APARICIÓN RESERVADA DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SAGRADO LLAMADO

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Dios decidió un propósito inexplicable para la humanidad. En Su Corazón, ese propósito está escrito y se deberá cumplir, aunque sea con pocos.

No hablo de algo material ni tampoco de algo mental, hablo de algo que viene del Espíritu de Dios, de la emanación de Su Fuente.

Por eso, he venido a la Tierra, encarné y estuve entre ustedes, les enseñé a buscar el Reino de Dios y, sobre todo, a amarlo.

Pero antes de entregarme ya sabía, desde el Huerto de Getsemaní, que este momento podría llegar, era una probabilidad.

Por eso, entregué Mi Ser por ustedes y por cada uno de sus hermanos, así como hoy entrego Mi Espíritu por cada uno de ustedes y por cada uno de sus hermanos.

Mi Corazón hace silencio ante ciertos acontecimientos, no solo aquellos que se refieren al planeta entero, sino también a todos los grupos de almas, especialmente a aquellos grupos de almas que tienen un compromiso irrefutable Conmigo.

Aún sigo contando el tiempo, aunque no lo parezca, para retornar al mundo.

Las llagas que se abren en la consciencia del planeta son cada vez más profundas y la humanidad no tiene consciencia de esto.

A medida que sucede la transición de la Tierra, las almas son llevadas a vivir su última definición, a vivir situaciones que no tenían previstas.

¿Y por qué Dios lo permitiría, si Él es perfecto y Él los ama desde que los creó, desde sus orígenes?

Dios extiende Su Mano a cada uno de Sus hijos, así como lo ha hecho a través de los tiempos y de las diferentes humanidades. Él extiende Su Mano piadosa para que la puedan tomar, para que sus consciencias se vuelvan instrumentos en Sus Manos, y así, Él pueda reescribir esta historia, la historia de la humanidad, del presente que lleva cada vez más al sufrimiento, a la desesperación, a la falta de credibilidad en Dios.

Pero si el mundo aprendiera a alabarlo y a reconocerlo, aun en los momentos difíciles e inexplicables, les llegaría una respuesta, la respuesta que tanto esperan.

Ahora vean a Dios, su Padre Eterno, aún extendiendo Sus Manos hacia ustedes, no solo con bondad, sino también con Misericordia, sosteniendo este momento para que la Ley de la Justicia no descienda sobre la humanidad, porque Él no quiere que sufran, no quiere que pierdan el camino que Él les prometió.

Por eso, Su aspiración es muy grande y no es comprendida. No es una aspiración dictada con palabras o con instrucciones, son las aspiraciones internas de Dios, a las que deben amar para poder conocer, para poder comprender algún día por qué están aquí.

Deberían preguntarse cuál es la razón de que estén en Mi Camino Crístico y no en otro camino; cuál fue el motivo que los trajo hacia Mí para vivir este momento, un momento que aún no conocen y que podría cambiar en cualquier instante.

¿Serían capaces de seguirme, a pesar de todo?

Muchas veces no se sentirán colmados por lo que están viviendo o padeciendo.

¿Acaso Yo retrocedí con lo que Dios Me había encomendado?

Los hijos del Padre nunca retroceden, avanzan, porque a pesar de cada momento, encuentran el camino de salida cuando están unidos de corazón y de espíritu a la Fuente.

Dios esperó, dentro de este siglo XXI, que todo fuera diferente, que las almas ya no aprendieran del sufrimiento, sino de la alegría de vivir y de servir, de amar la vida solo como ella es, aunque sea imperfecta.

¿Ahora comprenden cómo todo podría cambiar y ser diferente?

A veces lo que viven tal vez no lo merecerían, pero si Dios se los ofrece ¿lo rechazarían?

¿Quién sería capaz de amar más que lo que Yo amé, aun siendo imperfecto?, porque lo que tiene valor aquí es el espíritu, la morada interior de cada ser. Allí es donde se forja el guerrero, allí es donde nace el apóstol, allí está la fortaleza para siempre decir sí y no retroceder, cueste lo que cueste, signifique lo que signifique, porque al fin de todo el Corazón de Dios triunfará.

Sabemos que no son tiempos de alegrías, sino de sufrimientos. Pero, ¿qué haría cada uno de ustedes para poder cambiarlo?, sabiendo que tienen en sus manos la oportunidad de hacerlo y no reclamar.

No solo deben aprender a alabar todo lo que tienen, sino también a agradecerlo, agradecerlo día a día de corazón, con la profundidad que les pueden dar sus espíritus.

Hoy estoy aquí en Divinidad, pero también presente de Alma, para que Mi Divinidad y Mi Alma fortalezcan a los corazones, a los que se postularon para vivir el calvario de este mundo.

La cruz que pueden llevar, por ustedes mismos, no se compara con la cruz de otros hermanos del mundo entero, que llevan cruces más pesadas que las que ustedes tienen y que es una cruz sostenida en la fe y en la confianza en Dios.

Pero ustedes fueron agraciados por la Fuente. Mi propia Madre Santísima intercedió, hace muchos años, para que esto sucediera, para que no les faltara el gozo de vivir en el espíritu y la oportunidad de sacrificarse por Mí.

¿Qué precio tiene eso para sus vidas? ¿Alguna vez se lo preguntaron, compañeros?

No vengo a hacer comparaciones, sino a traerles consciencia de la situación que hoy vive la humanidad entera y el planeta. Ni siquiera los Reinos de la Naturaleza reciben lo que ustedes han recibido a través de Nuestras Palabras e impulsos espirituales, en estos últimos doce años.

¿Qué más esperan para poder ser Mis apóstoles, los que Yo necesito en el fin de los tiempos?

Miren hacia su situación interior y no solo reconozcan las imperfecciones o los errores. Tienen la capacidad de ver más allá de lo que ven, de lo que sienten o de lo que perciben. Por eso, siempre deben agradecer, porque siempre será la Gracia la que los colmará y los fortalecerá en este momento y en los tiempos que vendrán.

Yo no necesito sus vidas realizadas y perfectamente alineadas Conmigo. Necesito que Mis apóstoles perciban este momento planetario y que estén prontos para servirme en donde sea necesario y bajo cualquier situación, porque son muchas más las almas en la oscuridad que en la luz. Ustedes lo saben y ya lo pueden ver.

¿Qué puede sentir Mi Corazón después de la gran oferta que fue realizada desde el Huerto Getsemaní hasta la muerte en la Cruz?

Dios Me reveló que esta situación actual podría suceder. Y, aun así, no dudé porque sabía que sus hermanos y ustedes tenían que estar aquí en este tiempo, sobre los suelos sagrados en donde está la Jerarquía.

Pero esto no es solo por ustedes, sino por toda la humanidad. Por aquellos que no viven de la luz y solo viven de la oscuridad, que son atormentados, perseguidos y perturbados todo el tiempo.

La tarea de transmutación planetaria aumentó de una forma nunca antes vista.

Pocas son las columnas en la superficie de la Tierra que sostienen este movimiento. ¿Ustedes entrarán en este servicio sin emitir ni una palabra?

El silencio forja al guerrero de la luz, fortalece al guardián y expresa al curador. Atrae hacia sí la luz de los espejos y de esa forma está pronto para una nueva convocatoria, para un nuevo llamado.

Sus alianzas Conmigo ya fueron realizadas. Ahora es tiempo de vivir lo que vinieron a vivir, así como sus hermanos deberán vivir lo que está escrito.

Quisiera hablarles de las maravillas del Reino de Dios y de todas sus dimensiones y planos. Algunos de ustedes fueron agraciados de poder conocer algo de eso, para enriquecer sus espíritus en el conocimiento y en la gratitud. Pero la mayoría aún no lo sabe, porque está sometida por un sistema mundial del cual no consigue salir por sus propias fuerzas.

Pero el corazón que ora y el corazón que se abre encuentra la salida, no le teme a la derrota, promete con su esfuerzo el triunfo de Dios y el cumplimiento de Su Plan; no es mediocre, ni mezquino, su donación es la llave de la transformación y de la entrega, de la Comunión Conmigo.

Mis Palabras no pueden quedar solo en un papel. Hoy, más que nunca les pido, de corazón, que sus vidas se transformen en Mi Palabra, para que Yo pueda colocar sus testimonios en las Manos de Dios y Él le conceda al mundo, en este momento actual, una extraordinaria oportunidad de cura, desconocida por la ciencia y por el hombre.

El tabernáculo de Mi Corazón está abierto para que lo visiten y lo adoren, para que depositen sus esfuerzos y sus trabajos diarios, para que vivan la unidad entre ustedes, la que Yo tanto espero hace tanto tiempo; una unidad sin apariencias, sin condiciones, sin reglas, sin egoísmo, sin pesimismo.

Ustedes son la base de ese gran espejo de Mi Corazón que necesita reflejar en la Tierra los principios de la nueva vida, de la Nueva Humanidad.

Las señales del Apocalipsis se están presentando. Estén atentos y no se distraigan, porque allí hablará la Jerarquía y los acontecimientos del planeta mostrarán el momento en el cual se encuentra toda la consciencia humana.

No deberán temer a esas señales. Deberán penetrar su misterio para poder comprenderlas y aceptarlas.

Los libros de los Señores de la Ley están abiertos, preparados para comenzar a dictar el nuevo tiempo, el último destino.

Sé que ustedes ya son Mis ovejas y Yo Soy su Pastor. 

Hoy los reúno aquí para hablarles de la Verdad que deben escuchar más allá de lo que saben y entienden.

Es hora del crecimiento interior, es hora de preparar el Retorno de su Maestro y Señor, en el momento más difícil y culminante de la humanidad, en el que las señales del sufrimiento y de la agonía en el mundo mostrarán que es la hora tan esperada, momento que dejará de ser una promesa para ser una realidad. 

Yo Soy el Señor y ustedes son Mis discípulos que deben seguir un solo camino sin oscilaciones, el camino hacia Mi Espíritu.

En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL QUINTO DÍA DE INSTRUCCIÓN, DURANTE LA SEMANA SANTA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Reverenciamos la Presencia de Jesús, el Sagrado e Insondable Corazón de Jesús.

Él nos muestra, en el centro de Su Pecho, Su Corazón Misericordioso como una gran custodia de luz que irradia rayos hacia varias direcciones.

Él, con Sus Brazos y Manos abiertas, nos ofrece el centro de Su Ser para que podamos entrar en Él y Él en nosotros.

Detrás de Él vemos una casa muy humilde y simple, de piedra y de paja, con pequeñas ventanas y una puerta de madera muy simple y humilde.

Para aquellos que nunca lo han visto, dice Jesús, este es el Cenáculo y hoy los invito a entrar, a toda la humanidad, en el nombre del Santo Padre, el Papa Francisco, de los líderes religiosos, de todos los creyentes en el Sagrado Corazón de Jesús.

La puerta de esa casa se abre para que podamos entrar en consciencia y espíritu, en alma y en divinidad.

Primero entra Jesús para que nosotros podamos entrar; vemos su larga túnica y sus pies descalzos sosteniendo sobre Su Pecho el Santo Cáliz.

En esa casa simple vemos luces muy suaves y tenues en las paredes, creando un ambiente de religiosidad y de comunión; en esa casa hay otros invitados que no son los apóstoles, porque ellos ya vivieron esa experiencia, sino son otros Maestros, los Maestros de los Himalayas.

Ellos están allí presentes aguardándonos, para que nos sentemos en el suelo de tierra, que es protegido por una gran alfombra que en su centro tiene representada la Última Cena.

Nos descalzamos y nos despojamos para que entremos en esta comunión eterna.

El Maestro se muestra solemne, amoroso y cariñoso con cada uno de los suyos.

Él toca nuestras cabezas y acaricia nuestros rostros, y nuestras almas se rinden a Sus Pies.

Y a través de Cristo sentimos al Padre Celestial que, como una gran Luz, encandila el techo de esa sala, así como a cada uno de nosotros y de los presentes.

La puerta de la casa se cerró y vemos allí presente a Nuestra Santísima Madre, la Virgen María, que es rodeada por un gran manto de color rosa, y que se arrodilla un poco más lejos, en el interior de la sala.

Todos se miran con expectativa porque sienten, en el corazón de los Maestros de los Himalayas, la alegría de esta renovación y comunión con Cristo.

María, Nuestra Madre, reza en silencio por nosotros y por el planeta.

Nos dejamos llevar por este momento de comunión para que sea nuestra alma la que participe de este encuentro y así participe todo nuestro ser.

Y ahora todos sentados entre los Maestros y el gran Maestro que acaba de sentarse para compartir este encuentro, vemos como su rostro brilla y sus ojos son como el cielo; mantiene un semblante suave y cariñoso.

Todos los Maestros colocan sus manos en señal de recepción mientras aguardan, en silencio, que el Maestro comience a pronunciar Sus Palabras, en esta cena de renovación y de esperanza.

En el centro de esa reunión vemos a nuestro planeta. El Maestro lo contempla con amor, al igual que los demás Maestros que fueron invitados para participar de ese encuentro.

Por debajo de ese planeta, que es nuestra casa, vemos encenderse una estrella dorada de seis puntas y otra estrella igual por encima del planeta.

El planeta es envuelto por esa poderosa Luz dorada que desciende en el centro de esa sala directamente de la Fuente y grandes manchas oscuras que rodean al planeta son disueltas, mientras su aura es envuelta por una energía verde de Luz que ingresa en las entrañas de nuestra Tierra, en los océanos y continentes.

Quiero que sepan, dice el Maestro y Él eleva su mano derecha señalando el cielo, mientras habla para cada uno de nosotros, que esta es una de las últimas cenas espirituales que celebro con ustedes, porque el tiempo de las Escrituras se cumplirá y Yo no estaré aquí para hablarles, será el Espíritu Santo el que podrá obrar a través de ustedes, cuando lo sepan reconocer y contactar.

Esta es la hora, compañeros, de que sus talentos emerjan a la Luz y a la consciencia porque así podrán dar la vida por Mí, como Yo di la vida por cada uno de ustedes hasta el fin de los tiempos.

Reconozcan entonces, amados Míos, que son parte de una historia que aún no terminó de escribirse.

Por esa razón hoy los he traído aquí, al Cenáculo espiritual de Mi Corazón, pobre, verdadero y humilde para que se puedan servir de él.

Afuera de la casa, en donde nos encontramos participando de este momento importante con Jesús, hay muchas, pero muchas almas presentes, que no pudieron entrar, pero que Nuestra Madre, la Santísima Virgen, las trajo hasta allí para que pudieran participar de este momento.

Y dice Jesús: Mi morada es muy humilde y simple, pero Mi Corazón es muy grande para poder recibirlos a todos.

En este jueves Santo, en el que cada uno de ustedes tiene la oportunidad de participar nuevamente en este ministerio que Yo impartiré, con Amor al mundo, por todos los que aún deberán despertar y reconocer la Palabra de Cristo.

Esta es la Casa de Mi Padre, dichosos los que se encuentran dentro de ella para reconocer su compromiso con la Creación y con las Leyes Universales.

Reunidos en esta casa, volveré a lavar los pies, pero ahora lavaré los pies de los Maestros, mientras ustedes se lavarán los pies.

Los invito a dirigirse al lugar donde lavarán sus pies, mientras Yo lavaré los pies de los Maestros.

A cada uno de los que Mi Madre escogió hoy para lavarles los pies, le entregué un don y un talento antes de que nacieran para que, ahora y en este tiempo, estuvieran al servicio de Mi Corazón y de Mi Obra redentora.

Timóteo, tú tienes el don de unir fronteras, para que ya no existan barreras entre los pueblos y las naciones. Tú tienes que abrir los caminos para que Yo pueda ingresar en donde más se necesita Mi Palabra.

Iajodarah, tú tienes el don de la música, de poder traer del Universo hacia la Tierra las vibraciones sutiles y las melodías de Dios que tus manos pueden comunicar a través de los instrumentos que tocas, con la fuerza que te da la devoción a Mi Sagrado Corazón.

Valentina, tú tienes el don de la solidaridad, de vivir la incondicionalidad por el otro, de reconocer la dificultad del semejante y de aliviar los sufrimientos de los que padecen por soledad, abandono y discriminación.

Ceferino, tú tienes el don de llevar Mi Mensaje al mundo y de iluminar Mis altares, para que la Presencia de Mi Espíritu se pueda reflejar en todo lo que es ofrecido, de tiempo en tiempo. Tú tienes la misión de reflejar, en las imágenes, el espíritu de lo sagrado.

Camilo, tú tienes el don de la perseverancia del peregrino, que nunca se cansa de caminar hasta poder encontrar a su Maestro. Has llegado a Mi encuentro y te prepararé, a partir de este día, para que Me sirvas en la consagración cuando Yo te lo indique. El que persevera nunca muere. El que persevera nunca desiste, porque su fuerza está en la oración y en la confianza que le da Dios. Por eso, estás aquí.

Samaria, tú tienes el don de la comunicación, de abrazar los proyectos de Mi Padre y de llevarlos a la realidad, así como Yo lo necesito. Tú tienes el don de comunicar Mi Palabra a diferentes partes del mundo, a través de las lenguas de cada pueblo de esta Tierra. No es la primera vez que haces esto para Mí. Esto es la continuidad de algo que no terminó, por eso tu vida debe ser para Mí.

Los próximos seis que ahora serán sacramentados.

Fray Luciano, tú tienes el don del servicio incondicional, de llevar alivio a donde hay mayor sufrimiento, de llevar amor a donde hay mayor agonía, de llevar esperanza a donde hay mayor desesperación; para que la humanidad comprenda finalmente que, a través de la donación de sí y del servicio por el semejante, los seres humanos aprenderán a amarse los unos a los otros, verdaderamente.

Madre María del Salvador, tú tienes el don de la unidad, una unidad que lleva al entendimiento y a la comprensión del semejante. El don de la unidad para poder colocarse en el sufrimiento del otro y de ayudar a resolverlo. Una unidad que comprende, que es paciente y perseverante, que emana compasión.

Fray Ariel, tú tienes el don de la constancia, de aquel que no se deja vencer a sí mismo, de aquel que reconoce todos los días las Llagas del Señor, por amor a la humanidad. El espíritu de la constancia es un espíritu incesante que nunca cambia, que siempre mantiene su propósito a través de la fe.

Madre María Shimani, tú tienes un don importante que te entregué. Es el don del discernimiento invadido por el espíritu sagrado de la Sabiduría, para cumplir siempre la perspectiva de Mi Propósito en la humanidad. Tú también tienes un don especial que Mi Santa Madre te ha entregado, que es el amor y el entendimiento de aquel que no consigue transformarse, de aquel que tiene dificultades, y ese amor y ese entendimiento lo transforma, lo redime y lo lleva a la Verdad.

Mi hija Amerisa tiene el don de la belleza y de la cura, de aprender a soportar al semejante y de darles oportunidades a todos para que, a través del servicio de los altares, puedan expresar su devoción a Mi Corazón. Tú eres un puente para cada uno de ellos, por eso te he colocado en esa misión. También tienes el don de la cura, que te permite sentir el sufrimiento del semejante para aliviar las Llagas de tu Señor en aquel que sufre. Y eso Yo lo vi, en estos tiempos, a través de tu madre, la que ahora, después de su agonía, ya está Conmigo en el Cielo. Has aprendido la lección de amor que te quise enseñar, para que vivas algún día un amor más grande que el que Yo viví por ti. Estás en el camino de ese propósito.

Mi hija Romina, ya sabes lo que eres para Mí. Pero ahora llegó el momento de vivir lo que tanto has buscado, de vivir todo lo que Me has cantado, de cumplir lo que tanto deseo, sin miedo a nada, por tu nación y por tu pueblo.

Llegó el momento de la consagración del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, en el que cada uno de nosotros, dentro de la Casa del Cenáculo de Nuestro Señor, tendrá la Gracia espiritual e interna de recibir los impulsos, los mismos impulsos que Cristo dejó plasmados en el planeta y en la humanidad, a través del sacrificio de Su Última Cena, por medio de la Comunión.

Vemos a Nuestro Señor, Cristo, después de haber lavado los pies de los Maestros y después de habernos lavado los pies entre nosotros, cumpliendo así con Sus pedidos.

Mantenemos nuestra consciencia y concentración en ese lugar de la humilde Casa del Cenáculo, en donde Cristo nos invitó a entrar a cada uno de nosotros.

Mi Corazón siente este momento, porque es una de las últimas Comuniones espirituales que entregaré al mundo en este día, en el que Mi Vida es vida en ustedes y ustedes son vida en Mí.

Ahora que están limpios y preparados para recibirme, infundo en este momento, lo mismo que infundí en los Apóstoles, para que en este momento el legado espiritual que dejé para el mundo, por medio de la Eucaristía y de la Sangre de Cristo, descienda como Gracia y como Luz en la humanidad.

Elevo el pan y se lo ofrezco a Dios, así como sus almas pueden ser ofrecidas a Dios en este momento. Para que este pan sea transubstanciado, le pido al Todopoderoso que, por los méritos de Mi dolorosa Pasión, conceda al mundo la Gracia que necesita en este tiempo, para aprender a vivir en el Amor absoluto de Dios.

Por eso, luego de partir el pan, se los entrego, porque este es Mi Cuerpo, que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

Vuelvo a elevar el Cáliz de la redención de la humanidad, para que el vino sea transubstanciado en la Sangre de Cristo. Por eso, se los vuelvo a decir y les vuelvo a ofrecer este cáliz, porque es Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza que es derramada por su Señor para la remisión de las faltas. Hagan esto en memoria Mía.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

El Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Dichosos sean los que se sirven de este Sacramento espiritual, porque sus vidas no perecerán.

Padre Nuestro (en español).

Padre Nuestro (en inglés).

Que la Paz de Cristo descienda a la Tierra.

En este día, todo ha sido consumado, conforme el Padre Celestial lo necesitaba y, de esto que fue consumado, todos fueron partícipes, bajo la renovación que les trae el Sacramento de la Eucaristía para cada una de sus almas, hasta que se concrete el Nuevo Tiempo.

Y la Casa del Cenáculo desaparece de nuestra consciencia, mientras el Maestro está aquí, con nosotros, entregando los méritos de Su Corazón a la humanidad, para que reafirmemos nuestro compromiso en Cristo y por Cristo.

Nuestra Madre Divina también nos bendice, y ahora se encuentra al lado de Su Hijo.

Ahora todos los sacerdotes se congregarán en este escenario y vamos a entonar, a pedido de Cristo, “Hijo Supremo”, como consumación de esta tarea.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Canción: "Hijo Supremo".

¡Gracias, Señor, por cuanto nos das!

En este encuentro te honramos, Señor.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

De ciclos en ciclos, revive el llamado de Cristo en tu interior.

Dentro de tu corazón, hijo, contempla el mar de tu vida, de tu historia y de tu entrega y, en las orillas de ese mar, encuentra la Mirada de tu Señor que busca tus ojos. 

Sin miedo, vuelve a caminar en dirección a tu Salvador y permite que Él te pida algo nuevo, una entrega más profunda, una rendición más perfecta. 

Deja a Sus Pies la red de todos tus deseos y aspiraciones, todo aquello que perseguías en el mar de la vida, intentando conquistar, aunque fuera algo espiritual o aunque fuera algo para Cristo.

Escucha la Voz de tu Señor, llamándote para profundizar en Su Corazón. Y, vacío de todo, ve con Él a cumplir Sus designios, a transitar desiertos, a curar tu propio corazón y, así, conceder cura, ser amado profundamente y, de ese modo, conceder el Amor de Dios a las almas.

Nunca pienses que basta entregar la vida a Cristo solo un día, pero sí, hijo, entrégate todos los días. Escucha Su Voz en cada instante. Abre camino, en tu interior, para que Cristo llegue a los espacios más ocultos de tu ser. 

Hablo de entrega y de rendición, todos los días. Percibe que esas son las llaves de este tiempo, son las bases en las cuales tu espíritu estará seguro en Dios y en Su Voluntad. Eso es lo que Él te llama a vivir en este momento, porque de esa forma crecerás, de esa forma cumplirás los designios del Creador para tu vida. 

Tienes Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO DURANTE EL VIAJE DESDE LA CIUDAD DE SAN PABLO, HACIA EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Así como los pueblos del desierto, enviados por Dios para ser probados en la fe, en el contacto interior y en la confianza en la Voluntad Divina, pudieron construir las bases para la llegada del propio Creador a este mundo; que ustedes, hijos, llevados por el Padre al desierto interior, conducidos por las pruebas de este tiempo, puedan fortalecer la propia fe, puedan construir las bases para una nueva vida y, más que eso, puedan construir las bases para el Retorno de Cristo a este mundo.

En niveles diferentes, la historia de la humanidad se repite, porque los ciclos traen nuevas oportunidades para cumplir, con plenitud, la Voluntad del Creador.

Se están aproximando al Retorno de su Señor al mundo y, para que vivan ese momento, deben preparar Su camino. Y el camino para Cristo, hijos, será preparado no de afuera hacia adentro, sino de adentro hacia afuera. 

Ese camino tiene su origen en su universo interior, en lo más profundo de la verdad humana, llamada esencia. Y ese camino, que comienza en ustedes, conduce al Universo Celestial, a la Fuente de la Vida, que está en la llamada Esencia Divina.

El camino para el Retorno de Cristo es el puente entre sus corazones y el Corazón de Dios, y ese puente está siendo construido ahora, a través de la fe, de la persistencia, de la obediencia y del amor absoluto a su Creador.

Por eso, dejen que las pruebas se transformen en ladrillos de esa construcción interna, en partes de ese puente hacia el Corazón de Dios.

No teman nada, solo aprendan con todo lo que vivan y háganse fuertes en Cristo, en cada nuevo desafío.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

Aparición reservada de María, Rosa de la Paz, en el Gran Cañón del Colorado, Arizona, Estados Unidos, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús, para el encuentro de oración del 25 de febrero de 2020

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Hijos Míos, hoy transmito este mensaje nuevamente desde el Gran Cañón del Colorado, pero esta vez desde su parte más profunda, a donde ustedes hoy llegaron no solo para encontrarse Conmigo, sino también con toda la Hermandad.

Mientras bajaban estas sagradas montañas, sus seres internos y los seres internos de sus hermanos fueron ingresando en la realidad y en la verdad de otros tiempos. Fueron cruzando umbrales, puertas y espacios en donde se guarda la historia de esta humanidad, la historia más evolutiva, más importante y destacada.

Es así que, en este día y bajo el abrazo de estas sagradas montañas, doy continuidad al mensaje que pronuncié en los últimos días, para que la consciencia de la humanidad no pierda el impulso de poder encontrar, en este tiempo de caos, el retorno hacia su origen y hacia la esencia de su propósito en esta humanidad.

Hoy estoy aquí con ustedes, pero también estoy con el mundo entero como la Madre del Mundo, la Madre de la Nueva Humanidad, la Madre que guarda en Su Corazón el conocimiento y la historia de esta civilización de la Tierra, que atravesó y pasó por muchas experiencias, aprendizajes y pruebas.

Pero lo que hoy les revelará Mi Corazón es lo más sagrado que alcanzaron las civilizaciones más antiguas del planeta, desde la Lemuria hasta la actualidad. Y todas esas civilizaciones, pueblos y culturas aprendieron a estar en comunión con el Universo y a conocer el Universo por medio del contacto. Algo que la humanidad siempre ha buscado, siempre ha intentado encontrar la puerta segura para atravesar ese umbral hacia la verdad y la existencia cósmica.

Hoy Mi Corazón maternal abre esa puerta, enciende los espacios sagrados del Gran Cañón del Colorado, para que las informaciones de las civilizaciones más antiguas de la humanidad salgan a la luz, despierten sus consciencias y vivan, así, el compromiso de dar continuidad a este sagrado proyecto genético que aún no ha finalizado y que está en el momento más culminante e importante de poder evolucionar y de representar, dentro de todo este Universo y macrocosmos, la victoria, la misma victoria que alcanzó Mi Hijo, el Cristo; y que la sigue alcanzando y la sigue viviendo por ustedes, por todos sus hermanos, por este pequeño pero bellísimo planeta que el Padre les entregó en confianza, para que ustedes y sus hermanos lo pudieran representar, no solo en la vida material evolutiva, sino también en la espiritualidad, en la esencia del contacto.

Es así que mientras les hablo, las puertas de los mundos internos del Gran Cañón se abren para que sus corazones y, sobre todo, sus almas puedan ser colmados por esos principios y atributos que las civilizaciones más antiguas del planeta alcanzaron y en los que cada una de ellas se destacó por algo muy importante. Y eso que es algo tan importante, hasta los días de hoy, ayuda espiritualmente a toda la humanidad; especialmente a Mis hijos más perdidos, más ignorantes, más distraídos de la realidad y de la verdad superior que están latente en el Universo y que forma parte de la realidad del Plan de Dios.

Por medio de este mensaje quiero que sus consciencias retomen el compromiso de realizar este proyecto genético, que va más allá de algo espiritual, religioso o interno; que llega hasta lo más profundo de sus esencias y consciencias, en donde se guarda también la historia de sus orígenes, de sus experiencias, de sus aprendizajes y vivencias en este sagrado Universo que los rodea y que los aguarda.

Hagan votos, hijos Míos, de poder realizar este proyecto que será finalizado por la Presencia de Mi Hijo, el Cristo, cuando en el momento más culminante de esta humanidad, que está próximo, Él llegue para recoger todos los tesoros, méritos, aprendizajes y experiencias que hayan podido vivir en esta encarnación y en esta actualidad.

Aunque el planeta y su humanidad estén convulsionando, aunque las naciones estén en una gran contrariedad y conflicto, a pesar de cualquier situación que se presente en la superficie de la Tierra, nada impedirá que ustedes puedan experimentar y vivir lo que Dios tanto desea y espera.

Por esa razón, Yo estoy aquí y soy enviada a este planeta como la Madre del Mundo, para que tengan consciencia también de la nueva tarea de su Madre Divina y Espiritual, la que hoy es una tarea más amplia y profunda que no solo abarca este Universo local, sino también otras galaxias, mundos, estrellas y soles que conforman también la existencia y la vivencia del Plan de Dios. Y con él todas sus Jerarquías, Consciencias que han trabajado en este proyecto humano y en otros, a lo largo de millones de años. Hoy la humanidad, después de 1988, tiene la oportunidad y la consciencia de saber todas estas cosas que hoy pronuncia Mi voz, que es la Voz del Padre que resuena en este valle y especialmente en los mundos internos que deben alcanzar la verdad y la consciencia de este tiempo definitivo.

Desde el interior de estas montañas, en el Gran Cañón del Colorado, su Madre Celeste se anuncia antes de tiempo y proclama esta información para todos los seres de la Tierra, independientemente de su creencia, de su religión o de su situación interna; porque en esencia todos son hijos de Dios y todos provienen de la misma Fuente, del mismo impulso, del mismo Origen que los creó y, a partir de allí, sus consciencias, como las sagradas consciencias de las civilizaciones anteriores de la Tierra, vienen de diferentes lugares del Universo para seguir aprendiendo a amar de verdad y a redimirse de corazón, sin miedo ni traumas.

Es así que, por medio de estas informaciones sagradas que emergen del Gran Cañón del Colorado, la humanidad tiene la oportunidad espiritual de volver a curarse, reconciliarse y redimirse, para que todas las estrellas caídas que hoy viven sobre la superficie de la Tierra puedan volver a encenderse, a reencontrar el camino, a reencontrar su existencia y sus orígenes. Así, todas esas estrellas podrán volver a brillar en este firmamento cósmico y de esa forma estarán dentro de la historia que aún sigue siendo escrita por la Mano del propio Padre Eterno.

Si hoy esto sucede aquí, en esta condición y situación interna y espiritual, es porque existen una razón y un propósito mayor que ustedes hoy desconocen, pero que sé que pueden sentir y comprender lo que esto significa, más allá de las formas y del momento.

Hoy Mi Corazón abre los espacios del Universo, fusiona y une las realidades que se encuentran dentro de este sagrado Cañón del Colorado, en el que la humanidad podrá tener la referencia y el lugar en donde poder encontrar, en el mayor silencio y en la más interna sintonía, lo que necesita para este ciclo de transición y para poder superar estos tiempos difíciles, en los que cada vez más la ilusión abraza a la consciencia humana y le hace perder el camino del Propósito.

Mediante estas palabras, Yo les traigo la Gracia de reencontrar el sentido y la razón de estar en este planeta y en esta humanidad, sabiendo que se debe cumplir lo que el Padre ha determinado y ha escrito desde los tiempos más remotos del Universo, desde antes de que existieran los diferentes Universos, las diferentes civilizaciones y todo lo que está creado.

Por eso, es tiempo de agradecer, agradecer de corazón por este impulso que el Padre ha decidido enviarles por medio de la Madre del Mundo.

Y es así, hijos Míos, que los velos de su consciencia seguirán cayendo para que puedan tener conocimiento de la realidad que está dentro de ustedes y que también está escrita en el Universo, realidad que debe vivir una síntesis y un fin para que todo pueda comenzar de nuevo.

Mientras les hablo, a través de Mis palabras y de Mi presencia, envío al mundo entero los atributos y principios más sagrados que alcanzaron las civilizaciones más antiguas de la Tierra, una historia que nunca se perderá, una historia que podrá continuar siendo escrita por cada uno de ustedes, para que el triunfo del amor y de la verdad se cumpla en este tiempo, y para que Mis hijos más perdidos, engañados y oscurecidos por Mi enemigo, tengan la misma Gracia que ustedes reciben hoy.

Así, el planeta y su consciencia espiritual se podrán regenerar. El alma de este planeta podrá volver a respirar y ser lo que vino a ser en este tiempo, desde el principio, cuando fue decidido que este sagrado planeta existiera.

Abracen este llamado, acepten esta convocatoria y den continuidad y respuesta a lo que les pido, porque no estarán cumpliendo Conmigo, sino con el Padre Eterno, que es quien Me envía para que todos los seres de la Tierra, finalmente, vean la verdad que está escrita en el Universo y que también se guarda en lugares más bellos de este planeta.

Envío para todos, Mi mensaje de paz y de consciencia. Que la Luz del Gran Cañón del Colorado brille en el corazón de todos los seres autoconvocados y servidores, para que se pueda seguir cumpliendo el Plan.

Los bendigo y les agradezco, permeándolos con la Luz de Mi Espíritu y de Mi Corazón, porque soy su Madre, la Madre del Mundo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Hermanos y hermanas, a pedido de la Madre Divina, desde aquí, desde el corazón del Gran Cañón del Colorado, vamos a realizar por tres veces la oración del Advenimiento de la nueva Raza, para que podamos decretar y afirmar este compromiso interno con la Divinidad.

 

Oración del Advenimiento de la Nueva Raza

Señor, 
que se cumpla el advenimiento de la Nueva Raza.
Que la humanidad pueda expresar su arquetipo.
Que la palabra sea viva y construya Tu Templo.
Que se expanda en nosotros Tu misterio y
que se revele al mundo la verdadera existencia,
para que podamos reunirnos en Tu Nombre
y glorificar la perfecta unidad.
Amén.

 

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN TUSAYAN, ARIZONA, ESTADOS UNIDOS, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Recojan, de los lugares sagrados del planeta, la historia más profunda y oculta de la humanidad. Dejen que esa historia despierte en sus corazones como un antiguo recuerdo que permaneció silencioso en las profundidades de sus almas.

Que este registro, hoy revelado, sea para ustedes un impulso para que sus corazones retornen a la pureza, a lo sagrado y a la aspiración de ser parte viva del Plan de Dios.

Aún hay mucho sobre este mundo que permanece solo como un recuerdo en las almas de los que lo vivieron y en la consciencia del planeta y de sus Reinos.

Es momento de recordar, no para mantenerse en el pasado, sino para que todo lo que ya vivieron como humanidad hoy los impulse a dar nuevos pasos. La humanidad necesita saber lo que ya hizo y lo que ya vivió para comprender lo que aún le espera.

En tiempos muy remotos, la pureza los llevó a la transfiguración y la entrega los condujo a participar de Leyes que trascienden a la materia, para que fueran partícipes de lo que les es invisible y aparentemente inalcanzable.

Que hoy la pureza vuelva a emerger de su interior para que descubran otras Leyes y, a través de la entrega, no solo sean partícipes de los mundos sutiles, sino que hagan que estos mundos encuentren, en la dimensión material de la Tierra, su espacio, el sagrado lugar en donde manifestar lo que fue prometido en el principio.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo 

Aparición reservada de María, Rosa de la Paz, en la ciudad de Tusayan, Gran Cañón del Colorado, Arizona, Estados Unidos, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hoy la voz de su Madre Celeste emerge desde el desierto, en un lugar lejano del planeta para ustedes y que Dios les ha dado hoy la oportunidad de conocer para que ese lugar se pueda revelar y mostrar al mundo.

Por esa razón, vengo de ese lugar y desde ese espacio para pronunciar la Palabra de Dios, para traer a las almas la revelación interior que proviene del Universo y de la Vida Cósmica.

Desde ese lugar, Yo traigo el mensaje para todos, para que lo puedan sentir, percibir y reconocer, sabiendo que son tiempos en los que la humanidad deberá volver a ubicarse en el Plan del Padre, después de haberse apartado durante mucho tiempo, de haberse alejado de la Ley y del cumplimiento de los Mandamientos.

Es por esa razón que hoy vengo desde el Gran Cañón del Colorado, en donde la historia de la humanidad está guardada en su más profundo e interno silencio, en donde la naturaleza y principalmente el Reino Mineral revela ese mensaje para todos, con la potencia y el poder de su expresión, de su belleza y de su hermosura.

En ese lugar hubo muchos acontecimientos, una de las primeras civilizaciones allí surgió, una civilización que mantenía un contacto con Dios y que sabía cuál era la esencia del Plan de Dios y de su cumplimiento en la superficie.

Dios les mostró a ellos, de esa forma, Su Divina Voluntad para que la pudieran vivir y cumplir conforme Él lo había pensado.

Es una civilización desconocida para todos y aún no revelada para el hombre de superficie, pero que sí existió desde tiempos remotos, en los que la humanidad vivía un proceso fluido de contacto con su mundo interno y el Universo.

Desde allí provenían las sagradas instrucciones para toda esa civilización que alcanzó grados importantes de evolución y, sobre todo, de sabiduría. Experiencia que los llevó no solo a comprender la vida y la existencia, sino también los llevó a ingresar en otra escuela, en otra dimensión en otro plano de consciencia, en donde ya no era necesario vivir lo que se vive en la superficie de la Tierra, en donde ya no era necesario servirse de lo que es material y concreto, sino que en ese ingreso de toda esa consciencia grupo comenzaron a vivir de lo espiritual, de lo cósmico y de lo divino.

Y a partir de allí comenzaron a dar pasos importantes, no solo en su despertar, sino también en su evolución; pasos individuales y también grupales porque la esencia de todo ese acontecimiento era la unidad, la unidad de grupo, la unidad de almas, la unidad de consciencias.

Eso llevó a que esa civilización tan simple, pero profundamente contactada, viviera y conociera las leyes del Universo y todos los tesoros que guarda el Universo Mayor, y que se encuentran dentro de las diferentes galaxias, estrellas y soles.

Esa revelación se llegó para ellos, esa revelación se mostró para ellos de una forma clara y nítida. El impulso de la instrucción y del conocimiento los llevó a dar ese gran paso por toda la humanidad, aun por la humanidad presente, por la humanidad actual, aunque ustedes no lo crean.

Ellos sabían que llegarían generaciones futuras que vivirían grandes pruebas y desafíos, grandes acontecimientos y aprendizajes y, aun alcanzando ese grado tan alto de consciencia y de contacto, decidieron permanecer en el planeta para poder salvaguardar y proteger la esencia del proyecto de la humanidad y de su evolución.

Ellos así conocieron los dones del Espíritu Santo, y la ciencia se mostró en el camino de ese pueblo sagrado, de esa civilización que encontró un sentido más profundo de estar presente en el planeta para vivir la Voluntad de Dios y los designios mayores.

Pero esa historia no terminó allí, porque aún esa historia, ese acontecimiento y esa escuela se sigue viviendo hasta los tiempos de hoy. Ese sagrado pueblo y civilización se encuentra allí viviendo esa experiencia de evolución y de despertar de la consciencia, y como grupo de almas, como grupo de consciencias, siguen emitiendo y emanando esos principios para toda la humanidad, la humanidad más ignorante e inconsciente de estos tiempos.

¿Ese pueblo ya es una hermandad? Una hermandad aún no conocida ni revelada. Es más que una hermandad, es una fraternidad universal e interna, una fraternidad espiritual que también vivió su experiencia y dio sus pasos a través de la donación de sí y de la entrega de sí a la Voluntad Mayor.

Pero llegó el tiempo, hijos Míos, de que la humanidad de superficie tome contacto con estas realidades y que pueda ser retirada del sueño profundo de la ilusión y de la ignorancia que coloca a todas las consciencias a través de las modernidades y de la indiferencia.

Todos los pueblos sagrados, que atravesaron la escuela del planeta, se mostrarán en los próximos tiempos desde los planos internos, para que las almas que están en la superficie del planeta y que también viven la misma escuela de evolución, puedan servirse del conocimiento que ellos vivieron y aprendieron y que sigue siendo un conocimiento eterno que los lleva a expandir aún más sus consciencias y los lleva a elevar, a trascender y a sublimar el código genético humano que debe seguir alcanzando, así como lo alcanzó Cristo, Su gran expresión de Amor y de donación.

Ese pueblo sagrado, del Gran Cañón del Colorado, sigue aprendiendo aún muchas cosas de la propia Jerarquía y muchos ya ingresaron en nuevas escuelas de instrucción y de conocimiento, para ampliar su consciencia cósmica y, así, poder seguir abrazando el Plan de Dios en sus diferentes manifestaciones de Universo.

Que seres humanos de la superficie de este planeta y de otros tiempos hayan alcanzado ese grado de despertar impulsa a la humanidad precaria de hoy a buscar ese mismo nivel de consciencia y de despertar, aunque sea silencioso y en recogimiento. Porque ese pueblo sagrado vive su retiro permanente en el Gran Cañón del Colorado, pero también vive su actividad inteligente que le proporciona el Espíritu Santo, dentro de Su servicio de amor a la humanidad.

Es de esa forma, hijos Míos, que ellos nunca perdieron sus raíces ni su cultura. Toda esa escuela y experiencia la llevaron consigo para presentarla y compartirla con las Consciencias Mayores del Universo, con los grandes regentes de la Hermandad Celestial.

Todo fue complementado y todo fue comprendido. Y esto hace posible que el proyecto humano sea comprendido y conocido en el resto del Universo como una experiencia posible de redención, de perdón, de conversión y, sobre todo, de amor, de un amor que se expande, de un amor que se vive, de un amor que lleva a las consciencias a aceptar el Plan de Dios y a cumplirlo más allá de sus posibilidades o de sus comprensiones.

Ese pueblo sagrado del Gran Cañón del Colorado espeja hacia la humanidad lo que la humanidad necesita encontrar espiritualmente en estos tiempos. Y es su fin, su intención y propósito, que la mayoría pueda alcanzar y contactar lo que ellos alcanzaron y contactaron en su simplicidad y entrega.

Ahora, que ya tienen consciencia de todo esto y que la ilusión se apartó de la visión humana, es que encuentran la verdad de la existencia y la historia real de toda su civilización del planeta desde los primeros tiempos. Es tiempo, hijos Míos, que impulsen a la humanidad por el mismo camino, por el camino de alcanzar esa misma evolución a través de la vida grupal y de la conexión verdadera con lo Alto.

Así, la Esencia de la Voluntad de Dios será más conocida y comprendida por los hombres y mujeres de Tierra, y la ignorancia ya no los abrazará, sino que comprenderán el sentido de estar aquí, encarnados en este mundo y en este tiempo, para dar continuidad a lo que Dios necesita, dentro de esta experiencia y de esta civilización humana, que no puede seguir deteriorándose ni destruyéndose a sí misma, sino que debe abrazar la visión del Propósito y de las metas que coloca el Padre Eterno para cada grupo de almas, dentro de Su universalidad y de Su Consciencia divina.

Así, formarán parte de una gran fraternidad y se sentirán parte de una gran existencia, que no tiene ninguna condición humana y que no se restringe a los procesos internos ni tampoco mentales, sino que en la profunda espiritualidad de la vida y de la ciencia todo es comprendido y evoluciona.

Desde el Gran Cañón del Colorado, hoy su Madre Celeste se anuncia y se presenta al mundo para que sepa que está a tiempo de recuperar su civilización, sus raíces y su cultura, sus aprendizajes evolutivos y, sobre todo, su contacto con lo Alto, el contacto que alimenta el espíritu de cada ser y que proviene a través de los impulsos de la Jerarquía de un único y absoluto contacto que viene de la Ley de la Jerarquía, de la cual todos se pueden servir y aprender para estar en el camino correcto y no en otros, no en otros caminos.

Este es el tiempo de tomar consciencia de la verdad y de que sepan que todos Mis hijos son llamados a dar continuidad a esta civilización humana que debe abrazar el Propósito, para que él se pueda expresar y cumplir en estos tiempos, para que el planeta pueda ser regenerado, para que la humanidad pueda ser redimida y curada de todo lo que ha vivido a través de los tiempos, porque aún hay mucho por hacer, aún hay mucho por realizar y llevar adelante.

Pero colocando sus consciencias en ese nivel de evolución y de contacto, sus miserias se disolverán, sus problemas terminarán y colocarán su corazón al servicio de lo Alto, un corazón que será impulsado siempre a encontrar la verdad y el sentido de su existencia dentro de este Universo y dentro de esta escuela planetaria.

Y eso es también parte del Proyecto redentor de Mi Hijo, que llega dentro del ciclo de las revelaciones divinas de la Jerarquía Espiritual.

Recuerden entonces, hijos Míos, todo lo que pasó aquí, en el Gran Cañón del Colorado, y que aún sigue repercutiendo a través de los tiempos y de las generaciones para que la humanidad no pierda el sentido de su propósito y de la esencia de estar aquí, en este planeta.

Con este anuncio, Yo los llevo de la mano y los conduzco para que puedan alcanzar nuevas escuelas, escuelas más profundas de amor y de donación, de entrega y de confianza en la guía absoluta del Padre Eterno.

Desde el Gran Cañón del Colorado les hago reencontrar a las almas el sentido de sus orígenes, de sus orígenes de la Tierra y de sus antepasados, que vivieron la experiencia del amor y de la hermandad.

A través de este impulso Yo los bendigo para que sigan el mismo camino, y por más que no sepan cómo hacerlo, que permitan que sus mundos internos los puedan guiar al mismo nivel de contacto, de sabiduría y de comprensión, como el pueblo sagrado del Gran Cañón del Colorado lo vivió y lo sigue viviendo a través de los tiempos.

Yo les agradezco, sinceramente, por responder a Mi llamado.

Los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN WEED, SISKIYOU, CALIFORNIA, ESTADOS UNIDOS, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Dispone tu corazón para Dios en cada nuevo día. Contempla en silencio Su Presencia dentro de ti y en todas las cosas.

Busca, hijo, profundizar siempre tu unión con el Creador. Deja que en tu corazón se sinteticen todos los impulsos y enseñanzas que el Creador envió para la humanidad, y que, en ti, esos caminos se tornen uno solo: el estrecho y profundo camino de unión con Dios.

Siente al Creador en el aire que respiras, en la naturaleza a tu alrededor y en tu naturaleza humana. Siente al Creador en el Universo sobre ti, en el Cosmos infinito y en tu cosmos interior.

Permite que los tiempos se unan en tu propio corazón. Allí encontrarás la revelación de lo nuevo y el recuerdo de lo eterno. Allí descubrirás la historia de tu origen, el camino para cumplir ese infinito y retornar al punto de partida, que es el propio Corazón de Dios. 

Cuando un ser retorna al Creador, después de cumplir con su misión, y lleva consigo una partícula de un amor nuevo e infinito, como lo hizo el Hijo de Dios, en el Corazón del Padre la Creación se comienza a recrear, un nuevo infinito se diseña, un nuevo camino se inicia.

Trasciende, hijo, lo que es superficial y meramente humano, parte de la confusión y de la ilusión de este mundo, y cada día pon tu consciencia en lo que es eterno para que, cuando el Tiempo de Dios llegue a la Tierra, puedas reconocerlo, porque Él está vivo dentro de ti y tu vives dentro de Él. 

La verdad se comienza a revelar dentro de ti cuando puedes observar lo que se oculta en tu interior. Entonces, al abrir tus ojos, verás lo que se ocultaba en toda la vida.

San José Castísimo

Mensaje extraordinario
MENSAJE PARA LA APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ Y MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hoy vengo del Cielo uniendo las faces de la Rosa de la Paz y de la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad para ofrecer al mundo lo que de más puro hay en Mi Corazón, aquello que Dios depositó en Mi Consciencia y en Mi Esencia al crearme parte de Su Parte, emanación y prolongamiento de Su Divino Espíritu. 

Con esto, hijos Míos, preparo sus corazones para los tiempos que vendrán, porque en el año que llegará, sus espíritus deben estar fortalecidos en la humildad, plenos en el servicio, fundamentados en el sacrificio, confirmados en la entrega y renovados en el amor. Estas son las llaves que hoy les traigo, para que no solo soporten la transición de los tiempos, sino que sean triunfos en el Calvario, victoria en la cruz de estos tiempos.

Hoy, hijos amados, abro Mi Corazón y en él les doy a conocer la pureza del origen, la esencia de la vida, el Amor primero que impulsó a su Creador a manifestar la vida, para que así sean colmados por la verdadera esencia de la existencia, no solo de la humanidad, sino de toda la vida.

Hoy le digo que sus historias ya fueron escritas en el Pensamiento y en el Corazón de Dios desde el origen. El Creador contempla con ojos de compasión y de esperanza cada aprendizaje que viven, cada error y cada triunfo, cada paso y cada retroceso.

Todos los seres de la Tierra tienen en su camino opciones duales para escoger, porque este es el aprendizaje de este planeta, como de este Universo. Deben aprender a escoger la luz, el amor y la Voluntad Divina, a pesar de todos los estímulos e impulsos que los llevan a vivir lo contrario.

Todos los seres de este Universo, al tener sus esencias creadas, recibieron de los Arcángeles el Plan de Dios, el Plan perfecto del Creador para esta nueva vida. Y recibieron de los Señores de la Ley y de los Ángeles de la Justicia y de la Evolución Universal el camino que representaba lo opuesto a sus pasos evolutivos, el que está escrito no para ser vivido, sino para ser vencido

Eso es así, hijos Míos, porque anteriormente a la existencia de las criaturas materiales, anteriormente a sus vidas, incluso como esencias, en el principio de la Creación existían consciencias espirituales, universales y solares que, debido a sus errores, manifestaron la dualidad.

Este Universo, como consciencia viva y parte de la Creación Divina, debe revertir un error muy antiguo, que hoy, sus pequeñas mentes no son capaces de comprender, pero que aun así deben ser conscientes del triunfo que deben generar a través de la renovación del amor en sus esencias.

Su evolución, hijos Míos, es semejante a una amplia playa, en donde un simple grano de arena puede cambiar el destino de toda la vida que habita en ella. Misteriosamente, así es la evolución humana, y así deben comprender que el misterio que habita en sus esencias es tan inmenso, profundo y con un potencial de revertir los errores del pasado tan grande que sus corazones se pierden dentro de él y lo desconocen.

Hoy, hijos Míos, vengo a hablarles a sus almas, las que sí son capaces de comprender lo que les digo; las que saben que, a pesar de ser pequeñas, guardan en sí un puente hacia un Dios Eterno.

Con eso, solo quiero conducirlos a la comprensión de la amplitud de la vida, para que no permanezcan en lo que es pequeño y superficial en este ciclo que se presenta, sino para que ingresen en este año definitivo con consciencia, hijo Míos, consciencia de la responsabilidad que tienen ante la vida, no solo de este planeta, sino en este Universo y más allá de él.

Es por eso que hoy les entrego Mi Rosa de la Paz y la coloco en lo profundo de sus corazones. Hoy les entrego los dones de Mi Divina Concepción, para que todos despierten para lo que fueron creados, concebidos por el más profundo Amor Divino, y sean así consecuentes con la misión que Dios les entregó desde el principio.

Yo los amo. Con Mi Espíritu los bendigo y con Mi Corazón le agradezco por responder a Mi llamado.

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de la Divina Concepción de la Trinidad 

 

Mensaje extraordinario
MENSAJE PARA LA APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Atlántida, una civilización desaparecida

En tiempos remotos, mucho antes del nacimiento de Jesús, existió en el planeta una civilización que se destacó, después de Lemuria, por la intuición, por el contacto interno y el contacto con el Universo.

Sus avances espirituales y materiales fueron más grandes que los avances de la humanidad de hoy. 

Esta civilización estaba concentrada en el Océano Atlántico, dentro de una geografía que en los tiempos de hoy ya no existe, porque cada cierta cantidad de miles de años el planeta vive su transformación geológica.

Atlántida nació de una población muy anterior a los vikingos, aquellas consciencias que evolutivamente conquistaron y conocieron los mares y los grandes océanos, en experiencias que el ser humano iba contactando a través de navegar los océanos.

Atlántida se formó primero como una villa de pescadores, en una de las diversas islas del Atlántico; algunas de ellas, después de su transformación geológica, hoy forman parte del Mar Caribe. 

Atlántida no estuvo en el Mar Caribe, pero sí próxima a esa región, más hacia el centro del Océano Atlántico y en el paralelo horizontal de las costas de África.

Otra parte de la antigua Atlántida, y lo que quedó geográficamente de ella, se encuentra hoy en lo que ustedes conocen como las Islas Canarias, la Isla Gran Canaria, Lanzarote, Tenerife, etc. 

De esa forma podrán comprender cómo la “Atlántida Mayor” vivió una gran transformación, ya que de ser un pueblo menor, pasó a ser una civilización que se irguió entre un sistema de islas exóticas y deshabitadas.

Atlántida desarrolló una expansión material y estructural muy avanzada para aquellos tiempos, en los que no se contaba con grandes ni profundos conocimientos.

Era una civilización semejante a la raza humana que hoy existe; solo que, en su esplendor, estaba rodeada de menos elementos o factores que la pudieran comprometer. 

Atlántida se levantó dentro de un conjunto de islas que provenían de antiguos volcanes que, hasta ese tiempo, estaban inactivos. Dentro del proyecto que se preveía para Atlántida, estaba la propuesta espiritual de que ese conocimiento y desarrollo intuitivo y espiritual que la propia Atlántida había alcanzado, se extendiera para las próximas generaciones sin la necesidad de que los seres humanos comenzaran de cero para poder aprender lo que muchas veces no aprendieron.

En Atlántida hubo consciencias con altísimas virtudes, que después se fueron concretando en ideas y proyectos, que hicieron avanzar rápidamente a la civilización. 

Entre esas virtudes, había dones de Sacerdotes, Sacerdotisas, Científicos, Curadores, Gobernantes, Espejos y Guerreros, de los cuales los Guerreros se destacaban espontáneamente por su capacidad intuitiva de vigilar y de celar por lo sagrado, así como por las islas.

Atlántida fue una civilización que vivía fluidamente el contacto con el cosmos, pudiendo conocer mucho más de lo que hoy conocen los científicos del mundo y lo que captan los satélites.

Con esto podemos ver y comprender cómo Atlántida se destacó por su experiencia en la espiritualidad y en el contacto con leyes inmateriales, las que siempre han estado disponibles para el despertar de la humanidad.

De esa manera, la civilización atlante fue creciendo en experiencias espirituales, científicas y curadoras.

Toda la civilización se veía beneficiada por lo que un círculo representativo de la población, que fueron los fundadores de Atlántida, vivieron desde los primeros tiempos.

Muchos se han preguntado a través de los tiempos cuál fue la causa de la desaparición total de la Atlántida. 

En verdad, antes de que este acontecimiento sucediera, los verdaderos seres contacto, en siete períodos de diferentes tiempos, antes de la gran desaparición de Atlántida, fueron avisados y advertidos, como hoy es avisada la humanidad, que era urgente cambiar ciertas actitudes y poderes que las consciencias creían tener.

El manejo espiritual que Atlántida había alcanzado como voltaje y experiencia era altísimo. Pero en todo eso, ingresó en acción la dualidad y el deseo humano del poder sobre los demás.

Hubo un momento en el que solamente un porcentaje menor consiguió percibir la urgencia de las advertencias, y así abandonaron las Islas de Atlántida, refugiándose en lo que hoy es Sudamérica.

Pero la mayoría se cegó completamente por la ambición, por el poder y por la manipulación de la energía, lo que trajo para la civilización ciertas prácticas indebidas, las que generaron un vórtice de gran desequilibrio físico, mental y espiritual. 

Todo ese movimiento activó, en cadena, todos los volcanes que estaban inactivos. En total fueron siete volcanes que despertaron de manera sorpresiva, sin mucho tiempo para actuar, y generaron el conocido cataclismo de la Atlántida.

Las islas fueron tragadas por el océano y el fuego, y todo lo que había en ellas, sin posibilidad de hacer nada, desapareció.

Una severa Ley Universal corrigió a toda la consciencia atlante; pero los que respondieron a las advertencias se salvaron y, más tarde, recrearon sus pueblos bajo otras experiencias. 

De ahí nacieron los pueblos indígenas, los que en Sudamérica y a través de los tiempos, fueron habitando las altitudes y las llanuras.

El ejemplo de la civilización de la Atlántida demuestra que ninguna consciencia tiene poder sobre nada y que cuando no existe humildad, pobreza y amor, todo podría volverse peligroso. 

Por eso, Cristo vino para dar ese mensaje al mundo entero, para que las almas siempre recordaran la Ley de la Jerarquía y, sobre todo, la presencia de un amor no posesivo ni un amor personal; de un amor fraterno, caritativo y justo para las experiencias de la vida.

¡Les agradezco por reflexionar sobre esta historia con atención!

Los bendice, 

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE PARA LA APARICIÓN DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando el Creador pensó en el proyecto humano, contempló desde el principio la posibilidad de hacerse Él mismo criatura entre Sus criaturas.

Los seres humanos fueron creados, entre tantos seres y civilizaciones del Universo, para expresar algo que ninguno de ellos había expresado.

Fueron creados para unir las dimensiones, para expresar el amor que supera los límites de toda la existencia y que permite que los seres se unan a Dios. Fueron creados para expresar la semejanza esencial con el Padre de toda la vida.

El propósito humano es grandioso y es por eso, hijos Míos, que no se alcanza simplemente, a pesar de que todo se pueda dar con el despertar de la consciencia y la firme decisión de amar sin condiciones y de entregar todo por ese propósito de profundizar los misterios divinos en el propio corazón, como en el Cosmos infinito.

Vivir el potencial humano parece algo imposible, porque la mayoría de los seres no se abrió para experimentar verdaderamente el Amor de Dios, que son capaces de encontrar y de sentir dentro de sí mismos.

Yo les enseñé a orar, para que de esa forma cruzaran las puertas del propio corazón y, poco a poco, descubrieran la posibilidad de unirse a Dios, sentirlo y vivirlo.

Cuando un ser vive verdaderamente el Amor a Dios, hijos Míos, aunque sea por un instante, esto es suficiente para llevarlo a comprender que todo sacrificio, esfuerzo, o renuncia de las cosas del mundo y de las ilusiones humanas es poco para alcanzar la Eternidad dentro de este Amor Divino.

Sabiendo Dios que Sus hijos estaban perdidos en su evolución y que cada vez se distanciaban más de su propósito y de su verdad, y para no permitir que la humanidad  nuevamente se perdiera como tantas otras veces sucedió, su Padre Creador decidió Él mismo venir al mundo y mostrarles el camino.

Tan inmenso y misericordioso fue el impulso de Dios para la humanidad, impulso nunca antes dado a ninguna criatura en el Cielo ni en la Tierra, que toda la existencia colocó sus ojos, su corazón y su esperanza en este mundo.

Misterio entre misterios es la evolución de los hombres, hijos amados, donde los errores del pasado y la historia de antiguas consciencias universales se detienen para que se inicie una historia de redención y la revelación del Amor de Dios para toda la vida.

Aún ningún ser de la Tierra fue capaz de comprenderse a sí mismo y de profundizar, estando en vida, tanto en su origen como en el verdadero potencial de su esencia. Todos aquellos que recibieron de Dios la posibilidad de vivir la experiencia del Amor en este mundo, solo después de esta vida fueron capaces de percibir la oportunidad que recibieron.

Pero hoy, hijos Míos, ustedes son llamados a vivir el mayor milagro de este y de todos los tiempos, el milagro del despertar de la consciencia, el milagro de la unión de los tiempos, el milagro de comprender lo que fueron antes de llegar a este mundo y cuál es la esencia y el propósito de sus vidas. Son llamados a vivir el milagro de la Ciencia y de la Sabiduría Divina para comunicar al mundo Su Verdad, no solo con el verbo, sino sobre todo con la propia vida.

Hace más de dos mil años, a pedido de su Creador, reuní a los discípulos y compañeros de Cristo para que el Espíritu Consolador vertiera, sobre ellos, Lenguas de Fuego. Su misión era anunciar la Buena Nueva de la llegada del Mesías y plasmar en la consciencia y en la historia de la humanidad la presencia y el ejemplo de Dios entre los hombres.

Hoy los reúno para que el Espíritu Consolador les dé fortaleza, despierte en ustedes el Don de la Ciencia, que se convierte en sabiduría y discernimiento. La ciencia para despertar, hijos amados, la ciencia para saber cómo actuar y cómo hacerse responsables no solo por la propia redención, sino por la sustentación de este mundo en transición.

En cuanto Mis últimas palabras resuenan en el mundo, Yo les derramo Gracias en medio de la Justicia, les traigo Dones entre las correcciones, porque es necesario que sean corregidos, pero también es necesario que despierten y cumplan el Propósito de Dios.

Así como el Creador vino al mundo cuando la humanidad estaba perdiendo su propósito y les mostró el Camino, la Verdad y la Vida, hijos Míos, Él vendrá nuevamente, a mostrarles la revelación de Amor dentro del caos, a mostrarles el despertar de la Verdad en el ápice de la ilusión del sufrimiento humano. Vendrá para que sepan cómo unir los tiempos y las dimensiones y así lo hagan no solo en este mundo, sino en toda la Creación, porque no solo la Tierra necesita de redención, toda la vida debe aprender a retornar a Dios, y esto acontecerá a través de la plenitud de sus vidas y de la expresión de lo que verdaderamente son.

Yo los amo, los bendigo y con la profunda humildad de Mi Inmaculado Corazón les agradezco, para que ustedes aprendan que a través de la gratitud el Cielo se abre y el Creador toca todos los corazones del mundo.

Su Madre María, Rosa de la Paz

Aparición reservada de la Virgen María, en Piriápolis, Maldonado, Uruguay, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús

Hoy llego aquí para encontrarlos después de haber cruzado los océanos más fríos del mundo.

Hoy vengo desde la Antártida para revelarle al mundo el momento del despertar del gran continente blanco, que a pesar de ser transgredido y ultrajado por los hombres, él guarda los mayores y antiguos tesoros de la humanidad.

Soy la Señora del Continente Blanco, soy la Madre de la Antártida y hoy traigo entre Mis manos una reliquia espiritual de ese lugar para que, internamente, sea contemplada por todos ustedes.

Este es un conocimiento y es un legado muy antiguo de la humanidad, de uno de los primeros pueblos que habitó este planeta y formó parte de esta Creación viviendo una fluida e interna comunicación con el Universo.

Hoy les hablo de la antigua Lemuria, de la verdadera historia de la Lemuria, que no ha sido revelada a ningún hombre de superficie y a ningún ser de esta humanidad.

Hoy traigo un conocimiento más interno y profundo, les traigo entre Mis manos el Cofre de Cristal de la Lemuria, en el que se guarda una historia que la humanidad vivió en los tiempos remotos.

Esa historia es un hecho, fue una realidad y una experiencia, en la que los primeros pueblos alcanzaron un alto nivel de contacto con el universo y la Jerarquía Espiritual.

Es este conocimiento que hoy irradia Mi Corazón y, hoy, lo revela para todos.

Mi Corazón emana el Amor sobre la legendaria historia de la Lemuria. Pero hoy no traigo para ustedes los errores, sino los triunfos; un legado que despertará y volverá a ser asumido por la humanidad que está consciente y despierta en este tiempo.

Entre Mis manos está uno de los mayores tesoros que fue la experiencia de amor de la Lemuria, todo lo que el pueblo vivió y experimentó en aquellos tiempos. Porque no solo el conocimiento los ennoblecía, sino también el amor que expresaban al contacto que vivían.

Eso es lo que hoy necesita la humanidad para retomar el camino hacia Dios, para volver a religarse con Dios, para volver a encontrar el sentido y el motivo de estar aquí, en este planeta.

Antártida no es solo un continente físico, sino también espiritual. Es uno de los únicos espacios en el planeta que preserva la Consciencia de la Jerarquía Divina y desde allí se puede ayudar a todo el planeta.

Eso no significa, hijos Míos, que Antártida no viva las transgresiones de estos tiempos: el calentamiento global, el derretimiento de los polos, el sufrimiento de los Reinos que allí existen o aun la contaminación que la humanidad deposita en ese lugar, como en el Ártico.

Sí, existe un desequilibrio planetario. Existe un desajuste de la humanidad, no solo de su plano psíquico, sino también del emocional e interior.

Pero Antártida despertará. Antártida emergerá y no habrá ninguna consciencia ni científico que lo pueda detener. Será el momento en que la humanidad tendrá consciencia de una realidad que nunca vio.

Sus bases se mostrarán, la Jerarquía Espiritual aparecerá y será el gran y último momento del despertar para los que se animen a creer y a confiar que la Jerarquía siempre ha estado presente a lo largo de los tiempos y de las generaciones.

Pero ahora será diferente. No será como en 1988, en donde el mundo entero participó del despertar de la consciencia y de sus seres superiores.

Hoy Antártida se prepara para un gran acontecimiento, mientras parte de su continente se rompe y navega por los mares. Antártida en su interior se prepara para revelarse y para hacer consciente su sagrado conocimiento.

Y allí, en ese momento y en ese tiempo, los científicos y las naciones se darán cuenta que no estuvieron en el camino correcto para comprender qué es la Antártida y porqué fue creada hace millones de años.

Allí existen las raíces y los atributos de las culturas que hoy viven sobre la Tierra. Existe un legado muy antiguo que aún no fue conocido, pero que fue consciente y real para la Lemuria. Mucho de lo que se ha dicho sobre la Lemuria no es real.

Lemuria fue un pueblo que vivió un contacto muy profundo y que permitió, desde su experiencia, que hoy la Jerarquía Espiritual esté en el planeta y ayudando a la humanidad.

Los conocimientos de la Lemuria fueron revelados en los últimos doce años, porque la Jerarquía se preparó para ese acontecimiento.

Muchos sentirán en su corazón el continente blanco de la Antártida. Por eso, la Madre de la Antártida y la Señora del Continente Blanco hoy está aquí, en Su Consciencia espiritual y divina, para revelarles este importante momento, un momento de preparación interior y consciente para lo que vendrá.

Esta obra ha sido escogida para ser la columna y el sostén de ese acontecimiento, para soportar el peso de esa revelación y el movimiento que hará el propio continente antártico.

De sus hielos emergerán las sagradas luces, tan semejantes a las que hay en el firmamento. Sus corrientes se moverán y sus túneles se abrirán. La Luz emergerá de la Antártida para los corazones valientes que la quieran ver. No habrá método, herramienta o procedimiento que lo pueda ocultar, porque es el tiempo y es el momento de que el planeta y, sobre todo, la humanidad conozca la verdad y sepa que es parte de un legado y de una historia que aún está siendo escrita y que no ha terminado; que es parte de un origen, de una existencia y de un propósito que aún no se concretó y que deberá continuar adelante.

La Luz de la Antártida emerge y resuena ahora en los mundos internos, en el plano espiritual. Su movimiento y contundencia preparan el gran momento del despertar, en el que todo se mostrará y la humanidad reconocerá que se ha desviado del camino completamente y que tendrá la Gracia de poder retornar a sus orígenes; y se dará cuenta de que no ha cuidado del planeta, de los océanos, de los continentes, de los Reinos, de su propia raza; que hay una gran herida, espiritual y física que Antártida cicatrizará con el poder de la Luz de su revelación.

Ya no será solo inmaterial o interno, sino físico. Las puertas se abrirán, los planos mostrarán la verdad, el conocimiento emergerá y gran parte de la raza humana tendrá la chance de ser conducida hacia su propósito espiritual.

Muchos recordarán, otros sentirán nostalgia. Será la Luz de la Antártida, será la Lemuria que llegará.

En el silencio de la Jerarquía les dejo estas palabras. Esto es señal de que hay que seguir caminando; no por los que no tienen gratitud, sino por los que se esfuerzan en buscar, en su ardiente aspiración, a la Jerarquía. Y más allá de sus tempestades, purificaciones o pruebas siguen adelante, tomados de la mano de la Luz que viene del Único, de lo Divino, de la Fuente.

Que hoy sea para ustedes una realidad el gran momento del despertar de la Antártida. Sus melodías resonarán, los oídos la escucharán y muchos reconocerán su pasado y el Amor los abrazará para que puedan reencontrar a la Jerarquía, finalmente.

La Señora del Continente Blanco y Madre de la Antártida hoy los bendice y le pide al mundo entero que proteja y cuide a los océanos y a todo lo que vive en ellos, porque si no lo hacen a tiempo, no alcanzará el arrepentimiento ni la penitencia.

Eviten ingresar en las consecuencias de lo que hacen. Recen por los océanos y por los mares del mundo. Ellos padecen en consciencia lo que el hombre de superficie hoy les hace y les ha hecho a través de los tiempos.

Recuperen la dignidad de respetar y amar a la Creación.

Únanse, en esencia y amor, a todo lo que existe en este universo y estarán en la Ley, estarán en la Jerarquía.

Hoy Mi voz resuena en el universo. Hoy Mi voz hace eco en la Antártida, porque llegó el tiempo de la revelación y nos prepararemos para eso, en oración y en vigilia.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 76.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE BOGOTÁ, COLOMBIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Lo que el hombre de superficie hoy no conoce, sí lo conocieron los pueblos del pasado, porque ellos estaban en absoluto contacto con Dios. Conocían la realidad del Universo, de este sistema solar y más allá de él, sin tener herramientas físicas y sin tampoco colocar la mente para poder comprender u observar si eso era verdad o no.

¿Qué era lo que permitía a esos pueblos originarios conocer la verdad? ¿Qué es lo que los hizo perdurar a lo largo de los tiempos, antes de que llegara a América el hombre blanco?

Su cultura era la verdadera religión que vivían, porque esa cultura estaba unida al Amor de Dios y era ese Amor que les permitía a todos los pueblos conocer la Verdad y el Cosmos. De una forma simple, sencilla, ellos intentaron representar lo que vieron y reconocieron.

Pero aún la historia de la humanidad no fue completamente revelada. Por eso, anteriormente a los pueblos originarios, se abrieron en el interior de la Tierra sagrados e internos Recintos que guardaban, como un gran espejo, todo ese conocimiento mayor que fue conocido detalladamente por los pueblos del pasado. 

Esa información aún vive y vibra en esos Recintos. Es esa información y ese conocimiento que necesita la humanidad para poder volver a elevarse a la consciencia de Dios y comprender que en este tiempo han escogido al dios de las modernidades y de las tecnologías sustituyendo completamente su contacto interior con el Universo.

Por esa razón, compañeros, y a través de esta Peregrinación por la Paz, su Maestro y Señor llega a Colombia para hacerles revivir esos conocimientos sagrados de los cuales muchos formaron parte en el pasado. Es de esta forma que hoy Mis Manos retiran un velo de sus consciencias, para que su espiritualidad pueda despertar y tomen contacto con su origen y su principio.

A pesar de que muchos de los pueblos que vivieron en el pasado fueran exterminados, no fueran comprendidos ni siquiera valorados, la Jerarquía espiritual sí los reconoció y los valoró, y hoy ellos se encuentran en espíritu y en esencia no solo como cultura, sino también como hermandad dentro de esos Recintos.

Así como las guarda Colombia y todos los Andes, esa expresión de la Verdad Divina y esa profundización del conocimiento universal deben ser las bases de su apoyo para este tiempo, sobretodo, para este tiempo de transición y de tribulación.

Hoy quiero decirles, compañeros, que los pueblos de América son anteriores a Mi llegada a la Tierra. Eso fue lo que no comprendió el hombre blanco, que rechazó esa verdad, que no se sumergió en el conocimiento para poder comprenderlo y sentirlo, así como cada una de las culturas de América lo comprendió y lo sintió.

De esa forma podrán comprender hoy, compañeros, que esos pueblos son más sagrados de lo que Yo soy sagrado porque su evolución, su consciencia y despertar no solo fue medida por su unión con la naturaleza y el respeto que ellos tenían por todo lo creado, sino también, compañeros, ellos alcanzaron ese despertar y esa consciencia a través de los grados de amor que es lo que la humanidad actual necesita retomar y vivir.

Por eso, debe servir y donarse todo el tiempo porque la humanidad entera como cultura y civilización perdió los valores del pasado. Por eso, se encuentra en la situación en la cual se encuentra; por eso, las naciones viven hoy lo que viven, porque se apartaron de la sabiduría y del amor que los pueblos originarios conocieron y vivieron a través de su contacto con la Fuente Primordial.

¿Acaso en esa situación de los pueblos originarios no existe el Amor Crístico?

Claro que existe, compañeros. Por eso, ellos son tan sagrados y más sagrados de lo que Yo fui sagrado para ustedes. Porque el Padre les entregó Sus dádivas, Sus conocimientos y revelaciones así como fue con los patriarcas y los profetas.

La humanidad, a través de los tiempos, solo se localizó en la historia de Medio Oriente. ¿Pero qué fue lo que verdaderamente pasó más allá de Medio Oriente y en todos los continentes, acaso no existieron pueblos más sagrados a los que allí existieron?

Sí, existieron muchos pueblos sagrados, a lo largo y ancho de las Américas, que fueron diezmados por el hombre blanco, por la ambición del poder y de la conquista que segó completamente a sus corazones. Y al final los hizo darse cuenta que se equivocaron, más allá de todo lo que se llevaron de estas tierras sagradas, porque así como la naturaleza es sagrada, el conocimiento de los pueblos originarios es sagrado. En ellos existe un verdadero Evangelio, no como en el cristianismo. Es el Evangelio de la simplicidad, de la hermandad y de la unidad con los Reinos de la Naturaleza y de su verdadero contacto con el Universo mayor.

Por eso, Yo tuve que volver a la Tierra muchas veces, no fue la primera vez como Jesús. La humanidad siempre tuvo que ser corregida y orientada porque siempre se salió del camino de la Luz y del Amor.

Por eso, este Proyecto genético humano es tan importante para el Padre Celestial. Si América retoma sus orígenes, raíces culturales y, especialmente, su unión con el Universo, así como lo vivió en otros tiempos, muchísimas situaciones se evitarán.

No estoy diciendo que crean en Dios, sino que crean en la vida que Dios les dio; que crean en el Universo, en las galaxias, en los soles y en las estrellas que están por encima de ustedes.

Contemplen en una noche el cielo estrellado y pregúntense: ¿quién soy yo? ¿Alguna vez lo hicieron? Nunca dejen de hacerlo y el Padre les entregará Su revelación, así como Él le entregó Sus revelaciones a los pueblos sagrados. 

En todo esto, compañeros, está la unidad divina, la Presencia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo que los sagrados pueblos originarios comprendieron y vivieron de otra forma; por eso, fueron fuertemente rechazados y lastimados.

Y en verdad, compañeros, ¿dónde estaba la sabiduría, la verdadera sabiduría en los tiempos pasados?¿en Oriente o en Occidente? Hoy les digo la verdad, que la verdadera sabiduría estaba en el corazón de aquellos que vivían la pureza, la simplicidad, la humildad y la unión con el Padre Celestial.

Pero los pueblos originarios no fueron comprendidos no solo por su forma de vivir o por su cultura, sino también por su cosmogonía. Ellos alcanzaron niveles de la supraconsciencia, por lo que son los representantes de la Hermandad en la superficie de la Tierra y ustedes tienen la oportunidad, compañeros, de ser parte de esa Hermandad.

La vida espiritual no termina en los libros sagrados, sino en la verdadera experiencia de amor y de redención que cada uno puede vivir, como esos pueblos lo vivieron. Porque todo lo que tenían y todo lo que recibieron en aquellos tiempos, era sagrado y bendito para ellos.

La humanidad de estos tiempos perdió completamente la esencia de su cultura. Por eso, en este momento, es una necesidad para la Jerarquía que la humanidad de hoy, que se apartó del Padre y del camino de la Voluntad, pueda retornar a sus orígenes por medio de su servicio de amor a los pueblos originarios, porque sí, en ellos, encontrarán la esencia del amor a la Creación y a la vida. Y ustedes se sentirán parte, porque en la simplicidad estarán en comunión con lo Alto.

No vengo a pedirles lo imposible sino vengo a pedirles, compañeros, el ejercicio más simple de todos los ejercicios: es siempre colocarse en el amor y en la Hermandad de Dios, para que puedan reencontrar todo el tiempo el sentido de estar aquí en este planeta y saber que esta vida material no termina aquí, que la verdadera vida que es interna y espiritual, álmica y profunda, sigue su camino y su trayectoria así como los pueblos lo siguieron, en total confianza y en unión a la Creación.

Yo vengo a hacer revivir en Colombia esos valores para que la vida superficial y mezquina pueda terminar y sientan en sus corazones la necesidad de volver a Dios; porque será importante en este tiempo, así como lo hicieron los pueblos originarios, el buscar siempre el contacto interno con el Universo. Porque los tiempos están difíciles y más difíciles estarán; su única salida será el contacto interno con lo Mayor, con lo infinito, con la Fuente, con lo inmaterial, así como lo vivieron los pueblos originarios.

No permitan que sus raíces originales sean borradas de sus conciencias, vivan con amor y alegría lo que alcanzaron a lo largo de los tiempos, que viene de la vida del espíritu y de la unión con el Universo y así, compañeros, en nombre de toda la humanidad, estarán dentro de la vida universal así como lo está la Jerarquía.

Por eso a través de las palabras, de las enseñanzas y especialmente del amor, vengo a depositar en Colombia y a reintegrar en la consciencia de su pueblo, la oportunidad y especialmente la Gracia, de revivir esos valores culturales y espirituales que los sagrados pueblos de los Andes dejaron plasmado en la consciencia del éter de este lugar.

Esta será la oportunidad única de retomar el camino hacia el infinito y hacia el Universo y de sentirse parte del macrocosmos. Así, sus estrellas internas brillarán y, algún día, esas estrellas se convertirán en soles fugaces que iluminarán el fin de los tiempos, los tiempos de oscuridad y los tiempos de tribulación. Y la verdadera esencia divina en el centro de cada ser emergerá como una única consciencia, profundamente unida al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Y así harán valer Mi Iglesia Celestial, la que viene en auxilio de los hombres y mujeres de la Tierra y también de la Iglesia que está en la superficie de la Tierra, muy ultrajada y dolorida por sus propios integrantes.

Vengo a reencender los valores que los conquistadores y la Iglesia no conoció, que rechazaron, que repudiaron, que no reconocieron en los hombres y mujeres más simples de este planeta, que vivieron a lo largo de los Andes, en un profundo contacto interior con la Creación y con la Hermandad Divina.

Es tiempo de que las puertas a la Verdad se abran y que descubran el verdadero cristianismo que está basado en la esencia de Mi Amor, que está presente como una semilla de luz en el corazón de los que creen para que así se cumpla la Divina Voluntad.

Colombia hoy es encendida por la luz de Guatavita y de sus antepasados. Unidos esencialmente, a ustedes, rezan por ustedes y por su pueblo, en este mismo momento, implorando a Dios por Su Misericordia y Su Gracia y para que la Fuente insondable de Su Sabiduría haga reconocer a los corazones que perdieron el camino por la distracción de la ilusión mundial y que es hora de retomar el camino hacia el origen.

Unidos en amor y en esencia a todas esas consciencias sagradas y benditas que hicieron valer en la superficie de la Tierra los conocimientos de Dios y que muchos, pero muchos de ellos, se convirtieron en ese conocimiento vivo del Padre, hoy aspiro profundamente a que Colombia y todas las naciones hermanas de los Andes puedan reencender en su corazón estos valores divinos e internos que les permitirán estar en hermandad y lejos del caos de estos tiempos, para que se establezca a través de ustedes no solo la Fuente de la paz universal, sino también la Fuente de la armonía, la que curará a los corazones heridos.

Ante este escenario, ante esta coyuntura, celebraremos la Eucaristía y, por medio de ella, la reintegración en sus consciencias y espíritus de esos valores divinos, conocimientos sagrados que los pueblos originarios vivieron en nombre de la humanidad. Amén.

Cuando el hombre de superficie pueda sentir como siente el Reino mineral, como siente el Reino vegetal, como siente el Reino animal y así como siente el Reino dévico y elemental, podrá abrir su corazón a la pureza y comprender que no todo lo que lo rodea es comestible, sino que es sagrado y bendito.

Elevaremos en este momento nuestras ofertas al Universo.

Los invitamos a colocarse de pie para esta consagración de la Eucaristía.

Siéntanse en este momento, no solo dentro de una ceremonia espiritual con Mi misericordioso Corazón, sino también siéntanse partícipes dentro de una ceremonia sagrada como los pueblos originarios lo vivieron para adorar y alabar a Dios.

Este es un momento de renovación de votos, este es un momento de asumir el compromiso y es el momento de ver la verdad que puede despertar en cada corazón que cree en la realidad divina.

Elevaremos al Padre nuestras intenciones, abriremos nuestros corazones a Su Voluntad, así como los pueblos originarios abrieron sus consciencias para el conocimiento universal.

Cada uno, en el silencio de su corazón, realiza en este momento ese ejercicio de perdón y de reconciliación con el pasado para que en este presente seamos renovados por la Compasión de Dios, expresión infinita de Su Misericordia.

Los invitamos a aquellos que puedan a arrodillarse para esta consagración.

Revivimos en este momento, el legado de Amor que Cristo nos dejó a través de la institución de la Eucaristía.

Y como si fuera en aquel tiempo, ingresamos en la Última Cena y ofrecemos nuestros seres, nuestras vidas en honor al Amor de Dios y así nos renovamos, nos reconciliamos y nos unimos a la Fuente del Padre.

Jesús cuando estaba reunido con Sus apóstoles, Él tomó el pan, lo elevó y dio gracias al Padre por el sacrificio y la entrega que viviría. El pan fue bendecido. Enseguida Él lo entregó a Sus apóstoles diciéndoles: "Tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados".

Oración: Te alabamos Señor y te bendecimos (se repite tres veces). Amén. 

Enseguida Cristo tomó el Cáliz entre Sus manos, lo elevó para que fuera bendecido y reafirmó dentro de Su Ser la entrega y el sacrificio que haría por cada uno de nosotros. Luego de ser bendecido lo entregó a Sus apóstoles diciéndoles: "Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la nueva alianza que será derramada por Su Redentor para el perdón de las faltas. Hagan esto, siempre en memoria Mía".

Oración: Te alabamos Señor y te bendecimos (se repite tres veces). Amén. 

En el Monte de las Bienaventuranzas, reunido con la multitud, nuestro Señor nos enseñó la oración más simple pero más profunda que existe, el Padrenuestro. En unión al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo oraremos esa oración para terminar de consumar la consagración.

Oración: Padrenuestro. 

Nos podemos poner de pie.

Yo siempre les doy la Paz para que la vivan y la multipliquen en los corazones que no tienen nada, que viven en la soledad y en la incertidumbre, para que la paz que ustedes puedan propagar los haga renovar a todos sus hermanos, bajo el impulso del amor y de la esperanza.

Ahora sí, llegó para Su Maestro y Señor un momento especial porque ahora sus almas fueron reconsagradas a la Voluntad de Dios y con ese fin y esa causa, extenderé esta consagración, así como lo hice con los elementos, pero hoy consagraré a nuevas servidoras Mías que se comprometerán a ser el auxilio a través de los altares para aquellos que buscan la Paz y la Misericordia de Dios.

Traigan los anillos, los velos y el aceite para ungir.

Señor del Universo, Tú que concedes la oportunidad y la Gracia infinita de que todos te puedan amar, hoy Me ofrezco como Tu instrumento, como Tu amado Hijo e intercesor de las almas para que, por medio de la Misericordia alcanzada en el momento que expiré en la Cruz, las almas reciban la Gracia de siempre poder reconocerte y servirte por la eternidad. Amén.

Cubre a estas hijas Mías con el manto de Mi Madre Celestial para que siempre recuerden Su pureza original y la oportunidad de donarse enteramente, como Mi Madre se dona por cada uno de Sus hijos. Amén.

Así como las santas mujeres ungieron Mi Cuerpo herido y flagelado, hoy unjo con este aceite a las que siempre pertenecieron a Mí y que retornarán a Mí en servicio incondicional. Amén.

Yo reconozco en los más simples la Verdad de Dios.

Hoy tu nombre será Nazarena.

Tu nombre hoy será María del Renacimiento.

Tu nombre será Victoria de la Cruz.

La Sangre de Cristo, el Cuerpo de Cristo (a cada una).

Vamos a despedir a nuestro Maestro llevando el impulso de Su amor en nuestro corazón y en fraternidad nos daremos el saludo de la paz.

Podemos saludarnos.

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

El Universo de Dios es sublime y sus misterios son incalculables. Pero, antes de llegar a las alturas celestiales, hijos, deben aprender a lidiar con su condición humana y a vivir la trascendencia de las ilusiones que se presentan a los hombres por el tiempo de la Tierra y sus misterios, hasta que puedan cruzar las capas y los velos que los separan de la Verdad y del Tiempo de Dios y descubrir no solo los misterios celestiales, sino, sobre todo, descubrirse a sí mismos.

Si Yo les hablara solo de las cosas sublimes, harían de la Verdad una ilusión en sus mentes; la tendrían como una historia, pero no como una experiencia; como una filosofía, pero no como una vida manifestada en todo lo que son. Por eso, a veces les hablo del Universo y a veces retorno a su condición humana para crear un puente entre lo que piensan que son y lo que deben descubrir de sí mismos.

La Verdad ya es. Ella se manifestó en el Origen de la vida y se ocultó en la esencia y en el microcosmos de cada ser. Para encontrarla, deben buscarla como hoy buscan las cosas del mundo. Así como se empeñan en las victorias en la Tierra, empéñense en los triunfos en el Cielo.

Busquen el ejemplo de los que ya recorrieron este camino. Beban de la experiencia de los que fueron probados y trascendieron la vida humana para descubrir al Cristo oculto y vivo en su interior. A los que llaman santos, hijos, no son Dios y no son sus milagros los que los harán llegar a Él, pero sí, su ejemplo podrá inspirarlos y traerles luz para la oscuridad de la consciencia.

Para llegar a lo que está en lo Alto deben elevarse. Para llegar a lo que está en el interior deben profundizar en él. Y esta es una misión eterna e incansable hasta que retornen al Origen de la vida.

Su Padre y Amigo,

Sao José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

El silencio será tu mejor amigo en estos tiempos y abrirá las puertas de tu corazón para que encuentres el puente que te une a Dios.

La oración será tu alimento y tu sustento en un mundo donde las almas perecen por no saber nutrirse de Dios.

La paz será tu búsqueda y la encontrarás en el centro del Corazón del Padre Celestial. En ella estarán tu libertad y tu fuerza. En ella estarán tu reposo y tu contentamiento.

La ascensión es tu camino, camino marcado por Dios en las páginas de tu historia, en el diseño de tu vida. Pon tus pies en las letras divinas y comienza a caminar.

Tienes Mi bendición para esto.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo 

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

El misterio de la existencia humana es para la Consciencia Divina mayor que la renovación del amor y que la revelación de un amor nuevo. En la esencia de los hombres se guarda no solo su propia historia, la historia de la evolución de la vida y de la Creación, se guarda también, hijos, la historia del propio Dios.

Sé que lo que les digo puede parecer algo distante de aquello que experimentan como criaturas, pero lo que ocurre verdaderamente es que los seres pasan por la experiencia de la vida sobre la Tierra y no consiguen descubrir quiénes son y mucho menos expresarlo. Hasta el mismo Hijo de Dios, estando sobre la Tierra, no pudo expresar a los seres toda la verdad de Su existencia, porque ni ahora ni en aquel momento los seres estaban preparados para saber sobre ella.

En este tiempo, las revelaciones llegan como impulsos de la Verdad, pero no como la Verdad develada. Los seres reciben aquello que necesitan para cruzar el umbral de estos tiempos y comenzar a adentrar en el tiempo y en la realidad divina.

Aunque no haya llegado el momento de vivir la expresión verdadera de un ser humano, deben al menos saber que ella existe y que, a través de una simple sintonía con la Verdad, podrán vivir las pruebas de estos tiempos de una forma diferente. 

Dejen que este legado interior se haga sentir. Dejen que Dios se haga sentir en ustedes. Y tan solo saber que algo oculto está vivo en el propio corazón ya será suficiente para comenzar un nuevo ciclo, en un nuevo tiempo.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE TRIESTE, ITALIA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cada nación de este planeta guarda, en sus registros espirituales, una parte de la historia del Cosmos que debe ser transformada. La Tierra, hijos, fue pensada y creada por Dios para ser el lugar en donde el amor triunfaría más allá de todos los errores, en donde el perdón abriría la puerta a la cura, en donde la Misericordia abriría la puerta a la redención de todas las almas.

Existe una realidad que precede a la vida en este mundo, una realidad que está escrita en las estrellas, pero que pocos supieron entrar en ella correctamente y aún ningún ser humano la comprende por completo. 

Cuando Dios manifestó el planeta, poco a poco, a lo largo de la evolución humana, fue dando oportunidades para que Sus diferentes hijos, almas que necesitaban de cura y de redención, vinieran a la Tierra para vivir un aprendizaje. En cada nación, el Creador colocó una parte de Sus hijos, cada uno de ellos trayendo consigo los registros ocultos de la historia del Universo para que, a través de la redención de las almas y de las naciones, la historia del Universo como consciencia, también pudiera ser curada.

Es así que cada pueblo por donde pasan guarda más que una cultura, una historia planetaria, una evolución humana. Guarda, hijos, en lo profundo de su consciencia, un registro universal que fue diseñando e influenciando en la expresión de esos pueblos y que necesita ser curado y redimido para que toda la Creación Divina sea redimida a través de la experiencia de la vida sobre la Tierra.

Les revelo esto para que comprendan que la vida guarda misterios amplios y aún desconocidos para los hombres, pero que llegó la hora de conocerlos para que, conscientemente, puedan cumplir con su parte en este tiempo.

Por eso, cuando oren por las naciones, oren también por todo aquello que espiritualmente ellas traen consigo para ser curado y redimido. Cuando acompañen, con el corazón, el peregrinar de los Mensajeros de Dios por este mundo sepan, hijos, que es mucho más que la historia de la Tierra lo que, poco a poco, va siendo curado. Es la historia del Universo y de la Creación Divina que va encontrando cura para retornar a Dios.

Su Padre y Amigo, 

San José Castísimo

Mensajes mensuales
MENSAJE PARA LA APARICIÓN DEL DÍA 25 DE MAYO DE 2019, RECIBIDA EN LA COMUNA DE CASTEL VOLTURNO, CAMPANÍA, ITALIA, TRANSMITIDA POR MARÍA, ROSA DE LA PAZ, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hijos Míos:

Que la Luz de Mi Corazón ilumine el camino para la redención de Europa y del mundo.

Europa necesita, en este tiempo, reconocer la Luz de Dios y Su Misericordia y, más que eso, comprender su historia para redimirla y abrazar la Voluntad Divina para su futuro y, así, vivirlo.

Así como el sol nace todos los días para todos los seres de la Tierra, así también las Gracias de Dios descienden de los Cielos sobre todas Sus criaturas y Su Misericordia se derrama sobre los hombres y sobre los Reinos de la Naturaleza, concediéndoles el perdón, la cura y la redención para que alcancen la paz.

En Europa se vivieron errores milenarios y una gran ilusión se instituyó por el sufrimiento vivido en los corazones. Muchos se cerraron a Dios y a Su Gracia por no percibir que la Presencia Divina está más allá de las acciones realizadas por el libre albedrío de los hombres.

Pero el Creador, que no desiste jamás de Sus hijos, envía repetidamente a Su Sierva fiel a este mundo y, a través de los corazones simples, busca despertar en los seres la piedad y el perdón.

Con esto les quiero decir, hijos míos, que Europa debe ser el testimonio de la Misericordia Divina. El testimonio de que, cuando los seres bajan la cabeza en humildad para servir y recibir la Gracia de Dios, es posible transformar hasta la más arraigada de las condiciones humanas.

Estamos en un tiempo de milagros, milagros de redención, de cura y de Misericordia, milagros de conversión, pero no de la conversión a una religión, sino de la conversión de la condición humana.

Europa debe hablar al mundo y al Universo a través de la transformación de su historia. Así como en la Tierra, muchos errores fueron vividos en el Cosmos, y la cura y el amor que aquí despierten serán los bálsamos para redimir y transformar las raíces, de las equivocaciones de los hombres, en los corazones de los ángeles que cayeron por su ignorancia.

¿Comprenden entonces, hijos Míos, cuán importante es para Dios la redención de Europa?

Que se abran los corazones a este milagro de redención y que todos Mis hijos acompañen con fe cada uno de los pasos de Dios. No hay nada que no pueda ser redimido. No hay corazón endurecido que no pueda abrirse a la Misericordia Divina. A los que despertaron, Yo les pido que sean vehículos del Amor y de la Gracia de Dios a través de la pureza de sus corazones, comprendiendo que sus seres son instrumentos del Padre para la redención planetaria.

Que así, las raíces de la perversión y de la indiferencia humana sean arrancadas de la Tierra por el "sí" verdadero de los corazones que aman a Dios y que reconocen, en la Sangre derramada de Mi Hijo Jesús, la puerta hacia su redención.

Hoy, hijos Míos, Yo los bendigo y les dejo Mi Paz para que aprendan a llevarla a este mundo y, así, proclamen la redención de la Tierra.

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando Jesús resucitó y trajo de vuelta la vida a Sus células, a Su Cuerpo, cerrando Sus heridas, restaurando todos los niveles de Su ser, lo hizo no solo en sí mismo.

En Su Resurrección se restauraron heridas universales y cósmicas que anteceden incluso a la existencia de la Tierra. En Su Corazón, transmutaba, curaba y restauraba el pasado de toda la Creación Divina y Universal, desde las menores heridas espirituales hasta aquellas que marcaron profundamente la historia del Universo. Todas las criaturas de Dios estuvieron delante de la oportunidad de trascender el miedo por la potencia del Amor; trascender la oscuridad por la potencia de Su Luz Crística.

El Amor de Cristo traspasaba Su Cuerpo y se adentraba más allá de las dimensiones, más allá del tiempo y del espacio, tocando aquellas situaciones y consciencias que habitan en lo invisible, en lo que hasta hoy es un misterio para la humanidad, es desconocido. Ese Amor se manifestó como una Gracia, una oportunidad. La Mano Divina se extendió hacia los que estaban caídos para que un nuevo ciclo tuviera inicio, una nueva escuela que trascendía una civilización, un planeta, y hasta el mismo Universo; una escuela para todos los seres.

El aprendizaje de ese Amor se colocaba disponible para todos los que dijeran "sí". Y fue así que un nuevo ciclo de Redención comenzó para toda la vida. La historia se comenzaba a reescribir, a partir de una hoja en blanco, para que todas las criaturas caminaran el camino recorrido por el Hijo de Dios, y todos pudieran encontrar el punto de su evolución, que los tornaría dignos del Padre Creador, dignos de ser llamados Sus hijos.

Lo imperdonable estaba perdonado; lo incurable recibía su oportunidad de cura; los que estaban perdidos vieron delante de sí la puerta de su salvación. Cristo resucitó y, con Él, toda la vida se hizo nueva.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Con el libro de sus propias vidas en las manos, escriban con consciencia cada nueva página, cada capítulo, cada historia.

Construyan, con consciencia, el propio destino y el destino de esta humanidad, no en el sentido de controlar la propia existencia, sino en el sentido de dar el permiso a Dios, a través de su conducta, de sus acciones, para que Él conduzca sus pasos y sus leyes rijan sus vidas.

Escribir en el libro de la propia existencia es saber que, en todo, el Universo respeta el libre albedrío humano y aunque el Señor, su Padre, tenga la potestad de transformar todas las cosas con un solo soplo, Él espera en silencio la definición de los pasos de Sus hijos.

Por eso, hoy les digo que deben escribir en el libro de sus propias vidas conscientes de cada decisión, de cada definición, de cada acción y pensamiento, porque todo lo que emanan y manifiestan abre camino para que ciertas Leyes actúen en sus vidas.

La vida es creación y vibración. El Universo y el Cosmos se mueven sobre la base de Leyes y Rayos vivos, que provienen del Pensamiento de Dios, para dar vida a los Universos y a las dimensiones.

En este tiempo, sean más conscientes del Todo, de la Vida, del prójimo y, en todo lo que hicieran, sepan que están atrayendo hacia sus historias y hacia la historia de la Creación un nuevo capítulo, una nueva experiencia.

Es tiempo de comenzar a construir la nueva vida y esto comienza en ustedes siendo conscientes de que los constructores de esta Obra son ustedes mismos.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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