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Como una Madre Piadosa, hoy vengo para envolverte en el manto sagrado de Cristo para que tus heridas más profundas e inconscientes se puedan curar.
Vengo para purificar y limpiar las secuelas de una vida equivocada y sometida por la existencia de un mundo material.
Vengo para envolverte en el manto sagrado de Cristo, para que tus heridas del pasado sean lavadas en la Fuente de Mi Hijo.
Para que eso sea posible y Yo te pueda envolver en el manto sagrado de Cristo, debes concederme un permiso interno, para que así Yo te haga conocer todo lo que te separa de la unión perfecta con Mi Amado Hijo.
Con la Piedad en que vivo, vengo para entregarte Mi Gracia, porque ella será la ciencia que modificará las cosas profundas e inconscientes, aquellas que dificultan tu libre caminar.
Pero recuerda hijo Mío, que has venido al mundo para que algún día alcances la trascendencia y así las puertas a la rehabilitación se abran para la humanidad. En cuanto te purificas, vive la aspiración ardiente de encontrar los universos celestiales; en ese camino no te perderás porque Yo te mantendré unido a Mi Corazón de Madre.
Sé valiente y anímate a descubrir lo que la mayoría de las almas no quiere ver: la condición humana, que es lo último en trascender antes de la santidad.
Te entrego Mi Paz y Mi Amor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los cura en la Fuente Reparadora de Cristo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos Míos:
Yo soy la Madre de los perdidos. Soy el Espíritu incesante que busca a las almas que están sin Dios.
Queridos hijos, Yo soy la puerta para su conversión; ríndanse, así estarán en el camino correcto y serán guiados por el espíritu de la sabiduría y de la verdad.
Hijos, el tiempo se acorta y la humanidad entera no cree en ello, los pecados son vendidos y comprados como algo natural y superficial. Recapaciten, hijos Míos, están a tiempo.
Yo soy vuestra Madre que viene a ayudarlos y a llevarlos al cumplimiento del Propósito del amor.
Queridos hijos, no se separen, únanse cada día más. Que su búsqueda esté basada en el Amor de Dios, amor que todo lo resolverá y lo curará.
Hijos Míos, vengo a buscar lo bueno de cada uno, vengo a ayudarlos a tomar consciencia de lo que no hacen bien y de lo que ofende a Dios.
Queridos hijos, vengo a ayudarlos a madurar de corazón, deseo convertirlos en Cristos, en apóstoles del nuevo tiempo. Pero para que eso suceda, hijos Míos, su permiso será la puerta que se abrirá para que more Cristo, su Salvador.
Queridos hijos, sean portadores de Mi Paz y no difusores de la ira que ciega al corazón confiado.
Sean lo mejor que puedan ser; pero hijos, no se olviden de amar.
Yo vengo para enseñarles a caminar en la fe y en la esperanza de siempre poder ver y sentir a Mi Hijo en lo profundo del espíritu.
Justifiquen su consagración ante Dios, Mi Hijo espera que su transformación sea la prueba y la confirmación de este sagrado camino que escogieron vivir.
El tiempo nuevo los llama a una consciencia redimida por el Amor de Cristo. La hora indica el comienzo del apostolado interior.
Hijos, soy vuestra Madre y los amo; espero su respuesta inmediata, así Mis planes se realizarán en este mundo enfermo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Les concede la paz del corazón,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Como vuestra Madre del Cielo, Soy pura y digna de vivir eternamente en vuestros corazones, porque será por medio de la sagrada invocación de Mi nombre santo que ustedes se podrán curar de cualquier dolor y sufrimiento.
Hoy estoy presente en dos sagrados lugares de cura para las almas tan necesitadas de la Misericordia de Dios. Hoy estoy aquí con ustedes en la Sagrada Casa del Hermano Pío y también estoy en la Sagrada Casa de la cura para la humanidad en Aurora. Así vuestra Madre Celeste une a través del tiempo real de Dios estos dos lugares, para que recuerden que vuestra Madre Curadora y Corredentora tiene especial predilección por estos recintos sagrados, totalmente donados para las almas que buscan la verdadera reconciliación con Dios.
Como vuestra Madre Sanadora, les acerco muchas almas y esencias que en estos tiempos necesitarán de la rehabilitación del corazón y de la vida. Si el corazón no se rehabilita por la fe y por la oración, ¿cómo sucederá, queridos hijos, la cura profunda del corazón?
Por eso, desde el principio de esta obra, la Sagrada Casa del Hermano Pío y el Centro de Cura Espiritual de Aurora fueron manifestaciones de la Voluntad Divina para acoger y ayudar en la redención de una parte de la humanidad. Algún día miles de personas golpearán vuestras puertas, para pedir auxilio, recogimiento, cura y liberación, por eso vuestra Madre Celeste los viene preparando para cuando llegue ese tiempo, tiempo que estará señalado por la purificación de la Tierra.
En estas dos casas de cura he designado la presencia de ángeles, de universos celestiales distantes a la Tierra, para que guarden y amparen este sagrado proyecto. A través de la instrucción que ustedes recibieron a lo largo de treinta años, fueron formados para asumir en este tiempo esta sagrada tarea, que no se centrará solamente en procedimientos que produzcan alivio, sino que vuestro verdadero medicamento, hijos Míos, siempre será el amor.
Amor de Dios que reconstruirá vidas y liberará faltas. Amor que cerrará puertas al mal. Amor que aliviará el alma que esté condenada y presa desde hace mucho tiempo. Por eso San Pío, Vuestro Hermano Espiritual, es quien siempre los inspirará y les mostrará el camino, aquí en Figueira como en Aurora. Después de cincuenta años de estigmas y de entrega San Pío, como curador de almas y de corazones, se preparó para acompañarlos en este último tiempo de transición.
Hijos amados, ustedes cuentan con una preciosa ayuda espiritual, así nuevamente Mi Inmaculado Corazón triunfará en vuestras vidas y en la vida de los más necesitados de amor. Recuerden, hijos, el amor será la llave maestra que curará al espíritu herido.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los une a la Fuente de la Cura Universal,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Amados Míos:
Ya está finalizando la victoriosa y transmutadora misión de paz en el África. ¡Cuántas almas fueron merecedoras de la Misericordia de Mi Hijo! ¡Cuántos dolores y padecimientos internos fueron aliviados por el poder de la caridad! ¡Cuánto amor fue entregado y derramado a través de las manos servidoras de Mis misioneros de la paz! ¡Cuánto pudo hacer en este tiempo, y a través de esta sagrada misión, vuestra Madre Celeste!
Hijos, ni podrían imaginar cuántas almas pudieron reencontrar el camino de la rehabilitación y de la cura espiritual. Cuántos se vieron beneficiados por tantos días de oración en el cenáculo que fue gestado en las tres naciones africanas y principalmente en el corazón de todos los misioneros.
Hijos, cuánto tengo que agradecerles a todos por ayudar a cumplir Mis designios en este tiempo y así, Mis queridos, cuánto Yo pude mostrarles a través de cada nación, la necesidad que nunca termina de ser saciada y suplida por esta humanidad. Cuánto pudo hacer vuestra Santa Madre de Kibeho, cuántas Gracias fueron derramadas en los corazones olvidados y sometidos. Cuántas sonrisas y cuánto amor fraterno pudieron brotar de vuestros seres internos y todo esto cuánto pudo hacer en este tiempo de caos.
Si la humanidad viviera esta fórmula de paz y de caridad, el mal ya no existiría, y muchas almas podrían reencontrar el camino que perdieron. Hijos amados, cuánto hay por hacer todavía en este mundo, en cada continente, en cada nación y pueblo de este planeta. Cuántas puertas de liberación y de perdón fueron abiertas durante tres semanas seguidas, pero aún eso no basta hijos, porque hay gran necesidad de ayuda y de misericordia.
Ahora vean, misioneros Míos, cuánto hay por hacer en el Congo y en este mundo. Cuánto necesitan Mis niños del Congo de toda la maternidad y paternidad de los buenos corazones.
La última llave que les entregaré, misioneros Míos, es la llave de la filiación con Dios que cada pequeño corazón del Congo deberá recuperar; esa será vuestra última misión en África antes de partir hacia el Brasil.
Que el Congo y todos los corazones puedan volver a ligarse con Dios, con el Padre Celestial.
¡Agradezco a todos Mis hijos por haber concretado Mi llamado!
Los bendice y los ama,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En tiempos de batalla espiritual ustedes no le teman a Mi adversario; él nunca podrá vencer a ninguno de los corazones que haya profesado su consagración a Mi Corazón Inmaculado. Él podrá hacerles temblar el templo, pero el templo nunca se derrumbará, pues la fuerza que les da Mi Corazón de Luz es invencible ante todo daño y todo mal.
Hijos, vivan el ciclo de vuestra purificación como el gran momento de vuestra rehabilitación espiritual ante el Padre Universal. Sepan, queridos hijos, que vuestra purificación tendrá su tiempo y su momento final, por eso, no pierdan las fuerzas internas que les proporciona la oración.
Yo les doy a beber de la Fuente de Cura que brota de Mi Corazón Castísimo para que, renovados por Mi Amor Maternal, reciban, en esta hora, la oportunidad de volver a comulgar con el Padre Celestial.
Queridos hijos, en los tiempos que llegarán, no despierte el pánico ni el falso miedo, pues la verdadera Voluntad de Dios es desconocida por la humanidad de la Tierra. Solo traten de ser buenas personas, llenas del Amor de Dios, el que los colma todo el tiempo y busquen servir sin preferencias, para que cada una de vuestras ofertas sea aceptada por el Universo Creador como un acto de amor reparador y de cura para el mundo entero.
Amados hijos, sean el testimonio de redención que Mi Hijo espera, reflejen a todos el espíritu de vuestra transformación espiritual, así animarán a todos aquellos que no quieren vivir la transformación.
Queridos hijos, vuestra Madre Celeste los acompaña en este tramo en donde muchos cruzan los umbrales para la purificación y para la liberación interior. Escuchen Mi llamado. Acepten la mano bondadosa que se extiende hacia ustedes para ayudarlos. Vivan el tiempo de vuestra purificación como el momento del despojamiento de sí.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los acompaña siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Si vuestros corazones cursan la escuela de la humildad, ellos algún día serán puros y, viviendo la pureza del corazón, transformarán vuestras faltas y conseguirán vivir en la Misericordia de Dios.
Por eso hijos, en este tiempo trabajen ardientemente para alcanzar la pureza del corazón.
Mis rayos son derramados sobre ustedes para que, tocados por Mi Luz, siempre vivan en el Amor Redentor de Mi Hijo.
A través de vuestros pasos dados en el camino de la transformación, vuestra Madre Celeste encuentra el camino abierto para liberar a las almas de la constante perdición.
Abran los brazos y reciban en el centro de vuestras almas la Luz de Mi Inmaculado Corazón.
Están a tiempo de cambiar actitudes y costumbres que forman parte de la vieja humanidad.
Con vuestra transformación y redención inmediata, darán el sí y el verdadero testimonio al Padre Celestial, quien se complacerá en ver a Sus pequeñas criaturas dispuestas a redimirse a sí mismas.
Vuestro Maestro del Amor les ofrece la oportunidad de enmendar vuestros caminos y de seguirlo a pesar de las consecuencias. Ustedes, Mis hijos, viviendo en Su absoluta confianza, adquirirán un espíritu de fe que será inquebrantable en el momento del gran embate planetario que vivirá la humanidad.
La hora actual señala el tiempo de la conversión para dar paso a la consagración definitiva de vuestros corazones y vidas.
Hijos Míos, pasen por el ciclo de vuestra purificación renunciando a todo lo que les incomoda y abriendo los ojos al horizonte de misericordia que viene para redimir todos los males.
Mi camino se abre en vuestros caminos, por eso no pierdan la hora de vuestra rendición.
Yo Soy vuestra Madre y los sostengo entre Mis brazos para que siempre sientan la Paz.
El mundo aún no entiende la gravedad de los tiempos. Yo, en nombre de Mi Hijo, les traigo a la consciencia que llegó el tiempo de cambiar y de curar el pasado.
¡Les agradezco por responder a Mi urgente llamado!
Los cura,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Mientras la Paz verdadera se acaba en el mundo, Yo vengo a vuestro encuentro una vez más, para ofrecerles Mi regazo de luz amorosa, donde ustedes siempre y ante cualquier circunstancia podrán reposar.
De esa forma abro Mis brazos y extiendo Mis manos, llamándolos a vivir el camino de la constante reconciliación con el Padre Eterno.
Mis queridos, mientras Mis palabras de luz se expanden en todo el mundo y Mis Gracias llegan a los corazones más desprotegidos; les pido que no se cansen de reforzar la alianza perpetua con Cristo, porque así ustedes permitirán que vuestros caminos sean los caminos predilectos de Mi Amado Hijo Jesús.
Hoy llego a este lugar, al pedacito del paraíso de salvación y de rescate, el que fue construido por las manos de los simples, las que acogieron a las almas inocentes. Hoy llego nuevamente a la Nueva Tierra, para dar alivio y serenidad a todo lo que parece imposible de sanar y de curar.
Así como hoy Mi Corazón reencenderá vuestras almas y este lugar, también el Bendito Corazón de vuestra Madre iluminará los abismos más oscuros en donde muchas almas están presas cada día.
Desde el principio deseo tenerlos junto Conmigo en el Cielo, para poder establecer el Reino de Dios a través de la presencia redentora de Cristo. Pero aún ustedes deberán aprender a amar y a perdonar; muchos de ustedes deberán valorar y agradecer todo lo que con tanto esfuerzo y amor les fue entregado a cada uno.
Reconozcan hijos, que el mundo ya está en tiempos difíciles; por eso hoy les pido que valoren los lugares sagrados que Dios les entregó a través de las almas servidoras, así todos seguirán siendo merecedores de la Misericordia de Dios, de aquella Gran Fuente de Gracias que muy pocos reciben.
Las islas de salvación en las que hoy muchos de ustedes viven, son únicas en el mundo; al igual que en los Centros Marianos del mundo, ellas son amparadas por la ley de Mi Inmaculado Corazón.
Hoy los invito a la alegría, para así dar consuelo a los que no lo tienen. Hoy los invito a la reverencia y a la cura, para así dar alivio y valor interior a aquellos que los perdieron. Hoy los invito al Amor del Padre, para que este poderoso afluente se extienda a los que están vacíos y sin Dios.
Queridos hijos, ya estamos finalizando un ciclo en este planeta y está a punto de comenzar otro; los invito a fortalecer vuestra confianza en el Creador, así ayudarán a que gran parte del mundo sea digno de recibir la Compasión de Dios.
Estoy aquí entre ustedes, derramando las Leyes Divinas, para que sean renovados por Mi Espíritu y así proclamen el Amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo a todos los que sufren.
Hoy nacerá un niño interior en aquellos que se animen a encarnar el Amor de Cristo; es este Amor el que trascenderá el fin de los tiempos y los llevará a todos a alcanzar la meta final: el retorno al Corazón de Cristo.
Agradezco a los más pequeñitos por haber cantado para Mí; la voz de los inocentes acerca el mundo a la Misericordia de Dios.
¡Les agradezco en este día por haber respondido a Mi llamado!
Los bendice y los abraza fuertemente con amor maternal,
María, Señora de Guadalupe
Mientras el mundo duerme y las almas se sumergen en las ilusiones de la vida material, quiero abrir aquí una fuente de Gracias y de aliento para todos los seres. De esta forma, hijos Míos, aquellos que tienen sed de Dios encontrarán el Agua de Vida, que brotará del servicio, de la cura y de la oración en este lugar.
Quiero encender una luz en este mundo que vive en la oscuridad.
Quiero dar a conocer a los hombres la realidad superior que habita en su esencia más profunda.
Quiero demostrar a los seres la capacidad de amar que existe en lo profundo de sus corazones.
Quiero que conozcan la verdad sobre sí mismos.
Quiero que curen el pasado por medio del perdón y que se rehabiliten por medio de la redención.
Quiero que encuentren aquí, en este lugar, las llaves para ingresar en el Reino de los Cielos.
Quiero que vean con los propios ojos el camino de retorno al Origen Divino.
Por eso, Mis amados, les pido que hagan de este lugar el puente para Mi Reino, el camino hacia lo sagrado y, de cada uno de ustedes, los porteros y los celadores que conducen a las almas perdidas al verdadero despertar.
Que aquellos que tienen un antiguo compromiso Conmigo retomen sus puestos, pues ya es la hora de recomenzar a construir el nuevo futuro que nacerá en el interior de todos los seres.
Quiero de esta casa una fuente de cura, no solo para el cuerpo, sino también para el espíritu.
Quiero que aquí las consciencias puedan nacer, renacer y dejar este mundo, seguras del camino que las llevará al Padre, a la reconciliación con Su Sacratísimo Corazón.
Quiero en este lugar la presencia viva de Mi Hijo, en Su Cuerpo Eucarístico, para que sea contemplado y adorado por aquellos que se consagraron día a día a Mi Inmaculado Corazón.
Que en esta Inmaculada Casa del Alivio del Sufrimiento las almas reciban la oportunidad, que hace tanto tiempo esperan, de reconocer lo que verdaderamente son. Esto se dará hijos Míos, cuando, por medio del amor que recibieron, descubran el amor latente en el propio interior.
Que al recibirla, los corazones aprendan a dar, dar de sí a los que más necesitan en este mundo.
Los que estuvieran recibiendo esta oportunidad de cura espiritual y física, que estén en permanente oferta a Dios, de todo lo que reciben. Para eso, orarán con el corazón y con el espíritu y descubrirán en la oración y en la donación de sí la razón de su existencia en este mundo. Así brotará en vuestros corazones el amor verdadero y profundo que el Universo tanto aguarda que puedan descubrir y vivir en este tiempo.
Yo los amo y los espero en oración por este mundo tan necesitado de paz.
Jamás se cansen, hijos Míos, de entregar la vida por amor a los que no tienen a Dios.
Si Dios vive en vuestros seres, son portadores de todo el Bien y de toda al Gracia. Todas las riquezas de este mundo les pertenecen, pues no hay riqueza mayor que el Amor de Dios Vivo en Sus criaturas.
Por eso, oren y pidan al Padre por los que no Lo conocen y no descubrieron Su Grandeza infinita.
Yo los bendigo para que sigan en oración y en entrega hasta el fin de vuestras vidas y por toda la eternidad. El mundo así lo necesita.
María, Inmaculada Madre del Alivio del Sufrimiento
Yo Soy la Santa Virgen Desatanudos, que llega a vuestras vidas para liberarlas de todo mal.
Yo Soy su Santa Madre Universal, la que os acoge bajo Su manto universal de Paz, para que los asedios del enemigo no los saque del camino en el que Dios los colocó.
Hijos Míos, miro al mundo y veo que muchos aún duermen en la ilusión de la vida material, otros piensan que están despiertos, pero aún están atrapados por los engaños del enemigo y en lo profundo cultivan el deseo de realizarse en la vida material. Muy pocos son los que están verdaderamente despiertos y que ya disolvieron todas las expectativas relacionadas con la vida en la materia, para entregarse por completo a la vida del espíritu.
Mis amados, Yo les pido que oren, porque dentro de la oración encontrarán todas las llaves que necesitan como humanidad. No es solo a la oración a donde Yo los quiero conducir, sino que es necesario que comprendan que la oración es la llave maestra que abre todas las puertas del universo celestial.
La oración les traerá el despertar, les traerá la protección que necesitarán, sobre todo para vuestras almas. La oración les traerá la comprensión de todas las dudas, les traerá discernimiento en las decisiones más definitivas. La oración disolverá las influencias del enemigo sobre vuestras mentes y sobre vuestros corazones. La oración les traerá cura, les traerá Paz.
Mis amados, Yo tengo potestad para mover los universos y a pesar de eso, la única herramienta con la que cuento es la oración verdadera y pura, que puede transformar cualquier obstáculo, disolver cualquier tipo de oscuridad y activar en el universo los Espejos de Luz que irradian al mundo.
Descubran en este tiempo el poder de la oración. Arriésguense a traspasar los límites de la materia y de la ilusión de la vida material, para descubrir el poder del verbo emitido desde el corazón.
Mis amados, si creen en Mi presencia y confían en Mis palabras, jamás dejen de orar. Jamás permitan que el enemigo coloque en sus vidas prioridades superiores a la oración diaria, porque más allá de lo que necesitan construir en este mundo, deben construir la fortaleza interior a través de la oración.
Los frutos generados por los esfuerzos materiales se disolverán al final de esta vida en la materia, pero los frutos entregados a través de la oración definirán no sólo lo que vivirán en este mundo, sino todo lo que podrán experimentar en los próximos, por toda la eternidad.
Mis queridos, sumérjanse en el universo de la oración. Oren, oren todo el tiempo, así darán espacio para que sea Dios quien actúe en sus vidas.
Yo Soy la Desatanudos, la que sostiene en las manos las dificultades de aquellos que se entregan a Mi camino de Paz y por medio de la oración disuelve todos los nudos de esta cuerda que los debe llevar a la vida superior. Aférrense firmemente a esta cuerda que lanzo al mundo y permítanse elevarse al Reino Celestial.
Yo los amo y les pido incansablemente: oren, oren y oren, pues aún no descubrieron el verdadero poder de la oración.
Yo los bendigo siempre.
Santa María Desatanudos
Queridos hijos Míos:
Que en vuestros rostros hoy pueda surgir la sonrisa y la alegría de volver a encontrarse Conmigo.
Yo regreso a la ciudad de Betim debido a la respuesta que todos Mis hijos Me han dado para estos tiempos.
Hoy vengo con la esperanza de derramar Mi Divina Piedad sobre los corazones necesitados. Mis brazos de Madre se abren para acoger a cada una de vuestras vidas.
Como Reina y Salvadora de almas Yo conozco vuestros pesares, dolores y aflicciones; vengo para traer el Amor que tanto buscan en este mundo.
Nuestros Sagrados Corazones, recogen vuestras ofertas sinceras para que ellas sean contempladas por el Corazón Amadísimo de Dios.
De esta forma Mi Proyecto se cumple a través de los buenos servidores e hijos Míos que en devoción responden a Mi llamado.
Llego a Betim con la esperanza de reabrir las puertas a la conversión y a la redención que muchos necesitan vivir para estos tiempos. Yo guardo el Don de Dios, el que les permitirá alcanzar la redención y la paz; este Don tan preciado por el Padre se llama: Amor, el Amor del corazón.
Mi propósito es que desde aquí, desde esta ciudad y desde todos los pueblos que viven humildemente la devoción a Mi Inmaculado Corazón, puedan surgir grupos de oración renovados por el Espíritu Santo, que en este día Yo les traigo en nombre del Amor de Mi Hijo Resucitado.
Oro por ustedes todo el tiempo, y les digo que ahora el Cielo necesita de todas vuestras vidas para poder Obrar y cumplir el Plan de Paz que el mundo tanto necesita.
Hoy recibo de vuestros corazones las verdaderas urgencias y necesidades de cura física y espiritual, pero el verdadero milagro que existe para vuestras vidas es permanecer en Dios y con Dios por encima de todas las cosas.
Mi Espíritu Maternal e Inmaculado los quiere animar a servir plenamente, porque solo a través de la caridad y de la donación, el mundo como totalidad podrá equilibrarse.
Con este fin Yo visito sin tiempo y sin demora a las grandes ciudades, lugares en donde se encuentran Mis preciosas almas, aquellas que deben ser retiradas, a través de Mi intercesión, de los engaños y de los desvíos del enemigo.
Cuando vuestros corazones se encienden por la oración y por el canto, las Puertas Mayores y Supremas de la Cura, de la Misericordia y de la Redención se abren al solo escuchar el clamor y los ruegos de las almas simples.
Recuerden, que Yo Soy Vuestra Mediadora y Señora de la Piedad.
Desde el Cielo les traigo la oportunidad de reencontrar el camino de la Luz y, así, Yo los separo de las tinieblas, curando vuestros corazones.
Por todos los que en estos días, se dedicaron a responder de forma inmediata a Mi llamado, ¡Yo les agradezco ahora y siempre!
El Cielo los bendice en Gracia y en Misericordia.
Vuestra Madre María, Señora de la Piedad y del Cielo Azul
Yo regreso a cada ciudad para que Mis hijos triunfen a través de Mi Inmaculado Corazón, para que así Mis planes de Paz se cumplan en este mundo tan sufrido y dolorido.
Queridos hijos, regreso al corazón de Brasil para instaurar, de forma definitiva, la devoción al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María; pero esto será posible, solo a través de la adhesión que todos Mis hijos realicen sin demora y sin perder tiempo, porque Mis pedidos son especiales y divinos para estos tiempos donde falta la paz en el interior de muchos seres de la Tierra.
América deberá seguir trabajando como una única Nación Espiritual para establecer, en este tiempo, el Reino de la Paz y de la Conversión. A través de la unidad y de la oración se fusionarán, por la acción del Espíritu Santo, todos los grupos de almas en un mismo Propósito Redentor.
En cada ciudad que visito derramo el poder de las Gracias, las mismas que alcancé en Mi pasaje por la Tierra. Gracias que fueron sembradas por los Ángeles del Cielo, en honor a Dios y al Plan Redentor de la humanidad.
Queridos hijos, con este fin Yo vuelvo a Brasilia, para establecer Mi Reino Inmaculado de devoción y oración en un grupo mayor de almas, las que despertarán a tiempo para responder a Mi llamado. El Cielo hoy reúne los poderes de la Misericordia de Dios, a través de la oferta de Mi Inmaculado Corazón, para que un mayor número de hijos encuentre la cura y el perdón.
Vengo a anunciar la paz en el corazón de todos los que no la tienen, para eso necesito de vuestra determinación y unión Conmigo; como Madre, Yo podré elevarlos al Cielo y hacerlos encontrar con la Gran Consciencia de Jesús y así retornarán a la Casa de Dios, la que está muy olvidada por este mundo.
En este día, queridos Míos, Mi inspiración divina será despertarlos a la consciencia universal del poder de la oración, para que de esa forma resuelvan a tiempo todo lo que no los une con Dios y con Su Proyecto de Amor.
En Gloria, desciendo del Cielo para levantar del suelo a cuantos han caído por el sufrimiento y la desesperación; Mi Esperanza para con ustedes es prometedora y verdadera, para quien solo abra su corazón.
Todo el tiempo rezo por ustedes, rezo por la paz en vuestros corazones, rezo por el fin de la guerra espiritual, la que habita en la mente de los hombres injustos. Rezo para que la humanidad no continúe perdiéndose, rezo por los que se consagran y por los que se alejan de Dios sin percibirlo; Mis rezos son por todos ustedes y por el mundo.
Yo adoro al Padre y lo Glorifico para que nunca deje de derramar Su Infinita Misericordia en cada uno de Mis hijos. Yo recorro ciudades y naciones para despertar a nuevos soldados de la paz y de la oración, porque la urgencia de redención y de un gran cambio en la consciencia es inminente; por eso Yo rezo, para que el Ángel de la Justicia de Dios no venga al mundo a mostrar lo que no está bien en la humanidad ilusionada y dormida.
Deseo que recen Conmigo todos los días, que no olviden de hacerlo, porque la copa estaba media llena y ahora se está colmando más de lo que Yo esperaba. Solo a través de vuestra transformación el mundo se convertirá y alcanzará la paz.
El Universo de Dios aguarda vuestras ofertas y sacrificios, y por más pequeños que sean e insignificantes que parezcan, todo será contemplado por la Divinidad. Yo vengo a despertarlos, vengo a llamarlos y activarlos para el servicio y para la oración por los que no adoran, no esperan ni aman a Dios. Vengo del Cielo con la esperanza de revertir los graves ultrajes que muchos de Mis hijos siguen cometiendo. Yo vengo para evitar que se aplique la Ley y la Justicia de Dios, algo que la humanidad no conoce ni sabe.
Como Intercesora, Yo vengo para acercarlos al Corazón de Jesús, vengo para anunciar Mi último llamado antes del regreso de Cristo al mundo.
Queridos hijos, Yo vengo para escuchar vuestro SÍ, determinante para el tiempo final.
¡Agradezco a Mis hijos de Brasilia por haber respondido una vez más a Mi llamado por la Paz!
Deseo que ellos sepan que estoy verdaderamente muy agradecida.
Mi Paz y Mi bendición estén sobre cada uno de ellos.
Les agradece ahora y siempre,
Vuestra Madre María, Reina de la Paz y Madre de Brasilia
Conságrate a Mi Corazón, para que Yo pueda llevarte al Reino de los Cielos en corazón y en consciencia y así tu alma sea un instrumento de Dios.
Conságrate a Mi Corazón, para que a través de ti, toda la humanidad viva la santidad y la consagración de su esencia.
Conságrate a Mi Corazón, para que este mundo esté unido perpetuamente al Corazón Sacratísimo de Mi Hijo, este que traigo como un regalo celestial para la humanidad.
Conságrate a Mi Corazón, todos los días para que tu alma no corra el riesgo de perderse en este camino tan lleno de sombras y de engaños.
Conságrate a Mi Corazón, entregándome tu vida y todas las virtudes, para que Yo pueda disponer de ellas para la salvación de todas las almas.
Conságrate a Mi Corazón, y sé un ejemplo de vida para las criaturas.
Conságrate a Mi Corazón, y sé el hilo que conduce la evolución de los Reinos Menores, que encontrarán en ti el camino para la evolución.
Conságrate a Mi Corazón, incansablemente, para que no te venzan las tentaciones de este mundo.
Conságrate a Mi Corazón y sé la alegría del Corazón de Dios, para que encuentre en ti el motivo para interceder por la humanidad.
Conságrate a Mi Corazón y no bajes los brazos; sé un soldado incansable de este ejército de Paz.
Conságrate a Mi Corazón, hijo Mío, hija Mía, para que así se cumpla el Plan de Dios para este mundo.
Camina rumbo a la consagración de la vida permanentemente.
Cuenten siempre con el auxilio de Mis brazos maternales, cuando caigan en el piso y sinentan que la opresión de este mundo es mayor que vuestra capacidad de levantarse.
Hijos queridos, quiero que den ejemplo de consagración en este mundo, para que a través de aquellos que responden a Mi Llamado, todo este planeta se encienda y las almas despierten a la consagración al Divino.
Hoy traigo en Mis manos el Corazón Sacratísimo de Mi Hijo que con amor entrego al mundo, para que puedan fundirse con Él, por los siglos que vendrán.
Pido a este planeta y a todas las almas que Me escuchan que no se aparten de Dios, que no finjan no escuchar Mi Llamado, porque cada uno de los que Me escucha tiene un compromiso mayor Conmigo, una misión entregada a Dios, un propósito que vivir.
Mis amados, Mi Corazón llega al mundo en este tiempo para revelar verdades que estuvieron ocultas por mucho tiempo y que pocos corazones pudieron develar los misterios que las ocultaban. Pero para que Mis manos retiren los velos que cubren los ojos de la humanidad, necesito almas que puedan auxiliarme y que puedan sostener el Poder de Mis palabras.
Hijos queridos, es necesario que existan almas consagradas al Señor, para sustentar el peso de Su Justicia Divina y también el Poder de Su Misericordia; que puedan sujetar a los que están caídos y levantarlos otra vez.
Por eso quiero que sean fuertes como un brazo de Dios en este mundo, que sean firmes y decididos; que no haya dudas ni temores en vuestros corazones; que no sean tibios, que no sean débiles sino que entreguen al Padre vuestras flaquezas y abran el espacio en vuestros corazones, para que el Espíritu Divino del Creador ingrese con toda Su Gloria y Majestad y que se tornen incansables e invencibles en el Corazón de Dios.
Sepan que de Dios proviene todo el Poder del Universo y aquel que está en Su Omnipresencia, no perecerá.
Por el Poder curador del Reino Celestial y por la Cura que emerge del interior de este mundo, Yo los bendigo y los protejo. Yo los guardo y los conduzco al Reino de Dios, a Su Corazón.
María Señora de Aurora y Reina de la Paz
Mis muy queridos y amados hijos:
Hoy, estoy aquí como he estado en los últimos siete años, para traer la paz al mundo y dejar en sus corazones la huella insondable de Mi Amor.
En todo este tiempo, el Padre Me ha permitido liberarlos, redimirlos, rehabilitarlos, curarlos, darles Gracias y protegerlos dentro de Mi Corazón. Me ha permitido renovarlos en la fe, curar a sus familias y darles un camino de esperanza en el cual colocar sus pies y así poder ayudar a esta humanidad amada por Mí y por Mi Hijo.
Después de tantas bendiciones, Yo, la Reina del Cielo y de la Tierra, vengo en humildad a pedirles que guarden todos estos tesoros en el corazón y que no permitan que nada se los haga perder. Guarden, en lo profundo de las almas, esta preciosa joya del espíritu que Dios Todopoderoso Me ha permitido entregarles.
Hijos Míos, vengo a implorarles que no bajen los brazos, que recurran a estos tesoros que el Cielo les entregó para poder enfrentar los tiempos que vendrán;un nuevo ciclo que los necesita encontrar más maduros y plenos en el Amor de Mi Hijo. Él los prepara en este tiempo para que construyan con sus vidas, en este mundo, el camino por el cual retornará y liberará definitivamente del dolor y la opresión a esta humanidad. Estén seguros de que cuando caminen a Su lado, recordarán cuando la Reina de los Ángeles les decía que, unidos en la fe y en Dios, lo lograrían.
He estado observando a este grupo de almas que, a través del impulso que ha recibido de los Mensajeros Divinos, ha podido fortalecer su fe y traspasar el umbral del dolor. He contemplado con Mis ojos de Madre misericordiosa a aquellos que todavía no se han animado a entregarme sus corazones; pero espero amorosamente ese bendito día, en el cual confíen plenamente en lo que les digo y en lo que les ofrezco: el puente seguro hacia el Corazón Glorificado de Cristo. ¿En qué otro lugar querrían estar?
Hoy, en el esplendor total de Aurora, vengo a agradecer a todos los que han construido este altar de final de tiempo para que Yo pueda depositar terafines de cura y redención para todo el planeta. Porque cuando Yo ya no venga cada mes a estar con ustedes, porque ya estarán viviendo un nuevo ciclo, Mis Gracias permanecerán aquí, a donde todos podrán venir a beber.
Amados hijos Míos, les dejo Mi Paz, Mi Amor curador y un eterno agradecimiento por haber respondido a Mi llamado.
Los cubro con Mi Manto de Paz,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Como almas servidoras, eleven la bandera de la persistencia, de la sabiduría, de la humildad y de la valentía del corazón, para que puedan seguir marchando en dirección a Mi Reino, en dirección a la Redención de este mundo.
¡Oh almas por Dios convocadas!, para aprender en este mundo sobre el Amor y la Unidad, les pido que no bajen los brazos, que no se cansen de caminar, pues aún será larga la trayectoria de vuestras vidas.
Algunos partirán en breve, dejando para la Tierra el legado de sus aprendizajes; otros proseguirán en este mundo para aprender un poco más de todo lo que este planeta les puede ofrecer.
Congregué bajo Mi manto a aquellos de Mis hijos que, con valentía, Me entregaron todo y caminan con fe hacia la manifestación del Grandioso Plan de Dios y hoy los impulso a dar un paso en sus consciencias, un paso interior, más que un paso físico.
Cada uno busque, en Mi presencia, la fuerza para transformar aquello que hasta hoy no consiguió, porque traigo para vuestras vidas la posibilidad de una transformación intensa y permanente.
Quiero que manifiesten en estos campos el Reino de Cura Universal para las almas que buscan Redención; también que sean todos curadores de este mundo, junto a Aquellos que en los planos del espíritu trabajan incansablemente para Dios.
Veo muchos corazones que se angustian porque no consiguen descubrir el camino para dar los pasos en sus vidas. Hoy les digo, Mis pequeños, que están sobre uno de los recintos más sagrados de este mundo, por eso sus consciencias viven en una purificación permanente. Pero alégrense, porque esa purificación permitirá que en un tiempo futuro, puedan servir con perfección a Dios.
En vuestras vidas comienza a emerger todo lo que la humanidad como un todo debe transformar, por eso a veces, se vuelve tan difícil caminar en dirección al Hombre Nuevo. Utilicen entonces todos los impulsos que Dios les entregó y les entrega hasta el día de hoy, para que no sean arrastrados por las olas de imperfección que existen dentro de cada uno de vosotros y que, de vez en cuando se hacen presentes.
Mis amados, alegra Mi Corazón ver una familia tan grande, tan determinados corazones, que aceptaron cumplir con la Voluntad Mayor.
Quiero que puedan confiar más los unos en los otros y que, juntos, puedan establecer en estos campos el Reino de Nuestro Señor, de Nuestro Padre Celestial.
Arriésguense a vivir la verdadera fraternidad, a amar con el corazón, cada día un poco más. Dejen emerger las virtudes que guardan bajo siete llaves. Vivan algo nuevo todos los días, renueven la aventura de entregarse a Dios. Superen las barreras de la vida, enfrenten las dificultades y no se escondan de ellas. Vayan al encuentro de lo que les parece penoso y venzan el miedo de dar un nuevo paso en vuestras consciencias.
Amen los reinos de la naturaleza y descubran en ellos una fuente para la transformación de vuestras almas. Si quieren dar un grandioso paso, permítanse conocer más profundamente los reinos que los rodean. Compartan sus vidas con ellos y pidan al Padre que les abra el corazón, para que puedan al fin, comprender de qué forma deben actuar con esos tan amados reinos, esas expresiones del Amor Divino, que son ultrajados en este mundo.
Mis amados, entre Mis palabras les entrego muchas llaves, tómenlas y abran las puertas de vuestros corazones.
Les agradezco por estar a Mi lado y por ser fieles compañeros de los Mensajeros de Dios.
María, vuestra Madre y Reina Universal
Hoy Nuestra Señora apareció como la Señora de la Caridad, que es una manifestación nueva que se está aproximando a nosotros, es otra faz de Su tarea, que nos está invitando a conocer.
Esa manifestación de Nuestra Señora de la Caridad existió en el mundo y Ella pidió a las hermanas de la Red de Oración, que acercaran a todos los grupos de San Pablo la historia de esa manifestación que sucedió en la Isla de Cuba, ya que los grupos realizarán una tarea con Nuestra Señora de la Caridad.
Hoy Nuestra Madre vino con un niño en brazos, pero no era el Niño Jesús. Ella vestía ropas bien simples, como en la época de Nazaret. El niño que Ella trajo en brazos era un niño africano, que representaba uno o dos años de edad. Nuestra Señora abrazaba fuerte a este niño y nos lo presentaba.
Después, Ella indicó una tarea para este grupo, la cual fue transmitida en el mensaje que nos entregó. En el momento del mensaje Ella nos decía que la humanidad no tenía consciencia de cuántas faltas aún tiene como humanidad y, principalmente, entre las naciones. Dijo que cuando Ella se manifiesta como Nuestra Señora de la Caridad, es para que tengamos una referencia consciente de cómo aliviar las faltas que tenemos con África, lo que en el caso del Brasil todavía no está resuelto.
El Padre hizo un pedido a Nuestra Señora y le encomendó a este grupo de oración que orara por las almas de África, y si el grupo hiciera eso ayudaría a resolver muchas cosas. Ella dijo que necesita especialmente que este grupo se uniera a Nuestra Señora de la Caridad y que, cuando el grupo de oración conociera la historia de esta faz de Nuestra Señora, comprendería lo que Ella les pide a través del mensaje.
Ella no solo quiere que el grupo continúe trabajando como lo ha hecho hasta ahora, sino que crezca un poco más en las tareas. Ella se propuso acompañarlos en esa oración por África. Este camino de oración que el grupo realizará, y que será por un tiempo indeterminado, deberán hacerlo por intermedio de San José; él deberá ser el regente de ese trabajo.
María nos dijo que todo deberá ser encomendado a San José. Lo que reciba San José de los grupos, también lo recibirá la Madre Divina.
Le preguntamos por cuánto tiempo sería la tarea de oración y Ella nos respondió que cada uno sabrá hacer su oferta, pueden ser días, semanas, meses o años, dependerá del compromiso que cada uno quiera asumir ante este pedido. Ella solo necesita de una ayuda, Ella conoce nuestros potenciales.
Al final Nuestra Señora dijo algo importante: que los grupos de oración del Estado de San Pablo tienen esa tarea importante de coligarse con la manifestación de Nuestra Señora de la Caridad y que no era por acaso que Nuestra Madre había pedido reabrir el trabajo de servicio en San Pablo. Ella no solo nos llama a servir, sino que llama a todos los que una vez sirvieron a través del Núcleo de Figueira en San Pablo.
Nuestra Señora dijo en esta noche que Ella quisiera que todos los grupos de San Pablo fueran en algún momento un solo grupo, por eso Ella peregrinará por todos. La tarea de Nuestra Madre es despertar el talento que los grupos de oración cultivaron mediante el trabajo espiritual. María viene para abrir esa puerta y para que podamos tener consciencia de qué es lo que debemos hacer en este tiempo.
Recuerden, Mis queridos hijos, que Yo vengo al mundo para aliviarlo y separarlo rápidamente de las consecuencias graves que trae el pecado cometido por toda la humanidad.
Abriendo Mis brazos de Madre en esta noche, los consuelo y los animo a la búsqueda permanente de la verdad que existe en vuestros corazones. Cuando la sed de un alma es saciada, otra sed despierta en aquellas almas que no viven el Amor de Dios. Así Yo los conduzco como rebaños de Mi Hijo, para que puedan cumplir con una parte de la Divina y Gran Voluntad del Padre Eterno.
Por eso hoy manifiesto y anuncio para este grupo que él vive, sin saberlo, el don de la cura de todas las cosas de la vida a través de la fe, energía primordial que siempre les permitirá caminar hacia adelante y superar las pruebas.
Queridos, lo que fortalece la fe es la renuncia a lo que más le apetece al alma y, principalmente, a la personalidad. Yo, con Mi Gloria y Amor, les vengo a enseñar cómo morir a ustedes mismos, esto ayudará a que vuestros espíritus nazcan a la misión que vinieron a cumplir.
En esta noche los reúno bajo un propósito fundamental, que es servir a vuestros semejantes por medio de la fe y del poder de la oración que Yo les he revelado en estos últimos tiempos.
Dios desea de este grupo un crecimiento en el espíritu de la humildad y de la caridad, así como almas podrán responder a Mi llamado.
Queridos hijos Míos, mientras gran parte de África padece la miseria espiritual, Yo les encomiendo orar por estos hermanos implorando a San José Castísimo por todas estas preciosas esencias que viven la aflicción en carne propia y padecen el hambre material y espiritual. Si ustedes, al menos por un tiempo determinado respondieran a este, Mi especial pedido, vuestra nación será liberada de las faltas graves que ha ocasionado a África a través de la esclavitud y de la colonización espiritual sobre estos hermanos.
Agradeceré que vuestra fe abrace Mis Divinos Misterios. Nos encontraremos en la oración del corazón y en el silencio interior.
¡Les agradezco ahora y siempre por responder a Mi llamado!
Vuestra Madre Peregrina, Señora de la Caridad
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Cuando estábamos en las últimas Ave Marías, apareció dentro de la sala una paloma de luz que descendió desde el universo en dirección a la casa.
Nos llamó la atención que la paloma actuara de manera inteligente, mientras descendía, hizo algunos movimientos. Por ejemplo, en el momento en el que se aproximaba a la casa, abrió una puerta de luz sobre el lugar donde nos encontrábamos.
La paloma aleteaba con gran fuerza y determinación, se mantuvo aleteando por mucho tiempo y de sus alas emanaban rayos blancos y los expandía por todo el lugar. Parecía que la casa estaba siendo purificada y otra nueva energía estaba ingresando, como si fuera un nuevo ciclo.
Vimos y sentimos que esa paloma representaba al Espíritu Santo. Cuando la paloma apareció, vimos que alguien la había hecho surgir de algún lugar; vimos unas delicadas manos que soltaron a esa paloma en el espacio y así, supimos que había sido la Madre Divina que la había hecho aparecer.
Luego, la paloma desapareció del espacio de la casa y Nuestra Señora se aproximó. Ella hoy se manifestó especialmente dentro de un canal de luz celeste, vimos que estaba descalza, Sus pies estaban rodeados por una nube blanca y Su rostro expresaba bondad.
Después, Ella nos dijo que escribiéramos Su Mensaje para este grupo de oración y al final agregó que transmitiría un Mensaje para cada grupo de oración que visitáramos durante estos días.
Ella estará haciendo una tarea especial con cada uno de los grupos de oración, como si fueran un solo grupo. Esta tarea que realizará durante estos días, en el estado de San Pablo, tiene un propósito mayor que ahora nosotros desconocemos.
Estará actuando a través de nosotros como Mediadora y hoy nos dijo que la Gracia de Su Hijo Jesús fue lo que le permitió realizar esta tarea aquí, en el estado de San Pablo.
La Madre María nos dijo que la Gracia que le permitió, por intermedio de Su Hijo Jesús, llegar hasta aquí, proviene de lo contemplado por Cristo; contemplación que realizó de los grupos de oración durante estos últimos años y los pasos que estos grupos dieron a través de la instrucción y del servicio.
La Virgen María dijo que para Cristo todo eso tenía un valor espiritual, que representaba una riqueza espiritual para todas las almas y que los Sagrados Corazones necesitan de esa riqueza espiritual para poder obrar.
Queridos hijos Míos:
Con alegría y bondad, en este día, Yo desciendo del Cielo, dando respuesta a su precioso llamado.
He venido con la misión espiritual de que esta sagrada casa, la que hoy Yo visito y he visitado dada la necesidad de muchos corazones pobres de espíritu, se consagre con su permiso y caridad como el nuevo núcleo de servicio para los más necesitados.
Ustedes, Mis hijos, abriendo las puertas de sus corazones, permitirán que su Maestro y Guía sea el Señor Jesucristo; Quien en el pasado dio la vida por ustedes y ahora, mediante Su Misericordia, Yo vengo a su encuentro para pedirles esta misión.
Desde el principio, deben saber con quiénes tratarán. Les pido que, a través de la fe de San José, aprendan a derramar caridad y bien a los que en verdad llegarán a su encuentro.
Quiero confesarles que el don de su grupo de almas es el servicio por medio de la cura, cura que descubrirán mediante el acto de la oración y de la unión confiada a Mi Corazón Inmaculado.
Como a tantas otras almas, Yo vengo a llamarlos para que den el paso con confianza. Años de instrucción y formación sirvieron de apoyo para la madurez de sus corazones. Ahora, a la puerta de sus vidas llegarán almas sufridas, solitarias y vacías, que hace mucho tiempo no encuentran al Dios del Amor.
Sepan, Mis amados hijos, que Cristo está entre ustedes. Él desea hacerse sentir más fuertemente cuando tan solo crucen el umbral del Universo Mayor. Esta misión tendrá un tiempo previsto y grande será la necesidad que ustedes verán en los rostros que vendrán a buscar un nuevo alimento espiritual para nutrirse y saciar la sed a través del Agua de Vida.
Su permiso abrirá las puertas que Yo deseo abrir desde hace tanto tiempo. La oración siempre será su gran consoladora.
¡Les agradezco por haberme recibido!
Los amo y los bendigo desde el principio!
Vuestra Madre María, Señora y Madre de la Caridad
Como las rosas que se abren durante el amanecer, Mi Corazón se abre en este día a través de los siete rayos, para que ustedes, Mis queridos hijos, puedan comprender los misterios sagrados que Yo guardo.
Yo Soy el Gran Corazón Mariano que irradia los siete rayos. Yo Soy el rayo de la Voluntad-Poder, a través de Mi Corazón el Padre manifiesta y realiza Sus obras de Paz; así Mi Corazón, a través de la Voluntad de Dios, convoca a todas las criaturas para que ellas vivan la Sagrada Voluntad.
Yo Soy el rayo del Amor-Sabiduría, a través de Mi Corazón el Padre manifiesta la Fuente de Su Amor y de Su Unidad para toda la Creación.
Yo Soy el rayo de la Inteligencia, a través de Mi Divino Pensamiento, el Padre concreta Sus preciosas ideas y todo lo que es pensado por la Mente Divina encuentra espacio y lugar para manifestarse.
Yo Soy el rayo de la Armonía y de la Cura, a través de Mi Maternidad, el Padre cura a los corazones, los redime y les abre una puerta hacia la redención.
Yo Soy el rayo de la Ciencia, a través de Mi Verbo el Padre manifiesta Su Poder Científico y Divino, y todo lo que fue creado puede vivir nuevamente su configuración , porque la Ciencia Divina es el camino que concreta los planes del Creador.
Yo Soy el rayo de la Devoción, a través de Mi Oración Perpetua, el Padre alivia a la humanidad. Los universos, soles y estrellas se congregan en sus espacios para dar de tiempo en tiempo, un impulso espiritual de luz a la humanidad. Mi Devoción se enciende en los corazones simples y el poder del rayo de Mi Devoción puede mostrarse en las almas buenas, en aquellas almas que saben escuchar el corazón.
Yo Soy el rayo del Ritmo y del Ceremonial, a través de Mi Existencia, el Padre ordena la vida espiritual y material, gesta una oportunidad única de poder comulgar con la Fuente Mayor, en todos aquellos que siguen Mi llamado.
Mi Corazón Universal es el regente de todos los rayos, porque los diferentes rayos también se expresan sobre la vida planetaria y ellos son como grandes caminos para poder vivir las experiencias de fe, de amor y de compasión.
Deseo que Me conozcan también como la Sagrada Madre de los Rayos, así reconocerán en Mi presencia la fiel y poderosa Divinidad de Dios, que es desde el principio la Fuente del Amor y de la Verdad.
Dios envía Sus primeros siete rayos, para que la humanidad pueda saber que ella aprenderá y evolucionará a través del camino y de la vida de esos rayos; de esta forma, ningún alma quedará sin recibir la oportunidad de aprender y de crecer.
Los Sagrados Rayos de Mi Corazón son leyes divinas que podrán consagrar nuevamente vuestras vidas.
¡Agradeceré a que los valientes busquen los rayos de Mi Corazón!.
¡Gracias Noruega por abrir la puerta a las Gracias y a la Divina Oportunidad!.
María, Suprema Madre de los Siete Rayos
Las flores de luz que nacen en Mi Sagrado Jardín son diversas, pero todas juntas emanan el mismo aroma de oración. Mis rayos celestiales riegan todos los días las flores del jardín, para que ellas por sí solas alcancen a expresar la belleza interior.
En Mi Jardín las rosas son el bello presente para los Altares de Dios, cada una de ellas tiene su tiempo para ser cosechada y después ser llevada en Mi cesta de oro hacia los Tronos de Dios.
Estas preciosas y diversas flores del Cielo son la expresión sublime de las almas que oran todos los días Conmigo y que, como en la vida terrenal, se transforman paso a paso.
Hoy deseo que ustedes sean flores nuevas en Mi Sagrado Jardín, que puedan embellecer la vida sobre la Tierra a través de vuestro amor y de vuestra oración; esto ayudará a que la mayoría de las flores que mueren sobre la Tierra puedan rebrotar como semillas en el establo de vuestro Señor, Jesús.
Queridos hijos, así se expresa Mi Rosa Mística. Mi Luz brota profundamente del Inmaculado Corazón para transformar y convertir en el amor a las almas que han caído.
Piensen, queridos hijos, en la posibilidad de que espiritualmente concreten esta aspiración Mía, que sean flores bellas a los pies del Creador; así vuestras vidas podrán ser guiadas por nuevas leyes y lo que para ustedes parece intransformable, el Santo Espíritu de Dios lo transformará.
Hijos amados, anímense a vivir en lo nuevo; procuren en vuestra sincera oración la Vida Divina, que es la Vida del Cielo, el camino de la santidad y del servicio. Sean santos en vida, proclamen la grandeza de Dios en todas las cosas; así ayudarán a que todo se renueve y muchos de vuestros hermanos reencuentren la esperanza.
Hijos amados, el Señor del Universo los observa y los acompaña todos los días de vuestras vidas; solo busquen la única y verdadera unión con el Padre Eterno, Él espera que Sus siervos le entreguen los frutos recogidos de la gran cosecha del fin de los tiempos.
Yo estoy aquí todavía entre vuestros corazones, porque aún hay mucho que curar y que cicatrizar; es hora de colocar vuestros seres bajo los rayos curadores de Cristo, para que Mi Hijo los pueda exorcizar y transformar en preciosas semillas de luz, listas para ser sembradas como grupos de oración sobre la superficie de la Tierra.
Después de tantas instrucciones preciosas que derramaron los Sagrados Corazones de Jesús, de María y de José, hoy les anuncio que este será Mi último mensaje que les entregaré para las Vigilias de Oración. Ahora necesito que ustedes mediten, en el inicio de cada nueva vigilia, sobre los Mensajes Diarios que Yo he entregado para el mundo; en ellos se depositaron llaves importantes para la conversión del mundo y para poder establecer la paz.
Los Mensajes Diarios, desde la próxima Vigilia de Oración, serán los que abrirán vuestros corazones mes a mes y serán los que prepararán vuestros seres internos para el ejercicio de la oración por la paz en las naciones.
Esto no significa, queridos hijos, que Yo me estoy recogiendo; Dios necesita que ustedes despierten a la realidad que todos vivieron Conmigo desde el último viaje a Medjugorje en el año 2011.
¡Queridos hijos, les dejo Mi Eterna Paz, los amo y los bendigo siempre!
María, Señora de la Sagrada Figueira
Hijos Míos:
Para Mi Inmaculado Corazón, no existen obstáculos que Me separen de Mis hijos. No existen barreras que sean suficientemente fuertes para impedir que Yo me acerque a sus corazones. Lo único que les pido es que Me llamen.
Si aún tienen dudas en sus corazones al respecto de Mi presencia, pidan con amor que Yo las disipe y así lo haré. Si, por algún motivo, sienten algo en sus corazones que los separa de Mi, por algún motivo, solo entréguenme esa dificultad, pues, es grandioso el Poder del Creador que todo lo cura y redime, todo restaura y reconcilia con Su Sacratísimo Corazón.
Hijos Amados, en este tiempo, coloco a disposición de sus almas las mayores Gracias celestiales y, la única cosa que les pido es que se dispongan a enfrentar las barreras que la misma mente coloca delante del corazón, porque a pesar de que no existe nada externo que Me impida aproximarme a sus pequeños corazones, solo ustedes pueden darme el permiso para actuar en sus vidas. Y aunque sea un pequeño sí, poco a poco, Me entregarán sus seres y verán cómo puedo cuidar de ellos y protegerlos bajo cualquier circunstancia; verán cómo dentro de mi manto, todas las necesidades verdaderas serán contempladas.
Hijos Míos, una Vida Celestial los espera, aun cuando estén sobre la Tierra; pero para que esta vida llegue al mundo, es necesario que no detengan sus pasos y que jamás piensen haber llegado a la meta que deberán alcanzar. Aún hay mucho para ser develado, mucho para vivir con el corazón humano y es necesario que haya corazones dispuestos a dar siempre un paso más en el camino de su consagración y entrega a Dios.
Hoy contemplo la necesidad del mundo y veo a muchos de Mis hijos que aguardan el despertar, muchos que están listos para abrir los ojos y el corazón, pero esperan el surgir de los que puedan mostrarles el camino.
Hijos Míos, no se detengan jamás, entréguenme todos los días sus pequeñas vidas y permítanse sumergirse aún más profundamente en el propio mundo interior. Existen quienes esperan que los que ya están en el camino den ese paso, para que así puedan salir de la oscuridad en la que viven.
Por eso los llamo día y noche, con urgencia, a la conversión permanente, a la entrega y al sacrificio, para que sean el ejemplo de los ignorantes y la luz en el camino de los que están en la oscuridad.
Mis amados, cuento con vuestros corazones para que sean los apóstoles del Nuevo Tiempo, aquellos que entregan sus vidas sin condiciones, sin tiempo ni espacio; aquellos que nada buscan para sí mismos y que su bagaje es la aspiración a cumplir los planes de Dios. Lleven en sus corazones Mi mensaje y la esperanza de que él toque a las almas hermanas.
Enciendan en el pecho la devoción y la alegría, para que los corazones fríos sientan el calor cuando estén delante de ustedes. Que la vida entera sea un permanente ejercicio espiritual de amor y caridad.
Vamos querida Argentina, elevad la bandera de la Paz y de la victoria de la Luz, y que la Misión que Yo les entregué sea la oportunidad de despertar a las almas que están por el mundo esperando recibir un llamado.
Enciendan los corazones y activen vuestros espíritus, clamen por Mi Presencia y sepan que quiero llegar a absolutamente todos Mis hijos.
No se preocupen con las críticas ni con los juicios, tampoco con las negaciones. Yo llegaré a cada corazón, en cuanto sepan de Mi presencia en el mundo colocaré en todos la semilla de una nueva vida.
Les agradezco por responder con alegría a Mi último llamado.
Vuestra madre, María, Reina de la Paz y de todos los corazones
Peregrinen, en este día, por el largo camino de sus consciencias, un camino interior, en el cual encontrarán algunos obstáculos para ser traspasados, algunas pruebas para ser vividas y algunos recuerdos para ser perdonados y olvidados.
Busquen caminar por el mundo interior, con profunda paz y alegría y, aunque el encuentro con algunas situaciones les cause dolor, procuren sobrellevarlas con la alegría de ese día.
Permítanse, hijos Míos, ser guiados por la Estrella de Belén hasta el lugar más simple y puro de su mundo interior; lugar que, para muchos, es desconocido, pero que existe y que ya está pronto para recibir al Hijo de Dios.
Hoy, el Señor les oferta una posibilidad de liberar y curar antiguos dolores, miedos, culpas, antiguos errores y sufrimientos. Hoy, el Señor les da a conocer, a muchos de Sus hijos, lo que deben transformar en este tiempo. Porque, para vivir una transformación efectiva y contundente, necesitan conocer, de sí mismos, todo lo que está para ser convertido. Sin embargo, confíen en la Gracia, que les es concedida, de ser guiados por la Sierva Fiel de Dios y no se impresionen con lo que puedan ver de ustedes mismos.
Aquellos que se permitan dar un paso en este día, se verán delante de un pasado a ser redimido y de todo aquello que escondieron de sí mismos durante tanto tiempo.
Hijos Míos, hagan de este día un día de Gloria y, de esta purificación, el prenuncio de la llegada gloriosa de Mi Hijo Jesús. Porque estarán construyendo para Él un espacio vacío y puro, en donde Él podrá habitar con libertad y podrá reinar con la totalidad de Su perfecta Consciencia.
La grandeza de este día se manifestará en las consciencias del mundo, de acuerdo con la apertura de cada uno a lo que le está siendo ofertado. La profundidad con la cual Dios obrará en sus consciencias se dará a partir de la apertura de sus corazones. Por eso, estén dispuestos a vivir algo nuevo, desconocido, que revolucione su mundo interior.
Hijos Míos, hagan del peregrinar de este día un momento semejante al vivido por José y María en la noche del Nacimiento de Jesús.
A José y María les fue revelado mucho, mientras se aproximaba el Nacimiento del Mesías. Ellos se ofertaron para conocer y curar el mal que vivía en la humanidad de aquella época. Mientras se aproximaba el Nacimiento de Cristo, a través de la peregrinación de José y María, fueron siendo convertidas y transmutadas las energías de la lujuria, de la avaricia, de la vanidad y de la soberbia que se expresaban, en aquella época, con mucha intensidad en los seres humanos.
Los dolores de parto de María se tornaron más intensos de lo que normalmente se sentían. Experimentaron la desolación y la aflicción de no poder dar a Cristo un lugar seguro para nacer, y esta experiencia de purificación culminó al comprender la Voluntad de Dios y dar vida a Jesús en un establo, experimentando la más pura humildad y alegría y descubriendo así, que todo había de ser curado a través de la humildad, de la pureza y de la fe en la Voluntad de Dios y en Su divina conducción.
Hoy, para los corazones del mundo, no será diferente. Si se lo permiten, el Señor les dará a vivir una grandiosa experiencia que culminará en el descubrimiento del vacío de sí y en la entrega a la divina humildad.
Mis amados, alegren hoy sus pequeños corazones y caminen Conmigo, que seré Su Estrella de Belén y, a través de la oración, los conduciré al Nacimiento de Cristo en sus esencias.
¡Les agradezco por permitirme guiar sus vidas!
Yo los amo siempre.
Su Madre, María de Nazaret, Estrella de Belén
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más