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Primer Mensaje
Que Mis Palabras rebroten en los corazones de los simples y de los que se han decidido a seguirme de forma incondicional.
Me alegra saber que algunos comprendieron lo que Yo digo al respecto de Mi Obra y que han permitido cumplir Mi Propósito en este lugar, en este Centro Mariano en el Reino de Aurora.
Porque, a pesar de que la indiferencia aún está en la mente de muchos hombres, hay corazones que consiguen seguir Mi Camino; y es a través de esos corazones que Yo cumplo Mis designios para poder sostener a este planeta y a esta humanidad.
Aún una gran misión nos espera en Europa en los meses de junio y julio, algo que delicadamente el Padre está pensando poder realizar por medio de los esfuerzos de los que se disponen a servirme; y esto incluye a todos, sin excepciones.
Cada uno debe cumplir con su parte en este momento del Plan; todas las piezas deben estar colocadas en sus correctos lugares para que el Proyecto pueda funcionar y seguir adelante. Nadie puede excluirse en este momento de lo que ha venido a cumplir en esta vida, nadie.
Cada uno de ustedes tiene una llave con la cual abrirá una puerta para que una nueva oportunidad se pueda dar; y eso va más allá de su personalidad, hasta de su propio espíritu.
Es necesario que las almas comprendan que la Obra es un motor en dinamismo; es un fluir constante de Leyes y de Principios que, de ciclo en ciclo, descienden a la Tierra para poder salvar a la humanidad.
No necesito que cumplan Mis designios de forma perfecta, pero sí de forma verdadera; eso traerá transparencia a sus vidas y a sus caminos; eso los hará verdaderos los unos con los otros, y también los hará verdaderos ante Mí.
Yo solo necesito que Me sirvan de verdad, para que los proyectos que Me ha entregado el Padre se puedan cumplir por medio de las almas que Me sirven, de tiempo en tiempo.
Hoy vengo por un Uruguay que ha decidido cerrarle las puertas a Dios, de muchas formas.
¿Y por qué digo esto? Porque lo verán en sus ejemplos, en sus acciones y decisiones.
En verdad ya lo pueden ver en todo lo que se ha decidido hacer en este tiempo y que está fuera del equilibrio del Plan y de la Justicia.
El Padre, el Universo y las Jerarquías no desean la condenación del país, sino la salvación.
El despertar de muy pocos permitirá la salvación de muchos, pero no como todos lo esperan.
Es importante hacerse responsable de las decisiones tomadas, de las cuales la mayoría de las almas no tiene consciencia de lo que se ha decidido. Eso provoca deudas grandes para los que han tomado las decisiones, a nivel espiritual y material.
Pero con la última parte de la Misericordia que vengo a derramar, vengo a salvar a los últimos, a los que en verdad se quieran arrepentir y vivir el camino del Amor y de la Justicia.
Las naciones están comprometiendo el despertar y la evolución de las almas; y eso es algo que quedará más evidente en el fin de los tiempos.
Por eso, el arte de la oración permite bloquear esos proyectos que no son de Dios sino de los hombres.
Estamos entrando en el ciclo de los últimos impulsos que recibirá el Uruguay para que, al menos, la minoría haga algo por su tierra, así como en las demás naciones del mundo que serán llamadas a declarar ante el Padre en el fin de los tiempos.
Quisiera hablarles de las maravillas que tiene el Reino del Padre, el Reino que está en los Cielos, y cuánto las almas podrían vivir dentro de él si se ofrecieran verdaderamente a Dios; pero primero debo hablarles del mundo y de su humanidad, porque hay una parte que a ella le corresponde resolver por sí misma; y esto comenzará con la sinceridad del corazón y de la vida.
Me apremia saber que hay compañeros dentro de Mi Obra que aún no comprenden lo que está sucediendo en este momento, porque no se animan a ver la verdad, la necesidad que emerge en estos tiempos para ser atendida, dejando atrás la vida personal de cada ser para atender a la humanidad y, sobre todo, al planeta que es su casa.
Deben comprender, compañeros, que en este tiempo deberá existir un lugar en el mundo en donde puedan poner sus pies, y que sea un lugar seguro, sin conflictos ni perturbaciones; sin guerras y sin tribulaciones; un lugar en donde reine un poco de paz y de esperanza.
Si Mis servidores colocan su atención en lo que es externo y no interno, ¿cómo percibirán la realidad de estos tiempos?
Ante sus ojos se muestra el mundo sufrido, es hora de socorrerlo; es hora de tomar consciencia que un propósito se debe cumplir y que no ha terminado, que no es pasajero ni tampoco estático.
El despertar de la humanidad continúa; la redención de la humanidad continúa, y es necesario percibir esa realidad sin entrar en la indiferencia ni en la omisión.
Porque más esfuerzo vivirán los que se han apartado de Mi Camino que los que ya están Conmigo, dentro de Mi Camino.
Todo lo que Yo les he dado nunca se desperdiciará. Todo lo que Yo les he dado un día deberá ser testimoniado por ustedes ante el Universo.
Por eso, los que están confundidos, o creen estar confundidos, que recapaciten.
Yo no vengo a hablarles de algo práctico o material, sino de algo profundamente interno, que comienza y termina en ustedes, y que afecta al espíritu por sus decisiones y acciones, por sus sentimientos y también por sus pensamientos.
No pueden opacar su esencia original, su pureza. Ella debe estar inmaculada y a la vista de la Luz de Dios, para que se mantengan en contacto y en comunión con el Divino Espíritu.
Busquen dentro de sí la respuesta y se darán cuenta que lo que les digo es verdad.
Que busquen la respuesta dentro de sí los que no han comprendido el Plan en este tiempo, para que tengan la oportunidad de ser reconducidos hacia el camino de la Hermandad.
Hoy vengo a mostrarles a los Míos, por primera vez, un sentimiento de amargura por los que Me decepcionan, por los que no se unen a Mí después de todo lo recibido, después de todo lo vivido y compartido.
Ofrezcan esta Maratón para que el Plan se pueda cumplir como está escrito y no se altere por las decisiones de Mis compañeros o de los que ya no están en Mi Camino y aún tienen su compromiso firmado en lo Alto; un compromiso imborrable e imposible de alterar.
Cada uno tendrá su oportunidad de vivir el momento de su definición, y eso será entre el alma y Dios. Las herramientas y los medios fueron dados para que se preparen para ese momento.
Quien está con algún obstáculo para poder estar a Mi lado es porque no ha hecho las cosas bien, y no ha estado atento y vigilante a los acontecimientos que cada día más se avecinan y que traen el cambio de la consciencia de la humanidad.
Les prometí decirles siempre la verdad y Mi Verdad hoy les traigo; la Verdad que veo del mundo y de la humanidad; la Verdad de los que veo, de los que están a Mi lado y titubean.
Es hora de colocarse frente al Trono del Padre y preguntarse: ¿Qué estoy haciendo?
No para culparse ni amedrentarse, sino para ver la realidad con neutralidad y mejorarla con ánimo renovador y alegría.
No necesito de ustedes penas ni incertidumbres, preocupaciones ni aflicciones; ya recibo bastante del mundo todos los días y espero que más, más corazones Me alivien, sin traerle más preocupaciones ni aflicciones a Mi Corazón.
Revivan Mi Pasión como el símbolo de Mi Amor por ustedes, a través de los tiempos y de las generaciones. De allí saquen las fuerzas internas para poder seguir adelante, así como Yo lo hice en el peor momento de Mi Vida, en la mayor soledad, en el gran momento de Mi entrega por la humanidad.
Sean valientes y no se desanimen. Enfrenten su transformación como parte de Mi Victoria Celestial y no den más trabajo a sus hermanos con sus insignificantes complicaciones de vida. Asuman la responsabilidad de lo que no están haciendo y crecerán verdaderamente, sin espejismos.
Ustedes saben a quién Yo le estoy hablando. Que cada uno asuma su parte, con madurez y sin comentarios.
Porque los que deberían estar aquí sustentando el Plan Conmigo, están distraídos, en sí mismos, como lo está la humanidad.
El planeta, como consciencia, está agonizando y necesita de almas en eterno servicio a Dios. Muchas más almas en eterno servicio a Dios, mucho más que los sufrimientos que genera la humanidad, día a día. Eso equilibrará los tiempos y los acontecimientos, y no será necesario vivir tanto el dolor ni la angustia que viven millones de almas en el mundo por su ceguera espiritual.
Abran aún más el corazón para que Mis Palabras trabajen profundamente y no se queden en lo superficial.
En este tiempo estoy trayendo todos los Rayos de Mi Consciencia para que los conozcan y los identifiquen. Eso removerá lo que está obstruido en la consciencia, sanará las heridas y elevará a las almas al Propósito de Dios.
Les agradezco por acompañarme de verdad y sin tibieza en el corazón.
Los bendigo y los animo a la lealtad.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Escucha en tu corazón la voz de Aurora y siente cómo sus vibraciones sutiles resuenan en lo profundo del ser.
Este es el amor regenerador de Aurora que acoge a las almas de incasable servicio, que abraza con su Luz curadora a los cuerpos cansados.
Escucha en tu corazón la melodía mayor de Aurora y cómo ella transforma todo lo que abarca de la consciencia del ser.
Esta es la corriente poderosa de Aurora que emerge de lo profundo de su espíritu para donarse como Principio de Amor y como Fuente de Cura.
Que esta corriente sea reconocida en los mundos internos, los que, después de una larga recorrida, retoman los principios originales de la Fuente Curadora Mayor de la Aurora Interior. Sus luces iluminan los espacios y todo recibe un impulso de elevación y de armonía.
Que este encuentro con Aurora sea el momento de volver a despertar y de reencontrar las bases fundadoras de la cura para las almas.
¡Qué resuene en el interior la melodía del amor!
¡Qué Aurora sea el reencuentro con el verdadero ser, en lo más íntimo del espíritu!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
De donde Yo vine el amor es escaso y el sufrimiento de las almas no les permite recibir la Gracia y la Misericordia de Dios.
Como Siervo del Creador de todas las cosas, ingresé en los profundos abismos de este planeta, para dar a conocer a los corazones una realidad diferente, que sus ojos no podían ver, que no podían sentir ni comprender que existía.
Una parte de este sufrimiento Yo lo traje hasta aquí y se podrán preguntar porqué. Es para que vean que en verdad ustedes tienen todo; solo les resta dar todo de sí mismos por aquellos que verdaderamente necesitan.
A pesar de que Yo traigo este sufrimiento para que sea liberado, no es solo eso lo que coloco delante de sus corazones; les traigo también la Esperanza y la Gracia de la Liberación, para que crean que todo se puede transformar; aún las heridas más antiguas, los sufrimientos más profundos, los peores errores cometidos; todo se puede transformar.
Este abismo que hoy les muestro proviene del corazón de una nación herida. Herida por la ignorancia de los hombres, por la distancia que hay entre el corazón humano y el corazón de Dios, cuando no quieren verlo. Pero, de la misma forma, hijos, del propio corazón de esta nación, más profunda que todos los abismos, más poderosa que la ignorancia, que la indiferencia, que el dolor, Yo les traigo una nueva esperanza.
Desde lo profundo del corazón de esta nación herida, hago emerger una esencia que no proviene de este mundo, pero sí del Corazón de Dios. Esa esencia, hoy, es incomprensible para ustedes porque la desconocen, pero es tan brillante como mil soles y tan palpable como ustedes lo son para el mundo.
Esta esencia que estaba oculta comienza a pulsar, porque recibió una nueva oportunidad. Esta esencia cruzó los abismos que la ocultaban y, silenciosamente, también cruzó fronteras y se fue retirando de esta nación herida, encontró reposo en otro lugar.
Yo les hablo del corazón de Roraima. Esto no significa, hijos, que sus queridos hermanos de la Venezuela no tendrán más una esperanza; al contrario, esta esencia que ahora emerge y se prepara para poder expandirse viene en auxilio de todas las almas, viene en auxilio de sus hijos, aquellos que se comprometieron con ella desde el principio de esta creación; que se comprometieron, inclusive, a purificar sus vidas y perseverar, confiantes en este plano de amor.
¿Por qué Yo les hablo de estas cosas, estando aquí tan distante, aparentemente, del corazón de Roraima? Porque esta es Mi casa. Aquí Yo protejo Mis palabras y las pronuncio al mundo con la potestad que el Creador Me concedió, para instruir y despertat a las almas. Aquí Yo revelo códigos de luz y de amor que los transforman y los elevan, para que lleguen hasta aquel lugar donde el Creador los espera, donde deberían estar desde el principio.
Es por eso que desde aquí, desde Mi casa, impulso el corazón de Roraima y lo protejo para que su esencia sea resguardada y no esté más en los cautiverios de este mundo, como están tantas almas en este tiempo. La esencia de Roraima se libera, para que las almas también sean liberadas y, a pesar del dolor y de las pruebas que seguirán viviendo, que la fortaleza interior de los hijos de Roraima no sea destruída y el amor que alcanzaron, la alegría y la esperanza, no desaparezcan de sus corazones.
Aparentemente, el enemigo comemora un triunfo, pero Dios, hijos, comemora la victoria de sus criaturas a través del amor que supera todo el sufrimiento, así como el de Su Hijo lo superó estando en la cruz.
La esencia de Roraima será, para sus hijos, como los ancángeles y los ejércitos celestiales, que sustentaron la Cruz de Cristo hasta el fin. Ella se libera para que su luz los sustente, a pesar del calvario de este mundo y los cure, aunque parezca que el cuerpo se muere. Si todas las células desaparecieran y la consciencia conociera lo que llaman de muerte, la esencia de Roraima les mostraría la verdadera vida, que la humanidad aún desconoce, por estar tan presa de las ilusiones de este mundo.
Hoy es día de un nuevo comienzo, un día para levantar sus rostros a Dios y clamar por la renovación.
La esencia de Roraima tendrá mucho para reconstruir y, a pesar de mantenerse silenciosa, su silencio habla más alto que todos los gritos de dolor de este mundo.
Con eso les digo, hijos, que el mundo conocerá en este ciclo su purificación, pero también una esperanza que desconoce, así como Aurora despertó en estos últimos días a través de la Voz de la Madre del Mundo, que resonó en los Universos y volvió a abrir las fuentes de cura para la Tierra.
Esta cura, como un manantial que proviene del Reino de Aurora, está llegando, también, silenciosamente, a aquellas esencias que estaban calladas y ocultas en lo profundo del planeta, como si no existieran, como si nadie las conociera, porque por Ley de Dios, debían estar silenciosas, para que luego llegase el tiempo en que sus voces volvieran a resonar; y que el sonido de esas esencias divinas, guardadas en lo profundo de la Tierra, pudiese ser escuchado en el corazón de los hombres y que todos los misterios escondidos en la Tierra, pudieran emerger en este tiempo y despertar a las criaturas revelándose en los corazones de los hombres.
Los que eran tenidos como locos serán los únicos que tendrán razón y sabrán estar de pie cuando esos misterios se revelen. Que todas las enseñanzas que les trajimos hasta aquí sean la base de esta nueva escalera, que deberán comenzar a subir a partir de este nuevo ciclo. No se aferren solamente a lo que ya conocen. Dejen que se renueve la sabiduría y el conocimiento dentro de ustedes, para que sean instrumentos para la renovación de esta humanidad, para que lo que les parece nuevo sea lo obvio, aquello que Dios pensó desde el principio, pero que la humanidad nunca vivió.
Que todo lo que aprendieron les de fuerzas para que puedan volver a aprender. Sean como los niños que no conocen nada y se abren para todas las cosas; que se lanzan a la verdad con intensidad, que no dejan que las dudas se apropien de sus mentes y, con alegría y sin temor, siguen este camino que Dios les señala con Sus Manos invisibles.
La esencia de Roraima ya tocó el corazón de Brasil, para que sus hijos la amparen. Ahora, hijos, compañeros y servidores tendrán mucho que hacer, que construir, que manifestar, que despertar, que transformar y que vivir, para dar una oportunidad a otros.
Sus hermanos de Boa Vista ahora necesitan de su ayuda. Porque las dificultades ya trascienden sus capacidades humanas y sus corazones están un poco cansados. Sean esa mano que se extiende y ese corazón que llega para renovar, con sangre nueva en las venas de sus hermanos, que hasta hoy perseveraron en el servicio y en esa misión que va mucho más allá de sus tareas, de su día a día y de aquello que sus ojos pueden ver.
Esta misión está haciendo que ellos crezcan, pero Dios no puede permitir que sus hijos pierdan las fuerzas y hagan cosas que no están preparados para hacer; por eso, ellos necesitan de más manos, corazones y, sobre todo, consciencias dispuestas al servicio.
Aún deben saber mucho, no solo sobre la esencia de Roraima, sino sobre tantas esencias que están ocultas en este mundo. Así como los niños aprenden a leer y van deletreando las primeras letras, Yo les enseño los Misterios de Dios.
Cuando crezcan, descubrirán que no solo una frase estaba oculta en Mis palabras, sino una historia entera, la historia de la Creación de esta humanidad, el presente y el triunfo de Dios en la derrota de la ignorancia, de la soberbia y del egoísmo humano.
Con eso, hijos, Yo los bendigo y les agradezco por estar aquí.
Hoy, quiero dejarles una Gracia especial, como símbolo de este sufrimiento que Yo vine a curar, de esta fortaleza que Yo vine a despertar, para que los corazones trasciendan el dolor, la tristeza o la enfermedad y reconozcan que, independientemente de sus pruebas, Dios los llama a una superación mayor, a una experiencia de amor; así como a Su Hijo, que trascendió cualquier sufrimiento corporal, interior o espiritual, porque es de esta forma que el amor se vuelver verdadero y cruza las dimensiones.
Ofrezcan esta Gracia a los que desconocen la Gracia de Dios, que no la ven y se sumergen cada día más en su sufrimiento y en su dolor.
A los que buscan, siempre les será dado. Si no fuese así, las Palabras del Hijo de Dios no serían verdaderas. Confíen en Sus Promesas y vívanlas en este tiempo.
Vamos a cantar para que la humanidad reciba esta Gracia.
Con esto los bendigo y bendigo a toda la humanidad, por la postestad que Dios Me entregó, para interceder por las almas y elevarlas a Su Corazón.
Ahora vayan, hijos, y con este impulso en sus consciencias multiplíquenlo, para ofrecer a los pies del altar de su Maestro y Señor cuando Sus Pies, en esta noche, tocarán la Tierra.
Yo les agradezco y nuevamente los bendigo, en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Sigan en Paz y lleven esta paz al mundo.
Mientras, por una parte, el Reino Mayor de Aurora vuelve a expresarle al mundo sus más grandiosos tesoros, por otra parte, la cura de las almas vuelve a ser concedida para poder concebir en el mundo y en la humanidad una gracia infinita de redención y de perdón.
Hacia esa aspiración y concreción Yo los invito a seguir para que más consciencias en el mundo puedan recibir las mismas dádivas que ya recibieron sus corazones.
La Cura de Aurora es algo que, de tiempo en tiempo, se profundiza en la consciencia que tiene la gracia de recibirla.
Aurora es ese Espejo Mayor de Amor que refleja en las almas la liberación de las formas y la redención de los atavismos más profundos de la consciencia.
Cuando Aurora, como Esencia Curadora, llega a trabajar de esa forma en la consciencia, con un permiso interior concedido por parte de la propia alma, se establece una comunión con las Leyes de la Cura que no son terrestres, sino cósmicas; y así, la consciencia recibe una ayuda inmediata para poder llevar adelante nuevas y mejores etapas en su vida.
De esa forma, Aurora sigue siendo un misterio espiritual por descubrir, algo que como esencia proviene de Dios, desde hace mucho tiempo, y se manifiesta a las criaturas para poder redimirlas y curarlas.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
AURORA, el nuevo amanecer…
Que los tibios de corazón se aparten, porque Aurora vuelve a amanecer en el interior de los que creyeron en ella desde el principio.
Que los injustos que no supieron reconocer a Aurora se rediman, porque llegará la hora en que la Aurora Azul brillará en el firmamento de este mundo.
Aurora es el rayo que separa el bien del mal.
Aurora es el escudo que repele los embates de las tinieblas, pero su fuego puede calcinar todo lo que toca.
Rendirse a Aurora es una meta. Unirse a Aurora es un propósito.
Por eso Aurora emana su Fuente curadora de luz para revertir todos los males internos. Dichosos serán los que se dejen moldear por su fuego, porque Aurora hará de cada alma un precioso triunfo para Dios.
Mientras puedan, déjense vencer por la corriente poderosa de Aurora y sus lazos con el mundo se romperán, sus cadenas más resistentes serán liberadas y recibirán el soplo del fuego divino de Aurora.
No quieran comprender de dónde proviene su poder. Únanse a la llama flameante de Aurora y forjarán en ustedes un verdadero e inquebrantable soldado de la luz.
Abran camino, reclinen sus cabezas y reverencien al Reino de Aurora, porque su espíritu maternal y femenino vencerá todas las agudas batallas de estos tiempos.
No ostente, ningún hombre sobre la superficie de la Tierra, vencer a Aurora, porque será empujado por su incomprensible magnetismo de luz; como algunos que antes estaban aquí y fueron expulsados muy lejos de Aurora por arrogancia o poder.
Sépanlo bien, Aurora es el Poder del Padre manifestado.
Aurora es la Voluntad concreta que transmuta todas las formas. De nada servirá oponerse a ella, porque perderán esencia y energía.
Aurora tiene el don de resucitar a los muertos en vida.
Aurora tiene la virtud de despertar a los que están más apartados del Amor de Dios y de la Verdad.
Pero Aurora no retiene a los duros de corazón y a los codiciosos de mente, ya que Aurora no se comunica con ningún poder de uso humano.
Aurora está lejos de lo material ya que sus Leyes son inmateriales y están íntegras en su esencia interior.
Aurora no protege a los falsos ni estimula el honor de los fríos de corazón.
Su fuego es poder. Su llama es redención.
Aurora es una Consciencia desconocida, pero quien la ama la conocerá y la comprenderá.
Aurora es el refugio de los humildes y es la morada de los espíritus heridos.
Aurora es la estrella que renueva la consciencia, pero también es el estandarte de los descalzos siervos de Dios.
Aurora es la Esencia Divina en la manifestación de Dios. Es la sagrada corriente curadora que todo impregna y renueva.
Aurora puede ser parte de un ser, y un ser puede ser parte de Aurora; y así se establece la comunión interna con la Hermandad.
Aurora hoy amanece y muestra su gran Espejo, el que le refleja a las almas el mensaje de la redención y del amor.
Aurora despierta de su sueño profundo y, ahora, con toda su infinita Consciencia.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Oren cuando la noche parezca caer sobre el cielo de la Tierra.
Oren cuando las dificultades sean grandes y los desafíos parezcan imposibles, porque así, hijos Míos, la Gracia de Dios siempre vendrá en su auxilio.
Oren para que el mundo reciba la cura que tanto necesita, y que ni las guerras ni el caos hagan debilitar la fe de sus corazones.
Oren cuando la oscuridad se aproxime, cuando la soledad parezca infinita y el vacío se apropie de su mundo interior, y perseveren.
De la perseverancia de sus corazones nacerán los méritos para una nueva vida.
De la cura de sus almas nacerán los méritos para la cura del planeta.
Del sol encendido en sus corazones, a pesar de las dificultades, nacerán los méritos para que Aurora vuelva a amanecer en el cielo de la Tierra y en el interior de los seres.
De la fortaleza de sus corazones nacerán los méritos para que los débiles de espíritu puedan volver a erguirse.
En lo invisible de sus corazones construyo el triunfo universal de Dios.
En el silencio de sus vidas les enseño a imitar Mis Pasos y a transformar la Tierra, en el anonimato de una victoria celestial.
Para que el mundo conozca la Gracia de la vida superior, perseveren y tengan fe en lo invisible.
Lo que hoy es un misterio, un día les será palpable. Pero, antes que tocarlo, deben creer, sentir y vivir bajo la Gracia de aquello que no se ve.
Tengan fe y fortalezcan la fe en sus corazones.
La confianza los liberará de las dudas y sabrán reconocer en el propio interior los portales de la nueva vida, porque ya serán parte de ella.
Construyan ahora, dentro de ustedes, lo que los tornará guías de la nueva humanidad, pues, sabiendo superarse a sí mismos y a las dificultades de estos tiempos es que podrán guiar a otros.
Es confiando en lo que hoy les es invisible que podrán guiar a los seres hacia el camino de su redención, aun cuando no hubiera luz sobre el mundo; porque ustedes, hijos, no dependerán de la luz de la Tierra, sino de la luz que ilumina el propio interior.
Oren delante de la duda, oren delante del error, oren delante de las tentaciones, oren delante de la indiferencia, oren cuando se sientan separados y distantes unos de los otros y, más que esto, oren, oren mucho cuando se sientan distantes de Dios.
Hoy Yo les digo, hijos Míos, que un gran misterio se aproxima a sus vidas.
El planeta está ante el parto del nuevo hombre, que será doloroso, pero también está ante una luz que desconocen a pesar de que ella estuvo aquí desde el principio.
Oren para reconocer la verdad, oren para que la verdad pueda estar delante de sus ojos y, aunque ella sea invisible, que la puedan ver.
Los rayos de la Aurora que nacen en el interior de la Tierra ya iluminan una parte del planeta y aquellos que se abran a sus rayos y a su luz jamás estarán en la oscuridad de este mundo.
Oren, hijos Míos, y sientan que Yo Soy parte de esta Nueva Aurora que, así como nace en la Tierra también nace en el Cielo, en lo profundo del Infinito e ilumina todos los espacios, renovándolos con el bálsamo de la Luz de Dios.
Oren para saber confiar, oren para despertar la fe y no se dejen engañar u oscurecer, no se dejen enfriar por esta noche que viven en la Tierra.
Que los rayos de la Nueva Aurora enciendan sus corazones y les revelen un nuevo camino en donde el Cielo y la Tierra se unen, en donde aquella luz, que se encendió en lo profundo de la Tierra, encuentra parte de sí misma en el Infinito. Y en este misterio el Creador les revela que la misma Aurora nace en el Cielo y en la Tierra, y allí está Mi Inmaculado Corazón.
Oren para que más que comprender lo que les digo, puedan vivirlo.
Yo los bendigo, hoy y siempre.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mientras Aurora, como Centro de Amor, abre las puertas a la cura interior, por otra parte, las almas más oprimidas reciben la oportunidad de la redención y del perdón.
Por eso Aurora, como Centro Sagrado, les ofrece a los corazones la Gracia de liberarlos de las prisiones y de las cadenas del mal.
Aurora se abre como un gran Espejo de Luz y le muestra a la humanidad su potente Principio de Cura planetaria.
En este sentido, un alma presente en Aurora es un alma que acelera los pasos de su purificación y Aurora, como Reino de Amor Superior, acompaña que esa cura profunda pueda concretarse y tornarse consciente para el ser.
Aurora es ese Espejo curador capaz de disolver las deudas que el alma haya adquirido.
Para eso, Aurora, como misión, lleva adelante la tarea de la redención de las almas por medio de su Rayo de Liberación y de su Rayo de Amor. Eso permite que los corazones que contactan Aurora se sientan renovados y, así, todo comienza a regenerarse desde el principio.
La consciencia humana que se une a Aurora vive un antes y un después, para alcanzar, al fin, su libertad interior de las cadenas contrarias a la vida.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hoy vengo a traer el Silencio de Dios al mundo, para que sea sentido, para que sea recepcionado por los corazones, por los que llevan adelante la Obra de Dios en este planeta.
El Silencio de Dios trae un cambio importante para las almas del mundo, especialmente para aquellas que están sumergidas todavía en la ilusión y que no consiguen por sí mismas salir de ella.
El Silencio de Dios fue el que permitió la creación de los universos, de los cuerpos celestes, de los planetas, de los soles y de las estrellas.
Del Silencio de Dios surgió el Divino Pensamiento para toda la Creación. De ese Silencio, después surgió la vida por la fuerza del Soplo del Espíritu, quien manifestó la esencia, y después, la materia.
Dios pensó en todo, en cada detalle y cuidó de todo para que Sus hijos fueran parte de esta Creación y se sintieran partícipes de cumplir con una parte de Su Voluntad, entre tantas humanidades, entre tantos universos, entre tantas galaxias
Pero esta Creación debería vivir un gran aprendizaje, el cual surgió hace mucho tiempo atrás, en el Universo, con la Rebelión.
En ese momento, los Portadores de Dios tuvieron que decidir, en el camino de la dualidad, por el bien o por el mal. Y una cicatriz, una herida, quedó abierta. Y el Silencio de Dios, que regenera la vida y la consciencia, se retiró, desde el momento en que uno de los Padres Creadores no obedeció a la Fuente, ni a las Leyes del Altísimo.
A partir de allí, de esa Rebelión universal, el planeta fue escogido por el Padre para llevar adelante el máximo Proyecto de Amor Crístico.
En ese momento, el Silencio de Dios se recogió en lo más íntimo de Su Ser y de Su Existencia. Pensó, contempló y meditó en toda la Creación, en todo lo que ya existía, para buscar una respuesta a la gran falla de las humanidades del Universo.
Mientras tanto, espíritus valientes y desconocidos, circundaban por las estrellas como grandes ángeles de Luz, llevando un mensaje de Paz y siendo portadores de la Paz que uniría a toda la Confraternidad, a fin de cicatrizar las heridas y borrar las huellas que quedaron grabadas en millones de consciencias que hoy están aquí, en este planeta.
Cuando Dios se recogió en Su Silencio y contempló a la Creación y los errores cometidos por Sus criaturas, fue cuando los Resplandecientes, los Elohim o los Hellel, se reunieron ante los Tronos del Creador para entregar una decisión tomada, que en verdad, compañeros, era una petición de todos los seres de la Luz, de todos los ángeles, que buscaban en Su Sabiduría y Amor, una sabia respuesta.
Esa respuesta y esa petición fue el surgimiento de la Segunda Persona de Dios, de Su Amado Hijo, para que el Espíritu del Amor-Sabiduría descendiera de lo más invisible del Espíritu, hacia lo más material y encarnara entre los hombres de este mundo, llevándolos a la Redención y al aprendizaje del Amor y del Perdón.
A partir de ese momento, el Proyecto de Dios y la Creación fueron recreadas. San Miguel Arcángel, San Rafael Arcángel y San Gabriel Arcángel se comprometieron a llegar a la humanidad, para prepararla para ese gran acontecimiento del Nacimiento de Cristo.
El Hijo del Padre, portador del Amor-Sabiduría, llegó como un Sol, más brillante que todos los soles, trayendo en Su Esencia y Divinidad la experiencia que la humanidad debería vivir, por medio de Su Nacimiento, de Su Vida pública y de Su Muerte.
Hasta los espíritus más caídos de este planeta, durante la existencia de Cristo sobre esta humanidad, aprendieron y vivieron la redención, el perdón de los errores. Y así se cerró un ciclo.
Por eso Judas, el antiguo apóstol, fue el antes y el después para esta humanidad y este planeta. Fue él quien se ofreció, en su más grande ignorancia e indiferencia, a recrear esta Creación. Así, como parte de la condición humana, llevó al mundo a la escuela del perdón y de la reconciliación. Y aunque el destino de Judas no fue muy bueno, su Maestro y Señor, a pesar de que supiera de su traición, lo perdonó, al igual que su Madre María.
¿Por qué hoy les cuento esta historia?
Porque la humanidad todavía no sabe de la esencia de Mi Evangelio y de Mi Existencia en esta humanidad.
Desde la Rebelión hasta el presente, muchos errores se siguen cometiendo. Por eso es tan importante la manifestación de la Obra de la Misericordia en todas las naciones y en todos los pueblos. Esta es la última tabla de salvación que les entrega Dios, para todas las criaturas de este mundo.
Una parte de la humanidad fue redimida durante el tiempo de la Presencia del Señor. Pero otra parte aún no fue redimida, que es esta última civilización del fin del tiempo, que tiene el chance de vivir la redención y el perdón.
Del Silencio de Dios surgió la Fuente del Amor-Sabiduría, la que a través de los tiempos y de los ciclos fue descendiendo de plano en plano, hasta llegar aquí, con el Nacimiento del Mesías y Redentor.
La humanidad necesitaba tener encarnado el propio Amor-Sabiduría, para que lo pudiera comprender, sentir y vivir. De lo contrario, no hubiera sido posible la redención de los espíritus más resistentes que cometieron errores, en tiempos anteriores.
Aún este planeta y esta humanidad son la escuela escogida para la expresión del Amor-Sabiduría entre los seres y las almas. Hasta que Nuevos Cristos no surjan en el fin de estos tiempos, esa escuela de Amor-Sabiduría, de perdón y de redención, estará abierta, para que las almas la puedan vivir y puedan aprender cómo amar cada día más, sin condiciones, así como amó su Maestro y Señor, los mayores ultrajes, las temibles indiferencias, los grandes errores de toda esta raza, aún no redimida.
Aún les cuento esto, compañeros, porque veo en sus corazones el potencial de un Cristo del Nuevo Tiempo, que debe animarse a no ser nada más para sí, sino todo en donación por los demás, y sin condiciones.
A través de estos últimos tiempos, los he llevado de la mano a la experiencia en la escuela del Amor-Sabiduría. Y así como lo fue en el antiguo Oriente, en este tiempo Mi gran deseo y aspiración, es que en Occidente surja una raza de Nuevos Cristos; de seres abiertos de corazón, de almas en donación; de espíritus incansables al servicio del Plan del Creador.
Los Cristos del Nuevo Tiempo, que surgirán de diferentes religiones y caminos, y que se encontrarán en un mismo estado de consciencia y de vibración, son los últimos santos de los últimos días, que prepararán el Retorno de Cristo para el momento más difícil de la humanidad, que ya se aproxima.
Ustedes son parte de la transición de ese acontecimiento. Su historia de redención y de amor está siendo escrita en los Libros de Amor de los Señores de las Vestiduras Blancas. Si esta historia se concreta y finaliza, un importante acontecimiento sucederá, para que más consciencias puedan ser partícipes del Retorno de Cristo y podrá ser evitado que esas consciencias sean trasladadas hacia otras moradas.
Deseo que con su corazón ardiente, que he visto durante esta Maratón, ese ardiente amor que los lleva a encontrar el Amor-Sabiduría, pueda permanecer en ustedes, sobre todo en este ciclo, en donde las pruebas serán más grandes y los desafíos serán más inalcanzables. Pero quien esté en el Amor-Sabiduría, estará en Mí y Mi Padre estará en ustedes, para que siempre los conduzca por el camino de la Verdad y del Amor.
Hay muchas cosas que la humanidad no sabe del Universo ni de la Divina Existencia. Hoy solo les he contado menos del uno por ciento. Imaginen entonces, compañeros, cuánta historia está escrita en los Espejos de Dios y en toda la Fuente de donde surge la vida de las esencias, de las almas y de los espíritus encarnados en este y en otros mundos.
Ya no piensen que esta Tierra, que este planeta, es el único que está vivo, con una humanidad. Abran sus consciencias a lo infinito del Universo y vean que dentro de él existe mucha más vida de lo que parece; que existen consciencias que los aman y que ustedes desconocen que sirven al Proyecto de Dios silenciosamente, para que la Creación, y en este caso los universos, se mantengan en perfecto equilibrio y armonía.
Los invito, con ánimo de alegría y de motivación, a penetrar en las Leyes del Universo, en aquello que es intangible y cósmico. Así, algún día podrán tener la sabiduría y la comprensión de que todo forma parte de una Jerarquía.
En este tiempo compañeros, la obediencia será impredecible. La obediencia también será una escuela para Mis apóstoles, porque será la forma de permanecer en la Luz, o lejos de ella.
La obediencia a Dios y a Su Plan, no son restricciones ni reglas, tampoco lamentaciones ni resistencias. A partir de que uno de los Padres Creadores desobedeció a Dios, decretó en este Universo la prueba de la desobediencia en todas las criaturas, no importando su evolución o despertar. Ustedes, con su compromiso y adhesión a Mi Corazón Misericordioso, deben ayudarme a vencer definitivamente esta dualidad, para que este Universo local viva el ciclo, el ciclo que le espera, de ser recreado como el Padre lo piensa en Su Silencio interno.
Por eso retornaré al mundo, en Gloria, Luz y Potestad. Y nadie podrá escapar a ese acontecimiento tan importante, en donde leyes, puertas y energías sublimes serán movidas, para que el Hijo Solar retorne a esta humanidad.
Cada cumplimiento del Plan y su etapa, es vital. Por eso la importancia de cumplir con Mis pedidos y con la convocatoria de la Jerarquía Celeste. Eso testimoniará al Padre que es posible llevar adelante Su Aspiración Cósmica, no solo en este planeta, sino en el Universo.
Y cuando el Retorno de Mi Glorificado Corazón se concrete, muchas cosas se terminarán. Y como he dicho, no quedará piedra sobre piedra, sino corazones triunfantes.
Cada detalle, cada acto de amor, cada oración, así como cada caridad que ofrezcan, construye el Plan del Padre en esta humanidad y activa pulsantemente a los Cristos del Nuevo Tiempo.
Mi Propósito, amados Míos, es hacer un corte en el tiempo y en el espacio de la historia de este Universo, para que sea purificado, transmutado y liberado. Y que a partir de Mi regreso al mundo por segunda vez, se reescriba finalmente la historia de la redención y el despertar de los Nuevos Cristos al Amor Crístico.
Mi Corazón se aflige por aquellos que no pudieron seguir Mi Propósito y que hoy no pueden escuchar este mensaje, en donde les he revelado, con total apertura, una pequeña parte de la historia de esta Creación, de esta vida infinita que los llama para la elevación de la consciencia, para que todas las razas, todos los pueblos y todo este planeta, se eleven de plano y de liberación y formen parte de la Confraternidad.
Vengo a decir esto fuera de Mi Iglesia, que está extendida por toda esta Tierra, para que muchos más corazones, independientemente de su religión o de su credo, puedan saber que Yo Soy el Amor-Sabiduría, que Soy más que Jesús. Soy el Unigénito, el Primogénito del Padre; el que fue anunciado por los labios del Arcángel Gabriel, para traer al mundo la redención y la misericordia de todas las criaturas.
Hoy, como Profeta y Pastor de nuestro Altísimo Padre del Universo, vengo a extender la historia del Apocalipsis. Vengo a extender lo que ha escrito Juan en el libro del Apocalipsis, porque a medida de que los Cristos despierten y se confirmen, la historia cambia, y la posibilidades de redención en las almas es visible y se concreta.
Yo los invito, compañeros, a persistir en este nuevo tiempo que llega, a soportar los embates, a transmutar las interferencias y a sufrir con valentía las disociaciones y las pruebas, sabiendo que Mi Mano poderosa e invencible, que Mi Rayo glorificado, estarán extendidos hacia ustedes, para siempre salvaguardarlos, y ayudarlos delante de cada prueba.
Para que la humanidad sea merecedora de una nueva oportunidad, grupos de almas en diversas partes del mundo, se ofrecerán a sostener, junto Conmigo, a esta humanidad, a fin de que al menos una cuarta parte de ella se redima y sea la que repoblará la Nueva Tierra y vivirá el principio de una nueva y fraterna humanidad.
Mientras tanto, no dejen de sostener con sus manos la Espada de Fuego que les ha dado el Arcángel Miguel, para que en las batallas sus oraciones sean las grandes vencedoras contra el mal y todo lo que disocia a la mente humana.
Que su Escudo Protector, entregado por el Arcángel Rafael, sea la fe, la que moverá los acontecimientos y generará oportunidades inexplicables en las consciencias, que ni siquiera hoy se imaginan.
Que su Casco de Luz, entregado por el Arcángel Gabriel, sea la protección de su sabiduría y de su discernimiento, para que siempre sepan qué hacer y en dónde estar, cuando la Jerarquía los convoque a la gran misión.
Con todos estos testimonios de la Creación, vengo a bendecir a los que hoy se sacramentarán, sabiendo que por detrás de cada Sacramento aún se encuentra un misterio que no fue develado. Por eso, quien vive un Sacramento con total apertura del corazón, develará ese misterio y penetrará en la esencia de la Divina Existencia.
Padre Altísimo, Creador de todo lo que existe, Te pido, en el nombre de Tu Amor-Sabiduría y de Tu Gracia, que bendigas todos estos elementos, para que sirvan de gozo y de plenitud a las almas que claman por la Redención. Amén.
Padre Altísimo, Soberano de la Misericordia, concede, por medio del Sacrificio de Tu Hijo, la reparación por los pecados cometidos contra Tu Divino Corazón y Tu Plan de Amor para este planeta. Que las almas que se sirvan de este Sacramento vivifiquen el Amor-Sabiduría de Tu Amado Hijo, Jesucristo. Amén.
Siéntanse en este momento chispas de Luz del Padre, y ya no más seres miserables, sino espíritus que pueden, en Cristo y por Cristo, irradiar amor a todo lo que existe y a todo lo que vibra, buscando como aspiración traer la cura, el amor y el perdón para este planeta y su humanidad.
Siempre Me alegro cuando puedo volver a Aurora, porque aquí Yo puedo decir al mundo lo que siempre quiero decir, y no debo cuidarme de lo que debo pronunciar para las almas y su despertar.
Aurora es esa Luz que brotó de la Fuente de los Padres Creadores; la misma Fuente que manifestó la Segunda y Tercera Persona de Dios, el Hijo y el Espíritu Santo.
Entonces, hermanos Míos, están ante un gran misterio, lleno de amor y de sabiduría. Aurora es esa Luz que los lleva a la reconciliación y a la cura interior, y que los hace seres libres, para siempre.
Cuando quieran encontrar Mi Perdón, vengan aquí, a Aurora, que Yo los esperaré. Y cuando no puedan venir, se coliguen con Aurora, y así, se coligarán Conmigo plenamente.
Agradezco en esta noche el ofrecimiento de todas sus oraciones y de todas sus canciones. Me ha llenado de gozo la voz consoladora de las almas que persisten en el camino de la consagración.
Que sus voces, algún día, sean consoladoras para este mundo, que sufre y está enfermo.
Que sus voces nunca se cansen de proclamar el Nombre del Señor, porque así, el Señor estará con ustedes y entre ustedes, trayéndoles la Vida Divina.
Recójanse en el Silencio de Dios y todo será curado. Comulguen de Su Silencio Divino y todo será comprendido, a pesar de que haya sido injusto.
No sufran más.
No padezcan más y no retrocedan más.
Sigan Mis Pasos, contemplen Mis huellas, porque hacia donde Yo los conduzco, nadie podrá conducirlos. Hacia donde Yo los llevaré, nadie podrá llevarlos.
Yo nací de la Fuente del Amor-Sabiduría de Dios, para que ustedes, como almas, vivieran el verdadero Amor.
Que se escuche la voz consoladora de las almas y que en las almas se puedan cicatrizar las heridas más profundas, a fin de que se establezca el Amor del Padre en los corazones.
Yo los bendigo, hijos, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les agradezco por responder a Mi convocatoria. Amén.
Hoy, sus corazones serán perdonados y sus vidas serán renovadas, porque el Todopoderoso está llegando después de Su Hijo, para liberar al mundo de las tinieblas y la perdición.
Él viene a congregar a los espíritus que lo han amado y lo han honrado, que le han dado alabanzas a Su Nombre y a toda Su Creación.
Hoy estoy ante sus miserias más profundas, pero vengo a buscar su más grande amor, aquel amor que hoy Me entregaron y Me donaron, incondicionalmente, para que Yo pudiera estar aquí, entre los Míos y darles a comulgar de Mi Cuerpo y de Mi Sangre, de Mi Espíritu y de Mi Divinidad.
Hoy, el Padre llega con Su Reino, Sus ángeles y arcángeles, con Sus coros celestiales, a bendecir la primera Cruz Azul. Y el soplo del Espíritu llegará a las almas y encenderá los corazones de un desconocido gozo que nunca vivieron.
Así como los Dones de Dios descendieron en el Cenáculo sobre los apóstoles y María, hoy los siete Dones del Espíritu Santo se congregan aquí para descender en sus corazones y esencias.
Entonces, compañeros, es un gran momento de renovación y de júbilo, en donde el pasado deberá borrarse de su consciencias y mentes, porque ahora sí podré caminar con los que están firmes, con los que han aprendido a salir de la tibieza y del desamor .
Ahora sí, podré caminar con los que han de ser justos, con los que aprenden a llevar adelante Mi Obra, con los que han dicho sí, a Mi Sagrado Corazón. En ellos no recostaré la cruz de las amarguras y del sufrimiento, sino la Cruz de Emmanuel, que es la Cruz de la victoria y de la elevación de la consciencia humana hacia el Reino de Dios.
Así, sus espíritus se elevarán y deberán creer, compañeros Míos, que sus penas se disolverán completamente, siempre y cuando den el permiso para ello.
Por eso, con esta dulzura que ahora brota de Mi Corazón, hoy no vengo a ver a los pecadores sino a los que se redimen y a los que caminan en el sendero de la transformación interior todos los días.
No crean, compañeros, que ganarán el Cielo mientras estén en la Tierra.
Han venido aquí, como la humanidad, para aprender a amar y perdonar, para aprender a vivir la compasión y la justicia en cada detalle.
Cuando eso se alcance, toda la humanidad estará libre de la adversidad y del pecado, y las puertas de los infiernos se cerrarán tantas veces como las ha cerrado Dios a través de Su Hijo y de Su Sierva Fiel, así como de San José.
Beban de este momento como un único momento que no se repetirá nunca más. Unir el Cielo y la Tierra, el Universo y la humanidad es algo grandioso que no sucede todos lo días.
El Padre no desciende al mundo desde que Yo ascendí a los Cielos. Imaginen, compañeros, cuánto tiempo ha pasado para que llegara este momento en donde los méritos de Mi Pasión y de Mi Cruz estarán grabados en el resplandor de la Cruz Azul.
Por eso, hoy he detenido a la tinieblas y a Mi adversario. Aquí está presente ante sus ojos la manifestación de la Voluntad de Dios y de Su divino Propósito. Y ustedes, en este momento, compañeros, están siendo llevados a ingresar en el espíritu de Emmanuel, en donde se encuentra la paz, la armonía, la cura y el perdón de todas sus faltas.
A esto se acrecienta la Luz de Aurora y su divino Rayo de Liberación, que hoy trabaja silencioso sin mover tantas leyes ni energías, sino en el interior de las consciencias y de los corazones que se abren para poder encontrarla.
Vean entonces, compañeros, como en este momento, el tiempo de la ilusión se detiene en una parte de este planeta e ingresa el Real Tiempo de Dios, para hacerles sentir en Su silencio, la unidad con todo el Cosmos y con toda la Vida universal.
Para eso los Resplandecientes, los Elohim, son los que abren las puertas entre los planos, para que el Padre descienda aquí con Su Espíritu.
El viento viene a limpiar el mal pensamiento de los ingratos, para que no los afecte, sino que prevalezca el Soplo del Espíritu de Dios sobre sus consciencias, en este momento.
En recogimiento y oración, vayamos al encuentro del Padre y de la bendición de la Cruz Azul.
Síganme.
Escucha Señor la voz de Tu pueblo. Escucha la voz de toda esta raza, que hoy se postra a Tus Pies para alabarte y glorificarte.
Escucha Emmanuel la voz de Tus hijos y llega a este mundo con todo Tu Poder y Esplendor, para que las tinieblas más impenetrables sean disipadas, para que los corazones se liberen de las cadenas de la perdición y de la ilusión y se establezcan los Cristos del Nuevo Tiempo; aquellos que vendrán de diferentes partes del mundo y se colocarán a los pies de Tu Cruz para esperar la llegada de Tu Hijo.
Escuchemos la Voz del Padre, que hoy no solo esta en los Cielos, sino también está aquí sobre Aurora, como el Sabio Creador de todo lo que existe, como el Padre de la Misericordia y de la Bondad, que en Su aspecto divino de Emmanuel llega a Sus hijos, para bendecirlos con Su Luz redentora y cósmica.
Mientras los Cielos se abren ante Ti Amado Señor, desciende con Tus Rayos el poder de la Creación y de toda la manifestación divina, para que se cumpla sobre este planeta Tu divino Pensamiento y las almas encuentren, finalmente, el camino del amor y de la reconciliación.
La Voz del Padre Eterno:
Amados hijos, escuchen a Su Padre.
Yo Soy el principio y Soy el fin.
Yo Soy el que Soy y vengo del Universo espiritual para congregarlos en Mi Amor y en Mi Justicia.
Los siete Ángeles Regentes que fueron convocados, que ahora desciendan y que se encienda la Cruz .
Hoy, el Padre del Amor bendice este símbolo, que unirá a los pueblos y a las naciones; que traerá la esperanza a los no redimidos y que dará la redención a todo el mal, para que triunfe el Amor de la Fuente; para que reine la Verdad y la Justicia.
Amados hijos, Yo los amo y los espero con Mis Brazos abiertos para que Mi Amado Hijo los lleve hacia Mí y puedan estar sentados a los pies de Mi Trono junto a los ángeles, para que cantemos Gloria y Aleluya.
Mientras sus ángeles de la guarda se postran al suelo, las penas más profundas son perdonadas y por medio de esta Cruz Azul se cumple un Propósito más de Dios sobre la superficie de este planeta.
La Voz de Cristo:
Hijos y compañeros Míos, para que la Luz de Emmanuel se haga visible entre las consciencias, entonemos Su Nombre sagrado, para que los ángeles derramen los códigos y los méritos alcanzados durante Mi Pasión y así se abran las puertas a las oportunidades y a las Gracias para todas las almas que buscan la unidad con el Padre y la Creación.
Hoy cantaré junto a ustedes el Nombre santo de Emmanuel.
Todos entonan Emmanuel.
Sientan sus corazones liberados del pasado, de las amarras y de las perversiones de la vida.
Sientan sus corazones llenos de la Luz de Emmanuel y comulguen del Padre, que hoy está aquí con Su Consciencia divina para traer la Paz a este mundo y también la Fuente de Su Compasión.
Y ahora, llamemos a los Nombres de Dios, para que los Ángeles Regentes, que fueron designados por el Universo, llenen esta Cruz con los códigos de la Divinidad de Su Amado Hijo.
Todos entonan los Nombres santos de Dios: Adonai, Emmanuel, Abba, Elí Elí, Yahvé, Shekinah, Elohim, El Shaddai, Iod He Vaud He.
Que esta renovación traiga para las consciencias la ampliación de sus caminos, en la consagración y en la fe, el ingreso por las puertas de la Misericordia al Reino de Emmanuel para que siempre aprendan a vivir y a cumplir Su Voluntad por más pequeña que sea.
Yo los bendigo, bajo la Luz Poderosa de Emmanuel abriendo en este Centro Sagrado el descenso de Su divino Espíritu para que las almas lo encuentren en su interior.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Deja que la corriente curadora y redentora de Aurora ingrese en lo más profundo de tu ser, para que secuelas desconocidas de la consciencia sean borradas por el afluente de la Aurora del amor y del perdón.
Cuando abres tu corazón a este misterio, él primero debe ingresar en tu interior, para que luego se revele y ese conocimiento se vuelva parte de ti.
Por eso, cuando estás dentro de Aurora, Aurora está dentro de ti, y no hay nada ni nadie que pueda romper esa comunión interna con la Esencia de la Cura de las almas.
Siempre agradece por estar en Aurora, porque ella puede hacer de ti un nuevo ser, colmado de los principios de la redención y del perdón.
Deja que la desconocida Aurora esté siempre en ti, aunque creas que no es posible. Ella actúa tan solamente cuando el corazón humano y el alma se abren para recibir esa poderosa energía divina.
Recibe, entonces, ese bálsamo de la Aurora del Amor, y que todas las secuelas espirituales no redimidas se disipen para que el Principio que es Aurora pueda hacer renacer el principio de tu concepción.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Cuando llegué a esta nación, vine con un Propósito, porque debajo de este suelo existe un Reino que es consagrado a Mi Corazón desde el principio de su existencia. Este Reino, que Yo llamo “Reino de Aurora” y que les doy a conocer poco a poco, es la cuna de la cura de la humanidad. De este Reino, que es Mi Reino en el mundo, proviene la restauración de todas las esencias que se perdieron a lo largo de su trayectoria en el planeta.
En este país existe el Reino de Aurora, que debe manifestarse en la superficie por medio de este Centro de Oración. Aquí, deberán encontrar almas consagradas al Corazón de María y al Plan de Dios, como lo es en todas las dimensiones.
Cuando llegué a esta nación, hijos Míos, vine por un Propósito Mayor, por un pedido de Dios Altísimo, porque la consagración de este país es vital para la manifestación de Sus Planes.
Si no existiera el Reino de Aurora, manifestado también en la superficie, irradiando su cura a los corazones que están perdidos, muchas almas perderán la oportunidad de recibir la redención. Y el Plan de Dios, Mis amados, debe cumplirse en todas las criaturas, sobre todo en las más pecadoras, en las que más erraron en el universo y que vinieron al mundo en busca de una oportunidad.
Les digo esto, Mis amados, porque es Mi deseo consagrar esta nación, no solo por ella y por sus habitantes, sino también por el planeta y por lo que ella representa en la vida del espíritu.
Por eso, les pido que Me ayuden a llegar a la ciudad de Montevideo, porque no vengo por un propósito material, vengo por un Propósito Espiritual y Divino, porque no hay más tiempo y los corazones de este mundo, sobre todo de esta nación, deben reconocer Mi Presencia y la existencia del Reino de Aurora, porque ellos no solo necesitarán de esta cura para sus almas, sino también porque como seres de esta nación de Uruguay deberán estar curados para ayudar a otros que, en el final de los tiempos, necesitarán recibir la redención.
Hoy, quiero que comprendan, hijos Míos, al menos una parte de Mi Plan. Quiero recibir aquí, en Aurora, a Mis hijos del mundo entero y, para eso, necesito fortalecer a los que nacieron en este suelo.
La cura de Aurora no proviene de este mundo, proviene del Corazón de Dios como un principio puro, capaz de convertir y redimir todas las moléculas del mal. Es por eso, Mis amados, que Yo estoy aquí y permaneceré aquí, porque así Dios lo necesita.
La cura de Aurora debe llegar a todos los espacios de este planeta, más allá de la nación de Uruguay. Ella debe ser llevada en los corazones que se redimen y que lo anuncian con el testimonio de su propia conversión; anunciando que la salvación es posible y que, con la Presencia de Dios, todo puede ser redimido.
Quiero que comprendan, Mis amados, la importancia de la existencia de Aurora, así como la de cada Centro Mariano fundado por Mi Inmaculado Corazón. Cada uno de ellos le ofrece al mundo un Atributo Divino y tiene, en la vida de su espíritu, un Reino le que ofrece algo a la humanidad que es completamente desconocido para el corazón humano, pero que ahora, poco a poco, Yo necesito revelarles. Porque, en los tiempos que llegarán, deben poder contar con lo que Dios les ofrece por medio de cada Centro Mariano, de cada Centro Espiritual que se manifestó en la Tierra a pedido del Altísimo.
Cuando Yo les dije que se iniciaría un nuevo ciclo, muchos sintieron y pensaron que Yo tantas veces les dije eso, porque muchos ciclos comenzaron en este mundo. Los tiempos se aceleran y los Planes de Dios se deben manifestar, por eso las estrategias celestiales cambian a cada instante. Y, en este mes de diciembre, les aseguro que comenzará un nuevo ciclo y que un cambio definitivo deberá acontecer en la consciencia humana, como también en la consciencia planetaria. Muchas puertas se abrirán, pero también otras se cerrarán, porque nada quedará como está.
El mal que existe en los corazones de los seres deberá ser expurgado y, por eso, parecerá crecer. Muchos perderán el control sobre sí mismos y, antes de que llegue ese momento, necesito que las almas sepan que aquí encontrarán la cura para poder vivir su purificación de una forma más armoniosa.
Es por eso, hijos Míos, que necesito tanto llegar a la ciudad de Montevideo, para que no se cierre una puerta en el corazón de esta nación y el Reino de Aurora no pueda cumplir su misión en este mundo. A partir de este nuevo ciclo del mes de diciembre, cuando la purificación interior y exterior de los seres se acentuará, necesito que Aurora esté plena y segura para cumplir su misión.
Aquí, en este lugar, como en cada Centro Mariano, le abrí puertas de liberación al mundo para que, en lo que es invisible a sus ojos, todo lo que hoy no corresponde a los Planes de Dios, todo lo que el enemigo manifiesta en el mundo, pueda ser retirado del planeta. Estas puertas de liberación deberán crecer cada día más para que, de una forma acelerada, este planeta pueda estar limpio y apto para el surgimiento de una nueva raza.
Por este motivo, necesito de bases firmes y de almas consagradas que, representando a cada nación, defiendan los Centros Marianos de la astucia del adversario de Dios.
Por eso les pido, Mis amados, que se unan a Mi Propósito de Paz, que se unan a Mi Corazón Inmaculado en oración todos los días, que fortalezcan su consagración a Dios y, por medio del ejemplo, animen a otros, que deberán seguir los mismos pasos para alcanzar la redención.
Hoy, con la intención de que más ejemplos verdaderos de transformación y de fe existan en este planeta, consagraré a nuevos Hijos de María, para que así la humanidad vea que, mes a mes, nuevos corazones son impulsados a tornar sus vidas sagradas, a responder al llamado de Dios de una forma más profunda y no solamente usar una camiseta celeste, sino también consagrar la vida al Plan de Dios.
Porque les digo, Mis amados, que consagrarse como Hijos de María es ofrecerle a la humanidad una oportunidad más de redención, siempre y cuando sean verdaderos en sus consagraciones y se renueven a diario por medio de la oración, de la transformación consciente, del esfuerzo permanente por vivir el amor, la fraternidad y la unidad con todos los seres y con todos los Reinos, porque esos son los atributos que abrirán las puertas hacia la Nueva Tierra.
Que vengan hasta aquí Mis amados hijos.
Mis queridos, cada vez que un alma más se consagra a Mi Corazón, siento la alegría que alivia a Mi Divino Espíritu de todo el dolor que Me causa la humanidad que Me ignora y que no Me reconoce como Madre del Mundo, como Madre Universal, que no acepta el manantial de Amor que Yo tengo para ofrecerle.
Cada vez que se arrodillan ante Mí, buscando consagrar sus almas, aspirando a dar un primer paso en esta unión Conmigo, por más que sea tan desconocida para muchos, Mi Corazón se regocija y se alegra profundamente y, por un instante, hijos Míos, parece que ni el dolor ni las espinas existieran en Mi Corazón Inmaculado.
Es por eso que los consagro y, con todo Mi Amor, les agradezco por animarse a transformar sus vidas cada día. Sé de las dificultades de cada uno, conozco sus pruebas y resistencias. Sé de todo lo que aún no pudieron transformar y, con ojos de compasión, hoy extiendo Mi Mano hacia ustedes y les ofrezco Mi Luz y Mi Paz para que, a través de la Paz de Mi Corazón, den sus pasos y este camino ya no sea tan duro, tan difícil para sus pequeñas almas.
Que vivir una vida consagrada al Corazón Inmaculado de María sea motivo de alegría para todos.
Que vivir la vida de oración, aunque la vivan con un poco de sacrificio, sea un motivo de regocijo espiritual eterno, porque sé que sus almas reconocen que este camino es verdadero y que se llenan de gratitud por estar recorriendo un camino sagrado, mientras tantos en la humanidad caminan hacia el abismo de este mundo.
Hoy, los consagro y los bendigo con la potestad que Dios Me concedió, por ser Su Sierva, Madre de Sus criaturas.
Coloco Mi Manto sobre ustedes y les pido que lo lleven en los momentos más difíciles y que, aun cuando el mundo tenga miedo de proclamar su fe, mantengan sobre sus cuerpos Mi Manto. Él los protegerá, los santificará y le traerá paz a todo el universo.
Ahora, canten para despedirse de Mí, para que Me eleve con sus ofertas. Que Yo eleve en esta noche, por medio de la oferta de sus corazones, a las almas que tanto clamaron por una oportunidad.
Reciban la Gracia y la Misericordia de Mi Corazón para disolver los vínculos con el pasado y vincularse Conmigo y con Dios eternamente.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les agradezco.
Comunicado para todos los hijos predilectos del Inmaculado Corazón
Por una causa justa y evidente, por razones que demuestran una realidad que merece atención y cuidado y, sobre todo, para que esta obra prosiga en medio de esta transición espiritual y planetaria, después de haber realizado una especial reflexión sobre algunos de Mis hijos, es que Vuestra Madre del Cielo comunica que pide el recogimiento de Madre María Shimani de Montserrat, Fray Elías del Sagrado Corazón y Fray Lucas del Monte Sinaí, durante los próximos tres meses, para que ingresen en un profundo retiro de restauración y de recuperación absoluta del último viaje y peregrinación realizados a Colombia, Venezuela y al norte del Brasil.
Es por eso que, como Vuestra Madre Celeste, hago uso de este mensaje diario para comunicar a todos Mis queridos peregrinos que las tareas y los encuentros mensuales continuarán realizándose en el Centro Mariano de Aurora durante los tres próximos meses, bajo la compañía de la Hermana Lucía de Jesús; período que abarca fines de este mes de noviembre, 24 y 25 y los meses de diciembre, enero y febrero.
Quisiera decirles, queridos hijos, que el resultado de la tarea peregrina en Colombia, Venezuela y en la Amazonia llevó a un desgaste importante tanto de los recursos humanos como de los espirituales y materiales.
Por Ley de orden y de armonía, estos hijos Míos ingresarán en retiro y dedicarán el tiempo para volver a conectar las esferas de contacto con el Reino de Aurora; dedicarán ese tiempo para reingresar en la cura integral de la vida, como lo están necesitando.
El proceso de cura, que en estos días se les está ofreciendo en Aurora, es considerado poco e insuficiente. Es por eso que la tarea de recuperación se ampliará a los próximos tres meses .
Queridos hijos, respecto de la vigilia de oración y de los encuentros mensuales, continuarán como también la Maratón de la Divina Misericordia, que sucederá como ha venido desarrollándose, y ustedes tendrán la Gracia de que en los días 5 y 6 de cada mes, se repasen las instrucciones que Mi Hijo entregó en los encuentros anteriores. Los videntes que estarán en retiro tendrán apariciones reservadas en esos días, por ejemplo durante la Maratón y en el día del Sagrado Llamado.
Dedico esta especial atención a los instrumentos escogidos por Vuestra Madre porque los procesos de transmutación, como también el cansancio físico y mental durante los viajes, han producido repercusiones notorias en la salud de ellos.
Como la obra de los Mensajeros Divinos debe continuar en estos tiempos de crisis planetaria, amorosamente pedimos que todos los orantes coloquen en sus oraciones a estos hijos Míos para que pronto puedan reintegrarse en la misión. A partir del mes de marzo de 2016, Mis hijos volverán a la tarea pública.
¡Agradezco la unión de cada uno de sus corazones, en este momento importante de cura!
Los bendice siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En gloria, júbilo y celebración, hoy, los reúno en el cenáculo de Mi Corazón Inmaculado para dar honra y gracias al Dios de la Redención, Quien desde el principio los reunió para vivir el camino de la conversión y del perdón.
Demos gracias a su infinita Presencia en los corazones puros y simples que escucharon el llamado de la Reina del Cielo, de Santa María de Aurora.
Hoy se cumple el cierre de un ciclo universal en la obra de la Madre de Dios con sus hijos de la humanidad.
Hoy, los Cielos se abren para encontrar a las almas devotas y humildes que han respondido al llamado de la Paz.
Dichosos sean todos los que están presentes en este Reino Mayor de Redención y de Amor; porque el 8 de agosto de 2007, el Cielo tocó la Tierra a través de la bendición de la Madre Universal, y sus atributos fueron revelados por medio de sus Faces en el ciclo de las veintidós Apariciones de agosto de 2011.
En esta síntesis que hoy Yo les entrego, Mis queridos hijos, quiero y deseo que tengan consciencia de los acontecimientos que se guardarán mucho tiempo después que Yo no esté más aquí entre ustedes; pero no los dejaré solos, Mi Corazón Inmaculado será su fortaleza y motivo principal para llegar a Jesús, el Cristo.
Como mediadora y Madre, en el fin de los tiempos, Yo los llamo queridos hijos, a este nuevo ciclo, a reunir las fuerzas internas del corazón para que crucen el umbral infinito hacia los Cielos. Allí, podrán vivir en paz con ustedes mismos y entre sus familias, a pesar de que vivan en este mundo que sufre.
El 8 de agosto de 2007, Yo vine para establecer en el Uruguay y el Cono Sur, la devoción a la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad; despertando una devoción más profunda en Argentina por la Madre y Señora de Luján, en Uruguay por Nuestra Madre de los Treinta y Tres, en Brasil por Nuestra Señora de Aparecida. Mi Corazón Universal tocó las puertas de los corazones de la República de Venezuela, a través de Nuestra Señora de Coromoto, para rescatar a las consciencias de los pueblos originarios de América, junto al Poder Divino de Nuestra Señora de Guadalupe.
En el mundo, Yo he instaurado la devoción a Mi Corazón Inmaculado, porque es el portal para la salvación de las almas perdidas y distantes del Dios del Amor.
Queridos hijos, que hoy su celebración interior sea profundamente devocional y mística, permitiendo que el Amor de Dios los transforme a través de Mi Presencia.
Mi principal agradecimiento es para todos Mis hijos, creyentes o no creyentes, sanos o enfermos, alegres o tristes, que fueron llamados a Mi camino de Paz y Redención de las almas.
Hoy, la luz de los Centros Marianos brilla de manera especial en el mundo, porque Mi Consciencia maternal aparecerá a sus amados hijos que con fe confiaron en la Señora del Cielo.
Recuerden, queridos hijos, que Yo oro día y noche por sus misiones consagradas a Dios Padre.
Por cuánto Me han dado, Yo les agradezco ahora y siempre.
Yo soy la Aurora que puede amanecer en cada interior.
Paz y Misericordia para el mundo entero,
Vuestra Santa Madre María, Señora de Aurora
Un mes después de la última Maratón en la bendecida ciudad de Buenos Aires, en Argentina, Mi Consciencia Crística retorna al origen del Origen, retorna al lugar en donde Me han visto caminar entre los naranjos, como fue profetizado.
Que esta Cuarta Maratón represente la armonía perfecta para los corazones que oren la Coronilla a Mi Divina Misericordia, dado que la falta de armonía en la humanidad, en los continentes, en los océanos y, principalmente, en los Reinos de la Naturaleza está llevando a un desequilibrio del eje del planeta.
La Fuente Infinita de Mi Misericordia todos los días armoniza y alinea de forma perfecta el eje de la Tierra, y esto siempre es posible cuando los orantes Me llaman en la oración.
Esta Maratón que se realiza por segunda vez en el Centro Mariano de Aurora tendrá la finalidad, puramente espiritual, de reparar situaciones gravísimas que se están gestando en la consciencia de la humanidad.
Por medio del Reino de Aurora y de la Señora de Aurora, serán elevadas todas las plegarias al Cielo durante esta Maratón para ser presentadas ante el Trono de Dios; así su Madre, por intermedio de la intercesión amorosa de Su Hijo Jesús, pedirá más paz y más misericordia para el mundo entero.
Mi principal intención para esta Cuarta Maratón será la unidad espiritual entre los cuatro Centros Marianos: el de Aurora, el de Figueira, el del Espíritu Santo y el del Niño Rey. Esto permitirá que las grandes esferas celestiales irradien desde el Universo hacia la Tierra y que una vez más la humanidad sea aliviada.
Todos los grupos de oración que siguen la construcción interior de estas Maratones, también podrán estar unidos bajo el impulso de la oración misericordiosa.
El Reino de Aurora espera que, al finalizar el décimo tercer día de noviembre, el Cielo haya cumplido con la tarea redentora de las almas de este mundo. Cada nuevo encuentro Conmigo promete un cambio en la consciencia, en la vida y en las células del cuerpo físico de aquellos que se abren en confianza a Mi Llamado Redentor.
Con alegría, el Cielo se unirá nuevamente con las sagradas tierras de Aurora y eso será posible por la confraternidad con Cristo.
Agradezco desde ahora el esfuerzo de todos los maratonistas por participar en esta Cuarta Maratón. Durante la Quinta Maratón de la Divina Misericordia, que tendrá lugar en la ciudad de Londrina¹ , los Sagrados Corazones de Jesús y de María realizarán una bendición regional para todo el sur del Brasil, cumpliendo con un pedido divino de paz y de unidad para el pueblo brasilero.
Mis compañeros, hoy Mi Corazón se aproxima a ustedes para alentarlos a seguir adelante. No teman por la gravedad de sus faltas o por si estas ocurren, teman cuando ustedes no puedan reconocer que necesitan de Mi Misericordia, ya que la mayoría de las almas no dirigen sus problemas hacia Mi Sabio Corazón.
Yo estoy entre ustedes para hacerlos crecer y amar. Los espero en la comunión del corazón.
Buena jornada orante para todos los maratonistas.
Gracias por vivir en Mi Eterno Corazón de Amor.
Bajo la Misericordia de Dios, sean bienaventurados.
Cristo Jesús
1. Ciudad del estado de Paraná, Brasil.
Mi Corazón espera sus oraciones puras, aquellas que nacen desde los corazones consagrados a Mí. Que el bendito fruto que nació del Espíritu Santo, Cristo, sea la eterna aspiración de obrar junto a Él por la Redención mundial de las almas.
Hoy les pido, Mis pequeños, que vivan la presencia del Sagrado Maestro del Amor para que sus corazones inspiren el aroma de Su Amor Misericordioso. En esta obra de Paz y de Redención, Mis queridos, estamos juntos, compartiendo la esperanza del corazón y la paz del alma, por la salvación de los corazones.
Un ciclo está terminando en todo este camino de peregrinación.
Desde el oriente hacia el occidente, sus corazones están trayendo, en Mi Nombre, las Buenas Nuevas de la obra del Reino de Dios.
Por eso, pequeños, llegó la hora de alzar a todos los corazones hacia el Reino de Mi Inmaculado Corazón para que todos Mis hijos sean tocados por la Luz de Mi Eterno Manto de la Paz.
Cuando las obras del Señor se realizan en las almas que están en la Tierra, el Reino de los Cielos celebra y alaba al Altísimo por Sus Prodigios y Su Amor hacia todas las criaturas.
Los adoro.
Sean bien recibidos en el cuarto Reino de Mi Corazón Inmaculado: Aurora, después de Fátima-Lourdes, Medjugorje y Guadalupe. Los acojo a todos en Mi Ser.
Los guía en la Luz,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más