APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN LA SALETTE, FRANCIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oh, Mis amados hijos, una vez más he llegado a La Salette, en lo alto de estas sagradas montañas, para revelarle al mundo el Gobierno Espiritual de Dios, hoy representado a través del Cetro que traigo en Mi mano, este Gobierno que Él le está concediendo a la Madre del Mundo para que todos los hijos de Dios, es decir todas Sus criaturas, puedan encontrar finalmente el camino hacia la redención.

Lo que hace mucho tiempo pasó aquí, en La Salette, fue muy importante. Su Madre Celeste vino llorando a revelarles a los pequeños videntes las importantes profecías que, como advertencias, venían a corregir a la humanidad.

Desde aquel tiempo hasta el presente, en este mismo momento en el que la Madre de Dios, la Virgen de La Salette, vuelve a aparecer después de tanto tiempo sobre estas montañas, ¿qué fue lo que realmente sucedió?, ¿la Palabra de la Madre del Mundo fue escuchada o solo fue reconocida?

Este es el tiempo de aprender a percibir y a reconocer lo que la Divinidad les ha entregado a través de los tiempos. Por eso, les traigo el Gobierno Espiritual de Dios a través de Su Cetro, Su Gobierno concedido a la Madre del Mundo para que, en este momento definitivo, la consciencia de la humanidad pueda vivir el cambio que necesita.

Por esa razón, Yo he venido aquí, no solo para volver a decirle al mundo que, sobre estas sagradas montañas, hace mucho tiempo, la Virgen de La Salette, apareciendo a dos pequeños pastores, trajo un Mensaje revelador y apocalíptico que vendría a cumplirse hasta el presente.

Con esto, quiero decirles, Mis hijos, que todo lo que ha sucedido, desde el momento de Mi Aparición en La Salette, se ha cumplido tal cual lo he dicho y, aunque la Iglesia no le ha dado la seriedad necesaria, desde aquel tiempo Mis ojos lloran por todo lo que ha sucedido.

Cuando ahora, entro en el silencio de Mi Corazón es para que, a través de Mi Presencia, ustedes puedan reflexionar sobre cada Mensaje de la Jerarquía, porque aún resta un poco de tiempo para evitar acontecimientos muy duros para la humanidad.

En este lugar de La Salette, aparentemente olvidado en lo alto de los Alpes Franceses, en donde ustedes hoy se encuentran, la Madre de la Divina Profecía vino aquí para que, a través de dos pastores, fuera transmitido el Mensaje del Apocalipsis del fin de los tiempos con la finalidad de que, siendo más conscientes y atentos a Mis Palabras, desde aquel tiempo hasta ahora, muchas almas no fueran sumergidas por el anticristo, sino que fueran la preparación a través de su entrega y consagración para el gran momento del Retorno de Mi Hijo que está cerca.

En aquel tiempo de La Salette, cuando Yo Me aparecí a los dos pastores, a pesar de que Mis Mensajes eran fuertes y contundentes, que invito a repasar y estudiar, no tenían ningún otro motivo ni finalidad que despertar a la consciencia humana, en aquel tiempo una consciencia robusta y cristalizada.

Este Rayo de la gobernancia espiritual, que hoy les traigo, es el mismo que utilicé hace tanto tiempo atrás aquí, en La Salette. Pero este Rayo de gobernancia viene con un movimiento más contundente, con un propósito más determinante para que la consciencia humana salga de la cristalización e ilusión para que no pierda el camino hacia Dios.

Yo quisiera que, algún día, así como los pequeños niños pastores de La Salette, ustedes pudieran ver, con Mis propios ojos, lo que la Dolorosa Madre de La Salette vio en aquel tiempo y todo lo que sucedería hasta los tiempos de hoy.

La profecía que llega del Cielo o del universo, a través de la Palabra de la Jerarquía Divina, no es un castigo ni tampoco es para generar miedo, es para colocar a sus consciencias en el nivel en donde deben estar en este momento, en donde Dios los necesita para que se pueda cumplir Su Plan.

Mientras estoy aquí con ustedes, en este mismo momento, Mi Corazón Maternal vuelve a contemplar y a sentir lo que sintió durante las Apariciones de La Salette. Pero ahora, la gravedad que vive el mundo es más amplia, el sufrimiento que vive la humanidad es más doloroso que en aquel tiempo de las Apariciones de La Salette. 

Ahora que ustedes, en este presente y en este mismo momento, ante la Madre de Dios, son la continuación de esa historia de las Apariciones de La Salette a través de otros videntes, vengo a traerles un Mensaje más amplio y maduro para que sus corazones puedan crecer en la definición y en el amor, en la seriedad y en la responsabilidad que en este momento cada uno de ustedes debe vivir para llevar adelante el Plan del Retorno de Mi Hijo. 

Por eso, hoy deposito estas Palabras en este lugar, así como lo hice hace un tiempo atrás con los pastores de La Salette, para que más consciencias y más corazones despierten al Mensaje de revelación de estos tiempos, para que más acontecimientos sean evitados y las almas encuentren la paz.

Ahora, sepan que en este lugar y en otros lugares en donde he aparecido como Fátima, Lourdes o Garabandal, existe un lugar sagrado debajo de sus pies y dentro de estas montañas, y sus consciencias a través de un espíritu de verdadera oración y sintonía pueden contactar esos espacios sagrados, en donde muchas Jerarquías se encuentran para servir a la humanidad.

Que el silencio y la paz, que pueden encontrar en los Centros Marianos o en los Santuarios de Oración, sean el puente para que sus consciencias superiores ingresen en esos espacios de cura y de redención a fin de que la consciencia humana sea transformada, redimida y trascendida, a fin de que reciban una vez más las Gracias de las Leyes de Dios, que permitirán gestar la Nueva Tierra y despertar a una Nueva Humanidad.

Hoy, de forma especial, no solo estoy aquí en La Salette, sino también estoy presente en omnipresencia en Fátima, Lourdes y Garabandal, como en los Centros Marianos que han sido fundados por Nuestros Sagrados Corazones. 

Porque será la Luz de los Centros Marianos y la participación de las almas en los Centros Marianos que harán emerger hacia la superficie los Tesoros de la Jerarquía; así como ustedes, que hoy están aquí presentes en la Salette, recibieron una parte de estos Tesoros Sagrados, que es algo incalculable y desconocido para sus consciencias. 

Pero, cuando hay un corazón verdaderamente conectado y unido a Dios, no solo puede recibir las Gracias que he depositado en cada lugar donde aparecí, sino también puede recibir los impulsos que vienen de los Centros Internos del planeta.

Agradezcan sinceramente por esta oportunidad de estar aquí en nombre de todos; porque en verdad les digo que muchas almas en el mundo entero, hoy, se están sirviendo de este momento en los planos internos, de la Presencia de la Madre de La Salette, de la Madre de la Divina Profecía, para que más corazones y consciencias despierten a la Verdad, una Verdad que está adormecida por las ilusiones del mundo y que hoy despierta por la presencia de los Centros de Amor.

Quiero que ahora recen por Francia, para que todo lo que ha hecho, desde la conquista de otras naciones y pueblos, pueda ser curado; y los Centros Sagrados proporcionen la cura y la redención que las consciencias necesitan, una redención no solo necesaria en la Tierra, sino también en el universo, en toda la constitución de los seres presentes en la superficie de la Tierra.

Recen juntos con la Madre de Dios:
 

Ave María (en francés, 4 veces).

 

Mi Corazón hoy les entrega la Paz, esa Paz que nos dio Cristo durante Su Resurrección y Reaparecimiento a los apóstoles en el Sagrado Cenáculo, una Paz universal y divina que despertó, en Mis hijos, apóstoles y misioneros, la Sagrada Llama del Espíritu Santo.

Que los Dones del Espíritu Santo los inspiren, todos los días, a encontrar soluciones duraderas, caminos de reconciliación y de amor, de fraternidad y de caridad para que este mundo ya no sea más egoísta, indiferente y frío a las grandes necesidades de las almas.

Que esta Paz los impulse al gran cambio de la consciencia, para que se cumpla el Plan de Dios.

Les agradezco por haber llegado hasta aquí con tanto esfuerzo y esmero. Y agradezco por aquellos que fueron más conscientes en colaborar para que este momento fuera posible, ni se imaginan cuánto les agradezco.   

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.   

Vigilias de Oración
APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Yo vengo del Cielo, a este lugar, para reabrir las puertas de los corazones, de los corazones heridos, abandonados y olvidados.

Por esa razón, Yo estoy aquí, en esta noche, sobre este Centro Mariano y con cada uno de Mis hijos. Más allá de las distancias, Yo estoy con cada uno de ustedes y agradezco este momento en el que ustedes se reúnen Conmigo, uniendo Mi Corazón con sus corazones para que las Gracias del Padre, las promesas del Hijo y los impulsos del Espíritu Santo desciendan sobre la humanidad, sobre este planeta.

Les agradezco también, Mis amados hijos, en esta noche de Gracia y de Misericordia, cada oración que le han ofrecido a Mi Corazón y les prometo que cada una de sus intenciones, cada una de sus súplicas sinceras y honestas será colocada a los Pies del Creador, para que la Madre de Dios, y Madre de todos, pueda interceder por esta humanidad, como lo ha hecho en esta jornada, a través de este encuentro de oración, en los lugares más sufridos, en los espacios más oscuros, donde miles de almas no consiguen ver la Luz de Dios, donde miles de almas ya no creen en el Amor del Padre, porque les han quitado la fe, han borrado la esperanza en muchos corazones que viven los conflictos del mundo, las persecuciones de estos tiempos y las guerras.

Pero Mi esperanza por ustedes está firme, es una esperanza indisoluble, porque su Madre siempre vendrá a su encuentro a pesar de todo lo que suceda; porque cuando vengo a su encuentro, vengo a preparar sus corazones para el Retorno de Mi Hijo, un Retorno que está muy cerca, más cerca de lo que parece o de lo que piensan. 

Por eso, por medio de sus oraciones, a través de su servicio, sigan propagando la fe y no solo fortaleciendo la fe en ustedes, sino también en sus hermanos, en aquellos que han dejado de creer en la Nueva Tierra, porque también la Nueva Tierra está muy cerca, está cerca de poder nacer en el corazón de los hombres y mujeres de la Tierra, en aquellos que siguen en simplicidad los Mandamientos de Dios y que no se olvidan de que a través de los Mandamientos podrán conocer las Leyes de Dios.

Les pido que hagan silencio, para que puedan escuchar la Palabra de Dios, una Palabra que no se desperdicia, un Mensaje que no se desvanece, un impulso que trae Mi Corazón para todas sus moradas, para todas sus esencias, con un propósito mayor de que ustedes sean conscientes y partícipes de la preparación del Retorno de Cristo, porque como Él les dijo, Él necesitará colocar sus Pies en los lugares que sean preparados para recibirlo; porque en esos lugares como este, Él volverá a traerles Su Palabra, no solo Su Palabra de Redención, sino también Su Palabra de Amor; porque cuando tan solo escuchen Su Voz y vean emerger las Palabras a través de Sus Labios, todo será transformado, todo será redimido.

No solo estoy aquí con la esperanza de que cada uno de ustedes Me acompañe en la reapertura de los Centros Marianos, sino también que Me acompañen en la tarea que Su Madre Celeste deberá realizar junto a Su Hijo en el hemisferio norte, incluyendo África.

Por eso, desde ahora, Mi Corazón llama a cada uno de ustedes a postularse para el servicio mayor. Sí, es eso lo que escuchan, postularse al servicio mayor es abrirse profundamente para caminar junto a la Jerarquía en los planes y en las metas que están propuestas para este ciclo.

Un plan que ya está pensado y está previsto, un plan preparatorio también para el Retorno de Mi Amado Hijo. Un plan que beneficiará a muchas consciencias, en especial a los más vulnerables y a los más descartados, no solo de África, sino también del mundo.

Por esa razón, Yo estoy aquí, para impulsarlos al apostolado. Mi Hijo Me lo ha pedido, Mi Hijo Me lo ha suplicado, porque en estos tiempos deben surgir los apóstoles del fin de los tiempos. Esto no es una filosofía ni tampoco es una teoría, debe ser una realidad para cada uno de ustedes: estar abiertos, disponibles e incondicionales para que, a pedido de la Madre de Dios, puedan estar donde sea necesario o donde sea más urgente.

Por esa razón los traje hasta lo alto de esta Colina; por esa razón, les pedí que hicieran un ofrecimiento en el Portal de la Paz, porque las flores que colocaron a Mis pies son Gracias que hoy derramaré sobre el mundo y, en especial, en aquellos lugares donde ya no existe la esperanza, la luz ni el amor.

Sé que no comprenderán todo lo que hoy les digo, pero no se preocupen, Mis hijos, que Mis Palabras resuenen en su mundo interior y que puedan acoger Mis Palabras con gratitud y con mucha alegría por todos aquellos que no pueden vivir la gratitud, por todos aquellos que no conocen la gratitud, por todos aquellos que no viven la alegría porque viven el sufrimiento y el caos.

Pero ustedes, en esta noche, en nombre de toda la humanidad y del planeta, están bajo Mi atmósfera de Gracia, dentro de Mi gran esfera de Luz, en donde existe el Propósito Creador de Dios; impulsos que Yo dejo en sus consciencias y en sus mundos internos con el fin de que se pueda dibujar, a través de sus vidas, la Voluntad del Padre, aquella Voluntad que ya tiene prevista para cada uno de ustedes y de sus hermanos.

Por eso, alégrense y sirvan sin condiciones ni reglas. Dónense al mundo para que el sufrimiento se pueda aliviar en muchos lugares. 

Que sus pies sean pies peregrinos, que sus manos sean manos de servicio, de abnegación y de entrega incondicional, para que el Amor de Dios vuelva al mundo, en especial en aquellos espacios en donde se ha perdido el Amor.

Que ese Amor pueda llegar al principal Proyecto del Creador, que son las familias, porque muchas familias están divididas y separadas.

Todo este momento, es también por las familias del mundo, para que la alianza en las familias pueda existir en estos tiempos, y así se pueda gestar la Nueva Humanidad, que no estará sometida a estas condiciones actuales, sino que será una familia espiritual que podrá conocer la felicidad de Dios, aquella felicidad que Él les prometió desde el principio, desde Adán y Eva; una felicidad que fue sepultada por los pecados del mundo y por el mal.

Pero, ¡alégrense, hijos Míos!, porque la promesa de Mi Hijo está latente, la promesa del fin de su cautiverio, del cautiverio de esta humanidad.

Que, en esta noche, reciban la Gracia de estar en la Misericordia de Dios, para que puedan aprender y saber que la Misericordia de Dios es infinita e invencible, y que aquella alma o aquel corazón, que verdaderamente se arrepienta, conocerá la Misericordia de Dios en su corazón.

Esto era todo lo que hoy les quería decir. Sigan atentamente los pasos de los Sagrados Corazones. Nuestra promesa de volver a África está latente y aspiramos a que pueda suceder pronto, muy pronto; porque cuando eso suceda, Mis amados hijos, la puerta del amor y de la cura se abrirá para África.

Hoy, les agradezco por estar Conmigo y por haber hecho brillar a este Centro Mariano de Figueira. Una vez más, el Árbol Sagrado de Figueira les vuelve a otorgar los frutos de la Gracia de Dios, no solo a sus corazones, sino también a todos los corazones del mundo que, abiertos a Mi Amor, escuchan Mi llamado.

Les agradezco. Dios los bendice y los protege.

Bajo la autoridad que Él Me concedió, bajo la poderosa Luz de la Cruz de Emmanuel, a la cual, los invito a visitar después, para agradecerle a Dios Creador porque Su Misericordia es infinita y Su Amor es invencible.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús: 

A pedido de Nuestra Señora, vamos a cantar, para despedirla: “Bienaventurados los misericordiosos”.

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Que la Gloria de Dios esté en este lugar para siempre.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Abriendo las puertas del Universo Celestial, la Consciencia de la Madre de Dios penetra las dimensiones profundas de la Tierra, para traer a las almas una gracia y una oportunidad.

Es que hoy tampoco estoy aquí sola, sino rodeada por las Jerarquías de la Luz, aquellas grandes Consciencias del Universo que contemplan, tiempo tras tiempo, el Plan Divino de Dios y Su manifestación en los diferentes mundos.

Con la gran bóveda del Cielo, hoy bendigo a todas las almas de la humanidad y mientras Mis portales se abren, la Luz de la Nueva Aurora emerge en el corazón de aquellos que creen en ella.

En este momento, una intervención espiritual se establece entre el Universo y la Tierra, entre las almas y Dios. Y una Gracia extraordinaria permea a todos los espíritus de la Tierra para concederles la Paz, la Redención y el Amor vivo de Dios en cada corazón humano.

Es de esta forma que las estrellas de Mi Corona de Luz hoy descienden sobre la Tierra, rodean la órbita de este planeta para encenderlo, no solo en Luz, sino también con todos los atributos de Dios, con las doce principales corrientes de Su Divino Espíritu, que harán de la Tierra un planeta rescatable y una Nueva Humanidad redimida, que finalmente seguirá los mandamientos del Señor.

Por eso escuchen la voz de la Madre de Dios en este día único y extraordinario, en donde no solo sus almas se ven beneficiadas por el Universo Mayor, sino también sus seres superiores que  participan de esta coyuntura; aquellos seres que vinieron a la Tierra con un principio y con una misión, la que en estos tiempos definitivos se revelará para aquel que quiera abrirse a conocerla, porque esa misión y ese principio espiritual serán un aporte importante e imprescindible, diría, una gran tarea espiritual e interior que cada alma podrá donar para Dios con la plenitud de su corazón y de su vida, donándose constantemente al Creador en entrega, en servicio y en sacrificio.

Este compromiso de cada ser de la Tierra es vital para estos tiempos. Es por esa razón, queridos hijos, que las grandes Jerarquías de la Luz, hoy reunidas alrededor de su Madre Celeste, contemplan la gran oportunidad que tienen las almas del mundo, en esta coyuntura universal y cósmica, en donde las almas más despiertas y más disponibles para este nuevo año que comenzará, tendrán la gracia de dar un nuevo paso bajo la bendición de Dios y de Su Divina Confianza, concretando así Sus Principios y Voluntades, materializando Sus Proyectos y viviendo plenamente Su Plan.

No deben perder la oportunidad de comprender lo que Dios necesita, porque Sus Palabras no se desperdician, son agua de Fuente Viva para todas las almas de la Tierra, para todos los congregados por Su Amor.

De universos superiores viene el auxilio para el mundo. Lo desconocido se torna conocido, los Misterios se develan y las puertas se abren, para que el Sagrado Conocimiento de Dios descienda una vez más a la Tierra y esto fortalezca a las almas en su compromiso con el Plan y la vivencia de los Principios de Dios y del Propósito que el Padre tiene para cada ser.

Por eso hablo de que es una oportunidad única e irrepetible, para que este nuevo año que comienza no solo sea permeado por la consciencia y por la sabiduría, sino por la concienciación de todos, sobre lo que verdaderamente deberá suceder para este nuevo ciclo, con el aporte y la colaboración de todas las criaturas de Dios, de todos los servidores de Cristo, de los que quieren plenamente vivir en el Señor, para así, siempre encontrar Su Reino.

En los silencios de Mi Alma es cuando descienden los más importantes códigos y las almas se pueden nutrir de la Verdad.

De esa nutrición espiritual el alma encuentra su camino, retorna a su origen y despierta a la Consciencia Divina, encontrando el sentido de su existencia y la capacidad, cada vez más, de poder amar de verdad y sin condiciones, transcendiendo los límites, las fronteras y las dificultades.

Porque será el amor de cada uno de ustedes al Plan de Dios lo que permitirá que Sus Obras sigan aconteciendo; permitirá que todo pueda suceder y que nada, absolutamente nada, sea alterado por la indiferencia de los hombres o por la mediocre colaboración de las almas.

Para concretar el Plan de Dios y su próxima meta, es necesario de colaboración y de adhesión, de una adhesión verdaderamente interior, para que después sea una adhesión exterior y verdadera que pueda cumplir los preceptos de Dios, según como Él lo ha pensado y lo ha destinado para el mundo.

Pero mientras eso no suceda, hijos Míos, Dios esperará en Su Reino por las respuestas de Sus hijos. Su Reino Celestial debe descender a la Tierra en este tiempo crítico, porque de lo contrario el planeta no sobrevivirá.

Es necesario, hijos Míos, que comprendan más allá de las formas, de la mente, más allá del corazón. Que se puedan unir a la Fuente para encontrar el sentido de Sus principios y la manifestación de Sus Proyectos para estos tiempos agudos de la Tierra.

Todo el conocimiento que ya fue entregado debe ser la base para su reflexión y despertar, para su próximo paso en este año que comenzará, esperando una respuesta sincera y honesta de todos los corazones para con el Padre Celestial, y una respuesta que comprende más allá del conocimiento, que entiende más allá de la sabiduría, que acepta más allá de las formas y que se adhiere de corazón y de forma incondicional a lo que Dios necesita.

Todos esos cambios y todas esas vivencias formarán esa gran respuesta de parte de la consciencia humana, la que concederá de parte de la humanidad, la continuidad de Plan y la manifestación para estos tiempos.

Pero es importante que en este ciclo que termina, cada uno de sus corazones, cada una de sus consciencias, haga una síntesis interior, perciba la realidad, despierte a la verdad y tome conocimiento de lo que necesita tomar conocimiento, no perdiendo la Palabra de la Jerarquía, no perdiendo el sentido del Mensaje, para encontrar las próximas llaves que necesitarán, que abrirán las puertas a las nuevas oportunidades y al descenso de las nuevas gracias que tanto necesita el mundo, y también la humanidad.

No quisiera que en este año terminaran con alguna ignorancia, con alguna incomprensión o con alguna duda.

Deseo que en este año que termina su respuesta sea sincera y verdaderamente honesta para con Dios.

Lo vuelvo a repetir para que lo comprendan y lo acepten, para que lo vivan y especialmente, para que lo practiquen, sabiendo que aún hay mucho para hacer en esta humanidad que está doliente, que está enferma por apartarse del Amor de Dios, por creer en el amor propio, en las fantasías, en las ilusiones, en los espejismos que todo el mundo ofrece día a día, tiempo después de tiempo.

Pero su recapacitación para con la Jerarquía, la concienciación de su respuesta honesta y verdadera, creará nuevas oportunidades, nuevas condiciones de que la Gracia Universal y la Misericordia Cósmica llegue a más corazones de la Tierra y a más naciones.

Recuerden que aún espero poder llegar a Asia y Oceanía y esa meta deberá concretarse por todos para este nuevo año que comenzará.

No  dejaré de venir al mundo hasta poder concretar esta misión espiritual, junto a la unión con todos Mis hijos y bajo la respuesta de todos.

Esto permitirá expandir la Obra en la humanidad, las misiones de servicio y de caridad en regiones tan lejanas del planeta, en donde existe la verdadera desesperación, el caos, la enfermedad, la indiferencia y la soledad de muchos corazones.

Pero ahora, hijos Míos, ustedes que son portadores de la Gracia y de la Misericordia de Dios a través de los tiempos, tienen todas las posibilidades y todos los medios para poder realizarlo, y así también poder duplicar  y difundir este llamado a más corazones en el mundo, que deben despertar a la concienciación de estos tiempos, a la emergencia de estos tiempos, a la necesidad de la vida fraterna y de servicio para con las almas del mundo.

La cura del planeta está en sus manos. El cambio de la consciencia está en su interior y la elevación de esta humanidad está por medio de su oración.

Cumplan con Mis pedidos para estos próximos meses. Sean obedientes y vayan a los Centros Marianos. No dejen que la comodidad los sumerja. Hagan el esfuerzo que es necesario, que es justo, del cual merece Dios, de cada uno de ustedes por todo lo que Él les ha dado en estos últimos once años.

Así, hijos Míos, por más de que esté la tempestad en la humanidad, la oscuridad en el planeta, la tribulación en los corazones perdidos, no Me cansaré de venir al mundo una y otra vez, porque llevaré en Mi Corazón de Madre la respuesta sincera de Mis hijos para poder mostrarle a Dios y así continuar adelante con Su Plan, de que el Reino del Padre viva y more en todos los corazones para que triunfe Su Amor y Su Plan.

Tal vez en esta noche esperaban escuchar grandes cosas, más revelaciones que puede impulsar Mi Corazón. Pero eso será posible, hijos Míos, cuando su respuesta se amplíe, supere las barreras, trascienda los miedos y que ustedes se puedan adherir absolutamente a lo que les digo, sabiendo que por detrás de cada una de Mis Palabras existe un propósito, un sentido y un objetivo espiritual que aún no alcanzan sus consciencias.

Por eso, hijos Míos, abran los sentidos internos, abran el corazón y acojan Mis Palabras con la dulzura del amor por la cual las entrego, para que sus vidas se enriquezcan en Dios y vivan la plenitud de Su Sabiduría. Aún queda tiempo para poder cambiar.

Gran parte del mundo llorará por no haber cambiado, pero si el cambio nace de muy pocos, todos en la mayoría, se sentirán impulsados a cambiar, hasta en lo más pequeño que parezca.

Por eso, hijos Míos, en esta noche de gloria, de júbilo y de amor, en donde los portales del Universo están abiertos para elevar sus consciencias y a todo el planeta, la consagración de los Hijos de María en esta noche especial, es un compromiso irrefutable, intransferible e inmediato. Un compromiso de orar por los Planes de la Santísima Trinidad y de comprometerse en la vida material de espejar esta Voluntad Superior por medio de los actos, de las virtudes, del servicio y de la entrega, que serán los medios que transformarán sus consciencias para poder vivir algún día el Amor Crístico.

Que los que hoy se consagrarán se coloquen a la derecha del altar, y vengan aquí con el ánimo que Yo les entrego, que le entrego a todas las almas, a todos los que Me escuchan y a todos los que Me viven, porque la unidad de nuestras consciencias es donde se construirá el Plan de Dios y se manifestará, y sus bendiciones serán ilimitadas.

Sus Gracias se expandirán en sus consciencias y corazones, y así sus vidas se transformarán completamente conforme a lo que Él ha pensado para cada una de sus esencias.

Por eso, hijos Míos, hoy los consagro para que puedan vivir el compromiso con Dios, en nombre de millones de almas que no lo viven, que están sumergidas al hipnotismo y en la ilusión mundial y que despertarán de golpe a su realidad y vivencia, cuando Mi Hijo retorne por segunda vez a la Tierra.

Pero ustedes tendrán la oportunidad, hijos que hoy se consagrarán, de poder ayudar a esas almas que desconocen, colocándolas en la oración en cada acto de amor y de servicio, para que la Gracia Divina toque esas consciencias y más almas se puedan transformar según Cristo, según Sus Principios de Amor y de Verdad.

Escuchando el himno de su consagración, que la Fuente de la Gracia Suprema se aproxime sobre esta amada Aurora, para que los corazones sientan el gozo de vivir en el Amor de Dios, en la Gracia de Su Sabiduría, la que cura los corazones heridos, cicatriza a las consciencias que fueron lastimadas por el mal, disipa todas las dolencias espirituales e internas.

Aurora, en el Nombre de Dios, les concede la cura interior y la absolución de sus deudas, para que ese compromiso sea verdadero y transparente, amoroso y humilde, siguiendo los pasos de Nuestro Redentor, Jesucristo, el Salvador.

Colocando su mano sobre el corazón reciban la Luz de Mi Espíritu, reafirmando el compromiso con Dios y la meta de materializar Su Propósito para estos tiempos, a fin de que más almas alcancen la cura, la redención y el perdón, así como hoy ustedes, hijos Míos, ante el Universo de Dios lo alcanzan por una Gracia extraordinaria y por una expiación infinita, frutos de la Obra de la Misericordia.

Y hoy los ángeles del Santísimo Hijo transustanciarán los elementos ofrecidos a los pies de la Madre de Dios, los que se convertirán en el Cuerpo Vivo y la Sangre Viva de Cristo, para que las almas se alimenten de la comunión reparadora con Dios y de Su Esencia Sublime, la que es eterna en todo el Universo Creador.

Así como lavo sus almas, lavo sus cabezas, sus manos y sus pies, con la Fuente del Espíritu Santo, para que sus vidas se reparen en la comunión con Nuestro Salvador.

Que la Sangre Divina de Cristo sea vertida como Código de Luz en las almas sedientas del Amor de Dios.

Que el Agua que brotó del Costado de Cristo descienda como cura a los corazones.

En esta noche donde el mundo no vigila ni adora, que el Cordero de Dios, que fue inmolado y llevado al matadero, sea reconocido y adorado por sus fieles seguidores en el mundo entero, para que sus atributos de Gracia y de Misericordia, fuentes de cura y renovación, se expandan en la humanidad para tornarla algún día rescatable y sagrada, así como el Padre Celestial necesita por los siglos de los siglos. Amén.

Coman del Cuerpo de Cristo, beban de la Sangre del Señor y confíen que todo se reparará y se curará conforme como Dios lo ha pensado.

Este es el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Felices serán los que en esta noche se sirvan del Señor, Amén.

Padre Nuestro...

Y ahora que fueron consagrados con el Espíritu, sean consagrados con Mi Paz, en la Esperanza, en la Fe y en el Amor de que comprenderán para los próximos meses lo que Dios necesita de ustedes, para que Su Voluntad se cumpla en toda la Tierra y en toda la humanidad.

Yo los consagro, hijos, y los bendigo, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

En alegría y en júbilo, en nombre de Mi Hijo, se darán el saludo de la paz, para que la paz permee  la Tierra.

¡Les agradezco!

APARICIÓN DE LA VIRGEM MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Yo vengo de un lugar del Universo en donde reina la paz, existe el amor y el bien, en donde todos se entienden, en donde todo se comprende, en donde no existe obstáculo ni incomprensión.

Yo provengo desde ese lugar  y traigo para el mundo el Reino de Dios, para que más hijos ingresen en Él y se sientan partícipes de la Comunión con Cristo.

Yo vengo de ese lugar para demostrar al mundo que es posible vivir en un nuevo estado, vivir dentro de una consciencia verdadera que todo incluye, que todo comprende y que todo pacifica.

Vengo a traer al mundo la realidad espiritual que aún muchos no quieren ver y que a través de Mi Corazón, Yo la muestro todos los días para que puedan estar en la verdad, para que puedan estar sumergidos en el amor y sobre todo, en hermandad.

En ese lugar existe la sabiduría y el entendimiento, la ciencia y todo lo creado.

Yo vengo a traerles, desde ese lugar, lo que necesitan ver y comprender, no con la mente, sino con el sentimiento del corazón profundo, del corazón que palpita en Dios y que todo lo sabe.

Necesito, queridos hijos, que sepan que es necesario entrar en ese estado para estos tiempos que llegarán. Aún hay mucho por hacer y aún se debe seguir trabajando la unidad inquebrantable entre los seres. Eso permitirá que la Obra se realice. Eso permitirá que todo se lleve adelante y que los pasos de los discípulos sean dados en dirección al Camino del Propósito.

No necesito que comprendan las cosas desde una forma material, sino que necesito que comprendan lo que Dios quiere de una forma espiritual. Eso, cada día más, los hará verdaderos y por medio de la Gracia podrán recibir la sabiduría para comprenderlo todo.

Los tiempos que llegan exigirán muchos cambios y las almas aún no saben vivir los cambios, porque nunca estuvieron en este tiempo.

Esta es la primera escuela que están viviendo. Esta es la primera realidad que están atravesando en este ciclo. Por eso, los necesito dentro de ese estado de unidad para que todo lo puedan comprender y no existan obstáculos.

Abran las puertas para los nuevos tiempos, porque ellos llegarán con mucha fuerza y poder.

Los nuevos tiempos vendrán a cambiarlo todo, dentro y fuera de los seres.

Los nuevos tiempos vendrán a modificarlo todo, dentro y fuera de los seres y nada quedará sin ser removido. Por eso, vivan con valentía los tiempos que llegarán y estarán dentro del Propósito de la parte que les corresponde realizar en ese  ciclo, en esta humanidad y en este planeta.

Yo vengo a reforzar en ustedes la Sagrada Unidad, el Principio verdadero que nunca debe faltar en sus corazones, ni tampoco en sus vidas. Eso, algún día los hará libres, podrán caminar libres, no sentirán resistencias ni ataduras; porque la propia Unidad Divina los librará, la propia Unidad Divina los conducirá al camino de la realización del Plan.

Reciban entonces, queridos hijos, esta llave fundamental para estos tiempos; aunque ya la hayamos repetido muchas veces, deben recordarla. El Señor necesita que eso nunca se borre dentro de ustedes y entre sus hermanos de camino.

La Sagrada Unidad de Dios permitirá vencer al mal. Permitirá desterrar los infiernos de la Tierra, sobre todo aquellos que viven dentro de algunas consciencias de forma permanente.

La Sagrada Unidad de Dios les traerá la cura, la comprensión y sobre todo, la reconciliación entre sus seres.

Abracen esta unidad, porque ella los fortalecerá. Vivan la unidad todo el tiempo y así todo se cumplirá como está escrito. Nada será alterado por nadie.

Abran sus ojos y observen hacia el firmamento, el nuevo tiempo está llegando antes del Retorno de Mi Hijo.

Lo que Yo les entrego en este tiempo son las bases para ese esperado retorno. Son los requisitos fundamentales y espirituales para que estén preparados y no estén ausentes cuando Mi Hijo retorne.Necesitan recibir estos impulsos con la verdadera transparencia del corazón, sabiendo que aún están viviendo la transformación y el cambio en estos tiempos difíciles, sabiendo que aún están enfrentando verdades de ustedes mismos que aún desconocen profundamente. 

Pero Yo vengo a traerles la cura maternal para todas esas cosas, para que puedan sumergirse en la Divina Unidad de Dios. Eso los llevará a estar a la altura de los acontecimientos. Eso los llevará a estar al alcance del Propósito Divino y todo dejará de ser un misterio, porque todo será develado.

Los Tesoros de Dios estarán al alcance de las almas. Las Sagradas Herramientas del Padre estarán al alcance de las almas y todos las conocerán para poder proteger este planeta, para saber salvaguardarlo de todos los asedios que vivirá en el próximo ciclo, como los vive hoy.

Por eso, la formación de sus espíritus es importante. La purificación de sus almas es importante. La transparencia entre sus corazones y vidas es muy importante.

No pueden dejar nada para atrás sin resolver.

No hay tiempo que perder, queridos hijos. Es hora de que abran su corazón al cambio. Es hora de que sientan en su interno el Llamado de Dios.

Cada uno debe cumplir su virtud, su don, su talento y su linaje.

Cada uno de ustedes debe ser el espejo de Dios sobre la Tierra, que pueda reflejar lo que Dios necesita para estos tiempos.

Vivan la base de la oración todos los días como algo imprescindible. Nunca se olviden de orar, porque si dejan de orar les faltará entendimiento, les faltará sabiduría y no tendrán dirección ni guía interior cuando nosotros ya no estemos entre ustedes.

Deben representar sobre la Tierra las chispas sagradas de los Mensajeros Divinos. Deben ser esos espejos internos sobre los Centros Marianos, para que muchos más puedan sentir en su interior lo que ustedes una vez sintieron cuando despertaron a nuestra convocatoria.

Es hora de asumir este Plan de una forma definitiva. Es hora de estar entero para todo lo que hay que hacer. Es hora de salir de sí. Es hora de dejar de estar en sí mismo´porque ya es hora, hijos, de estar en los otros, en los que más necesitan, en los que más buscan a Dios y no saben encontrarlo.

Yo necesito que sean extensiones de Mi Rosario en la Tierra. Que no solo sean flores en Mi Jardín Celestial, sino también que sean esa cuenta de luz, esa gota de luz, ese espejo que todo ilumina.

Siéntanse hermanados. Siéntanse unificados, como nuestros sagrados corazones se sienten todo el tiempo.

Venimos a traerles una realidad celestial que aún no podrán comprender en esta vida, sino en la próxima.

Venimos a traerles un estado divino de consciencia que aún no alcanzarán sino en el próximo tiempo. Mientras tanto, queridos hijos, es posible contactarlo por medio de la oración y de la unión con nuestros Sagrados Corazones.

Ya estamos llegando en la etapa final de este trabajo. Ya estamos concluyendo con ustedes todo lo que deberíamos hacer. 

Estamos en los últimos tiempos de la Obra, antes de que la Obra pueda despuntar a un estado más grande de consciencia.

No necesito, queridos hijos, que comprendan todo lo que les digo, porque es parte de una Sabiduría Divina e interna que viene gestándose desde los planos superiores.

Aún el ser humano no podrá comprenderlo todo. La vida y el Universo inmaterial aún es muy desconocido. Pero ustedes tienen la posibilidad de aproximarse a Él, de estar en comunión con la verdadera existencia, con la Consciencia Única, con Dios.

En este último tiempo, todo se desencadenará. No deben temer por lo que sucederá, sino por lo que aún no están haciendo.

Trabajen incansablemente esa unidad interior entre sus hermanos y así darán paso a que todo pueda suceder como está escrito.

No quisiera que sus corazones estuvieran desorientados.

No quisiera que sus pies estuvieran fuera del Camino de Cristo, sino que aún estuvieran más adentro, dentro de Su Corazón de Amor y de Luz, recibiendo Su Sabiduría, recibiendo Su Misericordia, recibiendo Su Entendimiento y Su Comprensión.

Ahora sí les pido, hijos, dejen para atrás la indiferencia y  ábranse a la unificación de sus seres y de sus consciencias.

El Señor necesita que este camino termine de ser construido por ustedes mismos, por su donación,  por su ofrenda.

Es hora de que encuentren el camino de la Verdad dentro de ustedes, y así, dentro de ustedes encontrarán el Reino de Dios.

He esperado que pasara esta peregrinación por Perú y Ecuador para que estuvieran más fortalecidos para poder escuchar Mis Palabras, que ya son las últimas para estos tiempos: la última parte del Verbo Divino que se expresa en la Tierra para todas las almas.

Es la Fuente del Amor que llega a todos los corazones para que despierten y sientan a Dios en su interior.

Yo necesito que estén Conmigo incondicionalmente. Y ese es el testimonio más simple y verdadero para demostrar a Dios que es posible la concreción de Su Plan Divino en esta humanidad.

Llegará un momento en que podrán tener dudas o incomprensiones, pero no se dejen atormentar.

Mi enemigo no descansa ni un segundo. Sean inteligentes queridos hijos, vénzanlo con la oración del corazón, con la Adoración ardiente al Corazón Eucarístico de Mi Hijo y sobre todo, con la unidad entre sus consciencias.

Yo deseo que el mundo aprenda de su ejemplo de fraternidad y de hermandad.

Lo que aquí sucede, queridos hijos, no sucede en ningún lugar del mundo, con ningún otro grupo de almas.

Necesito que comprendan que lo que viven es único e irrepetible.

Es hora de dar un paso en la madurez del corazón y de la consciencia, no buscando respuestas en donde no  existen.

Aspiren ardientemente a unificarlo todo, porque así Mi Hijo se unificará en ustedes y se cumplirá la Voluntad.

Yo los bendigo para el encuentro que vivirán en estos días, en donde este Proyecto ya deberá estar realizado; primero, en sus consciencias para después ser realizado en el mundo.

La Gracia de Dios debe llegar a todos y primero debe ser concebida en ustedes, para que después sea concebida en el mundo que sufre y que padece todos los días.

Yo Soy la Madre de la Gracia, la Madre de la Reconciliación, la Madre de la Sagrada Unidad.

Les agradezco por responder a Mi Llamado, ahora y siempre, y por los días que vendrán.

En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Queridos hijos del mundo:

Entreguen su corazón a Dios y arrepiéntanse pronto, porque queda poco tiempo.

Entréguense al amor de Dios y estarán a salvo.

No dejen que las tinieblas los sumerjan.  Abran sus corazones y encontrarán la Luz que proviene del Infinito.

Queridos hijos, queridos hijos del mundo, ofrezcan penitencia, reparación y mucha oración, para que más almas sean ayudadas, sean retiradas del error y despierten al Amor de Mi Hijo, al camino del apostolado y de la redención.

Queridos hijos,  lo que Yo les ofrezco, a través de los Centros Marianos, es lo máximo que Yo les puedo entregar, todo lo que el Padre me ha permitido. Llenen estos Centros Marianos de personas necesitadas de amor; de almas sedientas de oración y gran parte del mundo podrá cambiar.

Difundan en el mundo a Mis Centros Marianos; aún es poca la concurrencia y es muy grande la  necesidad de oración en el mundo.

Cuento con Mis fieles colaboradores, con Mis ejércitos celestes, que se han comprometido Conmigo desde su consagración, para que las almas lleguen a los Centros Marianos  y reciban, como ustedes, todas las Gracias.

Queridos hijos,  Dios tiene escrito un destino para esta humanidad, un destino lejos del sufrimiento y del dolor; por eso es importante, Mis hijos amados, que en los  Centros Marianos exista la vida, la alegría y la devoción de servir a Dios.

Necesito, queridos hijos, que puedan ser más creativos, que convoquen a los rebaños de Dios, a las almas dispersas por el mundo que no conocen el Amor de Mi Corazón Inmaculado, ni tampoco el gran Amor de Dios.

Sean peregrinos de Mis Centros Marianos, para que muchos más lo puedan ser. Traigan a las almas hacia los Centros Marianos, a través de todos los medios posibles.

Mis Centros Marianos son consagrados para el mundo herido, para la humanidad enferma, que a través de ellos debe alcanzar la cura, el perdón y la redención.

En Mis Centros Marianos he dejado los tesoros del Cielo, las más grandes dádivas del Universo, que aún son desconocidas por las almas, porque ellas son intangibles y provienen del Espíritu de Dios, del Propósito de Su Fuente Inmaterial.

Queridos hijos, Mis Centros Marianos son para todas las naciones del mundo, así como los Santuarios Marianos en el mundo. 

Quiero que sean voz y eco de Mi Mensaje. Quiero que sean voz y eco de los Centros Marianos de Amor, que ellos estén llenos de almas necesitadas del Amor del Padre y de la Misericordia del Redentor.

Para que eso sea posible, hijos Míos, ustedes deben pensar en grande y no en pequeño; deben asumir grandes desafíos en este tiempo final, porque mientras no los asumen o no los lleven adelante, muchas más almas se pierden en el mundo de  los abismos y son llevadas a la gran ilusión de esta humanidad.

Queridos hijos, en los Centros Marianos están las dádivas que las almas necesitan para este tiempo, las llaves que necesitan encontrar para abrir las nuevas puertas hacia la redención y el perdón.

Por ejemplo, hijos Míos, este Centro Mariano de Aurora tiene un propósito con la cura de la humanidad. Necesito que los hermanos que aquí llegan todo el tiempo, que todos Mis hijos de esta nación y de esta región correspondan a este Centro Mariano; que puedan abrir más sus mentes y corazones para acoger a los más necesitados.

Ustedes, queridos hijos, son los difusores de los Centros Marianos de Amor; mientras esa difusión no se lleve adelante, muchas Gracias que vienen del Cielo, se detienen, no pueden descender y están restringidas a muchas almas.

Necesito, queridos hijos, que asuman ese compromiso Conmigo ayudando a manifestar en los Centros Marianos su verdadera tarea. En cada uno de ellos he dejado un Don especial de Dios, Don que deben descubrir por su trabajo, por su dedicación, por su sintonía con cada uno de ellos. Cuando eso llegue a suceder, las almas vivirán los grandes cambios que necesitan y ya no se sentirán solas, ni tampoco perdidas, porque estarán con Dios y en Dios.

Yo vengo a entregarles esta dádiva y este tesoro de los Centros Marianos, porque es la misión de los hijos de María, de todos los grupos de oración, hacer vivos a los Centros Marianos para que ellos no mueran rápidamente. Es su compromiso y también su obligación como hijos Míos, venir a los Centros Marianos al menos quincenalmente. Porque mientras las Gracias siguen descendiendo, sus corazones deben ser receptáculos para ellas, sus vidas deben ser mediadoras para que esas Gracias que vienen del Universo se retransmitan a las almas.

Si en los Centros Marianos no hay almas físicamente andando y orando, las Gracias no pueden llegar a la humanidad dolorida y menos aun a aquellos corazones que sufren por el horror, por la enfermedad y por la perdición.

Que sus corazones, que sus labios y que sus manos sean difusores de los Centros Marianos de Amor; así ayudarán a su Madre Celeste a que la Obra de Redención y de Misericordia llevada adelante por Mi Amado Hijo, no solo permanezca en los Centro Marianos, sino también en todo el mundo que debe saber y conocer, a través de Mi Mensaje, que Yo estoy aquí presente entre ustedes y convocando a la humanidad para que ella viva su preparación en el fin de este tiempo.

Mis ejércitos de Luz deben crecer,  eso comenzará a partir de los Centros Marianos y del verdadero compromiso de todos los hijos de María.

La consagración no termina en ustedes. La consagración, los lleva a vivir un compromiso con el Plan de Dios y así ustedes, estarán cumpliendo Su Voluntad, así como la cumplen todos los Ángeles del Universo.

Queridos hijos,  desde este nacimiento de Aurora, desde el renacer de su Fuego superior, de su Llama curadora, estamos ingresando en el último tiempo del despertar de la humanidad y ese ciclo en algún momento se cerrará. Dependerá de ustedes, hijos amados, que ese despertar que debe surgir desde los Centros Marianos de Amor pueda llegar a todas las almas posibles, a todos los corazones necesitados, en todas las lenguas posibles.

Primero, queridos hijos, deben expandir su consciencia, su corazón,  para poder abrazar la Obra de forma planetaria; para que más puertas a la conversión y a la redención se puedan abrir en otras naciones del mundo.

Aquí, con todo Mi Amor maternal, en Aurora como en otros Centros Marianos,  he gestado las bases para esa nueva etapa. Es hora de que Mis soldados de la oración y de la paz acompañen a su Madre Celeste en este nuevo desafío.

Hoy les vengo a dejar este mensaje, hijos amados,  porque aún hay mucho por hacer, aún hay mucho por qué corresponder, hay mucha responsabilidad aún por vivir por cada uno de ustedes.

Con este mensaje de preparación, hijos amados,  hoy vengo a consagrar a nuevos hijos de María, que representarán a muchos más, a muchos más que se deberán consagrar en el futuro al Amor de Mi Inmaculado Corazón y a la sagrada tarea de vivir y de asumir los Centros Marianos; para que estos algún día se conviertan en el verdadero Espejo de Dios, que debe reflejar al mundo el último tiempo de la Misericordia, de la Reconciliación y de la Cura de las Almas.

Los Centros Marianos deben ser la morada de los simples, de los buscadores del Amor de Dios y de todos los perdidos que no encuentran sentido en sus vidas, ni en sus caminos.

Deseo ardientemente, queridos hijos, que el mismo impulso espiritual que sus almas recibieron desde el día de su consagración como hijos de María, pueda repercutir y expandirse en más almas del mundo que claman por Mi Corazón y Mi Intercesión. 

De esa forma, respondiendo a las súplicas de Mis hijos de todas las naciones y de las diferentes razas del planeta, Yo vengo a entregarles esta Misión en respuesta a la súplica de Mis hijos del mundo, para que Mis ejércitos de Luz, para que los hijos de María, hagan florecer la misión especial de los Centros Marianos y vayan al encuentro de las almas del mundo llevando Mi Mensaje de Amor, Mi Mensaje de esperanza y de paz para todas las criaturas. 

Para que eso sea posible, hijos amados, deben ofrecerse al Redentor, como Sus apóstoles dispuestos a ir al encuentro de las almas del mundo; no sólo en la vía del servicio, de la oración o de la comunión, sino también, hijos Míos, al encuentro de las naciones del mundo que deben recibir la ayuda espiritual que tanto esperan y que tanto necesitan para tener una nueva oportunidad en este camino de amor y de redención que Yo les ofrezco.

Será de esa forma, hijos amados,  que los Centros Marianos se podrán expandir en el mundo y no se restringirán a la región en donde se encuentran, sino que tendrán sus puertas abiertas para recibir a todos los peregrinos del mundo. Eso espero que suceda algún día; no les pido que los convenzan o los conviertan, sino que los reciban con amor, que les enseñen a vivir la oración y que sepan que existe un camino de salida de todo el caos de este mundo, un camino que los lleva a Mi Inmaculado Corazón y de Mi Inmaculado Corazón al Reino de Dios.

Únanse como grupos y servidores para asumir esta Misión por los Centros Marianos, y ayuden a que los Centros Marianos puedan manifestar los pedidos de los Mensajeros Divinos y que estos se concreten para que más energías espirituales y principios universales desciendan a través de ellos.

Para eso, hijos Míos, también será necesario, ayudar en la concreción de todas las manifestaciones necesarias que los Centros Marianos deben tener, para ayudar a enfrentar el fin de este tiempo y el ciclo final que la humanidad vivirá en poco tiempo.

Los Centros Marianos deben ser islas espirituales de salvación, para que los corazones más solitarios y perdidos, encuentren alivio, paz y esperanza.

Si hoy les pido esto, Yo, que Soy su Madre,  es porque es posible concretarlo; existe el potencial en sus corazones, solo deben dar el primer paso, para que el Universo del Padre lo pueda concretar todo.

Los Centros Marianos serán la referencia para cuando Nosotros ya no estemos aquí. Ustedes saben, hijos amados, que existe un tiempo para estar entre ustedes, y para ese tiempo no falta mucho. Después de diez años de Gracias, sus corazones están listos para asumir la tarea de los Centros Marianos, que los Sagrados Corazones de Jesús, de María y de San José, hoy les encomiendan a todos. 

Aquí nos encontrarán espiritualmente porque Nuestros Corazones siempre estarán en los Centros Marianos para traer alivio a las almas, cura y redención a los corazones.

Hoy estoy realizando esta consagración de nuevos hijos de María de forma especial, como si fuera la primera vez que aquí, en Aurora, consagré a los primeros hijos de María, que hoy forman parte de Mi Obra, que se han fortalecido en la fe y en la oración y que peregrinan junto Conmigo de forma incondicional y entregados a vivir la Voluntad de Dios.

Renovando ese Principio de Consagración que fue vivido aquí, hace muchos años, hoy vengo a renovar ese voto de consagración, para que los que llegarán a consagrarse en el futuro puedan vivir el mismo impulso de despertar y de compromiso con Dios, a fin de establecer en la Tierra los mil años de Paz.

Que vengan aquí los que hoy se consagrarán.

Prepararemos hoy el himno de su consagración como si fuera la primera vez que las almas reciben un gran impulso para poder dar un gran paso, como lo dieron muchos hijos de María, en estos últimos años en donde dijeron “si” al Plan de Dios.

Quisiera escuchar la música instrumental introductoria de ese himno para poder bendecir a los que hoy se consagrarán ante su Madre Celeste.

Oraré por estos hijos que hoy se consagran en nombre de todos los que ya se consagraron, para que puedan revivir su compromiso, confirmar sus votos y llevar adelante esta misión especial que hoy les encomiendo en la manifestación de los Centros Marianos y en la difusión de los mismos, como islas espirituales de salvación.

Coloquemos nuestra mano izquierda sobre el corazón y únanse a Mi Inmaculado Corazón. En esta sagrada oferta que hoy realizaremos juntos para nuestro Padre Celestial.

¡Altísimo Señor del Universo, que escuchas las plegarias de Tu Sierva!
¡Altísimo Padre Creador, Fuente de Amor y de Unidad para todo lo que existe!
¡Altísimo Adonai, Venerable Emanuel, Santísimo Abba!

Escucha la oración de Tu Sierva en este momento, para que los corazones del mundo que algún día se consagrarán a Mí puedan florecer Tus Virtudes y puedan descender todas Tus Gracias, a fin de que se establezca el alivio para el sufrimiento, la cura para las enfermedades, la sanación para las almas y la redención para los corazones.

Que todo el Amor que proviene de Ti hoy sea derramado sobre estos hijos que se consagran, para que como muchos otros, se renueven en Tu Propósito Divino y en Tu Infinito Llamado.

Que los Ejércitos de la Luz hoy se multipliquen para que más almas en este mundo sostengan el estandarte de la paz, el que indicará el retorno de Cristo.

Amado Señor concede la Gracia para estos espíritus que hoy se postran ante Tu Sierva para recibir Tu Amor reparador, Tu eterna Misericordia.

Hoy renuevo, en nombre de ellos, la consagración de todos los hijos de María, para que en estos tiempos que llegan Mi Manto Celeste de Luz y de Paz se expanda en todas las naciones del mundo, porque Mi más ardiente deseo, Padre Amado, es que hayan hijos de María en todas las naciones del mundo.

Y hasta que eso no se cumpla, Yo te pido Señor, poder estar aquí, cerca de Mis niños, para poder acompañarlos en esa gran aspiración. Amén.

Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Y ahora, que el Padre escucha la voz de Sus hijos más simples y perseverantes, entonemos este himno de consagración para que más núcleos internos, más almas en esta humanidad, despierten a su consagración en preparación del retorno de Cristo.

Yo les agradezco, a pesar de todo, por responder a Mi llamado y agradezco a todos los que hoy están aquí y a los que estarán algún día. Amén.

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA, EN LA CIUDAD DE OPORTO, PORTUGAL, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Para Dios, no todo está perdido. Por eso vengo a su encuentro, queridos Hijos, confirmando Mi Paz en sus corazones y el triunfo del Corazón de Mi Hijo en sus vidas.

Queridos Hijos, nada está separado, porque cuando sus voces proclaman a través de la oración, las Leyes celestiales descienden a la Tierra, para poder transformarla poco a poco, así como Dios lo ha pensado en Su Corazón para el bien de todos Sus hijos de la Tierra.

Hoy, Mi Presencia es proclamada en el mundo. A pocos días del trece de mayo, su Madre Celeste se prepara para ese gran acontecimiento. Y finalmente será posible, a través de la adhesión de todos Mis hijos en el mundo, de todos aquellos que hicieron posible esta realidad en este tiempo.

Es así que hoy Yo muestro para ustedes Mi Corazón Inmaculado, en este día, libre de espinas, lleno del amor de Mis queridos hijos, de la fe que ellos proclaman a Mi Corazón, de la persistencia que ellos sienten al poder creer en la Palabra de Dios, hoy profesadas a través de Mi Corazón Inmaculado.

De esa forma, queridos hijos, con una presencia amorosa y maternal, su Madre Celeste viene a detener las guerras, especialmente aquellas que acontecen en el espíritu de la humanidad y después, aquellas que acontecen en el Universo material.

A través de Mi Fe y de Mi Paz, vengo a renovar los votos de todos Mis queridos hijos del mundo, porque será necesario que el mundo se vuelva a consagrar a Mi Inmaculado Corazón este próximo trece de mayo, a fin de que todo se pueda renovar, que las almas reciban lo que más necesitan y esperan en estos tiempos.

Hoy, en nombre del amor y de la paz, vengo a renovar los votos de todos los Hijos de María consagrados y también de aquellos que en el futuro se animarán a dar un paso en el camino de la consagración a la oración y al servicio, porque en esos simples gestos de caridad, la humanidad puede ser curada completamente, bajo el principio de la fraternidad y de la unidad entre los corazones.

Quisiera que todos Mis hijos pudieran sentir cuán importante será este acontecimiento, el próximo trece de mayo en Fátima, delante de un planeta que es caótico, que vive la desarmonía, la indiferencia y la falta de amor.

Es por eso que su Madre Celeste vendrá a Fátima nuevamente. Esta vez, a buscar el amor de todos Sus hijos; ese amor que es proclamado a través de la devoción y de la oración, no solo en el Santuario de Fátima, sino también en todos los Centros Marianos del mundo. Su Madre Celestial unirá cada Centro Mariano como uno solo, cada corriente de devoción, de fe y de amor de Sus hijos, para poder transmutar este planeta, a través de la Fuente de Amor de Lys Fátima y bajo la cooperación y el servicio, no solo de sus corazones, que es lo más importante en este tiempo, sino a través de todos los ángeles que habitan en el Reino de Lys Fátima y aguardan desde hace ya más de cien años por este acontecimiento.

También, queridos hijos, a través de este movimiento universal de su Madre Celestial para este próximo trece de mayo, vengo a renovar la vida sacramental en todos Mis hijos: el Bautismo, la Confirmación, la Confesión y especialmente la Comunión reparadora, que he pedido que todos pudieran vivir, en los últimos años de este tiempo actual.

De esa forma, queridos hijos, con todo lo que han enriquecido sus corazones, a través de la vida espiritual, como de la liturgia diaria, su Madre Celeste se estará sirviendo de cada uno de esos dones, para poder llevar adelante esta Obra, en este nuevo ciclo y en esta nueva etapa, que comenzará a partir del día trece de mayo.

No es por acaso, queridos hijos, que a todos los he congregado aquí, en Portugal, para renovar su dogma de fe, así como una vez Yo lo dije en Fátima: que Portugal podría preservar su dogma de fe a través de los tiempos y de los años. Este dogma de fe, es lo que ha permitido a su Madre Celestial realizar esta Obra, en este ciclo y en esta hora aguda del planeta.

Es de esa forma, queridos hijos, que el trece de mayo las puertas de Lys Fátima se reabrirán, para que las almas puedan cruzarlas, y así, sentirse acogidas en el más perpetuo Amor de Mi Corazón Inmaculado. Cada oración que será ofrecida a partir de este día, hasta el día trece de mayo, tendrá una importancia universal y será altamente considerada por su Padre Celestial como nunca antes ha sido considerada, a través de los tiempos.

Comprendan así, queridos hijos, la importancia de este movimiento espiritual de su Madre Celestial, que no solo acoge a su planeta y a su Universo, sino también a otras galaxias lejanas a esta.

Yo les traigo así la consciencia para estos tiempos, de unir lo superior y lo inferior en uno solo, de unir el Cielo y la Tierra, a Dios y a los corazones, en una sola Comunión, en una perfecta Comunión con Cristo, para que el planeta sea redimido y curado de todo lo que necesita en este ciclo.

Es por eso que hoy les muestro Mi Inmaculado Corazón, nuevamente lleno del amor de Sus hijos, que deben seguir cultivando la hermandad, la unidad, la fraternidad y especialmente, la fe en Dios.

Esperé muchos siglos para revelar, a la humanidad, poco a poco, la grandeza de Mi Amor y de Mí Inmaculado Corazón.

Hoy les traigo este Corazón, para que contemplen el misterio delante del cual están hoy.

Contemplen en su interior la grandeza de este Corazón, que hoy se manifiesta pequeño, pero que guarda dentro de sí una inmensa Vida.

Siglo tras siglo, hijos Míos, estuve silenciosa, y las veces que hablé al mundo, hablé aquello que podían escuchar, porque la humanidad estaba creciendo como un pequeño niño que da sus pasos, poco a poco, en la comprensión de la vida superior. Pero ahora los tiempos cambiarán y la humanidad también debe cambiar. Por eso les pido que su devoción se convierta en fé, una fé que les abra las puertas para que ingresen en Mi Reino, en el Cielo, así como en la Tierra; en el Paraíso Universal, así como en el Reino de Lys, y en tantos otros que aún les debo revelar.

Mi Corazón hoy expuesto delante de sus ojos, simboliza el misterio de la Voluntad Divina. Que la Verdad ya no esté oculta, y que todos puedan sentir, contemplar en sus oraciones, la verdadera grandeza del Plan de Dios para este mundo.

El Reino de Lys ya no se ocultará, porque las almas, muchas de ellas, perdieron su pureza y deben reencontrarla para que este mundo se torne sagrado.

De es forma, hijos, después de cien años preparando el corazón humano, Mi Corazón vendrá nuevamente a mostrarse a sus ojos, para que este manantial de pureza se abra definitivamente para el mundo.

Esto significa que el Creador les ofrece la oportunidad de que sean consecuentes con Él, de que laven sus faltas, de que curen sus imperfecciones y de que recuperen el camino de retorno, del cual salieron hace mucho tiempo.

Mi Corazón expuesto delante de sus ojos irradia la pureza de Dios, que es la primera puerta que les abro para el Reino de Lys.

Entren en Mi Inmaculado Corazón, porque hoy, a través de sus oraciones más sinceras, generaron méritos para eso. Y con eso les pediré que no solo ingresen en este instante, sino que vivan en Mi Inmaculado Corazón, que sientan Mi Presencia todos los días, actúen Conmigo, piensen con Mi Pensamiento, sientan con el Sentimiento de Mi Corazón y de esta forma, hijos, sean dignos de ser llamados hijos de María, proclamen Mi Presencia en el mundo, a través del ejemplo verdadero de que están en Mi Inmaculado Corazón.

Es colocándolos hoy bajo Mi Manto que los renuevo, renuevo su consagración, sus votos para con Dios, aquel compromiso que hicieron con Él en el principio, y que tantas veces los ayudé a renovar, para que algún día se torne la prioridad de sus vidas, que lo puedan cumplir con plenitud, vacíos de sí y llenos de Dios.

Con Mi simple mirar, su Madre Celeste renueva a Sus hijos y renueva todas las cosas.

Deseo que sientan y escuchen Mi simple mirar; Mi mirada sencilla, humilde y sincera, llena de Amor, llena de Verdad y de esperanza para con todos Mis hijos del mundo.

Hoy, estas rosas, rosas blancas de la pureza original, a los Pies de su Señora y de su Majestad, son consagradas, para que sus vidas, el próximo trece de mayo, sean como rosas abiertas, la pureza original de los Rayos de la Misericordia de Dios, para que todo sea curado, para que todo sea cicatrizado, para que no haya resistencias, sino alegría eterna, júbilo de vivir y de servir a Dios.

Hoy consagro a estas rosas y daré tres rosas para Mi hija, Mi hija amada; representando en ellas la bendición del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN LA CIUDAD DE PORTO, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

He venido del Cielo para traerles Mi Paz y Mi Esperanza.

Esto es motivo de Mi Alegría al ver tantos hijos que hoy se consagran ante Mi Corazón, para hacer triunfar Mi plan en el mundo, que son los Planes de Dios, en esta humanidad y en este planeta.

Hoy abro las puertas de los Cielos para cada uno de ustedes, hijos Míos, para que puedan ingresar, en consciencia y en devoción, al Gran Reino de Fátima que espera despertar en ustedes la pureza original.

Ustedes saben, hijos Míos, que Europa necesita de esa pureza. Esa  pureza debe estar en todos los corazones que aquí viven, para que la Obra de Mi Hijo pueda seguir adelante.

No se cansen, queridos hijos, de escuchar Mis palabras, pues hoy Yo les traigo el signo de Mi estrella de Luz, aquella estrella que indica el nuevo tiempo en la humanidad y que Yo, una vez, hice aparecer en Fátima, a los pies de Mi Manto.

Esa estrella indica que el tiempo  de la purificación de los corazones está llegando, para que limpios de toda mancha, puedan ingresar en el Reino de Dios y nunca más estar separados de la verdad que habita en los mundos superiores.

Queridos hijos,  hoy finalizo Mi peregrinación por Europa. Y a partir de este momento, estaré sembrando un nuevo ciclo cuando retorne una vez más aquí, para abrazarlos y consolarlos, para que sus corazones se curen definitivamente y ellos se postulen para esta Obra Redentora que ofrece Mi Hijo para cada corazón humano.

De la misma forma, queridos hijos, que hoy estoy unida a cada uno de ustedes y a través de Mis palabras, preparando vuestra verdadera consagración,  estoy unida a cada uno de Mis hijos en el mundo, a cada luz que surge de cada Centro Mariano y que se une a Mi Corazón en este momento, para que Mi Obra se pueda expandir en el mundo espiritualmente y así, en todas las almas que más lo necesitan. 

Es  de esa forma, queridos hijos, que a través de sus almas y corazones Yo estoy tejiendo esa Red de Luz que se expande por todos los continentes de este planeta, para reforzar la alianza de los corazones con Dios y así con su Propósito Divino, que hoy vengo a ofrecer amorosamente para cada uno de ustedes. 

Extendiendo Mis Manos hacia ustedes, nuevamente derramo Mis Gracias, así como las derramé en la Argentina, una Gracia para cada uno de ustedes; lo que más necesitan en esta vida y para este camino espiritual, que Yo los invito a vivir Conmigo, por medio de la oración y de la fe que hoy deben profesar sus corazones, como el mayor testimonio de amor del triunfo de Mi Corazón Inmaculado aquí, en Portugal y en Europa.

Vine a esta ciudad, una vez más, para decirles a Mis corazones, a Mis pequeños hijos, que ya se iniciaron en esta tarea espiritual hace tantos años, que deben renovarse, que deben dar el paso, para que muchas más almas  se puedan aproximar aquí y no solamente Portugal reciba la Gracia de Mi Corazón, sino todas las almas que están en Europa, esperando por ese despertar, por ese paso definitivo, que en esta encarnación vinieron a vivir.

Es de esa forma, queridos hijos Míos, que Mi estrella de Luz se posa a los pies de Mi Manto y revela ese signo para todos.

Los nuevos cristos deben despertar, ser los nuevos legionarios del Señor, que vivan Su Palabra, Su Testimonio de Amor, Su Propósito en cada uno de ustedes. Es así que  transmitirán a todo el planeta ese impulso espiritual que hoy les traigo a través del Sagrado Corazón de Jesús.

Queridos hijos, llegó esa hora de que firmen ese documento espiritual en el libro sagrado de Mi Corazón, donde sus nombres están escritos desde hace mucho tiempo, para que junto a Mí, unidos a Cristo vuestro Señor, cumplamos esta Obra Redentora del fin de los tiempos.

Necesito que salgan de sus casas a buscar a los corazones que más necesitan de Luz, necesito que sean Mis brazos y Mis manos en esta hora, para llevar adelante esta Obra de la  Redención de las almas.

Sus corazones están llenos de instrucciones, pues las han recibido a lo largo de los años, a través de Mi Hijo fiel, que Yo traje para ustedes, para que pudieran crecer interiormente y aprender a vivir en la hermandad.

Queridos hijos,  hagan lo que les pido, y no se arrepentirán. Las almas deben aproximarse aún mas a Mi Corazón, ser la luz en estos tiempos de tinieblas. Por eso Yo les traigo y les presento este propósito, propósito divino a los Ojos de Dios, que debe ser cumplido por cada uno de ustedes.

Es así, queridos hijos, que Mi Obra no solo estará en América, sino también más allá de Europa, porque deseo llegar a los corazones de Asia, del Lejano Oriente, que necesitan de Mi Voz, del Abrazo, de Mi Consuelo, de Mi Corazón, de Mi Luz, para poder seguir caminando en esta hora crucial del planeta.

Ustedes tienen ese compromiso, queridos hijos, como consciencias europeas, de abrir las puertas para esos corazones que están tan lejos.

Será el idioma de sus corazones, el amor de sus espíritus y almas que abrirá las puertas para todos esos corazones, pues aún, queridos hijos, hay muchas almas que deben conocerme profundamente.

Yo no solo soy la Virgen María, soy la Madre del mundo, soy la Gobernante Mayor, soy la que rige sus vidas y almas, soy la pastora que conduce a los rebaños de Mi Hijo hacia el Templo del Corazón.

Por eso hoy estoy aquí, renovando sus votos antes de partir para América, para encontrarme con todos Mis hijos y unir a todos los corazones de Sudamérica y del mundo en el Centro Mariano de Aurora, donde el noveno año será vivido con todos, el aniversario en que Mi Consciencia llegó definitivamente a sus vidas. 

Nueve ciclos se cumplirán y nuevas puertas se abrirán para que los corazones sean conducidos hacia su propósito.

Deseo, queridos hijos,  que Me acompañen en esa gran convocatoria que hoy les hago de estar Conmigo en el Centro Mariano de Aurora, recibiendo un poco más de cura interior para sus espíritus, para todos sus semejantes, para toda la consciencia del planeta, que tanto necesita de servidores de la paz, de guerreros de Mi Corazón, que en su templanza, alcancen la redención.

Abriendo las puertas del Reino de Fátima, congrego a los corazones en el Amor de Dios y a todos aquellos que se unan a este momento, para que en esta amada Europa se pueda vivir y profesar la paz, como el propósito para estos tiempos.

Hoy vengo como la Señora de la Gran Estrella, para mostrarles Mi Signo de Luz que aún debe revelarse en los corazones simples que amorosamente siguen Mis pasos, con la vivencia de la oración, de la Paz, del Servicio y del Amor. Amor absoluto que los colma, que los renueva, que los redime, que los eleva al Corazón del Padre Celestial. 

Yo soy esa Señora de la Gran Estrella, que trae para todos la revelación del Universo, de la verdadera Consciencia, la Consciencia Única de vuestro Padre que aún no es conocida por el mundo.

Fátima es una preparación para ese momento. Es así como doy continuidad a Mi Obra en este tiempo.

Después de haber abierto las puertas en Medjugorge, aquí, queridos hijos, doy continuidad a Mi Obra espiritual para que las almas sean consecuentes con Dios y así como lo he pedido a lo largo de los tiempos, por medio de diversos videntes, la humanidad pueda cumplir lo que en verdad vino a realizar, para que pueda nacer la Nueva Humanidad.

Es a través de los hijos que se consagran hoy, como los que ya se han consagrado a través de las apariciones, mes a mes, de tiempo en tiempo y de ciclo en ciclo; es así que Yo instituyo, queridos hijos, las semillas de la Nueva Humanidad que brotará en el próximo tiempo. Esta es la señal que trae Mi gran estrella, la promesa que al fin se cumplirá en cada uno de Mis hijos, siempre y cuando sean consecuentes con todo lo que Yo les pido.

Ustedes, queridos hijos, son partes de Mi Obra celestial y mundial. Son piezas de este gran puzle que Yo vengo a reconstruir en el mundo, después de que Mi adversario lo destruyó. 

Yo vengo a concretar en sus vidas el verdadero propósito para sus almas, la tarea que deben realizar Conmigo en esta convocatoria universal que hoy hago para todos.

Y este momento que comparten con Mi Corazón Inmaculado, también servirá para aquellos que se consagrarán en el futuro, asumiendo su compromiso fiel Conmigo de hacer todos los esfuerzos, de cumplir Mis designios, de cumplir la Voluntad de nuestro Dios, del Altísimo Padre.

Sobre este árbol, dejo la presencia de Mi Amor por todos los Reinos de la Naturaleza. Aquí dejo la señal, en este pequeño árbol, de que los Reinos deben ser reverenciados y que también ellos necesitan de sus oraciones. 

Ustedes, queridos hijos, como una única raza, están aquí y han estado aquí hasta este tiempo, dentro de este planeta tan amado por nosotros, porque los Reinos Menores han generado esa Gracia para todos.

Ustedes saben que ellos sufren mucho la consecuencia de la acción humana, la destrucción, la blasfemia, todo lo que el hombre realiza en contra de su evolución. Y aún así, queridos hijos, ellos siguen donándose por ustedes y para ustedes hasta el fin de los tiempos, hasta que retorne Mi Hijo.

Díganle a los hombres injustos que no destruyan la Naturaleza, que cuiden de los Reinos, que no asesinen a las ballenas.

Están destruyendo, queridos hijos,  la evolución de la Creación de Dios y ese es uno de Mis profundos dolores por la falta de consciencia, sobre todo por la falta de amor.

Díganle a toda Europa, y mas allá de ella, que cuiden de los Reinos Menores, que siembren códigos de luz, a través del servicio a cada uno de ellos. Así, en el día del Juicio final no serán juzgados porque habrá actuado la Misericordia de Mi Corazón.

Alguna vez se han preguntado, queridos hijos, ¿por qué Yo anhelo tanto estar sobre los árboles? Les dejo este símbolo para que lo mediten.

El árbol representa la Sabiduría de Dios y ustedes, como seres humanos, inconscientes, destruyen esa sabiduría espiritual que el Reino Vegetal revela al mundo.

Muchos de los que no están hoy aquí, que fueron precursores de esa destrucción a través de los tiempos, tomaron consciencia de todo esto, después de haber partido de la Tierra. 

Rezo por ellos, por las almas del purgatorio, para que puedan alcanzar la Luz del Reino Celestial. 

Que ustedes, queridos hijos,  no sigan los mismos caminos. Adviertan a todos los corazones, principalmente a los más injustos, que están a tiempo de cambiar su actitud.

Las ballenas lloran por las consecuencias de los hombres. Recuerden que Soy la Madre del mundo, la Madre Naturaleza.

Y cuando la Naturaleza es destruida por el hombre, están destruyendo Mi Consciencia.  Pero Mi Amor, que es más infinito, poderoso que todos los errores del mundo, trae la Gracia de despertar sus consciencias y las consciencias de sus hermanos, para esta magnífica Obra de la Redención de los corazones de todos los seres de la tierra.

Recemos:

Madre del Cielo, Madre Tierra
intercede por nosotros y por los Reinos.

Una más:

Madre del Cielo, Madre Tierra
intercede por nosotros y por los Reinos. 
Amén

Recuerden que las ballenas son la consciencia madre para el planeta. Ellas acogen, en su pureza original y en su inocencia, a todos los seres de la Tierra; porque ellas equilibran los océanos, y también a todas las consciencias mentales. Recuerden esta instrucción.

Y ahora, queridos hijos, junto a Mis ángeles, celebraremos este momento de consagración de asumir este compromiso Conmigo, de ser portadores de Mi Paz y de Mi Gracia para toda la humanidad que tanto lo necesita.

Y así, bendeciré los objetos sagrados que han traído a Mi Altar para que sean entregados a los que más lo necesitan. Así trabajarán su desapego, porque Mi Gracia los colmará más allá que los objetos.

Sean misericordiosos como el Padre es Misericordioso con ustedes.

Lleven la paz a todos los que la necesitan y no se olviden que el prójimo debe estar primero en sus vidas.

Que vengan aquí los que hoy se consagrarán como "Hijos de María".

Mientras las puertas aún se abren, que canten el himno de su consagración.

Flores de luz son derramadas...

 Ave María... (x3)

Mis muy queridos hijos, hoy dejo la Gracia de Mi Corazón para que ella se plasme en sus vidas como el mayor testimonio de su conversión y como respuesta de sus corazones al llamado de Mi Hijo, Jesucristo.

Ante la autoridad que el Padre me concedió y desde todos los coros de Lys con todos los ángeles del cielo, bendigo a cada uno de sus corazones y familias, instaurando la paz y el bien en cada uno de Mis hijos, la renovación y la esperanza de todos los corazones de Europa para que cumplan el propósito de seguir el camino hacia su liberación y redención en el momento en que retorne Mi Hijo, glorioso y victorioso entre las nubes.

Coloco Mi mano sobre sus cabezas, rezando a Mi Hijo.

Yo les agradezco por responder a Mi convocatoria y por ser portadores de la paz celestial que es posible vivir en estos tiempos.

Los amo, los bendigo y los abrazo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. 

Y ahora estando consagrados, proclamen este himno en unión a todos los "Hijos de María" en los cuatro puntos de este mundo.

Vayan en paz.

Les agradezco por haberme ayudado a cumplir con esta peregrinación y recuerden que prometo retornar,  cuando así Dios lo decida.

¡Les agradezco!

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Y aún cuando el mundo no escucha a Dios, Su Amor se hace visible en los corazones humildes.

El poder de Su Simplicidad es grandioso, por eso hay muchos que no lo conocen. Mas aquellos corazones que son simples siempre lo conocerán, a pesar de que no tengan nada en su vida material.

El contacto con Dios se crea a través del amor, de la unión perfecta con Él, en la búsqueda incesante de Su Universo, para concretar Su Voluntad sobre la Tierra.

Hoy vengo como la Madre del Uruguay, porque aún tengo esperanza.

No demoraré en trabajar para que Mis hijos despierten; así como deben despertar, queridos hijos, todas las criaturas de este mundo, antes de que la purificación se acreciente en cada una de sus vidas.

Pero Dios no imparte castigo para nadie, Él solo desea que lo amen y que lo busquen todo el tiempo.

El Amor de Dios es lo que construye todas las cosas y es lo que permite manifestar las ideas divinas en todos los planos.

Si en sus corazones no está el Amor de Dios, el Amor del Único, ¿cómo lo conocerán?

El Padre no está lejos de nadie, solo que está muy olvidado y las almas sustituyen su despertar por las modernidades, por la búsqueda vanidosa de la espiritualidad, por la búsqueda de la energía que solo pertenece al Creador.

Por eso, queridos hijos, Yo les enseñé a orar. Con algo tan simple y profundo, he visto que sus vidas se han transformado con mucho esfuerzo.

Pero aún hay mucho por hacer. Tendré que cumplir con Mis Obras, las Obras que Yo he prometido al Padre, junto a sus corazones, y esas Obras no pueden finalizar sin que el mundo las conozca antes, así como Yo las he revelado en otros tiempos y en otras apariciones.

Hoy vengo bajo el esplendor del Amor, para que lo puedan reconocer en su interior. El Señor necesita que se unan a ese Amor para que aparten sus consciencias de la ilusión que promueve el mundo, una ilusión que promueve el aborto, la drogadicción, el fanatismo, la superstición, la soledad, el abandono, la falta de luz en el alma.

Pero es el Amor infinito de Dios lo que hoy Me ha traído aquí, queridos hijos, para compartir con ustedes lo que es la Verdad; la Verdad que no es profundamente conocida, pero que debe ser amada por ustedes para que estén dentro de la Verdad de Dios.

El Señor, que está en el Universo y rige en todos los cielos, no quiere el castigo de nadie; pero las decisiones del mundo, las actitudes de las almas llevan a que Sus Leyes se manifiesten en este tiempo con severidad.

Dios no podría ser Dios si no fuera el Dios del Amor.

El Amor fue lo que creó todos los universos, las estrellas, los planetas y la vida en todos los planos; pero si el Amor de Dios no está presente en sus corazones, nada de eso podrán conocer.

La vanidad espiritual es un arma muy peligrosa para este tiempo. Sé que existen almas, queridos hijos, que buscan la vida espiritual con arrogancia, con propiedad y control.

Las criaturas de la Tierra nunca tendrán nada para sí. Por eso les hemos enseñado, queridos hijos, a través de nuestra Presencia en el mundo, por medio de los Sagrados Corazones, que la humildad es la primera tabla de su salvación.

Sin humildad, nada conseguirán.

Sin humildad no podrán conocerse a ustedes mismos y desterrar lo que no es verdadero, lo que Yo llamo de falso.

Así el mundo, a través de los tiempos, de la guerra, de la aniquilación y del falso poder, creyó conquistar el planeta.

No será necesario, queridos hijos, que observen lo que sucede en el mundo. Miren a su lado y verán la verdadera necesidad.

Jesús también está dentro de los corazones que sufren y Él espera que lo puedan servir a través de sus hermanos.

El servicio en este tiempo es lo que promoverá la salvación de la humanidad; el servicio a los Reinos de la Naturaleza, a todo lo que encuentren en sus caminos como necesidad.

Hay mucho por hacer, queridos hijos, y son pocos los corazones y brazos que se disponen a hacerlo.

Uruguay tiene esa gran oportunidad.

El servicio en Uruguay no es la prioridad de las almas para su camino espiritual, porque significa rebajarse ante el prójimo.

¿Acaso Jesús, Vuestro Señor, no lavó sus pies por medio de los apóstoles?

Él se humilló ante ustedes para que Dios pudiera derramar la Misericordia sobre el mundo; Él se dejó morir en la Cruz, para que ustedes se pudieran salvar.

Él es la Verdad. No hay otra, queridos hijos, en este tiempo.

Los espíritus impuros podrán revelarles muchos secretos, o las energías que creen conocer podrán satisfacerlos; pero si no hay oración, no hay Amor de Dios, no hay servicio, no hay ascensión de la consciencia.

Estas bases que Yo les dicto los harán dignos ante el Señor.

Y creerán que orar será algo rutinario, pero en este tiempo es el portal que se abre para la liberación del mundo, en todos los Centros Marianos que Yo he consagrado a la devoción de Mi Inmaculado Corazón.

Aurora es ese Centro que Yo consagré desde el principio, cuando Mi Luz, la Luz del Amor de Dios, posó Sus Pies sobre este lugar.

Muchos creen que esto todo fue una locura y que aún lo sigue siendo. Miren el interior de sus hermanos y verán los frutos que Yo he conseguido realizar, de forma simple pero verdadera.

El mundo busca lo que satisface sus deseos y se aparta de Dios. Por eso sufre y no encuentra la Luz, se pierde en las tinieblas y sucumbe en los infiernos de la consciencia; cuando están sumergidos en el error, en la perdición, en el engaño y el sufrimiento, ¡ahí recuerdan a Dios!

Pero como Él sabe que la humanidad es muy frágil y débil, Él envía a Su Sierva para que sus ojos del corazón se abran a reconocer la Luz que viene del Cielo y de todo el Universo.

Queridos hijos, trabajaré con los que estén Conmigo hasta el final. No necesito que Me prometan nada, solo que hagan lo que les pido de la mejor forma posible.

Agraden al Corazón de vuestro Dios ofendido y mediten en Su Presencia a través de la Eucaristía; y que la oración siempre los eleve a lo Alto, así como Yo los elevo en Mis brazos a la Casa del Padre Celestial.

Hoy vengo a traer la quietud para sus espíritus, la serenidad para sus almas y la restauración para sus cuerpos.

No podré prometer, queridos hijos, que las batallas espirituales en este mundo cesarán. Mientras haya guerra y matanza de animales en la humanidad, el sufrimiento existirá.

Por eso, Yo los llamo a la oración; para que sus cuerpos, células y átomos se puedan elevar y perciban, finalmente, que no es necesario comerse a otro, a otro Reino semejante, tan amoroso e insignificante a sus ojos.

El Amor de Dios es lo que permite mantenerlos en la unidad.

Por más que lo que hoy les digo, queridos hijos, sean siempre las mismas palabras, es porque hoy todavía no han elevado sus corazones hacia Mis pedidos.

No cierren sus corazones por nada. Yo siempre los mantengo en Mis brazos para que puedan ver a Jesús y Su Corazón, que resplandece en este Universo.

Él es el Sol que los guía.

Yo Soy la Estrella que les indica el camino para poder encontrar su verdadero amanecer en la presencia de Aurora.

No se desesperen, pero no sean ingenuos. Acepten vivir la reconciliación, para que en el mundo se establezca la paz.

Estoy unida a cada corazón que hoy ha orado Conmigo sinceramente; porque Dios reconoce las ofrendas de todos Sus hijos y agradece su esfuerzo.

Ahora, queridos hijos, ante los Tronos del Padre, de los arcángeles, de los elohim, de los coros y ejércitos celestiales y de los ángeles de la guarda, que han sigo desterrados por las criaturas de este mundo que no aceptan el Amor de Dios, junto a ustedes y a cada peregrino oraré por el mundo con una simple proclamación.

Coloquen sus manos en recepción para que reciban el mayor regalo del Universo: el Amor de Dios que se fundirá en sus corazones y en el Corazón de Dios.
 

Padre del Universo, escucha la Voz de Tu Servidora
y enciende en los corazones la Llama de Tu Sagrada Presencia.

Perdona a la humanidad por su continuo sueño y despierta,
a través de Mi Aurora, a todos los que duermen.

Líbéralos de la ingenuidad. Llévalos hacia el servicio
para que encuentren Tu Paz y Tu Amor.

Derrama, a través de Mi Corazón bondadoso y servicial, todos Tus Dones
y concreta Tus Obras en todos los corazones del mundo.

Envía a Adonai, ¡Oh Padre Amado!, a Tus ángeles de Luz, para que derramen
Tu Misericordia sobre aquellos que Te niegan y no Te escuchan.

Ten Piedad, Señor, por los que son ignorantes y cierran su corazón a Tu Llamado.

Que en la última hora de este mundo las almas encuentren Tu Camino
para llegar a Jesús, y que Jesús los lleve a todos hacia Tu Reino de Poder Celestial.

Hoy dejo a Tus Pies, Padre Universal, a cada una de Tus criaturas,
para que no hagas temblar en ellos Tu Justicia,

sino que enciendas en sus corazones la Compasión infinita de Tu Espíritu.

¡Oh, Señor del Universo!, cierra las puertas inciertas en este mundo.

Perdona a los que no hacen bien las cosas y se olvidan de Ti.

Compadécete de los que destierran, de los que sufren el exilio.

Y muéstrate con Tu Faz, con Tu Gloria y con Tu Amor
a cada ser de este planeta, para que por Mi imploración y Mi alabanza a Ti,
Emmanuel, el Plan pensado por Tu Mente Única se cumpla hasta la Nueva Humanidad.

Amén.

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Cantemos Ave María, en la Presencia de nuestra Madre.

 

Los encontraré siempre en la oración del corazón, sagrado refugio de las almas que esperan el retorno de Cristo.

Les agradezco por responder a Mi llamado y por orar por la consagración de las Américas a Mi Inmaculado Corazón.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Hermanos, siempre es muy bueno que intentemos guardar en nuestro corazón ese Amor que nos trae María, este Amor que todo lo comprende, que todo lo alcanza, que todo lo puede, y que Ella sabe, por encima de todo, que está dentro de nosotros: el Amor de Dios.

Ella vino con ese Amor de Dios, con esa Fuente del Amor y de la Unidad del Padre, a ofrecerlo no solo a nosotros, sino también a todos aquellos que no lo quieren aceptar.

Y María, pacientemente, a través de cada encuentro, nos decía que va intentando reconstruir, trabajar en cada uno de nuestros seres, esa conquista, ese triunfo del Amor de Dios en nuestros corazones, en nuestras vidas.

Que es ese Amor de Dios, según María, lo que nos va a ayudar a enfrentar estos tiempos, estos momentos difíciles que está viviendo la humanidad y que Dios se servirá del amor que nosotros le ofrezcamos para que también Su Obra se pueda cumplir.

Queríamos, sintéticamente, simplemente relatar cómo fue la Aparición de hoy, pues es importante, para que todos puedan llevar esa imagen, esa misión que María trajo a través de Su Presencia.

Cuando llegó aquí, Ella se mostró, como siempre se muestra, como la Virgen María. Hoy, su Manto, el Manto que la cubría, era la Bandera del Uruguay.

Y en un momento, cuando comenzó a dirigir Sus palabras, se aproximó más hacia nosotros para irradiar ese Amor de Dios, el Manto que caía por detrás de Ella, que formaba ese Velo que iba hasta los Pies, tenía las banderas de todas las Américas, de todas las naciones de América.

Y mientras hablaba, a pesar de que hablaba, Ella iba orando por cada una de las naciones, por cada uno de los miembros que forman las naciones y por cada uno de los presentes que estaban coligados con Ella en este momento.

Y cuando comenzó a aproximarse aquí, a aparecer como siempre lo hace a través de una esfera dorada de luz que viene del Universo Celestial, que comienza a dirigirse hacia el planeta hasta localizar este lugar espiritualmente, Ella comenzó a descender y a abrir varios Cielos a través de una columna de luz.

Y mientras esa columna de luz descendía con cantos de los ángeles, las almas perdidas, las almas que estaban presas en los infiernos de este mundo, comenzaban a elevarse a medida que Ella descendía.

Y allí fue cuando Ella apareció, y se mostró esa Madre que estaba con el Manto del Uruguay.

Así que, solamente queríamos relatarles eso para ustedes, para que realmente confiemos que todo lo que está sucediendo es lo que tiene que suceder y que tenemos que, como Ella decía hoy, amar esa Voluntad del Padre.

¡Gracias Madre por cuanto nos das!

Vigilias de Oración
APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Hoy, vengo no solo por ustedes, sino por el mundo, implorando junto con Jesús y con San José por la Nueva Humanidad, por la Nueva Tierra.

Hoy, vengo con alegría, pero también con compasión, por las almas que más sufren y que por sus oraciones fueron ayudadas ante el Padre Celestial.

Hoy, vengo a reestablecer entre ustedes y Yo la confianza infinita, la Gracia perpetua de unir corazones y almas en esta sagrada tarea por la Paz.

Pero aún debo ser más conocida en África y en el Lejano Oriente, donde Mi devoción también es intensa y fiel entre tantos corazones hermanos.

Mi Campaña por la Paz no solo debe recorrer América, sino el mundo; y ustedes son los portavoces de Mi Mensaje materno para estos tiempos finales. Cuento con cada uno de ustedes, hijos Míos, hasta el fin de los tiempos, en el que todo se desarrollará y un nuevo Plan aparecerá para los que perseveren de corazón y en oración Conmigo.

Hoy, no estoy sola aquí. Estoy con Mis hijos, con los que Me aman, con los que Me invocan, con los que son pacientes y escuchan Mis Palabras de corazón. Pero hoy, también estoy con los ángeles y los arcángeles, ayudando a esta parte de la humanidad dormida que vive su profunda ilusión; y rezo aún, hijos Míos, al igual que ustedes, por el despertar de todas las criaturas.

Hoy, quisiera dar Mi agradecimiento materno por cuanto han hecho por Mí, en el nombre de la Obra de Dios y también Mi agradecimiento por aquellos que hoy no están aquí y que también cumplieron con Mis Designios, porque Mi mirada, hijos Míos, Mi mirada de Madre, está en todas las criaturas, en aquellos que se hacen ver, en aquellos que se esconden en el Corazón de Mi Hijo para contemplarlo.

Hoy, el mundo vive su primera fase, más difícil y dura. Pero los Centros Marianos, hijos Míos, constituyen esa oportunidad de salvación y de Gracia para el mundo entero.

En Oriente y en Occidente, Mi Presencia está presente en aquellos que perseveran en la fe y en la consciencia absoluta en Mi Inmaculado Corazón.

Hoy, no vengo a traerles el horror del mundo, aunque esté presente en muchas almas pecadoras, en aquellas que se condenan por sus acciones, dentro y fuera de la Iglesia de Mi Hijo.

Hoy, vengo a buscar a aquellos que confiaron en Mi Propósito desde los primeros días en los que Yo estuve presente entre ustedes, aquí, en la Sagrada Figueira como en Aurora.

Yo Soy el Árbol y doy los frutos para todos Mis hijos. Yo Soy el Sol que nace en el amanecer de cada ser y que brilla, buscando establecer la redención y la paz en el fin de los tiempos.

Hijos Míos, Yo sé que necesitan de mucha ayuda. No se cansen de pedir Mi intercesión; pero confíen, todo tiene un tiempo para el universo y para el Señor.

Hoy, acojo en Mi Corazón sus súplicas y las súplicas de aquellos que, detrás de las pantallas, Me están escuchando; porque, queridos hijos, Yo no solo estoy aquí, sino también estoy con los corazones que se abren para recibirme en sus espíritus y almas. 

Yo Soy la Madre del mundo. Soy la Gobernanta Mayor. Soy la Estrella que los guía. Soy la Luz para sus caminos, después de Mi Hijo. Soy Quién ha recibido la confianza de guiarlos, paso a paso, en obediencia y en lealtad, en amor y en unidad.

Busquen en estos tiempos, no solo la unificación externa, sino también la unificación interior. Mi Hijo necesita establecer Sus dones en el mundo y en todos los corazones, antes de que Él retorne para establecer el Juicio Universal.

Queridos hijos, hoy Me han abierto sus corazones con sinceridad y sin apariencias. Han hecho lo que Yo les pedí desde el principio de este encuentro. Han cumplido con lo que Yo he deseado profundamente, que es espejar esta paz al mundo entero, esta paz que Yo les concedo en medio de la tribulación y del caos, en medio de la persecución y de la muerte de tantas almas inocentes.

No Me cansaré de venir al mundo para implorarles por oración. Ustedes saben que eso es poderoso e invencible; y más aún, se vuelve invencible cuando sus corazones oran unidos al Mío, en perpetua consagración de sus vidas, en todo lo que puedan dar a Dios, porque Él acepta todas las ofertas, no importando cuál sea.

Hoy, estoy dejando aquí, estoy instituyendo Mi confianza en los más jóvenes, en los nuevos rebaños de Cristo que serán los sucesores de la Palabra Sagrada del Redentor para todos los jóvenes del mundo, por todos los niños que claman en su llanto por Mi Voz, por Mi Presencia, por Mi Corazón.

Hijos amados, celebremos esta profunda comunión con Dios, con Su Hijo predilecto y ante la Presencia del Espíritu Santo que, como Luz los congrega en esta Santísima Trinidad para establecer el Proyecto de la Creación en los corazones humanos.

Hijos Míos, he escuchado la renovación de sus votos. Que esos votos no se vuelvan débiles; y cuando sientan que sus votos se debiliten, llamen por Mi Presencia en la noche como en el día, en la alegría como en la tristeza, en la oración como en los desafíos. Mi Hijo Me ha concedido la autoridad de estar presente en todas partes cuando un alma se coloca en oración ante Mi Corazón Inmaculado.

Hoy, Mi alegría se refleja en sus espíritus. Extendiendo Mis brazos hacia ustedes, abriendo Mis manos, irradio Mi Luz hacia el mundo; irradio el Espíritu de Mi Santidad y de Mi Pureza para que confíen, hijos Míos, que lo alcanzarán; así como Yo lo alcancé en constante ofrenda a Dios Todopoderoso.

Hoy, ofrezcan este momento, hijos Míos, por los que no están aquí, por los que ya no están aquí y por los que aún no han llegado aquí, para encontrarme. 

Establezcan, en Mi Nombre Inmaculado, el perdón, la reconciliación, ante un mundo que sufre el propio caos en estos tiempos.

Sean semillas en Mi jardín de Luz. Sean rosas que se abren en este encuentro para emanar el amor al universo, a través de su Madre Celeste, que recoge sus ofertas en sinceridad y en verdad.

Anímense, hijos Míos, a ser aquello que nunca fueron, a ser apóstoles de Cristo en la simplicidad de la oración. Necesito que estos ejércitos de Luz y de oración no decaigan, aunque Mi adversario lo intente, sus templos no temblarán.

Vengo a darles, hijos Míos, lo que nunca nadie ha recibido, esta Gracia expiatoria que los liberará de ustedes mismos y del pasado, como tantas veces lo he intentado incansablemente. 

Crean en Dios; crean en Su Reino que desciende, por segunda vez, a través de Su Hijo amado; en la preparación de este importante Retorno al mundo, en Gloria y Luz.

Crean en los ángeles y sientan su guía, su presencia y su servicio eterno.

Crean en el Espíritu Santo que los une, de corazón y de alma Conmigo, en este sagrado oratorio espiritual de su Santísima Madre Universal.

Crean en la fe que Yo les derramo, en la fuerza imperiosa de la oración que abre las puertas a la paz y a la Misericordia.

Crean en Mi Campaña por la Paz porque, así como Yo guie a los apóstoles hasta la Ascención de Jesús, hijos amados, Yo los guío para el cumplimiento del Plan de Dios en estos tiempos críticos. Ustedes, hijos Míos, deben ser la propia Campaña de Paz manifestada sobre la superficie de la Tierra. Si ustedes, hijos Míos, no viven la paz, ¿cómo la paz se establecerá delante de tanta adversidad y errores?

Queridos hijos, proclamen la paz a través de las campañas, para que Mis peticiones se cumplan en esta última hora que llega al mundo, antes de que todo suceda.

Mi última aspiración es llegar a Nicaragua, a México, a los Estados Unidos y a Australia. Oceanía debe consagrarse a Mi Inmaculado Corazón y ustedes, hijos Míos, lo pueden conceder.

Hijos Míos, Yo estoy aquí para demostrarles, a todos, la confirmación de Mi Amor por cada uno.

Ahora, hijos Míos, en la Presencia Sagrada de la Trinidad, escúchenme a través de Mi hija Lucía de Jesús, pues Mi Voz también se graba en los corazones.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Podrán preguntarse por qué, hijos Míos, deseo transmitir Mi Mensaje a través de tantos videntes de este mundo; si no sería suficiente que un solo corazón se consagrara al Mío, ya que Mi Voz es una sola.

Necesito que muchas voces sean el eco de la Voz de Mi Corazón en muchos idiomas, transformando el destino de las naciones, borrando el pasado que la humanidad imprimió en la consciencia de este mundo.

Necesito, hijos Míos, que Mi Paz sea proclamada en muchas vidas, en todos los Reinos y es por eso que reconfirmo Mi Presencia a través de tantos instrumentos que utilizo en este mundo. Por medio de cada uno de ellos, Mi Maternidad se expresa y Mi Corazón se manifiesta en la Tierra.

Pero hoy, los congregué aquí no solo para perdonarlos y para curarlos como individuos o como humanidad; los congregué en este lugar para reconsagrar sus vidas y, a través de ustedes, al mundo entero.

Como este planeta, que coloqué en Mi Altar, hoy está envuelto por Mi Manto Celeste, así también, hijos Míos, toda la consciencia planetaria hoy está amparada por Mi Inmaculado Corazón, y eso es posible porque ustedes oran Conmigo todos los días.

Hoy, vengo a instituir en sus vidas Mi Reinado de Paz, para que proclamen esta Paz y la lleven a los cuatro puntos del mundo. Yo los enviaré, hijos Míos, así vestidos con Mi Manto, a muchas naciones para que anuncien Mi Presencia no solo en las Américas, sino en todos los corazones que se abran para responder a Mi llamado. 

A través de ustedes y de todos los que responden a Mi Voz Celestial, demostraré a la humanidad que Mi Presencia es verdadera en todos los Centros Marianos, como en la esencia de cada ser.

Yo estoy, hijos Míos, dentro de cada uno de ustedes, dentro de todos los que escuchan Mi Voz, aquí como en cada Centro Mariano en donde es proclamada. 

Mi Corazón es único y se expande al mundo, todos los días, a través de cada ser orante que se vence a sí mismo; que vence, en cada segundo de sus vidas, todas las influencias de este mundo, de sus modernidades, de las energías capitales, para vivir un poco inmerso en Mi Reino, en la Paz que les traigo y que intentan mantener en sus vidas todos los días.

Hijos, les pido que frecuenten los Centros Marianos, para que fortalezcan sus corazones, para que descubran por sí mismos que estas son islas de salvación y de paz para todos los Reinos, todos los Reinos de la Naturaleza, que son Mis hijos. Y que, a partir del alimento de la fe que cada Centro Mariano le trae a sus vidas, puedan irradiar esa fe a todos Mis hijos que están en los abismos de este mundo, en los abismos de la ignorancia, de las ilusiones, de los placeres mundanos; porque no conocen, hijos Míos, la grandeza de Mi Reino, no conocen Mi Paz y viven en el caos, en la desilusión y en la desesperanza, cada segundo de sus vidas. 

Deseo que, a través de cada Hijo de María, se irradie Mi Amor a Mis hijos más perdidos.

Quiero llegar, hijos Míos, a través de ustedes, a todas las naciones de este mundo, no solo de las Américas; porque si bien Mi Reino se establecerá en América, para que aquí pueda surgir una Nueva Humanidad, quiero que todos Mis hijos de este mundo lo sepan y vivan en esa Nueva Humanidad, o que por lo menos la preparen con sus oraciones y con sus corazones.

Eso no significa que abandonaré a los demás continentes de este mundo. Por eso, quiero consagrar a la Tierra, para que muchos que tienen deudas impagables puedan alcanzar el perdón y la redención mientras aún hay tiempo. 

Quiero salvar a Mis hijos de las demás naciones de este mundo; quiero llevar Mi Perdón y Mi Paz a aquellos que nunca la conocieron, porque desde su infancia nacieron en las guerras, en la persecución y en el dolor, en el desamparo que el enemigo causa cada día en sus pequeñas vidas.

Quiero demostrarles a Mis hijos, a los más pequeñitos, que Mi Amor se expande al mundo y que puede llegar a sus pequeños corazones. 

Quiero amparar a aquellos que viven en las guerras y que no conocen el amor, aquellos que solo conocen las bombas, el terror de las armas, del desamor, para que sepan, hijos Míos, que una Madre Celestial los aguarda, que necesita que establezcan la paz aun en medio del caos. Porque este caos, hijos, se podrá expandir por el mundo para probar a los corazones, para que se confirmen ante Dios; que confirmen que, a pesar de todas las influencias del enemigo, aceptan Mi Amor, aceptan vivir los Planes de Dios, así como Mi Hijo confirmó en la Cruz que, a pesar de todo el martirio, de toda la negación, de toda la humillación que le causaron a Su Corazón Sacratísimo; Él aceptaba amar a Sus enemigos, aceptaba establecer el Plan de Su Padre y vivir el Perdón, independiente del terror y de las humillaciones que le causaron a Su Corazón.

Quiero enseñar a todos los Hijos de María, los que se consagraron y los que se consagrarán; que, a pesar de la negación, hijos Míos, y a pesar de todo el mal que este mundo les ofrece, venzan ese mal, venzan la negación y vivan el amor, como les enseñó Mi Hijo y como les enseña Mi Inmaculado Corazón, que en esta noche les sonríe, a pesar de todo el temor que viven tantos de Mis hijos en el mundo.

Hoy, les sonrío a cada uno de ustedes, porque Me alegro ante la esperanza que irradian al mundo. Recibo esa esperanza en Mis brazos y la llevo a Mis hijos más perdidos.

Quiero sonreírles a sus corazones, hijos Míos, para que también ustedes puedan irradiar una sonrisa a aquellos que no conocen la alegría y puedan demostrar al mundo que son capaces de vencer la tristeza, la desilusión y el desamor, porque conocen Mi Corazón, porque son participantes de Mi Reino y de Mi Paz en estos tiempos.

 

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Extendiendo Mis brazos hacia ustedes y en consecuencia hacia el mundo, también estoy con aquellos que salieron del camino y que, por Mi Gracia eterna, retornarán.

Quisiera, hijos Míos, decirles algo importante: cuando el Libro del Cristo y de San José estén prontos, la mitad de la Obra que Yo he venido a hacer aquí con ustedes, desde hace tantos años, estará cumplida; y aún más se cumplirá cuando Norteamérica, América, África, Europa y Oceanía conozcan los libros de los Sagrados Corazones.

Ustedes, hijos Míos, serán los mediadores para eso, así como han sido los mediadores para llevar el conocimiento y la instrucción a través de los años.

Esta es una oferta que Yo les hago a la Asociación María, a la Irdin y a la Federación, que son los pilares, en este momento, de Mi Obra corredentora con Mi Amado Hijo Jesús y con todas sus almas.

Ahora, hijos Míos, preparé sus corazones para lo que Yo diré mañana. Mi última petición es que recen la oración “Acto de Consagración al Divino Corazón de la Madre Celestial” ante Mi altar; y llamaré a los jóvenes que han venido aquí, a este encuentro, para cantarme en el día de mañana.

Quisiera que vinieran aquí a orar Conmigo esa oración también por todos los jóvenes del mundo.

Les agradezco, por responder a Mi llamado.

Elevándome al Cielo, los escucho llevando las súplicas al Padre Celestial por todos los que deberán ser Mis hijos consagrados, en un futuro próximo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a orar dos veces más, a pedido de Nuestra Señora, cerrando y sellando esa unión con la Santísima Trinidad:

En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Podemos ponernos de pie para orar, los jóvenes pueden aproximarse alrededor del altar, como lo pidió Nuestra Señora.

Vamos a ofrecer esta oración como María lo pidió, no solo renovando en este día nuestros votos de Hijos de María ante el Inmaculado Corazón de María, sino también por todos los jóvenes que siguen el Camino de Cristo y por los que lo deben seguir y que deben despertar como Sus apóstoles.

 

Acto de consagración al Divino Corazón de la Madre Celestial

Querida Madre Celestial,
hoy me consagro a Tu Divino Corazón
y te entrego mi pequeño corazón
y mi paciente alma,
para que, en Tu Glorioso Reino de la Paz,
yo pueda encontrar fortalezas para caminar en la vida,
amor para mi consciencia,
entrega para mi donación,
perdón para el pasado,
redención para lo que aún debo trascender
y misericordia para este mundo.

Estoy unido a Ti,
Misericordiosa Madre,
en esta misión de Paz para con mis almas hermanas.

Estoy cerca de Tu Corazón,
Divina Concepción de la Trinidad.

Que Tu Voluntad invada mi alma,
para que reconozca el Llamado Divino.

Convierte mi corazón
en Tu Llama Sagrada de Paz,
para que en esta consagración
eleve al Cielo mis plegarias.

En humildad y reverencia
te pido que me escuches,
Madre de la Paz,
para que Tú,
que nos haces volver a nacer como el mañana,
Tú, que eres el Ave Mensajera,
Tú, que invades nuestros corazones con Tu Inmaculado Amor;
nos enseñes a vivir en la pureza, en la compasión
y en el amor absoluto,
que Tu Hijo, el Redentor,
nos irradia por entero.

Bendita Tú eres, Ave del Sol;
siembra en cada alma
la semilla del perdón,
para que envueltos por Tu manto de maternidad,
Tus sublimes ojos de Paz y de Amor,
iluminen el camino de renuncia
que debemos recorrer.

En Tu ejemplo
amoroso y prodigioso,
vemos surgir la humildad.

En Tu Gracia y en Tu Misericordia,
vemos la manifestación del Amor de Dios.

Guarda en Tu Corazón,
Sagrada Madre del Amor,
todas nuestras fallas,
para que en el Retorno de Tu Hijo,
podamos ver nacer al nuevo mundo.

Que el Espíritu Santo
que proviene de Ti,
Madre de la Paz,
sea el escudo que nos proteja,
como la oración que nos ampare.

Amén.

 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Podemos retornar a nuestros lugares.

Canción: Himno de los Hijos de María.

 

Madre María Shimani de Montserrat:

¡Gracias, Madre, por cuánto nos das!

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

¿Por qué temen, si están esperando la llegada del Reino de los Cielos?

¿Qué más esperan, sino a Mi Luz brillando en sus corazones?

¿Por qué razón vendrían a Mi encuentro, sino es para formar parte de este ejército de paz que Yo estoy construyendo en el mundo, ejército que tendrá su verdadera misión más allá de esta Tierra, entre los universos?

Lo que vivirán en este planeta, hijos Míos, es un aprendizaje único que los preparará y los formará para servir mejor a Dios cuando ya no estén en este mundo.

La verdadera repercusión de la vida sobre la Tierra se debe reflejar en el universo. La redención de sus almas y de sus espíritus debe ser anunciada al cosmos como un triunfo del Plan de Dios en el corazón humano.

Es la certeza de la perfección de Su Creación que tendrá como ejemplo a cada una de sus vidas.

Este mundo agoniza, y hasta los más ciegos e ignorantes pueden percibirlo. No hay criatura sobre esta Tierra que no sienta, en lo profundo de su interior, que un tiempo agudo de tribulación se aproxima. Porque el caos ya no batalla solo contra la Luz, también batalla contra el mal. Y la oscuridad, que reina en el interior de muchos seres, lucha entre sí por la conquista de las almas.

Es por eso, hijos Míos, que incluso aquellos que ignoran la Luz no dejan de percibir la opresión de las tinieblas. Les digo estas cosas, porque deben ser conscientes de lo que acontece en este planeta donde viven; porque al menos algunos seres humanos deben vencer la indiferencia conscientemente para establecer la paz en el propio interior y, a partir de sí mismos, reflejar esa paz sobre el mundo.

Si no escuchan ahora Mis Palabras y si no buscan practicarlas en su día a día, poco adelantará que estén delante de Mí durante todas Mis Apariciones; porque si no Me escuchan y si no viven lo que les digo, no podré construir la fortaleza en su interior para que transiten por los tiempos de transición con seguridad, con certeza, con valentía, no solo por ustedes mismos, sino también por los que buscarán auxilio en aquellos que creen que tienen cierta fortaleza en su interior. 

Muchos observarán su vida espiritual, muchos observarán los pasos que están dando en estos tiempos y, aunque teman seguir sus ejemplos, en el momento en el que este mundo tiemble y que el piso bajo sus pies ya no estuviera estable, recordarán aquel ejemplo, aquel ser orante, y buscarán en ustedes el auxilio y la paz que no encontrarán en otro lugar. 

Hijos, las superficialidades en sus vidas aún son mayores que la vida del espíritu. Cuando están ante un día de Aparición, sus consciencias aún están envueltas mucho más con las cosas materiales que en Mi Presencia. Pocos son los que despiertan y recuerdan que Yo estaré aquí. La mayoría piensa en el evento, en lo que cantará, cómo lo organizará.

Deben recordar, todos los días, que forman parte de una Misión Mariana. Deben sentir cada Aparición como si fuera a última, porque un día ya no estaré aquí entre ustedes. Querrán escuchar Mis Palabras y ellas resonarán solo en su interior.

Por eso, únanse a Mí, únanse a Mi Propósito de Paz. Consoliden una unión verdadera con Mi Inmaculado Espíritu. ¡Den valor, hijos Míos, den valor a lo que viven hoy! Busquen meditar y reflexionar todos los días en la inconmensurable Gracia que reciben de sentir la Paz de Dios en sus corazones, mientras muchos padecen en las guerras, persecuciones; mientras muchos no pueden proclamar su fe y ya no conocen la paz.

Muchas veces les pedí que no se acostumbraran a estar delante de Mí, sino que, en humildad, reconocieran que nada saben sobre este misterio de Mi Presencia y que, aunque hayan estado delante de Mí tantas veces, desconocen el verdadero origen de Mi Consciencia. Desconocen la grandeza de este momento, porque ni sus mentes ni sus corazones son capaces de comprenderme. 

Yo también reconozco la limitación de los seres humanos. Es por eso que siempre retorno al mundo. Reconozco el esfuerzo de cada uno, pero también sé de su potencial. Por eso, no permito que se acomoden en lo que ya alcanzaron, porque es muy poco ante todo lo que recibieron. Ustedes son las almas más agraciadas de este planeta en este momento. ¿Cuánto les pido frente a todo lo que reciben?

¿Será mucho, hijos Míos, pedirles que sean más obedientes y humildes, más caritativos y fraternos, más verdaderos, transparentes, simples de corazón?

¿Será mucho pedirles que, cuando se sienten para orar, no oren solo con la palabra, oren con el corazón?

¿Será mucho, hijos Míos, pedirles que no dejen morir este Centro Mariano por el cansancio y por la inercia de sus corazones?

¿Será mucho si les pido que no dejen apagar las liturgias que aquí acontecen, sino que se esfuercen día a día para mantener viva la presencia de los Mensajeros Divinos en cada una de las oraciones que aquí realizan?

Este Centro Mariano, así como todos los Centros Marianos que fundé en nombre de Dios, deben ser usinas de liberación para el planeta, una puerta de transformación para las almas que encuentran aquí la plena unión con Dios.

¿Quién entregará su vida para que este canal permanezca abierto y para que Mi Corazón no contemple el mundo y encuentre las puertas cerradas para derramar Mis Gracias?

¿Quién sentirá a Nuestro Señor, hijos Míos, cuando tenga en Su Corazón y en Sus Manos un manantial de Misericordia para derramar sobre las almas de este planeta y los encuentre durmiendo?

¿Él sentirá que están haciendo valer cada gota derramada de Su Sangre?

Quiero que estén prontos para recibir con amor a todas las almas que lleguen aquí, así como a todos los Centros Marianos, porque si no fuera así, hijos Míos, ¿cómo podré enviar a Mis hijos que necesitan redención, a que lleguen a este lugar?

Hoy les hablo de esta forma porque necesito que despierten. Les hablo a ustedes como a todos Mis hijos de este mundo. Necesito soldados preparados, dispuestos a entregar la propia vida, a no tener descanso, a no dormir, a pasar hambre para entregar a otro aquel alimento que reciben.

¿Quién estará dispuesto a construir la plena unión con Cristo y a beber de la Fuente de Su Divina Misericordia cuando sea necesario padecer alguna carencia para entregar todo lo que tiene al prójimo? Pues eso les pediré. Les pediré, hijos Míos, que oren sin cesar, porque el mundo lo necesita.

Ustedes solo ven lo que sucede en la Tierra cuando leen algunas noticias tan imperfectas, en los medios de comunicación de este mundo. Pero mi Inmaculado Corazón contempla todos los abismos de la Tierra y conoce a aquella alma más olvidada, aquella alma que ninguna cámara fotográfica puede encontrar, pero que padece tanto terror y tanto abandono como aquellas que están en las guerras. 

Es por eso que les digo que ya no se duerman espiritualmente, que ya no sean indiferentes ante la situación planetaria, porque si creen que es grave lo que conocen, imaginen cuánto hay que desconocen en este mundo.

El planeta está agonizando mucho más de lo que imaginan. Solo el poder de la oración, hijos Míos, del sacrificio, de la entrega, del amor, son capaces de equilibrar lo que sucede en la Tierra. Y es en los pequeños esfuerzos de su día a día que podrán encontrar ese camino de equilibrio y de paz. 

No piensen que es poco lo que pueden hacer, porque la humanidad no está haciendo nada ante el gran caos del mundo.

Los que se consideran más conscientes deben vivir mayores sacrificios, mayores grados de amor, deben corresponder a lo que reciben mientras oran, deben orar de corazón, deben orar Conmigo como Yo les pedí, como Yo les enseñé. ¿O acaso no creen que Mi atención jamás sale de este planeta, que Mis ojos están fijos sobre el mundo y que Mi Corazón recibe un aliento cuando oran verdaderamente?, porque así es, hijos Míos.

Mi mayor alegría es encontrar un corazón orante, simple, puro, que, a pesar de ser tan pequeño, genera grandes méritos para la salvación de la Tierra.

Mi mayor alegría es encontrar un corazón que se dispone a consagrarse a Mí y que, aun sin saber porqué, responde a Mis pedidos y lo hace sinceramente.

Mi mayor alegría es cuando, a pesar del cansancio, colocan las rodillas en el piso y claman al Padre por Su Divina Misericordia.

Mi mayor alegría es cuando antes de dormir se acuerdan de Mí, recuerdan a Dios y piden al Padre un poco de paz para este mundo,

Mi mayor alegría es cuando un hijo Mío percibe la necesidad del prójimo y deja de pensar en sí mismo para ayudar a aquel que más lo necesita.

Mi mayor alegría es cuando un hijo Mío puede detener un pensamiento que busca juzgar a otro, porque recordó que Yo les pedí que comprendieran al prójimo.

Mi mayor alegría, hijos Míos, es cuando intentan todos los días vivir alguna cosa que les pedí, alguna Bienaventuranza de Mi Hijo, así como Él una vez les dijo.

No es mucho lo que espero. Espero solo lo mínimo que pueden ofrecer en nombre de Dios, venciendo la propia indiferencia para generar méritos para la salvación de esta humanidad.

En esta noche, hijos Míos, delante de todo lo que sucede en el mundo, de tantos hijos que no tienen en donde dormir, tantos que mueren de hambre, tantos que padecen de miedo, tantos que en este momento están emigrando de sus casas, de sus naciones; Mi Corazón recibe un aliento, un simple aliento que, por ser verdadero, podrá transformar muchas cosas tanto en la humanidad como en la consciencia planetaria.

Si estos cinco hijos Míos que hoy se consagran multiplicaran sus oraciones, la consagración de sus almas podrá valer por muchas, podrá generar méritos para la redención y para la salvación de seres que desconocen. Por eso, vengan a Mi encuentro con sinceridad en sus corazones. Vengan como niños buscando vivir la pureza. Vengan al encuentro de Dios.

Pero esa no es la única alegría de Mi Corazón; también Me alegro, hijos Míos, cuando Mis hijos Me proponen que consagre una imagen para expandir así Mi Paz por otras naciones.

Sé que fue con el silencio de sus corazones que colocaron esta imagen aquí, en Mi altar. No necesitan decir nada para que Yo reconozca su voluntad y haga de ella la Voluntad de Dios, porque cuando son sinceros y cuando tienen como propósito el establecimiento de la paz, Dios siempre vive en sus intenciones. Por eso consagraré esta imagen.

Consagraré esta imagen para Mis hijos de Ecuador, para que así, Mi Inmaculado Corazón triunfe una vez más en esta nación. Que se multipliquen los fieles y los simples de corazón que orarán ante Mí, que buscarán Mi auxilio no solo para sí mismos, sino para toda la humanidad. 

Deposito aquí, hijos Míos, Mi Paz, Mi Corazón Inmaculado, para que lo lleven a todos los hogares que se dispongan a recibirme. Que Mis Gracias y Bendiciones sean derramadas sobre los puros de intención que estén delante de esta imagen. Que la redención y la salvación sean realidades para los espíritus que estén ante esta imagen puros de intención. Que la Paz y el Triunfo de Dios sean una realidad para aquellos corazones que estén delante de esta imagen puros de intención. 

Así como consagré esta imagen, consagro todas las imágenes que colocaron en Mi altar. Deposito, en cada una de ellas, aquellas Gracias que necesitarán recibir para que puedan caminar con más fe, para que multipliquen la paz y la esperanza en sus corazones. 

Que sean multiplicadoras de Mi Amor y de Mi Paz en esta nación que Yo ya consagré hace mucho tiempo, pero que renovaré Mi compromiso con ella a través de la consagración de sus vidas.

Ahora, hijos Míos, les pediré que canten con alegría y que no se olviden de Mis Palabras. 

Yo los consagro, los bendigo y, sobre todo, les agradezco por haber respondido a Mi llamado; por estar, a pesar de la indiferencia humana, delante de Mí como representantes de la humanidad que, con mucha dificultad, aspiran a vencerse a sí mismos. 

Yo los ayudaré siempre y cuando sean verdaderos. Busquen Mi auxilio. Yo soy su Santa Madre y estoy aquí para ayudarlos. Por eso, vengo al mundo todos los días, pero después de pedir Mi ayuda, escuchen Mis Palabras y vivan cada una de ellas. 

Yo los amo y los bendigo por el Poder de Dios Padre, por el Poder del Hijo, por el Poder del Espíritu Santo, que vive y reina en Mi Inmaculado Corazón. Que este Santo Espíritu de Dios pueda vivir en el interior de todas las criaturas que dicen sí a la gran transformación.

Les agradezco

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN LA CASA DO CRISTO DO BEM, RIO COMPRIDO, RIO DE JANEIRO, BRASIL, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos, quiero que todos Me canten el Ave María. Estoy aquí para escucharlos.

Liberen sus culpas y abran sus corazones. Yo soy su Madre, la Reina de la Paz.

Eleven sus velas como una señal de paz para el mundo. Hoy vengo a rezar por ustedes y por la humanidad, a desatar los nudos que impiden la liberación de Mis hijos.

Escuchen Mi Corazón, Él es su único refugio.

Estoy aquí, acogiendo sus súplicas, hijos Míos, y las de sus familias; entréguenmelas todas.

Ahora, hijos Míos, escuchen Mi Mensaje.

El enemigo teme Mi poder, porque lo desconoce profundamente. El poder que Yo tengo es el del Amor, aquel que vence a todo mal, convierte a todo corazón y transforma a toda una vida.

Busquen en este tiempo tan difícil el poder de Mi Amor, que es el Amor misericordioso de Mi Hijo, que Yo derramo a través de Mi Corazón Inmaculado para todos.

Abran las puertas de sus corazones y vidas, y busquen la esencia de Mi Amor maternal. Yo espero depositarlo en cada uno de ustedes, como en cada momento de oración que sus labios comparten con Mi voz.

Hoy, Soy recibida con alegría y regocijo, y eso alivia mucho a Mi Corazón ante las faltas graves que comete la humanidad entera.

Depositen en Mi Corazón Inmaculado sus aspiraciones. Dios desea hacerlos vivir cosas nuevas, cosas transformadoras que no reconocerán en ustedes mismos.

Por eso, será a través de la esencia de Mi Amor y de la potestad de Mi poder celestial que sus vidas se liberarán pronto; alcanzarán la cura que tanto buscan espiritualmente y estarán muy cerca de Mi Corazón, en el regazo de Mis brazos maternales, donde siempre Yo los quiero tener para poder observarlos, consolarlos y entregarles Mi Amor purísimo.

Ustedes, hijos Míos, pueden ser chispas de Mi Corazón Inmaculado. Vean cuántas chispas ya se encendieron a través de los Hijos de María. Busquen la consagración de sus vidas.

No teman por lo que los perturbe o los pueda inquietar. Mi Corazón siempre los protegerá.

Yo vengo a aliviar sus dolores y faltas. Vengo a entregarles el manantial de Mi cura divina, pero necesito corazones depositarios de Mi Verdad, de Mi Amor y de Mi oración.

Así, poco a poco, hijos Míos, como si nadie lo percibiera, el mundo se irá transformando internamente. La semilla interior de todas las almas, que es la Luz Divina de Dios, se está apagando en muchos corazones.

Por medio de Mi promesa ante el Creador, Yo vengo a reencender sus espíritus para que alcancen el camino inmaculado, el camino sagrado que siempre los llevará a vivir la redención, la redención a través de Mi Hijo Jesús. Él ardientemente los espera en la hora de Su infinita Misericordia para que todas las almas del mundo puedan reconocer la fuente de Su Amor, que todavía sigue siendo derramado sobre el mundo, aunque la Justicia ya esté actuando.

Busquen el manantial de Mi Hijo. Busquen Su Misericordia y Su Compasión. Ya no se lamenten más por sus vidas, dejen de padecer sus propios dolores. Coloquen sus manos en servicio y caridad, así alegrarán el Corazón del Padre Celestial; porque Él, desde Su Reino Mayor, verá a los soles brillando en todo este firmamento planetario.

Yo vengo a despertar su corazón misionero, su ansia por servir y por donarse, por perdonar y por amar.

La humanidad ha olvidado la esencia del perdón. Por eso, Yo vengo en esta noche a su encuentro porque, a partir del primer momento en el que Yo aparecí para ustedes en esta noche, sus almas y corazones Me entregaron lo que aún no han perdonado.

Mi Corazón transforma todas las cosas. Mi Corazón es Ley divina de Paz y Amor. Anímense a perdonar aquello que no han perdonado. Hijos amados, están a tiempo de poder hacerlo.

Mi Corazón siempre los socorrerá. Yo nunca los dejaré solos mientras oren Conmigo a través de la oración del corazón.

Refuercen sus súplicas al Cielo. Los Ángeles de su Guarda están disponibles para servirlos. ¿Quién los escuchará? ¿Quién percibirá su invisible presencia?

Hay muchos ángeles que están siendo sometidos, principalmente en estas grandes ciudades, porque no consiguen llevar las almas hacia el Amor de Dios porque son amarrados por las vidas de los hombres. Y cada vez que Yo vengo a este lugar, como a cada ciudad que Yo visito, Mi Corazón los libera y los lleva al Cielo, para que los Ángeles de la Guarda de todas las almas de la Tierra puedan renovar el principio de su misión y volver a servirlos en la simplicidad, en la caridad y en el amor.

No solo vengo a verlos a ustedes, sino a cada uno de sus ángeles; los ángeles que están perdidos en esta ciudad y que necesitan de todas sus oraciones, hijos Míos, para que ellos mismos puedan ser liberados y alcancen a transformar la vida de todos los seres, que está muy perdida.

Pero Mi Corazón hoy fue consolado por sus corazones. Puedo reflejar hacia sus vidas Mi sonrisa de Luz. Eso siempre Me calmará, porque veo corazones consecuentes y disponibles, en cualquier horario y lugar, para responder a Mi llamado a la oración, al servicio y también a la transmutación.

Queridos hijos, amados hijos, guarden Mis Palabras en sus corazones.

Yo vengo en esta hora tan difícil a trabajar con Mi Amor en cada uno de sus corazones, para que ellos puedan fortalecerse para los tiempos que llegarán, porque deberán estar preparados para el Retorno de Cristo.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Aquellos que responden a Mi llamado, representan a la esperanza de Mi Inmaculado Corazón. Porque aunque este mundo, hijos Míos, muchas veces parezca irreversible ante la oscuridad que en él habita; cuando llego al mundo y encuentro corazones que oran, que encienden la llama de la devoción en lo profundo de sus esencias, abro una puerta al Trono de Dios, y así le muestro al Creador cómo la humanidad todavía genera méritos para la salvación de este planeta y de los Reinos de la Naturaleza.

Pero, en esta noche, les digo que el mundo aún necesita mucho de su auxilio, de que oren perpetuamente. Que, así como oran cuando están ante Mí o cuando preparan el camino para Mi llegada a la Tierra, de esa forma deberían orar todos los días; porque siempre que oran verdaderamente con el corazón, encuentro una oportunidad de venir al mundo. Y, aunque no me vean, podrán sentir Mi Corazón, porque Yo estaré próxima a ustedes, llevando sus oraciones al Señor, como méritos de la humanidad para la salvación de tantas almas que están perdidas.

No se imaginan, hijos Míos, que el gran dolor del Señor puede ser aliviado por tan pequeñas oraciones. Así, verán que no es mucho lo que les pido, les pido pequeños esfuerzos, sin embargo sinceros y verdaderos. 

Por eso, en esta noche, les hago un nuevo pedido: quiero ver en esta casa un punto de Luz para el mundo. Y, así como hoy están aquí, les pido que encuentren un espacio en sus vidas para no dejar que se pierda la fortaleza que estoy construyendo en este lugar y que debe ser construida con el esfuerzo de cada uno de ustedes.

De la misma forma, hijos Míos, necesito que cada Centro Mariano sea ayudado por los Hijos de María y por todos aquellos que sienten en su corazón responder a este llamado.

Dios necesita ver el esfuerzo de los hombres para equilibrar toda la indiferencia que existe en el mundo. El mal se esfuerza día y noche, hijos Míos, para expandir su reinado en el planeta. Y, ¿adónde estarán los soldados de Cristo que, por medio de la oración, del servicio y de la caridad, deberán expandir una nueva Luz en el mundo, que encienda los abismos, que ilumine a las esencias de todos los seres, que rescate a los Reinos de la Naturaleza, que están tan perdidos?

Este es Mi último llamado. Estoy haciendo, hijos Míos, todos los esfuerzos que puedo. Todos los días, Me arrodillo ante el Señor, ofreciéndole todo lo que tengo, hasta la más pura Rosa de Mi Corazón por la salvación de la humanidad. Mas, el Señor Me pide que venga al mundo y despierte al corazón de los hombres; porque no solo Mi Corazón Divino deberá clamar,  también el corazón humano deberá elevar al Cielo diariamente su clamor, así como hizo el Hijo de Dios; para que, por medio del sacrificio y de la entrega de sus vidas, la Misericordia pueda volver a derramarse sobre este mundo.

Escuchen Mi llamado, hijos Míos, que con tanto Amor ingresa en sus seres. Mi Paz retorna al mundo por medio de sus vidas y se debe expandir en cada espacio de este planeta a través de sus corazones, de la pacificación que realizarán en sus familias, en sus hogares, en sus trabajos, en la vida diaria de cada uno de ustedes. Quiero estar con ustedes no solamente en la oración, sino también en el servicio y en cada pequeña acción diaria.

No se olviden, Mis queridos, de que cada pequeño acto de sus vidas es una oportunidad para generar méritos ante Dios para la salvación de muchas almas que no la merecen, pero que la necesitan.

Hoy, mientras este lugar, esta ciudad, se pierde en las ilusiones, en los festejos, quiero que clamen por todos aquellos que no escuchan Mi Voz, por todos aquellos que no Me conocen; porque así, hijos Míos, Mi Manto no solo se expandirá en este lugar, sino también en toda esta nación y en este mundo.

Oren Conmigo por la paz en cada instante de sus vidas. Yo siempre los aguardo y siempre los escucharé.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

El Universo de Dios les dio esta casa para que aprendan a servir, a amar y a perdonar.

Llegó la hora, hijos Míos, de que renueven este espacio sagrado, porque aquí los Cristos internos deben despertar por medio de la redención y de la paz.

Veo, queridos hijos, que Me han donado un corazón de rosas. Que al final de este encuentro entreguen una parte de Mi Corazón a cada alma para que vean, en este símbolo, la infinita expresión de Mi Amor por todo el mundo, por esta humanidad y por cada una de las almas.

Sigan rezando por las almas que se pierden, principalmente por las que son mutiladas y sufren las consecuencias del enemigo. Mi Corazón, por medio de sus sinceras oraciones, socorrerá al mundo y siempre lo librará de todo mal; pues llegó la hora, hijos amados, de que los soldados se pongan a trabajar y formen los ejércitos de Luz en el cenáculo predilecto de Mi oración.

Me retiro de aquí con alegría. Mis ojos alumbran sus caminos.

Sigan transformando sus corazones con la paciencia. Yo siempre los guiaré, hijos amados.

Nuevamente les pido que, en honor a Dios, el Creador, y por todos los que sufren, canten a Mi Corazón. Así, Yo elevaré al Trono del Padre sus dulces voces, que deben ser voces de amor que expresen las gracias y el amor al Creador.

Les agradezco, hijos amados, por responder a Mi llamado.

Recen, recen mucho, no se olviden de orar, ustedes lo necesitan y el mundo también. Así, permitirán que Yo vuelva aquí para bendecirlos.

Y mientras Me cantan, eleven sus rosarios para que Yo los pueda bendecir con la señal luminosa de la Cruz de Mi Hijo.

Yo bendigo estos elementos sagrados e inmaculados que proporcionan la Luz y la conversión a las almas, con el permiso celestial de Dios y con la intercesión de Mi Hijo amado, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
 

Canción: “Nuestra Señora”.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Les pido que se levanten y que canten, porque así consagraré cada una de sus almas.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Estoy presente escuchando sus voces, abriendo las puertas de Cielo para los corazones que sufren.

Cántenme con más amor y con fe.

Los vuelvo a bendecir en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Caminen Conmigo.

 

Madre María Shimani de Montserrat: 

Bien, vamos a compartir con ustedes algunas cosas que han sucedido y algunos pedidos de Nuestra Señora.

Vamos a pedirle primero a Fray Elías que comparta aquellas cosas que Nuestra Señora nos pidió.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús: 

Cada encuentro con María es una renovación para nuestras vidas. Ella llegó aquí como la Reina de la Paz, vistiendo Su Manto azul, Su túnica celeste clara con un cinturón azul, descalza, rezando por cada uno de nosotros. A medida que nosotros íbamos orando, un hilo de Luz fue descendiendo sobre la ciudad de Rio de Janeiro, todo lo que estaba oscuro alrededor comenzó a ser absorbido por ese canal de Luz, y dentro de ese movimiento estaban muchas almas que también fueron liberadas por los ángeles que acompañaban a nuestra Madre.

Cuando Nuestra Señora nombró a nuestros Ángeles de la Guarda, por algunos minutos, cada uno de nuestros ángeles se manifestaron y éramos muchos más de los que estábamos presentes. Los Ángeles de la Guarda, de cada uno de nosotros, agradecieron el que Nuestra Señora haya respondido por ellos, porque ellos son serviciales permanentemente.

Cuando estábamos entonando el cántico, ahora al final, apareció la manifestación de Nuestra Señora María Auxiliadora, llevando al Niño Jesús en Sus brazos, que se manifestó fuertemente, abrió Sus Brazos, mostró Su pequeño Corazón y dijo: “Yo siempre reinaré”.

Después, Nuestra Señora mostró Su Corona, que no era una Corona propia de Ella, sino que Ella decía que hoy nosotros la coronamos con nuestro amor.

Ella hizo dos pedidos importantes, que para que este nuevo ciclo de la “Casa do Cristo do Bem” pueda continuar no solo a través de los grupos de oración, sino en la tarea de servicio que siempre cumplió esta Casa, la Madre Divina dice que debemos renovar y acoger a las almas, porque hay muchas, muchas almas aquí, en esta ciudad, decía María, que necesitan despertar su Cristo interno. Y Ella estableció aquí una bendición especial para que eso pueda suceder y María nos decía que eso sucederá a través del acto de nuestro servicio.

Ella se comprometió a acompañarnos en esta tarea del “Cristo do Bem” y Su pedido fue que aquí se manifestara la imagen de la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad.

Ella consagró este espacio donde está el altar para colocar la imagen, como está en varios Centro Marianos, la imagen blanca que lleva el rosario entre Sus manos; y también esa imagen estará en el Centro Mariano del Niño Rey, porque Ella siempre dijo que será la Portera de nuestras casas.

 

Madre María Shimani de Montserrat:

 Y, cumpliendo con un pedido de Nuestra Señora, vamos a revelarles un nuevo ciclo que vamos a vivir con Ella.

Ayer, cuando estábamos haciendo una oración en el Centro Mariano del Niño Rey, en la liturgia, sorpresivamente Nuestra Señora apareció y Ella nos mostró algo bien importante, Ella nos mostró cómo comenzará a aparecer en este ciclo de la humanidad.

Ella nos dijo que le pidió a Dios, un pedido especial de fin de ciclo, porque Ella necesita recoger todos nuestros corazones en Su Corazón; y Ella va a hacer un último intento por esta humanidad, porque las cosas cada vez se ponen más difíciles y el dolor más grande de Nuestra Señora y de Cristo es que la humanidad está rechazando la Misericordia.

La humanidad no presta atención al llamado de los Mensajeros Divinos y le da la espalda a las Gracias de Dios. Por eso, Nuestra Señora va hacer Su último intento maternal y vamos a leer ahora la experiencia que Fray Elías vivió ayer, en donde está descripta la nueva Presencia de Nuestra Señora y lo que Nuestra Señora hará con nosotros durante todo este próximo año.

 

La Hermana Lucía de Jesús lee el relato sobre la Aparición extraordinaria de María, Rosa de la Paz, del 27 de febrero de 2015, durante una oración reservada de los consagrados de la Orden Gracia Misericordia, en el Centro Mariano del Niño Rey, Teresópolis, Rio de Janeiro, Brasil.

 

Madre María Shimani de Montserrat: 

La rosa que nos ofrece María es el símbolo espiritual de Su Concepción. Diríamos así, que cuando Dios concibió el Espíritu de María, a través de Su Pensamiento y de Su Amor, Él materializó una rosa blanca, que sería el símbolo de la Pureza Original.

Por eso, María hoy ofrece a toda la humanidad lo más apreciado que como Consciencia posee, aquello que Dios concibió para Su Espíritu en el origen, es lo último que le queda.

Por eso, tenemos que tener bien presente la urgencia que María tiene porque nosotros escuchemos Su llamado. Ella ya se ha despojado de todo, hasta de lo más puro que posee, que Dios le ha entregado desde Su Origen. Por eso, es muy importante que nosotros podamos responder al llamado de María.

A partir de mañana, 1 de marzo, todos los días María descenderá sobre el planeta para entregar nuevamente un Mensaje diario con Sus Instrucciones, Su llamado de Amor para el rescate de toda esta humanidad. Así, estaremos atentos para poder recibir esa Gracia de Nuestra Señora y poderla acompañar en este ciclo para que, como Ella dice, Dios pueda ver que esta humanidad todavía es rescatable y podamos mostrarle a Nuestro Señor de que Sus ángeles no tengan necesidad de enviar Su Justicia.

Así, los invitamos a todos a estar atentos a partir de mañana; en realidad más atentos para que todos podamos compartir este nuevo ciclo que seguramente será un impacto importante para la consciencia planetaria; porque como hemos podido ver, en este último tiempo, nuestra Madre ha sido bien directa y nos ha dicho muchas verdades, porque Ella considera que ya somos hijos adultos y que necesitamos saber sobre las verdades de este mundo.

Entonces, para todos, buena atención a partir de mañana, o más atención. Vamos a despedirnos cantando como hacemos siempre y nosotros, personalmente, les queremos agradecer a todos el calor del corazón que hoy pudimos vivir aquí.
 

Canción: “Misericordia, María”.

MENSAJE TRANSMITIDO POR LA VIRGEN MARÍA EN ROSARIO, SANTA FE, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE LA VIGILIA DE ORACIÓN

Por este encuentro tan humilde, Yo les agradezco.

Ustedes, Mis queridos hijos, Me hacen recordar los tiempos pasados, cuando Mi Corazón vivió aquí en la Tierra entre ustedes, para que a través de la simplicidad y de la humildad, Yo pudiera proclamar el Reino de Dios y rescatar a todos los hijos de Dios, a través de la sagrada Palabra del Evangelio.

En esta noche, Yo los reúno a todos en Mi Corazón y como Señora del Santo Rosario de San Nicolás, Yo los invito nuevamente a renovarse en la oración Conmigo.

A esta ciudad le espera la Ley de Dios. Yo les pido, queridos hijos, que a través de la Santa Justicia, proclamen el Verbo Divino de la oración, para que Mi Corazón pueda recoger sus súplicas.

En esta noche, Yo vengo a pedirles cosas simples pero tan importantes para estos tiempos finales. Yo necesito que construyan en sus moradas un fuerte templo de oración y de paz; así, Me ayudarán, queridos hijos, a cumplir con los Planes de Dios en estos ciclos.

Las almas serán desprendidas del mal y el enemigo no podrá obrar más cuando ustedes Me abran la puerta sincera de la oración; y, de esa forma, se fortalecerá su fe y su confianza será plena en Dios. Ya no existirán miedos en sus vidas y nacerá la esperanza en sus corazones cuando en sus casas construyan, a través de sus familias y amigos, grupos de oración que puedan ser luces en las ciudades oscuras.

De esta forma, queridos hijos Míos, ustedes permitirán que Yo pueda llegar aquí y a todas las partes de mundo para que, desde la Fuente Mayor de Dios, Yo pueda derramar las Gracias sobre los corazones más necesitados.

En esta noche, Yo les agradezco, queridos hijos, por haberme preparado este lugar con tanta humildad pero con tanto regocijo y alegría para que, a través del sacrificio, ustedes puedan cumplir con la Voluntad de Dios. Todos sus esfuerzos, queridos hijos, todos sus esfuerzos internos generan méritos en el Cielo.

Por eso, Yo los invito a seguir adelante, que nada más los incomode ni los perturbe. Colóquense dentro de Mi Corazón Inmaculado y encontrarán el Reino de la Paz que tanto buscan.

Yo necesito obrar a través de sus vidas. Mi Hijo Me envía al mundo para advertirles, por última vez, que un gran cambio se aproxima a la humanidad y las almas, en su totalidad, deben estar preparadas.

Yo les traigo, a sus vidas, la cura del corazón, lo que en verdad necesitan en estos tiempos. Únanse a Mi Manto del Luz. Colóquense debajo de Mi Manto de Luz y serán irradiados por Mis Gracias celestiales. Creen el puente con Mi Corazón a través del Rosario. Así, queridos hijos, todo estará cumplido en este tiempo y sus corazones estarán preparados para recibir a Mi Hijo.

Yo los invito a ser obreros del Plan, a animarse a vivir el Plan de Dios en estos tiempos, principalmente unidos de corazón y de alma para que Dios pueda manifestar Sus Dones y Su Voluntad.

Sus esencias, tan sagradas, guardan luces importantes para este tiempo, dones que Dios necesita utilizar para cumplir Su Voluntad en este tiempo.

Hoy, les repito todas estas cosas, Mis pequeños, porque necesito que sean precursores de Mi Palabra mariana. Que lleven como heraldos de Luz la Palabra de Mi vida, que es Mi Mensaje para el mundo, Mi Amor materno para toda la humanidad, la esperanza de curar a todos antes del gran tiempo en este mundo.

Unidos a Mi Corazón, aférrense a Mis manos benditas. Yo los llevaré por caminos limpios y puros, cristalinos y verdaderos, en los que puedan reconstruir sus vidas, salir del dolor y de la desesperación y encontrar un camino de Misericordia y de paz.

Queridos hijos, Yo los necesito valientes, trabajadores y plenos en la Gracia de Dios. Con esto tan simple pero tan verdadero ayudarán a cambiar a la humanidad. Anímense a dar los pasos hacia Mi Corazón, a conocer Mi Conciencia profundamente. Yo siempre oro por ustedes y por sus hermanos.

Recuerden, queridos hijos, que Yo soy el gran Árbol sagrado para este mundo, que da los frutos para la humanidad, para todas la almas que necesitan aprender y crecer a través del camino de la unidad y de la fraternidad.

A través de estos años, Yo ya les enseñé cómo deben hacerlo. Necesitan practicar Mi Mensaje, encarnar Mi Mensaje para que él refleje en sus vidas los sagrados Rayos de Dios que serán tan necesarios para muchas almas, almas que deben despertar en Cristo para este camino de evangelización que los Mensajeros Divinos estamos realizando en todo el mundo.

Queridos hijos, mañana los espera un encuentro importante de irradiación planetaria para todo el mundo, a través de la Gracia de Dios, Esencia Suprema de la Paz, Espíritu Inmaculado de la Verdad que intentará ser difundido por el mundo a través de Mi Presencia en esta ciudad.

No es por acaso, queridos hijos, que estoy aquí, en Rosario, para recordarles la importancia de la oración. De esta forma, tan sincera y simple, Yo invito a los Centros Marianos a vigilar en esta noche, en oración, por esta misión que realizaré mañana.

Con mucho amor y gratitud, agradezco el servicio prestado, la donación abnegada de las Hijas de la Caridad Crística y de la Misión de la Fraternidad Humanitaria por haber servido a los pueblos de Brasil. Porque principalmente, queridos hijos, más allá del servicio y de la caridad, ustedes llevaron Mis manos de paz, Mis manos de cura y de consolación a las almas.

Por esta misión y por las que vendrán, en nombre de San José Castísimo, les doy las gracias, queridos hijos, por haber respondido a Mi llamado.

Que sus vidas sean rosarios de Luz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Hermanos, queremos agradecer esta oportunidad que tuvimos hoy con  Nuestra Señora.

Queremos contarles algunas cosas que Ella nos permitió decirles.

Primero, Ella se aproximó como la Señora del Rosario de San Nicolás, una Faz que es muy conocida aquí, en Argentina.

Y lo segundo que aconteció es que Ella recordó este lugar, tan simple, como Su antigua casa de Nazaret, que era aún más simple que este lugar.

En verdad, ¿qué nos quiso decir, como Mensaje, Nuestra Madre, a través de ese símbolo de la casa de Nazaret?

Ella pudo hoy llegar a cada una de sus almas, pudo tocar sus corazones y hacer una tarea que quería hacer con cada uno de ustedes.

Entonces, dejamos esa Presencia de María en los corazones de todos. Esa fe inquebrantable que Ella nos transmite; ese amor que nos envuelve y nos protege, nos puede llevar a encontrarnos con Ella, mañana, en la Aparición mensual de María.

Agradecemos a todos, a aquellos que nos acompañaron por Misericordia María TV y vamos a guardar esta noche en nuestra memoria la siguiente imagen que María nos mostró: Ella nos extendía Su rosario de Luz para que oráramos con Ella y nos aferráramos a Su rosario para estar siempre sustentados y apoyados por el Cielo y para traer esa Luz del Cielo hacia este lugar y hacia nuestras vidas.

Hoy, durante la oración, durante todo el ejercicio de oración, nosotros estuvimos envueltos por el Corazón de María. No podemos explicarles cómo sucedió eso, pero aconteció así.

El magnetismo del Amor de María estuvo presente durante toda la Vigilia.

Por todo este encuentro, ¡gracias, Madre, por cuánto nos das!

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Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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