MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mi Hijo les agradece por estar hoy aquí y a través de este Mensaje, que enseguida compartirán, comprenderán la esencia de lo que Él necesita en este ciclo. Porque esperamos, pero también rezamos, para que al menos una parte de la humanidad se pueda salvar, antes de que sea demasiado tarde; y para que principalmente la humanidad que será rescatada pueda guardar, en sí misma y en cada corazón, los Valores y los Principios de Dios que gestaron desde el comienzo la existencia de las razas y de los pueblos, la expresión auténtica de los valores divinos del pueblo de Israel.

Mi silencio viene a reconfortarlos. Mi oración viene a reconstruirlos. Mi Amor viene a elevarlos ante esta puerta espiritual y divina, que se abre hacia la Sagrada Semana.

La Iglesia de Mi Hijo está pronta, porque lo que brillará en Su Altar será el ofrecimiento de cada uno de sus corazones, eso es lo que Él espera ardientemente. No importa que sea imperfecto o que sea miserable para ustedes. Mi Hijo espera que sea verdadero, con la lealtad que puede vivir cada corazón de poder comprender el Llamado de Dios que, en este tiempo, viene a despertarlos a todos, porque la humanidad no puede dormirse por su indiferencia o negación.

La humanidad deberá ser la raza de los Nuevos Cristos. Y por esta causa, también rezo todos los días, así como rezo fielmente al lado de cada uno que se une a Mí, en oración.

Les agradezco y los animo a vivir una victoriosa Semana Santa, para que Cristo, Mi Amado Hijo, pueda gobernar cada corazón humano. Por esta ardiente aspiración del Señor, Yo les doy Su Paz, la Paz de Cristo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Sean Luz en el mundo, para que haya Misericordia.



Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Te damos gracias, Madre Divina, por cuánto nos das.

Y respondiendo al pedido de Nuestra Santísima Madre, vamos a leer el Mensaje semanal y después nos vamos a preparar para la Comunión, realizando nuestro ofrecimiento a los Altares de la Iglesia Celestial.



Mis queridos y amados hijos:

Hoy, Me alegra tenerlos cerca de Mi Corazón, para que cada uno de ustedes pueda sentir el calor materno de Mi Llama Sagrada de Amor.

En esta Cuaresma, que está finalizando, Yo los invito a salir del desierto para ingresar en el Paraíso Eterno de Dios, que está en los Cielos.

Quiero llevarlos Conmigo, en esta próxima Semana Santa, por el camino sagrado del calvario; para que ustedes puedan recoger espiritualmente los códigos triunfantes de la Dolorosa Pasión de Mi Hijo.

En este tiempo, Nuestro Señor necesita que existan almas capaces de ser depositarias de Sus principios, valores y atributos, para que en el mundo puedan ser erradicadas la violencia, la guerra, la impunidad y la esclavitud que aún muchos hijos Míos siguen enfrentando día a día.

Yo deseo, como Madre, que ustedes le puedan ofrecer sus vidas a Dios como un ejemplo ante tantos pecados en el mundo.

Por eso, queridos hijos, Mi intención de Madre es llevarlos de la mano y, sobre todo, dentro de Mi Corazón por el camino de la revelación del Amor Crístico, que se expresa fielmente a través de la Pasión de Cristo.

Mi Hijo necesita testigos de Su Amor, ante tanta crueldad.

Mi Hijo necesita testigos de Su Misericordia, ante tantas injusticias.

Mi Hijo necesita pacificadores, ante tanta violencia y maltrato.

Por eso, ustedes deberán comenzar el ejercicio de apartarse y distanciarse de esas energías.

Por eso, Yo vengo a mostrarles el camino, el camino que los llevará hasta Mi Hijo, Jesús.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE EL SAGRADO LLAMADO

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Quien esté verdaderamente Conmigo, nunca podrá perecer.

Si hoy están aquí es porque quieren estar Conmigo, acompañando a su Maestro y Señor en esta importante y definitiva tarea durante la Semana Santa, en la que los códigos más profundos de Mi Corazón estarán una vez más ofreciéndose a cada uno de ustedes; porque Mi meta es que sean Nuevos Cristos y no descansaré hasta que eso suceda.

Por eso, en este día, elevo a Dios el templo interno de cada uno, templo que ha sido transformado por Mí a lo largo de los tiempos para que las almas en esta superficie vivan su misión, sin importar lo que suceda o el acontecimiento que se presente en sus vidas.

Si ustedes ya están decididos a seguir Mis pasos, si sus vidas ya Me reconocen como el Único y Gran Señor, ¿qué deberían temer? Porque en Mi Corazón existe un lugar para cada uno, un lugar que espera que ustedes mismos lo encuentren a través de su vida de consagración, de donación y de servicio.

Es allí, en las cosas más simples de la vida, en donde reflejarán su verdadera vida, en donde sus almas podrán gobernar finalmente, en donde sus resistencias se disolverán y ya no serán un obstáculo para que puedan dar el último paso.

Pero los pasos que deben dar, cada uno de ustedes, tienen su momento y su tiempo. No pueden adelantarse a algo que aún no sucedió, deben seguir el ritmo del propio corazón, deben seguir el impulso del propio espíritu, porque sus espíritus ya saben lo que deben hacer en este mundo.

Dejen guiarse por sus espíritus, para que para cuando pasen por esta próxima Sagrada Semana, sus decisiones estén tomadas definitivamente, porque ya no tenemos tiempo.

Mientras los acontecimientos en el planeta se precipitan, necesito, necesito de los Nuevos Cristos, de los que se animen a caminar despojados de sí mismos, de los que no le teman a Mi Fuego Redentor, de los que se dejen moldear por Mis propias Manos para que Yo cree la forma y el modelo perfecto que Dios necesita en el final de estos tiempos, porque nunca haré nada que no Me permitan.

Sepan que Mi Amor es infinito e incalculable y es en esa frecuencia en la que ustedes deben vivir, porque el mundo vive bajo la frecuencia del odio, de la venganza y de la muerte.

Los Nuevos Cristos deberán estar presentes en este ciclo para conseguir justificar todos los errores del mundo, y sé que esto no puede ser comprendido por la propia mente.

Es el espíritu que, a través del corazón, les dará la sabiduría; porque Yo necesito que sus vidas sean Mi propia Palabra, que sus actos y actitudes, los hechos de cada una de sus vidas, sean ejemplos de servicio, misericordia y perdón; porque quiero que sepan, atentamente, que esto aplacará la injusticia que muchos corazones viven en el mundo.

Ustedes saben que este mundo enloqueció, porque ya no existe el discernimiento, porque no hay sabiduría y, al no haber sabiduría, muchos corazones perdieron la conexión con el Amor Mayor, y solo sufren y sufren. Pero hay grupos de almas en el mundo que son colocados bajo esa condición y sé que no la merecen.

Pero para que Yo pueda remover todas estas situaciones de la humanidad, cuando se cumpla el tiempo de Mi Retorno, deberá haber bienaventurados y servidores de Cristo en la Tierra, y sé que millones de almas aspiran a este camino.

Pero las propias situaciones de sus vidas no pueden paralizarlos. Deben aprender a comprender las causas que ustedes mismos generan y los resultados de esas causas en sus vidas.

Háganse responsables primero de ustedes mismos, esto es lo mismo que les pedí a Mis apóstoles: hacerse responsables de la misión que tenían que cumplir. Porque del cumplimiento de esa misión, tan semejante a lo que hoy ustedes viven aquí en la Tierra, dependerá el resultado que Cristo podrá tener en Su momento más culminante en el mundo, momento en que el Señor y Maestro removerá la oscuridad de todo el planeta, así como lo hizo desde el momento de Su Nacimiento hasta Su Muerte en la Cruz.

Porque el mundo, en este mismo momento, ante tantos errores e injusticias, no puede justificarse; pero los Nuevos Cristos, que donen su vida y su consciencia en las Manos del Señor, sí podrán justificar todos los errores para que el mundo viva una nueva era, libre de injusticias y de sufrimiento, libre de toda dualidad.

Yo necesito que entren por la puerta que les estoy abriendo para esta próxima Sagrada Semana. Es una de las últimas puertas que le abro espiritualmente al mundo, y esto es posible por el tiempo cuaresmal, en el que las almas pueden recibir los impulsos que necesitan, aunque hasta los últimos momentos de sus vidas enfrenten su propia imperfección.

Mis Ojos vienen a contemplar lo mismo que Yo contemplé de Mis apóstoles. Mi Corazón viene a buscar lo que Me pueden dar sus corazones.

Por eso, traje el Santo Cáliz y lo coloqué en lo alto de la Colina para que, en la próxima Noche Santa, así como lo vivió su Maestro y Señor, el Ángel Celador les dé a beber de Mis preciosos códigos de Vida y puedan renovar el compromiso, más allá de que ustedes vean en este tiempo un mundo cruel y aterrador. Pero es momento de que acepten que estamos en el Apocalipsis, preámbulo que anuncia la Venida culminante de Cristo a la Tierra.

Porque, cuando Yo esté presente, la gran decisión será tomada, que no solo repercutirá en este planeta, sino también en todo el universo, y llegará hasta el Universo Espiritual, donde está Nuestro Padre-Madre Dios.

En ese tiempo, que no está muy lejos, volverá a surgir la esperanza en los corazones y una felicidad desconocida los invadirá a todos ustedes y a sus hermanos. De la noche a la mañana, ya no sabrán lo que es el sufrimiento porque Mi Amor lo disolverá completamente.

Sentirán el mismo impulso que sintieron los apóstoles y las santas mujeres, que los renovó para vivir el camino de la evangelización, para ser misioneros de las Sagradas Reliquias de Cristo en la Tierra, junto con la Santísima Madre. Contemplen ese momento, afirmen ese momento en ustedes.

El desierto del planeta terminará. Las almas ya no agonizarán y no habrá nadie en esta superficie que muera por injusticia; porque los Poderes del Cielo se moverán, las Leyes manifestarán la Voluntad Divina, ángeles y arcángeles, conocidos y desconocidos, se presentarán, las trompetas sonarán y no habrá nadie en esta superficie que no las pueda escuchar.

Ese será el momento indicado, el Retorno Glorioso de Cristo. Momento importantísimo para Dios, porque Su Mano señalará a la Tierra y a la humanidad. Los justos entrarán en el Reino de los Cielos; los injustos vivirán su juicio para que se puedan redimir, inclusive el ángel que cayó del Cielo será juzgado. 

Si la Sangre Preciosa de Mi Cuerpo fue derramada sobre el mundo y Yo morí por ustedes y ofrecí hasta Mi último suspiro por ustedes, ¿qué es lo que Yo no podré ofrecer por el mundo cuando retorne?

Las almas conocerán Mi Gloria. Los misterios de Mi Corazón serán develados. Los secretos en el Cielo ya no existirán, porque Dios no tiene misterios, Dios es la expresión del Amor Vivo, Eterno e Inextinguible. Esto traerá gozo a todos los corazones que hayan creído en Mí hasta el final.

Por eso, díganle al mundo y a sus seres queridos que se arrepientan, así como Cristo hizo penitencia en el Huerto Getsemaní y cargó sobre Sus Espaldas todos los pecados del mundo, desde ese momento hasta el final de los tiempos.

Lo único que les pido es que nunca se olviden de amarse los unos a los otros. Ustedes no pueden estar divididos, porque he aquí la Unidad de Dios, que se hace presente en Divinidad, Alma y Espíritu, así como se hizo presente en el Santo Cenáculo, bendiciendo a los apóstoles y a las santas mujeres. Mientras tanto, Yo siempre los esperaré.

Vengo a dar testimonio de Mi Palabra para que sus cargas sean disueltas, para que el alivio llegue a todos, para que confíen en Mí, así como muchos a lo largo de los tiempos confiaron en Cristo hasta el final.

Porque en verdad les digo que cada uno de ustedes tendrá su hora definitiva, así como su Maestro y Señor tuvo Su sagrada hora definitiva en el Huerto Getsemaní. No le teman a este momento, porque siempre de la noche oscura surgirá la Luz Invencible de Dios; y quien se aferre a esa Luz, se aferrará a Mi Manto y será curado inexplicablemente.

Como un testimonio de Amor, hoy vengo a bendecir y a consagrar a dos hijas Mías, que recibirán nombres importantes en este nuevo ciclo de sus consciencias y vidas. Estos nombres son importantes para Mí por lo que representan en esta etapa que vive el mundo.

Y, a través de este testimonio de consagración que ahora viviremos, quiero despertar, en todos, la importancia de que todos los días renueven sus votos. Porque cada uno, desde su experiencia y sobre todo desde su corazón, puede vivir un voto Conmigo. Recuerden que Yo no busco perfectos, Yo busco pecadores, corazones simples, verdaderos y abiertos a abrazar Mi Voluntad.

Estaba esperando este momento de consagración para que todos sean testigos, al igual que Mis apóstoles y las santa mujeres, de que todo lo que Yo hago y todo lo que digo es por una sola causa, es por un milagro de Amor.

Estoy contemplando ahora qué es lo que sienten sus mundos internos; porque, a través de Mí, Dios los observa, el Dios del Amor y de la Bondad.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a preparar incienso y agua bendita, y Fray Baltazar hará esta consagración a pedido de nuestro Maestro.

Patricia y Débora.

Vamos a acompañar este momento de consagración a través del cántico "Consagración". Y vamos a acompañar a las hermanas en esta oferta ante la Faz de Cristo, Nuestro Señor, presente y acompañando este momento.


Hijas Mías, que sus voces siempre canten por aquellos que callan, que sus voces sean la Voz de Dios en la Tierra para curar a los corazones heridos, para pacificar a los corazones que no tienen paz, para renovar a todos los que han perdido la esperanza.

Por eso, en esta sagrada noche, ofrezcan esta consagración por todos los que no se consagran; y eleven este ofrecimiento durante la Celebración Eucarística por este motivo y por este fin.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Hoy, Débora, el Señor te consagra como María de los Inocentes, por todos los inocentes que sufren en el mundo.

Hoy, Patricia, Nuestro Señor te consagra como Clemencia, por todos los que están bajo el yugo de la impunidad, para que todos puedan vivir la liberación de la esclavitud espiritual.


Así, Yo las consagro en nombre del Amor de Dios y de Su Santa Voluntad.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Les agradezco por hoy haber estado Conmigo, ya estamos en camino a la Sagrada Semana.

MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Queridos hijos:

He aquí la Madre de la Santa Cruz, la Madre que contempla las cruces pesadas de todos Sus hijos.

He aquí la Madre de la Santa Cruz, la Madre que camina silenciosa e imperceptible al lado de cada corazón que suplica.

He aquí la Madre de la Santa Cruz, la Madre que sostiene en Su regazo y entre Sus Brazos a cuantos derraman lágrimas de dolor y de esfuerzo.

He aquí la Madre de la Santa Cruz, la Madre que acompaña y guía a los corazones buscadores de la verdad y de la justicia.

He aquí la Madre de la Santa Cruz, la Madre que en esta semana se prepara, al igual que Su Amado Hijo, para contemplar la Dolorosa y Victoriosa Pasión de Jesús.

He aquí la Madre de la Santa Cruz, la Madre que anima a todos Sus queridos hijos a servirse de los méritos de Cristo y a comulgar de los principios y de los valores de la vida evolutiva y crística.

He aquí la Madre de la Santa Cruz, la Madre que espera pacientemente el despertar de los Nuevos Cristos, que no temerán ni retrocederán, sino que con valentía caminarán adelante, preparando a la Tierra para el Retorno del Señor, el Maestro del Amor, Cristo Jesús.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Señora de la Santa Cruz

TRIGÉSIMO IMPULSO CRÍSTICO PARA LA CUARESMA, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

40 días con Jesús a través del camino cuaresmal

"Que Dios te muestre Su Divina Faz e ilumine tus caminos para que alcances el propósito de tu existencia.

Que el Señor, tu Dios, te unja con Su Luz y te libere para siempre de todo lo que te aprisiona en la vida.

Que el Padre Celestial te guíe y te muestre la sagrada senda para cumplir Su Santa Voluntad.

Que tu corazón se abra como un templo, para que en ti habite el Señor, tu Dios, el Dios de Israel; para que puedas concebir en ti mismo un corazón vacío, libre de ambiciones, de vicios y de toda propiedad.

Que el Señor, tu Dios, Adonai, transfigure por entero tu consciencia, para que la vida divina sea en ti y algún día pueda serlo en toda la humanidad.

Que la Divina Gracia conceda por amor este momento, a fin de que los Nuevos Cristos estén presentes en la superficie de la Tierra".

Cristo Jesús

VIGESIMOCUARTO IMPULSO CRÍSTICO PARA LA CUARESMA, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

40 días con Jesús a través del camino cuaresmal


"¿Cuáles fueron los veinticuatro pasos que diste en esta Cuaresma hasta el día de hoy?

¿Qué pudiste resolver dentro de tu propio desierto interior?

¿Te has dado cuenta de que la Cuaresma es una Gracia para poder vivir la penitencia?

¿Has percibido que la Cuaresma es una oportunidad para tomar buenas decisiones?

¿Qué frutos Me presentarás de todo tu trabajo interno realizado?

¿Mis Palabras podrán ser parte de ti?

¿Cuánto más el mundo tendrá que esperar por el surgimiento de los Nuevos Cristos?

¿Te animarás a concluir la última etapa de tu desierto interior en estos cuarenta días especiales?

¿Ya sabes quién en verdad eres?

¿Has conseguido retornar a tu origen?

Ten mucha paciencia y compasión, para que tus pies no den un paso más grande que tus posibilidades.

Tómate de Mí, Yo aquí estoy".

Cristo Jesús

MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Queridos hijos:

Que la vida consagrada represente, para todos los que siguen este camino, el lucero que ilumina la noche de la faz de la Tierra.

Que la vida consagrada sea el puente que une a las almas con Dios, a través de la vivencia de los Sacramentos.

Que en la vida consagrada se refleje el Rostro Vivo de Cristo para que, los que más necesitan de amor y de paz, lo puedan reencontrar a través de esa vida consagrada.

Recordemos que la vida consagrada, a pesar de atravesar también su momento de purificación, es parte del Cuerpo Místico de Cristo y que, siendo parte de Mi Hijo, la vida consagrada tiene la dicha de recibir una Gracia Extraordinaria de Dios.

Que toda la vida consagrada continúe caminando, a través de la fe, en la ardiente búsqueda de servir al Señor y de poder estar cerca de Su Divina Consciencia.

Que la vida consagrada se pueda fortalecer y afirmar en este planeta, para que la existencia de los Nuevos Cristos pronto sea una realidad.

Oro, día y noche, por toda la vida consagrada, para que sea un instrumento de paz y de caridad en el mundo que llegue a los que más sufren y padecen la ausencia de paz y de amor.

Que, a través de la vida consagrada, Mi Hijo pueda preparar Su Retorno a la humanidad, porque la vida consagrada será el espacio en donde Cristo afirmará Su próxima Obra de la redención del mundo.

A todos los que aspiran a la vida consagrada, que aspiren a vivirla, porque es en lo más profundo del ser en donde Cristo tiene que gobernar y obrar por el mundo entero.

La vida consagrada es la llama que nunca podrá apagarse en toda la superficie de la Tierra.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Madre de la vida consagrada

Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 122.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hijos de Mi Padre, vengo aquí para que, a través de sus sinceras oraciones, Yo pueda meditar sobre los próximos pasos de Mi Plan para todo este mundo.

Por eso, decidí estar aquí para que, junto a Mí y a través de sus oraciones, preparen la importante tarea del Señor en la próxima Sagrada Semana.

Quiero que sepan que aquí será la última Sagrada Semana, en este sagrado lugar que Me abrió las puertas para que el Maestro pudiera pronunciar Sus Palabras.

Por eso, compañeros, todo, absolutamente todo lo que han vivido Conmigo a través de los tiempos es contado en el Reino de los Cielos y especialmente en este importante momento en el que, a las puertas de la Cuaresma, las almas son llamadas fielmente a hacer penitencia, a meditar sobre cada uno de sus actos, a reparar cada una de las heridas que fueron ocasionadas.

Las almas, en esta próxima Cuaresma, son llamadas a rendirse a los Pies del Señor, para que su Maestro y Señor tenga la autoridad de poder interceder por este mundo, que con emergencia tanto lo necesita.

Por eso, a través de esta próxima Maratón de la Divina Misericordia, quisiera que tuvieran bien presente este, Mi Mensaje; porque así, de forma consciente y unidos a Mi Sagrado Corazón, podrán ayudar a su Maestro a volver a traer las bases ardientes del Cielo que refundarán al planeta, que corregirán el Proyecto Humano después del tiempo de la purificación.

Quisiera sentir, en cada uno de ustedes, la espera de la llegada del Señor, a través de todos estos encuentros que tendrán Conmigo; porque les dije una vez que Mi tarea ya está finalizando dentro del Tiempo del Señor.

Por eso, no desaprovechen cada oportunidad y cada momento; porque, en el final de los tiempos, deberán rendir cuentas de todo lo que recibieron, de cada una de las dádivas y de las virtudes que Yo les deposité; porque, aunque esto les parezca un misterio desconocido, sus almas saben cuáles son esas dádivas y virtudes.

Porque esto es lo que Yo vengo a buscar en los últimos apóstoles; para que, cada día que pasa, aprendan a vivir de Mi Voluntad, aprendan a cumplir Mi Voluntad y aprendan a concretar Mi Voluntad.

En esta Cuaresma que se aproxima, preámbulo de la próxima Sagrada Semana, Yo los invito a meditar y a hacerse verdaderamente una pregunta:

¿Cuál es la Voluntad del Señor para mi vida?

Escuchen sus corazones y obtendrán la respuesta. Oren y pidan a los Cielos, porque todo espera en el Reino de los Cielos para descender a sus vidas y a sus consciencias.

¿Cuál sería la Voluntad del Señor en el tiempo de la preparación de Su Retorno al mundo?

Porque espero ese gran momento, en el que el Señor del Universo pondrá fin a la maldad en el mundo, cerrando las puertas al mal y atrayendo hacia Mi Corazón, lugar seguro para cada ser, a cuantos están perdidos y sufriendo en esta humanidad.

En esta Maratón de la Misericordia, quisiera que asuman, a través de su oración sincera, a un alma en el mundo que esté necesitando de ayuda, aunque la desconozcan.

Oren, colocando esa intención durante los días de la Maratón de la Misericordia, para que aquellos que han sido oprimidos y castigados puedan tener la oportunidad y la Gracia de levantar sus cabezas y encontrar en este mundo un espacio seguro y de esperanza.

En verdad, les digo que no bastarían todos los encuentros de oración para enmendar los errores que hoy comete el mundo; pero son los ofrecimientos sinceros de las almas que evitan que las situaciones se agraven en la humanidad y en las naciones. Tengan esto muy presente, compañeros.

Su voz nunca debería cansarse de orar y de suplicar, porque la voz que ora y suplica a Dios es un espejo del Reino de los Cielos en la Tierra. En eso, Yo los invito a convertirse, que puedan ser espejos del Amor de Dios en la Tierra, libres de los pecados capitales, libres de toda división o juicio, abiertos de corazón y de mente para aliviar el sufrimiento de los que verdaderamente sufren en estos tiempos.

Este es el tiempo de la asistencia espiritual a la humanidad, porque mientras todo sucede en el mundo, aún existen proyectos e ideas contrarias al Padre que se ejecutan en esta humanidad y principalmente en las naciones.

Pero, Yo no los llamo a batallar contra el mal; Yo los llamo a ser un espejo de Amor, porque el Amor es el que disuelve el mal y toda injusticia en el mundo, porque el Amor de Dios siempre les dará la ciencia y la sabiduría, aun en los momentos difíciles de sus vidas y de la vida de sus hermanos.

Porque, mientras estoy aquí, contemplando cada una de sus dificultades, que no juzgo ni condeno, el Señor de la Misericordia contempla las grandes necesidades de la humanidad, que son muchas en este tiempo.

¿Quién se propondrá ayudar al Señor, donde sea necesario y como sea necesario, para aplacar el caos en el mundo?

Este es el tiempo de que sean verdaderos guerreros de la Luz; así, Yo Me serviré de sus consciencias y almas, pudiendo renovar todas las cosas.

Quiero que tengan muy presentes estas, Mis Palabras, para que cuando oren en estos próximos días de encuentros, intenten interiorizar y recibir en el corazón los impulsos que les dejo a Mis últimos apóstoles.

He aquí el Señor de la Paz, que llega a un mundo en caos y en sufrimiento, buscando en las almas buenas y consecuentes la respuesta al Gran Llamado del final de los tiempos.

Por eso, recuerden una vez más: ¿cuál es la Voluntad del Señor para mi vida? Pregúntenle a su mundo interior, aún queda un poco de tiempo.

Porque deben saber que, así como está escrito, se cumplirá en el mundo el tiempo de la Justicia y, antes de que llegue ese tiempo que no está muy lejos, quisiera que más almas tuvieran la dicha de la redención.

Vivan estos días Conmigo por todos aquellos que no los pueden vivir ni experimentar.

Vivan estos días Conmigo por todos aquellos que se desesperan y que sufren, que están sumergidos y aprisionados en las guerras, en la persecución y en la muerte.

Vivan estos días Conmigo por todos aquellos que no tienen la Gracia de poder nacer y por todos los niños y jóvenes que están prisioneros del tráfico humano.

¿Comprenden ahora las razones de vivir estos encuentros Conmigo?

Así, los invito a salir de ustedes mismos, para que se puedan dar a los demás, aun a aquellos que desconocen y que claman por una gota de luz en el mundo, por una lluvia de esperanza, por un reino de paz que hoy no tienen.

Que Mis Palabras los hagan sensibles. Que Mi Verbo los ayude a donarse, porque la donación de las almas es muy amplia, es una dimensión infinita y desconocida que todos los que se animan a servir a Cristo pueden vivirla.

El servicio en el mundo es necesario para aplacar los errores que se cometen en la humanidad, para que las puertas de la Gracia no se cierren, para que todas las almas posibles alcancen la redención.

Como su Maestro y Amigo, como su Señor, el Señor de Israel, que conoce profundamente el Proyecto de Su Padre en toda esta humanidad, vengo a pedirles que mediten sobre Mis Palabras, que se sumerjan en Mi océano de Instrucción, para que estén prontos, disponibles, entregados a Mí en los últimos tiempos, los tiempos definitivos.

Que el canal de la Divina e Insondable Misericordia, que las almas podrán abrir a través de sus oraciones en estos días, se irradie e impregne los espacios que están en oscuridad, no solo adentro de las consciencias, sino afuera.

Que la Luz de la Misericordia los renueve, les traiga la paz y la esperanza de buscar un mundo justo y fraterno. Oremos por esto.

Sobre Mi querida y sagrada Colina de las Apariciones, dejé el Santo Grial, el Terafín espiritual que en la institución de la Sagrada Eucaristía volvió a unir el Cielo y la Tierra, las almas y Dios.

Tengan presente este Sagrado Instrumento, Reliquia preciosa del Arca de la Santa Alianza que desde Sudamérica estará irradiando al mundo hasta el último día de la próxima Sagrada Semana, hasta el día de la Gloria del Señor, en el que los Cristos del Nuevo Tiempo podrán beber de ese Cáliz espiritual para vivir el mismo compromiso que vivieron los santos apóstoles, de ser pacificadores en la Tierra.

Les agradezco por hoy estar aquí, y desde ahora los preparo para la próxima Sagrada Semana.

Vivan la Cuaresma abiertos de corazón.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
 

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, EN LA 120.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Después de cuatro días, llegué al fin de una tarea espiritual con el futuro planeta, de la que todos han participado Conmigo, para que pueda surgir la Nueva Tierra después de que se purifique en esta etapa final.

Por eso, todo lo que Yo les traje en estos días les habrá podido parecer un poco abstracto o simbólico, porque todas las situaciones que surgen de la Fuente Suprema, todas las emanaciones de los Códigos y Propósitos de Dios, no tienen una forma concreta, sino inmaterial, que es impregnada por una corriente de energía cósmica.

Es una aspiración que surge, por única vez de la Fuente, hasta que esa aspiración se concrete en los tres planos de consciencia, espiritual, mental y material, hasta que esa aspiración sea una realidad, así como la Voluntad de Dios lo ha predeterminado.

Por eso, ante Dios y ante ustedes, Yo Soy esa Gran Consciencia intermediaria y Divina que trae desde los planos superiores las aspiraciones de Dios para que se concreten en la materia.

Es algo tan semejante a lo que vivieron los arcángeles en el principio, porque ellos tuvieron que manifestar esta Creación; primero retirando de la Fuente las aspiraciones de Dios en el Universo Espiritual, después meditando en esas aspiraciones a través del Universo Mental y así, diseñando los diferentes Proyectos del Creador para que se concretaran en el Universo Material.

Por eso, los impulsos de Dios son graduales, así como sus seres son graduales. Así como tienen un alma, también tienen un espíritu y, ¿qué habrá más allá del espíritu de cada ser?

Todo parece un misterio, pero no lo es, porque el misterio se devela cuando el alma ama a lo desconocido, sin comprender ni siquiera lo que eso significa.

La consciencia encarnada en este mundo sabe que debe cumplir un Propósito, porque es su esencia la que lo sabe. Por alguna razón, está aquí encarnada en un cuerpo humano, no es solo para vivir algo material o concreto.

La materia es la posibilidad de la concreción de ese Plan espiritual y mental, pero el plano material no es el que determina la evolución de la consciencia porque, así como las esencias surgieron de los Estanques de la Fuente, así las esencias deberán retornar a esos Estanques de la Fuente con una experiencia vivida.

Para eso existen las Leyes Universales que muy pocos conocen, las que tal vez la mayoría ha escuchado con el nombre de Mandamientos. Pero los Mandamientos, que recibió Moisés, fueron las Leyes Básicas de la evolución de esta raza.

Esas Leyes se ampliaron a través de la encarnación del Hijo de Dios en la Tierra; porque el Hijo de Dios unió todas las Leyes de los Mandamientos en una única Ley, que es amar a Dios por encima de todas las cosas, pero también amar al prójimo para que esa evolución se pueda concretar y realizar sin obstáculos.

Sé que la vida material es un desafío para la mayoría en este tiempo. Muchas almas en este tiempo no le encuentran sentido a la vida, porque las almas están en depresión, al no encontrar el camino del Propósito que perdieron. Pero no es afuera que encontrarán la respuesta, es en lo más profundo de cada corazón que se encuentra esa respuesta que tanto buscan.

Sepan que, para cada situación de la vida, para cada aprendizaje o experiencia y también para cada decisión que se debe tomar, la respuesta no está en el exterior, sino en el interior. Por eso, el Hijo de Dios, cuando estaba encarnado en este mundo, siempre encontraba un momento para retirarse con Su Padre para tomar Sus grandes decisiones.

El Universo les provee de todo. La vida material les provee de ilusión y, en muchos casos, de engaño. Pero las almas, para que vivan algo que no conocen, deben tener mucha voluntad, la determinación de alcanzar aquello que es desconocido e impalpable, aquello que no tiene forma ni es concreto.

En este cuarto día de encuentro Conmigo, vengo a terminar Mi Mensaje, Mi serie de impulsos espirituales y cósmicos.

En esta serie especial, que Yo les otorgué en estos cuatro días, deberán descubrir por ustedes mismos las diferentes claves que Yo les dejé en Mis Mensajes; porque es la última vez que se los estoy diciendo, para que Mis apóstoles y Mis seguidores tengan todas las herramientas en el momento de tomar sus decisiones y de trabajar por el Plan.

Porque cuando Yo ya no pueda estar aquí con ustedes, serán ustedes los que deberán dar continuidad al Legado que les impartí con tanto Amor, y serán ustedes los que deberán cuidar de las almas y de los corazones de los peregrinos, y también de sus hermanos de camino, de todos los que conviven día a día con ustedes.

¿Ahora, comprenden que todo esto no es una casualidad, sino un compromiso?

Hay almas que les ha tocado vivir esta Voluntad que Yo les traigo. No hay forma de escaparle a esto, porque adonde vayan, esa Voluntad Mía estará presente; y esto es algo inextinguible porque no es material, es un impulso espiritual que en lo más profundo les recordará el compromiso.

En todo lo que Yo les dije, a través de estos años, está la respuesta y la guía que muchos necesitan para vivir el camino del apostolado y de la entrega, para ser meros instrumentos en las Manos de Dios que permitan hacer descender las Gracias en el mundo y en las almas.

Les dejo, en este lugar, el comienzo de una nueva etapa interna. Aquí, les dejo abierta la Fuente Espiritual de Mi Padre, para que las almas vengan aquí a purificarse y a sanarse. Y ustedes serán celadores de esto para que, en el momento más difícil del planeta, la humanidad sepa que, del gran fondo del abismo, emergerá la Luz de Aurora y volverá a elevar a las estrellas caídas, convirtiendo a esas estrellas en consciencias redimidas que cumplirán con el Proyecto del Padre.

Aquí está la hoja de la última parte de este Libro que fue escrito por Mí en estos últimos años. Pero esta hoja está en blanco, y serán sus vidas y sus almas que escribirán la última parte de esta historia vivida Conmigo; historia que podrá justificar los graves errores que hoy comete el mundo a través de las guerras y de las persecuciones, a través de los exilios y de los inmigrantes, a través del tráfico de niños y de los abusos de poder.

¿Ahora, comprenden la importancia de escribir esta última parte de la historia?

Porque esto no quedará solamente en la memoria de los que Me recuerden, sino que continuará adelante cuando Yo retorne al mundo y cumpla con lo que Yo le dije a Juan, el apóstol.

Vendré a pedirles personalmente los talentos que les entregué una vez. Y el Pastor les preguntará: “¿Qué han hecho con los frutos que les entregué? De esos frutos, ¿cuál será la cosecha que realizaron? Y, ¿qué es lo que le será ofrecido al Padre Celestial cuando el mundo llegue a su fin?”.

En ese fin, en ese día y en esa hora, será cuando la humanidad se redimirá y la Nueva Humanidad comenzará. Y esa Nueva Humanidad no tendrá memoria del sufrimiento ni de todas las agonías que ha vivido este mundo a través de los tiempos, porque la Nueva Humanidad será formada por los Nuevos Cristos, que retomarán el Proyecto que no se cumplió con Adán y Eva.

Y a través de una pausa en el espacio-tiempo, desde Adán y Eva hasta el presente, se borrarán para siempre los horrores de la humanidad, porque los arcángeles habrán purificado ese ciclo para que la Nueva Humanidad no lleve consigo ninguna deuda espiritual; motivo por el que ya no existirá la enfermedad espiritual ni material, porque no será necesario ese aprendizaje para las almas.

Yo quisiera, como Maestro, que muchos, pero muchos más, formaran parte de esa nueva etapa de la humanidad, pero cada vez son más las almas que se alejan de esto, lo que rasga Mi Corazón por dentro.

Pero Yo nunca descansaré, aun cuando retorne al mundo físicamente, porque iré detrás de aquellos que aún no fueron redimidos ni perdonados. Iré al encuentro de los que fueron impunes y de todos los que ocasionaron el mal en este mundo, porque todo el planeta será redimensionado por las Leyes Crísticas y, así, todo comenzará de cero, como está escrito.

En el momento en el que Yo reuniré a las diferentes tribus de Israel, más allá de las naciones o de las lenguas, más allá de los pueblos o aun de las culturas, el Padre Eterno, a través de Su Amadísimo Hijo, reintegrará a la humanidad el Propósito de las doce tribus de Israel y se dará continuidad a la concreción del Proyecto del Padre Eterno, bajo la presencia visible de los ángeles.

¿Ahora, comprenden por qué es importante trabajar para Mí?

No existe otra razón, en este universo, que cumplir la Voluntad de Cristo, así como Cristo cumplió la Voluntad de Dios en el Huerto Getsemaní. Yo los animo a seguir esta, Mi aspiración, comenzando en lo más pequeño del día a día, porque el mundo se apaga sin ver la Luz ni el Amor.

Es necesario que existan almas misericordiosas en este tiempo, almas que sean testigos y celadoras del Amor del Redentor en este tiempo de agonía planetaria, de este Amor que proviene de lo Alto y de lo más sublime del Corazón de Dios.

Vengo una vez más a consagrar a nuevos adoradores, a este grupo de almas tan diferentes entre sí, pero tan unidas por un mismo fin y un mismo Propósito, que es aliviar el Corazón de Jesús a través de la santa adoración para que Mis Gracias y Misericordias puedan llegar cada vez más al mundo y para que más almas en este mundo ya no se condenen ni tampoco se pierdan del camino del Amor.

Preparémonos en este momento para esta consagración que Yo acompañaré con predilección para bendecirlos.

En esta Obra existe una canción que los identifica a todos ustedes y que representa el mensaje del alma que aspira a vivir constantemente en Dios, aspirando todos los días a caminar libre de sí misma para seguir las huellas de Luz del Gran Maestro.

Esta canción, que ahora les pido, acompañará este momento de consagración, para que también el mundo se pueda consagrar algún día, aunque parezca inalcanzable.

Todas las almas, que se consagran, promueven espiritualmente la consagración de la humanidad. Tengan esto siempre muy presente para que aprendan a valorar el espíritu de la consagración.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a cantar "Consagración"

MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL ENCUENTRO DE ORACIÓN DEL DÍA 8

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mantengan la paz mientras estoy presente, porque el mundo necesita de paz.

Agradezco la respuesta de Mis hijos, la respuesta inmediata y sensata de todos los que se reúnen en este momento alrededor de la Madre de Dios, así como los ángeles de Dios están reunidos en este momento.

Regreso a Mi amada y predilecta Casa de Figueira, porque este lugar, bendecido por Mi Padre que está en los Cielos, Me ha abierto las puertas para que Yo pudiera llegar al mundo entero.

Por eso hoy, vengo a aliviar sus heridas; vengo a hacer desaparecer sus tristezas; vengo a hacer desaparecer sus agonías, para que de este mundo y de esta humanidad desaparezca el sufrimiento, que se ha agravado en estos tiempos.

Por eso, les vuelvo a decir, una y otra vez, que no pierdan la fe. Yo estoy aquí y Soy su Madre, que los guía y que siempre los guiará al camino seguro, el camino bendito hacia el Corazón de Dios.

A pesar de que este tiempo sea desconocido, a pesar de las dudas o aun de las incertidumbres, es hora de que confíen en el Supremo; porque Yo estoy aquí para abrirles la puerta hacia el Supremo. Yo estoy aquí para conducirlos hacia la Verdad y no Me cansaré de hacerlo, hijos Míos.

Por eso, llego aquí de forma incansable para que Mis hijos se restauren en Mi Corazón, para que siempre sepan que habrá un destello de la Esperanza de Dios que podrá brillar más allá de la oscuridad del mundo, más allá de la propia oscuridad interior.

Sean valientes, y decididos sigan los pasos de Mi Hijo. Él necesita construir el nuevo tiempo, a través de Sus apóstoles y servidores. Él necesita, de forma imperiosa en este momento, que haya testigos de Su Amor; porque el mundo no puede vivir sin el Amor de Dios, las almas no pueden vivir sin el Amor de la Fuente.

Ustedes saben que esto es así, hijos Míos. Por eso, Yo vengo aquí en el nombre de ese Amor Mayor, de ese Amor de Dios que los reunió a todos desde el principio para construir las bases de esta Obra Espiritual, formada por el Cuerpo Místico de Cristo, por medio de todas las almas que se congregan y que se autoconvocan, para que en este tiempo sean parte del ejército de Cristo, sin miedo a nada.

Hijos, mientras estoy aquí, en la alegría de este reencuentro con cada uno de ustedes, Yo les pido: confíen y despójense, para que la humanidad pueda ser despojada de sus conflictos, ambiciones y guerras.

El primer paso lo deberán dar ustedes mismos, porque son más conscientes que los demás, porque han sido agraciados por los tesoros del Cielo y de la Tierra. Solo eso es lo que les pide Mi Hijo, que den los pasos que Él necesita que ustedes den; porque es urgente que, en la superficie de la Tierra, estén presentes los Nuevos Cristos. Y esto no es para mañana, esta aspiración de Cristo es para ahora.

Sus espíritus fueron formados a través de la Palabra del Señor, pero sus consciencias también fueron forjadas para vivir la transformación, la purificación y luego la redención.

¿Por qué le temen a lo que están viviendo y atravesando en este tiempo, si están viviendo lo que ya estaba escrito?

El Amor de Dios siempre será mayor que todas las cosas. Ese Amor Mayor y Divino siempre los abrazará y los colmará, y si fuera necesario, Mis amados, el Amor de Dios les permitirá que Yo tenga a sus almas en Mis Brazos para enseñarles aún más sobre el Amor de Dios, el Amor de Dios que besa y que consuela, así como una buena madre besa y consuela a sus hijos.

Esto es lo que el mundo necesita en este tiempo, no puede perder el sentido y el camino del Amor Mayor; porque el Amor Mayor les hará comprender al semejante, los ayudará a aceptar todas las situaciones y todas las condiciones, por más difíciles que sean. El Amor de Dios siempre los ayudará a superarse a ustedes mismos, porque el Amor del Padre es el fiel testimonio de Su Presencia.

Lo que hoy sucede aquí, es obra del Amor de Dios; es Gracia de Mi Hijo, el Cristo; es Amor maternal de Mi Corazón por Mis hijos.

Por eso hoy, Yo vengo a prepararlos no solo para los próximos tiempos, sino también vengo a prepararlos para que vivan en estos días los encuentros con Mi Hijo, sabiendo que ya son los últimos encuentros, en los que sus almas y espíritus podrán beber de esa Fuente del Amor Consolador y Misericordioso, que disolverá todo mal y que los renovará por dentro para que puedan tener vida en abundancia.

Hagan esto por la humanidad, den los pasos por aquellos que no los dan, oren por los que necesitan de oración, vivan y tengan un gesto de amor y de misericordia por el prójimo.

Porque Mi ardiente deseo de Madre es que ya se sientan apóstoles del Cristo Redentor, viviendo la vida del apostolado, de la misión y del servicio; y no buscando ser apóstoles, aun en estos tiempos críticos, porque en sus corazones están todas las llaves que Mi Hijo les entregó para abrir las puertas al conocimiento mayor, para entender la existencia y la condición humana, para que esa condición humana no sea juzgada ni condenada, sino comprendida y aceptada a través del Amor de Dios que puede vivir perpetuamente en ustedes y se puede renovar a través de cada nuevo Sacramento.

Sepan que, cada vez que reciban un Sacramento, estarán delante de las puertas del Paraíso; porque los Sacramentos que Mi Hijo instituyó no solo son Gracias reparadoras, sino son oportunidades para que las almas se reencuentren consigo mismas y retomen el camino hacia el infinito Propósito.

Lo último que quiero decirles en esta noche, en la que puedo sentir un poco del amor de cada uno de Mis hijos, es que confíen en las virtudes y en los dones que Dios les regaló, porque cada vez que escuchen la Palabra de la Divina Jerarquía, cada vez que sean capaces de repasar Nuestros Mensajes para comprender un poco más lo que les decimos y todo en lo que los instruimos, están recibiendo la oportunidad de vivir los Dones de Dios. 

Y la primera escuela para poder vivir los Dones de Dios es que puedan vivir ustedes mismos el Amor de Cristo, que los unge y los santifica en cada momento, cuando se arriesgan a colocar sus rodillas sobre el suelo para pedir Perdón y Misericordia, no solo por ustedes mismos, sino también por el mundo.

Que, a las puertas de la próxima Maratón de la Divina Misericordia, Mis hijos recuerden que siempre son agraciados y bendecidos, ante la emergencia de estos tiempos, ante millones de almas que, viviendo en la oscuridad, en el sufrimiento y en la guerra, no consiguen ver la Luz y el Amor de Dios.

Por eso, sus ofrecimientos son importantes en estos tiempos para que las almas se puedan salvar, especialmente las que más necesitan de la Misericordia de Cristo. Y eso no es solo con los que están lejos de aquí, sufriendo de una forma verdadera y, hasta diría, inexplicable, sino también con las almas que necesitan de salvación que podrían estar aquí entre ustedes, sin que lo perciban.

Por eso, amen lo que viven, amen cada nuevo ofrecimiento. Esto es lo que el Padre Celestial necesita para que Su Misericordia descienda al planeta y la Nueva Humanidad pueda ser una realidad.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Nos colocamos de pie.

La Madre nos va a enseñar una simple oración, para que nos animemos a imitar a María.

Repetimos:

 

Divina Madre,
consagra mi corazón,
para que pueda sentir
como siente Tu Corazón.

Divina Madre,
consagra mis ojos,
para que mis ojos puedan ver
como ven Tus Ojos.

Divina Madre,
consagra mis labios,
para que mis labios sean como Tus Labios,
que oran perpetuamente
por las almas y por la Creación.

Divina Madre,
consagra mis manos,
para que mis manos sirvan
con caridad y misericordia,
así como Tus Manos sirven
con caridad y misericordia,
marcando en cada paso un gesto de Amor.

Divina Madre,
consagra mis pies,
para que mis pies caminen
así como caminan Tus Pies,
buscando incesantemente la senda de Cristo, Nuestro Señor,
y confiando plenamente
en el Propósito de Nuestro Creador.

Divina Madre,
consagra mi alma,
para que mi alma viva
el mismo júbilo que vive Tu Alma
al responder en cada paso al Llamado de Dios.

Divina Madre,
consagra mi espíritu,
para que mi espíritu esté unido a Dios,
así como Tu Espíritu está unido al Padre eternamente.

Divina Madre,
despoja mi ser completamente,
así como Tú Te despojaste ante Dios,
siendo una Esclava perpetua de Su Proyecto.

Amén.



Vamos a pedirles a los sacerdotes que traigan los elementos aquí, para la consagración de la Eucaristía, que haremos junto con la Madre Divina.

Mientras tanto, vamos a entonar los Nombres de Dios y a intentar que esta oración, que María nos enseñó, pueda resonar en cada parte de nuestro ser, así como resuena en cada parte de nuestra Madre, en Su Espíritu, en Su Alma y en todo Su Ser.

Así, vamos a hacer nuestro ofertorio, el ofertorio más profundo de nuestro corazón, para que Cristo pueda estar entre nosotros en este momento; así como María nos trae a Su Hijo en este momento, en Divinidad y en Espíritu.

Vamos a cantar estos Nombres de Dios junto a la Madre Divina, invocando la presencia de los ángeles.

Vigilias de Oración
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE LA VIGILIA DE ORACIÓN

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Para poder llegar hasta aquí, tuve que recorrer los umbrales más oscuros del planeta, y sé que ustedes, hijos Míos, no saben lo que esto significa; pero todo esto es posible a través de la oración de Mis hijos, a través de la esperanza de cada corazón que clama a Dios.

Esto, Me permite interceder y pedirle a Dios una oportunidad para Mis hijos; aunque esta Gracia, en este momento, no sea merecida.

Hoy, Mi silencio habla más que las palabras y es necesario en estos tiempos, hijos Míos, que se sumerjan en el Silencio de Dios para sentir lo que Él siente, para vivir lo que Él vive, para ver lo que Él ve con Sus propios Ojos.

Por eso, Él Me envía una vez más. Él Me envía como Su Mensajera, pero también como Su Portavoz, para recordarle al mundo que detenga las armas, que abandone las ideas propias de la guerra, de una conquista de las naciones del mundo que nunca sucederá.

¡Ay de aquellos que no le temen a Dios!

¡Ay de aquellos que desafían Sus Leyes y Su Voluntad!

Por eso, todos Mis hijos deberán seguir rezando fervorosamente, así como los ángeles rezan de forma perpetua con sus rostros en el suelo. Es la forma por la que Dios le concederá a la humanidad una oportunidad.

Las armas desafían la Ley. Los hombres no conocen la Creación ni tampoco saben de dónde provienen, no pueden usurpar el misterio, porque aún el misterio no fue revelado. Cristo es el propio Misterio, que se revelará a todos a través de Su Retorno.

Así como los Libros, se abrirán los sellos; así, Cristo revelará Su verdadera Faz y no habrá quién la pueda ocultar; porque Él vendrá en el momento más culminante del planeta y ese momento ya está muy cerca, más cerca de lo que parece.

En estos dieciséis años que han estado Conmigo, momento tras momento, paso tras paso, hemos construido juntos una fortaleza espiritual que ni siquiera la Iglesia de Cristo en la Tierra la ha alcanzado.

Por eso, también deben rezar por aquellos que no consiguieron responderle a Mi Hijo; porque el camino de los Nuevos Cristos es un camino desconocido para todos, pero no es un camino imposible, es un camino de desafíos y de trascendencias. Es ese Camino de Cristo, Nuestro Señor, que los convertirá en Sus apóstoles de verdad, sin ilusiones y sin expectativas propias.

Eso es lo que Mi Hijo necesita en este momento para terminar de concretar Su Retorno. Así como Él los llamó a ustedes, Él llamó a toda la Iglesia extendida en la Tierra para que lo representara como la Luz del mundo, aquella Luz invencible que muchos buscarían en el fin de estos tiempos; porque en esencia es la Luz de la Jerarquía, es una Luz que nunca cambia, es una Luz que nunca desaparece, porque es parte de la Luz Eterna.

Es en lo más profundo de cada ser en donde Cristo comenzará a concretar Su Retorno, y así como los primeros apóstoles y seguidores y seguidoras del Señor deberán dar la vida por el mundo, si así lo aceptan.

El camino crístico no es un abismo entre ustedes y el Cielo. El camino crístico es un puente para todos los que quieran ser consecuentes con Él, y estar junto a Él donde Él lo necesite y cuando lo necesite. La decisión solo está dentro de ustedes, y en ningún otro lugar.

Dejen que el Amor de Mi Hijo los arrebate, que Él los convierta en lo que tanto espera en estos tiempos. Porque así, Sus nuevos apóstoles estarán en lugares del mundo que nunca habían pensado, estarán preparando a las multitudes y a los pueblos para Su llegada. Y esto no será con grandiosas obras, sino con ejemplos verdaderos y simples que moverán a los corazones al cambio.

Yo vengo como la Madre que prepara ese momento, porque Él Me lo ha pedido y Yo Soy Su Esclava, Soy la Esclava del Señor porque se ha hecho en Mí Su Palabra.

¿Los que son llamados a ser los últimos apóstoles de los últimos días, han decidido que la Palabra de Dios se haga en ustedes?

He visto con Mis propios Ojos, con los Ojos de la Madre de Dios, que en muchos se ha hecho la Palabra de Dios, a pesar de las tribulaciones y de las pruebas.

Por eso, a pesar de este mundo aterrador, a pesar de lo que vean a su alrededor, colóquense disponibles. Ya no se escondan de Dios, vayan al encuentro del Padre Eterno y les aseguro que serán felices, serán libres, así como Yo lo fui al escuchar el llamado del Arcángel Gabriel.

No se olviden, Mis hijos, de que Yo Soy una más con ustedes. Soy la Virgen Madre, la Rosa de la Paz, la Consoladora y Abogada de los que sufren y de los que claman.

No se desesperen, no se angustien. Ya no miren la oscuridad, miren hacia la Luz que Cristo les ha dejado adentro. Así, encontrarán la fuerza como Yo la encontré al ver a Mi Hijo clavado en la Cruz, entregando por todos lo más grande que tenía en Mi vida, así como muchos de ustedes, y muchos de sus hermanos del mundo que sirven a Cristo, han entregado sus familias y lo más preciado que tienen por responder al llamado desconocido de Cristo.

Pero los Ojos de Jesús, de Mi Amadísimo Hijo, están sobre sus seres queridos. Él mismo los cuida, Él mismo los protege con Su Manto; así como Él intenta todos los días, aunque sea Rey, proteger sus pasos, los pasos de los que dicen ser Sus apóstoles.

Solo les aconsejo algo, Mis amados hijos, que se rindan a los Pies de Jesús, así como Santa María Magdalena se rindió a Sus Pies y, con sus propias lágrimas, lavó los Pies del Señor, porque era un alma que le pedía rendición.

¿Qué habrá significado este gesto para Jesús?

¿Qué habrá significado para Mi Hijo que la Santísima y Humilde Esclava de Dios besara los Pies de Jesús en lo alto del Monte Calvario?

Pero Él, en Su mayor agonía y padecimiento, renunció por Mí y por cada uno de ustedes, cuando antes de morir Él Me dijo: “Madre, he aquí Tu hijo; hijo, he aquí tu Madre”. Y hoy, Yo como su Madre, la Madre de todos, estoy cumpliendo esa promesa.

¿Se han dado cuenta, Mis hijos, qué significa para Mí que ustedes y sus hermanos y hermanas del mundo caminen al lado de María y que su Virgen Madre camine al lado de Sus hijos, pacientemente, esperando el paso de cada uno de ustedes?

No hay nada más maravilloso en este mundo que el Reino de los Cielos, en donde los ángeles, elementales y devas, las grandes potencias creadoras del universo, se reúnen para adorar y alabar el Nombre de Dios.

Y, aunque Mi Corazón está lastimado por lo que ve de este mundo enloquecido, cuando Yo puedo descender del Cielo, como en este día, Mi Corazón se conforta, Mi vida se anima por todos los que Me aman, porque el amor no se queda Conmigo, el amor va directo al Corazón de Dios.

Y Él, así, abriendo Sus Brazos y extendiendo Sus Manos sobre el mundo, derrama Sus amorosos Rayos de Piedad y Misericordia, renovando a través de los últimos Cristos a toda la faz de la Tierra, especialmente, a través de aquellos que anónimamente sirven a Dios.

Ahora le hablaré a cada uno.

Hijo Mío, hija Mía, ¿por qué sufres? ¿No estoy Yo aquí? Y, a través de Mí, ¿crees que vives en Dios, así como Mi Hijo vive a través de Sus hijos, de todos Sus compañeros?

Decídete, libérate de tu propio peso y confía, porque hay algo maravilloso para ti, que Dios escribió en el universo con Su propia Mano.

Entrega todo lo que tienes, entrega todo lo que eres, y te aseguro que no te arrepentirás. Porque, a pesar de los desiertos o de la angustia, Mi Hijo todo lo renueva; así como Su Sangre y Su Agua, que brotaron de Su lastimado Corazón en lo alto de la Cruz, renovaron al mundo entero.

Deja que tu alma guíe la barca de tu vida. No le temas al naufragio, no le temas a las derrotas, afírmate en la esperanza de Mi Corazón Misericordioso y del Corazón Misericordioso de Mi Hijo.

Consagra tu vida a San José y Él te guiará a través de Su Mano para que descubras la grandiosa Voluntad de Dios, que te hará libre para siempre, rompiendo los grilletes de la ilusión, rompiendo las cadenas de la inercia y abriendo los portales al gran encuentro, al encuentro de tu espíritu con el Espíritu de Dios.

Yo les agradezco por tener la valentía, todos los días, aunque no sepan cómo hacerlo, de seguir las Huellas de Luz de Mi Hijo. Y les agradezco a todos los que oran por la paz, porque es muy urgente en este momento, especialmente la paz en los corazones que ya no la tienen.

Nunca, pero nunca, se olviden de ser agradecidos, así aliviarán al Corazón de Dios de tantas ingratitudes.

Sean guardianes de los Tesoros de Dios. Sean celadores de Nuestros Mensajes y, sin que lo perciban, en el gran día prometido, la Palabra de Dios se cumplirá en ustedes, así como se cumplió en la Esclava del Señor.

Ahora, volvamos a cantar a la Señora de Kibeho, la Madre del Verbo y de la Palabra, la Madre de África. Cantemos por el herido pueblo africano, sometido por la guerra, perseguido por su fe, condenado por los sistemas del mundo enfermo, por el hambre de cuerpo y de espíritu.

Clamen, a través de la Señora de Kibeho y por medio de esta canción, por Mi amada África. Y recemos, desde ahora, para que Nuestros Sagrados Corazones vuelvan a África el año que viene. ¿Están prontos para este desafío?

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

En la Luz de Cristo, los bendigo para que la paz esté en ustedes y en todas las naciones, especialmente en las naciones que más la necesitan.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Los amo, mucho más que lo que ustedes pueden imaginar.

Aférrense a Mi fortaleza espiritual y siempre verán la Luz de Cristo en el horizonte. Amén.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Y ahora, vamos a cantar esta canción a la Señora de Kibeho, respondiendo al pedido de la Santísima Madre, para que las Gracias del Corazón Inmaculado de María se derramen sobre África y el mundo. Y, especialmente, para que el Manto de Luz de la Madre de Dios guarde y proteja a los niños, jóvenes y adolescentes de toda África, y la Madre de Dios les otorgue la Gracia del alivio y de la esperanza.


Canción: "Our Lady of Kibeho".


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Queremos terminar esta Vigilia de Oración haciendo un relato, a pedido de nuestra Madre Divina.

Vamos a intentar repetir todo lo que pasó, sin perder una palabra, porque hoy la aproximación y la Presencia de María fueron muy fuertes.

Lo primero que quería decir, antes de olvidarme, es que esta Vigilia de Oración Ella la sintió verdadera, muy sincera y muy honesta por parte de cada uno.

Cuando Ella llegó, nos preguntó si nosotros como Obra, como peregrinos, como orantes, estaremos dispuestos a acompañar a María los días 24, a través de este formato de Vigilia de Oración; porque Ella nos dijo que, con todo lo que está atravesando la humanidad y el planeta, lo único que en este momento nuestra Madre tiene para ofrecerle a Dios son nuestras oraciones, que nos reunamos como grupo y como almas en oración junto con Ella.

Y siento que todos internamente estamos dando ese sí, para que a partir de hoy retomemos este formato de Vigilia de Oración por la Paz en las Naciones, para que podamos, junto con María, fortalecer esta escuela de oración que Ella nos ha enseñado y, especialmente, podamos orar por todas las causas urgentes, respondiendo a Su pedido.

Hoy, cuando la Madre Divina llegó, como siempre lo hace, atravesando los portales de los Cielos de forma gradual, Ella nos llevó como consciencias a los lugares de los abismos más oscuros del planeta, que son abismos espirituales que no se ven con los ojos físicos.

Y Ella realizó ese movimiento y presentó esa situación como los presentó en el tercer secreto de Fátima. La Virgen Madre atravesaba una ciudad completamente destruida por la guerra y por las armas, se escuchaban gritos de sufrimiento y de dolor, había personas a las que les faltaban piernas, brazos.

Ella era la única Luz que allí brillaba, y esa Luz brillaba a través de Ella por nuestras oraciones de este día. Ella recogía cada cuenta de oración de esta Vigilia y también todas las oraciones que hemos hecho en estos dieciséis años de Apariciones para ofrecérselas a Dios como un acto de expiación y de misericordia.

En mi caso personal, realmente, yo quedé muy impactado por lo que vi. Pensé que no iba a poder continuar con la tarea. Y cuando Nuestra Madre lo percibió, Ella recogió esa escena y trajo el Cielo.

A medida que hablaba, Ella se iba acercado a cada uno de nosotros. Podría decir que hoy Ella estuvo tan cerca como nunca antes lo estuvo.

Y Ella, no solo espiritualmente levantaba al planeta de donde está en este momento, a la humanidad, a los pueblos, a las naciones que están sufriendo, sino que también Ella nos levantaba a cada uno de nosotros.

Y Su Amor, ese Amor puro de María, inconfundible, iba transformando las miserias del mundo y nuestras propias miserias. Y Su Amor en una forma de Luz, que emanaba de Su Corazón Inmaculado, iba ingresando en aquellos espacios de nuestra memoria celular y espiritual, donde hay muchas marcas, donde hay muchos miedos.

Ella lo que hacía era animarnos, y con Su Amor nos envolvía y nos transformaba en algo nuevo, nos separaba de esa oscuridad, que a veces atravesamos, y así lo fue haciendo también con el planeta.

Hoy, Ella era como una Gran Peregrina y Servidora, y Sus Ojos lo podían ver todo; nos veía a nosotros tal cual somos, no con juicio, no con condenación. Era fuerte ver la Mirada de Ella, porque era de un Amor que no es de este planeta. Ella emanaba ese Amor de Dios e iba cerrando así muchas puertas en nosotros y en el mundo. Y Su Verbo, que era el Verbo de Dios, construía nuevos puentes internos para cada uno de nosotros, para que nos animáramos a atravesar esos puentes, en estos tiempos, hacia esa esperanza que Ella hoy nos traía espiritualmente.

Luego, Ella hizo una tarea espiritual importante con África. Allí, volvió a presentar un escenario durísimo, que eran los niños muriendo por la desnutrición y las madres, de esos niños, desesperadas. María alimentaba a esas madres con Su fortaleza espiritual, aliviaba el corazón de esas madres y también la Madre Divina iba recogiendo en Sus Brazos a todos los niños.

En síntesis, eso fue lo que pasó. Muchas otras situaciones se presentaron durante la Aparición, pero la mejor forma de recordarlas es rever este momento que vivimos con la Madre Divina.
Así que nos queda este compromiso, a partir de hoy, de orar juntos en estas Vigilias de Oración por la Paz en las Naciones todos los días 24. Los días 12 de cada mes también habrá Vigilia de Oración, así como lo instauró Nuestra Señora hace tantos años; pero el día 12 de cada mes, María quiere que Sus hijos sigan orando, así como lo hacen todos los días 12.

Vamos a agradecer una vez más y a llevar las Palabras de María al corazón.

¡Gracias, Madre Divina, por cuánto nos das!

En este encuentro, Te honramos, Señor.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 111.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Dios los bendiga, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

No esperaba llegar aquí en este momento, pero es necesario.

Mi Corazón está donde es invocado. Mi Nombre está donde es llamado, para recordarles una vez más que Yo estoy con ustedes y, al estar con ustedes, estoy con esta nación de Brasil, orando y trabajando silenciosamente, así como lo hice en la Pasión. Por eso, que nadie crea que no estoy haciendo nada.

Las señales del Cielo son internas, son impulsos inextinguibles que llegan a las almas que están abiertas de corazón para poder acompañar todo lo que realiza la Jerarquía.

Pero Mi atención no está solamente en este país, sino en todo lo que hoy sucede en el mundo. Hay situaciones peores que suceden en este planeta y que muchos desconocen, porque son situaciones que se ocultan a los ojos de la humanidad para que la humanidad no pueda hacer nada.

Pero Mi Padre Celestial lo ve todo, a través del Corazón de Su Hijo. Así, Él envía a Su Hijo al mundo a preparar los corazones para Su esperado Retorno.

Por eso, Yo les digo que, en verdad, todo lo que viven en este tiempo no es por acaso y que, si muchos de ustedes están encarnados en este tiempo, es por una razón espiritual aún desconocida para muchos.

Por eso, Yo les digo que no se estanquen en las cosas superficiales. No se queden en lo que es superficial, en todo lo que es insensible, carente de amor y de verdad.

Coloquen su consciencia en el lugar correcto y, así, ayudarán a las Jerarquías; porque esta es la última barca que está pasando por el mundo, la barca de la salvación a través de Mi Palabra y de Mi Mensaje, a través del signo visible que Yo les dejo a los corazones abiertos que, más allá de sí mismos y de toda circunstancia, consiguen percibir la verdadera tarea de su Señor.

Yo les dejé un Legado importante para estos tiempos finales, el Legado de la Santa Eucaristía; al que deben estar muy atentos cuando lo viven y lo practican, porque veo que la Celebración Eucarística en el mundo se está tornando pasajera.

Y este es el gran momento para que cada uno de ustedes profundice y viva los méritos de Mi Sagrada Pasión; es decir, que viva cada momento de Comunión como algo único y verdadero, que su sed por Mí no sea sentimental, sino profundamente espiritual.

Porque delante de todos los errores, que hoy vive la humanidad, ustedes se han preguntado: ¿cómo se enmendarán esos errores?, ¿su Maestro tendrá que volver a cargar la Cruz?

Por eso, necesito de los Nuevos Cristos, de aquellos que están lejos de la mediocridad y de la negligencia, de aquellos que no enfrían su corazón y dudan ante cualquier embate; sino que, por medio de la fortaleza que Yo les He dado a través de Mi Corazón, saben superar sus propios límites y todas las barreras que son impuestas por el sistema de este mundo, sin desafiar ni batallar.

Por eso, Yo les pido que se replanteen su ejercicio espiritual de Comunión Conmigo, porque solo a través de las almas que Me viven y Me sienten, Yo podré derramar Mis Gracias sobre el mundo, por aquellos que les dan valor a la Eucaristía y a los Sacramentos.

Por eso, cada uno de los Sacramentos que Yo les He dejado es sagrado y no pasajero. Porque a través de los Sacramentos que Yo le He dejado al mundo está el único y verdadero camino de la redención; así como está el camino abierto hacia la paz, a través de todos los que Me adoran en el Santísimo del Altar.

Les pido a todos Mis hijos de Brasil que no busquen la solución para este país fuera de ustedes. Busquen esa respuesta que está dentro de ustedes, en su mundo interior, y replantéense todo lo que les estoy diciendo en este momento. Así, muchos podrán percibir cómo, de una forma ignorante y por falta de conocimiento, muchas veces las almas desaprovechan la Gracia de Dios.

El mundo está ardiendo en sufrimiento. Las guerras desafían la migración de los pueblos y de muchas naciones. La sangre sigue siendo derramada sin ningún precio, y el grito de la Tierra se escucha cada vez más fuerte a través de los fenómenos del clima, de la expresión de toda la naturaleza.

¿Quién estará firme para sostener Conmigo este momento?

¿Quién no oscilará ante las tentaciones y desafíos del mundo?

Sé que las almas son frágiles, pero los espíritus pueden ser fuertes e invencibles y estar prontos para vivir lo que haya que vivir, sin nada a cambio, sin reconocimientos, sin ninguna vanagloria.

Cuando las almas perciban, a través de este Mensaje, y los corazones sientan el valor de los Sacramentos que Yo les dejé, aún habrá un poco de tiempo, el poco tiempo que le resta al mundo para que, a través de las almas que viven Mi Palabra y Mis Sacramentos, Yo pueda justificar ante la Ley los impagables errores del mundo.

Por eso, si las almas son conscientes y generan méritos, no se salvarán solo ellas, sino también muchas almas más, especialmente aquellas que, en vida, están ardiendo en el fuego del infierno por sus vínculos con el mal.

Pero no se olviden de que Yo vengo aquí como el Redentor del mundo y, extendiendo una vez más Mis Brazos sobre el Brasil, vengo a bendecir lo más sagrado que existe en este lugar, que son las almas que viven a Dios con alegría y que, fielmente y con esfuerzo, siguen Mis Pasos, más allá de sus imperfecciones, más allá de todo lo que es desconocido para ellas.

Necesito establecer aquí Mi Gobierno Espiritual para los próximos tiempos. Sudamérica deberá ser ese sostén para el resto del mundo en los tiempos de mayor tribulación. Pero eso no significa, Mis amigos, que no vivan aflicciones, porque mientras estén en este mundo las vivirán.

Quien está Conmigo verdaderamente, aprende a superar en sí mismo la ley del sufrimiento, aprende a trascenderse todos los días un poco más, aun dando pasos muy pequeños o lentos.

Lo más importante, compañeros, es el esfuerzo y el ímpetu, pilares fundamentales de la determinación de ser el ejemplo que Mi Padre tanto espera que sean en estos tiempos en los que reinan la oscuridad, la soberbia y la maldad, hijas de la indiferencia y de la ingratitud.

Pero ustedes tienen la Gracia de poder cambiar estos acontecimientos con su honesto camino de santidad, día a día, esfuerzo tras esfuerzo; para que algún día, sin que lo perciban, sean ese Espejo de Dios en la superficie de la Tierra, el fiel ejemplo de una redención alcanzada y vivida. Por eso, aún hay mucho que trabajar y construir.

Su Maestro y Señor se prepara para una importante tarea en Medio Oriente, que será la más importante de todas las tareas en los últimos tiempos; y en la que espero que, en espíritu y de corazón, Me puedan acompañar para que, una vez más no solo ustedes, sino también sus hermanos y hermanas del mundo, reciban los códigos crísticos y los méritos alcanzados por su Señor durante toda Su experiencia en este planeta.

Esta Maratón de la Divina Misericordia será importante por los que sinceramente se autoconvocarán y espiritualmente recibirán el impulso que necesitan para terminar de formarse como Mis apóstoles.

Necesito ver ya esto como algo real. Necesito verlos como Mis apóstoles en la superficie de la Tierra, así como tengo muchos otros apóstoles en el mundo que Me viven y Me sirven, y que sus vidas solo están para poder reparar el Corazón del Señor.

¿Quién más se postulará para vivir este momento, para estar donde Yo lo necesite, como lo necesite y cuando lo necesite?

Yo les tengo que decir todo esto para que puedan crecer rápidamente; porque sé que Me pueden responder, así como Me han respondido en estos últimos años.

Quiero agradecerles la valentía de escuchar Mis Palabras y por eso, vuelvo a bendecirlos y a darles Mi Paz; para que siempre en ustedes todo se renueve y, así, participen de la Sagrada Voluntad del Creador, de lo que Él preciosamente tiene guardado en Su Corazón para cada uno de Sus Hijos.

¡Sean valientes y no se desanimen!

Vivan su purificación como una liberación, como el fin del cautiverio espiritual de este mundo.

Mis Gracias, sobre aquellos que las quieran recibir.

Que la paz esté con ustedes, así como Mi Paz resuena en este universo a través de los que Me dicen sí.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mensaje extraordinario
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN LOS ALPES, FRANCIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 109.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

He aquí al Señor de la Noche, que conduce a todas Sus ovejas, especialmente a las que están más perdidas, para que retornen al establo del Corazón de Dios y beban de la Sagrada Fuente de Su Divina Humildad, porque si la humildad no se vive en este mundo, si la humildad no se expresa en las almas y en los corazones, no será posible evitar una tercera y difícil guerra.

Por eso, hoy estoy aquí, en lo más alto de los Alpes. Una vez más, Yo los congrego a los pies de estas sagradas montañas, en donde la Jerarquía está reunida y unida a ustedes para implorarle a Dios por una última oportunidad para esta humanidad; para que las naciones del mundo, y especialmente las naciones de Europa del Este, puedan reflejar la armonía y la paz tan urgente en estos tiempos.

Por eso, no hay nada ni nadie que haya impedido al Señor de la Noche llegar aquí, porque Él ha traído Consigo a todo el Universo, a toda la Creación; y Él pisa con Sus Pies a todo el mal existente en este planeta y muestra, a través de la Luz de Su Sagrado Corazón, el camino que las almas deberán recorrer en esta noche oscura, para que nunca pierdan delante de sí la Llama del Divino Propósito, sino que a través de esa Sagrada Llama inmaterial las almas encuentren en sí mismas la Voluntad de Dios, expresando en esta vida material el Propósito que está escrito desde el origen.

Por eso, en estos días de oración misericordiosa, en nombre de Dios, vengo a pedirles que oren de verdad; que cada cuenta de la oración de la Misericordia, que será ofrecida, sea sinceramente rezada para evitar una terrible tercera guerra en este mundo y, sobre todo, en este hemisferio norte.

Pero no pierdan la fe, porque ustedes son Mis compañeros y Mis amigos, son Mis hijos y son Mis hijas, y hoy los tengo a todos dentro del Sagrado Cenáculo de Mi Corazón para que, como hace más de dos mil años, vuelvan a celebrar Conmigo la Sagrada Eucaristía, el Legado infinito del Amor de Dios que se ofreció a ustedes incondicionalmente a través del pan y del vino.

Por eso, estamos en un tiempo semejante, como fue hace más de dos mil años; pero ahora, ustedes como postulantes a ser los Nuevos Cristos del fin de los tiempos, no solo deberán comer de Mi Cuerpo o beber del Cáliz de Mi Sangre, sino que también deberán aprender a vivir su propio Huerto Getsemaní.

Y, a pesar de la oscuridad reinante en este planeta, a pesar de las puertas inciertas que aún están abiertas, a pesar de la ignorancia, de la guerra, de la indiferencia, de la frialdad de muchos corazones, a pesar de todos los pecados y de todas las ofensas que recibe el Corazón de Dios día a día, Mi Sagrado e Insondable Corazón, en estos días de intensa imploración a la Divina Misericordia, recogerá de cada uno de ustedes cada una de las cuentas que Me ofrecerán sinceramente, no solo por la paz en Ucrania y en Rusia, por el fin de la guerra en esa región del planeta y en otros puntos de la Tierra, sino también recogeré sus oraciones como un verdadero ofrecimiento a Dios, porque tendrán la chance de poder volver a confiar en Mi Misericordia.

Para que vean cuán grande es Mi Misericordia, hoy vuelvo a estar aquí, en esta región del planeta, contemplando a través de Mis Ojos y sintiendo a través de Mi Corazón el dolor y la angustia de las almas que viven en la guerra y en los conflictos del mundo.

Compañeros, quiero decirles sinceramente que todas las Jerarquías están trabajando mucho por esta situación planetaria; que cada uno de sus pasos, los pasos de los servidores de Cristo, están siendo contemplados en este mismo momento como justificación y expiación, ante todos los horrores y ultrajes de este mundo, de esta humanidad.

Por esta razón, compañeros, estos días serán decisivos no solo para todos Mis servidores de la Obra Redentora de Cristo en la Tierra, sino también serán definitivos para estas naciones de Europa, porque lo que sucederá en el próximo tiempo en esta región del planeta, sí o sí, repercutirá en las demás naciones del mundo, y Europa ya está sintiendo el peso de la guerra de Ucrania.

Dios, a través de Su Poder y de Su Amor, a través de Su Misericordia y de Su Sagrada Intercesión, ya hubiera podido detener esta guerra; pero, compañeros, la adhesión de las almas a otras fuerzas de este mundo material compromete esa intervención, no solo espiritual sino también material.

Pero confíen y no se lamenten, confíen en el poder y en la luz de la oración del corazón. Encomienden a Dios todas sus súplicas, todas sus intenciones, todos sus ruegos, para que en Europa del Este se detenga la guerra y estos acontecimientos actuales como otros acontecimientos en el mundo, que son ocultados a los ojos de todos, no sean utilizados como armas de guerra, fomentando la carencia, la necesidad y la injusticia.

Por eso, a través de los méritos alcanzados por Mi Sagrado Corazón, Yo los invito a estar Conmigo en esta larga noche oscura que vive el planeta, sin perder de vista la Luz del Divino Propósito, porque muchas almas en este tiempo pierden de vista su Propósito Espiritual.

En verdad les digo que les corresponderá a muy pocos hacer la tarea espiritual de muchos, así como lo fue hace 2 000 años, cuando muy pocos, unidos al Maestro del Amor, dieron todo de sí mismos, dieron su vida por la redención de la humanidad, por la salvación de este planeta escuela.

Sé que lo que Yo les prometo en este momento no es maravilloso, Yo les prometo vivir un sacrificio espiritual que en ningún otro momento de sus vidas vivieron.

Por eso, a través de los símbolos de Mi Dolorosa Pasión, Yo podré derramar, en aquellos que acepten, nuevas experiencias de cristificación y de crecimiento del amor interno.

¿Quién aceptará tomar con sus manos la Corona de Espinas del Señor?

¿Quién aceptará llevar consigo los clavos que traspasaron las Manos y los Pies del Señor?

¿Quién aceptará cargar Conmigo la cruz planetaria?

¿Quién permitirá que la lanza traspase su costado?, sabiendo que ustedes no merecen todas estas cosas y menos las mereció su Maestro y Señor.

Pero, ¿qué fue lo que le permitió a su Maestro, al Rey del Universo, vivir todas estas cosas?

Hay una sola y única razón: el Amor, el Amor que confiaba, el Amor que aceptaba, el Amor que incluía, el Amor que nunca rechazaba, el Amor que soportaba, el Amor que Me hacía crecer como Divinidad y Espíritu. Fue el Amor que Me hizo aceptar la Voluntad de vivir la Dolorosa Pasión.

Por eso, Yo les ofrezco a los simples, les ofrezco a los imperfectos, les ofrezco a los pecadores, la oportunidad de la cristificación interior.

Vean cómo está Mi Iglesia y cómo están Mis sacerdotes, cuántas heridas Me causan por alejarse de Mí, por tomar otros caminos que no son los de Cristo.

Por eso, Yo Me sirvo de este momento y Me sirvo de cada uno de ustedes, más allá de las imperfecciones o de las dificultades, más allá del dolor o de las pruebas, para que el Corazón de su Maestro sea aliviado en silencio por la adhesión de las almas, por el sacrificio silencioso de los corazones que Me dicen sí, en los que Yo puedo recostar Mi cabeza sobre sus pechos, para descansar y confortarme con el amor de los Míos.

El mundo no está preparado para escuchar esto, pero Yo Me comprometí a decirles la Verdad, porque Yo siempre seré el Camino y la Vida para ustedes.

El mundo debe rendirse a Mi Misericordia para que no suceda la Tercera Guerra Mundial, para que la humanidad no siga abriendo la puerta al mal, que sofoca a los corazones y que confunde a las mentes por alejarse de Dios.

Que esta Maratón de la Divina Misericordia sea un momento de gran madurez, sea el gran momento en el que cada uno de ustedes deberá preguntarse si está Conmigo o no lo está. El tiempo ya se está acabando y antes la copa estaba casi llena, ahora ya está rebasando.

¿Quién impedirá que eso suceda?

¿Será necesario que más sangre inocente corra por este mundo?

Dios no desea el sacrificio de la humanidad, Mi Padre desea para ustedes la felicidad eterna, a través de Mí, la alegría de vivir y de pertenecer al Reino de Dios, de una vez y para siempre.

Les vuelvo a pedir que recen de verdad. Estaré atentamente escuchando la voz de sus súplicas y sé que podré contar con todos ustedes, así como con todos sus hermanos del mundo.

En los simples, en los humildes, en los adheridos, en los puros de corazón, está Mi Iglesia Celestial. Y, a través de esas almas, a través de los corazones verdaderos y simples, Yo puedo consagrar y sacramentar a este mundo para que algún día deje de ser infiel para ser fiel, para que algún día ya no tenga más voluntad propia y pase a vivir la Voluntad Divina, la Sagrada Voluntad de Dios que siempre los llevará a la paz y al bien.

Les agradezco por escucharme. Les agradezco por preparar este espacio para Mí, porque por más que en este mundo tenga cientos de catedrales que Me ofrecen, solo podría estar en ellas si en verdad existiera el amor, la transparencia y la entrega.

Por eso, una vez más, Dios vuelve a mostrarle al mundo que Su Presencia está en los humildes, que Su Mano derrota a los poderosos, que Su Verbo resuena en los simples y expulsa a los egoístas, aun aquellos que dicen estar Conmigo.

Mi Iglesia está en el corazón de Mis hijos. Allí está Mi Amor. Allí está Mi Vida para siempre.      
  
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
 

Mensaje extraordinario
MENSAJE DEL PADRE ETERNO, TRANSMITIDO EN GAVARNIE, LOS PIRINEOS, FRANCIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Estoy aquí, no solo donde Me puedes ver y contemplar a través de la naturaleza, de todo lo que He creado para que fueras feliz a través de Mi riqueza espiritual; sino también estoy dentro de ti, llamando fuertemente a lo más profundo de tu ser para que Me escuches y Me sigas.

No Soy un Dios de Justicia, Soy un Dios de Misericordia. 

Soy un Padre que, con el Corazón dolido, contempla cómo Sus Hijos se comportan, cómo Sus Criaturas actúan, no solo contra Mi Creación, sino también cómo Mis Hijos no se respetan y se lastiman haciendo guerras, destruyendo familias, desplazando a millones de inocentes, separando padres de hijos para que vayan a la guerra.

¡Oh!, cuánto dolor íntimo y desconocido Me genera toda esta situación que acongoja a Mi Corazón Eterno de Padre, de un Padre que hoy no es escuchado, aun enviando a Mis predilectos Mensajeros del Cielo y de las Estrellas.

Miren en qué convirtieron Mi Creación, al punto de querer conquistar el espacio solo por demostrar quién puede más.

Mis Criaturas, les aseguro que nunca Me encontrarán entre las riquezas, nunca Me hallarán en lo que es cómodo o placentero para todos. Mi Esencia está perpetuada en el silencio y en el Amor.

Yo los creé para que dieran frutos en el amor, en el servicio y en la fraternidad. Sin estos tres básicos principios, Mis Hijos no podrán ser felices porque Yo los creé para que Me amaran, Yo los hice crecer para que Me sirvan, Yo los uní como hermanos para que vivieran en fraternidad. 

Y, en un planeta de desigualdades y de ambiciones, Mis Hijos fueron llevados a permanecer en la oscuridad y en los vicios, olvidándose de Mí y creyendo, por engaño de Mi adversario, que Yo los abandoné. 

¿Cómo creen que un Padre Eterno sería capaz de abandonar a Sus Hijos o de castigarlos?

Sé que, a través de los tiempos, muchos Hijos Míos, inclusive los que se dicen espiritualizados, perdieron la capacidad de escucharme y de reconocerme. Siempre intento enviarles señales de Mi Presencia para que sepan que aquí estoy, no solo en la belleza de lo que Yo creé para ustedes, sino que también estoy en ustedes, muchas veces censurado por sus pareceres y por sus ideas.

Es así que aquellos que, una vez escogí con Mi propia Mano, se alejaron de Mí, creyeron en sí mismos y dejaron de creer en Mi Amor Consolador.

¿Cómo creen que un Padre Celestial se puede sentir cuando entre hermanos se tratan inadecuadamente, se lastiman ferozmente, destruyen la casa que con tanto amor y cuidado les di?

¿Cómo creen que el Corazón de su Padre Eterno se puede sentir cuando se lanzan bombas, aniquilan vidas, descartan niños, separan a las familias y siembran el odio y la impunidad?

¿Cuánto más Mis Hijos amados harán sufrir Mi Corazón silenciado?

Hijos, este no es el mundo ni la humanidad que deseo para ustedes, perdieron el camino hacia la Tierra Prometida; por eso, les He enviado hasta los días de hoy a Mi Hijo Resucitado y a la Madre de todos, una Madre que solo Me pide dejarla hacer más y más por Sus pequeñas e ignorantes criaturas.

Les pido que le digan al mundo entero que se vuelva hacia Mí, porque Mi Corazón precisa ser reparado, pero Mis Brazos están abiertos todo el tiempo para recibirlos, para escucharlos, para llamarlos al camino de retorno a la Casa de su Amoroso Padre.

Si las almas no se vuelven hacia Mí, los corazones seguirán sufriendo, las familias serán la fractura social de la época, las guerras seguirán siendo noticia y conmoción para todos.

Yo no los creé para que se convirtieran en instrumentos del mal, Yo los hice surgir para que fueran testigos de Mi Amor. 

En Mi silencio eterno, rezo por ustedes, junto con los ángeles adoradores.

Y los que se ofrecen a Mí, como postulantes a ser víctimas de Mi Amor, que sigan aspirando todos los días, para que la vida de los Nuevos Cristos, anónima y abnegada, siga siendo la causa y el motivo para aplacar todos los errores del mundo.

Que, por los méritos alcanzados en los sufrimientos incontables de Mi Hijo, más consciencias algún día se den cuenta, por sí mismas, de que se olvidaron del Amor que los creó.

Siempre los bendice, eternamente,

Su Padre Celestial,

Adonai

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL SÉPTIMO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Que este Sábado de Aleluya le sirva a cada uno de ustedes para hacer la síntesis de lo que han vivido Conmigo en estos días, y la síntesis de los impulsos que recibieron a través de los tiempos con Mi llegada en cada Sagrada Semana.

Porque, ahora, llegó el momento, después de esta preparación interior, después de este despertar espiritual, de realizar lo que vinieron a cumplir, de ya no dilatar más el tiempo, porque su Maestro y Señor necesita que ya vivan conscientemente el tiempo del apostolado.

Crean que los colocaré en el lugar en donde los necesito, pero para que eso sea posible, compañeros, deben permitirlo, porque no podría suceder sin su permiso y autoridad.

Así como el Hijo del Padre ama y respeta las Leyes Superiores, así las criaturas del Padre deben amar los Mandamientos para poder amar algún día las Leyes.

Ustedes saben que el mundo se ha desviado de ese camino y ahora deberemos caminar hacia el propósito de la reconstrucción espiritual de la humanidad y del planeta. Y, esto será posible, a través de la presencia de los Nuevos Cristos, que no solo den testimonio de Mí, sino que vivan a través de Mí, de la experiencia del Amor que Yo les entregué, y de la instrucción y del conocimiento que les revelé, para que la Sabiduría Divina enriqueciera sus espíritus y consciencias con el fin de que ustedes puedan dar el gran paso por Mí.

Esto fue lo que les pedí a los apóstoles luego de Mi Resurrección. No solo les demostré una vez más que Soy el Hijo del Padre, como hoy se lo demuestro a ustedes a través de Mi Presencia Infinita en este lugar; porque estamos en un momento culminante, este año 2022 es un momento culminante, en donde las consciencias tendrán la última oportunidad de hacer lo que vinieron a cumplir y así concretar la Voluntad del Padre.

Mientras les hablo, escucho la voz de los mundos internos de aquellas consciencias que, en este tiempo definitivo, fueron convocadas para estar presentes y así llevar adelante la preparación del Retorno del Redentor, porque es a través de sus vidas que debo retornar primero.

Recuerden que la humanidad ya no tiene justificación ni tampoco tiene merecimiento. Es a través de los corazones fieles a Mí por donde Yo podré retornar al mundo. Pero si Mi Amor y Mi Luz no están entre ustedes y en ustedes, ¿cómo el mundo se redimirá?

El Padre necesita ver sobre la superficie de este planeta a los Nuevos Cristos. Por esa razón y para que eso sea posible, la vela que hoy hemos encendido al Espíritu Santo tiene el propósito de invocar el Don de la Misericordia. Porque si no hay Misericordia en el mundo, ¿cómo las miserias de la humanidad se purificarán o esas miserias serán perdonadas? ¿Quién será capaz, al igual que Yo, de hacerse cargo de las condiciones infrahumanas de este mundo, a través de un espíritu de silencio, de oración, de servicio y de transmutación?

Esto que les digo es algo concreto porque, aunque no lo parezca, no cuento con cientos de consciencias que se ofrezcan Conmigo a sostener el fin de los tiempos. Pero cuando un corazón despierta y un alma toma consciencia de la realidad de estos tiempos, es una consciencia más que se une a Mi ejército de Luz. Y en los planos internos trabajan Mis comandos, ayudando, colaborando y cooperando para que la redención se establezca en la humanidad a través de hechos y acciones concretas, bajo la convicción y la confianza en Mi Corazón; porque, a todos aquellos que se unen a Mí, Yo siempre los guiaré y los conduciré.

Este es el tiempo del nuevo apostolado, un apostolado que se renueva a través de la transición planetaria, ante las necesidades más graves del mundo, para que todo esto se pueda resolver.

Por eso, sus consciencias y principalmente sus corazones, deben tener la aspiración de manifestar soluciones concretas que beneficien a los más miserables y pobres, que permitan recuperar la dignidad humana, que está siendo transgredida y sepultada por los gobiernos del mundo.

Pero no es en la oposición que encontrarán la solución. No es en la batalla en donde ganarán o tendrán victoria. Sus corazones, en este Sábado de Aleluya, deben imitar Mi ejemplo de no oposición, de no enfrentamiento, ni tampoco de desafío. Que el silencio les conceda la verdadera estrategia en estos tiempos para que, guiados por el Discernimiento y la Sabiduría de Dios, gestionen los planes preparatorios de Mi Retorno. Porque como ya les dije una vez, cada uno tiene parte Conmigo y esto es irrefutable.

Esto fue lo mismo que Yo les pedí a las santas mujeres, que se volvieran sucesoras del Legado de Cristo a través de las Sagradas Reliquias de Mi Pasión, porque existía un objetivo en todo esto: que la humanidad pudiera recuperar los grados de amor y de perdón. Por eso, fue necesario que alguien lo hiciera, aunque su Maestro ya estuviera en los Cielos. 

¿Ahora comprenden que les estoy sucediendo Mi Legado para que preparen el Retorno de Cristo?

Un retorno culminante y necesario para algunas regiones del planeta, en donde ya no se puede ver la Luz ni el Amor. ¡Cuántas personas y almas están sumergidas en esos espacios oscuros del planeta a través de innumerables sufrimientos!, que en muchos casos son creados por los que se asocian entre las naciones.

Por eso, para que Mi Gobierno Espiritual pueda volver al mundo y que este planeta sea un planeta confederado, primero debemos trabajar desde las bases, desde lo que no existe en este mundo; Me refiero a que debemos implantar nuevamente los Atributos de Dios, para que la Misericordia, la Cura, la Gracia y la Fraternidad reconstruyan a la humanidad y a todo lo que aquí existe, con el fin de retirar a las consciencias de lo que es miserable, para que recuerden que la esperanza existe y está latente en el Corazón de Dios.

Si todo esto, que son Mis pedidos, son contemplados; si todo esto, que son Mis pedidos, son colocados en la oración y en la consciencia, ¿cuánto más podría suceder en este momento que hasta ahora no ha sucedido? 

¿Cuántos milagros más Yo podría conceder, no solo en la vida de las personas, sino en las naciones? 

¿Cuántas soluciones benéficas y duraderas podrían sensibilizar a muchos corazones que tienen todas las posibilidades de ayudar a los más miserables?

Para que eso sea posible, deben ser parte de Mi Cuerpo Místico. Y ser parte de Mi Cuerpo Místico no es una filosofía ni tampoco una teología. Ser parte del Cuerpo Místico de Cristo es ser parte de un Cuerpo transmutador y liberador, un Cuerpo de Luz que es capaz de interceder por aquellas situaciones que no tienen solución y que necesitan recuperar el amor y la verdad, la transparencia y la justicia.

Ser parte del Cuerpo Místico de Cristo es ser un guerrero, es no tener tiempo ni hora, es ser incondicional, así como su Señor es incondicional con ustedes y el mundo. Porque ser parte de Mi Cuerpo Místico es ofrecerse como un espejo para refractar los Códigos Crísticos de Mi Corazón hacia donde sea necesario e imprescindible.

Por eso, a través de Mis Sacramentos, Yo los preparo para ser parte de Mi Cuerpo Místico y para que aprendan a no desconectarse de Mí, porque en cada nuevo Sacramento existe la posibilidad de la reintegración espiritual e interna con la Sagrada Fuente Suprema, en donde existe su verdadera vida y su verdadero motivo, un motivo que debe estar claro para cada uno de ustedes.

Así, comprenderán algún día que sus vidas pertenecen a Dios, a una Voluntad y a un Proyecto ya pensados. Ahí está la razón de por qué las almas sufren y padecen cuando no consiguen entregar su propia voluntad para que sea transformada, transmutada y liberada. 

Sin la Misericordia nada será posible en este mundo.

Después de esta Sagrada Semana, en la que Yo también vivo una síntesis, comenzarán a ser convocados y llamados para estar en el lugar y en el momento que nunca imaginaron, porque aún la Jerarquía Espiritual deberá seguir trabajando para contener las puertas inciertas en varias regiones del mundo.

¿Quién, después de haber recibido la revelación de los Centros Sagrados, será capaz de convertirse en una molécula de Luz, en una chispa del Amor de Dios, para estar irradiando en los lugares en donde más se necesita a través de acciones de servicio, de oración y de súplica?

Porque hay lugares en el mundo que están absolutamente desconectados de la Fuente, y es algo que ustedes pueden ver con sus propios ojos en el día a día. Y hay lugares en el mundo en los que se trabaja de forma contraria al Proyecto del Padre, desconectando a los pueblos, naciones y razas de la Fuente Suprema, porque son acciones programadas y pensadas por los propios seres humanos, los que se satisfacen con las guerras y las armas.

Pero Yo les pido una sola cosa: no trabajen en base a la indignación, ni tampoco a la intolerancia o a la violencia física, mental o verbal. Sean inteligentes como Yo lo fui, inspirado por el Espíritu Santo, en el momento más difícil de Mi Agonía, Me entregué en confianza a Dios, por todos Mis enemigos. Así, Yo los invito a través del amor, a orar por sus enemigos, porque la Misericordia también debe llegar a ellos; para que, rompiendo sus resistencias y cúpulas, algún día se den cuenta que se han alejado del Amor y de la Verdad.

Esta es la gran llave maestra de esta Sagrada Semana, para cada uno de ustedes: ¿quién será capaz de amar al enemigo, para que él se pueda redimir y así se pueda salvar?   

 

“Adonai, Tú que traes la Luz al mundo 
a través de la Presencia servicial de Tu Hijo
y del Espíritu abnegado de Tu Siervo Redentor,
concédele al mundo y a todas las consciencias posibles,
el despertar de la consciencia y la expansión del amor,
para que el mal sea sustituido por el Bien,
la Luz sustituya a la oscuridad,
el Amor sustituya a la violencia,
la Paz sustituya a las guerras,
la Fraternidad sustituya a la impunidad
y la Verdad Divina sustituya a la mentira y a la corrupción,
con el fin de que Tus criaturas sean felices
en Tu Reino Celestial.
Amén”.

 

Como les prometí a los apóstoles, también les prometí a ustedes que enviaría el Espíritu de Dios como fue en Pentecostés; para que, a través del agua, los bautizara, los purificara y los consagrara a la Voluntad de Dios, a la vivencia de Sus Designios y de todos Sus Proyectos.

Por esa razón, hoy, con júbilo en Mi Corazón, ofreceré a través de Mis sacerdotes, el Sacramento del Bautismo, para que en nombre de todos los que hoy se bautizarán, en este Sábado de Aleluya, todos renueven su Bautismo espiritualmente.

Bendeciremos los elementos y elevaremos esta ofrenda a Dios, antes de este Bautismo, con la sagrada celebración de la Eucaristía; para que, alimentados con Mi Cuerpo y con Mi Sangre, muchas más consciencias y muchos más corazones sientan la alegría de vivir en Dios y de reencontrar, a través de los Sacramentos, a Mi Espíritu de Paz.

 

“Que Tu Santo Espíritu de Luz, Adonai, 
se infunda en aquellos que hoy serán bautizados
y también en Tus hijos que renovarán espiritualmente este Sacramento,
para que el Espíritu Santo, presente en Su forma luminosa y cósmica,
restablezca las bases espirituales de la Paz.
Amén”.

“Así, como bautizaste a Tu Hijo en el río Jordán,
a través de Tu Amorosa Gracia,
hoy, Padre Amado,
escucha la Voz de Tu Hijo
que pide por aquellos que se bautizarán,
para que sean lavados y purificados por Tu Amorosa Gracia.
Concédeles una vida bienaventurada,
conforme a Tu Voluntad.
Amén”.

 

Ahora, en Mi Nombre, se prepararán para el Sacramento de la Eucaristía y luego del Bautismo. Los invito a todos los presentes a seguir unidos a Mí, y a través de estos Sacramentos estar atentos, muy atentos, a las Gracias que descenderán por este sagrado oficio.

Yo los acompañaré en Espíritu como siempre los acompaño.

Los bendigo y les otorgo Mi Paz, la Paz que necesita el mundo para recordar el Amor de Dios.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Id a trabajar por Mí.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Señor Jesús, respondiendo a Tu pedido, celebramos este misterio de Amor, a través de la consagración del pan y del vino, por todos los que ya se bautizaron y, especialmente, por los que hoy se bautizarán; para que, a través de Tu Cuerpo y de Tu Sangre, cada uno de ellos sea guiado hacia la meta espiritual que Dios ha pensado desde el principio.

Por eso, en Tu Iglesia Celestial, dentro de Tu Altar Mayor, en donde Tú celebras perpetuamente como el Señor del Mundo y Rey del Universo, ofrecemos estos elementos y ofrecemos también nuestras vidas, para que, transubstanciadas por Tu Espíritu podamos vivir lo que Dios tiene pensado para cada uno, conforme a Su Voluntad.

Por eso, revivimos en este Sábado de Aleluya el gran momento de Tu Resurrección, que se aproxima haciendo resucitar nuestros corazones y consciencias al Propósito Mayor de Dios.

Nos ofrecemos a Tu Corazón, Señor, y recordamos el importante momento de la Última Cena, cuando reunido con Tus apóstoles, los llamaste a la mesa para celebrar la Pascua, así como hoy Tú nos llamas una vez más, para celebrar el triunfo de Tu Amor en la humanidad.

Recordamos, entonces, cuando Nuestro Señor, con toda Su entrega, amor, reverencia y devoción, tomó el pan, lo elevó al Padre para que fuera transubstanciado en Su Glorioso Cuerpo. Enseguida, Jesús lo partió, y dándolo a Sus compañeros, Él dijo: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo, que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

Reverenciamos el Cuerpo de Cristo, y tengamos presente las Gracias que descienden, así como Jesús prometió en este encuentro de hoy.

Enseguida, Jesús tomó el Cáliz entre Sus Manos y, ofreciéndolo al Padre Eterno, solicitó que fuera transubstanciado en Su Preciosa Sangre, por la redención de todo el género humano. Enseguida, Él lo pasó a Sus compañeros, diciéndoles: “Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, la Sangre de la Nueva y Eterna Alianza, que será derramada por su Señor para la remisión de todas las faltas. Hagan esto en memoria Mía, hasta que Yo retorne al mundo”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

Reverenciamos la Preciosa Sangre de Cristo, así como los ángeles, en este momento, reverencian la Preciosa Sangre de Cristo y el Glorificado Cuerpo del Señor, permitiendo que de los abismos de la Tierra las almas resuciten al Amor de Dios, especialmente, las almas más empedernidas.

Unidos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, unidos como un solo corazón y una sola mente, bajo el Propósito Divino, oramos el Padre Nuestro en arameo, consagrando este momento y nuestras vidas a Dios.

 

Oración: “Padre Nuestro” (en arameo).

 

Que la Paz, la Luz, el Amor y la Misericordia de Cristo, desciendan al planeta.

 

Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.
Amén.

 

Unidos a los ángeles adoradores del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, presentes en la Eucaristía, en este Altar de la redención, anunciamos la Comunión Espiritual de todas las almas con Cristo.

Invitamos a todos los Consejeros a subir al escenario para recibir este Sacramento.

Fray Thomas, Madre Constancia, Fray José María.

 

Sol de Dios, 
que alumbras la oscuridad de nuestras vidas,
Espíritu de Dios que liberas las faltas de nuestros seres,
ven Sagrado Cuerpo y Preciosa Sangre de Jesús,
para que, unidos a Ti,
alcancemos la Eternidad y el Paraíso.
Amén.

 

¡Gracias, Señor, por cuánto nos das!

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Y ahora, en comunión con Cristo, vamos a prepararnos para el Sacramento del Bautismo.

Seguimos unidos al Corazón de Jesús, acompañando este importante momento de los que serán sacramentados.

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mientras el mundo está dividido entre la guerra y el dolor, Yo vengo con la Luz de los Cielos a bendecirlos a todos para poder elevar a la mayor cantidad de almas ante la Presencia del Padre Celestial, y para que Él, en Su Misericordia y en Su Infinita Gracia, pueda ayudar a todas las almas posibles.

Después de más de cien años de haber estado en Fátima para poder detener la mayor crueldad de todos los tiempos, hoy estoy aquí, en este Centro de Amor, junto a cada uno de Mis hijos, para cumplir la profecía que una vez anuncié en Fátima: que en Sudamérica navegaría la Barca de Dios reuniendo a todas las consciencias que prepararían el Retorno de Cristo. Porque desde Sudamérica debe emerger el impulso de la renovación y de la paz, desde Sudamérica debe volver a restablecerse la unión entre el Cielo y la Tierra, entre la humanidad y Dios.

Por esa razón, hoy, Yo estoy aquí para volver a decirles que las puertas de los Centros Marianos ya están abiertas y que su Madre Celeste sigue atentamente estos próximos acontecimientos de la humanidad, después de la Llegada de Mi Hijo durante esta Semana Santa, en la que Él restablecerá muchos códigos en la consciencia planetaria. Y, al restablecer esos códigos en todas las almas posibles, Mi Hijo despertará a los Nuevos Cristos, a todos aquellos que ustedes ni se imaginan, que han venido en este tiempo para poder servirlo en este plan de rescate de la humanidad.

Por eso también, Mi Hijo, como lo ha anunciado en el Evangelio en el momento de Su Ascensión a los Cielos, Él viene en este tiempo a cumplir Sus Promesas, pero también viene a pedir los talentos de los corazones, que son imprescindibles y fundamentales para preparar el planeta y la humanidad para Su esperado Retorno.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús: 

Nuestra Señora, en este momento, está abriendo Su Manto y mostrando Su Corazón Inmaculado. Y, hoy, ese Corazón Inmaculado tiene espinas que sobresalen de Él y hacen derramar la Sangre del Corazón de María.

Y, Nuestra Señora nos enseñó la siguiente oración:

 

¡Oh, Corazón ensangrentado de María!,
perdona todas las faltas de la humanidad.

Amén.

 

Repitamos juntos esta oración, con Nuestra Señora.

 

Esa Sangre del Corazón de María, mientras orábamos, fue desapareciendo. Y las espinas en el Corazón de María representan los gravísimos ultrajes de las guerras y de los conflictos en las naciones y, especialmente, la sangre inocente que ha sido derramada, desde los niños hasta los ancianos, de los refugiados y exiliados, no solo de Europa del Este, sino también del mundo entero. Nuestra Señora dice que también de Yemen, Etiopía, Sudán y Siria.

Nuestra Madre nos dice: 
 

Recen al Corazón de María para que Él no sea traspasado por las graves ofensas de los hombres que hacen las guerras y los conflictos. Recen al Corazón de María para que Ella no derrame Su Sangre, porque es la sangre de los inocentes, de los desprotegidos y desamparados.

Hoy, estoy aquí para entregarles este sacrificio y aliviar el Corazón de la Madre de Dios, para que sea aliviado el corazón de muchas consciencias.

Y ahora que ya están prontos para volver a cruzar el desierto, así como Mi Hijo les ha enseñado, los desiertos de la vida que llegarán en los próximos tiempos, sean valientes y tengan coraje. No bajen los brazos y sigan adelante, porque deben tener presente en este tiempo, que todo lo que viven no es solo por ustedes, sino también por el mundo entero.

Por esa razón, desde hace trece años, estamos cerca de ustedes, trayendo el Mensaje del Cielo y del Universo, trayendo el Llamado de Dios a todas las almas y consciencias, y reconsagrando a la humanidad, una y otra vez, para que lo peor no pueda llegar.

Me alegra encontrarlos aquí, en familia, en una familia que ha aprendido a soportar su propia purificación, esforzándose todos los días en olvidarse de sí mismos para colocar en sus caminos el Plan de Dios, aquel Plan que debe cumplirse y realizarse en cada una de sus vidas. Y esto los hará seguir creciendo en la madurez espiritual, en la responsabilidad de responderle a Mi Hijo en estos tiempos en todo lo que Él necesita realizar en este momento.

Sepan que la puerta del Retorno de Mi Hijo ya está abierta, a través de este humilde y simple momento que comparten Conmigo en esta casa, porque es así como Dios los quiere ver, unidos y próximos unos a otros, así como su Madre estuvo con los apóstoles y hoy está con ustedes, Mis amados hijos.

Que la cercanía sea la tónica de estos tiempos para aliviar los corazones, para liberar las presiones espirituales; que el sentimiento de la compasión brote en sus corazones, para que en sus vidas ya no esté la crítica, sino el espíritu compasivo del amor, que los hará crecer en caridad aceptando a sus semejantes como son, así como Dios los acepta a ustedes como son.

Ahora, con alegría, como en todos los momentos compartidos en los días sábado Conmigo, finalizaremos este encuentro en Presencia de la Madre de Dios con la consagración de la Eucaristía; para que, a través del Inmaculado Corazón de María, no solo sean ofrecidos estos elementos por la redención de la humanidad, sino que la redención y la transformación de sus vidas, a través de Nuestros Sagrados Corazones, sean el testimonio que el Padre necesita para derramar Su Misericordia y no Su Justicia.

Sepan que, en este momento, a las puertas de la Sagrada Semana, muchas almas están siendo asistidas en los planos internos. Y esto es posible porque he llamado a sus Ángeles de la Guarda, que presentes en este mismo momento, sirven junto a la Madre de Dios.

Celebremos en Cristo y por Cristo.

 

APARICIÓN RESERVADA DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, CON MOTIVO DEL 7.° ENCUENTRO ANUAL DE LOS HIJOS DE MARÍA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

No dejes que se apague la luz de tu corazón.

Yo he venido aquí para ayudarte y acompañarte. He venido aquí por cada uno de Mis hijos, en este día especial en el que la consagración es la premisa para cada una de sus consciencias, porque el momento final se aproxima y ustedes lo están viviendo.

Anímate, hijo Mío, a ingresar en este calvario al que Nuestro Señor te llama a vivir y a experimentar.

En esta pausa sucedida, entre batalla y batalla, anímate a cargar con la cruz que Él te está entregando para que esta Cuaresma sea una victoria, sea un triunfo para Dios.

Tú sabes que el amor siempre triunfará, el amor nunca perecerá.

El mal no conoce el amor, por eso el mal agrede y ataca. Su furia es desconocida, pero su debilidad es muy grande.

Mientras ames y vivas en la fe, todo se transformará, por más difícil que parezca.

Ahora, la cruz que debes cargar en este calvario, al cual estás ingresando, es la cruz de la humanidad, la cruz espiritual que muy pocos se animan a llevar sobre sus espaldas, que muy pocos se arriesgan a sentir y a soportar, así como lo hizo Mi Hijo.

¿Acaso no crees que te es posible cargar con esta cruz?

Este es el camino de los Nuevos Cristos. Este es el camino de los soldados, de los Hijos de María.

No solo la oración, día a día, te sostendrá, te purificará y te elevará, sino también tu entrega y sacrificio verdaderos por Nuestro Señor, para poder compensar la gran deuda que tienen el mundo y la humanidad.

Dios no derrama sufrimientos sobre Sus hijos. Dios derrama Sus Misericordias y Sus Gracias, pero aún pocos las pueden reconocer, las pueden apreciar y valorar.

Por eso, hijo Mío e hija Mía, resígnense y sean humildes para poder percibir el vasto universo de Dios, para poder contemplar todo lo que Él quiere entregarles.

A medida que pase el tiempo, mayor será la definición. Este es el momento de vivirla y de experimentarla.

Esta es la Cruz del Apocalipsis.

Vestir parte de Mi Manto celeste no es solo una bendición y una Gracia, es un compromiso, es una responsabilidad, es vivir la fidelidad a Dios a través de Mi Corazón Inmaculado.

Yo los preparé en estos años para este momento y hoy recibo con amor las aspiraciones de muchos hijos Míos que quieren consagrarse.

Este tiempo material y los acontecimientos del mundo impiden que Mis hijos se reúnan. 

El mal ha llevado adelante un proyecto desconocido sobre ustedes. Ha paralizado a la humanidad entera, porque la humanidad es muy ignorante e inconsciente. Pero la fe puede renovar todas las cosas. La oración puede transmutar todas las cosas. El sacrificio repara y enmienda los errores del mundo entero.

Mi Hijo espera que existan corazones que se ofrezcan como víctimas de Su Amor, que existan corazones que puedan vivir lo que Cristo tanto espera; que no solo puedan recibir de Mi amado Hijo Su Misericordia, sino también Su dolor, Sus espinas y Sus llagas espirituales.

Este es el Encuentro de los Hijos de María que cierra un ciclo, por ser el séptimo.

En verdad, hijos Míos, Dios no esperaba que la humanidad llegara a este punto y a esta situación, pero llegó, y así está. 

Por eso, los invito a resurgir de las cenizas; los invito a resurgir de la tribulación, del desierto; a salir del pecado, de la mentira, de la soberbia, de la arrogancia y de la vanidad. Los invito a vivir la obediencia, la fidelidad, el compromiso, la responsabilidad, la lealtad y, sobre todo, el amor, el Amor Crístico.

En esos sagrados atributos, Mi Hijo se apoyará para hacer de sus vidas y corazones apóstoles de Cristo.

Su misión está en la convicción de vivir en Cristo y por Cristo, y no de vivir una vida de ilusión material o espiritual.

Hijos, este es el tiempo de asumir el pesado madero de la cruz de la humanidad, para que el mundo se libere para siempre del estado en el cual se encuentra, del lugar en donde se ha quedado desde hace siglos.

Yo solo puedo orar por ustedes y animarlos a seguir adelante, a no bajar los brazos y a atravesar este turbulento tiempo de inestabilidad y de desafíos; tiempo desconocido que nunca una humanidad vivió ni atravesó.

Ustedes son una raza en transición, un proyecto que ha quedado inconcluso y que debe finalizarse. Un proyecto humano que debe realizarse, así como comenzó una vez en el sagrado pueblo de Israel. Ustedes son su descendencia, son sus nuevas tribus.

Cristo necesita gestar, en los corazones verdaderos, Su Proyecto de Retorno. Mientras eso no suceda Él no llegará.

Ruego al Padre Eterno para que llegue ese momento, porque como Madre, sufro por un mundo en caos, en sufrimiento, en agonía y en dolor.

Todas las huestes angélicas, que Me acompañan, ayudan al planeta en todo lo que es posible. Mi Manto envuelve a todas las naciones, pero aún la humanidad no quiere desvincularse del mal.

Sean esa Luz de Cristo que el mundo necesita en este tiempo. Sean ese Sacramento realizado y concretado por la Misericordia de Mi Hijo, dando testimonio de Su Palabra y viviendo en la Eucaristía.

Los signos del Retorno de Cristo serán muy visibles para todos. Pero les pido, hijos amados, le pido al mundo entero que no forje el que se cumplan las profecías, no lo hagan, no lo hagan más. Que sus vidas sean una promesa y no un calvario. 

Que sus consciencias se unan al Proyecto de Dios y a Su Voluntad en estos tiempos en los que la batalla es muy dura y difícil; pero siempre vean a Mi Hijo, aquel Hombre de Nazaret que derramó Su Sangre por ustedes, hasta la última gota.

El suelo sagrado del planeta fue testigo de ese acontecimiento y no lo puede perder ni dejar de valorar.

Ahora aprendan, hijos Míos, a soportar su propia pasión, sus propias agonías e incertidumbres, para que triunfe la purificación del mundo y la liberación de las almas.

En este 13 de marzo de 2021, una puerta espiritual se abre para que todos los Hijos de María la atraviesen. Es la puerta del sacrificio maduro, de una cruz madurada que son invitados a cargar, espiritualmente, junto con Mi Hijo. 

Yo les pido que no se justifiquen ni tampoco se lamenten. Los invito a realizar este trabajo silenciosamente, unidos de corazón a corazón, al gran Corazón de Cristo, el Rey Universal.

Sus manos no conseguirán atender a muchas necesidades, no solo a las que están a su alrededor, sino a las que están en el mundo. Los soldados se reducen en las filas de los Comandos de Cristo. ¿Alguien más perecerá?

No es tiempo de retroceder, hijos Míos; permitan que el Espíritu del Gobierno espiritual de Cristo, los guíe y los ampare; los impulse a encontrar día a día el camino de la trascendencia y de la redención de todos sus aspectos humanos, porque a quien sirva de verdad y se entregue, nada le faltará.

La llamada de Cristo en este tiempo es contundente y clara.

Anímense a ser ese último rebaño y esa última tribu de Israel que está sobreviviendo al fin de los tiempos, porque en medio de la oscuridad brillará la Estrella que traerá la gran consciencia de Cristo al mundo, y Él pondrá fin a todo lo que hoy vive la humanidad, pero primero el planeta se limpiará a sí mismo.

Que todos tengan la oportunidad de enderezar sus caminos y de no olvidar los Mandamientos, que tantas veces se los hemos dicho.

Cuando no puedan más, hijos Míos, los invito a quedarse en Mis brazos, los envolveré con Mi Manto y les cantaré una canción para que puedan dormir, así como dormía al Niño Jesús.

Mi Corazón está pronto para acompañarlos. ¿El corazón de ustedes está pronto? 

Que esta consagración y renovación de votos se profundice en cada hijo Mío. Es necesario orar más para que no se pierda la paz y, especialmente, para que las almas tengan discernimiento en sus decisiones, porque ya nadie más podrá decir que Dios los está castigando.

Las consecuencias son generadas por sus acciones, por sus elecciones, sean conscientes de esto y no sufrirán. Que la estrella del compromiso de los Hijos de María brille en el pecho de cada ser y la ayuda llegará.

Hoy sean ungidos por la señal luminosa de la cruz.

Hoy sean bendecidos por la Madre Celeste.

Les agradezco a todos por haber llegado hasta este momento y hasta este tiempo.

Sigan los pasos de la Madre de Dios, pero que sus pasos sean de pies descalzos, despojados de sí y entregados en confianza al Creador.

Yo los bendigo con la Luz de Mi Hijo y renuevo, en este día, los votos de su consagración.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN RESERVADA DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SAGRADO LLAMADO

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Cuando te aquietas puedes mirar adentro de ti y saber, verdaderamente, qué es lo que sucede.

Este no es solo un trabajo de reflexión y de meditación, sino una búsqueda incesante del conocimiento y de la realidad.

En este momento, volverse hacia adentro de sí es sintonizarse con los mundos internos, es saber descubrir la verdad que está más allá de lo concreto, es encontrar la vida del espíritu y en el espíritu ingresar a través de las puertas hacia el cosmos.

Saber lo que sucede dentro de ti es muy importante, porque el universo te revelará lo que tanto espera. El esfuerzo de hacerlo es permanente, pero las respuestas llegarán de tiempo en tiempo. 

¿Por qué hoy te digo esto? 

Porque las almas hoy no miran hacia adentro de sí, sino hacia afuera de sí; y muchas de las experiencias que viven en esta Tierra podrían ser aliviadas y tal vez no sería necesario transitar por ciertas pruebas.

La apertura al mundo interior es fundamental en este tiempo, porque el mundo consciente tiene que llegar a descubrir la verdad para poder comprenderla y después aceptarla. 

El camino crístico está fundamentado en la búsqueda incesante de la realidad dentro de sí, no como algo personal ni tampoco como algo grupal; es una actividad inteligente, muy interna, que le permite al alma saber en qué momento se encuentra y cuál será su próximo paso.                      

Saber lo que sucede dentro de ti es tener consciencia de lo que hay que transformar y corregir, dónde debe estar tu atención y tu vigilancia para que nada te sorprenda.

La búsqueda incesante del conocimiento dentro de ti te traerá muchas respuestas, y también claridad para saber cuál será el próximo paso. 

En los mundos internos se encuentra la Jerarquía, allí está el epicentro principal de todas sus actividades y obras. 

Nada externo podría estar fundamentado o materializado si no existiera un conocimiento interno, una búsqueda permanente de la verdad y de la realidad para poder conocerlas.

Dios escribe en los mundos internos a través de intuiciones, de percepciones y de sentimientos.

En esta búsqueda incesante de la Verdad, la mente solo tiene que colaborar y no interferir; porque lo que hay en los mundos internos de las almas es muy valioso, pero también desconocido. 

Es allí, en esa búsqueda, en esa aspiración, en ese trabajo continuo que encontrarán la sabiduría interna para este momento crucial de la humanidad, en el que las respuestas externas no son claras y desvían a las almas del camino del Propósito. 

A medida que se aproxima el fin de los tiempos, también aumentan los impulsos humanos que llevan a las almas a tomar una decisión de vida definitiva, sin sabiduría ni discernimiento. Esto trae como consecuencia aprendizajes innecesarios, sufrimientos innecesarios, experiencias que no están previstas, solo porque desde punto de vista externo el alma quiere vivir su propia voluntad. 

Desprenderse de aquello de lo que uno cree tener poder, control, autoridad o soberanía, es un trabajo eterno que lleva a la consciencia, a la propia alma, a encontrar en sus niveles internos todo aquello de lo que se deberá despojar paulatinamente. Y en esa búsqueda incesante del conocimiento interno podrá tener las llaves que necesita para resolver sus experiencias inconclusas, pero también las marcas del sufrimiento. 

Cuando las almas se vuelvan hacia dentro de sí, no como algo personal e individualista, sino para encontrar la verdad que Dios guarda en cada corazón humano, el mundo comenzará a cambiar. Mientras eso no suceda, el mundo seguirá sufriendo, y eso aumentará. 

En esta escuela del planeta Tierra, a las almas les corresponde la mayor parte en el camino de la transmutación, de la purificación y de la redención; porque al no cumplirse las Leyes no existe equilibrio ni armonía. La purificación los coloca, poco a poco, dentro de la Ley, de la cual alguna vez se apartaron.

Las Leyes del universo existen no solo para guiar a la manifestación de la Creación, sino también para orientar a los mundos internos, en los que en verdad, se debe concretar la experiencia de la vida crística, sin teorías ni ilusiones, de una verdadera vida crística basada en el bien común, en la fraternidad, en el amor y en la Misericordia. 

Pensar en los atributos, en el día a día, permite ayudar a que los mundos internos de las almas se fortalezcan, y a pesar de lo que suceda en el mundo externo, en la adversidad o en la oscuridad, las almas no perecerán.

Pero la plataforma fundamental de sus vidas debe ser la confianza en Mi Presencia. En esa confianza Yo puedo depositar los principios, leyes y atributos que, de tiempo en tiempo, necesitan para que sus vidas se santifiquen, para que sus misiones se cumplan en este tiempo. 

El servicio para con el universo no es personal, sino universal. Esta pautado en la unión fraterna de muchas consciencias internas que, en los diferentes planos de consciencia, colaboran e impulsan Mi Plan. 

Es así, que una gran red de Amor, de Luz y de Misericordia se manifiesta en los diferentes planos de consciencia, desde la vida inmaterial hasta la vida material; y es con esa red de unión de consciencias en el Propósito que ustedes deben unirse en este tiempo.

Así podrán salir de lo superficial y de lo indiferente. No serán abrazados por el odio, por la intolerancia, por la rabia, por la indignación, sino que desde sus mundos internos al igual que muchos seres internos en el universo, serán constructores del Plan del Retorno de Cristo.

Porque la gran construcción interna de Mi Retorno es la más importante, es allí en donde todo se dará y se realizará, es en ese estado de consciencia en donde nacerá la Nueva Humanidad.

Una verdadera respuesta, interna, de sabiduría, llega a través de la quietud y no de la aprensión, tengan esto presente en el momento de tomar decisiones.

La Luz del Universo puede guiar a todas las formas y consciencias, la Luz del Universo les entregará lo que estrictamente necesitan sin desperdiciar su Principio Divino.

Si la búsqueda de los mundos internos se detiene, el planeta no lo soportará. Es en los mundos internos en donde todo se comprende y se acepta, en donde todos son iguales como consciencias y espíritus. Porque es allí, en donde todos pueden reconocer su origen en la Fuente y volver al punto inicial, al principio, a la Matriz que los creó en tiempos pasados, cuando aún eran esencias, cuando aún eran parte de la Luz de la Fuente y de la Sabiduría.

Sus experiencias en los mundos internos deben recrear a la Creación para que existan mayores oportunidades en el Plan de salvación de la humanidad y de redención de las almas, en donde la poderosa Fuente de la Misericordia pueda enmendar, reparar y curar a todas las vidas, a todas las consciencias, aunque no lo merezcan.

Mi Consciencia retornará primero a los mundos internos, en donde en lo invisible y en lo aparentemente imperceptible está la verdad de la realización de Mi Obra Redentora.

Desde allí Yo impulsaré el despertar de los Nuevos Cristos, los que, a pesar de sus diferencias y formas de vida, serán colocados a los pies del Sagrado Propósito para cumplir la última Aspiración de Dios: volver a ver a la humanidad en el principio de su origen. Así su historia pesada y traumática se disolverá al actuar la Ley Divina.

Sepan que en lo externo ya no encontrarán la respuesta o la guía que necesitan. Sepan que en lo externo ya no encontrarán aliados para sus ideales o creencias, para sus críticas o juicios de valor.

Quien no se vuelva hacia su mundo interno no soportará la última etapa del fin de los tiempos, porque a medida que pasa el tiempo, el fuego del universo seguirá descendiendo con un voltaje cada vez mayor y removerá las partículas corruptas y malignas de la humanidad para liberarla para siempre.

En los mundos internos ustedes encontrarán el equilibrio, la armonía y principalmente la paz; y podrán ser Mis grandes colaboradores para que otras almas aprendan, a través de ustedes, a soportar el tiempo final.

A medida que el Sol Central expande su corriente de Luz en el universo, también expandirá su presión atómico-molecular, física, eléctrica y magnética; y todo lo que forma parte de la vida, como ustedes, sentirá ese movimiento.

Quien no haya construido su mundo interno, lo haya buscado, reconocido y reverenciado, padecerá las consecuencias del movimiento del universo.

Para que un nuevo ciclo llegue, el actual ciclo debe ser purificado y extirpado en todos los planos de consciencia.

Las energías solares no son ofensivas ni transgresoras, son corrientes del propio universo que regeneran la vida y corrigen lo que ha quedado torcido y fuera de la Ley.

Aún queda muy poco tiempo para trabajar con los mundos internos. Este es el momento culminante, esta es la hora de despertar y no de reclamar, es la hora de la madurez interna, es la hora de corresponder y de seguir el Plan.

Si algún día se sienten cerrados internamente, trabajen para abrirse internamente. Tienen el instrumento de la oración y de la voz para abrir las puertas del universo y para que la ayuda descienda.

Solo les pido que no se sientan víctimas ni se hagan las víctimas; que cada uno, en Mi Nombre, asuma su responsabilidad y sus errores, y los corrija, porque aún la puerta de Mi Misericordia está abierta para auxiliarlos.

Un verdadero mundo interno es aquel que, más allá de sus imperfecciones, busca la transparencia. No es falso, busca la verdad y la intenta reflejar. No es mentiroso, busca el servicio para aprender a sacrificarse. No es traidor, busca la fidelidad para aprender a amar a Dios.

Que el Señor los proteja, que la Luz de la Fuente los impulse a encontrar en sus mundos internos la verdad y el conocimiento, porque los necesitarán. Tienen que aprender a reconocer la realidad más allá de lo que es aparente, su percepción se debe ampliar.

Los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN RESERVADA DE LA VIRGEM MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mientras el universo se abre frente a sus ojos, nunca pierdan la paz. Mi Paz siempre los confortará y les dará el entendimiento sobre estos tiempos.

Este universo se abre para que lo puedan conocer, para que se animen a profundizar en él y así puedan encontrar el sentido y la razón de existir esta Creación.

En esos universos existen varias realidades y hacia allí hoy los quiero llevar, porque el mundo debe elevar su consciencia. La humanidad debe trascender sus miedos y así encontrar la confianza en lo que existe, en lo desconocido.

Desde el universo hoy traigo Mi Mensaje para todos, porque aún la humanidad tiene que escuchar la Palabra de Dios, esta Palabra que viene a fortalecerlos y a darles nuevos valores para que sus almas estén en comunión con el universo y con la Vida Mayor.

Para llegar aquí he cruzado muchos planos de consciencia, eso siempre lo deben tener presente. Para que Yo pueda venir al mundo y hablarle a la humanidad, los universos se tienen que abrir, los portales se tienen que expresar y el gran camino de la Luz es construido para poder llegar a la Tierra y presentarme.

Después de todo lo que ha sucedido en agosto, como Madre y Guardiana de la Fe, vengo a hablarle a la humanidad nuevamente. Porque aún hay hijos Míos que no escuchan la Palabra de Dios, solo la oyen y eso no es suficiente.

En este tiempo de purificación, sus consciencias deben estar unidas a la vida universal. Así, las corrientes del universo los auxiliarán y les darán la fuerza interior que necesitan para poder superarse.

Todo lo que es material deberá ser purificado. Por eso, este es el tiempo, hijos Míos, que ustedes vivan esa trascendencia día a día.

Por eso, Yo traigo el universo para ustedes, para que primero lo puedan reconocer dentro de sí y después puedan expresarlo, aun estando en la vida material, aun viviendo en este planeta y dentro de esta humanidad.

Por eso, sus consciencias deben retornar al origen. No al origen de los errores, de las culpas, de las incomprensiones que tal vez vivieron una vez en el universo o dentro de este planeta escuela.

Deben retornar al origen de su verdad, al origen de su esencia. Allí nada podrá corromperse, porque si están en Dios, Dios estará en ustedes y se cumplirá Su Palabra.

Estos tiempos no solo son tiempos definitivos, tiempos de pruebas, tiempos de confirmación, son tiempos en los que el universo se reúne y se une, y así todas sus Jerarquías, para ayudar a la humanidad.

Los Comandos en el universo son muy amplios, los desafíos por la humanidad son muy grandes. Pero hay una sola razón y motivo que a todos los mantiene aquí, que es el amor por el Proyecto de Dios. Un Proyecto que decayó muchas veces y que se desvirtuó a lo largo de los tiempos.

Pero eso, hijos Míos, ahora no es importante. Lo importante es su despertar, y en su despertar estará la evolución de sus consciencias y esa evolución de sus consciencias solo se alcanzará a través del amor y de la entrega.

Mi Hijo les enseñó cómo hacerlo. Su Instrucción es vigente y atemporal. Sí o sí la humanidad debe caminar al encuentro del portal que los llevará a la Tierra de los Nuevos Cristos. Y esto, hijos Míos, no es una teoría, es una realidad, es una aspiración de Dios, es una meta.

Cuantos más desisten, menos posibilidades tienen de que todos puedan llegar hacia ese portal que el universo abre en la consciencia de la humanidad, y que algún día la llevará al encuentro de la Tierra de los Nuevos Cristos.

El Amor de Mi Hijo les hará conocer ese camino, les hará comprender esa meta y esa aspiración de Dios.

Después del 8 de agosto, el Padre Eterno no ha desistido y no desistirá, aunque la mayoría de Sus hijos tengan su consciencia ocupada en una realidad inferior e indiferente.

Las pruebas vienen a enseñarles a todos ustedes, hijos Míos, que es tiempo de cambiar algo, que no solo puede quedar en la mente como una información o parte de la memoria, que deben practicarlo y aplicarlo en la vida de este tiempo.

Por eso, el universo se moviliza y trabaja incansablemente. Sus corrientes cósmicas, sus espejos de luz, sus Jerarquías, sus puertas universales, mentales y divinas, todo se entrelaza y se interrelaciona a través de los Rayos para ayudar a la humanidad.

Hijos Míos, hay una parte que la Jerarquía no puede hacer por ustedes, y es a ustedes a quienes les corresponde hacer esa parte.

Su fe en este tiempo deberá ser fortalecida al igual que su confianza en el Plan de Dios, son tiempos de situaciones increíbles, nunca antes vistas.

Pero ustedes no pueden quedarse allí, en lo superficial, deben aspirar a lo inmaterial aunque no lo conozcan, aunque no lo entiendan, aunque no lo vivan.

De allí vendrá la ayuda de la Fuente, así como la Fuente Inmaterial ayuda a todo el universo, al resto de la Creación. Ustedes están en un tiempo que ninguna otra humanidad vivió.

¿Ahora comprenden la importancia de este momento?

Sus vidas deben ser el propio mensaje cumplido, la Palabra de Mi Hijo manifestada a través de la redención y de la entrega a Dios.

Eso justificará, en este momento, todos los errores que comete el mundo y que lleva adelante la humanidad, aun dentro de una pandemia.

No dejen que la Ley de la Misericordia se aparte, llamen por la Misericordia de Dios y confíen.

Llego al mundo para poder profundizar en el despertar, sabiendo que el universo está allí a la espera de los que se autoconvocaron y de los que retrocedieron en el camino de Mi Hijo.

El compromiso de cada ser no se disuelve, por más que se cambie de vida, por más que se aparten del camino, porque es un compromiso esencial, es algo que ustedes traen dentro de sí mismos, en la esencia, aportado por la Fuente Inmaterial. 

¿Ahora comprenden el sentido de esa responsabilidad?

Estar con Mi Hijo no es un momento pasajero ni emotivo, Nuestras Palabras deben cumplirse en ustedes, porque Dios las dona por amor y sabiduría.

Eso hará recrear la Creación, y sus vidas siempre deberán vivir una metamorfosis, un cambio constante, una transformación permanente, porque es allí donde Cristo obra y lleva adelante Su Plan.

No les pedimos lo imposible, sino lo que es posible, lo que proviene del corazón y renueva la vida.

En nombre de todas las Jerarquías del Plan Divino y Universal, los santifico y los bendigo en este momento para que, saliendo cada día más de sí mismos, alcancen la realidad suprema, aun viviendo la vida material.

No es imposible, solo es aspirar y querer, la Vida Mayor allí estará, llamando a las puertas de sus consciencias, llevándolos al despertar y a comprender, más allá de todo, el Plan.

Que su fe sea renovada, que el compromiso sea recordado por todos, que las Virtudes y los Dones de Dios se cumplan en la superficie de la Tierra para que nazca la Nueva Humanidad.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL OCTAVO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Inspiramos y agradecemos la Presencia de nuestro Redentor.

Por un momento, cierren los ojos.

En este último día de Gracia y de celebración regresemos, en consciencia, a Tierra Santa y véanse allí, con los hombres y mujeres de Jerusalén y de toda Galilea, buscando las huellas del Pastor que llama a sus ovejas para que lo sigan.

Algunos recordarán los hechos de Mi vida pública, otros recordarán los pasos del Calvario, pero todos encontrarán a Cristo, Aquel que recorrió Tierra Santa para llamarlos a vivir el Amor redentor.

Algunos recordarán la multiplicación de los panes y de los peces, otros presenciarán el llamado a los apóstoles en el mar de Galilea.

Pero otras almas estuvieron en donde estuvo el Señor, predicando y enseñando, curando y sanando las heridas más profundas de la consciencia humana.

¿Cuántos de ustedes se sentaron a los Pies del Señor, en la casa de los justos o en la casa de los pecadores?

En aquel tiempo, la humanidad nunca hubiera podido comprender Mi tarea hasta que Yo no cargara la Cruz.

Quiero que se sientan, como en aquel tiempo, llamados por Mí para que, en este momento, lleven adelante Mi convocatoria, pero ahora una gran convocatoria al mundo entero, a todas las tribus que salieron de Israel, se expandieron por todo el mundo  y aprendieron de las Enseñanzas de Cristo por medio de la Palabra de Dios.

Hoy hago un puente en el espacio-tiempo para que recuerden su compromiso Conmigo; pescadores, mujeres, ancianos, jóvenes y niños, presentes en la historia del Redentor, dentro de la experiencia de Su Corazón.

¿Cuál sería la razón de Yo venir al mundo en este momento si no fuera por lo que sucedió en el pasado?

Esa historia, que fue escrita en Tierra Santa, siempre será imborrable. Todo el universo la conoce profundamente, porque fue una coyuntura única para toda la humanidad.

Hoy sus Ángeles de la Guarda son testigos de este momento, de sentirse merecedores de las Gracias del Padre, aunque el corazón humano siga siendo imperfecto.

Pero hoy estoy como estuve una vez en el Monte de las Bienaventuranzas y desde ese monte sagrado hoy emito Mi Mensaje al mundo entero, como el Cristo que está retornando. Elevando Mis Manos al Cielo y abriendo los universos para que descienda la Gracia Divina, les digo: enmienden sus caminos.

Que sus corazones se curen.

Que sus vidas se rediman por la fuerza del Amor de Dios, que brota incansablemente del Corazón del Hijo.

Ámense mucho más de lo que se aman.

Sosténganse en la fuerza de la hermandad, en la unidad inquebrantable, en la fraternidad inmutable.

Sean embajadores de Mi Paz.

Que sus corazones vivan la eterna gratitud y el esfuerzo incansable por seguirme.

Sean señalados y ungidos por el Espíritu Santo, porque está llegando el tiempo de Mi regreso. Señales habrá en el Cielo, pero señales más profundas habrá en los corazones.

Se sentirán conmovidos por una fuerza mayor que llegará de la Fuente Suprema para hacer de sus corazones, corazones valientes dispuestos a llevar adelante Mis pedidos. Porque en la hora que sean juzgados, Yo los defenderé. En la hora que sean blasfemados, Yo les daré el poder de Mi silencio. En la hora que sean negados, Yo les daré Mi mansedumbre y vivirán cosas más grandes que las que Yo viví y, en esa hora, las reconocerán por ustedes mismos.

Porque si se aman los unos a los otros serán reconocidos como Mis apóstoles, pero si se aman más y viven la verdad, serán reconocidos como Mis pacificadores, porque no habrá miseria que no se resuelva, no habrá desierto que no sea atravesado, no habrá dolor que no sea curado, porque aquel que cree en Mí tendrá vida eterna y sabrá lo que es la vida eterna.

En la hora de su muerte, Yo acudiré y los auxiliaré, y la Ley de Mi Misericordia justificará sus errores y faltas, por todo lo que han vivido aquí Conmigo a través de los años.

Pero hay algo que deberán vivir por Mí, que es lo que Yo viví por ustedes, la soledad. Y en esa hora su fe no podrá ser tibia, porque si creen en Mí, lo superarán.

De las miserias, haré nuevos Cristos; de negadores, haré redimidos; de pecadores, haré bienaventurados.

Confíen en Mí, así como Yo confío en ustedes, así como Yo he confiado en los que Me abandonaron.

Mi Getsemaní, en este tiempo, es diferente. ¿Quién se arriesgará a vivirlo Conmigo?, para que Mi Misericordia pueda seguir salvando almas y redimiendo corazones. Hasta antes de que Yo retorne al mundo deberán tener todo esto presente en sus consciencias, porque lo necesitarán.

Así como hoy los llevo a recordar el compromiso Conmigo, así Yo los hago sucesores de la Obra de Mi Misericordia, así como lo hice con los apóstoles.

Llegará el tiempo en el que su casa y su reposo será el mundo entero, y todo lo que aquí han aprendido, por obra de la Misericordia de Dios, lo llevarán al mundo y lo compartirán fraternalmente con sus hermanos para que ellos sientan Mi Presencia y Mi Palabra. Sus voces cantarán en otros espacios, sus pies caminarán por otros lugares.

El Nuevo Testamento de Su Señor Jesucristo, el testamento de estos tiempos, llegará a las almas de los diferentes continentes, y Yo estaré allí para que vivan todo lo que deban vivir en Mi Nombre.

Infinita ha sigo la Gracia de Dios sobre ustedes.

El tiempo ha llegado. Mi Padre necesita ver a los Nuevos Cristos, no en las apariencias, sino en la propia vida, en la entrega incondicional y en el sacrificio por un solo fin, el triunfo de Mi Amor.

Por esa razón he venido aquí y he fundado esta Congregación para que sea la mediadora, junto con todos los hermanos del mundo que escuchan la Palabra del Señor, y prepare Mi Retorno en los corazones.

Después de siete Sagradas Semanas...

Me quedo en silencio para que no solo escuchen Mis Palabras, sino que las sientan, porque lo más importante para Mí, compañeros, es que sientan lo que Yo siento por ustedes.

Grande es el desafío en el fin de los tiempos. Grande es la aspiración de Nuestro Padre Madre Creador, pero uno es el camino que los hará retornar hacia Mí cuando hayan cumplido lo que Yo necesito, sin nada a cambio, hasta en el mayor vacío.

En estos siete años, Yo los llené de Mi Misericordia, los escuché en sus oraciones, los levanté de sus caídas y siempre, siempre, los renové.

Y así como Yo Me levanté del suelo tres veces después de haberme caído con la Cruz, hoy su cruz puede transformarse por la victoria de Mi Amor y de Mi entrega por el mundo, por la vivencia infinita y absoluta de los Sacramentos, por todos los que oran y adoran.

Es aquí en donde estableceré Mis pilares para Mi Retorno al mundo.

Es tanto lo que tengo para darle a la humanidad que aún Mi Amor no es entendido. Pero Yo los arrebaté, arrebaté sus vidas, corazones y consciencias. Y aún necesito más, porque después de siete años ya no son los mismos.

¿Han visto el milagro de la fe? La fe fue lo que Me llevó hasta la Cruz y fue lo que Me hizo besar la Cruz tres veces, por su rendición, por su misericordia, por su redención.

Mi Sangre aún sigue transfigurando la vida material. Sus vidas, por medio de los Sacramentos, deben ser los nuevos cálices para que Yo pueda entrar y hacerlos parte de Mí, para siempre.

Eso es lo que Me hará retornar al mundo con toda Mi Consciencia y todo Mi Ser. Podrán sentir la Presencia de su Maestro y llegará el momento del gran reencuentro cuando los vea cara a cara.

Vean Mi humilde Rostro iluminado, que se muestra al mundo para que escuchen y sientan el Corazón de Dios.

Yo solo quiero que sean en Mí, para que Yo pueda ser en todo el mundo.

Hoy Me siento descansando en ustedes. Su amor le trae renovación a Mi Espíritu para seguir dando más por la humanidad.

La cura que necesita hoy la humanidad llegará en pocos meses, y a través de este impulso que he dado durante estos ocho días, muchas consciencias cambiarán. La vida de las personas ya no serán las mismas, porque Mi Luz entró en muchos corazones en estos últimos días, y esa Gracia es incalculable.

Por eso, todo lo que puedan hacer por el Plan de Mi Padre es importante, para que la Gracia Suprema pueda descender y obrar. Crean que no son sus vidas las que actúan, sino que es Mi vida la que actúa a través de ustedes.

Rindan lo que aún no han rendido. Rediman lo que aún no han redimido, porque Yo los llamaré para obras mayores, así como los he llamado a través de estos tiempos para esta Obra Mayor.

Y vemos ahora, alrededor de Nuestro Señor, a los doce ángeles encargados de la Justicia Divina, que tienen entre sus manos una llama de luz.

Hoy he traído aquí a los seres angélicos más justos del universo, para que sean testigos de este momento y de este último día de la Sagrada Semana.

Reconozcamos las faltas del mundo y sus faltas, y pidamos la Gracia de la reconciliación y del perdón, hagámoslo internamente.

“Señor, 
Dios de todo el universo,
que has creado la vida
para que todos Te amaran y Te adoraran,
escucha las súplicas de Mis compañeros,
cicatriza las heridas de los corazones,
renueva a los espíritus y a las consciencias
para que, impulsados por Tu Amor y por Tu Gracia,
alcancen algún día la redención”.
 

Por los méritos de la dolorosa y sufrida Pasión de su Maestro y Señor, por los méritos de la Bienaventurada siempre Virgen María y por los méritos de todos los seres servidores de buena voluntad, por la fe y el amor de los consecuentes, por el sacrificio de los incansables, por la caridad de los misioneros para curar el dolor de la humanidad, y bajo la autoridad Divina y Celestial del Padre Eterno, vengo a establecer por los méritos de la Cruz no solo el perdón, la reconciliación y la cura de las almas, sino que también vendré aquí para vivir, con todos los Míos, la octava y última Sagrada Semana.

Rezaré para que las fronteras de las naciones y de los pueblos estén abiertas para que vengan aquí y revivan Conmigo la Pasión de Cristo, como cierre del gran impulso del Hijo de Dios para la humanidad. Amén.

Vamos a prepararnos, en Presencia de Cristo, para esta especial consagración Eucarística, y vamos a invitar a todos nuestros hermanos del mundo que nos escuchan en este momento, en sus diferentes naciones y pueblos, a que se sumerjan en este ejercicio espiritual para poder sellar esta Alianza con Cristo, después de estos impulsos de la Sagrada Semana, y para que juntos, desde ahora, preparemos Su gran y última llegada en el año 2021.

Antes de comenzar esta celebración, en Presencia de Nuestro Señor Jesucristo, vamos a responder a un pedido de Cristo, que los hermanos del coro canten al final de este ejercicio la canción “Cara a cara”, para que se puedan preparar en este momento.

Y nosotros aquí, bañados por esta Gracia que brota del Corazón de Jesús, ofrecemos esta celebración en un profundo acto de agradecimiento por todas las Gracias e impulsos recibidos directamente del Corazón de nuestro Redentor.

Vamos a seguir con el instrumental, por favor.

Así como ofrecemos estos elementos del altar, vamos a ofrecernos a Nuestro Señor, así como Él se ofreció hoy una vez más a nosotros, para que nos haga merecedores de Su Misericordia, y por medio de Su santa fe nos fortalezca para vivir el apostolado de estos tiempos, para llevar Su Palabra, Su Amor y Su Paz al mundo.

Los que podamos, nos colocamos de rodillas para esta consagración.

Antes de Jesús haber sido entregado, en un profundo acto de Amor y de Misericordia por todos Sus compañeros y la humanidad, Él tomó el pan, lo elevó y dio gracias al Padre, pidiéndole profundamente con Su Corazón que fuera convertido en Su Cuerpo. Enseguida, Jesús lo partió y se lo ofreció a Sus compañeros, diciéndoles: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

Y una forma de Luz entró en el alma de los apóstoles.

Terminada la Cena tomó el Cáliz y realizando el mismo ejercicio lo ofreció al Padre para que fuera convertido en Su Sangre. Enseguida, se lo ofreció a Sus compañeros, diciéndoles: “Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la nueva y eterna Alianza, que será derramada por su Señor para la remisión de todas las faltas. Hagan esto en memoria Mía”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

El Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Bienaventurados los que se sirven de este Sacramento.

Padre Nuestro (en español y en inglés).

Que la Paz de Cristo descienda a la Tierra.

Señor,
yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.
 Amén.

Anunciamos en este momento la Comunión espiritual de Cristo con todos nuestros hermanos del mundo.

Escuchamos tres campanadas.

Padre Celestial que a todos conduces,
acepta nuestra oferta de entrega a Ti.
Guíanos por el camino del Amor,
para que Tu Voluntad sea hecha.
Amén.

Esto es el comienzo de algo más importante para el mundo. Una nueva historia está siendo escrita y sus vidas están en las Manos de Dios. Son como una pequeña pluma con la cual Él escribe para hacer nuevas todas las cosas.

Agradezco la fidelidad, el amor y el acompañamiento de todos los devotos del mundo en esta Sagrada Semana.

Que la Iglesia Celestial los guarde. Que la Iglesia Celestial los proteja de todo mal. Que la Iglesia Celestial eleve sus consciencias para que algún día, sus vidas y sus corazones se fundan en la Esencia del Amor de Dios, y así se cumpla Su Voluntad.

Con alegría y júbilo, los bendigo. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Les agradezco.

Podemos escuchar la canción que Nuestro Señor solicitó.

Gracias a todos.

MENSAJE DIARIO DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Hijos Míos:

Ahora es el tiempo de que den a conocer su amor por Cristo a través de un ejemplo de vida consagrada, de servicio y de humildad.

Es el tiempo de que, por encima de toda dificultad, el Amor de Cristo los haga fuertes y perseverantes, capaces de dar testimonio de Su Presencia en sus vidas.

Así, responderán a lo que Mi Hijo les pidió hace tanto tiempo, de ser Sus apóstoles de los últimos tiempos.

Nada de eso es una teoría, es una realidad que sus vidas y consciencias deberán asumir, porque mientras en el mundo la humanidad está paralizada por lo que hoy ocurre, Mi Hijo llama en los planos internos a los Nuevos Cristos, para que despierten y estén al servicio del plan de rescate y de salvación.

Queridos hijos, Yo como Madre de ustedes, los acompaño y rezo para que, en esta hora de incertidumbre, Mis hijos apóstoles estén enteros y disponibles para cumplir con todo lo que Mi Hijo espera.

Recuerden que nunca les faltará la guía del Espíritu Santo.

Confíen. Pidan y recibirán, conforme Mi Hijo les enseñó.

Estoy con ustedes.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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