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Mi Hijo ascendió desde el Monte de los Olivos hacia el Cielo y el Universo del Padre lo recibió en alabanza, gloria y regocijo.
El Hijo de Dios retornó a Su Casa Celestial con la misión cumplida y prometió regresar a la humanidad en el fin de los tiempos. La Casa Celestial se iluminó por la Presencia del Redentor y una Cruz de oro fue colocada a la derecha de Nuestro Señor.
El Padre recibió de Su Hijo el más cálido afecto que inundó cada espacio divino, tornándolo más sublime y fraterno entre los ángeles y los arcángeles.
El Hijo de Dios fue coronado y a los Pies de Su Padre recibió la bendición del universo y de toda la Creación.
En aquel momento, todo resplandeció y se reflejó en los universos. Una expansión de Amor se irradió hacia todo ser viviente y lo que antes estaba oscuro, espiritualmente, alcanzó la iluminación y la redención, porque el amado Hijo emanó, de Su Corazón noble, la divina e insondable Misericordia.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
¡Elévense, elévense a lo Alto!
Queridos hijos coralistas:
De nuevo las puertas para la cura serán abiertas, después de que este Sagrado Centro de Amor fue bendecido por Yahvé.
Hoy, toquen la nota del corazón.
Sabiendo que cada ofrenda de parte de los coralistas significa una oportunidad para el planeta, les pido, queridos hijos, que desde ahora preparemos con regocijo la llegada del Rey Universal en la próxima Sagrada Semana.
Hoy, toquen la nota del corazón.
Porque al abrir sus corazones a los nuevos impulsos que reciben, la humanidad y el planeta son bendecidos por una Gracia Mayor.
Hoy, toquen la nota del corazón.
Que su canto, en este día, sea ofrecido por la paz en este planeta y en esta humanidad; que por su entrega y sacrificio, los ángeles reciban el permiso para liberar regiones del planeta que están oprimidas, para que finalmente ingresen la Paz y la Misericordia de Dios.
Hoy, toquen la nota del corazón.
Ustedes, queridos hijos, uniéndose a este propósito de irradiar humildemente la cura para la humanidad, crearán las condiciones internas y espirituales para que la humanidad siga siendo ayudada hasta los últimos tiempos.
Hoy, toquen la nota del corazón.
Que cada pieza musical que será ofrecida pueda resonar con gratitud, fe y esperanza en todo este universo.
Que los hijos cantores de Dios se exalten de alegría por estar respondiendo al llamado del Altísimo.
Que las puertas a la Gracia sean abiertas por cada voz que pronuncie el cántico de la paz, para que todos los corazones de la Tierra sientan en su interior el Gran Llamado.
Hoy, toquen la nota del corazón.
Porque siempre que ustedes toquen la nota del corazón, hijos Míos, estarán uniendo el Cielo y la Tierra, el universo y la humanidad, y una conexión profunda con el Padre estará dándose en las criaturas.
Que las corrientes de la cura sublime desciendan en este día.
Que cada coralista e instrumentista hoy sea un espejo que refleje la paz y la armonía hacia la esfera planetaria, y no se olviden de tocar la nota del corazón.
Unida a cada voz pacificadora, los acompaña siempre en este impulso de elevación,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El divino diálogo entre María Santísima y Jesucristo, Su Hijo Amado
María Santísima: Hijo, sabes que las almas en su naufragio necesitan de Tu ayuda. Te pido, Adorable Hijo de Dios, que Te aproximes a los más débiles, que por sus errores y faltas pierden la Gracia de conocerte.
Mira, Querido Hijo, cuántos siguen Tus caminos y se esfuerzan por vivirlos.
Jesucristo: Clementísima Madre, escucho con atención y gracia Tu dulce y amorosa voz, así como la escuchaba cuando aún era muy pequeño y estaba en Tus brazos.
¿Cuándo será el momento en que los hombres se abrirán para conocer el poder de Tu Amor?
Mi Corazón se avergüenza cuando las almas no son dignas de proclamarte y reconocerte como la Madre del Mesías y la Corredentora, porque en este misterio, Tú siempre fuiste la silenciosa mujer de Nazaret que soportó todos los martirios junto a Su Hijo, en profundo silencio.
María Santísima: Sí, Hijo Amado, en Tus palabras se trasluce la verdad y la importancia del mensaje. Mi Paz todo lo alcanza, y no Te aflijas, Santo Rey, porque aún existen corazones verdaderos y santos que Me viven y Me glorifican; en ellos están las bases de la obra que el Padre Me ha confiado, en ellos edifico la verdadera iglesia celestial, libre de bienes y de poderes humanos.
Jesucristo: Es esa iglesia interior que Yo espero proclamar en honor a Mi Padre y por cada criatura de la Tierra que día a día pierde su filiación con Dios.
Santísima Reina de los Cielos, es por esa divina causa que Te he confiado, en Tus manos y Corazón, a toda la humanidad para que Tú, Arca Sagrada del Espíritu Santo, seas el portal por donde todos Tus hijos puedan pasar.
María Santísima: Por eso te ruego, Divino Hijo, que ayudes a Tus rebaños dispersos por el mundo, para que se unifiquen y solo exista un único propósito en cada corazón humano.
Desearía, Amable Señor, que Tú pudieras erguir en cada espíritu Tu verdadera iglesia celestial para que, fundando miles de ellas en los corazones, las criaturas reconozcan que Tú eres el Rey del Universo.
Jesucristo: Amada Madre del Mundo, Tus súplicas son para Mí caricias y ternuras celestiales de una Madre bondadosa e incansable, que nunca descansará hasta ver a todas las almas en el Paraíso.
Tu divina intercesión, Querida Madre, es motivo de Gracia, de Misericordia y de Gloria. Responderé al llamado de Tu Corazón Purísimo, pues Tus santos ángeles Me han hecho saber que en la Tierra tienes ejércitos orantes que están despertando por Tu Amor.
María Santísima: Sí, Glorioso Hijo, en la Tierra están despertando nuevos ejércitos, rebaños Tuyos que estoy congregando para que finalmente sigan un único camino: el camino del amor.
Por eso, Precioso Rey, estoy pidiendo a todos los ángeles y, especialmente al Ángel de Portugal, que reúnan a todas las consciencias angélicas para que la divina obra de redención se realice en todos los corazones aún no redimidos.
Por eso, revisto con Mi manto celeste a cuantos aceptan Mi convocatoria, pues Mi más íntimo deseo es que Tu Corazón sea glorificado para que el Padre sea glorificado y los acontecimientos cambien.
Jesucristo: Comprendo, Santísima Madre, el propósito que llevas adelante, por eso reforzaré Tus ejércitos angélicos para que las almas sean retiradas de la ilusión y del engaño terrenal.
Enviaré a más consciencias ultraterrestres para que los corazones despierten y sean portadores del Proyecto de Dios, el que Nuestro Amado Padre ha pedido que sea realizado en este tiempo.
María Santísima: Por eso, Hijo Primogénito, sembraré flores en jardines internos para que las almas sientan la existencia de su pureza original.
Verteré gracias inexplicables en corazones que no las merecerían, para que ellos se reconozcan dignos hijos de Dios. No dejaré, Bendito Hijo, que nadie parta de este mundo sin tener consciencia de que el amor todo lo puede cuando el corazón se abre para experimentarlo.
Jesucristo: Es ese misericordioso amor, Divina Madre del Cielo y del Universo, que aún no es vivido ni aceptado. Es el amor de Mi Corazón manso, que derrama Su Sangre de luz sobre el planeta y que todavía espera ser apreciado por todos los hombres.
Es ese amor celestial que espera ser aceptado por cada consciencia, especialmente por aquellas almas que nunca conocieron el amor. Mi Corazón se glorifica cuando los corazones viven los sacramentos y, más aún, Mi Corazón se llena de gratitud cuando las criaturas responden al llamado del Cielo, sea cual sea.
María Santísima: En Tu divina plenitud, Amado Jesús, las almas encuentran su fortaleza y las puertas a la redención se abren tantas veces intentando que las consciencias terrestres las puedan cruzar.
Por eso te ruego, Queridísimo Hijo de Dios, que ayudes con Tu bondad y Misericordia a todos los que las necesitan, para que se animen a dar el paso y ya no pierdan tiempo ni espacio en la superficialidad de la vida.
Prometo, Santo Hijo, que Mi donación y amor abrirán los caminos para que Tus rebaños puedan pasar.
Jesucristo: Es una infinita gracia escuchar Tu casta y dulce voz, la que proclama sin cansancio el triunfo de la esperanza y del amor que tanto necesita el mundo.
Tu Corazón amoroso se entrega por entero en las manos de los imperfectos y Él no teme ser rechazado porque Tu confianza en el Padre no tiene límites ni barreras.
Haz, Santa Madre Mía, que cada hijo Tuyo se anime a cruzar el portal, para que finalmente Yo encuentre en Tu regazo a los que tienen sed de Mí. Calma cada corazón y resucita en espíritu a los que aún deben elevarse al resplandor del Reino de Dios.
María Santísima: Apreciado y honrado Hijo Mío, es una gracia cumplir con Tus designios, porque en Tu Corazón se guarda la máxima Voluntad de Dios, la que los corazones de la Tierra deben aprender a vivir para que el Propósito divino se cumpla.
Por último Te suplico, Amado Hijo, que cada criatura de este enfermo planeta pueda despertar al Propósito, que los velos caigan de la consciencia y que todos los que están ciegos espiritualmente puedan ver y así cumplir con Tus sagradas peticiones.
Jesucristo: Haz saber al mundo, Madre Querida, que ya estoy retornando y que Mi hora se aproxima. Haz saber que las almas deben arrepentirse y perdonarse las unas a las otras, para que abandonen la soberbia y la indiferencia humana.
Haz saber que Me complazco, Santa Madre, en los que se esfuerzan y cumplen en obediencia Mis pedidos, porque así Yo construyo Mi iglesia interior en los corazones.
Haz saber al mundo, que el gran y esperado Juicio de la humanidad está cerca y que todos deben rezar por las agresiones causadas en el transcurso de los tiempos a toda la raza y a los Reinos de la Naturaleza.
Haz saber, Madre Celestial, que pondré fin a muchas cosas.
Queridos hijos, este segundo diálogo fue vivido en el Reino Celestial con Mi Amado Hijo y hoy lo comparto con todos para que lo estudien.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los ama,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Vive con fe los tiempos de superación de ti mismo mientras aún estás en un ambiente de armonía y de paz. Descubre cómo reacciona tu ser cuando se ve frente a los diferentes obstáculos que se te presentan en este tiempo y aprende a controlar tu consciencia y a encontrar la paz.
Obsérvate y percibe lo que te hace superar los límites y llegar más allá de lo que imaginaste que era posible para ti. Percibe el poder del Amor de Dios en tu interior, que te llama a la superación permanente.
Aunque estés superándote cada día, cuando pienses que estás en tu límite, hazlo en paz y sin perder la meta clara de tu espíritu. No dejes que las dificultades turben tus ojos y cieguen tu corazón; obsérvate con atención y aprende a dar cada paso a su tiempo.
Así como tú, muchos serán llamados a trascender sus limitaciones, pero pocos serán los preparados con anticipación para eso. Por eso, vive cada día con mucha atención, observándote detenidamente y aprendiendo de ti mismo, porque si reconoces tus propios mecanismos, podrás ayudar a otros que tienen las mismas dificultades, pero que no tuvieron la misma posibilidad de estar en un ambiente pacífico a la hora de la propia purificación.
Todo lo que hoy vives, todas las oportunidades que te son dadas, es para que te formes como servidor de Dios y te conviertas en compañero de Cristo, para que tu ejemplo y experiencia sirvan para otros. Por eso, haz todo en favor de los demás y estarás en el camino correcto.
Construye una fortaleza en tu interior con la intención de amparar a otros; así, sin que te des cuenta, habrá un Rey habitando en esa morada, porque la encontrará segura para hacer de ella Su refugio. Ese Rey no será solamente tuyo, sino también de todo el universo; es tu Señor, Cristo Jesús.
Te bendice y te protege,
San José Castísimo
Que cada día que pase en sus vidas les traiga nuevas oportunidades de vivir la paz.
Que cada prueba traiga en sí el don de la superación y la dádivade la trascendencia.
Como humanidad van caminando en dirección a Belén, teniendo que hacer esfuerzos, sacrificios, superar límites y confiar en el amparo de Dios. Están delante del misterio del Nuevo Hombre, y saben que es una realidad, porque Él ya está en gestación y a punto de nacer en el vientre de la Creación Divina, que se expresa en el interior de todas las criaturas. Sin embargo, ustedes no saben lo que ese Nuevo Hombre traerá al mundo, cómo crecerá, cómo se desarrollará ni cómo cumplirá su misión.
Ustedes están en el camino hacia Belén buscando la cuna de la humildad para que Dios pueda retornar en vida a Su Creación. Como consciencias humanas, siempre quieren lo mejor para Dios y para Su Plan, pero el Creador los sorprenderá, trayendo a Su Hijo al interior de los simples, de los pequeños, de los pobres de sí, de los humildes. Cristo renacerá en los corazones de los que no temen entregar el reino de su propio interior para que el Soberano Rey Universal establezca Su Reinado. Él vendrá para vivir en el corazón de aquellos que no temen ser vencidos y que, por amor, se convertirán en siervos eternos de ese amado Rey de las Estrellas.
Ustedes están en el camino a Belén: ya no son lo que eran como raza ni como consciencia humana, porque Dios ya comenzó a descender a las esferas terrestres. Sin embargo, aún están delante del misterio que es el renacimiento de Cristo, la multiplicación de Su existencia, que se renovará en el corazón y en la carne de muchos.
Vengo al mundo como guardián de este principio divino, que es el Cristo en su interior, porque Yo ya caminé hasta Belén, ya viví la angustia de no saber en qué se convertiría el mundo después del nacimiento de Cristo y el miedo de no ser digno de proteger tal Rey, escondido en tan pequeña criatura; el miedo de no ser un buen guardián para el Dios Niño y de no ser capaz de dejarlo crecer ni manifestarse como el Señor lo esperaba.
Pero ese miedo fue vencido por la Fe y por el Amor emanado por Cristo, que aun siendo tan pequeño y frágil jamás escondió Su Gloria y Su Filiación a Dios. El miedo se desvaneció cuando percibí que Dios es el verdadero operario de Su Voluntad y que basta fluir dentro de ella para que Su Plan se cumpla.
Les digo todo esto porque están en camino a Belén, delante de un gran acontecimiento, marcado por duras pruebas y severos aprendizajes, que pierden su severidad frente a la magnitud del retorno de Cristo.
Dentro de algún tiempo, aquellos corazones que se abran comenzarán a comprender que la Voluntad de Dios Es, por sí sola; que Él no solamente “manda”, sino que también envía los medios y promueve el cumplimiento de Sus Obras. Solo es necesario confiar y dejar que el Señor haga de sus vidas simples instrumentos para la concreción de Su Plan, que ya es una verdad y una realidad que necesita manifestarse.
No dejen de caminar en dirección a Belén y, ahora que ya saben dónde quiere nacer Dios, no busquen la comodidad, el lujo ni el rebuscamiento de buenas moradas, según los conceptos humanos; sigan el camino que los conduce a la simplicidad, a la paz y a la humildad verdadera, pues es ahí donde Dios manifestará Su Gloria.
Alabado sea el Señor que retorna a los corazones de los hombres, para un día retornar, no solo en Espíritu y en Divinidad, sino también en perfecta semejanza con Sus criaturas, en carne y humanidad santificada y resplandeciente, mostrando a los hombres el camino de su evolución.
San José Castísimo, que prepara el nacimiento, el renacimiento y el retorno de Cristo, Nuestro Salvador.
Tu espíritu es como una barca en alta mar, y tu vida es permeada por muchas experiencias.
Cada momento es significativo para el espíritu, porque él debe entrenarse en cómo navegar en la paz o en la tempestad.
El espíritu es como una barca de luz que nunca pierde el impulso de encontrar las estrellas, pues de ellas provienen todas las Gracias, y una nueva historia se escribe en el alma que vive la redención.
El espíritu tiene coraje premeditado y toma fuerza interior para superar las dificultades de un posible naufragio.
Mira tu espíritu con valentía y serenidad; todo tiene un retorno hacia la Casa del Padre Celestial.
Navega, como la barca que descubre y conoce nuevos horizontes. Las puertas de los mares están abiertas; para eso mantente calmo y seguro porque un Gran Vigía te guiará. Él es el Rey del Universo, que todo colma y completa por medio de Su Gracia.
Sigue a la gran barca rumbo al infinito; tu hora de libertad está cerca en los tiempos que vendrán.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los conduce en la barca espiritual de la Paz,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando un sol interior ilumina la oscuridad de sus corazones, Soy Yo, Hijos Míos, quien anuncia que el fin del caos se aproxima.
Este es el principio del fin, el ciclo en el cual todos los pasos dados por medio de acciones, pensamientos, sentimientos y definiciones serán colocados en la balanza del Divino Juez. Este es quien dictará para los ángeles y arcángeles cuál será el destino de esta humanidad.
Ante semejante ignorancia y oscuridad en el corazón de la mayoría de los seres humanos de este mundo, la luz más pequeña encendida, brillará como un sol resplandeciente. Una criatura que se mantenga sana, con su alma orante en equilibrio, podrá guiar a millones que deambularán sin meta, sin destino, a no ser su propio abismo.
Mis queridos, Mi Corazón ya no vendrá al mundo para alertarlos, porque eso Yo lo hice en los últimos ocho años aquí y en los últimos treinta años en Medjugorje. Muchas veces vine a este mundo y muchos fueron los intentos para despertarlos a la vida de oración, de santidad y de pacificación.
A partir de ahora, los tiempos que llegarán no esperarán más que estén preparados, pues se precipitará sobre el mundo la Justicia de Dios y cada ser vivirá según los méritos adquiridos en sus días de existencia.
Muchos buscarán la paz de Mi Corazón y no la encontrarán, porque no quisieron, en otros tiempos, construir el camino entre el propio corazón y Mi fuente de Paz.
Ya no podré interceder por el mundo como antes, porque hasta ahora di muchos pasos por sus pies, pero llegó la hora de que inicien su caminar y comiencen a generar sus propios méritos, no solo para sí mismos sino para toda la humanidad. Hoy les digo, Mis amados, que en el tiempo de la Justicia que se anuncia, será la misma humanidad consciente la que deberá abrir las puertas para que la Misericordia y la Piedad desciendan sobre los incrédulos y los adormecidos en el espíritu.
Muchos se arrepentirán a tiempo y otros no; por eso deben tomar consciencia de que la Justicia de Dios no causará el mal en los corazones, sino que a cada uno le entregará lo que merece para que viva su aprendizaje en este mundo.
La humanidad que hoy habita en la superficie del planeta es muy antigua y no le faltó oportunidad de aprender ni de seguir los designios de Dios. Pero muchos prefirieron dar la espalda a las cosas celestiales y abrir los brazos a la ilusión y a la vida infernal que se manifiesta por medio de las energías capitales.
El rayo de la Justicia de Dios destruirá la ignorancia de los hombres y, aquellos que tanto se rieron con el rey de los infiernos, llorarán por su gran ignorancia. Los ojos de aquellos que se burlaron de la Luz enceguecerán ante Ella. Después que todo pase el Rey llegará y dará nuevas oportunidades a los que se arrepientan de corazón y le tiendan las manos clamando por piedad.
Mis amados, preparen sus corazones y escúchenme con atención, porque en este tiempo no podré detener el poder de mis palabras por el miedo que pueden sentir sus corazones o por la incredulidad que podrá generar en algunas almas, por la incapacidad de transformarse para aceptar Mis palabras.
Es la Voluntad de Dios que la Verdad les sea revelada, porque será parte del despertar de la fe y de la consciencia que vean que Mis palabras se cumplen en los tiempos que llegarán, tiempos en los cuales Yo no estaré más aquí, tan cerca de ustedes.
Cuando Mis profecías sean una realidad, mirarán hacia los cielos donde estaré observándolos, algunos agradecerán otros pedirán perdón, pero ninguno podrá decir que Yo no los alerté ni les di a conocer los días finales de este mundo.
Pero sepan que así como anuncio los tiempos de dificultades y de pruebas, también les digo que aquellos que caminen en la fe no titubearán. Aquellos que hagan de la oración el pilar de sus consciencias, siempre serán una puerta de paz y una estrella guía para la humanidad. A través de ellos, Yo guiaré al mundo. Pero deben ser valientes, perseverantes y confiar en el poder de Mi Verbo que les anunció los tiempos de caos. También les dijo que al final de todo su Rey llegará, cruzará las nubes y los siete cielos, pisará la Tierra y la reconstruirá dentro y fuera de los seres humanos, para que en ella habite la nueva humanidad.
Que la Paz sea el motor que los conduzca y los mantenga de pie en los tiempos que vendrán.
Oren, oren y confíen en Mí todos los instantes de sus vidas, porque así ellas serán santificadas por Mi presencia.
Los amo y los bendigo, para que este ciclo los encuentre dentro de Mi Corazón.
Vuestra Madre, María, Rosa de la Paz
Mi Corazón de Luz visita todos los hogares de la Tierra, y permanece pleno de amor y de paz cuando los moradores Me abren la puerta de sus vidas para que Yo pueda entrar.
En estos tiempos Yo vengo a buscar a los que una vez Me dijeron sí; ahora llegó el momento de unirse para siempre a Mi Corazón y entregarse a Mi Amor Invencible.
Hoy desciende Mi Espíritu de verdad y de amor para curar las heridas que en muchos de los Míos aún están abiertas. Por eso, llamo a todos a vivir la gran oportunidad de sus vidas. Estoy derramando Mi Gracia sobre aquellos que deberán dar los pasos hacia Mi Corazón, y que ahora Me reconocerán como el único Rey de las Alturas.
Les pido que se permitan confiar absolutamente en Mi Consciencia, pues Yo les mostraré el camino de su redención y se disolverán los interrogantes en sus vidas. Solo deben confiar en que todo lo que viven tiene un porqué para Dios, y quien se une a Mí en oración elevará su consciencia y las Leyes Divinas lo curarán por entero.
Bajo la Misericordia de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por guardar Mis Palabras en el corazón.
Cristo Jesús
Mi Manantial, que es inacabable y prodigioso para todas las almas, intenta derramarse todos los días sobre los corazones que no viven, ni siquiera, en la creencia de que el Señor del Universo existe y que es real en todos los espacios del Infinito Cosmos.
Por la unión de ustedes Conmigo a las tres de la tarde, muchas puertas inciertas, que las almas abren por sus acciones y actitudes, son cerradas cuando desciende el Manantial de Mi Divina Misericordia.
Ahora, la Divina Oportunidad y la Gracia Misericordiosa de Mi Corazón son ofrecidas a todos, por mayor que parezca el pecado o el pecador. Mi Amor alcanzado en la Cruz desterró el mal sobre la Tierra, y como el Amor de Dios es invencible, él puede remediar y reparar ofensas gravísimas que todas las almas cometen.
Por intermedio de la vida de santidad y de oración, el Cielo intercede y los Mensajeros Divinos descienden para verter Gracias sobre aquellos que no las merecerían. Es hora de vivir a través de Mi Manantial, porque es solo por medio de Mi Sangre y de Mi Agua que todos podrán alcanzar la Transformación Crística.
Estoy en todos los lugares al mismo tiempo, por eso estén atentos a Mi Presencia espontánea entre los más simples, porque Mi Corazón se hará sentir.
Bajo la Luz del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por escuchar Mis Palabras en devoción y amor.
Cristo Jesús, el Maestro y Guía de las Almas
Fray Elías del Sagrado Corazón: En este día de Aparición mensual de San José, Cristo Jesús transmitió Su mensaje diario en la presencia del Castísimo Corazón.
Queridos hijos en la Tierra:
Los Sagrados Corazones, en estos tiempos, tienen el propósito espiritual de transformar y elevar la condición de la humanidad actual. Con este fin, el Castísimo Corazón de San José se ha propuesto ayudar en el despertar de la vida espiritual a las consciencias que están dormidas.
De esta manera, el Sagrado Corazón de Jesús obra por medio del Castísimo Corazón de San José para abrir una fuente inagotable de Gracias y de Pureza Infinita para toda la humanidad, a través de este gran Espíritu Obrero.
Jesús quiere consagrar América al Sacratísimo y Bendito Corazón de San José para que esta parte de la humanidad alcance la paz y la pureza del alma y del cuerpo. Esto será posible mediante las oraciones diarias y constantes que nombren las Bienaventuranzas del Casto Corazón.
Si la humanidad en su mayoría respondiera al pedido del Sagrado Corazón de Jesús habría, por intercesión de este Obrero de Dios, una salvación ilimitada de almas que en estos tiempos se están condenando al Infierno eterno.
Antes de Mi Venida gloriosa, América deberá consagrarse al Castísimo Corazón de San José y al Inmaculado Corazón de María, para que esta parte del mundo sea digna de recibir la visita espiritual del Rey de las Estrellas.
Si esta consagración a San José y a la Virgen María se realizara como un voto por parte de las almas, los acontecimientos cambiarían y la humanidad sería perdonada en su totalidad.
Para una mayor consagración de las almas al Bendito y Sacratísimo Corazón de San José, Mi Consciencia Misericordiosa les dejará por escrito en este día Las Siete Bienaventuranzas del Castísimo Corazón de San José, Bienaventuranzas que les permitirán encontrar fuerzas internas para los tiempos críticos, con el fin de que se establezca la paz en todos los seres.
Las Siete Bienaventuranzas del
Castísimo y Sacratísimo Corazón de San José
Primera Bienaventuranza
Recibir los Dones del Cielo
por medio de la consagración al Padre en la Tierra.
Segunda Bienaventuranza
Redimir los errores
a través del amor al Venerable San José.
Tercera Bienaventuranza
Perdonar el pasado
por medio de la cura del Casto Corazón.
Cuarta Bienaventuranza
Vivir eternamente la aspiración de servir.
Quinta Bienaventuranza
Ser misericordioso hasta en las pequeñas acciones
para que las Gracias desciendan desde los Cielos.
Sexta Bienaventuranza
Orar con el corazón para que la devoción del alma emerja.
Séptima Bienaventuranza
Preferir estar en el Cielo junto al Casto Corazón de San
José para que todas las almas encuentren la salvación.
Quien medite sobre estas Bienaventuranzas recibirá el impulso de permanecer eternamente bajo el amparo divino del Castísimo Corazón de San José.
Bajo la Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, sean puros y bienaventurados.
Gracias por recibir en el corazón el Amor del Casto Corazón de San José.
Cristo Jesús
Cuando las vidas están al margen del abismo, cruzando la noche oscura, Yo Me presento como la Luz y la salida absoluta y segura para cada ser. Y vengo al encuentro de los que decaen por diversas situaciones en el camino espiritual.
Mi Misericordia viene al mundo para rescatarlos del camino del engaño y de la ceguera que pueden despertar los aspectos de la vida, manifestados en una consciencia que ha decidido seguirme. La fe y la constancia por estar Conmigo, en estos impredecibles tiempos del mundo, serán lo que definirá si un alma se consagrará en espíritu a Mi Corazón o si vivirá la vida que el mundo le ofrece a través de las ilusiones y de las fantasías.
El camino hacia la Luz es recto como una escalera que sigue hacia lo Alto. En Mi Sendero no existen dos caminos para llegar hasta Mí; el alma durante el curso de la vida tiene la oportunidad de reconocer Mi Camino Evolutivo y, a partir de allí, definir si seguirá al Pastor o si seguirá a su propio rey.
Estoy dando a todos la misma oportunidad que Yo di durante el tiempo de Mi Pasión. El mundo está en el momento de su propio juego y de su definición espiritual por lo Divino o por lo mundano.
Mi Corazón acoge todos los ofrecimientos de las almas, pero algunas Me han dicho desde el principio que en estos tiempos estarían Conmigo para cumplir el propósito de la redención y de la conversión de las consciencias. Una barca no se desplaza sin la ayuda de los remos.
Es necesario comprender el punto en el cual se encuentran sus pequeñas consciencias. Yo les irradio Mi Paz y Mi Luz para fortalecerlas.
Es momento de definir con qué rey desearán quedarse: con el Rey Eterno del Universo o con el rey creado por el mundo.
Por eso Mi Espíritu viene para liberar las almas y mostrarles el camino hacia el Señor. Confíen en Mi Misericordia.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por comprender Mis Palabras con el corazón.
Cristo Jesús
Y la Señora Vestida de Sol ofrecerá la corona de estrellas para que surja desde las entrañas de la Tierra un camino por el que transiten los nuevos rebaños redimidos. Cada una de las estrellas será el signo visible de un nuevo ciclo y cada alma, según su elección, entrará por un sendero que la podrá llevar hasta el Reino del Señor.
En la puerta mayor del Cielo esperará el amado Señor a sus amadas almas para que juntos, victoriosos, consagren el espíritu al Eterno Amor de Dios. La Señora Vestida de Sol manifestará Su signo universal, y esa será la señal que anunciará la próxima venida del Rey del Universo.
Dichosos los que esperarán en alegría la venida del Rey de los Patriarcas, porque ellos serán partícipes de la Buena Nueva para el mundo.
Dichosos los que han dado el sí para transfigurar en Cristo sus vidas, porque ellos reconocerán los Rayos que provienen desde el Corazón del Hijo de Dios.
Y la Nueva Barca de la vida y de la oración navegará en alta mar, y muchos la verán surgir gracias a los esfuerzos de los servidores, de los pequeños seres de Cristo. La Nueva Barca no será del pasado, ella nacerá como un nuevo niño desde el vientre de Su Inmaculada Madre.
Muchos no entenderán ese misterio, y pocos sentirán el resplandor y la fuerza de su luz, la que proviene de la Barca de los nuevos rebaños. Estos son los congregados para la misión redentora, los que silenciosamente levantarán en alto la antorcha de la luz para mostrar al mundo el camino de la verdadera conversión.
Nadie quedará sin saber por dónde ir porque la Barca ya está navegando con los impulsos que recibe del predilecto fuego de la oración. Los curiosos querrán saber la esencia de ese gran alimento para el espíritu, pero por desconocerse a sí mismos verán tarde que todo comienza y termina en la oración del corazón.
Los obreros apresuran la obra del gran puente hacia el Gran Espíritu de Dios; el tiempo corre y las almas lentifican sus pasos hacia Dios. El Ave del Espíritu Santo anuncia una nueva llamada y solo la seguirán en vuelo los oídos atentos a la voz del corazón.
Una Nueva Humanidad despierta al sur del mundo. En el horizonte la Aurora despunta radiante para abrir el ciclo de la purificación. Todo el Universo confluye para que el Propósito Divino alcance su realidad en las consciencias dormidas.
Compasión para los que llorarán por haber despreciado la Instrucción del Cielo. La Voz del Gran Maestro seguirá resonando por un tiempo más, mientras Su Luz ilumina de amor el deslizar de la Nueva Barca.
Lo viejo será derrumbado porque los pilares no se basaron en vivir la Ley del Señor. Es hora de reconocer estos tiempos y de vivir en la Sabiduría del Señor.
Las puertas del Cielo se abren para acoger a todos aquellos que se han separado de Dios.
Penitencia para los soberbios.
Redención para los tímidos.
Misericordia para los que no se cansan de servir al Gran Señor.
La Estrella del Universo anunciará el gran momento para el mundo, mientras la Nueva Barca navega al sur; su pasar derriba con amor las estructuras que ya están vencidas. Nadie podrá oponerse a ella, porque está colmada por la Luz del Gran Rey Universal.
Reconozcan con fe todo lo que reciben en sus manos, porque para el esperado tiempo deberá existir un corazón arrepentido para que él sea curado por Dios.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por meditar sobre Mis Señales con el corazón.
Cristo Jesús, Maestro del Amor
Estoy con ustedes Mi pequeño rebaño; no teman por el final de este tiempo, porque un nuevo tiempo se iniciará a partir de Mi llegada redentora a vuestras moradas.
Sean partícipes de Mi cena, y alimenten vuestro espíritu como las aves se alimentan de Dios. Vivan Mis Señales, las revelaciones de Mi llegada a partir de vuestra unión Conmigo. Sientan Paz sobre todas las cosas, por nada teman, como ya se los he dicho; quien sea perseguido por Mi causa es digno de vivir en el Nuevo Reino de Dios.
Conduzcan vuestras vidas por buenos caminos; que el tiempo y las necesidades no los separe de Mi Corazón, y permanezcan bajo Mi manto, al igual que las ovejas que están dentro del establo.
Quiero ser nuevamente el Pastor de vuestras vidas; para eso ustedes deben abrirme el candado de vuestro corazón. Ustedes tienen la llave para el encuentro Conmigo, ese es el mayor presente que Dios les entregó, fundirse con Mi Eterno Espíritu, con el Espíritu de Dios.
No sientan temor por cuánto se han equivocado; levanten vuestra mirada hacia Mí, Yo los necesito ahora con valentía y redención. Aún no conocen el poder de Mi Misericordia y hoy Yo se los diré: la lanza que traspasó una vez Mi costado, era el dolor de la humanidad, y Mi Corazón derramó Amor Misericordioso en vez de derramar Justicia.
¿Cuál es la parábola de Mi Pasión?
Es el Amor que Yo vivo por ustedes, porque si Mis rebaños no estuvieran creados por Mi Dios, ¿cómo podría derramar el manantial de Mi Amor?
Por eso confíen en Mí; porque a veces desconfían de Mí, se preguntan por dónde estoy y a quién tal vez Mi Corazón visita. Soy el Rey del Universo, soy el Peregrino que busca corazones mansos y pacíficos, corazones pulidos y trabajados por Mi Amor.
Cuando sepas que ya no puedes sostenerte por ti mismo, ábreme la puerta de tu corazón; que los pensamientos no te separen de Mí, confía en quién te guía, porque delante de ti me podrás encontrar más de una vez.
He cruzado frente a tu vida varias veces, ¿me has escuchado? Yo sí te he escuchado en el silencio, en tu soledad, en tu perturbación, en tu cansancio y en tu desespero; pero tú no has visto que Mi Amor siempre está allí para socorrerte a cualquier hora y en cualquier momento.
Quiero de ti lo mejor, el ánimo de vivir en Mí, la esperanza que despierta a través del latir del corazón. Nunca te he dejado solo, porque Yo camino en silencio a tu lado. ¡Mírame! ¡Contémplame! ¡Levántate desde donde te encuentras! Ábrete para lo nuevo y confía en la Voluntad que manifiesto para tu vida.
Cumple en el día a día con los designios de Dios: ser humilde de corazón, ser bondadoso, decir siempre la verdad del corazón, construir con la oración los nuevos caminos de la humanidad, vivir sobre todas las cosas en el Océano Infinito de Mi Misericordia.
Mi Amor es tan grande que Yo les entregué a Mi única Madre Celestial y Ella, con Su dulzura y amor, conduce a Mis Rebaños bien cerca de Mí. Ustedes son parte del Universo, de la Fuente del Amor.
Que para este tiempo de cambios estén dentro de la Fuente del Amor y de la Verdad. Que despierte en ustedes el amor que Yo les he dejado.
Ahí tienen a Mi Madre para encontrar entendimiento en el espíritu y en el corazón. Acompaño desde lo más alto de los Cielos a todos Mis hijos, a Mis compañeros, a Mis misioneros, a Mis rebaños.
Yo Soy parte del Padre y ustedes pueden ser parte de Mí solo diciéndome: ¡Ven Maestro, sé en mí!
Ahora calma tu corazón porque lo más importante es que vivas el perdón que Mi Corazón te está entregando. Hoy los reúno en torno a la Fuente Creadora de la Pureza Virginal, de la Gran Estrella Madre del Universo y del Mañana, porque vuestros corazones en este tiempo de tribulación están siendo bañados por los rayos de la luz infinita de Dios, a través del Inmaculado Corazón de Mi Madre.
Alegren vuestro día y recuerden que siempre estoy en lo Alto para desde ahí encontrarlos en este mundo. Mi Amor sigue siendo grande e infinito por todos, Mi Amor los nutre y los colma de Dios.
Los bendice bajo la señal universal de la Cruz redentora.
Cristo Jesús
Como Madre de los cristianos y de los no cristianos, en el nombre de la Luz de Mi Hijo, intento, día a día, retirar a muchas almas del largo desierto interior en el que viven por la falta de fe y de amor en el corazón.
En estos tiempos, queridos hijos, que vuestros corazones sean precursores activos de Mi llamado por la paz y por la salvación de las criaturas.
Queridos hijos, como Madre y Puerta del Cielo, hoy les pido que busquen a Dios dentro de vuestros seres internos, al Amor del Padre, al Espíritu Inmaculado de la Paz, porque ese Espíritu les permitirá crecer y los fortalecerá para las decisiones en la vida, en la mente y en el espíritu de cada uno.
Hoy los estoy llamando a preparar, con consciencia, vuestras moradas para que en poco tiempo, Jesús, el Rey del Universo, el Maestro de los maestros, encuentre reposo en moradas puras y cristalinas donde se pueda derramar Su Absoluta e Insondable Misericordia.
Queridos hijos, el mundo está viviendo grandes pruebas en la fe y en la vida de muchos corazones; por este motivo Yo les pido que coloquen a los millones de hijos que tengo a Mi resguardo en el verdadero ejercicio de vuestras oraciones para que ellos ingresen en la definitiva Ley del Perdón y de la Misericordia.
Como les he dicho, queridos hijos, este es un último ciclo para la confirmación de los corazones delante de los Planes de Dios. La humanidad puede vivir en el nuevo Plan de Dios, Plan que los llevará a permanecer en el verdadero estado de la paz y de la reconciliación.
Hijos Míos, es muy importante mantener encendido el fuego de la oración del corazón, oración que los une con el Sagrado Espíritu Divino de Mi Hijo. Pero para que eso suceda, queridos hijos, vuestros labios solo deben pronunciar palabras de amor y de paz, palabras que broten desde el corazón, palabras que alivien el gran sufrimiento que viven muchas almas solitarias.
Hijos Míos, hoy de nuevo les suplico y les hablo con el inmenso Amor de Mi Inmaculado Corazón, porque como ustedes saben, estos ya son los últimos anuncios que Dios Me envía a transmitir para todos los corazones.
Delante del nuevo tiempo que llegará, hijos Míos, que vuestros corazones, vuestros pensamientos y vuestros sentimientos sean misericordiosos para que dentro de ustedes reine Dios, reine por siempre el Amor de Mi Hijo.
Guarden en ustedes la gratitud para que ella irradie humildad y Misericordia.
Gracias por responder a Mi llamado.
¡Les agradezco!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Abre tu corazón y tus brazos para que en tu templo recibas el Don de Mi Inmaculada Morada. Que el poder divino del Espíritu Santo descienda como el rayo fugaz de una estrella sobre todos Mis pequeños corazones del mundo.
Queridos hijos, vivan en el Amor Perpetuo de Cristo y clamen por la inmensidad de Su Divina Misericordia para que esta humanidad reciba el prenuncio y la llegada del nuevo Rey del Universo. Para eso, Mis pequeños, sus corazones deben estar preparados por el fuego divino de la oración que eleva el alma y enciende la Luz del espíritu en cada consciencia y en cada ser.
Prometo guiar a aquellos corazones que se rindan a Mi Amor Maternal y, así, enviar a esos misioneros de la paz para donarse a la necesidad de sus hermanos. La confianza en Mi Presencia Maternal fortalecerá sus corazones, los que necesitarán estar firmes para el tiempo que llegará. Mis pequeños soldados deberán buscar a cada momento la unión con Cristo, porque así estarán, diariamente, preparando la morada para cuando el Maestro del Amor retorne.
Hoy oremos, Mis hijos, por la salvación de todas las almas en el mundo y, en especial, por aquellas almas que están olvidadas y sin Luz. Ya estamos en la hora de la preparación interior.
Cuando se enciende una Luz en la oración, se enciende un alma.
Gracias por responder a Mi llamado.
Los guía siempre en oración,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más