo.
Que el Espíritu Santo
que proviene de Ti,
Madre de la Paz,
sea el escudo que nos proteja,
como la oración que nos ampare.
Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Podemos retornar a nuestros lugares.
Canción: Himno de los Hijos de María.
Madre María Shimani de Montserrat:
¡Gracias, Madre, por cuánto nos das!
¡Alabado sea Cristo!
Queridos hijos de toda la humanidad,
Por la Gracia del Espíritu Santo hoy celebramos el aniversario de los mensajes diarios de la Rosa de la Paz. Durante un año Yo les enseñé a buscar la pureza original, la verdadera esencia de unión con el Creador.
En este día bendito reúno a todos Mis queridos hijos en este Centro Mariano, el que ha dado muestras de esfuerzo y de empeño por vivir día a día una vida de oración y de servicio, y sobre todo por sustentar esta crucial transición de la Tierra por medio de cantos y de oraciones.
Queridos hijos, es así que Vuestra Madre Celeste agradece a las almas que se donaron espontáneamente para mantener vivo cada Centro Mariano, aunque a veces en algún lugar hayan sido solo dos. Si dos o más estuvieron reunidos en el nombre sagrado de Mi Hijo, eso fue suficiente para el Universo porque Él pudo obrar a través de esos corazones.
Espero que este año los grupos de oración comiencen a realizar peregrinaciones a los Centros Marianos del Espíritu Santo, del Niño Rey, de Aurora y de Figueira fundados por la Madre del Mundo.
Espero que cada grupo se organice para visitar los Centros Marianos al menos una vez al mes y formar parte del canal de oración abierto por Vuestra Madre Celestial en cada uno de ellos. La vida de los Centros Marianos y la asistencia espiritual del Reino de los Cielos, en cada uno de ellos, son tarea y compromiso de todos los hijos de María, los que deben estar presentes mensualmente en las casas de oración de la Madre Celestial.
La única forma por la que se podrá superar la actual crisis planetaria, es que los hijos de María estén más protegidos cuando peregrinen hasta los Centros Marianos y formen parte del aura protectora de los mismos.
Cada Centro Mariano tiene algo para derramar sobre los hijos de Dios. Cada Centro Mariano facilita una ayuda espiritual para las almas en esta era del Armagedón.
En este día de aniversario de mensajes diarios quisiera decirles, hijos Míos, que por todos los ejercicios espirituales de oración realizados durante este último año en cada uno de los Centros Marianos, Vuestra Santísima Madre a partir del 2 de marzo de este año hasta el 2 de marzo de 2017 entregará la tercera dádiva de los mensajes diarios, siendo este el segundo ciclo de los mensajes diarios como María, Rosa de la Paz.
Para que ese impulso divino sea posible y para que Mis hijos Me contemplen todos los días al mediodía, que es cuando Yo desciendo del Cielo, aspiro y espero que sea pintada la imagen de María, Rosa de la Paz, para que ella sea venerada a partir de este año en devoción y oración por todos Mis hijos. Así, la pureza original de Dios en María podrá estar presente, por medio de la imagen, en los hogares de todos Sus hijos del mundo.
Queridos hijos, hoy estemos en alegría, sonriéndole a Dios para que Él derrame Su Infinita Misericordia.
¡Les agradezco por haber respondido a Mi llamado durante un año!
Los bendice en este día,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos Míos:
A través de la misión humanitaria en Turquía un nuevo reino se está construyendo en el corazón de las personas que amorosamente fueron abrigadas por Mis misioneros de la paz.
Eso significa el triunfo, en este momento, de la vida espiritual y del amor en la existencia de millones de personas. Así, hijos Míos, comprenderán que viviendo plenamente el servicio abnegado siempre se mantendrán abiertas las puertas de los Cielos para los corazones que necesitan de redención.
Ahora, queridos hijos misioneros, que ya aprendieron a percibir la condición humana, que sus brazos estén aún más abiertos para abrigar espiritualmente en el Corazón de los Mensajeros Divinos a cuantos esperan sentirse amados de verdad.
La misión humanitaria en Medio Oriente alcanzó una repercusión espiritual inigualable, porque en toda esta tarea de servicio y de amor crístico, siempre tuvieron que trabajar para superarse a sí mismos por cada consciencia de Medio Oriente, por los que viven en su propia carne la opresión de una guerra armada.
Queridos hijos, Vuestra Madre Celeste los acompaña en esta última etapa espiritual, en la que más códigos de redención, de misericordia y de perdón serán sembrados en más corazones.
Hijos Míos, toda esta tarea no solo ha tenido repercusión en ustedes a través de la misión, sino también en sus hermanos de las comunidades, especialmente del Centro Mariano de Aurora que ha sido el depositario de ciertas corrientes que debían ser liberadas. Esto es una realidad difícil y dura, que muy pocos están dispuestos a vivir sin horario ni limitación de tiempo por la salvación espiritual de la humanidad.
La obra de la Jerarquía Celestial es más amplia de lo que parece y no se restringe a un área del planeta en donde se sirve, sino también a planos de consciencia que durante las misiones humanitarias son apoyados por los Centros Marianos fundados por la Madre del Cielo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los une a la Fuente del Amor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
¿Por qué temen, si están esperando la llegada del Reino de los Cielos?
¿Qué más esperan, sino a Mi Luz brillando en sus corazones?
¿Por qué razón vendrían a Mi encuentro, sino es para formar parte de este ejército de paz que Yo estoy construyendo en el mundo, ejército que tendrá su verdadera misión más allá de esta Tierra, entre los universos?
Lo que vivirán en este planeta, hijos Míos, es un aprendizaje único que los preparará y los formará para servir mejor a Dios cuando ya no estén en este mundo.
La verdadera repercusión de la vida sobre la Tierra se debe reflejar en el universo. La redención de sus almas y de sus espíritus debe ser anunciada al cosmos como un triunfo del Plan de Dios en el corazón humano.
Es la certeza de la perfección de Su Creación que tendrá como ejemplo a cada una de sus vidas.
Este mundo agoniza, y hasta los más ciegos e ignorantes pueden percibirlo. No hay criatura sobre esta Tierra que no sienta, en lo profundo de su interior, que un tiempo agudo de tribulación se aproxima. Porque el caos ya no batalla solo contra la Luz, también batalla contra el mal. Y la oscuridad, que reina en el interior de muchos seres, lucha entre sí por la conquista de las almas.
Es por eso, hijos Míos, que incluso aquellos que ignoran la Luz no dejan de percibir la opresión de las tinieblas. Les digo estas cosas, porque deben ser conscientes de lo que acontece en este planeta donde viven; porque al menos algunos seres humanos deben vencer la indiferencia conscientemente para establecer la paz en el propio interior y, a partir de sí mismos, reflejar esa paz sobre el mundo.
Si no escuchan ahora Mis Palabras y si no buscan practicarlas en su día a día, poco adelantará que estén delante de Mí durante todas Mis Apariciones; porque si no Me escuchan y si no viven lo que les digo, no podré construir la fortaleza en su interior para que transiten por los tiempos de transición con seguridad, con certeza, con valentía, no solo por ustedes mismos, sino también por los que buscarán auxilio en aquellos que creen que tienen cierta fortaleza en su interior.
Muchos observarán su vida espiritual, muchos observarán los pasos que están dando en estos tiempos y, aunque teman seguir sus ejemplos, en el momento en el que este mundo tiemble y que el piso bajo sus pies ya no estuviera estable, recordarán aquel ejemplo, aquel ser orante, y buscarán en ustedes el auxilio y la paz que no encontrarán en otro lugar.
Hijos, las superficialidades en sus vidas aún son mayores que la vida del espíritu. Cuando están ante un día de Aparición, sus consciencias aún están envueltas mucho más con las cosas materiales que en Mi Presencia. Pocos son los que despiertan y recuerdan que Yo estaré aquí. La mayoría piensa en el evento, en lo que cantará, cómo lo organizará.
Deben recordar, todos los días, que forman parte de una Misión Mariana. Deben sentir cada Aparición como si fuera a última, porque un día ya no estaré aquí entre ustedes. Querrán escuchar Mis Palabras y ellas resonarán solo en su interior.
Por eso, únanse a Mí, únanse a Mi Propósito de Paz. Consoliden una unión verdadera con Mi Inmaculado Espíritu. ¡Den valor, hijos Míos, den valor a lo que viven hoy! Busquen meditar y reflexionar todos los días en la inconmensurable Gracia que reciben de sentir la Paz de Dios en sus corazones, mientras muchos padecen en las guerras, persecuciones; mientras muchos no pueden proclamar su fe y ya no conocen la paz.
Muchas veces les pedí que no se acostumbraran a estar delante de Mí, sino que, en humildad, reconocieran que nada saben sobre este misterio de Mi Presencia y que, aunque hayan estado delante de Mí tantas veces, desconocen el verdadero origen de Mi Consciencia. Desconocen la grandeza de este momento, porque ni sus mentes ni sus corazones son capaces de comprenderme.
Yo también reconozco la limitación de los seres humanos. Es por eso que siempre retorno al mundo. Reconozco el esfuerzo de cada uno, pero también sé de su potencial. Por eso, no permito que se acomoden en lo que ya alcanzaron, porque es muy poco ante todo lo que recibieron. Ustedes son las almas más agraciadas de este planeta en este momento. ¿Cuánto les pido frente a todo lo que reciben?
¿Será mucho, hijos Míos, pedirles que sean más obedientes y humildes, más caritativos y fraternos, más verdaderos, transparentes, simples de corazón?
¿Será mucho pedirles que, cuando se sienten para orar, no oren solo con la palabra, oren con el corazón?
¿Será mucho, hijos Míos, pedirles que no dejen morir este Centro Mariano por el cansancio y por la inercia de sus corazones?
¿Será mucho si les pido que no dejen apagar las liturgias que aquí acontecen, sino que se esfuercen día a día para mantener viva la presencia de los Mensajeros Divinos en cada una de las oraciones que aquí realizan?
Este Centro Mariano, así como todos los Centros Marianos que fundé en nombre de Dios, deben ser usinas de liberación para el planeta, una puerta de transformación para las almas que encuentran aquí la plena unión con Dios.
¿Quién entregará su vida para que este canal permanezca abierto y para que Mi Corazón no contemple el mundo y encuentre las puertas cerradas para derramar Mis Gracias?
¿Quién sentirá a Nuestro Señor, hijos Míos, cuando tenga en Su Corazón y en Sus Manos un manantial de Misericordia para derramar sobre las almas de este planeta y los encuentre durmiendo?
¿Él sentirá que están haciendo valer cada gota derramada de Su Sangre?
Quiero que estén prontos para recibir con amor a todas las almas que lleguen aquí, así como a todos los Centros Marianos, porque si no fuera así, hijos Míos, ¿cómo podré enviar a Mis hijos que necesitan redención, a que lleguen a este lugar?
Hoy les hablo de esta forma porque necesito que despierten. Les hablo a ustedes como a todos Mis hijos de este mundo. Necesito soldados preparados, dispuestos a entregar la propia vida, a no tener descanso, a no dormir, a pasar hambre para entregar a otro aquel alimento que reciben.
¿Quién estará dispuesto a construir la plena unión con Cristo y a beber de la Fuente de Su Divina Misericordia cuando sea necesario padecer alguna carencia para entregar todo lo que tiene al prójimo? Pues eso les pediré. Les pediré, hijos Míos, que oren sin cesar, porque el mundo lo necesita.
Ustedes solo ven lo que sucede en la Tierra cuando leen algunas noticias tan imperfectas, en los medios de comunicación de este mundo. Pero mi Inmaculado Corazón contempla todos los abismos de la Tierra y conoce a aquella alma más olvidada, aquella alma que ninguna cámara fotográfica puede encontrar, pero que padece tanto terror y tanto abandono como aquellas que están en las guerras.
Es por eso que les digo que ya no se duerman espiritualmente, que ya no sean indiferentes ante la situación planetaria, porque si creen que es grave lo que conocen, imaginen cuánto hay que desconocen en este mundo.
El planeta está agonizando mucho más de lo que imaginan. Solo el poder de la oración, hijos Míos, del sacrificio, de la entrega, del amor, son capaces de equilibrar lo que sucede en la Tierra. Y es en los pequeños esfuerzos de su día a día que podrán encontrar ese camino de equilibrio y de paz.
No piensen que es poco lo que pueden hacer, porque la humanidad no está haciendo nada ante el gran caos del mundo.
Los que se consideran más conscientes deben vivir mayores sacrificios, mayores grados de amor, deben corresponder a lo que reciben mientras oran, deben orar de corazón, deben orar Conmigo como Yo les pedí, como Yo les enseñé. ¿O acaso no creen que Mi atención jamás sale de este planeta, que Mis ojos están fijos sobre el mundo y que Mi Corazón recibe un aliento cuando oran verdaderamente?, porque así es, hijos Míos.
Mi mayor alegría es encontrar un corazón orante, simple, puro, que, a pesar de ser tan pequeño, genera grandes méritos para la salvación de la Tierra.
Mi mayor alegría es encontrar un corazón que se dispone a consagrarse a Mí y que, aun sin saber porqué, responde a Mis pedidos y lo hace sinceramente.
Mi mayor alegría es cuando, a pesar del cansancio, colocan las rodillas en el piso y claman al Padre por Su Divina Misericordia.
Mi mayor alegría es cuando antes de dormir se acuerdan de Mí, recuerdan a Dios y piden al Padre un poco de paz para este mundo,
Mi mayor alegría es cuando un hijo Mío percibe la necesidad del prójimo y deja de pensar en sí mismo para ayudar a aquel que más lo necesita.
Mi mayor alegría es cuando un hijo Mío puede detener un pensamiento que busca juzgar a otro, porque recordó que Yo les pedí que comprendieran al prójimo.
Mi mayor alegría, hijos Míos, es cuando intentan todos los días vivir alguna cosa que les pedí, alguna Bienaventuranza de Mi Hijo, así como Él una vez les dijo.
No es mucho lo que espero. Espero solo lo mínimo que pueden ofrecer en nombre de Dios, venciendo la propia indiferencia para generar méritos para la salvación de esta humanidad.
En esta noche, hijos Míos, delante de todo lo que sucede en el mundo, de tantos hijos que no tienen en donde dormir, tantos que mueren de hambre, tantos que padecen de miedo, tantos que en este momento están emigrando de sus casas, de sus naciones; Mi Corazón recibe un aliento, un simple aliento que, por ser verdadero, podrá transformar muchas cosas tanto en la humanidad como en la consciencia planetaria.
Si estos cinco hijos Míos que hoy se consagran multiplicaran sus oraciones, la consagración de sus almas podrá valer por muchas, podrá generar méritos para la redención y para la salvación de seres que desconocen. Por eso, vengan a Mi encuentro con sinceridad en sus corazones. Vengan como niños buscando vivir la pureza. Vengan al encuentro de Dios.
Pero esa no es la única alegría de Mi Corazón; también Me alegro, hijos Míos, cuando Mis hijos Me proponen que consagre una imagen para expandir así Mi Paz por otras naciones.
Sé que fue con el silencio de sus corazones que colocaron esta imagen aquí, en Mi altar. No necesitan decir nada para que Yo reconozca su voluntad y haga de ella la Voluntad de Dios, porque cuando son sinceros y cuando tienen como propósito el establecimiento de la paz, Dios siempre vive en sus intenciones. Por eso consagraré esta imagen.
Consagraré esta imagen para Mis hijos de Ecuador, para que así, Mi Inmaculado Corazón triunfe una vez más en esta nación. Que se multipliquen los fieles y los simples de corazón que orarán ante Mí, que buscarán Mi auxilio no solo para sí mismos, sino para toda la humanidad.
Deposito aquí, hijos Míos, Mi Paz, Mi Corazón Inmaculado, para que lo lleven a todos los hogares que se dispongan a recibirme. Que Mis Gracias y Bendiciones sean derramadas sobre los puros de intención que estén delante de esta imagen. Que la redención y la salvación sean realidades para los espíritus que estén ante esta imagen puros de intención. Que la Paz y el Triunfo de Dios sean una realidad para aquellos corazones que estén delante de esta imagen puros de intención.
Así como consagré esta imagen, consagro todas las imágenes que colocaron en Mi altar. Deposito, en cada una de ellas, aquellas Gracias que necesitarán recibir para que puedan caminar con más fe, para que multipliquen la paz y la esperanza en sus corazones.
Que sean multiplicadoras de Mi Amor y de Mi Paz en esta nación que Yo ya consagré hace mucho tiempo, pero que renovaré Mi compromiso con ella a través de la consagración de sus vidas.
Ahora, hijos Míos, les pediré que canten con alegría y que no se olviden de Mis Palabras.
Yo los consagro, los bendigo y, sobre todo, les agradezco por haber respondido a Mi llamado; por estar, a pesar de la indiferencia humana, delante de Mí como representantes de la humanidad que, con mucha dificultad, aspiran a vencerse a sí mismos.
Yo los ayudaré siempre y cuando sean verdaderos. Busquen Mi auxilio. Yo soy su Santa Madre y estoy aquí para ayudarlos. Por eso, vengo al mundo todos los días, pero después de pedir Mi ayuda, escuchen Mis Palabras y vivan cada una de ellas.
Yo los amo y los bendigo por el Poder de Dios Padre, por el Poder del Hijo, por el Poder del Espíritu Santo, que vive y reina en Mi Inmaculado Corazón. Que este Santo Espíritu de Dios pueda vivir en el interior de todas las criaturas que dicen sí a la gran transformación.
Les agradezco
Queridos hijos:
¡Alabado sea Jesús en sus corazones!
Con motivo del advenimiento de la Sagrada Semana de fin de marzo, quisiera hoy anunciarles que el próximo Encuentro Anual de los hijos de María tendrá sede nuevamente en el Centro Mariano de Figueira, el 12 de marzo de 2016, momento en que todos Mis hijos consagrados desde el año 2013 tendrán la Gracia de participar de alguna forma. Uniremos este encuentro a la Vigilia de Oración por la Paz en las naciones.
Queridos hijos, amorosamente el 12 de marzo quisiera ver en el Centro Mariano de Figueira a todos Mis hijos consagrados como hijos de María, será un momento de renovación de votos, y así todos recibirán Mi señal de paz para estos tiempos.
A aquellos hijos que estarán en otros países y que no podrán estar presentes el 12 de marzo en el Centro Mariano de Figueira, en Brasil en esa jornada anual de los hijos de María, desde ahora y con tiempo, los invito a enviar al medio de comunicación de Misericordia María TV, el saludo de paz y de renovación de votos para con la Madre Santísima.
Estos saludos serán presentados el día de la jornada de los hijos de María. De esa forma, todos Mis queridos hijos estarán presentes en espíritu de oración y de alegría durante ese día especial, en el cual Vuestra Madre Celeste los bendecirá.
Quisiera que se formaran dos corales para que canten para Mí el 12 de marzo en el Encuentro Anual de los hijos de María. El primer coral estará formado por todos los hijos de María, los que ofrecerán el Himno de los hijos de María en la apertura del encuentro. El segundo coral estará formado por los jóvenes de las Comunidades-Luz de los Centros Marianos: de Aurora, del Niño Rey, del Espíritu Santo y de Figueira y especialmente Vuestra Madre también está invitando a los jóvenes de los núcleos de San Carlos, de Belo Horizonte, de San Pablo, de Río de Janeiro y de Fátima, Portugal. El coral de jóvenes ofrecerá en lengua portuguesa el Himno de la Jornada Mundial de la Juventud que tendrá lugar este año en Cracovia, Polonia.
Este encuentro espera dar un impulso de paz y de misericordia.
Será de esa forma que todos se unirán como buenos cristianos para pedir por la paz y por la misericordia para estos tiempos.
¡Buena preparación para todos!
En la luz de los hijos de María, los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La Paz es un don divino en el corazón de aquellos que confiaron sus vidas al Padre Altísimo.
La Paz en la vida espiritual proviene de la renuncia a todos los reAsultados de sus obras. Por más que el corazón se esfuerce para trascender sus propios límites, en pro del cumplimiento de la Voluntad de Dios, él no se apega a los resultados ni en sí, ni en los demás ni en ninguna cosa.
En estos tiempos, para no desgastar el corazón ni el ánimo de seguir adelante, deben mantenerse en paz y cruzar los días de conflicto interno y de purificación con cierta confianza en el porvenir, y no tan involucrados con la transición que ustedes o los otros viven.
Dios les dio la oportunidad de purificarse bajo el don de Su santa Paz, al amparo de Sus Centros Marianos y en una época en la cual el caos aún está comenzando su ciclo de expansión.
Dichosos los que se valen de las dádivas entregadas por Dios, porque Él espera que, en un tiempo próximo, no estén recorriendo más los caminos básicos de la propia transformación, sino que ayuden a los que tendrán que soportar el brusco despertar que vivirán y los cambios internos y externos que sucederáncon violencia, por decirlo de algún modo, en todo el planeta.
Sean más simples, no Me cansaré de decirlo, porque cuando descubran el don de la simplicidad, no enredarán más sus propias consciencias en las cosas cotidianas de la vida y no perderán energía espiritual con conflictos que serán, de ahora en adelante, el diario vivir de la consciencia humana y que, inclusive, crecerán en intensidad.
Todo depende de aquel que pasa por la purificación y de los que están a su alrededor. Si aprenden a vivir todo con naturalidad y sin espanto, podrán ayudar para que el proceso de cada uno sea menos doloroso.
No les digo que sean indiferentes delante de las pruebas que ustedes o sus hermanos viven, sino que traten de ofrecer el bálsamo de la simplicidad y de la paz en esas situaciones, reconociendo con madurez lo que debe ser transformado y disponiéndose a la limpieza del propio lodo interior.
Sé que existirán reacciones internas y externas que ustedes no podrán controlar y solo tendrán claridad sobre ellas cuando, en un momento de mayor lucidez, reflexionen sobre lo que les sucede. No piensen que no hay solución para lo que viven, sino, poco a poco, intenten no envolverse tanto con los propios procesos.
Sean más directos e, inclusive, más fríos consigo mismos. Perciban un error e intenten transformarlo. Al reconocer que cayeron y solo lo advirtieron cuando estaban en el suelo, levántense y continúen caminando, pues más adelante podrán abrir los ojos a otros para que eviten tantas caídas.
Sirvan y sacrifíquense con paz y valentía, porque el servicio abnegado los ayudará a descubrir la verdad de la magnitud del Plan de Dios y que, en el mundo e incluso a su alrededor, existen mayores necesidades que las suyas y mayores problemas que los de su purificación.
Amen los tiempos en que viven, con la certeza de que el triunfo de Dios en sus vidas se gestará a partir de esas transformaciones que, a veces, son incómodas, pero que siempre valdrán la pena.
En la simplicidad de Mis palabras les dejo Mi paz, para que reciban de Mi Espíritu Divino todo lo que necesitan para consagrar la materia.
Todo sea en pro de la manifestación de la Voluntad de Dios.
San José Castísimo, pacificador y simplificador de los corazones humanos
Queridos compañeros de Mi Casto Corazón:
Aquellos de ustedes que buscan la plenitud de la vida en la materia jamás encontrarán la verdadera alegría, ni tampoco tendrán motivación para recorrer el camino del espíritu, porque nunca estarán satisfechos con las apariencias ni con las formas exteriores de ninguna cosa.
No les digo que deban ser indiferentes a la vida material ni negligentes con sus tareas prácticas, ni con la búsqueda de la perfección que deben expresar en todo, pero su meta no puede estar en el plano físico ni en la perfección de la materia.
¿Comprenden lo que les digo? Les digo esto, porque por más que tengan la misión de manifestar un Centro Mariano o una Comunidad-Luz, la meta más profunda de sus corazones no debe estar ahí, porque, si así fuera, no habría espíritu en esas manifestaciones. El alma de todas las Obras de Dios está en la intención de quien las manifiesta.
Así es con todas las cosas. Por más que deban manifestar la vida monástica, la vida fraterna, la vida en comunión con todo lo que fue creado, la meta de ustedes no debe estar solo en lo que esas formas de vida expresan externamente. Para que haya alma y Presencia de Dios en sus acciones, en sus obras, ustedes deben aspirar siempre a lo Alto, a la unión con lo Divino, buscando primero la manifestación espiritual de todas las cosas.
Es en la unidad con el Creador que encontrarán la verdadera alegría. En un mundo en el cual la materia está corrompida y se sigue degradando, las almas que coloquen todo su empeño solo en ella, por más que estén buscando transformarla y consagrarla, casi siempre estarán envueltas por la tristeza, por la frustración y por la desmotivación.
Fijen los ojos en lo Alto, en el Infinito, en Dios y encuentren en Él la alegría para seguir adelante, para poder sonreír, iluminando los corazones de los que sufren, aun en tiempos de constante dolor.
Será necesario que existan corazones que mantengan encendida en el alma la alegría de servir a Dios, a pesar de todo, pero esa alegría solo la encontrarán en el Padre Altísimo.
Así se regocija el espíritu en la Cruz de Cristo: los que ven la materia contemplan dolor y sufrimiento; los que se fijan en Dios y en la fortaleza espiritual de Jesús, contemplan la Victoria
Divina y la Misericordia.
Es tiempo de reaprender a buscar la alegría.
Su amado padre y amigo,
San José Castísimo
La presencia de los Mensajeros Divinos en los Centros Marianos colma el espíritu de cada uno de ellos y mantiene vivo y fluido el manantial de paz y de misericordia para el mundo.
Sin embargo, en estos tiempos ustedes deben comenzar a ser portadores de esta Presencia Divina en su propio interior.
Así como Nosotros abrimos las puertas que los conducen al Reino de los Cielos y retiramos del abismo del planeta a las almas que están clamando por liberación, ustedes también deben abrir esas puertas con la pureza del corazón.
Se aproxima el día en que los Mensajeros Divinos no estarán más tan cerca del mundo como ahora, pero eso no significa que los Centros Marianos perderán la vida y el fervor.
Comprendan, queridos, que Nuestra presencia celestial fue construyendo, a lo largo de los últimos años, una fortaleza en su interior, pues les enseñamos a todos a que sean mediadores entre el Cielo y la Tierra, por medio de oraciones y de acciones unidas a Dios.
Les pido que jamás pierdan la alegría de servir a Dios y que siempre entren en esta casa con la misma alegría con la cual llegan para recibir a los Siervos de Dios que los vienen a instruir.
Ustedes deberán ser el alma de los Centros Marianos, la vida que anima y da sentido a la existencia de estos puntos de oración.
Las almas que están perdidas deben encontrarse a sí mismas al llegar a esos puntos de luz para el mundo y, estando delante de ustedes, deben encontrar la Presencia de Dios y un ejemplo para seguir. Esto será así, porque Dios ya depositó Sus Gracias dentro de sus corazones y las fortalece siempre que ustedes oran con sinceridad.
Si a diario renuncian un poco más a sí mismos y a sus propias aspiraciones para servir a Dios y para ser un instrumento Suyo en el mundo, el Plan Sagrado del Altísimo podrá cumplirse.
Estén siempre unidos, guarden en el corazón estos momentos en los cuales estuvimos entre los hombres y, de esta forma, su fortaleza interior jamás se desmoronará.
Yo los amo y, por eso, los llamo para que sean pequeños mensajeros de Dios, aquellos que abren las puertas del Cielo y liberan al mundo de la oscuridad que en él habita.
Sean humildes y simples de corazón y estarán en el camino correcto. No aspiren a nada más que no sea cumplir con el Plan de Dios y así será.
Sean sinceros en su entrega y verdaderos en su camino. Arrepiéntanse de corazón cuando se equivoquen y no vuelvan a cometer los mismos errores.
Sigan Nuestras palabras, porque para eso fueron pronunciadas. Estudien los mensajes que les entregamos y den más importancia a las cosas de Dios que a las propias tareas y ocupaciones; así, ustedes enviarán al universo una señal de que están intentando amar el Plan de Dios, y el Señor los ayudará.
Paz para el planeta y para sus vidas.
San José Castísimo
Queridos compañeros de Mi Casto Corazón:
No cabe más repetir que son tiempos de emergencia en el mundo.
Nuestras Palabras necesitan llegar a todo el planeta. No podrá haber una sola alma que no conozca la Presencia de los Mensajeros de Dios en este lugar (1). Por eso, hoy les pido que difundan Nuestro llamado sin medo, sin tener vergüenza de proclamar la propia fe, sin temor a no ser aceptados o reconocidos por aquellos a quienes respetan y aman.
Solo coloquen en sus consciencias que todos necesitan despertar, que no habrá más tiempo para las ilusiones de la vida, porque la oración será la única salida para la situación planetaria.
No piensen en lo que sentirán los seres, no se preocupen con lo que manifestarán las mentes de las personas en el mundo; solo vislumbren la necesidad de las almas de reconciliarse con Dios, de orar y de unirse al Plan del Creador.
No importa la respuesta inmediata de las consciencias al entrar en contacto con Nuestras Palabras. Lo que verdaderamente importa es que la semilla de Luz estará plantada dentro de los seres y cuando les llegue el momento de la real necesidad, tendrán a qué recurrir: recordarán aquellos valles del Brasil (1) y también aquel refugio de paz entre los naranjales (2), recordarán las montañas que guardan al Espíritu Santo de Dios (3) y también aquellas que amparan el futuro de la humanidad con códigos del Niño Jesús (4) para que sean depositados en los pequeños de este mundo.
Anuncien a sus familias que sus vidas no son más las mismas. Anúncienlo a sus conocidos, anúncienlo a los desconocidos que necesitan paz. Anúncienlo a los ricos, anúncienlo a los pobres. Anúncienlo a los sanos y a los enfermos, a los jóvenes y a los ancianos.
Que el futuro del planeta encuentre la esencia de la paz en los corazones de los más jóvenes y que, aquellos que partan de este mundo, los más ancianos, puedan llevar el descubrimiento del amor a donde vayan después de esta vida.
Les hago este pedido porque las almas no pueden perder la oportunidad de vivenciar el amor, ya que para eso vinieron al mundo.
Que se cierren las puertas de los infiernos ante la respuesta orante de todos los corazones que despiertan a tiempo.
Que la Perfección de Dios, existente en el interior de todas las criaturas, no sea sustituida por las innumerables miserias capitales que el enemigo sembró en la consciencia humana.
Hoy, Yo los llamo a ser verdaderos apóstoles de Cristo, sin temor ni vergüenza, aunque parezcan locos, que la locura santa sea expresada en sus corazones.
Que sus acciones de amor y de fraternidad sean el testimonio de Nuestra Presencia en el mundo. Que su capacidad de perdonar y de reconciliarse con el prójimo sea la prueba para los ojos humanos de que Dios está entre los hombres, por medio de Sus Mensajeros.
Por eso, hoy y todos los días de sus vidas, vayan, sirvan, reconcíliense con el prójimo, pidan perdón, sirvan a los que los odian, amen a los que los persiguen, oren como la prioridad de sus vidas, como si la oración fuera el agua sin la cual no pueden vivir.
Difundan, anuncien al mundo el Mensaje de Dios, de paz y transformación, el llamado al despertar y a la redención, por medio de Sus Mensajeros. Algo repercutirá en la consciencia humana, siempre y cuando sean verdaderos en todo lo que hagan.
Antes de proclamar con sus bocas, vivan con los sentidos, con las intenciones y con el corazón todo lo que aspiran a que los seres conozcan. Sean portadores de la paz y de la esperanza para este mundo que se pierde en la ilusión.
No dejemos que se apague una parte del Corazón de Dios.
Yo los amo y los bendigo siempre, para que esta bendición ser torne vida en todos los espacios de la consciencia humana.
San José Castísimo
2. Se refiere al Centro Mariano de Aurora, Paysandú, Uruguay.
3. Se refiere al Centro Mariano del Espíritu Santo, Córdoba, Argentina.
4. Se refiere al Centro Mariano del Niño Rey, Teresópolis, Rio de Janeiro, Brasil.
Queridos compañeros:
Vengo a enseñarles sobre la esencia de la compasión para que, por medio del amor compasivo de sus corazones, puedan transitar por los tiempos que vendrán.
La compasión, que proviene del Corazón de Dios, es el atributo espiritual que comprende el estado evolutivo de todos los seres; comprende la situación en que se encuentran las consciencias y, de esa manera, puede ayudar al prójimo, elevándolo, en el espíritu del amor, hasta donde debe llegar como consciencia.
La compasión, como esencia divina, es lo que les permitirá colaborar con el rescate de las almas en los tiempos en que llegarán, a los Centros Marianos, almas de diferentes proveniencias en busca de auxilio y de paz. La compasión les aportará sabiduría para conducir a esas almas y auxiliarlas en aquello que verdaderamente necesitan.
Sin ojos compasivos, podrán caer en el error de dejar que las apariencias prevalezcan delante del espíritu y no podrán reconocer a un hijo de Dios con vestiduras no redimidas.
Hoy les digo que muchos de los que se comprometieron con Dios, en el principio, se perdieron en las ilusiones de la vida material y hoy están muy distantes del Propósito Divino. Pero un compromiso con Dios no se deshace solo por las distracciones del alma y, en algún momento, esos compañeros de Cristo recordarán su compromiso y, así como están, tocarán a sus puertas. Si no despiertan la compasión en sus corazones, no podrán reconocerlos ni recibirlos tal como el hijo pródigo que regresa a casa.
De la misma manera, sin la sabiduría del mirar compasivo, podrán encaminar las almas hacia lugares que no les corresponden y colocar sobre alguien una responsabilidad que no podrá soportar ni sustentar por sí solo.
Por eso les digo que, en sus oraciones, clamen al Santo Espíritu de Dios para que los ayude a despertar el don de la compasión.
Para este propósito, los encaminaré siempre que sigan Mis pasos de padre e instructor.
Yo los amo y los bendigo bajo la protección del Espíritu de Dios.
San José, siervo compasivo de Dios
Queridos hijos Míos:
En la alegría que conmueve a Mi Corazón maternal, Yo los invito a buscar en este día la fusión verdadera con el Espíritu Santo, para que bajo esta sagrada Presencia, plena de amor y de verdad, ustedes puedan caminar hacia el descubrimiento de esta Gracia que proviene de más allá del plano espiritual y que nace de la Fuente Divina.
San José conoció junto con María la expansión de estos Dones, dones de humildad, de caridad y de sabiduría que trajeron al mundo la Misericordia de Dios y el bien para todas las almas.
A las puertas de este sagrado conocimiento, queridos hijos, Yo los invito a buscar esta verdad que mora en el Corazón de Dios.
Cada vez que piden al Casto Corazón que interceda por la humanidad, están llamando simplemente a los méritos internos que San José alcanzó como hombre de esta Tierra y, de la misma forma, sus oraciones atraen los Dones infinitos del Santo Espíritu de José, como fue el Don de la consagración que Él vivió por amor al proyecto de la humanidad.
Queridos hijos, abran las puertas de sus corazones para encontrar esta realidad divina y abracen este camino hacia el descubrimiento de la verdadera esencia de todas las cosas.
San José quiere ayudarlos a ser simples, humildes y buenos. No habrá ningún otro camino interno o ninguna otra filosofía divina que puedan recorrer, que no sea el camino santo que San José vivió por todos.
Cristo es único y no existirá otro Mesías como Él que haya vivido y predicado entre ustedes. Cristo es Gloria y Divinidad; y Él ahora solo retornará al corazón de aquel que, siendo pecador, pida Su Divina Misericordia para ser perdonado.
Hijos, imiten el camino de los Sagrados Corazones, pero no quieran ser algo que en verdad no son; sean humildes, sirvan y abracen con amor la cruz que Mi Hijo les entregó. Síganlo, recen con fervor por esta humanidad decadente y sustituyan en sus mentes todas las ideas de una vida espiritualizada por su verdadero yo.
Su Madre Celeste; San José, Obrero de los pobres; y Cristo, su Señor, que está sentado a la derecha de Abba; desean inspirarlos a vivir una vida de santidad. Si al menos alguien fuese santo y silencioso, el mundo cambiaría y el rumbo de la humanidad estaría a salvo.
Crean, sientan y vean que Cristo, el Rey Glorificado, Santa María de Aurora y San José Obrero los visitan en esta casa como en otros lugares del mundo, que hoy son Centros y Santuarios Marianos de Gracia y de Misericordia.
Reconozcan la Obra de los Mensajeros Celestes, a la que son llamados a participar en humildad y sin realizaciones. El único milagro para sus seres es la oferta amorosa del Cielo al camino del perdón, de la redención y de la conversión.
¡Les agradezco por haber respondido al llamado de los Mensajeros Divinos!
Los une a la única verdad celestial,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En este día santo, vengo desde el Cielo para establecer e instituir la devoción al Santo y Casto Corazón de San José.
Por el fin mayor de que todos agraden a Mi triste Corazón, al ver la falta de humildad en el mundo, hoy he venido para pedirles que a partir del próximo 19 de agosto y todos los 19 de cada mes, realicen una procesión que antecederá a la Aparición de San José, Mi esposo espiritual, en el Encuentro con el Castísimo Corazón.
Por eso, hijos, vengo a pedirles humildemente, con espíritu de bondad, que Mis hijos consagrados como Hijos de María, presentes aquí en Aurora, ofrezcan un estandarte en acto de reparación a Mi Inmaculado Corazón y al Casto Corazón de San José, para que los ultrajes y las indiferencias de muchos corazones sean transfigurados por la intercesión de San José.
Este estandarte tendrá la santa imagen de San José con el Niño Jesús en Sus brazo. Ustedes ofrecerán también, de corazón, esta sagrada procesión por los niños no nacidos del mundo, que viven en el mar de la desesperación y del castigo por haber sido retirados de los vientres de sus madres.
A través de esta procesión santa, que comenzará el próximo 19 de agosto de 2015, en el Centro Mariano de Aurora, los corazones serán llamados a rogar a San José, el Obrero de Dios, para que interceda y les enseñe a buscar y a encontrar la pura humildad del corazón.
Esta sagrada procesión será en honor a los Mensajeros Divinos y, principalmente, para que la humanidad recupere la humildad que perdió por completo. Todos los días 19 que vendrán serán momentos para que los corazones se unan de verdad a Mi esposo celestial San José.
Queridos hijos, deseo que con sinceridad, cumplan este pedido para que antes del tiempo de la purificación, San José recoja del limbo de la Tierra a todas las pequeñas almas que sufrieron el resultado de una manipulación humana en contra de la vida y de la Creación.
Será a través de esa procesión, dedicada a San José en cada Centro Mariano, que la Divinidad podrá ver el ofrecimiento de ustedes como un acto de perdón y de piedad por parte del mundo entero y así, Él derramará Su última Misericordia sobre las pequeñas almas que se pierden en los infiernos de este mundo.
Cuando estas procesiones se realicen, Mi Corazón Inmaculado recibirá a las almas, de los brazos de San José, para que su Madre Celeste los lleve al Lago eterno de la Misericordia de Dios, en donde reencontrarán un camino espiritual de perdón.
Hijos, solo piensen cuántos niños no nacen en cada segundo, así comprenderán que Mi pedido es urgente.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
A través del Corazón Humilde de San José, los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijos Míos:
Hoy extiendo un pedido de asistencia y de socorro inmediato a todos los orantes y servidores del mundo entero, para Mi Centro Mariano de Aurora en Paysandú, Uruguay.
A las puertas de una gran transformación planetaria, el Centro Mariano padeció uno de los más de mil efectos climáticos del fin de los tiempos, efectos que se generarán a partir del gran desequilibrio mental y emocional de la actual humanidad.
Por primera vez el Centro Mariano de Aurora enfrentó el efecto de la unión de los tiempos, eso significa un choque de luz entre el viejo tiempo actual y el Real Tiempo eterno del universo. Este inesperado acontecimiento, para las leyes de la Tierra, movilizó un principio que a partir de estos tiempos venideros será vivido por toda la humanidad.
Hijos, quisiera anunciarles que, a las puertas de uno de los más importantes encuentros de oración de los últimos cincuenta años en la vida espiritual de la humanidad, Mi consciencia de Madre se encuentra orando, protegiendo y resguardando a todos los hermanos presentes en el Centro Mariano de Aurora.
Hoy estoy llamando extraordinariamente a todos, para que participen de un estudio de la Asociación Casa Redención sobre los próximos pasos que serán dados ante el evento ocurrido en la región de Aurora.
Esta situación es una llamada de atención para todos los participantes de la Obra de los Mensajeros Divinos, para recordarles la importancia de manifestar el auditorio de la Misericordia, el que estará destinado, en los Planes de Dios, a llevar adelante encuentros para la cura espiritual de la humanidad.
Es por esta causa que el Centro Mariano de Aurora, a partir de las próximas horas, comenzará a reordenar la tarea que estaba prevista para los días de agosto.
Por eso, pido en nombre de Mi Hijo, que las puertas del Centro Mariano sean abiertas para recibir la ayuda humanitaria necesaria, la que permitirá reformar el programa previsto en la organización del próximo encuentro orante de agosto.
Hijos, he venido desde el Cielo para pedir la colaboración extraordinaria de todos Mis hijos con el fin de que este importante encuentro, que el Cielo espera llevar adelante sobre el suelo de Aurora, pueda suceder.
Por eso, la ayuda humanitaria de los servidores y las donaciones espontáneas de todos para este encuentro, permitirán que el mismo se lleve adelante así como estaba previsto.
El Centro Mariano, hijos Míos, tiene un corazón grande para recibirlos, pero hasta los días de hoy no cuenta con los espacios imprescindibles para realizar armoniosamente la tarea de los Mensajeros Divinos.
Ante los tiempos planetarios que se desarrollarán en la humanidad, ciertos espacios sagrados en los Centros Marianos deberán estar preservados y resguardados para que no sean el objetivo de un plan contrario de Mi adversario.
Queridos hijos, hoy el Padre los llama a todos a la neutralidad interior, pero también a la consciencia, así como ustedes lo han demostrado con los Mensajeros Divinos en estos últimos meses.
Deseo anunciarles que hoy, 31 de julio de 2015, a las 20 horas de Uruguay, será transmitida una actualización extraordinaria sobre la realidad actual del Centro Mariano de Aurora y sobre los próximos pasos a los que todos son invitados a participar.
Para que la próxima Maratón de la Divina Misericordia sea posible, el Hogar de la Adoración y sus alrededores se reordenarán, como así también otros espacios de Casa Redención, para poder recibir el número de peregrinos que estará llegando a Aurora.
Por eso, ante una realidad que llevaría días para poder resolverse, el Centro Mariano deberá recibir la colaboración de todos para poder llevar la tarea adelante. Desde el Corazón de Mi Hijo, agradeceré la pronta respuesta de todos Mis hijos del mundo para esta situación de emergencia.
El Cielo prevé, desde los primeros días de agosto, llevar adelante una tarea redentora y reconciliadora para todos los presentes. Para eso ciertos espacios, que deberán ser reconfigurados por sus propias manos, necesitarán de la ayuda, de la donación y del servicio de todos Mis hijos.
En este año de aniversario y de celebración, Aurora no podrá quedarse sin bendiciones y Gracias para todos.
Estén preparados para la prontitud y para el comando del corazón, unidos a su Madre Celeste del universo, en la Paz necesaria y urgente para el fin de los tiempos.
¡Les agradezco por responder a este llamado extraordinario!
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más