Sábado, 29 de mayo de 2021

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Queridos hijos:

Con gozo y alegría, retorno a Mi sagrada Figueira para que, a partir de junio, mes del Sagrado y Bendito Corazón de Jesús, los frutos internos del espíritu de cada hijo Mío ya puedan estar al servicio del planeta y de las almas.

Quisiera que, en este próximo encuentro de oración de las 1.000 Ave Marías, sus oraciones y súplicas más sinceras sean dirigidas al Padre Celestial por las intenciones y súplicas de su Madre Celeste.

Deseo, con ardiente devoción, que Mis hijos orantes recen por las siguientes intenciones:

1º Por un verdadero y sincero tratado de paz en Medio Oriente, para que Mis hijos israelitas y palestinos alcancen el diálogo pacífico en pro del bien común, y por los más desprotegidos y desamparados.

2º Por un acuerdo fraterno y real en Colombia, a fin de que los más pobres e inocentes ya no sean los más castigados por las protestas y las paralizaciones.

3º Para que el Brasil conciba un gobierno coherente, acorde a los mandatos divinos, a fin de que los más golpeados por el desorden nacional de la pandemia, tengan la Gracia de reconstruir sus vidas.

4º Por los desplazados e indigentes de Marruecos, a fin de que Europa deje de enfriar su corazón ante la actual y crítica crisis sin precedentes, para que todos los refugiados sean ayudados y dignamente reconstruyan sus vidas.

5º Por la paz y el cese del conflicto dictatorial en Myanmar, a fin de que la religión no sea usada como máscara para ocultar las más traumáticas acciones que perjudican a toda la nación y, sobre todo, empujan al exilio de los más pobres.

6º Por el fin del conflicto en Siria, en Venezuela y en Etiopía, a fin de que la vida de la sociedad humana no sea aprovechada para imponer más miseria y caos en los pueblos y entre los pueblos.

7º Les pido orar por las misiones humanitarias, para que todos los precursores del servicio humanitario estén protegidos, guiados e inspirados por el Espíritu Santo; a fin de que se tomen decisiones benéficas y duraderas para todos los que buscan volver a comenzar, después de una traumática y dolorosa partida de sus tierras de origen.

Si oran por estas intenciones Mías, les estaré agradecida, ya que Mi Corazón es ultrajado por la corrupción mundial, la que tendrá fin en el Retorno de Cristo.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

Viernes, 21 de mayo de 2021

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Cantemos “Ave, Ave María”.

 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Reparen el Corazón de la Madre de Dios, gravemente ultrajado por las indiferencias del mundo, por todos los que no socorren a los que sufren y padecen adversidades.

Hijos Míos, reparen el Corazón de la Madre de Dios, gravemente ofendido por las acciones del mundo, por la falta de consciencia y de discernimiento.

Hoy, reparen el Corazón de la Madre de Dios, para que Dios les pueda conceder Su Misericordia y Su Paz.

Con especial atención y cuidado, he acompañado los últimos acontecimientos del mundo; especialmente he tenido en Mi Corazón, bajo la protección y el resguardo de Mi Divino Espíritu, a los niños en la guerra, a los niños en los océanos.

Con la consciencia que ha adquirido la humanidad, a través de los tiempos, es muy grave que sucedan estas cosas en este tiempo. Por eso, hoy, Mi mirada y Mis ojos están dirigidos hacia el suelo, para que puedan comprender la Faz de la Madre de Dios, la Madre de los refugiados y de los agobiados.

Por un momento, colóquense en la oportunidad de poder servir, por medio de la oración, ante todos estos acontecimientos que necesitan de la especial atención de Mis hijos, en este momento planetario.

Dios ya no quiere pensar en la Justicia, sino quiere que vivan en Su Misericordia, para que dejen de sufrir y de padecer lo que cada uno decide por sí mismo o por las grandes naciones.

En este momento, Mi Hijo se prepara para poder retornar, para poder colocar un orden universal, espiritual e interno, ante todo lo que sucede en el mundo y ante todo lo que muchos desconocen y no pueden ver.

Reparando el Corazón de la Madre de Dios, también repararán el Corazón del amado Hijo, sensiblemente herido por las ofensas del mundo y también por la indiferencia.  

Este es el momento en el que todos deben comprenderse como hermanos, y esto va más allá de la religión o de las propias creencias.

La hermandad es parte de un orden universal. Si la humanidad no vive este orden, el planeta no dejará de sufrir; porque hasta que los corazones no vivan las Leyes, es decir los Mandamientos, faltará mucho la paz.  

El universo guarda muchos tesoros y muchas dádivas, y espera que su humanidad sea partícipe de todas esas Gracias.

Cuando Mi Hijo retorne, Él comenzará a trabajar en las situaciones más desconocidas por ustedes, en aquello en lo que no podrían creer que Mi Hijo, el Cristo, pudiera intervenir pero también redimir y reconciliar.

Es en la consciencia de cada uno de Mis hijos en donde se debe vivir el gran cambio, para que las situaciones que hoy suceden en el mundo no sucedan más y se ayuden mutuamente como hermanos, sabiendo que en el fin de los tiempos todos necesitarán de ayuda, porque no importará cuánto tengan o cuánto posean, si son ricos o si son pobres, eso no le importará a Dios.

Mi Hijo retornará para volver a reerguir al pueblo de Israel, aquel pueblo que hoy está presente en todo el planeta y que algún día deberá ser una única tribu, que vuelva a vivir y a reintegrar en su consciencia los atributos del Proyecto Divino de Dios, para dar así continuidad a la Nueva Tierra.

Pensarán, hijos Míos, que eso será imposible, pero hoy se los digo y se los revelo porque soy la Portavoz y la Mensajera de Dios.

El Corazón del Padre aguarda pacientemente el cambio de Sus hijos, la gran lección de vida que hoy muchos ya deberían vivir, sobre todo aquellos que siguen al cristianismo, el camino de Mi Hijo. Esa lección es que se amen los unos a los otros de una forma que aún no comprenden ni viven.

Pero una llave importante para cada uno de ustedes es que ese amor, por más que sea humano e imperfecto, sea un amor que se pueda sublimar y trascender a través de la consagración de sus vidas, a través del servicio de sus vidas, a través de una confianza absoluta de que ustedes y sus hermanos pueden unirse mutuamente, más allá de las diferencias.

Mi Corazón Inmaculado hoy se abre para ser reparado por el amor y la caricia de Sus hijos; porque este es el Corazón que sufre por la humanidad, que sufre hoy por los refugiados y exiliados del mundo entero, por los sin tierra, por los esclavizados y explotados, por los desabrigados y desamparados.

Yo soy la Madre de los que son descartados, ofendidos y repudiados, no solo por su miseria o por su pobreza, sino también de forma espiritual son rechazados con gran indiferencia e impunidad.

¿Quién, en este tiempo, entregará sus manos, completamente en donación y en servicio, para dejar de vivir la indiferencia mundial y donarse como Mi Hijo se ha donado a ustedes por entero?

¿Quién entregará sus pies para que Mi Hijo pueda pisar fuerte a través de sus vidas y almas por los caminos de este mundo?, llevando Su Amor y Su Palabra, Su Consuelo y Su Caridad, a pesar de lo que cueste, aun dando sus vidas por la reparación de Mi Inmaculado Corazón, para que así la Creación sea reparada de todo lo que el mundo realiza en este momento, por el alto grado de ignorancia y de indiferencia.

Yo los llamo a ser consoladores de Mi Espíritu materno. Que también puedan ser Mis brazos que acogen, que aceptan, que comprenden y, sobre todo, que aman al prójimo, más allá de todo. 

Ustedes, hijos Míos, no tienen ningún impedimento para poder amar. Si aman, así como Yo lo necesito, el mundo se convertirá, aunque esto cueste mucho; porque sobre la superficie de la Tierra habrá espíritus valientes, estrellas redimidas que brillarán en los abismos de este mundo para traer la Luz y la Paz.

Quiero que sigan trabajando, en lo que resta de este mes de mayo, por la reconsagración de sus vidas a Mi Inmaculado Corazón. Porque esto, en este momento, es lo que justifica ampliamente todos los errores que comete el mundo por medio de las guerras, de las crisis humanitarias, de la indiferencia y del descarte de los que sufren, de los que no tienen nada.

Es así que a ustedes, que están a Mi lado por una Gracia desconocida que aún no comprenden, los invito a vivir en mayor profundidad, no solo practicando el Amor de Dios, sino también los invito a vivir y los llamo a vivir la gratitud, para que nunca se olviden que siempre fueron premiados por los tesoros del Cielo, por medio de la Presencia de San José, de Su Madre Celeste y del Sagrado Corazón de Jesús.

Les pido que no pierdan la esperanza. Cuando la cruz se vuelve más pesada es cuando la victoria puede ser muy grande.

Imiten a Mi Hijo, en todo lo que puedan. Sean generosos, misericordiosos y podrán amar al semejante, así como ustedes quisieran que los amen. Este es el momento de practicar la fraternidad humana y de que sus vidas sean el ejemplo de las Palabras de Cristo.

Que Nuestros Mensajes salgan de las mentes e ingresen en sus corazones; porque allí es donde se realizará, ocultamente, la Obra Divina.

Y de tiempo en tiempo, confirmarán que Yo siempre he estado aquí, no solo por ustedes, sino también por el mundo entero, como hoy estoy aquí, por todo el planeta.

Dios Me ha pedido, y hoy se los pido a ustedes, que por motivo de este mes mariano, en el que aún muchísimas almas necesitan ingresar en Mi Inmaculado Corazón, vuelva a ser celebrada la Eucaristía, no solo para reparar el Corazón de la Madre de Dios, sino también celebraremos la Luz de la Eucaristía para que el divino e insondable discernimiento inspire a los gobernantes del mundo, para que establezcan la paz y la asistencia inmediata a todos los refugiados del mundo, a fin de que se reintegren los atributos espirituales de la familia humana; para que las familias exiliadas y desplazadas tengan la Gracia de reconstruir sus vidas completamente.

Por eso hoy, los tres ángeles que acompañan a la Madre de Dios, en representación del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, recibirán su ofertorio, su más sincera oferta interior para que todo sea reparado y el mundo reciba un tiempo más de paz, a fin de que el gran cambio de la consciencia se pueda dar.

Celebraré junto a ustedes y por sus hermanos del mundo en nombre de Mi amado Hijo.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

De lo más profundo de nuestro corazón, ante la presencia del Inmaculado Corazón de María, que es la causa de nuestra alegría y renovación constante, ofrezcamos este Sacramento del Altar, consagrando estos elementos que se convertirán en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo, a fin de que la Fuente de Su Gracia y de Su Misericordia desciendan a la humanidad y, especialmente, a todos los refugiados del mundo.

Señora de la Luz, Madre de la Divina Misericordia, Espejo de Justicia y de Sabiduría, Fuente insondable de Amor y de Gracia, haznos partícipes y merecedores de este ministerio, a través del Sacramento de la Eucaristía, para que Tus divinos y sagrados atributos, que brotan como una llama de Amor de Tu Inmaculado Corazón, nos fortalezcan y nos comprometan cada día más a servir a Tu Hijo, por la humanidad. Amén.

En la noche que Jesús iba a ser entregado, Él reunió a Sus apóstoles en el Cenáculo y se ofreció sin condiciones por cada uno de nosotros.

Fue así, que Él tomó el pan, lo elevó y se lo ofreció al Padre Eterno para que fuera convertido en Su Cuerpo. Luego de esta transustanciación, Jesús lo partió y se lo ofreció a Sus compañeros, diciéndoles: "Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por ustedes para el perdón de los pecados".

Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.

Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Amén.

Antes de terminar la cena, Nuestro Señor tomó el Cáliz entre Sus Manos y también se lo ofreció al Padre para que el Cáliz fuera transubstanciado en Su preciosa y divina Sangre. Enseguida, Nuestro Señor, se lo ofreció a Sus apóstoles, como hoy nos lo ofrece a cada uno de nosotros, diciéndonos: "Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la nueva y eterna Alianza, que será derramada por su Señor para la remisión de todas las faltas. Hagan esto en memoria Mía, hasta que Yo retorne al mundo".

Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.

Amén.

El Cuerpo y la Sangre de Cristo. Bienaventurados los que hoy se sirven de este Sacramento espiritual para volver a vivir en el Corazón del Rey.

Unidos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, rezamos juntos la oración que Jesús nos enseñó. Y, en este momento, unidos como un solo corazón y una sola mente, realizamos por medio de esta oración del Padre Nuestro, nuestro acto de reparación al Inmaculado Corazón de María y por todos los refugiados del mundo para que la Luz, el Amor y la Paz del Sagrado Corazón de Jesús colme a las almas que más lo necesitan.

Oración: Padre Nuestro.

Que la Paz, el Amor y la Misericordia de Nuestro Señor, Jesucristo, y del Inmaculado Corazón de María desciendan al planeta.

"Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una palabra Tuya bastará para sanarme.
Amén".

Con amor y reverencia a todos los Cristos internos de nuestros hermanos, anunciamos a través de tres campanadas, la Comunión Espiritual de todas las almas del mundo seguidoras de Cristo.

Mi Dios, yo creo en Ti,
yo Te adoro, yo Te espero y yo Te amo; 

y Te pido perdón por los que no creen en Ti,
no Te adoran, no Te esperan y no Te aman.

Amén.

Sintamos en nuestro corazón la Comunión con Cristo, y así unidos a Él, en espíritu y en amor, renovamos nuestros votos de servicio, de consagración y de entrega por la victoria de Su Cruz y el triunfo del Inmaculado Corazón de María.

 

Queridos hijos, Yo les dejo Mi Paz, para que la Paz abunde en la Tierra y, sobre todo, en los corazones que más necesitan del espíritu de Mi Paz para reafirmar su compromiso con Dios y con Su Plan de Amor.

Yo les agradezco por haber respondido a Mi llamado.

Los amo y los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

A pedido de la Madre Divina, nos recogemos a través de una canción inspirada por Santa Teresa de Jesús, para que ella también sea nuestro modelo en el ejemplo del servicio y de la perseverancia, de la absoluta fe en nuestro Redentor.

Cantaremos con devoción: "Nada te turbe".

Gracias a todos.

Sábado, 15 de mayo de 2021

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Queridos hijos:

Que la profunda Paz de Jesús esté entre ustedes, en ustedes y especialmente en los lugares en donde hoy se viven las guerras y los conflictos.

Después de más de 2.000 años, Israel y Palestina se siguen lastimando cruelmente. 

Los pueblos hermanos pierden, vertiginosamente, la paz. Por detrás de los que sufren y son más inocentes, se planean ideas tenebrosas que solo buscan y alimentan el uso de armas y su venta en las naciones más frágiles y hostiles del mundo.

La economía de los países poderosos se fortalece tristemente de todo esto, a través del desorden y del sufrimiento de los que sufren la injusticia desmedida de esta actual humanidad.

Como Reina de la Paz, hoy vengo a pedirles que se unan fervorosamente por todas las necesidades del mundo; pero especialmente que se unan a la Oración por la Paz en Medio Oriente.

El hombre, inconscientemente, juega con las armas; y esto somete y degenera la paz, imponiendo órdenes humanos que encarcelan la libertad de las personas y de las naciones.

Mi amada Tierra Santa se convirtió en un escenario de horrores y de sangre.

Por todo lo que Mi Hijo dejó sembrado en el Evangelio, pero sobre todo a través de Su dolorosa Pasión; Yo vengo a rogarles, Mis hijos, que oren bien unidos, a través de la Oración por la Paz en Medio Oriente, para que no se cree ni se genere una tercera guerra, que podría no tener retorno. Ningún hijo Mío conoce el mal y su astucia.

Yo los llamo y los convoco como Mis ejércitos orantes. Así, sus manos en oración secarán las lágrimas del rostro de su Madre Celeste, por ver el sufrimiento y la agonía de los más inocentes.

¡Les agradezco por responder de inmediato a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

Jueves, 13 de mayo de 2021

Apariciones
APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hoy, en el día en que se conmemora la Señora del Santísimo Rosario de Fátima, la Madre Celeste llega al mundo para compartir, con algunos de Sus hijos, Sus más profundos dolores del Corazón; dolores que muchos no conocen ni saben, por los que Yo les pido que recen para aliviar el Corazón de la Madre de Dios, para que los pecados sean revertidos por el Amor de Mi Inmaculado Corazón.

Hoy reúno, en los planos internos, a las almas que se congregan ante la Madre Divina para compartir este momento planetario.

Por esa razón y por ese motivo, estoy uniendo en este momento, el Reino de Fátima y el Reino de Aurora, como un solo corazón y una sola esencia para que, en este día, pueda ser concedida la paz al mundo, especialmente en aquellos lugares que más la necesitan y en donde muchos hijos Míos corren peligro, no solo de vida, sino también de espíritu.

Como hace más de cien años atrás y como en los últimos años que he venido a su encuentro, Yo les pido que recen por la paz, porque si no hay paz en el mundo, no habrá cura ni tampoco renovación.

El Reino de los Cielos está aquí arriba, esperándolos a que depositen cada cuenta de oración en las manos de la Madre Celeste, en su Señora del Santísimo Rosario.

A través de Mi Corazón, Yo les traigo todo el Reino de Fátima, con todas sus consciencias y ángeles, para que la vida espiritual de la humanidad, en este día especial, pueda ser reparada y convertida, para algún día poder ser redimida.

La Madre de Dios no solo recuerda Sus siete principales dolores, dolores que han cambiado con el tiempo, porque hay cosas más graves que suceden en el mundo, las que Mi Hijo no esperaba que sucedieran. Por eso, Él se entregó hasta la Cruz y los salvó con el precio de Su Sangre.

Hoy el Corazón Inmaculado de María, rodeado por la Corona de Espinas de los pecados más bajos del mundo, viene a ser aliviado por las oraciones de Sus hijos y la fe de los corazones buenos, los que siempre dicen sí a la Madre de Dios.

Por eso, los invito a transmutar Conmigo esta situación planetaria, a que sus internos y sus consciencias se abran para servir, en los ejércitos de la Madre de Dios, en todos aquellos que se postulan a formar parte de las legiones de Cristo, en pro de Su Retorno al mundo.

Como hace cien años atrás, pero hoy en este lugar sagrado y bendito para Dios, vuelvo a retornar a la humanidad, lo mismo que una vez le entregué para poder poner fin a la guerra de aquellos tiempos difíciles y dolorosos para toda Europa.

Hoy le retorno a la humanidad este mismo Legado que una vez dejé en Fátima, que es un Legado espiritual, un tesoro inmaterial, un Legado incalculable e infinito que proviene de la Fuente de Dios, de la que surgió su Madre Divina.

Desde ese lugar, que no es conocido, que es parte de un misterio que hoy se devela, que es parte de la Divina Voluntad, les traigo a ustedes y a sus hermanos del mundo, como también a las naciones, la oportunidad de retornar a su pureza original; porque el mundo ha perdido completamente su pureza y al perder su pureza original ha perdido la inocencia.

Esto lleva a que algunos hijos Míos se ofrezcan a Mi Corazón Inmaculado, un Corazón espinado y herido por los pecados del mundo, especialmente por aquellos que rechazan a la Madre de Dios, que es la Madre de todos, es la Madre de la humanidad.

A través de esta oferta que hoy les hace Mi Corazón Inmaculado, Yo les vuelvo a traer la Fuente del Reino de Lys-Fátima, que guarda como tesoro espiritual una parte del gran Legado de Mi vida en la Tierra, como también una parte del Legado de Mi Asunción a los Cielos.

Sus vidas, a través de Mi Corazón, deben ser la continuación de ese Legado y de esa trayectoria. Por eso, Mi amado Hijo, a los pies de la Cruz, le entregó a la Madre de Dios todos los hijos de la humanidad; para que ellos se redimieran, se convirtieran, se reconciliaran y fueran algún día el testimonio del Amor de Dios, del Amor del Dios vivo.

Para que eso sea posible, hijos amados, vuelvo a aceptar los sacrificios, las renuncias y todas las entregas posibles que, como hace cien años atrás, compensaron los gravísimos errores que hundieron a la humanidad en la guerra y el sufrimiento; y esto permitió que la Luz de la Esencia Divina de la Madre de Dios brillara como un gran sol en Fátima, en el sexto mes de esas Apariciones.

Ese sol, que no es como el que los alumbra todos los días, es un sol que en aquel tiempo se apareció y se materializó para llevar adelante un cambio radical en toda la consciencia humana.

Pero los efectos de esa sagrada tarea se fueron desvaneciendo de los éteres de la consciencia del planeta, aunque la Madre de Dios siga retornando al mundo para llamar a Sus hijos a la conversión. 

Hoy sus vidas deben ser ese mismo sol que ilumine la oscuridad de estos tiempos con actos de amor y de misericordia, con gestos de perdón y de reconciliación. Ustedes tendrán todas las herramientas para poder hacerlo en el camino de la oración que es una escuela continua y eterna; pero también encontrarán esas herramientas en los Sacramentos, que son los que los hacen vivir la redención.

Uniendo el tiempo de Fátima con el tiempo de Aurora, en un solo corazón y una sola esencia, Yo les traigo, hijos Míos, la última oportunidad de ayudar a cambiar a este mundo desde la consciencia, para que algún día cambie todo lo material, todo lo que se ha pervertido y no ha cumplido con las Leyes de Dios.

Es así que hoy, abriendo una puerta, los invito a cruzarla, con la convicción de cumplir las aspiraciones de Mi Hijo para que, cruzando esa puerta espiritual e interna, a partir de hoy los que se animen, en confianza, ingresen a una nueva escuela, que es la escuela de la consciencia madura y responsable del alma y del espíritu, que vive conscientemente la Voluntad de Dios y no la rechazará jamás, para convertirse en un verdadero compañero de Cristo, que no le tema a la cruz, que no le tema a las tinieblas, que no le tema a sus propios miedos, sino que el Amor de la Luz de Cristo lo ilumine y lo guíe hasta poder cumplir lo que Dios tanto desea, lo que Dios tanto espera.

Si asumen atravesar esa puerta, asumen vivir otra escuela más profunda y más determinante. Una escuela no solo de madurez, sino también de sabiduría, de discernimiento y, sobre todo, una escuela en donde practiquen completamente el amor en los tres planos de consciencia, espiritual, mental y material, para que sus almas sean espejos del Alma de Mi Hijo.

Esto es lo que necesita la humanidad para tener una oportunidad. 

Ustedes fueron llamados y se convocaron para este momento y para este tiempo. Deben fortalecer Conmigo esta red de Luz, que sigue los lineamientos de la Jerarquía y que, como espejo, refleja la Voluntad de Dios y comparte lo que siente la Jerarquía de este momento planetario.

Por eso, en este 13 de mayo, después de más de cien años, los invito a cruzar esta puerta, a través de los jardines internos de Lys, para que los ángeles los purifiquen y los alineen con el Sagrado Propósito que siempre los renovará y los llevará a cumplir su misión.

Para consumar este momento, por este planeta y por esta humanidad, la Señora del Santísimo Rosario, como Madre de Dios y Madre de toda la humanidad, como Madre de los sacerdotes, de los apóstoles, de los consagrados y de los servidores, vino a establecer el triunfo de Su Inmaculado Corazón a través del ofrecimiento que harán Sus hijos, al atravesar la puerta espiritual hacia la nueva escuela que les ofrezco, la escuela de la madurez y de la consciencia.

Para que esto sea posible, hijos Míos, celebraremos la Eucaristía, en honor a Mi Hijo y respondiendo a Sus pedidos celestiales.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Podemos traer aquí el Altar, para la celebración.

Vamos, en este momento, mientras nos preparamos para entrar en comunión con Cristo, a sentirnos dentro del Reino de Lys-Fátima, en sus jardines internos, junto a María Santísima y a Sus santos ángeles, preparando esta celebración, este ofrecimiento del Sacramento de la Eucaristía, como Nuestra Señora ha pedido por la humanidad y por el planeta. Pero también ofreceremos nuestra vida a los Pies de Nuestro Señor.

El agua para lavar las manos.

Que el Señor nos purifique en este momento para que, una vez más, nos haga dignos de recibir este Sacramento y así, Él pueda renovarlo todo dentro de nosotros.

Vamos a celebrar este momento junto a María Santísima, así como Ella estuvo en el Cenáculo con Sus apóstoles, esperando el reaparecimiento de Cristo, la Resurrección de Su Hijo.

En la noche que Jesús iba a ser entregado, instituyó la Sagrada Eucaristía. Y para que eso fuera posible, Él pidió a los apóstoles que le aproximaran el pan y el vino para que, convirtiéndolos, Él ofreciera Su Cuerpo y Su Sangre como justificación de los pecados de la humanidad para que todo fuera reparado.

Fue así que Jesús tomó el pan, lo elevó y se lo ofreció al Padre, pidiéndole que convirtiera el pan en Su Cuerpo.

Los ángeles lo transustanciaron y enseguida Jesús lo partió y se lo ofreció a Sus compañeros, diciendo: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados”.

Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos. 
Amén.

Antes de terminar la Cena, Nuestro Señor tomó el Cáliz entre Sus Manos y se lo ofreció al Padre, para que el vino fuera convertido en Su Sangre.

Después de haber sido transustanciado por los ángeles, Jesús se lo ofreció a Sus compañeros, diciendo: “Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la nueva y eterna Alianza que será derramada por Su Señor para la remisión de todas las faltas. Hagan esto en memoria Mía, hasta que Yo retorne al mundo”.

Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos. 
Amén.

Este es el Cuerpo y la Sangre de Cristo, Nuestro Señor; felices los que son invitados a servirse de este Sacramento del Altar, porque Él nos ha prometido la felicidad eterna.

Unidos a la Santísima Trinidad, al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; ante la Presencia de la Madre de Dios y por el triunfo de Su Inmaculado Corazón, vamos a consumar esta consagración a través del Padre Nuestro.

Invitamos a todos, en este momento, a que también ofrezcan sus vidas como un acto de reconsagración al Inmaculado Corazón de María, para que las puras intenciones de la Madre de Dios se puedan cumplir y se puedan llevar adelante a través de nuestra redención.

Oración: Padre Nuestro.

A través del Corazón Inmaculado de María, anunciamos la Paz y el Amor de Cristo para el mundo entero.

“Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una palabra tuya bastará para sanarme.
Amén”.

A través de la bendición de Nuestra Señora, vamos a anunciar esa Paz al Cristo interno de cada hermano presente en este encuentro con la Madre de Dios con una leve reverencia, saludando al Cristo interno de cada hermano.

Junto a la Señora del Santísimo Rosario, que es la causa de nuestra alegría y devoción, anunciamos para nuestros hermanos del mundo entero, la Comunión Espiritual.

Mi Dios, yo creo en ti,
yo te adoro, yo te espero y yo te amo,
y te pido perdón
por los que no creen en ti,
no te adoran, no te esperan y no te aman.
Amén.

Mi Corazón recoge las ofertas de los que se dispusieron a vivir Mi llamado.

Que la paz del Reino de Lys-Fátima colme a este mundo y alivie a esta humanidad, en unión con todos los ángeles de la Creación.

Les agradezco por responder, una vez más, a Mi llamado.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Podemos ir en paz.

Sábado, 8 de mayo de 2021

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Llego a un mundo aún herido y perturbado. Por esa razón, hoy estoy aquí para estar cerca de Mis hijos, de todos Mis hijos de la humanidad.

Aun más que nunca, estoy en las naciones del mundo, en aquellos lugares en donde hermanos se enfrentan con hermanos por razones sin motivos, en donde el mal toma partida de todo esto.

Este es el tiempo que Yo había anunciado en Fátima, en el que Mis hijos, todos Mis hijos orantes, deberían estar en sus hogares rezando el Santo Rosario, encendiendo una vela a la Madre de Dios; y aun más, sin salir de sus casas, ante todo lo que sucedería en las calles de sus pueblos, en todas sus naciones.

Hoy no quiero confirmar estos acontecimientos por más que están sucediendo. Mi Corazón siente un dolor indescriptible por todo lo que viven Mis hijos en el mundo, especialmente por aquellos que son más inocentes y aún siguen siendo castigados por la indiferencia y por todo lo que sucede, no solo en sus familias, sino también en sus pueblos; heridas que aún no se han cicatrizado y que deberán ser contempladas por la luz de la oración.

Este es el momento, hijos Míos, en el que ustedes y sus hermanos deben ser un espejo de la verdadera oración, de una oración que transforma y que redime, de una oración que se ofrece constantemente a Dios, en reparación por todos los pecados del mundo y por todas las injusticias que viven Mis hijos en este tiempo de adversidad y de caos.

Por eso, así como fue en Pentecostés, Yo les traigo la Luz del Espíritu Santo para que la puedan recibir en su corazón, para que sus almas la puedan sentir y reconocer, para que sean bañados por sus Divinos Dones que, en este tiempo, necesitarán para dar sus pasos en estas filas que Mi Hijo está formando en Sus ejércitos del fin de los tiempos, en preparación de Su esperado Retorno.

Hoy, también les muestro Mi Corazón Inmaculado, un Corazón que sigue pulsando por Amor a la humanidad, un Corazón que se ofrece como refugio para sus vidas y almas, un Corazón que se entrega en sacrificio ante todo lo que sucede en el mundo, ante todo lo que cada corazón siente en este momento de transición planetaria.

Quiero que vean a Mi Corazón como un refugio seguro, como una puerta que los llevará a la Casa de Dios, a fin de que más y más almas orantes puedan enmendar todo lo que sucede en el mundo por medio de la vivencia de los Mandamientos que Mi Hijo les entregó, que hoy son la nuevas Bienaventuranzas.

Necesito, hijos Míos, que sean conscientes de este momento planetario, que cada acto y acción de sus vidas tenga un motivo de reparación y de cura para toda la humanidad, porque en lo más pequeño y en lo más simple es en donde se lleva adelante el Plan de Dios. Esto tiene resultados grandiosos para los planos espirituales de la humanidad.

Hoy también envío, ante Mi Presencia, a los Ángeles de Dios, para que puedan ayudar a las naciones de la humanidad, sobre todo a aquellos pueblos que en este momento viven el enfrentamiento y la guerra, la lucha por la sobrevivencia, por el alimento y lo esencial para poder seguir adelante.

Este es el tiempo de atraer hacia la Tierra la unidad fraterna, llamada fraternidad humana, para que todos Mis hijos aprendan a compartir lo que tienen, ya que, en este momento, no habrá otra salida si no se unen para que sean fuertes en Cristo, en Mi Hijo, el Salvador.

En esa unidad, no solo compartirán su vida, sino compartirán todo lo que tienen y todo lo que poseen, sin tener recelo de que nada les faltará; porque Dios les enviará aquello que necesitan verdaderamente y no aquello que desean.

Aún falta un tiempo para que la humanidad comprenda que es una única familia; que además de existir razas y pueblos diferentes, todos son regidos por el mismo Amor y la misma Fuente, y que en la Fuente Divina no existen diferencias ni tampoco reconocimientos.

Invoco hoy, para ustedes, el sagrado atributo de la humildad, para que más corazones se puedan resignar y entregar a Cristo; para que, como corazones vacíos, puedan ser colmados por sus Códigos de Luz; atributos, virtudes y dones que Mi Hijo les entregará para preparar Su Retorno al mundo, para despertar a los nuevos apóstoles, lo que Mi Hijo aún está esperando para continuar adelante con Su Plan.

Así verán, hijos amados, que a Mis pies no solo tengo al mundo entero, a la consciencia de un planeta que sufre y agoniza por las causas destructivas de Mis hijos que aún no viven a Dios, que están lejos de Dios, que viven la ambición y el poder descontrolado, y solo quieren más y más.

Quiero que, al igual que su Madre Celeste, coloquen en su corazón al planeta; que sus oraciones, cantos, sacramentos y servicios ayuden a curar a la consciencia del planeta; que todo pueda ser reparado para que la Luz de la Divina e insondable Misericordia de Mi Hijo rescate a las almas y se abran los caminos para todos los que lo tienen cerrado; para que, en este abismo planetario, brille la Luz de Dios.

Como su Señora del Santo Rosario, nuevamente los invito, hijos amados, a seguir orando Conmigo, no solo por la paz, sino por el fin de la pandemia; no solo esta pandemia que viven o que hoy conocen, sino por muchas pandemias espirituales que hacen sumergir a las almas en los infiernos de la Tierra y que son peores venenos que la actual pandemia que existe.

Deben tener consciencia, hijos Míos, que el poder de la oración se debe ampliar, no como un fanatismo o un fervor descontrolado, sino con la consciencia que la oración necesita tener dentro de ustedes, para que los portales de la Paz se abran y las almas sean sacadas del sufrimiento.

Hoy, como soldados Míos, soldados de la oración de María, los invito a unirse a Mí, de corazón a Corazón, a fin de que esta situación se revierta y las almas no pierdan el amor, la fe y la esperanza que las hará persistir y atravesar estos tiempos difíciles.

Por eso, en este momento, ante la Mirada compasiva de Dios, traigo el poder de la Luz de Mis Espejos, de las sagradas herramientas de Dios, para que ellas irradien al mundo y a todo lo que está dentro de él; para que la vida terrestre no solo sea curada, sino sublimada; para que las almas sean colmadas por el Amor de Dios y vuelva a despertar en ellas la confianza de vivir en Cristo y por Cristo, a fin de que se cumpla la Divina Voluntad.

En este mes de mayo, vengo a caminar a su lado como la Madre peregrina, como la Madre del Santo Rosario, que en este día coloca Sus pies sobre la Tierra para caminar junto a Sus hijos hacia la sagrada Tierra Prometida. 

Esa Tierra, que debe emerger dentro de ustedes, se llama Reino de Dios, en donde todo será renovado y amorosamente compartido, hasta que pueda retornar Mi Hijo y hacer nuevas todas las cosas, no solo dentro de ustedes, sino también en todo el mundo.

Afirmen las promesas que Él les ha realizado, sean parte de Sus promesas para que Su Plan se pueda realizar.

También a Mis pies, recibo las intenciones de Mis hijos, y hoy Mi Manto se abre y se extiende sobre Sudamérica, y llamo a Mis hijos de este continente sagrado para que, desde lo alto de los Andes hasta los océanos, sostengan Conmigo, este crucial momento, en donde las almas necesitan urgentemente afirmarse en Dios para que sea evitada la perdición en masas.

Ayuden, hijos Míos, a que las garras del adversario sean cortadas por la espada del Arcángel Miguel y las naciones de Sudamérica se liberen para siempre de la desigualdad, de la injusticia y del sufrimiento, porque aún la sagrada semilla de Dios deberá germinar, para que algún día crezca y despierte la Nueva Humanidad. Por eso, trabajamos. Por eso, oramos. Por eso, transmutamos y para eso vivimos en el nombre de Cristo, porque sé que aún Mis hijos no comprenden lo que eso significa y la amplitud que eso tiene para la Consciencia del Padre Eterno.

Pero hoy les hago recordar este compromiso; porque si, algún día, aspiran a vivir la Voluntad de Dios deben saber que sus vidas se entregan para lo que Dios necesita llevar adelante en este tiempo final, sin nada a cambio, en un absoluto vacío y en una absoluta confianza.

Yo los invito a meditar en lo que les digo; porque los apóstoles de Cristo serán colocados en donde Él lo necesite, en lugares que nunca habrán pensado, para que el amor y la unidad no se pierdan en esos lugares, y las almas y los pueblos no sigan siendo arrastrados por el mal.

Así, en Cristo, Yo los renuevo en este compromiso divino y sideral.

En este día, Yo los bendigo para que sigan firmes en Cristo y no pierdan de vista Sus Huellas, porque Mi Hijo está pisando fuerte sobre el suelo de este mundo, porque Su Poder es invisible, Su Amor es inextinguible, Su triunfo es eterno.

Sean parte de este momento, por todos los que no lo podrán ser, para que todos tengan la Gracia de la redención.

Este día también es especial para Mí, por Mi hija, Madre María Shimani, ya que la Fuente Divina tiene la oportunidad de renovar, y de renovar, los orígenes de muchas consciencias que surgieron de los sagrados Lagos de la Creación para poder vivir, algún día, su compromiso con Cristo, con la Segunda Persona de la Santísima Trinidad.

Por eso, hoy, juntas más que nunca, ofrecemos este momento al Padre Eterno para que Él lo reciba con amor  y así sigamos cumpliendo Su Voluntad, una Voluntad que renueva las cosas de tiempo en tiempo.

Hoy, Mi bendición no es solo para ti, hija Mía y madre Mía, sino también es para aquellos que no pudieron seguir los pasos hacia Mi Hijo y no se rindieron a Su Corazón para ser invadidos por Su Amor transformador y redentor.

Hoy, los orígenes son enmendados por el Amor maternal, el Amor que les da la fuerza para que los hijos del Padre caminen firmes hasta Su Casa Celestial.

Hoy, esta rosa, así como está abierta en devoción a Dios, se abre en devoción y amor en los corazones que sufren y que necesitan de la Luz de Mi Hijo para continuar adelante. Esta es la flor de la maternidad que por toda la eternidad estará presente al servicio de los hijos del Padre, para que Sus hijos sean comprendidos, aceptados y acogidos por el Amor maternal.

Quiero enviar Mi Espíritu de protección y de amparo a Mis hijos de Colombia.

Que Mis hijos de Colombia sepan que la Madre de Dios, la Virgen de Chiquinquirá, estará con ellos, caminando silenciosamente hasta que ellos retornen a la paz.

Recen para que esa paz se establezca en Colombia y en todas las naciones del mundo, a fin de que la humanidad se conscientice y despierte a la verdad.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Sábado, 1 de mayo de 2021

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Queridos hijos:

Que en este mes de mayo que comienza, la oración del Rosario sea el preámbulo y también la preparación interior para los próximos acontecimientos.

Que su fe esté fijada en Mi Corazón Inmaculado, un Corazón materno que abre una puerta espiritual para que todos Mis hijos la puedan atravesar y así, puedan ingresar en la Casa del Padre Celestial.

Este es el tiempo de que Mis soldados de la oración ya vivan en el estado contemplativo.

Que el ejercicio diario, a través del verbo orante, sea la forma de despertar en ustedes el corazón espejo, así Yo tendré el permiso para que sus almas reciban del Cielo los impulsos de Redención y de Misericordia que se guardan en Mi gran red interna de los Espejos Celestiales.

Este es el gran momento de que cada servidor Mío amplíe su consciencia y que participe activamente junto con la Madre Celeste en Sus grandes intercesiones por la humanidad y por el planeta.

Estar en contemplación es estar en silencio, pero también es ejercitar la vida de oración a fin de que sus corazones sean receptáculos benditos de las Gracias que Mis manos aguardan derramar sobre toda la humanidad.

Despertando su corazón espejo estarán más sensibilizados por la difícil situación planetaria, y sus consciencias se elevarán para unirse en espíritu a Mi gran red espiritual de súplica que existe en el gran Reino Celeste, de donde Yo provengo para entregarles Mis Palabras de Amor.

Queridos hijos, los vuelvo a invitar a que coloquen sus mentes y sobre todo sus corazones en lo Alto, en el Cielo, en el Universo, porque es allí en donde encontrarán la paz interior.

¡Les agradezco por postularse a formar parte de Mis ejércitos orantes y suplicantes del Cielo!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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