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Cuando los hombres ultrajan la vida y desequilibran las Leyes, las propias Leyes tarde o temprano retornan como consecuencia de las acciones humanas.
Después de tantos siglos de ultrajes y de indiferencia por la vida sobre la Tierra, ahora llegó el tiempo en el que las Leyes del equilibrio y del retorno comiencen a mostrar las consecuencias de las acciones humanas.
La misma gravedad de las acciones causadas por los hombres a la consciencia del planeta, retornará a través de las expresiones de desequilibrio de la Naturaleza y de los desastres causados por las propias obras de la humanidad.
En los cuatro cantos del mundo verán el retorno de las Leyes y no habrá nada capaz de detenerlas, porque ese fue el aprendizaje escogido por la humanidad para construir la propia vida sobre la Tierra.
Aquellos que son consecuentes con las Leyes Divinas, que las observan, las obedecen y las aman, serán dignos de recoger los frutos de una vida superior, frutos que tal vez no serán conocidos en este mundo, pero sí en otros.
La única cosa que el Creador les pide es que trabajen incansablemente para equilibrar los desequilibrios de este mundo y que no sigan alimentando las corrientes del caos, de la ira, de la discordia, sino que sean conscientes de que deben atraer hacia el mundo las vibraciones evolutivas que los harán dignos de una nueva vida.
Delante de las consecuencias negativas de las acciones humanas, es el momento de equilibrarlas con el servicio, con la oración, con la fraternidad, con la esperanza y, sobre todo, con el amor.
Mediten en lo que les digo y hagan de sus vidas el peso que equilibra, positivamente, la balanza de la Justicia de Dios para este mundo.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Cuando los corazones de las naciones están oprimidos y claman por paz, únanse, hijos, a este pedido y eleven sus voces a Dios, pidiendo por sabiduría y luz para los hombres, para que a través de ellos se establezca la paz.
Sé que muchos piensan que repetimos una y otra vez: "¡Oren! ¡Oren! ¡Oren!". Y así es, porque los seres aún no descubrieron el verdadero potencial de la oración. Si oraran todos los días de corazón percibirían que la oración los transforma, transforma la vida a su alrededor y transforma este mundo.
No son las guerras, las protestas y los conflictos los que traerán paz a las naciones. Es la oración que une el corazón humano a la Sabiduría Divina, para que sepa lidiar con los desequilibrios propios de este tiempo.
La oración es lo que calma el ímpetu de la impulsividad humana y coloca a los seres en un estado de paz para que tomen decisiones correctas, según la Voluntad de Dios y no la propia.
Es la oración la que permite que vean los acontecimientos del mundo con neutralidad y sabiduría para que sepan cómo auxiliar.
La oración es la que abre las puertas del mundo a nuevas Leyes, a nuevos patrones de vida que les dan la oportunidad de participar en un nuevo tiempo.
Es la oración la que disuelve de los planos mentales del planeta las ideas de destrucción, de guerras, de maldad, de ultrajes, para que no se manifiesten en el mundo, aunque todo esto suceda en los niveles silenciosos de la consciencia, adonde solo el corazón puede llegar.
La oración es un ejercicio de humildad y, siendo así, permite que los seres pierdan la arrogancia humana para aceptar que Dios guíe y conduzca la vida en este mundo, porque Él lo creó y solo Él puede conducirlo a Su Propósito.
La oración, hijos, es mucho más que todo lo que Yo les dije. Pero, para entrar en este misterio, necesitan orar de corazón y profundizar cada día en la comunicación con Dios.
Yo los bendigo y los inspiro a orar de corazón.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
En todo lo que hagas, coloca el poder y la acción de la Divina Misericordia.
Por donde vayas, lleva en tu interior las gracias que recibiste para que todos los seres, a través de ti, conozcan la paz.
En tus palabras, manifiesta el poder y el Don de la Divina Misericordia y di a tus hermanos solo aquellas cosas que el Creador, pleno de Misericordia, diría a sus hijos.
Mira a tu prójimo con una mirada de Misericordia y siente por cada ser el amor que nace del Corazón de Dios al estar delante de Sus criaturas.
Aspira, hijo, todos los días, a ser un instrumento y un vehículo de la Misericordia. Así, harás valer tu existencia y el sacrificio que Dios vivió por ti, en la Cruz y en el Calvario de este mundo.
Deja que la Sangre vertida en la Cruz convierta tu más profunda condición humana y te transforme en un ser pleno de Misericordia.
En esta hora te bendigo y, vertiendo sobre ti las gracias que provienen de Dios, te pido que clames por Misericordia, pero, sobre todo, permite que tu corazón sea la propia Misericordia de Cristo.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Desde que ustedes surgieron en el Corazón de Dios, hasta que llegaron al planeta Tierra para vivir una experiencia de amor, una larga historia se ha escrito en el Universo.
Su evolución permanecerá plasmada en los Espejos del Cosmos como el registro del aprendizaje de las criaturas de Dios; ella siempre quedará guardada para que ustedes puedan aprender de los triunfos, así como de los errores, y no vuelvan a caer en las mismas dificultades que los llevaron a la decadencia, tanto como seres y como humanidad.
Así como los Espejos del Cosmos se vuelven hacia la Tierra para irradiar luz y paz, ellos también, hijos Míos, colocan sobre la consciencia humana los registros guardados en el Universo sobre la historia y la evolución de cada ser. Esto es así porque llegó el momento de recordar, para que, con los grados de amor y de despertar que viven hoy, ustedes puedan curar y perdonar lo que vivieron en el pasado.
De la misma forma, todos los aprendizajes positivos y evolutivos que vivieron como consciencias, como espíritus en evolución, también se irradiarán hacia la Tierra, porque ustedes los necesitarán en este tiempo para saber cómo actuar delante de las dificultades que se presentarán.
Nada de lo que viven en la Tierra tiene sus raíces en este planeta. Aquí vinieron para consolidar un aprendizaje de amor y para curar los registros y las experiencias que necesitan de cura, porque, a pesar de que no lo parezca, hijos, en este mundo tienen todo lo que necesitan para eso.
Mientras el Tiempo de Dios se aproxima al tiempo de la Tierra, las realidades superiores también se van haciendo visibles y lo que antes estaba en dimensiones que no eran accesibles a la consciencia humana por su condición actual, comienza a revelarse.
Eso sucede, hijos Míos, porque ustedes ya experimentaron mucho en este mundo y, antes de que, por la ignorancia y el adormecimiento humano, destruyan sus propias vidas y la vida en la Tierra, su Padre Creador comienza a despertarlos.
La vida espiritual y la vida de verdadera oración son las llaves para vivir estos tiempos con paz.
Comprendan que todo saldrá de su control para que aprendan que el único poder verdadero es aquel que proviene de Dios, y la forma de participar del poder y de la sabiduría divina es rindiendo la propia arrogancia y control humano, reconociendo que sin el amor del Padre, son pura nada.
No teman estos tiempos; solo despierten a la verdad que emerge y, delante de las dificultades, así como de la gracia, manténganse en verdadera oración. Así, no perderán la paz.
No resistan los registros que emergen de adentro de ustedes, los que llegan a la Tierra irradiados por los Espejos del Cosmos; porque saber la verdad sobre sí mismos los tornará humildes y los aproximará a Dios.
Si no reconocen lo que deben curar y transformar, siempre se mantendrán en la ilusión de la vanidad humana. Pero si, en lugar de eso, hijos amados, ustedes abren sus corazones a la rendición, al perdón, a la cura, sabrán que la única perfección se encuentra en Dios, y a ella se aproximarán para encontrar la paz.
Mi bendición y Mis gracias siempre estarán sobre sus vidas, basta con que se dejen transformar y, en oración y en paz, vivan los impulsos que llegan al mundo en este tiempo.
Llegó la hora de ingresar en el Tiempo de Dios; no teman, solo oren. Mientras mayor sea la intensidad de las vibraciones que descienden del Universo para transformarlos, más cerca deben estar del Corazón del Padre, en oración.
Yo los bendigo y les agradezco por abrirse de corazón a las instrucciones celestiales.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Ora como si fuera la última oportunidad de clamar por este mundo. Olvídate de ti y coloca tu corazón en los que realmente sufren y padecen, sin recibir el amor que necesitan para salir de los abismos en que se encuentran.
Confía humildemente en el poder de la oración y no dejes que tu boca pronuncie palabras vacías en los momentos en que te dispones a orar. Recuerda siempre que ese es tu mayor servicio, que sin oración no hay planeta, no hay amor, no hay Plan Evolutivo que se manifieste, porque para que el ser humano sea digno de ingresar en el Tiempo de Dios, primero debe rendirse y dar los primeros pasos en su transformación.
Hoy te digo, hijo, que no hay mejor camino para la humildad que la oración, que te coloca rendido y transparente delante de Dios y que, traspasando los límites de tus propias necesidades, alcanza a los corazones que sufren y que no conocen el amor.
Recuerda, hoy y siempre, que, si quieres llegar al Padre, si quieres cumplir la Voluntad de Dios para ti y para el mundo, debes orar sinceramente y profundizar cada día más en tu oración, de manera que ella sea cada vez más verdadera.
No servirá de nada, hijo Mío, que hagas muchas cosas, que pienses tanto en ti, si al final de todo tu corazón no se rinde a un Plan Mayor.
El camino a la redención es más simple de lo que imaginas. La propia oración te enseñará a orar, siempre y cuando seas sincero y persistente en eso que es más que un ejercicio espiritual, es una necesidad planetaria.
Ora y Yo te escucharé, y uniré Mi Corazón al tuyo para que recorras este camino con fe y, poco a poco, llegues a Dios, elevando tu corazón y el corazón humano, en su totalidad, al Creador.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Renuévate todos los días en la fuente de la paz y de la oración que proviene de Dios. No dejes que tu ser se pierda el cambio de los ciclos, por estar distraído y preso en los ciclos anteriores. La vida en este tiempo tiene un ritmo dinámico y firme y, para acompañarlo, es necesario estar en oración y en paz.
La oración te hará vigilante para que puedas actuar con sabiduría cuando sea necesario.
La oración traerá paz cuando los acontecimientos del mundo borren la esperanza del corazón de muchos seres que no conocían a Dios.
La oración renovará tus fuerzas y tu compromiso con el Padre, cuando de tus huesos humanos emerja el miedo y la indiferencia.
La oración te llevará a Dios y guiará tu camino de retorno al Corazón del Padre, aun cuando Él parezca estar distante de ti.
La oración protege. La oración ampara. La oración unifica. La oración transforma.
Ora, hijo, no te olvides nunca de orar.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Cuanto más te dediques a Dios, más unido estarás a Su Corazón y más podrás percibir Su Propósito y Su Voluntad para este mundo.
Lo que la humanidad llama intuición se va sublimando, se profundiza y se transforma en unión con la Voluntad Divina. Aquel que está plenamente unido a Dios ya no intuye; él sabe, porque su unión con el Padre lo hace partícipe del Plan y de la Voluntad del Creador.
Únete, hijo, cada día más a Dios, porque llegará el día en el que tu vida y la vida en este mundo serán llevadas adelante a través de esa unión profunda, porque no encontrarás, fuera o dentro de ti, una respuesta a lo que sucederá en el mundo si tu corazón no estuviera unido a la Fuente y recibiera de ella las instrucciones e indicaciones para la vida.
La unión con Dios comienza en la oración, pero se construye en la consciencia. No basta solo un momento diario de oración para llegar a esto que te digo. Necesitas amar y querer estar unido a Dios por encima de todas las cosas, sabiendo que esta es la urgencia de tu vida y de la vida sobre la Tierra.
Día a día, en tus acciones, en tus pensamientos, en tu relación con el prójimo y con la vida, manifiesta los frutos de tus oraciones y trae la unión con Dios hacia tu consciencia. Así, algún día, experimentarás lo que te digo.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Sé firme en la oración y en la unidad con tus hermanos, con la certeza de que estás en el lugar correcto y que en este tiempo no hay otro lugar para estar, sino en donde está la Jerarquía, en donde Dios te permite servir al planeta y despertar el amor.
Silencia las dudas en tu corazón fortaleciendo tu fe. Ora por la paz en las naciones, porque así, no solo estarás clamando por el planeta, sino que también estarás creando una red de luz que, por medio de la unidad entre los orantes, consolida y protege la Obra de los Mensajeros Divinos en el mundo.
La Oración por la Paz en las Naciones, hijo, fue una gracia que Dios te concedió para que, dondequiera que estés, te sientas unido a tus hermanos y, sobre todo, a tu Madre Celestial. En Su Divino Corazón, María Santísima acoge todas las súplicas y las intenciones verdaderas y las convierte en fuente de redención y de salvación para las almas y para los Reinos de la Naturaleza presentes en el planeta.
Debes saber, hijo, sobre la importancia de la Oración por la Paz en las Naciones en los tiempos de transición, porque tu verbo, unido al de tus hermanos, superando fronteras y diferencias, mantendrá en tu interior todas las Gracias que el Padre te concedió; te ayudará a multiplicarlas y a madurarlas dentro de ti para que ellas te transformen en un pacificador en este mundo que tanto necesita de paz.
Si oras todos los días por la paz en las naciones y abrazas este propósito como una prioridad en tu vida, estarás abriendo camino para que la Misericordia de Cristo, tu Señor, siga derramándose sobre el mundo y para que tu Madre Celeste le conceda al mundo un tiempo mayor de paz; esa paz que no depende de los acontecimientos que se precipiten sobre la Tierra, porque dentro de ti ella será inmutable.
Confía en lo que te digo y ora por el establecimiento de la paz; para que, como tú, otros seres de la Tierra puedan despertar y sentir la Paz y el Amor de Dios en sus corazones.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
El Amor de Dios, a pesar de existir oculto e intrínseco en el interior de todos los hombres desde su creación, no se desarrolla en sus corazones solo. El Amor de Dios necesita ser cultivado, multiplicado y donado para crecer.
El Amor de Dios, dentro de los seres, necesita ser conocido y buscado para expresarse, necesita ser donado para multiplicarse, necesita ser vivido para que, así, se renueve y se supere dentro de los seres.
El Amor de Dios está en ti, hijo; basta que lo busques y lo encontrarás; basta que se lo pidas al Padre y Él te lo mostrará; basta que comiences un diálogo orante con Dios para que Él te dé a conocer Su presencia en tu interior.
Cuando un ser conoce a Dios, sabe y experimenta la presencia de Su Amor en su propio interior, todo pesar le parece pequeño, todo desierto se torna calmo y se convierte en una oportunidad de crecer y de unirse aún más al Padre. Las pruebas se vuelven pequeñas, no porque dejen de ser difíciles, sino porque el alma que reconoce la grandeza del Amor de Dios también reconoce su propia pequeñez y la pequeñez de todas las cosas.
Por eso, hijo, para superar estos tiempos con el corazón en paz, dispuesto al servicio, a la superación de sí y, por encima de todo, dispuesto al amor, busca en tu interior el Amor de Dios y permite que tu corazón conozca al Padre, así como Él te conoce; permite que tu corazón lo ame, así como Él te ama, y así, en ese divino diálogo de oración, servirás al mundo y atraerás la Paz y el Amor de Dios hacia la Tierra.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Entra en Mi Corazón de Paz, para que tus pasos sean seguros hacia Dios.
Entra en Mi Corazón de Paz, para que así Yo te conduzca hacia aquella Voluntad perfecta que el Creador emanó al pensar en tu pequeño corazón.
Entra en Mi Corazón de Paz, para que haya paz en tu pequeña vida y se disuelvan los conflictos, los obstáculos y las dificultades.
Entra en Mi Corazón de Paz, para que Yo te enseñe a ser un pacificador en la Tierra.
Entra en Mi Corazón de Paz, para que Yo te transforme en un anunciador de la Presencia de Cristo en este mundo, en un testimonio vivo de Su Presencia eterna y de Su Retorno venidero.
Entra en Mi Corazón de Paz, para que en Mi Silencio Yo te enseñe muchas cosas y Mi Amor te sostenga y nutra tu espíritu para que no busques en el mundo, o fuera de ti, aquello que solo Dios puede entregarte.
Entra en Mi Corazón de Paz con una oración sincera, con una plegaria verdadera, como una confesión entre Madre e hijo. Porque, como tu Madre Celeste Universal, aquí estoy para escucharte, para comprenderte, para corregirte y para ampararte.
Entra en Mi Corazón de Paz en un diálogo verdadero Conmigo, pues Yo te amo, hijo Mío, y espero que tu corazón retorne al puerto seguro de Mi Espíritu, en donde Yo pueda sustentarte para que tú, en servicio permanente y en donación, sustentes a otros que no consiguieron y que no supieron llegar a Mí.
No te olvides de entrar en Mi Inmaculado Corazón de Paz.
No te olvides de estar en Mí.
En Mi silencio tengo la respuesta y el aliento para todas tus dudas y dificultades.
En Mi abrazo tengo el consuelo para tu espíritu y la renovación para tu alma.
No permanezcas en el mundo desesperanzado y sin paz, si tienes una Madre Celeste que te fue entregada por Dios en la Cruz de Su Hijo, en el ápice de Su Amor y de Su Misericordia.
Hijo Mío, cuando todo parecía perdido para los compañeros de Cristo que lo vieron padecer en la Cruz, Él les entregó una Madre eterna y bondadosa. Y, de la misma forma, vuelve a hacerlo cuando las almas se pierden al olvidar que tienen una Madre Celestial que los amparará siempre que eleven sus ojos hacia los Cielos y su corazón a Dios.
Tan simplemente aguardo que Me llamen y que oren Conmigo.
El mundo, hijo Mío, pasará por dificultades mayores y pruebas que parecerán insuperables. Por eso, aprende hoy a ingresar en Mi Corazón de Paz; construye hoy el camino que conduce a Mi Manto, y cuando este mundo más lo necesite tú serás una guía para las almas perdidas, pues sabrás el camino para encontrarme.
Con Amor en Mi Corazón tiendo Mis brazos, colmados de gracias, hacia el mundo, para hablarle directamente al corazón de cada uno de Mis Hijos: entra en Mi Corazón de Paz y encuéntrame allí para que Yo te diga lo que más quiero de ti en este tiempo y te ayude a cumplir con tu misión.
En este día te bendigo y te agradezco por escuchar Mis Palabras y adentrarte, sin miedo, en Mi Corazón de Paz.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Afírmense en el poder de la oración…
Queridos hijos:
En los tiempos que llegarán, la humanidad se purificará violentamente y esto no será así porque el Padre Eterno lo establezca, sino que la purificación de la humanidad vendrá de la mano de todas las acciones incoherentes que llevará a cabo el hombre de superficie, lo que afectará a muchas personas.
Es así que la oración en estos tiempos será el escudo y al mismo tiempo el remedio espiritual contra toda infección mental, psíquica y emocional, consecuencia del desajuste global que la humanidad ha atraído hacia sí y hacia los Reinos de la Naturaleza.
La oración revestirá de luz y de paz a quien la practique de corazón y no por obligación.
Por otra parte la humanidad no sabrá cómo autosustentarse, ni siquiera espiritualmente, en el momento en que la purificación se desencadene en las consciencias de la noche a la mañana.
Pero la oración le ofrecerá, a quien la viva de corazón, un equilibrio inexplicable, capaz de neutralizar espacios o ciudades enteras, porque su poder es desconocido hasta los días de hoy.
Mientras el mundo se purifica, muchas consciencias se darán cuenta muy tarde de todo lo que nunca le ofrecieron a Dios y cuánto estuvieron lejos de la Fuente de Su Amor Eterno; ese será el momento más difícil para la mayoría de los hombres de la Tierra.
Pero la oración hará, de las almas orantes, esencias cristalinas desvinculadas de las deudas del pasado;, serán como espejos de luz que refractarán, por donde vayan, los códigos de la redención.
Esto será parte de la última fase del apostolado en estos tiempos.
Mientras el planeta se purifica, surgirán situaciones humanas desconocidas o causas nunca antes vistas en la salud de la humanidad, lo que los científicos considerarán sin explicación.
Pero esas causas tendrán sus raíces en la falta de amor. Las almas que no oren ni tampoco busquen la unión con Dios en estos tiempos, poco a poco se apagarán porque el amor en su interior no será suficiente, ya que ese amor está basado en las necesidades personales y no en la esencia divina, que es la que mueve el amor en el Universo.
En esa hora los verdaderos orantes tendrán una misión especial, y el amor que ellos hayan generado dentro de sí a través de las obras de bien, de caridad y de paz, hará que todas esas consciencias que serán como “seres vivos disecados” por la falta del amor, reciban esa energía divina de amor que los salvará y los redimirá.
Aquí, hijos Míos, les hablo de revelaciones internas que emergerán poco a poco, a medida que la humanidad ingrese de lleno en la transición de la Tierra.
Muchas de las consecuencias y de los hechos inexplicables que hoy se viven en la humanidad son generados a partir de un gran desequilibrio mundial: realizar abortos de almas inocentes, la matanza desmedida de animales para consumo humano y las guerras que son la consecuencia de un pecado mundial que ha crecido y aumentado en los últimos tres años.
Así la humanidad aún no redimida por el Amor Divino, la que niega la existencia de los mundos celestiales e invisibles, vivirá lo que ella ha sembrado; lo que vivirá en este último ciclo no será por falta de asistencia espiritual, sino por la indiferencia ante tanta desigualdad mundial.
Pero la oración hará, de los seres orantes, escudos impenetrables de luz, capaces de soportar la purificación del planeta y sustentar las consecuencias de la misma; en verdad esas almas orantes fueron escogidas por los ángeles para acompañar el actual y agudo proceso planetario.
No quisiera ofrecer un mensaje apocalíptico, pero eso es lo que la humanidad ya comenzó a vivir a partir del último ocho de agosto.
Esta realidad mundial debe llegar a la consciencia de todos los servidores de la luz, porque con el apoyo y la oración de todos, al menos será más leve para algunos.
Queridos hijos, la oración en estos tiempos se tornará la herramienta espiritual más eficaz y poderosa al momento de ser pronunciada de corazón.
Si las almas supieran sobre el poder de la oración, tal vez sus propias deudas y pecados no serían purificados a través del dolor, sino a través del amor que la propia oración despierta, un amor que no es humano ni tampoco de este mundo tridimensional.
En este sentido, la vida de oración en el fin de los tiempos se tornará prioridad para los corazones despiertos para comprender que, sin la oración, nunca se encontrará la salida ni el recinto para estar lejos del caos que reinará en el planeta.
La oración los hará permanecer en el mundo para poder servirlo y aprender, pero sin ser de él. Todo esto será el comienzo de una preparación que definirá la batalla durante el Armagedón.
Les agradezco por acompañarme en oración.
Los ama y los guía,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nuestra Señora hoy nos dice que está muy alegre y contenta por la respuesta de haber manifestado este Portal de la Paz.
Gracias, queridos hijos, por honrarme en nombre de Dios.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
A pedido de Nuestra Madre, vamos a orar el Ave María en diferentes idiomas, por todas las almas que deben aproximarse a Dios. La Madre pidió especialmente que hoy incluyéramos los idiomas húngaro y latín.
Para orar el Ave María en portugués, Nuestra Señora pidió que lo hiciera la hermana Gloria, ella comenzará con la oración del Ave María.
Mientras tanto, dice Nuestra Señora que nos aguarda.
Oración: Ave María (dos veces en portugués, dos veces en español, dos veces en inglés, dos veces en italiano).
Ahora, vamos a hacer ahora la oración en francés:
Oración: Ave María (dos veces en francés, dos veces en alemán, dos veces en latín).
Nuestra Señora nos dijo que tenemos que estudiar más los idiomas, porque no sabemos el Ave María en húngaro.
Vuestros corazones cuando oran, dice Nuestra Señora, trabajan sobre la consciencia de las naciones y de los pueblos. Les estoy enseñando a ser mediadores entre el Cielo y la Tierra, una comunicación interna y predilecta con Dios, a través de la oración.
Queridos hijos, hoy vengo aquí a agradecerles y a invitarlos a seguir ese camino de oración que están realizando, pues muchas almas más necesitan de esa salvación. El Cielo está contemplando sus oraciones.
Y hoy les revelo, queridos hijos, que, en nombre de la Gloria de Dios, sus corazones se encuentran aquí, sobre un lugar sagrado e inmaculado, donde Dios Me envió para anunciarles la Buena Nueva, el camino de la redención y de la conversión.
Ese camino comienza con la oración día a día, queridos hijos, por eso su persistencia será importante en el fin de este tiempo. Cuando hoy llamo a todos a la oración del Ave María, los llamo a iniciar ese camino de salvación, que comienza con su coligación con Jesús, Quien también les envía la bendición por estar reparando Su Corazón.
Día a día, acontecen muchas cosas en este mundo, hijos Míos. Sus oraciones deben ser curadoras para todas las almas, deben sanar las heridas que existen en este mundo y que se gestan en el corazón de todos Mis hijos.
Por eso, día a día, no Me cansaré de llamar a Mis hijos a la oración; porque, como Señora del Santo Rosario, les afirmo esa importante herramienta del fin de los tiempos para su consciencia.
Quiero que comiencen a aprender, queridos hijos, a orar como oraron los patriarcas y que imiten el camino de todos aquellos que se han consagrado a Mi Hijo.
¿Cómo comenzará ese camino, queridos hijos? A través de la apertura de su corazón.
En la entrega a Dios no existe ningún misterio, pues es importante que vivan en la humildad y que aprendan a vivir en esa fraternidad que Yo los invito a vivir.
Hoy, consagro este Portal de la Paz en nombre de Mi Hijo, el mismo Portal que una vez Mi Corazón abrió en Fátima, porque debe ser referencia de la Luz en este mundo, de la presencia de Mi Corazón Maternal en sus vidas.
Aún es necesario, queridos hijos, que sus ojos contemplen referencias en este plano que les permitan elevar sus corazones para vivir un perfecto encuentro con Dios. Las huestes de Luz del Padre caminan y circundan a este mundo, ayudando a la salvación de los corazones.
Por eso, queridos hijos, cada pequeña oración que nazca desde sus corazones es muy considerada en el Reino de los Cielos. ¿Y por qué hoy les digo esto tan simple? Porque con facilidad las almas se olvidan de ese compromiso que tienen con el Señor.
También hoy, como Madre de Nazaret, quiero guiarlos como Yo guie a Jesús. Estoy yendo paso a paso, caminando a través de los corazones, encendiendo la Luz de sus esencias, para que Nuestro Amado Señor pueda encontrar morada dentro de ustedes.
Él necesita de refugios simples y austeros, donde exista el fuego de la oración; oración que debe permear el corazón de todos Mis hijos. Porque su Luz interna debe estar encendida para que el Señor pueda dirigirles Sus Palabras, para que Él pueda enseñarles cómo caminar y cómo conducirse en esta vida.
Por eso, la oración es muy importante en este tiempo; porque en ella hallarán la simplicidad y la humildad, humildad que hace falta en esta humanidad. Y al faltar la humildad, queridos hijos, falta la sinceridad en el corazón y sobre todo la reverencia al Creador.
Por eso hoy, queridos hijos, ustedes están siendo invitados, a partir de este Portal de la Paz, a ser más reverentes ante Dios.
Porque de esa manera, hijos Míos, sus corazones serán siempre guiados y contarán con Mi Manto Maternal, para que ustedes se coloquen debajo de él y siempre se sientan guiados, sintiendo la Luz de Mi Corazón y el Amor de Mi Espíritu.
Quiero revelarles, queridos hijos, que Mi Corazón Maternal, en nombre de Dios y bajo Su Voluntad, estará llegando a Córdoba y a Porto Alegre, respondiendo así a Sus pedidos.
Por eso, ustedes son invitados a seguir Mis pasos. Y en este día tan importante para el Señor, de gloria para sus corazones, quiero agradecerles por su respuesta y por su colaboración para que Mi Voz y Mi Mensaje pueda llegar a más corazones, para comprender los misterios que el Señor les coloca en su vida. Y también son invitados a amarlos de corazón, porque así la mente será irradiada por el Espíritu Santo y comprenderá, desde el corazón, todo lo que el Señor coloca en este tiempo.
Les he hablado, queridos hijos, de los cambios; la humanidad cambia rápidamente en este tiempo. No solo Mi Corazón, sino el Corazón de Mi Hijo y de todos los santos están en constante vigilia, observando el movimiento de esta humanidad y las inestabilidades que ella vive en este tiempo.
Queridos hijos, ante todos esos acontecimientos a pedido de Dios, Mi Corazón Maternal está actuando de otra forma en este tiempo, diferente de como Él actuó en otras Apariciones, a lo largo de estos últimos ciclos, acompañando la necesidad de todos Mis hijos, realizando milagros y curas profundas para que los corazones acrediten en la Presencia de Dios.
Pero a ustedes, que viven a partir de hoy el misterio inmaterial de Mi Espíritu, los invito a estar dentro de Mi fe y unidos en oración Conmigo, a encender la Luz de sus almas.
Ustedes deben irradiar esa Luz a las demás almas. Muchos corazones están sufriendo; ¿y saben por qué es, queridos hijos? Por la falta de amor y de auxilio a los corazones heridos.
La humanidad está en la transición de su gran prueba y el Señor Me envía, como la Reina de la Paz, para poder cultivar en los corazones los Mandamientos del Señor y los verdaderos principios de la vida futura, principios que nacerán del corazón, principios que ustedes pueden comprender como atributos, atributos que Mi Inmaculado Corazón ya vivió cuando estuvo en este mundo y que Yo los estoy invitando a vivir en este tiempo para que siempre puedan estar en el Señor.
Queridos hijos, en verdad hoy les digo que, después de tanto tiempo de incursión de Mi Espíritu sobre esta Tierra, Mi Corazón no se ha cansado.
Pero hoy también les revelo, queridos hijos, que, a lo largo de todo este año compartido con ustedes, hijos Míos, han hecho triunfar Mi Corazón en gran parte, porque Mi Corazón llegó a sus corazones y quedaron unidos a Mi Maternidad.
Cuando Yo los invito a caminar como caminó el pequeño Jesús, Yo los invito a vivir en la confianza, a amar al Absoluto y encontrar en el Todo, en el Universo, la verdadera guía para este tiempo.
Por eso no bajen los brazos, queridos hijos, sino alcen sus manos a través de la oración, porque Mi Corazón contemplará sus gestos de amor y Mi Luz estará siempre en ustedes, siempre que la llamen y clamen por ella.
Repitamos las oraciones del Ave María, porque a través de Mi Presencia Maternal aquí, en este día, muchos corazones del mundo están siendo ayudados.
Por eso, los invito a conocer, queridos hijos, el Misterio de la Omnipresencia de Dios. Y esto comienza, queridos hijos, ejercitándolo mediante la oración, cuando unen sus corazones con cada corazón hermano.
De esa forma, muy simple y verdadera, queridos hijos, estarán unidos a Dios, creando la red del amor y de la unidad entre todos los corazones del mundo.
Cuando Yo les pido orar por todos los corazones de este mundo, por la salvación de todas las almas, Mi corazón los invita a unirse a cada corazón hermano, aunque los desconozcan, porque cuando estén unidos a Mí, en la oración, podrán descubrir, queridos hijos, que el Amor está en todos Mis hijos.
Y eso es a lo que ustedes deben aspirar, que el Amor del Padre en este tiempo tan definitivo, esté en esta humanidad.
Oración: Ave María (dos veces en portugués).
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nuestra Señora está diciendo que la Misericordia de Dios es tan importante en este tiempo, que verdaderamente debemos creer en ella.
Oración: Ave María (dos veces en español, dos veces en inglés, dos veces en italiano, dos veces en francés, dos veces en alemán, dos veces en latín).
Madre María Shimani de Montserrat:
Nuestra Madre está pidiendo que, por favor, los misioneros que van a Etiopía se acerquen hasta aquí. Ella va a bendecirlos, y en ese grupo va a estar incluida la hermana Gloria y la hermana Ademina.
Vamos a cantar Inmaculado Corazón de María.
Vamos a elevar las velas y a encenderlas.
Queridos hijos, ¡gracias por responder a Mi llamado!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Madre María Shimani de Montserrat:
Hoy ha sido una noche muy importante. Recibimos muchas instrucciones de parte de Nuestra Madre; así que será importante que, cuando la Aparición esté publicada en el site, nosotros estudiemos y comprendamos todas las instrucciones que Nuestra Señora nos entregó hoy. Porque eso marcará la diferencia entre estar verdaderamente en Su Corazón, realizando la tarea que tenemos que realizar, o no estar.
Ella nos está instruyendo sobre cómo trabajar junto con Ella no solamente en el rescate de las almas, sino que Ella nos está enseñando a cómo ser mediadores entre el Cielo y la Tierra y ojalá algún día podamos comprender qué es lo que eso significa.
Por ahora, solo nos tenemos que ofertar a seguir la instrucción de Nuestra Señora. Y ahora vamos a escuchar lo que Fray Elías tiene para contarnos.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Verdaderamente, como Ella hoy nos dijo, este es un Portal de la Paz y un Portal hacia el Cielo.
Durante la tarea de oración fuimos siendo partícipes de un movimiento planetario que se fue prolongando cuando nos pidió orar en los dos momentos el Ave María.
Hoy fue preparada la Aparición de Nuestra Señora de una forma especial. Los ángeles fueron preparando el camino de descenso por donde Ella iba a llegar y este Portal actuó como una gran ventana hacia el Cielo. Ellos colocaron, a cada lado del Portal, un camino hacia el infinito que estaba lleno de flores. Había muchas flores que iban siendo colocadas a medida que íbamos orando. Los ángeles los sobrevolaban y pasaban de un lado hacia el otro con mucha rapidez. Era muy interesante porque parecía que ellos estaban corriendo para preparar toda la tarea.
Y a medida que fuimos orando y antes de la Aparición fueron manifestándose diferentes portales sobre este Portal físico, portales que iban cambiando de colores, que iban desde el blanco, pasando por el rosa, el celeste, iban mudando muy lentamente con mucha armonía.
Pero lo que vimos es que ese Portal era más grande que el que tenemos aquí. Y allí fue cuando Nuestra Señora se proyectó y apareció dentro de este Portal. Ella nos dijo que estaba consagrando el Portal en ese momento con Su Consciencia y estaba reactivando el Portal que Ella activó en Fátima. Eran dos principios que Ella nos daba: la fe y la paz.
Y, a través de la Presencia de Nuestra Señora, la Luz comenzaba a emerger no solo del Cielo, sino del interior de la Tierra; y esas dos luces que eran blancas, que se irradiaban del interior de la Tierra y del Cielo, se fusionaban perfectamente en armonía. Era como un ejercicio, un movimiento que Nuestra Señora hacía.
Y esa energía y toda esa luz iban siendo irradiadas no solo hacia aquí, sino en otros puntos del planeta. Iban tocando los puntos del planeta a los cuales se refería el idioma en el cual orábamos. Llegaba a Francia, a Italia, a Brasil y los países que hablan español.
Durante el proceso de la Aparición también Nuestra Señora fue haciendo algunos movimientos importantes, que iban aconteciendo a medida que Ella iba dirigiendo Sus Palabras.
Hoy, Su manifestación, Su Presencia, era más fuerte que ayer. Nosotros comprendíamos que esto sucedía porque Ella estaba muy próxima, a un metro aproximadamente de distancia nuestra.
Además de aparecer como la Reina de la Paz, sostenía fuertemente el rosario en Sus Manos, y cuando la hermana Nadjana repetía la oración que Ella nos enseñó, en estos días, Ella iba pasando las cuentas silenciosamente.
Cuando oramos el Ave María, Ella no oraba para sí misma, sino quedaba en silencio y acogía esa oración. En algunos momentos Su Rostro se iluminaba, Sus ropas quedaban muy resplandecientes. Lo que realmente impresionaba eran la claridad de Sus Ojos, la Mirada profunda, Ojos de color celeste mar; y, cuando Ella dirigía Su Mirada hacia nosotros, generaba algo dentro de cada uno de nosotros.
Y, más allá de Su Mirada, lo que Ella transmitía era a Dios a través de Sus Ojos; parecía como si Dios estuviera hablando a través de Ella. Eso era lo que se sentía a través de esa Presencia maternal, de ese acogimiento a cada uno de nosotros.
Hoy, durante toda la Aparición, estuvo sonriente, alegre y hacía algunos gestos muy maternales cuando Ella nos dirigía Sus Palabras; por ejemplo, no solo pasaba las cuentas entre Sus Manos, sino a veces nos dirigía Sus Palabras con movimientos en Sus Manos.
Y hoy, durante toda la Aparición de forma especial, Ella estuvo acompañada por los ángeles.
Y, durante toda la Aparición, ese Portal al infinito con las flores permaneció abierto. Los ángeles estaban allí silenciosamente, protegiéndola, acompañándola; aunque algunos también hacían otra tarea con algunos de los hermanos que estaban aquí, desplazándose de un lugar a otro fácilmente.
Uno de los pedidos, que hoy hizo Nuestra Señora y que vamos a compartir, es por este Centro Mariano que Ella llama Centro Mariano de Figueira. Nos dijo que este Centro Mariano de Figueira era como Medjugorje; y que, a partir de mañana, debe comenzar con una tarea de oración que Ella nos pasó.
Una oración que Ella nos pidió es el Rosario, y que las 50 cuentas del Rosario fueran oradas cada tres horas. Ella nos pasó algunos horarios que comenzarían a partir de mañana y durante todos los días, hasta que Ella nos indique si esa oración debe continuar por más tiempo.
Ella nos dijo que tenemos que orar en este lugar, colocándonos de frente al Portal en grupos de oración, a las nueve de la mañana, al mediodía, a las 15:00 h y a las 18:00 h, porque fueron los horarios que Ella marcó.
Cuando Ella nos habló sobre la misión a Etiopía, le preguntamos si tenía alguna indicación en particular para los hermanos que viajaban. Ella nos dijo, sonriendo: “Que estarán en Mi Inmaculado Corazón. Yo les pido que oren todos los días, que se unan a Mí, que sirvan con alegría, que lleven la paz y que comulguen todos los días, porque así estarán resguardados”.
Entonces, Ella nos indicó algo más. Sabíamos que en esa misión también iba nuestra hermana Gloria y le preguntamos: ¿Dónde quedará ella? Ella nos dijo: “Que en lo posible quede con las Misioneras de la Caridad”. Le preguntamos: ¿Estará sola? Ella respondió: “No, estará acompañada”.
Ella nos dijo: “Quiero que Mi hija Ademina vaya también a la misión, a llevar esa paz”.
Y al final de la Aparición, cuando Ella se elevaba al Cielo e irradiaba Luz, Ella nos dijo: “Los infiernos hoy se han cerrado porque la Luz descendió a la Tierra”.
Y recordé un detalle más, que cuando los hermanos misioneros pasaron aquí, vivimos una experiencia con Nuestra Señora que fue importante, que fue inusitada. En ese momento sabíamos que Nuestra Señora se estaba elevando. Ella le dio la bendición maternal a través de una cruz luminosa sobre cada uno de los hermanos.
Pero en el momento en el que los hermanos estaban arrodillados y todos estaban cantando, de repente Ella apareció aquí, sobre el suelo y caminaba con mucha grandeza. Tenía el Manto celeste y una Túnica blanca. Su Rostro era, en ese momento, más rosado y claro. Ella traía con mucha decisión algo en Sus Manos, que le iba a entregar a cada uno de los misioneros.
Vimos que Ella colocó un escapulario en cada uno de ellos. En la imagen del escapulario, de un lado tenía al Cristo y del otro lado tenía una manifestación de nuestra Madre que era muy similar a la Reina de la Paz.
Ella fue colocando el escapulario en cada uno, e imponía Su Mano sobre cada uno de ellos. Eso aconteció muy rápido.
De repente, Ella desapareció y comprendimos que ahí ya había terminado. Pero todavía los hermanos estaban arrodillados y una Luz comenzó a emerger alrededor de ellos, y detrás de ellos aparecieron los ángeles de la guarda.
Madre María Shimani de Montserrat:
Solo nos resta agradecer a Dios por permitirnos vivir esta Gracia, por prestarnos a Nuestra Señora durante todo este tiempo y también nos resta colaborar verdaderamente de corazón con esta tarea que Ella está haciendo.
¡Gracias, Madre, por cuánto nos das!
La Madre quiere que cantemos la canción: “La Mujer que nos guía”.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más