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Si los tiempos finales tocan a las puertas del mundo, ábrete a lo Nuevo y deja que se desvanezca tu viejo y anticuado ser. Ábrete para despertar a una fe inquebrantable. Ábrete para amar sin límites, incluso cuando eres negado, humillado y ofendido por aquellos que intentas amar.
No dejes que las miserias de este mundo sean más fuertes e intensas que tu capacidad de ser misericordioso. ¿Cuántos motivos tuvo tu Maestro y Rey para odiar a los hombres? ¿Para no soportarlos? ¿Para decretar delante de Su Padre el fin de la humanidad? Sin embargo, hijo, Dios te reveló un misterio: el misterio de vivir en paz en los tiempos de guerra y de caos; el misterio de triunfar con la humildad y la renuncia, en un mundo de egoísmos, soberbia y vanidad; el misterio de servir sin nada a cambio, amar sin expectativas y morir para dar la Vida.
Tu Señor y Rey, tu Padre y Creador, no vino al mundo a través de Su Hijo solo para Amarte, porque Su Amor es infinito, inexplicablemente. Él vino, como una señal universal y divina, para revelar un misterio insondable para toda la Creación. Vino para retirar los velos de la consciencia humana y descubrir el profundo Amor que se oculta detrás de las miserias de los hombres.
La Cruz fue el agua que lavó el lodo de la humanidad y que reveló las perlas ocultas por la ignorancia, por la falta de autoconocimiento, por no saber quiénes son, de dónde vienen y qué vinieron a hacer en este mundo.
La Vida de Cristo y Su Cruz revelaron el propósito de la existencia humana y dieron a conocer, a toda la Creación, la potencia de este Proyecto Divino y la razón por la cual el Padre aún persiste, con Su Esperanza puesta sobre los hombres.
Entonces, toma tu cruz y deja que ella sea, para ti, la revelación de un gran misterio interior. Encuentra el propósito de tu existencia en la imitación de Cristo y prepárate para pasos mayores, pues aún te espera la cruz de este mundo, de este final de ciclo, la cruz que abre las puertas a un nuevo tiempo.
Medita en lo que te digo y encuentra, todos los días, la forma de trascender los desafíos, las flagelaciones de la consciencia, verdugos de las energías capitales de este mundo, y vive el amor, vive la paz y prepara tu espíritu para el nuevo tiempo, en el que tu ejemplo anunciará a la humanidad el nuevo propósito de la vida humana.
Hasta aquí, la vida en la Tierra se sostuvo con el Amor alcanzado por Cristo en la Cruz, pero, ahora, Dios te llama a un paso mayor porque es necesario un cambio definitivo. Él te llama a ser un multiplicador, un renovador de la vida, una punta de lanza para el nuevo tiempo. Y basta con amar sin condiciones.
Tu Padre y Amigo
San José Castísimo
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más