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Queridos hijos:
Me alegra encontrarlos aquí, en esta sagrada casa, lugar predilecto del Sagrado Corazón de Jesús, espacio que gesta el alivio del sufrimiento de las almas.
Quiero decirles, queridos hijos, que Mi Corazón reza todos los días por la manifestación de la Casa de San Lázaro, casa que será consagrada en honor a ese importante hecho vivido por Mi Hijo, Jesús, en la resurrección de Lázaro; para que las almas que ingresen algún día a ese espacio reciban en su interior el poder de la resurrección, a través de los cuidados de amor con los que sufren y con los que están enfermos de cuerpo y de espíritu.
Todos ustedes son bendecidos por este proyecto de la Casa de San Lázaro. En poco tiempo, las puertas de la manifestación se abrirán, y será la hora y el momento, queridos hijos, de trabajar por el alivio del sufrimiento de los corazones que buscarán la paz, de muchos corazones que surgirán buscando el alivio porque no lo encontrarán en ningún otro lugar.
Aunque este proyecto parezca inalcanzable, para Dios no lo es, porque está dentro de Su Voluntad. Y hoy, vengo como su Madre del Alivio del Sufrimiento a recordarles este pedido.
Pero esta misión de la Casa de San Lázaro no es la única. Este Núcleo-Luz ampliará sus dimensiones y espacios. Por eso, les pido que ustedes se pregunten internamente si están prontos para ese momento. Porque mientras el planeta y la humanidad sufren de una forma desconocida, Dios colocará en algunos lugares del planeta Su Presencia a través de los espacios de luz, de amor, de caridad y de misericordia.
Yo vengo aquí a decirles, hijos Míos, que estoy con ustedes, que acompaño cada paso y cada momento de la concreción de la Casa de San Lázaro, como de los demás proyectos a través de este Núcleo-Luz, proyectos que algún día irán más allá de esta ciudad de San Carlos, proyectos que también renovarán el Núcleo en San Pablo, para que pueda resurgir por el impulso del servicio que las almas autoconvocadas han vivido a través de los tiempos, porque estamos en un momento de emergencia.
Los Núcleos-Luz no solo deben ser espacios de salvación o de rescate, sino que también deberán seguir siendo el arquetipo de una experiencia de vida, de una vida consagrada al Plan de Dios, de una vida que exprese a la Comunidad de Cristo en la Tierra.
Los pilares de los Núcleos-Luz son sostenidos por las almas que se presentan en ellos para cuidar de cada espacio como si fuera su propia vida, como ustedes se cuidan a sí mismos.
Aquí reina, en los planos internos de este Núcleo, un Aspecto de Dios que es el que impulsa la obra de la caridad, del servicio y de la misericordia, no solo a través de la materialización de la Casa de San Lázaro, sino también a través de los demás proyectos de servicio que aquí se viven y los que aquí algún día se vivirán; porque habrá otros proyectos que reunirán a otras almas diferentes a ustedes, pero que serán abrazados por el mismo impulso de Cristo de expresar el bien y la paz en un mundo perturbado, en una sociedad descompensada, en la familia que necesita de unidad.
Aquí está presente el Aspecto de Iod He Vaud He que es el Aspecto que representa al Gobierno Espiritual de Dios en la Tierra y en todo el universo. Sé que esta concepción es muy grande para ustedes y también para la vida interior, pero no se preocupen, únanse a Iod He Vaud He para que Él los inspire, para que Él les dé la fuerza, para que Él les otorgue la valentía y el coraje de alcanzar y de expresar Su Voluntad en la Tierra y en las almas.
Por un momento, piensen y mediten Conmigo, a través de cada esfuerzo que ha sido realizado en el proyecto de la Casa de San Lázaro y en el proyecto Fraterno Servir, ¿cuántas almas se han beneficiado, no solo encarnadas, sino también en los planos internos?, ¿cuántos ya alcanzaron el alivio del sufrimiento, aunque la Casa de San Lázaro aún no exista físicamente? ¿Comprenden, hijos Míos, hasta dónde quiere llegar el Amor de Dios?
Sé que ustedes necesitan de algo material para poder comprenderlo, pero Yo los invito a vivir internamente la expresión de la Casa de San Lázaro. Vivan la Ley de la Correspondencia y todo acontecerá conforme está escrito. Si este proyecto no fuera real para Dios, Yo no estaría hoy aquí. Por eso, vengo una vez más a reafirmar en ustedes esa Aspiración del Padre Eterno.
Hijos amados, entiendan, de una vez y para siempre, que el Padre Eterno es Quien desea ardientemente la Casa de San Lázaro. Porque en el final de estos tiempos, muchos, pero muchos, deberán resucitar en espíritu y también en vida, a través del servicio milagroso y auténtico que esta casa expresará a través de todas las manos y, sobre todo, de todos los corazones que se donen para reflejar dentro de la Casa de San Lázaro las bases ardientes y los principios de Figueira.
Este tesoro de la espiritualidad de Figueira es un tesoro incalculable, es un tesoro aún desconocido, es un Tesoro de Dios porque proviene de Su Corazón.
Ustedes, hijos amados, son parte de ese Legado. ¿Lo sabían? Siéntanse parte de esa historia que hoy se escribe en los espejos, en los Espejos de la Creación, experiencia del amor y de la redención de cada uno de ustedes; para que muchos más, en un estado de Gracia y de Piedad, alcancen la Misericordia y la oportunidad de que la vida de muchos seres humanos sean vidas dignas en el Señor, parte de Su Reino.
Hoy, abrazo con Mi Manto y sobre todo con Mis Brazos a esta casa, a esta obra y a todo su servicio. Y le pido al Santo Espíritu de Dios que, a través de Sus dones, Sus siete dones, los inspire, los guíe y los conduzca hacia Su Voluntad, Voluntad de Dios que está escrita en el corazón de cada uno.
Yo Me siento tan parte de esta obra, queridos hijos, que no lo pueden imaginar; nunca Me cansaría de decirlo, porque donde se ama de verdad está Dios, y donde está Dios está el alivio del sufrimiento para todos los que sirven en Su Nombre, Su Santísimo Nombre, que les da la fuerza de la superación y de la trascendencia, que les otorga la Gracia de levantarse todos los días, aunque hayan caído, para cumplir Su Voluntad.
Estas son Mis Palabras. Esta también es Mi aspiración: seré la primera en entrar en esa Casa de San Lázaro, porque Yo fui testigo del milagro que hizo Mi Hijo, Jesús, con San Lázaro. Así, una vez más, seré testigo del milagro que Mi Hijo hará en ustedes y en sus hermanos.
Celebremos este momento a través de la Santa Eucaristía, para que en los Altares de Dios sea presentada la ofrenda de cada corazón, de cada servidor y de cada colaborador que coloca su vida en un proyecto que aún sigue descendiendo del Cielo a la Tierra.
Ofrezcamos este momento.
Yo una vez más les agradezco por responder a Mi llamado. Los bendigo y los animo a seguir los pasos de Cristo, Sus huellas de Luz; los invito a seguir a Su Corazón.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mantengan la paz mientras estoy presente, porque el mundo necesita de paz.
Agradezco la respuesta de Mis hijos, la respuesta inmediata y sensata de todos los que se reúnen en este momento alrededor de la Madre de Dios, así como los ángeles de Dios están reunidos en este momento.
Regreso a Mi amada y predilecta Casa de Figueira, porque este lugar, bendecido por Mi Padre que está en los Cielos, Me ha abierto las puertas para que Yo pudiera llegar al mundo entero.
Por eso hoy, vengo a aliviar sus heridas; vengo a hacer desaparecer sus tristezas; vengo a hacer desaparecer sus agonías, para que de este mundo y de esta humanidad desaparezca el sufrimiento, que se ha agravado en estos tiempos.
Por eso, les vuelvo a decir, una y otra vez, que no pierdan la fe. Yo estoy aquí y Soy su Madre, que los guía y que siempre los guiará al camino seguro, el camino bendito hacia el Corazón de Dios.
A pesar de que este tiempo sea desconocido, a pesar de las dudas o aun de las incertidumbres, es hora de que confíen en el Supremo; porque Yo estoy aquí para abrirles la puerta hacia el Supremo. Yo estoy aquí para conducirlos hacia la Verdad y no Me cansaré de hacerlo, hijos Míos.
Por eso, llego aquí de forma incansable para que Mis hijos se restauren en Mi Corazón, para que siempre sepan que habrá un destello de la Esperanza de Dios que podrá brillar más allá de la oscuridad del mundo, más allá de la propia oscuridad interior.
Sean valientes, y decididos sigan los pasos de Mi Hijo. Él necesita construir el nuevo tiempo, a través de Sus apóstoles y servidores. Él necesita, de forma imperiosa en este momento, que haya testigos de Su Amor; porque el mundo no puede vivir sin el Amor de Dios, las almas no pueden vivir sin el Amor de la Fuente.
Ustedes saben que esto es así, hijos Míos. Por eso, Yo vengo aquí en el nombre de ese Amor Mayor, de ese Amor de Dios que los reunió a todos desde el principio para construir las bases de esta Obra Espiritual, formada por el Cuerpo Místico de Cristo, por medio de todas las almas que se congregan y que se autoconvocan, para que en este tiempo sean parte del ejército de Cristo, sin miedo a nada.
Hijos, mientras estoy aquí, en la alegría de este reencuentro con cada uno de ustedes, Yo les pido: confíen y despójense, para que la humanidad pueda ser despojada de sus conflictos, ambiciones y guerras.
El primer paso lo deberán dar ustedes mismos, porque son más conscientes que los demás, porque han sido agraciados por los tesoros del Cielo y de la Tierra. Solo eso es lo que les pide Mi Hijo, que den los pasos que Él necesita que ustedes den; porque es urgente que, en la superficie de la Tierra, estén presentes los Nuevos Cristos. Y esto no es para mañana, esta aspiración de Cristo es para ahora.
Sus espíritus fueron formados a través de la Palabra del Señor, pero sus consciencias también fueron forjadas para vivir la transformación, la purificación y luego la redención.
¿Por qué le temen a lo que están viviendo y atravesando en este tiempo, si están viviendo lo que ya estaba escrito?
El Amor de Dios siempre será mayor que todas las cosas. Ese Amor Mayor y Divino siempre los abrazará y los colmará, y si fuera necesario, Mis amados, el Amor de Dios les permitirá que Yo tenga a sus almas en Mis Brazos para enseñarles aún más sobre el Amor de Dios, el Amor de Dios que besa y que consuela, así como una buena madre besa y consuela a sus hijos.
Esto es lo que el mundo necesita en este tiempo, no puede perder el sentido y el camino del Amor Mayor; porque el Amor Mayor les hará comprender al semejante, los ayudará a aceptar todas las situaciones y todas las condiciones, por más difíciles que sean. El Amor de Dios siempre los ayudará a superarse a ustedes mismos, porque el Amor del Padre es el fiel testimonio de Su Presencia.
Lo que hoy sucede aquí, es obra del Amor de Dios; es Gracia de Mi Hijo, el Cristo; es Amor maternal de Mi Corazón por Mis hijos.
Por eso hoy, Yo vengo a prepararlos no solo para los próximos tiempos, sino también vengo a prepararlos para que vivan en estos días los encuentros con Mi Hijo, sabiendo que ya son los últimos encuentros, en los que sus almas y espíritus podrán beber de esa Fuente del Amor Consolador y Misericordioso, que disolverá todo mal y que los renovará por dentro para que puedan tener vida en abundancia.
Hagan esto por la humanidad, den los pasos por aquellos que no los dan, oren por los que necesitan de oración, vivan y tengan un gesto de amor y de misericordia por el prójimo.
Porque Mi ardiente deseo de Madre es que ya se sientan apóstoles del Cristo Redentor, viviendo la vida del apostolado, de la misión y del servicio; y no buscando ser apóstoles, aun en estos tiempos críticos, porque en sus corazones están todas las llaves que Mi Hijo les entregó para abrir las puertas al conocimiento mayor, para entender la existencia y la condición humana, para que esa condición humana no sea juzgada ni condenada, sino comprendida y aceptada a través del Amor de Dios que puede vivir perpetuamente en ustedes y se puede renovar a través de cada nuevo Sacramento.
Sepan que, cada vez que reciban un Sacramento, estarán delante de las puertas del Paraíso; porque los Sacramentos que Mi Hijo instituyó no solo son Gracias reparadoras, sino son oportunidades para que las almas se reencuentren consigo mismas y retomen el camino hacia el infinito Propósito.
Lo último que quiero decirles en esta noche, en la que puedo sentir un poco del amor de cada uno de Mis hijos, es que confíen en las virtudes y en los dones que Dios les regaló, porque cada vez que escuchen la Palabra de la Divina Jerarquía, cada vez que sean capaces de repasar Nuestros Mensajes para comprender un poco más lo que les decimos y todo en lo que los instruimos, están recibiendo la oportunidad de vivir los Dones de Dios.
Y la primera escuela para poder vivir los Dones de Dios es que puedan vivir ustedes mismos el Amor de Cristo, que los unge y los santifica en cada momento, cuando se arriesgan a colocar sus rodillas sobre el suelo para pedir Perdón y Misericordia, no solo por ustedes mismos, sino también por el mundo.
Que, a las puertas de la próxima Maratón de la Divina Misericordia, Mis hijos recuerden que siempre son agraciados y bendecidos, ante la emergencia de estos tiempos, ante millones de almas que, viviendo en la oscuridad, en el sufrimiento y en la guerra, no consiguen ver la Luz y el Amor de Dios.
Por eso, sus ofrecimientos son importantes en estos tiempos para que las almas se puedan salvar, especialmente las que más necesitan de la Misericordia de Cristo. Y eso no es solo con los que están lejos de aquí, sufriendo de una forma verdadera y, hasta diría, inexplicable, sino también con las almas que necesitan de salvación que podrían estar aquí entre ustedes, sin que lo perciban.
Por eso, amen lo que viven, amen cada nuevo ofrecimiento. Esto es lo que el Padre Celestial necesita para que Su Misericordia descienda al planeta y la Nueva Humanidad pueda ser una realidad.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nos colocamos de pie.
La Madre nos va a enseñar una simple oración, para que nos animemos a imitar a María.
Repetimos:
Divina Madre,
consagra mi corazón,
para que pueda sentir
como siente Tu Corazón.
Divina Madre,
consagra mis ojos,
para que mis ojos puedan ver
como ven Tus Ojos.
Divina Madre,
consagra mis labios,
para que mis labios sean como Tus Labios,
que oran perpetuamente
por las almas y por la Creación.
Divina Madre,
consagra mis manos,
para que mis manos sirvan
con caridad y misericordia,
así como Tus Manos sirven
con caridad y misericordia,
marcando en cada paso un gesto de Amor.
Divina Madre,
consagra mis pies,
para que mis pies caminen
así como caminan Tus Pies,
buscando incesantemente la senda de Cristo, Nuestro Señor,
y confiando plenamente
en el Propósito de Nuestro Creador.
Divina Madre,
consagra mi alma,
para que mi alma viva
el mismo júbilo que vive Tu Alma
al responder en cada paso al Llamado de Dios.
Divina Madre,
consagra mi espíritu,
para que mi espíritu esté unido a Dios,
así como Tu Espíritu está unido al Padre eternamente.
Divina Madre,
despoja mi ser completamente,
así como Tú Te despojaste ante Dios,
siendo una Esclava perpetua de Su Proyecto.
Amén.
Vamos a pedirles a los sacerdotes que traigan los elementos aquí, para la consagración de la Eucaristía, que haremos junto con la Madre Divina.
Mientras tanto, vamos a entonar los Nombres de Dios y a intentar que esta oración, que María nos enseñó, pueda resonar en cada parte de nuestro ser, así como resuena en cada parte de nuestra Madre, en Su Espíritu, en Su Alma y en todo Su Ser.
Así, vamos a hacer nuestro ofertorio, el ofertorio más profundo de nuestro corazón, para que Cristo pueda estar entre nosotros en este momento; así como María nos trae a Su Hijo en este momento, en Divinidad y en Espíritu.
Vamos a cantar estos Nombres de Dios junto a la Madre Divina, invocando la presencia de los ángeles.
Mis queridos hijos:
Hoy, traigo el Sagrado Cetro de la Voluntad de Dios en Mis Manos, para que sea depositado en la consciencia y en el alma de Brasil; a fin de que este país cumpla, a través de todos sus habitantes, el propósito espiritual de su nación en la misión de expresar y de reflejar el surgimiento de la Nueva Tierra.
Por eso, Mis hijos, Dios y Mi Amado Hijo Me envían con el Cetro del Propósito Divino, para que las almas de este país no pierdan la guía y el camino de una realización espiritual y profunda que tiene esta parte del planeta.
De Brasil deberá emerger y reaparecer el Hijo Solar, y con todas sus huestes angélicas que, bajo el amparo de San Miguel Arcángel, derrotarán a las insignias del mal, para que cada hijo brasilero y cada representante de Sudamérica reciba el Rayo de la Liberación, de la Cura y del Perdón.
Por eso, hijos Míos, desde ahora, como su Madre y Patrona de Brasil, Yo vengo en oración a prepararlos, a guiarlos una vez más hacia Mi Hijo; porque Él es su Camino de redención, Él es la Vida para cada uno de ustedes, así como también Cristo es la Verdad y la Luz invencible para quien aspira a seguir Sus Sagrados Pasos.
Estoy aquí, porque Yo Soy de aquí, Soy de este pueblo. Soy la Virgencita Negra, Madre de todos los simples y humildes. Soy el Lucero de este bendito país.
Continúen orando Conmigo, con amor, fe y esperanza, hasta que en el día y en la hora menos pensados, verán al Divino Hijo retornar y sentarse debajo de la Figueira para repartir y compartir el Pan de Vida Eterna.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos del Árbol Sagrado de Figueira:
En este tiempo de duros enfrentamientos y conflictos entre naciones y pueblos, en este tiempo en el que la sangre inocente que es derramada no tiene importancia, en este tiempo en el que la impunidad ganó el asiento principal en la vida de muchas personas; que ustedes, Mis hijos, puedan contemplar ahora los sagrados frutos de la conversión y de la fe renovada para que, en este ciclo en el que se aproxima el Juicio Final, sus vidas sean el fiel ejemplo de una redención alcanzada por la intervención de la Santa Gracia de Dios.
Cada vez que su Madre Celeste llega a Figueira es una oportunidad de reparación de los ultrajados Corazones de Cristo, de María y de San José, es una oportunidad de que, en Mi Corazón Materno a través de la fe y de la esperanza de Mis hijos de Figueira, Yo pueda sentir amor, gozo y alivio al reencontrarme con los Míos.
Por eso, Mis amados hijos, recuerden y revivan, en cada momento, el poder estar ante su Madre Celeste. Sientan esto por aquellos que, en este tiempo de incertidumbres, no tienen la Gracia de sentir ni escuchar a la Madre de Dios.
Les pido que mantengan ese espíritu de fe inquebrantable, una fe que ayude a la consciencia y al alma de Brasil, para que esta tierra no solo sea redimida junto con los Reinos de la Naturaleza, sino también las almas reencuentren la alegría y la razón de pertenecer a este amado y bendecido país.
Unidos, en oración continua Conmigo, Yo los invito a reforzar el espíritu de los ejércitos de oración, para que la antorcha de la Luz victoriosa de San Miguel Arcángel se mantenga encendida en el corazón de cada hijo brasilero.
Desde el Reino de Dios, desciendan todas las Gracias necesarias para esta querida nación de Brasil.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Señora de Figueira
Mis queridos hijos:
Con alegría, retorno a Mi amada Figueira, para volver a encontrarme con Mis hijos predilectos y para anunciarles que el Padre Eterno Me concedió la Gracia de traer Su Mensaje del Cielo el próximo 25 de marzo; momento en el cual, los Sagrados Corazones de Jesús, de María y de San José completarán esta importante preparación interna y espiritual de todos los seguidores de Cristo para la próxima Sagrada Semana.
Quiero decirles que esta será Mi única oportunidad de que, el próximo 25 de marzo, Yo pueda estar entre ustedes como una Madre que se alegra por el reencuentro con Sus hijos de Sudamérica.
Luego, los Mensajeros Divinos continuarán, desde el hemisferio norte, abriendo los caminos para el importante ciclo humanitario en África, Medio Oriente, Europa del Este y en otros lugares en donde la Jerarquía Divina tendrá la oportunidad de intervenir y de auxiliar.
Después de la próxima Sagrada Semana, se terminará de abrir la puerta del fin de los tiempos. Esto significa que se abrirá la puerta para que los que estén definidos la puedan cruzar junto con Mi Hijo y, así, asumir los preparativos para Su esperado Retorno.
Todo lo que sucedió en Aurora, como en Figueira, a través de los tiempos, los preparó conscientemente para asumir con adultez espiritual este importante ciclo de redención planetaria.
Yo, como Madre de todos, rezo y rezaré por ustedes, Mis hijos predilectos; para que, al lado de Mi Hijo, caminen firmes y fortalecidos en el Amor, porque el mundo necesita de almas misericordiosas y de corazones abnegados que, junto al Arcángel Miguel, sean capaces de disolver el mal, para que vuelva a nacer el Amor de Dios en todos los corazones.
Llegó el tiempo del apostolado, llegó la hora de crecer interiormente.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Con gozo y alegría, retorno a Mi sagrada Figueira para que, a partir de junio, mes del Sagrado y Bendito Corazón de Jesús, los frutos internos del espíritu de cada hijo Mío ya puedan estar al servicio del planeta y de las almas.
Quisiera que, en este próximo encuentro de oración de las 1.000 Ave Marías, sus oraciones y súplicas más sinceras sean dirigidas al Padre Celestial por las intenciones y súplicas de su Madre Celeste.
Deseo, con ardiente devoción, que Mis hijos orantes recen por las siguientes intenciones:
1º Por un verdadero y sincero tratado de paz en Medio Oriente, para que Mis hijos israelitas y palestinos alcancen el diálogo pacífico en pro del bien común, y por los más desprotegidos y desamparados.
2º Por un acuerdo fraterno y real en Colombia, a fin de que los más pobres e inocentes ya no sean los más castigados por las protestas y las paralizaciones.
3º Para que el Brasil conciba un gobierno coherente, acorde a los mandatos divinos, a fin de que los más golpeados por el desorden nacional de la pandemia, tengan la Gracia de reconstruir sus vidas.
4º Por los desplazados e indigentes de Marruecos, a fin de que Europa deje de enfriar su corazón ante la actual y crítica crisis sin precedentes, para que todos los refugiados sean ayudados y dignamente reconstruyan sus vidas.
5º Por la paz y el cese del conflicto dictatorial en Myanmar, a fin de que la religión no sea usada como máscara para ocultar las más traumáticas acciones que perjudican a toda la nación y, sobre todo, empujan al exilio de los más pobres.
6º Por el fin del conflicto en Siria, en Venezuela y en Etiopía, a fin de que la vida de la sociedad humana no sea aprovechada para imponer más miseria y caos en los pueblos y entre los pueblos.
7º Les pido orar por las misiones humanitarias, para que todos los precursores del servicio humanitario estén protegidos, guiados e inspirados por el Espíritu Santo; a fin de que se tomen decisiones benéficas y duraderas para todos los que buscan volver a comenzar, después de una traumática y dolorosa partida de sus tierras de origen.
Si oran por estas intenciones Mías, les estaré agradecida, ya que Mi Corazón es ultrajado por la corrupción mundial, la que tendrá fin en el Retorno de Cristo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En esta noche de viaje, de regreso al Brasil, Mi Manto, como todas las estrellas, se extiende sobre ustedes. Los acompaño en el silencio y en la vigilia para que sus almas misioneras se restauren en unos días y así se preparen para acompañar a los Sagrados Corazones de Jesús, de María y de San José en la tarea planetaria que sucederá en los próximos días, en los cuales todos Mis hijos orantes tendrán la Gracia de poder volver a escuchar a San José, a Mi Hijo y a Su Madre Celeste.
En esta noche viajamos de regreso a Mi Casa Madre en Brasil, Figueira, para que sus hermanos, internamente, puedan recoger los frutos de esta última peregrinación por los Estados Unidos y Canadá, importantes frutos para el despertar de los corazones y para la redención de las almas que viven en Dios.
En esta noche, de regreso a Brasil, Yo los bendigo y les agradezco por haber respondido a Mi llamado durante todo este mes y medio de peregrinación.
Los bendice siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Tributo al Instructor del Amor
Hijos Míos:
Hoy se cumple un año desde que el alma de Mi hijo José Trigueirinho se elevó al Cielo para continuar con su trayectoria en preciosas escuelas de servicio y de expansión de la consciencia.
Después de su partida, muchos acontecimientos se presentaron, no solo en el campo del servicio, de la instrucción y de la oración que la propia Figueira pudo expresar, sino también se presentaron grandes necesidades de ayuda humanitaria a nivel mundial e internacional.
Así, el Árbol Sagrado de Figueira que fue cuidado, podado y protegido por Mi hijo José Trigueirinho durante los últimos treinta años, lanzó nuevas semillas de instrucción y de servicio, las que hasta los días de hoy continúan brotando y dando infinitas oportunidades a todos los que quieran aprovechar esta Gracia de vivir la absoluta donación de sí.
Después de treinta años, en los que el suelo fértil de cada corazón y discípulo fue cuidado, amorosamente, por Mi hijo José Trigueirinho, llegó el momento de que las virtudes y los talentos emerjan para estar al servicio del Plan de Dios, a fin de aliviar todo el dolor a través del amor.
Este es el momento, en el que todos los discípulos de José Trigueirinho deberán asumir sus lugares dentro del Plan y deberán comprometerse con lo Alto para sostener las Islas de Salvación que, con tanto amor, Mi hijo José Trigueirinho, protegió y amparó con su humilde consciencia.
Este es el momento de que todos los miembros de la Red-Luz como buenos, dedicados y tiernos servidores asuman el cuidado, el amparo y el mantenimiento de las Comunidades-Luz, y que estén más presentes y activos, sabiendo que las Comunidades y los Núcleos-Luz serán espacios sagrados para el recibimiento y el acogimiento de situaciones humanitarias.
Ahora es el tiempo de poner en práctica todo el legado recibido y escuchado durante los últimos treinta años. Es el tiempo de dar continuidad a la Obra que la Jerarquía espiritual sembró a través de la Comunidad Figueira.
Así permitirán, hijos Míos, que en la superficie de las Comunidades y en los Núcleos-Luz, la Jerarquía cuente con espacios consagrados y donados amorosamente para que la Jerarquía pueda seguir instruyendo y guiando a las almas, para que pueda seguir sembrando semillas de luz en los corazones que están despertando a la gran convocatoria.
Demos gracias al Padre Eterno por haberles enviado al mundo un humilde y servicial Instructor que amparó y protegió a cada uno de sus hijos y discípulos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La luz del misterio se revela en este tiempo y ella nace del interior de los Centros Sagrados, para que la consciencia humana reciba el impulso del despertar y de la realidad cósmica.
Es así que estos Centros Sagrados, frutos de la Creación y presentes en varios puntos del planeta, son potentísimas usinas de luz que atraen hacia la Tierra y hacia la humanidad la Gracia de poder tener el Conocimiento Mayor irradiado por las grandes constelaciones y estrellas.
Es de esa forma, hijos Míos, que el ser humano vuelve a recordar, y llega a su memoria el origen de quién fue y la razón de haber surgido de una Fuente pura y suprema, Fuentes presentes en varios espacios del Universo.
Cada ser de este planeta es una estrella que antes estaba viviendo una experiencia en algún lugar del Universo, solo que para que esa experiencia fuera más enriquecida y pudiera dar sus propios frutos, la mayoría de Mis hijos tuvo que llegar a este planeta azul para profundizar en el amor y en el perdón.
Pero su historia no terminará en esta vida, hay algo que existe más allá de la esfera de la Tierra y que se llama “macrocosmos”. Hacia allá deberán retornar con un aprendizaje realizado y una misión cumplida.
Los Centros Sagrados están al alcance del ser humano para hacerle recordar todas estas cosas. Por esta razón, la luz del Centro de Figueira es la primera esencia de amor que, con poder y fortaleza, se develará en el corazón que se abra para recibirla.
Sea la luz del Centro de Figueira un puente de elevación y un impulso de trascendencia de toda la condición humana.
Desde los Centros Sagrados emergerá no solo la luz de la esencia de cada uno de ellos, sino también aparecerá la Jerarquía como miembro de una Orden Mayor y evolutiva para todo el Universo Cósmico.
Es tiempo, hijos, de reconocer a través de estos impulsos, a los últimos impulsos reveladores que llegarán a la humanidad para llevarla hacia la ampliación de la consciencia con el fin de asumir algún día la evolución, el cuidado y el amor a este planeta que es el receptáculo de grandes y desconocidos Centros Sagrados que el propio Dios creó para que todos Sus hijos estuvieran acompañados, y así pudieran llegar al encuentro con Él.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Una vez más estaré entre ustedes en el Centro primordial de oración del Brasil. Yo estaré entre ustedes en el Centro de oración de Figueira.
Queridos hijos, hoy con la especial devoción que irradia Mi Corazón, les transmitiré una instrucción de Madre a hijo, del universo al discípulo.
Hijos Míos, Dios se manifiesta prodigiosamente de tres formas para las almas, para Sus criaturas. Dios se puede manifestar a través del espíritu de Sus criaturas y transmitir Su Sabiduría, Dios se puede manifestar a través de las mentes de Sus criaturas para transmitir Sus Ideas del Plan de Amor para el universo y Dios se puede manifestar a través del alma de Sus criaturas para transmitir Su Amor a todos los espacios de la Creación.
Dios es una Esencia de Amor puro, sabio y divino; de Él provienen todos los poderes de la Creación y de la vida manifestada. A Dios se le debe honra, gloria y alabanza, porque Él alcanza Su mayor expresión a través del amor y la unidad entre las criaturas.
Hoy, queridos hijos, quiero enseñarles en este tiempo a vivir una lección de humildad, porque Dios espera que sus consciencias maduren. Esta lección de humildad consiste en que reconozcan que Dios tiene la majestad y el poder de manifestarse a Sus criaturas de diferentes formas, con el fin de que las almas lo puedan conocer y sentir como la Fuente del Amor para la vida en la Tierra.
Cuando Dios reconoció la oferta de Su Sierva fiel, la Virgen María, nunca hubo intención de apropiarse, en este misterio de entrega y sacrificio. En Mi consciencia maternal reposó el Amor de Dios, un Amor puro y verdadero que ingresó en Mi Corazón para volverlo inmaculado.
Vean, Mis queridos, cómo Dios actúa y se revela ante Sus hijos con Amor y Fe, porque Dios espera que la humanidad alcance la paz a través del conocimiento de la Verdad Divina.
Cuando un corazón se dona al universo, Dios consigue manifestarse en esa criatura y después Su Voluntad se dibuja en esa consciencia que, a través de la fe y de la devoción, ella deberá cumplir.
Quiero, Mis pequeños, que vean y reconozcan que Dios es Humildad y Sabiduría. Dios nunca engrandecerá Su poder porque, de lo contrario, no sería Dios. Dios despierta la paz para la vida, como fuente para el espíritu; la fe como esencia para el crecimiento interior; la unidad como principio de fraternidad y el amor como sostén espiritual para las almas.
Todo es simple, queridos hijos, quien está en Dios no temerá ser despojado de sí mismo para poder curarse desde el espíritu. Dios es la Fuente del Amor que se presenta para que todos lo puedan vivir a través de él.
Cuando el alma no escucha, Dios no consigue acercarse. El Amor Universal necesita impregnarse como luz en las células de todas las almas para que, al fin, ustedes imiten Mi camino de entrega y confianza. Porque así, como almas, ayudarán en el amor a Dios para que pueda seguir manifestándose entre las criaturas, los Reinos y el mundo.
Dios es renovación, es Espíritu de vida y esperanza. Dios es concreción de misiones internas para las criaturas. Dios es Amor presente en la esencia de todos Sus hijos. Dios debe ser buscado desde del corazón, porque Dios es constante oración y refugio para los corazones que viven en el desierto y con sed interior. Dios resucita la vida del espíritu en los que la han perdido. Dios cura a través de Su bondad y humildad, porque Dios es el Espíritu Santificado en el Universo Celestial.
Dios es el único Bien Mayor para todos, porque el Padre del Cielo es su principio y su fin en esta vida. Él es eternidad, es eterno Amor.
Queridos hijos, guarden en sus corazones la aspiración del Padre de estar más presente en ellos.
¡Gracias por responder al Llamado de Dios!
Les agradece y los bendice, en la Luz de Dios,
María, Madre y Reina de la Paz y del Amor de Dios
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más