Jueves, 26 de mayo de 2016

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL ÓMNIBUS ÁGUILA DE LUZ, DURANTE EL VIAJE ENTRE LA CIUDAD DE PORTO ALEGRE, RS, BRASIL Y EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando ores, ve más allá de tus necesidades, ve más allá de la paz que alcances en tu corazón.

Cuando encuentres un estado de paz, deja que se expanda y permite que el Creador se exprese a través de tu corazón y le revele a tu alma los misterios que te harán crecer.

Permite que el estado orante active el espejo de tu corazón y te una a los Espejos del Cosmos, dándote a conocer la sabiduría que se guarda en ellos, la historia de la Creación Divina que se escribe en ellos. Comprende, así, la existencia de cada Reino, el sentido de la vida manifestada y hacia dónde te conduce esa vida.

Permite que esa comprensión interior eleve tu ser y lleve contigo parte de la consciencia humana, pues cuando estás unido al Padre, nada de lo que haces genera méritos solo para ti. Cuando los Espejos del Cosmos se orientan hacia la Tierra para reflejar su luz en los espejos de los corazones de quienes buscan la sabiduría y el conocimiento divino, todo aquel que está unido al Creador y a Su camino de evolución recibe en sí la irradiación de esos Espejos.

Si elevas tu consciencia a un estado interior que te permita trascender la mente humana e ingresar en el conocimiento divino, toda la humanidad, de una forma muy misteriosa, recibe la oportunidad de develar esos misterios. Por eso, mientras ores, no limites ese acto a las sensaciones y experiencias de los sentidos. No trates solo de disfrutar de un estado de quietud, cuando en verdad podrías ingresar en las dimensiones divinas y reencontrar la vida que un día tuviste que olvidar.

Además de clamar por el mundo y de sentir el dolor de tus hermanos, descubre el aspecto de la oración que también es un servicio y que te conduce a la unión con Dios y con Su Plan.

Las criaturas de esta Tierra tienen una capacidad única de unirse al Creador y, en esa unión, comprender los misterios de Su Plan de una forma que ni siquiera los ángeles podrían alcanzar.

¿Percibes, entonces, hijo, la grandeza que se esconde en el simple acto de orar y cuánto aún tienes que profundizar y descubrir de ese misterio orante?

No hay una receta ni una secuencia de acciones que alguien pueda enseñarte para develar esos misterios. Esa unión con Dios depende solo de ti, como de cada ser humano; depende del amor sin fronteras que puedas sentir dentro de ti, cuando pierdes el miedo de perderte para encontrarte, como nada, en Dios.

Es cuestión de dejarte vencer por el amor que habita en tu interior y de no colocar límites a su expansión. Esa es una experiencia tuya con Dios y no existe nadie, ni Yo mismo, que te pueda llevar a ella. Hijo, como tu padre y amigo, Yo solo te inspiro que sigas ese camino y te señalo la dirección para que comiences a caminar solo en ese desierto, que al comienzo te parecerá muy solitario y, después, lo descubrirás pleno de todo, porque allí se encuentra el Todo, se encuentra el Creador de todas las cosas, Aquel que contiene en sí, toda la Vida.

Ve y camina, sigue por donde te indica el corazón.

Te doy Mi bendición.

San José Castísimo