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Mi Corazón desea almas preciosas que por amor veneren Mi Sagrado Corazón, porque en ellas dejaré Mi Manantial de cura y de reparación.
En los corazones más ancianos veo muchas veces Mi Luz Paternal reflejada como la luz de los rayos del sol. En las almas ancianas veo un reflejo de la sed que ellas tienen por Mi Amor y Redención.
Recojo de esos corazones los frutos de la conversión y encuentro en ellos una locura santa por querer encontrarme. En la quietud de los más ancianos Mi Corazón puede reposar y, en el silencio, encontrarse delante de un amor perpetuo y renovador. Mi Corazón se encuentra delante de un amor fiel y digno de ser compartido con los semejantes.
En la Hora de la Misericordia Mi Corazón descansa en las almas más ancianas, porque Yo puedo ver que el consuelo que ellas Me transmiten es verdadero y luminoso. A las tres de la tarde, la Misericordia de Mi Corazón también desciende sobre sus pequeños corazones y así, por aquellas almas ancianas que oran Conmigo, Yo puedo fundirme con la joven y renovada esencia de cada uno de ellos.
Hoy los invito a considerar a los más ancianos como parte de la expresión de Mi Manantial de Amor Perpetuo para el mundo; así las familias en el mundo no estarán quitándose un peso, sino asumiendo que en la sabiduría de los más ancianos se encuentra presente Mi Amor Misericordioso.
Recuerden al anciano de Jerusalén, el que cuando Yo era niño Me tomó en brazos y abrió su corazón para que se fundiera con Mi pequeño Espíritu de niño.
Que en los más simples se refleje la compasión por la humanidad.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por guardar Mis Palabras en el corazón.
Cristo Jesús
Que el retorno a Mi Corazón siempre sea buscado para que ningún alma pierda la oportunidad de conocerme.
Ábreme la puerta del corazón, porque siempre quiero entrar para hacerte sentir la devoción ardiente por Mi Corazón. Búscame aun en el cansancio, porque Mi Amor dará vitalidad a tu consciencia para que puedas dar los pasos.
Sin miedo sigue Mi rumbo, porque siempre te indicaré el camino para ingresar en el Reino de la Consagración. Estoy aquí presente compartiendo Mi Hermandad. Aquieta tu corazón en Mi Corazón. Sigue adelante, dejando atrás el pasado y naciendo a la vida del espíritu.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por guardar Mis Palabras en el corazón.
Cristo Jesús, el Redentor
Hijos Míos:
Con la Cruz Redentora y Salvadora de Mi Hijo entre Mis manos, hoy les digo: ¡conviértanse en el nombre del amor! ¿Qué esperan ustedes de este camino?
Pequeños corazones, llegó el momento de alzar al Cielo el corazón y de abandonar por entero las ilusiones del mundo. Ustedes y todos Mis hijos son llamados al tiempo de la conversión, camino que los lleva a la Redención para encontrar el perdón absoluto de Dios.
Por eso, queridos hijos, vigilen, vigilen y vigilen con la Luz del corazón para que nada en vuestras vidas se pierda. Yo los invito a vivir de la oración para encontrar en ella el poder divino del Espíritu Santo. Recuerden que el mundo está cambiando, y que ustedes necesitan fortalecer la vida del espíritu para poder vislumbrar el Reino amoroso de Dios.
Hijos Míos, busquen la quietud y la paz delante de cada situación. Persistan en el Propósito de Dios y, en esperanza interior, reciban el Amor de Mi Hijo en vuestros corazones.
¡Levántense Mis pequeños! ¡Es hora de la conversión del corazón! Es hora de abrir la Puerta del Cielo a través de la oración. Cada vez que sus corazones oran, el Señor Me permite derramar los dones sobre todos Mis hijos.
Ustedes pueden ser fieles servidores de Mis Planes de Paz. Sepan, queridos hijos, que los quiero llevar a la eternidad, al descubrimiento del Amor de Dios en sus corazones.
Los necesito en Mí, los acompaño, los comprendo, los acojo. Es momento de cambiar, de aceptar y de crecer como una bondadosa alma en los brazos de Dios.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Hoy, Viernes Santo, es el día en que una vez Mi Hijo se recogió del mundo para restaurarse en el Señor. Hoy los invito a la quietud de sus corazones para que juntos acompañemos al Redentor en Su Sagrada Hora.
Mi Hijo los necesita durante el pasaje de Su Cruz, Hijos Míos. Ustedes deben estar al lado de Su Corazón como buenas ovejas que acompañan Su ministerio sacerdotal de la Pasión. Lleguen a Él, queridos hijos, y abrácenlo fuerte como Yo lo hice, caminando en silencio a Su lado en una actitud de gran entrega para el mundo.
Queridos hijos, les estoy haciendo recordar la Pasión de Jesús porque sus corazones deben amar la Voluntad de Dios sobre todas las cosas. Si están en Mi Hijo, Él los llevará de la mano hacia el Padre Celestial. Por eso, queridos Míos, en este santísimo día, mediten en los Misterios de la Pasión. Cada uno de sus corazoncitos debe recogerse hoy en Mi Hijo para que mediten cuán importante fue la entrega que Jesús realizó por todos ustedes.
En la vigilia del corazón y de la oración estarán colaborando con el mundo que aún no vive la Pasión de Mi Hijo, sino que vive su propio dolor –dolor de un mundo herido– que a través de Cristo debe ser perdonado y reconciliado. Por eso, hijos Míos, como cada uno de ustedes pertenece a esta humanidad, les cabe ayudar para que un mayor número de almas sea permeado por la Luz Misericordiosa de Mi Hijo. Y esto sucederá a través del acto de la oración misericordiosa por parte de la humanidad.
La humanidad debe orar mucho para recibir Gracias de Conversión y de Perdón; por eso Mi Corazón Inmaculado los guía en esta escuela de oración.
Gracias por responder a Mi llamado.
En la Sagrada Hora de la Pasión,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Hijos Míos:
Que hoy reine la paz en vuestros corazones para que la esperanza se haga vida y alegría en todas las almas. Hoy los invito a descubrir las cinco llaves que los llevarán hasta los Cielos:
- La caridad constante
- El olvido de sí
- La donación espontánea de uno mismo
- La humildad permanente
- El amor compasivo.
Con estas cinco llaves podrán abrir las puertas que los conducirán hacia el Reino Mayor.
Recuerden, queridos hijos, que el crecimiento del amor en el corazón se alcanza en la paciencia y en la humildad. Por eso, queridos Míos, sostengan este estandarte que Yo les estoy entregando, Mi estandarte de la paz para que, así como el corazón, él irradie la quietud absoluta que muchas almas necesitan para poder encontrarse con Dios.
Si las almas se quedaran por un momento en quietud muchos acontecimientos en el mundo no sucederían, y el Universo Creador estaría más cerca de la vida de todos los corazones. Abran las puertas con estas cinco llaves para recorrer el camino de la santidad que todos los corazones pueden vivir.
En Dios se despierta el amor al prójimo. Con Dios estarán caminando por un lugar seguro. Para Dios, las almas existen como Sus preciosas criaturas.
Los invito a ejercitar las cinco llaves que permiten la conversión del corazón.
Gracias por responder a Mi llamado.
Bendición celestial para el mundo,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Hoy vengo hacia ustedes con la especial Gracia de preparar en cada alma el advenimiento interno de Cristo.
Queridos hijos, hoy los invito a que sus corazones permanezcan bajo los dos rayos misericordiosos que Mi Hijo está irradiando al mundo entero. A pesar de las flaquezas en la fe o del temor en los corazones, Yo los invito a que no se separen del Amadísimo Corazón de Cristo. Si la vida está bajo este glorioso y poderoso Corazón Redentor, ella tomará el camino para su consagración y para sus pasos hacia Dios. El Señor, bueno y amado, les ha entregado una parte amada de Él: Cristo, para que a través de Su Amor ustedes puedan iluminar los pasos en el camino que recorren.
Hoy los llamo a permanecer en la quietud del corazón, así estarán contemplando la Presencia del Altísimo. Mientras el mundo cambia de manera rápida, aquellas almas que son tibias y aquellas que están distantes de la Faz Divina de Cristo, deberán fortalecerse aún más en la oración.
Ustedes, Mis pequeños hijos, ya viven en el día a día la escuela de la oración; por eso, Yo los invito a enseñar a todos sus hermanos la oración del corazón. Como el mundo necesita de sus oraciones, ustedes, queridos hijos, abracen el camino de la oración para que todos los hijos en esta última hora puedan recibir las Gracias que los Cielos aguardan derramar sobre todos. Así estarán caminando a través de la oración hacia la consagración de sus almas a Mi Inmaculado Corazón.
La fe verdadera en cada uno de Mis hijos comenzará con la confianza de ellos mismos en lo que aún es desconocido, pero que es sagrado como los Cielos.
Gracias por responder a Mi llamado.
En Unidad,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más