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Mi Corazón glorifica los esfuerzos de los que son consecuentes con Mi Corazón Sagrado.
Mi Corazón glorifica a los que permanecen a Mi lado y, sin nada a cambio, aguardan por Mi llegada pacientemente.
Mi Corazón glorifica a los que ya no están a Mi lado, pero que son atraídos por la fuerza de Mi Espíritu que una vez los congregó y los salvó. A todos ellos Yo les doy Mi Cura y Mi Gracia reconfortándolos de la noche a la mañana, retirándolos del vacío hacia el Paraíso. Así, Yo dejo vivos Mis códigos crísticos para que esas almas puedan algún día recapacitar y entregarse a Mí.
En Mi Reino, Yo tengo muchos servidores y cada uno Me oferta su gran virtud y amor con toda la fuerza del corazón. Es en esos servidores que Yo me siento pleno, porque a través de ellos Yo padezco, Yo sufro, Yo comprendo las carencias humanas que generan grandes desiertos sin el Agua de Vida en el interior.
Pero Yo los llevo hasta la gran orilla de Mi océano de Amor y de Misericordia para que, en estos tiempos difíciles confíen, se tomen de Mis Manos y suban a Mi barca salvadora de redención y de paz, porque a través de este océano infinito e inagotable, Yo les reflejaré vuestra verdadera misión de amor y de redención para esta era de la Tierra.
Así, Yo les entrego Mis remos que son tan pesados como los maderos que Yo cargue en Mis Espaldas, por amor a ustedes, sin dudarlo y sin pensar. Yo deseo que remen a pesar del cansancio o de la soledad, no existe nada entre ustedes y Yo que nos pueda separar.
Yo Soy de este mundo, Yo Soy parte de ustedes y desde ustedes me elevé hasta Mi Padre para hablarle y suplicarle por toda la humanidad. Pero sepan que en el constante remar, algunos se volverán como náufragos, otros sobrevivirán a grandes tormentas de superación y de prueba. Pero a través de Mí, Mi Padre los hará fuertes y estarán serenos.
A través de Mi Paz llegarán al puerto esperado, el puerto de Mi Corazón.
Les dejo esta parábola, para que la vivan y no solo la escuchen, sino para que ella sea el ejemplo del servidor pleno que vive Mi apostolado.
Bajo la Misericordia de Dios, sean bienaventurados.
¡Gracias por escuchar a Mi Corazón!
Cristo Jesús Glorificado
En las cosas simples, Yo les hago examinar sus consciencias para que ellas recapaciten el grado de oferta a Mi Corazón y, así, perciban la diferencia de estar cerca o lejos de Mí.
Yo les traigo todos los días, en la hora de la Misericordia, la oportunidad de renunciar a las cosas materiales, de amar a Mi Consciencia Paternal y de reparar todas las causas que ofenden al Corazón de Dios Padre.
Por eso, Yo los animo a madurar rápidamente, en estos tiempos de crisis espiritual y planetaria.
Yo los llamo a crecer desde la consciencia madura, que sus espíritus sembraron en el momento de su nacimiento humano.
Sus almas pueden servirme o entorpecerme, dependiendo del grado de su intuición interior sabrán si están Conmigo o no.
Yo necesito de sus corazones la posibilidad de ayudar a evolucionar a este Plan y de hacerlo crecer y madurar como un fruto nuevo a través de sus conscientes y sanas acciones como apóstoles del nuevo tiempo redentor.
Yo los necesito despiertos para poder trabajar Conmigo y, así, apartarlos de las tentaciones más insignificantes de la vida. De esta forma, estarán libres de sufrir innecesariamente y ahorrarán sus energías de servicio y caridad para poder donarse en Mi Nombre.
Cuando Yo les coloco una prueba en sus caminos diarios es para que puedan dar pasos en el Proyecto que Mi Padre les ofertó a través de Mi Corazón Misericordioso.
Día y noche, rezo por ustedes y por la humanidad dormida en el huerto de Mi Eterna Vigilancia, para llevarlos a ser el establo de Mi Corazón a través de la luminosa esencia de Mi Espíritu Sacerdotal. Así, Yo puedo a través de ustedes, cuando Me lo permiten, congregar a las almas que más necesitan de Mi Divina Misericordia.
Esfuércense por alcanzar aquella virtud espiritual que aún no han alcanzado y Yo los apoyaré a través de su perseverancia y transparencia de toda la vida.
Mientras tanto, aférrense a la fuerza amorosa de Mis Manos, Yo no los soltaré, sino que los llevaré a encontrar la comunión eterna con el Padre Celestial.
Hagan revivir el poder de sus votos. Ellos serán plenos y poderosos cuando se animen a vivirlos desde la consciencia y no desde la ilusión.
Los quiero ver fuertes y determinados a servirme en este Plan de transición.
Reflexionen en Mis Palabras, para que permanezcan en ustedes siempre.
Gracias por buscar la unión Conmigo en la hora de la infinita Misericordia.
Bajo el Amor de Dios, sean bienaventurados, maduros y determinados.
Cristo Jesús Glorificado
Resígnate ante las ofensas, así humillarás a tu persona y alcanzarás el camino de la transformación, mirándote primero a ti mismo, y viendo en el semejante el Amor de Mi Corazón.
Por eso encuentra en el camino de las pruebas, las señales para la conversión de tus pecados y la liberación de las secuelas que ellos dejan en el espíritu de los Míos.
Reclínate ante las ofensas que muchos cometen y por amor a Mí, refleja en tu paso, por donde vayas, la armonía inquebrantable que Yo te puedo dar en este tiempo. Encuentra en toda humillación el vacío total de tu persona y deja que el poder superior de tu consciencia transforme la vida material y guíe el camino espiritual.
Imítame al menos en todo lo que Yo he hecho por ti y por tus hermanos, así veras en el sendero de tu purificación la oportunidad de rendición y entrega que Yo te entrego en nombre de la Voluntad de Mi Padre.
Quédate Conmigo en esta noche fría bajo el silencio de la luna y de las estrellas. Quédate Conmigo en alegría como en la agonía que muchos Me causan injustamente por ignorancia a la verdad que se aproxima, y que muchos no ven por si mismos. Quédate Conmigo en el silencio del Huerto Gethsemani y acompáñame en la Pasión que hoy Yo te ofrezco y muestro a la grandeza de tu ser crístico interior.
Por eso, decídete por donde iras, Mi Amor es absoluto, fuerte y compasivo. Es Mi Amor quien ofrece ayudarte en el camino de la nueva cruz y de la pasión que millones de corazones hacen padecer a Mi Sagrado Corazón.
Anímate a encontrar Mi Consuelo en las flaquezas. Tu espíritu es fuerte para soportar lo que Yo te entrego de tiempo en tiempo. Nada perderás en esta vida, trabaja sin cansancio por Mí y por tus hermanos, para que vivas pronto el vacío que te llevará a encontrar la humildad que tanto buscas fuera de ti.
Pero la llave que Yo te entrego no es la que tu deseas, Mi Llave abre puertas a nuevas moradas, reinos desconocidos por tu ser, reinos que tu alma aspira vivir Conmigo. Déjame ser aquello que tanto espero en ti. Solo podré obrar, cuando en el centro de tu templo, tu ser inferior se haga a un lado para que Yo pueda pasar y tomar potestad del trono.
Libérate de las formas y del control de la vida. No existe nada más fuerte que el amor que Yo he dado en la Cruz por ti y por el mundo. Te invito ahora a pensar en Mi Oferta.
Bajo la Luz de Dios sean bienaventurados e inofensivos.
¡Gracias por buscar la Llama de Mi Amor Redentor!
Cristo Jesús Glorificado
Mi Rayo de Justicia descenderá a la Tierra después del tiempo de la Misericordia; para eso todos deben estar preparados para escuchar las últimas palabras que Yo pronunciaré al mundo.
Mientras tanto, que Mis Discípulos se preparan en el amor y la verdad para que puedan reunir fuerzas internas y caminar juntos hacia el Propósito. Yo los llamo a buscar el camino de la simplicidad y del silencio, virtudes que les permitirán descubrir nuevas llaves que abrirán las puertas para el encuentro con Dios.
Ahora es momento de revertir las faltas a través de la Divina Misericordia, están a tiempo de poder hacerlo y de pedir una oportunidad de redención y de paz, pues el tiempo indica un nuevo camino a recorrer por los que fueron llamados a rendirse a la Divinidad Mayor.
Así conseguirán dar los pasos y encontrar, en los momentos difíciles, luces guías en vuestros caminos. Mi Amor los permeará por entero, Mi llamado es para todos.
Ahora será importante construir dentro de ustedes, la comunión con el Infinito Dios y Yo me ofrezco a vuestros corazones para socorrerlos y guiarlos en los momentos de mayor tribulación en el mundo.
Mi Morada puede ser el fruto para vuestras vidas, solo bastará que Me den el permiso para poder actuar y obrar.
Bajo la Misericordia de Dios, sean bienaventurados.
¡Gracias por entrar en Mi Corazón!
Cristo Jesús Glorificado
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Glorifiquemos en este momento a los Tres Sagrados Corazones, de Jesús, de María y de San José.
A pedido de Nuestro Señor realizaremos un minuto de silencio por la paz en el planeta.
Postrémonos ante el Sacratísimo Corazón de Jesús.
Que el campanario siga sonando, por favor.
El Cielo desciende a la Tierra y comulga con las almas buenas. ¡Vivifíquenlo!
Inspiremos el aire del Cielo.
Oren junto Conmigo, Mis compañeros, así como lo han hecho hasta el día de hoy. El Cielo los ha escuchado con atención y amor.
La gran hora se aproxima para todas las almas. Las puertas del Cielo se abren hacia la Tierra y los corazones comulgan del Espíritu de Dios.
Bienaventurados aquellos que prevalecen y siguen los caminos del Señor, porque serán sacados del desierto en el cual viven y el mal se extirpará de los corazones sufrientes.
Reinarán el Amor y la Verdad en todos los que hayan buscado Mi Camino y así alcanzarán la pureza que tanto buscan.
La semilla de la humildad de Dios brotará en los corazones que renacerán en Cristo y vivirán en unidad con el Padre Celestial y no será necesario que nadie más sufra porque la gran absolución del Infinito vendrá en auxilio de los corazones que claman.
Es hora de desterrar lo viejo y permitir que el espíritu de cada uno de ustedes pueda resurgir en el Universo del Señor. De esta forma, todo se cumplirá y nadie quedará afuera del camino que Yo estoy indicando para este tiempo, el camino hacia el Espíritu.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Repitamos las oraciones que el Señor está transmitiendo.
Por la liberación de las almas,
Señor Jesús ten piedad de nosotros.
Por la liberación del Reino Mineral,
Señor Jesús ten piedad de nosotros.
Por la liberación del Reino Vegetal,
Señor Jesús ten piedad de nosotros.
Por la liberación del Reino Animal,
Señor Jesús ten piedad de nosotros.
Por la liberación del Reino Humano,
Señor Jesús ten piedad de nosotros.
Por la liberación de los corazones que sufren,
Señor Jesús concédenos la cura profunda.
Por todos los que han caído en el espíritu y en la materia,
en la tentación y en el engaño,
Señor Jesús sálvalos a todos.
Por todos los que sufren y que han perdido la esperanza,
Señor Jesús ten compasión de todos nosotros.
Por aquellos que arden en el fuego del infierno
y que en vida se queman por los engaños del enemigo,
Señor Jesús ten Misericordia de todos nosotros.
Por la Nueva Humanidad que debe resurgir resplandeciente,
curada y liberada de todo, renovada por el Retorno de Cristo,
Señor Jesús escucha nuestras súplicas.
Por los Seres Divinos, los llamados Mensajeros Celestiales,
clamamos al Padre Celestial que estos Sagrados Corazones
retornen a este mundo para liberarlo del mal,
desatar las amarras, curar los corazones,
trasmutar las heridas y abrir las puertas a la redención.
Oh, Señor Jesús,
oh, Santa Virgen de las Vírgenes,
oh, Castísimo Corazón de San José,
que, en Vuestra sagrada triangulación,
la Santísima Trinidad guíe a la humanidad,
y que todas las almas que viven sobre la Tierra
puedan alcanzar la morada del Cielo.
En este tiempo que vendrá y por toda la eternidad,
que las almas celebren, en Cristo, el glorioso Retorno del Redentor
junto a los ángeles, arcángeles y a todas las consciencias del universo.
Que este mundo sea confederado
y cumpla el Proyecto del Señor,
en el tiempo que llegará.
Amén.
Hoy este es Mi Mensaje para ustedes a través de esta oración. Es una proclamación de todos los corazones del mundo, de todos los servidores de Cristo que han aspirado a alcanzar Mi Corazón y a vivir en Mi eterna Paz.
Si decretan esta oración con convicción, todo podrá cumplirse.
Si solo un alma lo hiciera con devoción, abrirá una pequeña puerta en el universo, dando una oportunidad para el rescate y la salvación de las almas. Imagínense si todas las almas, la voz de todos los corazones, dijeran al Cielo esta oración, ¿qué podrá suceder, Mis compañeros?
Yo les entrego en esta tarde Mi Legado universal, un Legado de simplicidad y de humildad que fue profesado desde Mi Nacimiento en este mundo.
Yo los aproximo a encontrar los Misterios de Dios, aquellos que están guardados dentro de ustedes, en el universo interior de cada ser. Así, todos pueden comulgar del Espíritu de Dios y alcanzar en estos tiempos la redención.
Los Tres Sagrados Corazones hoy se presentan ante vosotros para glorificarlos y alabarlos, elevar vuestros espíritus hacia el Reino Celestial.
Por eso, queridos compañeros, que en esta Comunión Trina todos los corazones se rediman. Que vuestras vidas sean savia de vida, alimento para los que tienen hambre, espíritu para los espíritus que están caídos.
Yo los invito a llevar a Dios en el corazón y a que puedan transmitir este impulso a todos los que encuentren, porque esta Gracia que hoy derramo sobre ustedes es única en un tiempo difícil, para una humanidad enferma espiritualmente.
Yo Soy vuestro alimento y vuestra cura. Sigan adelante. Liberen vuestras amarras a través del poder infinito de la oración.
Hoy vengo con Mi Madre Santísima y con San José. Ella viene anunciando Su gran momento. San José guía a las almas que deben servir, y Nuestros Tres Sagrados Corazones se donan a todos para anunciar la Buena Nueva a todos los corazones.
Dejen ya de sufrir. Acepten la cura que el Cielo les quiere entregar, porque a partir de allí vuestras vidas se transformarán rápidamente. Muchos ya no reconocerán vuestros rostros porque reflejarán las nubes del cielo, los rayos del sol universal, aquellos que irradiarán a la oscuridad y disiparán la tribulación. Pero deben tener un corazón confiado, una fe segura y una fortaleza inquebrantable. Si vivieran estos tres principios tan simples podrán ser Mis apóstoles del amor y de la redención.
Hoy todos están unidos en este encuentro y han orado para construir este puente hacia el universo. ¿Saben lo que esto ha repercutido en el mundo actual?, principalmente en los Reinos de la Naturaleza. ¿Cuántas deudas son equilibradas en este momento? ¿Cuántas almas y corazones son ayudados en este momento?
Sé que muchos quisieran ver todas estas cosas, los verdaderos resultados materiales. Pero Mi Padre Me envía para traerles el Espíritu, aquel que siempre se fortalecerá y nunca perecerá, aunque viva en este mundo.
Yo los traigo a todos hacia Mi Corazón para que vivan la Comunión perfecta con el universo.
Y para que esta tarde sea un cierre de ciclo, y un ciclo nuevo comience para todos a partir de mañana, alabemos al Señor de las Alturas.
Enviemos nuestras súplicas a los Sagrados Corazones para que los santos ángeles puedan descender en este momento, no solo para ayudar a este país, sino a toda la humanidad, principalmente a los corazones que claman por la cura suprema y la redención.
Abramos la puerta al Cielo. Ingresen más, dentro de este Cielo. Este Cielo se dispone para servirlos y viene a comulgar con todos los corazones a través de la Presencia de los Mensajeros de Dios.
Recibiremos vuestra oferta en este momento. Ahora, esto es único para todos.
Abramos las puertas a la esencia del Amor de Dios, adonde, después de todo esto, deberán retornar y fundirse con el Padre Celestial.
Canción: Elohim.
Al Sagrado Corazón de Jesús le agradan las almas que cantan con devoción.
Para terminar de realizar esta glorificación sagrada a los Santos Corazones de Jesús, de María y de San José, glorificaremos al Inmaculado Corazón de María y después al Sagrado Corazón de San José para que vuestras ofertas como humanidad puedan ser derramadas, en Misericordia, sobre los Reinos de la Naturaleza y la Ley deje de pesar tanto sobre la humanidad y sea transformada por el poder de Mi Corazón misericordioso.
Estamos presentes, acompañándolos en esta bendición. Sigan unidos al Espíritu que está fluyendo en esta hora de Misericordia.
Agradecemos también a todos los que le han cantado a Dios desde sus hogares. Imaginen cuántas puertas se abren en los hogares de todos los seres cuando buscan, de verdad, la unidad suprema entre las criaturas. Hoy estamos estableciendo, como Sagrados Corazones, un ejemplo de fraternidad celestial que es vivido en el Cielo y en el universo, en todos los planos y dimensiones divinas, desde los seres que sirven a Dios hasta los ángeles.
Estoy observando si están atentos. El Cielo aquí los reúne de forma especial.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Jesús nos está diciendo, en este momento, que hoy ha traído a este encuentro la Faz de la Asunción de la Virgen María, rodeada de ángeles que la elevan hacia el universo.
Glorifiquemos a María y a Su Inmaculado Corazón, a Su Corazón maternal.
Canción: Ave María.
Queridos hijos Míos, confíen en el Corazón Inmaculado de María. Siempre querrá llevarlos hacia el fruto bendito de Su Amor.
Para terminar esta unión entre el Cielo y la Tierra, esta comunión entre las almas y Dios, almas redimidas y renovadas, liberadas y perdonadas por el fuego poderoso de Cristo, glorificaremos a San José Castísimo, Padre de todas las esencias servidoras, Guardián de los corazones que padecen y sufren, de los pobres moribundos, enfermos y solitarios.
San José que, a través de este canto en el que invocamos Tu Corazón, África entera pueda consagrarse a la cura infinita del Creador. Que así sea.
Canción: San José, Padre del Amor.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Vamos a hacer la oración que Él nos está inspirando en este momento que es la oración por la salvación de las almas de África, repetiremos frase por frase.
Sagrado Corazón de San José,
Siervo y Vigilante universal,
te clamamos, en esta hora,
por la salvación de todas las almas
que viven en la amada África.
Que junto a Cristo, Nuestro Señor,
sirvamos al Padre Celestial
por la cura de la humanidad
y su redención.
Amén.
Les agradecemos por venir a Nuestro encuentro.
Los bendecimos en nombre de toda la humanidad: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
¡Gracias Sagrados Corazones por cuánto nos dan!
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Estamos volviendo después de un momento muy fuerte con los Tres Sagrados Corazones. No esperábamos que Ellos Tres aparecieran al mismo tiempo. Los Tres Sagrados Corazones trajeron el Universo Celestial hasta aquí y cada uno de Ellos, en Sus auras, manifestaba una realidad infinita. Cada uno de Ellos nos fue acogiendo en diferentes momentos. Ellos fueron observando nuestras necesidades internas y espirituales no solo de nosotros, sino también de toda la humanidad.
Es la primera vez que comprendemos, con nuestra consciencia, que Cristo habla sobre los Reinos de la Naturaleza.
Cuando Él se refería a ellos en ese momento y principalmente con la invocación de la oración que nos enseñó, Él fue trayendo la consciencia de cada uno de los Reinos de la Naturaleza hasta aquí, principalmente las situaciones que ellos viven por acción de la humanidad.
Y cuando Él traía, por ejemplo, la imagen o la presencia del Reino Vegetal o del Reino Animal, Él mostraba cosas muy horrorosas que se generaban con situaciones que la humanidad hacía. Él decía que una parte de nuestra consciencia no es consciente de lo que significa esa situación y de los peligros espirituales que estamos corriendo por esa situación. Porque, por esa falta de consciencia, Cristo decía que la humanidad está generando que una ley muy fuerte pueda acontecer.
En un momento de la Aparición a los Pies de Cristo apareció cada uno de los Reinos representados. Él nos mostraba y nos hacía sentir el sufrimiento de cada uno de los Reinos, que era algo inexplicable de poder expresar en palabras o en relatos.
Pero, a través de la oración de esa invocación que Él nos transmitió, Él fue transmutando esa situación y vimos que varias partes del planeta, específicamente de Asia, fueron ayudadas.
En un momento de la Aparición de Cristo, cuando Él se refería al Reino Animal, Él nos mostraba, como Consciencia universal, por ejemplo, a los laboratorios en donde los animales son manipulados. Él nos mostraba que los Reinos también tienen una esencia crística que no sabría cómo explicarles a ustedes. Él decía que la guardan como esencia porque son parte de la creación del universo. Y a esa creación, nosotros la estamos modificando.
A medida que iba aconteciendo la Aparición, muchos estados diferentes fueron siendo tratados por la Jerarquía, referidos a la humanidad y a los Reinos de la Naturaleza.
Después de un momento, Ellos comenzaron a derramar la energía de la Gracia.
Hoy María se manifestó en un estado de profundo silencio, de una contemplación que es desconocida. Ella estaba envuelta con un gran paño, una gran tela y estaba en estado de oración, con Sus ojos en dirección al Cielo. Estaba con Su cabello descubierto, no tenía velo, estaba rodeada de muchos Ángeles Querubines, ángeles pequeños.
A la derecha de Cristo apareció, un momento después, la imagen de San José, Él venía guiando simbólicamente a un grupo de ovejas. Él las venía pastoreando desde un nivel celestial hacia este nivel físico y simbólicamente nos mostraba cómo quería intentar ayudarnos y guiarnos. Por un momento, nos mostró cómo nuestras almas estaban en Sus brazos. Él tenía nuestras almas en Sus brazos. En ese momento, imploraba al Padre a través de Su Casto Corazón por nosotros. Entonces, Ellos nos hicieron entender que no era solo por nosotros, sino por la humanidad como consciencia. En ese momento, San José canalizaba los santos grados de amor que había alcanzado en esta vida en la Tierra y de esa forma Él elevaba esa oferta al Creador.
Hoy estuvimos frente a una Aparición bien diferente y especial, porque los Tres Sagrados Corazones mostraban cómo invocaban al Padre Celestial por Misericordia.
Después de un momento, Cristo comenzó a pedirnos que llamáramos a Su Padre y Él nos dijo: “Quiero que canten Elohim”, y yo le pregunté: ¿Es eso mismo, Maestro?
“Elohim es el Padre, están llamando al Padre, a Mi Padre. Yo les estoy enseñando a traer la Consciencia del Padre hacia la Tierra, y solo a través de la invocación al Padre Celestial, ustedes conocerán la desconocida Conciencia Suprema”.
Y cuando comenzamos a cantar “Elohim”, María estaba divinizada, por así decirlo. Ella adoraba lo que estaba escuchando y los gestos de Su rostro iban cambiando, se transfiguraban en luz. Y San José estaba muy…, no sé cómo explicarlo…
Ellos nos hacen conocer todas esas cosas y esos sentimientos que no son humanos. Era como una gran celebración universal.
Cristo estaba sereno. Él observaba cómo nuestras almas se encendían en el momento de cantar “Elohim”. En ese momento Él observaba, con Su visión de serenidad, como nuestra esencia crística se iba activando y seguía ese ritmo del canto a través de un silencio profundo.
En un momento, Cristo elevó Sus Ojos hacia el Cielo y tan solo con hacer ese movimiento comenzaron a aparecer diferentes Jerarquías Angélicas. A medida que íbamos cantando “Elohim”, ellos se iban congregando en círculos de luz y un gran proceso de transmutación fue liberando al planeta.
Después que Cristo construyó ese canal de luz, Él mandó a los ángeles a que bajaran al infierno terrestre. Entonces Él mostraba por encima de nosotros el Cielo y por debajo de nosotros el infierno. Esas almas que estaban en el infierno querían como prenderse, agarrarse de los ángeles, de las alas de los ángeles. Pero Él mostraba como algunas de ellas todavía no le había llegado el momento de ser liberadas.
Los ángeles obedecieron la indicación del Maestro y fueron retirando, sacando de ese infierno, a algunos grupos de almas. Después se cerró esa situación y escuchamos el cántico de María y el cántico de San José.
San José en el momento en que cantábamos a Su Corazón, Él fue ayudando específicamente a África, a través de la oferta que cada uno de nosotros pudo generar en ese momento.
Y, para terminar, cuando Cristo explicó y nos dijo que Él sentía agrado por escuchar al alma que cantaba, Él nos intentaba explicar que para la humanidad el sentido del canto es muy importante en este tiempo, porque es necesario crear nuevas vibraciones de luz en la Tierra. Él explicaba que eso es más fuerte cuando muchas más almas cantan de forma verdadera. Él dice que otras condiciones positivas se crean en la esfera planetaria y la liberación es más viable y posible para aquellos que no la merecerían.
Ustedes percibieron que Él bendijo al principio las cruces. Son las cruces que llevarán las Hijas de la Caridad Crística, representando a la protección de Cristo en el trabajo de servicio que estas hermanas tienen que desarrollar y que desarrollan en este momento.
Por eso, ahora, nosotros vamos a participar de la colocación de la cruz en las hermanas que, a pedido de Cristo, Madre María Shimani realizará en ellas. Y después, los hermanitos que están aquí de pie van a recibir la unción de óleo como símbolo de la cura interior.
Luego, participaremos de la Comunión y de otras cosas más que el Cielo nos pidió. Entonces vamos a preparar nuestro corazón para ese momento.
En esta fecha deseo que se Me acuñe la Medalla del Glorificado Redentor, para que ella sea el símbolo de unidad espiritual entre las almas y Cristo; así se establecerá la unión entre las esencias y Dios, y llevarán, por encima de todo, Mi Espíritu de Protección y de Paz.
La Glorificada Medalla de Cristo Jesús promete generar una acción espiritual de redención y de liberación sobre los espíritus que han caído y que perdieron el vínculo de unión con el Padre Celestial.
Esta sagrada Medalla, de la cual hoy les hablo, representa para todos, la expansión infinita de los Dones del Espíritu Santo, a través del Hijo de Dios, para toda la humanidad que la lleve consigo con honra, devoción y simplicidad.
La Glorificada Medalla, una vez elaborada por las manos de Mis servidores, representará la unión interna de los corazones con la Esencia Glorificada de Cristo. Esto permitirá crear un espacio de protección y de amparo en las consciencias que más necesiten reforzar su camino de entrega a Dios Todopoderoso.
Cristo, se entrega hoy, a través de la Glorificada Medalla, como un emblema de Misericordia, que todas las almas pueden buscar por intermedio de este símbolo, que en Gloria y Amor es donado al mundo actual.
Quiero, a través de este símbolo, cumplir Mis Promesas antes de Mi Retorno al planeta:
Aquellos que difundan este Instrumento y Legado de paz, serán, entre Mis Manos, chispas de luz esparcidas sobre los cuatro puntos de la Tierra y, de esta forma, confirmarán el momento de los nuevos apóstoles, de los 144.000 que serán convocados por el Cielo en misión de salvación espiritual de los que caerán a Mi derecha y a Mi izquierda, cuando Yo ya esté aquí entre ustedes.
En las pequeñas cosas se encuentran los grandes misterios que se revelan a los corazones simples y llenos del Espíritu de Dios, que los congrega y los reúne en Mi Iglesia Celestial.
Glorificados serán después de esta vida aquellos que lleven la Medalla de Jesucristo, el Rey de Reyes y Pastor de los moribundos de espíritu. Pues, después de un año de Gracias, les entrego, a través de este Instrumento espiritual, la señal de Mi Amor por ustedes, a pesar de los errores y las infidelidades que muchos cometen por no confiar en el Dios del Amor.
Abro las puertas para los que quieran entrar al Reino de la Redención y de la Misericordia.
Dichosos serán los que no se vanaglorien con lo que hoy les entrego, pues Yo les enseño a vivir en la búsqueda constante de la humildad y del desapego, para poder encarnar el Espíritu de la Verdad.
Los señalados por Mi Amor, mediante la Gloria de esta Medalla, serán Espejos vivos que irradiarán Mi Misericordia y Mi Luz para el tiempo de caos que hoy enfrenta el mundo ciego.
Ahora dejen que, por medio de esta señal de Amor, Yo les haga entender muchas cosas.
El tiempo universal exige un cambio maduro en la consciencia para vivir el tiempo de la redención y del perdón.
Bajo la Misericordia de Dios, que los congrega y los une a través de Mí, ya es hora de que sean bienaventurados en la Tierra, como lo son los Santos Ángeles en el Cielo.
Cristo Jesús Glorificado
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Nuestro Señor pregunta, a los presentes, si alguno de los hermanos se anima a ser bautizado.
Me gustaría quedarme mucho tiempo con ustedes, el mundo Me necesita.
Cuando uno se bautiza, el espíritu de todos es bautizado. Escogeré a cincuenta de ustedes para ser bautizados. Este es el símbolo y la señal de Mi Retorno.
Mientras cantamos, queridos compañeros, Yo los escogeré.
Sepan que aquellos que no son bautizados también recibirán Mi Presencia. Porque Yo no vengo aquí solo por ustedes, sino por este mundo que sufre y padece.
Ustedes tienen que bautizar a sus hermanos con el amor del Espíritu Santo, ser reflejo del amor del Espíritu Santo.
Con este simple acto de amor bautizarán en espíritu. Esto es lo que quiso enseñar Juan, el Bautista, más allá de un acto o de un ritual.
Lo que enseña Mi Padre a todos los autoconvocados es la Verdad.
Prepararemos, entonces, en gloria y amor este momento.
Yo Me retiraré de vuestra presencia, pero estaré aquí acompañándolos en espíritu de amor. Recuerden que Dios Me dio la Gracia de ser omnipresente, así como Yo deseo que lo sean en la caridad y en el amor.
Los bendigo y los reúno a todos en Mi Corazón. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
¡Gracias, Señor, por cuánto nos das!
En este encuentro, Te honramos Jesús.
Yo los acompaño desde el Cielo, en este momento. Sepan que estoy aquí, en este sagrado momento.
¡Les agradezco!
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Este momento del Bautismo fue muy especial porque, de alguna forma, como dijo el Maestro, todos fuimos bautizados en espíritu.
En aquellos que fueron llamados especialmente por Nuestro Señor, El explicó que veía una necesidad que esas almas tienen. Necesitan curar algo, liberar algo, perdonar algo. Ese algo es una tarea que Él hace directamente con esas almas.
Pero también sabemos que Él nos dijo que no faltará la oportunidad de que otros más puedan bautizarse en otro momento.
Como ustedes lo han percibido, esto es algo que Él nos está enseñando a hacer, de lo cual nosotros no sabemos nada.
Entendemos que Él nos intenta enseñar, instruir como hacía en aquel tiempo también.
Su primo, Juan el Bautista, fue quien, según Nuestro Señor, dejó un legado importante a través del Sacramento del Bautismo.
Hoy, cuando Cristo apareció de una forma especial, trajo encima de Su Pecho, sobre Su Corazón, una medalla, a la cual Él denominó y explicó.
Es lo que Él nos dejó hoy en Su Mensaje extraordinario.
Póstrense ante Mi Corazón Misericordioso, así Yo podré ayudarlos de diferentes formas.
Hoy vengo desde el Cielo anunciando Mi pronto Retorno al mundo.
Necesito que Mis Rebaños se congreguen en el amor, que puedan vivir Mi Mensaje, que puedan seguir las instrucciones del Pastor para este tiempo definitivo.
Hoy vengo a preparar esta cena con ustedes y a comulgar con vuestras almas y espíritus, pues eso es lo único que es valorado por el Poderoso Dios.
Vean reflejados en este momento Mis Rayos de Misericordia sobre ustedes, pues no hay mayor Luz que haya llegado a vuestro auxilio en estos tiempos. Y deberán dar cuenta de esto a través de un testimonio verdadero ante vuestros semejantes.
Quien responda a Mi Palabra tendrá vida eterna. Aunque parezca que se esté sumergiendo en la oscuridad de este mundo, Mi Luz nunca lo dejará caer. Mis Ojos harán resplandecer vuestros caminos e indicarán el nuevo horizonte que cada uno de ustedes deberá recorrer en Mi Nombre.
Todos son llevados al centro de Mi Corazón para que en adoración honremos al Dios del Amor.
Vengo nuevamente a repetir Mi Mensaje porque el mundo sigue equivocándose; las puertas de los Cielos se están abriendo en este lugar como último llamado a la Redención. Y cuando ya no Me vean pasar por aquí, Me esperarán en silencio y en oración.
A cada uno de ustedes vendré a buscarlos en el momento cierto y justo, pero no será como ustedes lo imaginan. Vuestras mentes no podrán reflejar ninguna verdad porque será a través de la fuerza del corazón, que es imperiosa e infinita ante el mal.
Únanse y no pierdan de vista la unidad, así estarán aliviándome y no Me estarán quitando el tiempo con tantas observaciones que debo hacer sobre ustedes; así Mis Ojos y Mi Corazón podrán estar tranquilos sabiendo que Mis Ovejas caminan hacia Mi Establo, el establo del corazón. De esa forma Yo podré ayudar a los que más necesitan y, como ustedes, otros más podrán despertar a esta convocatoria que Mi Nombre, en honra al Padre, está haciendo para todos.
Sepan que todos son iguales ante Mis Caminos. Muchos se han cruzado Conmigo en otros tiempos, aunque otros recién Me conocen y sienten confianza y plenitud en Mi Amor Misericordioso.
Hoy sentado a vuestra mesa comparto Mis Palabras de amor y de verdad, como lo hice con Mis Apóstoles, en la serenidad, antes de la Pasión.
Mucho ya he dicho a lo largo de los tiempos sobre cómo Yo los quiero ver a cada uno de ustedes. Ya no piensen que podrán ser iguales a los demás o los podrán imitar.
Yo los invito a vivir Mi Camino con plenitud y sacrificio, pues los tesoros que Yo guardo para ustedes no se encuentran en este mundo ni en ninguna otra persona. Lo que ha venido del polvo al polvo volverá y desaparecerá, pero lo que ha venido del Espíritu al Espíritu retornará y vivirá eternamente en el Corazón de Mi Padre.
Estos encuentros Conmigo son impulsos que Yo les dejo, joyas preciosas para tiempos difíciles y duros. Que nunca se acabe vuestra sed; que vuestra vanidad no les quite la sed de buscarme. No se engañen y abran los ojos a Mi Luz. Yo los bendigo todo el tiempo mientras Me invoquen, pues no hay nadie mejor que Yo para vuestras vidas, pero los dejo libres cuando no quieran buscarme.
El Amor entre los hermanos debe ser fomentado a través de la verdad, así podrán vivir Mis Palabras de forma simple y serán ejemplo para muchos.
Dejen que Mis Pasos puedan marcarles nuevas señales para recorrer, las cuales verán en el próximo tiempo, antes de Mi Retorno, cuando Yo ya no esté más aquí entre ustedes compartiendo Mi Eucaristía Redentora. Pero, que Mi Palabra no sea menos fuerte que la vuestra, porque de ser así estarán yendo por otros caminos y la mente inferior los convencerá de muchas cosas antes de tiempo.
Busquen el camino del corazón todo el tiempo y no se perderán. Confíen en lo que Yo les traigo a través de Mi Presencia. No teman confesar vuestras miserias, Mis Oídos son infinitos y extensos, y escuchan todas las vibraciones del Universo, hasta el respirar de un niño.
Mientras el mundo no siga el camino correcto en este tiempo, Yo vengo para dejarles lo último que les puedo entregar, aquello que no se perderá entre las cosas superficiales. Es Mi Espíritu, el que prevalecerá en ustedes, en las tribulaciones y en las caídas.
Por eso los invito a renovarse después de un año de Gracias, Gracias tan peculiares para cada uno de ustedes, Gracias que son distintas a los ojos de los hombres, Gracias infinitas que transforman y redimen los corazones.
Yo les dejo Mi Corazón como un emblema universal y espiritual, como una llama que nunca se apagará mientras la busquen de forma verdadera y sincera.
Si Dios les ha permitido vivir tantas cosas en este tiempo, todo tiene un porqué, un propósito y una meta que ustedes desconocen.
Muchos han escogido la ley del sufrimiento, en vez de la Ley del Amor para aprender en la Luz de la instrucción. Pero Yo no puedo revertir vuestras decisiones, queridos Míos, Yo solo puedo ser la Guía y la Estrella que les indica el camino hacia la misión que Dios espera que vivan en este tiempo, de manera simple y humilde.
Me lamento por aquellos que hoy ya no están aquí y que no confiaron en Mi Voz. Pues como Yo lo advertí en Ruanda, muchos no Me escucharon. Espero que no vuelva a suceder de la misma forma.
Concéntrense en Mi Corazón y que nada más los perturbe. Busquen esa sintonía perfecta Conmigo, porque el mal delante de Mi Presencia nunca prevalecerá. Podrá reírse de Mí como lo hizo en la Cruz, pero él será vencido y será extirpado a través de Mi Voluntad.
El Universo los bendice todo el tiempo. No busquen otra cosa que Mi Corazón, él siempre los acogerá y les dará la fuerza para seguir entre las tinieblas que hoy están aquí. Los invito a vivir el camino de la serenidad, aquel que Yo aprendí en la Pasión y en la Cruz. Eso no es conocido por el enemigo. Esa es la llave que lo hace perder y desistir, porque el Amor siempre es más fuerte.
El Amor supremo acoge y transfigura, redime y libera a las células que están muertas por la falta de la Luz, de la Luz de Dios.
Agradezco vuestros esfuerzos por acompañarme durante todo este año y espero que, después de haber estado junto a Mí, nuevas puertas a la redención se abran para los que no pueden encontrar el camino de salida de sí mismos.
Lleven en vuestros corazones la señal de Mi Bendición pastoral.
Que comulguen también Conmigo todos los que Me han faltado, pues es una oportunidad para encontrar la última salida.
Bendigo y absuelvo a todos aquellos que hoy Me abrieron su corazón en confianza y en amor.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Que vuestros corazones puedan ser los nuevos cálices que reciban Mi Sangre preciosa, el código de la transfiguración y de la renovación, para que vivan a partir de hoy la cura y el perdón.
Vayan en Paz y sean Luz entre las tinieblas.
Les agradezco.
Cristo Jesús Glorificado
Hermanos:
Que la paz se establezca en todos aquellos que no la tienen y principalmente se cumpla el proyecto de Mi Paz en los que Yo he llamado a servirme a través de los tiempos.
Que vuestros corazones sean la luz del mundo; para eso vuestros sentimientos deben ser puros y tan cristalinos como el agua de un río. Así Compañeros Míos, Me ayudarán a remediar las ofensas gravísimas que el mundo entero está ocasionando al Dios Creador.
Día y noche, a través de vuestros hermanos de camino, Yo los llamo para vivir Mi Unidad Crística, unidad que los liberará de vuestras propias ideas y los curará de vuestros propios males.
A pesar de la guerra espiritual y física que vive el mundo enfermo de hoy, Yo los reúno a ustedes, Mis Queridos, para que juntos, a través de Mi Infinita Gracia Celestial, den el testimonio de que es posible vivir en Dios y vivir en paz entre las tinieblas.
Hoy el Cielo y todo el universo se digna a venir a visitarlos secretamente, y el Cielo ingresa en vuestros corazones impuros para retirar la separatividad y la desunión. Después de tantos mensajes y palabras derramadas en el mundo en tantos siglos de trabajo por parte de los Divinos Mensajeros, ustedes Mis Amigos se han preguntado:
¿Por qué hoy estoy aquí Señor?
¿Qué hago frente a Ti, aún sin merecerlo?
Yo les respondo:
Te amo, Te amo tanto que aún no lo percibes, Mis Manos oran por tu misión personal y grupal todo el tiempo. Mi Gracia restaura las secuelas de tus heridas y Me sirvo de todo lo bueno que tienes; deseo que seas Mi Soldado de la Misericordia para que junto a Mí, aliviemos el mal de este mundo. Y tú nuevamente me preguntarás:
¿Señor, entre tantas criaturas, por qué te dignas venir a buscarme?
Y Yo te respondo:
Porque la virtud que tú guardas es totalmente para Mí y no dejaré que la pierdas por nada, hasta el punto de que Yo te demostraré cómo amar a tus hermanos, mejor de lo que tú crees.
Por eso te digo, deseo que Mi Voz resuene en tu corazón y que ella sea el fruto redentor para los hambrientos de espíritu. Lo que fue prometido se cumplirá, pero antes nadie quedará sin ser avisado. En verdad les digo, que este es Mi último tiempo de Misericordia y de Redención.
Abran los brazos para acogerme y sentir el calor supremo de Mi Corazón. De todos los uruguayos espero el gran paso hacia el Propósito y ya no dejaré que ningún servidor Mío tire de la soga, pues llegó la hora de que todos se unan en el nombre poderoso del Amor de Dios, así se podrán evitar muchos pesares para este país y muchos estarán a tiempo de reencontrarme.
Yo los necesito a todos hasta en las cosas mas simples de la vida. Yo tengo Mis Ojos sobre todos los siervos de Mi Padre. Agradezco el espíritu del esfuerzo colocado para recibirme en este humilde lugar. Recuerden que cuando Yo estuve entre ustedes, muchas veces Me senté a la mesa de los pobres y de los sufridos, para dejar el consuelo de Mi Padre.
Bajo el Amor de Dios sean bienaventurados.
¡Gracias por buscar incansablemente Mi Sagrado Corazón!
Cristo Jesús Glorificado
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más