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Queridos hijos:
Después de las Palabras pronunciadas ayer por Mi Hijo, España, como nación, está ante la puerta de su última oportunidad. Una oportunidad que podría colocar a toda la nación en el definitivo sendero para poder cumplir el prometedor Plan de Dios.
Por eso, los invito a partir de ahora, queridos hijos, a que sean conscientes de esto, para que sus vidas puedan ser el fiel reflejo de una redención concretada.
Estaré orando, como lo vengo haciendo por esta nación desde hace mucho tiempo.
Mi Corazón de Madre tiene un predilecto Amor por esta nación y por todo su pueblo; porque en otros tiempos, España Me recibió, cuando su Madre peregrinó por estas tierras de praderas hermosas, de valles profundos y de aguas cristalinas.
España es también Mi aspiración, al igual que la aspiración de Mi Amado Hijo.
Desde ya, les agradezco que sigan rezando Conmigo por la unidad de España para que, algún día, este querido país celebre el Retorno de Cristo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Llego a un mundo aún herido y perturbado. Por esa razón, hoy estoy aquí para estar cerca de Mis hijos, de todos Mis hijos de la humanidad.
Aun más que nunca, estoy en las naciones del mundo, en aquellos lugares en donde hermanos se enfrentan con hermanos por razones sin motivos, en donde el mal toma partida de todo esto.
Este es el tiempo que Yo había anunciado en Fátima, en el que Mis hijos, todos Mis hijos orantes, deberían estar en sus hogares rezando el Santo Rosario, encendiendo una vela a la Madre de Dios; y aun más, sin salir de sus casas, ante todo lo que sucedería en las calles de sus pueblos, en todas sus naciones.
Hoy no quiero confirmar estos acontecimientos por más que están sucediendo. Mi Corazón siente un dolor indescriptible por todo lo que viven Mis hijos en el mundo, especialmente por aquellos que son más inocentes y aún siguen siendo castigados por la indiferencia y por todo lo que sucede, no solo en sus familias, sino también en sus pueblos; heridas que aún no se han cicatrizado y que deberán ser contempladas por la luz de la oración.
Este es el momento, hijos Míos, en el que ustedes y sus hermanos deben ser un espejo de la verdadera oración, de una oración que transforma y que redime, de una oración que se ofrece constantemente a Dios, en reparación por todos los pecados del mundo y por todas las injusticias que viven Mis hijos en este tiempo de adversidad y de caos.
Por eso, así como fue en Pentecostés, Yo les traigo la Luz del Espíritu Santo para que la puedan recibir en su corazón, para que sus almas la puedan sentir y reconocer, para que sean bañados por sus Divinos Dones que, en este tiempo, necesitarán para dar sus pasos en estas filas que Mi Hijo está formando en Sus ejércitos del fin de los tiempos, en preparación de Su esperado Retorno.
Hoy, también les muestro Mi Corazón Inmaculado, un Corazón que sigue pulsando por Amor a la humanidad, un Corazón que se ofrece como refugio para sus vidas y almas, un Corazón que se entrega en sacrificio ante todo lo que sucede en el mundo, ante todo lo que cada corazón siente en este momento de transición planetaria.
Quiero que vean a Mi Corazón como un refugio seguro, como una puerta que los llevará a la Casa de Dios, a fin de que más y más almas orantes puedan enmendar todo lo que sucede en el mundo por medio de la vivencia de los Mandamientos que Mi Hijo les entregó, que hoy son la nuevas Bienaventuranzas.
Necesito, hijos Míos, que sean conscientes de este momento planetario, que cada acto y acción de sus vidas tenga un motivo de reparación y de cura para toda la humanidad, porque en lo más pequeño y en lo más simple es en donde se lleva adelante el Plan de Dios. Esto tiene resultados grandiosos para los planos espirituales de la humanidad.
Hoy también envío, ante Mi Presencia, a los Ángeles de Dios, para que puedan ayudar a las naciones de la humanidad, sobre todo a aquellos pueblos que en este momento viven el enfrentamiento y la guerra, la lucha por la sobrevivencia, por el alimento y lo esencial para poder seguir adelante.
Este es el tiempo de atraer hacia la Tierra la unidad fraterna, llamada fraternidad humana, para que todos Mis hijos aprendan a compartir lo que tienen, ya que, en este momento, no habrá otra salida si no se unen para que sean fuertes en Cristo, en Mi Hijo, el Salvador.
En esa unidad, no solo compartirán su vida, sino compartirán todo lo que tienen y todo lo que poseen, sin tener recelo de que nada les faltará; porque Dios les enviará aquello que necesitan verdaderamente y no aquello que desean.
Aún falta un tiempo para que la humanidad comprenda que es una única familia; que además de existir razas y pueblos diferentes, todos son regidos por el mismo Amor y la misma Fuente, y que en la Fuente Divina no existen diferencias ni tampoco reconocimientos.
Invoco hoy, para ustedes, el sagrado atributo de la humildad, para que más corazones se puedan resignar y entregar a Cristo; para que, como corazones vacíos, puedan ser colmados por sus Códigos de Luz; atributos, virtudes y dones que Mi Hijo les entregará para preparar Su Retorno al mundo, para despertar a los nuevos apóstoles, lo que Mi Hijo aún está esperando para continuar adelante con Su Plan.
Así verán, hijos amados, que a Mis pies no solo tengo al mundo entero, a la consciencia de un planeta que sufre y agoniza por las causas destructivas de Mis hijos que aún no viven a Dios, que están lejos de Dios, que viven la ambición y el poder descontrolado, y solo quieren más y más.
Quiero que, al igual que su Madre Celeste, coloquen en su corazón al planeta; que sus oraciones, cantos, sacramentos y servicios ayuden a curar a la consciencia del planeta; que todo pueda ser reparado para que la Luz de la Divina e insondable Misericordia de Mi Hijo rescate a las almas y se abran los caminos para todos los que lo tienen cerrado; para que, en este abismo planetario, brille la Luz de Dios.
Como su Señora del Santo Rosario, nuevamente los invito, hijos amados, a seguir orando Conmigo, no solo por la paz, sino por el fin de la pandemia; no solo esta pandemia que viven o que hoy conocen, sino por muchas pandemias espirituales que hacen sumergir a las almas en los infiernos de la Tierra y que son peores venenos que la actual pandemia que existe.
Deben tener consciencia, hijos Míos, que el poder de la oración se debe ampliar, no como un fanatismo o un fervor descontrolado, sino con la consciencia que la oración necesita tener dentro de ustedes, para que los portales de la Paz se abran y las almas sean sacadas del sufrimiento.
Hoy, como soldados Míos, soldados de la oración de María, los invito a unirse a Mí, de corazón a Corazón, a fin de que esta situación se revierta y las almas no pierdan el amor, la fe y la esperanza que las hará persistir y atravesar estos tiempos difíciles.
Por eso, en este momento, ante la Mirada compasiva de Dios, traigo el poder de la Luz de Mis Espejos, de las sagradas herramientas de Dios, para que ellas irradien al mundo y a todo lo que está dentro de él; para que la vida terrestre no solo sea curada, sino sublimada; para que las almas sean colmadas por el Amor de Dios y vuelva a despertar en ellas la confianza de vivir en Cristo y por Cristo, a fin de que se cumpla la Divina Voluntad.
En este mes de mayo, vengo a caminar a su lado como la Madre peregrina, como la Madre del Santo Rosario, que en este día coloca Sus pies sobre la Tierra para caminar junto a Sus hijos hacia la sagrada Tierra Prometida.
Esa Tierra, que debe emerger dentro de ustedes, se llama Reino de Dios, en donde todo será renovado y amorosamente compartido, hasta que pueda retornar Mi Hijo y hacer nuevas todas las cosas, no solo dentro de ustedes, sino también en todo el mundo.
Afirmen las promesas que Él les ha realizado, sean parte de Sus promesas para que Su Plan se pueda realizar.
También a Mis pies, recibo las intenciones de Mis hijos, y hoy Mi Manto se abre y se extiende sobre Sudamérica, y llamo a Mis hijos de este continente sagrado para que, desde lo alto de los Andes hasta los océanos, sostengan Conmigo, este crucial momento, en donde las almas necesitan urgentemente afirmarse en Dios para que sea evitada la perdición en masas.
Ayuden, hijos Míos, a que las garras del adversario sean cortadas por la espada del Arcángel Miguel y las naciones de Sudamérica se liberen para siempre de la desigualdad, de la injusticia y del sufrimiento, porque aún la sagrada semilla de Dios deberá germinar, para que algún día crezca y despierte la Nueva Humanidad. Por eso, trabajamos. Por eso, oramos. Por eso, transmutamos y para eso vivimos en el nombre de Cristo, porque sé que aún Mis hijos no comprenden lo que eso significa y la amplitud que eso tiene para la Consciencia del Padre Eterno.
Pero hoy les hago recordar este compromiso; porque si, algún día, aspiran a vivir la Voluntad de Dios deben saber que sus vidas se entregan para lo que Dios necesita llevar adelante en este tiempo final, sin nada a cambio, en un absoluto vacío y en una absoluta confianza.
Yo los invito a meditar en lo que les digo; porque los apóstoles de Cristo serán colocados en donde Él lo necesite, en lugares que nunca habrán pensado, para que el amor y la unidad no se pierdan en esos lugares, y las almas y los pueblos no sigan siendo arrastrados por el mal.
Así, en Cristo, Yo los renuevo en este compromiso divino y sideral.
En este día, Yo los bendigo para que sigan firmes en Cristo y no pierdan de vista Sus Huellas, porque Mi Hijo está pisando fuerte sobre el suelo de este mundo, porque Su Poder es invisible, Su Amor es inextinguible, Su triunfo es eterno.
Sean parte de este momento, por todos los que no lo podrán ser, para que todos tengan la Gracia de la redención.
Este día también es especial para Mí, por Mi hija, Madre María Shimani, ya que la Fuente Divina tiene la oportunidad de renovar, y de renovar, los orígenes de muchas consciencias que surgieron de los sagrados Lagos de la Creación para poder vivir, algún día, su compromiso con Cristo, con la Segunda Persona de la Santísima Trinidad.
Por eso, hoy, juntas más que nunca, ofrecemos este momento al Padre Eterno para que Él lo reciba con amor y así sigamos cumpliendo Su Voluntad, una Voluntad que renueva las cosas de tiempo en tiempo.
Hoy, Mi bendición no es solo para ti, hija Mía y madre Mía, sino también es para aquellos que no pudieron seguir los pasos hacia Mi Hijo y no se rindieron a Su Corazón para ser invadidos por Su Amor transformador y redentor.
Hoy, los orígenes son enmendados por el Amor maternal, el Amor que les da la fuerza para que los hijos del Padre caminen firmes hasta Su Casa Celestial.
Hoy, esta rosa, así como está abierta en devoción a Dios, se abre en devoción y amor en los corazones que sufren y que necesitan de la Luz de Mi Hijo para continuar adelante. Esta es la flor de la maternidad que por toda la eternidad estará presente al servicio de los hijos del Padre, para que Sus hijos sean comprendidos, aceptados y acogidos por el Amor maternal.
Quiero enviar Mi Espíritu de protección y de amparo a Mis hijos de Colombia.
Que Mis hijos de Colombia sepan que la Madre de Dios, la Virgen de Chiquinquirá, estará con ellos, caminando silenciosamente hasta que ellos retornen a la paz.
Recen para que esa paz se establezca en Colombia y en todas las naciones del mundo, a fin de que la humanidad se conscientice y despierte a la verdad.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Y ahora, después de que la Madre Peregrina visitó algunas naciones de Europa llevándoles las Gracias y la Misericordia de Dios, su Madre Celeste llegará con el Sol de la Nueva Aurora para volver a hacer despuntar en los mundos internos los sagrados atributos de redención y de rehabilitación.
La Luz de Aurora volverá a emerger en el horizonte y traerá señales muy significativas para la vida de todos los seres.
Desde Aurora se abrirá el gran portal por el cual la Madre Celeste una vez pasó y atravesó para llegar al planeta con toda Su Divina Consciencia, como fue en un 8 de agosto hace once años.
Al cumplirse once años juntos, hijos Míos, la Luz de Aurora atraerá hacia la superficie de la Tierra los últimos impulsos solares, los que prepararán a los guerreros de la oración para los tiempos y los acontecimientos que llegarán.
Por eso, afirmen sus pies sobre Aurora. Agradezcan y coloquen su cabeza en el suelo para reverenciar a la Regencia Divina y Solar, la Luz de Aurora que redimirá el pasado y abrirá sus puertas hacia el futuro.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Si Yo vengo del Cielo, es por una causa mayor. Es por algo que aún ustedes desconocen, queridos hijos, y que se llama Propósito Infinito, en el cual todas las almas se congregan para vivir el Plan de Dios, por ejemplo, a través de este encuentro.
Quisiera que sus corazones recepcionaran Mi Llamado maternal, porque también es el llamado de Mi Hijo, que en este tiempo los invita a la redención de sus vidas.
Yo Soy su Santa Madre del Cielo y deseo lo mejor para cada uno de ustedes.
Por eso en esta noche los invito, queridos hijos, a que puedan seguir Mis pasos de Madre Peregrina por el Camino de Luz que Yo vengo trazando, a través de este encuentro de oración, especialmente por los más jóvenes, que son la próxima misión para estos tiempos.
Yo desciendo del Cielo para traerles Mis Gracias, pero también para traerles la Palabra de Dios, que es la Palabra de Mi Hijo Amado, que resuena en todo el Universo y que espera resonar en sus corazones para siempre.
Queridos hijos, si sus corazones despiertan, muchos más corazones despertarán y así se irá cumpliendo, poco a poco, el Plan de Dios en este mundo, que es un Plan precioso e inmaculado que espera dibujarse en sus corazones, para que él también pueda cumplirse en sus vidas, ante Mi Presencia Maternal.
Quiero que hoy sus corazones se sientan consolados por Mi Espíritu; porque no solo estoy aquí, queridos hijos, con ustedes, sino también con todos los que Me escuchan en este momento, que corresponden a Mi Llamado Mayor de propagar la paz por toda la Tierra.
Si ustedes viven en paz, queridos hijos, y buscan la Paz de Dios en estos tiempos, la paz se establecerá en el mundo y los corazones no sufrirán.
Pero si ustedes, queridos hijos, no cumplen con Mi llamado, muchos más corazones sufrirán y no podrán despertar a través de su oración mediadora, la que Yo invito a construir en este tiempo en sus vidas, en sus hogares y familias, en ese sagrado oratorio de amor que Yo los invito a vivir todos los días de la vida.
Mientras estoy aquí presente, queridos hijos, contemplando cada uno de sus corazones, contemplando cada una de sus intenciones, cerrando sus heridas, también estoy cerrando la gran herida del mundo, la herida de la indiferencia y de la persecución, de la maldad y del egoísmo de los hombres.
Por eso, queridos hijos, que el poder de su oración diaria los retire del egoísmo, que abra sus ojos, los ojos de sus almas, para que puedan ver la venida gloriosa de Cristo, que está próxima, muy cerca, en este tiempo final.
Mientras estoy con ustedes, queridos hijos, también estoy con los más perdidos en el mundo, con aquellos que no reciben ayuda, con los más necesitados que precisan de sus brazos y manos para poder reconstruir una nueva humanidad, mediante el servicio, la oración y la paz.
Porque en esas cosas simples que Yo les pido, la humanidad se podrá purificar, las almas se aliviarán, recibirán el Amor de Dios en sus corazones, y podrán formar parte de la Nueva Tierra prometida.
Mientras eso está por suceder, queridos hijos, abran sus corazones y guarden estas palabras en lo profundo de sus seres, porque ellas les servirán para los momentos difíciles que llegarán y que toda la humanidad deberá vivir en este último ciclo del Apocalipsis.
Hoy estoy también aquí por las naciones; por Venezuela, por Ecuador, también por Uruguay, por todos Mis hijos de esos lugares que siguen clamando a Mi Corazón Inmaculado.
Por eso también hoy les digo: Mis amados hijos de Venezuela, de Ecuador y de Uruguay, no bajen sus brazos. Alcen sus brazos hacia el Cielo por aquellos que están derrotados por la persecución y el mal de los hombres.
Sigan orando en confianza a Mi Inmaculado Corazón, porque tengan la certeza, queridos hijos, que Yo estoy en sus hogares y familias ayudando a los más necesitados, a los que sufren la restricción, a los que sufren todos los terremotos de este mundo y que no tienen calma, ni siquiera serenidad.
Por eso Yo los invito, queridos hijos, a orar por cada uno de ellos, para que Mi Plan también se establezca en esas vidas, para que Mi Paz los pueda invadir y curar, y que por aquellos que se perdieron, Yo los pueda elevar al Cielo, al Universo.
Quisiera que aquí se estableciera una paz verdadera y eso se gestará, queridos hijos, por su decisión y colaboración. Eso también ayudará a los Reinos de la Naturaleza, que son los Reinos más perseguidos por el hombre a través de la destrucción.
Yo necesito, queridos hijos, que contemplen todas las necesidades del mundo, que puedan ver más allá de sus vidas. Así podrán responder verdaderamente al Llamado de Dios y todos sus corazones serán verdaderos colaboradores del Plan, antorchas de Luz para estos tiempos de caos.
Así como hoy estoy con ustedes aquí, queridos hijos, trayendo la presencia del Reino Celestial por medio de Mi Gracia Maternal, también estoy con todos Mis hijos en el mundo, con aquellos que abren las puertas de sus corazones para que Yo pueda entrar y morar en sus vidas.
Hoy les traigo un mensaje de esperanza, pero también un mensaje de advertencia, que es hora de colaborar con el Plan de Dios, que los servidores se multipliquen en cada parte de este mundo, que los siervos de Mi oración perpetua puedan multiplicar sus voces, para que Dios pueda acoger en Su Corazón sus llamados.
Yo los necesito, queridos hijos, para poder gestar la Nueva Humanidad, para que, toda la humanidad entera pueda traspasar este umbral de la transición. Transición que desconoce y de la que no sabe que sucederá. Los corazones se sorprenderán por lo que verán cada día que pase.
Por eso, queridos hijos, abran sus corazones y reciban Mi llamado, porque es el último para el mundo antes de que se purifique completamente.
Quisiera verlos encendidos en la oración y en la fe, porque Yo vengo a dejar en sus corazones Llamas de Luz Divina, Atributos de Dios, Códigos preciosos de la Redención y de la Misericordia, que reformarán el planeta y principalmente a todas las almas que escuchen Mi Voz.
Mientras Yo hablo, queridos hijos, sus heridas internas son cerradas. Tengan fe de que eso es así, porque su Madre todo lo puede, a través de su Sagrada Intercesión por el mundo.
Pero hoy también quería decirles, queridos hijos, que su compromiso con el Brasil, de orar por su pueblo, por cada uno de Mis hijos de esta nación que deben despertar a Mi llamado, es importante. Que deben aprender a orar y saber unirse a Dios en estos tiempos, así como lo han vivido hoy, de una forma simple y verdadera.
Yo necesito, queridos hijos, que Me lleven en sus corazones, que Me adopten en sus vidas como su Madre del Cielo y del Universo. Así también podré llegar a todo el Brasil, que tanto lo necesita.
Su nación se consagró a Mi Inmaculado Corazón y esa consagración no puede debilitarse. Será a través de los fieles seguidores de Cristo que el Brasil se protegerá y se salvará.
Por eso hoy les traigo un testimonio verdadero de la presencia de Mi Amor maternal por ustedes y por el mundo, a través de todas las Faces que Yo he revelado a lo largo de los tiempos y en esta nación, como la Señora Aparecida.
Hoy han traído a Mi Altar esta Sagrada Imagen, respondiendo a Mi pedido maternal de que hoy Yo la consagre, queridos hijos, como su Madre Peregrina para todo el Brasil.
Después de haber recibido la Señora de Fátima, de haber trabajado su simplicidad y pureza, Yo vuelvo a aparecer en sus hogares, hospitales y casas, para llegar a los más necesitados.
A través de sus manos, Me cargarán y Me llevarán a donde Me necesiten, para que Yo pueda derramar Mis Gracias maternales en todos los corazones brasileros que creen en Mi Presencia, en Mi Divinidad y en Mi Amor.
Porque así, a todos les doy; les dono Mis Gracias, les dono Mi Corazón, les dono Mi Espíritu de Paz para que siempre puedan estar en Dios y en Mi Hijo Amado.
Mi Hijo Me entregó a ustedes, para que Yo fuera su Madre, Yo quiero que ustedes sean Mis hijos y que Me lleven en sus corazones, como una experiencia viva para el resto de sus vidas; que oren Conmigo todos los días, en la simplicidad del Santo Rosario; que recuerden a Dios cada vez que despierten, porque Él está muy olvidado y ofendido; que oren por sus hermanos, por sus enemigos, por todos los que persiguen a otras almas en el mundo, por los que gobiernan, por aquellos que destruyen toda la vida y la Naturaleza, por las madres que abortan, por los hijos que se pierden y no reciben la oportunidad de vivir esta vida.
Que oren por toda América Latina junto a Nuestra Señora Aparecida, que es su Madre Peregrina del Brasil, la Llama Incandescente que vuelve a rebrotar en los corazones que invocan su Sagrada Presencia Universal y trae la salvación para todo el mundo.
Quiero que dejen a Mis pies todo el Brasil y que en cada momento en que se encuentren Conmigo, a través de su Madre Peregrina, abran sus casas y corazones para que Mi Presencia pueda entrar en sus vidas, y así como hice en Fátima, Yo pueda convertir a los corazones más duros. Porque quien está Conmigo no perecerá.
Pero hoy también vengo a consagrar a los Hijos de María que son parte de Mi gran testimonio de amor en el mundo, que revisten en sus cuerpos Mi manto de Luz para llevar la paz y el amor por cada lugar donde vayan.
Que vengan aquí los que hoy se consagrarán, para que Yo pueda consagrarlos y consagrar la santa imagen que visitará sus hogares.
Escuché desde el Cielo, queridos hijos, el Himno de la Señora Aparecida. Quiero que hoy lo proclamen a viva voz, para que Mi Espíritu de Amor pueda llegar a todos y las Américas se consagren a Mi Inmaculado Corazón en estos tiempos de transición.
Himno de la Señora Aparecida …
Queridos hijos, cuando Yo aparecí en el Brasil a través de esta sagrada imagen para pescadores tan simples, Yo quería dejar el mensaje que el Brasil siempre debe ser el corazón de América del Sur, que pulsará en devoción y fe e irradiará Su Luz para todos los corazones del mundo.
Cada vez, queridos hijos, que se coloquen delante de Mi Presencia Aparecida, estarán confirmando a Mi Corazón Inmaculado que Yo no solo soy su Madre, sino la Madre del Brasil que nunca será expulsada y que reinará con su potestad celestial por los siglos de los siglos y en todos los corazones que Me reciban.
Yo bendigo esta imagen como el socorro para los corazones, para el alivio de los que están enfermos espiritualmente y para aquellos que padecen los dolores en sus cuerpos.
Bendigo esta imagen como el testimonio de Mi Amor por todos, porque Yo Soy parte de esta raza y a esta raza volveré, después de Mi Hijo.
Mientras eso está por suceder, contemplen a su Madre del Cielo, a Nuestra Señora Aparecida para que Yo los pueda llevar a Jesús y todos puedan estar en Su Sagrado Corazón, lastimado por el mundo y por los pecados de la humanidad.
Delante del Padre, del Hijo Amado, del Espíritu Santo y de todos los ángeles del Universo, por la potestad santísima concedida por la Pasión de Jesús y el silencio perpetuo de Mi Corazón Inmaculado, cerrando las puertas a los infiernos, Yo vuelvo a consagrar al Brasil a Nuestra Señora Aparecida con todos los Poderes Celestiales y las Gracias inexplicables que rebrotarán en los corazones como rosas y pétalos de Luz, en alabanza al Creador.
Yo los bendigo, Yo los consagro, hijos Míos, consagro esta imagen.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Que nuestra Señora Aparecida restablezca los mil años de paz.
Y ahora, Mis hijos, los que hoy se consagraron, besarán esta santa imagen en nombre del perdón por toda la humanidad, para que los más impíos y crueles se salven.
Les agradezco por responder a Mi llamado y que la juventud sea Mi gran motor por la Paz.
Agradecida a ustedes para siempre.
¡Canten!
Himno de Nuestra Señora Aparecida...
Mientras Me elevo al Cielo canten con fervor, para que las almas despierten a la Misericordia de Dios.
Y ahora que he podido entrar en sus corazones por Mi divina intercesión, que también es la Intercesión de Mi Hijo Amado, vayan y prediquen la oración en sus grupos y familias, en sus seres queridos y conocidos, que deben curar sus corazones y vidas para que pueda resurgir la paz.
Que su Madre, la Peregrina del Brasil, recorra los lugares por donde la quieran recibir. Así, Yo estableceré el cumplimiento del Propósito para el Brasil, que no está en las manos de los hombres y tampoco de los gobernantes; está en el Corazón de su Padre Eterno, el cual siempre deberán buscar en los Cielos, en la belleza de Su Creación. Así estarán en Su Voluntad.
Amados Hijos de María, chispas de Mi Corazón Inmaculado. vivan una vida de oración todos los días para que Mi Inmaculado Corazón triunfe en el mundo, y así Yo pueda llamar a las ovejas antes de que llegue el Pastor en la Gloria del Reino de Dios.
Rezaré por ustedes y ustedes recen a Mi Corazón para que Yo pueda siempre interceder por medio de Mi Gracia Eterna y de Mi divina Pureza.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Me elevo a los Cielos. Que canten los Hijos de María el himno de su consagración.
¡Paz y Bien para todos!
Madre Shimani:
Bueno, hermanos, a todos los que nos acompañaron hoy les agradecemos profundamente que se hayan adherido a este llamado de Nuestra Señora. Que la peregrinación de nuestra Señora Aparecida por el Brasil, con esta imagen bendecida por nuestra Señora, recorra cada rincón y recupere cada alma de esta nación.
A todos los invitamos a que nos acompañen en la próxima Maratón de la Divina Misericordia en nuestra amada Aurora en Uruguay, en el Centro Mariano de Aurora, el 5 y 6 del próximo mayo.
En este mes de mayo vamos a permanecer en el Centro Mariano de Aurora y todos los encuentros con los Sagrados Corazones van a ser allí. Así que están todos invitados a participar.
Muchas gracias a todos. Hoy Florianópolis tiene una belleza particular.
Vamos agradecer todos a nuestra Señora.
¡Gracias Madre por cuanto nos das!
Queridos hijos:
Yo soy la Estrella de la Mañana, la que ahora brilla en el firmamento de Aurora para dar la señal del comienzo de este encuentro entre corazones y almas.
Bienaventurados sean todos los que se congregan a través de la Presencia de Cristo, porque a partir de hoy estarán glorificando Su Nombre santo y bendito, así como fue glorificado el día de Su santo nacimiento.
Hijos Míos, reciban entonces de vuestra Madre Celeste la guía para los tiempos que llegarán, confiados en vuestro camino de redención, siguiendo los pasos de vuestra Madre Peregrina que los reúne en este sagrado cenáculo de amor para que encuentren para siempre la Luz Redentora de Mi Hijo.
Hoy la Aurora de Mi Corazón resplandece en su Gloria interior y convoca a los corazones para que reciban del Reino de Dios, la Gracia de sentirse dignos en el Señor.
Queridos hijos, abran vuestros corazones para que ingrese el Espíritu de Cristo y así se sientan unidos a Su Amor Universal. Dejo para todos un camino de esperanza y de verdad a través de la escuela de oración que son invitados a vivir en estos tiempos.
Hijos, hoy los bendigo y les doy la Paz, la Paz de Cristo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los unifica en la Divina Unidad,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Como la Madre Peregrina, voy por el mundo en búsqueda incesante de los corazones humildes en el Señor para así construir las nuevas bases de la Tierra Prometida.
En estos tiempos Yo los convoco para amar y perdonar porque así veré también vuestros corazones humildes en el Señor, siendo verdaderos apóstoles de Mi Hijo.
Cuando vuestra redención suceda, hijos amados, será el momento de dar el paso correcto a la conversión del alma y de toda la consciencia.
Todos los días los reúno en este, Mi cenáculo de amor, para que reciban los impulsos internos que los llevarán a la paz y al amor en Cristo.
Hoy visito vuestro Corazón Sagrado y lo renuevo a través de los dones del Santo Espíritu de Dios para que, decididos y simples, ayudemos a reconstruir esta herida humanidad.
Queridos hijos, todos los días los espero en oración. Mi Gracia es vuestra Gracia, Mi silencio será vuestro silencio cuando tan solamente se arriesguen a vivirlo en la fe y en la confianza de que algún día lo conseguirán.
Yo soy vuestra Madre y los guardo a todos en Mi Corazón Sacratísimo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice siempre en Cristo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Nunca se olviden, queridos hijos, que los caminos de la paz existen.
La paz, que Yo los invito a vivir en este tiempo, es la paz del corazón, la paz humilde y simple que el Señor Me enseñó desde el principio.
Queridos hijos, no teman por lo que Yo les he dicho, ayer y hoy.
Yo quiero advertirles y hacerlos madurar para que puedan crecer en este tiempo tan definitivo.
El Señor tiene Sus Tronos abiertos para que todos los corazones puedan ingresar.
Ustedes saben, queridos hijos, que mientras Yo estoy aquí con ustedes, compartiendo un trocito del Cielo, hay muchas almas en el mundo que se pierden porque no encuentran la paz y el bien de Dios.
Por eso, es importante, queridos hijos, que primero recuerden la caridad con sus hermanos, para que esa caridad se pueda expandir en el mundo entero.
Un buen corazón caritativo ora constantemente a Dios, este puede ser un fiel ejemplo de su servicio.
Queridos hijos, mientras el mundo cambia tan rápido, Mi Hijo Me envía al mundo a preparar sus corazones, para cuando Él regrese y pueda ser visto entre las nubes con esplendor y magnificencia.
Queridos hijos, Dios Me envía para abrir sus corazones. Yo necesito de nuevos apóstoles que puedan enfrentar con coraje el fin de los tiempos.
Sepan, hijos Míos, que la Luz de Mi Inmaculado Corazón, aquella Luz que prevalece a lo largo de los tiempos, llega a este mundo para auxiliarlos. Y será esa misma Luz pura, que los socorrerá y los amparará en estos tiempos tan difíciles.
Gesten en sus familias, en el corazón de las buenas familias, la oración del corazón; aquella que pueda prevalecer en este tiempo y pueda sembrar nuevas semillas en los corazones que se sienten vacíos, porque han perdido la Paternidad de Dios.
Yo los invito, en esta noche, a que se unan a Dios, a que se unan a Su Espíritu Inmaculado. Él, en esta noche, los observa con tanto Amor y Compasión, a través del latir de Mi Corazón Inmaculado; sus vidas y sus almas, en este momento, son cristalinas ante el Padre.
Recurran a Dios todos los días, hablen con Dios, queridos hijos. Él quiere escucharlos, todos los días, no solo en la oración, sino también en la confesión del corazón.
Queridos hijos, entre ustedes hay mucho que perdonar. Si se perdonan, en estos tiempos, el mundo alcanzará un tiempo más de paz y se evitarán cosas difíciles para todos.
Por eso, con muy pocos, Mi Obra Mariana se cumplirá, como fue a lo largo de los siglos. Esto ya está previsto por Dios, queridos hijos. Pero no Me cansaré, como buena Madre y Peregrina, de venir a buscar a los corazones que Me quieran escuchar, aun aquellos que están distantes de Dios hace mucho tiempo, que han perdido la fe y el amor en Dios.
Yo quiero cultivar en Mi Jardín Celestial, las nuevas rosas de Luz, que primero germinarán en sus corazones, para que ellas puedan expandir el aroma sutil de Mi Corazón, Amor que cura, Amor puro, Amor que libera y redime.
Queridos hijos, cuando una vez Mi Hijo Me entregó a ustedes, a los pies de la Cruz; Yo acepté, como su Madre, acompañarlos hasta los momentos finales.
Por eso, Dios Me concedió, a lo largo de los tiempos y de los siglos, poder llegar a sus corazones, corregir a la humanidad en sus fallas, prevenirla, advertirla, llevarla por el Camino de la Luz Crística.
Por eso, en este tiempo, queridos hijos, la Reina del Sol, la Madre del Universo infinito y expansivo, trae todas las estrellas que allí existen para que puedan guiar, en este momento, cada uno de sus pasos.
Por eso, queridos hijos, conságrense a Mi Corazón, vivan en Mi Corazón. Sientan que es posible poder cambiar. Dios espera que sus corazones se puedan curar pronto.
Que, en estos tiempos, queridos hijos, amados Míos, no existan rivalidades entre ustedes; que pueda florecer la reconciliación de Cristo, aquella reconciliación que Él cultivó en la Última Cena por medio de la Eucaristía, de la Comunión perpetua con todas las almas encarnadas y las almas que ya no están en esta Tierra.
Esa armonía perfecta, que Cristo prometió a todos, debe comenzar primero en ustedes, a través de la confesión y de la unión con Cristo.
Queridos hijos, nuevamente hoy, Yo les abro Mis brazos para acoger sus plegarias e intenciones; también para bendecir estas sagradas imágenes que sé que, en estos tiempos difíciles, representarán una señal visible para sus corazones en este plano material para que su fe pueda crecer, y el amor y la esperanza en Dios también.
Queridos hijos, Yo Soy la Reina de la Paz, la misma que aparece en Medjugorje y que, en este tiempo de Gracia y de reparación también viene a anunciarse a América, como fue dicho en Fátima en aquellos tiempos, para poder ayudar a todos Mis hijos y, al mismo tiempo, por la gran necesidad que existe en las almas y en toda la humanidad.
Contemplen en todas sus oraciones, queridos hijos, la reparación de los Reinos y de los elementos.
Necesito, queridos hijos, que se unan en hermandad y en fraternidad a toda la Creación de Dios. Él también espera, hijos Míos, que la humanidad pueda hacer algo en este tiempo definitivo. Por eso, en esta noche, queridos hijos, Mi Corazón les propone muchas tareas a realizar, muchas misiones a cumplir, muchos propósitos a concretar.
Yo los necesito cerca de Mi Corazón Inmaculado. Sientan el palpitar de Mi Amor en sus cabezas, solo podrán sentirse en paz y en confianza cuando recojan sus seres en Mi pecho; porque, a pesar de todo, Yo quiero que ustedes estén bien. Yo los necesito, queridos hijos, y siempre se los agradeceré.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Ante todo el Plan de Dios que tienen frente a sus ojos, en esta noche los invito, a cada uno de ustedes, a que no tengan miedo ni tampoco vergüenza de anunciar el Reino de Dios, de seguir Mis Pasos de Peregrina y de demostrarle al mundo los frutos de la conversión de sus vidas.
No teman, hijos Míos, los juicios del mundo, porque a los Ojos de Dios sus vidas deben ser puras, plenas de oración, de servicio, de donación al prójimo. Cuando solo den el primer paso y vean sus corazones nutridos con la fe que les deposito, pronto desaparecerá de la consciencia todo el miedo al juzgamiento ajeno, y sus corazones solo servirán a Dios y tendrán como meta única proclamar Su existencia en la Tierra.
Hijos Míos, hoy los invito a enfrentar al mundo y a enfrentar todas las barreras que existen dentro de sus corazones, a superar todos los límites construidos por el mundo, límites que les impiden encontrarse Conmigo, que les impiden encontrarse con Mi Hijo, comulgar con Él de cuerpo y alma.
Por eso, en esta noche, los impulso a dar un paso más, un paso más en la consciencia, en la vida de cada uno de ustedes. Y, con estas Palabras, llevo un impulso de Mi Corazón no solo a los que están presentes aquí, sino a todos los que Me acompañan, porque, en Mi Omnipresencia Divina, llego a cada grupo que se une a orar, a preparar este camino por donde pisan Mis Pies.
Hijos Míos, no teman invocar a Dios, no teman vivir Mis Palabras y manifestar en sus vidas el Mensaje que les traigo. Por más que hoy les parezca difícil, les parezca distante, Mi auxilio siempre vendrá para aquellos que den el primer paso.
La consciencia humana gestó, a lo largo de los siglos, ideas que no corresponden a la Consciencia Divina y que están arraigadas en el corazón de cada uno de ustedes, pero que deben ser desmitificadas para que puedan aproximarse a la vida divina que debería ser el natural vivir de cada una de las criaturas en la Tierra.
Por eso, aunque hoy les parezca distante, no teman dar el primer paso, porque en sus esencias está guardado el arquetipo divino, y todo el Reino Celestial aguarda solo el despertar de sus almas para venir a su encuentro e impulsar esa transformación. No tengan miedo de vivir algo que les parece diferente, de vivir una locura santa a los ojos del mundo, porque para Dios todo es natural y simple, es como Él lo pensó para el hombre que hoy se manifiesta en el mundo.
Hijos Míos, los invito a la conversión, a la conversión de la vida, del alma y del espíritu, a la redención de todos los actos, pensamientos y sentimientos que hasta hoy sintieron. Los invito, en esta noche, a una vida divina que solo les traerá paz en el corazón, que solo los aproximará a Dios y a todo Su Reino.
Despierten, en esta noche, a la existencia de un Reino Universal, despierten a la compañía que está a su lado todo el tiempo, este Ángel de la Guarda que trae a sus vidas un pedacito del Cielo. A través de esta Presencia Divina, permitan que entre en sus vidas la energía de Mi Reino.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Hoy, los Ángeles de la Guarda los acompañan. Yo los invito, en este momento, a la oración del corazón junto con los Ángeles de la Guarda.
El Padre Me ha concedido enseñarles una oración. Repitan, con el corazón, lo que Yo hoy les proclamaré.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
La Madre quiere que repitamos juntos.
Ángel de la Guarda,
escudo fiel de Dios,
retira de mi ser todos los males,
por Amor y Gloria a Dios.
Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Cuando se sientan solos, Mis pequeños, incómodos o perturbados, invoquen a través de esta oración a sus ángeles protectores, fieles servidores de Dios que son guiados en la Tierra por el Casto Corazón de San José. Confíen sus vidas a este Fiel Misionero de Dios, para que sus pasos sean guiados hacia la redención del Señor.
Queridos hijos, les agradezco, los invito y los llamo a celebrar Conmigo el fin de año en Aurora, en el Centro Primordial de Aurora.
Ahora, daré un Mensaje de Paz para una hija Mía, con el permiso del Altísimo y del Sagrado Corazón de Jesús:
Querida hija y madre Emaús, que tu corazón no se perturbe porque la Aurora Interior brilla en tu corazón y en el de tus hermanos. Mi Manto los protege y los ampara, confía plenamente en que Mi Fe se deposita en tu espíritu.
¡Les agradezco!
En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo. Amén.
Canción: “María de Nazaret”.
Madre María Shimani de Montserrat:
Queremos repetir la invitación que Nuestra Señora les hizo a todos, porque Ella nos dijo ayer que el 31 de diciembre va a instaurar la celebración de Nuestra Señora, la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad.
Eso lo va a hacer a través de una jornada de trabajo y de una Aparición Extraordinaria que se llevarán adelante en el Centro Mariano de Aurora, Paysandú, Uruguay; allí donde Ella se apareció por primera vez a nosotros.
Ella nos pidió que hiciéramos una jornada de trabajo, con oración y reflexión de Su Mensaje en este tiempo, y que, al final de la tarde, Ella extraordinariamente aparecería para todos. Como Ella hoy invitó a todos los presentes y a los que nos están acompañando por internet, queríamos explicar cuál es la razón de esa Aparición Extraordinaria.
Así que están todos invitados a participar con nosotros allí en Uruguay o desde el corazón, vía internet; a veces la tecnología sirve para esas cosas.
Nosotros les agradecemos a todos que nos hayan acompañado. Y si ustedes quieren que Nuestra Señora regrese a Curitiba, recen, recen mucho y pídanle que regrese.
Cada vez que los grupos de oración piden con mucho fervor y mucha oración que Ella esté cerca, generalmente Ella retorna a esos lugares donde fue bien recibida.
Así, coloquen esto en el corazón, porque cada vez que Nuestra Señora está cerca nuestro, Ella nos libera y nos ayuda muchísimo, nos libera espiritualmente, nos ayuda internamente. Todos Sus Códigos de Luz ingresan en nuestro ser y todo lo que no pertenece a Dios, Ella se lo lleva.
Entonces, no es solo escuchar las Palabras de Nuestra Señora. Si nosotros abrimos nuestro corazón, muchos cambios, muchas mudanzas pueden acontecer en nuestras vidas. Coloquemos esto en nuestro mundo interior, para tenerlo siempre presente.
¡Muchas gracias a todos!
¡Gracias, Madre, por cuánto nos das!
Queridos hijos Míos:
Que, en este día de oración por las naciones del mundo, juntos y unidos al Padre Eterno, oremos especialmente por la nación Argentina, la cual definitivamente deberá ingresar en la cuenta de la salvación y de la redención.
Queridos hijos, por eso Mi Corazón materno se anuncia día a día a sus vidas, para recordarles la importancia de rezar el Rosario todos los días, en espíritu de conversión y de paz, en el mundo entero. Cuantos más grupos de oración cumplan con los simples, pero magníficos pedidos divinos, muchas circunstancias en la humanidad podrán evitarse, muchas almas encontrarán la paz y la conversión que tanto buscan.
Como Madre del universo, les traigo todos los días la única Estrella guía que los llevará a encontrar el amor y la paz. Esta Estrella guía se llama Cristo Jesús, el Rey salvador y redentor del universo.
Busquen a Jesús, aspiren a estar en el Corazón amadísimo de Mi Hijo, Él tiene Su divino Corazón de Luz abierto perpetuamente y eternamente para aquellos que digan sí y se animen a ingresar en el Templo redentor del Corazón Sacratísimo de Jesús.
Hijos Míos, por este motivo, hoy los llamo a convertirse en verdaderos difusores de Mi llamado por la paz y por la redención, el camino más correcto será a través de sus corazones que podrán transmitir el amor que muchos no poseen, la paz que tantas almas buscan en el mundo, la serenidad y la fe que muchos corazones han perdido en este tiempo.
A través de sus puros, humildes y simples corazones, Jesús, el Rey salvador, podrá irradiar Sus Dones porque, hijos Míos, una vez Él dijo: “Por el poder del Amor de Dios, Mi Espíritu salvador estará presente entre Mis compañeros, obreros y servidores de la Misericordia”.
Entonces, Mis queridos, que este encuentro en Salta con la Inmaculada Madre del Divino Corazón Eucarístico de Jesús, los aproxime al encuentro con el Salvador, con Mi amado Hijo, Jesús de Nazaret, ahora el Rey Jesús del universo.
Queridos hijos, como Madre peregrina, acompañaré sus pasos todos los días de sus vidas. Por eso, podrán unirse a Mí a través del Santo Rosario y de todas las oraciones que proclamen la Luz y la Paz del Señor.
Que, en este día, sus corazones se renueven a través de la oración del corazón, porque desde sus corazones puede brotar la llama de vida y de paz que representa a Mi Hijo, el Salvador del mundo, Cristo Jesús.
¡Les agradezco por escuchar con atención Mi nuevo llamado!
Los adora siempre, desde el Cielo,
María, Madre y Reina de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más