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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos, como Madre Espiritual, hoy vengo a decirles, en oración y en súplica, que llegamos al fin de un año de durísimos y delicados acontecimientos que muchos de ustedes han podido observar.
Llegamos al fin de un año con una humanidad herida por la guerra, enferma por las epidemias, desolada por la falta de fe, castigada por los fenómenos del clima y del calentamiento global.
Llegamos al fin de un año con una humanidad que, en gran parte, ha quedado en la indiferencia, en la frialdad, en la falta de cooperación y de fraternidad.
Pero, en este último día del año 2022, Yo vengo como la Madre de la esperanza, de la fe, como la Madre de la reparación del Herido Corazón de Mi Hijo.
Hoy, vengo como el Inmaculado Corazón de María, como la Madre del Sol, como la Madre del Mundo, a decirles que el tiempo ya está terminando y que el último sello del Libro del Apocalipsis se está abriendo, que la última trompeta de los Siete Ángeles de la Anunciación ya comenzará a sonar. Y cuando esto suceda, que no está muy lejos, será el tiempo final; será la hora en la que deberá retornar Mi Amado Hijo a restablecer el Reino de los Cielos en la superficie de la Tierra y, sobre todo, Mis amados hijos, para que Él vuelva a encontrarse con aquellos a los que les prometió volver a verlos.
¿Cómo serán sus miradas cuando el Hijo de Dios retorne, cuando el Nazareno, el Pastor de las almas, vuelva a tocar con Sus Pies este suelo herido y ultrajado, así como están heridos y ultrajados los Reinos de la Naturaleza?
Su Madre Celeste prepara ese gran momento, tan anunciado en los últimos años y a través de los últimos tiempos. Y aunque todo en este mundo quede expuesto y revelado, Él no dejará de hacer lo que tenga que hacer para poder llevar a la humanidad al cumplimiento del Propósito, preparándola para el surgimiento de la Nueva Humanidad.
Y así, como el Arcángel Gabriel anunció la llegada del Mesías, hoy su Madre Celeste les dice que el Arcángel Miguel, con todas sus huestes, hará vibrar el cielo y la tierra, los océanos y los continentes, para que cualquier ser de la superficie de la Tierra, cualquier criatura viviente en cualquier punto de este mundo, sepa que Cristo está retornando.
Y, así como se cumplieron las profecías de Isaías, así se cumplirán las profecías de Juan, el apóstol, escritas en el Libro del Apocalipsis.
El día del Juicio Final será sin precedentes porque todo será contemplado y observado, no con la justicia que este mundo cree conocer, sino a través de una sabiduría desconocida que la humanidad conocerá a su debido momento.
Por eso, aunque este último día del año represente la síntesis de los acontecimientos del planeta más relevantes y dolorosos, no les puedo dejar de decir, Mis queridos hijos, que Cristo a pesar de las penumbras y de la oscuridad de la Tierra, a pesar de la impunidad o aun de la injusticia, a pesar de todo, Él podrá contemplar a través de Sus Ojos la llama ardiente de los últimos mártires.
Esos serán ya los últimos días de la Tierra. Esos días precederán a la reconfiguración y a la trascendencia de la humanidad desde su código genético hasta su parte más consciente y superficial.
En esa hora, todo lo que ha estado oculto y desconocido para la mente del mundo se revelará de una forma indescriptible, y todo se sabrá.
Aquello que está más allá de este tiempo material y que existe plenamente en el Tiempo Real se mostrará. No habrá consciencia sobre la superficie de la Tierra que pueda decir que no es verdad, porque lo que les digo será un evento físico, y nunca antes visto.
Esta será la única forma, según la Jerarquía, de que el mundo entero, en cuestión de horas, sea totalmente transmutado y liberado; porque en ese momento los mundos internos, silentes espacios del planeta, del alma de este planeta, ayudarán en ese especial movimiento físico y espiritual.
Esa será la hora definitiva en la que los que negaron a Cristo y lo abandonaron se podrán arrepentir. Pero no será necesario que digan sus pecados o sus faltas, porque cuando el Real Tiempo se una al tiempo material todo será conocido.
Así, las Leyes se restablecerán poco a poco, y aquellos que no les dieron importancia a las Leyes básicas de los Mandamientos ya no estarán aquí, porque el mundo deberá ser curado, porque la humanidad deberá ser redimida.
Y, en ese momento, el mal, Mi adversario, nunca más podrá actuar ni interferir; porque en la victoria de los sacrificados Cristos del Nuevo Tiempo estarán los tesoros de la gran conquista espiritual y cósmica, del cierre de un ciclo para la apertura del ciclo del Amor y de la Paz.
Yo vengo aquí como Madre de los profetas, como Anunciadora del Evangelio de Cristo, como Madre de los apóstoles y de los que se consagran de verdad, más allá de sus defectos; porque quien ama el misterio, se libera; quien reverencia lo sagrado se trasciende; quien sirve incansablemente se eleva.
Así como es arriba, también es aquí abajo; es una Ley a la que corresponden todas las Leyes del Universo.
El próximo tiempo devela acontecimientos únicos y más fuertes. No puedo dejar de decirles esto, Mis hijos; porque ahora, más que nunca, el corazón tiene que estar pronto para lo que sea, para ser testigo de Nuestro Amor y de Nuestra Palabra, pero también para ser testigo de lo que aún vivirá esta confusa humanidad.
Pero no pierdan la fe, porque la fe construye puentes entre el Cielo y la Tierra, entre las almas y Dios. Es el escalón más seguro que existe entre todas las Leyes y Principios.
La fe coloca a la consciencia en el camino correcto y la aparta de la dualidad y de la confusión, porque quien vive la fe es un corazón que ora incansablemente y que todos los días de la vida, intenta ser una mejor consciencia en esta humanidad.
No se olviden de que el Amor de Dios todo lo puede; y sepan que el Amor de Dios, a pesar de los errores de estos últimos tiempos, es un Amor que los perdonó, porque grande es Su Misericordia y sabemos que aún muchos no entendieron lo que esto significa.
Esperamos pacientemente que muchos más se decidan a sumergirse en el océano de la Misericordia de Cristo, para que sus más profundos defectos e imperfecciones se disuelvan y que, en la ardiente aspiración de la transformación del corazón y de la vida, aprendan a ser verdaderos apóstoles.
Llegó la hora de que los últimos congregados de Mi Hijo escriban la historia del amor, de la redención y de la transparencia a través de sus vidas y no de sus emociones.
Llegó la hora de que los últimos mártires de los últimos días reflejen y concreten, a través de sus vidas, el contacto con Dios a través de su amor, de su unidad y de su obediencia.
Hoy, su Madre Celeste, más que nunca, hubiera querido tenerlos a todos congregados en el amor y en la unidad de las almas, pero este es el pequeño sacrificio que Cristo les pide, para que lo hagan por Él y para que lo hagan con Él, a fin de que se cumpla Su Voluntad, aun en este planeta herido y lastimado.
Por eso, Dios permitió, en este último día de 2022, que se diera este sacrificio que Él amorosamente aceptó a través de Su Madre Celeste para que Mis hijos valientes y determinados asuman cargar la cruz planetaria y no le tengan miedo, porque estarán cargándola junto con Mi Hijo, el Cristo, el Rey y Salvador.
Hacemos esto por aquellos que hoy, en este último día de 2022, no tienen la oportunidad de escucharme ni de verme, no tienen la oportunidad de sentirse acogidos, protegidos y amparados por la Jerarquía, no tienen la oportunidad de tener un techo sobre sus cabezas, una cama para poder reposar, un alimento para compartir en familia, en comunidad.
¿Cuál será el sacrificio que hoy ustedes ofrecerán a Cristo por este durísimo momento planetario?
¿Será un día igual a los demás?
¿Será el pasaje a un nuevo año, como todos los demás desde hace siglos?
¿Quién dará valor y honrará a la Sangre Preciosa de Cristo que fue derramada?
¿Quién permitirá que Su Amor y Su Misericordia, a pesar de todos los errores del mundo, en estos tiempos sigan descendiendo para revertir la caótica realidad planetaria?
Hijos, es hora de que se decidan a ser adultos espiritualmente. Es hora de que, en el próximo 2023, un tiempo muy crucial para el mundo y la humanidad, ya no reclamen, ya no se justifiquen, ya no sean una dificultad, sino una solución concreta y permanente, a fin de que Cristo pueda, de una vez y para siempre, servirse de ustedes como instrumentos.
Hoy, la Madre del Mundo, a través de las palmas de Sus Manos, derrama la Luz de Dios sobre el mundo y la humanidad; pero también Su Corazón Inmaculado, rodeado de espinas, derrama la Sangre de Cristo; así como el Rostro de Luz de la Madre de Dios derrama Sus Lágrimas por aquellos que se desviaron de su camino hacia Cristo, sin tener consciencia de lo que esto significa y representa para Dios.
Así como fui capaz de orar por la salvación imperiosa de Judas; así hoy, Soy capaz de orar por la imperiosa salvación de los que quedaron atrás y retrocedieron. Porque Dios es un Padre tan Prodigioso y Bondadoso que es capaz de callar para que Sus Hijos puedan aprender, es capaz de silenciarse para que Sus Hijos puedan sentir Su Corazón, el Padre Celestial es capaz de recogerse para orar por Sus Criaturas, como siempre lo hace.
Yo, la Virgen Santísima, hoy Soy el Eco de la Voz de Dios en este día, para esta humanidad y para este mundo.
El tiempo está terminando, queridos hijos, no lo desaprovechen, no dejen para después el Propósito Espiritual que los espera hace tanto tiempo. No se rindan, sean firmes y valientes. Tengan el coraje de decirle no a Mi enemigo. La Luz de Dios siempre los protegerá, mientras no salgan de esa Luz.
Hoy, hago votos para que el próximo año, a pesar de los acontecimientos que se aproximan, sea un año para reforzar los principios del Plan de Dios en este mundo y para que este Plan se pueda cumplir en aquellos que vinieron a vivirlo.
Rezaré para que esto se pueda cumplir. Uniré Mi Voz a la de aquellos que oren por la misma causa.
Y no se olviden de que Mi Corazón siempre será su refugio en los tiempos de tribulación, porque en Mi Amor encontrarán fuerza, porque en Mi abrazo hallarán paz, porque de Mis Manos extendidas hacia ustedes se podrán tomar fuertemente y Yo los ayudaré.
No le tengan miedo al sacrificio y a la renuncia. Algunos fueron llamados a vivirlos por todos los demás.
¿Quién responderá a esta petición de Cristo?
Les dejo esta pregunta, pero también les dejo Mi Paz y Mi bendición, agradeciendo por la honestidad y el esfuerzo sincero de los que todos los días lo intentan, una y otra vez.
Que este próximo año sea un año de mayor luz, de mayor justicia, de mayor amor. Que sea un año de mayor paz, de mayor sabiduría, de más discernimiento.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
La Luz de la poderosa Montaña Blanca congregará y reunirá a todos los Maestros del ayer, a todos los que participaron del Cónclave de la Jerarquía a través de los tiempos.
Sus Presencias serán visibles, pero la mayoría no podrá llegar a Ellos, porque estarán bajo cierta misión y tarea, bajo cierto propósito y pedido del Creador.
Y así se abrirán los cofres de los Retiros interiores de la Tierra, y no solo se verá la luz de cada uno de ellos, sino también las reliquias más sagradas que la humanidad aún no conoce desde que comenzó este planeta como creación y como proyecto genético. De ellos vendrá una luz más fuerte y poderosa, porque la gran señal de la Luz Blanca de la Montaña traerá consigo muchas revelaciones y los misterios se develarán.
Todo quedará a la vista de todos, pero nadie podrá infringir esos tesoros y reliquias, porque una poderosa e invisible energía los protegerá.
Así, los Maestros llegarán desde lugares muy lejanos del planeta. Algunos bajarán desde los Himalayas, otros vendrán desde los Andes, como también algunos vendrán desde aquí, y el silencio mostrará la verdad.
El Corazón de Dios se conmoverá en ese momento, porque los Maestros del ayer, los Maestros de la Luz, los instructores del planeta y de la humanidad prepararán el Retorno de Cristo, y serán la gran compensación y sostén interno para Mi Iglesia.
Todo aquello que está escrito en el Universo, a través de las estrellas, se mostrará. Y lo que está escrito en el Universo descenderá a el planeta, como algo muy semejante a los cometas, a las estrellas fugaces que iluminan en la noche el firmamento.
Aquellos que aspiraron durante tanto tiempo a ascender hacia las montañas para encontrar su mundo interior, lo encontrarán después de haber luchado por muchos siglos contra ellos mismos, para transmutar sus deseos, sus tentaciones, su dualidad, su imperfección.
En esa hora, el Sagrado Cáliz, el Santo Grial, emergerá, así como una vez estuvo aquí, en esta Sagrada Montaña Blanca.
De nuevo la mesa de la redención será preparada.
Las tribus también llegarán, así como llegó Israel después de haberse liberado de la esclavitud de Egipto. Pero el pueblo de Israel, el antiguo pueblo, ya no demorará 40 años para encontrarme, para encontrar a la Segunda Persona de Dios, al Hijo, sino que ya sabrá el camino porque los Maestros serán sus propias estrellas que indicarán en el firmamento, como lo fue en Belén, la llegada del Mesías, del Salvador y Redentor.
Ya no habrá consciencia en la superficie de la Tierra, nación, poder humano o persona que pueda ocultar lo que sucederá, porque todo este movimiento y acontecimiento será a través del impulso mayor del Cósmico Amorque los ha creado a imagen y semejanza del Padre, para poder cumplir en este plano material y espiritual con sus designios y voluntades.
El invierno pasará, la noche oscura terminará, porque la luz poderosa de los Retiros interiores traerá lo nuevo, lo que nadie ha podido ver desde que comenzó este planeta y este proyecto genético.
Y al fin, antes de que llegue el Hijo de Dios, la Confraternidad se reunirá. Desde sus esencias brillará la gran estrella de sus orígenes.
Los rostros de los justos ya no llorarán por lamentaciones ni culpas, sino que se alegrarán. El llanto será de alegría, de júbilo y de gozo porque el Santo Grial estará allí, resplandeciente, en lo alto de la Montaña Blanca.
La síntesis y el legado de todo el amor vivido por Cristo, su Maestro y Señor, abrirá el gran portal entre el Cielo y la Tierra para el descenso glorioso y victorioso del Hijo de Dios.
La gran Luz de la Montaña Blanca abrirá la puerta hacia el nuevo tiempo. Pero después, muchas señales más se mostrarán, aunque el planeta y su humanidad estén conmovidos, agitados o perturbados.
Aquellos que fueron designados para cumplir una tarea y una misión en estos tiempos serán llamados conscientemente, y el Padre Eterno ya no deberá esperar hasta que sus hijos despierten y tomen consciencia de la verdad.
Así como hoy les hablo desde lo alto de la Montaña Blanca, así también será ese acontecimiento, pero más contundente y revelador.
Los Maestros de las montañas que descenderán desde los Himalayas, desde los Andes y que emergerán desde los Retiros interiores del planeta traerán consigo todo su legado y aprendizaje y, sobre todo, la experiencia del Amor Crístico vivido como grandes consciencias universales y cósmicas.
Nadie podrá decir que eso no será verdad, porque Dios así lo necesita y lo determina para la construcción y el advenimiento de la nueva raza, la que ya no deberá infringir ni ultrajar las leyes, los principios o los atributos que son parte de una Voluntad Mayor y de un designio que viene al mundo y a sus consciencias para elevarlas hacia el Propósito Mayor.
Mientras tanto y cuando todo eso suceda, la Mujer vestida de Sol también llegará después de Su Hijo, y los que no creyeron en Ella la verán en gloria, así como ascendió a los Cielos, rodeada de ángeles y de estrellas.
Sus grandes Universos se mostrarán, Sus Faces se revelarán, y al final Ella mostrará el último camino por donde retornar al Padre, para estar en comunión con Su Espíritu y con Su Consciencia por toda la eternidad.
El sufrimiento ya no será la causa de tantos males y angustias, de tantas desolaciones y pruebas, porque en esa hora Mi enemigo estará vencido y su cabeza estará a Mis pies.
Yo mismo y el Arcángel Gabriel lo redimiremos, así como a todos sus ejércitos caídos que sentenciaron a través de los tiempos a todas las civilizaciones y pueblos del planeta y del Universo. Y así, la Creación se recreará y todo volverá a tener sentido para Dios.
Muchísimas, pero muchísimas almas reconocerán sus errores. Pero la Luz de la Misericordia Divina llegará como la última tabla de salvación en el momento del gran Juicio universal.
En esa hora todo estará definido. Por eso los preparo con estos anuncios y palabras, porque no las pueden olvidar. Ya no habrá otro momento en el que pueda repetirlas y anunciarlas, así como lo hago hoy, en este día.
Porque cuando todo suceda, ustedes, como parte de la prolongación de Mi Voluntad y de Mi Obra en el planeta, comprenderán el sentido de todo lo que han hecho, de todo lo que vivieron y experimentaron, de todo lo que les he pedido que cumplan al pie de la letra.
Así todo comenzará de nuevo y las almas se regocijarán, ya no perderán el camino ni el sentido de sus existencias; porque cuando retorne el Rey a través de la Luz poderosa de la Montaña Blanca, en ese momento todo se realizará y las nuevas escrituras se cumplirán.
La Biblia será renovada y restaurada del ultraje que le han hecho los hombres, porque una nueva historia se escribirá, no solo en el Corazón del Padre, sino en el corazón de Sus hijos.
Los ciclos se cerrarán cuando los Retiros interiores se muestren y todo, absolutamente todo, sin que falte mucho tiempo, comenzará de cero.
Prepárense para ese momento, sean conscientes de lo que les digo.
Difundan al mundo Mis Palabras, porque siendo las últimas son las más reveladoras. Hay una parte de las señales que deberán comprender por ustedes mismos, en sintonía y en amor Conmigo.
Así seguirán creciendo en el amor y en la verdad, en la justicia y en el servicio por todos los que no lo hacen y, algún día, en un próximo tiempo y en un próximo mundo lo deberán hacer.
Dios creó a Sus hijos para que se sirvan los unos a los otros, para que se amen los unos a los otros, para que crezcan juntos y en unidad.
Sigan rezando para que su Maestro pueda seguir hablando y anunciando la Palabra, que no es propia, sino que es la Palabra de Dios, la que viene de Su Fuente y sobre todo, de Su Amor.
En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
El dragón rojo ya salió de su abismo y con su irada cola golpea las regiones de la Tierra para poder arrastrar a todas las almas posibles.
Pero el dragón también mueve a las estrellas del cielo, las que hace caer hacia los grandes abismos.
Su furia y enojo es porque sabe que ya le queda poco tiempo.
Por eso el dragón, que es el ídolo de algunos representantes de las naciones de la Tierra, cree tener bajo su poder a todos los pueblos y naciones del mundo.
Ahora su cola se arrastra como una temida serpiente por Sudamérica y despierta en sus aliados toda forma y sentimiento de poder, autoridad y opresión.
El dragón rojo quiere destruir de una sola vez todo el resurgimiento de la Nueva Humanidad. Por eso, como su tiempo se acorta, él usa todo tipo de aliado para satisfacer su ambición y placer.
Pero el dragón no sabe que hay algo que lo ciega completamente y que lo deja perdido al punto de dejarlo sin rumbo, y eso es la oración grupal del corazón, porque es una herramienta tan invisible y sutil que, poco a poco, lo acorrala y lo deja sin acción y sin salida.
El dragón le teme al sentimiento poderoso de la oración, porque de la nada, sus planes siniestros y perversos caen, siendo destruidos por los ángeles de las naciones.
Es así que en Sudamérica se estableció un campo espiritual de batalla, porque el dragón llegó a pisar estas sagradas tierras cuando en el norte de este continente le abrieron la puerta y estos fueron sus aliados.
Ahora que todo está en juego, la Mujer vestida de Sol convoca y llama a Sus hijos para que, junto a Ella, corran a los desiertos y se refugien bajo el sagrado espíritu de los Recintos. Desde allí todos podrán acompañar la situación de las naciones y estarán más protegidos.
La Mujer vestida de Sol está encinta, pero a punto de dar a luz. Su Hijo quiere ser apresado. Por eso, la Mujer del Sol escapa al desierto para que lo nuevo que llegará no sea encontrado.
El dragón está furioso y destruye con su pasar todos los pensamientos, sentimientos y todos los pueblos, y consigue con su astucia colocar los unos contra los otros, hermanos contra hermanos.
Por eso, la Mujer vestida de Sol llama a Sus hijos a los desiertos para que también escapen y estén libres de todo lo que sucederá antes de que el dragón llegue.
Pero él será vencido por el ayuno y la oración. Por eso no deben darle ningún tipo de alimento espiritual, mental ni material.
Ciérrenle todas las puertas. Ciéguenlo con la luz de la oración y en poco tiempo él desfallecerá. Él morirá porque no tendrá más alimento ni motivo, y ahí será cuando San Miguel Arcángel con todas sus huestes lo derrotará y lo lanzará de nuevo al abismo.
Y todos los aliados del dragón rojo también lo sentirán. Algunos perderán la razón y el sentido. Otros se exiliarán porque todo saldrá a la luz, y otros perderán todo el poder y la fuerza de voluntad que creyeron tener en sus manos y en sus fríos corazones.
La Mujer volverá a salir del desierto con Su nuevo Hijo en brazos, y el sol despuntará como la nueva Aurora y los siete sellos cerrarán una historia.
La redención de América será una victoria.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La Rosa Mexicana...
He aquí la Rosa Mexicana, la Rosa que emana aromas de paz y de confraternidad.
He aquí la Rosa Mexicana, la Señora de los Pueblos que apareció en lo alto del Monte Tepeyac.
He aquí la Rosa Mexicana, la que trajo el mensaje de unión y de respeto entre los simples y los conquistadores.
He aquí la Rosa Mexicana, la Mujer mestiza con rasgos de una cultura sagrada y milenaria.
He aquí la Rosa Mexicana, la Madre del Sol y de todo el Universo, la Señora que se encendió como el Sol, envuelta en todos los astros y estrellas.
He aquí la Rosa Mexicana, la Virgen que le encomendó a Juan Diego que alzara una pequeña Iglesia para atraer hacia todas las razas el Reino de Dios.
He aquí la Rosa Mexicana, el Espejo de la Justicia y la Sierva incansable e incomparable al servicio de Sus hijos de la humanidad.
He aquí la Rosa Mexicana, la que es Abogada y Madre, mediadora e intercesora ante los casos imposibles.
He aquí la Rosa Mexicana, la Guadalupana, la Señora que bajó al Tepeyac para anunciar el tiempo de la paz y de la reconciliación entre los pueblos y las culturas.
He aquí la Rosa Mexicana, la Virgen que revela la cosmovisión, la Señora que trae la vida y la existencia del Universo a través de Su Manto de Luz.
He aquí la Virgen de Guadalupe, la Madre defensora de los pueblos humildes, la Sierva de los esclavos y de los condenados, la Madre que libera de las cadenas a los que quedaron prisioneros de espíritu.
He aquí la Rosa Mexicana, la Señora que trae el esplendor del Cielo reflejado en la tilma de Juan Diego como un mensaje universal, un impulso que, a través de los tiempos, despierta el interés por la revelación del misterio divino.
He aquí la Rosa Mexicana, la Señora que está más allá de toda filosofía y ciencia, la Madre que expresa Su Amor por todos Sus hijos, más allá de su raza, de su cultura o de su condición.
He aquí la Rosa Mexicana, la Madre que hoy es honrada y amada por todo el pueblo de México y del mundo, por todos los hijos de la Tierra que reconocen su filiación con lo Alto.
He aquí la Rosa Mexicana, la Madre que brilla como un Sol de amor en cada corazón devoto.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Vuelves a la tierra en donde una vez nació tu pureza íntima y esencial.
Vuelves a la tierra que el Cielo, todos los ángeles y la Madre del Sol bendijeron.
Vuelves a la tierra en donde muchos testimoniaron que el don del amor y de la inocencia era el camino seguro para retornar a Dios.
Vuelves a la tierra en donde reina el poder de Mi Inmaculado Corazón para toda Europa y el mundo.
Estás ante el Santuario del mundo y el altar del ofrecimiento de la humanidad.
Estás casi a las puertas del Reino de Lys, Reino que te recuerda el retorno hacia tu pureza esencial, hacia la esencia de la Unidad de Dios.
Retornas a la casa que una vez visitaste, la Casa de María, la Reina del Rosario.
¡Alégrate, hijo Mío!, estás en los brazos de tu Madre Celeste y de allí nadie te podrá apartar, porque es Mi designio que Me acompañes en esta sagrada y victoriosa misión dentro de Europa.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Como Madre del Sol y Madre del Universo vengo al mundo para derramar sobre las almas los principios fundamentales de la redención, los mismos principios y atributos que una vez Mi Amado Hijo experimentó durante Su Vida pública, Su Muerte y también durante Su Resurrección.
Estos principios en forma de preciosos códigos de luz son los que traigo en Mi Corazón Materno, para que las almas que tomen contacto con Mi Inmaculado Corazón reciban esta potentísima Gracia de conversión y de piedad.
En este tiempo el camino de la oración ayudará a las almas decididas a reencontrarse con ese importante legado crístico, el que las formará para los tiempos venideros.
Por eso, hijos, es importante tener presente que cada nuevo momento de oración y de comunión en sus vidas puede ser culminante, ya que tendrán la Gracia de volver a contactar esos altísimos grados de Amor.
Hoy dejo para el mundo el recuerdo latente de que los méritos divinos alcanzados una vez por el Sagrado Corazón harán que esta humanidad sea rescatable.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice de alma y corazón,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Yo también soy la Señora del Huerto, quien entre las flores, las hierbas y las plantas medita sobre la sagrada Pasión del Señor.
Soy la Madre del Huerto, quien después de la Pasión de Cristo recorrió los lugares por donde Su Hijo pasó y padeció.
Soy la Señora del Huerto, y con Mis manos recojo los frutos maduros que están prontos para ser ofrecidos a Dios y vigilo y cuido de los frutos que aún están madurando.
En el huerto de Mi Corazón se guardan todas las variedades de flores, de hierbas y de plantas creadas para mostrarle al mundo la belleza de Dios.
Soy la Señora del Huerto, quien contempla con dulce mirada todo lo creado y su grandiosa belleza.
Soy la Señora del Huerto, soy quien riega con la Gracia a todas las flores, hierbas y plantas, para que nutridas por Mi Amor crezcan fuertes y cumplan con su misión.
Soy la Señora del Huerto y también soy la Madre del Sol, quien ilumina con los rayos de la Misericordia a todos Sus hijos.
Soy la Señora del Huerto, la que ora en silencio para que las semillas broten y florezcan en la belleza de los jardines de Dios.
Soy la Señora y Guardiana de todos los huertos y pido a Mis ángeles del Cielo que protejan con sus alas a todas las pequeñas flores que en este tiempo están creciendo; también pido que ellos poden y restauren a los árboles más antiguos, para que puedan ser purificados y den nuevos frutos en alabanza al Dios Creador.
Soy la Señora del Huerto, y por Mi oración humilde hago florecer lo que estaba muerto.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Quien guardiana el huerto de las almas que se unen a Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Señora del Huerto
Yo soy la Madre del Sol y la Señora de la Misericordia, desde Mi Corazón brotan los rayos solares que provienen del universo y que descienden al planeta cada vez que Yo estoy presente entre ustedes.
Soy la Madre del Sol, porque en Mi vientre purísimo se gestan los nuevos proyectos de la Creación, a los cuales son convocadas todas las criaturas en este tiempo para poder realizarlos.
Soy la Madre de la esencia solar, porque de Mi Espíritu surgen todos los impulsos divinos, que son dados a través de las Gracias que reparan y reforman la vida de todos los seres de la superficie de la Tierra.
Yo soy la Madre del nuevo código solar, porque de Mi Divinidad nacen los Prodigios universales de Dios, manifestados a través de los Dones del Espíritu Santo.
Soy la Madre del universo solar, porque las Jerarquías Angélicas trabajan a través de los impulsos y de los comandos que Yo imparto a todo el Proyecto de Dios.
Yo soy la Madre del Sol, porque desde Mí se establece el Retorno de Cristo, la reparación y el camino para que puedan reconocer en vuestro interior la segunda Venida del Rey.
Soy la Madre de todos los soles y soy la Guardiana del sol central del universo, porque a través de Mi Corazón humilde, transmito todos sus rayos sublimes a las criaturas, haciéndolas partícipes de su ascensión y redención.
Yo soy la Madre que ilumina los caminos.
Soy el fuego maternal que acoge y consuela a toda la Creación.
Yo soy la Paz solar.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los despierta a la vida universal,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Abre tu mente para que sea impregnada por la energía del corazón.
Abre tu consciencia y participa de los cambios del mundo.
Abre tu espíritu y percibe la hora decisiva de la consagración a Dios.
Abre tus ojos internos y observa la batalla entre los Reinos.
Abre tu intuición interior y reconoce a los ángeles y arcángeles trabajando por la redención.
Ábrete profundamente, porque nada será como era antes, quien no pueda sentir esto podría quedarse atrás.
Por eso, la Madre del Sol prepara a Sus pequeños y brillantes soles para que ingresen definitivamente en los ejércitos marianos. Serán consciencias preparadas por la oración y por la comunión para enfrentar el Armagedón.
La humanidad creía que esto demoraría en suceder, pero en verdad llegó el tiempo en el que todo el planeta definirá de qué lado se quedará.
Es por eso que la Gobernanta del universo activa los espejos del corazón para que los autoconvocados se dispongan a apoyar la transición de los tiempos.
La Madre del Sol trabaja incansablemente para que todos despierten a la realidad de servir plenamente al Plan de Dios. Así, las amarras de muchos serán desatadas para que alcancen la libertad de caminar en Cristo y de servirlo según Sus preceptos.
Es de esa forma que los redimidos están siendo llamados a cumplir tareas que no estaban previstas. Esta es la ciencia de la Creación, la de revelar a los soldados sus verdaderos principios y ayudarlos conscientemente para que ellos cumplan la gran Misión.
Desde el universo, todos los soles están siendo reunidos para que juntos enciendan la llave de la redención, llave que vibra en sus corazones, llave de Luz que abrió las puertas a todos los Maestros. Los astros conjugan sus elementos para que los depositarios del llamado despierten, así como está previsto.
Llegó el momento de socorrer a la humanidad que está inmersa en el caos y en los placeres. Llegó la hora de rescatar los valores de antaño, los códigos que hicieron del planeta una consciencia sagrada.
Por eso, todo lo que se ha vivido hasta ahora ha sido una pequeña preparación. En poco tiempo, surgirá la gran tarea planetaria y entonces todos los soldados de María deberán estar preparados cuando la Mujer Vestida de Sol abandone el desierto y el Arcángel Gabriel instituya la divina redención.
En ese momento, muchas puertas se cerrarán y los que hayan sido consecuentes con la Ley revivirán los impulsos de Cristo. Por eso, le pido a toda la humanidad que pronto santifique su vida, antes de que sea demasiado tarde. Les pido que lleven una vida de cooperación y de fraternidad para que la arrogancia mundial desaparezca, al igual que el odio que envenena a los corazones. Les pido a Mis hijos que nunca se olviden de la solidaridad, porque eso los hará invencibles y buenos.
Le ruego a Dios Todopoderoso para que la mayoría, que está perdida en el infierno de las modernidades y de los gustos, tenga una sagrada oportunidad.
Les pido a todos los orantes que vivan por medio del espíritu de la constancia y que no permitan que Mi adversario los engañe con mentiras; pues la Luz solo proviene de Dios y si en esa poderosa Luz ustedes creen, no tendrán espejismos. Si sus corazones son mansos y buenos, no temerán a nada.
Sigan rezando por la paz, porque día a día el mundo provoca la ira de Dios y Su justo castigo.
Aprendan a no jugar con las Leyes, sean humildes y no dejen de conquistar la propia conversión.
Mi Hijo los ama y quiere verlos felices por estar sirviendo al Creador.
Finalmente, el triunfo de Mi Inmaculado Corazón será visto en los corazones que Me hayan aceptado verdaderamente como la Madre del Mundo.
Recuerden que la promesa de los mil años de paz está vigente, trabajen para que se establezcan y para que el Reino de Dios descienda en tiempos de gran tribulación.
Mi Corazón los protege y los ama eternamente.
¡Agradezco a Mis hijos de Porto Alegre por haber respondido a Mi llamado!
Los bendice, en el nombre del Amor de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más