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Que se abran las puertas de los Reinos de los Cielos y las esferas sublimes y celestiales desciendan en Gloria al reino de este mundo para transformar y despertar a todas las criaturas de esta Tierra bendita.
Mis amados, alégrense y regocíjense todos, pues de forma extraordinaria desciendo al mundo para derramar, una vez más, un río de Gracias sobre la humanidad.
Mientras el mundo duerme, que aquellos que están despiertos amen el sacrificio y la entrega absoluta.
Mientras el mundo deja que se apague la propia llama interior y la fe se desvanece de la consciencia de la humanidad, que aquellos que están a Mi lado sean inquebrantables y que no existan dudas extrañas que les quiten la fe que deposité en sus corazones.
En tanto la angustia y el miedo toman los corazones de aquellos que no cumplen con los designios del Creador, que Mis soldados se alegren e incluso ante la gran tribulación planetaria, sean fuertes, firmes y confíen en el cumplimiento de los Planes Celestiales.
En tanto el mundo teme el colapso de un sistema material, que los discípulos de Cristo solo esperen confiados Su retorno y observen cada acontecimiento como la señal verdadera de que ese retorno se aproxima.
En tanto el mundo se preocupa con el tiempo que pasa y la muerte que llega, que aquellos que Me acompañan abran sus consciencias para trascender los tiempos e ingresar en el tiempo infinito, donde solo existe la eternidad, la unidad con Dios y toda Su creación.
Mis amados, vengo a invitarlos en este día a trascender las leyes de este mundo y todas vuestras predilecciones. Los convido a apartar el corazón de los amores terrenos y materiales, que abrazan solamente lo que este mundo les ofrece, para que entonces conozcan un amor sublime, que todo sabe en profundidad, que vive y ama para cumplir los Planes de Dios y manifestar Su Creación, tal como Él pensó en Su Espíritu Sacratísimo.
Mis queridos, estos son tiempos de salir de la vida común y luchar con el corazón para perseverar en un camino que, en poco tiempo y de forma absoluta, irá contra todas las tendencias y energías de este mundo.
Deberán estar fortalecidos por el poder del verbo de los Mensajeros Divinos y nunca dejarse conmover por los procesos internos que vivirán otros o por la purificación del propio planeta.
Abran los ojos a una realidad que la mayoría de la humanidad no es capaz de ver y sepan que, por detrás de todas las pruebas de este mundo, existe un Gran Propósito que busca fortalecerlos y confirmar vuestros espíritus en la adhesión al Espíritu Sacratísimo de Dios Todopoderoso.
Que la fe en vuestros corazones jamás se disipe. Que la esperanza en el retorno de Mi Hijo se fortalezca y crezca, como una verdad que no perece en el interior de Sus discípulos y apóstoles.
Muchos solo creerán en Su retorno al verlo cruzar el Cielo y colocar Sus Pies en el suelo de esta Tierra, así como lo fue en Su Resurrección. Sin embargo, bienaventurados serán aquellos que saben que Él vive, así como sabían que Él era el Mesías; y saben que Él retornará, así como sabían que vencería la muerte. Esos serán los que perpetuarán Su Presencia en el mundo.
Eleven hoy, a los Cielos, la infinita gratitud de vuestros espíritus por estar siendo guiados directamente por Dios y por aquellos que son el eco de Su Voz y la manifestación espiritual de Su Voluntad para todo el Universo.
Mis amados hijos, les dejo Mi bendición y Mis más preciosas Gracias para que, con amor y valentía, puedan transitar por las pruebas que vendrán.
Que Mi amada hija que hoy se renueva en Mi Corazón sea fortalecida por el poder de Mi Amor.
Únanse unos a los otros y ámense siempre. Vivan los principios del Reino de Dios.
Yo los amo y espero encontrarlos con fe y paz interior.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos Míos:
Después de que vuestros espíritus resucitaron en Cristo, no podrá existir entre ustedes y Mi Hijo ningún viento contrario que pueda derribar esta unión perfecta que han hecho con Jesús.
Pero Mi adversario, que es astuto y controlador, somete a los corazones al punto de acorralarlos más allá de sus cuestiones y problemas. Pero los corazones que moran en el Corazón del Señor no serán sometidos por la astucia del mal.
Hijos, el amor cultivado en vuestros seres por vuestros semejantes los deja libres de cualquier situación y fricción que Mi adversario crea entre las mentes que no están unidas al Amor de Dios.
En este día, reconozcan que los tiempos críticos llegaron y que, todo lo que está por debajo del Universo Espiritual de vuestro Padre Celestial, será purificado y transmutado por los rayos que esparce Su Corazón por todo el Cosmos.
Reciban de Mi espíritu la bendición sacratísima, aquella que los hará invencibles, siempre y cuando recuerden profesar el sacramento de la comunión y el estado interno de la oración luminosa.
Queridos hijos, el momento actual marca un antes y un después; de lo que fueron ya no podrán recuperar nada, y de lo que todavía no son no podrán esperar resultados propios. Vuestra consciencia y vuestra materia están en constante transmutación, llevados de las manos por el principio de la purificación permanente.
Cuando a cada uno le llegue la hora de la purificación contará con Mi guía maternal, para que evite confundirse y salir por el camino contrario. De esa forma, la ley de la purificación les permitirá, cuando sea vivida en paz, que puedan encontrar nuevas escaleras de consciencia y, así, ascender en confianza al Reino de Dios.
No teman, la resistencia interior será la primera muralla que deberá romperse; pero si vuestro amor fuese pacífico y pleno, toda estructura se disolverá, y les prometo que en ese momento serán más libres que las aves del cielo.
El tiempo está indicando una preparación interior, pues ahora la escuela de la oración que yo les enseño permitirá trascender cualquier dificultad, y cuando estén libres de las prisiones humanas, hallarán el recinto del templo sagrado que vive eternamente en vuestros corazones.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los bendice bajo la esencia del Santo Espíritu.
Vuestra madre María, Rosa de la Paz
Que los autoconvocados se sienten en la mesa de luz, pues les ha llegado la hora, la hora de su rendición.
Ahora estoy aquí, entre los Míos, reconociendo la resurrección de todos los pecadores por la fuerza imperiosa de Mi Espíritu.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Por la gloriosa ascensión de Jesús
que salvó a toda la humanidad,
danos tu Espíritu Señor. Amén.
(se repite nueve veces)
Reciban Mis Gracias y dejen nuevamente que Mi Luz penetre en sus corazones.
Hoy vengo a tocar con Mis dones a aquellos que me reconocieron como el Pastor entre los pastores, como la Estrella Mayor entre las estrellas del Universo.
Que las madres consagradas se postren dentro de este sagrado cenáculo a los pies de este altar.
Vigilen Conmigo en unión y amor.
Que las madres se postren en este cenáculo a los pies de este altar y así les doy a beber de la Fuente sagrada.
Les di una grandiosa Madre para el fin de los tiempos, pero esta sagrada Madre Universal que los conoce profundamente, necesita de más brazos y manos para llevar adelante la obra preparatoria de Mi Retorno.
Limpien sus corazones, santifiquen sus consciencias, reciban de Mi Corazón todo el amor. Reconozcan a la Jerarquía espiritual ampliamente manifestada en la superficie de la Tierra, pues Dios teje Su precioso proyecto a través de las manos de todos sus instrumentos.
Es hora, compañeros, que reconozcan la gran tarea que Dios ha depositado en los más imperfectos para alcanzar las mejores cosas, las cuales ustedes desconocen; pero si se mantienen firmes en Mi Corazón sabrán lo que les digo. Mis Palabras no solo pasarán por aquí, permanecerán en sus consciencias, así como Yo lo deseo todo el tiempo.
Hoy les traigo la esencia de Mi Sangre, código precioso para las almas en redención, Luz divina para los espíritus que están muertos. Pues así como vengo a resucitarlos a la gran existencia del Universo, así Yo vengo a resucitar a todas las consciencias que se unieron en esta semana a Mi Corazón.
Que sean dichosos y bienaventurados, pues solo esto será una preparación para lo que vendrá.
El Señor está pidiendo que coloquemos aquí, a los pies del altar, los sacramentos que hoy serán ofrecidos.
El agua, el vino, el pan, el incienso, el aceite y principalmente, compañeros, sus corazones, son la mayor oferta de amor al Creador.
Pero si sus corazones están unidos a Mí y confían, mayor será el regalo para Dios y de Su Corazón flagelado se borrarán los dolores del mundo, de las almas ingratas; así verán cómo las mujeres preparan Mi mesa y Mi Espíritu da continuidad a los hechos a través de la omnipresencia, en donde todas las almas se sirven de Mi ministerio para recibir los dones que Yo tanto deseo derramar sobre todos, desde el principio hasta el fin, desde el alfa hasta el omega, en donde todo se cumplirá y la humanidad ingresará en un nuevo ciclo.
Póstrense en el suelo como niños. Reciban de Mi Corazón las bienaventuranzas, pero no se esfuercen demasiado. Mi Presencia los colma por entero y les da la vida, dentro de sus vidas. Es el código regenerador de Mi Luz Crística.
Mujeres de antaño, madres consagradas, levántense del suelo y quédense de rodillas para ofrecer a vuestro Señor los sacramentos de la reparación y de la cura para las almas, los cuales vengo a vivificar a través de la presencia de los corazones buenos y también de los corazones pecadores, que en esta tarde de Divina Misericordia están siendo liberados de las faltas, de las manchas del mal.
Tomen los sacramentos, madres, como frutos para el altar. Con armonía y detenimiento ofrezcan una intención a Mi Corazón, en el silencio de su oración perpetua.
La Madre Mayor, que los acompaña en este mundo, también deberá ofrecerme una intención, la cual conozco profundamente en la esencia del espíritu.
Recuerden lo que ayer Yo les entregué. No lo comprenderán con las palabras ni con los sentimientos, mas cuando sus memorias ingresen al corazón y vuelvan a vivir todos estos hechos, como lo fue en el año pasado, recordarán el legado que les entregué, al igual que a Mis apóstoles. Dichosos aquellos que creen en Mi presencia, pues en el fin de los tiempos resucitarán.
Nuestro Señor está dándonos un cántico de los coros celestiales para que sea repetido aquí, con la ayuda de la hermana Piedad.
Canción: Alabado sea Dios
Todos juntos, hijos Míos.
Y esta paz que Yo les doy sea ofrecida por los corazones pecadores, martirizados y mutilados; y por toda existencia de esta creación que sufre las consecuencias de la humanidad.
Madres, elevando su oferta a los Tronos de Dios, llegó el momento para que todos, , junto a sus ángeles de la Guarda, eleven este ofertorio a los templos del Creador en las esferas celestiales, a través de Mi Corazón Misericordioso.
Canten nuevamente.
Caminantes sin fronteras sirvan a Dios en plenitud y bebiendo de la Fuente de Mi confianza, den testimonio sobre Mi Retorno, pues el mundo precisa escuchar que Yo estuve aquí entre ustedes, anunciando Mi nueva Buena Nueva para todos los redimidos y para aquellos que se liberarán del cautiverio.
Lleven el Mensaje de Dios en sus corazones, y que este amor que fue derramado sobre todos, pueda llegar a todas las personas que se aproximen en estos días a sus hogares, a sus trabajos y en sus caminos. Por donde vayan o anden, allí siempre encontrarán un alma que necesita del aliento, del alivio y de la esperanza para poder encontrarme.
Madres, guarden los sacramentos así como los tomaron, pues ellos hoy fueron santificados especialmente para las almas pecadoras, muchas de las que hoy no están aquí.
Compañeros, no solo les dejo la adoración planetaria. Dejo aquí un espacio consagrado para todos, dentro del Inmaculado Corazón de Mi Madre. Dejo un cenáculo para todos en este espacio, para que todos puedan recordar que siempre podrán encontrarme aquí, en la omnipresencia de Mi Silencio.
Hoy los coros celestiales observan sus actos. Bienaventurados de aquellos que ofrecen actos de reparación y de amor, pues las espinas son retiradas de los inocentes y las almas llegan al Reino de Dios por su sagrado ofertorio.
Los nombres de Dios son llaves de trascendencia y puertas que los llevan al espíritu mayor. Son nombres sagrados y benditos, escalas de vibración, de sonido y de energía. Códigos sublimes que descienden a los universos a través de la emanación de los Padres Creadores, aquellos que son precursores del amor y de la unidad de Dios en todos los universos de los cuales muchos forman parte.
Cantemos a Dios y demos gracias por este encuentro.
Los nombres de Dios sean entonados con reverencia, pero también con mucho regocijo para que ese amor, que está en sus corazones, llegue al mundo.
Les agradezco.
Que hoy reine la paz entre los hombres y Dios, porque habiendo resucitado el Salvador en el corazón de los simples, nuevamente la Luz vence al mundo y el Reino de Dios tiene Su victoria sobre los enemigos, llevándolos a la rehabilitación para después vivir la redención del corazón.
Queridos hijos, los ángeles cantan en coros: ¡Aleluya! Jesús resucitó entre los muertos y estableció la Voluntad Suprema en las consciencias que estaban perdidas.
Por eso, hijos, vivan este día como un día de redención y de liberación interior. Cristo salió del sepulcro para demostrar que el Espíritu eterno nunca muere y que silenciosamente actúa en los corazones que lo acogen con gran humildad.
Eleven las manos al Cielo y den gracias al Creador por haber enviado al Redentor de todas las eras y de todos los siglos; porque ustedes habiendo reconocido y aceptado que Jesús resucitó en Su mayor Gloria, han abierto las puertas de Su Misericordia para que llegue a sus semejantes.
Queridos hijos, reúnanse en constante alabanza y permitan que Dios Creador participe en Gloria de la obra que ha hecho Su amado Hijo.
Ahora que sus cadenas se rompieron y sus almas se liberaron del naufragio, vean frente a ustedes el nuevo puerto que los recibe para comenzar a recorrer nuevos caminos, los caminos del Señor.
Su unión con Mi Hijo los hará fuertes y al mismo tiempo los ayudará a encontrar el camino de la santa humildad.
Revelen al mundo su rendición y sepan, hijos Míos, que su Madre siente gozo y alegría, ya que muchos corazones pudieron reconocer al Salvador como el único Maestro y Redentor.
Rehabilitados por este domingo de Resurrección, crucen las puertas de la nueva consciencia y, a través de su escuela de purificación, renuncien a lo que sea, esperando en silencio todo lo que Dios con Su Amor les enviará.
Así, queridos hijos, sean dignos en el Señor y dichosos en este día de gran resurrección planetaria para todas las almas perdidas.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los encuentra en júbilo, en este día de resurrección espiritual,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Póstrense ante Mi Corazón y beban de Mi Misericordia.
Los tiempos de oscuridad llegarán para el mundo, pero pocos los aceptarán. Feliz y verdadero será aquel que vive en Mi Corazón porque no perecerá.
Hoy les traigo la Luz de Mi Santísimo Corazón Eucarístico. Por eso, delante de los Tronos de Dios, ustedes también, pecadores, deben honrar al Hijo de Dios porque lavó vuestras impurezas, colmó vuestros corazones y alivió toda desesperación.
Beban de la Fuente de Mi Corazón espiritual que se derrama en esta hora sobre el mundo, Luz que camina por encima de vuestros seres y se extiende como un Manto de Luz por el planeta.
Vean a Mi derecha el infinito y a Mi izquierda el fin. Vean sobre Mí a la Trinidad y debajo de Mis pies, al mundo. Vean Mi mano que señala el Corazón.
No pierdan este momento que los absuelve. Sientan y no busquen comprender. Las puertas del mal se están cerrando para muchos y Mi victoria se establece una vez más sobre la Tierra.
Postraos en el suelo como los apóstoles del pasado. Reverencien al Hijo de Dios, Quien ha venido a ayudarlos en Misericordia y esplendor.
Contemplen Mi Corazón Eucarístico. Él aún está presente ante vuestros pequeños espíritus.
Reverencien a los ángeles que adoran a Mi Corazón y participen de esta Comunión celestial que hoy estoy ofreciendo para todos. El Cielo está ante vuestros ojos. Aunque no lo vean, él reside en vuestros espíritus.
No busquen comprender con la mente. Esta Comunión que hoy les ofrezco, va más allá de este Universo material. Aquí están frente a otro Reino que nunca han visto ni conocido. El Reino de la humildad y de la pobreza de Dios.
Si están cansados, descansen en Mis Brazos, pues Yo los espero en la invisible presencia de Mi Corazón.
Jesús nos está mostrando un Cáliz que lleva entre Sus Manos y Él está rodeado por diferentes Jerarquías angelicales, de diferentes formas y aspectos. Él está transfigurado en luz y por detrás de Él existen otros universos que llevan hacia el infinito, hacia un principio. Esta luz no solamente se expande aquí. El Maestro la está llevando hacia los cinco continentes. Él está levantando a muertos de espíritu en los cinco continentes.
Mientras está aquí, Jesús dice:
Permito que digan todas esas cosas, para que perciban que no estoy aquí por acaso o solo para visitarlos. Mi Espíritu prepara a los Nuevos Cristos; Cristos que nacerán de los más imperfectos, de los más impuros, de los negados y perdidos en la vida espiritual.
Por eso Yo los congrego como un solo rebaño y hoy solamente podrán estar delante de Mí postrados en el suelo, pues Dios es lo que permite para que Yo esté aquí celebrando, con ustedes y con muchas almas redimidas, la Comunión espiritual con Mi Divinidad que es lo que hoy se revela a todos en el mundo que creen en Mí.
Lloren y liberen vuestras angustias. Vuestra hora está llegando. La hora de la paz.
Los ángeles están depositando un líquido dentro del Cáliz del Señor. El Cáliz se enciende como un corazón y palpita en luz, en luz dorada.
Quédense quietos. No están solamente delante de Mí sino de Emmanuel.
Aquel que no resista postrado en el suelo que se siente con cuidado, para no desactivar lo que Dios está construyendo y, como si no pisaran el suelo, sientan la levitación de Mi Luz que los deja sublimes y más puros, libres de manchas y de deudas.
Anímense a tocar con vuestras manos Mi Espíritu invisible, pues estoy llegando al centro del corazón de aquellos que hoy se abren, humillados, a recibirme. No pierdan ni un momento Conmigo, pues estos son los últimos antes del gran Armagedón.
Sientan Mi Luz en vuestros corazones, la Luz que alivia y que cura, que libera y que perdona vuestras acciones pasadas. Y así, esto repercute en la consciencia de vuestro mundo.
Los ángeles depositan cristales a los Pies del Señor, de diferentes colores y formas, y el Señor dice:
Yo les traigo a través de este ejemplo, la presencia de vuestro origen, el origen del Proyecto Original, que está escrito para esta humanidad.
El Arcángel Metatrón acaba de aparecer a la derecha del nuestro Señor, tiene en su frente una luz fuerte y de su pecho emana fuego, el cual recoge con sus manos.
Otras Jerarquías angelicales recogen este fuego y lo llevan para los cuatro puntos de la Tierra, en una velocidad incalculable. Es como si estuvieran aquí y en otras partes del mundo al mismo tiempo. Ellos están entrando en ciudades, en pueblos y en continentes. El Señor muestra que allí existen conflictos y ese fuego todo lo disuelve, en la luz y en la armonía.
Levántense. Ya vuestros cuerpos están cansados, pero la tarea continúa. Permitan que Mi Luz resida en ustedes y salgan de aquí transformados, sin haber perdido el tiempo durante estos días.
Mientras estoy aquí, con ustedes, estoy con todos. Esta Comunión no ha terminado y les enseño, Mis compañeros, que cuando no puedan comulgar Conmigo, lo hagan a través del espíritu, porque así también será verdadero y tendrán memoria, en este día y en los días que vendrán, de lo que hoy he vivido con ustedes, todo lo que Yo les he traído en nombre de la Gracia y de la redención. Recuerden este ejercicio de Comunión Eucarística con Mi Corazón.
Y ahora cantarán al Cristo del Amor que reside en ustedes. Pero cantarán suavemente, como una madre hace dormir a su niño.
Coloquen sus manos en señal de donación, pues la Comunión con Mi Espíritu aún continúa. Mientras cantan, recojan hacia vuestros corazones la Comunión con Mi Espíritu, código perfecto para la redención. Una vez más.
Pueden recoger vuestras manos hacia el corazón y reconfirmar el voto que han hecho Conmigo para esta vida, cada uno en su grado de entrega y de confianza, a Mi Corazón misericordioso. De la misma forma, que lo hagan todos aquellos que Me escuchan, en los cuatro puntos del planeta, pues la Comunión se está extendiendo hacia la esfera planetaria, al espíritu del planeta que ha sido muy flagelado por todos ustedes, antes de Mi venida al mundo y después de Mi Resurrección hasta los días de hoy.
Vean cuán grande es el pecado de la humanidad y qué insondable la Justicia de Dios, pues Mi Misericordia está sustentando muchas cosas; pero el día del Juicio final llegará y, para ese momento, los preparados y los más inconscientes deberán estar prontos. Allí Yo solo separaré la paja del trigo, lo verdadero de lo falso.
Y ahora en unión con el universo de este planeta, que es colmado por las esferas de Adonai, reciban en gloria y en honra para este día de resurrección, en este Universo material, la Presencia de Mi Cuerpo Eucarístico, el cual después que Me haya ido hoy de aquí, contemplarán, adorarán, se compenetrarán de Mi Corazón y de Mi Espíritu, por cinco minutos. Hoy instituyo la Adoración planetaria.
Cubran vuestras cabezas con las capuchas y lienzos, todos aquellos que tengan, en acto de amor y de devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
Repitamos en honra al Dios de las Alturas, para que a través de esta oración, concebida por Mi Espíritu universal y omnipresente, las almas reciban la esencia de Mi Misericordia. Y hoy en este lugar, como en los Centros Marianos, la Santa Custodia de Mi Corazón estará abierta para aquellos que quieran beber de Mi manantial de Gracias, a través de la sagrada Adoración.
Con fe y esperanza ante los Tronos de los ángeles y arcángeles y del Reino de la humildad y de la pobreza de Dios, repitan de corazón:
Sagrada Custodia de Luz,
símbolo del Dios Universal,
irradia Tus principios sobre el mundo,
disipa todas las crueldades del mal,
construye con Tus rayos solares
la nueva esencia de la humanidad.
¡Oh Sagrada Custodia de Luz!
Presencia insondable del Hijo de Dios,
redime todo los creado,
restaura todo lo dañado,
restablece, ahora y siempre,
el Código Crístico del Rey Universal.
Amén.
Catorce campanadas.
Felices de aquellos que comulgan con Mi Corazón, porque así se preparan en este día de resurrección para la fiesta de la Misericordia. Recuerden ese sagrado pedido.
En comunión con lo Alto, los despido compañeros, en esta Sagrada Semana de redención y de paz para las almas consecuentes y para todos los espíritus del mundo que buscan perpetuamente la esencia de Mi Amor.
Yo los bendigo bajo el poder que Dios Me ha concedido, como Su Hijo glorificado y amado, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Que toquen las campanas para anunciar el día de Mi Resurrección. Y ahora canten a Dios el Aleluya.
Canción: Aleluya.
Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo
os adoro profundamente
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo
Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los Sagrarios de la Tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que Él es ofendido.
Y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.
El Señor quiere escuchar de vuestros labios, que proclamen: ¡Gracias Redentor por cuánto nos das!, por siete veces.
Vuestro día de gloria ha llegado, a pesar de las consecuencias que viva el mundo no abandonen Mi camino, porque Yo vendré a buscarlos en la hora definitiva.
Les agradezco. Paz para el mundo.
Queridos hijos:
Mientras Jesús nuevamente se prepara para resucitar en espíritu dentro de la consciencia de cada ser que se abra para vivir la redención, vuestra Madre Celeste ya se encuentra al lado del sepulcro esperando, en oración y vigilia, que el Redentor y Rey de reyes libere a las almas presas de la condenación y del martirio.
Por eso, hijos, como las santas mujeres de Jerusalén, aquellas que fueron absoluta e incondicionalmente fieles al Maestro, Yo los invito hoy a imitarlas, para que en los momentos en los que la humanidad viva su peor infierno siempre exista, dentro y fuera de ustedes, una chispa de luz y de esperanza, esencia que reforzará el espíritu de los autoconvocados.
El Maestro reposa en Su lecho, rodeado por el incienso y las flores violetas y ungido por los aceites de luz que restauran Su Cuerpo martirizado. Su Espíritu, en estos tiempos, trabaja ampliamente y combate, junto a los ejércitos angelicales, todas las expresiones del mal.
Hijos, prepárense, vigilen y sigan orando para que el Redentor de almas, fuera del sepulcro, los encuentre bien despiertos y entonces ponga fin al cautiverio humano.
Queridos hijos, como las santas mujeres, esperen la resurrección de vuestro cristo interior, el que a lo largo de los años fue oprimido, negado, juzgado y sometido a las fuerzas de la distracción, del descontrol, del deseo y de la superflua vida materialista, impidiendo que él despertara. Actúen inteligentemente y abandonen la prisión en la cual se colocaron. Vuestros cristos internos resucitarán por segunda vez, después de haber soportado todos los horrores de una vida de ilusión, vacía de espíritu y de amor.
Por eso, hijos, prepárense antes que llegue el gran momento de la purificación de sí mismos, cuando vuestros espíritus internos ya deberán estar fortalecidos por el fuego de la oración, del servicio y por la confirmación permanente al Plan de Dios.
Ya no hay más nada para hacer, solo esperar la resurrección de Cristo dentro del sepulcro de vuestros seres.
Atentos a Su llegada, cantarán aleluya dando gracias a Dios por haber tomado consciencia de cuánto tiempo perdieron en la vida material. Y por aquellos que aún están presos entre las cadenas de la tentación y de la lujuria desenfrenada, recen, porque por vuestro acto y oferta de amor, Cristo también intentará ir al encuentro de los perdidos.
Hoy es Sábado de Aleluya, los ángeles ya cantan: ¡el Salvador resucitó!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los espera fuera del sepulcro para la resurrección del Señor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hoy estoy aquí junto a Moisés y Elías, Mis antecesores, aquellos que anunciaron Mi advenimiento a los pueblos. Y ahora Yo les anuncio, compañeros, Mi Retorno al mundo.
Así como los patriarcas formaron a los pueblos para que la Palabra de Dios fuera vida en sus corazones, así Yo formo a los sacerdotes de corazón, para que vivan en la esencia de Mi Espíritu. Que a través de la simplicidad puedan profesar Mi Presencia en el corazón de todas las almas, principalmente en aquellas que están en la oscuridad, a las cuales Yo vengo a redimir en estos tiempos.
Una historia fue escrita en esta humanidad y hoy estuvieron frente a un pequeño hecho de Mi Pasión, pues Mi Consciencia es más amplia de lo que parece y cada parte de Mi Ser sufrió esa Pasión por cada uno de ustedes, de sus familiares y amigos, que hoy no están aquí presentes, pero sí están en este mundo, que ingresa arduamente en el primer ciclo de su transición. Mas por eso no deberán temer.
Así como los profetas del pasado anunciaron la venida del Mesías, el propio Verbo Divino de Dios, expresado a través de Mis Palabras, viene a anunciarles el Retorno del Salvador. Primero, en los corazones puros, que busquen la cristificación mediante la purificación de sus seres. Así podrán ver al Hijo de Dios resplandeciente y lo reconocerán de una forma humilde y simple, porque Él los llamará nuevamente a participar de la Cena de la Misericordia.
Mientras muchos espíritus no se animan a dar el gran paso hacia Mi Corazón, en los pocos Yo forjo lo mejor, para que las obras se puedan cumplir en la excelencia de la Voluntad del Padre. Pero cuando los ejércitos se forman a través de la oración, del servicio y de la confianza absoluta en Mi Corazón Misericordioso, las puertas de la rehabilitación se abren para aquellos que buscan una nueva vida, llena del Amor de Dios, colmada por Su Espíritu Divino, dentro de las Leyes del Universo a las cuales todos ustedes son convocados a practicar.
Esto es lo que ha llevado a la humanidad a la perdición. La falta de obediencia a las Leyes desarmoniza los planos de consciencia y las fuerzas del mal actúan para someter a los corazones fieles, principalmente a aquellos que han dado el voto de "sí" a Mi Corazón.
En la presencia de los profetas recuerden los Mandamientos. Aunque sean leyes primitivas, ellas siguen actuando en este planeta. Y son esas simples leyes, la que cuesta cumplir en los corazones de los simples, principalmente en la humanidad entera, que es sometida por la vida material y alejada del verdadero conocimiento de Dios, pues se ha implantado sobre esta consciencia planetaria una ciencia que no es verdadera, que ha llevado a la modernidad y a la desconexión del espíritu de cada ser de la verdadera esencia que los rige, que es el propósito de Dios por encima de este universo.
Moisés representa al Patriarcado y la sucesión de Abraham. Elías es el Profeta que escribió en sus libros las claras visiones de Dios sobre la Gran Advocación del Espíritu Santo, en los seres de la humanidad y en aquellos que despiertan a la unión con el Espíritu del Creador. Elías es el mensajero del Espíritu, Moisés es aquel que vivió la elección principal. Aquella que Dios le entregó a su corazón de alcanzar el propósito de una humanidad elevada, guiada por el Corazón del Padre Celestial, para que así pudiera encontrar la Tierra Prometida, que es el tabernáculo del corazón de cada ser, donde mora Dios, la esencia de vuestro amor y de vuestra unidad.
Pero esa Promesa está por cumplirse. Por eso el Hijo de Dios fue enviado a la Tierra, para que todos ustedes en estos tiempos tuvieran la sagrada oportunidad de alcanzar esa tierra prometida, la esencia de ese espíritu primordial que debe despertar en los tiempos de caos para auxiliar a las almas; a las que les tocará vivir la cruel transición, debido a las causas injustas de todos los hombres, debido a las acciones contra la Creación y todo lo creado por vuestro Padre Superior.
Por eso, compañeros, retornen al origen. Recuerden las Leyes. Comiencen a practicarlas, porque ellas se desdoblarán de una forma desconocida para el mundo. Pero si ustedes están preparados ayudarán a los menos preparados para que vivan la enseñanza primordial de cumplir los Mandamientos y no salir de la Ley, para que ella no sobre caiga sobre los corazones ignorantes, principalmente sobre aquellos que no aceptaron Mi Resurrección.
Que vengan aquí los hijos consagrados del monasterio. Todos los hermanos consagrados, pues hoy ellos cantarán Mi Resurrección. Me refiero a Mis hijos predilectos varones. Y en presencia de Mis hijas peregrinas que hoy llegaron a Mi encuentro, también cantarán en Mi Nombre la glorificación de Mi Resurrección, pues hoy puedo decir que he despertado en los corazones simples, aquellos que se abrieron a encontrarme aquí, en este recinto de simplicidad y de amor por la Jerarquía de Dios.
Mientras estoy presente, compañeros, mediten en Mi Resurrección y en la oportunidad de liberación que recibieron sus vidas, al estar hoy aquí, presentes ante Mi Universo Celestial.
Ahora ingresen en Mi Corazón y mediten en lo que les digo, y escuchen con el corazón esta proclamación que he pedido que Me cantaran. Catorce campanadas.
Reciban hoy a Abraham, su primer Patriarca de la civilización crística. Hoy estoy uniendo el Antiguo y Nuevo Testamento. Y Mis Palabras de hoy tejen los nuevos Mandamientos, que serán vividos en las virtudes de los seres y en el amor que ellos puedan expresar a Dios, el Creador, antes de Mi Retorno.
Cantemos. A pedido de Nuestro Padre Eterno, cantarán Mis hijos consagrados en nombre de todos, junto a Mis dos hijas que hoy han llegado, para entrar en el regocijo de Mi Espíritu.
Mientras escuchan, sientan sus ángeles y unan su concentración al Universo total que hoy los acoge en este recinto sagrado.
Y ahora, compañeros, elevando el ofertorio del incienso, del agua y del aceite para los sacramentos que vendrán y que bendecirán a las almas que en estos tiempos buscan la unión perfecta con Mi Padre, ofrézcanlo a los Tronos que Dios Me ha concedido, para que junto a los ángeles, las huestes de la Luz y todos los bienaventurados, reciban su oferta como honor de redención y de paz para este mundo, para este tiempo actual, para esta nueva humanidad, que ya debe despuntar en el horizonte de sus corazones.
Ante Mi Presencia celestial, en este sábado de Aleluya, eleven sus ofertas para que Yo las reciba, en la esencia del espíritu, en la oferta y la donación de sus espíritus a Mi Consciencia Paternal.
Oración:
Padre Celestial,
Suprema Unidad,
Suprema Consciencia,
Supremo Amor,
compadécete de todos nosotros
y de toda la humanidad.
Amén.
(se repite 3 veces)
Hoy las llagas del pasado serán cerradas para aquellos que creen en todo lo que viven.
A pedido de Nuestro Señor Jesucristo, los hermanos que tienen las ofrendas para ofrecer al altar del Creador realizarán una intención a Nuestro Señor, por esta humanidad y por este planeta.
Los escucho.
Que escuchen todos.
Por todos los jóvenes de esta humanidad Señor.
Por todos los seres que hacen el mal.
Por la paz en África.
Por todos aquellos que duermen.
Por la vivencia del amor fraterno y la compasión.
Si ustedes siguieran rezando así como hoy lo hicieron, muchos de ellos se salvarán. Y no será por Mi intercesión, sino por su justa causa de rezar de corazón y de alma por aquellos que desconocen profundamente, principalmente por aquellos que están a su lado, que en algún momento los han negado por la incomprensión.
Vivan la esencia de la humildad. Eso ayudará al planeta a tornarlo salvo y digno de poder recibirme por segunda vez. Sus intenciones penetraron la dimensión de Mi Corazón. Sus lágrimas y lloros representan para Dios el alivio de todas la penas, de todos los pecados, injusticias y ultrajes que muchos inocentes viven.
El Cielo observa todas estas situaciones y todas las Jerarquías celestiales trabajan ampliamente por su redención. No nos iremos de este mundo, porque él nos pertenece. Dios nos hizo encarnar como Verbo y como Palabra, como Unidad y como Esencia entre ustedes, para que todos pudieran comprender que la Misericordia de Dios supera todas las pruebas, todas las dificultades y pecados.
Anímense a perdonar a aquellos que los lastiman, porque así, queridos compañeros, serán Mis apóstoles.
Recemos "Oración para vivir en la humildad".
Suprema existencia del Amor humilde
Suprema Consciencia de la Creación Universal
desciende en Tu Espíritu Inmaculado
y encarna ahora en este pequeño corazón
para que Tu propósito abnegado
se cumpla en la misión que me has encomendado.
Borra de mi corazón toda arrogancia,
limpia de mi alma toda mancha,
y disuelve con Tu Luz Divina
toda deuda en mi consciencia,
pues libre de mí mismo
podré ayudarte, Padre amado,
a cumplir Tu Voluntad infinita
en todo lo que fue manifestado.
Úneme al espíritu de la humildad.
Conságrame a la esencia de Tu Verdad.
Elévame a Tu Reino
para que este ser manifestado por Tu Origen
cumpla junto a Tus ángeles
con el propósito de la venida gloriosa de Cristo.
Amén
El Señor pide la Comunión.
Estoy aquí presente porque muchos de ustedes necesitan de Mi Presencia interior para fortalecerse.
Reverencien los sacramentos y vívanlos con gratitud. El Cuerpo y la Sangre nuevamente estarán vivos en ustedes. Dichosos de aquellos que comulgan en este primer sábado, en honra y honor al Inmaculado Corazón de María, como la comunión del primer sábado reparador.
Todas las causas injustas a la Santa Virgen serán borradas. Todos los ultrajes que hacen a Su Corazón Sacratísimo serán limpios por su unión con Mi Cuerpo y Mi Sangre.
Canción: Aleluya.
Canten con más fuerza.
¡Aleluya ! Cristo Redentor resucitó en los corazones redimidos.
Vayan en paz y comulguen en alegría. Esto solo bastará para agradar el Corazón de Dios.
Despídanme cantando nuevamente el Aleluya junto a sus ángeles, para que las esferas celestiales toquen los corazones del mundo, los corazones impuros. Toquen también las campanas.
Canción: Aleluya
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Que vuestros pies caminen en dirección a Mí, pues el recorrido aún será largo y profundo, y muchos serán llamados por Mi Corazón a imitar Mi sagrada Pasión.
En un día viernes como este, Yo Me encontraba en la Cruz, entregándome completamente al mundo, salvando a muchas almas perdidas, encendiendo muchos corazones y resucitando a muchos que habían muerto.
Las tumbas se abrieron en Jerusalén y muchos dieron testimonio de Mi Resurrección, pues Mi Espíritu Divino, que no es de este mundo, despertó a todos aquellos que debían vivir en Dios.
Sagradas cruces cósmicas se expandieron sobre el mundo y reestablecieron el Plan de Dios, aunque Yo me encontrara en la Cruz.
Yo hice muchas cosas por ustedes y por toda la humanidad.
Aquellos que abrieron su corazón a Mi Llamado fueron partícipes de Mi Sangre preciosa, recibieron Mis códigos y Mi Agua brotó y se expandió por todo el mundo como una gran fuente espiritual de salvación.
Todos los que estaban caídos en aquel tiempo fueron levantados por Mí, resucitaron en el Espíritu de Dios, encontraron el camino de su evolución y su despertar. Y ahora en estos tiempos finales, Yo les vuelvo a recordar Mi sagrada Pasión en la Cruz, porque esa será la llave que los protegerá, que los mantendrá libres de ustedes mismos, y todos los códigos corruptos se transformarán en fuente de Vida y de Gracia. Yo tengo la potestad de transformarlos.
Les pido a aquellos que Me escuchan y Me siguen que ya no cierren más su corazón. Yo estoy intentando entrar cada vez más en vuestras vidas.
Ya no hay más tiempo, Mis compañeros. El tiempo de la tribulación se aproxima a la humanidad. Las tinieblas emergerán de la superficie del planeta y muchos deberán estar preparados antes de Mi Retorno.
Yo necesito que se definan como Mis apóstoles y que se arriesguen a dar más, cada día más, hasta que duela en vuestros huesos. Esa será la confirmación para Mí, de que Yo podré cumplir Mi Plan Divino en ustedes y que Mis palabras no han sido en vano en estos tiempos, porque habrán sido escuchadas por los corazones abiertos.
Los necesito despiertos y disponibles, que Me ayuden a sustentar la espada de Mi Misericordia, porque aún muchos están atados a este mundo material, especialmente aquellos que creen vivir la vida espiritual.
Mi Verdad se revela a ustedes en esta noche, pero muchos deberían haber estado aquí presentes. Los apóstoles llegan hasta el final del camino y, si fuera necesario, dan la vida por los otros.
Yo les vengo a entregar el verdadero testimonio de vida, la esencia de Mi Amor misericordioso y profundo. Mis Células crísticas deben encontrar un lugar en donde reposar para que todo se pueda cumplir como está previsto.
Hoy Mi Voz hace eco en los cuatro puntos de la Tierra. Los ángeles del Padre envían impulsos de Luz para todas las mónadas, para aquellos que quieran despertar a la vida espiritual.
Queridos compañeros, ya no son tiempos de vivir términos medios, defínanse profundamente por Mi Plan. Siempre han sido libres desde el principio de vuestro nacimiento. Yo necesito en esta noche que muchos cumplan los votos que Yo les vengo a presentar y que respeten el camino que muchos han decidido seguir, seguir al gran Maestro del Amor, el Maestro Redentor, el Maestro de la Paz.
Sean consecuentes Conmigo. Yo les presento en esta noche todas las fuentes de Mi Misericordia para que puedan estar fuertes hasta el final. No se permitan caer más. Levántense de donde han caído, ya tienen los instrumentos para poder hacerlo. Mi Padre tomará cuenta de todo esto y Él les preguntará qué han hecho con lo que Él les entregó.
Por eso, como Su Mensajero fiel, Yo vengo a anunciarles este último Llamado.
Les pido que todos los grupos de oración se unifiquen con la propuesta del Plan Divino. Les pido que ya no existan indiferencias, comentarios o ideas vanas; estarán debilitando el Plan de Dios.
Por eso, Yo los necesito transparentes y verdaderos, esa será la señal que permitirá que Yo los transforme.
Los tiempos no son iguales a los de ayer. El mundo se desarrolla equivocadamente y muchos no perciben esta gravedad. Por detrás de todo esto hay muchos que sufren, que padecen, que son olvidados y que nadie se acuerda de ellos. Pero Yo nunca los dejaré solos. Mi Corazón visita a todos los que Me invocan, visita a todos los hogares del mundo que abren la puerta correcta del corazón para que Yo pueda entrar y obrar.
En estos tiempos finales, los Mensajeros Divinos han intentado revelarles cuál es el camino a seguir, el camino de la Voluntad de Dios, del sagrado Propósito y de la verdadera misión para todos.
Ya no es tiempo de perder tiempo. Es tiempo de obrar, de reconstruir, de salvaguardar a la humanidad. Es tiempo de trabajar Conmigo en plenitud y en verdad, sin miedo y sin temor; arriesgándose a todo por este planeta azul que tanto los necesita, que clama por ustedes, que pocos lo escuchan.
Este es Mi Mensaje para ustedes. Es tiempo de reparación. Todos son llamados a la salvación, pero pocos perciben lo que esto significa. Por este motivo, Yo vengo aún a vuestro encuentro para que vuestras consciencias despierten a la esencia de Mi Voluntad.
Aún la humanidad está muy inmadura y muy pocos deberán remar esta gran barca, esta gran y pesada barca que representa a vuestro sagrado mundo.
¿Quién lo auxiliará? ¿Quién se arriesgará? ¿Quién dará más por amor a Dios y a Su Plan original? ¿Quién responderá? ¿Quién abrirá la puerta? ¿Quién la cerrará? ¿Quién esperará por el que ha sido olvidado, por aquel que nunca ha sido visto o por aquel que nunca fue mirado con compasión? ¿Quién se detendrá para reconocerme entre las calles de este mundo como el gran Moribundo que espera el alivio del Corazón?
Yo los llamo a la síntesis de la vida. Algo deben rescatar de todo esto, de estos encuentros Conmigo que son únicos y determinantes, pues queda poco tiempo para que Yo ya no esté más entre ustedes hasta que Mi Padre Me envíe en Gloria, y los que han confiado en Mí Me puedan encontrar sentado a su mesa para comulgar de la nueva comunión, de la alianza con Dios Padre, en la Nueva Humanidad.
Si ustedes no se sienten dignos no podrán cumplir con Mis Planes. Trabajen por vuestra dignidad espiritual a través de la pureza y de la humildad. Sean sinceros Conmigo y Yo los perdonaré.
Clamen a Mi Corazón cuando no puedan estar solos, cuando no consigan por ustedes mismos levantarse del suelo y seguir caminando hacia Mí.
Miren Mis Ojos, vean Mi compasión, vislumbren Mi Divina Misericordia y serán llenados de Mi Espíritu de Amor. Deben permitirlo, aun cuando no puedan, deben permitirlo y Yo actuaré.
En esta noche de unión con el infinito, les transmito Mis Palabras, con algunos silencios, pues Mis Palabras sagradas deben reverberar en vuestros corazones para que ellas permanezcan en vuestras esencias y sean frutos, dones de vida, para poder trabajar en Dios.
Ayúdenme, con la oración, a salvar a este mundo y a tantas almas que se pierden en cada segundo que pasa de vuestro reloj. Mientras Yo estoy aquí, bendiciéndolos, ¿han pensado cuántos se pierden y dejan de ver a Dios?
Necesito que ustedes sean raíces de Mi árbol para que otras criaturas puedan brotar en Mi Corazón y ser savia de vida por la eternidad.
Recen a Mi Padre:
Santísimo Corazón de Cristo,
convierte nuestros corazones en llamas sagradas
de Tu Divina Misericordia,
para que Tu Faz se funda sobre el gran corazón humano.
Que el venidero descenso de Tu Gloria Celestial
redima a todas las consciencias,
en honor y en gloria al Padre Celestial.
Amén.
El Cuerpo de Cristo es el que les da la Vida eterna. Dichosos los invitados a comer de Mi Cuerpo. porque se redimirán.
Padre Eterno,
Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre,
el Alma y la Divinidad,
de Tu amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo,
como expiación de nuestras faltas y las del mundo entero.
Sangre y Agua
que brotaste del Corazón de Jesús
como Fuente de Misericordia para nosotros,
yo confío en Ti.
Bienaventurados sean aquellos que beban de Mi Cáliz sagrado la Sangre preciosa de Cristo, por el bien y la restauración de todas las almas del mundo.
Bajo el espíritu de la paz y de la sagrada fraternidad, sean bienaventurados todos los que beben de Mi Sangre hasta el fin de los días.
Bajo el espíritu de la paz, Yo los bendigo y los absuelvo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
A través del Sagrado Cuerpo Eucarístico de Cristo Yo les doy la paz y vayan en paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
¡Gracias, Señor, por cuánto nos das!
En este encuentro, Te honramos Jesús.
Fray Elías del Sagrado Corazón lee el Mensaje extraordinario de Cristo Jesús del 5 de octubre de 2014 y dice:
Con esas palabras vamos a esperar la venida de Cristo. Vamos a colocar nuestro corazón en estas cuentas que nos faltan, permitiendo al Universo Celestial que concrete Su misión aquí, en Paraguay.
Yo les doy a conocer los hechos de Mi Pasión como nunca antes nadie los contó.
En Mi Corazón misericordioso no solo se guardan las señales para vuestra salvación, sino también los verdaderos misterios que Dios Me dio a conocer durante Mi agonía.
Yo les muestro y les doy a conocer Mi Pasión para que encuentren el camino de vuestra fortaleza. Muchos se olvidan de este importante evento universal que fue vivido por Mí aquí, en la Tierra y, principalmente, muchos más se olvidan de querer conocer esta Pasión tan verdadera y profunda que permitió la redención de la humanidad.
En el Universo de Dios, la Pasión es viva y resplandeciente, pues allí no se guarda el dolor ni el padecimiento, sino el verdadero sacrificio de Amor que Yo he dado, por todos ustedes, en aquellos tiempos.
Hoy les vengo a recordar estas cosas delante de las gravedades que acontecen en este mundo. Yo quiero que ustedes, Mis compañeros, puedan penetrar el misterio de Mi Pasión a través de Mi Corazón. El Rosario de las Siete Agonías, que Yo les entregué, guarda verdaderas llaves para vuestra redención, símbolos significativos, señales luminosas, para aquellos que en verdad quieran descubrir Mi Pasión.
Yo no vengo en esta era para que ustedes se martiricen. Vengo a darles la Verdad, el verdadero conocimiento de aquello que muchos olvidan. Por eso, Mis compañeros, ingresen al universo de Mi Corazón y hagan morada dentro de Mi Corazón. Lo demás, Yo lo podré resolver cuando ustedes se liberen del control de las cosas.
La verdadera cura espiritual, aquella que Yo les prometo a través de Mi Misericordia, puede acontecer en ustedes a través del desprendimiento interior de todo aquello que les hace mal en esta vida, en la que pasaron por muchos aprendizajes y pruebas.
Por eso, abran vuestros corazones nuevamente. Permitan que Mi Sangre pueda correr por ustedes, lavar, limpiar y purificar todas las manchas que guardan ante los Ojos de Dios.
Yo les doy la posibilidad de conocer Mi Misericordia y la oportunidad de poder amar, a través de Mi Presencia a las tres de la tarde. A aquella alma que Me invoque en cualquier parte del mundo, Yo iré a socorrerla, especialmente la bendeciré, porque estaré haciendo un verdadero milagro de Amor en su vida. Aquel que cree en Mí alcanzará la vida eterna y no será necesario esperar al próximo mundo para estar dentro de Mi Universo Celestial.
Yo les revelo, a través de la oración misericordiosa, el potencial para poder alcanzar la redención y la paz, pues vuestros corazones deben estar cada vez más abiertos para poder amar el misterio infinito que representa Mi Vida para ustedes, en estos tiempos.
En este mismo momento, Yo vengo aquí para bendecirlos, curarlos y perdonarlos. Vengo de un lugar distante del universo en donde vibra Dios altamente a través de Su Amor y de Su Unidad, y muchas consciencias celestiales participan de esta vibración de Amor y de Paz.
Así, queridos compañeros, hoy les pido que eleven vuestros cuerpos y células y permitan que los rayos de Mi Pasión, aquellos que permitieron la Resurrección de Mi Ser y la sagrada Transfiguración, puedan penetrar en lo profundo de sus células.
El primer paso, Mis amigos, es amar lo desconocido, tener absoluta confianza en Dios Padre, porque Él siempre les dará las respuestas para los grandes problemas que viven hoy.
Muchas almas más hubieran podido participar de este encuentro Conmigo aquí, pero ¿en dónde están?, ¿ustedes las han llamado correctamente?
El primer llamado al despertar se realiza a través de la donación del corazón. Es el corazón que llama a otro corazón, no es la mente. Por eso, ayúdenme a concretar Mis Planes, así como Yo lo hice en Ruanda cuando di un mensaje importante para el mundo y solo el cincuenta por ciento de la humanidad Me escuchó.
Ahora vengo más próximo a ustedes, Me acerco a vuestras vidas y corazones para que sean Mis testimonios. Den el ejemplo de vuestra redención a los demás hermanos. Yo vengo a buscarlos como lo hice con los apóstoles. No podrán escapar de Mi compromiso universal, mas siempre serán libres de poder seguir el camino que deseen, Mi amor nunca los defraudará.
Yo les traigo, compañeros Míos, una posibilidad de encontrar un cambio. Abran las puertas de universo espiritual para que él resida en ustedes todo el tiempo. Yo les indico un último camino, Yo les entrego una última llave, Yo les doy el último símbolo que es Mi Corazón de Luz.
La fuerza de Mi Espíritu de Amor debe ser más fuerte que vuestras intenciones. Así, Mis amigos, encontraré un espacio para estar en ustedes y nunca perderé el tiempo al revelarles Mi Voluntad y que puedan conocer Mi profunda petición para estos tiempos finales.
A cada uno Yo le pido algo para que lo pueda cumplir en nombre de Dios. Y cuando esa misión esté finalizada, Yo les haré conocer otras cosas en la próxima vida, en un próximo mundo, donde ya no existirá el sufrimiento y los corazones no padecerán, no necesitarán sufrir más para poder aprender a crecer. Yo les traigo la oportunidad de que en todos los días de vuestras vidas se animen a beber de Mi Fuente de Amor para que se borren vuestros pecados y nazcan, en estos tiempos, las células de luz en sus seres, para que despierten los Nuevos Cristos que deben cumplir la misión de difundir Mi Paz y Mi Redención en los cuatro puntos de la Tierra.
Pero ¿quién se animará a seguirme hasta el final?
Yo siempre les daré una prueba mayor para que puedan superarla y trascenderla, pero Mis Manos están extendidas hacia vosotros, nunca los dejaré de ayudar, siempre derramaré Mi Luz sobre ustedes y sobre aquellos que se abran para recibirme.
Yo les entrego, Yo les dono Mi Corazón como el único motivo para vuestras vidas, porque a través de Mi Corazón y alrededor de Mi Corazón todos Mis discípulos podrán cumplir los Designios de Dios y realizar las obras de vida que están previstas en el Cielo para que ellas se manifiesten en la Tierra.
Hoy vengo a vuestro encuentro para que se animen a darme más, sin miedo, sin temor, con confianza absoluta.
Guarden Mi Amor en vuestros corazones, guarden Mi Paz.
Agradezco a aquellos que se animen a acompañar la peregrinación de María por Paraguay, pues los Hijos de María son imprescindibles en estos tiempos. Ellos son chispas del Universo Celestial que expanden e irradian la Gracia de la Madre Universal en cada lugar al que van, en cada espacio por el que caminan, en cada corazón que enfrentan para consolarlo, para aliviarlo, para curarlo a través de la oración del corazón.
Bajo el ministerio de la Paz que Dios me ha concedido y la protección del Espíritu Santo, bendeciré, en este momento, el Sagrado Cuerpo de Cristo y la Preciosa Sangre de Jesús, y todos los objetos sagrados que en cualquier parte del mundo sean elevados hacia Mi Corazón en este momento. Porque lo más importante para vuestras vidas es siempre encontrar, a través de los símbolos, un camino de salida y de salvación.
Ofértenme, en este momento, aquello que quieran que Yo consagre, desde donde están. Mi energía se expande en Omnipresencia, Amor y Misericordia. Elevemos esta oferta a Dios por aquellos que se olvidan de vivir en Dios y no encuentran consuelo en este tiempo.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Te adoramos, oh Cristo y te bendecimos,
que por Tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón eleva las ofrendas a ser bendecidas y dice:
Para los enfermos,
para la humanidad,
para las almas inocentes que mueren,
para todos los que son buscadores de la paz,
para los orantes,
para los religiosos,
para los que buscan aromas sutiles,
para los que no se han redimido,
para las madres de toda la Tierra.
Oraremos, a pedido de Nuestro Señor, la oración del Ángel de la Paz junto a Jesús.
Mi última Voluntad, compañeros amados, es que junto con Mis Ángeles Custodios recemos, cantemos por todos los Ángeles de la Guarda que no pueden cumplir su misión, que no alcanzan a las almas porque las almas no escuchan el llamado interior. En profunda Adoración a Dios, ayudemos a los Ángeles de la Guarda para que cumplan su propósito en este tiempo final.
Repitamos:
Santo, Santo, Santo es el Señor de las Huestes.
Santo, Santo, Santo es el Señor de las Huestes.
Santo, Santo, Santo es el Señor de las Huestes.
Ahora, dejen que Adonai toque vuestros corazones.
Bendigo a Paraguay por este momento y a todas las almas que hicieron posible que se cumpla Mi pedido. Dios los bendecirá.
Canción: Kodoish.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Con esta alegría que Cristo nos deja por poder encontrarlo, estamos dando cierre a esta Maratón que fue tan importante aquí, en Asunción, en Paraguay. Creemos que muchas almas fueron ayudadas por la Misericordia de Jesús.
Agradecemos a todos por este momento, a todos los que estuvieron coligados con Nuestro Señor.
En este tiempo, Yo vengo al mundo como el Sacerdote Mayor a preparar los caminos de los que retornarán, por sí mismos, a comulgar Conmigo en Mi próximo advenimiento al mundo. Así, Yo cumplo con los Designios de Mi Padre y abrazo a todas las almas para que sientan Mi Sagrado Corazón.
En la Luz que Yo irradio se encuentra la Verdad, motivo principal de Mi Venida a este mundo, como Espíritu de Verdad y de Vida. De esta forma, Yo reúno a Mis nuevos discípulos para que, a través de Mí, vivan la Verdad que Yo viví en tiempos pasados. Me reúno con todos los autoconvocados y con los olvidados que han quedado atrás, perdiendo la oportunidad de la cristificación.
Mi Corazón prevalece a lo largo de los tiempos, mientras Yo envío impulsos permanentes a todos los espíritus que viven sobre la faz de la Tierra, pero no todos Me responden como Yo lo desearía. Muchas veces debo forjar la madurez del trigo, pues Mi Padre lo necesita para servirse de él y así poder cumplir el Propósito Divino de derramar Su Misericordia en este mundo herido.
Mientras aún todo está por suceder, Yo los reúno de manera inmediata alrededor de Mi Sagrada Mesa Eucarística, para que el mayor número de esencias reciba los Dones que Yo alcancé durante la Muerte, Resurrección y Gloria por amor infinito a todos Mis rebaños.
Yo les pido, en este tiempo, la fidelidad a Mi Corazón Sacratísimo. Así, Yo podré saber y ver con cuántos talentos podré realizar Mis Obras de Paz en el mundo en este tiempo. Por eso, la formación de los nuevos apóstoles es urgente.
Yo vengo directamente del Universo Celestial y Espiritual a dar los últimos avisos a todos. Ayuden a despertar a los que duermen en la ilusión de este sueño humano, ustedes cuentan desde siempre con Mi Sagrada Intercesión Divina. Los necesito dispuestos a poder dar lo mejor en cualquier momento.
¡Crean!, sus células son redimibles y, a través de Mí, ellas se santificarán por la Ley de Mi Misericordia. Sean pacientes y no descansen en ustedes mismos, sino ábranme la puerta de sus corazones, para que sus almas Me puedan escuchar como la Única Voz Mayor.
Sientan el poder de Mi Confianza, la Paz que nunca acaba y el Amor verdadero de Mi Corazón que los abraza fuerte y los sostiene hasta que vuelvan a caer a Mi lado. Mis Manos, juntas a las suyas, son la seguridad predilecta y la fortaleza que Yo les puedo legar.
Por eso, sean cristalinos como el agua, en todos los sentidos de la vida; así, Yo les aseguro, Mis amados, que alcanzarán la pureza y serán en poco tiempo Mis santos de los últimos días.
Bajo el Amor de Dios, sean bienaventurados y pacíficos.
¡Gracias por permanecer en Mi Corazón!
Cristo Jesús Glorificado, el Sacerdote de la Paz
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
No se olviden, queridos hijos, de que Yo Soy la Señora Desatadora de Nudos y que en Mis manos está el poder de la liberación.
Como Madre del Sagrado Alivio, quiero aliviar sus corazones en esta noche; pero también, quiero liberar los nudos que los amarran desde hace mucho tiempo. Por eso, invoquen Mi Presencia y, así, Yo concederé esta Gracia.
Vengo, desde el Cielo, a traerles la Paz pero también la liberación. Es tiempo de que Mis hijos crezcan en el camino de la conversión.
Ustedes saben, queridos hijos, que Mi perpetuo pedido es la oración. Junto con el Niño Jesús, desataremos los nudos de sus vidas; porque, hoy, Él está en Mis brazos para traerles también Su Misericordia.
Él quiere también que sigan el camino de la paz y de la conversión, a través del ejemplo del buen discípulo que sigue las enseñanzas del Maestro del Universo.
Muchos nudos se encuentran en esta humanidad actual, necesito de sus oraciones para que Yo pueda desatarlos. El permiso comienza primero en ustedes; por eso, abran sus corazones para que esto pueda suceder.
Una buena Madre libera a Sus hijos del pecado y de la perdición. Yo quiero llevarlos siempre hacia el encuentro con Mi Hijo; porque ustedes saben, queridos hijos, que la humanidad se olvida de Él.
Entréguenme sus nudos en esta noche, porque Yo les concederé el poder de la liberación a través de la Gracia Suprema de Mi Corazón. Quiero que caminen hacia ese encuentro Conmigo, todos los días, mediante la redención, la conversión y la oración.
También quiero liberar los nudos que existen en sus familias. Ustedes saben, queridos hijos, que la Madre de Nazaret tiene ese permiso; porque mientras estuve aquí, en la Tierra, pude aprender mucho entre ustedes.
Los ángeles Me guiaron para poder conceder la cura de muchos corazones; la resurrección de los muertos, de todos aquellos que estaban caídos en el pecado infernal.
Desde el principio, Dios Me concedió la Gracia de poder liberarlos.
Pero sepan, queridos hijos, que Mi Amado Hijo está sobre todas las cosas de este mundo y Él Me envía a prepararlos para Su Regreso, para que ustedes lo esperen con alegría y con devoción.
Mientras el mundo se redime y otros se condenan; Yo les pido, queridos hijos, que usen los medios que existen en los Sacramentos, porque así sus espíritus se fortalecerán para la hora final.
De esta forma, podré caminar a su lado, silenciosamente, y así consagraré sus corazones, poco a poco, hasta llevarlos al encuentro definitivo con Dios.
Hoy, Mis Palabras se vuelven sagradas ante sus corazones, porque quiero que se siembren y crezcan en sus corazones para que puedan nacer nuevamente a la paz; la paz que necesita el mundo, principalmente las familias que se separan por la acción del enemigo.
Por eso, siempre tengan en su memoria, queridos hijos, a la Señora Desatadora de Nudos porque, siempre así, Yo los auxiliaré cuando su sentimiento sea sincero y amable Conmigo y, de esta forma, abran una puerta al cambio, al cambio de sus vidas.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Que ningún conflicto de sus corazones, hijos Míos, sea mayor que el amor que sienten por Mí y que la aspiración de sus corazones de encontrarme en Mi Reino Celestial.
Hoy, les digo que vengo también a enseñarles a dejar de lado las pequeñas cosas de la vida que cierran sus corazones y que les impiden encontrarse con Dios.
Porque, Mis queridos hijos, si se permiten encontrarse Conmigo, dejando de lado, aunque sea por un pequeño instante, los problemas que afligen sus corazones, Yo les podré mostrar, a través de Mis Ojos Maternales, todas las necesidades del mundo y cuán pequeñas son las necesidades de sus vidas, ante todo lo que el mundo vive en este tiempo.
Hoy, den gracias a Dios por estar ante la Madre del Mundo que trae, del Reino de los Cielos, la posibilidad de la liberación de sus corazones.
Aseguren firmemente esta oportunidad, hijos Míos, para que Mi Rayo de Liberación pueda profundizar en sus esencias y seguir trabajando en el interior de sus seres, más allá de este día. Y, para que eso suceda, es necesario que caminen en oración, que traigan a sus mentes pensamientos de bondad, de caridad y de fe; porque de esta forma, equilibrarán el mal que existe en el mundo y todos los pensamientos que son emitidos al Universo, que solo causan dolor al Corazón de Dios.
Mis queridos, hoy les digo que cultiven la alegría en su interior, a través de la caridad, del auxilio amoroso al prójimo; porque, si sirven a sus hermanos que más necesitan, encontrarán a Cristo en el interior de cada criatura, pues el Señor se hace visible a los ojos que lo buscan en los corazones necesitados.
La Luz de Nuestro Señor se muestra a aquellos que la buscan y que buscan encender esa Luz en las esencias que hoy se apagan.
Las obras de caridad, hijos Míos, llevarán a sus almas por un camino de transformación, un camino de transformación también para el mundo, porque jamás se olviden de que cada una de sus almas representa a toda la humanidad ante Dios.
Por eso, Mis amados, jamás teman convertir sus corazones en corazones puros, simples y humildes. Porque mientras los corazones del mundo buscan crecer en vanidad, en orgullo y en su vida material; sus pequeños corazones deben mostrarse a Dios como corazones que valoran el Reino de Dios y que reconocen que toda la riqueza del mundo no es nada ante Dios.
La mayor riqueza que pueden guardar en sus corazones y que jamás ninguna criatura de esta Tierra les podrá quitar es el Amor que Cristo depositó en cada una de sus esencias, aun en los corazones que lo desconocen como Señor y Rey de este Universo.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Ante la Presencia del Niño Jesús, y como Madre y Señora Desatadora de Nudos, hoy, quiero liberar el nudo de la enfermedad del cuerpo y del alma.
Por eso, en este momento, queridos hijos, con fe, en sus corazones, en la creencia de la Presencia de Dios a través de Mi Inmaculado Corazón, entréguenme en Mis m
Manos la enfermedad del cuerpo o del alma y, a cambio y amorosamente, les entregaré la Cura de Mi Corazón.
Por eso, queridos hijos, les hablo directamente a los que hoy están presentes y también a aquellos que acompañan Mi visita en esta noche.
Ustedes verán, queridos hijos, cómo en Mis Manos se depositan grandes nudos de la humanidad, y la liberación de cada uno de ellos será por su fe en Mi Corazón Misericordioso; porque la puerta de Mi Corazón, de Mi Corazón Humilde, los llevará a Jesús, el Rey de reyes.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nuestra Señora está comunicando que hará una oración para la cura del cuerpo y del alma.
Mientras oramos, Ella pidió que los presentes, con total armonía y tranquilidad, se aproximen hasta aquí.
Oración: Ave María (varias veces en croata).
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Como el Padre del Universo les enseña, queridos hijos, toda alma que quiera recibir, directamente de Su Corazón, una Gracia Sublime, debe colocar las palmas de sus manos hacia arriba, en señal de recepción de la Luz de la Fuente Mayor que brota a través de Mi Corazón.
Cierren sus ojos y sientan Mi Presencia. Dios está con ustedes en este momento y les envía esta cura espiritual, a través de Mi Intercesión como su Madre.
En este momento, Dios reúne a todas las faces que Yo he hecho conocer, a lo largo de los siglos, en el mundo entero.
Mi Gran Consciencia Virginal está aquí.
Vean, en las palmas de sus manos, una luz celeste que representa a la Fuente de Mi Gracia, Mi Gracia reparadora para Mis queridos hijos.
Entréguense en confianza en Mis brazos y escuchen Mi siguiente oración:
Santísimo Padre del Universo,
que concedes las Gracias y los Poderes
a Tus Mensajeros Celestiales,
intercede por esta parte de la humanidad
que busca la esperanza, el consuelo y la cura.
Que, a través de Mi Inmaculado Corazón,
que representa al poder de Tu Amor sobre la Tierra,
concédeme la Gracia de derramar
el Amor sobre Mis hijos;
y que, por la ayuda espiritual
de Tu Amado Padre Arcángel Rafael,
que Mi Corazón derrame las Gracias curadoras,
repare el mal en los corazones,
los libere del pecado,
para que alcancen la promesa
que Mi Hijo les concedió
de estar ahora en Tu Paraíso.
Amén.
Lleven las manos hacia el corazón.
Bendigo estas sagradas imágenes, en gratitud y amor.
Que el Poder Curador del Padre, que la Redención del Hijo y el Amor del Espíritu Santo, permanezcan en ustedes y les den la fuerza para caminar decididos hacia los Sagrados Corazones.
Les agradezco.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a entonar: “Ave, Ave, Ave María”.
En Jesús hallarán el verdadero camino hacia la paz. Por eso, queridos hijos, abriendo Mis brazos misericordiosos hoy les pido por sobre todas las cosas: vengan a Mí, porque si así lo hicieren, Mi Inmaculado Corazón los ayudará.
Hoy, en especial, abro Mi Manto Protector para que cada uno de Mis hijos, a través de la oración del corazón, se coloque bajo Mi Manto para que los Rayos de la Luz Eterna de Dios los ilumine y pueda mostrarles el justo y santo camino que ustedes son invitados a recorrer, imitando a Mi Hijo que lo recorrió una vez por toda la humanidad.
Queridos hijos, encuentren la fuerza en la fe y en la devoción a Mi Inmaculado Corazón. Quiero hacerlos renacer como Jesús hizo resucitar al hermano Lázaro. Queridos hijos, ha llegado el momento de caminar para que ustedes puedan ver la Luz Eterna de la Divina Misericordia que Mi Hijo les quiere entregar.
Sigan adelante y no pierdan tiempo porque Mi Hijo los necesita fuertes y valientes como el vuelo de las aves en el amanecer.
Queridos hijos, hoy los invito a orar por la Luz en el corazón. Yo los llamo a permanecer en la alegría, pues eso les permitirá despertar la presencia interna del Espíritu Santo en cada uno de ustedes. Conozcan a través de la oración los Dones del Espíritu Santo.
¡Quédense en Mis brazos! Confíen en la entrega que Mi Corazón les hace en este día.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Mientras Dios lo permita y, por amor, intercederé y estaré con ustedes todo el tiempo que sea necesario. Mi última presencia en el mundo acontecerá antes del retorno de Mi Hijo como una señal para las almas.
Hoy quiero invitarlos a interiorizar la lectura del Evangelio de Mi Hijo escrito por Sus fieles seguidores. Por detrás de los Hechos que Jesús vivió, existió una Consciencia Mayor, que es la Consciencia Única de Dios, que guió y acompañó todos los pasos de la resurrección de Mi Hijo.
Queridos hijos, para que vuestra vida crezca en dirección a Dios, el Altísimo, los invito a guardar en sus corazones las enseñanzas que Cristo manifestó al mundo con tanto amor.
Los misterios de Cristo fueron llaves de expansión del corazón para muchas almas, y, así, se manifestaba la cura en los hijos de Dios. Por eso, hijos Míos, las llaves que Él dejó a través de ejemplos, enseñanzas y parábolas, los llevarán a consagrarse cada vez más en el camino de Mi Hijo, un camino hacia la fraternidad.
Cristo, El que ha resucitado frente a los ojos del mundo, es Quien retornará como Buena Nueva para el tiempo presente. Es importante, pequeños Míos, que ustedes preparen desde ahora sus corazones porque cada momento de unión con Mi Hijo los fortalecerá. En cada nuevo encuentro con Él, ustedes estarán recordando la importancia de vigilar en la oración del corazón.
Sepan, hijos queridos y amados, que Él Me envía a ustedes para que, como una bondadosa Madre, los instruya y los guíe por el verdadero camino que Jesús recorrió cuando estuvo en este mundo. El camino de las almas es un camino celestial que deben recorrer en esta Tierra sin pertenecer a ella.
Ahora ha llegado el momento de la rehabilitación de todos los caídos, y Mi Inmaculado Corazón los invita a orar misericordiosamente por todos estos hijos que sin saberlo buscan a Dios.
Como soy la Madre de las Gracias, los llamo a colaborar con los Infinitos Planes de Dios.
¡Les agradezco!
Gracias por contestar a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Que hoy vuestros corazones canten y alaben al Redentor porque Él ha resucitado en cada una de vuestras vidas. Vivan el gozo de la Gloria de Dios y sacien la sed de todas las almas con la oración del corazón.
Queridos hijos, abran los brazos para recibir Mi Paz Inmaculada y difundan el espíritu de colaboración entre los corazones. De esta manera, hijos Míos, vuestros corazones vivirán la caridad de Mi Hijo. Que hoy sea un encuentro de oración, de amor y de alegría porque Mi Hijo llega a cada uno de ustedes para que Lo vivan y Lo amen en fraternidad.
Queridos Míos, que hoy brote desde ustedes el manantial de la gratitud porque Dios ha enviado a Nuestros Corazones para que el mundo esté en el camino de la salvación.
Queridos hijos, liberen de vuestros corazones toda tristeza y vivan en paz este reencuentro con el Corazón Infinito de Jesús. Abran las puertas de vuestras moradas y reciban al Pastor para que sus pequeños corazones se rediman. Entonces podrán estar verdaderamente en Mi Hijo y no olvidarán que Él los espera diariamente para que lo adoren y lo contemplen con el corazón.
Hijos Míos, vuestras vidas hoy están comulgando de un Gran Corazón de Amor que debe tener reposo en cada uno de ustedes. Este gran Corazón de Amor se llama Jesús, Mi Hijo Altísimo, que les trae la Paz y el Amor.
La fuente de oración que vuestros corazones generan día a día, aliviará el dolor del mundo porque Nuestros Corazones podrán interceder por toda la humanidad delante del Padre Amadísimo.
¡Vivan el gozo de la resurrección y celebren porque Mi Hijo quiere estar en vuestras vidas!
Gracias por responder a Mi llamado.
Luz Eterna para el mundo,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Hijos Míos:
Hoy los invito al recogimiento de sus corazoncitos para aguardar el despertar del Señor Jesús, Mi Hijo Glorificado. Recuerden, queridos hijos, que durante esta semana, sus vidas se preparan para entrar por las puertas redentoras de la Pascua que Mi Hijo hace reverberar a través del acto de la Pasión de Su Sagrado Corazón.
Por eso, queridísimos hijos, ahora ustedes ya están prontos para volver a comulgar de Mi Hijo, el Salvador de todas las almas. Para llegar a vivir ese sublime acto de amor por Jesús, Yo les pido que perdonen y reconcilien sus vidas con la de cada uno de sus hermanos, que también son Mis hijos en la Redención.
Queridos hijos, Yo los llamo a contemplar hoy, profundamente en la oración, el misterio de la Resurrección de Cristo a través del poder del Amor. Si sus corazones ya dieron ese paso de Amor, Mi Inmaculado Corazón podrá dar más vida y salvación a muchos de Mis hijos que están muy lejos de Dios.
Hijos Míos, celebren esta Pascua como la primera Buena Nueva que viene en el fin de este tiempo a aliviarlos de todo el sufrimiento de sus vidas. Por eso, queridos hijos, la oración del corazón los llevará a encontrar, en el camino, la Presencia de Mi Hijo, de Su Santo Corazón de Amor.
¡Santos y venerables sean los Ángeles del Señor! porque ellos, a través del sacrificio que Mi Hijo entregó por amor, podrán ayudar en la redención del mundo.
Abran las puertas de sus corazoncitos y busquen a Cristo, porque Mi Hijo está allí en cada uno de ustedes. Acepten los brazos de Amor y Redención que Mi Hijo les extiende. Permitan que vuestros corazones ardan de amor por Cristo. Si así lo fuera, queridos hijos, Mi Inmaculado Corazón de Madre podrá, a través de la Misericordia, socorrer al mundo que está perdido. Oren con el corazón. Abracen con paz cada misterio de la Pasión porque ya ha llegado la hora de que vuestras vidas crezcan.
Gracias por responder a Mi llamado.
En la Buena Nueva de la Resurrección de cada vida y de cada pequeño corazón,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
¿Por qué tu pequeño corazón se acongoja?
¿Conoces el misterio divino del perdón y la compasión?
Cada vez que pasa la tiniebla de la vida Mi Luz Inmaculada brota para sus corazones. Yo los amo. Yo los adoro. Yo los protejo y los acompaño a cada paso de la vida.
Hoy los invito a recordar la resurrección que Jesús le irradió a Lázaro. Hoy permitan que sus corazones resuciten de todo sufrimiento o dolor para que Mi Corazón Inmaculado los guarde en cada momento de la vida.
Mis pequeños, yo conozco a cada uno de sus corazones desde el nacimiento hasta la vida presente. Por eso, ha llegado la hora de entregarme lo que en sus corazones está duro como la madera, resistente y pesado como el hierro. Yo los conduzco para que sus corazones vivan de la presencia de Mi Amor Divino.
Acérquense a Mí, que Yo los comprenderé y los escucharé. Derramen sus sentimientos sobre Mi Corazón para que Mi Alma los ayude en los pasos de la senda de la transformación.
Muchas almas sufren porque sus corazones pierden la fuerza interior para amar y perdonar y, aún más, para encontrarme. Pero, Mis pequeños, Yo estoy entre los corazones del mundo y en los corazones de todos Mis hijos. Mi misión celestial es que todos conviertan sus corazones antes de entrar al Reino de los Cielos.
Para eso, Yo los irradio con Mi Luz Maternal para que sus corazones encuentren descanso y para que sus sentimientos se aquieten en Mi presencia. Para llegar al Reino de la Paz, la vida les demandará esfuerzo, trabajo, oración, transformación, renuncia y donación de sí.
Una verdadera alma consagrada a la Voluntad del Altísimo, aguarda en el silencio el esperado encuentro y acepta con valentía y de corazón todo lo que ella deberá trascender.
Por eso, hoy los invito a trascenderse bajo la fuerza del corazón y del amor que cada una de sus almas tiene por Mí. Así nacerá el nuevo espíritu y estarán cerca de Mi Reino. Yo no Me separaré de ningún alma que se transforma y menos de todas aquellas que enfrentan la soledad en el camino de la consagración.
Aspiren a la fe dentro de Mi Inmaculado Corazón; allí, en ese reino, estaremos juntos en la eternidad del Amor vivo de Dios.
Los ampara de todo, en el Amor Misericordioso de Cristo,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más