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Como el humo del incienso sagrado que exorciza las tinieblas, las nubes del Cielo en las que posan Mis pies exorcizan las creaciones del mal y así, establezco el Reino de la Luz en donde antes no existía.
En esta guerra del fin del tiempo, queridos hijos, no hay nada que se pueda oponer a la Luz de la Madre del Sol, porque de lo contrario se quemaría por la intensidad del impulso solar que tiene el Fuego Divino.
Hijos Míos, las herramientas angelicales siempre estarán a disposición de los misioneros y de los soldados de la paz para que, en la aparente nada, surjan y se puedan defender de todo mal.
El Armagedón ya circunda al planeta, y muy pocos quieren aceptar que los tiempos cambiaron.
Las resistencias al cambio, aunque sean en una parte, repercuten en el mundo actual, y retrasan los pasos que la mayoría debe dar.
Nuevamente, les digo que en esta batalla final por la conquista espiritual del próximo reino no podrán existir interferencias de ningún tipo; porque si así fuera, las consciencias aún no estarían preparadas para sobrellevar la esperada purificación del planeta.
Que a través del servicio humanitario y de la donación de amor, sigan siendo desactivados los falsos reinos creados en las grandes regiones, reinos que existen para aterrorizar a las consciencias y apartarlas de Dios.
La verdadera victoria estará en los que perseveren de corazón. Mi Hijo nunca los dejará solos, cuando entre los corazones exista la certeza y la fe absoluta de que Jesús mora y vive en cada corazón humano, lo que no podrá ser quitado por nadie ni por ningún arma de exterminio físico ni espiritual.
El Amor de Cristo que vive en los corazones es el Amor del Padre que los abraza y los guía hasta la meta final.
Hoy les estoy hablando de los refugiados, de sus hermanos que perseveran hasta el final, en la sagrada esperanza de que algún día encontrarán la Tierra Prometida, después de este largo exilio.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los une al Corazón del Padre Celestial,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Queridos hijos en misión:
Turquía se ha mostrado ante ustedes como una nación organizada, desde el punto de vista humanitario, para poder socorrer a la gran crisis migratoria que aún no ha terminado.
Mientras los desacuerdos y las migraciones continúen, el mundo no tendrá paz. Por eso, su Madre Celeste implora al Padre Eterno para que establezca Su Justicia ante tanta crueldad y aniquilación de almas buenas.
Hijos Míos, el tiempo indica que debemos seguir orando sin dejar de abrir en los Cielos el potentísimo afluente de la Misericordia Divina que podrá conducir hacia el Cielo a las almas que fueron presas y decapitadas por el adversario.
El tablero del Armagedón aún está en juego para definir quién ganará, en el próximo tiempo, la última batalla.
Mientras el caos se manifiesta en el mundo y sobre todo en las vidas de los refugiados, queridos hijos misioneros, que su principal propósito sea mantener la paz interior adonde vayan y la cálida sonrisa de amor y de fraternidad que Mis hijos de Medio Oriente necesitan. Es de esa forma, hijos Míos, que vuestra Madre Celeste consigue abrazarlos a todos y colocarlos bajo Su Manto protector.
Queridos hijos, la nación turca ha sido una escuela de madurez y de definición interior para cada uno de ustedes, así como lo fue para su Madre Celeste cuando estuvo en esa región para finalizar la síntesis de Su existencia.
Que la síntesis de ustedes sea definirse como un grupo misionero para el fin de los tiempos, disponible para cumplir el llamado de la Jerarquía Celestial, así como lo han hecho hasta ahora.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice y los guía, junto con ustedes en misión,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Mis queridos hijos misioneros:
Después de que sus corazones y consciencias conocieron la grave realidad de los refugiados, de los que huyen en barco hacia Grecia en búsqueda de una vida mejor, ahora, su Madre Celeste los conducirá a que encuentren nuevas y profundas necesidades de servicio espiritual e interno.
Quiero decir con esto, queridos hijos, que todos los refugiados, así como los niños que ustedes encontraron en esta misión, reflejan en sus miradas el resultado de un total abandono espiritual, moral y físico en cada una de sus vidas.
Así, hijos misioneros, ustedes están ante una situación espiritual de los refugiados que no solo se resolverá con servicio y con palabras de afecto, ustedes están ante un mar de complicaciones internas y externas; están ante el resultado visible de lo que el hombre de superficie, sin consciencia y sin amor, puede hacer con la vida de los demás.
Es en este punto y en este escalón no evolutivo en el que se encuentra la humanidad actual, muy insensible a los sufrimientos ajenos y olvidándose rápidamente de las necesidades humanitarias; situación que la humanidad solo ve como una noticia mundial.
En este momento la insensibilidad ante la crisis migratoria de millones de refugiados ya no puede seguir siendo ocultada, es una situación que cada día se vuelve más extrema y que por ser tan grave no se conoce el fin de la misma.
Queridos hijos, es por eso que los he traído hasta Turquía, para que con sus ojos y corazones, vieran y sintieran algo humano, algo de sus semejantes que es inexplicable.
En este momento la misión humanitaria en Turquía vivirá una profundización espiritual, y a pesar de que algunos de Mis misioneros enfrentan, con sus dolores, el dolor de millones de refugiados sirios, Mi mano no dejará de estar sobre ustedes para irradiarlos y ayudarlos hasta el final de la misión.
Queridos hijos misioneros, les suplico que pidan perdón a Dios cada vez que encuentren una situación de sufrimiento, que es el resultado de esta guerra civil.
Pidan por Misericordia y no se cansen de pedir, así Yo también podré aliviar los corazones solitarios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los despierta a la Consciencia Mayor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Queridos hijos:
Que la Concepción Divina de Mi Pureza Original sirva de ayuda espiritual para aquellas almas que aspiren a alcanzar a Dios y a estar en Sus Brazos de Padre.
El servicio a la humanidad, queridos hijos, desprende de la consciencia la incapacidad de amar y mantiene las puertas del corazón abiertas a Dios.
Todos los días, cuando un misionero sirve, debe tener presente que lo está haciendo por el Plan de Dios, para el cumplimiento de esta Obra máxima por la paz en el mundo.
Es Mi Pureza Original, la Pureza de Dios, que los ayudará a encontrar el camino eterno de elevación y de amor por el mundo.
Queridos hijos, el servicio en Turquía tiene la intención interna de abrir aún más las puertas para que los corazones, en algún plano de consciencia, reencuentren a Dios.
Los dones que favorecen la paz, el amor y la fraternidad pueden llegar a ser inolvidables para las almas que reciben no solamente la ayuda humanitaria, sino también el amor de corazón a corazón.
Mis queridos hijos, necesito que en estos tiempos, aprendan a servir espiritualmente, buscando en este momento cumplir el Propósito del Creador en toda la humanidad.
Los misioneros en Turquía, junto con las asociaciones humanitarias que cuidan a los refugiados, establecieron un vínculo ecuménico de servicio por la paz, sin condiciones ni a favor de nadie. Este acto de cooperación y de caridad fraterna le muestra al universo la posibilidad de que los caminos del servicio se abran aún más y que otras consciencias puedan servir para olvidarse de sí y poner la atención en la necesidad del otro.
La Divinidad está aliviada por el trabajo voluntario, eso indica un camino abierto para nuevas oportunidades. El servicio a los demás los llevará a encontrar la pureza interior.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los conduce al eterno servicio,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Mis queridos hijos:
¡Despierten! Vean a vuestra Madre Celeste en una gran misión planetaria junto a los misioneros de la paz, los que junto a Mí se preparan para atender a las más grandes necesidades de amor y de servicio en Turquía.
Es por eso, que vuestra Madre Celeste, junto con los misioneros de la paz, se dirige hacia uno de los lugares más lejanos de Medio Oriente, para llevar adelante un importante rescate esencial de las almas que necesitan conocer Mi Paz.
De esa forma, hijos Míos, los misioneros de la paz deberán irradiar, hacia los más pequeños y olvidados, el espíritu de paternidad y de maternidad.
En esta próxima segunda etapa de la misión humanitaria, Mis misioneros comenzarán a ingresar al verdadero campo de refugiados, aquel que se proyecta en la consciencia planetaria de los desamparados y de los marginados, porque en verdad, queridos hijos, el total abandono y el exilio se vive en el espíritu de cada ser.
Esta próxima etapa demandará que los misioneros de la paz estén ante los resultados internos de la crueldad humana, algo que irán descubriendo bajo Mi santa guía a medida que transcurra la misión en las diferentes regiones de Turquía.
Estambul será la etapa final más dura, porque Mis misioneros verán el ápice de un gran exilio humano.
El servicio a los niños requerirá de la atención espiritual, moral y física a los más pequeños, los que a través de las guerras o de la pérdida de sus familiares, perdieron la alegría de vivir o el por qué estar en este mundo.
El amor paterno y materno de cada misionero será imprescindible, por eso, queridos hijos, Yo los invito a que todos consideren esta parte de la misión como importante, porque los misioneros deberán unirse a los cristos internos de cada pequeño hijo Mío, así Yo les estaré mostrando, a Mis hijas misioneras de la paz, dónde está la necesidad del mayor amor maternal.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Queridos hijos:
Como Madre Auxiliadora de los cristianos Me encuentro en Medio Oriente, ayudando a las almas que no tienen esperanza porque la perdieron desde el momento en que sus vidas abandonaron su amada tierra.
Exilio es el resultado interior de no conseguir ver a Dios en todas las situaciones que les toca vivir, porque el corazón queda preso del terror y del miedo. Es por ello que Vuestra Madre se encuentra trabajando allí, entre los refugiados, para la recuperación del sentido de la vida y de la existencia de cada ser en medio de la desolación del fin de los tiempos y de las guerras.
Queridos hijos, por eso los invito día a día a colocar en sus corazones a los hermanos de Siria, porque ellos abandonaron sus hogares y lo poco que tenían para poder sobrevivir. Todos ellos transitan una de las peores crisis humanitarias, porque la no pertenencia a ninguna nación y el rechazo de parte de las naciones europeas se ha convertido en un gran desierto sin luz en la vida de cada exiliado.
Que sus oraciones se concentren en invocar la providencia para cada uno de ellos, y especialmente, para que recuperen la dignidad de vivir, ya que ellos son hijos de Dios. Si todos tuvieran la consciencia en esas situaciones, el mundo sería aliviado de su constante pecado, y puertas de paz se abrirían a lo largo y ancho de él.
Aunque la humanidad quiere excusarse y no ayudar como se debe, finalmente Mi Inmaculado Corazón triunfará a través de los más simples y humildes de corazón, y ellos conocerán la Nueva Tierra.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En la esperanza de un verdadero cambio de la consciencia humana, reza por ustedes,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Con la cabeza en el suelo pidamos, queridos hijos, por el descenso de una Gracia Celestial que pueda en esta hora revertir las causas injustas de este gran exilio de las almas del mundo.
Muchos buscan a donde ir, pero muchas puertas se cierran a cada paso; eso hace entristecer el corazón de cada uno de los refugiados, y no encuentran sentido a la vida.
Quisiera saber si los europeos han comprendido las parábolas de Jesús, cuando Mi Hijo les decía que a aquel que le dieran de comer, a aquel que visitaran o le dieran un lugar de reposo, sería a Él que lo estarían recibiendo.
¿Creen en eso?
Si esta realidad de millones de refugiados sucede en sus tierras, es porque llegó la hora de que en verdad practiquen la fraternidad y la ciencia de la paz. Nada de lo que les pedimos es un misterio.
Queridos hijos, esto es parte de un Apocalipsis que muchos no quieren aceptar y se quieren evadir de todo sufrimiento o incomodidad.
A través de los refugiados, ¿no estarán reencontrando la verdadera familia espiritual?
Sean como Jesús y acepten a los desamparados, porque sus espíritus también estaban desamparados y Mi Hijo los abrigó.
Es hora de tomar consciencia del lugar que ustedes tienen y el cual muchos desolados anhelan merecer algún día: estar en el Corazón de la Jerarquía Celestial.
En consciencia y humildad les pido, hijos de Europa: hagan su parte, ¡están a tiempo!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los ama,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Queridos hijos Míos:
Su Madre Celeste, con Su Corazón resplandeciente, se prepara para descender espiritualmente, junto con los misioneros de la paz, en la ciudad de Ankara, Turquía, en donde se les revelarán a Mis hijos misioneros los primeros pasos de la asistencia a los refugiados, a través de esta nueva misión humanitaria.
Turquía es una nación que ha acogido el sufrimiento y el exilio de millones de refugiados. Ankara ha sido una de las ciudades por donde pasan Mis hijos en éxodo.
El miedo a ser extraviados, por la guerra y por la persecución, ha llevado a que los refugiados se exilien en naciones de Europa. Por eso, queridos hijos, esta misión humanitaria intentará ayudar primero llevando paz en medio de la desesperación de los que por temor y por la guerra perdieron todo.
En el plano espiritual, la Jerarquía Celeste trabajará para que en los planos internos las almas recuperen la fe y la confianza en Dios, que son disipadas por la guerra. A pesar de todo lo que está sucediendo, su Madre Celeste guiará a los misioneros para que ellos se encuentren con las almas que tienen verdaderas necesidades físicas, morales y espirituales.
Los misioneros de la paz llevarán en sus corazones el testimonio del Amor de Dios y lo demostrarán a través de las obras de servicio y de caridad a las personas que encontrarán en cada lugar.
El abrigo espiritual y humano será una de las llaves importantes para esta misión humanitaria en Medio Oriente. Por eso, Mis hijos misioneros verán, en todo lo que es indigno y triste, la oportunidad de recuperar la pureza en los corazones exiliados. Será un momento para recapacitar y aprender sobre la unión profunda que debe existir con Dios a pesar de las circunstancias.
Queridos hijos, Turquía es el portal por donde pasan los que escapan de la guerra; el espíritu de la paz deberá recuperarse, pues todo deberá comenzar de nuevo.
Mi guía interna estará en todos los misioneros.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En Misión de Paz,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hoy cuando estábamos finalizando el Misterio del Rosario, vimos otra vez a Nuestra Señora ayudando silenciosamente, en Turquía, en el camino del éxodo de los refugiados de Medio Oriente. Ella estaba vestida como una madre árabe, llevaba una túnica color rosa claro hasta los pies, estaba envuelta por una larga prenda blanca la cual llegaba a cubrir toda Su cabeza formando como un velo, y estaba descalza.
La Madre Divina estaba caminando en la ruta desde la frontera entre Siria y Turquía, rumbo a los países de Europa Oriental, en el éxodo entre los refugiados. Y nos preguntamos: ¿Por qué la Madre de Dios camina silenciosa entre las multitudes de refugiados que están en exilio?
Luego, vimos a la Madre María con un niño pequeño en brazos y de repente comenzaron a verse más niños en Sus brazos; Ella los cargaba a todos y, junto a las multitudes, atravesaba un largo desierto entre Siria y Turquía para ayudar a las almas de todos esos hermanos. Ella mostraba que las almas estaban en un proceso de gran desesperación, de miedo y de incertidumbre y, así, María colocaba la cabeza de cada uno de ellos cerca de Su Corazón para que sintieran paz.
Vuestra Madre camina por el desierto, atravesando de un extremo al otro toda Turquía, rumbo a los países de Europa Oriental, para buscar asilo interior en los corazones que se abran para reconocer al Maestro en los refugiados.
Así como fue en Belén, queridos hijos, la Sagrada Familia, que es este proyecto de la humanidad, está huyendo de la guerra que se precipita sobre los inocentes.
Hijos Míos, hasta ahora no saben qué significa no tener hogar o un lugar donde reposar. Como la Madre que trajo la salvación para el mundo, Yo sufrí pacientemente lo que se llama de exilio, no solo en Belén, cuando buscábamos un lugar en donde el Rey pudiera nacer, sino también cuando buscamos refugio en alguna parte de Egipto.
Queridos hijos, hoy quiero traerles la consciencia de este pasaje de la Sagrada Familia, porque en los días de hoy la humanidad cada vez es más llevada al exilio y a la desesperación.
Vuestra Madre, la Madre de todos los refugiados, camina junto a ellos atravesando mitad del continente, buscando un lugar en donde nos puedan recibir. El Universo Celestial sabe que la humanidad no tiene consciencia de lo que esto significa para la Creación.
Hermanos se han enfrentado a hermanos por la lucha y la conquista de un reinado que no existe más que en la ilusión de algunas mentes. Esta causa de los refugiados está llevando a la acción de la Ley de la Justicia Divina, porque en la mayoría existe la indiferencia de todo lo que sucede.
Queridos hijos, es por eso que pedimos esta próxima misión a Medio Oriente, porque expondrá a todos a una verdad que ya no puede seguir siendo ocultada. El sentirse abandonado, exiliado y sin nada para sí, sin saber qué será de la vida de millones de familias, es algo que aún no mueve al corazón humano y que provoca el principio de un nueva guerra mundial. Si esto sucede, la humanidad se autodestruiría completamente, y como fue con la bomba atómica, no quedarían rastros de ninguna vida en la superficie del mundo.
La humanidad usa el propio poder para realizar sus obras y cada vez más se aleja de Dios. Esto llama la atención de todo el universo, porque no existe consciencia de lo que en verdad está sucediendo.
Como la Madre de los pobres y de los desamparados, Me propuse estar entre Mis hijos más necesitados para poder cuidar de sus almas y para ayudarlos misericordiosamente a que encuentren una salida.
Me encuentro en oración perpetua al igual que los Sagrados Corazones de Jesús y San José, para impedir un castigo severo en el mundo. Necesito que sus corazones se sensibilicen, que sus espíritus salgan de sí para atender la verdadera necesidad planetaria y la urgencia de unir fuerza interior para cumplir el Plan que está siendo forzado a no cumplirse.
Apoyen al menos a aquellos hermanos que deciden ofrecerse para que el Plan se cumpla también en Medio Oriente.
Queridos hijos, la mayor crisis de la humanidad está en la indiferencia, por eso vengo para alertar a todos que están a tiempo de abandonar su soberbia y poder personal para que el mundo no se pierda en un abismo oscuro.
Amorosamente les entrego las llaves de la redención de esta raza y deposito Mi confianza en todos los servidores, esperando que no tomen Nuestras palabras en vano.
Hijos: ¡Es hora de despertar!, ya son los tiempos del Apocalipsis.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los concientiza a través de la Única Verdad,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Cuando estábamos orando la última decena del Misterio del Rosario, vimos a Nuestra Señora ayudando y trabajando en una región de Medio Oriente. Momentos más tarde, cuando Ella apareció, nos dijo que estábamos viendo un lugar en Turquía. Señaló con Su mano izquierda a un número infinito de ángeles alados reunidos trabajando y sobrevolando el área.
La Madre Divina nos dijo que había encomendado a un cierto número de ejércitos angélicos que se unieran a un determinado grupo de almas presentes en el planeta, para colaborar con ellas y ayudarlas a que se pudiera establecer uno de los más importantes Propósitos de Dios: la Paz. Ella nos dijo que esas almas, encarnadas en la Tierra para estos tiempos, eran almas servidoras del Plan de Dios que ayudarían en los tiempos de mayor emergencia mundial.
Nuestra Madre del Cielo mostró que los ángeles y las almas servidoras estaban trabajando intensamente en la contraparte física del camino que hoy recorren los refugiados, dentro de Turquía en el exilio hacia Europa. Ella nos dijo que los ángeles y las almas servidoras intentaban contener esa situación de forma armoniosa y pacífica, trabajando para generar alivio espiritual e interno en cada uno de los hermanos exiliados de Medio Oriente.
Queridos hijos:
La convocatoria de colaboración y cooperación para la misión de Medio Oriente, ya fue realizada por la Federación Humanitaria Internacional y todos están espiritualmente en los últimos preparativos para embarcar hacia esa importante tarea. Y así como fue en África Vuestra Madre Celeste, junto a las instrucciones de San José, guiará desde cerca esta arriesgada misión humanitaria.
Mis misioneros de la paz ya se encuentran trabajando junto a algunos ángeles en todo el territorio turco. Esta nación hermana se encuentra en medio de dos realidades que son opuestas, del lado de la guerra árabe y del lado de la puerta de entrada hacia los países de Europa Oriental.
Turquía es la principal ruta para todos los refugiados. Pero no solo Mis misioneros de la paz encontrarán necesidades en esa nación, sino también ellos verán la realidad de los pueblos de Siria en busca de una nueva forma de vida.
El principal efecto de la guerra recae en los niños, en los más pequeños, los que deben trascender las consecuencias del hambre y de la falta de agua. Es por eso que los tres Sagrados Corazones ya se encuentran en la región espiritual del conflicto, preparando el camino para que la ayuda humanitaria y orante llegue al mayor número de personas posible.
Mis misioneros de la paz se encontrarán con otros misioneros y, en el nombre de la paz y del servicio voluntario, unirán fuerzas internas de amor y de trabajo por todos los refugiados.
Las principales carencias que están presentes en los rostros de Mis hijos de Medio Oriente son el miedo, el exilio, el hambre y la falta de amor humano. Es por eso, queridos hijos, que esta próxima misión humanitaria colocará no solo a los misioneros sino a todo el trabajo en la realidad del verdadero Armagedón, al que espiritualmente se intenta detener para que no se expanda por todo el mundo.
La guerra no es solo la causa de la precariedad de la humanidad, el planeta como totalidad está inmerso en varios conflictos, que primero se gestan en las familias y después en toda la humanidad, llegando a grandes naciones.
La Justicia Divina está actuando, pero también el tiempo de la Misericordia está vigente. Es por eso que esta próxima misión humanitaria a Turquía es considerada, por el Plan de Dios, como una misión de Misericordia. Será a través del servicio, y de cualquier necesidad que se deberá cubrir, que la energía de la Divina Misericordia será la fuente principal para la transmutación de las corrientes negativas contrarias, las que se alimentan de las guerras.
Mis catorce misioneros, en nombre de Dios, conscientemente estarán ingresando con el amparo del Arcángel Miguel en un área mundial de gran conflicto mental y espiritual. Será como ingresar en una gran tempestad, que está ocurriendo de forma precipitada y desmedida.
El lema para los misioneros de esta nueva misión será: “La Gracia de Dios es nuestra fortaleza”. La Misericordia secreta que deberá ser difundida a través de cada acto y servicio revertirá la desesperación humana y podrá traer un poco de paz a los corazones.
La misión humanitaria a Medio Oriente abrirá otras puertas, para que el Proyecto de la Jerarquía sea solicitado en otras regiones del planeta, en donde existen necesidades de ayuda también muy complejas.
La unión de cada misionero y de cada orante con los tres Sagrados Corazones, de forma verdadera, fiel y amorosa permitirá que no se corran ciertos peligros.
Que en tiempos de Armagedón, la fe y la confianza en Cristo sean el escudo y la fuerza mayor que genere la entrega absoluta al Plan del Padre para que Su preciosa Voluntad se cumpla.
Mi Hijo los reunió a todos en estos tiempos, por eso cada alma es llamada para formar parte de esta obra de redención, sin apegos ni formas.
Nuestra Luz esté presente en cada misionero. Nuestro Amor los colme para que reine la Paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En preparación y vigilia,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando llegamos al quinto misterio doloroso vimos aparecer a Nuestra Señora, hicimos la señal de la cruz y Ella se mostró como Nuestra Señora de Fátima.
Segundos más tarde comenzamos a sentir un dolor fuerte en el corazón, un dolor profundo que invadía toda la consciencia, algo inexplicable. Rodeada por ángeles de luz, Nuestra Señora se aproximó muy cerca de nosotros y vimos Su rostro lastimado por un corte en cada mejilla. Su rostro era de mucho dolor y estaba llorando como si nada pudiera detener Sus constantes lágrimas.
Enseguida vimos que el Corazón Inmaculado de María, estaba traspasado por una espina oscura que media unos ocho o diez centímetros de largo; Su Corazón estaba rodeado por una corona de espinas y se veía muy inflamado, perdiendo sangre por todos lados.
La Madre Divina señalaba con Su mano derecha el Corazón lastimado y levantaba Su mano izquierda bendiciéndonos. En ese estado de profundo dolor, la Virgen María nos mostró el mundo entero y nos llevó especialmente hacia Medio Oriente. Nos mostró la realidad espiritual de los campos de refugiados y nos llevó hasta los mares de la región para revelar la situación grave y espiritual de las barcas sumergidas de los inmigrantes. Su llanto no cesó mientras nos transmitía cada una de las palabras.
Luego Nuestra Señora nos mostró el Universo Celestial y vimos un coro de ángeles entre los que se destacaba uno principal que María lo llamó el Ángel de la Justicia de Dios. Él llevaba entre sus manos una vara de ardiente fuego, la cual estaba a punto de lanzar hacia la Tierra. Enseguida, mientras lloraba, Nuestra Señora hizo la siguiente revelación y un pedido para todos nosotros:
Por una gran espina que traspasa Mi Corazón Inmaculado, hoy siento el dolor del mundo, de las almas que son condenadas por las propias manos impunes del adversario.
No podré explicarles, Mis hijos, qué significa el dolor de la humanidad, la que es ingrata a Dios y especialmente a toda la Creación. Realmente hijos, el mundo está enfermo espiritualmente y la humanidad perdió la inocencia y el amor verdadero entre hermanos.
Los inocentes son condenados. Los que dicen ser poderosos obran en contra del Plan del Redentor. La humanidad se autocondenó y condena día a día a Mis hijos.
Hoy vengo mostrando al mundo Mi Corazón Purísimo, lastimado y ensangrentado por los graves e interminables pecados del mundo. Hijos, hay que cambiar y no dejarse perder por las pequeñas cosas superficiales.
Mientras ustedes respiran, otros mueren por falta de Luz. Mientras ustedes duermen, otros no tienen un lugar donde reposar. Mientras ustedes viven en Mi Corazón de protección, otros buscan una salida y escapan de la muerte que es generada por los hombres conquistados por el mal. Esto estremece al Corazón de Dios, viendo al mundo en la guerra de todos contra todos.
Hemos venido aquí para recordarles la Paz y el Amor de Dios. Para aliviar Mi Corazón traspasado y Mi rostro cortado por las heridas que hermanos ocasionan a otros hermanos, para calmar el llanto perpetuo de Mis ojos, vengo para pedir a todos los grupos de oración del mundo y a todos los miembros de la Red-Luz que recen dos misterios del Santo Rosario durante treinta y tres días seguidos para que vuestra Madre Celeste pueda tener la dicha de interceder ante la Justicia Universal.
En el caso de no revertirse la situación en Medio Oriente, la Justicia podría precipitarse y hacer de los templos humanos el polvo de todo el desierto.
Para que el Ángel de la Ira de Dios no derrame el rayo de la Justicia, hijos Míos, vengo a pedirles a todos la oración. Si la respuesta fuera poca, ustedes verán el resultado de una degeneración humana, la que ya flota en los mares.
Recen Conmigo y no se detengan; Mi Corazón ultrajado socorrerá a quien Me invoque de verdad y sin apremios.
Hijos, difundan este mensaje, pues la hora más aguda se aproxima, la primera gran noche de oscuridad mundial. Si rezan Conmigo estarán bajo Mi manto de Luz.
Al final de cada misterio repetirán:
Súplica a la Madre del Mundo
Amada Madre del Mundo,
Estrella incandescente y universal,
derrama Tus rayos poderosos sobre el mundo entero,
derrama los códigos de la Sangre Preciosa de Cristo
para que todo sea purificado
y seamos dignos de vivir
en el Reino de Abba.
Amén.
¡Les agradezco por consolar Mi Corazón herido!
Les abre los ojos a la Verdad,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos Hijos:
Del Cielo les traigo el Santísimo Cuerpo de Mi Hijo, para que siempre recuerden adorarlo en todos los momentos de la vida.
Como su Madre y Madre del Mundo, hoy les anuncio un principal llamado a la oración inmediata por las almas buenas e inocentes que trabajan injustamente en la esclavitud de los campos de refugiados y de las minas de oro, que se encuentran en su mayoría dentro del continente africano.
Por eso, hoy me presento ante ustedes como la Madre y Señora del Verbo Divino, Faz que Yo misma manifesté en Ruanda para evitar una gran catástrofe social y material. A pesar de Mis anuncios, la mayoría de Mis pobres almas no me escucharon y ahora, nuevamente, llego a ustedes, Mis queridos hijos, para que también tomen consciencia de los cambios que sucederán.
Hoy, deseo profundamente que ustedes, los que responden a Mi llamado, puedan responder con sus oraciones, bajo la intercesión de San José Castísimo, por todas la almas que se encuentran en estos campos de sufrimiento y en las minas del dolor y la indignación.
Quiero ayudar, a través de Mi Misericordia bendita, a todos los que padecen día y noche en enfermedad. El mundo sufre por las acciones que se cometen injustamente entre hermanos de una misma raza, creada por el Dios del Amor.
Mi Hijo, a través de Mis plegarias, Me ha permitido llegar en consciencia y omnipresencia a los submundos del sufrimiento, que son realidad y existen en toda la superficie de la Tierra.
Quiero desterrar la injusticia que muchos viven sin salida y sin aliento. Quiero derramar Mi aliento y Mi esperanza a través de su oferta sincera y verdadera.
Yo encuentro en muchos de sus corazones el potencial para poder servir y amar en este tiempo de caos.
Mi Consciencia promete liberaciones profundas y espirituales por medio de su oración mediadora, así Yo podré interceder y auxiliar como Madre de todos los cristianos y de los no cristianos, a cuantos necesitan en este tiempo de la Misericordia de Dios.
Hijos Míos, los grupos de almas, que viven en los campos de refugiados y trabajan en las minas de oro esparcidas por varios puntos de África y el mundo, son el resultado miserable de la condición que el mal sembró en la humanidad.
Yo soy la Luz del Cielo, que viene en honor a Dios, a desatar los nudos que oprimen el camino de las almas y de la santidad.
Yo vengo a establecer el Amor de Dios y la serenidad interior en todos los que sufren injustamente.
Si la humanidad no cambia esta gravísima actitud de esclavitud y muerte a tiempo, muchos padecerán el precio de lo que otros hicieron y, en consecuencia, en amplias regiones el mundo podría perder la paz.
Para que esto no suceda, Yo vengo a pedir urgentemente la devoción a Mi Corazón Inmaculado, así impediré que el mundo pierda la paz y la Gracia de Dios.
Yo no Me cansaré de trabajar por ustedes. Mi Espíritu Inmaculado es inquebrantable y poderoso, él tiene la potestad maternal de transformar lo intransformable, de levantar del suelo lo que está caído y perdido, de amar lo que nunca nadie podría amar.
Yo amo a sus seres, más allá de las miserias que hacen sucumbir al mundo de hoy. Mis ángeles sirven plenamente a Dios Padre para ayudar a los ángeles de la guarda de muchos de Mis hijos, que se mantienen presos con amarras de tentación y deseo.
Yo vengo nuevamente para pisar con Mis pies la impura cabeza del mal y para resucitar en espíritu a las almas que, en esta vida, mueren perdiendo el Amor y la Misericordia de Dios.
Para que Yo pueda ayudar a África y así cumplir Mis Designios de salvación, Yo deseo que, en este 13 de agosto de 2014, los corazones dispuestos a servirme, veneren la Sagrada Faz de la Señora de Kibeho, la Madre del Verbo Divino. De esa forma, Yo podré interceder a través del estado de Gracia que muchos viven.
¡Les agradezco por prestar atención a este importante llamado!
La necesidad planetaria es cada día más profunda en este mundo y en la humanidad.
Los ama, los bendice y los cura,
Vuestra Madre María, Señora de Kibeho
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más